Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Tarea de Ansiedad
Tarea de Ansiedad
Como menciona Pérez, M (2003), aunque la amígdala constituye una parte muy
importante en la causa y el procesamiento de la ansiedad, no existe una región única
encargada de la integración de la ansiedad. Es decir, existen numerosos centros
nerviosos que participan en su producción y modulación.
Por otro lado, explican que las personas con ansiedad clínica ven el mundo de forma
diferente. Es decir, existe gente que se pone ansiosa en situaciones cotidianas, como en
cuando se interactúa con otras personas, o solo el hecho de salir a la calle. Además,
exponen que la ansiedad cambia de parámetros según la persona. Con lo que concluyen
que la parte lógica del cerebro es incapaz de reinar en la amígdala, es decir, aunque
estas personas entiendan que son situaciones “normales”, seguirán teniendo ansiedad.
En el video categorizan los diferentes trastornos de ansiedad. Los agrupan por los tipos
de miedos que están involucrados:
1. Temor catastrófico: creencias de que algo muy malo pasará. Ansiedad por
separación, miedo de estar alejados de los seres queridos.
2. Miedo a la evaluación: ansiedad social, miedo a ser juzgado y observado. Es el
trastorno de ansiedad más común.
3. Miedo a perder el control: Forma gran parte del trastorno de pánico. Temor a la
perdida de control que viene con los ataques de pánico. Cuando se trata este
tema en video, una de las presentadoras da su testimonio en el cual menciona
que ella tenía miedo de tener un objeto punzo cortante cerca de sus seres
queridos, ya que pensaba que les iba a hacer daño con esos objetos. El caso
extremo se llama agorafobia.
4. Miedo a la incertidumbre de no saber lo que pasará: trastorno obsesivo
compulsivo. Un ejemplo es cuando las personas tienden a contar objetos
continuamente y tiene temor de que algo malo suceda si no se hace bien el ritual.
Para poder explicar de dónde provienen los trastornos de ansiedad presentan varios
causantes, entre los que están:
1. Los que provienen hereditariamente. Mediante esta explicación dan a entender
que, si una persona tiene un papá o mamá con trastornos de ansiedad, es muy
probable que también desarrolle este trastorno. Además, indican que las mujeres
son hasta 2 veces más propensas a tener trastornos de ansiedad.
Según el Instituto nacional de la salud (2009) el trastorno de pánico afecta a
aproximadamente 6 millones de adultos estadounidenses y es dos veces más
común en mujeres que en hombres. Además, mencionan que la tendencia a
desarrollar ataques de pánico parece ser hereditaria.
De la misma forma los niveles de serotonina descienden mucho, lo que provoca que
provoca que sintamos que soñamos es importante.
Años después, en 1899, Santiago Ramón Y Cajal propuso que las neuronas son la
unidad básica del sistema nervioso central. En 1930 un doctor electrocutó el cerebro
de varios pacientes en plena operación, esto produjo en los pacientes reacciones
interesantes, tales como alucinaciones visuales y auditivas.
Tiempo después el padre de la psicología, Sigmund Freud, dijo que los sueños son
representaciones de nuestros deseos más profundos, por el contrario, Carl Jung dijo
que estos eran mensajes del subconsciente.
En décadas cercanas a la segunda guerra mundial se recompilaron miles de sueños
de muchas personas y como resultado se obtuvo primero que muchos sueños se
repetían, y luego el tema de los sueños eran cosas que no habían pasado (como la
persecución hacia los judíos, los hornos donde hicieron los genocidios, campos de
concentración, etc.
Dados los resultados de la recopilación se obtuvo que los sueños son un reflejo de lo
que una persona vive en la vida cotidiana, por esta razón es que si nos acostamos
pensando en algo muy probablemente soñemos con eso.
Referente a los sueños lúcidos, se explica que en este tipo de sueños pareciera que la
corteza frontal se despierta mientras todo el resto del cerebro está dormido. También
pasa que en estos sueños la persona puede tomar el control de lo que pasa, sin
embargo hay que practicar para esto llegar a moverse con completa voluntad.