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Alison Cudris
Felipe Vaughan
Literatura de la Generación del 98 y 27
22 de noviembre de 2016
Es imposible no ver el desahogo de García Lorca expresado bajo la voz gitana del
compadre que grita su anhelo por la identidad primigenia de su tierra, que, al igual que expone el
1
El tema de la relación entre las rondas infantiles y la obra de García Lorca se explora con mayor detalle en Da niel
Devoto, Notas sobre el elemento tradicional en la obra de García Lorca (Buenos Aires: Filología, 1950) vol. II,
núm. 3. Sacado de El escritor y la crítica p. 25-38.
2
Daniel Devoto, Notas sobre el elemento tradicional en la obra de García Lorca, p. 48.
3 Federico García Lorca, Romancero Gitano. “Romance sonámbulo”. (Madrid: Austral, 2000)
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Sin embargo, aquella nostalgia por el folclor español no solo se examina en sus obras
iniciales, en trabajos de su periodo surrealista como Poeta en Nueva York también se puede
entrever la melancolía por su tierra natal y sus costumbres ancestrales, como se evidenciará a
continuación en unos versos escondidos del poema 1910, versos que compuso mientras se
hospedaba en la ciudad más estrepitosa y versátil de la época, Nueva York:
Federico no solo quiere regresar a España, sino quiere regresar a la España de antaño,
aquella Andalucía de verdes barandas, verdes ramas, verde viento, donde pareciese que la
modernidad no había llegado ni llegaría nunca y donde los aviones solo eran otros pájaros más
que se confundían entre las gallaretas y los milanos.
Aunque hay que hacer énfasis en que la canonicidad del poeta no radica simplemente en
la reminiscencia de lo clásico en pleno auge de las vanguardias, su universalidad se encuentra en
la forma de nombrar, desnombrar y trasnombrar la tragedia griega, la comedia dantesca, los
cantos bíblicos y las jarchas hispanoárabes6, y conferirles el matiz lorquiano de las metáforas
4
La simbología completa de García Lorca está inscrita enJ. M. Aguirre , “El sonambulismo de Federico García
Lorca”, Bulletin of Hispanique Studies, 1967. Sacado de El escritor y la crítica, p. 97-119.
5 Federico García Lorca, Poeta en Nueva York. ( Madrid: Cátedra, 2014) p. 106
6
Guillermo de Torre, “Federico García Lorca”, Nos., núm. 88, Julio de 1943, p. 5.
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oníricas, los paréntesis solilóquicos7, la luz de luna que esclarece el drama y ese olor a sangre
que siempre se cuela en el verso de Lorca.
7
Los paréntesis en la obra lorquiana se trata a fondo en Roberto Yahni, “ Algunos rasgos formales en la lírica de
García Lorca”. Bulletin Hispanique, LXVI, 1964. Sacado de El escritor y la crítica, p. 218-219.
8
“Para ver más sobre la trayectoria de García Lorca, consúltese: Federico García Lorca” Fundación Wikimedia,
Inc., última modificación 11 de Mayo del 2015 http://es.wikipedia.org/wiki/Federico_Garc%C3%ADa_Lorca.
9
Martin Heidegger, Ser y tiempo. (Madrid: Trotta, 2003).
10
Para una mayor profundización de este término, búsquese Federico García Lorca “Teoría y juego del duende”.
Discurso presentado en Buenos Aires, Argentina: 1933.
11
Heidegger, Ser y tiempo.
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de Octavio Paz que declara que: “La búsqueda de la modernidad es un descenso a los
orígenes”12. Aunque su proeza se halla en que aquel descenso no fue una contrarreación a la
corriente predecesora, no hubo demonización respecto a los realistas y parnasianos, García Lorca
logró que la innovación estilística se fundiera con el contenido milenario como si de una sola
línea evolutiva se tratara; pero no a través de un juego dialéctico, nunca se ve en sus escritos una
lucha sobre cuál tendencia se terminaría asentando. Su obra es un todo artístico en el que sus
partes—clasicismo y contemporaneidad—, en vez de anularse, se dan y se potencian al mismo
tiempo. Una muestra de la unidad de ambas fuerzas es el controvertido poema Oda al rey de
Harlem contenido en Poeta en Nueva York, en donde las estructuras surrealistas13 van de la mano
con los elementos y símbolos usados desde siempre:
Se puede notar la unión del elemento clásico, inscrito en los primeros versos, y el
moderno, mediante la alusión a las pilas de Volta. No obstante el texto destila una cierta
descontextualización debido a la turbiedad de las metáforas. Pues que objete el lector al que no le
parezca que los íconos y la descripción junto a ellos, a los que apela García Lorca, como los
vientos, las barcas, el negro fango, los pudo haber escrito cualquier poeta grecorromano hace
más de dos mil años. Esa es la destemporalización y desubicación a la que nos somete el poeta
para extrañar al lector y para convertir su lírica en imperecedera; y, a pesar de que los versos
finales si pueden hacer situar al leyente en un entorno cronológico reciente, no por ello se
invalida la acronía anterior. Es como si en el instante poético de Federico todos los momentos
ocurrieran al mismo tiempo, como si con su pluma creara un lugar en donde las pilas de Volta y
los trirremes antiguos conviviesen juntos. Precisamente, la atemporalidad en la creación
12
Véase Octavio Paz, La búsqueda del presente, edit., Fundación Común Presencia (Bogotá D.C.: Colección Los
Conjurados, 2003), p. 20.
13
Para profundizar el surrealismo en García Lorca, véase: Virginia Higginbotham, “Reflejos de Lautreamont en
Poeta en Nueva York”, Hispanofilia, Septiembre de 1972. Núm. 46. Sacado de El escritor y la crítica, p. 299-310.
14 García Lorca, Poeta en Nueva York, p. 117-124
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Aquella jerga concebida consciente o inconscientemente por García Lorca es, al igual que
la tierra que lo engendró, antitética y paradójica. Su obra es la condensación de los tiempos
violentos que enfrentó, sus sonetos y monólogos, como se anunció anteriormente, constituyen a
la España “oximorónica” en sí misma. De este modo, sus versos son una unidad apática y
simpática, donde los antónimos se reúnen como hermanos, hijos de la misma madre: La poesía.,
Sus composiciones son, al mismo tiempo, regionales y universales, conservadoras y novedosas,
celestiales y mundanas; hechas para el pueblo llano y para la élite más selecta16; enajenan y a la
vez identifican al lector; le lloran a la vida y le cantan a la muerte; elevan al público al mundo
más idealizado y luego lo aterrizan a la realidad más crítica; poetizan el teatro, dramatizan la
lírica; les pertenecen a todas las sociedades, naciones y generaciones, y únicamente al duende de
Federico.
Libros Citados
Aguirre, J.M. , “El sonambulismo de Federico García Lorca”, Bulletin of Hispanique Studies,
1967. Sacado de El escritor y la crítica, p. 97-119.
15
Cítese Juan Cano Ballesta “Una veta reveladora en la poesía de García Lorca, Romanische Forschingen, LXXVII,
1965. Sacado de El escritor y la crítica, p. 134.
16
Juan Cano Ballesta “Una veta reveladora en la poesía de García Lorca”. p. 123-124.
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Cano Ballesta, Juan. “Una veta reveladora en la poesía de García Lorca, Romanische
Forschingen, LXXVII, 1965. Sacado de El escritor y la crítica, p. 134.
De Torre, Guillermo.“Federico García Lorca”, Nos., núm. 88, Julio de 1943, p. 5.
Devoto, Daniel. Notas sobre el elemento tradicional en la obra de García Lorca (Buenos Aires:
Filología, 1950) vol. II, núm. 3. Sacado de El escritor y la crítica p. 25-38.
Fundación Wikimedia, Inc., “Federico García Lorca”. Última modificación 11 de Mayo del 2015
http://es.wikipedia.org/wiki/Federico_Garc%C3%ADa_Lorca.
García Lorca, Federico. Romancero Gitano. (Madrid: Austral, 2000).
García Lorca, Federico. Poeta en Nueva York. (Madrid: Cátedra, 2014)
García Lorca, Federico. “Teoría y juego del duende”. Discurso presentado en Buenos Aires,
Argentina: 1933.
Heidegger, Martin, Ser y tiempo. (Madrid: Trotta, 2003).
Higginbotham, Virginia. “Reflejos de Lautreamont en Poeta en Nueva York”, Hispanofilia,
Septiembre de 1972. Núm. 46. Sacado de El escritor y la crítica, p. 299-310.
Paz, Octavio. La búsqueda del presente. Editado por Fundación Común Presencia (Bogotá D.C.:
Colección Los Conjurados, 2003), p. 20.
Vidal, Cesar y Federico Jiménez Losantos, Historia de España III (Barcelona: Planeta, 2013).
Yahni, Roberto. “ Algunos rasgos formales en la lírica de García Lorca”. Bulletin Hispanique,
LXVI, 1964. Sacado de El escritor y la crítica, p. 218-219.