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MARCELO L. PERCIAVALLE
I - INTRODUCCIÓN
Basado en elementales cuestiones éticas, cuando el organismo de contralor lo considere, puede enviar inspectores
de oficio o a requerimiento del interesado (art. 19, D. 1493/1982, reglamentario de la L. 22315), toda vez que es
parte de la fiscalización que la Inspección General de Justicia debe desplegar en el control de las sociedades
accionarias [art. 6, inc. b), L. 22315].
Esto fue confirmado por la resolución general (IGJ) 917/2004, del 9 de agosto de 2004, en el expediente “José
Negro Sociedad Anónima”(1), en los siguientes términos:
“1. Conforme lo dispuesto por el artículo 19 del decreto 1493/1982, reglamentario de la ley
22315, la Inspección General de Justicia está facultada para asistir, cuando lo estime necesario,
a las asambleas de las sociedades por acciones, asociaciones civiles y fundaciones, por lo que no
necesariamente requiere que la presencia de inspectores haya sido solicitada por un accionista.
2. La presencia de inspectores en las reuniones asamblearias de las sociedades anónimas forma
parte de la actividad de fiscalización que la Inspección General de Justicia despliega sobre las
sociedades por acciones [art. 59 de las normas de la IGJ -R. (IGJ) 6/1980- y art. 6, inc. b), L.
22315].
3. Las facultades de fiscalización societaria constituyen una prerrogativa inescindible de la
actividad del Estado, amparada en normas constitucionales que aseguran derechos esenciales a
los ciudadanos, derechos que no son absolutos y que la misma Constitución Nacional condiciona
en su ejercicio a fin de compatibilizarlos con los derechos de otros y con los fines de interés
general perseguidos por la comunidad.
4. En ejercicio del ‘poder de policía’ del Estado, a cargo, en materia societaria, de la Inspección
General de Justicia, se han dictado normas como la ley 22315, que establece las funciones y
atribuciones de la autoridad de contralor, entre las que se destaca la prevista en el artículo 6,
inciso b): ‘Realizar investigaciones e inspecciones, a cuyo efecto podrá examinar los libros y
documentos de las sociedades, pedir informes a sus autoridades, responsables, personal y a
terceros’, previendo además la aplicación de sanciones frente a la transgresión de los
administrados. En tal sentido se expresa el artículo 12 de dicha normativa: ‘La Inspección
General de Justicia aplicará sanciones a las sociedades por acciones, asociaciones y fundaciones,
a sus directores, síndicos o administradores y a toda persona o entidad que no cumpla con su
obligación de proveer información, suministre datos falsos o que de cualquier manera infrinja las
obligaciones que les impone la ley, el estatuto o los reglamentos, o dificulte el desempeño de
sus funciones’.”
III - CONCLUSIÓN
Consideramos que lo informado “ut supra” es la información elemental que debe suministrar la sociedad ante el
requerimiento de un inspector del organismo de contralor.
De más está decir que la documentación de la sociedad y de sus socios debe estar siempre en la sede social, como
también debe estar siempre actualizada toda la documentación que necesariamente debe presentarse.
Nota:
(1) Ver Perciavalle, Marcelo L.: “IGJ: resoluciones administrativas” - 3a. ed. - Ed. ERREPAR - Bs. As. - pág. 341