 Los mayores éxitos se logran cuando se consigue implicar a los niños en
la búsqueda de solución: los menores de 3 años son incapaces de buscar
una solución pero sí se les puede proponer una alternativa.
 Dé esperanzas a su hijo. Hágale saber que lo que ahora, hoy no está a
su disposición, lo estará más adelante: “sé que quieres ese juguete, te lo
compraré por tu cumpleaños”…
 Prevea las situaciones y prepare a su hijo sobre lo que va a pasar y
sobre cómo debe actuar: en el supermercado “puedes elegir una cosa, solo
una, y vas a ir en el carro, sentado”. No evite este tipo de situaciones,
aprovéchelas para educar.
 Procure que su hijo sepa lo que va a suceder a continuación. Si empieza
a anticipar los acontecimientos, será menos probable que se enoje o se
queje: se mostrará más cooperador, ya que en realidad solo posee un
sentido del tiempo: “ahora”, además de una comprensión aproximada de lo
que significa “pronto”. “En cinco minutos no vamos del parque, a casa”.
 Su hijo debe saber que su conducta influye en usted o en los demás:
Los niños muy pequeños no comprenden que lo que hacen influye en otras
personas. Tienen que aprenderlo. Puede ayudarles en este proceso saber
cuando sus acciones tienen secuelas en la gente que les rodea. Por ejemplo:
Juguetes esparcidos: “Hay que guardar los juguetes. Alguien puede
pisarlos, caerse y hacerse daño.” Cuando comparte sus juguetes: decirle
que se siente muy satisfecho de que lo hiciera “mira que contento está tu
amigo…”
 Sujete a su hijo del brazo o de la mano si no tiene otro remedio pero
no le pegue ni le zarandee: seamos coherentes, si le enseñamos que pegar
está mal, no debemos hacerlo nosotros. Pegar al niño le enseña a solucionar
los problemas con las manos en lugar de con las palabras. Los niños harán
siempre lo que nosotros hagamos, somos sus modelos. Se puede ser firme y
severo sin pegar. Eduque a su hijo en el respeto a todos.
LAS NORMAS DEBEN SER…
Deben irse ajustando a las circunstancias cambiantes como el crecimiento físico, la
maduración intelectual y afectiva y las nuevas condiciones de la vida escolar y
familiar.
 Apropiadas, razonables y poderse cumplir: ajustadas a la situación, a la edad
del niño y a su nivel de desarrollo... (realistas)
 Sencillas, claras y específicas: concretar, Ej: “la luz" si se le ha olvidado
apagarla...
 Formuladas de forma positiva: ejemplo: en lugar de "no toques el sofá que
tienes las manos sucias", es mejor decir "vamos a lavarte las manos, las tienes
sucias. Después podrás sentarte en el sofá".
 Implican consecuencias claras (si se cumplen y si no se cumplen): razonables,
relacionadas, inmediatas y breves. Las pequeñas frustraciones de los niños les
ayudarán a enfrentarlas en el futuro. “Sí, en cuanto recojas nos vamos al
parque”…”que bien has recogido, ahora podemos irnos”. Evitar excesos tanto en
recompensas como en castigos. Debemos ser coherentes: aplicar las
consecuencias con constancia y serenidad... Procurar que nuestras acciones no
estén sometida a los cambios de humor, cansancio,... Los niños de todas las edades
ajustan su comportamiento en función de las respuestas que reciben o de las
consecuencias de sus actos. Aprenden así a qué atenerse según actúen de una
manera u otra.
 Firmes y estables en el tiempo: "¿siempre que pegue en el parque me sentará
mi madre a su lado o se cansará?”. Seamos firmes: serios, serenos, claros,
mirar a los ojos, ponernos a su altura, insistir en ser obedecidos. Sed breves.
Mantener una comunicación verbal y no verbal coherentes. Si no hace caso
advertirles serenamente de la consecuencia (razonable) y cumplirlo. Felicitarle
cuando lo haga.
 Similares en los distintos contextos: "en el restaurante no puedo jugar con los
cubiertos pero en casa no pasa nada..."
ALGUNAS ESTRATEGIAS PARA UNA DISCIPLINA POSITIVA
 Limitar las conductas pero
sentimientos como los celos, la
Implica hacerse respetar por la coherencia en la forma de actuar, las acciones (pegar, quitar,...).
educando al niño desde el cariño, la comprensión y con un criterio responsables de sus actos,
claro, pero sin imponernos a base de amenazas... pasa por la cabeza.
no los sentimientos: No censurar los
rabia, envidia o las ganas de pegar pero sí
Debemos enseñar a los niños a ser
no a culpabilizarse por todo lo que se les

 Acordar las normas en la pareja. Llegar a un acuerdo en lo fundamental y
no contradecirse. Los hijos deben percibir un apoyo ilimitado de uno con el
otro. Aprovechar cualquier oportunidad para hablar bien del otro,
resaltando sus cualidades.
 Explicar las normas de antemano y señalar las razones de las
mismas: Hablar con los niños es realmente importante para que desarrollen su
sentido de la responsabilidad. Cuánto más mayores sean los hijos esto será aún
más necesario.
 De por supuesto que su hijo quiere cooperar y que los dos están en el
mismo bando (es un cambio de ACTITUD hacia su hijo): No hay duda
de que los niños quieren cooperar. Su hijo quiere complacerle; son las
ganas de explorar y de actuar por sí solo lo que a menudo desequilibra el
deseo del niño y la aprobación de usted. Quiere que sus papás estén
contentos con él. ¡Pero también quiere mantener la cabeza alta mientras
está haciendo lo que se le dice que haga!.
 La serenidad: los nervios desprestigian. Voz sosegada y conciliadora
 Vea lo positivo de cada persona y de cada situación. VALORE a su hijo,
sus esfuerzos por mejorar. Resaltando lo que hace bien.
 Dedique veinte minutos diarios a jugar con su hijo, sin interrupciones,
déjese llevar y haga lo que él quiera. Sentarse con él en el suelo, dejar
que le enseñe como apila construcciones, si eso es lo que se le antoja, o
dejarle que se siente en su regazo y hablar o salir de paseo. Borrar todo lo
demás de la mente y pasar esos minutos en su territorio y a su ritmo.
 Demuestre interés por los hijos: Escucha activa, observarles. Apreciar el
esfuerzo que hacen. Escuchar y dedicar tiempo a sus problemas que
aunque a nosotros nos parezcan nimiedades son importantes para ellos.
 Programe el mayor número posible de actividades al aire libre.
 Cuando tenga que llevarse alguna cosa, ofrezca algo a cambio: Se
encuentra en plena etapa de exploración, y aún carece de la capacidad para
pensar que otra cosa sería mejor para satisfacer la necesidad exploratoria
que experimenta en aquel momento. Ofrézcale alguna cosa que lo sustituya
y si es necesario dedique unos segundos o minutos a intentar que se
interese por el nuevo objeto.
 Cambie un NO por un Sí: ¿Cuántos Noes les decimos a los niños a lo largo
del día?. Dígale lo que sí puede hacer. Reflexione sobre la diferencia de
“no, no puedes hacerlo” y “sí, ya sé que quieres hacerlo. Lo harás más tarde.
Ahora vamos a hacer esto”.
 Tan a menudo como sea posible, permita a su hijo tomar sus propias
decisiones, eligiendo entre 2 opciones y controlar su comportamiento:
en muchos temas no podrán elegir (comida, hora de sueño…) pero sí en
otros aspectos, y se sentirán más autónomos. Dejarle que se ponga el
pijama azul o el rojo cuando se vaya a la cama.
 Espere hasta que las emociones (suyas y de su hijo) se hayan aplacado
antes de intentar corregir una conducta: cuando las situaciones se
escapan de las manos (esta sobreexcitado, monta una escenita en público,
corre alocadamente…) no intente corregir la conducta rebelde en el
momento con explicaciones. Lo mejor es procurar conseguir la obediencia
temporal del niño o cogerle del brazo y marcharse del lugar. Cuando las
emociones se hayan aplacado, será el momento de hablar con el niño y de
explicar las consecuencias.
Bibliografía:
- STOWE, V. y THOMPSON, A. (2010) Educar niños felices y obedientes con
disciplina positiva: estrategias para una paternidad responsable. Ed. Oniro.