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Epílogo: Y, finalmente, el Ragnarök

(no está en la edición original de El Anillo de Balder y otros cuentos vikingos)


 
Las lágrimas recorrían las mejillas de Odín mientras observaba desde el
Valaskialf, su residencia del Asgard, la evolución de la vida en Midgard. Todo
estaba ocurriendo como ya predijera la völva más sabia:
Vendrá el invierno que llaman Fimbulvetr. Entonces caerá nieve en todas las
direcciones, las heladas serán grandes y los vientos gélidos. El sol no saldrá. Tres
inviernos se sucederán, sin ningún verano en medio. Pero antes vendrán otros tres
inviernos en el que sucederán las guerras en todos los mundos; entonces se
matarán entre hermanos por avaricia y no respetarán al padre ni al hijo ni las
matanzas ni el incesto.
Y así era lo que él veía ahora: el intenso frío se mezclaba con terremotos y
olas gigantes, y en cualquier lugar, la hambruna anulaba cualquier sentido de
humanidad.
Terrible era la vida en el Midgard, aunque no era mucho mejor en el resto
de los mundos. Y Odín sintió sobre sí mismo el peso del desastre generalizado. Ya
nada podía detener el fin de ese tiempo en el que había sido llamado el Altísimo.
Las palabras de Frigga retumbaron en su cabeza: “Somos dioses. No
tenemos que aceptar que nuestra creación termine así. Tú eres Odín; si no tienes
una solución, búscala”. Pero todos sus intentos por mantener la continuidad
fueron duras pruebas para él que sólo lograron retrasar aquel temido final,
mientras los mundos continuaban su lenta agonía, como un animal malherido al
que nadie se atreve a rematar.
Y el último gran intento; una idea de Frigga tan grandiosa como inestable:
engendrar al sustituto del mismísimo Odín y que fuese la gran esperanza del
envejecido Asgard; un dios de tal naturaleza que todos los seres de los nueve
mundos lo amasen y que hasta el universo entero dejase de resquebrajarse poco
a poco conmovido por ese amor. Un plan perfecto que logró una estabilidad como
nunca la había habido… hasta que llegó Loki.
Una nueva lágrima cayó al recordarlo. Realmente llegó a querer a su
hermano de sangre, pero ahora; desligado de sentimientos, ya podía alinear todo
cuanto hizo, incluido el incidente que provocó el hermanamiento. ¿Cómo podría
haber estado tan ciego para no ver a tiempo todas aquellas estratagemas, juegos
y trampas que no tenían otra finalidad que crearle confusión y debilidad?
Finalmente, el asesinato de Balder, con lo que se borró definitivamente cualquier
esperanza.
Tuvo un frío deseo de ver cómo lo habían dejado Thor y sus acompañantes.
Ellos creían que habían ocultado su localización por si aun quedaba algún
rescoldo de aquel aprecio fraternal. Pero eso ya no era posible. Y, en cualquier
caso, sus cuervos le informaron sobre qué había pasado y dónde estaba la cueva.
Un leve trance le hizo ver algo que en otras circunstancias le hubiera
resultado alarmante, pero que ahora miraba como un elemento más en el
discurrir de los acontecimientos: Angerboda, la esposa de Loki, entraba en la
cueva acompañada por Vafþrúðnir, uno de los gigantes más sabios con el que
había mantenido larguísimas charlas en el pasado, y al que creía muerto. A este
no le fue nada difícil romper el conjuro rúnico que mantenía las ataduras de Loki.
Y después hizo lo mismo con las de Fenrir, cuyo aullido hizo estremecer las
ramas del Yggdrasil.
Odín miró el rostro de quien ahora se mostraba abiertamente como su
enemigo. Loki estaba irreconocible y no sólo por las muestras del dolor producido
por el goteo del veneno. Simplemente, era otro. Tras liberarse, se mostró tal como
era, como siempre había sido tras la máscara del engaño. Sus ojos parecían
hechos de fuego negro y su cuerpo en nada recordaba la antigua fragilidad. Esa
imagen se fundió con otra que a Odín le llegaba desde un pasado remoto: era el
mismo rostro de Ymir, aquel gigante que matasen él y sus hermanos, y con cuyos
despojos formaron los cielos, las montañas y los mares del nuevo mundo.
Odín no quiso ver más y salió del trance. Definitivamente el tiempo había
llegado y tenía que avisar a Heimdal para que hiciese sonar el pesado y tenebroso
Gjallarhorn por primera y última vez.
Todo el Asgard se estremeció ante un sonido nunca antes escuchado, pero
reconocido por todos. La vida que conocían estaba llegando a su fin, pero nadie
iba a quedarse esperando con los brazos cruzados.
Valkirias y einherjar, despertados por Gullinkambi, el gallo dorado,
inmediatamente tomaron las armas y salieron por las puertas del Valhalla
abiertas de par en par y corrieron hacia los campos de Vigrid, donde ya
esperaban los dioses armados y dispuestos. A la cabeza se colocó el propio Odín,
montando a Sleipnir, con un yelmo alado de oro y su capa azul resplandeciente
para hacerse ver por todos; también llevaba su inseparable lanza Grugnir en la
mano.
  Entonces se escucharon los gritos de guerra lanzados por los gigantes, que
daban así rienda suelta a su odio milenario y sus ansias de venganza. Después,
el muro de Asgard cayó desmoronado, como si sólo estuviese hecho de arena. La
presencia jotum oscureció el horizonte.
Odín levantó su lanza y los einherjar, todos a una, se colocaron en la
vanguardia formando un extenso muro de escudos para dificultar el avance del
enemigo.
El alfader tuvo entonces una fugaz visión de Balder, resplandeciendo más
que nunca y extendiendo su poder. Y algo parecido a una sonrisa se dibujó en su
rostro, aunque esta se borró inmediatamente cuando vio a Loki llegar al mando
del barco de los muertos.
Loki había sido un elemento creado a conciencia, un infiltrado perfecto que
sirvió para hacer que la vida de los dioses se degradase definitivamente y para
provocar ese crucial punto de no retorno que supuso la muerte de Balder, la gran
esperanza de renovación del envejecido Asgard. Pero el tiempo de las máscaras y
los disimulos ya había pasado. El juego quedó al descubierto y las últimas
palabras ya fueron pronunciadas.
Entonces Odín invocó a la Furia y lanzó su más terrible grito de guerra, y
todos se dispusieron a morir con honor. Y así comenzó la batalla del fin de los
tiempos.
Los gigantes chocaron una y otra vez contra el muro de escudos hasta que
consiguieron abrir una brecha. Y pronto todo se convirtió en una gran confusión
de ojos desorbitados y centelleo de armas, crujidos y alaridos mezclados con
sudor y sangre; eso es todo lo que un guerrero necesita sentir en sus
proximidades para elevarse por encima del sentimiento de agonía. Todos eran
conscientes de que este enfrentamiento de enemigos eternos sería la batalla final.
Pesadas hachas retorcían carne y huesos de gigantes a sanguinolentos
fragmentos esparcidos por doquier, mientras que otros, con sus poderosas mazas
de piedra, machacan las cabezas de los einherjar. Las valkirias debían combatir
desde el suelo, ya que sus monturas aladas eran presa fácil de las flechas
enemigas.
  El enorme lobo Fenrir dio un gran saltó para abalanzarse directamente
sobre Odín, que poco pudo hacer contra la bestia. De modo parecido, la serpiente
Jormungand sobrepasó todo cuanto interfería en su camino hacia Thor; su lucha
resultó igual de corta: ella le escupió su veneno y él le partió la cabeza de un
certero martillazo. Y los dos cayeron muertos.

Poco después, cuando los últimos supervivientes aun deambulaban por el campo
de batalla en busca de otro enemigo al que enfrentarse, un centelleo lo iluminó
todo, pues había llegado el gigante Surt con su espada flamígera; se decía que era
el ser vivo más antiguo del universo y el único con derecho a destruirlo.
Los distintos palacios de Asgard pronto quedaron reducidos a cenizas,
como si todos los robustos y maravillosos materiales con que fueron construidos
sólo hubiesen sido poco más que una ilusión carente ya de sentido, pues no
queda nadie que la mantenga. La gran fortaleza del Valhalla, aquel reducto de
hombres valientes, reclutados justamente para combatir en esa batalla final, se
desmoronó como un castillo de arena frente a un vendaval.
Pronto, todo el Asgard quedó completamente reducido a cenizas y las
llamas alcanzaron el Yggdrasil y, a través de él, los otros mundos, igualmente
condenados.
Y tras el Fuego, la Oscuridad reinó sobre la Muerte, como si la Vida nunca
hubiese existido. Pero esa muerte no era sino el anticipo de un nuevo tiempo,
porque Balder, protegido por la energía de su anillo, había permanecido
resguardado entre el chamuscado tronco de Yggdrasil.
De pronto, una vibración se expandió por el árbol arcano. Nuevas ramas y
raíces crecieron velozmente, como si recordaran y recuperaran una época de
esplendor. El tronco reverdecido volvió a ser el nexo de unión entre la energía del
sol y la del interior de la tierra. Yggdrasil estaba preparado para mantener el
nuevo mundo. Vientos y nubes, mareas y lluvias, montañas y valles; todo
preparado para el comienzo de una nueva humanidad, pues ya estaban dando
sus primeros pasos una nueva pareja bajo la protección del hijo de Odín: Balder,
el luminoso.
LIBROS DE MANUEL VELASCO

• La Saga de Yago (Alcántara, 1999)


• Tras las huellas de los Vikingos (Alcántara, 2000)
• Finlandia, Suomi para los amigos (Corona Borealis, 2004)
• Nacido en Vinland (Entrelíneas, 2004)
• Breve Historia de los Vikingos (Nowtilus, 2005)
• Breve Historia de los Celtas (Nowtilus, 2005)
• Erik el Rojo (Arcopress, 2006)
• El anillo de Balder y otros cuentos vikingos (Tierra de Fuego, 2010)
• Thor (Tremendo Tronador) (Territorio Vikingo, 2011)
• Breve Historia de los Vikingos (edición extendida) (Nowtilus, 2012)
• Territorio Vikingo (Nowtilus, 2012)
• La muerte de Beowulf y otros cuentos vikingos (Tombooktu, 2012)
• Nacido en Vinland -nueva edición (Tombooktu, 2012)
• La Saga de Yago -nueva edición (Territorio Vikingo, 2013)
• Erik el Rojo -nueva edición (Territorio Vikingo, 2013)
• Egill Skallagrimsson, el poeta guerrero (Territorio Vikingo, 2013)
• La Tierra de los Muertos (Amazon, 2014)
• Ulad (Amazon, 2014)
• Finlandia, Suomi para los amigos, edición X aniversario (Madrilenian, 2014)
• Breve Historia de los celtas (edición extendida) (Nowtilus, 2016)
• Úlfar el Vengador (Amazon, 2016)
• Beowulf y el Dragón (Territorio Vikingo, 2016)
• El último úlfhedinn (Territorio Vikingo, 2017)
• Rey Ragnar (Amazon, 2018)

Blog Territorio Vikingo: elDrakkar.blogspot.com


Blog de libros: bibliotecaMV.com
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