Está en la página 1de 54

Estudio sobre la situación de la sanidad pública española en relación a su rentabilidad

económica, comparativa y elementos relacionales análogos con la sanidad privada, y


factores de optimización económica del sistema sanitario nacional

Por: Jordi Garcia Castillón

© Copyright 2016. Todos los derechos reservados

ISBN: 978-84-608-6133-1

1
ÍNDICE:

PARTE 1:

1- Introducción ………………………………………………………………………………………………………… 5

2- Motivos, causas y realidades que justifican la elaboración de este estudio……………7

3- Objetivos perseguidos ………………………………………………………………………………………….. 8

4- Metodología de desarrollo …………………………………………………………………………………… 9

PARTE 2:

5- Realidad teórica y práctica del sistema sanitario público español ………………………………. 11

5.1- Situación histórica del sistema sanitario público español

5.2- Visión general de la situación actual del sistema sanitario público español

5.3- Planteamientos de futuro para el sistema sanitario público español

5.4- Acercamiento a la realidad de los sistemas sanitarios privados

2
6- Sistema sanitario público versus sistema sanitario privado ………………………………………… 25

6. 1- El alcance de los distintos sistemas sanitarios

6. 2- Analogías entre sistemas sanitarios públicos y sistemas sanitarios privados

7- Optimizando el sistema sanitario público español ………………………………………………………. 29

7.1- Análisis DAFO del sistema sanitario público español

7.2- Análisis DAFO del sistema sanitario privado español

7.3- Combatir las ineficiencias del sistema

7.3.1- Ejemplos prácticos

7.3.2- Aplicando soluciones reales, efectivas y asumibles

7.4- Lo privado como espejo de lo público

7.4.1- Enfoque empresarial, rentabilidad y servicios públicos

7.4.2- Aprendiendo de lo privado, gestionando lo público

8- Conclusiones……………………………………………………………………………………………………………… 50

9- Trabajos futuros…………………………………………………………………………………………………………. 52

3
PARTE 1

4
1. Introducción

La salud de las personas es uno de los asuntos más trascendentes y de mayor impacto tanto
a nivel individual como de la sociedad en conjunto. Un impacto humano, pero también
económico. Un impacto que se enclava en la esfera particular de las personas, pero que
también se encabalga como un asunto que trasciende a lo particular.

Y trasciende a lo particular pues el coste que para la sociedad en su conjunto tiene el ámbito
de la salud hace que no pueda encuadrarse el mismo en una simple y mera cuestión
personal privada. Y es que, tal y como indica por ejemplo el estudio de la UPF, el coste
sanitario es un coste “que la sociedad soporta”.1

Para hacer frente a esta trascendencia del ámbito de la salud en el conjunto de la salud la
mayoría de sociedades han desarrollado de un modo u otro, y con un nivel de alcance u
otro, programas públicos de prevención, tratamiento e investigación en este ámbito.

Este breve estudio se centrará concretamente en el ámbito de la salud pública de nuestro


país, y específicamente se pondrá el foco en el elemento clave de todo el sistema sanitario
español: en su sanidad pública.

Conviene poner el foco en la sanidad pública española pues no se debe olvidar que el gasto
sanitario es una de las partidas de gasto público más elevadas en todo el país, una partida
deficitaria.

Un análisis de la sanidad pública española, deficitaria en su conjunto a nivel económico,


tiene que invitar a la reflexión y efectuarse las siguientes preguntas: ¿La sanidad pública
tiene que tener un alcance universal? Y si lo tiene que tener, ¿puede permitirse ser
deficitaria económicamente de forma permanente? Y más aún, ¿tiene que ser la sanidad

1
López Casanovas G. Racionalizar y optimizar el gasto sanitario. Clave de la aportación de la economía de la
salud al bienestar social

5
pública realmente una sanidad deficitaria de forma permanente? ¿No existe posibilidad de
convertir la sanidad pública en una sanidad también rentable económicamente? Y en caso
de existir esa posibilidad, ¿cómo puede hacerse rentable económicamente la sanidad
pública española?

De modo que este estudio se adentrará en analizar el sistema sanitario público español y lo
pondrá ante el espejo de la sanidad privada, una sanidad que ante todo prima la
rentabilidad económica.

Un espejo, el de la sanidad privada, que debe servir como referente o guía, como estímulo
quizá, para ver si de su experiencia, su desarrollo, estructura y funcionamiento pueden
derivarse e implementarse sistemas, estructuras y procesos análogos en la sanidad pública
que hagan a esta última ganar en rentabilidad económica, o mejor dicho, en convertir a la
sanidad pública en rentable económicamente.

Este estudio, que se irá desarrollando y desgranando en las siguientes páginas, intentará
dar respuesta a las cuestiones anteriores y lo hará intentando demostrar que el sistema
sanitario puede, y debería, modernizar, automatizar, mimetizar y desarrollar en su seno
procedimientos, sistemas y estructuras ajenas que le permitan reducir cuanto mínimo su
déficit, y sin que por ello la misma tenga que dejar de ser plenamente pública, y
pretendidamente universal, como en la actualidad.

6
2. Motivos, causas y realidades que justifican la elaboración de este estudio

Cuando se plantea la realización de un estudio de este tipo lo primero que se plantea es el


alcance que puede tener el mismo: ¿A qué capas de la sociedad puede llegar a impactar un
análisis de este tipo? ¿Puede contribuir a aportar luz, aunque sea modestamente y en
pequeña mesura, sobre un asunto que genere un impacto global? Sin duda, todas estas
cuestiones se plantean en gran manera en cualquier estudio que pretenda realizarse, y si es
en el ámbito de la salud más aún.

La salud de las personas tiene una trascendencia e importancia máxima y supone uno de
los aspectos más delicados e importantes para el ser humano. En consecuencia, cualquier
aportación que permita, aunque sea desde la modestia de una pequeña contribución a una
mejor gestión de todo lo relacionado con ella, siempre debe ser bienvenida.

Si a todo lo anterior además le sumamos que nos encontramos ante un momento crucial
donde la presión demográfica y nuevas realidades sociales y económicas que, entre otros
factores, presionan una piedra angular de la salud de las personas como es el mismo
corazón de la sanidad pública, cualquier análisis que permita contribuir en algún grado en
mejorarla ya no tan sólo debe de ser bienvenido sino que además resulta extremadamente
necesario.

7
3. Objetivos perseguidos

Este estudio se plantea desde un doble objetivo. El mismo pretende, por un lado, aportar
una visión global del estado de la sanidad pública española enfocando sobre la misma todo
lo concerniente a su rentabilidad económica en su conjunto. Y, por otro lado, pretende
acercar aún más el foco para centrarse en proponer soluciones sobre el modo en cómo se
podría conseguir, si es que realmente es posible de conseguir, que la sanidad pública
económica sea rentable económicamente desde lo específico y concreto para hacerla
rentable económicamente en su conjunto.

Concretamente, para intentar acercar este estudio a una realidad global, y desde ella llegar
a las soluciones concretas para poner solución a la misma, se pretende sobre todo enfocar
el tema desde el análisis y la visión de aquello que puede aportar la sanidad privada con su
experiencia, estructuras y procedimientos a la sanidad pública.

Es objetivo claro y manifiesto de este estudio el intentar demostrar que más allá de la
rentabilidad social que pueda corresponder a la sanidad pública española, la misma no tiene
que ser inexorablemente deficitaria por sistema. Que la misma puede ser también rentable
económicamente, sin por ello tener que dilapidar la rentabilidad social que la misma puede,
y debe, aportar.

Se podrá estar de acuerdo o no en implicar a la sanidad privada en el conjunto del cuidado


de la salud pública, pero más allá de ideologías y de planteamientos concretos, más allá de
perjuicios u opiniones subjetivas que puedan tenerse sobre ésta, es una realidad objetiva
que la sanidad privada es rentable económicamente.

8
4. Metodología de desarrollo

Un estudio de este tipo nunca debe plantearse desde meramente la óptica personal, un
trabajo de este tipo siempre debe asentarse sobre una base analítica que saque las
conclusiones lo más objetivas posibles, por ello una base muy importante de la elaboración
del estudio debe basarse en analizar documentos, en extraer datos e información que se
alineen en encontrar respuesta a los objetivos que el mismo se plantea.

Siendo así, la elaboración de este estudio contiene una parte inicial muy importante de
análisis previo, de documentado que luego debe permitir plasmar de una forma objetiva y
acorde a los objetivos indicados para este estudio de la forma más clara y nítida posible. No
sin antes, por supuesto, realizar un previo organizado, tanto estructural como conceptual,
del desarrollo del estudio en sí mismo.

Una vez establecido el marco estructural y conceptual del trabajo, y analizado y


documentado el contenido que debe servir de soporte al planteamiento, a las tesis y
objetivos que en el mismo se plantearán, el estudio se adentrará en la fase de plasmar, de
volcar todo el enfoque objetivo obtenido del análisis y documentado previo que se haya
realizado. Por supuesto, todo este proceso de plasmado y volcado no debe entenderse
como un mero acto mecánico ni de aportación en bruto al estudio, sino que el mismo debe
realizarse desgranando y trasladando al ámbito del relato toda la información en general y
los datos en particular que puedan aportar.

Este estudio concluirá con la aportación de unas conclusiones, éstas de carácter más
valorativo sobre todo el enfoque, planteamiento y plasmado que a lo largo del trabajo se
haya desarrollado.

Todo el material en este estudio pretende aportar detalles y características solventes que
aporten claridad y consistencia a lo que el mismo pretende mostrar, aportar y transmitir.

9
PARTE 2

10
5. Realidad teórica y práctica del sistema sanitario público español

Para entender el sistema sanitario público español en su plenitud debe comprender el


mismo desde un triple marco:

A) El sistema sanitario público español debe entenderse, en primer lugar, desde su vertiente
conceptual, es decir, desde aquel marco en el que quien modela, estructura y desarrolla el
modelo de sanidad pública lo conceptualiza.

B) Luego, en segundo lugar, el sistema sanitario público español debe entenderse desde su
vertiente teórica. Dicho de otro modo, la sanidad pública tiene una vertiente conceptual
sobre la cual se pretende desarrollar y es ese concepto el que da la teoría de lo que el
modelo debe de ser y lo que el mismo debe ofrecer.

C) Y finalmente, obviamente, no puede entenderse el sistema sanitario público en su totalidad,


globalidad y realidad, de no entenderse desde su vertiente práctica, desde aquella vertiente
que resulta de aplicar en el día a día, lo que conceptualmente se enmarcaba y
estructuralmente se teorizaba.

Dicho de otro modo lo anterior: con el objetivo de concretar y fijar a qué cabe referirse
cuando se habla de una realidad conceptual y teórica y de otra realidad práctica, decir que
ello significa que un aspecto es aquello que los poderes públicos desearían que fuese la
sanidad pública española (el concepto/teoría) y otra cosa, a veces muy distinta, es aquello
que es en realidad la sanidad pública española (la práctica). Por supuesto, todo ello en
relación al alcance de la misma (servicios que presta, a quien los presta, etc.), la calidad de
la misma y la forma de financiarse, estructurarse y desarrollarse.

En el caso concreto de la sanidad pública del Estado Español en su conjunto bien puede
decirse que existen diferencias bien marcadas entre el concepto/teoría de lo que debe ser

11
un sistema sanitario público de salud universal, a la teoría en la que ese concepto se
pretende estructurar en todo el territorio, a finalmente el resultado que todo ello tiene en
la práctica.

En el caso de la sanidad pública española, el concepto responde a un imaginario de estado


del bienestar donde la sanidad se pretende que sea universal y gratuita, eficaz, excelente y
con una gran cartera de servicios, pero su puesta en marcha teórica de ese planteamiento
conceptual no siempre tiene su traslación positiva en el terreno práctico, y visto está que
éste es uno de esos supuestos donde el concepto no casa con la realidad.

Y éste es uno de esos conceptos donde el concepto no casa con la realidad práctica pues si
bien es cierto que desde las últimas décadas del siglo XX el avance de la sanidad pública en
España ha sido muy intenso, ha mejorado mucho, e incluso en algunos momentos y en
algunos territorios ha sido referente de excelencia técnica, de excelencia médica y
científica, también es que el mismo sistema desde un primer momento ha tenido un gran
problema de base: su sostenibilidad económica.

Dicho problema de sostenibilidad económica es casi intrínseco al nacimiento del sistema


sanitario público español, pero cierto es que, en realidad, la insostenibilidad económica, o
como mínimo el alto coste económico deficitario que tiene para la sociedad el sistema
sanitario público español se ha visto acrecentado enormemente en los últimos años.

Los sistemas sanitarios públicos modernos europeos, tal y como los entendemos hoy en día,
parten en parte de la voluntad de los gobiernos de dotar a sus ciudadanos de unos modelos
de estados del bienestar donde el estado se convierta en el garante y protector de la
seguridad y la estabilidad de sus ciudadanos. Después de años de cruentas guerras y
conflictos de todo tipo, se impone cada vez más una filosofía social en la que impera el
establecimiento de modelos de sanidad pública que den cobertura general a toda la
población.

Ideológicamente se podrá siempre discutir la idoneidad o no de estos modelos de estado


de bienestar pero, tal y como se mencionaba ya en líneas anteriores, no es objetivo de este
estudio adentrarse en disquisiciones subjetivas, ni plantear lo que el autor del mismo piensa

12
a título personal pues es algo irrelevante y carente de interés para la persona lectora de
esta obra, sino que el objetivo del mismo es plasmar una realidad: el sistema actual, tal y
como está planteado, es cuanto mínimo ineficiente económicamente.

De esa necesidad de dar cobertura general de salud a la población nacieron unos modelos
de sanidad pública que primero se sustentaron en esa voluntad de crear estados del
bienestar y que se fueron desarrollando al calor del crecimiento económico. Además, sobre
los mismos no pesaba ni la carga demográfica de una población envejecida ni la cartera de
servicios era tan extensa, ni los costes que el sistema debía soportar en su conjunto eran
tan generosos ni amplios. Aun así, el sistema sanitario público español en su conjunto nunca
puede decirse que haya sido rentable económicamente.

La historia cambia a partir de la entrada en el siglo XXI y, sobre todo, a partir de la entrada
en una crisis financiera muy profunda de España y de muchos países del mundo. Es en estos
momentos donde la crisis económica pone en jaque la financiación del sistema, donde
además salen a relucir muchas de las deficiencias del sistema en sí mismo y las costuras del
mismo se tensan al máximo.

Es a partir de una situación de crisis donde se ve claramente que el sistema es inoperante e


ineficiente en muchos aspectos y que el mismo es cada vez más insostenible dada una cada
vez mayor presión demográfica, un mayor envejecimiento de la población, unos
tratamientos de alta tecnología más costosos, y, sobre todo, por una menor masa de
ciudadanos que cotice para sostener el sistema.

Todo este cóctel de factores, a los que se podrían sumar muchos otros, da como resultado
un sistema errático económicamente, y es a partir de esa realidad en la cual este estudio
pretende adentrarse a aportar detalles y humildemente soluciones al respecto.

13
5.1. Situación histórica del sistema sanitario público español

A tenor de lo leído hasta este momento, la persona lectora puede tener la impresión de que
cuando se habla de sanidad pública en el marco del territorio español se está hablando de
una realidad nueva. Ello para nada es cierto pues, por ejemplo, tal y como muy
acertadamente reflejan en el estudio encargado por la Escuela Andaluza de Salud Pública,
dependiente de la Consejería de Salud, perteneciente ésta a la Junta de Andalucía
denominado “Salud pública en España. De la Edad Media al siglo XXI” 2, los sistemas de salud
pública en España se remontan a tiempos muy lejanos, pero bien es cierto que los sistemas
sanitarios púbicos como se entienden en la actualidad tienen una historia mucho más
cercana tal y como se describía en líneas anteriores. Pero, por supuesto, ninguna realidad
presente puede entenderse tampoco completamente en su plenitud de no comprenderla
también en su marco histórico en su conjunto.

Pero, aun en este ámbito y siguiendo en base a lo reflejado en el estudio anteriormente


mencionado, “la aparición de una política sanitaria ordenada estatalmente se produjo a
partir de 1721, con el sistema de juntas de sanidad (Rodríguez Ocaña, 1988ª). En el siglo
XVIII, por organización sanitaria o, abreviadamente, sanidad, hemos de entender la parcela
de las administraciones públicas dedicadas a proteger la salud de la población frente a
enfermedades catastróficas” 3

Visto lo anterior corrobora uno de los aspectos que se ha mencionado en párrafos


anteriores, la sanidad moderna, el sistema sanitario actual tal y como lo entendemos hoy
en día no puede decirse que beba de las mismas fuentes que la de sus orígenes, pues si bien
es cierto que en 1721 se asientan las bases de una sanidad pública (aunque ya existían
juntas de sanidad que eran más antiguas, concretamente del siglo XIV, XV y XVI con toda
probabilidad), también es cierto en su momento como bien refleja el escrito la misión de

2
Rodríguez Ocaña, E.; Martínez Navarro, F. Salud pública en España. De la edad media al siglo XXI. Escuela
Andaluza de Salud pública.
3
Rodríguez Ocaña, E.; Martínez Navarro, F. Salud pública en España. De la edad media al siglo XXI. Escuela
Andaluza de Salud pública.

14
las mismas era “protegerla salud de la población frente a enfermedades catastróficas”. En
la actualidad, la realidad es bien diferente y la misma se entiende como un derecho
universal, global e ilimitado que alcanza prácticamente todo lo relacionado con la salud
personal, y eso sin duda, da un grado y una dimensión muy diferente a cualquier sistema
sanitario que deba sostener esa realidad.

15
5.2. Visión general de la situación actual del sistema sanitario público español

Tal y como se ha visto, todo lo relacionado con el ámbito de la salud “no es un valor
universal, ni siquiera absoluto, en muchos casos se emplea como vehículo instrumental de
determinados objetivos políticos o ideológicos. Sin embargo, pocos discutirán hoy que la
salud aparece como requisito para el desarrollo humano tanto desde el punto de vista
individual como social y universal y que nunca hemos estado tan cerca de dotarlo, como
objetivo, de perfiles tan universales. Más la troika que ha presidido el desarrollo histórico de
las políticas sanitarias, formada por la moral, la ciencia y el Estado, no parece haberse
modificado en los momentos actuales, de modo que los cambios que ocurran en cualquiera
de dichos dominios supondrán, inevitablemente, cambios en las políticas de salud, y retos y
exigencias nuevos para los salubristas” 4.

Lo anterior supone un buen resumen, una buena línea de la forma de entender y de la


realidad de los asuntos de salud pública, y reflejan fielmente en sus palabras dos conceptos
clave:

1- El concepto de salud pública y de los sistemas sanitarios que cuidan de ella se ha


transformado a lo largo de los años

2- Tal transformación trae consigo múltiples retos y exigencias para estos sistemas en los
tiempos actuales, y probablemente de importantes cambios si se pretende que el sistema
siga, como mínimo, perviviendo en un grado aceptable para el conjunto de la población.

Nada de lo anterior tendría sentido si las existencias de recursos para financiar la sanidad
pública fuesen ilimitadas, pero como que los recursos por definición son finitos, impera la
imposición de cambios y de afrontar los retos y exigencias que para sostener el sistema se

4
Rodríguez Ocaña, E.; Martínez Navarro, F. Salud pública en España. De la edad media al siglo XXI. Escuela
Andaluza de Salud pública.

16
requieran, y para sostenerlo lo primero es optimizarlo, y éste es uno de los principales
caballos de batalla de este estudio que en estas páginas se está desarrollando. Una
optimización que debe permitir la propia pervivencia del sistema.

17
5.3. Planteamientos de futuro para el sistema sanitario público español

Cualquier planteamiento de futuro que se pueda pretender realizar sobre el sistema


sanitario público español debe pasar indefectiblemente primero por la realización de las
siguientes preguntas que la sociedad debe hacerse en su conjunto: ¿se puede permitir el
país un sistema sanitario público en esencia universal y gratuito? ¿Este sistema
conceptualmente universal, público y gratuito (si por gratuito se entiende que el usuario
del sistema no tenga que pagar cantidad económica alguna por acto médico al que acuda y
no que sea un sistema sin coste, o que no suponga coste en impuestos, cotizaciones a la
sociedad) es el mejor sistema posible? Si la respuesta que la sociedad, y sólo la sociedad,
puede darse en su conjunto es lo que abrirá la puerta a los planteamientos de futuro para
el sistema sanitario público español.

Dando por supuesto (que no necesariamente entendiendo que esa sea la mejor decisión
por quien este trabajo suscribe) que la respuesta a las anteriores preguntas sean que la
sociedad pretenda que la sanidad pública española sea universal, pública, gratuita y que
tenga la máxima calidad y nivel de prestaciones posible, entonces será necesario
preguntarse el modo en cómo ello quiere sostenerse.

Para encontrar la respuesta a esa pregunta, y mejor aún, para encontrar (lo que es el caso
que aquí nos ocupa) la forma de sostener ese pretendido sistema y que el mismo funcione
en el presente inmediato, y muy especialmente en el medio y largo plazo deberán
encontrarse la solución a que el mismo sea sostenible económicamente, y ello pasa
básicamente por dos opciones: la carga que la sociedad (a nivel impositivo, de cotizaciones,
etc.) se aumenta para hacer el sistema sostenible a pesar de sus ineficiencias internas o se
miran de optimizar estas ineficiencias y la estructura del mismo para intentar hacerlo lo
máximo sostenible por sí mismo.

A partir de este punto este estudio podría adentrarse en valorar si sería más o menos
adecuado aumentar la presión fiscal o recaudadora en general para soportar el coste del
sistema sanitario público español, pero una vez más cabe recalcar que no es objetivo del
mismo entrar en este tipo de disquisiciones, así que el mismo se centrará en mirar de

18
encontrar el modo de conseguir la máxima auto-sostenibilidad que se pueda obtener del
sistema con la menor merma de calidad y de servicios posible.

Ahora bien, sea como fuere, el sistema, si quiere encararse hacia un futuro de certeza y
sostenibilidad, más allá de plantearse el modo de financiarlo y/o el modo de hacerlo más
eficiente, tiene que ser realista con una realidad que le afecta sea cual sea el modo con el
cual quiera garantizarse su futuro, y esa realidad no es otra que la del peso que ya se ha
mencionado que sobre el mismo tiene la demografía del país y el coste sanitario global en
su conjunto, entre otros elementos y factores.

Una buena muestra de la importancia del peso demográfico que tiene en la situación actual
del sistema sanitario público español, y de la afectación futura que la demografía tendrá
para la sostenibilidad del mismo sistema tan sólo es necesario, por ejemplo, contemplar las
imágenes que según el histórico y las proyecciones del CSIC muestran la realidad del
envejecimiento de la población española:

En primer lugar, se pueden ver los datos reales de los rangos de edad de la población
española en el año 1971:

Fuente: CSIC, http://envejecimiento.csic.es/estadisticas/graficos-dinamicos/graficos/piramide-espanya.htm

Luego, en segundo lugar, resulta muy interesante dar una visión de los datos proyectados
para el presente año (en el momento de la realización de este estudio) año 2015:

19
Fuente: CSIC, http://envejecimiento.csic.es/estadisticas/graficos-dinamicos/graficos/piramide-espanya.htm

Y, finalmente, más relevante aún resulta la proyección de datos para el año 2049:

Fuente: CSIC, http://envejecimiento.csic.es/estadisticas/graficos-dinamicos/graficos/piramide-espanya.htm

Tal y como puede comprobarse, la situación del envejecimiento de la población es un


problema de primer orden para el sistema sanitario español, pues en poco más de cuatro
décadas puede darse la situación de que se produzca una pirámide de edad de la población
prácticamente invertida entre la primera reseñada de 1971 y la proyectada para 2049.
20
Ello tiene dos lecturas esenciales básicas de carácter negativo para la sostenibilidad
económica de la sanidad pública: cuanto mayor sea el envejecimiento de la población,
mayores recursos económicos se necesitan para sostener el sistema al ser las personas en
este grupo de edad las que mayores recursos sanitarios consumen, y luego también cuanto
mayor sea el nivel de envejecimiento de la población y menor la capa intermedia de la
pirámide menor es el nivel de personas que económicamente sostienen el sistema.

Todo lo anterior, además, no se puede tan sólo enmarcar dentro del mero entorno de una
realidad nacional doméstica, pues dichos datos casan con una realidad global (o cuanto
menos de nuestro entorno más cercano) donde el envejecimiento de la población es una
realidad constante que, aunque pueda ser más acelerada y profunda en el caso español,
afecta a todos los países del entorno de España. Para muestra de todo ello véanse las
proyecciones realizadas por la Fundación General CSIC para el conjunto de la UE en el
periodo comprendido entre el año 1950 y el año 2050:

Fuente: FGCSIC, http://www.fgcsic.es/lychnos/es_es/articulos/envejecimiento_poblacion

Por supuesto, si tal envejecimiento de la población no tuviese una relación directa con el
impacto económico en el modelo sanitario, y en su coste de mantenimiento, a los efectos

21
que a este estudio ocupan podría no tener mayor relevancia, pero sí que la tiene y mucha
como ya lo demostraba un estudio realizado hace unos años por la Fundación BBVA 5:

Fuente: Fundación BBVA, http://www.fbbva.es/TLFU/dat/gastosanitario_web.pdf

5
Ahnen,N.; Meseguer J.A.; Herce San Miguel J.A. (2003) Gasto sanitario y envejecimiento de la población en
España. Fundación BBVA.

22
5.4. Acercamiento a la realidad de los sistemas sanitarios privados

Hasta este momento, este estudio se ha estado adentrando en la realidad del sistema
sanitario público español pero, tal y como ha venido indicando a lo largo de todo el
desarrollo del mismo, uno de los aspectos esenciales que aquí se pretende abordar es el
efecto espejo que puede producirse entre el sistema sanitario público español y el sistema
sanitario privado. Para que ello sea así, entonces, resulta necesario realizar un acercamiento
también a este último.

En primer lugar, un aspecto fundamental a tratar es la importancia que ambos sistemas


tienen en realidad para el cuidado de la salud de sociedad. No debe olvidarse que al final,
en el fondo, cualquier sistema sanitario, ya sea público o privado, tiene una única finalidad,
una finalidad común: el cuidado de la salud de la sociedad a la que sirve.

A partir de esa premisa básica otro aspecto que debe ponerse cuanto mínimo en duda es
esa pretendida competencia entre sistemas sanitarios. En realidad, todo parte de la misma
raíz y todos tienen la misma función. Es más, en realidad, no existe un sistema gratuito y
otro con coste, ambos sistemas, tanto la sanidad denominada pública como la denominada
privada, tienen un coste, la única diferencia es cómo se financia el sistema y qué requisitos
dan derecho a utilizar los recursos de ese sistema.

Así, la disyuntiva al final se reduce a una única cuestión, ¿el cuidado de la salud debe de ser
de acceso público y universal y se debe pagar entre toda la sociedad o bien debe ser una
cuestión de responsabilidad individual? Esta disyuntiva que ya se ha venido planteando a lo
largo de este estudio no corresponde al mismo ni adentrarse en ella, ni mucho menos
resolverla, pero esta disyuntiva sitúa a este estudio en el marco ideal para lo que pretende
el mismo: ¿en qué tiene similitudes ambos sistemas? ¿Qué pueden aprender uno del otro?
Y lo más importante para lo aquí tratado, ¿la experiencia adquirida y vivida del sistema
sanitario privado puede llevar a mejorar la rentabilidad económica de la sanidad pública?

Y es en el punto anterior donde precisamente se empiezan a encontrar algunas de las


respuestas a las preguntas que este estudio intenta encontrar.

23
Evidentemente que de ambos sistemas se pueden aprender cosas y, por supuesto, que
puede inferirse que la experiencia del uno puede mejorar los resultados de otro, y
concretamente en el terreno de la sanidad privada, precisamente su punto más
controvertido para una parte de la sociedad (el tratamiento de la salud humana como un
elemento mercantil) es el punto donde se encuentra, entre otros, uno de los grandes
caminos para la mejora de la rentabilidad de la sanidad pública española.

Un buen acercamiento a los sistemas sanitarios privados, la relación entre lo privado y lo


público y el flujo y necesidad de ambos se encuentra en lo expresado en el estudio ya
mencionado de la Fundación BBVA 6, el cual refleja que si bien la sanidad pública es una
instancia obligatoria en cualquier país cuya financiación debe realizarse con recursos
públicos, también lo es que la misma debe perseguir la eficacia operativa, por ello el mismo
estudio estima que la sanidad pública debería evitar la mala asignación de recursos y
debería tomar nota de la eficiencia que impera en las decisiones de la sanidad privada sin
perjuicio de que las decisiones últimas siempre sigan siendo potestad de las autoridades
públicas.

6
Ahnen,N.; Meseguer J.A.; Herce San Miguel J.A. (2003) Gasto sanitario y envejecimiento de la población en
España. Fundación BBVA.

24
6. Sistema sanitario público versus sistema sanitario privado

Del mismo modo que ya se ha venido destacando en puntos anteriores, en realidad, no se


deberían contraponer sistemas sanitarios, sino que se debería hablar de un asunto común
que es el cuidado de la salud y la diversidad de recursos existentes para llevar a cabo dicho
cuidado.

Ahora bien, resulta obvio y evidente que en la práctica sí que puede hacerse una distinción
entre sistemas sanitarios pues, aunque cada vez es más cierto que existe una interrelación
e incluso una colaboración entre ambos sistemas, funcionan como dos canales paralelos
que al final se interconectan, pero, que funcionan todo el camino en paralelo, con sus
particularidades, sus diferencias y diferentes alcances, pero también con sus analogías e
interrelaciones.

Una interrelación que ya se plasmó hace más de una década, por ejemplo, en el estudio
denominado “Lo público y lo privado en Sanidad” 7.

7
Pérez Espuelas C. (2001) Lo público y lo privado en Sanidad (Arbor CLXX)

25
6.1. El alcance de los distintos sistemas sanitarios

Dicho a modo coloquial y de una forma muy práctica (y en ocasiones no del todo precisa),
un sistema sanitario denominado público alcanza a todas las capas de la población y
cualquier persona física puede acceder a dicho sistema y utilizar sus recursos sin tener que
pagar ninguna cantidad económica cada vez que realiza uso de los mismos.

Por el contrario, y siguiendo con dicho modo coloquial y muy práctico, por sistema sanitario
privado se entiende aquel sistema que tan sólo permite entrar en él, utilizar sus servicios a
quien paga económicamente una cantidad por ellos para cada servicio que necesita.

Así, mientras en el primero de los servicios se podría hablar más de un concepto de usuarios
del sistema, en el segundo se estaría hablando más de un concepto de clientes del sistema.

Luego, en la realidad práctica de nuestro país, lo anterior es una verdad a medias, pues si
bien resulta cierto todo lo anteriormente expuesto también lo es que, por un lado, ni el
sistema sanitario público es tan accesible globalmente como se cree, ni el sistema privado
no resulta accesible.

Así, en primer lugar, si bien el acceso a la sanidad pública se pretende universal, en realidad,
tal y como se comentaba depende, en gran parte, de la cotización para tener acceso al
mismo (aunque la asistencia básica se pueda considerar un derecho universal no se está
hablando del sistema por completo en sí mismo). Además, otras cuestiones como el
derecho de acceso o no a la inmigración ilegal u otros aspectos demuestran que en la
práctica es un seguro de salud pública pero que puede tener sus limitaciones. Todo ello sin
contar, por ejemplo, con el coste de las medicinas que globalmente tampoco son gratuitas
en su totalidad y forman parte del sistema sanitario.

En segundo lugar, cierto es que la base del sistema sanitario privado se basa en el pago de
cuotas o de tarifas para acceder al mismo, pero también lo que cada vez más muchos
pacientes de la sanidad pública son derivados por ésta a centros privados o de gestión
privada y, en la práctica, están haciendo uso de los mismos.

26
6.2. Analogías entre los sistemas sanitarios públicos y los sistemas sanitarios privados

De tal modo, en la finalización del punto anterior se puede ver una de las principales
analogías entre sistemas: el trasvase de elementos y de servicios entre los mismos. Además,
esto abre la puerta a una de las formas con las cuales se puede pretender mejorar la
rentabilidad económica de la sanidad pública.

Y lo anterior es así, pues sí para la sanidad pública puede resultar más rentable
económicamente subcontratar a la sanidad privada algunos de los servicios que la misma
presta, de las funciones que la misma desarrolla o, incluso, alguno de los aspectos
estructurarles organizativos y funcionales de la misma en lugar de prestarlos por sí misma
si ello le supone un mayor coste económico puede entenderse como una vía de mejora de
la rentabilidad, y sin que ello tenga que suponer la pérdida del control, ni del sentido de lo
público, pues puede simplemente subcontratarse sin cederse la titularidad. Puede existir
gestión privada y titularidad pública y otras fórmulas que puedan permitir a lo público ser
más rentable sin por ello dejar de ser público.

Luego, indicar, que una de las grandes analogías entre ambos sistemas se produce en la
actualidad en la disponibilidad de tecnologías, y en parte, en equiparación de niveles de
servicio.

A colación con lo anterior, si por ejemplo se retrocediese en el tiempo hasta los años 80-90
del siglo pasado, del siglo XX, se podría comprobar como en esos momentos existía una
realidad paradójica: la sanidad pública ofrecía una mucha peor calidad de servicio (menor
comodidad para los pacientes y sus acompañantes, un trato más masificado, mayores listas
de espera, etc., etc.) pero, por el contrario, la misma contaba con unos recursos
tecnológicos más completos y avanzados de los que disponía la sanidad privada. En la
actualidad, la realidad es diametralmente diferente.

En el momento actual, obviamente siguen existiendo importantes diferencias en lo que se


podría denominar hoy en día como “experiencia de uso del cliente”, y en otros aspectos tan
esenciales como es en muchas ocasiones las listas de espera a pruebas especializadas, etc.,

27
pues la sanidad privada cuenta con mayores prestaciones y resultados para ello, pero la
sanidad pública ya no es aquel lugar lúgubre y gris de nefasto trato y peor servicio.

Y a nivel tecnológico la situación también se ha transformado. La sanidad privada ya cuenta


con los mismos medios técnicos que la pública y esta permite acceder a servicios que en
otros momentos habían estado vedados exclusivamente a la sanidad privada.

Por todo lo anterior, en la actualidad, se podría hablar de un sistema de coexistencia de dos


sistemas que pueden aportar cosas buenas entre sí, y que más que competir, se
complementan.

28
7. Optimizando el sistema sanitario público español

A partir de este punto, este estudio va a dejar de un lado el marco más teórico en el cual se
ha venido desarrollando (a pesar de que a lo largo del mismo ya se han ido mostrando
algunas pinceladas sobre las áreas que al mismo ocupan) y se centrará en el núcleo central
que al mismo ocupa: la forma de optimizar el sistema sanitario público con el fin de que el
mismo no resulte deficitario y en un marco ideal que resulte lo más rentable
económicamente posible.

Para realizar lo anterior se tendrá presente la variable mencionada de aquello que puede
aportar la sanidad privada como espejo para la sanidad pública pero también se debe poner
la atención en otros aspectos que, teniendo relación directa o no con la sanidad privada,
pueden tener una especial relevancia e impacto en la rentabilidad económica de la sanidad
pública.

Por ejemplo, en el terreno de lo anterior se podría mencionar un mejor aprovechamiento


de lo que ofrecen las nuevas tecnologías, especialmente en lo referido a las TIC (Tecnologías
de la Información y la Comunicación), una mayor especialización y conocimiento de éstas
que diese como resultado un uso más inteligente y eficiente de las mismas. Pues, como en
todo, no se trata tanto de darle un uso intensivo a las mismas, que también, sino de que
esa intensidad aporte resultados medibles y concretos.

Todo lo anterior, se irá desarrollando en los apartados posteriores, pero antes resulta
interesante detenerse en realizar un cuadro base de aquello que mejor puede detectar por
donde puede o no puede mejorar la sanidad pública. Realizar una radiografía de la misma
que la sitúe ante su mismo espejo y en base a ello, y en ver esa misma imagen de la sanidad
privada, ver en aquello que puede mejorar la primera para mejorar su rentabilidad
económica.

29
7.1 Análisis DAFO del sistema sanitario público español

Los análisis DAFO (debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades) es una herramienta


muy utilizada en el entorno empresarial para hacer una radiografía de la compañía
analizada y sacar las conclusiones correspondientes sobre su situación competitiva en el
mercado en base a las fortalezas, amenazas, fortalezas y oportunidades que la misma
posee, tiene y atesora.

Los análisis DAFO abarcan tanto el ámbito interno como externo de la compañía, es decir,
resultan analizables parámetros que corresponden al orden interno del funcionamiento y
estructura de la misma, pero también analizan parámetros externos a la misma, expertos
de su entorno que positiva o negativamente, modelan a la misma y en un grado u otro
marcan su devenir.

Cuando se piensa en los análisis DAFO se tiene la percepción de que únicamente se está
hablando de un tipo de análisis que afecte al mundo de las empresas, y ello para nada es
así.

Debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades que puedan ser analizadas para llevar a
unas determinadas conclusiones las tiene todo el mundo siendo su alcance entonces
poliédrico.

A nivel personal, una persona, por ejemplo, puede realizarse un análisis DAFO para detectar
su situación competitiva en el mercado laboral o para desarrollar esa pasión que tanto le
gusta. Del mismo modo, cualquier organización o ente puede realizar sus propios DAFO para
valorar y evaluar múltiples parámetros que permitan optimizar su funcionamiento.

Siendo así lo anterior, entonces resulta más que obvio que la sanidad pública española
puede, y debe, ser sometida al escrutinio de un análisis DAFO si quieren visualizarse todos
los aspectos positivos y negativos que la sitúan en su entorno de servicio.

Y, sin que ello tenga que suponer entender que se “mercantiliza” mediante tal análisis el
funcionamiento de la misma, aunque sí ello fuese así, puede que a nivel organizativo no

30
resultase negativo para el objetivo de lograr la rentabilidad económica del sistema sanitario
público español, pero en todo caso eso queda para líneas posteriores.

Del mismo modo que, tal y como se comentaba, la realidad a radiografiar por los análisis
DAFO es poliédrica, también son diversos los objetivos que los mismos persiguen. Dicho de
otro modo, un análisis DAFO puede realizarse a modo global de posicionamiento en el
mercado o puede centrarse en áreas específicas de aquello que analiza.

Este estudio se va a centrar en un objetivo concreto: el de obtener una radiografía que


permita extraer conclusiones sobre la rentabilidad económica del sistema sanitario público
español.

Unas consideraciones DAFO sobre el sistema sanitario público español podrían ser las
siguientes:

DEBILIDADES:

• Ser un sistema muy costoso económicamente

• Resistencia de la sociedad a soportar mayores cargas impositivas a cambio de gozar de un


mayor estado del bienestar, a pesar de ser sociológicamente la sociedad española una
sociedad que demanda y aboga por un fuerte estado proteccionista

AMENAZAS:

• Un progresivo y rápido envejecimiento de la población

• Una menor base de cotizantes si se instala crónicamente un nivel elevado de desempleo


estructural en España

31
FORTALEZAS:

• Una calidad técnica reconocida globalmente. El sistema sanitario público español goza de
una gran reputación y es comparado positivamente respecto a otros sistemas sanitarios
públicos de otros países

• Una calidad de capital humano también fuertemente reconocida. La sanidad pública


española cuenta con excepcionales profesionales sanitarios que, sin duda, son uno de los
puntos fuertes del sistema

OPORTUNIDADES:

• La reducción de costes y estructuras que suponen muchas herramientas TIC. Sobre todo, en
todo lo relacionado con el eHealth, tanto a nivel preventivo como a nivel asistencial

• Unos flujos migratorios controlados que puedan traer potenciales nuevos cotizantes, así
como un rejuvenecimiento de la masa de la población asistida pueden ser un camino tanto
para financiar mejor el sistema como para disminuir la carga sobre el mismo

32
7.2. Análisis DAFO del sistema sanitario privado español

Por supuesto, del mismo modo que el sistema sanitario público español es susceptible de
ser escudriñado en base a un análisis de tipo DAFO, el sistema sanitario privado también lo
es. Un buen análisis DAFO de este último podría ser el siguiente:

DEBILIDADES:

• La barrera de acceso que supone para una gran parte de la población poder acceder a los
servicios sanitarios privados, lo que limita el potencial de crecimiento en base de clientes

• Una percepción social, real o no, de sistema elitista que también limita la predisposición
positiva de muchas personas en relación a las bondades de este sistema

AMENAZAS:

• Una mayor presencia de políticas públicas que promuevan el fortalecimiento del sistema
sanitario público

• Un potencial enfriamiento de la económica nacional que provoque una menor capacidad


económica de la ciudadanía y, en consecuencia, una mejor capacidad para contratar este
tipo de servicios sanitarios

33
FORTALEZAS:

• Ofrecer una mayor calidad de servicio: mayor comodidad, ausencia de listas de espera, etc.

• Una buena capacidad de gestión y administración. Un sistema basado en resultados y no


funcionarial ni politizado

OPORTUNIDADES:

• Un nuevo clima de crecimiento económico puede comportar una mayor base de clientes
potenciales

• Una sanidad pública mermada por los recortes económicos vividos en los últimos años,
tensada en el presente y con un futuro borroso, invitan a muchas personas a contratar
soluciones complementarias de cuidado de salud, entre ellos, principalmente, seguros de
sanidad privada

34
7.3. Combatir las ineficiencias del sistema

A lo largo de todo este estudio se viene mencionando la necesidad de dotar al sistema


sanitario público español de una mayor sostenibilidad económica, de mirar las formas de
hacer el sistema rentable económicamente sin que ello suponga una merma de la calidad
del sistema ni del carácter público del mismo y, a lo largo del mismo, se han venido
desgranando algunos de los aspectos generales que tensionan el sistema, o que no
permiten que el mismo sea rentable y ello ha tenido su colofón, su punto álgido, en unos
análisis DAFO que resumen el conjunto de cuestiones que debilitan, amenazan, fortalecen
y generan oportunidades al sistema, pero no se ha entrado en el detalle de aquello que
realmente pone en cuestión la rentabilidad del mismo, de aquello que la pone en jaque y
de aquello que no le permite ser sostenible, cuanto mínimo, económicamente.

Obviamente, hablar de hacer rentable económicamente el sistema sanitario público


español no es hablar de una cuestión menor ni de algo que se solucione con cuatro retoques
o pequeños cambios estructurales. Resultará una falacia intentar hacer creer que
simplemente aplicando algunos cambios la rentabilidad económica se lograría y estaría
garantizada, pues una vez más la realidad es mucho más poliédrica, y compleja, que todo
eso.

Ahora bien, dicho lo anterior, también resulta cierto decir que existen algunos aspectos
clave y concretos, algunas funciones y formas de proceder específicas que no resultan
neutras para la rentabilidad del sistema y tienen un impacto en el mismo, y es sobre éstas
de las que quiere tratar este estudio en las siguientes líneas.

En las siguientes líneas se podrán visualizar aspectos concretos de factores que laminan la
rentabilidad económica del sistema y se analizarán las posibles soluciones a tal laminación,
para posteriormente intentar visualizar y responder si, además de aplicar estas soluciones
ante las ineficiencias del sistema, existen eficiencias de la sanidad pública, que pueden
incorporarse a la sanidad pública. Un doble análisis, una doble función que debe conducir,
en definitiva, a concluir lo que este estudio ha venido tratando a lo largo del mismo.

35
7.3.1 Ejemplos prácticos

De muy variada índole son las principales ineficiencias que lastran económicamente el
sistema de sanidad público español. Algunas de las principales bien pueden ser las
siguientes:

1- Un uso inadecuado, poco intensivo y/o poco eficiente de las tecnologías en general y de las
tecnologías de la información y la comunicación en concreto

2- Políticas sanitarias más destinadas a la curación o paliación que no a la prevención y que


aún no van lo suficientemente aliadas con un planteamiento de la corresponsabilidad del
usuario del sistema

3- Decisiones estructurales y de funcionamiento más basadas en muchas ocasiones en


decisiones políticas que no técnicas.

4- Un enfoque de recursos humanos aún muy enfocado en un sistema de trabajo


“funcionarial” y poco “empresarial”.

En los cuatro anteriores factores se encuentra gran parte de la clave una nula rentabilidad
económica de la sanidad pública en España, en estos cuatro elementos se encuentran los
cuatro pilares sobre los cuales no precisamente se sostiene el sistema económicamente.

Tal y como se podrá ver en las siguientes líneas, los dos primeros no tienen una relación tan
directa entre la comparativa que se pueda realizar entre la sanidad pública y la sanidad
privada española, pues tienen más que ver por un lado con un problema global de la sanidad
en su conjunto y en segundo lugar con un enfoque de la sanidad que aún piensa más en
pacientes que no en usuarios, y ello poco o nada tiene que ver con la dimensión pública o
privada del sistema que se trate.

36
Si bien, en parte, también tiene que ver especialmente en el uso de las TIC en sanidad, pues
por su agilidad y menor nivel burocrático, la sanidad privada en algunos campos en este
ámbito supera en implantación de soluciones, sistemas y procedimientos que aprovechen
el potencial de las TIC, a lo que se desarrolla en la sanidad pública.

Por el contrario, los dos últimos factores tienen una gran imbricación en aquello que puede
aportar la experiencia de sanidad privada en el diseño y desarrollo de la sanidad pública.

A todo ello se referirá este estudio en estas líneas, adentrándose en primer lugar en un
aspecto que resulta clave para entender el modo en el que se puede mejorar la rentabilidad
económica de la sanidad pública: supuestos y casos concretos que tienen una implicación
específica con los cuatro factores en este mismo punto desgranados.

37
7.3.2. Aplicando soluciones reales, efectivas y asumibles

A continuación, se verán punto por punto de forma concreta todos aquellos elementos
concretos, dentro de cada uno de los cuatro factores que suponen un lastre para la
rentabilidad económica del sistema sanitario, que se pueden señalar como grandes
elementos perjudiciales para tal rentabilidad, y soluciones que se podrían aplicar:

A) Ineficiencias debidas a un uso inadecuado, poco intensivo y/o poco eficiente de las
tecnologías de la información y la comunicación:

Tal y como expresa la Sra. Leticia Rodríguez 8 en el Estudio “Aportación de valor de las
tecnologías en el sector sanitario”, el auténtico valor en sanidad es el que redunda en una
mayor calidad de vida y atención al paciente conjugada con una eficiencia en el uso de los
recursos de los que se disponen. Y, según se desprende del mismo estudio, para lograr esa
perfecta conjugación el valor y la aportación de las tecnologías al respecto resulta
inestimable.

Buena muestra de lo anterior queda perfectamente reflejada en el mismo estudio 9


mencionado anteriormente. El mismo se expresa así sobre los beneficios de las tecnologías
médicas, indicando que éstas “contribuyen positivamente en el sector sanitario desde una
perspectiva social, asistencial y económica” y que “las tecnologías médicas aumentan la
accesibilidad a la asistencia sanitaria, contribuyen al incremento de la esperanza y calidad
de vida y permiten una gestión más eficaz de los recursos sanitarios, aumentando la
eficiencia del sistema sanitario”.

8
Price Water House Coopers Asesores de Negocios, S. L. (2014). Aportación de valor de las tecnologías en el
sector sanitario.

9
Price Water House Coopers Asesores de Negocios, S. L. (2014). Aportación de valor de las tecnologías en el
sector sanitario.

38
Todo lo anterior tiene una concreta y estricta relación con las tecnologías en general, y todas
ellas tienen un gran impacto en los sistemas sanitarios, pero de forma más desmenuzada y
concreta aún, de forma si se quiere más a pequeña escala, pero no por ello menos
importante, se debe de mencionar casos concretos relacionados con las Tecnologías de la
Información y la Comunicación, y es que éstas en concreto pueden ayudar y mucho a la
mejora de la eficiencia económica del sistema sanitario público español y, en muchas
ocasiones, no se están aprovechando adecuadamente.

A continuación, algunas muestras, algunos supuestos, que se dan o se pueden dar en el


funcionamiento del día a día del sistema sanitario, en el ámbito de un desaprovechamiento
de las TIC y que supondrían un importante impacto económico para las arcas públicas en el
caso de implementarse adecuadamente:

1- Muchas pruebas diagnósticas son realizadas y repetidas nuevamente al poco tiempo si se


acude nuevamente para otra consulta dentro del mismo sistema sanitario, pero en otro
centro médico. Ello tiene pleno sentido si se realiza con fines médicos, pero resulta absurdo
y nefasto económicamente cuando la causa es que los sistemas informáticos no están
plenamente integrados y cada profesional sanitario quiere “sus” propias pruebas médicas.
Ello tiene fácil solución con historias clínicas plenamente integradas y a disposición de todo
el sistema

2- Otro problema relacionado con el anterior, pero distinto en su base, es cuando para la
realización de todas estas pruebas se desprende el uso de folios, tinta, etc. Todo ello sería
fácilmente substituible por citas electrónicas, por ejemplo, en formato QR, dentro de Apps,
etc. La tecnología actual permite eso y mucho más y no se aprovecha lo suficiente,
suponiendo ello un coste innecesario al sistema sanitario.

Cierto es que para aplicar lo anterior se debe tener presente que existen capas de la
población (las más desfavorecidas pero, sobre todo, las personas de una avanzada edad)
que su poca familiarización y uso de los medios telemáticos podría ocasionarles una
implementación masiva, indiscriminada y sin alternativa.

39
Siendo así, quizá lo más recomendable entonces podría ser por defecto eliminar todo tipo
de documentos en papel, así la asistencia administrativa presencial y basarlo todo a través
de medios telemáticos, dejando eso sí un canal abierto, una línea de atención abierta y un
núcleo de personal activo para atender las peticiones de las personas que no supiesen
realizar todos los trámites y realizar todas las gestiones por medios telemáticos.

Ahora bien, dicho lo anterior, tampoco debe servir ello de excusa para no implementar un
modelo que económicamente sería muy rentable (en poco tiempo se amortizaría el coste
de implementación tecnológica y se obtendría una reducción de costes importante), no
mermaría la calidad de la atención y no debería dejar desatendido a nadie.

3- La implementación de las consultas realizadas de forma virtual también supondría una


importante reducción de costes. Una menor saturación del sistema, entre otros factores,
invitan a explorar otra posible línea de optimización de costes. Una vez más no todas las
visitas podrían ser virtuales por los mismos motivos del punto anterior, más en este caso
por la propia idiosincrasia de la visita, pues siempre existen visitas y urgencias que deberán
atenderse presencialmente. Ahora bien, sobre todo, para visitas de seguimiento y consultas
médicas estos medios telemáticos suponen una gran opción.

B) Políticas sanitarias más destinadas a la curación o paliación que no a la prevención y que


aún no van lo suficientemente aliadas con un planteamiento de la corresponsabilidad del
usuario del sistema

En las últimas décadas, los sistemas sanitarios en su conjunto han sido planteados
conceptual y prácticamente como sistemas destinados a “curar” a los “pacientes”. Ambos
conceptos han supuesto un modelado del sistema en particular que puede y debe cambiar.

40
Curar el daño y paliar el sufrimiento ha sido, es y seguirá siendo indispensable, seguirá
siendo una de las funciones médicas principales, pero sin ningún tipo de duda la cura y la
paliación deben ir precedidas de una mejor y más amplia prevención.

Todo sistema sanitario diseñado para prevenir, en lugar de curar y paliar, será sin duda un
sistema mucho más eficiente económicamente, pues no existe mayor ahorro sanitario que
el ahorro que propicia la prevención, y es que siempre resulta mucho menos gravoso
prevenir que curar.

Por supuesto, lo anterior, debe de ir alineado con el posicionamiento del usuario del sistema
precisamente en eso, en la órbita de usuario del sistema, y no de paciente del sistema. El
paciente tiene que ser corresponsable y coparticipe del cuidado de su salud, debe ser un
sujeto activo en la prevención de su salud y en el cuidado de la misma y no un sujeto pasivo
de un sistema que sólo le cure el daño y le intente paliar el sufrimiento.

Obviamente, existirán estados avanzados de enfermedad y determinados tipos de


tratamientos y enfermedades que siempre requerirán cura y de importantes esfuerzos
médicos paliativos, pero ese no debe ser el enfoque para el conjunto de usuarios del
sistema.

C) Decisiones estructurarles y de funcionamiento más basadas en muchas ocasiones en


decisiones políticas que no técnicas

Los sistemas sanitarios públicos y de gestión pública son por definición públicos, ello que
puede parecer de Perogrullo y, en cierto modo, absurdo de recalcarlo para nada lo es
cuando se comprueba que la definición de esa gestión, y, sobre todo, de esa toma de
decisiones pública en el ámbito de la salud es donde nacen algunos de sus principales
problemas de sostenibilidad económica.

La toma de decisiones pública no debería ser por definición problemática, ahora bien, la
realidad es bien distinta, pues en la mayoría de ocasiones las decisiones que se toman sobre

41
la gestión, la administración y el funcionamiento del sistema sanitario público, no están
basadas en elementos meramente técnicos de sostenibilidad económica del
funcionamiento del sistema, sino que están trufadas e impregnadas, viciadas de tomas de
decisión de carácter político tal y como ya se ha venido expresando con anterioridad.

Por supuesto, la sanidad pública, tal y como se indicaba al inicio de este estudio, no tiene
por qué medirse sólo con meros datos de rentabilidad económica, también se la puede
valorar por su rentabilidad social, y a ello están obligados los poderes públicos que la
administran y dirigen, pero de ello a la toma de decisiones de gestión por criterios políticos
y no técnicos no supone una buena medida para la rentabilidad económica del sistema de
sanidad público.

Toda administración de un sistema sanitario supone una asignación de recursos al mismo.


Así, si se quisiese aplicar un modelo basado en motivos meramente técnicos ni entrar en
interferencias ni injerencias políticas, entonces se podría hablar de modelos como por
ejemplo el propuesto por Michael Porter y reflejado en el estudio “Asignación de recursos
a hospitales: ¿Cómo promover la mejora de servicios y la eficiencia?” 10.

Tal y como expresa Porter, si se centrase la atención sanitaria a los pacientes en base al
valor que se aporta a éstos, si se pusiese a los mismos en el centro del sistema sanitario
entonces se podría hablar de un cambio pleno de paradigma en el conjunto de sistema,
pues el valor del sistema sería medido por los resultados sanitarios basados en el valor que
se aporta a cada paciente dividido por el coste global de ofrecer esos resultados y no en
basarlo en el coste que tiene el acceso del paciente al sistema en término de volumen de
actos médicos, conveniencia económica de los servicios que se prestan, etc.

Dicho de otro modo lo anterior, entonces el coste real del sistema sería sobre el valor que
éste aporta a los pacientes y no sobre simplemente la carga que éstos le aportan al sistema.

Obviamente, para poder transitar de un modelo hacia otro sería necesario transformar el
modo completo de entender la sanidad, y el mismo Porter reconocer que del mismo modo

10
Barros, O.; Aguilera, I. Asignación de recursos a hospitales: ¿Cómo promover la mejora de servicios y la
eficiencia? Serie gestión. Ingeniería industrial, Universidad de Chile.

42
que se tendría que poner al paciente en el centro del esquema de valor para determinar el
coste real por el valor y no por la prestación concreta de un servicio, también se debería
poner al paciente en el centro de la atención, y ello conllevaría conocerle -tanto preventiva
como paliativamente- y poder aplicar las medidas y las acciones necesarias para que la
aportación de ese valor fuese lo más, ya no tan sólo personalizada, sino adaptada a la
realidad de aportar un servicio de valor concreto a unas necesidades concretas y no un
servicio “mecánico” y preestablecido a unas necesidades globales. Y ese tránsito no es fácil,
al contrario, ese tránsito es una de las grandes dificultades a las que se afronta el sistema si
realmente quiere ser rentable con mayúsculas, en la máxima y plena acepción del término
rentabilidad.

Expuesto de otro modo todo lo anterior. A todas luces, el sistema sanitario público español
está excesivamente politizado, politizado en muchos aspectos, incluso en el del alcance que
debe tener la sanidad pública en nuestro país pero, sobre todo, politizado en la estructura
y toma de decisiones que se toman dentro del mismo del sistema, y ello tiene un alto
impacto para la economía del mismo, pues éste no se basa en una base de decisiones
pensada en el valor aportado al usuario, sino en la estructura prediseñada del sistema.

Un claro ejemplo de lo anterior se encuentra en las políticas de recursos humanos, en las


políticas de personal que se desarrollan en el sistema sanitario público y, más
concretamente, en todo aquello que concierne a la parte funcionarial del sistema, es decir,
a los directivos y funcionarios que forman parte del mismo.

El sistema sanitario público es un sistema que desde su esencia está impregnado de un halo
de funcionamiento funcionarial, ello afecta a todos los estados de capital humano del
sistema (incluso al personal no funcionario por la cultura interna del sistema), ahora bien,
donde este aspecto tiene especial impacto es en el ámbito de los funcionarios del sistema.

El sistema sanitario público es un sistema que prima aún demasiado el funcionamiento


funcionarial en lugar de ser un sistema basado en la meritocracia, es un sistema que aún
prima demasiado el “presentismo” y no basa su política de formación y desarrollo de
carreras profesionales desde un prisma empresarial, no basa la evaluación del desempeño

43
en una evaluación de competencias adecuada, objetiva y rigurosa. Sin duda, éste es uno de
los puntos donde el sistema sanitario público puede aprender, y mucho del sistema
sanitario privado.

Lo anterior se torna aún más sangrante si cabe en el caso de los directivos del sistema. Un
sistema de elección que elude casi por completo las decisiones de idoneidad técnica
seleccionado los cargos por cuestiones políticas del gobierno de turno de ese momento,
fomentan aún más un funcionamiento no basado en la meritocracia ni en un
funcionamiento basado en disponer de los mejores profesionales, sino que fomenta un
sistema basado en cierto “enchufismo” y sin ningún tipo de lugar a dudas ella no es la mejor
forma de optimizar económicamente el sistema sanitario público, pues no se toman muchas
decisiones porque esas sean las mejores decisiones que objetiva y técnicamente se pueden
tomar, no se selecciona a tal o cual cargo porque ese perfil profesional sea el más adecuado
para ocupar ese cargo en concreto, sino que tanto muchas decisiones de funcionamiento
como muchas elecciones de cargos se realizan porque interesa por motivos ajenos a los
motivos que deberían impulsar tales decisiones y contrataciones de directivos.

44
7.4. Lo privado como espejo de lo público

Para cerrar este estudio, el mismo se adentrará en aquello en lo que la sanidad privada en
concreto y específicamente puede aportar directamente a la sanidad pública española para
mejorar la rentabilidad económica de ésta.

Todo el estudio ha estado volcado en esta cuestión y se han mostrado datos y detalles que
han puesto a la luz las deficiencias y los problemas del sanitario público español para ser
rentable económicamente. Ahora llega el momento, ya no de confrontarlo con lo privado,
y de confrontarlo, tanto para aquello que puede aportar lo privado a lo público como para
ver que puede “aprender” lo público de lo privado.

Para empezar con este tema ver lo que el Dr. Sánchez Bayle refleja en su estudio “La
privatización de la asistencia sanitaria en España” 11:

“Privatización de la financiación:

Desgravación de seguros médicos por las empresas

Copagos: medicamentos, transporte, dietas, órtesis y prótesis

Recortes en la cartera de servicios (incita al aseguramiento y/o financiación privada


complementaria)

Privatización de la gestión del aseguramiento:

Mutualidades de funcionarios (MUFACE, ISFAS, etc.)

Utilización de criterios privados de la gestión manteniendo la titularidad pública:

Empresas públicas

Fundaciones sanitarias

Entes Públicos

11
Sánchez Bayle, M. (2014). La privatización de la asistencia sanitaria en España. Fundación Alternativas.

45
Sociedades mercantiles públicas

Provisión de algunos servicios por empresas privadas:

Conciertos

Externalizaciones (privatización de servicios de apoyo y/o de actividades concretas)

Privatización de la gestión con titularidad mixta:

Consorcios

PFI (iniciativas de financiación privada)

Privatización de la gestión con titularidad privada:

Privatización de servicios centrales y alta tecnología

Privatización de la planificación y el control

EBAs (empresa de base asociativa en atención primaria)

Conciertos singulares con empresas privadas para la atención sanitaria de un área de salud
Concesiones administrativas (modelo Alzira)”

Sin duda, tal y como puede verse, aplicar mecanismos que a priori parecen resultar
exclusivos de la sanidad privada puede llegar a resultar sumamente positivo para el
conjunto de la sanidad pública, y es que la misma no puede resultar, ni resulta inmune a su
gestión (empresarial) por muy pública que ésta sea.

Una gestión empresarial no significa una privatización del sistema, y no puede basarse una
negativa a tal tipo de gestión en una percepción sesgada de aquello que resulta que algo
sea gestionado de una forma empresarial.

Lo contrario, el negar que lo público puede aprender de lo privado en aquello que concierne
a la gestión empresarial, en lugar de ser algo positivo que beneficia al sistema público en
base a lo que los pretendidos puristas defensores del mismo plantean es algo negativo y
paradójicamente le perjudica. Y es algo negativo y perjudicial pues capa, limita y a veces
elimina la posibilidad de que un sistema que puede seguir siendo perfectamente público se
pueda beneficiar de un modo de gestión de eficacia objetivamente probada, simplemente

46
por meras percepciones subjetivas sesgadas y por derivas ideológicas que nada tienen que
ver con lo que -a modo real y práctico- puede serle conveniente al sistema de sanidad
pública para su rentabilidad económica.

Dicho de otro modo, no se trata de renunciar a ningún principio ni de desvirtuar o pervertir


el mismo espíritu y funcionamiento de la sanidad pública de no desear que así sea, sino que
de lo que se trata es de que ésta pueda funcionar de la mejor forma posible. Y ello les
conviene tanto a los puristas defensores del sistema público en su esencia más pura
(permítase la redundancia) que a los que tienen un planteamiento más pragmático que
dogmático.

47
7.4.1. Enfoque empresarial, rentabilidad y servicios públicos

Tal y como se refleja, por ejemplo, en lo indicado en el estudio nombrado en el punto


anterior una de las posibilidades que el autor manifiesta es una “Utilización de criterios
privados de la gestión manteniendo la titularidad pública”, evidentemente existirían otras
opciones y, sin duda, el camino de la prestación de algunos servicios de la sanidad pública
por parte de empresas privadas o la gestión privada manteniendo la titularidad pública
podrían ser un camino para intentar convertir a la sanidad pública en un sistema sanitario
rentable económicamente, pero ante la certidumbre que esa realidad chocaría de buen
seguro con un fuerte rechazo social y grandes trabas políticas, una medida que puede
resultar efectiva, que supone de facto gestionar algunos parámetros de la sanidad pública
como si se tratase privada pero sin que, en realidad, en ningún caso lo sea, son algunas de
las opciones que dentro de ese epígrafe de “utilización de criterios privados de la gestión
manteniendo la titularidad pública se encuentran”.

Y es que, sin duda, uno de los grandes elementos que puede aportar la sanidad privada a la
sanidad pública es su modelo de gestión, por lo que se implanta un sistema análogo al
privado, el primero debe tender a una mayor racionalización en costes, a una mayor
eficiencia y, en consecuencia, a una mayor rentabilidad económica.

48
7.4.2. Aprendiendo de lo privado, gestionando lo público

De todo y de todos siempre se puede aprender, y negarse a ver lo que una parte puede
aportar a la otra sólo puede entenderse desde el desconocimiento de la realidad objetiva o
bien desde la subjetividad que aporta cualquier posicionamiento ideológico.

Así, y focalizando el tema en sanidad privada versus sanidad pública, si se desnuda de


subjetividad aquello que puede servir como ejemplo de la primera para la segunda puede
verse que existen distintos elementos que económicamente son irrefutables para
recomendar su aplicación.

Luego se puede entrar en disquisiciones y opiniones políticas, y todas ellas por supuesto
serán validad y tendrán sus legítimos razonamientos, luego incluso se podrá llegar a discutir
e incluso decidir que por cuestiones de decisión política no se implantan medidas que
económicamente son adecuadas pero que para se consideran desvirtuadoras de lo que
quien debe decidir considera que debe ser un sistema sanitario público y como debe
funcionar y gestionarse el mismo.

Ahora bien, fuera de las anteriores subjetividades, algunas de las grandes aportaciones de
aprendizaje que el sistema sanitario privado puede hacer al público son las siguientes:

1- Una gestión de personal profesionalizada, no politizada, y de enfoque empresarial. Enfoque


de los profesionales sanitarios como profesionales del libre mercado y no del funcionariado
estatal

2- Una asignación de recursos (tanto humanos como materiales) en base a criterios de


eficiencia empresarial y no tanto de idoneidad política o de otras consideraciones no
basadas estrictamente en componentes de interés económico empresarial

49
8. Conclusiones

Para que cualquier órgano sea viable en el tiempo el mismo debe de ser viable en todas sus
vertientes. Ello, por supuesto, también sucede en los sistemas sanitarios y uno de los
talones de Aquiles de éstos, especialmente de los sistemas sanitarios públicos, es su
viabilidad económica.

La viabilidad económica de un sistema sanitario público pasa por hacer que el mismo sea
rentable económicamente, para ello pueden existir distintas formas y medios, pero
teniendo siempre presente que si lo que se pretende preservar es el carácter público del
sistema deberán evitarse medidas que lo privaticen.

Que existan medidas a evitar (como por ejemplo una privatización de la titularidad) no tiene
que ir reñida con el aprovechamiento que el sistema sanitario público puede sacar de
algunas de las bondades del sistema sanitario privado. Dicho aprovechamiento puede ser
tanto directo mediante la cooperación entre sistemas, como indirecto mediante el
“aprendizaje” y “asimilación” de aspectos de la sanidad privada por parte de la sanidad
pública.

Para saber qué puntos se deben atacar, para que los mismos redunden en una reducción
de costes y en consecuencia en una mejor rentabilidad económica debe analizarse de que
adolece el sistema sanitario público español para revertir la situación.

En este trabajo se han puesto sobre la mesa dos realidades:

Primero, se ha mostrado todo aquello que de modo genérico afecta al sistema, sin que ello
tenga relación directa con lo que pueda aportarle la sanidad privada. Entre estos aspectos
está el alto coste económico en general y aspectos concretos como, por ejemplo, la no
suficiente utilización de medios telemáticos (ni tampoco se aprovechan de una forma
óptima los recursos tecnológicos que existen en la actualidad en el ámbito de las TIC y otros)
para la asistencia sanitaria que esponje las visitas médicas ordinarias y de urgencias
hospitalarias, y la poca -aún- dedicación a prevenir en lugar de a curar y paliar lo que

50
propiciaría una mejora de calidad de vida, un envejecimiento más saludable y, en
consecuencia, una menor carga económica para el sistema sanitario.

Y, en segundo lugar, se ha visto como medidas concretas de implementación de criterios de


gestión privada dentro del ámbito sanitario público, entre los que primen una asignación
de recursos basada en la eficiencia económica y la gestión de personal basado también
sobre un prisma de empresa privada y no funcionarial son grandes elementos a tener en
cuenta para propiciar esa realidad buscada de un sistema sanitario público rentable
económicamente y, por ende, sostenible en el tiempo.

51
9. Trabajos futuros

Sin duda, de este trabajo se puede desprender una línea de trabajos futuros posibles a
poder desarrollar.

De todos los que podrían plantearse, quizá el que resulte potencialmente más interesante
a ojos de quien este trabajo ha desarrollado bien puede ser plasmar cómo es posible
trasladar el modelo de sanidad privada a lo largo de sanidad pública.

En este estudio que ahora concluye se ha tratado más de exponer el modo en el que el
espejo de la sanidad pública puede contribuir al mejor desempeño de la rentabilidad de la
sanidad pública, pero no se ha adentrado en si sería extrapolable, o incluso sustituible
totalmente en parte un modelo público por un modelo mixto o privado, y ello puede quedar
en el tintero para cualquier trabajo futuro que pueda pretender desarrollarse.

Todo ello en base a, entre otros muchos aspectos, elementos que se han tratado en
distintos estudios ya realizados como por ejemplo “Nuevas formas de gestión y su impacto
en las desigualdades” 12, “Ventajas e inconvenientes del copago en la financiación y gestión
de la atención sanitaria urgente” 13y “Empresa privada en la Sanidad: adecuación a las
distintas funciones sanitarias” 14

12
Martín-Garcia M.; Sánchez Bayle M.; (2004) Nuevas formas de gestión su impacto en las desigualdades
(Gaceta Sanitaria)
13
Moreno Millan E.; (2007) Ventajas e inconvenientes del copago en la financiación y gestión de la sanidad
sanitaria urgente
14
Callejon M.; Ortún V. (2002) Empresa privada en la Sanidad Pública: adecuación a las diferentes funciones
sanitarias

52
BIBLIOGRAFÍA

-Ahnen, N.; Meseguer J.A.; Herce San Miguel J.A. (2003) Gasto sanitario y envejecimiento
de la población en España. Fundación BBVA

-Barros, O.; Aguilera, I. Asignación de recursos a hospitales: ¿Cómo promover la mejora de


servicios y la eficiencia? Serie gestión. Ingeniería industrial. Universidad de Chile

-CSIC: Consejo superior de investigaciones científicas (Ministerio de Economía y


Competitividad, Gobierno de España)

-Callejón M.; Ortún V. (2002) Empresa privada en la Sanidad Pública: adecuación a las
diferentes funciones sanitarias

-Fundación General CSIC (edición digital) (nº2 Linchnos)

-López Casanovas G. Racionalizar y optimizar el gasto sanitario. Clave de la aportación de la


economía de la salud al bienestar social

-Martín-Garcia M.; Sánchez Bayle M.; (2004) Nuevas formas de gestión su impacto en las
desigualdades (Gaceta Sanitaria)

-Moreno Millán E.; (2007) Ventajas e inconvenientes del copago en la financiación y gestión
de la sanidad sanitaria urgente

53
-Pérez Espuelas C. (2001) Lo público y lo privado en Sanidad (Arbor CLXX)

-PricewaterhouseCoopers (2014). Aportación de valor de las tecnologías en el sector


sanitario

-Rodríguez Ocaña, E.; Martínez Navarro, F. Salud pública en España. De la Edad Media al
siglo XXI. Escuela Andaluza de Salud Pública

-Sánchez Bayle, M. (2014). La privatización de la asistencia sanitaria en España. Fundación


Alternativas

54

También podría gustarte