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ANOREXIA Y BULIMIA: LAS FORMAS MODERNAS DE LA RESTITUCIÓN

Autor/es: Entrepsi.
Expositora: Psicoa. Daniela Carneiro
Institución: Entrepsi, espacio de investigación en salud mental.
Contacto: (0381) 4221106; entrepsi-tuc@live.com.ar
Resumen
Cuando el objeto falta a la comida, como dijimos en otras oportunidades, hace al
banquete y en consecuencia al deseo de comer. ¿Sería escandaloso sostener entonces
como hipótesis que la anorexia y la bulimia son necesarias y fundantes de la
estructura? En definitiva y para sostenernos sólo desde la fenomenología, no se trata
de que expulsan al objeto bajo la siguiente modalidad: no como – lo dejo fuera o lo
como – lo dejo fuera. Alternancias necesarias para restituir el circuito significante a la
manera precaria de un fort - da. Freud nos advertía de este movimiento necesario para
la constitución del psiquismo bajo las formas de la behajung y el ausstossung. La
anorexia y la bulimia parecerían las formas contemporáneas de estos mecanismos
estructurantes en el intento de recuperar y restituir el psiquismo accidentado.

Hace un tiempo distinguimos bajo el título “La Gran Comida del Amo” la relación que los
fenómenos predominantes en la actualidad, bajo la forma de la anorexia y la bulimia o
los llamados trastornos alimentarios dependían del discurso reinante de otro que se
presentaba bajo la demanda feroz de un amo implacable.
No hay dudas, ni nosotros la teníamos, de que la dimensión construida del superyó por
un sujeto carente de Nombre del Padre fue una preocupación para la humanidad que
Freud supo darle su nombre propio. En nuestros recorridos posteriores fuimos
pensando a la anorexia y la bulimia como formas reivindicatorias del deseo. Reflexión
que estamos en condiciones sólo parcialmente hoy de ir fundamentando.
Entrepsi, fundado en el año 2005 con la intersección del discurso psiquiátrico y
psicoanalítico, viene realizando investigaciones de las cuales damos testimonios
periódicos en congresos de las rupturas ocasionadas al corazón del inconsciente por
accidentes diversos: acting - out, actos delictivos, adicciones, toxicomanías, bulimias,
anorexias, etc. En nuestro proceso nos unimos a las voces que también intentan una
lectura de estos fenómenos y que encuentran como respuestas una consecuencia de
los discursos de la época.
En este último período, Entrepsi se ha formulado la siguiente hipótesis: si la pulsión de
muerte tiene como primer tiempo a una pulsión oral resistente a cualquier socialización
y enlace al campo del Otro. Para ello entendemos que, en tanto todo sujeto pasa por la
constitución fundante de la oralidad, es posible encontrar los fenómenos antes citados
en las diferentes estructuras clínicas.
Considerando que lo que entendemos por estructura es la respuesta al Otro y una
particular posición en relación al objeto, desde esta concepción interrogamos si la
anorexia y la bulimia, aún cuando podemos diferenciar algunos matices, son una
respuesta neurótica, psicótica, perversa. O si más bien entran en los cuadros llamados
borderline, por la falta de diferenciación clara de los límites de sus efectos subjetivos.
Digamos más bien que podemos coincidir con algunos de los autores en distinguirlas
como una formación subjetiva que tiene su especificidad dentro de la estructura.
La alimentación es vehiculizada por una pulsión oral que por su condición primitiva,
permanece en muchos casos descuidada y olvidada. Entonces vemos que el
alimentarse está relacionada al modo primordial de ingreso del Otro en la conformación
del sujeto. Por lo tanto la alimentación podría constituirse o coagularse como fenómeno
siendo inherente a cualquier estructura.
Considerando que habíamos señalado para la estructura tres elementos, Otro, sujeto y
objeto, distinguimos su dinámica en las organizaciones siguientes:
a) Para la psicosis, la bulimia y la anorexia cumplirían el valor de suplencia
imaginaria por forclusión del Nombre del Padre. Para el sujeto de estos fenómenos el
Otro cumple una función de superyó, o sea, con una dimensión extraordinaria en lo
imaginario. El superyó conocido como perseguidor con demandas devoradoras y/o
matadoras, hará de la bulimia y la anorexia un recurso subjetivo para evitar la voracidad
del Otro. De ahí el “no como nada” convierte al sujeto no sólo en el autista que no come
palabras, sino en el anoréxico, el cual no abre la boca para no dar entrada a ese Otro
que “me envenena”.
Del “no como nada” al “te expulso” bajo el signo de vómitos y/o diarreas, evita de este
modo el desencadenamiento psicótico (brote) controlando al Otro. Paso previo al delirio,
a la constitución delirante que provocaría una desestructuración yoica. Así se produce
el alivio del peso real del cuerpo. Alivio del peso del Otro.
b) La histeria demanda un Otro barrado para que exista el deseo. Opera para
sostener al deseo inscribiendo la falta en el Otro, al modo de que el Otro pueda
formularle “no te enfermes”, “te necesito, te deseo”; y del lado del sujeto “no como para
que te aflijas”, “no como para que te angusties”, decir, “no como para que me dones la
comida respetando lo que me gusta”. De este modo particular la histérica se asegura
imaginariamente que la deseen, se asegura comer del deseo. La angustia en el Otro
dice de la castración. El reverso de esa acción lleva incluido algo del orden del desafío
y la especulación histérica.
c) El obsesivo se encarga de destruir la falta, el deseo en el Otro. En el intento de
separar deseo de goce va a destruir al Otro, o bien a completarlo. En este caso, recurre
a la singular defensa: “no como, doy de comer para no ser comido por el Otro”.
Intentará dividir y separar para constituir al objeto de tal modo que no lo toque en el
cuerpo el goce y para ello se sirve del significante.
Así en la anorexia nada para el cuerpo, todo de metonimia significante. El obsesivo es
el cocinero, el “gran chef” pero él no come. Entra en la organización de los regímenes
calóricos. En la bulimia ejerce la alternancia de esta primera posición, con la
compulsión de vómitos. El desafío al Otro lo hace desde posiciones como faltarle al
Otro como acto de amor o borrar el deseo aniquilándose.
d) En la melancolía al producirse una identificación al objeto, se pierde el yo y
por tanto la posibilidad de relanzar la pulsión. Como si esta, la pulsión, careciera de su
condición sexual y por tanto perdiera su función libidinal. El sujeto melancolizado queda
fusionado al Otro siendo él todo el objeto en falta. Si la sombra del objeto recae sobre el
yo es porque el sujeto ha sido borrado por el ser del objeto. La anorexia y la bulimia
como pasajes al acto se erigirían como únicos modos posibles de restituir al sujeto. El
“no siento ganas de comer” se articula al complejo de asedia que nos muestra este
sujeto. “No quiero vivir, no me quiero levantar, no quiero comer” evidencia el modo en
que la pulsión a producido un repliegue narcisista que lo podría llevar al sujeto a su
muerte real a fin de darle muerte al Otro voraz que lo aniquila.
Volvamos a situar por fundantes los elementos de la estructura. Si entendemos que se
juega en la misma la angustia y la pérdida como necesaria a la constitución subjetiva,
debemos entender que no hay salvación sin pérdida para hablar en términos
apocalípticos.
Por lo tanto que el objeto falte a la comida, como dijimos en otras oportunidades, hace
al banquete y en consecuencia al deseo de comer. ¿Sería escandaloso sostener
entonces como segunda hipótesis que la anorexia y la bulimia son necesarias y
fundantes de la estructura? En definitiva y para sostenernos sólo desde la
fenomenología, no se trata de que expulsan al objeto bajo la siguiente modalidad: no
como – lo dejo fuera o lo como – lo dejo fuera. Alternancias necesarias para restituir el
circuito significante a la manera precaria de un fort - da.
Freud nos advertía en su texto de la denegación de 1925, de este movimiento
necesario para la constitución del psiquismo bajo las formas de la behajung y el
ausstossung. La anorexia y la bulimia parecerían las formas contemporáneas de estos
mecanismos estructurantes en el intento de recuperar y restituir el psiquismo
accidentado.

Bibliografía:
Sigmund Freud: Obras Completas. Ed. López Ballesteros
Jacques Lacan: Los Seminarios. Ed. Paidós
Jacques Lacan: Escritos I y II. Ed. Paidós

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