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FICHA DEL MEDIADOR DE LA LECTURA (FML)

DON MACANUDO, de Mauricio Paredes

SÍNTESIS:

La historia ocurre en una localidad costera, la playa Santa Pereza. La narradora es


Clemencia, una anciana quien, luchando con el paso de los años y lo esquivo del recuerdo,
va develándonos cómo fue el verano en que conoció a Pedro, por qué es digno de contarse
y, por sobre todo, por qué el libro se llama Don Macanudo.
En ese punto la novela se abre a la aventura, la amistad, los juegos y a disfrutar del
paisaje marino, pero también a conocer el primer amor, que se vino lleno de sorpresas,
dudas y cierta cuota de tristeza. Entonces, en medio de todo aparece Don Macanudo, un
hombre pequeño de estatura, pero de un enorme corazón; él es una de esas personas que
en silencio hacen que la vida resulte mejor para otros, aunque ellos no tengan la misma
visión de mundo o no sepan agradecerlo.
Este libro, como muchos de Mauricio Paredes, ahonda con naturalidad y sencillez en
cómo nos vamos enfrentando a los problemas del mundo siendo todavía niños; pero más
importante que eso, el libro es capaz de llevarnos a situaciones que en apariencia pueden
ser dolorosas –la traición, la humillación, la violencia verbal– para describirlas siempre como
una posibilidad de solución y, más todavía, de crecer y ser mejores personas.
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CONTEXTUALIZACIÓN:

Mauricio Paredes (Santiago, 1972) es un reconocido narrador de literatura infantil.


Sus libros gozan de gran popularidad entre los lectores y tienen la cualidad no solo de
entretener, sino también de forjar con entusiasmo el hábito de la lectura en los más
pequeños.

Estudió Ingeniería Civil Eléctrica, profesión que ejerció hasta el año 2001, momento
en el que decidió seguir su vocación literaria. Ha publicado libros en Chile, Argentina,
Colombia, El Salvador, España, México, Perú y Venezuela. Además de escribir, se dedica a
la investigación y difusión de la literatura infantil. Ha sido guionista de televisión, profesor
universitario, colaborador del Ministerio de Educación y presidente de la sección chilena de
la Corporación Internacional del Libro Infantil, IBBY. Realiza actividades con niños y charlas
para especialistas, las cuales ya superan las 700 presentaciones. Ha participado como jurado
del Concurso Nacional de Novela del Ministerio de Cultura de Chile, del concurso El Barco
de Vapor de Ediciones SM Chile y del Premio Casa de las Américas en Cuba. El año 2007 fue
elegido como uno de los 100 líderes jóvenes de Chile por el diario El Mercurio y el 2012 fue
designado como persona pública distinguida por su contribución a la literatura.

Ha publicado La cama mágica de Bartolo (2002), ¡Ay, cuánto me quiero! (2003),


Verónica la niña biónica (2005), Los sueños mágicos de Bartolo (2006), Cómo domesticar a
tus papás (2009), Bartolo y los enfermos mágicos (2011), Mi hermano gigante (2012), y
Bartolo y los cocodrilos mágicos (2013). Junto a Verónica Laymuns hizo El festín de Agustín
(2006). Además, el 2008 publicó un libro de terror para jóvenes llamado Perverso. En
Ediciones SM ha publicado La familia Guácatela (2011), Tincuda, la comadrejita trompuda
(2012) y Don Macanudo (2014).
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TEMAS RELEVANTES:

Puede resultar sugerente enmarcar un libro de este tipo (donde se impone la propia
vida, con sus matices, desde el foco de la niñez y la juventud) junto a registros de la literatura
chilena y universal que describen la vida desde la mirada de un niño. A continuación, se
señalan algunos ejemplos:

PAPELUCHO

“Resulta que a mí siempre me pasan muchas cosas, por eso decidí escribirlas para
que no se me olviden”, dice Papelucho, el personaje infantil más reconocido de la tradición
literaria chilena. Esta obra corresponde a una de las primeras aproximaciones de manera
más lúdica y desde la consecución de anécdotas atractivas, aunque dramáticas, teñidas de
cierta ironía y con mucho sentido del humor. Papelucho es la obra más representativa de la
vasta trayectoria de su autora, Marcela Paz, que abarcó una saga de doce títulos (hoy
nuevamente reeditada por Ediciones SM) que fueron publicados desde 1947 hasta 1974.

Resulta lógico relacionar cualquier relato de infancia, sobre todo si ocurre en Chile,
con Papelucho, aunque no debemos desconocer que esto corresponde al género de la
“iniciación”, es decir, escribir tomando el testimonio como matriz de sentido para conocer
y dar cuenta de la experiencia vivida que, cabe señalar, tiene su mayor riqueza en la infancia
y juventud, donde se forma la identidad y se proyecta quienes seremos en la adultez.

CORAZÓN

Esta novela escrita por Edmundo de Amicis en 1886, al igual que Papelucho, lleva
por subtítulo “Diario de un niño italiano”. Narra la formación emocional de un muchacho
en la emblemática ciudad de Turín. Comprende un libro que fue proyectado para
estremecer, con fuertes imágenes de sacrificio, siempre buscando destacar los valores
familiares, la visión de la sociedad de la época y la condición de vida de los niños en el siglo
XIX.

DIARIO DE ANA FRANK


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Por último, destacamos el libro Diario de Ana Frank (1947) que ante todo se impone,
aparte de ser narrado como un testimonio, como el registro real de la vivencia de una judía
refugiada, acechada por los nazis en tiempos del Holocausto.

Leamos un fragmento destacado del diario:

“Sábado, 20 de junio de 1942.

Hace varios días que estoy sin escribir; necesitaba reflexionar sobre lo que significa
un Diario. Es una sensación particular, que aunque tiene como mayor razón y sentido,
expresar mis pensamientos, me resulta extraño, no solo porque yo no he escrito nunca
todavía, sino porque creo que nadie se interesará más tarde por las confidencias de una
escolar de trece años. En fin, eso carece de importancia. Pero para mí lo tiene el escribir.
Tengo ganas de escribir y aún más de sondear mi corazón sobre toda clase de cosas que
pasan.
Me parece, además, que el papel es más paciente que los hombres. Sí, el papel es
paciente. ¿Alguien más lo cree así? Este dicho acudió a mí un día de sutil melancolía en
que estaba aburriéndome a más no poder, la cabeza apoyada en las manos, demasiado
disgustada para decidirme a salir o quedarme aquí en el refugio aunque fuera un
momento. Sí, en efecto, el papel es paciente, y, como supongo que nadie se preocupará
de este cuaderno tan adecuadamente titulado ‘Diario’, no tengo ninguna intención de
dejarlo leer nunca a nadie, salvo que encuentre en mi vida al Amigo o a la Amiga a quien
enseñárselo”.

CONSTRUCCIÓN DE SIGNIFICADO:
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Plantear un libro desde la adolescencia siempre resulta un desafío que puede
reportar enormes beneficios para comprender las problemáticas propias de la edad, y en
ese sentido, debe abordarse la vida desde sus alegrías y también sus sinsabores. Clemencia,
la protagonista de esta historia, se describe así en la época cuando ocurren los hechos:
“Vivía con mi mamá y éramos pobres, pero no quiero dar pena, porque mi vida ha sido feliz
y tranquila. Aquel verano fue especialmente emocionante, y puedo decirlo con propiedad,
porque después de tantos años uno ha tenido mucho tiempo para reflexionar y reflexionar
acerca de casi todo” (p. 10). Pero su vida no era plena, eso se descubre una vez que
avanzamos en la lectura.

Un tema fundamental en esta novela son las relaciones de amistad y familiares.


Junto a Clemencia se encuentran Pedro, Blanca, los sanguijuelas (niños pequeños que
andaban pegados a ellos) y, por supuesto, los adultos, sus padres, pero en especial don
Macanudo, a quien se describe como “el mejor amigo de los niños que veraneaban en la
playa Santa Pereza” (p. 9). La tensión comienza desde un principio; uno, por la condición de
clases que se hace notar por los personajes y, otro, porque las personalidades de cada uno
de los sujetos en formación quieren imponer sus reglas.

Don Macanudo, sin duda, cobra enorme vigencia para articular, de manera directa
pero involuntaria, estos temas, que incluso a él lo afectan; solo como ejemplo, cuando
intenta ayudar a Blanca, esta lo indispone ante su padre, quien lo considera culpable de un
accidente. Sin embargo, los acontecimientos y el peso de la verdad se imponen despejando
toda duda sobre la nobleza de don Macanudo. En tanto, si la vida de estos niños les resulta
desafiante, también lo es para los muchachos, que deben comprender que la vida no solo
es pasarlo bien, sino también salir de los problemas buscando no dañar a otros.

La lección que nos deja el libro es la de saber rescatar de cada persona la calidad de
sus acciones, desde su sensibilidad y experiencia. Si Clemencia fue una niña pobre y
desprotegida (su padre alcohólico la abandona, sin que ella lo conociera), supone encontrar
esa figura paternal quizás en don Macanudo, porque lo quiere como tal, por tanto lo respeta
y centra en él la historia de su infancia y juventud.
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ORIENTACIONES DE FORMACIÓN Y VALORES:

Toda lectura debe conducir a una reflexión. Sin excepción, cualquier obra puede ser
abordada, más allá de la historia y trama que nos propone, como una instancia formativa,
que sirva para la vida. Pues la función de la literatura supera el simple hecho de contar una
historia entretenida. Su trascendencia se encuentra en la posibilidad que esta tiene de
mostrarnos aspectos del mundo, ya sea desde la imaginación o la historia reciente, para
enfrentar nuestras propias dificultades.

En este caso, el tema es valorar la dimensión que cobran las experiencias de la


infancia y la juventud en nuestra vida, aun cuando solo con el paso de los años –como le
ocurre a Clemencia– se alcance la claridad para mirar con cariño lo bueno y lo malo que nos
pasó.

Sugerimos que se desarrolle un modelo de organización (mapa conceptual, esquema


o cualquier tipo de texto discontinuo) donde se desplieguen los nombres de los personajes
y su participación en la historia, de manera que se pueda analizar críticamente su actuar, ya
sea equivocado o adecuado.

Es importante considerar la dimensión valórica de estos, a partir de conceptos como:

VERDAD – AMISTAD – RESPETO – FAMILIA

TRES PREMISAS SOBRE LA LECTURA:


1. El aprendizaje de las estrategias de lectura, requiere de una intervención explícita y
dirigida. El lector-aprendiz necesita información, apoyo, aliento y desafíos de un
modelador “experto”.
2. La lectura suele considerarse como propia del ciclo de primaria. Pero no. Debe extenderse
a lo largo de toda la escolaridad.
3. En la escuela se lee para aprender. Todos los recursos, deben conducir a convertir a los
alumnos en buenos lectores, que sientan placer y gusto por la lectura, y que se apasionen
por ella.
ISABEL SOLÉ, Estrategias de Lectura.

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