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Boorstin, Daniel J. - Los Pensadores (2005) PDF
Boorstin, Daniel J. - Los Pensadores (2005) PDF
BIBLIOTECA DE BOLSILLO
DANIEL J. BOORSTIN
Los pensadores
Traducción castellana de
Santiago Jordán
CRÍTICA
Barcelona
Primera edición en BIBLIOTECA DE BOLSILLO: enero de 2005
Título original:
THE SEEKERS
The Story of Man's Continuing Quest to Understand this World
Random House, Nueva York
ISBN: 84-8432-577-6
Depósito legal: 45.447-2004
2005.- LIBERDÚPLEX, Constitución, 19, 08014 Barcelona
A Ruth
CERVANTES
Nota personal al lector
útiles, no tanto por sus respuestas como por la formulación de las preguntas.
En su larga búsqueda, la cultura occidental ha pasado de investigar la fina-
lidad o el propósito a preguntarse por las causas; del por qué al cómo. ¿Puede
eso vaciar de contenido nuestra experiencia humana? Si es así, ¿cómo recu-
perar y enriquecer nuestro sentido de compromiso ante la historia?
El presente libro se ordena a simple vista cronológicamente. Más de cer-
ca, se advierte una trama escalonada. Cada uno de los tres libros se solapa
cronológicamente con el anterior, según va desfilando la historia desde la
Antigüedad hasta el presente. Esta es también una historia sin final, pues se-
guimos explorando la condición humana con la sempiterna pregunta de por
qué. Y veremos cómo hemos pasado de buscar el sentido del hombre y el uni-
verso a descubrir que el sentido está en la búsqueda.
Libro primero
UN LEGADO ANTIGUO
Tenemos un cielo común. El mismo firmamento nos rodea.
¿ Qué más le da con qué tipo de teoría aprendida cada hombre
ha buscado la verdad? No hay un solo camino que conduzca
hasta un secreto tan sagrado.
G O E T H E , Máximas y reflexiones
Capítulo I
permite semejante cosa. Yahveh tu Dios suscitará, de entre, medio de ti, entre
tus hermanos, un profeta como yo [Moisés], a quien escucharéis (Deuterono-
mio, 18:9-15).
EL DIOS DE LA ALIANZA:
LA FE DE ISAÍAS PUESTA A PRUEBA
En todas las plazas habrá lamentación y en todas las calles se dirá: «¡Ay,
ay!». Convocarán a duelo al labrador, y a lamentación a los que saben plañir;
lamentación habrá en todas las viñas, porque voy a pasar yo por medio de ti,
dice Yahveh... ¡Es [un día de] tinieblas, que no luz! Como cuando uno huye
del león y se topa con un oso, o, al entrar en casa, apoya una mano en la pa-
red y le muerde una culebra... (Amos, 5:16-19).
Pues he aquí que yo creo cielos nuevos y tierra nueva, y no serán menta-
dos los primeros ni vendrán a la memoria... Pues he aquí que yo voy a crear
a Jerusalén «Regocijo», y a su pueblo «Alegría» (Isaías, 65:17-18).
S ó l o la e l e c c i ó n d e Y a h v e h h i z o d e Israel una n a c i ó n e s p e c i a l , n o l o s m é -
ritos del p u e b l o . Y, d a d o q u e Y a h v e h está e n todas partes, l o s deberes del cre-
y e n t e le a c o m p a ñ a n allí d o n d e vaya.
E z e q u i e l v e t a m b i é n la r e d e n c i ó n d e Israel e n una n u e v a alianza, una
suerte d e nueva creación, e n la f a m o s a alegoría d e la v e g a d e l o s h u e s o s se-
c o s , e n la q u e D i o s ordena:
Profetiza sobre estos huesos. Les dirás: Huesos secos, escuchad la pala-
bra de Yahveh. Así dice el señor Yahveh a estos huesos: He aquí que yo voy
a hacer entrar el espíritu en vosotros, y viviréis. Os cubriré de nervios, haré
crecer sobre vosotros la carne, os cubriré de piel, os infundiré espíritu y vivi-
réis; y sabréis que yo soy Yahveh (Ezequiel, 37:4-6).
UN MUNDO AUTOSUFICIENTE:
EL MAL EN ORIENTE
Prajapati creó el huevo dorado del universo. Creó los dioses e hizo la luz.
Entonces, con su aliento descendiente, creó a los demonios, y fueron la oscu-
ridad para él. Sabía que había creado el mal para sí mismo; atacó a los demo-
nios con el mal y los derrotó. Por lo tanto, la leyenda que habla de la batalla
entre dioses y demonios no es cierta, puesto que fueron vencidos porque Pra-
japati los atacó con el mal (Sata, 11.1.0.1-11).
PASCAL
Capítulo V
SÓCRATES, O EL DESCUBRIMIENTO
DE LA IGNORANCIA
Hay en mí algo divino y demónico, un ser del que Meleto habla también
en su acusación en torno de burla. Ese ser me acompaña desde niño, se revela
como una voz y, cuando se expresa, es siempre para disuadirme de alguna cosa
y nunca para incitarme a hacer algo. Esto es lo que me impide participar en la
vida política (Platón, Apología. Trad.: Enrique López Castellón).
noche. Y de pie, sin moverse, estuvo hasta que vino el alba y se levantó el sol.
Entonces se retiró tras haber elevado una plegaria al sol (Platón: El banquete.
Trad.: Luis Gil).
Es de añadir que a los jóvenes que disponen de más tiempo y que perte-
necen a las familias más acomodadas, les encanta seguirme para ver cómo exa-
mino a la gente y, a menudo, me imitan y tratan de examinar a otros. Natural-
mente, encuentran a muchos que creen saber algo pero que no saben nada o casi
nada. En consecuencia, aquellos a los que examinan se enfadan conmigo, en
lugar de hacerlo consigo mismos, y empiezan a decir lo malvado que es un tal
Sócrates que corrompe a los jóvenes... Porque, claro, no van a decir la verdad,
es decir, que están fingiendo un saber que no tienen (Apología).
Pero sólo os pido una cosa: que cuando mis hijos sean mayores, les im
portunéis y les exhortéis como he hecho yo con vosotros. Y si veis que se preo
cupan más por las riquezas o por cualquier otra cosa antes que la virtud, o creen
ser algo sin serlo, reprochádselo como he hecho yo con vosotros y decidles que
olvidan lo principal y que se creen algo cuando no son nada. Si obráis así, mis
hijos y yo habremos recibido de vosotros un pago justo.
Pero ha llegado el momento de marcharnos, yo a morir, vosotros a vivir.
Nadie sabe con claridad cuál de las dos cosas es mejor, excepto quizá el Dios
(Critón. Trad.: Enrique López Castellón).
Capítulo VI
LA VIDA EN EL MUNDO
DE LA PALABRA HABLADA
Sobre todos los autores presentes y futuros que afirman saber acerca de las
cuestiones filosóficas que tanto me interesan, porque otros o yo se las hemos
enseñado o porque las han descubierto por sí mismos, puedo decir lo siguien-
te. Es imposible, a mi juicio, que conozcan a fondo esa materia. Por supuesto
que no hay ni habrá nunca una obra mía sobre temas filosóficos, porque no se
pueden exponer, como se hace con otras ciencias. A lo sumo, cuando se ha in-
timado mucho con estas cuestiones por haber convivido con ellas, de pronto,
como surgida de un rayo, se hace la luz en el alma y a partir de entonces va
aumentando por sí misma (Carta VII. Trad.: Enrique López Castellón).
50 LOS PENSADORES
CAMINOS A LA UTOPÍA:
APOTEOSIS DE LA VIRTUD
—Mayor —dijo.
—Entonces es posible que haya más justicia en el objeto mayor y que re-
sulte más fácil llegarla a conocer en él. De modo que, si os parece, examine-
mos ante todo la naturaleza de la justicia en las ciudades, y después pasaremos
a estudiarla también en los diferentes individuos, intentando descubrir en los
rasgos del menor objeto la similitud con el mayor.
— M e parece bien dicho —afirmó él (La República).
Sois, pues, hermanos, todos cuantos habitáis —les diremos siguiendo con
la fábula—; pero, al formaros los dioses, hicieron entrar oro en la composición
de cuantos de vosotros están capacitados para mandar, por lo cual valen más
que ninguno; plata, en la de los auxiliares, y bronce y hierro, en la de los la-
bradores y demás artesanos. Como todos procedéis del mismo origen, aunque
generalmente ocurra que cada clase de ciudadanos engendre hijos semejantes
a ellos, puede darse el caso de que nazca un hijo de plata de un padre de oro,
o un hijo de oro de un padre de plata, o que se produzca cualquier combina-
ción semejante entre las demás clases. Pues bien, el primero y principal man-
dato que tiene impuesto la divinidad sobre los magistrados ordena que, de todas
las cosas en que deben comportarse como buenos guardianes, no haya ninguna
a que dediquen mayor atención que a las combinaciones de metales de que
están compuestas las almas de los niños (La República).
ARISTÓTELES:
UN EXTRANJERO EN ATENAS
SENDAS DICTADAS
POR EL SENTIDO COMÚN
EL DIOS DE ARISTÓTELES
PARA U N MUNDO CAMBIANTE
l e z a n o h a c e nada en v a n o , l o q u e le c o n d u j o a la t e l e o l o g í a , a c o n c e d e r pri-
m a c í a a l o s fines. El b i ó l o g o que llevaba dentro también le empujaba en su
b ú s q u e d a d e l o s fines, a l g o que n o ha dejado d e o b s e s i o n a r a l o s b i ó l o g o s .
¿Por qué tiene una planta o u n animal determinada forma? Es decir, ¿con qué
finalidad? La b ú s q u e d a d e la razón d e ser d e las plantas y animales v i v o s , su
g e n e r a c i ó n y su m o v i m i e n t o , presidió sus reflexiones sobre la naturaleza y le
c o n d u j o , también, a la idea d e la potencialidad, la capacidad de convertirse
e n el individuo pleno de la e s p e c i e , a l g o que le fascinaba y por l o que sentía
un respeto reverente.
La o b s e s i ó n por el m u n d o cambiante y en m o v i m i e n t o le l l e v ó a la idea
que h i z o que su función en la Europa cristiana fuera tan destacado. T a m p o c o
él p u d o sustraerse a añorar la inmutabilidad e n un m u n d o h e c h o de c a m b i o s ,
un f e n ó m e n o que Platón había e x p r e s a d o c o n tanta e l e g a n c i a e n su teoría d e
las Ideas. El v o l u m e n final d e la F í s i c a se p r o p o n e demostrar que el m o v i -
m i e n t o , c o m o el tiempo, « s i e m p r e ha sido y siempre será», « e s una propie-
dad inmortal constante d e las c o s a s q u e e x i s t e n , una e s p e c i e d e vida, por de-
cirlo así, de todas las c o s a s constituidas naturalmente». L o que constituye el
telón d e f o n d o para el d i o s de Aristóteles, el motor i n m ó v i l . P u e d e tratarse
tanto de una nueva muestra d e acatamiento del sentido c o m ú n — l a c o n c e p -
c i ó n imperante e n su c o m u n i d a d — , c o m o d e la l ó g i c a o la evidencia. El m o -
tor i n m ó v i l era el nombre d e la divinidad m á s a c c e s i b l e al hombre. Ya que la
actividad de D i o s era el p e n s a m i e n t o , constituía también la facultad suprema
del hombre.
LA SENDA CRISTIANA:
EXPERIMENTOS EN COMUNIDAD
D o s f o r m a s d e b ú s q u e d a — s i g u i e n d o l o s d i c t a d o s d e una
autoridad superior o d e la razón interior— hicieron converger
l o s cristianos, en una conciliación armónica de las v o c e s de los
profetas hebreos y los filósofos griegos. El A n t i g u o Testamen
to estaba escrito e n h e b r e o ; el N u e v o , e n g r i e g o . El primero
e s una crónica de la historia d e s d e el G é n e s i s ; el s e g u n d o , n o s
trae el e v a n g e l i o — l a b u e n a n u e v a — y u n a n u e v a f e c h a de
inicio del calendario de Occidente. L o s cristianos crearon nue
vas instituciones — i g l e s i a , órdenes m o n á s t i c a s , u n i v e r s i d a d —
que habrían d e convertirse e n b a s t i o n e s d e la o r t o d o x i a o en
baluartes de la protesta y la reforma. Toda una inspiración
para l o s c r e a d o r e s , q u e se p l a s m ó en las obras m a g n a s d e
arquitectura, escultura, pintura, literatura y m ú s i c a . Y sirvió
d e coartada para el d o g m a y la p e r s e c u c i ó n .
Capítulo XII
LA IGLESIA, HERMANDAD
DE LOS FIELES
Constantino había creado una nueva relación entre estado y religión. L a reli
g i ó n del estado había dejado d e ser una d e las r e l i g i o n e s estatales. A pesar
d e su tolerancia, el n o m b r e d e Constantino e s s i n ó n i m o d e la c o n s a g r a c i ó n
d e la i g l e s i a cristiana c o m o la r e l i g i ó n del e s t a d o , caracterizada por u n a
alianza estrecha y especial entre ambas instituciones. Europa p a d e c i ó las c o n
s e c u e n c i a s del « c o n s t a n t i n i s m o » varios s i g l o s .
Irónicamente también, esta estrecha a s o c i a c i ó n entre el estado y la her
m a n d a d d e l o s cristianos, virtuosos e independientes, c o n s t i t u y e un e j e m p l o
c l á s i c o d e la capacidad mistificadora d e la historia. La llamada « d o n a c i ó n »
d e C o n s t a n t i n o fue la s u p u e s t a c o n c e s i ó n por el e m p e r a d o r al papa S i l v e s
tre I ( 3 1 4 - 3 3 5 ) en R o m a , de la soberanía espiritual sobre l o s d e m á s grandes
patriarcas y sobre t o d o s l o s asuntos tocantes a la fe y el culto, así c o m o la
soberanía temporal sobre R o m a y t o d o el Imperio occidental. S e d i c e que fue
e n prueba d e agradecimiento d e Constantino a Silvestre por curarle milagro
s a m e n t e d e la lepra y convertirlo al c r i s t i a n i s m o . U n e j e m p l o brillante d e
la i n d e p e n d e n c i a espiritual propia del R e n a c i m i e n t o fue la d e m o s t r a c i ó n
e n el 1 4 4 0 , por el f o g o s o humanista italiano L o r e n z o Valla ( 1 4 0 7 - 1 4 5 7 ) , d e
q u e la « d o n a c i ó n » n o fue m á s que una impostura para dotar d e poder al pa
pado. F u e también un preludio del espíritu que a n i m ó la R e f o r m a protestante.
D u r a n t e l a r g o s s i g l o s , la s u p u e s t a d o n a c i ó n d e C o n s t a n t i n o c o n s t i t u y ó la
coartada d e las a m b i c i o n e s e x p a n s i v a s d e l o s papas m e d i e v a l e s a c o s t a d e
reyes, príncipes, o b i s p o s y patriarcas.
N o o l v i d e m o s q u e el cristianismo n o h e r e d ó un v a c í o r e l i g i o s o . S a l i ó a
e s c e n a e n una R o m a e n g a l a n a d a por una r e l i g i ó n d e e s t a d o d e s l u m b r a n t e
y suntuosa, encabezada, c o m o h e m o s v i s t o , por el c o l e g i o d e pontífices y su
pontifex maximus, q u e ahora era ya el emperador en persona. A u n q u e inclu
s o c u a n d o Graciano s u b i ó al trono e n el 3 7 5 , s e i s d e c e n i o s d e s p u é s de la v i c
toria d e Constantino e n el puente M i l v i o , la mayoría del s e n a d o era pagana,
y todavía prestaban j u r a m e n t o e n el altar de la antigua d i o s a romana d e la
victoria e n el h e m i c i c l o del S e n a d o , c o n l i b a c i o n e s d e v i n o y h u m o d e in
c i e n s o . D e h e c h o , aquella era una d e las n u m e r o s a s muestras d e una religión
pagana que conservaba considerables parcelas d e poder y contaba c o n la leal
tad d e la m a y o r parte d e l o s n o b l e s que regían R o m a . L a s f a m o s a s « c i n c o
e x p l i c a c i o n e s del c r e c i m i e n t o del cristianismo», d e E d w a r d G i b b o n , que e n
c e n d i e r o n la ira d e l o s cristianos l e a l e s y c r é d u l o s , n o se v e tan a m e n u d o
c o m o se debiera c o m o u n c a t á l o g o d e las parcelas d e poder de la feneciente
pero aún imperante y respetada religión pagana. «Mientras aquel c o l o s a l or
g a n i s m o [el Imperio R o m a n o ] era presa abiertamente de la v i o l e n c i a o el
d e s m o r o n a m i e n t o interno, una religión pura y h u m i l d e iba h a c i e n d o m e l l a e n
l o s espíritus, crecía al amparo del silencio y la oscuridad, sacaba nuevas fuer
zas d e la o p o s i c i ó n , y por último plantó la bandera triunfante de la cruz s o
bre las ruinas del Capitolio.»
90 LOS PENSADORES
m e n t e l o s a r g u m e n t o s d e S í m a c o e n u n s e n c i l l o e l o g i o del p r o g r e s o , u n a
traducción del m e n s a j e e v a n g é l i c o de la b u e n a n u e v a al p u e b l o d e R o m a :
m e c e n a z g o d e l o s r e y e s francos, v i s i g o d o s y a n g l o s a j o n e s , m a n t u v o v i v a la
cultura occidental e n una era d e zozobra.
L o s eruditos benedictinos dejaron también una huella indeleble e n el v o -
cabulario a c a d é m i c o occidental, especialmente, en historiografía. El Venerable
B e d a ( 6 7 2 - 7 3 5 ) , a v e c e s l l a m a d o el primer e s t u d i o s o benedictino, «el arqueti-
p o del benedictino, c o m o lo e s santo T o m á s de un d o m i n i c a n o » (en palabras
del cardenal N e w m a n ) , fijó una norma d e precisión y laboriosidad en su His-
toria Ecclesiastica gentis Anglorum (Historia eclesiástica del p u e b l o inglés).
S e d i c e q u e su m é t o d o d e fechar l o s acontecimientos t o m a n d o c o m o punto d e
partida el nacimiento d e Jesucristo se generalizó gracias a la popularidad d e su
Historia y d e sus d o s obras d e c r o n o l o g í a . U n erudito b e n e d i c t i n o francés,
Jean M a b i l l o n ( 1 6 3 2 - 1 7 0 7 ) , escribió De Re Diplomática ( 1 6 8 1 ) , fundando la
c i e n c i a m o d e r n a de la diplomacia, el estudio crítico de l o s antiguos manuscri-
tos oficiales y otras fuentes formales de la historia.
Sorprendentemente, la Regla d e san B e n i t o también c o n s t i t u y ó un m o d e -
l o arquitectónico para las c o m u n i d a d e s o c c i d e n t a l e s . El plano del monasterio
b e n e d i c t i n o d e Saint Gall, e n Suiza, elaborado por un clérigo a l e m á n e n torno
al 8 2 0 , quizás sea el primer t e s t i m o n i o de Una planificación urbanística o c c i -
dental. A diferencia de l o s m o n a s t e r i o s orientales, construidos d e un m o d o
aleatorio, instauraba una p l a n i f i c a c i ó n funcional. S u planta axial satisfacía
p e r f e c t a m e n t e las n e c e s i d a d e s d e una c o m u n i d a d m o n á s t i c a a u t ó n o m a , que
d i s p o n í a d e una enfermería, una c a s a d e h u é s p e d e s , c o c i n a s , horno d e pan,
retretes, talleres, albergue para l o s trabajadores l e g o s , establos para el g a n a d o
y un c e m e n t e r i o . Este e s q u e m a , que se impondría c o m o norma en la arqui-
tectura m o n á s t i c a europea, fue también un anticipo de l o s planes e n cuadrícu-
la d e l o s urbanistas, del m i s m o m o d o q u e las bibliotecas m o n á s t i c a s fueron,
por su parte, el m o d e l o precursor d e las bibliotecas públicas y universitarias
modernas.
El m o n a s t e r i o b o r g o ñ ó n d e Cluny, del s i g l o x , capitalizó el m o v i m i e n t o
q u e a b o g a b a por el retorno a la Regla d e san B e n i t o . L o s cistercienses, tam-
b i é n reformistas, orden creada e n 1 0 9 8 en Císter, en las c e r c a n í a s de D i j o n ,
florecieron bajo la influencia d e Bernardo d e Claraval y, a la muerte d e Ber-
nardo, habían fundado 3 3 8 abadías c i s t e r c i e n s e s .
VARIEDADES DE LA SENDA
PROTESTANTE: ERASMO, LUTERO,
CALVINO
U N H U M A N I S M O PROTESTANTE: E R A S M O
d e l o s c a n ó n i g o s de E m a u s e n S t e y n y, al final d e su año d e n o v i c i a d o , h i z o
l o s v o t o s d e e s a rigurosa orden.
En ella escribió Del desprecio del mundo, un e j e r c i c i o retórico sobre las
virtudes d e la vida monástica. A n t e s d e cumplir veinte años, redactó su Anti-
barbari (Contra los bárbaros), e n el que defendía el valor d e las e n s e ñ a n z a s
paganas. S i la i g l e s i a n o había r e c h a z a d o el A n t i g u o Testamento p e s e a a b o -
gar por la o b e d i e n c i a a l e y e s que l o s cristianos habían n e g a d o , t a m p o c o , e n
su o p i n i ó n , debía abandonar a l o s c l á s i c o s porque adoraran a d i o s e s paganos.
« M e d e c í s que n o d e b e m o s leer a Virgilio porque está e n el infierno. ¿Creéis
a c a s o q u e n o están e n infierno m u c h o s cristianos c u y a s obras l e e m o s ? N o
n o s i n c u m b e discutir si l o s p a g a n o s q u e vivieron antes d e Cristo fueron c o n -
d e n a d o s . . . o se han salvado o n o se ha salvado nadie. Si queréis renunciar a
t o d o lo p a g a n o , tendréis que prescindir del alfabeto y del latín, y d e todas las
artes y oficios.» A s í d i o c o m i e n z o su reivindicación d e l o s c l á s i c o s antiguos,
q u e le acompañaría toda la vida. F u e ordenado sacerdote en 1 4 9 2 .
El o b i s p o d e Cambrai lo e n v i ó a París a estudiar t e o l o g í a e n el C o l l e g i a
Pauperum del C o l l é g e d e M o n t a i g u . Era el París d e las «tinieblas del l a g o
E s t i g i o » , blanco d e las burlas d e Rabelais. E r a s m o también s e indignó ante
l o s d o g m a s , l o s sofismas y la ignorancia d e l o s e s c o l á s t i c o s . L o s maestros d e
t e o l o g í a discutían c o n aspereza. « D e c í s que n o queréis q u e o s l l a m e n plató-
nicos o ciceronianos —había objetado—, y no os preocupa que os llamen
albertistas o tomistas.» Para sufragar su vida de estudiante, E r a s m o buscaba
p e n s i o n e s , regalos y r e c o m p e n s a s a c a m b i o d e dedicatorias lisonjeras e n sus
libros. P e s e a su amor por la m o d e r a c i ó n clásica e n la filosofía y la t e o l o g í a ,
sabía adular cuando e l l o le reportaba dinero. Para inspirarse de la sabiduría
d e l o s antiguos, redactó una recopilación d e proverbios extractados d e la B i -
blia y autores latinos y griegos. S u primera e d i c i ó n de l o s Adagios, de 1500,
contenía u n o s o c h o c i e n t o s , pero e n las posteriores se l l e g ó a superar la cifra
d e c i n c o mil. Entre e l l o s figuran m u c h a s e x p r e s i o n e s q u e se popularizarían
e n O c c i d e n t e , c o m o «revolver R o m a c o n S a n t i a g o » , «por el h u m o se sabe
d ó n d e está el f u e g o » , «un mal necesario», «poner toda la carne e n el asador».
En sus Coloquios, usa el antiguo g é n e r o del d i á l o g o para c o n v e r s a c i o n e s sa-
zonadas c o n intervenciones i n g e n i o s a s .
N o te arrastres por el suelo, hermano, como un animal. Ponte las alas que,
como dice Platón, hace crecer en el alma el ardor del amor. Elévate por enci-
ma del cuerpo para alcanzar el espíritu, de lo visible a lo invisible, de la letra
al significado místico, de lo sensible a lo inteligible, de lo complejo a lo sim-
ple. Sube, peldaño a peldaño, la escala de Jacob.
L o s a ñ o s s i g u i e n t e s , e n b u s c a d e patrocinio y d e d e s c a n s o d e sus e s t u d i o s ,
atravesó Europa. E n Inglaterra v i v i ó bajo l o s a u s p i c i o s de W i l l i a m Wareham,
arzobispo d e Canterbury (al que d e d i c ó sus traducciones de Eurípides). Y fue
í n t i m o d e T o m á s M o r o , a la s a z ó n un j o v e n a b o g a d o f a m o s o e n Londres. S u
e n t u s i a s m o mutuo por l o s d i á l o g o s satíricos d e L u c i a n o ( 1 1 5 - 2 0 0 ) daría pron-
to frutos e n la Utopía d e M o r o y el Elogio de la locura d e E r a s m o ( 1 5 0 8 ) .
D i o la v u e l t a a Italia c o m o tutor d e j ó v e n e s aristócratas i n g l e s e s y v i s i t ó
R o m a , d o n d e le aterró la c o r r u p c i ó n i m p e r a n t e e n la i g l e s i a . E n el c a m p o
a s i s t i ó a la i m p o s i c i ó n d e m u l t a s a c a m p e s i n o s p o b r e s por l o s recaudadores
fiscales del papa.
VARIEDADES DE LA SENDA PROTESTANTE: ERASMO, LUTERO, CALVINO 119
BÚSQUEDA COLECTIVA
Si vas a emprender el viaje hacia haca,
pide que tu camino sea largo,
rico en experiencias, en conocimiento.
K . CAVAFIS ( 1 9 1 0 )
tras q u e C o l ó n , M a g a l l a n e s y B a l b o a h i c i e r o n c o m p r e n d e r
a l o s e u r o p e o s la l i m i t a c i ó n d e su e x p e r i e n c i a d e las tierras y
l o s m a r e s . C u a n d o la c i e n c i a se h i z o pública, las s o c i e d a d e s
m a n c o m u n a r o n la e x p e r i e n c i a e n a g r u p a c i o n e s d o n d e par
lamentaban l o s científicos. El c r e c i m i e n t o d e las c i u d a d e s y el
a u g e c o m e r c i a l d e l o s grandes i m p e r i o s c o l o n i a l e s e n A m é r i
ca, África y A s i a ampliaron la e x p e r i e n c i a europea d e g e n t e s
y m e r c a n c í a s e x ó t i c a s . C o n s t a n t e m e n t e , la abertura d e la e x
periencia revelaba p o s i b i l i d a d e s i n i m a g i n a d a s , a d i s p o s i c i ó n
d e q u i e n supiera explotarlas. Y s i g u i ó i n s t i g a n d o a l o s b u s
cadores a tratar de descubrir el sentido del universo y el c o m e
tido del hombre.
Cuarta parte
LORD ACTON
Capítulo XVI
EL LEGADO DE HOMERO:
EL MITO Y EL PASADO HEROICO
P o r l o tanto, n a t u r a l m e n t e , c o n s i d e r a b a n q u e e s t a b a n « v o l v i e n d o h a c i a e l
futuro».
M u c h o antes de e m p e z a r a escribir l o q u e h o y l l a m a m o s historia, y a
habían encontrado un m é t o d o p r o p i o , claro y persuasivo, d e organizar e in
terpretar el p a s a d o . S u s m i t o s h e r o i c o s se v o l v i e r o n textos sagrados d e ética
y religión, y n o m e r o s relatos d e a c o n t e c i m i e n t o s pretéritos. Y, m u c h o antes
d e inventar la escritura d e la historia, tenían u n c o n c e p t o s e g u r o y tradi
cional del p a s a d o , que p o d í a n ver e x p u e s t o ante sus o j o s .
F u e el m i t o — e l m i t o h e r o i c o — l o q u e d i o al p a s a d o d e l o s g r i e g o s an
t i g u o s su f o r m a real y m e m o r a b l e y l o d o t ó d e s e n t i d o . E n la b ú s q u e d a d e
e x p e r i e n c i a , la principal fuente universal e s la tradición: l o q u e l o s a b u e l o s
cuentan a l o s padres y e s t o s a l o s hijos. Pero, e n l o referente a su tradición,
l o s g r i e g o s n o confiaban e n las palabras o í d a s e n el r e g a z o materno. E n l o s
m i t o s h e r o i c o s , p e r p e t u a d o s e n u n a p o e s í a inmortal, d o t a r o n a su p a s a d o
d e u n e n c a n t o i m p e r e c e d e r o y, al parecer, d e r e c u r s o s i l i m i t a d o s para s u s
e x p l o r a c i o n e s e n b u s c a del sentido. Por m u c h o q u e , para n o s o t r o s , aquellos
m i t o s pertenezcan al reino d e la fantasía, para l o s g r i e g o s c l á s i c o s constituían
e l v a l i o s í s i m o bagaje d e su p a s a d o . El m i t o daba a la tradición una fuerza
dramática m e m o r a b l e . E n l o s m i t o s , se o y e n relatos d e é p o c a s antiguas, fuera
del a l c a n c e d e la e x p e r i e n c i a cotidiana, d e criaturas s o b r e h u m a n a s y a c o n t e
c i m i e n t o s m i l a g r o s o s . A diferencia d e l o s h e c h o s h i s t ó r i c o s , n o s e les p i d e
p r u e b a s . El h e c h o d e q u e s o b r e v i v i e r a n c o m o t e x t o s s a g r a d o s h a c e d e l o s
m i t o s la p r i m e r a historia real d e l o s d e s i g n i o s , d e las c a u s a s primeras y
los orígenes.
L a s o c i e d a d m o d e r n a o c c i d e n t a l , q u e n o ha s a c a d o d e m a s i a d o partido
al m i t o , ha t e n i d o la fortuna d e heredar l o s d e la antigua Grecia. L o s m i t o s ,
familiares e n la e d u c a c i ó n , a n i m a n nuestras v i d a s . P e s e a satisfacer nuestra
n e c e s i d a d d e c o n o c i m i e n t o d e l o s o r í g e n e s y d e c o m p r e n s i ó n del s e n t i d o ,
e n o c a s i o n e s frustran nuestra b ú s q u e d a del p a s a d o a u t é n t i c o . S u autoridad
p r o c e d e d e su carácter tradicional y d e c a r e c e r d e u n autor c o n o c i d o . S o
b r e v i v e n en la tradición oral, recitada o cantada. P o n e n e n e v i d e n c i a n u e s
tra n e c e s i d a d d e saber p o r q u é y nuestra d i s p o s i c i ó n a tomar la p o e s í a por
verdad.
M i t o deriva del g r i e g o mythos, q u e significaba «palabra» e n sentido d e
a s e r c i ó n definitiva, m a t i z q u e p u e d e p r e c i s a r s e m e j o r c o n t r a p o n i é n d o l o al
d e logos, «palabra» e n s e n t i d o d e v e r d a d q u e p u e d e d e f e n d e r s e y d e m o s
trarse. D e m o d o que l o s m i t o s s o n relatos tradicionales d e verdades. El q u e
su fuente fuera a n ó n i m a l e s daba d e alguna m a n e r a m a y o r autenticidad.
L o s m i t o s g r i e g o s , por c o n s i g u i e n t e , eran una antigua «Vulgata», una for
m a popular d e dar a c o n o c e r el p a s a d o , un m é t o d o tan e x t e n d i d o d e difundir
c r e e n c i a s c o m o l o p u e d e ser h o y el p e r i o d i s m o . Y su « v u l g a t a » tenía tanto
m á s p r e s t i g i o cuanto q u e contaba c o n el c o n s e n s o d e las g e n e r a c i o n e s . L o s
bardos antiguos, al igual q u e l o s periodistas c o n t e m p o r á n e o s , querían q u e sus
EL LEGADO DE HOMERO: EL MITO Y EL PASADO HEROICO 133
HERÓDOTO Y EL NACIMIENTO
DE LA HISTORIA
Los sacerdotes me contaron que Quéops en su maldad fue tan allá que nece-
sitó dinero e instaló a su hija en un burdel e hizo que ella le proporcionara tanto
dinero como le fuera posible. Sin embargo, no me dijeron la suma recaudada.
La hija facilitó a su padre el dinero que éste necesitaba: fue idea suya personal
dejar allí recuerdo de ella. Y pidió a todos los que acudían como clientes que
le regalaran una piedra para estas obras. Y me aclararon que con estas piedras
se levantó la pirámide que está en medio de las tres, ante la gran pirámide; cada
lado de esta pirámide tiene unas dimensiones de unos cuarenta y cinco metros.
P e r o H e r ó d o t o n o f u n d ó u n a « e s c u e l a » . L a t e n d e n c i a imperante e n el
p e n s a m i e n t o g r i e g o s e g u í a s i e n d o partidaria d e la b ú s q u e d a d e l o inmutable.
Platón, profeta d e esta b ú s q u e d a , e s c r i b i ó c o m o si H e r ó d o t o n o hubiera e x i s -
tido. L a filosofía y la c i e n c i a griega s i g u i e r o n floreciendo e n la A c a d e m i a .
H e r ó d o t o tuvo un e m i n e n t e sucesor. Tucídides (c. 4 6 0 - c . 4 0 0 a.C.) l e y ó
su obra y l l e v ó adelante la p r o s e c u c i ó n d e la historia, d e una manera acorde
c o n su e s t i l o personal d e indagación. A finales del s i g l o v a . C , el arte g r i e g o
declinaba, c o m o ocurría c o n la práctica d e la historia. L a b ú s q u e d a d e ideas
i n m u t a b l e s por parte d e f i l ó s o f o s y científicos s e g u í a su curso. Pero, e n las
obras históricas en g r i e g o , l o s s u c e s o r e s de H e r ó d o t o y T u c í d i d e s n o podrían
compararse a e l l o s .
M e c e n a s , u n a p e r s o n a p r ó x i m a a A u g u s t o . E s p o s i b l e q u e fuera M e c e n a s
q u i e n sugiriera el tema d e la s i g u i e n t e obra d e V i r g i l i o , las Geórgicas (del
g r i e g o georgos, c a m p e s i n o ) , un p o e m a didáctico d e d o s m i l v e r s o s q u e Virgi-
lio d e d i c a a su protector, inspirado e n el m o d e l o d e Los trabajos y los días, la
obra d e H e s í o d o sobre la agricultura.
M e c e n a s trató d e persuadir a l o s p o e t a s d e su g r u p o d e escribir p o e m a s
e n loor d e su a m i g o A u g u s t o . Virgilio le t o m ó la palabra y p a s ó o n c e a ñ o s
c o m p o n i e n d o la Eneida, un p o e m a é p i c o sobre l o s viajes d e E n e a s . A n t e s d e
rematar la obra, viajó al E s t e para comprobar la veracidad d e las d e s c r i p c i o -
n e s g e o g r á f i c a s c o n t e n i d a s e n el p o e m a . E n f e r m ó e n e l trayecto, murió y fue
enterrado e n Ñ a p ó l e s . S u p r o y e c t o h a b í a d e s p e r t a d o e l interés d e A u g u s t o .
E l e m p e r a d o r había p e d i d o ver f r a g m e n t o s del p o e m a a m e d i d a q u e s e iba
e s c r i b i e n d o , y Virgilio s e l o s l e y ó a A u g u s t o y su familia e n el 2 3 a.C. A l pa-
recer, A u g u s t o v e í a e n la obra la grandeza é p i c a que teñía su propia v i s i ó n
d e l e s p l e n d o r r o m a n o . El p o e m a n u n c a s e r e v i s ó c o m o hubiera querido su
autor. S e d i c e que, m o r i b u n d o , o r d e n ó q u e m a r el manuscrito, pero A u g u s t o
e n persona habría dado la contraorden.
Virgilio v i v i ó la v i d a d e un h o m b r e d e v o t o d e las letras, b u s c a n d o la per-
f e c c i ó n e n su escritura. P a s ó la vida s u m i d o e n la p o e s í a , n o s e c a s ó , ni o c u p ó
c a r g o s d e r e s p o n s a b i l i d a d militar o p o l í t i c a . L a p r i m e r a m i t a d d e su v i d a
la d e d i c ó a estudiar e n la s o l e d a d d e su retiro. C u a n d o su obra l e v a l i ó la
fama, se granjeó la amistad d e personalidades romanas m u y influyentes. Pero
n u n c a l e a b a n d o n ó el t e m o r r e v e n c i o s o q u e sentía por R o m a d e s d e su j u v e n -
tud d e p r o v i n c i a n o , d e intruso. E n su primera Égloga, u n o d e sus primeros
p o e m a s , el pastor Títiro, d e visita a M e l i b e o , le informa:
c í o d e Catalina, s e c o n d e n ó . S u n o m b r e a p a r e c i ó e n un d e c r e t o d e c o n
fiscación d e b i e n e s , p e s e a l o cual s i g u i ó n e g á n d o s e a prestar j u r a m e n t o a la
L e y d e S u c e s i ó n , que habría d e s l e g i t i m a d o la supremacía del papa y conver
tido a Enrique VIII e n el líder d e la iglesia.
M o r o n o perdió j a m á s su fe católica o r t o d o x a y, p e s e a las súplicas d e su
mujer, s e n e g ó a r e c o n c i l i a r s e c o n el m o n a r c a , l o q u e le habría salvado la
vida. C o n d e n a d o por traición, fue sentenciado a ser «arrastrado, c o l g a d o y tro
c e a d o » , p e r o e n lugar d e e l l o fue decapitado e n 1 5 3 5 . S u valor y b u e n h u m o r
e n el m o m e n t o d e la e j e c u c i ó n s e h i c i e r o n proverbiales. « V i g i l a q u e l l e g u e
s a n o y s a l v o arriba — l e p i d i ó al a s i s t e n t e — que d e la bajada y a m e e n c a r g o
y o . » M o r o s e v e n d ó l o s o j o s p e r s o n a l m e n t e . C u a n d o r e c l i n ó la c a b e z a sobre
e l tronco, apartó su barba, p u e s , c o m o dijo, n o había o f e n d i d o al rey.
D e c l a r ó q u e n o moría por una traición, s i n o «dentro d e la fe y por la fe
d e la i g l e s i a católica, c o m o buen siervo del rey y ante t o d o d e D i o s » . Eras
m o l o alabó c o m o h o m b r e « c u y a a l m a era m á s pura q u e la n i e v e » . F u e c a n o
n i z a d o por el papa P í o X I e n 1 9 3 5 c o m o santo T o m á s M o r o . Y fue inmor
talizado, e n palabras d e E r a s m o , c o m o omnium horarum homo, e s decir, « u n
h o m b r e para t o d a s las e s t a c i o n e s » , c o m o p u e d e c o m p r o b a r s e e n las p o p u
lares obra d e teatro y p e l í c u l a dirigidas e n 1 9 6 6 por Robert Bolt. Otros c a
t ó l i c o s i n g l e s e s han c o m p a r t i d o la a d m i r a c i ó n q u e sentía G. K. Chesterton
por « e l i n g l é s m á s relevante, o al m e n o s el m a y o r personaje histórico d e
nuestra historia».
C u a n d o , un s i g l o d e s p u é s d e la original, B a c o n e s c r i b i ó su versión d e la
utopía, v i s l u m b r ó un c a m i n o diferente, s o r p r e n d e n t e m e n t e m o d e r n o , h a c i a
la s o c i e d a d ideal. S u Nueva Atlantis (publicada p o s t u m a m e n t e , e n 1 6 2 7 ) era,
c o m o la Utopía d e M o r o , una isla frente d e la c o s t a d e Perú, e n el N u e v o
M u n d o . Pero esta fábula n o s e centraba e n l o s p r o b l e m a s c l á s i c o s de la j u s
ticia y la distribución d e la propiedad. El conjunto del relato e s el armazón
narrativo sobre el que s e a p o y a la d e s c r i p c i ó n d e « l a c a s a d e S a l o m ó n ; la
fundación m á s n o b l e . . . q u e haya h a b i d o j a m á s sobre la tierra». C o n t i e n e un
prototipo del laboratorio m o d e r n o d e i n v e s t i g a c i ó n y desarrollo, pero sin lí
m i t e s g e o g r á f i c o s ni temáticos. L o s m i e m b r o s d e esta institución se d e d i c a n
a la «interpretación d e la naturaleza y la p r o d u c c i ó n d e obras grandiosas y
m a r a v i l l o s a s » , e n b e n e f i c i o d e la humanidad. H a y una c a s a d e las matemáti
c a s , c o n instrumentos d e astronomía, jardines b o t á n i c o s y z o o l ó g i c o s para la
i n v e s t i g a c i ó n , u n acuario, u n a sala para las d i s e c c i o n e s d e a n a t o m í a y m u
c h o s otros laboratorios, j u n t o c o n instrumentos de m e d i c i ó n d e l o s s o n i d o s y
terremotos, así c o m o para la fabricación d e instrumentos ó p t i c o s y de barcos
q u e viajaran por debajo del agua o por el aire, j u n t o c o n cualquier dispositi
v o i m a g i n a b l e para la fabricación d e tejidos y la e l a b o r a c i ó n d e p r o d u c t o s
químicos.
L o s d i s c í p u l o s d e la c a s a d e S a l o m ó n n a v e g a b a n por d o q u i e r en b u s c a
d e c o n o c i m i e n t o s y materiales. « P e r o , c o m o v e s , c o m e r c i a m o s n o e n oro,
plata o j o y a s , n o e n s e d a ni e s p e c i e s , ni e n n i n g u n a otra m e r c a n c í a m a
terial; s i n o s ó l o c o n la primera c r e a c i ó n d e D i o s , q u e fue la luz: para tener
luz, c o m o d i g o , sobre todas las partes del m u n d o . . . L a finalidad d e nuestra
fundación [de la casa de S a l o m ó n ] e s el c o n o c i m i e n t o d e las causas y l o s m e
c a n i s m o s secretos de las cosas; así c o m o la ampliación d e l o s límites del poder
h u m a n o , hasta abarcar c u a n t o s e a p o s i b l e . » Esta fantástica institución s e
LA VISIÓN DE VIEJOS ÍDOLOS Y NUEVOS DOMINIOS DE FRANCIS BACON 161
En cuanto a mí, he descubierto que no estoy dotado para nada tan bien
como para el estudio de la verdad; por tener un espíritu lo bastante ágil y
versátil como para detectar las similitudes entre las cosas (que es lo principal)
y al propio tiempo lo suficientemente sereno para descubrir y distinguir sus di-
162 LOS PENSADORES
ferencias más sutiles; por haber sido dotado por la naturaleza del deseo de in-
vestigar, de la paciencia de la duda, la afición a meditar, la morosidad a la hora
de sacar conclusiones, la disposición a reconsiderarlas, el cuidado para dis-
poner y ordenar; y por ser un hombre que no se deja afectar por lo nuevo ni
impresionar por lo viejo, y que odia cualquier tipo de impostura.
B a c o n n o s e precipitó al p r o p o n e r e s t a r e n o v a c i ó n trascendental. H a b í a
c u m p l i d o s e s e n t a a ñ o s c u a n d o t o m ó prestado el título del tratado de l ó g i c a
d e A r i s t ó t e l e s para su Novum Órganum, o Indicaciones sobre la interpreta-
ción de la naturaleza. L l e v a b a r u m i a n d o el p r o y e c t o d e s d e la insatisfacción
q u e le produjo, a l o s d i e c i s é i s a ñ o s e n C a m b r i d g e , la «infertilidad del m é t o -
d o » d e A r i s t ó t e l e s , y d e s d e e s a é p o c a había s e g u i d o c o n s t a n t e m e n t e d e cerca
las esferas d e «las c i e n c i a s , las artes y t o d o el saber h u m a n o » . En la obra
El avance del conocimiento ( 1 6 0 5 ) , d e d i c a d a al rey J a c o b o I, e x p o n í a la
primera parte d e su gran instauración, e n f o r m a d e d e f e n s a d e la d i g n i d a d
del c o n o c i m i e n t o , seguida d e su investigación sobre d i c h o c o n o c i m i e n t o . «Las
partes del c o n o c i m i e n t o h u m a n o están relacionadas c o n las tres partes del e n -
t e n d i m i e n t o d e l h o m b r e , q u e e s la s e d e del c o n o c i m i e n t o : la historia c o n
su m e m o r i a , la p o e s í a c o n su i m a g i n a c i ó n , y la filosofía c o n su razón.» Para
B a c o n , la esfera d e la razón (scientia) e n g l o b a todas las c i e n c i a s . Para su
Encyclopédie, Diderot y d ' A l e m b e r t adoptarían el e s q u e m a b a c o n i a n o . C u a n -
d o T h o m a s Jefferson o r g a n i z ó su gran b i b l i o t e c a personal (que sería el nú-
c l e o d e la B i b l i o t e c a del C o n g r e s o ) , t a m b i é n o p t ó por la d i v i s i ó n tripartita
de Bacon.
Justo antes d e publicar su Novum Órganum, e n 1 6 2 0 , s a c ó a la luz el plan
general d e su Magna Instauratio. T o d o s l o s c i m i e n t o s partirían d e «la h i s t o -
ria natural». L a primera parte, un repaso al e s t a d o d e l o s c o n o c i m i e n t o s , d e s -
cribe las c i e n c i a s aún d e s c o n o c i d a s q u e habrán d e cultivarse. E n la s e g u n -
da parte, o Novum órganum propiamente d i c h o , se e x p o n e el n u e v o m é t o d o
i n d u c t i v o , c o n s i s t e n t e e n n o buscar la c o n c o r d a n c i a c o n p r i n c i p i o s y defi-
n i c i o n e s y a e s t a b l e c i d o s , s i n o e n inferir a x i o m a s d e la o b s e r v a c i ó n real d e la
n a t u r a l e z a . V i e n e l u e g o u n a c o l e c c i ó n d e historia natural e l a b o r a d a d e
a c u e r d o c o n l o s m é t o d o s d e s c r i t o s e n la s e g u n d a parte, s e g u i d a por e j e m -
p l o s l l a m a t i v o s d e r e s u l t a d o s del n u e v o m é t o d o i n d u c t i v o , y una quinta
parte ( p r o v i s i o n a l ) , e n la q u e se p r o p o n e n c o n c l u s i o n e s interesantes extraí-
d a s d e o b s e r v a c i o n e s aún i n c o m p l e t a s , cual b a n c o s d o n d e d e s c a n s a r e n el
c a m i n o h a c i a e x p e r i m e n t o s m á s c o m p l e t o s . Y, p o r ú l t i m o , s e e x p o n e la
teoría d e la n u e v a filosofía, b a s a d a e n la interpretación inductiva d e la h i s t o -
ria natural.
R e s u l t a significativo q u e el Novum Órganum n o arranque c o n una afir-
m a c i ó n d o g m á t i c a d e «principios b á s i c o s » , s i n o c o n discretos « a f o r i s m o s s o -
bre la interpretación d e la naturaleza y el i m p e r i o del h o m b r e » . En su primer
a f o r i s m o , declara que « e l h o m b r e , e n su c o n d i c i ó n de siervo e intérprete de
LA VISIÓN DE VIEJOS ÍDOLOS Y NUEVOS DOMINIOS D E FRANCIS BACON 163
a p o t e n c i a r la s o b e r a n í a d e l h o m b r e sobre la naturaleza. Y, al c a b o d e u n
s i g l o , John E v e l y n ( 1 6 2 0 - 1 7 0 6 ) , el erudito escritor d e diarios q u e fue n o m
brado secretario de la R o y a l S o c i e t y , al analizar la obra d e esta institución,
t u v o la satisfacción d e poder c o m p r o b a r que « l a c a s a d e S a l o m ó n . . . p e s e a
su apariencia altiva y romántica, n o c o n t e n í a e n su interior nada i m p o s i b l e d e
llevar a la práctica».
Capítulo XXII
L o s afanes del buscador n o tienen mejor ilustración que la vida del padre
d e la filosofía moderna. Científico versátil, o b s e s i o n a d o por las maravillas del
m u n d o exterior, R e n e Descartes ( 1 5 9 6 - 1 6 5 0 ) fue también el creador d e la m o -
derna idea d e la personalidad. E n su casa, b i e n i m b u i d o d e l o s d o g m a s d e
Aristóteles y l o s e s c o l á s t i c o s , centró su carrera e n destruirlos. F u e e n un s u e -
ñ o e n el q u e o y ó la llamada a elaborar una c i e n c i a universal fundamentada
e n la razón. H a c i e n d o d e la duda el fértil punto d e partida d e su filosofía,
convirtió a la certeza e n el primer principio d e su m é t o d o . S u v i d a e s una
muestra del poder, las tentaciones y las tribulaciones d e un espíritu inquisiti-
v o . Y marcó el inicio de la era de la personalidad soberana, e n que los filósofos
s e hicieron científicos, dejando d e ser minoristas d e una doctrina c o n v e n c i o -
nal, para convertirse e n exploradores d e l o s confines del c o n o c i m i e n t o . S u s
antecedentes n o parecían augurarle una f u n c i ó n tan revolucionaria.
D e s c a r t e s estaba habilitado a trascender a Aristóteles y la e s c o l á s t i c a m e -
dieval porque, al igual que B a c o n , fue formado e n e l l o s d e s d e su m á s tierna
infancia. N a c i ó e n una familia perteneciente a la noblesse de robe d e Tourai-
ne, d o n d e su padre ejercía d e a b o g a d o y j u e z . S u madre m u r i ó c u a n d o n o
tenía m á s que un año y fue criado por una nodriza a la q u e guardó fidelidad
toda su vida. C o n o c h o años fue e n v i a d o al recién fundado c o l e g i o jesuita d e
L a F l e c h e , que pronto d e s t a c ó por su nivel intelectual. A h í recibió la mejor
e d u c a c i ó n jesuita, basada e n Aristóteles y A q u i n o , adornada c o n la guinda d e
las disciplinas caballerescas y s o c i a l e s d e la e q u i t a c i ó n y la esgrima. D i e z
años d e estudios diligentes le prepararon para evaluar el alcance y los lími-
tes d e la e d u c a c i ó n c a t ó l i c a c o n v e n c i o n a l , p e r o la fe c a t ó l i c a n o le aban-
donaría j a m á s . M á s tarde fue a la U n i v e r s i d a d d e Poitiers, para cumplir el
d e s e o familiar de que fuera a b o g a d o .
166 LOS PENSADORES
Me quedé tan atónito que a punto estuve de quemar todos mis documentos,
o al menos de no mostrarlos a nadie. N o puedo creer que un italiano, y espe-
cialmente uno tenido en buena consideración por el papa, según he oído, pueda
ser etiquetado de criminal tan sólo por querer demostrar el movimiento de
la tierra. Sé que eso ya había sido censurado por varios cardenales, pero pensa-
ba que desde entonces ya se podía enseñar eso públicamente, incluso en Roma.
Confieso que si su teoría es falsa, entonces lo son también los principios de mi
filosofía ... Y, como no quisiera por nada del mundo ser autor de una obra que
contenga la más mínima palabra que desapruebe la iglesia, prefiero suprimirla
del todo antes que publicarla incompleta, «mutilada», por decirlo así.
a l o s q u e n o p u e d e n aspirar q u i e n e s e s g r i m e n a n i m o s i d a d o a m b i c i ó n . » Le
Monde y sus d e m á s obras filosóficas tempranas n o s e publicarían hasta d e s -
p u é s d e su muerte.
A u n q u e había estado e x p e r i m e n t a n d o , e s c r i b i e n d o e investigando toda su
vida, n o p u b l i c ó hasta llegar a l o s cuarenta, m o m e n t o e n el cual su Discurso
del método ( 1 6 3 7 ) , un p e q u e ñ o librito, h i z o d e él el primer filósofo m o d e r n o
y u n o d e l o s primeros científicos m o d e r n o s .
T o d o e n esta obra revela u n s e s g o m o d e r n o . El propio énfasis c o n c e d i -
d o al « m é t o d o » n o s señala q u e e s t a m o s ante un buscador puro, m á s intere-
sado por el m é t o d o q u e por el o b j e t o d e la b u s c a . Descartes c o m i e n z a e n
t o n o autobiográfico y el aura d e su experiencia personal se i m p o n e al resto.
S e p r o p o n e liberar al lector d e la carga d e la erudición antigua (Aristóteles y
la e s c o l á s t i c a ) , para permitirle el ejercicio d e la i n t e l i g e n c i a personal. « D e
m o d o q u e m i objetivo e n este sentido n o e s enseñar el m é t o d o q u e cada cual
debe seguir para promover el buen f u n c i o n a m i e n t o d e su raciocinio, sino s ó l o
mostrar d e q u é manera m e h e esforzado por c o n d u c i r el m í o . » E m p i e z a re-
c o r d a n d o q u e «el sentido c o m ú n e s la facultad distribuida m á s equitativa-
m e n t e e n el m u n d o » . «Y, si escribo en francés, la lengua de m i país, en lugar
d e latín, que e s la de m i s profesores, e s porque e s p e r o que q u i e n e s s ó l o s e
guían por su razón natural, e n su pureza, puedan juzgar mejor m i s o p i n i o n e s
que l o s que s ó l o creen e n l o s escritos d e l o s antiguos.» Y «las verdades s o n
m á s fáciles de descubrir por un s o l o hombre que por las n a c i o n e s » . Cada per-
s o n a d e b e realizar sus p r o p i o s d e s c u b r i m i e n t o s « p o r q u e nadie p u e d e c o m -
prender mejor una c o s a y hacerla suya c u a n d o la aprende de otro que cuando
la ha descubierto por sí m i s m o » .
D e s p u é s d e relatar su e x p e r i e n c i a personal y c ó m o e m p e z ó a desconfiar
d e l o s recursos tradicionales d e la filosofía — « V i e n d o q u e ha sido cultivada
durante s i g l o s por los mejores espíritus que hayan e x i s t i d o j a m á s , y que sin
embargo n o contiene ningún s o l o tema que no sea objeto d e controversia»—,
y c o m p r o b a n d o que las personas e d u c a d a s a p o y a n tantas o p i n i o n e s contra-
dictorias, « c o n s i d e r é p o c o m e n o s que falso t o d o l o que n o pasaba d e ser pro-
bable». D e m o d o que « a c a b é d e t e r m i n á n d o m e a n o buscar otra c i e n c i a que
la que pudiera encontrar en mí m i s m o , o al m e n o s en el gran libro del mundo».
C o m o un buscador infatigable, c o n s a g r ó años a la reflexión, el viaje y la e x -
perimentación personal.
E s o e x p l i c a q u e , c o m o indica a M e r s e n n e , n o escribiera un «tratado»,
sino un discurso, c o n un fin práctico e x p l í c i t o e n su título « S o b r e el m é t o d o
d e guiar correctamente la razón y buscar d e la verdad e n las c i e n c i a s » . L a
importancia que atribuye al m é t o d o e s harto e l o c u e n t e , pues revela que su in-
terés está m á s e n el p r o c e s o q u e en el producto d e la búsqueda. El h e c h o d e
que las reglas d e su m é t o d o (que e x p o n e e n la parte II) n o s parezcan h o y tan
o b v i a s n o e s sino una confirmación d e hasta q u é punto su b ú s q u e d a centra-
da e n sí m i s m o ha llegado a dominar la c o n c i e n c i a moderna. D e s d e D e s e a r -
170 LOS PENSADORES
Descartes tenía una capacidad notable para trabar una amistad intensa c o n
las j ó v e n e s mujeres intelectuales. E n 1 6 4 0 , c o n cuarenta y siete a ñ o s , c o n o c i ó
a la encantadora princesa del Palatinado Isabel d e B o h e m i a , d e veinticuatro.
Tenía grandes d o t e s para las l e n g u a s , había l e í d o algunas de sus obras y re-
cibía c l a s e s d e filosofía y c i e n c i a s impartidas por profesores universitarios.
A c u d i ó c o n sus a m i g o s a visitar a D e s c a r t e s , q u e a la s a z ó n residía e n un
p u e b l o recóndito d e una región pantanosa. A s í c o m e n z ó una correspondencia
d e la que s e han salvado veintiséis cartas de Isabel y treinta y tres d e D e s c a r -
tes, que versan sobre toda suerte d e temas filosóficos y científicos. A u n q u e era
c a t ó l i c o confirmado y ella hubiera sido criada e n el protestantismo, en una
é p o c a marcada por las guerras religiosas compartieron sus inquietudes t e o l ó -
g i c a s . Ella necesitaba su c o n s u e l o , e s p e c i a l m e n t e c u a n d o le l l e g ó la noticia
d e la decapitación de su tío Carlos I e n Inglaterra, el 9 d e febrero d e 1 6 4 9 .
Compartía hasta cierto punto la duda cartesiana, pero escribió c o n f u s a m e n t e
q u e « t ú . . . eres el ú n i c o q u e m e ha i m p e d i d o v o l v e r m e e s c é p t i c a » . T a m b i é n
se dedicaron a la resolución de e n i g m a s matemáticos, c o m o el viejo problema
d e l o s tres círculos, que la j o v e n r e s o l v i ó para satisfacción d e Descartes.
L a j o v e n intelectual reina Cristina d e S u e c i a ( 1 6 2 6 - 1 6 8 9 ) , a quien u n
a m i g o y admirador, el ministro francés e n S u e c i a , había e n v i a d o las obras
d e D e s c a r t e s , d e s e ó incorporarlo al brillante círculo d e celebridades que s e
reunía e n su corte. El s e m o s t r ó reticente a abandonar su retiro p u e b l e r i n o
de E g m o n d pero, ante la insistencia d e la reina, q u e p u s o a su d i s p o s i c i ó n un
barco para llevarlo a E s t o c o l m o , acabó por acceder. L l e g ó e n octubre de 1 6 4 9
y le i m p r e s i o n ó el espíritu inquieto de la j o v e n soberana d e veintitrés años.
En e s e «país d e o s o s , e n c a j o n a d o entre las r o c a s y el h i e l o » , o b s e r v ó q u e
« l o s p e n s a m i e n t o s del h o m b r e s e c o n g e l a n durante l o s m e s e s invernales». L a
reina fijó la gélida hora d e las c i n c o d e la m a ñ a n a para sus encuentros d o -
centes, l o que le h i z o contraer fiebres, le p r o v o c ó una n e u m o n í a y c a u s ó su
muerte e n febrero de 1 6 5 0 . R e c i b i ó l o s ú l t i m o s sacramentos y murió c o m o
u n c a t ó l i c o . Durante la R e v o l u c i ó n francesa, sus restos fueron trasladados
al Panteón.
Quinta parte
LA SENDA LIBERAL
La libertad no es un medio para acceder a un fin político superior.
Es en sí misma el máximo fin político.
MAQUIAVELO Y SU ANHELO
DE UNA NACIÓN
D e b e m o s l o s c o m p e n d i o s a p a s i o n a d o s y p e r s p i c a c e s d e M a q u i a v e l o sobre
c i e n c i a p o l í t i c a a su retiro de la política activa durante catorce a ñ o s e n e s a
granja d e l o s alrededores de Florencia. Si hubiera tenido m á s é x i t o en políti-
ca, el bagaje d e l o s b u s c a d o r e s m o d e r n o s d e la c i e n c i a p o l í t i c a habría s i d o
m u c h o m á s pobre.
E s c r i b i ó su o p ú s c u l o / / Principe e n u n o s p o c o s m e s e s d e 1 5 1 3 . Estaba
d e d i c a d o a L o r e n z o d e M é d i c i s (el M a g n í f i c o ) , a quien le fue presentado y
s e distribuyó e n forma d e manuscrito. S u obra m á s extensa, sus Discursos so-
MAQUIAVELO Y SU ANHELO DE UNA NACIÓN 179
S u e d u c a c i ó n informal le s e n s i b i l i z ó c o n las n u e v a s e x p e r i e n c i a s d e su
era y le a n i m ó a buscar un c o n s u e l o terrenal. Su creciente interés por la c i e n
cia fue atizado casualmente por su contacto providencial c o n d o s d e l o s m á s
emprendedores científicos del m o m e n t o — e l físico Robert B o y le ( 1 6 2 7 - 1 6 9 1 )
y el doctor y físico T h o m a s S y d e n h a m ( 1 6 2 4 - 1 6 8 9 ) — . A m b o s le proporcio
naron antídotos contra l o s m é t o d o s e s c o l á s t i c o s que aún imperaban en la uni
versidad. Sin adscribirse a ninguna facultad, B o y l e haba convertido su c a s a
d e H i g h Street, Oxford, e n un laboratorio y centro de encuentro d e científi
c o s experimentalistas, a l o s q u e animaba y estimulaba. S u s b o m b a s d e aire
(ideadas c o n ayuda d e Robert H o o k e ) posibilitaron la f o r m u l a c i ó n d e la l e y
de B o y l e , y mostró c ó m o hacer del barómetro un instrumento m e t e o r o l ó g i c o .
A p a s i o n a d a m e n t e empírico e independiente, B o y l e se había « n e g a d o adrede»
la lectura de las obras d e D e s c a r t e s o del Novum Órganum d e B a c o n hasta
que n o hubiera alcanzado la treintena, «para n o predisponerme c o n ninguna
teoría o principio mientras n o haya p a s a d o cierto t i e m p o probando a ver qué
m e inclinan a pensar l o s propios h e c h o s » . L a estrecha amistad d e L o c k e y
B o y l e duraría hasta la muerte de éste.
D e s p u é s de una corta gira c o m o secretario de la m i s i ó n diplomática britá
nica a Brandenburgo, L o c k e regresó a Oxford a ocuparse de sus intereses e x
perimentales y entró en la órbita d e influencia del e m i n e n t e doctor T h o m a s
S y d e n h a m , «el Hipócrates inglés», el pionero de la m e d i c i n a clínica y del tra
tamiento de la viruela y la malaria. S e hizo íntimo de Sydenham, quien alababa
la inteligencia d e L o c k e por considerarla c o n « p o c a s equivalentes y ninguna
superior» en su época. S y d e n h a m se o p u s o c o n tanta virulencia a l o s d o g m a s
profesionales que fue e x p u l s a d o del C o l e g i o d e M é d i c o s . Creía q u e la fun
c i ó n d e un doctor consistía en «la investigación industriosa de la historia d e
las enfermedades y del e f e c t o de los r e m e d i o s , c o m o demuestra el ú n i c o pro
fesor verdadero, la experiencia». Locke, que compartía este punto d e vista pero
aún carecía d e diploma d e medicina, se entregó a la práctica d e esta disciplina.
Ya era doctor cuando c o m e n z ó su trascendental a s o c i a c i ó n c o n A n t h o n y
A s h l e r Cooper, primer c o n d e d e Shaftesbury ( 1 6 2 1 - 1 6 8 3 ) . Personaje desta
c a d o del b a n d o del P a r l a m e n t o durante la guerra civil, C o o p e r fue u n o d e
l o s enviados por la Casa d e l o s C o m u n e s para invitar a Carlos II a abdicar.
Y a b o g ó por la p r o m u l g a c i ó n d e l e y e s tolerantes para c o n l o s d i s i d e n t e s
protestantes. C o o p e r l l e v ó a L o c k e a su gran hogar c o m o doctor contratado,
pero éste pronto se h i z o también c o n s e j e r o político. L a afinidad d e sus ideas
confirmó a L o c k e en su talante progresista. A m b o s eran partidarios d e una
monarquía constitucional, la s e c e s i ó n protestante, las libertades c i v i l e s y la
tolerancia religiosa. L o c k e t a m b i é n disfrutaba c o n el e s p e c t á c u l o del flore
c i m i e n t o del c o m e r c i o c o n las c o l o n i a s , que imputaba a la tolerancia y una
s o c i e d a d m á s abierta. El e j e m p l o d e H o l a n d a mostraba c ó m o la tolerancia
podía alimentar l o s intercambios c o m e r c i a l e s y c ó m o a m b o s podían a l i m e n
tar la cultura. S e c o n v i r t i ó e n el secretario d e la a g r u p a c i ó n d e C o o p e r
184 LOS PENSADORES
z ó n y el c o n o c i m i e n t o ? A t o d o e l l o r e s p o n d o c o n u n a s o l a palabra: d e la
EXPERIENCIA; en la m e d i d a e n q u e t o d o nuestro c o n o c i m i e n t o e s t é funda
mentado, y d e dicha experiencia deriva e n último término e s e c o n o c i m i e n t o . »
Este antídoto contra l o s valores absolutos da a t o d o el m u n d o un ámbito per
sonal d o n d e preservar la independencia.
A u n q u e la experiencia e s la fuente del c o n o c i m i e n t o , s e g ú n L o c k e l o s ob
jetos del p e n s a m i e n t o s o n s i e m p r e i d e a s , por l o q u e , paradójicamente, su
m é t o d o de búsqueda e s tanto la senda d e la e x p e r i e n c i a c o m o la senda d e las
ideas. Locke no ve en ello ninguna contradicción, porque sus dos fuentes
d e i d e a s eran a m b a s f u e n t e s d e e x p e r i e n c i a . U n a e s la sensación, o expe
riencia externa, las « c u a l i d a d e s s e n s i b l e s » q u e l o s o b j e t o s exteriores trans
miten al espíritu. La otra e s la reflexión, o experiencia interna, «la percepción
d e las o p e r a c i o n e s q u e nuestra m e n t e realiza e n nuestro interior, al trabajar
c o n las ideas que tiene, o p e r a c i o n e s que, c u a n d o el a l m a reflexiona y estudia
sobre ellas, dan al entendimiento un n u e v o conjunto de ideas que n o podían
obtenerse del exterior».
C o n c l u y e significativamente su Ensayo (Libro IV: D e l c o n o c i m i e n t o y la
o p i n i ó n ) c o n unas o b s e r v a c i o n e s dispersas acerca d e l o s grados d e c o n o c i
m i e n t o y una nota cautelar perentoria. Cerrando el círculo d e su teoría d e las
ideas, define el c o n o c i m i e n t o c o m o la p e r c e p c i ó n del acuerdo o desacuerdo
entre d o s ideas. L l a m a a la p e r c e p c i ó n d e este acuerdo o desacuerdo conoci
miento intuitivo. « N o p o d e m o s tener un c o n o c i m i e n t o m á s e x t e n s o que n u e s
tras ideas», por l o que previene d e l o s peligros d e las p r o p o s i c i o n e s univer
sales n o fundamentadas, de la sabiduría fácil que encierran las m á x i m a s y d e
l o s u s o s extravagantes d e las «evidencias». C o m o cabía esperar, e n uno d e sus
capítulos m e n o s originales y c o n v i n c e n t e s , afirma p i a d o s a m e n t e que « s o m o s
capaces de saber c o n certeza la existencia d e D i o s » . Pero c u i d a d o c o n el «en
tusiasmo q u e , p o n i e n d o a un l a d o la r a z ó n , daría por cierta la r e v e l a c i ó n
sin su concurso. Puesto que, de h e c h o , deja de lado tanto la razón c o m o la re
v e l a c i ó n , p o n i e n d o e n su lugar las fantasías inmotivadas del cerebro de cada
hombre».
en todas partes anterior a los registros, y las letras raramente se imponen entre
un pueblo hasta que una sociedad civil ha tenido suficiente continuidad como
para satisfacer, mediante otras artes más necesarias, las necesidades de seguri-
dad, comodidad y abundancia. Y entonces comienza a preocuparse por la his-
toria de sus fundadores y a buscar a los más destacados, cuando han sobre-
vivido al olvido.
t o d o e s t o e s l o mejor p o s i b l e ; y así, si h a y u n v o l c á n e n L i s b o a , n o p u e d e
estar e n n i n g ú n otro lugar, p u e s t o que e s i m p o s i b l e q u e las c o s a s n o e s t é n
d o n d e están; p u e s t o d o está bien"». E n t o n c e s , p r o s i g u e Voltaire e n Cándi
do, l o s sabios de Lisboa, e n un esfuerzo d e s e s p e r a d o por impedir un n u e v o
terremoto, « n o encontraron r e m e d i o m á s eficaz . . . q u e ofrecer al p u e b l o un
h e r m o s o auto da fe; la Universidad d e C o i m b r a d e c i d i ó q u e el e s p e c t á c u l o
d e algunas personas q u e m a d a s lentamente, c o n gran p o m p a , e s un secreto in
falible para impedir que la tierra t i e m b l e » . C o m o parte d e esta interesante
c e r e m o n i a , el i n d o m a b l e P a n g l o s s fue c o l g a d o y C á n d i d o a z o t a d o s e g ú n la
c a d e n c i a d e una agradable m ú s i c a e n fabordón. E n su prefacio al p o e m a s o
bre el terremoto, Voltaire defiende « e s a antigua y triste verdad d e que el mal
existe e n la tierra». «Si l o s diferentes m a l e s que se abaten sobre el hombre
suelen acabar bien, todas las n a c i o n e s civilizadas se han e q u i v o c a d o al tratar
de descubrir el origen del mal físico y moral.»
Voltaire s u e l e ser citado por su v i s i ó n trágica de la historia: «la historia
e n general e s un c ú m u l o d e c r í m e n e s , locuras y desventuras, entre las c u a l e s
de tarde e n tarde t o p a m o s c o n alguna virtud y a l g u n o s t i e m p o s felices; c o m o
p u e d e n verse a v e c e s c h o z a s aisladas e n un desierto y e r m o » . Pero, retrospec
t i v a m e n t e , e s t e p e s i m i s m o n o e s l o q u e ha aportado a nuestro a c e r v o d e
creencias. A u n q u e fue un e s c é p t i c o a p a s i o n a d o y un e n e m i g o del d o g m a y
el f a n a t i s m o r e l i g i o s o s , debería ser r e c o r d a d o c o m o un o p t i m i s t a a largo
plazo. U n o d e l o s s e l l o s distintivos d e d i c h o o p t i m i s m o e s su c o n c e p t o d e la
« c i v i l i z a c i ó n » . Sorprendentemente, este término, e n su a c e p c i ó n actual, n o
entró en nuestro p e n s a m i e n t o histórico hasta la é p o c a de Voltaire, y e n buena
m e d i d a se debe a lo que él y sus c o l e g a s philosophes vieron y escribieron s o
bre su t i e m p o .
James B o s w e l l afirma q u e , el 2 3 de m a r z o d e 1 7 7 2 , trató d e convencer al
doctor Johnson d e que admitiera el n o m b r e « c i v i l i z a c i ó n » c o n el sentido q u e
h o y le d a m o s e n su trascendental Dictionary ofthe English Language. Pero
el doctor Johnson s ó l o admitiría el término e n el sentido técnico-jurídico d e
«ley, acto de justicia o j u i c i o , que convierte un p r o c e s o penal e n civil».
las ideas sobre las que se asentaba un anden régime q u e estaba tambaleán-
d o s e . El artículo d e Diderot sobre «Autoridad política» rebajaba la autoridad
del rey, supeditándola al m e r o c o n s e n t i m i e n t o del p u e b l o . D ' H o l b a c h aboga-
ba por la institución d e una monarquía constitucional. R o u s s e a u e x p o n í a sus
ideas subversivas sobre la voluntad general. E infinidad de artículos sobre l o s
m á s variados t e m a s refutaban l o s d o g m a s b o r b ó n i c o s y c a t ó l i c o s .
L a obra d e Diderot fue un presagio d e la r e v o l u c i ó n inminente, que s ó l o
p o d í a pasar inadvertida a l o s c i e g o s . El rey r e v o c ó su privilegio d e publica-
c i ó n e n 1 7 5 9 . E s e m i s m o año, el papa C l e m e n t e XII p u s o a la Encyclopédie
en el índice de libros prohibidos y exhortó a t o d o s l o s c a t ó l i c o s que l o p o -
seían a hacer que l o quemara un sacerdote; d e l o contrario, serían e x c o m u l -
gados. El gran m o n u m e n t o intelectual de esta era fue c o n d e n a d o unánimemen-
te por las m a y o r e s autoridades del m o m e n t o . Pero atestigua el poder dura-
dero d e la « c i v i l i z a c i ó n » e n c u y o desarrollo colaboraron Voltaire y tantos
otros philosophes.
Capítulo XXVI
Dios hace todas las cosas bien; el hombre se entromete en ellas y se vuel-
ven malas. Fuerza a un suelo a dar los productos que corresponden a otro, a un
árbol a llevar los frutos de otro. Confunde y embrolla el tiempo, los lugares
y las condiciones naturales. Mutila a su perro, sus caballos y sus esclavos. Des-
truye y desfigura todas las cosas; ama lo deforme y monstruoso; no acepta
nada tal como lo ha hecho la naturaleza, ni siquiera el mismo hombre, que debe
aprender a andar como un caballo de montar y adaptarse a los gustos de su
amo como los árboles de su jardín.
ROUSSEAU EN BUSCA DE UNA VÍA DE ESCAPE 201
EL PROYECTO AMERICANO
DE JEFFERSON
En Europa, las tierras están bien cultivadas, bien vedadas a los campesinos.
Uno se dedica por lo tanto a la producción por pura necesidad, y no por elec-
ción, para hacer frente al superávit de población. Nosotros, en cambio, dispo-
nemos de una inmensidad de tierras que cortejan la industria del agricultor...
Quienes trabajan la tierra son el pueblo escogido de Dios, si es que jamás hubo
tal pueblo, en cuyo pecho ha depositado una virtud sustancial y genuina. Es el
hálito con el que mantiene viva esta llama sagrada, que de otro modo podría
desaparecer de la faz de la tierra. La corrupción de la moral en la masa de los
campesinos es un fenómeno que no se ha dado jamás en ninguna nación. Es la
marca impresa en quienes, al no recurrir al cielo, a su propia tierra y trabajo
para garantizarse su sustento, como hace el agricultor, están a la merced de las
veleidades y los caprichos de los clientes. La dependencia engendra servilismo
y venalidad, ahoga el germen de la virtud y deja expedita la vía a los designios
de la ambición.
AL FUTURO
Muchos descubrimientos están reservados a las generaciones
venideras... Mala cosa sería un mundo que no contuviera, en
cualquier época y parte del universo, materia de investigación.
S É N E C A , Cuestiones naturales
EL ÍMPETU DE LA HISTORIA:
AVATARES DE LA SOCIOLOGÍA
Investiga, investigador.
El futuro está hecho de investigación.
ORTEGA Y GASSET
Capítulo XXIX
En esta época infausta, seremos testigos del rápido declive de la mente hu-
mana desde las cimas que había alcanzado, y veremos cómo es suplantada por
la ignorancia... Nada logrará atravesar esas profundas tinieblas, excepto unos
pocos rayos de talento, bondad y magnanimidad. Los únicos logros del hombre
no eran más que sueños teológicos y fraudes supersticiosos; su única moral,
la intolerancia religiosa. Europa, anegada en sangre y postrada en el dolor, des-
garrada entre la tiranía religiosa y el despotismo militar, esperaba el momento
en que una nueva ilustración le permitiese renacer libre, heredera de la huma-
nidad y la virtud.
extraer de los libros, en el silencio y la soledad, nunca puede ser del todo noci-
va. Es suficiente que exista un rincón de tierra libre desde donde la imprenta
pueda esparcir sus frutos. ¿Cómo se podría cerrar a cal y canto todas las puer-
tas y sellar cada grieta por la que la verdad aspira a entrar, con los innumera-
bles libros que hay, con las copias y reediciones que pueden hacerse?
q u e D a r w i n había d e s c r i t o e n b i o l o g í a , Tylor la v e í a e n la s o c i e d a d . « E s
a s o m b r o s o — e s c r i b i ó D a r w i n a T y l o r — , c ó m o s i g u e la pista del a n i m i s m o
d e s d e las razas inferiores hasta las creencias r e l i g i o s a s d e las razas superio-
r e s . . . C u a n curiosas s o n , también, las p e r v i v e n c i a s y r e m i n i s c e n c i a s d e v i e -
j a s c o s t u m b r e s . » La «cultura» n o c o n s i s t í a s ó l o e n la e x p r e s i ó n artística y las
i d e a s espirituales, s i n o e n « t o d o s l o s hábitos y aptitudes adquiridos por el
h o m b r e e n su calidad d e m i e m b r o d e una s o c i e d a d » .
Para Tylor, s ó l o existía una historia de la humanidad, que d e acuerdo c o n
esta nueva orientación podía llamarse antropología. «El pasado — e s c r i b i ó — ,
e s continuamente preciso para explicar el presente, al igual q u e el t o d o para
explicar las partes.» « A l parecer, ningún p e n s a m i e n t o h u m a n o e s tan primiti-
v o ni tan antiguo c o m o para q u e se haya borrado su huella e n nuestro propio
p e n s a m i e n t o . » En 1 8 9 6 , Tylor s e convirtió e n el primer profesor d e antropo-
l o g í a d e O x f o r d . Y la «cultura» pronto sería liberada del d o g m a e v o l u t i v o
unilineal. Y abandonaría sus aires d e superioridad Victorianos para pasar a
m a n o s d e las g e n t e s «inferiores».
El extraño c o n g l o m e r a d o americano, h e c h o de personas que n o tenían ca-
bida e n el e s q u e m a e u r o p e o c l á s i c o , liberó una v e z m á s a l o s s o c i ó l o g o s d e la
perspectiva provinciana d e la raza humana propia de Europa occidental. Franz
B o a s ( 1 8 5 8 - 1 9 4 2 ) , quien estudió el sentido d e la vida para l o s p u e b l o s primi-
tivos, h i z o m á s que ningún otro pensador para liberar a l o s s o c i ó l o g o s o c c i -
dentales de l o s d o g m a s simplistas sobre la superioridad racial y d e las jerar-
quías absolutas sobre el progreso cultural. A s í p u e s , n o e s de extrañar que la
relatividad cultural, la idea d e que todas las culturas s o n únicas y la o p o s i c i ó n
a l o s d o g m a s del Viejo M u n d o sobre superioridad racial, surgiera en Estados
U n i d o s y e n la nueva c i e n c i a social d e la antropología. B o a s , nacido e n A l e -
m a n i a e n 1 8 5 8 de una familia d e comerciantes, mostró un interés precoz por
las c i e n c i a s naturales, e s t u d i ó en universidades alemanas y o b t u v o el doctora-
d o e n física y geografía en Kiel. A l o s veinticinco años se unió a una expedi-
c i ó n científica a la isla d e Baffin, e n el archipiélago Á r t i c o canadiense. L o s
e s q u i m a l e s despertaron su interés por la variedad d e culturas. A su regreso,
entró a formar parte del m u s e o e t n o l ó g i c o d e Berlín. En 1 8 8 6 , al volver d e
una e x p e d i c i ó n de estudio d e l o s indios d e la isla de Vancouver, se detuvo e n
N u e v a York, donde d e c i d i ó instalarse. B o a s a y u d ó a preparar la muestra an-
tropológica d e la e x p o s i c i ó n c o l o m b i n a d e C h i c a g o ( 1 8 9 3 ) , convirtiéndose e n
profesor d e antropología d e la U n i v e r s i d a d d e C o l u m b i a . D e s p u é s dirigió y
p u b l i c ó i n f o r m e s sobre l o s nativos d e Siberia y A m é r i c a del Norte. C o n el
t i e m p o fue adquiriendo versatilidad y exhaustividad e n el estudio d e tribus
e x ó t i c a s y remotas, fue i n c l u y e n d o e n e l l o s datos lingüísticos, demográficos,
estadísticos, d e antropología física y folklore. A l igual q u e Tylor, consideraba
que el c o n c e p t o de «cultura» e n g l o b a todas las formas d e sociedad.
B o a s , el líder norteamericano r e c o n o c i d o d e la nueva c i e n c i a d e la antro-
p o l o g í a , era u n e s c r u p u l o s o observador d e l o s datos t o m a d o s d e su experien-
DE LAS NACIONES A LAS CULTURAS: SPENGLER Y TOYNBEE 231
La cultura apolínea [Grecia clásica| sólo consideraba real aquello que esta
ba inmediatamente presente en el tiempo y lugar, tratando así datos fundamen
tales como elementos superfluos. La faustiana [moderna occidental] salvó todas
las barreras sensoriales en su carrera hacia el infinito, situando el centro de gra
vedad de la idea pictórica en la distancia, a través de la perspectiva. La de los
Magos [bizantino-arábica] entendió que todos los fenómenos son trasunto de
fuerzas misteriosas que dotan a la caverna del mundo de sustancia espiritual, y
remató esta pintura con un telón de fondo dorado, o sea, con algo que estaba
más allá de los colores naturales y no tenía nada que ver con ellos. El dorado
no es un color.
SANTUARIOS DE LA DUDA
No hay verdades absolutas;
Todas las verdades son verdades a medias.
El error consiste en tratarlas
Como verdades absolutas.
KIERKEGAARD, O EL PASO
DE LA HISTORIA A LA EXISTENCIA
El i n g e n i o d e Kierkegaard e s m á s fácil d e c o m p r e n d e r q u e su m e n s a j e .
M o n t a i g n e , otro precursor del e x i s t e n c i a l i s m o , formula el p r o b l e m a d e esta
manera: « S i m i mente pudiera conseguir un punto de a p o y o , n o escribiría ensa-
y o s , tomaría d e c i s i o n e s : pero está siempre e n aprendizaje y a prueba».
Pero n o d e b e inquietarnos nuestra incapacidad para c o m p r e n d e r y trans-
formar e l m e n s a j e d e Kierkegaard e n a l g o inteligible, y a q u e su argumento
antihegeliano e s que n o e s p o s i b l e comprender la existencia intelectualmente.
A s í q u e n o p u e d e haber una s i s t e m a t i z a c i ó n d e la existencia, porque la e x i s -
tencia e s s i e m p r e i n c o m p l e t a y está e n e v o l u c i ó n . « L a repetición n o e x i s t e » ,
precisa, refiriéndose a la unicidad de c a d a i n d i v i d u o y d e c a d a m o m e n t o d e
la e x i s t e n c i a . S i n e m b a r g o , la ilusión d e la repetición p u e d e explicar m u c h a s
cosas.
E l t e d i o d e la v i d a d e t e r m i n a a c t o s d e i n t e r v e n c i ó n del ser subjetivo y
arbitrario, c o m o e x p l i c a e n O lo uno o lo otro:
A quién puede extrañarle, por lo tanto, que el mundo vaya de mal en peor,
y que se extiendan sus males por doquier, a medida que aumenta el hastío,
pues el hastío es la raíz de todos los males. La historia de este fenómeno se re-
monta al principio del mundo. Los dioses estaban aburridos; por eso crearon al
hombre. Adán se aburría solo, de modo que crearon a Eva. Así entró el hastío
en el mundo y fue aumentando en proporción al aumento de la población.
Adán se aburría solo; después, Adán y Eva se aburrieron juntos; después,
KIERKEGAARD, O EL PASO DE LA HISTORIA A LA EXISTENCIA 253
Beckman no pudo hacerme reír. Aguanté media hora y me fui del teatro.
Pensé: «la repetición no existe». Esto causó en mí una profunda impresión...
Con todo, seguía creyendo que el placer que me había producido antes ese
teatro debía ser más duradero, precisamente porque antes de comprender real-
mente la vida, hay que aprender a sobrellevar las decepciones de todo tipo que
causa la existencia, y aun así poder seguir adelante: sin duda, con estas mo-
destas expectativas, la vida sería más segura. ¿Podía ser la existencia más frau-
dulenta que una quiebra? Al fin y al cabo, quien quiebra devuelve al menos
el 50 o el 30 por 100. A fin de cuentas, la comicidad es lo mínimo que uno
puede exigir. ¿Ni siquiera eso puede repetirse?
Creo que ayer hubo una crisis en mi vida. Terminé la primera parte del se
gundo Essai de Renouvier y no veo razón alguna por la que su definición del
libre albedrío —«la persistencia del pensamiento porque yo decido que así sea,
cuando podría tener otros pensamientos»— deba ser la definición de una ilu
sión. De cualquier modo, daré por sentado ... que no se trata de una ilusión.
Mi primer acto de libre albedrío será creer en el libre albedrío.
A s í r e s c a t ó J a m e s la verdad d e m a n o s d e l o s m e t a f í s i c o s . « L a verdad
e s el n o m b r e d e todo l o q u e resulta ser b u e n o d e s d e el punto d e vista d e las
c r e e n c i a s y b u e n o , también, por r a z o n e s definidas, a s i g n a b l e s . . . L a s teorías
s e convierten e n t o n c e s e n instrumentos, n o e n respuestas a e n i g m a s , e n l o s
q u e c o n f i a r . . . L a verdad d e u n a i d e a n o e s una propiedad inherente a la idea
y e s t a n c a d a e n ella. L a v e r d a d le ocurre a u n a i d e a . S e hace verdadera,
l o s a c o n t e c i m i e n t o s la h a c e n v e r d a d e r a . . . L a p o s e s i ó n d e la verdad, lejos d e
ser u n fin e n sí m i s m a , n o e s m á s q u e un instrumento preliminar para alcan
zar otras s a t i s f a c c i o n e s v i t a l e s . » Entre d i c h a s « s a t i s f a c c i o n e s » i n c l u y e « l a
e x p e r i e n c i a r e l i g i o s a » , q u e a n a l i z ó c o n n o t a b l e tolerancia y capacidad d e
c o m p r e n s i ó n e n Las variedades de la experiencia religiosa ( 1 9 0 2 ) . E n ella
d e m u e s t r a q u e la r e l i g i ó n , c o m o las d e m á s e x p e r i e n c i a s , d e b e evaluarse n o
e n f u n c i ó n d e sus causas, s i n o d e sus frutos.
Capítulo XXXVI
EL CONSUELO Y EL ASOMBRO
DE LA DIVERSIDAD
e n las q u e h a b í a s i d o h e r i d o . L e g u s t a b a calificarse d e « v i e j o s o l d a d o » y
describir las c u a l i d a d e s precisas para h a c e r d e un a b o g a d o « u n é x i t o b e l i g e -
rante». A u n q u e n o habría jurista n o r t e a m e r i c a n o m á s r e f l e x i v o q u e él, H o l -
m e s p a r e c e apreciar el e s t u d i o d e la l e y n o tanto por l o q u e t e n g a d e filosó-
fico, s i n o p o r q u e aborda c o n f i c t o s d e intereses. I n c l u s o m a n i f e s t ó sus dudas
t e o l ó g i c a s e n la m e t á f o r a d e la batalla, c u a n d o e s c r i b i ó a sir Frederick
Pollock en 1925:
La vida del derecho no ha sido lógica: ha sido una experiencia. Las necesi-
dades de la época, las teorías morales y políticas predominantes, las intuiciones
políticas, reconocidas o inconscientes, incluso los prejuicios que comparten los
jueces, tienen mucho más que ver que el silogismo implícito en la elabora-
ción de las normas por las cuales debe regirse el hombre. El derecho encarna
la historia de la evolución de una nación a través de muchos siglos y no puede
ser tratada como si sólo contuviera los axiomas y las reglas de un libro de ma-
temáticas. Para saber qué es, debemos saber qué ha sido y en qué tiende a
convertirse.
criterio era saber «si las palabras se han pronunciado e n circunstancias tales
o s o n d e naturaleza tal q u e p u e d e n suponer una a m e n a z a clara y real d e un
perjuicio sustantivo, q u e el C o n g r e s o tiene d e r e c h o a prevenir».
F u e su espíritu inquisitivo l o que h i z o de H o l m e s el paladín d e la libertad
d e e x p r e s i ó n , el dudar d e q u e él o cualquier otra persona tuviera un c a m i n o
e x p e d i t o hacia l o absoluto. «El gran acto de fe — e s c r i b i ó a su a m i g o W i l l i a m
J a m e s ( q u e n o necesitaba e s e c o n s e j o ) — , se produce c u a n d o el h o m b r e deci-
d e q u e n o e s D i o s . » A l c u m p l i r n o v e n t a a ñ o s todavía recordaba a l o s j ó v e n e s
q u e su « d e s c u b r i m i e n t o d e q u e él n o era D i o s » era el « s e c r e t o del é x i t o » .
Y e n s u s o p i n i o n e s discrepantes f o r m u l ó d e una manera i n o l v i d a b l e su cre-
d o liberal:
LA LITERATURA DE LA PERPLEJIDAD
L a s b u f o n a d a s d e las primeras p e l í c u l a s m u d a s e s t á n e n la l í n e a d e l o
absurdo d e Beckett, q u e a su v e z se r e m o n t a a la tradición d e l o s antiguos
mimos y los payasos y bufones medievales. Todos estos géneros cómicos
demuestran el poder dramático d e las a c c i o n e s m u d a s y sin sentido. V l a d i -
mir y Estragón tienen su e q u i v a l e n t e e n el G o r d o y el F l a c o ; u n personaje
que recuerda a Charlie Chaplin aparece c o n el n o m b r e d e H a m m e n Final
de partida ( 1 9 5 7 ) y el p r o p i o Buster K e a t o n actuó e n Film ( 1 9 6 4 ) . El i n s
tinto d e l o absurdo hacía que Beckett viera l o c ó m i c o d o n d e otros s ó l o veían
l o carente d e s e n t i d o . Y así, B e c k e t t , c o n su surtido d e trivialidades d e la
v i d a cotidiana, n o s entretiene c o n su p a c i e n t e d e s c r i p c i ó n d e la c o n d i c i ó n
humana. L o q u e h a c e q u e sus i n t u i c i o n e s e n c a j e n p e r f e c t a m e n t e c o n la anti
g u a función catártica del teatro.
C o n s e m e j a n t e s e n t i d o d e l o absurdo, n o e s sorprendente q u e B e c k e t t
se sintiera fascinado por el misterio del t i e m p o . S u primera obra publicada
d e manera aislada versaba sobre este t e m a . Durante su primera estancia e n
París, N a n c y Cunard y Richard A l d i n g t o n o f r e c i e r o n u n a r e c o m p e n s a d e
diez libras al m e j o r p o e m a sobre el t e m a del t i e m p o . El p o e m a galardonado
d e B e c k e t t , al q u e p u s o el p r o v o c a t i v o título « Q u i e n e s c o p i o » , trataba sobre
su filosofo favorito, D e s c a r t e s , r e f l e x i o n a n d o sobre el t i e m p o , l o s h u e v o s d e
gallina y otros t e m a s d i v e r s o s . S e p u b l i c ó e n 1 9 3 0 e n una e d i c i ó n d e c i e n
c o p i a s firmadas, al p r e c i o d e c i n c o c h e l i n e s , y d o s c i e n t a s c o p i a s sin firmar,
al p r e c i o d e un chelín. B e c k e t t , e n t o n c e s , estaba naturalmente f a s c i n a d o por
Proust, sobre el cual e s c r i b i ó u n o d e l o s primeros e s t u d i o s e x h a u s t i v o s , un
e n s a y o d e crítica (publicado e n 1 9 3 1 ) centrado e n la e x p l o r a c i ó n del t i e m
p o por Proust. El t i e m p o , e s c r i b i ó e n e s t e e n s a y o , le daría d e alguna m a n e
ra a B e c k e t t la c l a v e d e la n o v e d a d e n el absurdo p i é l a g o d e la experiencia.
E s o le sugirió también el t e m a de Esperando a Godot, t e m a q u e , c o m o s e
ha i n d i c a d o a m e n u d o , n o e s G o d o t , s i n o la espera, un encuentro habitual
c o n el t i e m p o . S e g ú n Beckett:
UN MUNDO EN PROCESO:
EL SENTIDO ESTÁ EN
LA BÚSQUEDA
Pero nunca cayó en el error de detener su desarrollo intelec
tual por la aceptación formal de credo o sistema alguno, o de
equivocación, por una casa en la que vivir, una posada poco
recomendable para pasar la noche, o por unas pocas horas
de una noche sin estrellas y en que la luna sufre los dolores
del parto... ninguna teoría de la vida le parecía tener impor
tancia comparada con la vida misma.
L a e x p l o s i ó n d e la Guerra C i v i l e s p a ñ o l a a p e l ó u n a v e z m á s al r e v o l u -
cionario q u e había e n Malraux. E n 1 9 3 6 , l l e g ó a Madrid e n u n avión priva-
d o pilotado por el a m i g o q u e había descubierto la capital d e S h e b a tres a ñ o s
antes. C o m o había dejado d e ser un s i m p l e periodista, pronto m a n d ó el e s -
cuadrón aéreo « E s p a ñ a » . A r r i e s g ó su v i d a por la c a u s a republicana, a la q u e
s e unieron l o s c o m u n i s t a s . C u a n d o h i z o una gira por l o s E s t a d o s U n i d o s para
recabar a y u d a a la R e p ú b l i c a , fue a g a s a j a d o e n N u e v a York y H o l l y w o o d .
A la pregunta d e por q u é había arriesgado la v i d a e n E s p a ñ a c u a n d o p o d í a
haberse relajado gracias a su f a m a c o m o n o v e l i s t a e n Francia, replicó: «por-
q u e n o m e g u s t o a m í m i s m o » . Y, c u a n d o quisieron saber por q u é le parecía
luchar m á s importante q u e escribir, respondió: «porque la muerte e s un triun-
f o m a y o r » . Y d e f e n d i ó a Stalin. « A l igual q u e la I n q u i s i c i ó n n o d e s p o j ó al
c r i s t i a n i s m o d e su d i g n i d a d fundamental — d e c l a r ó e n u n a c e n a organizada
por The Nation e n N u e v a Y o r k — , l o s j u i c i o s p o l í t i c o s d e M o s c ú n o m e r m a n
e n nada la d i g n i d a d fundamental del c o m u n i s m o . »
P e s e a t o d o , e n sus n o v e l a s sobre la R e v o l u c i ó n c h i n a y la Guerra Civil
e s p a ñ o l a , M a l r a u x n o tiene nada d e i d e ó l o g o . Encontraba sentido a estas lu-
c h a s e n l o s a c t o s i n d i v i d u a l e s d e h e r o í s m o , al igual q u e h a b í a e n c o n t r a d o
sentido al arte e n la obra aislada confrontada a las d e m á s . C u a n d o estalló la
s e g u n d a Guerra Mundial, regresó a Francia y se u n i ó al ejército francés c o m o
s o l d a d o raso. Capturado por l o s a l e m a n e s , h u y ó del c a m p o d e c o n c e n t r a c i ó n
y s e d e d i c ó a organizar la resistencia. Tras la guerra participó e n el g o b i e r n o
d e D e G a u l l e primero c o m o ministro d e I n f o r m a c i ó n y posteriormente d i e z
a ñ o s c o m o ministro d e Cultura. Era una é p o c a e n que, e n o p i n i ó n d e Malraux,
su país y el m u n d o n e c e s i t a b a n una « n u e v a i d e a del h o m b r e » , y v i o e n las
artes el v e h í c u l o d e d i c h a idea.
EL HECHIZO DEL ANTIDESTINO EN MALRAUX 283
y sus discípulos habían b u s c a d o las l e y e s por las que s e rigen las fuerzas físi-
c a s . El origen de las especies d e D a r w i n se p u b l i c ó el a ñ o del n a c i m i e n t o d e
B e r g s o n . « S i D a r w i n descubrió la ley de la e v o l u c i ó n d e la naturaleza orgá-
nica — d i j o Friedrich E n g e l s ante la tumba d e su héroe e n 1 8 8 3 — , Marx ha
descubierto la ley de la e v o l u c i ó n d e la historia d e la humanidad.» Para Marx,
el d e s t i n o histórico está predeterminado por la l u c h a d e c l a s e s e c o n ó m i c a s ;
para D a r w i n , la a s c e n s i ó n y el d e c l i v e d e las e s p e c i e s están predeterminados
por la lucha entre o r g a n i s m o s , por la s e l e c c i ó n natural y la supervivencia d e
l o s mejor adaptados. Afirma q u e la e v o l u c i ó n , la aparición d e e s p e c i e s supe-
riores (y, por último, del h o m b r e ) , e s un producto derivado de p r o c e s o s físi-
c o s d e la naturaleza registrados a l o largo de m i l e n i o s g e o l ó g i c o s .
Esta e x p l i c a c i ó n , e n cierto sentido, n o satisfizo a B e r g s o n , un buscador del
sentido d e la vida. N o porque pusiera e n entredicho la B i b l i a y l o s d o g m a s d e
la r e l i g i ó n ortodoxa, s i n o porque n o proporcionaba una e x p l i c a c i ó n c o n v i n -
c e n t e d e la propia e v o l u c i ó n y n o tenía e n cuenta la c o n c i e n c i a h u m a n a ni la
e x p e r i e n c i a v i v i d a . D e b í a haber e n j u e g o otras fuerzas, n o e x c l u s i v a m e n t e
mecánicas.
La evolución creadora (primera e d i c i ó n francesa d e 1 9 0 7 , L'Évolution
Créatrice) e s producto d e la insatisfacción d e B e r g s o n ante las ideas m e c a -
nicistas y materialistas imperantes sobre la e v o l u c i ó n , y e n esta obra presen-
ta d e m a n e r a e l o c u e n t e su p u n t o d e vista vitalista. N o e l u d e l o s p r o b l e m a s
t é c n i c o s , p e r o desarrolla su argumento c o n u n estilo ágil, aportando e j e m p l o s
s a c a d o s del sentido c o m ú n para c o n v e n c e r al lector n o versado e n estos temas.
C o n s i g u i ó llegar al conjunto del m u n d o d e las letras occidental y e n 1928 re-
c i b i ó el p r e m i o N o b e l d e literatura. « O h , B e r g s o n — e x c l a m ó W i l l i a m J a m e s
d e s p u é s d e leer el l i b r o — , eres u n m a g o y tu obra e s un prodigio, una autén-
tica m a r a v i l l a . . . Pero, a diferencia d e las obras d e l o s g e n i o s del m o v i m i e n -
to transcendentalista ( q u e e s c r i b e n d e una manera tan hermética, a b o m i n a b l e
e i n a c c e s i b l e ) , la tuya e s una obra c l á s i c a d e s d e el punto d e vista f o r m a l . . .
c o n u n a r o m a d e u n a e u f o n í a persistente, fluida c o m o el río q u e n u n c a s e
d e s b o r d a ni s e a g o s t a , s i n o q u e m a r c h a lenta y firmemente, c o n el c a u c e
l l e n o hasta el borde.» C u a n d o s e p u b l i c ó el libro, B e r g s o n y a era celebrado
e n el O c c i d e n t e instruido gracias a tres o p ú s c u l o s transcendentales e n l o s q u e
presentaba la e s e n c i a d e las ideas q u e le convertirían e n u n o d e l o s escritores
m á s i n f l u y e n t e s del s i g l o .
Para e x p l i c a r l o s p r o c e s o s y p r o d u c t o s d e la e v o l u c i ó n , afirma B e r g s o n ,
e s n e c e s a r i o a l g o m á s q u e fuerzas físicas inconscientes.. El p r o c e s o d e s e l e c -
c i ó n natural, q u e opera d e m a n e r a aleatoria, n o basta para e x p l i c a r l a e v o -
l u c i ó n d e u n ó r g a n o c o m p l e j o c o m o el o j o d e l o s vertebrados. El c o n c e p t o
d e e v o l u c i ó n p r e s u p o n e q u e , e n c a d a f a s e d e desarrollo, t o d a s las partes d e
u n a n i m a l y d e sus ó r g a n o s s e m o d i f i q u e n s i m u l t á n e a m e n t e , p u e s t o q u e
t i e n e n q u e f u n c i o n a r c o n j u n t a m e n t e para asegurar la s u p e r v i v e n c i a d e la
e s p e c i e . Para B e r g s o n , n o e s p o s i b l e q u e las v a r i a c i o n e s interrelacionadas d e
LA EVOLUCIÓN CREADORA DE BERGSON 287
S u s d o t e s p o é t i c a s i m p u l s a b a n a B e r g s o n a utilizar s í m i l e s o metáforas
para dar significados m á s sutiles a l o s d o g m a s d e la c i e n c i a o la t e o l o g í a , por
l o q u e añade un a p é n d i c e t e o l ó g i c o original a su élan vital. L a e v o l u c i ó n e s
« e l c o m p r o m i s o d e D i o s d e crear c r e a d o r e s , para p o d e r tener, a d e m á s d e
sí m i s m o , seres merecedores d e su amor». O, e n una metáfora inspirada e n el
m u n d o m e c a n i c i s t a q u e aborrecía, c o n c l u y e su obra Las dos fuentes de la
moral y la religión c o n la afirmación d e q u e «El u n i v e r s o . . . e s una m á q u i n a
para la c r e a c i ó n de D i o s » .
B e r g s o n insistió e n q u e «carecía d e sistema». Y afirmó n o tener demasia-
d o mérito, p u e s « m e h e limitado a desacreditar cierta cantidad d e ideas pre-
c o n c e b i d a s . H e tratado d e alentar la afición a la introspección». Pero, quizás
d e b i d o p r e c i s a m e n t e a que n o s e enfrentó a l o s s i s t e m a s filosóficos, su in-
fluencia fue m á s amplia y d e m a y o r c a l a d o d e l o q u e él creía. L l e g ó a ser
c o n s i d e r a d o el profeta d e u n a « f i l o s o f í a d e l p r o c e s o » . F u e el m á s l e í d o y
q u i z á s el m á s influyente d e l o s e x p o n e n t e s d e u n n u e v o d i n a m i s m o e n la fi-
l o s o f í a y literatura e n el s i g l o x x . W i l l i a m J a m e s l o adoraba, v i e n d o e n é l a
su m e n t o r por afinidad; G e o r g e Santayana está influido por él; Alfred N o r t h
W h i t e h e a d c o m p a r t e su f o r m a d e c o n c e b i r la naturaleza. S u c o n c e p t o d e
la duración real fue c o m p a r t i d a y desarrollada c o n e l e g a n c i a e n la obra d e
M a r c e l Proust En busca del tiempo perdido (editada e n francés entre 1 9 1 3
y 1 9 2 7 ) . B e r g s o n r e s p o n d e p l e n a m e n t e al e l o g i o d e J a m e s sobre su c a p a c i -
dad m á g i c a para hacer converger las corrientes divergentes d e la b ú s q u e d a
d e s e n t i d o e n el s i g l o x x .
Capítulo XLI
Pero a m b o s m é t o d o s n o eran m u t u a m e n t e c o m p a t i b l e s . L a m e c á n i c a d e
N e w t o n y su teoría d e la gravedad se basaban e n el poder de las fuerzas a dis-
tancia, mientras que el n u e v o m u n d o m a x w e l l i a n o del e l e c t r o m a g n e t i s m o se
basaba e n la atracción de fuerzas e n un « c a m p o » . ¿Podían conciliarse ambas
teorías? « N o d e b e sorprendernos — p r e c i s a Einstein e n sus « N o t a s a u t o b i o -
g r á f i c a s » — , q u e . . . por así decirlo, todos l o s físicos del siglo pasado vieran e n
la m e c á n i c a clásica un fundamento firme y definitivo para toda la física, así
c o m o para las ciencias naturales, y que nunca cejaran en su e m p e ñ o de basar
también la teoría del electromagnetismo d e M a x w e l l que, mientras tanto, se iba
i m p o n i e n d o lentamente, e n la mecánica.» L a lectura juvenil del libro d e Ernst
M a c h Historia de la mecánica destruyó la «fe d o g m á t i c a » d e Einstein e n el
fundamento newtoniano: « L a entrada d e la óptica ondulatoria e n la c o n c e p c i ó n
m e c á n i c a del mundo había de suscitar necesariamente grandes recelos. Si la luz
s e interpretaba c o m o el m o v i m i e n t o ondulatorio e n un cuerpo elástico (éter),
este debía constituir un m e d i o que l o permeara t o d o . . . Este éter tenía q u e te-
ner una existencia fantasmal, al igual que el resto de la m a t e r i a . . . » . L a e l e c -
trodinámica d e Faraday y M a x w e l l h i z o que los físicos fueran comprendiendo
« p o c o a p o c o que había que abandonar la fe en la posibilidad de que el c o n -
j u n t o d e la física se basara en las matemáticas d e N e w t o n » .
N e w t o n había introducido la idea del « e s p a c i o a b s o l u t o » , n o influido por
l a s m a s a s y su m o v i m i e n t o . P e r o , sobre e l terreno a b o n a d o por Faraday,
M a x w e l l y Hertz, l o s f í s i c o s s e alejaron d e las l e y e s d e N e w t o n sobre las
fuerzas q u e operan a distancia. Y fue la teoría d e M a x w e l l , c u a n d o E i n s t e i n
era estudiante, la q u e « s u p u s o la transición d e las fuerzas a distancia a l o s
" c a m p o s " e n tanto q u e variables f u n d a m e n t a l e s » . Para E i n s t e i n , «la incor-
p o r a c i ó n d e la ó p t i c a a la teoría del e l e c t r o m a g n e t i s m o . . . fue c o m o u n a
r e v e l a c i ó n . . . » L a s i g u i e n t e r e v e l a c i ó n s e d e b i ó a las i n v e s t i g a c i o n e s d e M a x
P l a n c k ( 1 9 0 0 ) e n e l á m b i t o d e la r a d i a c i ó n térmica, a través d e las c u a l e s
h a b í a l o g r a d o demostrar la «realidad» del á t o m o y precisar « c o n exactitud
su t a m a ñ o c o r r e c t o » . L o q u e l l e v ó a E i n s t e i n a estudiar el m o v i m i e n t o
b r o w n i a n o y a n u e v o s d e s c u b r i m i e n t o s sobre l o s f u n d a m e n t o s e l e c t r o m a g -
n é t i c o s d e la física.
Todas estas teorías inspiraron e n Einstein «el c o n v e n c i m i e n t o d e q u e s ó l o
el descubrimiento de un principio formal universal n o s p u e d e conducir a u n o s
resultados seguros». S e ñ a l a el e j e m p l o d e la termodinámica, c o n su principio
general: L a s l e y e s d e la naturaleza s o n tales q u e e s i m p o s i b l e construir un
perpetuum mobile [ m á q u i n a e n perpetuo m o v i m i e n t o ] . « ¿ D ó n d e encontrar
por l o tanto e s e principio general? Tras d i e z a ñ o s d e reflexión, d i c h o princi-
p i o e m a n ó d e una paradoja c o n la q u e y a m e había t o p a d o a l o s d i e c i s é i s
años: Si p e r s i g o un rayo d e l u z a una v e l o c i d a d c ( v e l o c i d a d d e la luz e n un
v a c í o ) , debería verlo c o m o u n c a m p o e l e c t r o m a g n é t i c o oscilatorio en r e p o s o
e n el e s p a c i o . S i n e m b a r g o , n o parece producirse tal f e n ó m e n o , ni en l o s e x -
p e r i m e n t o s ni d e acuerdo c o n las e c u a c i o n e s de M a x w e l l . D e s d e el principio,
EXPLICACIÓN DEL MISTERIO: LA BÚSQUEDA DE LA UNIDAD EN EINSTEIN 293
s i s t e m a s e s t á t i c o s y e n m o v i m i e n t o . L o s relojes e n m o v i m i e n t o s e m u e v e n
m á s d e s p a c i o q u e l o s relojes estáticos, y l o s objetos e n m o v i m i e n t o s e c o n -
traen e n r e l a c i ó n c o n e l observador. Pero e s t o s c a m b i o s d e l o s o b j e t o s e n
m o v i m i e n t o s o n prácticamente inapreciables y s e p r o d u c e n a v e l o c i d a d e s i n -
feriores a la d e l a l u z , d e m o d o q u e apenas s o n perceptibles para l o s sentidos
humanos. Sin embargo, contradicen claramente el concepto de espacio y
t i e m p o absoluto. « L a teoría d e la relatividad — s e ñ a l ó Einstein e n u n a o c a -
s i ó n — , n o f u e m á s q u e un desarrollo l ó g i c o d e la teoría d e c a m p o s . » Pero
r e c h a z ó la s u g e r e n c i a d e q u e s u teoría n o era c o h e r e n t e c o n l o s h e c h o s o b -
servados. Insistió, e n 1921, e n q u e « m i teoría n o e s d e tipo especulativo;
d e b e su i n v e n c i ó n enteramente al d e s e o d e lograr q u e la teoría física cuadre
lo mejor posible con los hechos observados».
Era perfectamente c o n s c i e n t e d e haber tendido un puente sobre l o s m u n -
d o s d e la m e c á n i c a y la e l e c t r o d i n á m i c a . «El principio d e la relatividad, e n
c o n j u n c i ó n c o n las e c u a c i o n e s d e M a x w e l l — o b s e r v ó e n 1 9 0 — , s u p o n e q u e
la m a s a e s proporción directa d e l a energía c o n t e n i d a e n l o s o r g a n i s m o s ; la
l u z transfiere la masa. U n a r e d u c c i ó n c o n s i d e r a b l e d e la m a s a d e b e generar
radio. E s t a i d e a e s divertida y c o n t a g i o s a : s o y i n c a p a z d e saber p o r q u é el
b u e n D i o s n o s e burla d e e l l a y m e t o m a e l p e l o . » E s t a s i d e a s llevaron a
2
E i n s t e i n a formular su e c u a c i ó n c l á s i c a , e n g a ñ o s a m e n t e sencilla: E = M C ,
e n u n o d e s u s primeros artículos. Era u n atajo científico d e su transcenden-
tal i d e a d e la e q u i v a l e n c i a entre m a s a y energía: la energía c o n t e n i d a e n la
materia e s igual e n e r g i o s a su m a s a e n g r a m o s , multiplicada p o r la v e l o c i -
dad d e la l u z , e n centímetros p o r s e g u n d o , y e l e v a d a al cuadrado. L o q u e s u -
pone, obviamente, teniendo en cuenta la velocidad de la luz ( 2 9 9 . 7 9 2 . 4 5 8
m e t r o s p o r s e g u n d o ) , q u e u n a p e q u e ñ a m a s a e q u i v a l e a u n a gran cantidad
d e energía. Principio q u e tuvo una horrenda demostración (sin participación d e
E i n s t e i n ) e n H i r o s h i m a , e l 6 d e a g o s t o d e 1 9 4 5 , c u a n d o d i c h a ciudad f u e o b -
j e t o d e la primera u t i l i z a c i ó n militar d e la b o m b a a t ó m i c a y registró la cifra
d e u n a s setenta y c i n c o m i l personas muertas o heridas mortalmente.
E m b a r c á n d o s e e n u n a i n v e s t i g a c i ó n m á s general d e la relación m u t u a e n -
tre m a s a s , Einstein r e v i s ó e l c o n c e p t o d e gravedad e n e l n u e v o m u n d o d e la
e l e c t r o d i n á m i c a . S u o b s e r v a c i ó n d e l o s « f o t o n e s » l e l l e v ó a l a idea d e q u e
t a m b i é n la l u z c o n s t a b a d e «quanta» q u e , c o m o t o d o , p o d í a sufrir l o s e f e c t o s
d e la «gravedad». S i la l u z era s e n s i b l e a cierta forma d e gravedad, e l t i e m -
p o y e l e s p a c i o tendrían c o n f i g u r a c i o n e s distintas; u n a al ser o b s e r v a d o s d e s -
d e e l interior del c a m p o gravitacional y otra d e s d e e l exterior. E s t o l l e v ó a
Einstein a l a formulación d e su teoría general d e la relatividad, d e q u e la gra-
v i t a c i ó n n o e s u n a «fuerza» (por e m p l e a r la t e r m i n o l o g í a d e N e w t o n ) , s i n o
u n « c a m p o » curvo e n u n c o n t i n u o e s p a c i o - t e m p o r a l , creado por la p r e s e n c i a
d e m a s a . Por c o n s i g u i e n t e , c o m o l o e x p r e s a R o n a l d Clark, observar e l e s p a -
c i o exterior d e s d e la tierra e s c o m o mirar a través d e gafas deformantes. T o d o
e s t o p o s t u l a b a E i n s t e i n e n su artículo d e 1 9 1 6 . A l igual q u e l a relatividad
EXPLICACIÓN DEL MISTERIO: LA BÚSQUEDA DE LA UNIDAD EN EINSTEIN 297
Estas notas ayudarán al lector a seguir algunas de las sendas de exploración del
sentido de la vida y el universo que me han parecido más fructíferas. Al propio tiem
po, indican las fuentes en que me he inspirado para elaborar dichos capítulos y mis
deudas más importantes con respecto a otros estudiosos. Mi criterio general ha sido
el de seleccionar obras que pueden encontrarse en una buena biblioteca pública o
universitaria. Menciono la fecha de la publicación más reciente de cada libro y he
tratado de citar obras que todavía están en catálogo y en ediciones en rústica. Omi
to muchas monografías especializadas y artículos publicados en revistas eruditas. Re
cordemos al lector que, en los estudios humanísticos, a diferencia de lo que ocurre
en ciencia, las obras más recientes no son necesariamente las mejores. Los trabajos
antiguos atesoran en muchos casos aciertos notables y la calidad del clasicismo.
Cuando los temas tratados en el presente volumen se solapan o coinciden con los de
los otros dos tomos de esta serie, Los descubridores y Los creadores, el lector pue
de acudir a las notas de la correspondiente obra. En las obras literarias no escritas
en inglés he intentado, cuando el pasaje reproducido es largo y de interés literario,
mencionar, ya sea en el texto o en las presentes notas, al traductor, que raramente
tiene el reconocimiento que merece. Los extractos bíblicos proceden de la Today's
1
English Versión (TEV) Bible (American Bible Society, 1976).
La búsqueda de sentido en la vida y el universo es un tema tan vasto que he cen
trado los capítulos (y las presentas notas) en los buscadores —personas e institucio
n e s — que he considerado más sugerentes y que con mayor elocuencia han hablado de
la búsqueda del hombre occidental, de sus dilemas y sus recompensas. Otros aspectos
de esta indagación no abordados en el presente libro serían, por ejemplo, la cosmolo
gía, tratada por Edward Harrison: Masks of the Universe (1985), la psicología (y
«logoterapia»), en Viktor E. Frankl, Man's Search for Meaning (1963) (trad. cast: El
hombre en busca de sentido, Herder, 1995), la semántica, en el clásico C. K. Ogden e
a
I. A. Richards, The Meaning of Meaning, ( 3 . edición, 1930) y algunas más. Para la
presente obra he seleccionado a los buscadores que han dado expresión y configurado
1. He procurado seguir el criterio del autor. El traductor al castellano de los pasajes resal
tados aparece sólo la primera vez. Sigo la edición de la Biblia de Jerusalén. Bilbao, Desclée de
Brouwer, 1975. (N. del t.)
NOTAS BIBLIOGRÁFICAS 303
parte III. Para un estudio de Aristóteles y lo que supuso en su propia época, véase
I. During: Aristotle in the Ancient Biographical Tradition (1957) y Aristotle (1966);
David Ross: Aristotle (1964); Werner Jaeger: Aristotle (1948) (trad. cast. en FCE,
1991, de José Gaos).
Tenemos la fortuna de contar con unos estudios sobresalientes sobre los vínculos
entre el cristianismo y el pensamiento antiguo, en particular C. N. Cochrane: Chris-
tianity and Classical Culture (1944) y J. Pelikan: Christianity and Classical Culture
(1993). Aunque pocos han igualado la siempre actual obra de Edward Gibbon Decli-
ne and Fall of the Román Empire, disponible en muchas ediciones y especialmente
atractiva en la de Modern Library (3 vols., 1995), con ilustraciones de Piranesi (trad.
cast.: Historia de la decadencia y ruina del Imperio Romano. Turner, Madrid, 1984).
En lo que respecta a los antecedentes medievales, se puede comenzar con H. O. Tay-
lor: The Medieval Mind (2 vols., 1930); la concisa obra de E. K. Rand: Founders of
the Middle Ages (1957); C. G. Crump y E. F. Jacob: The Legacy of the Middle Ages
(1932) y el perspicaz Morris Bishop: The Middle Ages (1970). Como referencia,
J. R. Strayer (ed.): The Dictionary of the Middle Ages (13 vols., 1989). Para situar a
los buscadores en la dilatada historia del cristianismo, nada mejor que los capítulos
correspondientes de las obras de Jaroslav Pelikan: The Christian Tradition (5 vols.,
1971-1989) y Jesús Through the Centuries (1985). Un punto de vista interesante so-
bre las instituciones medievales es J. Huizinga: The Waning of the Middle Ages
(1924), en la nueva traducción de Rodney J. Payton y Ulrich Mammitzsch con el
título de The Autumn of the Middle Ages (1966) (trad. cast.: El otoño de la Edad
Media. Altaya, 1995. Trad.: José Gaos).
Sobre el auge de la iglesia, una introducción clásica es la de J. Burckhardt: The
Age of Constantine the Great (1949). Véase también Amoldo Momigliano: The Con-
flict Between Paganism and Christianity in the Fourth Century (1963). Los monaste-
rios y el monasticismo, que no suelen tratar con detalle las historias más generales,
han dado lugar a un conjunto de estudios especializados en el tema especialmente
interesantes para el espíritu laico moderno. Una buena introducción puede ser Cuth-
a
bert Butler: Benedictine Monachism (2. ed., 1924), completado por Alban Butler: Bu-
tler's Ufes of the Saints (ed. H. Thurston y D. Attwater, 4 vols., 1956-1962) (trad.
a
cast.: Vida de los santos. Libsa, 1992. Trad.: M. Luisa Ortega), Gregorio I el Gran-
de: Life and Miracles of St. Benedict (1980) y, para el contexto general, J. M. Hus-
sey: The Byzantine World (1957). Daniel Rees: Consider Your Cali (1978), propone
una teología de la vida monástica actual.
Las universidades medievales presentan llamativas diferencias con respecto a sus
descendientes modernas, que han expuesto estudiosos con gran instinto literario. Véa-
se, por ejemplo, la convincente obra de C. H. Haskins: The Rise of Universities
(1923) y The Renaissance of the Twelfth Century (1957). Un libro de referencia ha-
bitual es Hastings Rashdall: The Universities of Europe in the Middle Ages (3 vols.,
ed. revisada, 1936). Véase también G. G. Coulton: Medieval Panorama (1938). Te-
nemos una deuda con Étienne Gilson por sus sutiles ensayos: The History of Chris-
tian Philosophy in the Middle Ages (1955), The Christian Philosophy of St. Thomas
306 LOS PENSADORES
Aquinas (1983) y The Spirit of Medieval Philosophy (1991) (trads. casts.: El espíritu
de la filosofía medieval, Rialp, 1981, trad.: Ricardo Anaya y Santo Tomás de Aquino,
Aguilar, Madrid, 1964, trad.: Nicolás González Ruiz). Sobre la vida del monumental
santo Tomás de Aquino, me ha parecido muy útil A. Walz: St. Thomas Aquinas
(1951) y Vernon J. Bourke: Aquinas Search for Wisdom (1965). Hay pasajes escogi
dos de la obra de santo Tomás en Basic Writings (Antón C. Degas, ed., 2 vols., 1944)
y en Great Books of the Western World (vols. 19 y 20).
Los estudios sobre protestantismo son lógicamente tendenciosos y a menudo
polémicos, pero las vidas de sus portavoces han propiciado muchas biografías bené
volas. El atractivo Erasmo ha dado pie a sugerentes ensayos, entre los que cabe des
tacar J. Huizinga: Erasmus and the Age of Reformation (1957) (trad. cast.: Erasmo,
2 vols., Salvat, 1989, trad.: Cristina Horanyi) y Roland H. Bainton: Erasmus ofChris-
tianity (1982). Praise of Folly de Erasmo, puede encontrarse en numerosas ediciones,
como por ejemplo los Penguin Classics (1986). Sobre Martín Lutero, un personaje
más controvertido, se puede consultar E. G. Rupp y B. Drewery (eds.): Marthin Lu-
ther (1970) y R. H. Bainton: Here I Stand: A Life of Marthin Luther (1990). Hay que
estudiar la obra de Juan Calvino Institutes of the Christian Religión (trad. de John
a
Alien, B. B. Warfield, ed., 7. ed., 2 vols., 1936) y puede seguirse su agitada vida en
T. H. L. Parker: John Calvin (1975), o Williston Walker: John Calvin, the Organiser
ofReformed Protestantism, 1509-1564 (1969). El legado de Calvino, tratado por John
T. McNeill: The History and Character of Calvinism (1954), se aprecia mejor leyen
do estudios sobre su Ginebra, como, por ejemplo, Robert M. Kingdon: Geneva and
the Corning of the Wars of Religión in France 1555-1563 (1956) y Geneva and the
Consolidation of the French Protestant Movement, 1564-1572. Roland H. Bainton ha
elaborado una historia concisa y amena de la intolerancia protestante en The Travail
of Religious Liberty (1958). Sobre la evolución del calvinismo en Nueva Inglaterra,
véase S. E. Morison: Builders of the Boy Colony (1930) y, sobre su ideología, Perry
Miller: The New England Mind (2 vols., 1939, 1953).
Los mitos griegos y la épica homérica son algo tan trillado en la educación occi
dental que tendemos a pasar por alto su importancia como expresiones de la cultura
griega antigua y como elementos determinantes de la tradición occidental. El mejor
punto de partida es, naturalmente, Homero, cuyas Ilíada y Odisea pueden encontrar
se en traducciones inglesas clásicas (por ejemplo, la de John Dryden y Alexander
Pope o entre las versiones más modernas, la de Richmond Lattimore [1961] y de
Robert Fitzgerald [1961, 1974]). Edith Sitwell cuenta los avatares de una de estas tra
ducciones en Alexander Pope (1948). Una deliciosa traducción reciente es la de
Robert Fagles (con una introducción de Bernard Knox). Sobre el lugar de Homero en
las tradiciones orales: A. J. P. Wace y F. H. Stubbings: A Companion to Homer (1962)
y una versión más breve, Homer and Epic (1965). Sobre los límites de la tradición
oral: Henri-Jean Martin: The History and Power of Writing (1944). Me ha resultado
a
particularmente útil M. I. Finley: The World of Odysseus ( 2 . ed. de 1977) (hay trad.
NOTAS BIBLIOGRÁFICAS 307
cast.: El mundo de Odiseo, FCE, 1980. Trad.: Mateo Hernández Barroso). Admirable
es la antología de Bernard Knox: Norton Book of Classical Literature (1993), con una
introducción brillante. Sobre el contexto social general, véase G. S. Kirk: Myth: Its
Meaning and Functions in Ancient and Other Cultures (1973) (hay trad. cast.: El
mito. Su significado y funciones en las distintas culturas, Barral, Barcelona, 1973.
Trad.: Antonio Pigrau). Para una respuesta académica a la pregunta que todos nos ha-
cemos, véase Paul Veyne: Did the Greeks Believe their Myths? (1998).
Un ensayo incisivo sobre cómo relacionaban los griegos sus mitos con su histo-
ria lo tenemos en Bernard Knox: Backing into the Future (1994). Útiles para situar la
historia griega antigua dentro de nuestra tradición son R. G. Collingwood: The Idea
of History (1961), M. I. Finley: The Use and Abuse of History (1975), The Ancient
Greeks (1963) (hay trads. casts.: Uso y abuso de la historia, Crítica, Barcelona, 1984.
Trad.: Antonio Pérez Ramos, y La Grecia antigua —cf. supra-). Un estudio erudito
de los historiadores antiguos es Amoldo Momigliano: Essays in Ancient and Modern
Historiography (1977) o The Classical Foundations of Modern Historiography
(1990). La obra introductoria clásica es J. B. Bury: The Ancient Greek Historians
(1909). Los historiadores han sido traducidos muchas veces y de muy distintas ma-
neras, en ocasiones sobresalientes. Pueden encontrarse Heródoto y Tucídides en
Great Books of the Western World, vol. 6. M. I. Finley presenta una selección breve
e interesante en The Greek Historians (1959). La traducción de Heródoto por Geor-
ge Rawlinson es la considerada más fiable. Se edita y reedita a menudo. Tucídides
suele leerse en la traducción de Benjamin Jowett o de Richard Crawley. La traduc-
ción realizada por Tomás Hobbes (David Grene, ed., 2 vols. 1959) tiene especial
interés porque el eminente traductor rebosa de simpatía por su autor. Un punto de vis-
ta original y revelador es el de F. M. Cornford: Thucydides Mythistoricus (1971). Una
selección meritoria de la literatura griega antigua es The Norton Anthology of World
a
Masterpieces (Bernard Knox, ed., vol. 1, 4. ed., 1979).
Una excelente introducción a Virgilio es el ensayo de Jasper Griffin en la Oxford
History of the Classical World (1988), capítulo 15 o, en una versión más extensa, la
obra de Jasper Griffin: Virgil (1986). Las Églogas, Geórgicas y la Eneida pueden en-
contrarse en los Great Books of the Western World (trad. de James Rhoades), vol. 13.
Virgilio, como Homero, ha sido un reto para el talento de los traductores generación
tras generación. La versión libre de John Dryden de la Eneida (1967) fue largo tiem-
po la consagrada. Hoy podemos leer a Virgilio en los versos libres de C. Day Lewis
(1966) y Robert Fitzgerald, entre otros. La traducción más utilizada de Virgilio es la
de R. A. B. Mynors, publicada en la Oxford Classical Texts Series. El ensayo de T. S.
Eliot «¿Qué es un clásico?», contenido en su obra On Poets and Poetry (1951), ayu-
da a situar a Virgilio en la tradición (hay trad. cast.: Sobre poesía y poetas, Icaria,
Barcelona, 1992. Trad.: Marcelo Cohén de Levis).
Sir Frederick Pollock descarta a Tomás Moro de su respetada History of the
Science of Politics (1923) por considerar su obra «una fantasía platónica o ultrapla-
tónica, fruto del platonismo del Renacimiento. Más aún que La República de Platón,
pertenece al género de la poesía política, algo muy distinto a la filosofía política». Sin
embargo, la cautivadora «poesía política» ha sido a menudo más influyente que la «fi-
losofía». La Utopía de Moro, que se reedita frecuentemente, puede encontrarse en la
edición de Everyman Library (1928). Hay pasajes escogidos en The Norton Antho-
a
logy ofEnglish Literature (vol. I, 4. ed., 1979), y notas miuy útiles. Sobre Bacon y el
308 LOS PENSADORES
auge de la ciencia moderna, véanse las notas de referencia a The Discoverers, li
bro III, especialmente las partes X y XI (hay trad. cast.: Los descubridores, Crítica,
Barcelona, 1986. Trad.: Susana Lijtmaer). Una biografía erudita y amena es la de Ful-
ton H. Anderson: Francis Bacon (1962). The Advancement of Learning y The New
Atlantis están publicadas en un volumen dedicado a Bacon de los World's Classics
(Oxford University Press). Una selección muy útil de sus principales obras es la de
E. A. Burtt (ed.): English Philosophers from Bacon to Mili (Modern Library, 1997).
Para una visión más de conjunto, véase la sugerente obra de John Hale: The Civi-
lization of Europe in the Rennaissance (1994) (hay trad. cast.: La civilización del
Renacimiento en Europa, Crítica, Barcelona, 1996. Trad.: Jordi Ainaud).
Sobre Descartes hay varias biografías amenas, obra de Elizabeth Haldane: Des
cartes: Life and Times (1905) y J. R. Vrooman: Rene Descartes (1970). Sobre el
legado de Descartes, Jacques Maritain realiza observaciones estimulantes en The
Dream of Descartes (1946) y The Three Reformers: Luther, Descartes, Rousseau
(1970). Lo mismo puede decirse de Albert B. Balz: Descartes and the Modern Mind
(1952). Puede encontrarse una selección de las obras de Descartes en Great Books of
the Modern World, vol. 31 (trad. de Elizabeth S. Haldane y G. R. T. Ross).
sobre la aparición de las ciencias sociales, véase Peter Gay: The Enlightenment, an
Interpretation; The Rise of Modern Paganism (2 vols., 1966) y F. A. Hayek: The
Counterrevolution of Science: Studies in the Abuse of Reason (1957). J. B. Bury:
The Idea of Progress... Its Origin and Growth sigue siendo un punto de partida
útil (hay trad. cast.: La idea del progreso, Alianza, Madrid, 1971). Antoine-Nicolas
de Condorcet: Sketch for a Historical Picture of the Human Mind (trad. June Barra-
clough, 1955) está publicado en Noonday Press Library of Ideas. Las obras de Augus
te Comte se reeditan a menudo y son objeto de frecuentes antologías, pero no son
fáciles de encontrar. La fundamental es Positive Philosophy (3 vols., 1896). Su Ge
neral View of Positivism se reimprimió en una edición oficial conmemorativa de su
centenario realizada por el International Comte Center Committee (1957). Sobre el
contexto intelectual de Condorcet y Comte véase, en Modern Library, European Phi
losophers from Descartes to Nietzsche y G. P. Gooch: History and Historians in the
Nineteenth Century (Beacon Press, 1959). Para un estudio atractivo de la relación
entre la Ilustración y el movimiento romántico en literatura, véase Alfred Cobban:
a
Edmund Burke, and the Revolt Against the Eighteenth Century ( 2 . ed., 1960).
Karl Marx ha suscitado, como cabía esperar, numerosos estudios, desde los ha-
giográficos hasta los polémicos. Franz Mehring: Karl Marx (trad. de Edward Fitzge-
rald, 1926) es un análisis benévolo de un partidario, cuyos esfuerzos contaron con el
apoyo de la hija del pensador (hay trad. cast.: Carlos Marx, Grijalbo, 1973. Trad.:
Wenceslao Roces). Véase también Saúl K. Padover: Karl Marx, An Intímate Biography
a
(1978) e Isaiah Berlin: Karl Marx: His Life and Environrnent (3. ed., 1963) (hay trad.
cast.: Karl Marx, Alianza, Madrid, 1973. Trad.: Roberto Bixio). Una antología de los
escritos de Marx, con mejor criterio que muchas otras, es la de Emile Burns (ed.):
A Handbook of Marxism (Gollancz, Londres, 1935). Sus escritos también se han re
copilado en otra antología, más difícil de encontrar: Karl Marx: Selected Works (Marx-
Engels-Lenin Institute, Moscú, 2 vols., 1935). Todos los lectores deberían saborear
la lectura de algunos pasajes de Das Kapital, en la trad. inglesa: Capital: A Critique
ofPolitical Economy, vol. I (trad. S. Moore y E. Aveling) (1886), vols. 2 y 3, eds. por
F. Engels, primero postumamente en alemán; en inglés, trad. de E. Untermann (1908,
1909, rev. de la trad., 1952). Uno de los ensayos fundamentales de Marx, Grundrisse;
Foundations ofthe Critique ofPolitical Economy, ha sido publicado por Vintage (trad.
de Martin Nicolaus, 1973). Para una evaluación histórica de Marx y sus críticos, véa
se F. A. Hayek: Capitalism and the Historians (1954) (hay trad. cast.: El capitalismo
y sus historiadores, Unión, 1997. Trad.: Marina Moro Marcos).
Para compartir parte de la exaltación de la invención (y el descubrimiento) de la
antropología moderna, léase Edward B. Tylor: Primitive Culture: Researches into the
a
Development of Mythology, Philosophy, Religión, Language, Art and Custom ( 1 . ed.
de 1871, reed. de 1929) (hay trad. cast.: Cultura primitiva, Ayuso, 1977. Trad.: Mar
cial Suárez) y Anthropology (abreviada, con un prólogo de Leslie A. White, 1960)
(hay trad. cast.: Antropología, Ayuso, 1972. Trad.: Antonio Machado Álvarez). Pue
de disfrutarse de las intuiciones capitales de Franz Boas: The Mind of Primitive Man
(1911; rev. y ampliada en 1938) y Anthropology and Modern Life (1928). Sobre
Oswald Spengler, véase H. Stuart Hughes: Oswald Spengler: A Critical Estímate
(1952) y, sobre sus problemas y la acogida que tuvieron sus obras, Erich Heller: The
Disinherited Mind (ed. ampliada en Harvest, 1975), «Oswald Spengler and the Pre-
dicament of the Historical Imagination» y en Pitirim A. Sorokin: Modern Historical
312 LOS PENSADORES
and Social Philosophies (1950). Ningún estudiante de historia debería pasar por alto
el estímulo y la inspiración poética de la obra de Spengler: Decline of the West (trad.
de Charles F. Atkinson, 2 vols. en uno, 1932), rica en ideas interesantes incluso para
quienes no compartan sus dogmas. Para una visión parcial de sus obras, léase Man
and Technics: A Contribution to a Philosophy ofLife (1932). Arnold J. Toynbee, más
fácil de encontrar, más plausible y menos poético que Spengler, cuenta con una in
troducción de William H. McNeill: Arnold J. Toynbee: A Life (1989), quien conoció
al pensador y trabajó con él. La obra fundamental de Toynbee, A Study of History
(12 vols., 1935-1961) se popularizó en una edición de un solo volumen (revisada y
compendiada por el autor y Jane Caplan, 1972) y, a diferencia de la de Spengler, fue
muy citada y comentada. Esta edición en un volumen es coherente y útil.
La historia de las ideas y entusiasmos revolucionarios de este siglo podría ser una
historia de la cultura occidental. La apasionante obre de H. G. Wells: Outline of His
tory, disponible en numerosas ediciones (1920-1971; nueva ed. de Raymond Postga-
te y G. P. Wells) nos hace compartir la exaltación ante las perspectivas abiertas y no
ha perdido el encanto que le da su visión panorámica, que hoy ya no está de moda.
Para un punto de vista personal y apasionado sobre el mundo presa de la revolución,
véase el libro de Modern Library The Collected Works of John Reed, que contiene Ten
Days That Shook the World y sus escritos sobre las revoluciones mexicanas. Véase
también John Steinbeck: A Russian Journal (1948; Bantam, 1970). La crónica del
auge y la decadencia de las ideologías se recoge de manera brillante en la obra de
Richard Crossman: The God That Failed (1950). Las pasiones de la época adquieren
una dimensión dramática en Arthur Koestler: Darkness at Noon (1940) y en las obras
de Ernest Hemingway, en particular For Whom the Bell Tolls (1940) y André Mal
raux (véase la parte VII, a continuación).
Samuel Beckett (1970). Las obras de este último pueden encontrarse en John Calder
(ed.): A Samuel Beckett Reader (1967). Waitingfor Godot (1954) se ha reeditado a me
nudo. Sobre otros autores y temas concretos, véase Kenneth McLeish: The Penguin
Companion to Arts in the Twentieth Century (1988). Sobre las ideas latentes en esta
corriente, véase Albert Camus: The Myth of Sisyphus (1942). Un buscador creativo y
desestabilizador que sólo he abordado de pasada es el poeta portugués Fernando Pes-
soa (1888-1935), tratado en José Blanco (ed.): Fernando Pessoa, A Galaxy of Poets
(1985); A Centenary Pessoa (Eugene Lisboa and L. C. Taylor, eds., 1995) o George
Monteiro (ed.): The Man Who Never Was: Essays on Fernando Pessoa (1982). Su
poesía en inglés está recogida en Poemas ingleses (1935). Una de sus obras más cau
tivadoras y enigmáticas es su Book of Disquietude (Richard Zenith, 1955).
Los espíritus sagaces e inquisitivos, no dándose por satisfechos con las respuestas
«científicas» y materialistas, idearon ingeniosamente formas de buscar el sentido en
la propia búsqueda. Este método de análisis dio en llamarse «filosofía del proceso».
Lord Acton abrió esta senda al espíritu liberal en su lógicamente incompleta historia
de la libertad, así como en el resto de sus escritos. Una biografía admirable y com
prensiva es la de Gertrude Himmelfarb: Lord Acton (1952). Antologías representa
tivas son Acton: Essays in the Liberal Interpretation of History (introd. de William
H. McNeill, 1967) y Essays on Freedom and Power (G. Himmelfarb, ed., 1948). Las
ideas de Acton pueden estudiarse en sus Lectures on Modern History (J. N. Figgis
y R. V. Laurence, eds., 1906) o Lectures on the French Revolution (J. N. Figgis y
R. V. Laurence, eds., 1959).
André Malraux es uno de los más elocuentes y versátiles buscadores modernos.
Fue un novelista brillante, un ensayista e historiador del arte sagaz y un político efi
caz. Entre las biografías, cabe citar Axel Madsen: Malraux.(197'6) o Malraux: Anti-
Memoirs (trad. de T. Kilmartin, 1968) (hay trad. cast.: Antimemoiras, Círculo de
Lectores, 1992. Trad.: Enrique Pezzoni). Sobre su punto de vista acerca de las rela
ciones culturales entre Oriente y Occidente, véase The Temptation of the West (trad.
de R. Hollander, Vintage, 1961). Sus obras, a pesar de su contenido político, siguen
estando vivas y son amenas: The Conquerors (1928), The Royal Way (1935; Vintage),
Man's Fate (trad. de H. M. Chevalier, Modern Library, 1934), Man's Hope (trad. de
S. Gilbert y A. MacDonald, 1938). Véase su esclarecedora Voices of Silence (trad.
de S. Gilbert, 1951).
Sobre la filosofía del proceso, las obras más accesibles para el lego son las de
Henri Bergson o Alfred North Whitehead. Véase, de Bergson: Creative Evolution
(Modern Library, 1911), Time and Free Will (1960) o The Two Sources of Morality
and Religión (1935). O H. A. Larrabee (ed.): Selections from Bergson (1949). Ber-
trand Russell formula una dura crítica contra este autor en The Philosophy of Berg
son (1914). Whitehead da una interpretación convincente de la aparición de la ciencia
moderna en Science and the Modern World (1931).
Albert Einstein tuvo tanta fluidez y facilidad para la redacción de sus obras como
para la formulación de ecuaciones. Una antología admirable de sus escritos sobre
ciencia, religión y asuntos internacionales figura en su obra Ideas and Opinions (in-
NOTAS BIBLIOGRÁFICAS 315
trod. de Alan Lightman, Modern Library, 1994). Sus amenas y reveladoras «Auto-
biographical Notes» pueden hallarse en Albert Einstein: Philosopher-Scientist (ed.
a
Paul A. Schlipp, 2. ed., 1951, en Library of Living Philosophers), junto con ensayos
sobre su persona redactados por filósofos y científicos y con su respuesta a dichos
ensayos. La biografía más completa es la de Ronald W. Clark: Albert Einstein: The
Life and Times (1971). Destaca también Philipp Frank: Einstein (trad. de G. Rosen,
1947), escrito tras conocerlo personalmente. Entre las numerosas biografías popula-
res, las más útiles son: Jeremy Bernstein: Einstein (1973) (hay trad. cast.: Einstein,
McGraw, 1992. Trad.: José Sebastián Franco); Lincoln Barnett: The Universe and
Dr. Einstein (prefacio de Einstein, 1948); Peter Michelmore: Einstein: Profile of the
Man (1962) (hay trad. cast.: Einstein. perfil de un hombre. Labor, 1973. Trad.: Juan
Godo Costa). Gerald Holton, que forma parte d e la Junta de edición de las obras com-
pletas de Einstein, nos ha dado varios ensayos amenos y sugerentes: Einstein, History
and Other Passions (1995) (hay trad. cast.: Einstein, historias y otras pasiones, Tau-
rus, 1998. Trad.: José Javier García Sanz); su introducción, «Einstein and the Shaping
of Our Imagination», en Albert Einstein: The Centennial Symposium in Jerusalem
(ed. G. Holton y Yehuda Elkana, 1982). Guarda una relación muy estrecha con mi
capítulo su «Einstein"s Seearch for the Weltbild», en Proceedings of the American
Philosophical Society (1981), con ensayos de Robert H. Dicke, Steven Weinberg y
John A. Wheeler. Para leer de primera mano la formulación einsteiniana de sus ideas
científicas capitales, véase Albert Einstein: Relativity (1920) (con Leopold Infeld)
(hay trad. cast.: La teoría de la relatividad. Alianza, Madrid, 1998. Trad.: Miguel Pa-
redes Larrucea); The Evolution of Physics (1938) (hay trad. cast.: La evolución de la
física, Salvat, 1995). Los estudiosos avanzados de física y los matemáticos avezados
pueden consultar los ensayos sobre Einstein d e Martin J. Klein y Nandor L. Balazs
en Dictionary of Scientific Biography (1971), vol. IV. La influencia de Einstein, que
rebasa con creces el mundo de la física, como señala Holton en sus ensayos (véase
supra), está ilustrada en José Ortega y Gasset, «The Historical Significance of the
Theory of Einstein», en su obra The Modern Theme (Harper Torchbook, 1961), don-
de califica a Einstein de profeta del «finitismo», la teoría d e que «ahora, súbitamente,
el mundo se ha vuelto limitado». Entre el público no iniciado, Einstein ha suscitado
tanto reacciones inteligentes como de temor: véase, por ejemplo, la novela fantasiosa
de Alan Lightman Einstein's Dreams (1993), o el delicioso «Documentary Comic
Book», Einstein for Beginners (1979), de Joseph Schwartz y Michael McGuinness.
Otra muestra de ello fue la exposición muy documentada del Centre Georges Pompi-
2
dou en París (1979), bautrizada como E = MC , acompañada por un catálogo con
abundantes ilustraciones. N o olvidemos los libros de Harry Woolf (ed.): Some Stran-
geness in the Proportion: Centennial Symposium to Celébrate the Achievements of
Albert Einstein (1980) y David Cassidy: Einstein and Our World (1995).
AGRADECIMIENTOS
Galileo Galilei, 163, 168, 184 hebreos, profetas, 13-31, 83, 108, 218
Galeno, 35 Hecateo, 137, 141
Galerio, emperador de Roma, 85 Hegel, G. W. R, 207-212, 251, 254
Gassendi, Pierre, 184 filosofía, 209-212
geometría, 171, 172 influencia, 209, 226
Geórgicas (Virgilio), 150 vida, 209
Gettysburg, discurso de, 206 Heine, Heinrich, 208
Gibbon, Edward, 86, 89,93, 95, 139, 233 Helmholtz, Hermann, 256
Gide, André, 239, 281 Hemingway, Ernest, 239
Gilbert, William, 163 Heraclides del Ponto, 55
gimnasio, significado griego de, 51 Heráclito, 159
Ginebra, 123, 124, 125, 198, 199, 200 herejía, 125
Iglesia de, 124-125 Hermanos y Hermanas de la Vida Común, 116
giróvagos, monjes, 99 Hermias, 67
gobierno civil, 188-189 Heródoto, 50, 136-143, 148, 177, 210
Gobineau, Joseph, 278 como antropólogo, 142
God that Failed, The (Crossman, ed.), 239 como historiador, 136, 138-143, 144-145,
godos, 96 146
Goethe, Johann Wolfgang von, 13, 208, 231, críticas a, 142
232, 247, 249 vida, 139-140
Goldschmidt, Clara, 280, 281 Héroes, el culto al héroe y el heroísmo en la
Gomara, López de, 157 historia, Los (Carlyle), 245
Gorgias, 43, 50 Hertz, Gustav Ludwig, 292
Graciano, emperador de Roma, 84, 90 Hesíodo, 36, 37, 73, 137, 150
gravedad, 292, 293, 296, 297, 298-299, 301 Himmelfarb, Gertrude, 275
Grecia (antigua), 192, 231, 232, 244, 280 hinduismo:
edad oscura, 133 como religión étnica, 84
épica heroica, 131-135, 138-139, 148 mal en, 28-31
filósofos, 35-79, 107, 109, 110, 112 monacato y, 92
«físicos», 37, 59, 78, 137 Hipócrates, 36, 140, 147
historiadores, 136-147, 210 Hiroshima, 296, 300
mitología, 218 historia, 147
según Voltaire, 192 benedictinos estudiosos de, 100
tragedias, 50 ciclos, 30,218, 231-232
greco-turca, guerra, 234 científica, 139, 145, 146-147, 217-224
Gregorio el Grande, san, 96, 97, 99, 102 como literatura, 139
Groóte, Gerard, 116 como logro sin la voluntad de los dioses,
Grünewald, Mathias, 94 143
guerra civil: como religión, 139
en España, 281, 282 Heródoto y, 136-143, 144, 146
en Estados Unidos, 259, 263 Marx y, 225-228
Guggenheim, Peggy, 267 mito y épica heroica, 131-135, 137-138
Guillermo de Saint-Amour, 112 «original», 210
paso a la existencia, 250
políticas, 145, 147
Harvey, sir William, 163 «reflexiva», 210
Haskins, C. H., 107 según Acton, 275-278
Harvard Collége, 247, 259 según Carlyle, 244-246
Harvard Divinity School, 247 según Hegel, 209-212, 251
Harvard, Facultad de Derecho de, 260 según Rousseau, 198
Harvard, Facultad de Medicina de, 256 según Voltaire, 191-196, 198
326 LOS PENSADORES
significado griego del término, 137, 138 ignorancia, descubrimiento de Sócrates de, 43,
Spengler y, 231-235 137, 157
Tucídides y, 136, 144-147 Ilíada (Homero), 50, 133, 134, 135, 151
Historia (Heródoto), 139, 141, 142-143 Ilustración francesa, 137, 190, 191, 195, 203,
Historia calamitatum (Abelardo), 108 207, 218, 219, 224, 225, 243
Historia de la decadencia y caída del Imperio «ilustración» jónica, 137, 140
Romano (Gibbon), 233 Imitación de Cristo (Tomás de Kempis), 116
Historia de la guerra del Peloponeso (Tucídi Imperio romano, cristianización del, 85-87
des), 57, 144-145, 146-147 imprenta, 119, 122,127, 219-220
Historia de la libertad (Acton), 175 impulso vital (élan vital), 287, 290
Historia de la mecánica (Mach), 292 India, 231
Historia de Rusia bajo Pedro el Grande (Vol índice de libros prohibidos, 197
taire), 194 índices, carencia en antigua Grecia de, 50
Historia Ecclesiastica gentis Anglorum (Beda), individuo, paso del grupo al, 250, 251
100 Indochina, 280
Historia general de las Indias (Gomara), 157 indulgencias, 120-121
Historia natural (Aristóteles), 67 Inglaterra, 117, 118, 125, 199, 222, 247
«historicismo», 62 guerra civil, 182, 183
historie, 137, 138 Revolución Gloriosa, 184-185, 187
Hiüer, Adolf, 299 Voltaire en, 193-194
Hobbes, Thomas, 134, 147, 188 inglés, primera versión del Nuevo Testamento
Holmes, Oliver Wendell Jr., 259-262 en, 122
hombre, cuatro edades del, 30 Inocencio III, papa, 104
Homero, 131-135, 137, 138, 142, 148, 150, Instauratio Magna (Bacon), 158, 161
151-152, 232 Institute for Advanced Study, 293,299
Hooke, Robert, 161, 183 International Workers of the World, 238
hoplitas, 39 Isabel de Bohemia, princesa del Palatinado, 173
Horacio, 116 Isaías, libro de, 20-21
Huizinga, J. H., 143 islam, 111,231
humanismo, 43, 134, 155 mal en, 27
Erasmo y, 116-119 monacato en, 92
Nuevo Humanismo, 202 significado del término, 17, 27
según Malraux, 284 Italia, 179, 180, 181,207,262
Hume, David, 199 lvanhoe (Scott), 101, 247
Hunt, William Morris, 256
Huxley, T. H., 223
Jacob, 15
Jacobo I, rey de Inglaterra, 158, 162
idealismo alemán, 207-208, 247 Jaeger, Werner, 52, 78
ideas (formas), teoría platónica de las, 37, 44, jainitas, 29
57-59, 60, 65, 66 James, Alice, 256
ideia, significado griego de, 58 James, Henry, Jr., 256, 273
ideología alemana. La (Marx), 227 James, Henry, Sr., 256
Idilios (Ausonio), 167 James, William, 213, 255-258, 259, 260-261,
idolatría, 21 286, 288, 289, 290
«ídolos» de Bacon, 159, 163 Jantipa, 42-43
Iglesia: Jardín del Edén, 218
de Ginebra, 124-125 Jefferson, Thomas, 62, 162, 188, 203-206
nacional alemana propuesta por Lutero, jemeres, templos, 280
122 Jenócrates, 55, 67
reformada, 115, 123, 124 Jenófanes, 61, 137
ÍNDICE ALFABÉTICO 327
monje, significado griego del término, 94 Nueva Atlantis (Bacon), 158, 160-161
monoteísmo ético, 17, 25, 28 Nueva Inglaterra, 125
Montaigne, Michel Eyquem de, 186, 249, 252 «Nuevo Humanismo», 202
Monte Casino, monasterio, 97,98, 104, 109 Nuevo Testamento, 94, 118, 119, 122, 185
morfología, 231 «numérica», palabra, 219
Morley, John, 193 números, estética pitagórica de los, 37, 56, 136
Moro, santo Tomás, 117, 118, 154-156, 188
canonización, 156
ejecución, 156 O lo uno o lo otro (Kierkegaard), 250-251,
visión utópica, 154-155, 156, 160 252
Morris, Williams, 150, 247 obediencia, prueba de, 17, 23
Mountjoy, lord, 117 observación científica, 110-111
mythos, 132 Odisea (Homero), 50, 132, 133, 134, 148, 152
Oficina de Patentes suiza, 295
Olsen, Regine, 250, 253
nabí, 16 «O. P.», 109
nacionalismo, nacionalidad, 179-180, 207, 208, opus Dei (Santo Oficio), 98, 106
229, 277-279 oráculos, 41,43, 140-141
Napier, John, 163 Origen de las especies, El (Darwin), 286
Napoleón I, emperador de Francia, 211, 244, Orígenes de la poesía cubista, Los (Malraux),
246, 249 279
Ñapóles, Universidad de, 109 Orléans, Universidad de, 123
Nation, The, 282 Ortega y Gasset. José, 215
naturaleza, 203 ortodoxa, Iglesia, 88, 95
diversidad, 263-265 Oscuridad al mediodía (Koestler), 239
Emerson y, 248-249 Oseas, 20
escala de la, 75 ostrogodos, 96
estudio de la, 110 Oxford, Universidad de, 183, 184, 230, 234
Naturaleza (Emerson), 248
Needham, Joseph, 77
Neleo, 71 Pablo, san, 118
némesis, 141 Paconio, san, 94-95
neófilo, 263 padres fundadores, 203-206
New York Times, 299 Países Bajos, 116, 125, 168, 184
New York Tribune, 226 palabra escrita frente a palabra hablada, 48-
Newman, cardenal John, 99, 100 52, 57, 142
Newton, sir Isaac, 185, 194, 286, 291, 292, Palestina, Fondo de, 299
293, 295, 298, 300 Paraíso perdido, El (Milton), 150
nibelungos, canciones de los, 232 París, 123, 199, 221, 226, 227, 279, 280, 281
Nicea, concilio ecuménico de (325), 87-88 Conferencia de Paz de (1919), 234
Nicómaco, 66 Universidad de, 103, 104, 105, 106-107,
Nietzsche, Friedrich, 231, 254 110, 111, 112, 123
Nirvana, 92 Partenón, 84
Nobel, premio, 267, 286, 289, 299 Pasado y presente (Carlyle), 246
«Notas autobiográficas» (Einstein), 292, 293- Pascal, Blaise, 33
294 pastores, compañía de, 124
Notas concluyentes no científicas (Kierke- Paterson, N. J., 238
gaard), 251 Peale, Charles Willson, 204
Noventa y cinco tesis, 121 Pedro el Grande, zar de Rusia, 194-195
Novum Organum (Bacon), 158, 159, 162-163, Pedro, san, 96
183 Peirce, Charles Sanders, 257
330 LOS PENSADORES
Peloponeso, guerra del, 39,43,48, 57, 146-147 «Primera vez que vi el Homero de Chapman,
Pericles, 43, 48, 53, 139, 146, 147 La» (Keats), 135
peripatéticos, 108, 163 Princeton (N. J.), 293, 299
perpetuum mobile, 292 Príncipe, El (Maquiavelo), 177-179
personalidad, creación de idea de, 165 Principia Mathematica (Newton), 185, 291
Perú, 189 «principio formal universal», 293
Pessoa, Fernando, 266 Principios de psicología (James), 256
piedras sagradas, 15 profetas hebreos, 13-31, 83, 108, 218
pietas, 152 progreso, ciencia del, 217-224
Pío IX, papa, 274 «Progreso de las ciencias y de las letras, ¿ha
Pío XI, papa, 156 contribuido a la corrupción o a la mejora de
Pitágoras, pitagóricos, 37, 55-56, 136, 167 las costumbres?, El» (Rousseau), 200
Planck, Max, 292, 295, 298 Prometeo, 226
Platón, 35, 48-64, 70, 72, 73, 76, 79, 85, 111, Protágoras, 43, 57
136, 144, 155, 188, 249 protestante:
Academia de, 51, 54-55, 66, 67, 69 disidencia, 183
como dramaturgo, 38 intolerancia, 271
crítica a, 62-63 persecución, véase Calvino, Juan; Erasmo,
diálogos de Sócrates y, 38, 55 Desiderio; Lutero, Martín
enseñanzas de Sócrates referidas por, 38, Reforma, véase Reforma
40,41-42,43,44,46-47, 48-49, 51 Proust, Marcel, 269, 290
método socrático de diálogo y, 48, 51-52, Prusia, 211
55, 57, 64, 69, 72 psicología, 256
muerte, 66 puritanos, 124
palabra escrita frente a palabra hablada y,
48-49, 52, 57
según Whitehead, 48 quadrivium, 104
teoría de las formas (ideas), 37, 44, 57-59, Querofonte, 41
60, 65, 66 «Quienescopio» (Beckett), 269
vida, 53-57 Quintiliano, 139, 150
«platonismo», 57 quodlibet, debates, 106
Plutarco, 52, 71, 72, 142, 244
Poema sobre el desastre de Lisboa (Voltaire),
190-191 Rabelais, Francois, 117, 123
Poética (Aristóteles), 74, 78 rabinos, 83
Poetry, 238 racismo, 278
politeísmo, 86 Rambler, The, 274
Política (Aristóteles), 73, 74, 78 «ramoneadores», anacoretas, 95
Pollock, sir Frederick, 260 rapsoda, 133
pólvora, 127 Reade, Charles, 116
pontifex maximus, 84, 89 Reed, John, 237, 238
Pope, Alexander, 135,190, 293 Reforma, 89, 115, 119-125, 127
Popper, Karl R., 62 Calvino y, 123-125
Por quién doblan las campanas (Hemingway), Lutero y, 119-122
239 Regia, 84
Portugal, 190 Regla (Benito), 96, 97, 98, 99, 100, 109
positivismo, 221-223 relatividad:
Pragmatismo (James), 214, 257 cultural, 230
predestinación, dogma de la, 123 teoría especial, de la, 293, 295-297
Priestley, Joseph, 204 teoría general, de la, 293, 296-298
primera guerra mundial, 233, 234, 238 religiones:
ÍNDICE ALFABÉTICO 331
N o t a personal al lector 9
L I B R O PRIMERO
U N LEGADO ANTIGUO
LIBRO SEGUNDO
BÚSQUEDA COLECTIVA
LIBRO TERCERO
N o t a s bibliográficas 302
Agradecimientos 317
í n d i c e alfabético 319
DANIEL J. BOORSTIN
Los pensadores
N o s d i c e B o o r s t i n q u e la c u l t u r a o c c i d e n t a l h a c o n o c i d o t r e s g r a n d e s
é p o c a s d e i n v e s t i g a c i ó n . E n la p r i m e r a el s e r h u m a n o b u s c ó la r e s p u e s -
ta a s u s i n t e r r o g a n t e s m á s v i t a l e s e n u n d i o s q u e le h a b l a b a d e s d e a r r i -
b a ( M o i s é s , I s a í a s , o e l a u t o r d e l l i b r o d e J o b ) , o e n el p e n s a m i e n t o filo-
sófico q u e nacía de su reflexión interior (Sócrates, Platón, Aristóteles).
V i n o l u e g o u n a s e g u n d a é p o c a d e b ú s q u e d a b a s a d a e n la e x p e r i e n c i a
( B a c o n , D e s c a r t e s ) y e n el l i b e r a l i s m o ( L o c k e , R o u s s e a u , Jefferson).
F i n a l m e n t e , la t e r c e r a , a s e n t a d a e n l o s p i l a r e s d e l a s c i e n c i a s s o c i a l e s ,
a l u m b r ó h o m b r e s tan excepcionales c o m o Marx, Spengler y Toynbee,
Carlyle y E m e r s o n , Malraux, Bergson y Einstein.
En este libro Boorstin n o s m u e s t r a u n a vez m á s su extraordinaria capa-
cidad para h a c e r n o s reflexionar y su destreza para ofrecernos reveladores
retratos de los grandes escritores y p e n s a d o r e s d e t o d o s los t i e m p o s .
C o m o h a e s c r i t o G e o r g e F. W i l l , «Los pensadores confirma a Boorstin
c o m o u n o d e l o s g i g a n t e s d e la e r u d i c i ó n n o r t e a m e r i c a n a d e l s i g l o X X » .
968023-4
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