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oRFEO N E G R 0*
Por !ean-PAUL SARTRE
lidez y nuestra vegetación verde deste.
ñida. Estamos roídos hasta los huesos
por esas miradas tranquilas y corrosivas:
afrancesar, a triturar, va a romper sus los ancianos no es un infierno tenebroso: milación, le impone un pensamiento ex-
asociaciones habituales, a unirlas por la es una tierra de sol y de fuego. Y por tranjero, lo obligan a reconquistar su
violencia: otra parte, la superioridad del blanco unidad existencial de negro, o si se pre·
sobre el negro no traduce solamente la fiere, la pureza original de su "proyec-
a pasitos de lluvia de orugas que el colono pretende tener sobre el in- to" por medio de un ascenso progresivo,
a pasitos de trago de leche dígena, sino que, más profundamente, más allá del universo del discurso. La
a pasitos de rodar de baleros expresa la adoración universal por el negritud, como la libertad, es punto de
a pasitos de te1Temoto día, y nuestros terrores nocturnos, que partida y punto de llegada, y lo que se
los names en la tierra caminan a gran- también son universales. En este sentido quiere es hacerla pasar de lo inmediato
des pasos de brechas de los negros restablecen la jerarquía derri- a lo mediato, de tematizarla. El negro
estrellas. 1 bada. No se consideran poetas de la no- debe morir a la c~ltura blanca para rr-
che, es decir, de la rebeldía vana y de la nacer al alma negra, como muere en su
Solamente las adopta cuando han lim- desesperación:' anuncian una aurora, sa- cuerpo el filósofo platónico para rena-
piado su blancura, haciendo de esta len- ludan cer a la verdad: Este cambio, dialéctico
gua en ruina una superlengua solemne y místicó en sus orígenes, implica neceo
y sagrada, la Poesía. Sólo por la poesía el alba transparente de un nuevo día. sariamente un método. Pero este método
pueden comunicarse sin testigos los ne- no se presenta como un haz de reglas
gros de Tananarive y de Cayena, los Pero de pronto el negro descubre, bajo que sirven paar dirigir el espíritu. El
negros de Puerto Príncipe y de Saint- la pluma, su significado de nefasto pre- método se .conf~nde con quien lo apli-
Louis. Y puesto que el francés carece de sagio: ca; la ley dIaléctIca de las transformacio-
términos y de conceptos para definir la nes sucesivas conducirá al negro a coin-
negritud, puesto que la negritud es si- Negro, negro como la miseria,
cidir consigo mismo en la negritud. Lo
lencio, emplearán para evocarla "pala-
se queja uno de ellos, y otro: importan~e para él 1').0 es tanto conocer,
bras alusivas, jamás directas, reducidas
ni desprenderse de sí mismo en el éxta·
al mismo silencio". Cortos circuitos del Líbrame de la noche de 'mi sangre. sis, sino descubrir y llegar a ser lo que
lenguaje: detrás de la caída inflamada
es, todo al mismo ti~mpo.
de las palabras, percibimos un gran ído- Así, la palabra negro contiene' a la
lo negro), mudo. No solamente me pa- Hay dos vías de acceso convergentes
vez todo el Mal y todo el Bien, oculta para llegar a esta simplicidad original
rece poética en el negro la intención que
una tensión insostenible entre dos clasi- de la existencia: una objetiva, la otra
tiene de pintarse, sino su manera par-
ficaciones contradictorias: la jerarquía subjetiva. Los poetas negros emplean a
ticular de servirse de los .medios de ex- solar y la jerarquía racial. Y logra una
presión de que dispone. Su situación lo veces una, a veces otra, a veces ambas.
extraordinaria poesía, como la de esos Existe, en efecto, una negritud objetiva
impulsa: aun antes de que piense en
cantar, la luz de las palabras blancas se objetos que se destruyen a sí mismos, que se expresa en las costumbres, en el
que han salido de las manos de Du- arte, en los cantos y danzas de los pue·
refleja en él y se polariza y altera. En
ningún caso es tan evidente como en su champ y de los surrealistas. Hay una ne- bIas africanos. El poeta se impondrá,
empleo de la pareja de términos "negro- grura secreta del blanco, una blancura como ejercicio espiritual, dejarse fascinar
blanco", que abarca a la vez la gran secreta del negro, un mariposeo entre ser por los ritmos primitivos y destilar su
división cósmica "noche y día" y el con- y no ser que en ningún lado, tal vez, se pensamiento en las formas tradicionales
manifiesta tan felizmente como en este de la poesía negra. Muchos de los poe-
flicto humano entre el indígena y el co-
lono. Pero se trata de una pareja de tér- poema de Césaire: . mas se llaman tam-tams, porque toman
minos jerarquizada: al enseñársela al de los tambores nocturnos un -ritmo de
M i estatua inmensa he1'ida una piedra
negro el institutor le da, por añadidura, percusión, a veces seco y regular, otras
en la frente mi came inmensa que torrencial y arbitrario. El acto poético
cien hábitos del lenguaje que consagran rehuye la luz con semillas sin pie-
la prioridad del blanco sobre el negro. se convierte en una danza del alma. El
dad mi carne inmensa de noche
El negro aprende a decir "blanco como con semilla de día . .. poeta gira corno un paseíLlo hasta desva-
la nieve" para referirse a la inocencia; a necerse: ha instalauo en sí mismo el
hablar de lo negro de una mirada, de un tiempo de sus antepasados y lo sienté
El poeta irá todavía más lejos; escrihe:
alma, de un crimen. Desde que abre la transcurrir con sus palpitaciones singu·
boca se acusa, a menos que se proponga Nuestros hermosos 1'ostros como el lares; y en e~e rítmico fluir espera en-
invertir la jerarquía. Y si la invierte en verdadero pode1' operatorio de la contrarse, verse poseído por la negrituu
francés, hace poesía: imaginemos el ex- negación. de su pueblo, espera que los ecos del
traño sabor que nos producirían locu- tam-tam vendrán a despertar los instin-
ciones como "lo negro de la inocencia" Detrás de esta elocuencia abstracta que tos inmemoriales que duermen en él. Al
o "las tinieblas de la virtud". Es ese evoca a Lautréamont, percibimos el más ojear la antología se tendrá la impre-
sabor el que probamos cuando, por audaz y elegante esfuerzo por dar un sión de que el tam-tam tiende a conver·
ejemplo, leemos: sentido a la piel negra y por realizar tirse en un género de la poesía negra,
la síntesis poética de las dos caras de como lo han sido de la nuestra la oda
Tus senos de s-eda negra, llenos y la noche. Cuando David Diop dice del o el soneto. Otros, como Rabemanan-
lucientes. " negro que es "negro como la miseria", jara, se inspirarán en las proclamas rea·
la blanca sonTisa lo presenta como pura carencia de luz. les; otros, por fin, recurrirán a la fuente
de los ojos ,Pero Césaire desarrolla y profundiza es- popular de los haintenys. Dentro de ese
en la sombra. del rostro ta imagen: la noche no es ausencia, sino torrente de ritmos, de cantos, de gritos,
despie1'tan en mí esta noche rechazo. Lo negro no es un color, sino el oasis de calma está representado por
los sordos ritmos ... la destrucción de esa claridad prestada la poesía de Birago Diop, con toda su
de que se embriagan allá en el país que viene del sol blanco. El revolucio- majestuosa ingenuidad: sólo ella está
de Guinea nario negro es negación porque se consi- en reposo porque sólo ella surge direc-
nuestras hermanas dera anulación pura: para construir su tamente de las historias de los hechice-
negras y desnudas Verdad, necesita comenzar por destruir ros y de la tradición oral. Casi todas las
y hacen surgir en mí la de los otros. Los rostros negros -mano otras tentativas tienen algo de crispado,
esta noche chas de la noche que colman nuestros de tenso y desesperado, porque se pro·
crepúsculos negros llenos de emoción días-, encarnan el obscuro trabajo de ponen alcanzar, sin derivar de ella, la
sensual la Negatividad, paciente roedora de los poesía folklórica. Pero por alejado que
pues conceptos. Por una inversión que recuer-
el alma del país negm en que duermen esté "del país negro donde duermen los
da curiosamente la del negro humillado, antepasados", el negro está mucho más
los ancianos insultado, cuando se reivindica como
vive y habla cerca que nosotros de la edad en que,
"sucio negro", el aspecto privativo de las como dice Mallarmé, "la palabra crea a
esta noche tinieblas es el que fundamenta su valor.
en la agitada fuerza a lo largo de tus los Dioses". En cambio, para nuestros
La libertad tiene el color de la noche. poetas es casi imposible incorporarse a
flancos vacíos . ..
Destrucciones, auto de fe del lengua- las tradiciones populares: los separan
je, simbolismo mágico, ambivalencia de diez siglos de poesía culta y, además, la
En el curso de este poema, el negro
es un color. Mejor aún: una luz; su bri- conceptos, toda la poesía moderna está inspiración popular se ha silenciado;
llo dulce y difuso disuelve nuestras cos- ahí, en su aspecto negativo. Y no se tra- cuando mucho podríamos, desde fuera,
tumbres; el país negro donde duermen ta de un juego gratuito. La situación del imitar su simplicidad. Los negros de
negro, su "desgarramiento" original, la África, por el contrario, están aún en
1~ésajre, Les ar'mes mirawleuses: tam-tam 11. enajenación que, con el nombre de así- el gran período de la fecundidad míti-
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UNIVERSIDAD DE MEXICü
lIivel gaseoso del organismo sólido y
líquido, blanco )' negro, día y noche.
y leed todavía:
ese tam-tam lejano en -las calles noctur- ramenté técnica. Para el blanco, poseer elech-icidad, los que no hall explo-
nas de Dakar, es esos gritos vudús que es transformar. Es cierto, el obrero blan- rado ni los mares ni el cielo . ..
salen de un respiradero haitiano y se co trabaja con instrumentos que no le
deslizan a ras del suelo, es esa máscara pertenecen; pero al menos la técnica es Esta altanera reivindicación de la no-
del Corigo, pero también ese poema de de él: si bien es verdad que los más técnica invierte la situación: lo que pu-.
Césaire, babeante y sangrante, lleno de diera considerarse conw una carenda se
grandes inventos de la industria euro-
flemas, que se retuerce en el polvo como convierte en una fuerza J>ositiva de ]-i-
un gusano partido en dos. Es ese doble pea se deben a un personal que se re-
que'R. La relación técniCé~ con la Nalu-
espasmo de absorción y de excreción, cluta sobre todo entre las clases medias,
que golpea el ritmo del corazón negro_ considera todavía como ur._ verdadero raleza descubre a ésta como pura canti-
¿Y qué es actualmente la negritud, patrimonio el oficio de ensamblador, de dad, como inercia, como exterioridad:
preocupación única de estos poetas? De- carpintero, de tornero, aun cuando la cono algo muerto. Por su altivo rechazo
bo decir, en primer lugar, que un blanco ,ori~nta~ión de la gr~n producción capi- de ser homo-faber, el negro le comunica
no_sabría hablar adecuadamente de ella. talIsta tiende a despojarlos de su "alegría vicia. Como si en la pareja "hombre-na-
puesto que no tiene la necesaria expe- en el trabajo". Por cuanto al obrero ne- turaleza", la pasividad .le uno de los.
riencia interior y puesto que las lenguas gro, !lo es bastante con decir que trabaja términos produjera necesariamente la
europeas carecen de las palabras que po- con lDstrum~ntos que l~ han sido pres- actividad del otro. Pero a decir verdad,
drían describirla. Por tanto, dejaré que tados: también la técOlca se le presta. la negritud no es una pasividad. pues lo
el lector se haga de ella la imagen que Césaire llama a sus hermanos negros: que "horada la carne del cielo y de Ja
mejor le parezca. Pero esta introducción tierra": es una "padencia", y b pacien-
sería incompleta si -d~spués de haber Los que ~o han _i_7lventado ni la pól- cia aparece como una imitación activa
indicado que en la búsqueda del Gri;,l vora m la /JHI-jula. los que mtnm de la pasividad. La acción del negro es,-
negro figuraba, en sp intención original han sabido domllr ni el 11flPm- ni la en primer lugar, acción sobre sí. }] ne-
y en sus métodos, la más auténtica sínte-
sis de aspiraciones revolucionarias y de
preocupación poética-, no demostrara
que esta compleja noción es, medular-
m<;nte, Poesía pura. Por tanto, me limi-
taré a examinar objetivamente esos poe-
mas, como un haz de testimonios. y a
registrar algunos de sus temas principa-
les. "Lo que hace la negritud de un poe-
ma -dice Senghor-, es menos el tem~
que el estilo, el calor emocional que da
vida a las palabras, que transmuta la
palabra en Verbo". No podría advertír-
senos mejor que la negritud no es un
estado, ni un conjunto definido de vicios
y de virtudes, de cualidades morales e
intelectuales, sino una cierta actitud
afectiva frente al mundo. La psicología
ha renunciado, desde principios de siglo,
a sus grandes divisiones escolásticas. Ya
no creemos que los hechos del alma se
dividen en voliciones y acciones, en co-
nocimientos y percepciones, en senti-
mientos y ciega pasividad. Sabemos que
un sentimiento es una manera definida
de vivir nuestra relación con el mundo
circundante, y que implica una cierta
comprensión de este universo. Es una
tensión del alma, una elección de sí mis-
mo y del otro, una manera de superar
los datos en bruto de la experiencia; en
síntesis, un proyecto idéntico al acto vo-
¡unté.lrio. La negritud, para emplear el
lenguaje heideggeriano, es el ser-en-el-
mundo del Negro. .
He aquí lo que nos dice Césaire sobre
el particular:
gro se yergue e inmoviliza. como un ('n- coiLa sagrado. Creador y alimentado, eres limo y 10 recuerdas
amador de pájaros, y las cosas "iencn porque crea, Laborar, plantar, comer, s pe-ro eres en "ealidad el hijo de esta
a po arse sobre las ramas de este fabo hacer el amor con la naturaleza. El pan- sombm pa?'turienta
árbol. E una verdadera forma ele C:ll'tal" teísmo sexual de esto poeta es lo que que se alimenta con lactógeno lutlar
el mundo, pcro mágica, por el silellci.) sorprenderá sobre todo: por este canuno después, lentamente, tomas la forma
y el reposo: actuando sobre sí mismo, el s.e acercan a las danzas y ritos fálicos de de un fuste
negro pretende ganar la Naturaleza en los Negro-Africanos. sob,'e este muro enano que atraviesan
el mismo acto de ganarse, los sueños de las flores
¡Olla! Cungu tendido en tu lecho de y el perfume del verano en fuga.
Se abandonan, atrapados, a la esencia selvas, "eina sobre el Africa domada Sentir~ ~reel' 'que raíces te empujan a
de cada cosa Que los falos de los montes enarbolen los pIes
ignorantes de las apariencias, pero alto tl1, bandera y con'en y ,·etll.ercen como serpien.tes
atrapados por el movimiento de Porque eres mujer por mi cabeza, por sedientas' .
cad~ cosa mi lengua, porque eres mujer 1wr haria alguna fuente subterránea . ..
despreocupadus de sn importancia mi (Iiclltrf',
(Rabéarivelo)
pero ju,gando el juego del mundo,
vel'daderamente los hijos primogél1itos escribe Senghor. Y: . Y Césaire:
del mundo
pues subiré al vientl'e dulce de las Madre exánime, madre deshojada, eres
sensibles a todos los alientos del mun-
dunas y los ml/slos rutilantes del un flamboyán y no tienes sino vai·
do ... dio . .. nas. Eres calabácea, y no e"es sino
carne de la came del mundo palpi- una multitud de cáscaras . ..
. tanda COIl el movimiento mismo del y Rabéal'ivelo:
rrllmdo. Esta profunda unidad de símbolos
la sangl'e de la tierra) el sudor de la vegetales Y de símbolos sexuales es
Al leer esto, no podemos menos que piedm seguramente la mayor originalidad de
pensar en la famosa distinción de Berg- )1 el esperma del viento la poesía negra, sobre todo en una
son entre inteligencia e intuición. Y pre· época en que, como lo ha demos-
cisamente, Césaire nos llama y Laleau: trado Michel Carouges, la mayor parte
de las imágenes de los poetas blancos
Omniscientes e ingenuos vencedores. El cónico tambor se lamenta bajo el tiende la mineralización de lo humano.
cielo Césaire, por el contrario, vegetaliza, ani·
El blanco lo conoce todo de los útiles. y es el alma misma del 7Ug1'0 maliza el mar, el cielo y las piedras. Má\
Pero el útil muerde la superficie de las exactamente, su poesía es uba perpetua
casas ignorando la duración, la vida. La Sordos espasmos de hombre en reto,
viscosos sollozos de amante unión de mujeres y de hombres meta-
negritud, por el contrario, e una com- morfoseados en ammales, en vegetales,
prensión por simpatía. El secreto del Ultrajando la calma de la nochr.
en piedras, con piedras, plantas y ani·
negro radica en que las fuentes de su males metamorfoseados en hombres. Así,
existencia y las raíces del Ser son idén· Henos aquí lejos de la intuición casta
y asexuada de Bergson. No es suficiente el negro es testimonio del Eros natural,
ticas. lo manifiesta Y lo encama. Si nos pro-
Si quisiéramos dar la interpretación ya la simpatía por la vida, sino que es
necesario el amol' en todas sus formas. pusiésemos encontrar algo semejante en
social de esta metafísica, diríamos que la poesía europea, necesitaríamos reman·
Para el técnico blanco, Dios es ante todo
una poesía de agricultores se opone a tal' hastá Lucrecio, poeta campesino que
una prosa de ingenieros. Es inexacto, en ingeniero. ' Júpiter or.dena. el. caos Y. I~
prescribe leyes. El DIOS cnstlano cono- celebra a Venus, la diosa maelre, en el
efecto, que el negro no disponga de téc- tiempo en que Roma no era sino un
be al mundo en el entendimiento y lo
nica alguna: la relación de un grupo gran mercado agricola. En nuestros días,
humano, el que sea, con el mundo ex· realiza con la voluntad: la relación de
la ereatura con el Creador no es nunca casi nadie fuera de Lawrence ha tenido
terior, es siempre técnica, de una manera el sentimiento cósmico de la sexualidad.
o de otra. Y a la inversa, diría que Cé· carnal, salvo para algunos místicos de
los que la Iglesia sospecha. Por lo demás Y aun en él dicho sentimiento es dema-
saire es injusto: el avión ele Saint·Exu- siado literario.
el erotismo místico no tiene nada en
pél'Y que pliega la ticrra como si fuese Pero pese a que la negritud parezca,
un tapete dcba jo de él, es también un común con la fecundidad: es la espera
pasiva de una penetración estéril. Esta- en el fondo, esé fluir inmóvil, unidad
órgano de revelación. Sólo que el negro de erección fálica y de crecimiento ve·
es ante todo un campesino; la técnica mos forjados de limo: estatuas salidas de
las manos del divino escultor. Si los getal, no podríamos agotarla con ese
agrícola e "paciente espera"; tiene con- único tema poético. Hay otro motivo
fianza en la vida, aguarda. Phntil" es objetos manufacturados que nos rodean
pudieran rendir culto a sus creadores, que corre como una gruesa arteria a
embarazar la tierra; después debemos través de ella:
quedar inmóviles, espiar: "cada átomo sin duda nos adorarían, como nosotros
ele silencio es la posibilidad de un fruto adoramos al Todopoderoso. Para nues- Los que no han inventado ni la pól-
maduro", cada instante trae consigo cien tros poetas negros, por el contrario, el vora ni la brújula ... ellos conocen
veces lo que el agrieultor ha dado; en ser surge de la Nada como una verga hasta en sus más peqtlCrios rincones
tanto que el obrero no encuentra en el que se alza. La creación es un perpetuo el pa,ís del sufrimiento . ..
producw manufacturado sino lo que ha y enorme parto. El mundo es carne e
incorporado en éP El hombre crece al hijo de la carne. Sobre el mar y en el Al absurdo afán utilitario del blanco,
mismo tiempo que el trigo. De minuto cielo, sobre las dunas, sobre las piedras, el negro opone la concentrada autenti-
en minuto se supera y se dora. En ace- en el viento, el Negro encuentra la vo· cidad de su sufrimiehto. Puesto que
cho delanLe de ese vientre frágil que se luptuosidad de la piel humana. Se aca· ha tenido el horrible privilegio de llegar
hincha, no intervienen sino para prote- ricia el vientre de arena, los muslos de hasta el fondo del dolor, la raza negra
gerlo. El trigo maduro es un microcos- cielo: es "carne de la carne del mundo" es u na raza elegida. Y pese a que los
mos porque ha sido necesa rio. en su evo· y "permeable a todos sus alientos", a poemas son, de principio a fin, anticris·
lución, el concurso del sol, de las lluvias todos sus p<)lenes. Es, alternativamente, tianos, desde este punto de vista podría.
y del viento. Una espiga es a la vez la la hembra de la Naturaleza y su macho; mas llamar a la negritud una Pasión: el
cosa más n<1tural del mundo y la más Y cuando hace el amor con una mujer negro consciente de sí se representa ante
improbable. Las Lécnicas han contami- de su raza, el acto sexual le parece la sus propios ojos como el hombre que ha
nado al campesino blanco, pero el ne' celebraéión del Misterio del ser. Esta asumido todo el dolor humano y que
gro sigue siendo el gran macho de' la religiqn espermática es como una ten· sufre por todos, inclusive por el blanco.
tierra, el esperma del-mundo. Su exis- sión del alnla equilibrando do tenden·
tencia es la gran paciencia' vegetal; u cias complementarias: el sentimiento di. El día del juicio la trompeta de Arms-
trabajo, la repetidón;"aiío tra año, del námico de set .un falo que se erige y tl'Ong será el intérprete de los dolo·
el otro,' más sordo, más paciente, más res del hombre.
lEn estf' scnlÍ.llo la illea crílica Ibllfianaj femenino, de ser una planta que crece.
expresa el PUIIIO de visla del~ técnico"IO lJ1Qir., Así, la negritud, en su origen más pro- (Paüt iger)
tildo. El 'lIjeto cllcuen Ira en las cosas lo que fundo. es una ancll'o~i,nia:
ha incorporado en ellas. Pero no it,eorpo13 liada
sinó ell espirilu; son solamentc operaci.OlleS del Pero señalemos de inmediato' que nó
elltendimiento. El sabio y el ingeniero on kan· Hete a/lt se trata, de ninguna manera, de un do·
tianos. erguido y desnudo lor resignado. He hablado de Bergsf)n
~ - . - -~.
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y de Luerecip,. _y ahora ~stoy tell~()_~o ~e antes, sigue siendo el más vivo de los y sangrar en tu carne las viejas he-o
citar a un gran adversarIo del CrIstlams- recuerdos: ridas ...
mo: Nietzsc~e y su "dionis~o". Como
el poeta ·dionisiaco, el negro mtenta pe- Mis ahoras; tienen sobre mis ayeres Durante los siglos de la esclavitud, el
netrar los brillantes fantasmas del día ojos grandes que giran de rencor l' de negro ha bebido la copa de la amargura
y encontrar, a mil pies por debajo de la vergüenza . hasta las heces; y la esclavitud es un he-
superficie apo~inea, el sufrimiento sin Va todavía mi sorpresa de otro tiem1)0 cho del pasado que ni nuestros autores
expiación .que es la eseQcia universal (;lel de golpes de cuerda nudosos. de cuer- ni sus padres han conocido directame~
hombre. Si quisiéramos sistematizar. di- pos calcinados . te. Pero también es una enorme pesadI-
ríamos que el negro se funde en la N a- de la punta del pie a la espalda calcio lla de la que, ni siquiera los más jóvenes,
turaleza entera en tanto que es simpatía nada saben si han despertado completamente. l
sexual por la Vil;la y que se reivindica de carne muerta de tizones de ltie"ro Distanciados, de un extremo a otro de
como HOID,bre' en tanto que es Pasión incandescentes de brazos la tierra, por las lenguas, la política y
de dolor rebelde~ Si se reflexiona en la destrozados por el látigo que se des- la historia de sus colonizadores, los neo
estrecha relación que han establecido los encadena ... gros tienen en común una memoria co-
psiquiatras entre la angustia y el deseo lectiva. No nos sorprenderemos si recor·
sexual, se percibirá la unidad fundamen- escribe Damas, poeta de la Guayana. damos que los campesinos franceses, en
tal de ese doble movimiento. No hay y Brierre, el haitiano:
sino un solo impulso orgulloso, que bien lPor otro lado, ¿cuál es la actual condición
del negro en el Camerún, en la Costa de Mar-
podemos llamar un deseo que hunde sus ... A menudo sientes como yo fatigas fil. sino la esclavitud, en el más riguroso sen-
raíces en el sufrimiento o un sufrimien- Despertar después de siglos homicidas tido del término?
to que se ha clavado, como una espada,
a través de un vasto deseo cósmico. Esta
"paciente espera" que evocaba Césaire
es, en el I!1ismo impulso, crecimiento ve-
getal, erección fálica y paciencia contra
el dolor; reside en los músculos del ne-
gro; sostiene al cargador negro que re-
monta el Niger mil kilómetros, agotado
por el sol, con un peso de veinticinco
kilos en equilibrio sobre la cabeza. Pe-
ro si, en un cierto sentido, se puede
asimilar la fecundidad de la Naturaleza
a una proliferación de dolores, en otro
-y esto también es dionisiaco- la fe-
cundidad, por su exuberancia, supera
al dolor y lo ahoga en su abundancia
creadora que es poesia, amor y danza.
Para comprender esta indisoluble unidad
entre el sufrimiento, el héroe y la ale-
gria, seguramente es necesario haber vis-
to a los negros de Harlem bailar frené·
ticamente al ritmo de esos blues, que son
los aires más dolorosos del mundo. Es el
ritmo, en efecto, que da cimiento a los
múltiples .aspectos del alma negra; quien
comunica su ligereza nietzscheana ·a. ·sus
burdas intuiciones dionisiacas; el ritmo
-taro-tam, jazz, cadencia de los poe-
mas-, representa la temporalidad del al-
ma negra. Cuando un poeta negro pro-
fetiza a sus hermanos un porvenir me-
jor, les anuncia su libertad bajo la forma
del ritmo:
Que
un ritmo
una onda en la noche a través de las
selvas, nada -o una alma nueva
un timbre
una entonación
un vigor
un dilatamiento
una vibración que desflora paulatina-
mente la médula, remueve en su
marcha un viejo cuerpo dormido,
lo toma por la cintura
'y - la taladra
y gira
y vibra todavía en las manos, en los
riñones, el sexo, los muslos y la
vagina ...
Pero al.ln debemos ir más lejos: esta
experiencia fundamental del sufrimiento
es ambigua, por ella la conciencia ne-
gra va a devenir histórica. En efecto,
cualquiera que sea la iniquidad ele su
condición presente, el negro no se re·
fiere a ella cuando proclama que ha to-
cado el fondo del dolor humano. Cuenta
con el terrible beneficio de haber cono-
cido la servidumbre. En dichos poetas
-la mayor parte nacidos entre 1900 y
1918- la esclavitud, abolida medio siglo Balaba. Congo Belga
14 UNIVERSlDAD DE MEXIC{
1789, eran presa de terrores atávicos cu- les, como una pura manifestación de la pronto es una inocencia perdida que n<
yo origen se remonta a la guerra de Cien fecundidad universal y eterna. Y sin em- ha tenido existencia sino en un pasad<
Años. Así, cuando el negro se enfrenta bargo, he aquí que interpela a sus her- remoto como una esperanza que no s<
a su experiencia fundamental, ésta co- manos de color en una lengua distinta: realizará sino en el seno de la Ciudad
bra de pronto dos dimensiones: es a la futura. Tan pronto se concentra en un
vez la revelación intuitiva de la condi- Negro vendedor de rebeldía instante de fusión panteísta con la a·
ción humana y la memoria, todavía fres- conoces los caminos del mundo turaleza, como se extiende .hasta coind
ca, de un pasado histórico. Pienso en desde que fuiste vendido en Guinea. .. dir con la historia entera de la Huma·
Pascal quien repetía infatigablemente nidad; tan pronto es una actitud exis-
que el hombre es una combinación irra- y tencial, como el conjunto objetivo de
cional de metafísica y de historia, inex- Cinco siglos os han visto las armas en las tradiciones negro-africanas. ¿Se le
plicable en su grandeza si ha salido del la mano descubre? ¿Se le crea? Después de todo,
limo, y en su miseria, si sigue siendo y habéis ensefíado a las razas explota- hay negros que "colaboran"; después de
como Dios lo hizo, y que para com- doras todo, Senghor, en los datos que antepo-
prenderlo es menester recurrir al he~ho la pasión de la libertad. ne a las obras de cada poeta, parece
irreductible de la caída. En este sentIdo, distinguir diversos grados de negritud.
justamente, Césaire llama a su raza la Hay en todo esto una Gesta de los Aquel que se ostenta como el anuncia-
"raza caída". Y en este mismo sentido negros: primero, la edad de oro de dor de sus hermanos de color ¿los in-
concibo la aproximación que pueda ha- África: después, la era de la dispersión vita a hacerse más negros, o bien, por
cerse entre una conciencia negra y una y del cautiverio; más tarde, el despertar una forma de psicoanálisis poético, les
conciencia cristiana: la ley de bronce de de la conciencia, los tiempos heroicos y revela lo que son? ¿La negritud es ne-
la esclavitud recuerda la del Antiguo sombríos de las grandes rebeliones, de cesidad o libertad? ¿Es necesario, para
Testamento, que narra las consecuen- Toussaint Louverture y de los héroes el auténtico negro, que sus actos se des-
cias de la Falta. Pero la abolición de la negros; la abolición de la esclavitud prendan de un principio? ¿ü bien, se
esclavitud evoca este otro hecho históri- -"inolvidable metamorfosis", la llama es negro como el fiel de una religión
co: la Redención. El paternalismo dul- es creyente, es decir, en el miedo y en
Césaire~; y por último, la lucha por la
zón del blanco después de 1848, y el de liberación definitiva. el temor, en la angustia y en el per-
Dios después de la Pasión, se parecen. petuo remordimiento de no ser jamás
Solamente que la falta sin expiación que Esperáis el próximo llamado lo que se quiere ser? ¿Es un dato de
el negro descubre en el fondo de su la inevitable movilización hecho o un valor? ¿Es objeto de una
memoria, no es su propia falta, sino la
del blanco. El primer hecho de la his-
ya que vuestra guerra no ha conocido intuición empírica o de un concepto
sino treguas moral? ¿Una conquista de la reflexión?
toria negra es un pecado original, pero ya que no existe tierra donde no haya
del que el negro es la inocente víctima. ¿Y si la reflexión la envenena? ¿Y si
corrido tu sangre nunca es auténtica sino en la irrefle-
Por ello su concepción del sufrimiento ni lengua en la que no haya sido
se opone al dolorismo blanco. Si los poe- xión y en lo inmediato? ¿Es una expli.
insultado tu ~-olor -.cación sistemática del alma negra o un
tas son, en su mayor parte, violentamen- Usted sonríe, Black Boy
te anticristianos, es porque la religión aproximarnos indefinidamente sin al·
canta canzarlo jamás? ¿Para los negros es la
de los blancos aparece a los ojos del ne- baila,
gro, más claramente que a los del pro- cosa del mundo mejor distribuida, co-
arrulla a las generaciones mo para nosotros nuestro sentido común
letariado europeo, como una mistifica- que suben todas las horas
ción, puesto que pretende hacerlo res- de ingenieros? ¿ü desciende sobre al-
a las fuentes del trabajo y de la pena gunos como la Gracia y selecciona a sus
ponsable de un crimen del cual es la y que subirán mañana al asalto de las
víctima. Quiere persuadirlo de que los elegidos? Se responderá sin duda que
bastillas es todas esas cosas, y otras muchas. Y
raptos, las violaciones y las torturas que hacia los bastiones del porvenir.
han ensangrentado al África son un casti- para escribir en todas las lenguas estoy de acuerdo: como cualquier no-
go legítimo, pruebas merecidas. ¿Diréis en las páginas claras de todos los cielos ción antropológica, la negritud es una
que, en compensación, proclama la igual- la declaración de todos tus derechos combinación tornasolada de ser y de
dad de todos los hombres frente a Dios? desconocidos deber-ser. Ella los hace y ustedes la ha-
Delante de Dios, sí. Leía recientemente desde hace más de cinco siglos . .. cen: juramento y pasión todo a la ve~.
en Esprit las siguientes líneas de su co- Y lo más importante, ya lo hemo~ dI-
rresponsal en Madagascar: Extraño y decisivo viraje: la raza se cho: el negro se construye un racI~mo
"Estoy convencido como usted de que ha transformado en historicidad, el pre- antirracista. No se propone la domma-
el alma de un malgacho vale tanto como sente negro explota y se temporaliza, la ción del mundo, sino la abolición de
la de un blanco ... Exactamente como el negritud se injerta con su pasado y su los privilegios étnicos; sin importarle
alma de un niño vale frente a Dios lo futuro en la Historia Universal; y no es el origen, afirma su solidaridad con l:Js
c!nismo que la de su padre. Y sin embar- ni un estado ni una actitud existencial, oprimidos de todos los colores. De pron-
go, señor director, no permitiría usted sino un devenir. La aportación negra él to, la noción subjetiva, existencial, .ér-
que sus niños condujeran su autómovil, la evolución de la humanidad no es ni nica, de negritud "pasa", como dice
si es que tiene usted alguno." un sabor, ni un gusto, ni un ritmo, Hegel, a aquella otra -objetiva, posi-
N o es posible conciliar más elegante- ni una autenticidad, ni un bouquet de tiva, exacta- de proletariado. "Para
mente cristianismo y colonialismo. Pro- instintos primitivos: es una empresa con Césaire -nos dice Senghor-, el blanco
fundizando en su memoria de antiguo término, una paciente construcción, un simboliza el capital, como el negro el
esclavo, el negro sostiene contra tales futuro. El negro reivindicaba su lugar trabajo ... A través de los hombres de
sofismas que el dolor es la parte de los bajo el sol en nombre de cualidades ét- piel negra de su raza, canta la lucha
hombres, y que no por ello es menos in- nicas; ahora, funda su derecho a la vida del proletariado mundial." Es fácil ~e
merecido. Rechaza con horror el maras- en su propia misión. Y esta misión, co- decir, pero no tanto de pensar; y sm
mo cristiano, la voluptuosidad morosa, mo la del proletariado, le viene de su 'embargo, no por casualidad 10Si can·
la humildad masoquista de todas las ten- situación histórica: puesto que ha so- tan tes de la Negritud son marxistas
· denciosas llamadas a la resignación. Vive portado más que los otros la explotación militantes. Pero ello no impide que la
el hecho absurdo del sufrimiento en toda capitalista, ha adquirido, también más noción de raza se distinga de la de cla-
·su pureza, en su injusticia y en su gra- que los otros, el sentido de la rebeldía se: aquélla es concreta y particular, és-
tuitidad, y descubre la siguiente ver- y el amor a la libertad. Y como es el ta universal y abstracta; una surge. de
·dad, menospreciada o disimulada por el más cprimido, al trabajar por su propio lo que Jaspers llamar.ía compre.henslón,
·cristianismo: que el cristianismo contie- rescate necesariamente persigue la libe- la otra de la inteleCCIón; la pnmera es
ne su propia negación; que por esencia ración de todos: producto de un sincretism?, psicobio.ló-
rechaza el sufrimiento, que es la cara gico, la otra una construcClOn metódICa
·oculta de la negatividad y que se abre Negro mensajero de esperanza a partir de la experiencia. De hecho, la
.sobre la rebeldía y la libertad. De pron- tú conoces todos los cantos del mundo negritud se manifiesta como "momen-
to, el negro se hace historia en la medida desde los cantos inmemoriales de los to" de una progresión dialéctica: .la te-
·en que la intuición del sufrimiento le canteros del Nilo. sis es la afirmación teórica y práctIca de
·confiere un pasado colectivo y le asigna la supremacía del blanco; el momento
una meta en el futuro. Hace un instante ¿Pero podemos creer, a pesar de todo, de la negatividad es la posición d~ la
el negro se nos presentaba como un puro en la homogeneidad interna de la ne- negritud como valor antitético. Pero el
.surgir presente de instintos inmemoria- grittid? ¿Y cómo decir lo que es? Tan momento negativo no basta por sí mis-
UNIVERSIDAD DE MEXICO 15
mo, y los negros que lo empleaI! lo sa- vive. como u~a mUjer que nace para
ben perfectamente: saben que tiende a mor~r y que SIente su propia muerte en
preparar la síntesis ? reali~ación de lo los mstantes más ricos de su vida' re-
humano en una sOCIedad sm razas. La poso inestable, ~xplosiva fijación, orgullo
negritud es para destruirse, es tránsito que ~e ~enunCIa,. absoluto que se sabe
y no punto-de lI~gada,.medio y no fin t~ansltono: A;l mIsmo tiempo que anun-
último. En el mIsmo mstante en que c~a su n~CImIento y su agonía, es la ac-
los' Orfeos negros abrazan estrechamen- t~tud eXIstencial elegida por homhres
te a esta Eurídice, sienten que se des- lIbres y absolutamente vivida hasta las
morona entre sus brazos. Un poema·de. heces. Tentación sobre un pasado nos-
Jacques Roumain, comu~ista negr~, tálgico que escapa al negro y un futuro
nos presenta el más emociOnado testi- en el que cederá su sitio a nuevos valo-
monio de esta ambigüedad: res; la Negritud se adorna con una trá-
gica belleza que no encuentra expresión
África he conservado tu memoria sino en la poesía. Puesto que es la uni-
África 'dad viviente y dialéctica de tantos con-
estás en mí trarios; puesto que es un complejo que
Como la espina en la herida no admite el análisis, sólo puede expre-
como un fetiche tutelar en el centro sarse en la múltiple unidad del canto y
del poblado . en la fulgurante belleza del Poema, a la
haz de mí la piedra, de tu honda . que Breton ll~ma "explosión fija". Pues-
de mi boca los labws de tu plegarla to que todo mtento por conceptualizar
de mis rodillas, las columnas rotas sus diferentes aspectos desembocaría en
de tu humillación la demostración de su relatividad, mien-
y sin embargo tras es vivida en el absoluto por concien-
no quiero ser sino de vuestra raza cias regias, solamente el poema, que es
obreros campesinos de todos los países. un absoluto, permite fijar adecuadamen-
te la exigencia incondicional de esa ac-
¡Con qué tristeza conserva todavía titud. Puesto que es una subjetividad
por un momento lo que ha decidido que se inscribe en lo objetivo, la negri-
abandonarl ¡Con qué orgullo de hom- tud. debe tomar c~e~p.o en un poema, es
bre se despoja, por los otros hombres, deCir, en una subJetIvIdad-objeto. Puesto
de su orgullo de negrol Quien es capaz que es un Arquetipo y un Valor, encon-
de decir a la vez que África está en él trará su símbolo más transparente en va-
':como la espina. en la herida", y que lores estéticos. Puesto que es un llamado
no quiere ser smo de la raza de los y un don, no puede hacerse entender y
oprimidos, no ha dejado el imperio de no puede ofrecerse sino por medio de la
la conciencia desgraciada. Un paso más obra de arte, que es llamado a la liber-
y la negritud desaparecerá compl.eta- tad del espectador y generosidad absolu-
mente: lo que era el ancestral y mIste- ta. La negritud es el contenido del poe-
rioso palpitar de la sangre negra, será ma, es el poema como cosa del mundo,
convertido por el negro mismo en ac- mis~eriosa y abierta, i~descifrable y su-
cidente geográfico, en producto incon- gestIva: es el poeta mIsmo. Y llegamos
sistente del determinismo universal: más lejos: la negritud, triunfo del Nar-
cisismo y suicidio de Narciso, tensión del
tEs todo ello clima amplitud espacio alma más allá de la cultura, de las pa-
que crea el clan la tribu la nación labras y de los hechos psíquicos, noche
la piel la raza de los dioses Yoruba. Nigeria del Sur
luminosa del no-saber, elección delibera-
nuestra desigualdad inexorable? da del imposible y del "suplicio", como
Es posiblemente, esta desnudez úl-
lo llama Bataille, aceptación intuitiva
Pero el poeta no tiene el suficiente tima' del hombre que se despoja de los del mundo y rechazo dt.l mundo en nom-
valor como para enfrentarse a esta ra- oropeles blancos que oc~ltaban.su co- bre de la "ley del corazón", doble pos-
cionalización del concepto racial, sino raza negra y que, .en segUIda, desmtegra tulado contradictorio, retracción reivin-
que se concreta a interrogar; por deba- y rechaza esta mIs~a c~raza; ~sta Iles- dicatoria, expansión de generosidad, es,
jo de su voluntad de unión florece una nudez sin color SImbolIza meJor que
en esencia, Poesía. Cuando menos por
pena amarga. Extraño camino: humi- nada la negritud, ya que. ésta no es ~n
estado, sino pura separacIón de sí mIS- una vez surgen de la misma fuente el
llados, ofendidos, los negros bucean en proyecto revolucionario más auténtico
lo más profundo de sí mismos para en- ma, amor. En el momento en que se y la más pura poesía.
contrar su orgullo más secreto, y cuan- renuncia, se encuentra; en el momento
do lo encuentran, se niegan a sí mis- en que acepta perder, gana: sólo al ¿Y qué pasará si un día se consuma el
mos; lo abandonan por una suprema hombre de color, a él, se le puede pe- sacrificio? ¿Qué pasará si el negro, des-
generosidad, como Filoctetes abandona dir que renuncie al orgullo de su color. pojándose de su negritud en nombre de
su arco y sus flechas en manos de N ep- El negro camina sobre un cráter ('HITe la revolución, se considera exclusivamen-
tólemo. De la misma manera, el rebelde el viejo particularismo que ha cruzado te como proletario? ¿Si se propone, para
de Césaire descubre en el fondo de su y el universalismo futuro que será el luchar contra el capitalismo blanco, asi-
corazón el secreto de su rebeldía: que crepúsculo de su negritud; y para en- milar las técnicas blancas? ¿Enmudecerá
es de una raza real. contrar la aurora de lo universal, vive la fuente de la poesía, o bien, a pesar
el particularismo hasta sus últimas COll- de todo~ el gigantesco río negro dará
... Es verdad que hay algo en ti que secuencias. Puesto que persigue d ad-
jamás ha podido someterse, una color al mar en el que desemboque?
cólera, un deseo, uan tristeza, una venimiento de una sociedad sin clases, No importa: a cada época su poesía. En
impaciencia, un desprecio en fin, también el trabajador blanco adquiere cada época, al crear situaciones que no
una violencia . .. y he aquí que tus conciencia de su cIase para después ne- pueden expresarse o superarse sino por
venas llevan oro no fango, orgullo garla; pero una vez más, la definición la poesía, las circunstancias de la histo-
no servidumbre. Rey tú has sido de cIase es solamente objetiva, el resu- ria eligen una nación, una raza, una cIa-
Rey en otro tiempo. men de las condiciones de su enajena- se que tomará la llama; a veces el élan
ción. En tanto que el negro encuentra poético coincide con el élan revolucio-
Pero rechaza rápidamente esta ten- la raza en el fondo de su corazón, y es nario, otras no. Saludemos desde hoy la
su propio corazón que debe arrancarse. coyuntura histórica que permitirá a los
tación:
La negritud es dialéctica: ni exclusiva negros
Una ley que cubro con una cadena ni principalmente es el florecimiento
sin fisura hasta el confluente de de instintos atávicos, sino la superación Clamar con tal potencia el infinito
fuego que me volatiliza que me pu- de una situación definida por parte de grito negro que los fundamentos del
rifica y me incendia de mi prisma conciencias libres. La negritud, mito mundo se conmoverán}
de oro amalgamado... Pereceré. doloroso y pleno de esperanza, nacida
Pero uno. Intacto. del Mal y preñada de un Bien futuro, ICésaire: Les armes miraculeuses.