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4 UNIVERSIDAD DE MEXICO

oRFEO N E G R 0*
Por !ean-PAUL SARTRE
lidez y nuestra vegetación verde deste.
ñida. Estamos roídos hasta los huesos
por esas miradas tranquilas y corrosivas:

Escuchad al mundo blanco


horriblemente fatigado por su inmenso
• pERO QuÉ ESPERABAIS, al quitar la y a otro que grita a sus hermanos: esfuerzo
¿ mordaza que cerraba esas bocas
negras? ¿Qué entonarían vues- ¡Ay! ¡Ay! la arácnida europea agita
sus dedos.
cmjir sus articulaciones "ebeldes bajo
las dums estrellas,
tras alabanzas? ¿Pensabais que cuando traspasar la carne mística con su Ti-
se levantasen esas cabezas, que nuestros y sus falanges de navíos . .. gidez de acero azul
padres doblegaron hasta el suelo por la y todavía: escucha a sus pérfidas victorias pre-
fuerza, se leería en sus ojos la adoración? gonar sus derrotas
Hay hombres de pie que nos miran, y el disimulado silencio de 'esta noche escucha el pétreo trastabilleo de sus
como yo, deseo que sintáis la emoción o coartadas grandiosas
de ser visto. 'Porque el blanco ha gozado Piedad para nuestTOs omniscientes e
durante tres mil años del privilegio de de Europa ... ingenuos vencedores.
ver sin que se le vea; él era mirada pura, ... no hay nada que el tiempo no
la luz de sus ojos rescataba toda cosa de deshom·e. Henos ahí acabados: nuestras victo-
su sombra natal; la blancura de su piel Un negro escribe: rias con el vientre al aire, dejando ver
también era mirada, luz condensada. El sus entrañas, nuestro secreto fracaso. Si
hombre blanco, blanco porque era hom- i\1 ontparnasse y París, Europa y sus deseamos romper la finitud que n08
bre, blanco como el día, blanco como tormentos sin fin, aprisiona, no podemos ya contar con los
la verdad, blanco como la virtud, ilumi- N os obsesionan a veces como -recuel·· privilegios de nuestra raza, de nuestro
naba la creación como una antorcha, dos o malestares . .. color, de nuestra técnica; no podemos
descubría la esencia secreta y blanca de alcanzar la totalidad de la que nos ex-
los seres. Pero hoy, los negros nos miran y de pronto, Francia parece exótica a pulsan esos ojos negros sino despoján-
y nuestra mirada vuelve a los ojos; an- nuestros propios ojos. Sólo es un recuer~ donos de nuestra envoltura blanca e in-
torchas negras que, a su vez, iluminan el do, un malestar, una bruma blanca tentando, sencillamente, ser hombres.
mundo, y nuestras cabezas blancas no abandonada en el fondo de las almas Si, pese a todo, los poemas nos aver-
son más que farolillos balanceados por asoleadas, un país cerrado, atormentado, güenzan, es sin culpa, porque ellos no
el viento. Un poeta negro, sin reparar donde no se vive bien; que ha tomado la fueron escritos para nosotros. Quienes
en nosotros, cuchichea a la mujer que ruta del norte y anclado cerca de Kamt- abran este libro -colonos y cómplices-,
ama: chatka: el sol es lo esencial, el sol de los creerán leer, como por arriba d~ un
trópicos y el mar "piojoso de islas", y hombro, palabras que no les han sido
Mujel' desnuda, mujer negm las rosas de Imangue y las azucenas de dirigidas. Los negros hablan a los ne-
Vestida de tu color que es vida . .. Iarive, y los volcanes de la Martinica. gros, y para hablarles de los negros. Su
Mujer desnuda, mujer obscura, El Ser es negro, el Ser es de fuego; nos· poesía no es ni satírica ni imprecatoria:
Fruto maduro de carne firme, éxtasis otros somos accidentales y remotos, y es una toma de conciencia "¿Entonces,
sombrío de vino negro. tenemos que justificar nuestras costum- se preguntarán ustedes, cómo ha de in-
bres y nuestra técnica, nuestra cruda pa- teresarnos más que a título de documen-
y nuestra blancura nos parece un extra· to? Para nosotros es impenetrable". Yo
ño barniz pálido que impide la respira. quisiera indicar el camino que nos con-
ción de la piel; una envoltura blanca, duce a ese mundo de azabache y mos-
raída en los codos y en las rodillas, bajo trar que tal poesía, que a primera vista
la que descubriríamos, si la quitásemos, parece racial, .no es al fin de cuentas si-
la verdadera carne del hombre, la carne no un canto de todos y para todos. En
color de vino negro. Nos creíamos esen- una palabra, me dirijo a los blancos
ciales al mundo, los soles de sus cosechas, para explicarles lo que ya saben los ne-
las lunas de sus mareas: y no somos sino gros: que el negro, en su situación ac-
animales de su fauna. Ni siquiera ani· tual, sólo puede cobrar conciencia de sí
males: mismo a través de una experiencia poé-
tica, e inversamente, que la única gran
Esos se'ñores bien poesía revolucionaria de nuestros días
Señores de la ciudad es la poesía negra en lengua francesa.
Que ya no saben bailar de noche al
claro de luna ,. '" '"
Que ya no saben andar sobre la came No es por casualidad por lo que el
de sus plantas proletariado blanco utiliza sólo excep-
Que ya no saben cantar los cuentos cionalmente el lenguaje poético para ha-
en las veladas ... blar de sus sufrimientos, de sus cóleras
y de su orgullo. Y no creo que los tra-
Europeos por derecho divino, desde bajadores estén menos "dotados" que los
siempre, sentimos en los últimos tiem· hijos de familia: el "don", esa gracia
pos que nuestra dignidad se desmorona eficaz, pierde todo sentido cuando pre-
bajo las miradas americana y soviética; tendemos decidir si está más difundida
Europa no era sino un accidente geo- en una clase que en otra. Tampoco es
gráfico, la semi-isla que Asia empuja verdad que la duración del trabajo los
hasta el Atlántico. Esperábamos, al me- despoje de la fuerza de cantar; más se
nos, encontrar algo de nuestra grandeza agobiaban los esclavos, y sin embargo,
en los ojos domesticados de los Africa· conocemos cantos de esclavos. Es pre-
nos. Pero ya no hay ojos domesticados: ciso reconocerlo: las actuales circunstan-
sólo miradas salvajes y libres que juzgan cias de la lucha de clases son las que
nuestra tierra. desvían al obrero de la expresión poé-
tica. Oprimido por la técnica, ..asume el
He aquí a un negro errante: papel de técnico, porque sabe que la
técnica será el instrumento de su libera-
hasta el fin de ción; sabe perfectamente que si un día
la eternidad de sus bulevares sin fin, llega al control de las empresas será
con polizontes . .. por sus conocimientos profesionales,
económicos y científicos. Tiene un co-
·Or.pJtée noir, de J ean-Paul Sartre. (Intro- nocimiento profundo y práctico de lo
duction a I'Antltologie de la nouve/le poésie
negre et malgache, de Léopold Sedar Seghor. que los poetas llaman Naturaleza, que
Presses Universitaires, 1948.) Traducción al ha adquirido más por las manos que por
~spañol de Víctor Flores Olea. Bapellde. Río Kwango. Congo Belga. los ojos; para él, la Naturaleza es la
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i\Iateria, esta resistencia pasiva, esta iner-
le y disimulada adversidad que trans-
forma con sus instrumentos; la Materia
no canta. Al mismo tiempo, la fase ac-
tual de su combate reclama de él una
acción continua y positiva: cálculo po-
lítico, previsiones exactas, disciplina, or-
ganizaciórt de masas; el sueño, en este
dominio, sería traición. Racionalismo,
materialismo, positivismo, los grandes
lemas de su batalla cotidiana son los
menos propicios para la creación espon-
¡¡inea de mitos poéticos. El último de
esos mitos, la famosa "gran noche", re-
lrocedió frente a las necesidades de la
lucha; es necesario apresurarse, conquis-
lar esta posición, la otra, el aumento de
Jo salarios, decidir sobre esta huelga
de solidaridad, protestar o no contra la
guerra de Indochina: sólo la eficacia
cuenta. Y no hay duda: la clase oprimida
debe, antes que nada, tomar conciencia
de sí misma. Pero esta toma de concien-
cia es justamente lo contrario de la in-
teriorización: lo importante es reconocer
en la acción y por la acción la situación
objetiva del proletariado, que puede de-
finirse por las características de la pro-
ducción o por la repartición de los bie-
nes. Unidos y simplificados por una
opresión que se ejerce sobre todos y so-
bre cada uno, por una lucha común, los
trabajadores no conocen en la práctica
las contradicciones interiores que fecun-
dan la obra de arte, y que perjudican a
la ~cci?n. Conocerse, para ellos, quiere
deCIr situarse frente a las grandes fuer-
zas que los rodean; determinar el lugar
exacto que ocupan dentro de su clase
y la función que desarrollan en el Par-
tido. El lenguaje mismo que utilizan ca-
rece de esa mínima libertad,' de esa im-
propiedad constante y ligera, de ese jue-
go de las comunicaciones que producen
el Verbo poético. Incluso en el oficio
emplean términos técnicos y bien defi-
nidos; Parain ha demostrado que el len-
guaje de los partidos revolucionarios es
pragmático por excelencia: sirve para
transmitir órdenes, consignas, informa-
ciones; si pierde su rigor, el Partido
se disuelve. Todo ello tiende a la más
rigurosa eliminación del sujeto; )' sin
embargo, la poesía debe seguir siendo Yoruba. Nigeria del Sur. (Detalle.)
subjetiva de alguna manera. Ha faltado
al proletariado una poesía que, siendo y el negro, en tanto negro, ha sido su otro modo? ¿Los negros pueden contar
social, tenga sus fuentes en la subjetivi- víctima, a título de indígena colonizado con la ayuda del proletariado blanco,
dad; que fuese social en la misma medi- o de africano deportado. Y puesto que lejano, absorbido por sus propias luchas,
da en que fuese subjetiva; que se esta- se le oprime en su raza y por ella, es antes de que se hayan unido y organiza-
blezca sobre un fracaso del lenguaje y precisamente de su raza de lo que debe do en su propia tierra? ¿Y no se requie-
que, a pesar de todo, exalte tanto y sea cobrar conciencia. N ecesi ta obligar a re, por lo demás, todo un trabajo de aná·
tan corrientemente comprendida como la quienes durante ~iglos han intentado sin lisis para percibir la profunda identi-
más escueta consigna o como el "Pro- éxito reducirlo a la condición de bestia dad de intereses bajo la manifiesta dife-
letarios de todos los países, uníos", que -por la exclusi \'a razón de quc era ne- rencia de condiciones? A pesar de sí mis·
leemos en el pórtico de la Rusia Sovié· mo el obrero blanco obtiene ciertos pro-
gro-, a reconocerlo como hombre. Pero
tica. A fal ta de lo cual la poesía de la no hay escapatoria posible, ni engaño, vechos de la colonización; por bajo que
revolución futura ha quedado en manos ni barrera que pueda franquear: un ju- sea su nivel de vida, sin ella sería mu-
de jóvenes burgueses bien intencionados dío, blanco entre los blancos, puede lle- cho más bajo. En todo caso, es explota-
que se inspiran en sus propias contra- gar que es judío y declararse hombre do menos cínicamente que el jornalero
dicciones psicológicas, en la antinomia entre los hombres. El ne?;ro no puede de Dakar y de Saint-Louis. El equipo
de su ideal y de su clase, en la incerti- negar que sea negro ni reclamar esa abs- técnico y la industrialización de los paí-
dumbre de la envejecida lengua bur- tracta humanidad incolora: él es negro. ses europeos nos permiten concebir que
guesa. Está ligado definitivamente a la auten- ciertas medidas socialistas pueden ser in-
El negro, como el trabajador blanco, ticidad: insultado, esclavizado, se yergnc mediatamente aplicadas; pero visto des·
es víctima de la estructura capitalista y recoge la palabra "negro" que se le ha de el Senegal o del Congo, el socialismo
de nuestra sociedad. Y esta condición le lanzado como una piedra, y orgullosa- es un hermoso sueño. Para que los cam-
revela su estrecha solidaridad, por arri- mente se reivindica como negro frente pesinos negros descubran que es el resul-
ba de los matices de la piel, con ciertas al blanco. La unidad final que agrupará tado necesario de sus reivindicaciones in-
clases de europeos tan oprimidos como a todos los oprimidos en el mismo com- mediatas y locales, es preciso que antes
él; y lo impulsa a proyectar una sociedad bate, debe ser precedida en las colonias aprendan a formular en común esas rei-
sin privilegios. en donde la pigmenta- por lo que llamaría el momento de la víndicacíones, es decir, que se piensen
ción de la piel se considere como un separación o de la negación: ese racismo como negros.
simple accidente. Pero, si la opresión es antirracista es el único camino que pue- Pero la naturaleza de esta toma de
una, tiene características distintas según de conducir a la ·abolición de las dife- conciencia es diferente de la que el mar-
la historia y las condiciones geográiicas; rencias de raza. ¿Cómo podría ser de xismo intenta despertar en el o1;>rero
ti UNIVERSIDAD DE MEXICU

blanco. La conciencia de clase del tra- y el llamado de la tierra, como el co,


bajador europeo est¡\ fincada sobre la quilleo de los instintos y la indivisibh
naturaleza de las ganancias y de la plus- simplicidad de la Naturaleza, como el
valía, sobre las condiciones actuales de legado más puro de sus ancestros y come
la propiedad de los instrumentos de tra- la Moral que debería unificar su vid"
bajo,. en sínt~sis, sobre los caracteres ob- truncada. Pero que el negro se vuelva
jetivos de su situación. Por el contrario, hacia ella para mirarla a la cara, se des·
como- el desprecio que los blancos ma- vaneced en humo; entre ella y él se
nifiestan hacia los negros -y que no levantan las murallas de la cultura blan.
equivale a la .actitud de la burguesía ca, su ciencia, sus palabras, sus costum·
frente al ·proletariado- los hiere en lo bres:
m;\s prohú1do del corazón, los negros
deben oponer una concepción mús justa Devolvedme mis rnUliecas negras para
de la subjetivi~ad negra. La conciencia que juegue con ellas
de raza est;\· liga(Ia al alma negra, o más los juegos infantiles de mi instinto,
bien, puesto que el término reaparece quedar a la sombm de sus leyes,
frecuentemente en esta antología, a una recobm,j' mi valor
cierta cualidad común a los pensamien- mi au.dacia
tos y acciones de los negros, que llama-
mos negritud. Para elaborar conceptos mi sentinne yo mismo
raciales ha hay sino dos formas de proce- 'nuevo )'0 mismo de lo que ayer era
der: o se trañsfieren a la objetividad cier- aye¡'
tos caracteres subjetivos, o se intenta la sin complicaciones
interiorización de ciertas conductas que aye¡'
es posible descubrir objetivamente. A~í, cu.ando llegó la hora del desaTTaigo ...
el negro que reivindica su negritud en han saqueado el espacio qu.e era el
un movimiento revolucionario se colo(a mío, .
de golpe en el terreno de la Reflexióil,
biense;;¡' que quiera encontrar en sí mis- Será indispensable, por tanto, romper
mo ciertos rasgos objetivos y comproba- las murallas de la prisión-cultura, será
dos de las civilizaciones africanas, o que indispensable, un día, volver a AfI'iea;
espere descubrir la Esencia negra en las y de esta manera se encuentran indiso·
profundidades de su corazón. Reaparece lublemente ligados, en los vates de la
entonces la subjetividad -relación del negritud, el tema del retorno al país
yo consigo mismo-, fuente de toda poe- natal y el del descenso a los deslumbran-
sía de la que el trabajador se ha mutila- tes Infiernos del alma ·negra. Es una bús-
do. El negro, que llama a sus hermanos quecla, un despojo sistemático y un as-
de color para que tomen conciencia de cetismo acompañado por un continuo
sí mismos, intentará presentarles la ima- esfuerzo de profundización. Llamarí"
gen ejemplar de su negritud dirigiéndo- Sellufo. Costa de Marfil
"órfica" a esta poesía, porque el incan-
se, para aprehenderla, a su propia alma. sable buceo del negro en sí mismo me
Se considera, a la vez, faro y espejo; el hace pensar en Orfeo yendo a reclamar
primer revolucionario serú el anuncia- multitudes; suelia con Puerto Príncipe, Eurídice a Plutón, Así, por una felici-
dor del alma negra, el heraldo que arran- con Haití. Y no es suficiente: en el mis- dad poética excepcional, el poeta negro
car~l de sí la negritud para ofrecerla al
mo Puerto Príncipe vivía ya en el exilio; alcanza con seguridad la gran poesía co-
mundo, semi-profeta, semi-guerrillero, en los J!egreros han arrancado del Africa ,l. lectiva mostránclose lo más lírico posi-
suma, un poeta en el sentido preciso sus padres y los han dispersado. Todos ble, abandonándose a sus trances, rodan-
de la palabra "vate". La poesía negra no los poemas de este libro (salvo los que ,do por tierra como un poseído presa de
tiene nada en común con las expansio- fueron escritos en Africa), nos ofrecen .sí mismo, cantando sus cóleras, sus la-
nes del corazón: es funcional y responde la misma geografía mística. Un hemisfe- .mentos y sus aversiones, exhibiendo su>
a una necesidad que la define exacta- rio; en lo más bajo, según el primero de llagas y su vida desgarrada entre la "civi-
mente. Ojead una antología de la poe- los tres círculos concéntricos, se extiende lización" y el viejo fondo negro. Y no
sía blanca de nuestros días: encontraréis la tierra del exilio, la incolora Europa; hablando sino de sí mismo, habla por
cien temas diversos, de acuerdo con tI viene después el círculo deslumbrante todos los negros; cuando parece ahoga-
temperamento y las preocupaciones del de las Islas y de la infancia que danzan do por las serpientes de nuestra cultura,
poeta, según su condición y su país. En la ronda alrededor de Africa; y el Africa, se manifiesta más revolucionario, por-
ésta que presento, no hay sino una CUl'S- último círculo, ombligo del mundo, po- que emprende entonces la ruina sistemú-
tión que, mús o menos felizment~·. Iodos lo de toda la poesía negra, el Africa tica del patrimonio europeo, y esta de-
intentan abordar. Una sola idea, de resplandeciente, incendiada, aceitosa co- molición en espíritu simboliza el futuro
Haití a Cayena: expresar el alma negra. mo una piel de serpiente, el Africa de empuñar las armas por el que los negros
La poesía negra es evangélica, anuncia la fuego y de lluvia, tórrida y frondosa, el destruirán sus cadenas. Basta un solo
buena nueva: se ha encontrado ·la ne- Africa fantasma vacilando como una lla- ejemplo para aclarar esta última obser-
gritu~l . ma entre el ser y la nada; más real que vación,
los "eternos bulevares con polizontes", Al mismo tiempo que luchaban por su
Solamente que esta negritud que quie-
pero ausente, desintegrando a Europa
ren rescatar de sus profundidades abis- con sus rayos negros, y sin embargo, in- independencia, en el siglo XIX, la mayor
males, no cae por sí misma bajo la mi- visible, inesperada: Africa, continente parte de las minorías étnicas han inten-
rada del alma: al alma nada le es "da- imaginario. La suerte extraordinaria de tado apasionadamente resucitar sus len-
do". El heraldo del alma negra ha fre- la poesía negra radica en que las penas guas nacionales. Para llamarse irlandés
cuentado las escuelas blancas, según la del indígena colonizado encuentran sím· o húngaro es necesario, sin duda, perte·
ley de bronce que niega al oprimido las bolos evidentes y grandiosos que basta necer a una colectividad que goce de
aimas qLie no haya robado al opresor; con ahondar y meditar sin descanso: el una amplia autonomía económica y po·
por el choque con la cultura blanca su exilio, la esclavitud, la pareja Africa- lítica; pero para ser irlandés, también es
negritud ha pasado de la existencia in- Europa y la gran división maniqueísta necesario pensar como irlandés, lo que
mediata al estado reflexivo. Pero al mis- del mundo en negro y blanco. Este an- significa ante todo pensar en idioma ir·
mo tiempo, en mús o en menos, ha de· cestral exilio de los cuerpos simboliza landés. Los rasgos específicos de una so-
jada de vivirla. Al elegir ver lo que es, el otro exilio: el alma negra es una Afri- ciedad corresponden exactamente a· l.as
se ha desdoblado, y ya no coincide con- ca de la que el negro está desterrado en locuciones in trad ucibles de su lenguaJe.
sigo. .. mismo. Y recíprocamente, porque medio de los fríos edificios de la cultura Ahora bien, lo que pudiera frenar peli-
c~ti'ba·. .ya exiliado de sí mismo se ha y de .latécnicá bfailcas. ·.La·· negritud, grosamente el esfuerzo de los-negros para
impul':sto::~l deber de ,manifestarse'. Co- presente y oculta; ·Jo :obsesiona, lo roza; libera...·se de tmestrif..lutela•. ·."CS· .que los
mienza por el exilio.' Por uTi exilío do: el negro se refügia en ·su·:ala· sedosa y ella anuntÍad"Qres de .1a.".negritud:.:,están.·.obli-.
ble: del exilio de su corazón "el exilio de palpita, desplegada a través 'de él, como gados a redactar Slt' evangelio en francés.
su cuerpo ofrece una magnífica imagen; su más profunda memoria y su exigen- Dispersos por todos los rincones del
la mayor parte del tiempo reside en cia más alta; como sú infancia sepulta- mundo a causa de la "trata", los negros
Europa, en el frío;' en,"medio de grises da, traicionada, y la infancia de su raza no tienen una lengua en común; pan~
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incitar a: los oprimidos a unirse, dd1t.ll dónde esán las palabras que permiten nes entre el verbo y el Ser, utilizamos
recurrir a las palabras del opresor. El designarlos? Cómo se comprende la que- las palabras sin verlas, con una confian-
francés asegura al juglar negro -al me- ja del poeta haitiano: za ciega: son órganos sensoriales, bocas,
nos dentro de los límites de la coicni- manos, ventanas abiertas al mundo. Al
zación francesa-, el más grande audito- Este corazón obsesionado que no co- primer fracaso, esa palabrería se nos es-
rio entre los negros. En esta lengL:;1 de r'responde capa y vemos el sistema entero como un
carne blanquecina, pálida y fría com,) A mi lengu.aje, o Il las cosumbres mecanismo descompuesto, trastornado,
nuestro cielo, y de la que decía Mallar- mías, cuyos enormes brazos se agitan aún para
mé que ·:'es la lengua neutra por ext'c- y sobre el quc mucrdcn, como garfios, señalar en el vacío. De pronto juzRamos
lencia, porque el genio de aquí .:~xi~e la Sentimientos p¡'cstados y costumbres la absurda pretensión de nombrar, y
atenuación de los colores dema.,iado vi· de EUl'Opa, sentid bien este g-mn su- comprendemos que el lenguaje es por
vos y la de sus combinaciones"; en esta frimiento ' esencia prosa y la prosa, por esencia,
lengua, medio muerta para ellos, Damas, y esta desespemrión sin concebible fracaso. El ser se yergue delante de nos·
Diop, Laleau, Rebéarivelo han de vaciar paralelo otros como una torre de silencio, y si
el fuego de sus cielos y de sus corazones: De domesticllr con palllbrns de Frrmcill queremos captarlo ha de ser por el si-
sólo por ella pueden comunicarse. Pa- el corazón qll(' me ha legado ('1 lencio: "evocar conscientemente, median-
recidos a los sabios del siglo XVI que no Seneglll. te una sombra, el objeto oculto por
se entendían sino en latín, los negros palabras alusivas, jam;is directas, reduci-
no se encuentran sino en el terreno lleno Pese a todo no es verdad que el negro das al mismo silencio" (Mallanné, Ma-
de trampas que el blanco les ha prepa- se exprese en una lengua "extranjera", gie, Pléiade, p. 400). Nadie ha dicho
rado: el colono se las ha arreglado para pues se le enseña el francés desde la pri- con mayor exactitud que la poesía es
fungir de eterno mediador entre los co- mera edad y se siente a sus anchas cuan- una tentativa de sortilegio para sugerir
lonizados; está ahí, siempre ahí, aun au- do piensa como técnico, como sabio o el ser en y por la desaparicic'ln vibrato-
sente, hasta en los más secretos conci- como político. Deberíamos hablar, m{ls ria de la palabra: recre<indose en su im-
liábulos. Y como las palabras son ideas, bien, de la distancia ligera y constante potencia verbal, volviendo locas a las
cuando el negro declara en francés que que separa lo que dice de lo que quisie- palabras, el poeta nos hace sospechar,
repudia la cultura francesa, está toman- ra deéir, cuando habla de sí mismo. Le m¡ls alJ¡í de ellas, ese /ol/'ll-bohu que se
do con una mano 10 que rechaza con la parece que un espíritu septeJ1irional le aniquila a sí mismo en enormes densi-
otra; instala en' sí mismo, como una roba sus ideas, que dulcemente las obli- dades silenciosas; puesto que no pode-
trituradora, el' aparato intelectual del ga a significar más o menos de lo que mos callarnos, debemos crear silencio
enemigo. Esto no sería nada, pero al él quisiera, que las palabras blanca.s he- con el lenguaje. De Mallarmé a los su-
mismo tiempo, esa sintaxis y ese voca- ben su pensamiento como la arena bebe rrealistas, me parece, el objetivo pro-
bulario forjados en: otra época, a miles la sangre. Que bruscainente se control~\ fundo de la poesía fran~esa ha . ~ido esta
de leguas, para responder a otras nece- que se concentre y retroceda, he aqui auto-destrucción del lenguaje. El poema
sidades y para designar otros objetos, son que las palabras yacen frente a él, insó- es una cámara obscura en la que las pa·
inadecuados para proporcionarle los me- litas, mitad signos y cosas a mitad. lk labras se estrellan en círculos ,absurdos.
dios de hablar de sí, de sus preocupacio- ninguna manera dirá su negritud COII Colisión en el aire: las palabras se alum-
nes, de sus esperanzas. La lengua y el palabras precisas, eficaces, que siempre bran recíprocamente con sus propios in-
pensamiento francés son analíticos. ¿Y den en el clavo. De ninguna manen di- cendios y caen envueltas en llamas.
qué sucedería si el genio negro fuese rá su negritud en prosa. Pero cada 1l1".'.O En esta perspectiva debemos situar el
sobre todo sintético? El término, bastan· sabe que ese sentimiento de fracaso fren- esfuerzo de los evangelistas negros. A la
te desagradable, de "negritud" (negri- te al lenguaje, considerado como medi.., astucia del colono, responden con una
tude), es una de las pocas aportaciones de expresión directa, esl<Í en el origen astucia inversa y parecida: puesto que el
negras a nuestro diccionario. Si la "ne· de toda expresión poética. opresor está presente hasta en la lengua
gritud" es un concepto definible, o al La reacción de quien habla frente al que hablan, habladll dicha lenglla para
menos susceptible de ser descrito, debe fracaso de la prosa, es, en efecto, lo que destruirla. El poeta europeo de nuestros
integrarse con otros conceptos más ele- Bataille llama el holocausto de las pala- días intenta deshumanizar las palabras
mentales, correspondientes a los datos bras. Mientras podemos creer que una para devolverlas a la nawraleza. El he-
inmediatos de la conciencia negra: ¿pero armonía preestablecida rige las relacio- raldo negro, por su parte, las va a des-

Cnmshi o jamal!. Costa de Oro, Territorio del Norte


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afrancesar, a triturar, va a romper sus los ancianos no es un infierno tenebroso: milación, le impone un pensamiento ex-
asociaciones habituales, a unirlas por la es una tierra de sol y de fuego. Y por tranjero, lo obligan a reconquistar su
violencia: otra parte, la superioridad del blanco unidad existencial de negro, o si se pre·
sobre el negro no traduce solamente la fiere, la pureza original de su "proyec-
a pasitos de lluvia de orugas que el colono pretende tener sobre el in- to" por medio de un ascenso progresivo,
a pasitos de trago de leche dígena, sino que, más profundamente, más allá del universo del discurso. La
a pasitos de rodar de baleros expresa la adoración universal por el negritud, como la libertad, es punto de
a pasitos de te1Temoto día, y nuestros terrores nocturnos, que partida y punto de llegada, y lo que se
los names en la tierra caminan a gran- también son universales. En este sentido quiere es hacerla pasar de lo inmediato
des pasos de brechas de los negros restablecen la jerarquía derri- a lo mediato, de tematizarla. El negro
estrellas. 1 bada. No se consideran poetas de la no- debe morir a la c~ltura blanca para rr-
che, es decir, de la rebeldía vana y de la nacer al alma negra, como muere en su
Solamente las adopta cuando han lim- desesperación:' anuncian una aurora, sa- cuerpo el filósofo platónico para rena-
piado su blancura, haciendo de esta len- ludan cer a la verdad: Este cambio, dialéctico
gua en ruina una superlengua solemne y místicó en sus orígenes, implica neceo
y sagrada, la Poesía. Sólo por la poesía el alba transparente de un nuevo día. sariamente un método. Pero este método
pueden comunicarse sin testigos los ne- no se presenta como un haz de reglas
gros de Tananarive y de Cayena, los Pero de pronto el negro descubre, bajo que sirven paar dirigir el espíritu. El
negros de Puerto Príncipe y de Saint- la pluma, su significado de nefasto pre- método se .conf~nde con quien lo apli-
Louis. Y puesto que el francés carece de sagio: ca; la ley dIaléctIca de las transformacio-
términos y de conceptos para definir la nes sucesivas conducirá al negro a coin-
negritud, puesto que la negritud es si- Negro, negro como la miseria,
cidir consigo mismo en la negritud. Lo
lencio, emplearán para evocarla "pala-
se queja uno de ellos, y otro: importan~e para él 1').0 es tanto conocer,
bras alusivas, jamás directas, reducidas
ni desprenderse de sí mismo en el éxta·
al mismo silencio". Cortos circuitos del Líbrame de la noche de 'mi sangre. sis, sino descubrir y llegar a ser lo que
lenguaje: detrás de la caída inflamada
es, todo al mismo ti~mpo.
de las palabras, percibimos un gran ído- Así, la palabra negro contiene' a la
lo negro), mudo. No solamente me pa- Hay dos vías de acceso convergentes
vez todo el Mal y todo el Bien, oculta para llegar a esta simplicidad original
rece poética en el negro la intención que
una tensión insostenible entre dos clasi- de la existencia: una objetiva, la otra
tiene de pintarse, sino su manera par-
ficaciones contradictorias: la jerarquía subjetiva. Los poetas negros emplean a
ticular de servirse de los .medios de ex- solar y la jerarquía racial. Y logra una
presión de que dispone. Su situación lo veces una, a veces otra, a veces ambas.
extraordinaria poesía, como la de esos Existe, en efecto, una negritud objetiva
impulsa: aun antes de que piense en
cantar, la luz de las palabras blancas se objetos que se destruyen a sí mismos, que se expresa en las costumbres, en el
que han salido de las manos de Du- arte, en los cantos y danzas de los pue·
refleja en él y se polariza y altera. En
ningún caso es tan evidente como en su champ y de los surrealistas. Hay una ne- bIas africanos. El poeta se impondrá,
empleo de la pareja de términos "negro- grura secreta del blanco, una blancura como ejercicio espiritual, dejarse fascinar
blanco", que abarca a la vez la gran secreta del negro, un mariposeo entre ser por los ritmos primitivos y destilar su
división cósmica "noche y día" y el con- y no ser que en ningún lado, tal vez, se pensamiento en las formas tradicionales
manifiesta tan felizmente como en este de la poesía negra. Muchos de los poe-
flicto humano entre el indígena y el co-
lono. Pero se trata de una pareja de tér- poema de Césaire: . mas se llaman tam-tams, porque toman
minos jerarquizada: al enseñársela al de los tambores nocturnos un -ritmo de
M i estatua inmensa he1'ida una piedra
negro el institutor le da, por añadidura, percusión, a veces seco y regular, otras
en la frente mi came inmensa que torrencial y arbitrario. El acto poético
cien hábitos del lenguaje que consagran rehuye la luz con semillas sin pie-
la prioridad del blanco sobre el negro. se convierte en una danza del alma. El
dad mi carne inmensa de noche
El negro aprende a decir "blanco como con semilla de día . .. poeta gira corno un paseíLlo hasta desva-
la nieve" para referirse a la inocencia; a necerse: ha instalauo en sí mismo el
hablar de lo negro de una mirada, de un tiempo de sus antepasados y lo sienté
El poeta irá todavía más lejos; escrihe:
alma, de un crimen. Desde que abre la transcurrir con sus palpitaciones singu·
boca se acusa, a menos que se proponga Nuestros hermosos 1'ostros como el lares; y en e~e rítmico fluir espera en-
invertir la jerarquía. Y si la invierte en verdadero pode1' operatorio de la contrarse, verse poseído por la negrituu
francés, hace poesía: imaginemos el ex- negación. de su pueblo, espera que los ecos del
traño sabor que nos producirían locu- tam-tam vendrán a despertar los instin-
ciones como "lo negro de la inocencia" Detrás de esta elocuencia abstracta que tos inmemoriales que duermen en él. Al
o "las tinieblas de la virtud". Es ese evoca a Lautréamont, percibimos el más ojear la antología se tendrá la impre-
sabor el que probamos cuando, por audaz y elegante esfuerzo por dar un sión de que el tam-tam tiende a conver·
ejemplo, leemos: sentido a la piel negra y por realizar tirse en un género de la poesía negra,
la síntesis poética de las dos caras de como lo han sido de la nuestra la oda
Tus senos de s-eda negra, llenos y la noche. Cuando David Diop dice del o el soneto. Otros, como Rabemanan-
lucientes. " negro que es "negro como la miseria", jara, se inspirarán en las proclamas rea·
la blanca sonTisa lo presenta como pura carencia de luz. les; otros, por fin, recurrirán a la fuente
de los ojos ,Pero Césaire desarrolla y profundiza es- popular de los haintenys. Dentro de ese
en la sombra. del rostro ta imagen: la noche no es ausencia, sino torrente de ritmos, de cantos, de gritos,
despie1'tan en mí esta noche rechazo. Lo negro no es un color, sino el oasis de calma está representado por
los sordos ritmos ... la destrucción de esa claridad prestada la poesía de Birago Diop, con toda su
de que se embriagan allá en el país que viene del sol blanco. El revolucio- majestuosa ingenuidad: sólo ella está
de Guinea nario negro es negación porque se consi- en reposo porque sólo ella surge direc-
nuestras hermanas dera anulación pura: para construir su tamente de las historias de los hechice-
negras y desnudas Verdad, necesita comenzar por destruir ros y de la tradición oral. Casi todas las
y hacen surgir en mí la de los otros. Los rostros negros -mano otras tentativas tienen algo de crispado,
esta noche chas de la noche que colman nuestros de tenso y desesperado, porque se pro·
crepúsculos negros llenos de emoción días-, encarnan el obscuro trabajo de ponen alcanzar, sin derivar de ella, la
sensual la Negatividad, paciente roedora de los poesía folklórica. Pero por alejado que
pues conceptos. Por una inversión que recuer-
el alma del país negm en que duermen esté "del país negro donde duermen los
da curiosamente la del negro humillado, antepasados", el negro está mucho más
los ancianos insultado, cuando se reivindica como
vive y habla cerca que nosotros de la edad en que,
"sucio negro", el aspecto privativo de las como dice Mallarmé, "la palabra crea a
esta noche tinieblas es el que fundamenta su valor.
en la agitada fuerza a lo largo de tus los Dioses". En cambio, para nuestros
La libertad tiene el color de la noche. poetas es casi imposible incorporarse a
flancos vacíos . ..
Destrucciones, auto de fe del lengua- las tradiciones populares: los separan
je, simbolismo mágico, ambivalencia de diez siglos de poesía culta y, además, la
En el curso de este poema, el negro
es un color. Mejor aún: una luz; su bri- conceptos, toda la poesía moderna está inspiración popular se ha silenciado;
llo dulce y difuso disuelve nuestras cos- ahí, en su aspecto negativo. Y no se tra- cuando mucho podríamos, desde fuera,
tumbres; el país negro donde duermen ta de un juego gratuito. La situación del imitar su simplicidad. Los negros de
negro, su "desgarramiento" original, la África, por el contrario, están aún en
1~ésajre, Les ar'mes mirawleuses: tam-tam 11. enajenación que, con el nombre de así- el gran período de la fecundidad míti-
9
UNIVERSIDAD DE MEXICü
lIivel gaseoso del organismo sólido y
líquido, blanco )' negro, día y noche.

Se reconoce el viejo méLOdo surrea-


lista (la escritura aULOmútica, como el
misticismo, es un método: supone un
aprendizaje, ejercicios, un camino). Es
necesario hundirse bajo la costra super-
ficial de la realidad, del sentido común,
de la razún razonante, para penetrar en
el fondo del alma y despertar las poten,
cias inmemoriales del deseo. Del deseo
que convierte al hombre en un reclta70
de todo y en un amor de todo; del dese·),
negación radical de las leyes naturales
y de lo posible, llamada al milagro; dd
deseo, que por su absurda energía (,",s-
mica sumerge al hombre en el hirviente
seno de la naturaleza y lo eleva al mis-
mo tiempo por encima <.le la naturaleJ.:t,
por la afirmación de su Derecho a la
insatisfacción. Por lo dem¡ís, Césairc "10
es el primer negro que recorre este ca-
mino. Antes, Etienne Léro había fun-
dado Légitillle Défellse. "Mús que una
revista, dice Senghor, Légitime Défense
fue un movimiento cultural. Partien-
do del anúlisis marxista de la sociedad
de las 'Islas', descubría en las Antillas
el descendiente de los esclavos negro-ahi-
G~nos, mantenidos durante tres siglos en
la embrutecedora condición de proleta-
rios. Y afirmaba que solamente el su-
rrealismo podría liberarlo de sus tabúe;
y expresarlo en su integridad."
Pero precisamente, si comparamos a
Léro y a Césaire no podemos sino sor-
prendernos por sus diferencias; y la:):om-
paración puede hacernos percibir'erabis-
mo que separa al surrealismo blanco de
su utilización por un negro revoluciona-
rio. Léro fue el precursor, el inventor
del surrealismo como una "arma mila-
grosa" y un instrumento <.le invesigación,
como una suerte de radar que enviamos
a estrellarse en las profundidades abis-
males. Pero sus poemas no son mús que
tareas de escolar, angostas imitaciones:
sus poemas no se "superan", sino por el
contrario, se encierran en sí mismos:

Las an liguas cabelleras


Adornan las ramas del fondo de los
mares vacíos
lJonde tu. cuerpo 1/0 es StllO u 11
recuerdo
Donde la p¡'imavera se afila las 1/llaS
La hélice de tu sO/lrisa. lanzada a lo
lejos
Sobre las cosas que ya /10 deseamos . ..

"La hélice de tu sonrisa", "la prima-


vera se afila la, uñas": reconocemos
aquí el prociosismo y la gratuidad de la
Mendi. Sierra Leona imag;en surrealista, el eterno proceso que
consIste en tender un puente entre dos
ca; y los poetas negros de lengua france- acciones cotidianas y del plan de la "re- términos alejados el uno del otro, es·
sa no se burlan de sus mitos, como nos- presentación", por deb,ajo incluso de los perando, sin demasiada confianza, en
otros de nuestras canciones; se dejan en- primeros escollos de la rebeldía, voltean- que ese "golpe de suerte" nos entregará
volver por ellos para que al ¡in de la do la espalda, los ojos cerrados, para al- un aspecto oculto del ser. Ni en ese poe·
alucinación, magníficamente invocada, canzar al fin con sus pies desnudos, y ma, ni en los otros, Léro reivindica la
surja la negritud. Por ello llamo magia dejarse ahogar en ella, el agua turbia de liberación del negro: cuando mucho,
o encanto a este método de "poesía ob- los sueños y del deseo. Deseo y sueño se reclama la liberación formal de la ima·
jetiva". levantarán impetuosos como un golpe de ginación. En ese juego abstracto ningu-
Césaire, por el contrario, ha decidido marea, harán bailar las palabras como na alianza de palabras evoca, ni desde
entrar en sí mismo retrocediendo. Pues- despojos y las arrojarán mezcladas, des- lejos, al África. Si se oculta el nombre
to que Eurídice se disipará en humo si pedazadas, a la orilla. del autor, desafío a cualquiera, negro o
Orfeo negro se vuelve hacia ella, éste blanco, a no atribuirlos a un colaborador
descenderá .por la calzada real de su alma Si las palabras se superan, es hacia europeo de la Révolution Surréaliste o
dando la espalda al fondó de la gruta; un cielo y una tierra cuyo alto y bajo del Minotaure. Y es que el propósito del
descenderá por debajo de las palabras y no admiten distracción, como se hizo surrealismo es encontrar, más allá ele las
de las significaciones -"para pensar en de la vieja geografía . .. Al contm1'io, razas y de las condiciones, más allá ele
ti, he deposit~do t~,das las pal~bras en una acumulación curiosamente respi- las clases, detrás e1el incendio e1el len-
el Monte de pIedad - por debajO de las rable tiene realidad, jJera a nivel. Al guaje, deslumbrantes tinieblas silencio-
/O UNIVERSiDAD DE MEXICO

será el nombre común de los leiíos del


hoga?'
recogidos en los aluviones de las velWj
cantantes de la noche

en el que los disjecta rnembm del voca-


bulario se organizan para dejarnos adi·
vinar una "Arte poética" negra.
O que leamos:

N lIestros hemwsus rustros CUl/tU t:l


verdadew puder uperatoriu de la
l/(:gaciól/ ...

y leed todavía:

Los mares piujosos de islas crujiendu


bajo los dedos de los rosas lanza-
llamas y mi ClIerpo intacto de flll-
1'I1.inado.

He aquí la apoteosis de los piojos de


la miseria negra saltando entre los cabe-
llos del agua, "islas" al filo de la luz,
crujiendo bajo los dedos de la celeste
despiojadora, la aurora de los dedos oe
rosa; esta aurora de la cultura griega
)' mediterr,inea, arrancada a los sacro-
santos poemas homériCos por un ladrón
negro, y cuyas uñas de princesa esclava
son joguzgadas de pronto por un Tous-
saint Louverture, hasta hacer estallar lus
triunfantes parásitos del mar negro; la
aurora que de pronto se revela y meta-
morfosea, arrojando fuego como el del
arma salvaje de los blancos, el lanza-
llamas, arma de sabios, arma de verdu-
gos, y fulminando con su fuego blanco
el gran Titún negro que se endereza
intacto, eterno, para tomar por asalto
Europa y el cielo. Con Césaire concluye
la gran tradición surrealista, alcanza su
sentido definitivo y se ~estruye: el su-
rrealismo, movimiento poético europeo,
ha sido robado a los europeos por un
negro, que lo dirige contra ellos y I~
asigna una función rigurosamente defi-
nida. He indicado en otro lugar cómo el
proletariado, en conjunto, se cierra a
esta poesía destructora de la Razón. Re-
chazado en Europa por quienes hubieran
podido trasmitirle su sangre, el surrea-
lismo languidece y se apaga. Pero en el
momento mismo en que pierde contacto
con la Revolución, he aquí que en las
sas que no se oponen a nada, ni siquicra minada. De pronto, podríamos hablar Antillas se injerta en otra rama de la
al día, porque día y noche y todos los aquí de escritura autom<Ílica "compro- Revolución universal, he aquí que se
contrarios vienen a fundirse y a cancc- metida" () dirigida, no porque interven- abre en una flor enorme)' sombría. La
larse en ellas. Podría hablarse también ga la reflexión, sino -porque las palabras originalidad de Césaire consiste en haber
de una impasibilidad, de una imperso- )' las im<Ígenes traducen perpetuamen- incorporado su preocupación estrecha y
nalidad del poema surrealista, como hay te la misma obsesión tórrida. En el fon- potente de negro, de oprimido y de
una impasibilidad y una impersonalidad do de sj mismo, el surrealismo blanco militante, al mundo de la más destruc-
del Parnaso. encuentra la paz; en el fondo de sí mis- tora, de la ¡mis libre y mística de las
Un poema de Césairc, por el contra- mo, Césaire encuentra la rígida inflexi- poesías, en el momento e? que Eluard y
rio, estalla y gira sobre sí mismo como bilidad de la reivindicación y el resen- Aragón fracasaban en su mtento por dar
un cohete, con soles que surgen, que ti!niento. Las palabras de Léro se orga- un contenido político a .sus versos. Y
giran y estallan en nuevos soles; es una I1Izan suavemente, sin tensiones, por re- fimilmente, lo que sale de Césaire ~omo
lajación de sus ligas lógicas, alrededor tin grito de dolor, de amor y de ocho, es
perpetua superación. No se trata de re- la negritud-objeto. También en· esto con-
de temas amplios y vagos; las palabras
fugiarse en la calmada unidad de los tinúa la tradición surrealista, que se pro-
de Césaire est;ín oprimidas las unas por
contrarios, sino de afirmar en su opo- pone que el poema objet~vice_ Las p~­
1;.ls otras y cimentadas por su furiosa pa-
sición, como si fuese un sexo, uno <1e sión. Entre las m;ís audaces comparacio- labras de Césaire no descnben la negn-
los contrarios de la pareja "negro-blan- nes, cntre los térmilios m,ís opuesws, co- llld, no la designan, no la copian desde
co". En la densidad de esas palabras, rre un secreto hilo de odio y de espe- fuera, como hace un pintor con su mo-
lanzadas al aire como piedras por un ranza. Comparad, por ejemplo, "la héli- delo: sus palabras la hacen; J¡~ compo-
volcán, se define la negritud contra Eu- n: de tu sonrisa lanzada a lo lejos", que nen bajo nuestros ojos; a partir de ese
ropa )' la colonización. Césaire no des- es un pruducl.o del juego libre de la ·ima- mamen lO, es u na .cosa que se pu~de
truye . toda cultura,·· sino la cultura gin;lcir',n y una invitación ;¡J snel'ío,. con observaF,. afJrehender... ·U··· mé~9do :süb-
blanca; lo que saca a la l Uf. no es el jetivoque' ha .elegido: se" :funde.wn: .el-
deseo· de la -totalidad, sino las aspiracio- )' las lil iJ/lI.~ d~' r(idiu.lIl. 'e'nterrádas en el método objetivb: del. que.. antes. hemos'.
nes revolucionarias del negro oprimido; . abismo de mis inocencias hablado: mientras otros intentan pene-
lo que descubre en el fondo de sí mis- saltarán cO'mo semillas trar dentro del alma negra, él la expul-
mo no es el espíri tu, sino una cierLa ('11 el IJeseb1"l: de los IJfÍja ros sa fuera de sí; pero en ambos ~asos el
[arma de humanidad concreta)' deter- )' la ¡Ji la de estrellas resultado es el mismo. La negntud es
UNIVERSIDAD DE MEXICO Il

ese tam-tam lejano en -las calles noctur- ramenté técnica. Para el blanco, poseer elech-icidad, los que no hall explo-
nas de Dakar, es esos gritos vudús que es transformar. Es cierto, el obrero blan- rado ni los mares ni el cielo . ..
salen de un respiradero haitiano y se co trabaja con instrumentos que no le
deslizan a ras del suelo, es esa máscara pertenecen; pero al menos la técnica es Esta altanera reivindicación de la no-
del Corigo, pero también ese poema de de él: si bien es verdad que los más técnica invierte la situación: lo que pu-.
Césaire, babeante y sangrante, lleno de diera considerarse conw una carenda se
grandes inventos de la industria euro-
flemas, que se retuerce en el polvo como convierte en una fuerza J>ositiva de ]-i-
un gusano partido en dos. Es ese doble pea se deben a un personal que se re-
que'R. La relación técniCé~ con la Nalu-
espasmo de absorción y de excreción, cluta sobre todo entre las clases medias,
que golpea el ritmo del corazón negro_ considera todavía como ur._ verdadero raleza descubre a ésta como pura canti-
¿Y qué es actualmente la negritud, patrimonio el oficio de ensamblador, de dad, como inercia, como exterioridad:
preocupación única de estos poetas? De- carpintero, de tornero, aun cuando la cono algo muerto. Por su altivo rechazo
bo decir, en primer lugar, que un blanco ,ori~nta~ión de la gr~n producción capi- de ser homo-faber, el negro le comunica
no_sabría hablar adecuadamente de ella. talIsta tiende a despojarlos de su "alegría vicia. Como si en la pareja "hombre-na-
puesto que no tiene la necesaria expe- en el trabajo". Por cuanto al obrero ne- turaleza", la pasividad .le uno de los.
riencia interior y puesto que las lenguas gro, !lo es bastante con decir que trabaja términos produjera necesariamente la
europeas carecen de las palabras que po- con lDstrum~ntos que l~ han sido pres- actividad del otro. Pero a decir verdad,
drían describirla. Por tanto, dejaré que tados: también la técOlca se le presta. la negritud no es una pasividad. pues lo
el lector se haga de ella la imagen que Césaire llama a sus hermanos negros: que "horada la carne del cielo y de Ja
mejor le parezca. Pero esta introducción tierra": es una "padencia", y b pacien-
sería incompleta si -d~spués de haber Los que ~o han _i_7lventado ni la pól- cia aparece como una imitación activa
indicado que en la búsqueda del Gri;,l vora m la /JHI-jula. los que mtnm de la pasividad. La acción del negro es,-
negro figuraba, en sp intención original han sabido domllr ni el 11flPm- ni la en primer lugar, acción sobre sí. }] ne-
y en sus métodos, la más auténtica sínte-
sis de aspiraciones revolucionarias y de
preocupación poética-, no demostrara
que esta compleja noción es, medular-
m<;nte, Poesía pura. Por tanto, me limi-
taré a examinar objetivamente esos poe-
mas, como un haz de testimonios. y a
registrar algunos de sus temas principa-
les. "Lo que hace la negritud de un poe-
ma -dice Senghor-, es menos el tem~
que el estilo, el calor emocional que da
vida a las palabras, que transmuta la
palabra en Verbo". No podría advertír-
senos mejor que la negritud no es un
estado, ni un conjunto definido de vicios
y de virtudes, de cualidades morales e
intelectuales, sino una cierta actitud
afectiva frente al mundo. La psicología
ha renunciado, desde principios de siglo,
a sus grandes divisiones escolásticas. Ya
no creemos que los hechos del alma se
dividen en voliciones y acciones, en co-
nocimientos y percepciones, en senti-
mientos y ciega pasividad. Sabemos que
un sentimiento es una manera definida
de vivir nuestra relación con el mundo
circundante, y que implica una cierta
comprensión de este universo. Es una
tensión del alma, una elección de sí mis-
mo y del otro, una manera de superar
los datos en bruto de la experiencia; en
síntesis, un proyecto idéntico al acto vo-
¡unté.lrio. La negritud, para emplear el
lenguaje heideggeriano, es el ser-en-el-
mundo del Negro. .
He aquí lo que nos dice Césaire sobre
el particular:

Mi negritud no es una piedra, su sor-


dera an-emete contra el clamor del
día,
lVIi negritud no es una nube de agua
muerta sobre el ojo mue,-to de la
tie,-ra -
mi negritud no es ni una torre ni una
catedml
ella se hunde en la <ame mja de la
lien-a
se sumerge en la came ardiente áel
cielo
homda el abatimiento opaco de su pa-
ciente espera_
La negritud es representada, en estos
hermosos versos, más como un acto que
como una disposición_ Pero este acto es
una determinación interior: no se trata
de tomar con las manos los bienes de
este mundo y de transformarlos, sino de
existir en medio del mundo. La relación
con el universo sigue siendo la de apro-
piación; pero esta apropiación no es pu- Sobo o Tjal/). Nigeria del Sur
12 UNIVERSIDAD DE MEXICO

gro se yergue e inmoviliza. como un ('n- coiLa sagrado. Creador y alimentado, eres limo y 10 recuerdas
amador de pájaros, y las cosas "iencn porque crea, Laborar, plantar, comer, s pe-ro eres en "ealidad el hijo de esta
a po arse sobre las ramas de este fabo hacer el amor con la naturaleza. El pan- sombm pa?'turienta
árbol. E una verdadera forma ele C:ll'tal" teísmo sexual de esto poeta es lo que que se alimenta con lactógeno lutlar
el mundo, pcro mágica, por el silellci.) sorprenderá sobre todo: por este canuno después, lentamente, tomas la forma
y el reposo: actuando sobre sí mismo, el s.e acercan a las danzas y ritos fálicos de de un fuste
negro pretende ganar la Naturaleza en los Negro-Africanos. sob,'e este muro enano que atraviesan
el mismo acto de ganarse, los sueños de las flores
¡Olla! Cungu tendido en tu lecho de y el perfume del verano en fuga.
Se abandonan, atrapados, a la esencia selvas, "eina sobre el Africa domada Sentir~ ~reel' 'que raíces te empujan a
de cada cosa Que los falos de los montes enarbolen los pIes
ignorantes de las apariencias, pero alto tl1, bandera y con'en y ,·etll.ercen como serpien.tes
atrapados por el movimiento de Porque eres mujer por mi cabeza, por sedientas' .
cad~ cosa mi lengua, porque eres mujer 1wr haria alguna fuente subterránea . ..
despreocupadus de sn importancia mi (Iiclltrf',
(Rabéarivelo)
pero ju,gando el juego del mundo,
vel'daderamente los hijos primogél1itos escribe Senghor. Y: . Y Césaire:
del mundo
pues subiré al vientl'e dulce de las Madre exánime, madre deshojada, eres
sensibles a todos los alientos del mun-
dunas y los ml/slos rutilantes del un flamboyán y no tienes sino vai·
do ... dio . .. nas. Eres calabácea, y no e"es sino
carne de la came del mundo palpi- una multitud de cáscaras . ..
. tanda COIl el movimiento mismo del y Rabéal'ivelo:
rrllmdo. Esta profunda unidad de símbolos
la sangl'e de la tierra) el sudor de la vegetales Y de símbolos sexuales es
Al leer esto, no podemos menos que piedm seguramente la mayor originalidad de
pensar en la famosa distinción de Berg- )1 el esperma del viento la poesía negra, sobre todo en una
son entre inteligencia e intuición. Y pre· época en que, como lo ha demos-
cisamente, Césaire nos llama y Laleau: trado Michel Carouges, la mayor parte
de las imágenes de los poetas blancos
Omniscientes e ingenuos vencedores. El cónico tambor se lamenta bajo el tiende la mineralización de lo humano.
cielo Césaire, por el contrario, vegetaliza, ani·
El blanco lo conoce todo de los útiles. y es el alma misma del 7Ug1'0 maliza el mar, el cielo y las piedras. Má\
Pero el útil muerde la superficie de las exactamente, su poesía es uba perpetua
casas ignorando la duración, la vida. La Sordos espasmos de hombre en reto,
viscosos sollozos de amante unión de mujeres y de hombres meta-
negritud, por el contrario, e una com- morfoseados en ammales, en vegetales,
prensión por simpatía. El secreto del Ultrajando la calma de la nochr.
en piedras, con piedras, plantas y ani·
negro radica en que las fuentes de su males metamorfoseados en hombres. Así,
existencia y las raíces del Ser son idén· Henos aquí lejos de la intuición casta
y asexuada de Bergson. No es suficiente el negro es testimonio del Eros natural,
ticas. lo manifiesta Y lo encama. Si nos pro-
Si quisiéramos dar la interpretación ya la simpatía por la vida, sino que es
necesario el amol' en todas sus formas. pusiésemos encontrar algo semejante en
social de esta metafísica, diríamos que la poesía europea, necesitaríamos reman·
Para el técnico blanco, Dios es ante todo
una poesía de agricultores se opone a tal' hastá Lucrecio, poeta campesino que
una prosa de ingenieros. Es inexacto, en ingeniero. ' Júpiter or.dena. el. caos Y. I~
prescribe leyes. El DIOS cnstlano cono- celebra a Venus, la diosa maelre, en el
efecto, que el negro no disponga de téc- tiempo en que Roma no era sino un
be al mundo en el entendimiento y lo
nica alguna: la relación de un grupo gran mercado agricola. En nuestros días,
humano, el que sea, con el mundo ex· realiza con la voluntad: la relación de
la ereatura con el Creador no es nunca casi nadie fuera de Lawrence ha tenido
terior, es siempre técnica, de una manera el sentimiento cósmico de la sexualidad.
o de otra. Y a la inversa, diría que Cé· carnal, salvo para algunos místicos de
los que la Iglesia sospecha. Por lo demás Y aun en él dicho sentimiento es dema-
saire es injusto: el avión ele Saint·Exu- siado literario.
el erotismo místico no tiene nada en
pél'Y que pliega la ticrra como si fuese Pero pese a que la negritud parezca,
un tapete dcba jo de él, es también un común con la fecundidad: es la espera
pasiva de una penetración estéril. Esta- en el fondo, esé fluir inmóvil, unidad
órgano de revelación. Sólo que el negro de erección fálica y de crecimiento ve·
es ante todo un campesino; la técnica mos forjados de limo: estatuas salidas de
las manos del divino escultor. Si los getal, no podríamos agotarla con ese
agrícola e "paciente espera"; tiene con- único tema poético. Hay otro motivo
fianza en la vida, aguarda. Phntil" es objetos manufacturados que nos rodean
pudieran rendir culto a sus creadores, que corre como una gruesa arteria a
embarazar la tierra; después debemos través de ella:
quedar inmóviles, espiar: "cada átomo sin duda nos adorarían, como nosotros
ele silencio es la posibilidad de un fruto adoramos al Todopoderoso. Para nues- Los que no han inventado ni la pól-
maduro", cada instante trae consigo cien tros poetas negros, por el contrario, el vora ni la brújula ... ellos conocen
veces lo que el agrieultor ha dado; en ser surge de la Nada como una verga hasta en sus más peqtlCrios rincones
tanto que el obrero no encuentra en el que se alza. La creación es un perpetuo el pa,ís del sufrimiento . ..
producw manufacturado sino lo que ha y enorme parto. El mundo es carne e
incorporado en éP El hombre crece al hijo de la carne. Sobre el mar y en el Al absurdo afán utilitario del blanco,
mismo tiempo que el trigo. De minuto cielo, sobre las dunas, sobre las piedras, el negro opone la concentrada autenti-
en minuto se supera y se dora. En ace- en el viento, el Negro encuentra la vo· cidad de su sufrimiehto. Puesto que
cho delanLe de ese vientre frágil que se luptuosidad de la piel humana. Se aca· ha tenido el horrible privilegio de llegar
hincha, no intervienen sino para prote- ricia el vientre de arena, los muslos de hasta el fondo del dolor, la raza negra
gerlo. El trigo maduro es un microcos- cielo: es "carne de la carne del mundo" es u na raza elegida. Y pese a que los
mos porque ha sido necesa rio. en su evo· y "permeable a todos sus alientos", a poemas son, de principio a fin, anticris·
lución, el concurso del sol, de las lluvias todos sus p<)lenes. Es, alternativamente, tianos, desde este punto de vista podría.
y del viento. Una espiga es a la vez la la hembra de la Naturaleza y su macho; mas llamar a la negritud una Pasión: el
cosa más n<1tural del mundo y la más Y cuando hace el amor con una mujer negro consciente de sí se representa ante
improbable. Las Lécnicas han contami- de su raza, el acto sexual le parece la sus propios ojos como el hombre que ha
nado al campesino blanco, pero el ne' celebraéión del Misterio del ser. Esta asumido todo el dolor humano y que
gro sigue siendo el gran macho de' la religiqn espermática es como una ten· sufre por todos, inclusive por el blanco.
tierra, el esperma del-mundo. Su exis- sión del alnla equilibrando do tenden·
tencia es la gran paciencia' vegetal; u cias complementarias: el sentimiento di. El día del juicio la trompeta de Arms-
trabajo, la repetidón;"aiío tra año, del námico de set .un falo que se erige y tl'Ong será el intérprete de los dolo·
el otro,' más sordo, más paciente, más res del hombre.
lEn estf' scnlÍ.llo la illea crílica Ibllfianaj femenino, de ser una planta que crece.
expresa el PUIIIO de visla del~ técnico"IO lJ1Qir., Así, la negritud, en su origen más pro- (Paüt iger)
tildo. El 'lIjeto cllcuen Ira en las cosas lo que fundo. es una ancll'o~i,nia:
ha incorporado en ellas. Pero no it,eorpo13 liada
sinó ell espirilu; son solamentc operaci.OlleS del Pero señalemos de inmediato' que nó
elltendimiento. El sabio y el ingeniero on kan· Hete a/lt se trata, de ninguna manera, de un do·
tianos. erguido y desnudo lor resignado. He hablado de Bergsf)n
~ - . - -~.

UNIVERSIDAD DE MEXICO

y de Luerecip,. _y ahora ~stoy tell~()_~o ~e antes, sigue siendo el más vivo de los y sangrar en tu carne las viejas he-o
citar a un gran adversarIo del CrIstlams- recuerdos: ridas ...
mo: Nietzsc~e y su "dionis~o". Como
el poeta ·dionisiaco, el negro mtenta pe- Mis ahoras; tienen sobre mis ayeres Durante los siglos de la esclavitud, el
netrar los brillantes fantasmas del día ojos grandes que giran de rencor l' de negro ha bebido la copa de la amargura
y encontrar, a mil pies por debajo de la vergüenza . hasta las heces; y la esclavitud es un he-
superficie apo~inea, el sufrimiento sin Va todavía mi sorpresa de otro tiem1)0 cho del pasado que ni nuestros autores
expiación .que es la eseQcia universal (;lel de golpes de cuerda nudosos. de cuer- ni sus padres han conocido directame~­
hombre. Si quisiéramos sistematizar. di- pos calcinados . te. Pero también es una enorme pesadI-
ríamos que el negro se funde en la N a- de la punta del pie a la espalda calcio lla de la que, ni siquiera los más jóvenes,
turaleza entera en tanto que es simpatía nada saben si han despertado completamente. l
sexual por la Vil;la y que se reivindica de carne muerta de tizones de ltie"ro Distanciados, de un extremo a otro de
como HOID,bre' en tanto que es Pasión incandescentes de brazos la tierra, por las lenguas, la política y
de dolor rebelde~ Si se reflexiona en la destrozados por el látigo que se des- la historia de sus colonizadores, los neo
estrecha relación que han establecido los encadena ... gros tienen en común una memoria co-
psiquiatras entre la angustia y el deseo lectiva. No nos sorprenderemos si recor·
sexual, se percibirá la unidad fundamen- escribe Damas, poeta de la Guayana. damos que los campesinos franceses, en
tal de ese doble movimiento. No hay y Brierre, el haitiano:
sino un solo impulso orgulloso, que bien lPor otro lado, ¿cuál es la actual condición
del negro en el Camerún, en la Costa de Mar-
podemos llamar un deseo que hunde sus ... A menudo sientes como yo fatigas fil. sino la esclavitud, en el más riguroso sen-
raíces en el sufrimiento o un sufrimien- Despertar después de siglos homicidas tido del término?
to que se ha clavado, como una espada,
a través de un vasto deseo cósmico. Esta
"paciente espera" que evocaba Césaire
es, en el I!1ismo impulso, crecimiento ve-
getal, erección fálica y paciencia contra
el dolor; reside en los músculos del ne-
gro; sostiene al cargador negro que re-
monta el Niger mil kilómetros, agotado
por el sol, con un peso de veinticinco
kilos en equilibrio sobre la cabeza. Pe-
ro si, en un cierto sentido, se puede
asimilar la fecundidad de la Naturaleza
a una proliferación de dolores, en otro
-y esto también es dionisiaco- la fe-
cundidad, por su exuberancia, supera
al dolor y lo ahoga en su abundancia
creadora que es poesia, amor y danza.
Para comprender esta indisoluble unidad
entre el sufrimiento, el héroe y la ale-
gria, seguramente es necesario haber vis-
to a los negros de Harlem bailar frené·
ticamente al ritmo de esos blues, que son
los aires más dolorosos del mundo. Es el
ritmo, en efecto, que da cimiento a los
múltiples .aspectos del alma negra; quien
comunica su ligereza nietzscheana ·a. ·sus
burdas intuiciones dionisiacas; el ritmo
-taro-tam, jazz, cadencia de los poe-
mas-, representa la temporalidad del al-
ma negra. Cuando un poeta negro pro-
fetiza a sus hermanos un porvenir me-
jor, les anuncia su libertad bajo la forma
del ritmo:

Que
un ritmo
una onda en la noche a través de las
selvas, nada -o una alma nueva
un timbre
una entonación
un vigor
un dilatamiento
una vibración que desflora paulatina-
mente la médula, remueve en su
marcha un viejo cuerpo dormido,
lo toma por la cintura
'y - la taladra
y gira
y vibra todavía en las manos, en los
riñones, el sexo, los muslos y la
vagina ...
Pero al.ln debemos ir más lejos: esta
experiencia fundamental del sufrimiento
es ambigua, por ella la conciencia ne-
gra va a devenir histórica. En efecto,
cualquiera que sea la iniquidad ele su
condición presente, el negro no se re·
fiere a ella cuando proclama que ha to-
cado el fondo del dolor humano. Cuenta
con el terrible beneficio de haber cono-
cido la servidumbre. En dichos poetas
-la mayor parte nacidos entre 1900 y
1918- la esclavitud, abolida medio siglo Balaba. Congo Belga
14 UNIVERSlDAD DE MEXIC{

1789, eran presa de terrores atávicos cu- les, como una pura manifestación de la pronto es una inocencia perdida que n<
yo origen se remonta a la guerra de Cien fecundidad universal y eterna. Y sin em- ha tenido existencia sino en un pasad<
Años. Así, cuando el negro se enfrenta bargo, he aquí que interpela a sus her- remoto como una esperanza que no s<
a su experiencia fundamental, ésta co- manos de color en una lengua distinta: realizará sino en el seno de la Ciudad
bra de pronto dos dimensiones: es a la futura. Tan pronto se concentra en un
vez la revelación intuitiva de la condi- Negro vendedor de rebeldía instante de fusión panteísta con la a·
ción humana y la memoria, todavía fres- conoces los caminos del mundo turaleza, como se extiende .hasta coind
ca, de un pasado histórico. Pienso en desde que fuiste vendido en Guinea. .. dir con la historia entera de la Huma·
Pascal quien repetía infatigablemente nidad; tan pronto es una actitud exis-
que el hombre es una combinación irra- y tencial, como el conjunto objetivo de
cional de metafísica y de historia, inex- Cinco siglos os han visto las armas en las tradiciones negro-africanas. ¿Se le
plicable en su grandeza si ha salido del la mano descubre? ¿Se le crea? Después de todo,
limo, y en su miseria, si sigue siendo y habéis ensefíado a las razas explota- hay negros que "colaboran"; después de
como Dios lo hizo, y que para com- doras todo, Senghor, en los datos que antepo-
prenderlo es menester recurrir al he~ho la pasión de la libertad. ne a las obras de cada poeta, parece
irreductible de la caída. En este sentIdo, distinguir diversos grados de negritud.
justamente, Césaire llama a su raza la Hay en todo esto una Gesta de los Aquel que se ostenta como el anuncia-
"raza caída". Y en este mismo sentido negros: primero, la edad de oro de dor de sus hermanos de color ¿los in-
concibo la aproximación que pueda ha- África: después, la era de la dispersión vita a hacerse más negros, o bien, por
cerse entre una conciencia negra y una y del cautiverio; más tarde, el despertar una forma de psicoanálisis poético, les
conciencia cristiana: la ley de bronce de de la conciencia, los tiempos heroicos y revela lo que son? ¿La negritud es ne-
la esclavitud recuerda la del Antiguo sombríos de las grandes rebeliones, de cesidad o libertad? ¿Es necesario, para
Testamento, que narra las consecuen- Toussaint Louverture y de los héroes el auténtico negro, que sus actos se des-
cias de la Falta. Pero la abolición de la negros; la abolición de la esclavitud prendan de un principio? ¿ü bien, se
esclavitud evoca este otro hecho históri- -"inolvidable metamorfosis", la llama es negro como el fiel de una religión
co: la Redención. El paternalismo dul- es creyente, es decir, en el miedo y en
Césaire~; y por último, la lucha por la
zón del blanco después de 1848, y el de liberación definitiva. el temor, en la angustia y en el per-
Dios después de la Pasión, se parecen. petuo remordimiento de no ser jamás
Solamente que la falta sin expiación que Esperáis el próximo llamado lo que se quiere ser? ¿Es un dato de
el negro descubre en el fondo de su la inevitable movilización hecho o un valor? ¿Es objeto de una
memoria, no es su propia falta, sino la
del blanco. El primer hecho de la his-
ya que vuestra guerra no ha conocido intuición empírica o de un concepto
sino treguas moral? ¿Una conquista de la reflexión?
toria negra es un pecado original, pero ya que no existe tierra donde no haya
del que el negro es la inocente víctima. ¿Y si la reflexión la envenena? ¿Y si
corrido tu sangre nunca es auténtica sino en la irrefle-
Por ello su concepción del sufrimiento ni lengua en la que no haya sido
se opone al dolorismo blanco. Si los poe- xión y en lo inmediato? ¿Es una expli.
insultado tu ~-olor -.cación sistemática del alma negra o un
tas son, en su mayor parte, violentamen- Usted sonríe, Black Boy
te anticristianos, es porque la religión aproximarnos indefinidamente sin al·
canta canzarlo jamás? ¿Para los negros es la
de los blancos aparece a los ojos del ne- baila,
gro, más claramente que a los del pro- cosa del mundo mejor distribuida, co-
arrulla a las generaciones mo para nosotros nuestro sentido común
letariado europeo, como una mistifica- que suben todas las horas
ción, puesto que pretende hacerlo res- de ingenieros? ¿ü desciende sobre al-
a las fuentes del trabajo y de la pena gunos como la Gracia y selecciona a sus
ponsable de un crimen del cual es la y que subirán mañana al asalto de las
víctima. Quiere persuadirlo de que los elegidos? Se responderá sin duda que
bastillas es todas esas cosas, y otras muchas. Y
raptos, las violaciones y las torturas que hacia los bastiones del porvenir.
han ensangrentado al África son un casti- para escribir en todas las lenguas estoy de acuerdo: como cualquier no-
go legítimo, pruebas merecidas. ¿Diréis en las páginas claras de todos los cielos ción antropológica, la negritud es una
que, en compensación, proclama la igual- la declaración de todos tus derechos combinación tornasolada de ser y de
dad de todos los hombres frente a Dios? desconocidos deber-ser. Ella los hace y ustedes la ha-
Delante de Dios, sí. Leía recientemente desde hace más de cinco siglos . .. cen: juramento y pasión todo a la ve~.
en Esprit las siguientes líneas de su co- Y lo más importante, ya lo hemo~ dI-
rresponsal en Madagascar: Extraño y decisivo viraje: la raza se cho: el negro se construye un racI~mo
"Estoy convencido como usted de que ha transformado en historicidad, el pre- antirracista. No se propone la domma-
el alma de un malgacho vale tanto como sente negro explota y se temporaliza, la ción del mundo, sino la abolición de
la de un blanco ... Exactamente como el negritud se injerta con su pasado y su los privilegios étnicos; sin importarle
alma de un niño vale frente a Dios lo futuro en la Historia Universal; y no es el origen, afirma su solidaridad con l:Js
c!nismo que la de su padre. Y sin embar- ni un estado ni una actitud existencial, oprimidos de todos los colores. De pron-
go, señor director, no permitiría usted sino un devenir. La aportación negra él to, la noción subjetiva, existencial, .ér-
que sus niños condujeran su autómovil, la evolución de la humanidad no es ni nica, de negritud "pasa", como dice
si es que tiene usted alguno." un sabor, ni un gusto, ni un ritmo, Hegel, a aquella otra -objetiva, posi-
N o es posible conciliar más elegante- ni una autenticidad, ni un bouquet de tiva, exacta- de proletariado. "Para
mente cristianismo y colonialismo. Pro- instintos primitivos: es una empresa con Césaire -nos dice Senghor-, el blanco
fundizando en su memoria de antiguo término, una paciente construcción, un simboliza el capital, como el negro el
esclavo, el negro sostiene contra tales futuro. El negro reivindicaba su lugar trabajo ... A través de los hombres de
sofismas que el dolor es la parte de los bajo el sol en nombre de cualidades ét- piel negra de su raza, canta la lucha
hombres, y que no por ello es menos in- nicas; ahora, funda su derecho a la vida del proletariado mundial." Es fácil ~e
merecido. Rechaza con horror el maras- en su propia misión. Y esta misión, co- decir, pero no tanto de pensar; y sm
mo cristiano, la voluptuosidad morosa, mo la del proletariado, le viene de su 'embargo, no por casualidad 10Si can·
la humildad masoquista de todas las ten- situación histórica: puesto que ha so- tan tes de la Negritud son marxistas
· denciosas llamadas a la resignación. Vive portado más que los otros la explotación militantes. Pero ello no impide que la
el hecho absurdo del sufrimiento en toda capitalista, ha adquirido, también más noción de raza se distinga de la de cla-
·su pureza, en su injusticia y en su gra- que los otros, el sentido de la rebeldía se: aquélla es concreta y particular, és-
tuitidad, y descubre la siguiente ver- y el amor a la libertad. Y como es el ta universal y abstracta; una surge. de
·dad, menospreciada o disimulada por el más cprimido, al trabajar por su propio lo que Jaspers llamar.ía compre.henslón,
·cristianismo: que el cristianismo contie- rescate necesariamente persigue la libe- la otra de la inteleCCIón; la pnmera es
ne su propia negación; que por esencia ración de todos: producto de un sincretism?, psicobio.ló-
rechaza el sufrimiento, que es la cara gico, la otra una construcClOn metódICa
·oculta de la negatividad y que se abre Negro mensajero de esperanza a partir de la experiencia. De hecho, la
.sobre la rebeldía y la libertad. De pron- tú conoces todos los cantos del mundo negritud se manifiesta como "momen-
to, el negro se hace historia en la medida desde los cantos inmemoriales de los to" de una progresión dialéctica: .la te-
·en que la intuición del sufrimiento le canteros del Nilo. sis es la afirmación teórica y práctIca de
·confiere un pasado colectivo y le asigna la supremacía del blanco; el momento
una meta en el futuro. Hace un instante ¿Pero podemos creer, a pesar de todo, de la negatividad es la posición d~ la
el negro se nos presentaba como un puro en la homogeneidad interna de la ne- negritud como valor antitético. Pero el
.surgir presente de instintos inmemoria- grittid? ¿Y cómo decir lo que es? Tan momento negativo no basta por sí mis-
UNIVERSIDAD DE MEXICO 15

mo, y los negros que lo empleaI! lo sa- vive. como u~a mUjer que nace para
ben perfectamente: saben que tiende a mor~r y que SIente su propia muerte en
preparar la síntesis ? reali~ación de lo los mstantes más ricos de su vida' re-
humano en una sOCIedad sm razas. La poso inestable, ~xplosiva fijación, orgullo
negritud es para destruirse, es tránsito que ~e ~enunCIa,. absoluto que se sabe
y no punto-de lI~gada,.medio y no fin t~ansltono: A;l mIsmo tiempo que anun-
último. En el mIsmo mstante en que c~a su n~CImIento y su agonía, es la ac-
los' Orfeos negros abrazan estrechamen- t~tud eXIstencial elegida por homhres
te a esta Eurídice, sienten que se des- lIbres y absolutamente vivida hasta las
morona entre sus brazos. Un poema·de. heces. Tentación sobre un pasado nos-
Jacques Roumain, comu~ista negr~, tálgico que escapa al negro y un futuro
nos presenta el más emociOnado testi- en el que cederá su sitio a nuevos valo-
monio de esta ambigüedad: res; la Negritud se adorna con una trá-
gica belleza que no encuentra expresión
África he conservado tu memoria sino en la poesía. Puesto que es la uni-
África 'dad viviente y dialéctica de tantos con-
estás en mí trarios; puesto que es un complejo que
Como la espina en la herida no admite el análisis, sólo puede expre-
como un fetiche tutelar en el centro sarse en la múltiple unidad del canto y
del poblado . en la fulgurante belleza del Poema, a la
haz de mí la piedra, de tu honda . que Breton ll~ma "explosión fija". Pues-
de mi boca los labws de tu plegarla to que todo mtento por conceptualizar
de mis rodillas, las columnas rotas sus diferentes aspectos desembocaría en
de tu humillación la demostración de su relatividad, mien-
y sin embargo tras es vivida en el absoluto por concien-
no quiero ser sino de vuestra raza cias regias, solamente el poema, que es
obreros campesinos de todos los países. un absoluto, permite fijar adecuadamen-
te la exigencia incondicional de esa ac-
¡Con qué tristeza conserva todavía titud. Puesto que es una subjetividad
por un momento lo que ha decidido que se inscribe en lo objetivo, la negri-
abandonarl ¡Con qué orgullo de hom- tud. debe tomar c~e~p.o en un poema, es
bre se despoja, por los otros hombres, deCir, en una subJetIvIdad-objeto. Puesto
de su orgullo de negrol Quien es capaz que es un Arquetipo y un Valor, encon-
de decir a la vez que África está en él trará su símbolo más transparente en va-
':como la espina. en la herida", y que lores estéticos. Puesto que es un llamado
no quiere ser smo de la raza de los y un don, no puede hacerse entender y
oprimidos, no ha dejado el imperio de no puede ofrecerse sino por medio de la
la conciencia desgraciada. Un paso más obra de arte, que es llamado a la liber-
y la negritud desaparecerá compl.eta- tad del espectador y generosidad absolu-
mente: lo que era el ancestral y mIste- ta. La negritud es el contenido del poe-
rioso palpitar de la sangre negra, será ma, es el poema como cosa del mundo,
convertido por el negro mismo en ac- mis~eriosa y abierta, i~descifrable y su-
cidente geográfico, en producto incon- gestIva: es el poeta mIsmo. Y llegamos
sistente del determinismo universal: más lejos: la negritud, triunfo del Nar-
cisismo y suicidio de Narciso, tensión del
tEs todo ello clima amplitud espacio alma más allá de la cultura, de las pa-
que crea el clan la tribu la nación labras y de los hechos psíquicos, noche
la piel la raza de los dioses Yoruba. Nigeria del Sur
luminosa del no-saber, elección delibera-
nuestra desigualdad inexorable? da del imposible y del "suplicio", como
Es posiblemente, esta desnudez úl-
lo llama Bataille, aceptación intuitiva
Pero el poeta no tiene el suficiente tima' del hombre que se despoja de los del mundo y rechazo dt.l mundo en nom-
valor como para enfrentarse a esta ra- oropeles blancos que oc~ltaban.su co- bre de la "ley del corazón", doble pos-
cionalización del concepto racial, sino raza negra y que, .en segUIda, desmtegra tulado contradictorio, retracción reivin-
que se concreta a interrogar; por deba- y rechaza esta mIs~a c~raza; ~sta Iles- dicatoria, expansión de generosidad, es,
jo de su voluntad de unión florece una nudez sin color SImbolIza meJor que
en esencia, Poesía. Cuando menos por
pena amarga. Extraño camino: humi- nada la negritud, ya que. ésta no es ~n
estado, sino pura separacIón de sí mIS- una vez surgen de la misma fuente el
llados, ofendidos, los negros bucean en proyecto revolucionario más auténtico
lo más profundo de sí mismos para en- ma, amor. En el momento en que se y la más pura poesía.
contrar su orgullo más secreto, y cuan- renuncia, se encuentra; en el momento
do lo encuentran, se niegan a sí mis- en que acepta perder, gana: sólo al ¿Y qué pasará si un día se consuma el
mos; lo abandonan por una suprema hombre de color, a él, se le puede pe- sacrificio? ¿Qué pasará si el negro, des-
generosidad, como Filoctetes abandona dir que renuncie al orgullo de su color. pojándose de su negritud en nombre de
su arco y sus flechas en manos de N ep- El negro camina sobre un cráter ('HITe la revolución, se considera exclusivamen-
tólemo. De la misma manera, el rebelde el viejo particularismo que ha cruzado te como proletario? ¿Si se propone, para
de Césaire descubre en el fondo de su y el universalismo futuro que será el luchar contra el capitalismo blanco, asi-
corazón el secreto de su rebeldía: que crepúsculo de su negritud; y para en- milar las técnicas blancas? ¿Enmudecerá
es de una raza real. contrar la aurora de lo universal, vive la fuente de la poesía, o bien, a pesar
el particularismo hasta sus últimas COll- de todo~ el gigantesco río negro dará
... Es verdad que hay algo en ti que secuencias. Puesto que persigue d ad-
jamás ha podido someterse, una color al mar en el que desemboque?
cólera, un deseo, uan tristeza, una venimiento de una sociedad sin clases, No importa: a cada época su poesía. En
impaciencia, un desprecio en fin, también el trabajador blanco adquiere cada época, al crear situaciones que no
una violencia . .. y he aquí que tus conciencia de su cIase para después ne- pueden expresarse o superarse sino por
venas llevan oro no fango, orgullo garla; pero una vez más, la definición la poesía, las circunstancias de la histo-
no servidumbre. Rey tú has sido de cIase es solamente objetiva, el resu- ria eligen una nación, una raza, una cIa-
Rey en otro tiempo. men de las condiciones de su enajena- se que tomará la llama; a veces el élan
ción. En tanto que el negro encuentra poético coincide con el élan revolucio-
Pero rechaza rápidamente esta ten- la raza en el fondo de su corazón, y es nario, otras no. Saludemos desde hoy la
su propio corazón que debe arrancarse. coyuntura histórica que permitirá a los
tación:
La negritud es dialéctica: ni exclusiva negros
Una ley que cubro con una cadena ni principalmente es el florecimiento
sin fisura hasta el confluente de de instintos atávicos, sino la superación Clamar con tal potencia el infinito
fuego que me volatiliza que me pu- de una situación definida por parte de grito negro que los fundamentos del
rifica y me incendia de mi prisma conciencias libres. La negritud, mito mundo se conmoverán}
de oro amalgamado... Pereceré. doloroso y pleno de esperanza, nacida
Pero uno. Intacto. del Mal y preñada de un Bien futuro, ICésaire: Les armes miraculeuses.

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