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Introducción
El mercado de valores es uno de los mejores organizados que existe en una
sociedad donde la asignación de los recursos se rige por el sistema de precios.
Existe un consenso generalizado que los mercados financieros de los países más
desarrollados son muy competitivos y eficientes, con precios que rápidamente
reflejan la información disponible en ese momento.
En ellos se forman los precios de los activos financieros, los cuales son muy
sensibles a los diversos acontecimientos económicos o políticos que a diario se
producen en una sociedad moderna, donde algunas veces los hechos son de
carácter real y en otras oportunidades simplemente son imaginarios.
Las modificaciones en los precios para algunos operadores significan
incrementos de riqueza mientras que para otros ocurre exactamente lo contrario.
Justamente la posibilidad de cambiar el nivel de riqueza es el atractivo
fundamental que induce a las personas a buscar la “fórmula” que les permita
descifrar el rompecabezas que existe en torno a los pronósticos sobre el
comportamiento futuro de los precios de las acciones.
Por otro lado, dentro de los economistas uno de los desafíos que se mantuvo en el
tiempo fue la búsqueda de encontrar un modelo capaz de predecir los cambios en
los precios de los activos riesgosos. Los dos últimos aspectos mencionados son
una clara muestra de lo fascinante que resulta descubrir la forma de “resolver”
este paradigma financiero en virtud de la recompensa que se podría obtener.
RIESGO
Es la probabilidad de que ocurran acontecimientos, favorables o desfavorables,
asociados con los rendimientos, flujos de efectivo o el valor de un activo o de un
proyecto de inversión. En términos generales el riesgo es la probabilidad de que
cualquier cosa pueda ocurrir ante cualquier movimiento que se haga o decisión
que se tome.
A pesar de que los conceptos de riesgo e incertidumbre son tan viejos como la
humanidad misma, no es sino hasta el siglo XVI cuando Girolamo Cardano se
refiere al riesgo mediante la probabilidad como medida de frecuencia relativa de
eventos aleatorios que puedan ocurrir. A partir de allí, en los siglos XVII y
XVIII, con los avances de estudios sobre el algebra y el cálculo diferencia e
integral, se propician estudios y aplicaciones de la teoría del riesgo y de las
probabilidades de ocurrencia y se intensifica su aplicación en temas relacionados
con seguros, medicinas, inversiones y física.
Tipos de Riesgo
Existe una gran diversidad o tipos de riesgo, pero desde el punto de vista del
riesgo en la inversión, se utiliza la clásica división en operativo, financiero y
puro.
Riesgo Operativo: Es aquel relacionado con múltiples factores, tanto de carácter
interno como externo que pueden afectar a un negocio, como puedes ser la
cambiante estructura de los mercados productivos, la estrategia de la empresa, la
economía en general, condiciones económicas propias de la inversión, la
competencia, los desarrollos tecnológicos, las preferencias de los consumidores,
las variaciones de precios de los productos, entre otras.
Riesgo Financiero: también conocido como riesgo de crédito o de insolvencia.
Ha referencia a las incertidumbres financieras derivadas de la volatilidad de los
mercados financieros y de crédito. Es la incertidumbre asociada al rendimiento
de la inversión debida a la posibilidad de que la empresa no pueda hacer frente a
sus obligaciones financieras.
Riesgo Cambiario: riesgo de pérdida debido a movimientos de los tipos de
cambio. Se deriva del desconocimiento del precio de una divisa para realizar una
transacción.
Riego país: es el riesgo asociado a una inversión derivado únicamente de factores
concretos y específicos de un país determinado. En este sentido, se puede
entender que el riesgo país es el riesgo medio asociado a las inversiones
realizadas en un país concreto.
El riesgo No Sistemático: es aquella parte del riesgo total que no se relaciona en
sus movimientos con el portafolio del mercado y, por tanto, puede ser eliminado
por medio de la diversificación.
El riesgo Sistemático: que afecta, de alguna manera, a todos los activos del
mercado. El riesgo Sistemático sería, entonces, aquella parte del riesgo total de
una inversión que se mueve en relación directa con el portafolio del Mercado y,
por consiguiente, no puede ser eliminado por medio de la diversificación.
UTILIDAD
La teoría de la utilidad modela la toma de decisiones ante alternativas inciertas en
la inversión, presentándose de forma limitada pero sin sustraer los elementos
claves para la comprensión de la selección de carteras.
La teoría de la utilidad, es la derivación esperada y la herramienta para la
elección ante alternativas aleatorias a través de la utilidad esperada y del análisis
matemático.
FUNDAMENTOS DE ANÁLISIS DE CARTERAS
La cartera de inversiones o portafolio de inversiones, es el conjunto de activos
financieros en los cuales se invierte.
Una cartera de inversiones, en general, está compuesta por una combinación de
algunos instrumentos de renta fija y renta variable, de modo de equilibrar el
riesgo. Una buena distribución de la cartera de inversión reparte el riesgo en
diferentes instrumentos financieros como son: acciones, depósitos a plazo,
efectivo, monedas internacionales, bonos, bienes raíces, fondos mutuos entre
otros. A esto se le conoce como diversificar la cartera de inversiones.
Los instrumentos de renta fija aseguran un retorno "fijo" al momento de invertir,
pero normalmente con una rentabilidad menor a la de uno de renta variable, que
no asegura un retorno inicial pero puede ofrecer retornos más altos. La renta fija
históricamente ha tenido menores ratios de rentabilidad que otro tipo de activos
considerados de mayor riesgo (acciones, materias primas, etc.), de todas formas
la renta fija también está sujeta a variaciones de rentabilidad dependiendo de
situación macroeconómica, de países, de quiebra o impago, de plazos a corto,
medio o largo plazo, estatal o de empresas.
PREFERENCIA DEL INVERSIONISTA
En un principio básico de las inversiones es la conformación de portafolios con
fines de diversificación. En un momento dado, los inversionistas mantienen de
forma simultánea un conjunto de activos que conforman su portafolio de
inversión. En un principio básico en las finanzas es que un inversionista no
debería colocar todos sus recursos en un solo activo o en un número
relativamente pequeño de activos, sino en un número grande de instrumentos de
inversión. De este modo los posibles malos resultados en ciertos activos se verían
compensados por los buenos resultados de otras. La diversificación le permite al
inversionista disminuir el riesgo de su portafolio sin sacrificar rendimientos o,
alternativamente, aumentar el rendimiento de su portafolio sin
DIVERSIFICACIÓN DE MARKOWITZ
(Premio Nóbel de Economía 1990) demostró que la mejor forma de gerenciar el
riesgo es mediante la constitución de portafolios o carteras de inversiones, lo cual
no es más que la confirmación del viejo refrán de que no es conveniente poner
todos los huevos en la misma canasta. Un portafolio o cartera de inversiones es
una combinación de estas, bajo la premisa de que el grado de riesgo de una
inversión individual en forma aislada es diferente cuando está en combinación
con otras inversiones.
Harry Markowitz desarrolla en 1952 la teoría del portafolio, donde plantea que
mientras más diversificado sea el portafolio de inversión, menor será el riesgo no
sistemático. Desde entonces, el estudio del riesgo se convierte en algo
imprescindible cuando se hable de cualquier proceso de inversiones, dado que
desde 1970 la proliferación de instrumentos financieros ha sido notable y la
evolución de estos instrumentos requiere aplicación de técnicas más sofisticadas,
donde el riesgo de cambio de precios toma un particular interés.
DIVERSIFICACIÓN INGENUA
La diversificación ingenua se basa en el principio de que un mayor número de
activos tiende a disminuir el riesgo del portafolio; pero en la selección de estos
activos no se realiza mayor análisis de su comportamiento individual y conjunto,
simplemente se seleccionan de manera informal.
RENDIMIENTOS ESPERADOS DE UNA CARTERA
El rendimiento esperado de una cartera es el resultado que esperamos de distintos
escenarios, la inversión puede resultar atractiva o desastrosa dependiendo del
cual se produzca finalmente, podemos asignar ponderaciones a cada escenario en
función de la credibilidad e historial de cada inversión.
La medida que permite cualificar el grado de riesgo de una determinada inversión
es denominada volatilidad.
El rendimiento esperado de una inversión es una medida que permita comparar
dos o más inversiones.
PONDERACIÓN DENTRO DE LA CARTERA
En cuanto a la ponderación de cartera, lógicamente no es lo mismo tener una
cartera de 10 empresas en la que cada una represente un 10% de la inversión, que
tener una empresa que represente el 50% ella sola y el otro 50% se reparta entre
las restantes 9 empresas. Cuanto más equilibrados estén los porcentajes
invertidos en cada empresa menor es el riesgo del conjunto de la cartera. Debe
procurarse la mayor variedad posible de cartera teniendo siempre en cuenta que
no hay que comprar por comprar, sino sabiendo lo que se compra.
- El concepto de "tendencia".
Mientras los seguidores del análisis fundamental hablan del valor intrínseco para
paca valor, los analista técnico supone que la cotización viene determinada
únicamente por interacción de la oferta y la demanda, y que éstas están regidas
por un cúmulo de factores que pueden ser racionales o irracionales. Es decir,
debe estudiarse únicamente la evolución de las cotizaciones y volúmenes de
contratación y determinar con este estudio los momentos de compra y venta.
- Una base "práctica".
La base que justifica el análisis técnico o gráfico aparece poco clara. De hecho,
no es infrecuente que los proponentes de este tipo de análisis manifiesten
abiertamente que ignoran por qué funciona. La razón que se tiende a dar para
justificar su empleo es simplemente que produce buenos resultados mientras que
se tiene al análisis fundamental como inútil. Dicen, que se observa al estudiar la
evolución de las cotizaciones que la historia tiende a repetirse con frecuencia, y
se intenta aprovechar este hecho en beneficio propio sin pretender dar una
explicación del mismo.
- El Mercado se rige por factores "emocionales".
El analista fundamental tiende a suponer un mercado racional, contrariamente, el
analista gráfico cree en un mercado dominado básicamente por razones
psicológicas o emocionales.
Este último punto de vista fue defendido por Keynes.
Para los proponentes de estas ideas el valor de un título reside, básicamente, en la
posibilidad de que pueda ser vendido a alguien en un corto plazo de tiempo a un
precio superior al de su compra. Cualquier precio, por disparatado que parezca,
puede justificarse siempre que haya otros inversores dispuestos a pagar
posteriormente un precio todavía más elevado.
- El "análisis".
El analista gráfico estudia la actividad del mercado sin preocuparse de la
naturaleza de los títulos que son objeto de negociación.
Aunque los movimientos de las cotizaciones en el mercado se han estudiado
desde antiguo, el primer sistema que se popularizó para analizar y predecir las
cotizaciones desde una perspectiva técnica fue la Teoría de Dow, a principios del
siglo pasado.
De acuerdo con esta teoría, Teoría de Dow, existen tres movimientos en el
mercado de valores que se producen simultáneamente:
Movimiento primario: son las tendencias al alza o a la baja a largo plazo, pueden
durar uno o varios años.
Movimiento secundario: son desviaciones de la tendencia primaria, de una
duración entre tres semanas y tres meses.
Fluctuaciones diarias.
La Teoría Dow ha caído en desuso, pero fue la precursora de otras técnicas
desarrolladas con posterioridad.
La Teoría del Paseo Aleatorio (Random Walk) se ha venido empleando en
estadística desde principios de siglo, pero para designar el comportamiento de las
cotizaciones bursátiles no se usa hasta entrado los años 70. Esta teoría afirma que
la secuencia de los cambios en la cotización de un título se comporta como una
variable aleatoria independiente e idénticamente distribuida. Esta definición la
descomponemos en:
Los cambios en la cotización constituyen una variable aleatoria distribuida
idénticamente a lo largo del tiempo.-
Es difícil de comprobar empíricamente, pues para ello se requiere un nemero de
datos muy elevado.
Los cambios sucesivos en la cotización son estadísticamente independientes unos
de otros.
La verificación empírica es más fácil y sus implicaciones prácticas más
interesantes. En efecto, si los cambios en la cotización son independientes unos
de otros, tendría que concluirse que los datos de las cotizaciones pasadas no
ofrecen de un título no ofrecen ninguna información útil de cara a predecir la
evolución futura del mismo.
El análisis técnico se basa en los gráficos o charts, un chart es un gráfico que
puede recoger los movimientos de todo cuanto cotiza y no sólo de acciones. Es
decir, la base de un chart es la cotización, ésta es un dato básico y sin ella no hay
chart, que será más sofisticado si en él incluimos el volumen de contratación. En
efecto, es importantísimo saber si un movimiento se ha hecho con volumen o sin
él.
El volumen de negociación hace referencia al número de transacciones que
tienen lugar a lo largo de un determinado periodo. Si en los inicios del chartismo
no tuvo importancia, hoy día es fundamental, de ahí que en los gráficos se
incluya el mismo en la parte inferior, sobre el mismo ajista de abscisas. Este
parámetro nos proporciona información sobre la consistencia de una determinada
tendencia y de la actitud del mercado en relación con ese movimiento. Así, si se
observan unos precios al alza con un elevado número de transacciones, significa
que los demandantes superan a los oferentes y, están dispuestos a pagar
cantidades cada vez superiores, de forma que podríamos considerar que la
tendencia es fiable y podría continuar en el futuro. Si el precio es descendente y
el volumen elevado, la tendencia bajista tenderá a mantenerse. Si el precio sube y
el volumen es bajo, no hay confianza en el alza. Por último, una bajada de
precios con poco volumen significará que el mercado espera una nueva subida.
El análisis técnico y el análisis fundamental
El análisis técnico consiste en la búsqueda de caminos recurrentes y predecibles
de los precios de los activos financieros. Se reconoce la importancia de la
información sobre la perspectiva futura de la empresa, pero se estima que la
misma no es necesaria para establecer una estrategia exitosa. El ajuste del precio
a las nuevas condiciones del mercado es lento, por ende es posible “leer” una
tendencia que pueda ser explotada a favor del analista más habilidoso para
identificarla. Los analistas técnicos con frecuencia estudian gráficos o diagramas
de los precios históricos de las acciones en la esperanza de encontrar el camino
que los conduzca a obtener un beneficio extra. Aquí queda reflejado uno de los
supuestos básicos del análisis técnico: la historia tiende a repetirse. Por ello,
adquiere una gran importancia el hecho de familiarizarse con las trayectorias
pasadas de los comportamientos de los precios ya que de ese modo se puede
llegar a identificar situaciones de probable repetición (sí esto se da, se dice que
los cambios en los precios son dependientes). Otros de los instrumentos
comúnmente utilizados son los niveles de resistencia y de soporte y los
volúmenes negociados. En el primer caso un precio de resistencia es aquel difícil
de sobrepasar mientras que un precio de soporte es aquel por debajo del cual es
difícil que se baje aún más. Esos límites vienen determinados por la sicología del
mercado (consideran que el mercado está regido por emociones o en términos de
Keynes por el espíritu animal). En tanto la idea que hay detrás del volumen
transado es que si por ejemplo se produce una caída del precio acompañada por
un elevado monto negociado el mercado estaría dando una señal bajista y a partir
de ahí se construyen indicadores para tomar las “mejores” decisiones.
El análisis fundamental toma una empresa determinada y considera las
proyecciones de ingresos o de dividendos, las expectativas en torno a la tasa de
interés futura, los estados contables, la calidad de la gerencia, la probable
evolución de las principales variables macroeconómicas, etcétera para determinar
su valor intrínseco. El objetivo del análisis minucioso de la firma es encontrar
alguna veta que arroje luz sobre la evolución futura de la compañía, en la
esperanza de que la misma no sea advertida por el resto de los miembros del
mercado. De la comparación entre el valor intrínseco y el precio de mercado
surge la decisión de comprar o vender donde el secreto para obtener ganancias
extraordinarias pasa por identificar firmas que son mejores o peores de lo que
otros habían estimado. Este objetivo suele ser muy dificultoso de lograr debido a
la gran cantidad de profesionales que existen en el mercado buscando lo mismo,
donde todos utilizan la información públicamente disponible y por lo general
suelen tener habilidades analíticas similares. Los esfuerzos se realizan en virtud
de que se cree que el precio de un activo tiende a moverse buscando su valor
intrínseco, por tanto contar con un buen estimador de este último equivale a
predecir en forma exitosa el precio futuro de una acción.
El punto de coincidencia entre los técnicos y los fundamentalistas es que ambos
sostienen que en el presente existen tendencias que generan hechos o señales que
pueden guiar al inversor a obtener en un futuro inmediato un beneficio
extraordinario siempre que las sepa interpretar en la forma adecuada.
LA TEORÍA DEL “RANDOM-WALK”
Las contribuciones más destacadas en el modelo de random walk
Bachelier (1900) en su trabajo de tesis doctoral desarrolló un interesante modelo
matemático utilizando métodos estadísticos sobre el comportamiento de los
precios de los activos especulativos (bonos del gobierno francés) donde advirtió
que los mismos seguían un proceso del tipo random walk, a partir del supuesto de
ganancias esperadas igual a cero (juego justo). En su trabajo comparó la
distribución estadística de los precios esperados acorde a su teoría con la
distribución de frecuencia observada de los cambios en los precios de los bonos
del gobierno, encontrando una estrecha correspondencia entre ambas, derivando
así la idea de camino aleatorio.
Los sustanciales aportes efectuados por Bachelier en 1900 fueron ignorados u
olvidados durante muchos años. Hasta principios de la década de los cincuenta el
análisis de mercado fue ampliamente dominado por los instrumentos propuestos
por los técnicos y los fundamentalistas. Recién en los comienzos de los 50
aparecen los analistas cuantitativos, dando lugar a una gran discusión
metodológica y a importantes avances teóricos.
Kendall (1953) analizando las series del tiempo de los precios y las cotizaciones
de diferentes activos (acciones y mercancías) observó que en la gran mayoría de
ellas no era posible identificar patrones históricos que pudiesen servir para
predecir la evolución futura de los cambios. Para demostrar esto Kendall calculó
la correlación serial con hasta veintinueve rezagos de la diferencia primera de
veintidós series representativas de precios de activos especulativos. El
conocimiento de las modificaciones en los precios acaecidas en el pasado no le
brindaba al inversor suficiente información acerca de los cambios que se iban a
experimentar en el futuro. La correlación entre las variaciones en los precios en
los diferentes períodos considerados no era estadísticamente significativa. En el
caso concreto de las acciones las cotizaciones parecían seguir una trayectoria
aleatoria lo cual impedía trazar un paradigma específico del movimiento de
dichos valores (en un día en particular era igualmente probable que los papeles
subiesen o que bajasen de precio independientemente de lo que había sucedido
con anterioridad). Esto en un primer momento causó sorpresa e incluso se llegó a
creer que en el mercado accionario no había reglas lógicas. Esta visión del
mercado se prolongó durante un período de tiempo relativamente corto
advirtiéndose que comportamientos de esa naturaleza eran en realidad una señal
de que el mercado de acciones funcionaba en forma eficiente. Aquí había que
tener en cuenta que una vez que el mercado libre y competitivo fija el precio del
activo las partes que intervienen en una determinada negociación toman el
mismo como punto de partida para cerrar el valor final de la operación, donde el
cambio en el precio y no su valor absoluto es el elemento fundamental a tener en
cuenta. De esa manera, se advierte que no era posible predecir los movimientos
en los cambios semanales en los precios sin recurrir a información diferente a la
contenida en las series históricas.
Hipótesis centrales sobre la que se funda la teoría del Random Walk
La teoría del Random Walk requiere del cumplimiento de dos hipótesis centrales:
por un lado que los sucesivos cambios en los precios de las acciones sean
independientes entre sí y por otro lado que las variaciones en los precios
provengan de una determinada función de distribución de probabilidad. La
primera hipótesis, es decir la de independencia, reviste especial importancia
dentro de la teoría de las finanzas por las implicancias que de ella se derivan. En
cuanto a la segunda hipótesis, la teoría del random walk no necesita especificar la
naturaleza de la distribución de probabilidad de donde provienen las variaciones
observadas en los precios de los activos financieros. Sin embargo, a los efectos
de simplificar el análisis se suele considerar que la misma proviene de una
distribución normal (existe evidencia empírica que muestra que este supuesto no
suele darse y por tanto muchos modelos e investigaciones pierden fuerza).
VALORACION DE LOS BONOS
1. Los inversionistas nunca se sacian, de modo que cuando se da una opción entre
dos carteras con niveles de riesgo idénticas, elegirán la que tenga el rendimiento
esperado más alto (criterio de elección de la media varianza: máximo
rendimiento).
4. Hay una tasa libre de riesgo a la que el inversionista puede prestar dinero o
pedirlo prestado, es decir, la tasa es única para todos.