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EL CHANTAJE EMOCIONAL:

SENTIMIENTOS COMO MONEDA DE


CAMBIO (I)
Publicado por manoloab el octubre 2, 2010

«Si no haces… es que no me quieres». «Si sales con tus amigos, no vuelvas a casa». «Si no me
compras… ya no quiero saber más de ti». «Si te vas y me dejas solo, me moriré de pena y
soledad». «Si me dejas, me quitaré la vida porque ya no tendré nada por lo que vivir».

He aquí varios ejemplos de chantajes emocionales muy comunes en las relaciones personales.
El chantaje emocional es una práctica muy habitual. Sin embargo, en las dinámicas de maltrato
psicológico se utiliza como una forma de hostigamiento para producir sentimiento de culpa
con el objetivo de controlar a otros. Se ejerce manipulando las emociones de otra persona
para el propio beneficio. Es muy común en las relaciones cercanas, como las familiares y de
pareja, ya que se aprovecha el vínculo sentimental, es decir, suele haber -en mayor o menor
medida- un lazo emocional entre el chantajista y el chantajeado. Aquellos que emplean el
chantaje emocional son a menudo extorsionadores y posesivos. Sobre todo son
especialistas en provocar sentimiento de culpa para así derrumbar a su víctima y poder
manipulada a su conveniencia.

El chantaje emocional es una forma de manipulación, pues se ejerce presión en otra persona
con el fin de dirigir sus pensamientos y su comportamiento. El chantajista se caracteriza por
provocar confusión y una cierta sensación de obligación en el chantajeado mediante
el fomento del miedo y la culpa. «Con todo lo que he hecho por ti, ¿así me lo pagas?», es un
ejemplo de una frase muy común para producir sentimientos de culpa. Los chantajistas tienen
diferentes estilos, pero a menudo utilizan el distanciamiento, el desprecio o elrechazo como
castigo si no consiguen lo que quieren. A veces utilizan estrategias indirectas, como el lenguaje
no verbal reflejado en la mirada, los suspiros o los silencios, obligando a la víctima a averiguar
o suponer sus deseos opreocupaciones.

Según Susan Forward, terapeuta experta en este tema y autora de la


obra Chantaje emocional, hay aspectos de nuestra forma de ser que nos hacen vulnerables al
chantaje emocional, como pueden ser inseguridad, baja autoestima, excesiva necesidad de
aprobación, miedo a que los demás se enfaden con nosotros o sentimiento de responsabilidad
excesivo sobre la felicidad de las personas del entorno. No pocas veces he escuchado a
personas angustiadas decir: «Quiero que mis padres sean felices, que disfruten de la vida, pero
también quiero independizarme de ellos. Me da miedo dejados solos. ¿Y si les pasa algo?… Me
siento confuso y culpable. Si me voy, tengo miedo a que se enfade, pero si me quedo sé que lo
resentiré porque me sentiré manipulado.

Como decía, todos somos en algún momento víctimas y ejecutores del chantaje emocional; a
veces por miedo y a veces por sentimientos de inseguridad. Sin embargo, independientemente
de la razón, no existe el chantaje sin un manipulador y un manipulado. Aquel que cede a los
chantajes emocionales se encontrará en un círculo vicioso, ya que el chantajista siempre
necesitará algo más la próxima vez. Los expertos señalan que el propio chantajista es en
general un ser dependiente, necesita y depende excesivamente del chantajeado. El chantajista
utiliza el miedo, el sentimiento del deber y la culpa del chantajeado para conseguir sus
objetivos.

El chantaje emocional es una práctica habitual de maltrato psicológico que denota debilidad e
inseguridad en quien lo practica y servidumbre en quien lo padece. La imposición se lleva a
cabo utilizando los sentimientos como arma. La negación a aceptar las exigencias del otro se
califica de traición a la amistad o el cariño.

El chantaje emocional es una de las prácticas psicológicas más utilizadas, pero no por ello es
legítima. De una forma inconsciente o voluntaria, se presiona a otra personas, víctimas del
chantaje emocional, para que actúen, digan o piensen de una determinada manera, aunque
vaya en contra de sus principios.

Esta presión, no es sólo patrimonio de la pareja; en cualquier relación de tipo personal se


puede ser tanto víctima como verdugo. De hecho, es un recurso muy utilizado entre padres e
hijos. ¿Es que ya no me quieres? o Con todo lo que he hecho por ti, son alguna de las frases
más utilizadas por aquellos que lo practican.

Perfil del chantajista


Son personas que saben cuánto se valora la relación con ellos y conocen los puntos débiles y
los aspectos vulnerables de quienes les rodean. Este tipo de extorsionadores, a pesar de poder
dar la impresión de ser personas maquiavélicas y enrevesadas, en el fondo esconden debilidad
e inseguridad ante el criterio y la libertad de actuación de sus seres queridos.

Su espíritu posesivo, les hace mostrarse como víctimas cuando su prójimo no actúa según su
capricho o antojo. Para conseguir que se acaten sus deseos, han aprendido a provocar la culpa.
Susan Forward, en su libro Chantaje emocional, distingue diferentes perfiles del chantajista:

El castigador, dice exactamente lo que quiere y las consecuencias a las que a las que tendrá
que atenerse si no se cede a sus deseos.

El autocastigador se dañará, a sí mismo, si no se hace lo que él quiere pero, claro, antes avisa.

La víctima “obliga” a adivinar sus deseos para, luego, dejar claro que es nuestra
responsabilidad el asegurar que lo obtenga.

El provocador ofrece promesas maravillosas siempre que se acate su voluntad.

Egoismo y complacencia
Los chantajistas de emociones, se aprovechan de la mala sensación que produce estar a malas
con ellos. Les da lo mismo que se acceda a sus deseos sólo para aplacar ese malestar. Se trata
de una práctica encubierta que viene a decir si quieres que yo esté bien, y por lo tanto
estemos a gusto; haz lo que yo deseo, aunque no te guste y te haga sentir mal.
Esta manipulación suele producirse en el contexto de una relación con muchos elementos
positivos. Se sabe cómo es el otro en su mejor momento, y se permite que el recuerdo de las
experiencias agradables eclipse la sensación de que algo no funciona, prefiriendo ceder a los
deseos propios para que ese buen momento no se rompa. Es como si se estuviera obligado a
“pagar” para obtener el amor y el respeto de las personas que se aprecian.

Síntomas del chantaje


La gente que utiliza los sentimientos y emociones como método de conseguir lo que
pretenden, se sirve de técnicas como amenazar con complicar la convivencia o poner fin a la
relación si no se hace lo que ellos quieren. Otra forma, es dar a entender que se abandonarán,
se harán daño o se deprimirán si no se hace lo que pretenden. Siempre quieren más, por
mucho que se les dé.

Habitualmente, ignoran o no hacen caso de los sentimientos y aspiraciones de su pareja. Lo


más importante es que ellos se sientan bien. Para que la relación funcione, ellos tienen que
sentirse a gusto, y su pareja hacer de tripas corazón.

Califican al otro de egoísta, interesado, insensible o descuidado si no se cede; y se deshacen en


alabanzas cuando se accede a sus deseos. Las armas básicas que usa el chantajista emocional
para conseguir lo que quiere, son el temor, la obligación y la culpa.

CHANTAJE EMOCIONAL LÁGRIMAS QUE AHOGAN

Las relaciones humanas no son precisamente un camino de rosas. Entre flor y flor se esconde
alguna espina que nos desgarra la carne. El pinchazo se agudiza cuando proviene de personas
con las que mantenemos un intenso vínculo que deseamos conservar. Pero este anhelo es
aprovechado por muchos, titiriteros de los afectos, empeñados en hacer sombra hasta que el
amor se marchita y muere.

-M.M.M.-
Prácticamente todos nosotros conocemos a personas que se valen de mil ardides para que
hagamos lo que quieren. Se trata de un chantaje en toda regla y utilizan los sentimientos como
valor de cambio. Pero lo que nos deja indefensos es que estos extorsionadores son nuestros
padres, hijos, parientes o amigos. Por eso nos quedamos muy aturdidos cuando nos plantean
una exigencia como condición para seguir en buena armonía. Sin embargo, acceder a sus
caprichos nos produce un malestar profundo que poco a poco se va enquistando hasta
transformarse en rencor. Algo nos dice que somos víctimas de una manipulación intolerable,
pero nos resulta aún más insoportable negarnos a sus pretensiones por miedo a levantar su
ira, provocarles ese silencio helador que tanto nos angustia, o que lleve a cabo sus reiteradas
amenazas.

Julia, administrativa de 45 años, se hunde cada vez que su marido apela a la sentencia: «“Con
todo lo que yo he hecho por tí”. Llevo diez años casada –dice–, cuando conocí a mi marido, yo
atravesaba una etapa muy difícil, y él me ayudó a superarla. Lo que nunca imaginé es que su
apoyo me iba a resultar tan caro. Ahora siempre que tomo una decisión que a él le disgusta,
zanja la discusión con su típica frase “Julia, qué egoísta eres, con todo lo que yo he hecho por
ti, y ahora tú vas y me lo pagas de esta manera” . Él sabe que ese recuerdo me derrumba y
acabo cediendo a sus deseos. Tampoco soporto que me diga lo de “Tú verás”. Cuando le
anuncio que voy a quedar con unas amigas para ir al cine y luego, si se tercia, tomar algo por
ahí, él sólo contesta: “Tú verás lo que haces, eres mayorcita” . Como el tono que utiliza me
desagrada, intento cerciorarme de que de verdad no le importa que salga; pero él vuelve a
repetir; “Ya te he dicho que tú verás…”. No sé por qué pero esas palabras me hacen sentir
culpable y acabo quedándome en casa aburrida y rencorosa.»

No todos los extorsionadores tienen el mismo estilo, asegura Susan Forward, autora del libro
Chantaje Emocional. Algunos son pasivos y otros muy agresivos; algunos son directos y otros
extremadamente sutiles; algunos revelan las consecuencias exactas que padeceremos si los
disgustamos y otros recalcan lo mucho que les hacemos sufrir, pero todos tienen algo en
común: su comportamiento manipulador. Además, el chantaje emocional suele producirse en
el contexto de una relación con muchos elementos positivos. Sabemos como es el otro en su
mejor momento y permitimos que el recuerdo de las experiencias agradables eclipse la
sensación de que algo no funciona.

La pareja es la sociedad más pequeña que existe y en ella invertimos gran parte de
nuestro capital afectivo. Normalmente, esta unión se realiza con la idea de construir algo
en común que beneficiará a ambas personas. Pero, como ocurre en toda sociedad, uno de
los peligros que acechan a la pareja son las luchas de poder. Cuando éstas se producen,
se olvida que existe un proyecto compartido, y uno o ambos miembros intentan imponer
sus reglas y sus objetivos personales.

La manipulación emocional es una de las prácticas más utilizadas en el campo de batalla


de la pareja. De forma inconsciente o voluntaria se exige a la otra persona que actúe
según los propios deseos o necesidades, utilizando vilmente los sentimientos como arma.
El silencio, las amenazas directas o veladas, los celos, o incluso una actitud victimista, son
algunas de las estrategias más comunes.

"Para que resulte efectivo, el chantaje emocional debe


producir una mezcla de temor, obligación y culpa"
"El silencio, las amenazas directas o veladas, los celos, o
incluso una actitud victimista, son las estrategias más
comunes""Hay que hacer explícito el juego para desmontar
las trampas manipuladoras. Dejan de tener poder cuando
se reconocen"
El chantaje emocional suele estar tan infiltrado en nuestras relaciones, que no resulta fácil
reconocer cuándo somos víctimas de él o cuándo lo ejercemos. Si la manipulación es
constante e insidiosa puede corroer la base de la relación.

¿Por qué manipulamos?

"Para hacer la paz se necesitan dos; pero para hacer la guerra basta con uno sólo"
(Samuel Butler)
Se acostumbra a asociar la manipulación con personas egoístas, retorcidas, malvadas,
maquiavélicas…Esto resulta tranquilizador en sí mismo, dado que aporta una explicación
simple y definida de este aspecto oscuro de las relaciones, al tiempo que nos aleja de él.
Pero en la práctica, todos, en un momento dado, podemos utilizar algún tipo de chantaje
emocional.

La manipulación está presente cuando se intenta controlar lo que dice o hace otra
persona, cuando se exige sin dar opción a elegir, o cuando se menoscaba la autoestima
ajena de manera más o menos capciosa. Implica, en suma, la utilización de otra persona
para un beneficio propio. Sin embargo, existen importantes diferencias de grado.

Así como algunos chantajes son transparentes y casi inofensivos, otros resultan más
retorcidos y pueden terminar siendo destructivos. Ciertos individuos llegan a tiranizar a la
persona con la que conviven utilizando el desdén, la humillación o la crítica. La
manipulación llevada al extremo supone un maltrato psicológico, una agresión que no deja
marca ni heridas, pero que no por eso resulta menos dañina.

A menudo se cae en el error de considerar este tipo de agresiones como un problema


menor, algo menos grave que la pura expresión de violencia. Sin embargo, el maltrato
moral suele ser la antesala y un ingrediente indispensable de lo que se conoce como
maltrato físico.

Juegos de dominación

"La pasión de dominar es la más terrible de todas las enfermedades del espíritu
humano" (Voltaire)

La manipulación se utiliza para ganar poder en una relación. Con diferentes tácticas se
intenta tocar los puntos débiles del otro. Para que resulte efectivo, el chantaje emocional
debe producir una mezcla de temor, obligación y culpa, a fin de que la pareja acabe
sucumbiendo a las propias expectativas. Para ello se suelen emplear estrategias como:

• El castigo. Se amenaza, de manera más o menos directa o implícita, con que si no se


realiza lo que uno desea tendrá consecuencias negativas.

• El autocastigo. En este caso, la amenaza consiste en dañarse uno mismo para hacer
sentir culpable al otro. Como, por ejemplo, diciendo: "Si tú no me quieres, la vida no tiene
sentido para mí".

• El silencio. Supone una manera de mostrar el enfado. El otro, a menudo siente que sólo
cediendo logrará mejorar el clima de la relación.

• El victimismo. Implica una exigencia disfrazada de sentimientos de lástima y culpa.


Como, por ejemplo: "Si no vienes a verme, estaré solo todo el día".

• La culpa. Se utilizan reproches o comentarios críticos para que alguien se sienta


culpable y así corrija su actitud o su comportamiento.
Las promesas. Se ofrecen promesas maravillosas que, por ser poco realistas, rara vez se
acaban cumpliendo: "Si me das otra oportunidad, te prometo que cambiaré y seremos de
nuevo felices".

• Dar para recibir. Se ofrecen ayudas o favores como un modo de atar a la otra persona y
favorecer su sumisión.

Un fenómeno relacional

"La persona que domina, explota y lastima es tan dependiente como la persona
sumisa. Ninguna de las dos puede vivir sin la otra". (Erich Fromm)

A menudo, los chantajes se producen en las dos direcciones. Es decir, cada persona
intenta controlar a la otra con diferentes estrategias de manipulación. Se trata de una lucha
por el poder que puede dar lugar a escaladas de agresiones cada vez más intensas y
despiadadas. El peligro es que si se escucha únicamente a una de las partes, se puede
incurrir fácilmente en una visión parcial del conflicto, pues cada persona interpreta y sufre
la conducta del otro como una ruin manipulación, pero es incapaz de reconocer sus
propios instrumentos de chantaje emocional.

Otras veces, la manipulación es unilateral: uno de los miembros de la pareja somete al otro
desde una posición de superioridad. En tales circunstancias, el riesgo reside en que
aumente paulatinamente la diferencia y el desequilibrio en la relación. Quien ostenta el
poder puede sentirse cada vez más superior y con mayor control sobre la situación,
mientras que la otra persona queda relegada a una posición más débil y de mayor
supeditación.

Detectar la manipulación

"Cuando se teme a alguien es porque a ese alguien le hemos concedido poder sobre
nosotros" (Hermann Hesse)

Se exprese mediante palabras, actitudes o gestos, el mensaje manipulador suele ser


vivido con una sensación de amenaza o exigencia. Por ello, una buena fórmula para
detectarlo consiste en estar atento a las propias sensaciones y sentimientos ante los
mensajes que se reciben.

En general, la manipulación provoca un sentimiento de estar ante una situación que no


tiene fácil salida. Acceder a la demanda, a menudo implica renunciar a lo que uno desea o
incluso necesita hacer, mientras que si se responde con una negativa pueden aparecer
perturbadores sentimientos de culpa, o bien un temor a ser rechazado o a que la otra
persona reaccione de manera airada o con actitud despectiva.

Es muy importante diferenciar entre una petición y una exigencia. Pedir implica otorgar la
libertad al otro para elegir entre satisfacer o no la solicitud, teniendo en cuenta su opinión.
En cambio, al exigir no se proporciona tal alternativa y se ignoran los sentimientos y las
necesidades de la otra persona.
Aprender a realizar esta distinción entre pedir y exigir ayudará a reconocer cuándo se es
objeto de una manipulación o cuándo uno mismo la utiliza como vía indirecta para
conseguir aquello que desea.

Salir del juego

"La persona más poderosa es aquella que es dueña de sí misma" (Séneca)

Los juegos de dominación más intrincados implican un mensaje doble o ambivalente. Es


decir, lo que se expresa no concuerda con el tono que se utiliza, o detrás de una petición
legítima se esconden fines subterráneos que responden a intereses personales. Por
ejemplo, una persona le dice a la otra: "No hace falta que vengas. Tienes mucho trabajo, y,
total, siempre me las arreglo solo".

Un buen modo de desmontar las trampas manipuladoras es hacer explícito el juego.


Resulta útil poner en palabras todo aquello que se está expresando de manera indirecta, o
a través de mensajes vagos, confusos y contradictorios. Así, en el ejemplo anterior se
puede contestar: "Me siento dividido. Por una parte, me dices que no hace falta que te
ayude, pero, por otra, siento que si no lo hago puedes enfadarte".

Tanto en la vida de pareja como en general en todo tipo de relaciones es crucial una
comunicación clara y honesta que permita aclarar las situaciones ambiguas. El juego de
manipulación deja de tener poder sobre uno mismo cuando se reconoce como tal. Y aludir
a los propios sentimientos o sensaciones resulta mucho más eficaz que emplear un tono
acusador, que suele generar más barreras y reacciones defensivas en vez de mayor
comprensión.

Preservar la relación

"El amor no es sólo un sentimiento. Es también un arte" (Balzac)

Platón definía la política como el arte de vivir en sociedad. La pareja es una comunidad de
dos personas en la que puede darse tanto una lucha encarnizada por el poder como una
pugna soterrada de control y subyugación. Pero también es posible construir una relación
con una política democrática y solidaria, basada en el respeto y la comprensión mutuos.

Ambos miembros de la pareja pueden decidir deponer sus armas manipuladoras y


ayudarse mutuamente a reconocer con lucidez y humor cuándo ponen en marcha este tipo
de artimañas. En todo caso, cada persona decide si hacer de la pareja un campo de
batalla o un lugar de encuentro y de cooperación que aporte riqueza a ambos.

La Manipulación Emocional es también una "agresión encubierta". Aquí presentamos


una lista adaptada extraida de un artículo deFiona McColl.

 No hay utilidad en tratar de ser honesto con un manipulador


emocional.Haces una declaración y ésta será dada vuelta. Por ejemplo: "estoy
muy enojada porque has olvidado mi cumpleaños". Respuesta: "Me entristece
que pienses que podría olvidar tu cumpleaños, debería haberte dicho del gran
estrés personal que estoy enfrentando en este momento - pero verás, ... no
quiero causarte problemas. Tienes razón, debería haber dejado todo este dolor
a ún lado (no se extrañe de ver lágrimas de verdad en este momento) y
enforcarme en tu cumpleaños. Lo siento.". Aún cuando esté oyendo las
palabras usted tiene la escalofriante sensación de que ellas no significan qué
ellos realmente lo sienten, pero una vez que ellos dicen las "palabras" usted
quedará practicamente sin nada más que decir. O eso, o usted se encontrará
repentinamente consolándolo y cuidando de sus angustias. En todo caso, si
siente que está en medio de una situación como esta, ¡no se rinda! No se
altere, no acepte sus excusas de que se siente una basura. Si se siente como
una basura, probablemente lo sea.

Regla número uno: si usted trata con un chantajista emocional confíe en sus
instintos, confíe en sus sentidos. Una vez que un manipulador emocional
encuentra una maniobra que le dé buenos resultados, ésta será agregada a su
lista de aciertos y se "alimentará" frecuentemente con una dieta a base de este
despreciable ardid.

 Un manipulador emocional es la imagen viva de un ayudante


dispuesto. Si les pides hacer algo ellos siempre estarán de acuerdo, y eso si
no se ofrecen para hacerlo primero. Luego, cuanto tu digas "oh, gracias" ellos
hacen un montón de suspiros u otros signos no verbales que te hacen saber
que realmente, al fin y al cabo, no quieren hacer nada de lo dicho. Cuando se
lo solicitas no parece que quieran hacerlo, de hecho lo darán vuelta y tratarán
de hacer parecer como si ellos quisieron hacerlo, y le harán sentir cuan
irracional usted es. Esta es una forma de enloquecer a las víctimas, tarea para
la cual el manipulador emocional es muy bueno.

Regla número dos: si un manipulador emocional dice SÍ, hagalo rendir cuenta
por ello. No compre sus suspiros y sutilezas, si él no quiere hacerlo haga que
se lo diga de frente, o sólo póngase sus auriculares, dese un baño, y déjelo
solo con su teatro.

 Enloqueciendo; dicen una cosa y más tarde le aseguran que no la


dijeron. Si se encuentra en una relación en la que empieza a considerar que
debe llevar un registro de todo lo que se ha dicho y comienza a cuestionarse su
propia cordura, usted esta experimentando manipulación emocional. Un
manipulador emocional es un experto en dar vuelta las cosas, racionalizar,
justificar, y describir cosas dándole vuelta al sentido. Pueden mentir con tanta
discreción que usted puede sentarse mirando algo negro y ellos dirán que es
blanco, y argumentarán tan persuasivamente que usted empezará a dudar de
sus propios sentidos. Durante un perídodo esto es muy insidioso y
desgastante, puede literalmente alterar su percepción de la realidad.

ADVERTENCIA: ¡el manipulador emocional es MUY dañino!


Será muy desconsertante para un manipulador emocional si usted comienza a
llevar una libreta y un lápiz y hace anotaciones durante las conversaciones.
Siéntase en libertad de hacerle saber que usted se está sintiendo muy
olvidadiza esos días y que quiere registrar sus palabras para la posteridad. Lo
detestable de todo esto es que el tener que hacer cosas como estas es un
claro ejemplo de por qué usted debería en primer lugar considerar seriamente
alejarse de él por un tiempo. Si usted está cargando un cuaderno para
protegerse, el indicador de sobrecarga del basurómetrodebería estar
encendido permanentemente.

 Culpa. Los manipuladores emocionales son excelentes traficantes de


culpa.Ellos pueden hacerle sentir culpable por hablar o no hablar, por ser
emocional o no serlo suficiente, por dar y atender, o por no dar y no atender
suficiente. Cualquier cosa es un blanco legítimo y abierto para culpar. Los
maipuladores emocionales rara vez expresan sus necesidades o deseos
abiertamente, ellos obtienen lo que quieren a través de la manipulación. La
culpa no es simplemente un modo de hacer esto, sino que es un recurso muy
poderoso de manipulación. Otra poderosa emoción que es utilizada es la
simpatía. Un manipulador emocional es una gran víctima. Ellos inspiran un
profundo sentido de necesitar apoyo y cuidados. El manipulador emocional rara
vez pelea sus propias peleas o hace su "trabajo sucio". Lo más loco es que
cuando usted lo hace por él (cosa que él nunca le pidió directamente), él puede
darle la vuelta y decir que ciertamente no quería o no esperaba que usted
hiciera nada.

Trate de trazar una línea y no pelear batallas de otras personas o hacer el


trabajo sucio de ellos. Una gran línea sería: "Yo tengo toda la confianza en tu
habilidad para resolver esto por tu cuenta". Eche un vistazo a su respuesta y
anote cuánto mide el basurómetro esta vez.

 Los manipuladores emocionales juegan sucio. Ellos no negocian


directamente. Hablarán tras sus espaldas y eventualmente pondrán a otros en
la situación de decirle lo que no podrían decirle ellos mismos. Los
manipuladores emocionales son agresores pasivos, es decir encontrarán
formas sutiles de dejar que usted sepa que ellos no son felices a su lado. Le
dirán lo que ellos piensan que usted quiere escuchar y luego harán un montón
de pajas mentales para hundirle. Un ejemplo: "Por supuesto que quiero que
vuelvas a la escuela cariño, tu sabes que yo te apoyo". Entonces la noche
antes del examen usted está sentada a la mesa y sus compañeros de poker
aparecen, los niños están llorando, el volumen de la TV está al máximo, y el
perro necesita salir a hacer sus necesidades. Todo mientras su "queridito" está
con su trasero reposando, mirándola fijamente. Si usted se atreve a llamarle la
atención sobre este comportamiento es probable que escuche: "bien, no
puedes esperar que la vida se detenga porque tu tengas un examen mañana,
cariño".
Llora, grita, o estrangúlalo si quieres, al final sólo tendrás beneficios a largo
plazo y terminarás en la carcel.

 ¡Si tu tienes un dolor de cabeza un manipulador emocional tendrá un


tumor cerebral! No importra cual sea su situación, el manipulador emocional
ya ha estado allí o lo está ahora, pero sólo que diez veces peor. Es difícil
después de un tiempo sentirse emocionalmente conectada a un manipulador
emocional, ya que tienen una modalidad de conversación descarriladay ponen
toda la atención sobre sí mismos. Si usted le hace notar su disgusto por este
comportamiento, probablemente se sentirá profundamente herido, o se pondrá
muy petulante y la llamará egoísta, o dirá que es usted quien está siempre en
el centro de la escena. El asunto es que incluso aunque usted sabe que este
no es el caso, se queda con la tarea imposible de demostrarlo.

No se altere, confíe en su instinto y aléjese de él.

 El manipulador emocional de algún modo tienen la habilidad de afectar el


clima emocional de quienes lo rodean. Cuando un manipulador emocional
esta triste o enojado, todos se ven afectados por ello. Él posee una profunda
respuesta instintiva para encontrar alguna manera de ecualizar el clima
emocional de su entorno con estos sentimientos, y la vía más rápida para
solucionar esta situación es hacer sentir mejor al manipulador emocional
ajustando o corrigiendo lo que sea que le esté alterando. Permanezca junto a
este tipo de perdedores por mucho tiempo y estará tan enredada y co-
dependiente que no recordará que usted también tiene necesidades, y mucho
menos aún que tiene el mismo derecho de satisfacerlas.

El manipulador emocional no tiene sentido de la responsabilidad. Ellos no


toman responsabilidad por si mismos o por su comportamiento. Siempre se
trata de lo que todo el mundo les ha hecho a ellos. Una de las maneras más
fáciles de detectar un manipulador emocional es que a menudo tratan de
establecer intimidad a través de la revelación temprana de información
profundamente personal que es generalmente del tipo "conectate-conmigo-y-
siente-pena-por-mí". Al principio puede percibir a este tipo de personas como
muy sensitivas, emocionalmente abiertas, y quizá algo vulnerables. Créame
cuando le digo que un manipulador emocional es tan vulnerable como un e ha
sentido presionado a realizar algo que no quería? ¿Se ha sentido coaccionado a decir sí
cuando en realidad quería decir no? Cuando actuamos bajo la influencia de otro y nos
dejamos llevar por opiniones ajenas, no estamos centrados en nuestro poder personal.
Para que no nos manipulen, debemos tener claro dónde y cuándo poner límites. Debemos
atrevernos a decir no sin miedo al juicio del otro, al fracaso o al rechazo. Mientras
tengamos miedo a que nos rechacen, seremos manipulados. Porque esta es precisamente
una de las armas del manipulador: “Si no actúas como quiero, no te hablaré más”. El
manipulador depende del manipulado y viceversa. Es una relación de pérdida de libertad.
El manipulador divide, miente, es egocéntrico, no tiene en cuenta los
derechos, necesidades o deseos de los demás”
Un ser libre se atreve a decir no y actúa basándose en sus convicciones, sin temor a
quedarse solo ni a ser rechazado. Al sistema no le interesan seres libres, con poder de
voluntad desarrollada, que piensen conscientemente, actúen y se responsabilicen de sí
mismos. Por esto se nos manipula a muchos niveles, social, político, mediático,
publicitario, a nivel de relaciones interpersonales.

Este artículo se centra en la importancia de comprender los procesos de manipulación


interpersonal, en cómo darse cuenta a tiempo de que una persona es manipuladora para
así no permitir que nos manipule y en recuperar nuestro poder interior.

Cómo es su personalidad. Aunque no existe un perfil propio de estas personas, sí


podemos detectar actitudes propias de las personas con tendencia a manipular. Isabelle
Nazare-Aga define algunas características:

Emociones y poder

1. Libros
– ‘Los manipuladores’, de Isabelle Nazare-Aga (Ediciones B).
– ‘Chantaje emocional’, de Susan Forward (Editorial Martínez Roca).
– ‘Poder sin límites’, de Anthony Robbins (Random House Mondadori).
– ‘La libertad primera y última’, de Anthony Robbins (Editorial Kairós).
– ‘El miedo a la libertad’, de Erich Fromm (Editorial Paidós).
– ‘El poder y sus conflictos’, de Josep Redorta (Editorial Paidós).
– ‘Cómplices, más allá de las relaciones de dependencia’, de Miriam Subirana (Editorial RBA).
2. Película
– ‘Expiación’, dirigida por Joe Wright, basada en la novela de Ian McEwan.
– Cambia de opinión, de comportamiento y de sentimientos en función de las personas y
las situaciones.

– Culpabiliza a los demás, traspasándoles a ellos la responsabilidad que le corresponde a


él o ella.

– Critica sin que se note, desvalora y juzga. Juega con la ignorancia de los otros para
evidenciar su superioridad.

– Sabe hacerse la víctima para que lo compadezcan.

– Divide para reinar mejor. Miente. Es egocéntrico. Cuando puede, procura dejar notas
escritas, llamar o mandar mensajes en vez de dar la cara.

– No tiene en cuenta los derechos, las necesidades o los deseos de los demás.

– Espera al último momento para pedir, dar órdenes o hacer trabajar a otros.

– Utiliza la adulación, hace regalos o nos mima súbitamente.


Entre las formas habituales de manipulación está el chantaje emocional, en el que, por
ejemplo, uno amenaza con poner fin a una relación si el otro no hace lo que él quiere; si no
se le conceden sus deseos, tacha al otro de egoísta, interesado o insensible. En cambio,
afirma Susan Forward, “se deshacen en alabanzas cuando se cede a sus deseos y las
retiran si el otro se mantiene firme”.

Dudas y miedo

“Nadie puede herirle sin su consentimiento” (Eleanor Roosevelt)

La persona vulnerable a ser manipulada o a aceptar el chantaje emocional suele tener una
autoestima baja, vive sin rumbo, ha perdido el sentido de su vida, es demasiado ingenua,
le falta sentido común, depende del otro, teme la soledad. Forward considera estas
características: un alto nivel de dudas sobre uno mismo, un profundo miedo al conflicto, la
necesidad de que haya paz al precio que sea, una necesidad exacerbada de aprobación,
la tendencia a asumir un exceso de responsabilidad con relación a la vida de los otros.

A veces hay que poner distancia para observar lo que se está viviendo
y darse cuenta de los límites”
El camino hacia la autonomía emocional se inicia en el momento en que nos damos
cuenta de que estamos siendo manipulados. Debemos escuchar a nuestra intuición y ser
conscientes de lo que sentimos. A veces hay que poner distancia para observar desde
lejos lo que se está viviendo y darse cuenta de lo que se quiere y a qué hay que poner
límites. Es importante reconocer que su responsabilidad en cualquier situación de
manipulación en la que esté involucrado es su contribución a la misma. El proceso de
responder a cualquier persona o situación es algo que sucede en usted. Nadie puede
hacerle sentir nada sin su permiso.

Recuperar nuestro poder

“Podemos cambiar la conducta y conseguir que los demás cambien la suya” (Josep
Redorta)

Para alcanzar y mantener un estado de plenitud, ha de saber qué es lo que le acerca a la


realización plena y aquello que le aleja de ella. Debe arriesgarse positivamente a
concederse poder, liberarse de cualquier aspecto que le haga sombra y permitir que su ser
se manifieste con todo su potencial. Para lograrlo, debe tener la soberanía sobre su mundo
interior y asegurarse de no dejar puertas abiertas a la sumisión. Es decir, que sepa poner
límites, no le de vueltas a las cosas innecesariamente y no se regocije en el dolor ni en
sentirse víctima. Porque si por un lado se fortalece y por el otro se debilita, no logrará
centrarse en el poder interior que necesita para vivir libre de dependencias emocionales.

Para recuperar la soberanía personal, revise sus creencias. ¿Cree que para ser amado
necesita siempre complacer al otro? ¿Las preocupaciones le dan salud, bienestar, le
ayudan a canalizar la energía de su mente, a encontrar soluciones? ¿Le beneficia
complacer al otro renunciando a lo mejor para usted? Si la respuesta es que no, revise por
qué mantiene estos comportamientos.
 rápido perro pit bully que siempre habrá un problema o una crisis para superar.

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