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El documento enumera 5 grandes hazañas de la humanidad en orden inverso, siendo la número 1 "entender a una mujer". Luego, el autor comenta que ha dejado de intentar entender a las mujeres y que le basta con quererlas. A continuación, se distrae al ver a una mujer quitándose los pantalones en la playa. Finalmente, pide que le presenten a alguien, preferiblemente una enemiga a la que deseen arruinar la vida, de entre 37 y 38 años, inteligente y con la nariz en alto.
El documento enumera 5 grandes hazañas de la humanidad en orden inverso, siendo la número 1 "entender a una mujer". Luego, el autor comenta que ha dejado de intentar entender a las mujeres y que le basta con quererlas. A continuación, se distrae al ver a una mujer quitándose los pantalones en la playa. Finalmente, pide que le presenten a alguien, preferiblemente una enemiga a la que deseen arruinar la vida, de entre 37 y 38 años, inteligente y con la nariz en alto.
El documento enumera 5 grandes hazañas de la humanidad en orden inverso, siendo la número 1 "entender a una mujer". Luego, el autor comenta que ha dejado de intentar entender a las mujeres y que le basta con quererlas. A continuación, se distrae al ver a una mujer quitándose los pantalones en la playa. Finalmente, pide que le presenten a alguien, preferiblemente una enemiga a la que deseen arruinar la vida, de entre 37 y 38 años, inteligente y con la nariz en alto.
Las grandes hazañas de la Humanidad. Las cinco grandes hazañas por orden inverso según mi experiencia han sido: 5) La defensa del Paso de las Termópilas. 4) Los supervivientes del accidente aéreo en Los Andes. 3) La caracterización de Charlize Teron en Monster. 2) El ganar en el Camp Nou jugando con uno menos como siempre. 1) Entender a una mujer.
Ésta última no tengo constancia de que nadie la haya logrado todavía.
Siempre he dicho, y creo que aquí también, que hace ya tiempo que dejé de intentarlo, que me basta con quererlas. Pero a ellas, no. El capitalismo amoroso es el sentimiento de propiedad más feroz que me ha tocado sufrir. Me estoy distrayendo porque una chica se está quitando los pantalones para tomar el sol en la arena, hacía tanto tiempo que no disfrutaba de tan sensual operación que se me ha ido el diablo al infierno. Para quien no capte esta afirmación, le aclararé que es lo mismo que le pasa a los buenos cuando se les va el santo al cielo. ¿Por dónde íbamos? Mejor buscar un nuevo hilo, pues esta madeja sólo me llevará a batir mi record negativo de “me gustas”. Sin embargo, debo justificar la foto de los morritos. Visto lo visto, he decidido hacerme “marisexual”. Los hombres no te acusan de ser frío, carecer de alma, estar sometido a las pasiones de la carne o no ser digno de confianza. Un hombre, a lo sumo, te dice: “Tío, eres un mariconazo de mierda”. Y ya está, no te dice más, como mucho te da de hostias. Pero te califica como “tío”, no como abuelo, que es un parentesco mucho más doloroso. Encima, la de 38, se ha reconciliado con su amor que, por supuesto, no soy yo. Vuelta a buscar y empiezan a agotarse las existencias. Agradecería que si alguien conoce a alguien, preferiblemente enemiga a la que desea arruinar la vida, me la presentase. No tiene por qué ser de 38, 37 también vale. Y basta con que sea inteligente y tenga la nariz para arriba. Puestos a soñar, si es liberal, cojonudo, y si no, que esté dispuesta a probar. Juro por todos mis poemas escritos y por escribir que no haré el menor intento de entenderla. Lo mío es querer, no doy más de sí.