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25/9/2019 Xochimilco sin arquetipo.

Historia de una integración urbana acelerada en el siglo XX

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Seripta Nova
REVISTA ELECTRÓNICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES
Universidad de Barcelona.
ISSN: 1138-9788.
Depósito Legal: B. 21.741-98
Vol. X, núm. 218 (37), 1 de agosto de 2006

XOCHIMILCO SIN ARQUETIPO


HISTORIA DE UNA INTEGRACION URBANA ACELERADA

María Eugenia Terrones López

El Colegio de México

Xochimilco sin arquetipo. Historia de una integración urbana acelerada en el siglo XX (Resumen)

Xochimilco sin arquetipo es una historia del fenómeno de la conurbación de esa área estratégica para el
desarrollo y crecimiento de la ciudad de México durante el siglo XX. Dos planos se destacan en la integración de
Xochimilco: la integración funcional como proveedora de agua para la metrópoli y que ocurrió en la primera
mitad del siglo, y la integración territorial, que en forma tardía y acelerada se realizó durante las últimas décadas
del pasado siglo. En este artículo se analizan algunos temas que ponenen relieve algunos procesos inherentes a
esta articulación: la caótica urbanización de este espacio rural y lacustre; la racionalidad política detrás de las
decisiones para la incorporación territorial; las dificultades para el cumplimiento de planes y programas de
desarrollo urbano, así como algunas cuestiones que se refieren al impacto ambiental de la urbanización y la
desecación del lago de Xochimilco, sus manantiales y sus canales. El título alude a la dificultad que enfrenta
Xochimilco para conservar y mantener sus ancestrales e históricas condiciones geográficas así como un
ecosistema específico, modelo o arquetipo en la cuenca de México.

Palabras clave: Xochimilco; Distrito Federal; Zona Metropolitana de la ciudad de México; urbanización; agua;
política y gobierno.

Xochimilco not as an archetype. The history of an accelerated urban integration in Mexico City during the
20th century. (Abstract)

The urbanization of Xochimilco reached a turning point in the destruction of a geographic conditions of this area
of the Valley of Mexico in the 20th century. The urban incorporation and conurbation were critical events whose
causes are functional in origin, like an area with plenty of water for the metropolis. The territorial integration was
a late process that induced a chaotic urbanization. The paper analyses this urban integration focusing on the
characteristics of the urbanization in a rural and lacustrine space; the failure of political decision makers and
their political rationality; the problems between the urban reality and the governmental programs, and some
issues about environmental impact of the urbanization process and the desiccation of the lake and water spring
and the drain of canals. Thus the conservation programs of this ecosystem could not be successful. Instead,
Xochimilco could loose the ancestral rural and lacustrine conditions, in other words, its historical archetype.

Key words: Xochimilco-Mexico City; Distrito Federal-Mexico City; History of urbanization, 1900-2004; water;
urban government.

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25/9/2019 Xochimilco sin arquetipo. Historia de una integración urbana acelerada en el siglo XX

Realizar la historia contemporánea de una ciudad emblemática supone enfrentarse a una suma de
representaciones que la historiografía y el imaginario colectivo acumulan a lo largo de los siglos. Por eso, en
algunos casos comoen el de Marsella, el autor de una espléndida crónica de esa ciudad enel siglo XX, Stefan
Hertmans, supone que “el plano de la ciudad no lo colorea tanto la topografía comola historiografía” 11. De
igual manera ocurre con Venecia. En ese caso, Raffaele La Capria alude a la dificultad de reconocer en reiterados
tópicos una nueva perspectiva de estudio y de ahí su propuesta de una nueva “arqueología” que permita
desenterrar a Venecia de las “representaciones que la cubren” y la empolvan con una cierta pátina que disimula o
disfraza los elementosvitales para su funcionamiento y su actual condición urbanaf;|.

Bajo otras condiciones propongo seguir esa tónica y redefinir los cánones de estudio para el caso de unade las
zonas lacustres de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México. Escribir la historia de Xochimilco ha supuesto
en los últimos años un reto, sobre todo desde la perspectiva de su incorporaciónal territorio urbano en la que se
advierte la difícil trayectoria de su caótica urbanización. Al mismo, tiempo resulta imprescindible analizar la
frágil posibilidad y la serie de obstáculos para preservar el entorno lacustre que todavía pervive y porel cual es
considerado como Patrimonio Cultural dela Humanidad, rango concedido porla UNESCOdesde 1987.
Actualmente, ambasrealidades, la urbanay la lacustre, parecen estar inmersas en una especie de antinomia, en la
que impera una contradicción entre la ciudad y sus condiciones geográficas.

Durante los siglos XIX y XX, la ciudad de México y la cuenca de México estuvieron sujetos a una vorágine de
cambios que los ha llevado a un proceso de modernización, en los que tanto la estructura y morfología urbanas,
así como los ríos, canales y lagos fueron los sujetos de una variedad de visiones, planes y transformaciones que
reformaron su ancestral condición para abrir el paso a una megalópolis de dimensiones y problemasquela
modernidad no acaba de solucionar. En ese duro trance, la ciudad y su entorno han sido objetos de una
modernización incapaz de reconciliarse con su pasado, pues éste es reducido, en buena medida por una visión
neoliberal, a una carga cultural —o peor aún, curiosidad turística-- en vez de ser traducido a una posibilidad de
recuperación y conciliación de la urbanización con la geografía y con un ecosistema específico¡3|.. La
desecación de los lagos y canales, así como el entubamiento de ríos fue asumida comopolítica pública, pues
parecía ser la única posibilidad de propiciar el crecimiento, la modernización y una recomposiciónterritorial de
la crudad de México.

La forzada e irreversible integración territorial de Xochimilco a la ciudad de México puede explicarse estudiando
una serie de facetas políticas, urbanas, económicas, ambientales y sociales que clarifiquen la visión
contemporánea que alude a considerar a esa área de la ciudad como un remanente del pasado, un arquetipo! 4]sin
condicionesde posibilidad, o de ser aplicado en la realidad urbanaactual¡$].

La experiencia histórica y ancestral de Xochimilco con la ciudad de México estuvo definida al compartir las
condiciones de unavida lacustre. Básicamente se sostenía en las tareas y funciones que su ubicación en la cuenca
de México le imponía, y en las que los intercambios mercantiles con la ciudad de México marcaban vínculos
ancestrales. Es decir, la población desde la época prehispánica hasta el siglo XX había ganado terreno a los lagos
a través de un crecimiento territorial sobre chinampas, creadas ex profeso tanto para la producción agrícola como
para los asentamientos humanos. La preservación del lago se realizaba a través de la construcción de canales que
eran aprovechados para la comunicación entre ambas poblaciones y aquellas localizadas en sus riberas y las
cuales trazaban vínculos regionales de comercio y producción. Una copiosaliteratura de diversas disciplinas ha
generado un conocimiento acumulado sobre el desarrollo cultural, urbano y económico de la Cuenca de
Méxicoi68!..

A partir del siglo XX la trayectoria lacustre de Xochimilco sufrió un cambio drástico. Producto de la
modernización y de su acelerada integración a la ciudad de México, esta demarcación fue transformada en una
cuantas décadas y en su tradicional paisaje irrumpieron nuevos agentes y otros elementos que mermaron y
achicaron lagos, canales y terrenos agrícolas. Su paisaje quedó inscrito en la memoria colectiva como un
referente de un pasado vinculado a los lagos pero, paradójicamente, imposibilitado de ser evocado o pronunciado
como futuro de la ciudad. Xochimilco se ha encontrado atrapado en un presente incierto. El porvenir del lago, los
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canales y su entorno se ha comprometido en programas que intentan una parcial reconstrucción pero que no
acaban nunca de ejecutarse, como tampoco se aplican planes de regulación de la forma urbanay de la
apropiación social del espacio que puedan ser cumplidos por las autoridades y los pobladores de esta delegación.

Enestas páginas intento explicar, manera sucinta, la integración urbana de Xochimilco con la ciudad de México
a través del análisis de algunos de los aspectos más relevantes que contribuyeron a esta nueva relación durante el
siglo XX: algunos rasgos de la subordinación política que hizo posible el intercambio desigual de recursos por
ciertas e inciertas prebendaspolíticas con autoridades federales y locales asentadas en la capital nacional, así
comolos efectos recientes de la reformapolítica que generaron la elección del jefe delegacional; la naturaleza de
Xochimilco como proveedor de agua para la metrópoli; la trayectoria errática de la urbanización en Xochimilco,
y las diversas y complejas formas en que los grupos sociales han ocupado su territorio.

Durante el siglo XX y estos primeros años del XXI, encontramos una serie de continuidades y rupturas. Aunque
el lago de Xochimilco y sus canales continúan como escenario de esta historia, se extrañan los manantiales, y la
flora y la fauna que les daban vida. Los pueblos y barrios continúan protagonizandola historia social y cultural
de esta delegación, pero los nuevos avecindados han transformado la dinámica demográfica y ocupacionaly,
desde luego, los patrones de urbanización de Xochimilco. La nueva reglamentación neoliberal que se consolidó
con la modificación del artículo 27 constitucional de 1992 yla Ley de Aguas Nacionales del mismo año,
marcaronel viraje inexorable hacia la fragmentación territorial y cambios en la tenencia de la propiedad que
modificaron usos de los terrenos agrícolas y chinampas haciéndolos vulnerables a la urbanización anárquica y
acelerada¡7i_. Los canales desaparecieron como vías lacustres de comunicación con la ciudad de México al ser
cegados, y en su lugar nuevos ejes y avenidas pavimentadas patrocinaron el vínculo y el crecimiento de la capital
con el que fuera considerado, antes de 1929, un municipio foráneo. Nuevas formas de representación política han
transformado a la delegación Xochimilco y coexisten con las tradicionales de pueblos y barrios, y la reforma
política del Distrito Federal ha logrado, desde el año 2000, resarcir la incapacidad de los ciudadanos de elegir a
sus gobernantes pero también ha desembocado en cíclicos conflictos y en una mermapresupuestal para enfrentar
los problemas urbanosy de deterioro ambiental del lago y sus canales.

Los problemasde las fuentes y de la periodización

Para el estudio del fenómeno urbano en la cuenca de México y para el Distrito Federal, el investigador se topa
con la ausencia de fuentes primarias que den cuenta de lo acontecido en el siglo XX, pues buena parte de los
archivos locales han desaparecido en esta y otras demarcaciones, sobre todo con la transformaciónpolítica y
administrativa que sufrió esta entidad a partir de 1929. Dicha fecha marca el arribo de la centralización política
que se ejecutó con la desaparición del municipio. Los antiguos ayuntamientos fueron sustituidos por
delegaciones políticas, y el antiguo gobierno del Distrito Federal, establecido en 1824, fue eliminado para
establecer el Departamento Central casi un siglo después.

Enel caso particular de Xochimilco, que fue escenario de la lucha armada revolucionaria y que estuvo bajo el
control zapatista del sur de la cuenca durante la segunda décadadel siglo XX, la guerra provocó la pérdida de
buenaparte del archivo municipal. Por otra parte, las instancias central y delegacional no consideraronel
resguardo de sus archivos como sustancial para sus tareas de administración y gobierno. Los documentos que se
resguardan en bodegas solamente pueden ser advertidos por los investigadores como un stock en terribles
condiciones de almacenamiento y sin posibilidades de estudio pues no existe inventario alguno y mucho menos
un intento de catalogación. El archivo de concentración de la Delegación Xochimilco ha sido presa de
depredadores —no precisamente académicos o coleccionistas—, sino de bichos de todatalla, desde
microscópicos hasta fauna nociva, volátil y rastrera. En síntesis, como víctima del Alzheimer, Xochimilco
prácticamente se ha quedado sin memoria. Sin cuerpos documentales es prácticamente imposible reconstruir
tramos continuos de hechos.
En segundolugar, otra dificultad no menores la carencia de estudios que puedan vincular las especificidades
locales a marcos de explicación más generales. Los libros y artículos sobre el impacto de la modernización en

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Xochimilco ciertamente son escasos en relación con el vasto fenómeno que supone explicar la dilatada
dimensiónde la transformaciónterritorial, política, social y ambiental de esta área.8]

En estas condiciones, la construcción de un marco conceptual también resulta una tarea complicada ante los
numerosos eventos y causales que se entremezclan en esta historia contemporánea de Xochimilco. Las
cronologías no necesariamente se empatan y muchas veces reservan sorpresas para quien quiera identificar una
evolución -o involución- lineal. Los certeros pasos que pueden aplicarse a otros estudios de caso, y que la
historiografía urbana apunta como paradigmáticos, no suelen encontrar su correlato en Xochimilco. No se
presume que existiera una ciudad preindustrial, que precediera a un estadio contemporáneo industrial.¡%iNo
puede aplicarse ese modelo, y sin embargo no puede soslayarse para la explicación del estado actual de
conformación y desarrollo de Xochimilco. Es decir, no puede explicarse la historia contemporánea de este
territorio sin incluirlo en un marco de explicación mayor del fenómeno urbano enla Zona Metropolitana dela
Ciudad de México. Su papel como proveedor de un insumohizo posible la subvención del crecimiento urbano y
el desarrollo industrial durante gran parte del siglo XX. Sin el agua de Xochimilco, la aparición y el crecimiento
de nuevas colonias en la capital no hubiera sido posible, como tampoco hubiera sido factible la política de
industrialización patrocinadapor el gobierno federal y el Departamento Central en ciertas áreas de la ciudad de
México, sobre todo a partir de la medianía delsiglo.

La incorporación de Xochimilco al fenómeno de la modernización urbana podría considerarse tardío desde la


perspectiva del crecimiento urbano, pues puede ubicarse hasta la década de los años sesenta del siglo XX como
el periodo de su inclusión al entramado de la ciudad. Sin embargo, su papel como proveedor de un servicio
sustancial para la sobrevivencia de la capital, el del agua potable, logró contribuir a la modernización urbana de
la ciudad de México. Por tanto, no coinciden estas dos variables de estudio. No corren paralelos, sincrónicos, los
periodos históricos que aluden al crecimiento urbanoy al papel de esta entidad en la dotación del servicio de
agua potable. Para el caso específico de Xochimilco podríamos considerar estos dos fenómenos como
divergentes y contradictorios. Después de agotados los manantiales que proveían de agua a la ciudad, se inició de
manera intensiva la ocupación urbana de su territorio. El agua potable se agotó antes de la urbanización.

Desdeel punto de vista de la historia de las instituciones políticas, las cronologías de los cambiosy
transformaciones suponen —desde la perspectiva secular— unaserie de transformaciones que pasan de un
modelo de representación política corporativa a un modelo centralizador y un nuevo viraje de representación
ciudadana. Esta secuencia debe contemplarse teniendo en cuenta la evolución política del Distrito Federal y su
marco jurídico. La adaptación de Xochimilco a estos modelos de representación política debe subyacer en el
análisis histórico de sus instituciones. Han sido las comunidades y sus formas de transformación las que han
permanecido en medio de estos cambios. Los barrios y los pueblos de Xochimilco han logrado imponer su
propio ritmo y continuar como engranajes de la política local. A través de la negociación o del abierto conflicto,
han realizado una historia particular en la que sus formas de identidad social han perseverado a pesar de los
cambios que la modernización urbana ha impuesto a su territorio. En este caso, habría que ponderar su
constancia, y de esta forma considerar que el tiempohasido su gran aliado.

De esta manera,sin referentes y aparentemente sin modelos, tenemos que apelar a las especificidades de
Xochimilco para encontrar su condición de excepción o singularidad en el desarrollo urbano de ésta y otras
ciudades|10.

La creación de una “necesidad percibida” y una demandaincontenible de agua

Como fenómenos aparentemente desagregados, la historia de Xochimilco en el siglo XX se ha caracterizado por


establecer diferentes tipos de relación con el ámbito urbano de la ciudad de México. En primerlugar destaca la
relación que durante la primera mitad de esa centuria estableció el entonces municipio de Xochimilco con la
capital como proveedor de agua y que se remontaa finales de siglo XIX con la decisión del gobierno federal de
construir un acueducto que dotara a la capital de este insumo tan escaso, pues no está de más recordar que esta
ciudad se encontraba asentada en los márgenes del lago salado del lago de Texcoco, y para principio de siglo,
prácticamente había agotado los manantiales de las áreas circundantes como los de Chapultepec, Santa Fe y el
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Desierto de los Leones. Esta intensiva dependencia se resquebrajó rápidamente ya que la explotación extenuante
de los numerosos manantiales de Xochimilco cortó el aprovisionamiento en la cuarta década. Prácticamente ese
fenómeno coincide con la decisión de desecar los canales en 1940 y fueron sustituidos por avenidas y calles. El
Canal Nacional o canal dela Viga desapareció en esa fecha y se rompió el antiguo vínculo que comunicabaal
centro de la capital con el lago de Xochimilco, y por el que transitaban diversos tipos de embarcaciones, desde
trajineras de carga, transporte colectivo público hasta las famosas chalupas, que todavía se construyen en
pequeñostalleres que hacen las veces de astilleros y que sólo proveen a los embarcaderoslocales.

El estudio del aprovisionamiento de agua potable a la ciudad de México debe iniciarse antes del siglo XX, pues
los estudios sobre la excelencia de las cualidades de este recurso que brotaba de los manantiales de Xochimilco
fueron un factor explicativo de su explotación y por ende, de la modernización de la capital en la plenitud de ese
siglof111..La construcción del acueducto se inició en 1900 y concluyó como unade las grandes obras públicas
heredadas del Porfiriato en 1912.

Desde una perspectiva urbanay territorial, el acueducto vinculó a Xochimilco con la ciudad de México a través
de un largo trayecto de26 kilómetros, que, posteriormente, dio origen a la actual avenida División del Norte, y
que desembocaba en un magnífico edificio que albergaba la casa de máquinas en La Condesa. El agua
almacenada era enviada a cuatro depósitos reguladores en Molino del Rey desde dondeera redistribuida a la
ciudad. Para la creciente población capitalina, el aprovisionamiento de agua fue asumida como una “necesidad
percibida”, un derecho irrenunciable que debía ser garantizado por las autoridades locales.

Detal suerte, la demanda de agua se erigió en un tema prioritario en la agenda política, tanto para los
consumidores como para los actores políticos y las instancias locales y federales de gobierno. La novedad
tecnológica se convirtió así en una cuestión esencial de las políticas públicas de las instituciones de gobierno
urbano. Uncaso ilustrativo de unacrisis política por la dotación de este servicio es del motín del agua del 30 de
noviembre de 1922.12] Las fallas técnicas en la dotación del servicio de agua potable trajo consigo un problema
político. En ese sentido, resulta pertinente referirnos al problema de la demanda de agua potable, como lo hace
Ariel Rodríguez Kuri, quien lo ubica en el contexto de la modernización urbana: “La modernizaciónde los
servicios moderniza también su demanda”713).

El imparable crecimiento urbano y demográfico que trajo consigo el fenómeno revolucionario en la capital hizo
imprescindible redoblar esfuerzos para establecer mecanismos de control político que hiciera plausible una
articulación del poder local y nacional. Acompañado de nuevas prácticas políticas, por añadidura se privilegió la
construcción de obras públicas, infraestructura de comunicaciones y redes hidráulicas que aseguraran a los
habitantes una urbanización que trajera consigo efectos multiplicadores en la economíadela capital.14] Los
servicios públicos fueron el tema de amplia discusión en los ayuntamientos del Distrito Federal, así comoenel
gobierno local y federal. En ese contexto, la supresión del régimen municipal en el Distrito Federal en 1929 tuvo
comosu justificación primigenia la necesidad de modernizar y garantizar los servicios a la población, pues se
consideraba que un panorama —donde prevalecía la fragmentación política y las disputas jurisdiccionales—
complicabael escenario para una expedita toma de decisiones en esos renglonesj13!..

Después de una precoz decrepitud, en 1930 el acueducto comenzóa fallar y perdió buena parte de su caudal. Con
enmendaduras sobrevivió hasta 1940 cuando se aumentó la capacidad de extracción con la instalación de bombas
de Xotepingo.¡161A partir de mediadosdel siglo, en Xochimilco comenzaron a agotarse los manantiales y los
canales y las chinampasrecibieron aguas tratadas de manera deficiente, que fueron acompañadas de aguas negras
provenientes de una urbanización sin drenaje. En los años noventa, se registró un hundimiento acelerado del
suelo en Xochimilco y la zona chinampera ha sufrido en formaacelerada el deterioro que significan los
desniveles de agua en los canales y que afectan de manera irremediable la explotación agrícola porel
hundimiento desigual de las chinampas. Los mantos acuíferos son vulnerables a sufrir los efectos de la
contaminación y la continua extracción imposibilita la recarga de los mismos. Sin embargo, el bombeo de agua a
la ciudad de México sigue siendo una práctica, pues todo parece indicar que puede más la sed que la escasez del
recurso y de su calidad. Actualmente, es necesario revertir ese proceso.[17i

Portanto, el análisis histórico del acueducto y sus efectos en la población y desarrollo de Xochimilco pueden
comprenderse en una cronología que difiere de lo convenido comoel inicio y final del siglo. En el caso del agua
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--de su explotación como recurso y sobreexplotación para cubrir la demanda dela capital-- el trabajo que realizó
Ernesto Aréchiga proponeel estudio de esa cuestión desde la perspectiva como un fenómeno de un siglo XX de
muy larga duración, pues arranca a finales de siglo XIX con la publicación de los estudios de Antonio
Peñafiel¡183y concluye en el siglo XXI, con el corolario del agotamiento de ese recurso y sus consecuencias en
la actividad agrícola y en la conformacióndel lago, canales y chinampas. De este modo,el trayecto del agua de
los manantiales a la capital, resulta largo, sinuoso y se inicia con la modernización de la obra pública hidráulica y
concluye, naturalmente con el agotamiento del agua y de la misma obra pública!1%]. Estos fueron los límites de
esta parte de la integración funcional de Xochimilco a la ciudad de México.

En un panoramapolítico nada alentador, el rescate integral del lago de Xochimilco y sus canales no podrá
llevarse a efecto si las instancias de gobierno local, del Distrito Federal y del gobierno federal no unen esfuerzos
para cumplir con el programa dela UNESCO quelos considera patrimonio de la humanidad.

Integración y urbanización aceleradas: llegada de nuevos grupos sociales

La expansión intesiva y extensiva de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México, que para el estudio de caso
de Xochimilco puede considerarse a la década de los setenta del siglo XX el periodo de aceleración del
fenómeno de integración y el inicio de una explosión demográfica de dimensiones insospechadas. El parteaguas
de esta historia de integración territorial la constituyó la celebración de la XIX Olimpiada. Los detonadores: el
canal olímpico Virgilio Uribe en Cuemanco, Villa Coapa, la avenida División del Norte, Viaducto-Tlalpan y el
Periférico, impulsaron un crecimiento desordenado del espacio urbano. Antes de esa época, en el tejido de la
ciudad de México no se percibía a Xochimilco, más que como una pequeña población adyacente a la ciudad.[20j
Esta conurbación de Xochimilco a la Zona Metropolitana de la ciudad de México fue un proceso tardío pero de
ejecución acelerada e intensiva que correspondió a las últimas décadas del siglo XX y que todavía hoy constituye
un problemaprácticamente imparable.

Un virtual aislamiento había dejado desecación de la tradicional vía de acceso que lo vinculabaa la capital: el
Canal Nacional. A través de un estudio de los canales como espacios de integración económica, territorial e
incluso como espacios de sociabilidad, podrían dilucidarse muchas más funciones de esta área en la vida lacustre
de la cuenca de México, especialmente como elemento integrador regional con las poblaciones de Ixtacalco,
Tlahuac y Chalco.

El tranvía constituyó un medio de transporte eficaz para el traslado de pasajeros y, en ese sentido, generó otro
tipo de vínculo de la ciudad de México con Xochimilco. En 1904, cuando se inició su construcción, todavía se
consideraba a esa demarcación como una municipalidad foránea del Distrito Federal. En otras palabras, un
municipio alejado de la capital. Inicialmente, esa vía tuvo como primerobjetivo el proporcionar transportación a
la numerosa mano de obra y materiales que se requirieron para la construcción del acueducto y fue inaugurado
por el presidente Porfirio Díaz en 1910.f13El arribo de autobuses llegó tardíamente en 1929, permitiendo el
flujo de habitantes capitalinos al sur de cuenca. Partiendo de ese supuesto, los límites políticos y administrativos
eran trascendidos por los usos sociales que de ese espacio lacustre hacía la población urbana: recreativos,
deportivos y culturales.

En unestudio específico de la historia de la urbanización en Xochimilco, Mario Barbosa define tres períodos con
objetivos y necesidades distintos. Tres momentos en que la modernización urbana fue abordada por habitantes
locales, avecindados y autoridades con una lógica y racionalidad diferente221.

La primeraetapa que Barbosa delimita de 1930 a 1970 coincide con un periodo de expansiónlento porla
incidencia de las organizacionessociales y políticas de los sectores campesinos y de los habitantes de pueblos y
barrios en la planeación y dotación de servicios. Una etapa de conciliación de intereses entre la estructura
delegacional y gobierno del Departamento Central con la organización campesina adscrita primero al Partido
Nacional Revolucionario y, posteriormente, a la Confederación Nacional Campesina del Partido Revolucionario
Institucional[231.

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El segundo periodo supuso un franco proceso acelerado de urbanización que puede ubicarse cronológicamente
de 1970 a finales de la década de los ochenta. Es Barbosa quien reconoce la importancia de las obras realizadas
con motivo de las Olimpíadas de 1968, que generaron la construcción de nuevas vías de acceso a Xochimilco,
comoel detonador de esta expansión que consolida la conurbación de la Zona Metropolitana de la ciudad de
México con este entorno rural. El crecimiento se ubicó al margen del Anillo Periférico Sur, Viaducto Tlalpan y
División del Norte y, sobretodo, alrededor del canal de Cuemanco y frente a Villa Coapa, ubicada en la
delegación Tlalpan.324]Xochimilco, Tepepan y el norponiente de la delegación fueron las áreas privilegiadas por
este proceso de urbanización.

Finalmente, Mario Barbosa sostiene que desde finales de los años ochenta hasta nuestros días, el crecimiento
urbano de la demarcación se expandió hacia las zonas de pueblos ribereños al lago siguiendo el camino a
Tulyehualco, el cual se ha constituido en el corredor a través del cual es evidente la urbanizaciónde las
chinampas y la que mayoresefectos nocivos a revertido al sistema de canales. Varios factores incidieron en esta
apropiación de grupos avecindados o externos a terrenos ubicados en las inmediaciones de las comunidades
agrarias tradicionales¡23|.. Teniendo como punto de referencia a Peter Ward, podemosafirmar que el caso del
crecimiento de Xochimilco en las últimas décadas del siglo XX, se explica por las escasas posibilidades de
crecimiento urbano del Distrito Federal que también ha obligado a la expansión metropolitana hacia el estado de
México. Porello, los terrenos agrícolas fueron susceptibles de una apropiación privada irregular en esos años.
126]
La mismalegislación y planeación de esa área en la década de los años noventa del siglo XX concurren para
explicar el estado actual de la urbanización en Xochimilco. La modificaciónal artículo 27 constitucional en 1992
sobre la propiedad agraria y ejidal pareció subvertir el orden rural que había mantenido al margendel
crecimiento urbano a estas partes de la delegación. El mercado inmobiliario y la demanda de terrenos para la
construcción de viviendas populares encontraron en esos enclaves agrarios una posibilidad de crecimiento fuera
de la regulación y normatividad creada para el efecto, pues eran consideradas zonas de conservación ecológica.
La zonaribereña, de pie de monte y de montaña vieron llegar nuevos grupos de avecindados que, aunadosal
crecimiento natural de su población, desdibujaron con la edificación de casas y conjuntos habitacionaleslos
límites existentes entre estas poblaciones y derivaron en una integración forzada de poblados acostumbradosa la
dinámica corporativa y autónoma que tenían desde la época colonial. ¡271

La falta de planeación urbana y peor aún, la existencia de una “planificación virtual”i28]ha complicado la
aplicación de normasy el ejercicio de una regulación por parte de las autoridades competentes. Pese a la
omnipresencia lacustre en el espacio que componela delegación Xochimilco, en su territorio impera cierta
diversidad por la colindancia de la montaña. De esta forma, Xochimilco ocupael tercer lugar en tamaño dentro
de las 16 delegaciones del Distrito Federal, con una extensión territorial de 134.58 kilómetros cuadrados.
Ubicadaal suroeste de esta entidad, colinda con Tlalpan, Coyoacán y Tláhuac al norte; al este con Tláhuac; al
sur con Milpa Alta, y al oeste con Tlalpan. Montañas, volcanes, ríos, lago, canales y manantiales conformanlas
características geográficas de su territorio. Entre éstos destacan los cerros de Xochitepec y Tlacualleli y los
volcanes Teuhtli y Tzompol. Los canales Nacional, Chalco, Cuemanco, el Bordo, San Juan, Amecameca,
Apatlaco y Santa Cruz recorren el lago, y las presas San Lucas Xochimanca y la Pista Olímpica Virgilio Uribe en
Cuemanco, complementaneste paisaje lacustre. Nueve embarcaderos permiten resguardar lanchas, así como las
tradicionales chalupas, canoasy trajineras, y funcionan a manera de puertos para el trasbordo de visitantes y, en
algunos casos, de mercancías y usuarios locales de las actividades chinamperas.¡29]

Tradicionalmente, la población se asentó en barrios y pueblos, que funcionaban conrelativa autonomía pero que
el crecimiento demográfico y urbano se han ocupado por desdibujar. Dieciocho barrios y catorce pueblos
conforman este complejo mosaico que se ha nutrido por la aparición de colonias, unidades habitacionales y la
defectuosa traza de la urbanización popular.

Enla caótica urbanización de Xochimilco se aprecia la difícil colindancia de barrios y pueblos con
fraccionamientosde tipo residencial, así como la coexistencia de complejos habitacionales con zonas de precaria
urbanización popular, da cuenta de una ocupación desagregada e incapaz de ser advertida como un órgano
integrado a una estructura más amplia. Coexistiendo con cierta disfunción y asimetría, esta serie de organismos
no parecen poderasimilarse en el futuro inmediato a formas de urbanización más organizadas.[304] A este
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complejo panorama habría que sumarlos problemas inherentes a la coexistencia de grupos sociales disímiles y
con cierta proclividad al conflicto: naturales, ajenos y avecindados¡31]..

Incorporadasa la ciudad, el contraste de estas zonas de Xochimilco parece acrecentarse con el paisaje que se
advierte desde el Periférico que divide y enmarca de manera entrometida y despiadada la zona ecológica del lago
de Xochimilco, sus canales y chinampas, con un complejo entramado de vías rápidas, puentes y calles invasivas.
Entre estos elementos urbanostan disímiles, brotan tulares que se rebelan a ser tragados porel asfalto. Estos ejes
que han colaborado a la conurbación de Xochimilco a la ciudad, no coexisten con el paisaje de una manera
armónica; vinculan pero no integran la nueva ciudad al mundo lacustre y ni siquiera el contraste del asfalto junto
al espejo de agua seduceal visitante o remite a una visión nostálgica al usuario de esas vías de comunicación.
102]
Los efectos de la planifcación, o de la falta de planificación urbana, son decisivos en la edificación de un entorno
y en el funcionamiento de las ciudades. Dos estudiosos norteamericanos de cuestiones urbanas, Le Gates y Stout
se refieren al papel de los planes urbanos en la vida social, como “las más grandes —y al mismo tiempo, más
invisibles-- influencias en la vida humanay su cultura”.¿331 Y junto con ellos, Anthony Tung, un especialista de
la historia arquitectónica de las ciudades y su preservación, comentó a propósito de su tránsito por la ciudad de
México que aprendió que “la cuestión de la justicia social estaba vinculada, en muchos sentidos, al proceso de
conservación arquitectónica”. 134]

Comose advirtió en páginas anteriores, la creación del Departamento del Distrito Federal obedeció a la
necesidad de expandir y asegurar los servicios urbanos y definir los parámetros de la modernización de la capital.
De ahí que la primeraley de planificación se dio en 1933 y fue modificada en 1936 y 1941, aunque “la existencia
de estos preceptos legales no permite afirmar que en México existiese una política de control del uso de suelo
urbanoy [...] que las acciones gubernamentales respondiesen a un ejercicio de planeación del territorio”.(351En
la década de los cuarenta se realizó el Primer Plan regulador y se creó la Oficina del Plan Regulador de la ciudad
de México.

La planificación urbana supone unaserie de presupuestos reguladores de un ordenado y racional crecimiento


urbano. Sin embargo, y el caso de Xochimilco puede ser advertido comoilustrativo, los planes no derivan
necesariamente en su aplicación, es decir, en una política urbana. El alcance de los planes y los programasque se
generan por la autoridad, a veces de manera consensuada, deben inscribirse en el análisis de la política urbana.
¡36En sentido estricto, la intención de regular el crecimiento urbano se originó de los años setentas con la Ley
General de Asentamientos Humanos, y se confirmó conel Plan Nacional de Desarrollo Urbano y el Plan de
Desarrollo Urbano del Distrito Federal, que marcaron directrices generales, y se complementaron en el ámbito
local con Planes Parciales de Desarrollo Urbano de las 16 delegaciones del Distrito Federal.

En 1996se sustituyó la ley de 1976, por una nueva Ley de Desarrollo Urbano del Distrito Federal, que dio
origen a un programageneral, programas delegacionales y programas parciales.[371 De esta manera,
innumerables planes, programas y reglamentosse traslapan y convergenenla planificación urbanaen el Distrito
Federal, pero se multiplican en el ámbito delegacional. Además del programaparcial de desarrollo delegacional,
en Xochimilco se aplican los programassectoriales y los que le corresponden a su categoría de subcentro urbano.

La caótica urbanización de Xochimilco y el deterioro ambiental de la delegación ilustra, en buena medida, la


aseveración de Gustavo Garza acerca del “carácter virtual de la normatividad se extiende a los 36 poblados
localizados en el área de conservación ecológica, principalmente en Xochimilco, Tlalpan, Alvaro Obregón,
Contreras y Cuajimalpa. En estos poblados ocurre una urbanizaciónno virtual, esto es, que tiene una existencia
real aunque no se observa en los planos urbanos oficiales ni se ajusta a las normas vigentes”.[38|

Ademásde planes, nuevas instituciones afloraron con objeto de regular problemas específicos, aunque con un
éxito dudoso. La Comisión Hidrológica de la Cuencadel Valle de México fue el organismo encargado de la
planeación hidráulica y subordinada a una instancia del gobierno federal comola Secretaría de Recursos
Hidráulicos. Desde los años sesenta, este organismo intentó frenar los bombeos de agua para evitar el deterioro
del subsuelo urbano y la reducción de los mantos acuíferos del valle de México y propició la importación de
agua de lugares cada vez más lejanos para abastecer a la capital.¿39]Ernesto Aréchiga confirmaen su trabajo
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que esta decisión no detuvo el bombeolocal, que se ha prolongado para el caso de Xochimilco hasta nuestros
días.¿40iTal ha sido la inoperancia de otros organismosreguladores de la aplicación de la normatividad en el
Distrito Federal y que la Ley de Aguas Nacionales de 1997 no ha podido subsanar¡4:|

La política y sus recompensas

Comoya quedó establecido en páginas anteriores, 1929 marcó una fecha representativa en la transformación
política administrativa del sistema municipal prevaleciente desde el siglo XIX a un modelo centralizado con la
creación del Departamento Central. Entonces se dio el paso del municipio de Xochimilco a delegación. De
manera paralela al cambio institucional, se estableció un modelo político clientelista en el que la centralización y
el control corporativo del Partido Revolucionario Institucional, otrora partido oficial, dejaron a un lado la
representación política local clásica por una gama de intercambios que iban desde los favores políticos hasta la
construcción de obra pública. Bien conocidos los costos de las relaciones corporativistas, éstos pueden
comprenderse desde la tradicional naturaleza corporativa de los pueblos y barrios de esta demarcación (y queel
PRI supo aprovechar): un sistema de “distribución de ganancias políticas” como apuntaba Bataillon.¡42]

Encierta forma, esta estrecha relación política y la centralización administrativa del Departamento del Distrito
Federal logró que Xochimilco ocupara un lugar importante en el espectro de planes, programas e inversión del
gobierno del Distrito Federal. La reforma política de 1997 y la elección del 2000 del jefe delegacional construyó
nuevose inéditos escenarios en la política local. El cambio de régimen y sistema político permutó la estructura
burocrática conformadapor agentes externos impuestos a la demarcación por cuadros de funcionarios locales y
nuevas formas de representación vecinal y vínculos societales que han cambiado la correlación de fuerzas
políticas locales con el gobierno capitalino y el gobierno federal. Pero en este nuevo contexto, los criterios de
asignación de inversión pública y programas parece más incierto.

Considero importante mencionar que las escuelas de pensamiento para el estudio de la política urbana
norteamericana señalan dos perspectivas para la comprensiónde la política local: estructuralista y pluralista. La
primera abanderada por Floyd Hunter desde 1953431y la segunda, que ha encontrado unsin fin de seguidores
desde 1961, con Robert Dahl¡44iintentando adaptar y comparar este modelo explicativo, podría considerarse
que los cambios políticos e institucionales en Xochimilco pueden ser estudiados como el paso de un modelo
estructuralista a uno pluralista. Con ciertos matices y mediaciones, podemos advertir la existencia hasta el año de
1997, y en muchos sentidos hasta el 2000, de un régimen queejerció el control político a través de unaélite que
concentraba la toma de decisiones y negociaba en ciertos momentosla imposición de un modelo urbano. A partir
del 2000, la elección de gobierno local transformó esa estructura de gobierno a un contexto pluralista donde el
poderpolítico se encuentra fragmentado y en abierto y continuo conflicto, y por ende, un nuevo sistema que
inhibe la concepción de un modelo urbano¿43|.. Todo parece apuntar a que este esquema explicativo deja fuera la
complejidad de fuerzas de la comunidad y de intereses económicos que inciden en la tomade decisiones y quesí
se advierte en una propuesta revisionista de Mollenkopf(46i..

La preocupación por el impacto ambiental de estos fenómenos logró consolidarse en formatardía a fines de siglo
XX. Tras una densa acumulación de errores y omisiones durante un siglo, las dificultades parecían tener visos de
solución con la declaración de la UNESCO de considerar a Xochimilco como patrimonio de la humanidad en
1987. Otra esperanza que todavía no puede llevarse a efecto por las dificultades que distintas administraciones
locales han sufrido al intentar alcanzar un consenso conelresto de las instancias federales que deben acudir para
realizar este proyecto de restauración ecológica y de conservación de patrimonio cultural¿47]..

Otro nudo paradesatar es el ejercicio de una política de índole urbana en un enclave agrario. En 1920, se publicó
un relato dramático del proceso de restitución de las tierras ejidales del pueblo de Xochimilco en el que se daba
cuenta de las dificultades de esta población y de sus comités agrariosí481para recuperar estos terrenos que se
encontraban en manos de hacendados: la resolución positiva de su solicitud por parte de la Comisión Nacional
Agraria en marzo del918, se contravino de inmediato con la determinación del presidente Venustiano Carranza
para nulificarla en julio del mismo año. Un amparo agrario y la revisión de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación ordenó la “ejecución inmediata de la posesión”de los ejidos el 20 de mayo de 1920, y fue ratificada por

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el presidente Adolfo de la Huerta el 24 de septiembre de ese año. El ejido del pueblo lo constituyeron la
restitución de la Ciénega Chica y unaparte en dotación de la Ciénega Grande.¡44]

Otros pueblos de Xochimilco corrieron con mejor suerte al ser restituidos por la Comisión Nacional Agraria y la
Comisión Local Agraria de sus tierras. Los habitantes de San Gregorio Atlapulco utilizaron sus títulos
primordiales, donde se establecían los linderos coloniales, para este proceso de restitución de las tierras que
habían sido enajenadas en 1913 por Aureliano Urrutia durante el gobierno de Victoriano Huerta.120j Los
habitantes de Tlaltenco fueron favorecidos con una dotación,i21¿al igual que los de Tepepan, que pasaron de
jornaleros de la antigua hacienda a ejidatarios, con el cúmulo de problemasque ello conllevaba y que relató con
detalle su representante ante los otros miembros de comités agrarios, erigidos en “mutua corporación”. Ello
supuso una reorganización social y productiva por las secuelas propias de la incorporación de los campesinos a
la lucha armada, en esa zona de influencia zapatista, y que supuso un virtual abandono de las prácticas agrícolas
porel ejercicio de la guerra, o en sus propias palabras “un lapso durante el cual los materiales de labranza han
dormido un sueño letárgico”.

Detal manera que las autoridades locales y federales tuvieron que apoyar la reconstrucción del ámbito rural y
agrario en Xochimilco, tanto en su formaterritorial comoen la parte de fomento agrícola. Esta relación
supondría una serie de intercambios mutuos, de reciprocidades, que dieron como fruto una promociónporparte
de la esfera del poder local y nacional de la organización corporativa de los campesinos de Xochimilco, que
posteriormente se vincularía al partido oficial a través del sector creado para el efecto. La negociación con el
sector agrario de esta demarcación resultó el fiel de la balanza en la futura incorporación de esta zona a la ciudad
de México.[52!

Lapolítica agraria del Estado mexicano respecto a Xochimilco transformó haciendas en ejidos, y en una primera
etapa, de 1920 a 1940, logró que los procesos de restitución y de dotación ejidal fuesen aparejados con escuelas,
créditos, ayuda técnica e, incluso, servicios médicos para los campesinos.¡33iUna nueva investigación debería
hacer explícita la regulación del uso y aprovechamiento de agua que supusola aplicación de la reformaagraria,
pues en este medio lacustre resulta sustancial su reconstrucción 24|.

A mediadosdesiglo, la reforma agraria contempló el reparto de tierra sin refacción ni crédito agrícola, lo que
mermólas posibilidades de este sector. Buena parte de la dotación a partir de los años cincuenta se redujo a
terrenossalitrosos de escasa y errática productividad. En ese contexto resulta comprensible la disminución de la
población económicamente activa dedicada a la agricultura en Xochimilco hacia los ochenta. Las cifras citadas
por Patricia Romero Lankao son contundentes a este respecto: suponen una disminución del porcentaje de 38.6 a
3.1135]

Asimismo, hacia 1968 el bombeo de aguadestruyó “en parte los cultivos de las chinampas, mientras que las
necesidades de la ciudad aumentaban con la población; de esta manera, los cultivos tradicionales de legumbres,
en esas regiones [Xochimilco y Chalco], perdieron gran parte de su importancia”.[5£]El enorme mercado de
consumode la capital requirió de la importación de ese tipo de productos agrícolas de otras regiones.

Porotra parte, la situación jurídica de la posesión de la tierra en Xochimilco hasta la década de los años noventa,
ayudó a mantenerla agricultura tradicional pero frenó las posibilidades de inversión de los campesinosy la
adaptación moderna de sus formas de cultivo.377;

El paisaje rural fue también modificado por las prácticas agrícolas modernas: las chinampasantes rodeadas de
canales se encuentran unidas, recurren al riego y los fertilizantes químicos utilizados en ellas, han provocado una
serie de desajustes orgánicos que dan origen a la invasión de los canales con lirio acuático y varios tipos de flora
y fauna nociva. Pese a estas circunstancias, la agricultura como actividad ha dejado en claro la vocación y uso
tanto del entorno lacustre como de sus habitantes. En esta aparente contradicción entre negativas condiciones
objetivas y encomiable perseverancia campesina debe evaluarse la actividad agrícola de Xochimilco.

Unaspecto relevante para el estudio de este fenómeno se encuentra en el reconocimiento explícito que el
gobierno federal y los gobiernos de las regencias en el Distrito Federal otorgaron a las organizaciones
campesinas, y agropecuarias en general, de esta demarcación. La continua presencia de los presidentes
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posrevolucionarios hasta los neoliberales de las postrimerías del siglo XX resume el peso de estos contingentes
en el aparato corporativo del entonces partido de Estado. Un sistemático flujo de intercambiospolíticos y de
recursos acuíferos se dio en este ámbito rural de la capital nacional. Este proceso puede ser evaluado desde cierta
óptica del análisis político como una especie de política clientelista que el régimen posrevolucionario propició
para apuntalar alianzas estratégicas. Pero también podría comprenderse como parte de una necesidad básica de
negociación con estos grupos sociales por las necesidades políticas que el crecimiento de la gran urbe había
generado, como lo señala atinadamente Cuauhtémoc Hernández Silvai38|.

Los campesinos y los ganaderos de Xochimilco quizás fueron cuantitativamente disminuyendo como
contingentes en el universo agrario mexicano y en el Distrito Federal, pero ello no supone que no representen los
intereses territoriales de la comunidad de Xochimilco. Ese sería el aspecto relevante de este estudio de caso,
definir con claridad que independientemente de su filiación partidista y corporativa, los campesinosde
Xochimilco en sus diferentes vertientes (ejidatarios, chinamperos, comuneros) son representantes de su
comunidad en el más amplio sentido de este término. Asimismo, lo han sido los trajineros y comerciantes que
viven de las actividades propiciadas por los embarcaderos y los diversos canales de Xochiímilco.¡3%]

De lo lacustre y rural a lo urbano. Consideraciones finales

Patricia Romero Lankao proponerevisar la historia de Xochimilco en el siglo XX a la luz de una contradicción
entre lo rural y lo urbano y define la conurbación reciente de esa área con la Zona Metropolitana de la Ciudad de
México como una forma de apropiación de un entornorural a lo urbano. Las haciendas, ranchos, pueblos y
comunidades agrarias fueron sometidos a la lógica de las necesidades de la ciudad de muy diversas maneras:
demanda de productos agrícolas, demanda insaciable de agua y demanda de suelos de uso urbano.¡£9|
Siguiendo a esta autora, la política de industrialización sustitutiva de importaciones fomentada por el Estado
mexicano a partir de la década de los cuarenta, convirtió al campo en subsidiario de la población dedicada a la
industria y servicios, al garantizar precios bajos de productos agrícolas y de agua. En ese sentido, Xochimilco
puede ser considerado como necesario en ese modelo que erigía a la capital como centro industrial.
Cabría proponer algunas consideraciones históricas acerca del tránsito de lo rural a lo urbano en Xochimilco. Sus
pueblos y sus barrios han establecido ciertas formas de resistencia social a algunos de los cambios que le ha
impuesto la urbanización, tanto en la ejecución de proyectos comoel rescate ecológico propuesto en los
ochenta,como conflictos directos con nuevos grupos avecindados y que se han apropiado de espacios tanto de
manera individual como corporativa, por pertenecer a grupos o partidos políticos del Distrito Federal.[é]|

Como cuñas, los nuevos avecindados son la personificación de la expansión urbana en zonasrurales, en pueblos
y barrios ancestrales, y su presencia ha generado diversos desajustes sociales: incremento demográfico,
concomitante aumento de la densificación, diversidad en las categorías ocupacionales, ¡£;?ireacomodo de
identidades societales e incluso nuevas formasde representación frente a las tradicionales de los pueblos y
barrios. Un nuevo reconocimiento o identificación social procede de esta coexistencia y definitivamente
construirá nuevas identidades colectivas que responderána esta apropiación del espacio por los distintos grupos
sociales. La preeminencia de los conflictos hace necesaria la refundación de nuevas identidades sociales que
logren conciliar concepciones urbanas conlas ruralest4,3|.

Fotografías aéreas que ilustran el proceso de urbanización de Xochimilco en el siglo XX, pueden sugerir, aparte
de la transformación urbana, una nueva topografía social, un nuevo mapa de un abigarrado conjunto de grupos
sociales con orígenes diversos, y por tanto, con intereses igualmente disímiles. Entre los antiguos trazos de los
pueblos y barrios puede aadvertirse entramado anárquico de los asentamientos irregulares, siempre propensos a
ser “regularizados” en papeles y documentos oficiales, pero que en este contexto no son susceptibles a la
remodelación urbana, a la modernización. Esta fase de la urbanización popular tiene un correlato social con un
futuro impredecible. En el centro de esta anarquía se encuentra la modificación al artículo 27 constitucional que
permitió el traslado de dominio de las propiedades ejidales y comunales a la esfera de los intereses inmobiliarios
y privados, y ha hecho propensaa esta área a más conflictos por la acusada polarización social y la

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reorganizaciónterritorial.¿64iEste proceso es paradójico pues los avecindados son recibidos con resistencia pero
muchosde los terrenos donde se asientan han sido vendidos, legal o ilegalmente, por los naturales.163]

Como elemento esperanzador de este espacio lacustre y rural, las chinampas ubicadas todavía entre los canales
continúan como medio de producción agrícola y como punto de referencia del pasado lacustre de Xochimilco y,
por extensión, del pasado social y cultural de la ciudad de México. Como unidades de producción o
microempresas, los chinamperos se ha adaptado al mercado de productos agropecuarios. Estos fenómenos han
sido reconocidos en el marco de la llamada “nueva ruralidad”. En este marco, la relación campo-ciudad tiende
nuevos puentes que intentan vincular y no disociar este nuevo binomio, donde se perciben menos rupturas y
supone más reelaboracionesde la tradicional concepción campesina en el ámbito urbano. Utilizando palabras de
María Soledad Cruz Rodríguez, podría considerarse para el caso de Xochimilco, “si lo rural tiende a incorporar
elementos urbanos como parte de su misma identidad y problemática específica, ¿no será posible que también
para explicar el fenómeno urbano se tenga que reconsiderar a los aspectos rurales como parte del mismo?”i264]

Finalmente, recapitulando la idea central de este trabajo, convengamos que un Xochimilco sin arquetipo,es
decir, sin lago, canales y montañas, no puede ni debe ser un planteamiento que puedasiquiera imaginarse. El
caso de la ciudad de México, en continua batalla contra la cuenca, no debiera repetirse en la subcuenca de
Xochimilco.

Notas

[3]Hertmans, 2003, p.224.

[2]La Capria, 2004, p. 9.

[3]Por ello, tomo el concepto de modernización de Marshall Berman. Para este autor, la modernidad supone entrar a un mundo de
paradojas y contradicciones. Siguiendo la descripción critica de la modernización decimonónica que hace Marx en el Manifiesto
comunista, Berman coincide con ese autor en la idea de la vorágine que se desata en el mundo urbano por el entorno moderno: “Todas las
relaciones estancadas y enmohecidas, con su cortejo de creencias y de ideas veneradas durante siglos, quedan rotas; las nuevas se hacen
añejas antes de haber podido osificarse. Todo lo sólido se desvanece en el aire; todo lo sagrado es profanado”. Berman, 1991, p.7.
Asimismo, Bohem señala que “bajo el sínodo de la modernidad las ciudades se adueñaron del desarrollo industrial y agregaron sustancia al
intercambio desigual con el campo...La modernización del campo en un país comoel nuestro ha sido un proceso selectivo y localizado, que
ha desarticulado pueblos y comunidades y ha marginado a sus habitantes de las alternativas autónomas de desarrollo”. Bohem, 1989, p.3.

[4]Entiendo por arquetipo un “modelo originario”, tal y como lo registra Abbagnano, 1985, p. 99. En este caso en particular puede
considerarse como arquetipo la ciudad junto con su condición lacustre, que histórica y geográficamente han prevalecido como binomio en
esta área de la Cuenca de México.

[5]Romero y Duffing, 2004, p.209-250. Enla línea de investigación socio-ambiental los autores suponen que la explotación agricola, el
cuidado del agua como recurso y la urbanización son procesos contradictorios en el caso Xochimilco.

6]Desde la obra insuperada de Gibson,1981 hasta la propia historiografía de Xochimilco producida por historiadores y antropólogos
como Rojas, 1983, 1995 y 1998; Pérez Zevallos, 2002 y 2003; Tortolero,1996; Perló, 1999; Romero Lankao, 1999 y otros estudios
académicos han reconocido la importancia del lago de Xochimilco y Chalco para la organización política, agrícola, social y cultural de esa
área. En Espinosa, 1996 puede encontrarse una explicación histórica y actualizada del funcionamiento hidrológico de la cuenca, además de
hacer un recuento pormenorizado de la vegetación emergente, flotante y sumergida en los lagos, así como una extensa taxonomía de los
peces y las aves del entorno lacustre.

[7]Cruz, 2001, p.14 ; Bohem, 2005, p.53.

[S]En los últimos años, la delegación Xochimilco y el Instituto Mora realizaron un esfuerzo por elaborar una visión sintética de la historia
de Xochimilco: Pérez Zevallos,2002 y 2003; Hernández Silva, 2003; Garzón,2002 y Terrones (coord.), 2004.

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[9]Sería el caso de algunas de las delegaciones ubicadas en el norte del Distrito Federal como Azcapotzalco y Gustavo A. Madero. Este
último caso puede considerarse como un modelo clásico para el estudio del fenómeno urbano por los certeros, aunque lentos, pasos de esa
demarcación de una zona rural a urbana, con una economía industrial que cedió a la actual vocación hacia la comercialización y ocupación
de la población en el diverso ramo de servicios. Para un estudio histórico sobre la historia y la modernización urbana de la Delegación
Gustavo A. Madero y la zona de la Villa de Guadalupe vid. Terrones(coord.), 2003 y Terrones(coord.), Economía, 2003, ambos por
publicarse.

[103Una lectura esclarecedora de los modelos para estudiar la ciudad moderna es Rodríguez Kur1,1995, p.156 y ss. En ese artículo el autor
contrasta las diferentes concepciones historiográficas acerca del fenómeno urbano en la modernidad y que se alejan de respuestas univocas
y mecánicas.

[£1]Aréchiga, 2004, p. 98, 125-128.

[123 Rodríguez Kur1,2005, pp.3-8. Este autor indica que para 1912, 14 mil casas de la ciudad de México recibían agua de los manantiales
de Xochimilco. Para 1913, “la demanda había aumentado en un 50%, al pasar el consumo de 160 a 240 litros por habitante. En todo caso,
existe evidencia de que el crecimiento de la demanday tal vez las limitaciones del sistema llevaron a que el agua escaseara en 1917, 1922,
1923, 1925 y 1929” . Esta imbricada relación entre “necesidad percibida” y derecho se dio a sólo a diez años del establecimiento de
distribución moderno.

[133Rodríguez Kuri, 2005, p. 8...

[143 Jiménez, 1993, pp. 196-207. Otros ejemplos de modernización urbana en Rodríguez Kuri,1995, pp. 163-164.

[151 Para una revisión de los temas y de los problemas sobre la reorganización administrativa en la conformación del Departamento
Central, vid. Departamento,1929, pp.5-11. También una revisión de las discusiones sobre la inoperancia del sistema municipal, la
deficiencia de los servicios municipales y la necesidad de “tecnificar” la cuestión de la dotación de servicios urbanos en £/ Universal, 8 de
septiembre de 1928 y ver discusiones sobre esos temasa lo largo de agosto a diciembre del mismoaño.

[16]Aréchiga, 2004, p.138-139.

[17] Aréchiga, 2004, p.125-144.

[SiPeñafiel, 1884.

[193Aréchiga, 2004, p. 126-127.

[20%López Rangel, 1993, p.52.

243Hernández Silva, 2003, p.62.

[22]Barbosa,2004, pp.155 y ss.

1231 Barbosa,2004, p.176.

1243Vid. Plano de las instalaciones olímpicas en la ciudad de México de 1968 en Rodríguez Kuri, 2003, p. 69.

[251 Barbosa,2004,pp.182 y ss.

[26]Ward,1991, p. 72.

[27]Cruz, 2001, p. 14.

2814 La idea de “planeación virtual” proviene de Garza, 1998.

22)Departamento, 1997, p. 17-19.

[303En contraste a la idea sistémica o funcional de las ciudades de Oscar Handlin, Xochimilco parece no asimilarse a la característica

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fundamental de una ciudad moderna., “en una parte complejamente integrada a una estructura más amplia”. Vid. Rodríguez Kuri. 1995,
p.153.

[21]Barbosa,2004, p.153-207.

[323Como ya se ha establecido en páginas anteriores, las principales vías de comunicación de Xochimilco con la ciudad de México son:
Anillo Periférico, Canal Nacional, División del Norte, Tenochtitlan, Muyuguarda, México y Caltongo. Con su zona natural y tradicional de
imfluencia, o sea hacia suroeste del Distrito Federal, los caminos de Santiago Tepalcatlalpan y hacia el estado de Morelos, la carretera a
Oaxtepec. Vid mapas elaborados por el Mario Barbosa y Alejandro Dionicio en Barbosa, 2004, p.172-175. En las antípodas de esta
organización del espacio urbano podría considerarse el caso de la transformación y modernización del paisaje realizado por Robert Moses
en Nueva York en las primeras décadas del siglo XX, quien logró de manera exitosa entrelazar el paisaje natural de las playas y riberas del
Río Hudson con modificaciones arquitectónicas, paseos, parques y vías de comunicación. Moses se propuso “entretejer los cabos sueltos y
los márgenes deshilachados dela tapicería arterial metropolitana de Nueva York”. Vid. Berman, 7odo, 1991, p.314 y ss.

[335 Le Gates y Stout, 2000, p.295.

343Tung,, 2001, p. 389. En el mismo caso ubica el problema de la preservación arquitectónica en las ciudades de Estambul, Cairo,
Jerusalén, Berlín y Moscú. Tung comenta la sensación sobrecogedora que lo invadió al visitar el Templo Mayor. Como arquitecto señala
que la preservación de este sitio condensa la contradictoria visión que la ciudad de México le ofrece al visitante: “la conservación de la
antigua metrópolis es un símbolo de esperanza en una vasta, fracturada, pobre, moderna megalópolis”, p.406.

[351 Los antecedentes pueden consultarse en Ziccardi, 1991, p.161.

[36] Ziccard1,1991,p.73 y 161

[373 Garza, “Normatividad”, 1998, p. 101 y Greene y Hernández,2003, pp.39 y ss.

[383/bid., p.137.

[393 Batalllon y D'Arc, 1973, p.146.

403Aréchiga, 2004, p.142.

411Bohem, 2005,p.52 y ss.

1423 Bataillon,, 1997, p.156.

431Hunter, 1953.

443Dahl,1963.

[451 Le Gates y Scout, 2000, pp.215-218.

463Mollenkopf, 1983.

[473 Garzón. 2002, pp.21-28. El autor realiza una crónica de los problemas que pretendia solucionar el rescate de Xochimilco, los
proyectos existentes y las dificultades para llevarlos a efecto.

[481 Los comités agrarios se conformaron en las áreas de influencia carrancista a raiz de la Ley agraria del 6 de enero de 1915, para que los
pueblos hicieran sus solicitudes de restitución o dotación de ejidos. En la posrevolución, esos comités se convirtieron en la base de la
organización agrarista que se promocionó a partir de 1923 y en 1926 por la Liga de Comunidades Agrarias tanto estatales como la
nacional. En 1921 en el Distrito Federal no existía ninguna organización que aglutinara en forma corporativa a estos comités agrarios, por
ello el interés del gobernador Celestino Gasca del Partido Laborista Mexicano por patrocinar este Primer Congreso Agrario e incluirlo
comoclientela de dicho partido político. Terrones y Ulloa, 1985, pp.953-959,

[491 “Informe del C. Facundo Olivares (Xochimilco), Xochimilco, 9 de septiembre de 1921, en Congreso, 1921, pp. 49-52.

[$03 “Informe del C. Juan C. Nieto (Atlapulco)”, San Gregorio Atlapulco, 9 de septiembre de 1921, en Congreso., 1921, pp.57-58. Los

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títulos aludidos fueron traducidos del nahuátl, comentados y publicados en la versión de Reyes y Pérez Zevallos.2003, por encargo del
pueblo de San Luis Tlalxialtemalco.

[311 “Informe del C. Nicolás Rioja (Tlaltencoy”, Tlaltenco, 7 de septiembre de 1921, en Congreso. 1921, pp.59-60.

[$23 Henri Lefebvre hizo una reflexión pertinente para una comprensión del sentido de la reforma agraria en un marco de explicación
general del fenómeno de urbanización en el siglo XX. Este autor consideraba en los años setenta “¿Qué es lo que reemplazará a la reforma
agraria? La reforma urbana[...] las cuestiones urbanas no son más que un eslabón y un aspecto de la revolución socialista en los países
industrializados”. Lefebvre, 1971, p.206.

[531 Celestino Gasca, “Acuerdo creando una escuela en cada ejido”, 20 de octubre de 1921. En su cargo de gobernador del Distrito
Federal, Gasca apoyó las decisiones de restitución y reparto ejidal de la Comisión Local Agraria en el Distrito Federal ordenando una
escuela con las “condiciones pedagógicas e higiénicas que sea menester” para cada uno de los ejidos establecidos en su territorio. No debe
olvidarse que el gobernador Gasca pertenecía al Partido Laborista Mexicano y que, seguramente, preveía con estas prácticas allegarse a los
comités agrarios del DF, todavía no agrupados en confederaciones o partidos de advocación agrarista. En Congreso.1921, pp. 103-104.

[543 Para el caso de la cuenca Lerma-Santiago y el caso especifico de Chapala en Boehm,1989 y 2005.

[533Romero y Duffing, 2004, p. 211-250.

[503 Bataillon,1968, p.37.

[57Bataillon, 1968, p.38.

[381 Hernández Silva, 2004, p.58-60.

[$93Muchos grupos de campesinos fueron asimilados a la organización corporativa del Partido Revolucionario Institucional a través de la
Confederación Nacional Campesina. Los trajineros y comerciantes fueron atraídos al Sector Popular de ese partido a través de la
Confederación Nacional de Organizaciones Populares que se creó en 1942,

[693Romero y Duffing,2004, p. 212-213,

[613 Barbosa, 2004, pp.166-167

[621 Departamento, 1997, p. 94. En ese estudio se considera que la Delegación Xochimilco muestra una diversidad en las categorías
ocupacionales que contrasta con sus semejantes dedicadas a actividades agropecuarias como Tláhuac, Magdalena Contreras, Cuajimalpa y
parte de Álvaro Obregón, pues “mantiene una estructura económica considerablemente más diversificada y supera en forma importante en
número de establecimientos económicos a las tres primeras”. El sector comercial y de servicios resulta más importante en Xochimilco que
en las otras delegaciones citadas, lo cual significa un desplazamiento más acusado de las actividades primarias o agropecuarias hacia las
terciarias.

[631 Sobre este punto resulta muy ilustrativo el estudio de caso del Centro Histórico después de los sismos de 1985 y que realiza Sergio
Tamayo para advertir nuevas identidades colectivas. La reconstrucción de esta área abrió el debate entre los pobladores y las autoridades
acerca de la modernidad y el tradicionalismo de esta zona y su adaptación a la reconstrucción de viviendas. Tamayo,2002, pp.162-163,
Sobre los ejes de la identidad en los barrios en Aréchiga, 2003, pp. 29-73.

[643 Algunos puntos de discusión acerca de esta reforma constitucional y su impacto urbano en Cruz,2001, p.251 ss.

[66] Cruz, 2001, p.296.

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Fichabibliográfica:

TERRONES, M? E. Xochimilco sin arquetipo. Historia de una integración urbana acelerada en el siglo XX. Scripta Nova. Revista
electrónica de geografía y ciencias sociales. Barcelona: Universidad de Barcelona, 1 de agosto de 2006, vol. X, núm. 218 (37).
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