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Cárdenas García, Efraín

Método para el análisis espacial de sitios prehispánicos. Estudio de caso: el Bajío
Palapa, Vol. III, Núm. I, enero-junio, 2008, pp. 5-16
Universidad de Colima
México

Disponible en: http://redalyc.uaemex.mx/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=94811212003

Palapa
ISSN (Versión impresa): 1870-7483
palapa@ucol.mx
Universidad de Colima
México

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Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto
 Palapa | issn: 1870-7483 | Vol. 1ii | Núm. i | pp. 5-16 | Enero-junio de 2008
INVESTIGACIÓN || RESEARCH
Método para el análisis espacial de sitios prehispánicos.
Estudio de caso: el Bajío
Method for spatial analisis of prehispanic sites. Study case: el Bajío
Efraín Cárdenas García1
Recibido: 09/02/08 || Dictaminado: 09/03/08, 10/03/08 || Aceptado: 15/04/08
Resumen
Este artículo es el resultado parcial de una investigación
más amplia cuyo objetivo principal es la explicación de los
procesos sociales y culturales que se desarrollaron en la
región del Bajío entre los años 350 y 750 d.C. Se trata de un
estudio a escala regional llevado a la exploración a nivel de
asentamiento, de los espacios edificados y de los espacios
concretos de trabajo, habitacionales, rituales y de vida coti-
diana. El artículo esboza una estrategia metodológica para
entender la relación entre el medio ambiente, los espacios
construidos y el comportamiento humano y social de una
población que se extendió prácticamente en todo el Bajío y
una parte considerable del norte del estado de Guanajua-
to. Los cuatro niveles de análisis espacial posibles son: a)
macrorregional, a partir de la delimitación de Mesoamérica
de Paul Kirchoff; b) regional, basado en rasgos ambientales
y culturales; c) del sitio y su estructura espacial o urbano-
arquitectónica; y d) de los espacios concretos de interacción
social: de habitación, espacios abiertos de trabajo, de con-
vivencia y de vida cotidiana en general. En este trabajo se
explican sólo los tres primeros niveles y se esboza el cuarto
como parte de la estrategia metodológica propuesta.
1
efrain@colmich.edu.mx
El Colegio de Michoacán, A.C.

Abstract
This paper presents some results of a broader research with
the principle aim of explaining the social and cultural pro-
cesses that took place in el Bajío region, between AC 350
and AC 750. It is a regional study which explores at the sett-
lement level, the constructed structures, the working and
dwelling areas, and the spaces of everyday life and ritual. The
paper addresses the methodological strategy that enables
the understanding of the relation between the natural en-
vironment, the built spaces, and the individual and social
human behavior of a population that extended in fact all over
el Bajío region and to a great part of the north of the State of
Guanajuato. The four levels of spatial analysis in the present
study are: 1. Macroregional level, based on the Mesoameri-
ca delimitation by Kirchoff; 2. Regional level, based on the
environmental and cultural features; 3. About the site and
its spatial structure or “urban architectural” configuration;
and 4. About the actual spaces of social interaction such as
dwelling spaces, open-air working areas, spaces of cohabi-
tation, of social interaction and daily life in general. In this
paper only the three first levels are explained and the fourth
is briefly sketched as part of the methodological strategy to
develop.
PALABRAS CLAVE| análisis espacial, arquitectura prehispáni-
ca, el Bajío.
KEY WORDS | spatial analysis, pre-Hispanic architecture, el
Bajío.
Revista de Investigación Científica en Arquitectura
Journal of Scientific Research in Architecture
 Efraín Cárdenas García || Método para el análisis espacial de sitios prehispánicos
Introducción
Este texto es el resultado parcial del proyecto de investiga-
ción La arquitectura prehispánica como indicador de prácticas
culturales, en la zona arqueológica de Peralta, Abasolo, Gua-
najuato, desarrollado dentro del Programa Interinstitucio-
nal de Doctorado en Arquitectura (pida), bajo la dirección
de las doctoras Catherine Rose Ettinger McEnulty y Veró-
nica Zamora. Los trabajos del Proyecto Integral Zona Ar-
queológica Peralta cuentan con la autorización del inah y
son dirigidos por el autor. El proyecto recibe y agradece los
apoyos del Fideicomiso de Administración e Inversión para
la Realización de Actividades de Rescate y Conservación de
Sitios Arqueológicos (fiarca) en el estado de Guanajuato,
donde participan el inah, iec, sdsyh, el municipio de Aba-
solo y El Colegio de Michoacán.
El objetivo principal de la investigación es conocer y ex-
plicar los procesos sociales y culturales que se desarrolla-
ron en la región del Bajío entre los años 350 y 750 d.C. Es
un estudio a nivel local de los espacios concretos de las
actividades humanas (o áreas de actividad) dentro de un
asentamiento que se considera representativo de una tra-
dición cultural regional. El hecho arquitectónico es la apli-
cación de un mismo concepto en el diseño de ocho varian-
tes edificadas; la cuestión entonces es entender por qué se
repite ese concepto en sitios de distinta jerarquía y a qué
obedecen dichas variantes.
La fase actual de la investigación representa la conti-
nuación de las exploraciones realizadas en el Bajío desde
1986 para el proyecto Atlas Arqueológico de Guanajuato
encargado por el inah (Cárdenas, 1988), que ha logrado,
entre otras metas, catalogar mil 180 sitios arqueológicos.
De este universo fueron seleccionados 174 lugares donde
se detectó un mismo trazo arquitectónico; se localizaron
también una serie de yacimientos de materias primas de
gran valor para las sociedades mesoamericanas, principal-
mente de obsidiana, riolita, ópalo, caolín y bancos de arcilla
para la alfarería.
La presencia de un mismo concepto en los espacios
constructivos (templo y patio hundido) como representa-
ción básica demuestra que se trata de una sociedad que
compartió prácticas colectivas, valores culturales, estéticos
y rituales, lo cual la llevó a concebir y construir espacios
similares para prácticas semejantes.
Hasta este momento del trabajo, los datos siguen sien-
do de carácter regional. Se determinó una jerarquía de si-
tios en la que se aplicaron los criterios de monumentalidad
constructiva, extensión y complejidad en su configuración;
asimismo se aplicaron modelos de agrupamiento espa-
cial tomados de la geografía humana y se identificaron los
asentamientos mayores, interpretados como cabeceras de
poder en territorios específicos.
 Palapa | Vol. 1ii | Núm. i | Enero-junio de 2008
En lo sucesivo, la investigación pretende centrarse en
un solo sitio, explicar cómo interactuaban los habitantes
de los asentamientos de distinto tamaño y reconocer en
primer término las similitudes y diferencias entre los espa-
cios construidos, su ubicación en el entorno, su uso y las
prácticas desarrolladas en cada uno.
Las seis cabeceras de poder identificadas en el Bajío
también interactuaron entre sí, consolidándose a lo largo
de casi tres siglos como una serie de comunidades políti-
camente autónomas en su territorio, que participaban en
un sistema de intercambio regional y estaban permeadas
o enlazadas por relaciones de parentesco. El camino para
demostrar estas propuestas es complicado y requiere de
varias acciones: primero, conocer los usos de los distintos
componentes de la estructura urbano-arquitectónica de Pe-
ralta, el sitio de mayor complejidad constructiva del Bajío;
luego, efectuar excavaciones para conocer en qué se utili-
zaban los espacios construidos mediante la identificación
de los materiales arqueológicos asociados a cada contexto;
y, finalmente, hacer un estudio comparativo con otras so-
ciedades, apoyado en analogías arquitectónicas, arqueoló-
gicas, etnográficas e históricas.
Para la elaboración de este ensayo se tomaron en cuenta
lecturas que entienden el concepto de la arquitectura como
el espacio habitable y se trató de identificar los principales
debates en la investigación para situar el proyecto en los
escenarios de la teoría arquitectónica, sin olvidar que en
los contextos regionales y ambientales los postulados de
la ecología cultural siguen vigentes. La teoría antropológica
y la metodología de la arqueología son, inevitablemente,
parte sustancial de la investigación.
Los niveles de análisis espacial
El propósito central de este trabajo es mostrar cuáles son
los distintos niveles de análisis espacial aplicados a la in-
vestigación, por qué son importantes y cómo se logra esa
aproximación metodológica y técnicamente.
El ámbito espacial en el estudio de la arquitectura pre-
hispánica se maneja en cinco posibles niveles que van de lo
universal a lo regional y finalmente a lo particular:
1. Nivel macrorregional o mesoamericano, en el que se ma-
nejan diversos casos para propósitos comparativos. Su
utilidad deriva de que en términos culturales y sociales,
Mesoamérica es un universo de sociedades que interac-
tuaron y de alguna manera los rasgos culturales en diver-
sas regiones se debieron a un gran flujo de ideas, redes co-
merciales y sistemas de comunicación o de intercambio.
2. Nivel regional, en el que las regiones se consideran como
construcciones heurísticas que permiten aproximarse al
 Efraín Cárdenas García || Método para el análisis espacial de sitios prehispánicos
objeto de estudio. Aquí se maneja una construcción re-
gional del Bajío basada en rasgos ambientales, como su
ubicación en la cuenca del río Lerma y la distribución del
rasgo arquitectónico de patio hundido. Se analiza el sis-
tema de asentamientos y las fuentes de abastecimiento
de recursos.
3. Nivel de sitio y su estructura espacial o urbano-arquitectónica,
en donde se privilegia la visión de conjunto tratando de
entender la lógica de la distribución, de las proporciones y
de los usos. Este conocimiento da la pauta para inferir las
relaciones sociales y la interacción entre los componentes
del sitio.
4. Nivel de los espacios concretos de interacción social, tales
como espacios de habitación, espacios abiertos de tra-
bajo, de convivencia y en general de vida cotidiana.
Aunque existe un nivel comparativo mucho más amplio
de análisis espacial en el campo de la antropología y la ar-
queología, en el mundo conocido como el de los “estados
tempranos” o “estados prístinos” (donde se incluyen Me-
sopotamia, Egipto, China, India, Perú y Mesoamérica), en
este trabajo sólo se destacan los niveles de estudio aplica-
dos directamente a la investigación arquitectónica y espa-
cial en el Bajío.
Nivel macrorregional
El primer nivel de análisis espacial lo podemos definir
como macrorregional o mesoamericano; aquí los estudios
deben comparar un caso específico con otros desarrollos
socioculturales en el contexto de las sociedades mesoame-
ricanas. Dicho de otra manera, la obligación de un estudio
como este es comparar en un universo tan amplio como
podamos controlarlo. Ese universo para los antropólogos y
arqueólogos se llama Mesoamérica. Un debate importante
al que se puede contribuir desde Peralta y desde el Bajío es
el de explicar cuál fue el papel de esa sociedad —si es que
lo tuvo— en los movimientos poblacionales de finales del
periodo que llamamos epiclásico (entre los años 700 y 900
d.C.), mismos que generaron cambios en el orden político
y social de la cuenca de México.
Los procesos políticos en la historia prehispánica pue-
den ser vistos de manera muy distinta desde esta región: la
caída de Teotihuacán y el surgimiento de Tula como el gran
centro político de la cuenca de México. Estas explicaciones
representan así la mayor connotación posible de análisis
espacial y cultural. Otras implicaciones culturales que tiene
este nivel contextual ya han sido trabajadas en un estudio
anterior (Cárdenas, 1999); baste decir que las manifesta-
ciones arquitectónicas de los espacios cerrados o patios
hundidos —como se manejan en los textos sobre arqui-
Palapa | Vol. 1ii | Núm. i | Enero-junio de 2008
tectura prehispánica— se presentan en lugares y regiones
distintas, con usos, prácticas y significados diferentes.
En el presente caso de estudio el concepto de plaza,
tal como lo define Azevedo (1999), es sustituido por el de
espacio bien delimitado al que Alfonso Caso le asignó el
nombre de patio hundido. Las variantes constructivas son
muchas, dependiendo de las regiones donde se explore;
Monte Albán en Oaxaca y La Quemada en Zacatecas sin
duda representan las mayores expresiones de este diseño
arquitectónico. Pero también en otras regiones del área
maya, norte y Golfo de México existen esas construcciones
cerradas o patios hundidos (ver figura 1).
FIGURA 1 | nivel mesoamericano. Ubicación de los sitios relacionados con la
arquitectura de patios hundidos. Destacan La Quemada al norte y Monte
Albán y los valles centrales de Oaxaca al sur. Mapa base: inegi, elaborado
por Marco A. Hernández, con información del autor.
el Bajío, la región de estudio, es junto con los valles
centrales de Oaxaca donde hay mayor concentración y
diversidad de espacios cerrados o hundidos. Quizá una
aportación de esta investigación no es precisamente el
“descubrimiento” de este diseño (hay referencias muy an-
tiguas que documentan estos patrones edificados) sino
la conceptualización de una versión de espacios públicos
aparentemente distintos al concepto de plaza; me refiero al
principio constructivo de templo-patio hundido como célula
de la arquitectura prehispánica del periodo clásico en esta
región. Es importante destacar que la vida en Mesoamérica
tuvo diferentes conceptos en la construcción de sus espa-
cios habitables, entendiendo con ello el asentamiento, las
edificaciones y su entorno apropiado o integrado. La discu-
sión que aquí se presenta tiene respaldo en la propuesta de
Azevedo (1999), privilegiando el significado sobre la forma.
Esta es una posibilidad de análisis e interpretación que de-
berá trabajarse en el futuro.

 Efraín Cárdenas García || Método para el análisis espacial de sitios prehispánicos

El último comentario sobre este nivel de análisis es que
hay un concepto de espacio delimitado que forma parte de
la estructura urbano-arquitectónica de los sitios del Bajío. El
concepto cambia y se notan ocho variantes constructivas;
la distribución y proporciones también muestran cambios,
por lo que será necesario revisar las categorías tipológicas
de los patios hundidos, integrar los elementos asociados y
conceptualizar los usos y significados de dichas variantes
arquitectónicas.
considerar esta situación puesto que el Eje Neovolcánico
contiene la mayor cantidad de yacimientos de obsidiana de
toda Mesoamérica, desde el Pico de Orizaba en Veracruz, el
yacimiento de Guadalupe en Puebla, Otumba, Zacualtipan
y la Sierra de las Navajas en Hidalgo, hasta los yacimientos
de La Joya, Llano Grande y La Primavera en Jalisco. En la
región de estudio, considerando la planicie y serranías co-
lindantes, se han detectado seis yacimientos de obsidiana:
Zináparo-Varal, Ucareo-Zinapécuaro, las sierras de Pénja-
mo, Abasolo y Los Agustinos y Ojo Zarco (ver figura 3).

Nivel regional

El segundo nivel de estudio implica la interpretación de las

relaciones espaciales entre los distintos componentes de
las sociedades prehispánicas, sus vecinos, sus territorios
y las áreas de captación de recursos; todo ello integra lo
que se trató en algún momento de los estudios espaciales
en arqueología como sistema de asentamientos. Si bien
la arqueología ha abandonado estos conceptos casi por
completo, en este trabajo resultan de gran utilidad para en-
tender espacial y temporalmente los conjuntos edificados,
los asentamientos y su relación con el entorno, como lo
propone Rapoport (2003). Este es el nivel principal de los
estudios que buscan entender las interacciones entre las FIGURA 2 | áreas culturales de Mesoamérica y la cuenca Lerma-Chapala.
sociedades y su medio ambiente más amplio; no el espacio Mapa base: inegi, elaborado por Marco A. Hernández, con información
integrado que define este mismo autor, sino el mayor: el del autor.
espacio geográfico presente en sus mapas mentales. Para
contextualizar con un ejemplo, la sociedad prehispánica
sabía de la existencia de la obsidiana y de otras materias
primas que estaban en sus objetos de consumo cotidiano
o ritual; sólo por ser conscientes de este hecho, la sociedad
estaba integrando ese lugar como parte de su espacio de
vida, como área de captación de recursos; no necesaria-
mente como un espacio habitable estrictamente hablando,
sino como un lugar necesario para la subsistencia y el de-
sarrollo de la sociedad.
Tres aspectos deben controlarse en este nivel de estu-
dio: las fuentes de abastecimiento de recursos, las redes
de intercambio y las similitudes y diferencias entre los com-
ponentes culturales de los sitios en el contexto regional.
Por su ubicación geográfica y sus condiciones naturales,
el Bajío es una región central para los estudios de antro-
pología y arqueología en nuestro país, pues se ubica en-
tre las grandes áreas culturales que Paul Kirchoff definió
como occidente, centro y norte de México; en consecuencia
podemos afirmar que forma parte de la geografía cultural
mesoamericana, contando con una posición de enlace y de
tránsito entre estas áreas culturales.
Fisiográficamente hablando, el Bajío forma parte del Eje FIGURA 3 | bienes de subsistencia y recursos estratégicos para el desarrollo
Neovolcánico Transversal e hidrológicamente pertenece social. Mapa base: inegi, elaborado por Marco A. Hernández, con infor-
a la cuenca Lerma-Chapala (ver figura 2). Es importante mación del autor.

 Palapa | Vol. 1ii | Núm. i | Enero-junio de 2008

 Efraín Cárdenas García || Método para el análisis espacial de sitios prehispánicos
El entorno físico inmediato al sitio arqueológico de Pe-
ralta se trata de un Bajío prehispánico muy diferente a lo
que vemos en la actualidad, donde la abundancia de lluvias
y las condiciones de gran humedad crearon el espacio na-
tural adecuado para la subsistencia humana. Brown (1984)
ha demostrado con estudios polínicos que hace cinco mil
años las laderas del Bajío estuvieron pobladas de bosque
de roble y más recientemente (hace tres mil años) fue pa-
tente y hasta abundante la presencia de bosque de encino.
Esta visión que proporcionan los estudios paleo-ambienta-
les permite una lectura del paisaje actual, donde los peque-
ños bosques del norte de Guanajuato, al sur de San Miguel
de Allende y en algunas porciones de las sierras Los Agusti-
nos y Pénjamo son reductos de esa vegetación de encinos.
De hecho, la presencia de una variedad de ceiba conocida
como pochote es un dato que nos habla de un pasado am-
biental muy distinto.
Resumiendo, en el Bajío existieron pequeños lagos y
amplios pantanos de donde se obtenían diversos bienes
para la subsistencia. Para las sociedades prehispánicas
esta inmejorable situación se complementó con la cerca-
nía de yacimientos de rocas y minerales como la obsidiana
y la riolita, así como suelos de gran riqueza para cultivos
y arcillas de calidad (barro y caolín) para la manufactura
FIGURA 4| mapa de distribución de sitios que forman la tradición del Bajío. Mapa base: inegi, elaborado por Marco A. Hernández,
con información del autor.
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de cerámica. Esta combinación de bienes de subsistencia
y recursos estratégicos para las economías de la antigüe-
dad crearon las condiciones ambientales propicias para el
desarrollo social y cultural en la época prehispánica, lo que
se evidencia con la gran cantidad de asentamientos en la
región del Bajío (ver figura 4).
Nivel de sitio
En el tercer nivel de análisis, los estudios tratan una deter-
minada unidad de análisis, en este caso, un sitio arqueo-
lógico, su estructura espacial o urbano-arquitectónica,
sus edificaciones y los espacios integrados como espacios
habitables. Es importante destacar que los asentamientos
mesoamericanos pueden ser agrupados de acuerdo con su
conformación espacial en dos tipos: uno es una estructura
urbano-arquitectónica concentrada en lo que podemos se-
ñalar como ciudad o una urbe mesoamericana de la talla de
Teotihuacán; el otro, una distribución extendida en amplios
espacios, cuya mayor dispersión es una característica de
las culturas que habitaron el occidente de México. A este
segundo tipo corresponde el sitio arqueológico de Peralta,
en donde se han detectado una serie de componentes ar-

 Efraín Cárdenas García || Método para el análisis espacial de sitios prehispánicos
Plataforma con patio Plataforma con
hundido y montículo patio hundido
Plataforma con un patio Patio hundido delimitado
hundido y tres montículos por cuatro montículos
FIGURA 5 | variantes constructivas en la arquitectura de patio hundido. Dibujado por Tania Duarte, con información del autor.
quitectónicos que en la literatura especializada se señalan
como conjuntos, edificios y complejos arquitectónicos. Lo
importante es que cada uno de los conjuntos arquitectóni-
cos forman parte de un mismo asentamiento y por lo tanto,
para entender el funcionamiento general del sitio y el papel
de cada conjunto, es necesario identificar sus diferentes es-
pacios y componentes, sean habitacionales, cívico-ceremo-
niales, de trabajo, terrazas o áreas de caza y recolección.
La estructura urbano-arquitectónica de Peralta presenta
un patrón extendido hacia la ladera del cerro Peralta don-
de hay sitios de rango medio y sitios de menores dimen-
siones, dedicados a actividades domésticas y de trabajo.
Otros espacios geográficos también fueron ocupados por
la población prehispánica; en las planicies del lado norte
del cerro Peralta hay por lo menos tres conjuntos de estruc-
turas arqueológicas. Se trata de un asentamiento disperso
relacionado con las actividades de subsistencia, pero ade-
más con una forma de organización sociopolítica distinta
a la que propicia notables concentraciones de construccio-
nes. Está distribuido en nueve conjuntos.
El conjunto 1, denominado Recinto de los Gobernantes,
es el mayor elemento arquitectónico de Peralta y una de las
mayores plataformas asociadas con la tradición el Bajío.
Se trata de una gran plataforma rectangular de 147 por 130
metros de base y 12 de alto. Su sistema constructivo es
un núcleo de piedra y tierra sostenido en primera instancia
por un muro de piedra brasa aparentemente sin mortero;
10
Plataforma con un patio
hundido y dos montículos
Plataforma con dos patios Plataforma con dos
hundidos y un montículo patios hundidos
luego este muro fue recubierto con otro, construido con
piedra careada (basalto) y al final con un aplanado de ar-
cilla y fibras vegetales. Pocas evidencias se tienen de estos
aplanados en la parte exterior de la plataforma, pero en las
partes interiores y menos expuestas a la intemperie se han
observado restos de pisos y aplanados de tierra. La escale-
ra para llegar a la parte superior se encuentra en el extremo
poniente y también fue hecha con el sistema constructivo
de escalones de cantera de color amarillo.
La parte superior presenta una gran plaza o patio rodea-
do por una banqueta que sirvió como una especie de corre-
dor. Un poco más arriba se observa una segunda banqueta
sobre la cual se construyeron habitaciones y espacios de re-
sidencia para los gobernantes. También se han encontrado
restos humanos acompañados de ofrendas con cerámica
decorada al negativo, un collar de concha, un caracol, res-
tos de madera y un collar de turquesa.
Su diseño arquitectónico presenta notables similitudes
con la plaza norte de Monte Albán, con La Ciudadela de
Teotihuacán (ver figura 6) y con el Mapa de Quinatzin o
el Palacio de los Reyes de Texcoco (ver figura 7). En cada
uno de ellos hay similitudes y diferencias en el diseño, pero
las similitudes superan las diferencias. Habrá que analizar
los usos, las funciones y los significados de estos espacios
para establecer con mayores argumentos el significado de
las prácticas culturales que se efectuaron en los espacios
constructivos y sus entornos.
Palapa | Vol. 1ii | Núm. i | Enero-junio de 2008
 Efraín Cárdenas García || Método para el análisis espacial de sitios prehispánicos
FIGURA 6| planta arquitectónica de La Ciudadela en Teotihuacán, según
Rene Millon (1973).
FIGURA 7 | el mapa de Quinatzin o el Palacio de los Reyes de Texcoco. A
pesar de las notorias diferencias, sigue siendo la representación más cer-
cana a las características constructivas que tuvo el conjunto Recinto de los
Gobernantes de Peralta (Cárdenas, 1999).
El conjunto 2, Doble Templo y Patio Hundido, es una
edificación formada por un patio hundido, delimitado por
dos templos al oriente y al sur y una banqueta lateral en
Palapa | Vol. 1ii | Núm. i | Enero-junio de 2008
forma de L al norte y al poniente. En el centro del patio hay
restos de un altar que pertenece a uno de los últimos mo-
mentos de ocupación del sitio y no al de la construcción del
patio y de los templos; al parecer se trata de un elemento
posterior, una especie de reutilización del espacio, situa-
ción muy común en otras regiones de Mesoamérica.
FIGURA 8 | distribución de los conjuntos arquitectónicos en el cerro Peralta y
la propuesta de área de protección sobre una ortofoto digital. Mapa elabo-
rado mediante la técnica de restitución fotogramétrica Carto Data.
FIGURA 9| plano topográfico del edificio de Doble Templo y Patio Hundido.
Equidistancia entre curvas de nivel: 1 m. Elaborado por Ramiro Aguayo
Haro.
El conjunto en total mide 85 metros en el lado norte y
79 en el poniente. El patio hundido cuatro es rectangular
y mide 34 por 27 metros y es más largo el eje norte-sur.
Presenta un altar en cuyo centro sólo detectamos las rocas
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 Efraín Cárdenas García || Método para el análisis espacial de sitios prehispánicos
que marcaron su arranque y en algunas porciones lo que
pudo ser la cara interior.
El basamento 1 es ligeramente rectangular, mide 42.5
por 50 metros y es un poco más largo el eje norte-sur; su
altura desde el nivel del patio es de 10 metros mientras que
en el lado oriente alcanza los 12. La escalera presenta dos
etapas de construcción: la más reciente tiene una alfarda
hecha de pequeñas piedras lajas colocadas con mortero de
arcilla y escalones de toba riolítica (cantera) amarilla muy
intemperizada y por lo tanto quebradiza; la anterior mostró
alfardas de piedra careada y piedra laja, usa mortero de ar-
cilla con escalones de riolita color rosa de mayor consisten-
cia pero muy suave para trabajarse.
FIGURA 10| primera etapa de construcción, recinto construido con piedra
careada y recubierto con aplanados de tierra. Fotografía del autor.
El basamento 2 también es ligeramente rectangular, mide
34 por 29 metros y se alarga en el eje oriente-poniente. La
escalera tiene las alfardas más elaboradas del sitio, repiten
12
el trazo de los muros en talud y muro vertical presente en
otras construcciones del sitio, sólo que en las alfardas usa-
ron piedra porosa de colores rojo y café pegada con arcilla.
Tres etapas constructivas fueron detectadas; la última, a la
que corresponde la escalera, fue destruida en 70 por ciento
y sólo pueden observarse los primeros tres o cuatro metros
de sus muros. La subestructura que corresponde a la pri-
mera etapa de construcción es un recinto interior formado
por un muro de piedra careada aplanado con un mortero
de arcilla y fibras vegetales. Los muros alcanzan los cuatro
metros de altura y en varias porciones de la pared aplanada
hay manchas de ceniza, como si en algún momento hubie-
ran hecho fuego en el interior del recinto.
El conjunto 3 (Yostiro) es una plataforma rectangular de
tipo habitacional. Mide 140 metros de largo por 80 de an-
cho. En la parte más alta tiene nueve metros y hacia el lado
sur la altura va disminuyendo hasta coincidir con el nivel
del terreno circundante. En la actualidad se han construi-
do casas que ocupan 70 por ciento del espacio superior
de la plataforma. A un costado de la escuela preescolar se
realizó una excavación extensiva con el fin de conocer las
características de los vestigios arqueológicos y procurar su
rescate y protección. Los resultados permitieron saber que
en esta parte de la plataforma hubo habitaciones y que fue
un lugar de residencia con varias etapas ocupacionales.
La estratigrafía mostró información importante, ya que
en los cinco metros de profundidad que se alcanzaron se
detectaron distintas capas: cinco pisos, rellenos, paredes
de adobe, un muro con sus aplanados, pisos de tierra, pie-
zas de cerámica, artefactos líticos, fragmentos de objetos
de concha, así como restos de los muros de varas recu-
biertas con un aplanado hecho con una mezcla de barro y
fibras vegetales, endurecida al fuego después de colocada,
sistema conocido como bajareque.
Durante las exploraciones arqueológicas se excavó en el
lado norte de la plataforma, buscando el nivel de arranque
del muro y tratando de encontrar otros elementos cons-
tructivos; en muy poco tiempo se encontró la escalera que
comunicaba con las habitaciones que existieron en la parte
superior.
Por comentarios de las personas del lugar, se sabe que
antes existió una especie de camino empedrado que comu-
nicaba los conjuntos 3 y 4. En la actualidad este espacio se
ha transformado con la construcción de casas y corrales, lo
que disminuye la posibilidad de encontrar este elemento
constructivo.
El conjunto 4, Templo-recinto y Patio Hundido, consta
de un patio hundido delimitado por un basamento princi-
pal en el lado oriente, una plataforma de menores dimen-
siones en el lado sur —en la se construyó una especie de
recinto— y una banqueta en forma de L que delimita los
lados norte y poniente del patio (ver figura 11).
Palapa | Vol. 1ii | Núm. i | Enero-junio de 2008
 Efraín Cárdenas García || Método para el análisis espacial de sitios prehispánicos

endurecidos al fuego, sobre todo en los aplanados de los

muros. La estructura tiene planta circular y el recinto en
su parte superior está delimitado por un muro perimetral
construido de piedra pómez y arcilla; en la parte del frente,
es decir hacia el lado poniente, el círculo es interrumpido
por un muro recto que penetra 1.5 metros en lo que sería el
trazo circular ideal (ver figura 12).

FIGURA 11 | plano topográfico generado con una semi-estación total del edi-

ficio A en el sitio o conjunto La Crucita, ubicado en la parte superior del

cerro Peralta. Elaborado por Ramiro Aguayo Haro.

Este edificio ha sido severamente afectado por la extrac-

ción de piedra y por la construcción de casas, de tal suerte
que es complicado saber si este arreglo arquitectónico co-
rresponde a los conjuntos de doble templo y patio o si se
trata de un diseño diferente a los que se conocen, mencio-
nados en las páginas anteriores. Los estudios deben mos-
trar si el conjunto 2 en algún momento de su ocupación
tuvo un solo templo (basamento 1), un recinto habitacional
o ceremonial antes de la construcción del basamento 2 o
si se trata simplemente de los efectos de la extracción de
piedra y el saqueo del que fue objeto.
Durante las exploraciones arqueológicas se hicieron va-
rios descubrimientos importantes. Se supo que el primer
momento constructivo del basamento 1 fue un recinto de FIGURA 12 | la entrada al recinto circular coincide con el trazo del basamento

planta circular construido sobre una nivelación del terreno
de casi tres metros de altura. Los muros del recinto repiten
el sistema constructivo de talud y muro vertical observa-
do en el conjunto 2; los materiales constructivos son los
mismos, basalto, cantera y arcilla, sólo que en esta parte
fueron empleados en diferente cantidad; aquí la arcilla se
aplicó como mortero, lo que muestra mayor proporción
que en las otras estructuras. Los aplanados y pisos —aún
visibles en las partes más profundas— fueron hechos de
arcilla mezclada con fibras vegetales y en algunos casos
1, es decir, está orientado hacia el poniente igual que el basamento y el
conjunto en general. Fotografía del autor.
En la parte media de este muro poniente encontramos
la entrada al recinto circular, justo en línea recta hacia el
oeste, en donde está el vano de la escalera de la última
etapa constructiva del basamento 1. En otras palabras, este
alineamiento, la sobreposición de las estructuras, la simili-
tud en el sistema constructivo y el uso de los mismos mate-
riales cerámicos en los conjuntos 1, 2 y 4 nos permiten afir-

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mar que se trata de estructuras y elementos arqueológicos
asociados con el sitio monumental de Peralta. El hallazgo
de la arquitectura de tierra y la presencia de un elemento
circular como primera construcción nos llevan a replantear
el entramado de relaciones sociales y culturales que había
antes, simplificado a niveles de interacción con Teuchitlán.
Ahora se debe explicar el verdadero significado y el origen
de estos trazos en una región donde los diseños rectangu-
lares y el uso de ángulos rectos dominaron la arquitectura
prehispánica.
Después del recinto circular hay una nueva etapa cons-
tructiva, una edificación de planta quizá rectangular, cons-
truida fundamentalmente con tierra arcillosa de color café
claro; mantiene el sistema de talud y muro vertical de otros
edificios. De esta etapa se identifica la esquina suroeste
del basamento 1, una porción de muro en el lado poniente
y pequeñas partes del muro sur. Cuatro capas de recubri-
miento de arcilla fueron colocadas como acabado en esta
subestructura —que probablemente alcanzara una altura
de cinco metros—, seguramente obedeciendo a cuestiones
de mantenimiento.
La última y más reciente etapa constructiva repite la for-
ma rectangular del basamento, sólo que ahora se empleó
piedra careada (basalto) para formar los muros en talud y
vertical. En esta etapa sí podemos ubicar el patio y la plata-
forma sur. En el futuro se intentará determinar si la subes-
tructura circular también estuvo asociada con el patio o si
éste fue un elemento posterior relacionado únicamente con
la estructura de muros de piedra. Por la evidencia de estos
notables cambios en la arquitectura, la excavación sistemá-
tica del basamento del conjunto 4 será fundamental para
estudiar tres momentos de cambio cultural en Peralta. Por
lo pronto este monumento ha mostrado ser una mina de
información y desde luego un reto para la excavación ar-
queológica.
De la plataforma sur poco podemos decir; su notorio es-
tado de destrucción impide cualquier observación, no sólo
en la superficie sino en los estratos más profundos, que
también fueron afectados.
Al inicio de las exploraciones se observó una pequeña
explanada y un promontorio al centro, lo que fue registrado
como un patio hundido con un altar al centro, variante poco
frecuente en el Bajío. Se trazó una excavación extensiva en
medio del patio con el fin de corroborar la presencia de di-
cho elemento y ubicar al mismo tiempo los pisos y etapas
de construcción del patio. Las excavaciones mostraron que
se trataba de una elevación producto de la acumulación de
piedra para poder sembrar; después de un mes, la pequeña
explanada fue reconocida como patio cerrado y se localiza-
ron las esquinas interiores noreste y suroeste del patio.
El conjunto 5, La Joyita, es otro ejemplo de arquitectura
circular. Se ubica a dos kilómetros en dirección suroeste
14
del Recinto de los Gobernantes del sitio Peralta y se com-
pone de una plataforma circular de aproximadamente 105
metros de diámetro exterior y dos de alto en su extremo
oriente. En su interior se localizaron restos de un altar cen-
tral. Aunque en la actualidad hay cinco casas y corrales para
ganado, aún quedan espacios que pueden ser estudiados
detenidamente. Son varios los argumentos para estudiar
y proteger este lugar: primero, se trata de uno de los tres
conjuntos circulares del Bajío que más parecido tienen con
la tradición Teuchitlán de Jalisco —sólo El Cajete en Plazue-
las se conserva, mientras que en La Gloria o Cerro Burro el
círculo ha sido arrasado por completo—; segundo, este es
el único conjunto de planta circular en el Bajío que ha sido
estudiado y donde la presencia de una banqueta lateral de
tipo habitacional quedó parcialmente demostrada —tam-
bién fue hallado el arranque de un altar al centro del pa-
tio—; tercero, destaca la diversidad de materiales arqueoló-
gicos asociados, como la cerámica estucada. Por lo tanto,
se deben procurar medidas que aseguren la conservación
de los espacios donde quizá los depósitos culturales aún
permanezcan inalterados.
La plataforma fue levantada a partir de un núcleo seco
muy compactado y se utilizó sobre todo roca basáltica, que
es muy común en la región. La construcción de la estruc-
tura circular aprovechó la inclinación del terreno, pues sus
partes sur y suroeste son mucho más bajas que el resto.
Es evidente la destrucción de más de 50 por ciento de la
estructura, pero también hay espacios en la parte suroeste
de la plataforma donde pueden detectarse vestigios de las
unidades habitacionales.
En la excavación al centro del patio, a escasos 30 centí-
metros de profundidad en relación con la superficie actual
del suelo, se encontraron los fragmentos de por lo menos
cinco vasijas: dos cajetes trípodes, dos ollas simples con
decoración esgrafiada y un posible tecomate; la mayor par-
te de éstas contenía otros fragmentos más grandes. Ade-
más se pudieron ver algunos tiestos de entre un tercio y
tres cuartos de las vasijas que contenían carbón, mismas
que se embalaron adecuadamente con la finalidad de ana-
lizarlas más tarde.
El resto de los conjuntos arquitectónicos, La Crucita,
La Luz de Quintana, Yácata de Mares y Yácata del Chan,
serán explorados durante 2008, por lo que aún no se pue-
den detallar sus características arquitectónicas. Todos ellos
presentan el mismo diseño constructivo y por su volume-
tría, extensión y complejidad constructiva se ubican en un
estrato medio dentro de la jerarquía de asentamientos de
la tradición el Bajío.
La figura 13 muestra el diseño arquitectónico de los con-
juntos de doble templo y patio hundido; en los cuatro sitios
antes mencionados existe al menos una de estas edifica-
ciones.
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FIGURA 13 | modelo en tres dimensiones del conjunto arquitectónico La Cruci-
ta. Como podrá notarse, el diseño de varios de los conjuntos es muy similar;
pueden cambiar un poco las proporciones entre los espacios, pero el princi-
pio de distribución es el mismo. Elaborado por Ramiro Aguayo Haro.
Nivel de los espacios concretos
El cuarto nivel de análisis, el espacio de lo concreto, de las
prácticas cotidianas y rituales, posee sin duda el mayor gra-
do de complejidad en la investigación. Implica la identifi-
cación de los contextos y espacios específicos de trabajo,
los lugares de habitación, de preparación de alimentos,
de manufactura de artefactos, de cultivo y los dedicados
a cuestiones rituales. Los espacios habitables pueden pre-
cisarse en lo que se conoce como áreas de actividad, es
decir, se trata de inferir la o las funciones de determinados
espacios a través del estudio de las formas y complejidad
de las construcciones, de las proporciones y jerarquización
de las áreas construidas, de la identificación de restos de la
manufactura de artefactos y, en general, mediante el análi-
sis de los vestigios de actividades humanas en los recintos.
Este es el nivel de mayor precisión en los trabajos, implica
exploraciones arqueológicas sistemáticas que van desde la
identificación de los sitios, levantamientos topográficos,
muestreos y excavaciones estratigráficas, hasta las tareas
de laboratorio, como fechamientos de carbono 14 y estu-
dios de polen, fosfatos y restos óseos.
Conclusiones
Como puede apreciarse, el análisis espacial tiene niveles y
proyecciones distintos; la pregunta central es cómo se cons-
truyen o se delimitan las áreas culturales, las regiones y los
territorios. Una posible respuesta es la que se ha desarrolla-
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do en este trabajo, que subraya la importancia de identificar
los rasgos materiales culturales, como la arquitectura, sus
trazos, composición, sistemas constructivos y orientación,
o bien mediante los vestigios asociados como la cerámica,
la piedra tallada o pulida y los restos óseos. Con rasgos et-
nográficos, Paul Kirchoff delimitó Mesoamérica; con el pa-
trón arquitectónico de los patios hundidos como elementos
centrales de la arquitectura prehispánica, se define en este
estudio la tradición cultural del Bajío; con la jerarquización y
agrupación espacial de los sitios, se definen también en este
estudio los territorios de los centros de poder político en la
misma región entre los años 350-750 d.C.
Como conclusión, este análisis espacial depende de la
identificación y comparación de rasgos materiales y cultu-
rales y es susceptible de ser aplicado a escenarios e investi-
gaciones más allá del periodo prehispánico.
Finalmente, el proyecto interinstitucional que encabeza
el autor prevé la conservación y protección de los restos
culturales y naturales del sitio arqueológico de Peralta así
como su entorno. En este momento el área cívico-ceremo-
nial de Peralta está siendo investigada, restaurada y pro-
tegida. Del mismo modo, los sitios aledaños de menores
dimensiones fueron propuestos como monumentos natu-
rales protegidos a nivel municipal y estatal.
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EFRAÍN CÁRDENAS GARCÍA | es investigador de El Colegio de
Michoacán. Participó en la creación del Centro de Estudios
Arqueológicos de esa institución y fue su primer coordina-
dor. Para el inah ha dirigido diversos proyectos de investi-
gación, inventarios de sitios arqueológicos y propuestas de
protección, entre las que destacan los proyectos Ihuatzio,
Tzintzuntzan y Zaragoza en Michoacán. En Guanajuato
dirige el Proyecto Integral Zona Arqueológica Peralta. Es
autor y editor de libros como El Bajío en el Clásico, Tradi-
ciones arqueológicas y Arqueometría. Actualmente cursa el
Doctorado en Arquitectura en el pida de la Universidad Mi-
choacana de San Nicolás de Hidalgo.
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