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Para entender la obra El Güegüense (s.a.) en principio debemos estar claros de que
toda obra literaria es
producto de un medio
histórico, social y que ésta
proyecta en esencia el
trasfondo de la estratificación
de su medio; entendiéndola
fuera de estos parámetros no
la comprenderíamos, no
tendría sentido hablar de ella
como producto de una época
que le dio vida, y es justo por este motivo que resulta absurdo tratar de valorarla a partir
de nuestro canon contemporáneo, dejándola fuera de los elementos ideológicos que le
dieron la razón de ser.
En esta obra se encuentran presentes elementos básicos del carnaval propuesto por
Bajtín: el dialogismo, la representación callejera, la ironía, el sarcasmo y la risa, estos
últimos como elementos de protesta, subversivos. Estos elementos son los que han
llamado nuestra atención como tema central para desarrollar este trabajo, ya que
consideramos que la obra se mueve y evoluciona justo a partir de ellos, así mismo, creo
que estos aspectos son los que la ayudan a tener vigencia en el contexto nicaragüense
contemporáneo pues la obra critica los antivalores universales que no se sujetan a un
solo momento sino que trascienden su época y llegan hasta nuestros días.
Foto: Arturo Díaz Villanueva.
Se nos presentan entonces las preguntas ¿Qué es el carnaval? ¿Qué tan presente está
éste en la obra? El carnaval ha sido conceptualizado y caracterizado por varios
teóricos, nosotros revisaremos lo que al respecto nos dice Bajtin:
… el carnaval (…) –es- mas bien una forma concreta de la vida misma que
(…) era representada en la duración del carnaval; es la vida misma la que
juega e interpreta (sin escenario, sin tablado) su propio renacimiento y
renovación sobre la base de mejores principios… (1999:13)
Así mismo, Umberto Eco nos propone que el discurso carnavalesco reúne un conjunto
de fenómenos distintos: humor, comedia, parodia, sátira e ingenio entre otros. Afirma, a
su vez, que el carnaval y la comedia se interrelacionan, puesto que ambos al asumir la
máscara como el elemento del “otro”, ayuda a los personajes a tener una conducta
animalesca. (1989:9-11)
No debemos olvidar que esta obra surge dentro del marco de las fiestas religiosas y
populares de la época. El discurso propuesto en El Güegüense es un discurso que
trasgrede las relaciones jerárquicas, los privilegios, así como las reglas de conducta
impuestas y mantenidas por el poder colonial, en donde la abolición –burla en este
caso- de las relaciones jerárquicas poseía una significación muy especial
(Bajtin,1999:15) y en donde esa protesta sirve de elemento catártico.
La ironía es uno de los elementos que se encuentra en las distintas partes del texto y
en muchas de las cuales ésta se presenta a través de los dobles sentidos, veamos los
siguientes parlamentos:
155. Güegüense – Este mi muchacho tiene tantos oficios, que hasta las uñas las
tiene llenas de oficios.
Escultor: Nahuatl ´tlacuicuic´ que confunde con ´tlacuicuilia´: robar, ha sido ladrón.
Como bien afirma Mántica, el oficio de piloto de altura no existía como tal, pues se
entendía como aquellos pilotos que eran capaces de guiarse por los astros” (ib.iben)
en el texto que nos ocupa sólo se puede entender el doble sentido si lo leemos
concibiéndolo como, insiste el autor, “solo un piloto era capaz de elevarse hasta las
nubes: el Zo-pilote que en Nahuatl significa recogedor de basura” (ib.iben).
Aquí la ironía resulta clara, Don Forsico, el pretendiente de Suche Malinche, sólo
conoce las bajuras en donde se encuentra la basura y él le cae encima como zopilote,
recoge la caraña.
Así mismo, podemos observar el doble sentido utilizado a todo lo largo de la obra, el
16. Güegüense: ¡Ah muchachos! ¿Cuál ternero o cuál potro para que sea
amarrado de la cola, de las piernas o de la narices?(op.cit:34).
Notemos como el personaje del Güegüense no se da por aludido, sino que por el
contrario pregunta, cuestiona y hace un juego de palabras que nos conduce a la burla.
El juego de palabras que se presenta a lo largo de la obra también nos lleva al
sarcasmo, veamos los siguientes parlamentos:
32. Güegüense: (cambiando el tema) Amigo Capitán Alguacil Mayor. ¿y que dice el Señor
Gobernador Tatuanes?
34. Güegüense: ¿corriendo y volando? Como quiere que corra y vuele un pobre viejo, lleno
de dolores y continuas calamidades… Amigo Capitán Alguacil Mayor, ¿y un silguero que
está en la portada de Señor Gobernador Tastuanes, qué es lo que hace?
51 Güegüense: En el obraje.
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55. Güegüense: ¿Pescados salados? Ha, muchachos ¡¿Ahí están las redes de pescados
salados?
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Coraje debe ser entendida como bien dice Mántica “irritación, ira”(op.cit:41).
Obraje a su vez se leerá como “Prestación de trabajo que se imponía a los indios de
América, y que las leyes procuraron extinguir” (op.cit:55).
Doblones nos propone Mántica deberá ser interpretado con otra acepción “Doblones,
doblar las campanas y doblar en la danza.(op.cit:48).
Finalmente, podemos decir que en la obra se presentan distintos diálogos que hacen
que el discurso sea polifónico. Este discurso da a conocer las distintas voces que
ayudan a presentar el acontecer de la Nicaragua colonial.
Asimismo, se puede puntualizar que la obra basa su estructura en los dobles sentidos o
en los malentendidos, lo que ayuda a que surja la ironía, el sarcasmo y por
consiguiente la risa. De esta forma logramos afirmar que esta obra se encuentra dentro
de los parámetros del carnaval, no sólo por ser una obra callejera sino por el sentido
que cobran las palabras en el texto.
También se constata que el sarcasmo se utiliza como forma extrema de ironía, éste
crece de tono en el trayecto del discurso como forma de catarsis. Por último,
tendríamos que proponer que este texto mantendrá a lo largo de sus parlamentos un
discurso irreverente en contra de las autoridades.
Bibliografía:
2 de septiembre de 2006
Es decir, la cultura carnavalesca expresa una visión del mundo, una cosmovisión del
hombre y de las relaciones humanas deliberadamente diferente de la oficial. La esencia
del carnaval o de la cultura popular de la risa, como también se le conoce, es el
lenguaje en que se expresan las fiestas del ciclo carnavalesco cuyo origen se remonta
a los orígenes de la sociedad.
En su libro La cultura popular en la Edad Media (1987), Bajtín señala los opuestos:
muerte y resurrección, entre otros, como característicos de las oposiciones presentes
en el carnaval, sin embargo, es en Problemas de la poética de Dostoieski (1989), donde
Bajtín amplía la estructura de la imagen carnavalesca: “...esta imagen tiende a abarcar
y unir ambos polos de la generación o los dos miembros de la antítesis: nacimiento-
muerte, juventud-vejez, alto-bajo, cara-trasero, alabanza-injuria, afirmación-negación,
trágico-cómico, etc.”. (Bajtín, 1989:250).
religiosas. Siempre tenía una significación mágica, con distintos propósitos, como traer
éxito a la expedición de cacería, producir terror en el enemigo, mediar entre este mundo y
el mundo de los dioses, el mundo ideal. En todas las épocas la máscara fija un aspecto de
la personalidad... la máscara revela más de lo que oculta, al contrario de la ropa formal.
(Rector, 1990:160).
En El Rabinal Achí, la obra comienza con el canto y el baile del Varón de Rabinal y los
suyos. En el desarrollo de la obra la música y el baile se entrelazan como una especie
de ballet y otras como fondo. Cada actor se empenacha con plumas multicolores y al
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Figuras Retóricas del Carnaval en el Güegüense Bibs Bettina Rodríguez Tanty
igual que en El Güegüense cada actor, a excepción de las mujeres, lleva una máscara
de madera muy bien tallada, de acuerdo con el personaje que representa. En los
orígenes de El Rabinal Achí todos los actores usaban máscaras que representaban
personas y animales; sin embargo, actualmente en la representación teatral el número
de máscaras se ha limitado. Además, al disfraz le han agregado pelucas rubias y
pelirrojas como producto del hibridismo cultural.
Además, en estas dos obras de teatro las repeticiones están presentes. Sin embargo,
considero que la intención es diferente en cada una de ellas. Franco Cerutti, al referirse
a El Güegüense dice que:
[...] se deberían descartar las intenciones didácticas y pedagógicas que algunos críticos
han advertido, por ejemplo en el constante uso de las repeticiones destinadas, en su
opinión, ayudar al indio en su proceso de familiarización con el nuevo idioma del
conquistador. Más verosímil es pensar- que estas repeticiones que en El Rabinal Achí , en
cambio, encajan en el premeditado paralelismo sobre el cual está construida, por así
decirlo, toda la obra- tengan sobre todo, aunque no exclusivamente, una finalidad cómica,
recalcada por la análoga repetición de gestos y asimismo familiares al espectador.
(Cerutti, 1983:22).
En El Rabinal Achí la repetición se usa con varios sentidos. En primer lugar, como
saludo y fórmula de cortesía que se promueve cuando uno de los Varones repite casi
con las mismas palabras lo que ha dicho su oponente. En segundo lugar, el paralelismo
que expresa los elementos antagónicos, entre los dos pueblos mayas que se han
enfrentado en una cruenta lucha entre los quichés y los rabinales. Por ejemplo, en los
diálogos entre el Varón de Rabinal y el Varón de los Queche es una constante la
oposición entre cielo-tierra:
¿Cómo hacer descender, cómo hacer subir las palabras, los vocablos que diré
contigo a la faz del cielo, a la faz de la tierra? Acto primero (pág.124):
Gobernador Tastuanes- Ruego a Dios por su prosperidad, hijo mío, capitán Alguacil
Mayor: hijo mío, suspéndase en el campamento de los señores principales toda música,
bailes, cantos y danzas y demás motivos agradables para el Cabildo Real. En primer
lugar, lamentamos no tener ninguna mesa dorada, ninguna carpeta bordada, ningún
tintero de oro, ninguna salvadera y ni a un papel blanco y demás cosas necesarias para
una sesión del Cabildo Real. Parlamento 5 (pág. 28).
Alguacil - ...En primer lugar, lamentamos no tener ninguna mesa dorada, ninguna
carpeta bordada, ningún tintero de oro, ninguna salvadera y ni a un papel blanco y
demás cosas necesarias para una sesión del Cabildo Real. Parlamento 8 (pág.30).
- El Varón de los Queche: “...Yo te ornaría con mi oro, con mi plata, con mis
sandalias”... (pág. 135).
En El Rabinal Achí la burla proviene de los dos varones, mientras que en El Güegüense
la constante burla proviene esencialmente de El Güegüense, personaje principal de la
comedia, quien recurre a la lengua náhualt para ridiculizar a las autoridades españolas.
Con el uso de este doble sentido, El Güegüense está deseando, en este caso, que el
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alcalde desaparezca.
(El Güegüense): -Güegüense- Permítame ofrecerle ese lucero de la mañana que brilla del
otro lado del mar. Permítame ofrecerle esta jeringuita de (lavado) de oro, como remedio
para el Cabildo Real del Señor Gobernador Tastuanes. (Parlamento 153).
(Rabinal Achí): - Varón de Rabinal- Es por eso que nosotros hemos cesado de comer a los niños
blancos porque tomamos como alimento el plato frito, el fríjol grande, el plato de langostas, el
plato de loros, los platos mezclados...
Es ese valiente, ese Varón, quien ha destruido nueve o diez blancos niños, blancos hijos. Es,
también ese valiente quien Te raptara en los baños. Es ese valiente ese Varón, quien destruyó dos
o tres pueblos, la ciudad con fosos de Balamvac... (pág. 137).
Se muestra también lo grotesco cuando El Varón de Rabinal le dice que ellos “han dejado de
comer niños”, que ellos ahora ya no son iguales. Le expresa que los rabinales son superiores a los
cavek queché, porque sus costumbres han cambiado. Luego con gran sarcasmo se dirige en
tercera persona: “es ese valiente quien destruye niños, destruye poblados, y en el futuro seguirá
haciendo daño”. Se levanta la voz de los rabinales para justificar el posterior sacrificio al Varón de
los Queche.
Güegüense- …Don Forsico llega donde un mesonero y le pide que nos traiga una
docena de huevos y vamos comiendo y descargando y vuelta a cargar y me voy de
paso; y no es menester licencia para ello, Señor Gobernador Tastuanes. (Parlamento
121, pág.62)
-Güegüense- Amigo Capitán Alguacil Mayor, si de balde le he dado mi dinero, si estos son
mis lenguajes asonesapa negualigua seno libro de romance, luchúa rezar escataci, iscala
ñonguan iscumbatasi á campaneme Tastuanes? (Parlamento 113, pág.58)
Traducción: Amigo Capitán Alguacil Mayor, ¡De balde le he pagado! Si este ha de ser mi
lenguaje, todo fingido, ¡hombre!, no necesito más que un libro de versos para recitarlo ahí
mismo yo solito ante el Tastuanes.
El Güegüense no sólo representa la voz del mestizo emergente en la sociedad del siglo
XVIII, comerciante pobre agobiado por los altos impuestos que impone la corona
española, a través de las leyes de Indias, sino también al índigena. A través de la burla,
el humor, el doble sentido, denuncia del maltrato físico a los indígenas, la explotación a
los mestizos, la ambición de la autoridades. Por otra parte, la misma presencia de uno
de los personajes carnavalescos, El Macho Ratón, se sintetiza uno de los significados
de El Güegüense: el fenómeno de la hibridez cultural.
Por ejemplo, la parodia, que para Bajtín es uno de las características esenciales del
carnaval, solamente es observada en El Güegüense. En esta obra se parodia la vida
institucional de los españoles en Nicaragua. Posiblemente se deba a que El Rabinal
Achí, es una obra totalmente indígena, sin ninguna contaminación de elementos
europeos y cristianos y por otro lado, no se evidencia la lucha entre clases antagónicas.
Los dos pueblos enfrentados tienen intereses comunes. Ambos enemigos representan
la valentía, la moralidad más alta de esa sociedad indígena.
En El Güegüense se levanta la voz del mestizo y del indio, que se enfrentan al dominio
de la colonia española. A diferencia de El Rabinal, las voces que se elevan en El
Güegüense invierten las conductas establecidas por la cultura oficial. Esta inversión
consiste en hacer del discurso de la ideología dominante, un discurso marginal;
mientras que la otra expresión se presenta a sí misma como el discurso auténtico,
moralista para ejercer dominio dentro de su misma casta.
Bibliografía
Secundarias
Acuña, René. 1975. Introducción al estudio del Rabinal Achí. México: UNAM.