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Revista Historia 2.

0, Conocimiento histórico en clave digital


Volumen II, Número 3
ISSN 2027-9035
Enero-Junio de 2012
Correo electrónico: historia20@historiaabierta.org
Dirección Electrónica: http://historia2.0.historiaabierta.org/

DIRECTOR
Jairo Antonio Melo Flórez, jairomelo@historiaabierta.org

COMITÉ EDITORIAL
Miguel Darío Cuadros Sánchez, miguel@historiaabierta.org (Bucaramanga)
Diana Crucelly González Rey, nanaplanta@historiaabierta.org (Bucaramanga)
Sebastián Martínez Botero, smartiz@gmail.com (Manizales)
Carlos Alberto Serna Quintana, sernaquintana@historiaabierta.org (Pereira)

ÁRBITROS
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Mg. John Jaime Correa, Universidad Tecnológica de Pereira
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8 El fotoreportaje y el Bogotazo: Imagen y Memoria de un Pueblo 1

Photoreporting and El Bogotazo: Image and memory of a country

Angela María Rodríguez Marroquín


Universidad Nacional de Colombia - Medellín2

Resumen

El presente texto es una reflexión sobre la importancia de la fotografía como documento histórico visto a través del suceso del 9 de Abril de 1948 “el Bogotazo”.
De este modo, se analizará el papel del foto reportero y su intención a la hora de tomar una fotografía. Además de mostrar parte de la memoria visual que hay
sobre el Bogotazo, desde la perspectiva “oficial” como lo presentaron la Revista LIFE y el periódico El Tiempo, para contrastar con la memoria “no oficial” que
son las fotografías que con el paso de los años salieron a la luz pública.

Palabras clave: Jorge Eliécer Gaitán; Juan Roa Sierra; 9 de Abril de 1948; foto reportaje

Abstract

This text is a reflection on the importance of photography as a historical document seen through the success of the April 9, 1948 "Bogotazo.". Thus, we will
analyze the role of the photographer and his intention when taking a picture. Besides showing of visual memory that is on the Bogotazo, from the perspective
of "official" as presented by LIFE magazine and the newspaper El Tiempo, to contrast with the memory "unofficial" are the photographs taken with the passage
of the years came to light.

Keywords: Jorge Eliécer Gaitán; Juan Roa Sierra; April 9,1948; photo reporter

1
Esta investigación fue presentada como ponencia en el VI Coloquio de Estudios Históricos, que se celebró en Bucaramanga del 27 al 29 de Abril de 2011.
Agradezco especialmente a Luis Fernando Rodríguez Marroquín quién me animo a realizar esta investigación y al profesor Yobenj Aucardo Chicangana-Bayona
por los comentarios y sugerencias; quisiera agradecer además al profesor Darío Acevedo Carmona por las indicaciones iniciales del trabajo. Por último, deseo
dedicar esta investigación a la memoria de María Inés León de Marroquín, quién vivió los sucesos del Bogotazo.
2
Historiadora de la Universidad Nacional de Colombia sede Medellín. Becaria del Programa Jóvenes Investigadores e Innovadores de Colciencias, 2011 y
miembro del grupo de investigación Historia, Trabajo, Sociedad y Cultura de la línea Historia y Fuentes Audiovisuales. Email: amrodriguezma@unal.edu.co
Ángela María Rodríguez Marroquín. El fotoreportaje y el Bogotazo: Imagen y memoria de un pueblo. Historia 2.0, 2.3 (2012) 8-25
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8 “El valor cultural de la imagen tiene su último refugio en el
culto al recuerdo de los seres queridos, lejanos o desaparecidos”
Walter Benjamin3

1. Inicios del foto reportaje

Los fotógrafos del siglo xix, en su mayoría eran pintores, por ese motivo los temas más representados eran los retratos individuales o
familiares. En primer lugar, esto se debía a que seguían los mismos códigos que se utilizaban en la pintura para retratar, como por ejemplo,
los gestos teatralizados para enaltecer la apariencia del retratado. Y en segundo lugar, estos retratos eran realizados en espacios cerrados,
normalmente, en el estudio del fotógrafo para tener un mayor control de la iluminación y del proceso técnico de la captura de la imagen.

Así, ante estas circunstancias, los fotógrafos se acostumbraron a realizar los trabajos en el estudio, sin ver la necesidad de realizar fotografías
externas, a salir a las calles y capturar espacios abiertos, paisajes o grandes hechos. Aunque, cabe destacar, que ya “… se había intentado
fijar acontecimientos públicos en la placa, pero la técnica aún rudimentaria sólo permitía imágenes aisladas y a condición de que hubiera
una luz favorable”4.

Aún así, con el paso del tiempo poco a poco las técnicas de la fotografía comenzaron a cambiar, y los fotógrafos fueron introduciendo
nuevos estilos de fotografías. De ahí que, para 1862 en Colombia, se comenzará a utilizar la fotografía para retratar a los soldados y algunos
hombres que fusilaban; sin embargo, este tipo de imágenes eran escasas, debido a que la cámara en si era muy pesada y eran escasos los
materiales que permitieran tomar fotografías a la luz del día.

Ahora bien, con el tiempo las cámaras fueron más livianas, y los fotógrafos cada vez, fueron incursionando en realizar trabajos en exteriores,
es por ello, que se puede encontrar fotografías de edificios y gente caminando por las calles. De este modo, comenzaría a surgir un nuevo
estilo, que es el “foto reportaje”, el cual, se encargaba de retratar los hechos –accidentes, muertes, entre otros−. No obstante, esta nueva
forma de fotografiar, buscaba captar imágenes de circunstancias imprevistas, sorpresivas e impactantes, que fueran lo más “natural” posible,
3
Walter Benjamin, sobre la fotografía (España: Pre-textos, 2005) 106
4
Gisèle Freud, La fotografía como documento social (Barcelona: Ed. Gustavo Gili, 2006) 96
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10 es decir, que las personas retratadas no posaran, es por ello, que el foto reportaje trató de distanciarse de la foto de carnet y del retrato
individual o familiar.

Por ende, gracias al proceso del fotograbado5 y la litografía, se logró introducir la fotografía en la prensa, permitiendo que las personas
visualizaran los acontecimientos de manera diferente, dado que, al fotografiar a los protagonistas de los sucesos y a los personajes públicos,
hace que la imagen sea tomada por el espectador como un signo de evidencia. Así, “la imagen de lo real retenida por la fotografía (cuando
se la preserva o reproduce) provee el testimonio visual y material de los hechos a los espectadores ausentes de la escena”6.

2. El fotógrafo como filtro cultural

Bien es sabido que la fotografía tiene su inicio en el deseo y la motivación que tuvo el fotógrafo para congelar una imagen, la cual, esta fijada
por el lugar y la época en la que fueron tomadas. De esta forma, las personas comienzan a documentar en la cámara sus costumbres, los
hechos sociales y políticos. Así, en este proceso, el fotógrafo desempeña un papel importante, ya que es él quien selecciona los momentos
que quiere registrar; sin embargo, hay que recordar, que también depende del efecto que quiere lograr el fotógrafo con la imagen, o quien
se la pide. De esta forma, el fotógrafo actúa como un filtro cultural7, dado que, la imagen que produce nos habla tanto de la época en que
vivió como de sí mismo, sin embargo, habría que preguntarnos, ¿si estas características del fotógrafo como filtro cultural si aplicarían al
foto reportero?

En primer lugar, cabe destacar que el foto reportaje no solo fue incursionado por fotógrafos profesionales, sino también por aficionados,
que salían con una cámara a las calles para tomar fotografías de los hechos que pasaban en la ciudad. De este modo, “los que lo lograron
obtuvieron dinero y un instante de celebridad por sus fotografías […]. El aficionado se contenta con una leve inversión y no corre riesgos.
El profesional, mientras no es reconocido, debe perder tiempo y película, sin ninguna garantía de que le compren sus imágenes”8
5
La fotografía es convertida en negativo, y de ese modo es transferida a una pantalla tramada que la divide en un sinnúmero de puntos, para luego ser
pasada a la pantalla de cliché, la cual imprime la noticia y la fotografía a la par en el periódico. Para ampliar sobre las técnicas de impresión de fotografía en la
prensa consultar el texto de Beaumont Newhall, “14. Fotoperiodismo”, en: Historia de la fotografía (Barcelona: Ed. Gustavo Gili. 2006) 249-268
6
Boris Kossoy, Fotografía e historia (Buenos Aires: la marca, 2001) 30
7
Término utilizado por Boris Kossoy en su libro Fotografía e historia
8
Pierre Sorlin, “Profesión: Reportero” en: El “siglo” de la imagen analógica (Buenos Aires: La Marca, 2004) 107
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10
De este modo, nos damos cuenta, que los fotógrafos debían procurar seguir las condiciones que exigían en los periódicos, como por
ejemplo, cuando se cubría un accidente o un suceso, las fotografías debían estar enfocadas, iluminadas y las personas no debían salir
muy movidas; además, los fotógrafos tenían que tomar bastantes fotos, porque no se sabía cuales podían ser escogidas por el periódico9.
Asimismo, otro factor que influía en los periódicos para poder comparar las fotos, era que estás tenían que ser lo suficientemente ilustrativas
y que el contenido fuera comprensible por el espectador.

Sin embargo, no hay que olvidar, que además de las condiciones que imponían los periódicos con respecto a las fotografías, estos elegían
las imágenes más apropiadas sin consultarle al fotógrafo, así, estas pasaban por manos del periodista, quien creaba el texto que acompañaba
a la foto, y de esta forma vincularla a la noticia. Y en este sentido,

El reportaje fotográfico de prensa nunca es la obra de una sola persona, ni siquiera de unos pocos: es el resultado de una multiplicidad de intervenciones y de un
trabajo parcelado en el que toman parte todos los periodistas […]. La fabricación de un reportaje coherente y de una significación unívoca sólo es posible en la
medida en que todos lo que participan en él poseen cierto conocimiento del estilo de su periódico, entendido como un conjunto de preceptos y prohibiciones, de
trucos y de recursos, en definitiva, como una retórica10

Es preciso señalar que el material fotográfico aceptado por los periódicos, es una pequeña parte de lo capturado en el acontecimiento; de
esta manera, tanto el material aprobado como el descartado forma parte de una serie de fotos que narra el suceso, y que muchas veces no
se llegan a conocer. No obstante, en algunas ocasiones cuando se llega a conocer el material, no es fácil la identificación del fotógrafo, a
menos que sea uno reconocido y que conserve en su estudio los negativos11.

Ahora bien, en los acontecimientos del Bogotazo, estuvieron presentes muchos foto reporteros, que con sus cámaras captaron lo que estaba
ocurriendo, algunos de ellos ya eran profesionales como Sady González, Leo Matiz, Luis B. Gaitán (Lunga) y Manuel H. Rodríguez; y
también se encuentran algunos aficionados como César Iriarte.
9
Para ampliar sobre el oficio del reportero consultar el texto de Luc Boltanski. “La retórica de la figura”. en: Un arte medio. Ensayo sobre los usos de la
fotografía (Barcelona: Ed. Gustavo Gili, 2003) 207-234
10
Pierre Bourdieu, un arte medio ensayo sobre los usos sociales de la fotografía (Barcelona: Ed. Gustavo Gili, 2003) 229
11
Esto se debe a que muchas veces en los periódicos no se solía poner el nombre del autor de la fotografía, a menos que fuera alguien conocido, o
perteneciera a una agencia conocida.
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De este modo, el material fotográfico que encontramos del 9 abril es bastante extenso12, logrando apreciar temas como los disturbios
y muertos en las calles, la agonía de Gaitán, la muerte de Juan Roa Sierra –el asesino de Gaitán-. Así, para analizar estas imágenes, se
utilizaran los temas anteriormente mencionados como clasificación, para mostrar la memoria visual “oficial” desde la Revista LIFE y el
periódico El Tiempo y la memoria “no oficial”13 desde los libros que hacen homenaje al Bogotazo.

3. La agonía del caudillo

Tras el asesinato de Gaitán, en medio de la confusión y la tristeza, la gente se agrupaba para ver el cadáver del caudillo tendido en el
pavimento, mientras que la muchedumbre comenzaba a asimilar la idea, que aquel hombre que en el imaginario del pueblo parecía
invencible y poderoso, ese día mostraba su frágil naturaleza humana.

De este modo, tras ser trasladado el cuerpo del caudillo al Hospital Central, la gente permaneció en el lugar en donde cayó Gaitán, es por
ello, que algunos hombres sacaron su pañuelo para limpiar la sangre que había en el pavimento y como símbolo de apreció fue colocada
allí una bandera. Así, en estas fotografías (Fig. 1) se puede observar como la multitud triste, acongojada y perturbada por la muerte de
su caudillo, guarda la distancia del espacio donde él murió, como si fuera una forma de homenajearlo y de hacer su duelo, a la vez que le
otorgan importancia al lugar.

12
No se sabe aún, ciertamente cuantas fotografías hayan del Bogotazo, dado que algunas de estas imágenes se han llegado a conocer a través de exposiciones
y de homenajes en prensa o libros, que sacan a la luz pública este material.
13
La cual viene a ser conocida años después a través de los homenajes de periódicos, exposiciones o libros.
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13
12

Figura 1. Izquierda: Manuel H. Rodríguez. Aquí cayó el caudillo. Tomada del libro 9 de Abril la voz del pueblo. Derecha: Fotografía del periódico El Tiempo del 16 de Abril de 1948.

Mientras tanto, Jorge Eliécer es atendido en el Hospital Central, allí, médicos y enfermeras tratan de salvarle la vida, mientras políticos,
gaitanistas, la familia del caudillo, esperan la respuesta de los médicos. De ahí que, los fotógrafos se encontraran pendientes de la salud del
caudillo, y listos con sus cámaras para retratar momento a momento, como por ejemplo cuando le realizan la transfusión de sangre y le
colocan la anestesia (Fig. 2)

Figura 2. Leo Matiz. Fotografía para la Revista LIFE. 9 abril 1948.

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14 Pero a pesar de los esfuerzos de los médicos Gaitán fallece, y de este modo, los fotógrafos proceden a inmortalizar el momento, que se
encuentra vinculado con el “«memento mori», palabra latina que quiere decir «recuérdame al morir» y ésta relacionado no sólo con el
retrato fotográfico, […] sino también con el sitio de muerte, el cuerpo, la guerra, el entierro, el cementerio y la vida futura”14.

Por lo tanto, la fotografía que escoge el periódico El Tiempo (Fig.3) para mostrar la muerte del caudillo, es la imagen de su espalda, donde
se puede observar los tres tiros que recibió. Mientras, la fotografía de Manuel H. (Fig. 4) que saldría después reproducida en los libros,
muestra al caudillo acostado en la cama, lo cual, relaciona la muerte con la dormición15.

Figura 3. Lunga. Fotografía para el periódico El Tiempo del 16 de Abril de 1948.

14
Biblioteca Nacional del Perú. Fotografía post-mortem en el Perú del siglo XIX (Perú: Editora Perú. 2005) 9
15
La muerte identificada como dormición, muestra la forma en que la sociedad concibe la “buena” muerte, como si en algún momento el difunto fuera a
despertar de un largo sueño.
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15
14

Figura 4. Manuel H. Rodríguez. Gaitán en la Clínica Central. Tomada del libro 9 de Abril la voz del pueblo

El solo hecho que los últimos instantes de vida de Gaitán y su muerte, fueran registrados a través de la fotografía, nos muestran la
popularidad que llego a tener en su época, dado que este tipo de imágenes lo que trata de hacer es inmortalizar a la persona, de esta forma
el investigador Leonardo Ballesteros, nos dice que:

La muerte […] tiene una importancia sin precedentes, […]registrar entre otros el lecho de muerte de sus seres queridos, fundamentalmente el rostro
del cadáver, con la justificación más sincera frente a ella, dicen de sus muertos al fotografiarlos que registran su sonrisa, lo que quiere decir que aun
frente a la muerte de un ser querido, el recuerdo luctuoso se convierte en el hecho mágico de hacer vivir a través de la imagen, […] [así se] concibe
en la fotografía el primer signo de eternidad frente a la referencia de frontalidad del registro fotográfico, cuyo significado analógico en el imaginario
cultural, se hace fundamentalmente un gesto mortuorio colectivo.16

En este sentido, el hecho que el pueblo presenciara ese día la muerte de su dirigente, el hombre que los guiaba, no solo causó conmoción,
sino que sacudió la imagen que la gente se había hecho de él, como el hombre invencible y poderoso, y que a través de estas fotografías
se logra apreciar en su frágil condición humana, que nos es confirmada en la siguiente fotografía (fig. 5), donde vemos a la viuda Amparo

16
Leonardo Andrés Ballesteros Pedraza. “La producción de la vida misma en los medios de comunicación, análisis social de la imagen fotográfica”. En:
Memorias XXV Congreso Nacional de Lingüística, Literatura y Semiótica 150 años del natalicio de Tomás Carrasquilla. Medellín, septiembre 24,25 y 26 de
2008. [CD-ROM]
Ángela María Rodríguez Marroquín. El fotoreportaje y el Bogotazo: Imagen y memoria de un pueblo. Historia 2.0, 2.3 (2012) 8-25
16 Jaramillo de Gaitán, quien toca con la mano derecha la máscara mortuoria17, mientras la mira tristemente.

Figura 5. Izquierda: Leo Matiz. Fotografía para la Revista LIFE. 9 abril 1948. Derecha: Reproducción de la fotografía de Leo Matiz para el periódico El Tiempo del 27 de Abril de 1948

4. Muerte a Juan Roa Sierra

Mientras Gaitán se encontraba en el hospital y la gente se estaba afligida, dos policías capturaron al presunto asesino, y fue llevado a la
Droguería Granada, para ser interrogado allí, sin embargo, el asesino solo dijo una cosa “Ay, Señor, cosas poderosas que no puedo decir. ¡Ay!, Virgen del
Carmen, sálvame”18; mientras la multitud reaccionaba y decidía desquitarse con el culpable, así fue como entraron a la droguería y sacaron a

Juan Roa Sierra –el asesino−, quien fue golpeado y arrastrado por la carrera séptima. En esta imagen (fig. 6), se puede apreciar como la
multitud arrastra a Roa Sierra por las calles de Bogotá, mientras gritan arengas y le azotan.

17
Esta máscara mortuoria fue hecha por el artista Pinto Maldonado quién llegó al Hospital Central.
18
Lisandro Duque Naranjo, “Todo lo del pobre es robado”, en: VV.AA, El saqueo de una ilusión, El 9 de Abril: 50 años después (Colombia: Número edi-
ciones, 1998) 120
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17
16

Figira 6. Lunga. El cuerpo sin vida de Juan Roa Sierra cuando era arrastrado, en plena carrera séptima, hacia el Palacio de Nariño. Tomada del libro el 9 de Abril en fotos

La multitud avanzaba, varias mujeres y hombres con uniformes de trabajo, hombres con traje y corbata, hombres con ruana, se unían
a la multitud, mientras el cadáver de Roa Sierra se tornaba cada vez más pesado tanto que la gente tuvo que turnarse para arrastrarlo, y
“mientras avanzaban por la Calle Real desnudaron al asesino, como si hubieran convenido en que aquel hombre no merecía una identidad.
La camisa primero. Cuando los pantalones estorbaron el arrastre del cadáver, se los quitaron también y alguien los amarró a un palo y los
agitaba de un lado a otro”19.

De esta forma, fue arrastrado hasta el Palacio Presidencial, para mostrarlo como si fuera una prueba del asesinato de Gaitán, allí fue dejado
mientras la multitud hacía justicia por sus propias manos. Ahora bien, para los investigadores fue muy fácil encontrar e identificar al
asesino de entre los cadáveres que llegaron al Cementerio Central, debido a que el cuerpo de Juan Roa Sierra fue el único quedó desnudo,
con dos corbatas atadas en el cuello y varios golpes en el cuerpo (fig. 7).

19
Herbert Braun, Mataron a Gaitán vida pública y violencia urbana en Colombia. (Bogotá: Norma, 1998) 264
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18

Figura 7. Izquierda: Manuel H. Rodríguez. Cadáver de Juan Roa Sierra. Tomada del libro del 9 de Abril en fotos. Derecha: Manuel H. Rodríguez. Roa Sierra en el Cementerio Central.
Tomada del libro 9 de Abril la voz del pueblo

Así, la “justicia” que tomó la multitud por sus propias manos, tal vez se deba, en primer lugar, a que en los mismos discursos, Gaitán
siempre hablo que él debía estar más cerca del pueblo, y que no quería que lo vieran como un político mas, y por ello, según el investigador
Marco Palacios, el caudillo le solía decir a las masas: “[…] «Si me matan, ¡vengadme!»”20. Y en segundo lugar, por qué la muerte de Gaitán
representó para las personas la caída del progreso de Bogotá y Colombia; mientras que la figura de Roa Sierra significo el infortunio.

5. Los nueve abrileños (disturbios y muertos en las calles)

Tras dejar a Roa Sierra tirado frente al Palacio presidencial, la gente comenzó a destruir los símbolos conservadores de la ciudad, de esta
forma fue quemado el tranvía, varios templos, edificios civiles, públicos y religiosos; abrieron cárceles, saquearon ferreterías y licorerías,
haciendo que a este hecho se le llamara el Bogotazo.
20
Marco Palacios, El asesinato de Gaitán y sus secuelas. en: Entre la legitimidad y la violencia Colombia 1857-1994. (Bogotá: Ed. Norma. 2007) 198
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18
Cabe destacar, que sólo la revista LIFE (Fig. 8), fue la única que publicó las fotografías de la gente armada con palos, machetes y rifles.
Dado que, el periódico El Tiempo le dio más importancia al magnicidio y a las ruinas de la ciudad; sin embargo, hay que señalar que
fotógrafos como Manuel H. Rodríguez, Lunga (Fig. 9) y Sady González, poseen entre sus archivos este tipo de fotografías.

Figura 8. Leo Matiz. Imágenes de la destrucción del capitolio para la revista Life.

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Figura 9. Lunga. El capitolio Nacional, aún engalanado con motivo de la Conferencia Panamericana, pocas horas después de la muerte de Gaitán. Tomada del libro del 9 de Abril en fotos

Así mismo, en el Bogotazo no solo se vio destrucción, sino la muerte de muchas personas, dado que los civiles se armaban con lo que
pudieran y en medio del caos y la confusión se agredieron unos a otro, causando muchas muertes; de esta forma muchos cadáveres fueron
llevados al Cementerio Central, en un nuevo pabellón llamado Galería Nueva, fueron puestos para el reconocimiento y entierro [fig. 10].
Pero aun cuando se llevaron bastantes cadáveres al cementerio, en la calle seguían quedando los cuerpos de las personas que mataban, como
se puede observar en el primer plano de la fotografía [fig. 11].

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20

Figura 10. Leo Matiz. Galería Nueva (Cementerio Central) fotos para la revista Life

Figura 11. Luis B. Gaitán (Lunga). Las calles se cubren de victimas. Tomada del libro El 9 de Abril en fotos

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22 El 10 de Abril de 1948, todo en la ciudad era caos, miedo, ruinas, soledad e incertidumbre por lo que pasaría de allí en adelante, dado que
con la muerte de Gaitán, murió no solamente un hombre, sino un símbolo para la gente que lo apreciaba.

Así, en medio de esta desolación de la ciudad, se puede contemplar en un primer plano (fig. 12), como quedó la ciudad después del caos
vivido el 9 de abril, donde apreciamos los restos del tranvía y otras cosas que no se logran identificar muy bien, ya que todo fue reducido
en escombros, en un segundo plano, vemos tres edificios que están bien, logrando así que en esta imagen se aprecie el contraste entre la
destrucción, las ruinas y lo que aún queda intacto en la ciudad.

Figura 12. Desconocido. Cra 7 con Av Jiménez después del Bogotazo

Consideraciones finales

Al realizar esta investigación se pretendió principalmente analizar la función de los fotógrafos con un filtro, que selecciona que retratar
y que no; pero al profundizar en este tema, se abrió un panorama, que mostraba como los fotógrafos debían seguir las exigencias del
periódico, y ello, proporciono un acercamiento a la memoria visual tanto “oficial” como no “oficial”, para entender la forma en que es
seleccionado un elemento, y a partir de allí construir una historia. Sin embargo, al igual que la historia oral, “un acontecimiento vivido –
afirma Walter Benjamin− puede considerarse como terminado o como mucho encerrado en la esfera de la experiencia vivida, mientras que
el acontecimiento recordado, no tiene ninguna limitación puesto que es, en si mismo, la llave de todo cuanto acaeció antes y después del

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23
22 mismo”21 Y en este sentido, con el pasar de los años esa memoria visual del Bogotazo fue nutriéndose de aquel material “no oficial”, para
contar la historia desde otras perspectivas a través del discurso fotográfico.

Obras Citadas

Iconografía

Diusabá Rojas, Víctor. 9 de Abril La voz del pueblo. Santafé de Bogotá: Planeta, 1998
Delgado, Carlos. El 9 de Abril en fotos. Bogotá: El Áncora Editores, 1986
VV.AA. El saqueo de una ilusión. El 9 de Abril: 50 años después. Colombia: Número ediciones, 1998
Revista LIFE. Vol. 24. No 17. Abril 17 de 1948
El Tiempo [Bogotá] 16 de abril a 10 de Mayo de 1948.

Bibliografía

Libros

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Universidad Nacional de Colombia. Facultad de ciencias humanas, 2009
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Benjamin, Walter. Sobre la fotografía. España: Pre-textos, 2005
Boris, Kossoy. Fotografía e historia. Buenos Aires: La Marca, 2001
Braun, Herbert. Mataron a Gaitán vida pública y violencia urbana en Colombia. Colombia: Editorial Norma, 1998.
Escorza Rodríguez, Daniel. Fotografía e historia un modelo para armar. Elementos básicos para la investigación en fotografía. México:
SINAFO, 2008

21
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24 Freund, Gisèle. La fotografía como documento social. Barcelona: Ed. Gustavo Gili, 2006
Keim, Jean-A. Historia de la fotografía. Barcelona: Oikos-tau s.a, 1971
Soulages, François. Estética de la fotografía. Buenos Aires: La Marca, 2005
Taller la huella. Crónica de la fotografía en Colombia 1841-1948. Bogotá: Carlos Valencia Editores, 1983
Biblioteca nacional del Perú. Fotografía post-mortem en el Perú del siglo XIX. Perú: Editora Perú, 2005.

Capítulos de libro

Ballesteros Pedraza, Leonardo Andrés. “La producción de la vida misma en los medios de comunicación, análisis social de la imagen
fotográfica”. en: Memorias XXV Congreso Nacional de Lingüística, literatura y semiótica [CD-Rom]. Medellín. 2008
Barthes, Roland. “El mensaje fotográfico”. en: Lo obvio y lo obtuso. Imágenes, textos, voces. Barcelona: Paidós, 1992. 11-27
Burke, Peter. “Fotografías y retratos”, en: Visto y no visto el uso de la imagen como documento histórico. Barcelona: Crítica, 2005. 25-41
Newhall, Beaumont. “14. Fotoperiodismo”. en: Historia de la fotografía. Barcelona: Ed. Gustavo Gili, 2006. 249-268
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Restrepo Zapata, Camilo. “II. La huella fotográfica”. en: La foto de identidad fragmentos para una estética. Medellín: Fondo editorial
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Sorlin, Pierre. “Profesión: Reportero” en: El “siglo” de la imagen analógica. Buenos Aires: La Marca, 2004. 104-107
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Publicaciones Seriadas

Guerra, Diego Fernando. “Con la muerte en el álbum. La fotografía de difuntos en Buenos Aires durante la segunda mitad del siglo xix”.
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Lara López, Emilio Luis. “La representación social de la muerte a través de la fotografía (Murcia y Jaén, 1870-1902): Una historia de la
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