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¿Cañones o Mantequilla Respuestas de Economía para No Economista PDF
¿Cañones o Mantequilla Respuestas de Economía para No Economista PDF
A. Berumen es Profesor Titular de Economía Aplicada en la Universidad Rey Juan Carlos. Sus
investigaciones se centran en el estudio de los problemas del desarrollo, en el impacto socioeconómico que
generan las motivaciones, la innovación y la cultura, en la enseñanza de la economía y en la Historia del
Pensamiento Económico. Ha publicado 26 libros (bien como único o autor principal o como coordinador) y más
de 50 artículos en revistas científicas de economía, administración y métodos cuantitativos con índice de
impacto y reconocimiento internacional.
Es autor del póster General Guide Of Schools Of Economic Thought (y de su versión en español), utilizado para
la enseñanza de la Historia del Pensamiento Económico en universidades de todo el mundo, así como del
manual Lecciones de economía para no economistas.
Es conferenciante habitual en foros académicos y sus papers están disponibles en ResearchGate y Google
Scholar. Su enfoque dominante es schumpeteriano.
¿Cañones o mantequilla?
Respuestas de economía para no economistas
Madrid 2017
Sergio A. Berumen
¿Cañones o mantequilla?
Respuestas de economía para no
economistas
Primera edición: enero 2017
© ESIC EDITORIAL
Avda. de Valdenigrales, s/n - 28223 Pozuelo de Alarcón (Madrid)
Tel.: 91 452 41 00 - Fax: 91 352 85 34
www.esic.edu/editorial
ISBN: 978-84-17129-46-0
Cubierta: Gerardo Domínguez
Maquetación: Santiago Díez Escribano
Queda prohibida toda reproducción de la obra o partes de la misma por cualquier medio sin la preceptiva autorización
previa.
A Sergio y María Luisa, mis queridos padres.
Índice
Introducción
Introducción
En economía nada es gratis. Todo tiene un coste, siempre, bien en dinero o en cualquier
otro recurso, por eso no tiene sentido derrochar; pero la necesidad de aprovechar los recursos
de la mejor manera conlleva la obligación de tomar decisiones y elegir, aunque en ello vaya
implícito tener que asumir riesgos en un escenario de intensos cambios.
NOTA INTRO. 1
«[…] NO QUERRÍAS A UN ALCALDE QUE REPARTIERA TECHO O TRABAJO
EN LA PUERTA
DEL AYUNTAMIENTO COMO SI FUERA EL SEÑORITO DE UN CORTIJO […]»
El 24 de marzo de 2016 un matrimonio gaditano con dos hijos pequeños y a punto de quedar en la calle se
encaró con el alcalde de Cádiz, José María González «Kichi», para reprocharle lo que consideraban eran
promesas incumplidas. El hombre le espetó: «Antes de ser alcalde saliste en muchos vídeos donde decías
que en Cádiz había muchas casas de protección oficial vacías. ¿Dónde están esas casas?».
El alcalde trató de razonar con la pareja, pero ellos, presa de la desesperación, no cejaban en su empeño.
Las cosas no quedaron ahí, porque posteriormente el político escribió una entrada en Facebook donde decía:
«[…] Supongo que no querrías a un alcalde que repartiera techo o trabajo en la puerta del Ayuntamiento
como si fuera el señorito de un cortijo. Yo no puedo y no quiero hacer eso».
¡Exactamente! El problema es que don José María González se enteró demasiado tarde que el papel de los
políticos no es repartir viviendas o trabajo, que esa es competencia de los agentes productivos. ¡Las
promesas son gratis, pero cumplir lo ofrecido, no! En economía nada es gratis.
NOTA INTRO. 2
CURVA DEL COSTE DE OPORTUNIDAD
El coste de oportunidad es uno de los principios más importantes de la economía y por ello debemos
comprenderlo plenamente. Supongamos que queremos volver a casa en transporte público y podemos elegir
entre pedir un taxi o el metro, lo que significa que es un coste medible. Si elegimos el taxi podremos ir más
cómodos y llegar antes, pero nos costará más dinero que el viaje en metro. Otro ejemplo. Supongamos que
es verano y se nos presenta una disyuntiva: trabajar para ganar algo de dinero o irnos a la playa. El coste de
oportunidad de irnos a la playa es el dinero que no ganaremos, pero si nos quedamos a trabajar conllevará
el coste de oportunidad de perdernos unos días de ocio.
En el siguiente gráfico veamos la representación con cañones y mantequilla.
En este gráfico la X es inalcanzable, pero podemos elegir entre más cañones (B) o más mantequilla (C): si
elegimos más de uno, forzosamente implicará menos cantidad de otro. Como es natural, entre B y C puede
haber opciones intermedias, como D.
El profesor Paul Anthony Samuelson (1915–2009) fue uno de los economistas más
notables de la segunda mitad del siglo XX. Se graduó en Economía en 1935 en la Universidad
de Chicago, donde fue alumno de Franck Knight y Jacob Viner, y del máster un año después.
En 1941 se doctoró en la Universidad de Harvard, donde tuvo como profesores a Gottfried
Hansen, Alvin Haberler y Wassily Leontief (galardonado con el Nobel de Economía en
1973), entre otros, y mantuvo una vinculación especialmente estrecha con su mentor y
director de tesis Joseph A. Schumpeter (gracias a quien el joven Paul pudo continuar sus
estudios en Harvard, cuando la universidad quería retirarle la beca y echarlo, solo por ser
judío, pero el genio de Triesch se encaró con el presidente de la institución, James Bryant
Conant, y le plantó el ultimátum «[…] el señor Samuelson continúa o yo me marcho»). En
1940 aceptó un puesto de ayudante en el recientemente creado Departamento de Economía
del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés), en 1944 fue
nombrado Asociado y en 1947 Catedrático. A la edad de 32 años recibió la primera medalla
John Bates Clark (en 1947, el más prestigioso reconocimiento concedido a economistas
menores de cuarenta años) y en 1970 el Nobel de Economía: «[…] por haber hecho más que
cualquier otro economista contemporáneo por elevar el nivel en el análisis científico de la
teoría económica».
Fue el autor de cerca de 400 papers publicados en las mejores revistas científicas, de
varios cientos de artículos de divulgación en su columna del semanario Newsweek y en
periódicos (probablemente más de 2.000) y de grandísimos libros y manuales. En sus
Fundamentos del análisis económico (de 1947) formuló un método de tres pasos para
abordar cualquier problema económico, a saber: i) los agentes tratan de maximizar un
objetivo (p.e. beneficios o utilidades), generalmente sometido a restricciones (p.e. laborales,
tecnológicas o financieras); ii) de lo que se deduce la necesidad de buscar respuestas (p.e. a
preguntas como ¿qué ocurre con la cantidad ofrecida o demandada de un bien o de un factor
productivo si varía el precio o surge alguna restricción?), y iii) a continuación es posible
hacer comparaciones o encontrar correlaciones entre variables. En 1948 publicó su Curso de
economía moderna, un manual de referencia en los cursos introductorios de la materia (ha
tenido 19 ediciones y a partir de la decimotercera, publicada en 1985, se sumó la
colaboración de William Nordhaus) y donde se formulaba la pregunta «¿dónde debemos
invertir los recursos, en “cañones o mantequilla”?», aunque la idea original no fue suya,
se remonta a la década de 1910.
A principios del siglo XX Chile era el principal exportador de nitrato de sodio,
imprescindible para la fabricación de pólvora, pero también de fertilizantes agrícolas. Tras el
estallido de la I Guerra Mundial este país se declaró neutral, y a pesar de que en ningún
momento suspendió el suministro de minerales, en Estados Unidos se percataron de la
posición de vulnerabilidad en la que se encontraban. Al principio del conflicto la mayor parte
de la opinión pública estadounidense pensaba que esta era una guerra europea y por tanto no
había motivos para participar, pero solo era cuestión de tiempo que cambiara de parecer. En
previsión de ese momento, el senador Ellison D. Smith (de Carolina del Norte) presionó al
gobierno de Woodrow Wilson y al Congreso para que se tomaran cartas en el asunto, y así se
hizo. En 1916 se promulgó la Ley de Defensa Nacional, la cual entró en vigor en septiembre
de 1917, algo tarde porque desde el 4 de abril el país se había sumado a la contienda. Lo más
relevante de esta ley era una disposición que facultaba al Departamento de Agricultura para
incentivar la producción de nitratos, en tiempos de paz para los fertilizantes y en tiempos de
guerra para disparar las municiones. La frase «cañones o mantequilla» se atribuye a
William Jennings Bryan, secretario de Estado (equivalente a ministro de Asuntos
Exteriores) en la Administración de Wilson. Luego se popularizaría a golpe de titulares en los
periódicos de la época, al nombrarla como la Ley de cañones o mantequilla.
Con el tiempo la frase fue utilizada en otros contextos. El 17 de enero de 1936 el ministro
de propaganda nazi, el siniestro Joseph Goebbels, pronunció en un discurso: «Lo podemos
hacer sin mantequilla, pero a pesar de todo el amor que tenemos por la paz, no lo podemos
hacer sin armas. Uno no puede disparar con mantequilla, pero sí con cañones». También se
atribuye a Hermann Göring haber dicho: «Los cañones nos harán fuertes; la mantequilla solo
nos hará más gordos» (y que conste que él tenía un sobrepeso importante). El régimen
fascista de Benito Mussolini distribuyó carteles con el mensaje «Burro o cannoni?» con el
objetivo de explicar a los italianos por qué en tiempos de guerra escaseaba la mantequilla y
de paso pedir comprensión y sacrificio para la mayor gloria de la patria. Por último, en 1976
Margaret Thatcher en un discurso dijo: «Los soviéticos antepusieron las armas por encima de
la mantequilla, pero nosotros pusimos casi todo antes que las armas».
NOTA INTRO. 3
DAVID HUME SOBRE LA LIBERTAD DE ELEGIR
La libertad de mercado es una expresión de la libertad de elegir. En 1738 David Hume (en el tercer libro de
su Tratado sobre la naturaleza humana) reconoció que el ciudadano al tener que elegir se enfrenta a
dilemas que no siempre se resuelven correctamente, y es entonces cuando puede ser fácil presa del
victimismo o el infantilismo, echando culpas y no queriendo asumir responsabilidades.
En filosofía política se plantea el problema de la falacia democrática (una situación análoga a la libertad de
mercado) y que consiste en creer que todo lo que elige la sociedad está bien elegido. En este caso es
necesario diferenciar lo que es correcto de lo que es bueno. Así, es correcto que la sociedad elija pero otra
cosa es que elija bien, por lo cual esta se puede equivocar (lo mismo para elegir representantes que una
determinada tecnología). No hay que dejarse llevar por el paternalismo platónico, de manera que además de
poder elegir es necesario que la sociedad esté bien formada e informada, para, ahora sí, poder elegir
correctamente.
Por ello, ante la pregunta «¿Por qué el pollo cruzó la carretera?» la respuesta es obvia,
porque quería ir al otro lado, bien para conseguir alimento, resguardo o motivado por
instintos de su naturaleza, así que buscaba maximizar sus beneficios (en Estados Unidos la
broma «Why did the chicken cross the road?» es muy popular y ha dado pie a todo tipo de
historietas humorísticas). En 1776 salió a la luz la obra cumbre de Adam Smith, Una
investigación sobre la naturaleza y las causas de la riqueza de las naciones, donde puso en
valor los incentivos que tenemos para actuar por el «bien de los demás». Dice: «No
confiamos en cenar por la bondad del carnicero, el cervecero o el panadero, sino por su deseo
de avanzar y en su propio interés». En efecto, el panadero hace el esfuerzo de levantarse de
madrugada y mientras el resto aún duerme, porque sabe que si el pan no está listo a primera
hora de la mañana los compradores se marcharán a otra parte. En resumen, los incentivos
hacen que la gente haga cosas, son parte de los Animal Spirits de los que nos habló John
Maynard Keynes en 1936.
NOTA INTRO. 4
LOS ANIMAL SPIRITS
En febrero de 1936 John Maynard Keynes publicó La teoría general de la ocupación, el interés y el
dinero, donde se interesó especialmente en la volatilidad de la demanda de inversión. Pensaba que en
muchas ocasiones los inversores basan sus decisiones en meras conjeturas, elaboradas a partir de estados
psicológicos que son poco racionales, a los que denominó Animal Spirits. El maestro marcó la pauta, pero
fueron economistas posteriores quienes avanzaron.
En 1972 Charles Kindleberger publicó el célebre Manías, pánicos y cracs. Historia de las crisis financieras,
para quien la causa remota de las crisis es la especulación, si bien puede ser cualquier hecho que merme la
confianza y que provoque un desmoronamiento del precio de los activos. La confianza es una actitud, una
especie de apuesta, y que consiste en mantener la serenidad cuando no se tiene el control sobre las
decisiones que toman otros y sobre el tiempo. Por tanto, la confianza se mueve en las arenas movedizas de
los Animal Spirits.
Hay dos libros especialmente sugerentes para estudiar el tema. El primero es Exuberancia irracional (de
2000), de Robert J. Shiller, y el segundo es de este mismo autor y George A. Akerlof, Animal Spirits. De
cómo la psicología humana dirige la economía y por qué es importante para el capitalismo global (de 2009).
Ambos autores fueron galardonados con el Premio Nobel de Economía, Akerlof en 2001 (además es el
marido de Janet Yellen, secretaría de la Reserva Federal, FED) y Shiller en 2013.
El primer libro ofrece datos reveladores sobre la evolución comparativa de los precios de los activos
cotizados y el valor presente de los dividendos futuros. Según este, las burbujas especulativas ocurren con
una periodicidad bastante regular y casi siempre tienen que ver con episodios de euforia, pero que en un
momento dado terminan abruptamente y generan crisis. En el segundo libro, los autores reducen la
psicología de los Animal Spirits a cinco cuestiones esenciales: i) la confianza; ii) el sentido de la equidad; iii)
la corrupción; iv) la ilusión monetaria, y v) la forma en que cada uno se ve a sí mismo, es decir, las
«historias» que cada persona se cuenta a sí misma para racionalizar su proceder y para interpretar su papel
en el mundo.
NOTA 1.1
ALGO PARA REÍRSE SOBRE EL PODER DE LOS INCENTIVOS
Economía liberal
Todo empezó con dos vacas. Cada año con los ahorros has comprado una más y al cabo de varias décadas
de duro trabajo te has convertido en un granjero acomodado. Tu rebaño se ha multiplicado y la economía ha
crecido. Has pensado que cuando te hagas mayor venderás el negocio, te jubilarás con los beneficios y te
irás a vivir a orillas de una playa española.
Economía estadounidense
Tenías dos vacas. Un asesor financiero te aconsejó que, para mejorar la productividad, vendieras una y
forzaras la otra a producir la leche de las dos. Para cubrir la demanda, en los últimos años has comprado la
leche restante a un granjero chino, pero ahora estás enfadado porque poco a poco este se ha ido quedando
con el que hasta hace no mucho era tu mercado.
Economía francesa
Tienes dos vacas pero quieres tener más, así que te pones en huelga hasta que el Estado subvencione la
compra y los gastos de la tercera vaca y si es posible también de un toro, de otro establo y de una casita.
Economía japonesa
Tienes dos vacas. Las rediseñas para que tengan una cuarta parte de su tamaño y produzcan diez veces
más leche.
Economía alemana
Empezaste con dos vacas pero has hecho una reingeniería genética para que se reproduzcan más rápido,
vivan 100 años, coman una vez al mes y se ordeñen ellas mismas. La leche del establo tiene el valor añadido
de tu marca, la cual es demandada más allá de las fronteras de la comarca.
Economía suiza
Tienes millones de vacas pero ninguna es tuya. Tu negocio va viento en popa porque consiste en cobrar por
cuidar las vacas de los demás y en no hacer preguntas incómodas.
Economía sueca
Tienes dos vacas, las dos son refugiadas de un país en conflicto y próximamente llegarán otras dos. Viven
bien porque el Estado te subvenciona su manutención, las visitas veterinarias, ayuda psicológica durante el
largo proceso de aclimatación y clases especiales para que aprendan las nociones básicas de sueco.
Economía globalizada
Tenías dos vacas y el negocio iba bien, pero un día un compadre te hizo ver que podías ganar más
importando la leche, embotellándola y vendiéndola como si la hubieras ordeñado tú. Ahora eres un
importante lechero, aunque hace años que ya no tienes vacas.
Economía griega
Tienes dos vacas que has comprado con dinero que te prestaron unos colegas de Alemania, pero te has
despistado y ahora no sabes dónde están. Luego de un momento de agobio has decidido dejar de
preocuparte, te vas a tomar una cerveza y cuando vengan a cobrarte entonces ya veremos cómo se arregla.
Economía soviética
Tienes dos vacas. Las cuentas y llegas a la conclusión de que suman 5. Las cuentas otra vez y piensas que
tienes 42. Las cuentas una vez más y te salen 12. Entonces mejor dejas de contar vacas y te bebes otra
botella de vodka.
Economía india
Tienes dos vacas y… las adoras.
Economía bolivariana
Tenías 100.000 vacas pero después de 50 años de explotación quedan dos. Una se afilió a las juventudes
bolivarianas y no produce, solo come. La otra paga derechos por vivir en el establo, impuesto suntuario por
tener más de un cuerno y tenencia por el banquito donde la ordeñan. Todos en el establo quieren ordeñar a
la misma vaca. Con lo poco que te queda quieres comprar una más y un toro, pero los camaradas del
Gobierno no se ponen de acuerdo si es buena idea y llevan dos años discutiendo si te tachan de antipatriota
o de ejemplo para el pueblo.
Economía colaborativa
Tenías dos vacas. En cuanto descubriste de qué iba la economía colaborativa las vendiste al carnicero,
acondicionaste el establo con muebles de Ikea y ahora ganas dinero alquilándolo a vacacionistas en Airbnb y
lo anuncias como «coqueto adosado rústico».
NOTA 1.2
UN EJEMPLO DEL PODER DE LOS INCENTIVOS
Los incentivos son poderosos detonantes del comportamiento y que ayudan a alcanzar objetivos. Un
ejemplo del poder de los incentivos fue la idea que en 1872 tuvo Walter Scott. En aquel tiempo los
restaurantes de Providence, Rhode Island, cerraban a las veinte horas, por lo cual Walter pensó que sería
una buena idea vender bocadillos y trozos de tarta en su carromato tirado por caballos hasta bien entrada la
noche. El negocio fue tan próspero que a los pocos meses era muy habitual encontrarse con food trucks en
el corazón de Manhattan. El resto es historia.
El 10 de octubre de 2016 el Banco de Suecia («Sveriges Riksbank») anunció los ganadores del Premio
Nobel de Ciencias Económicas. Los galardonados fueron Oliver Hart (nacido en Londres en 1948 y profesor
en la Universidad de Harvard) y Bengt R. Holmström (nacido en Helsinki en 1949 y profesor en el MIT) por
sus aportaciones a la Teoría de los Contratos.
Ambos profesores son exponentes de la Escuela Institucionalista, interesada mayoritariamente en estudiar
problemas reales, como por ejemplo ¿cómo se hace un contrato para pagar a un ejecutivo? o ¿cómo
resolver el problema del principal y del agente? En ambos casos hay un potencial conflicto de intereses entre
los dueños y/o accionistas de las empresas y quienes las dirigen: ¿estos para quién trabajan, para beneficiar
a los accionistas o para favorecer sus propios intereses o de terceros?
Este Nobel es un justo reconocimiento a un ámbito de estudio sumamente relevante porque la sociedad
funciona gracias a los contratos. Contratos de compraventa para llenar la nevera, de seguros, de usufructo,
de cesión de derechos, de alquiler, de matrimonio, hipotecarios o laborales, e incluso en materia de
herencias. En los contratos se contemplan los riesgos y los incentivos. En palabras de Per Stromberg,
presidente del Comité del Premio Nobel de Economía: «Esta teoría explica por qué las compañías de
seguros nunca reintegran todo el valor de la casa quemada o el coche robado, pues en ese caso nunca nos
importaría si se quema la casa o nos roban el coche. Hay que tener los incentivos adecuados para fomentar
que las partes sean cuidadosas».
Una de las mayores aportaciones del profesor Hart es su artículo de 2003 («Incomplete Contracts and Public
Ownership: Remarks, and an Application to Public Partnerships»), donde señala que en los contratos es
imposible prever (ex ante) todas las contingencias y escenarios posibles que pueden tener lugar en el futuro
y afectar las condiciones originales que llevó a las partes a acordar, por lo cual los contratos son
incompletos.
Esta condición introduce una serie de complejidades que sirven para analizar diversos problemas, tales
como:
• Sobre la legítima propiedad de un bien (en los tres sentidos, Ius utendi, Ius fruendi y Ius abutendi, es
decir, los derechos para utilizar un bien, para beneficiarse de los frutos o para disponer plenamente del
mismo).
• De control. Por ejemplo, en fusiones entre empresas o de gobierno corporativo (p.e. los abusos cometidos
por directivos de Caja Madrid en el caso de las Tarjetas Black).
• De conflicto de intereses. Con fundamento en la Ley de Conflicto de Intereses (de 2006) los miembros
del gobierno y los altos cargos deben inhibirse en asuntos relativos a empresas en las que hayan
participado ellos, sus cónyuges o familiares en los dos años anteriores a haber tomado posesión del cargo
público. La Ley del Alto Cargo define un conflicto de interés, cuando la decisión que se vaya a adoptar
«[…] pueda afectar a sus intereses personales, de naturaleza económica o profesional, por suponer un
beneficio o un perjuicio a los mismos». En el primer gobierno de Mariano Rajoy en al menos 56 ocasiones
miembros de su gabinete se levantaron de la mesa del Consejo de Ministros por existir conflicto de
intereses.
Otra de las aplicaciones de los trabajos de Hart es en materia de evaluación de costes y beneficios derivados
de la privatización de empresas públicas, como hospitales, colegios, prisiones o la recogida de basuras. En
un artículo de 1997 («The Proper Scope of Government: Theory and an Application to Prisions», publicado
junto con Andrei Shleifer y Robert W. Vishny) explicó los equilibrios entre la máxima calidad y la eficiencia en
costes (entre otras cosas, explica cuáles deben ser los criterios para determinar si los funcionarios de
prisiones deben tener retribuciones fijas o variables). Hart no especifica si es mejor que las prisiones (o su
mera gestión) sean públicas o privadas, sino en qué condiciones conviene que lo haga el Estado o los
agentes privados. Este trabajo fue tan influyente que la Administración Federal estadounidense en adelante
dejó de privatizar las prisiones (aunque no ha sido así en el caso de las estatales).
En lo relativo a la contribución teórica, los trabajos de Hart y Holmström han dado un paso más allá en el
estudio de problemas de la macroeconomía con el empleo de rudimentos de la microeconomía, una
tendencia que parece ha llegado para quedarse.
RECUADRO 1.2
SAVONAROLA Y LOS PELIGROS (Y ACIERTOS) DE LA REINGENIERÍA SOCIAL
A lo largo de la historia de la humanidad ha habido múltiples ejemplos de individuos con ínfulas mesiánicas y
grupos de fanáticos que han creído que es posible construir una sociedad ideal, limpia de vicios y libre de
extrañas ideas importadas, llámese democracia, laicidad, respeto a los derechos humanos, igualdad de
género… Veamos tres nefastos ejemplos de reingeniería social y sus consecuencias:
• Luego de varios días de asedio, el 19 de abril de 1993 un comando de tanquetas blindadas y agentes del
FBI armados hasta los dientes entraron en el Centro Mount Carmel (a un cuarto de hora de Waco, Texas),
sede de la secta Asociación General de la Rama Davidiana de la Iglesia Adventista del Séptimo Día,
dirigida por su apocalíptico líder, David Koresh, quien se ostentaba como el Hijo de Dios (ni más ni menos).
Desde mediados de los sesenta la secta fue ganando adeptos, pero lejos de ser una comunidad de
pacíficos cristianos en realidad se trataba de gente dedicada a la compraventa de armas, nada dispuesta a
respetar la autoridad y sin más leyes que las creadas por su polígamo y pedófilo líder. Los davidianos,
irreductibles, se negaron a entregar las armas y permitir la entrada a las autoridades. Al entrar el comando
del FBI se desencadenó una balacera y empezó un pavoroso incendio. Al final, la intervención arrojó un
saldo de 76 adultos muertos (incluyendo dos mujeres embarazadas) y 20 niños. David Koresh les había
prometido un mundo ideal en vida y el paraíso en la muerte, a cambio de la más absoluta sumisión y
obediencia.
• Los cálculos más conservadores señalan que en torno a dos millones de camboyanos murieron a causa de
las torturas, enfermedades, ejecuciones, trabajos forzosos y hambre durante los cuatro años que
estuvieron en el poder los Jemeres Rojos. Tras la derrota de Estados Unidos en Vietnam, el 17 de abril de
1975 los Jemeres Rojos entraron victoriosos en Phnom Penh, capital de Camboya, y bajo la dirección de
su líder Pol Pot se instauró una república popular maoísta, radicalmente agraria. Cualquier indicio de
modernidad, interés por el conocimiento (en cuanto el poseedor de unas gafas para la lectura o un
inofensivo libro de gramática era descubierto su osadía le costaba la vida) o simpatía por valores
occidentales era severamente castigado. La sociedad jemer era una distopía, un sanguinario «mundo
feliz».
• Girolamo Savonarola (1452–1498) fue un monje dominico y durante un tiempo confesor de Lorenzo de
Medici y protegido de Carlos VIII, rey de Francia. Denunció la corrupción de la Iglesia y la explotación de
los pobres, pero también creó las Hogueras de las Vanidades para quemar todo aquello que a su parecer
corrompía al ser humano y le alejaba de Dios, como los perfumes, los espejos, el lujo, los juegos de mesa
y algunos libros.
En el caso de estos últimos creó un elenco prohibido, en el cual se encontraban obras de autores tan
célebres como Aristóteles (por razones como la descrita en la película El Nombre de la Rosa, inspirada en
la novela de Umberto Eco, en la escena donde el fraile franciscano Guillermo de Barkerville mantiene una
agria discusión con el abad y le dice «[…] si hasta se sabe que los santos se valían del humor para
ridiculizar a los enemigos de la fe, por ejemplo, cuando los paganos sumergieron a San Mauro en agua
hirviendo y él se quejó de que su baño estaba frío, el sultán metió la mano y se la escaldó […] Aristóteles
dedicó su segundo libro de poética al humor como instrumento de la verdad […]»), los poetas latinos
Ovidio y Propercio y los escritores italianos Francesco Petrarca, Dante Alighieri, y por supuesto, Giovanni
Boccaccio, autor de El Decamerón. Debido al poder que Savonarola había acumulado hizo se que se
declarase a Cristo rey de Florencia y se crearan brigadas de fanáticos con la encomienda de denunciar la
homosexualidad, la embriaguez y todo aquello que contraviniera lo «cristianamente correcto», y a
continuación los denunciados eran torturados y quemados en las hogueras. Pero en su obsesión por
purificar la ciudad se enfrentó con el papa Alejandro VI, quien le excomulgó. La Iglesia le juzgó, torturó y
condenó a muerte y el 23 de mayo de 1498 fue ejecutado en la Piazza della Signoria.
Inferno es una película de 2016 dirigida por Ron Howard y protagonizada por Tom Hanks. En la estela de
El Código Da Vinci y Ángeles y demonios, todas ellas basadas en las novelas homónimas del escritor Dan
Brown, la trama de Inferno se desarrolla en Florencia a ritmo de vértigo, en busca de las claves de uno de
sus personajes más fascinantes, Dante Alighieri, autor de La Divina Comedia. La película no es gran cosa,
pero si algo tiene de bueno es que se escenifica en la bellísima ciudad de Florencia, escenario de las
andanzas y la muerte del desquiciado monje Savonarola.
Hoy en día gracias a la tecnología podemos aprender más rápido y mejor y nos podemos comunicar con
cualquiera que tenga acceso a un dispositivo electrónico y una conexión a internet. Sin duda, son grandes
avances. El riesgo, sin embargo, es que algún gobierno o empresa global se sienta tentada a superar los
límites e intente hacer que seamos ciudadanos más indulgentes, mansos y obedientes, o bien que
compremos sin rechistar todo cuanto nos ofrezcan. ¡Nos debemos mantener atentos contra cualquier intento
de manipulación porque la tecnología para hacerlo ya está disponible! No obstante, todos estos recursos
también se pueden emplear para alcanzar objetivos que nos den un mayor bienestar.
A nadie le sorprendería la afirmación de que muchos estadounidenses tienen graves problemas de peso.
Dentro de los 50 estados que conforman la Unión los hay con más o menos sobrepeso, pero Oklahoma está
dentro de los peores y a su vez Oklahoma City es la ciudad con mayor obesidad. Cuando el republicano
Mick Cornett fue elegido alcalde (en 2004) encaró el problema definitivamente, declaró la guerra a la
gordura y retó a sus ciudadanos a perder «un millón» de libras (450.000 kilos). En su contra tenía un
enemigo formidable, la cultura del coche, el sofá y la televisión, pero contra todo pronóstico los habitantes y
los medios locales recibieron la iniciativa con entusiasmo. Para conseguir el objetivo crearon la página
informativa www.thiscity isgoingonadiet.com y al poco tiempo los colegios y las cantinas de las empresas
cambiaron sus menús por otros más balanceados, surgieron competiciones para perder peso, y en el marco
del proyecto Walkable City [Ciudad caminable – otras ciudades estadounidenses que se han apuntado al reto
son Jacksonville (Kentucky), Nashville y Memphis (Tennessee), Charlotte (Carolina del Norte), Indianápolis
(Indiana) y Kansas City (Misuri)] se construyeron más de 140 kilómetros de aceras, parques, carriles bici y
complejos deportivos… Todo este esfuerzo tuvo su recompensa porque en enero de 2012 la ciudad alcanzó
la meta planteada por Cornett (las 47.000 personas que se apuntaron al reto perdieron una media de 9 kilos
cada una – el alcalde también hizo los deberes y hoy pesa 18 kilos menos que cuando todo esto empezó).
Como es natural, semejante pérdida de peso ha tenido consecuencias muy positivas en la calidad de vida de
los habitantes, pero también ha tenido un importante impacto económico en el ahorro de tratamientos
médicos y en el incremento de la productividad laboral.
• En 2005 Tim Phillips publicó su libro Imitación: El comercio mortal de mercancías
falsificadas, donde relata una serie de sucesos relacionados con la piratería y el
contrabando. De entre muchas historias hay una que especialmente llama la atención. La
noche del 20 de diciembre de 1995 se estrelló un avión Boeing 575 de American Airlines
contra la falda de una montaña cuando realizaba las maniobras de aproximación al
aeropuerto de Cali, Colombia. Murieron 159 personas y solo hubo 4 supervivientes. Un
par de horas más tarde, con los restos aún humeantes, una horda de ladrones llegó al lugar
del accidente para robar piezas de los motores, del tren de aterrizaje y de la cabina de
mando, pero lo interesante del caso fue que menos de un mes más tarde algunas de esas
piezas fueron localizadas en el mercado de recambios de Miami.
RECUADRO 1.3
LUCHA CONTRA LA PIRATERÍA Y EL CONTRABANDO EN SUIZA
Desde hace unos años, algunos de los principales problemas que sufren los mercados son la piratería y el
contrabando. La máxima autoridad helvética en la materia es el Instituto Federal de la Propiedad
Intelectual («Institut Fédéral de la Propriété Intellectuelle», IPI). La piratería es particularmente nociva para
las marcas, pero también afecta a las empresas de diseño, los derechos de autor y las patentes. Según el
IPI, en 2013 el 83% de las empresas suizas se vieron afectadas por la falsificación de sus productos
protegidos por una marca, el 66% lo estuvieron en torno a sus diseños y el 54% vieron vulnerados sus
derechos de autor. Así, el 47% de las empresas encuestadas en 2013 señalaron que se sentían «muy
afectadas» por la piratería y el contrabando.
El sector agroalimentario es uno de los más dañados (la empresa de bandera es Nestlé). En 2012 el 84% de
las empresas fueron afectadas por la falsificación de sus marcas, el 80% por la violación de sus diseños y el
69% por la alteración en sus etiquetados de origen. Por otra parte, los productos suizos de lujo abarcan una
amplia gama, desde zapatos y marroquinería Bally, relojes Vacheron Constantin, Patek Philippe o Rolex, o
productos de belleza, como La Prairie. Según el IPI, el 100% de las empresas del sector se reconocieron
afectadas por la piratería y el contrabando. Entre 2001 y 2016 el 89% de las empresas sufrieron problemas
derivados por la copia de sus diseños y en el 93% de ellas se vulneraron los derechos de autor. La piratería y
el contrabando son muy nocivos para una economía como la suiza, basada en productos de alto valor
añadido y donde la constante demanda de innovaciones implica una elevada inversión.
¿Cómo era posible que piezas que eran parte de un avión siniestrado pudieran ser
reutilizadas en aeronaves en servicio? Pues por lo visto lo era o de lo contrario los
ladrones en lugar de las piezas se hubieran centrado en los equipajes de los pasajeros
fallecidos. Por otra parte, Phillips calculaba que a principios del presente siglo circulaban
más de cien millones de réplicas del famoso rifle de asalto AK-47, dos billones de
cigarrillos falsos (que contenían heces, moscas muertas y hasta larvas de insecto), una
cantidad indeterminada de bebidas alcohólicas tóxicas, transistores, microchips,
cosméticos, perfumes, pasta de dientes, leche en polvo para bebés, detergentes, airbags,
todo tipo de artilugios electrónicos (desde teléfonos móviles hasta marcapasos), ropa y
marroquinería, pastillas de frenos para automóviles, antibióticos sin agentes activos,
fármacos contra el cáncer, antipalúdicos, medicamentos cardiovasculares…, tantas y
tantas falsificaciones que ya entonces era imposible de cuantificar el daño provocado.
• Los estereotipos y prejuicios sociales y culturales, en resumen, cualquier tipo de
discriminación, tiene efectos económicos. En 1971 Julian Tudor Hart publicó un
artículo en The Lancet («Inverse Care Law», doi: 10.1016/S0140-6736(71)92410-X),
donde ponía en evidencia que el tiempo de espera para ser atendido por un médico era
mayor para las personas con bajo nivel educativo o bajos ingresos. La segunda conclusión
a la que llegó era que el sistema en su conjunto y en particular los facultativos trataban
mejor a quienes más se parecían a ellos. Este tipo de comportamientos, se hagan
consciente o inconscientemente, fomentan y acrecientan las desigualdades.
La discriminación contra los ancianos, las mujeres, el colectivo LGTBi, quienes profesan
una religión a la mayoritaria, por el nivel educativo o social, por el color de la piel o por el
origen de nacimiento, entre otras, pueden influir sutilmente en la toma de decisiones, sea
en la selección y contratación de personal o en la provisión de servicios sanitarios.
Además de ser moralmente despreciable, la discriminación atenta contra la
meritocracia, uno de los principales baluartes en los que reposa el capitalismo, pero
también perjudica a quienes tienen peor estado de salud y más precisan los servicios del
sistema sanitario. Según un informe publicado por la Organización para la Cooperación y
el Desarrollo Económico (OCDE) en noviembre de 2014 («Social Expenditure Update»),
en España el 20% de los ciudadanos con más renta recibía el 40% de las transferencias
sociales, mientras que el 20% con menos renta solo recibía el 10%. Así, los más ricos
recibían cuatro veces más gasto social que los más pobres (p.e. en la financiación de la
educación concertada – un caso especialmente sangrante es el del colegio Nuestra Señora
del Pilar, situado en el Barrio de Salamanca, uno de los de mayor renta en Madrid). Los
recursos que en teoría deberían ser utilizados para redistribuir la riqueza, en realidad
fomentan la desigualdad e impiden el trasvase de riqueza desde las clases más altas a las
más bajas.
NOTA 1.3
RESIDUOS, CALENTAMIENTO GLOBAL Y DESERTIZACIÓN DE ESPAÑA
Según el Banco Mundial (en base a los resultados del «2nd Annual Waste Atlas Report», realizado por
Waste Atlas Partnership y el What a Waste: A Global Review of Solid Waste Management), los dos puntos
más tóxicos del planeta son Agbogbloshie y O Estrutural, en Brasilia, con un volumen acumulado de 25
millones de toneladas de desechos. Por otro lado, según la OCDE (a partir de los resultados del informe
«Environment at a Glance 2015»– también disponible como doi: 10.1787/9789264235199), los países que
más reciclan son Alemania, Singapur, Corea del Sur y Austria (España está dieciséis puestos más abajo).
Los dos son informes interesantes y se complementan, pero el problema radica en que en el primero no se
hace un análisis minucioso del origen de la basura y en el segundo adónde van a parar los residuos tóxicos
que no son reciclados. Obviamente, basta un poco de intuición para imaginar la respuesta (en el buscador de
El País está disponible ¿Qué país produce más basura?, un mapa interactivo donde se puede ver cuántos
kilos de residuos generan cada año los habitantes de cada país).
Todos los residuos producen calor, y por tanto contribuyen al calentamiento global. En 2020 finalizará la
vigencia del Protocolo de Kioto. Este acuerdo tenía el objetivo de reducir al menos un 5% las emisiones de
los principales gases que provocan el efecto invernadero (dióxido de carbono, metano, óxido nitroso,
hidrofluorocarburos, perfluorocarbonos y hexafluoruro de azufre, emitidos entre 2008 y 2012 y en relación a
las emisiones de 1990). Al no haberse alcanzado el objetivo, los países firmantes se dieron un nuevo plazo
hasta 2020, pero la gravedad de la situación hizo que el 22 de abril de 2016 en la XXI Conferencia sobre
Cambio Climático los asistentes se plantearan nuevos esfuerzos, enmarcados en las negociaciones
alcanzadas en diciembre del año anterior en la capital francesa, denominado Acuerdo de París, el cual entró
en vigor el 4 de noviembre de 2016 y que incluía a los dos principales emisores de CO2, Estados Unidos y
China.
España en esta materia no ha hecho los deberes. Según el Registro Estatal de Emisiones Contaminantes
(PRTR, http://www.prtr-es.es/), en 2014 (últimos datos disponibles) estuvimos muy lejos de alcanzar los
objetivos planteados en el Protocolo de Kioto, aunque hay niveles: a la cola del todo se sitúa la Región de
Murcia, mientras que en el lado opuesto está Ceuta y Melilla. A nivel provincial, los peores lugares los ocupan
Avilés (sus habitantes respiraron más de cinco millones de toneladas de CO2, principalmente proveniente de
las plantas de Alcoa, Saint Gobain y Arcelormittal) y León (las emisiones principalmente provienen de la
central térmica de Compostilla II, la más contaminante del país). Aún hay más, porque según Ecologistas en
Acción en torno a 10,2 millones de habitantes, equivalente al 21,8% de la población, viven en zonas donde
entre 2014 y 2016 se superaron los límites legales fijados por la Unión Europea de exposición al ozono
troposférico (disponible en el informe «La contaminación por ozono en el Estado español»).
Además del deterioro en la salud de los habitantes, si no se redoblan los esfuerzos para frenar el
calentamiento global, los modelos climáticos prevén un ascenso de la temperatura media global en dos
grados en las próximas décadas (en el extremo superior se podría superar los cuatro grados), lo que
significará que el daño es irreparable.
Según Joel Guiot (del Centro Europeo de Investigación y de Enseñanza de Geociencias Ambientales,
CEREGE, por sus siglas en francés) y Wolfgang Cramer (en base a los resultados alcanzados en su trabajo
«Climate Change: The 2015 Paris Agreement Thresholds and Mediterranean Basin Ecosystem», publicado
en Science – doi: 10.1126/science.aah5015), si no se reducen las emisiones de CO2 de manera contundente
se producirán cambios muy notables e irreversibles en la Península: «[…] al final del siglo un tercio de
España será tan árido como lo es hoy el desierto de Tabernas, en Almería […]».
En conclusión, no tiene sentido alcanzar la prosperidad económica si por el camino hemos depredado el
entorno. Es necesario hacer compatible el progreso con el cuidado del medio ambiente.
¿Hay lugar para la esperanza? Aún es pronto para responder afirmativamente, pero
cuando menos se ha dado un primer paso. La Fundación Energía e Innovación
Sostenible sin Obsolescencia Programada (Feniss) se ha planteado acabar con este
sistema de producción y de paso reducir las emisiones de CO2 . Para tal efecto han creado
la certificación ISSOP (Innovación Sostenible sin Obsolescencia Programada). Los
requisitos para conseguirla son: i) priorizar la compra de productos y la contratación de
servicios respetuosos con el medio ambiente, fabricados sin obsolescencia programada y
utilizando preferiblemente productos locales y de comercio justo; ii) contribuir a la mejora
energética y a la disminución de emisiones; iii) una correcta gestión de los residuos; iv)
promover la cultura del consumo social y ambientalmente responsable; v) políticas a favor
de la responsabilidad ambiental; vi) facilitar el acceso a la formación ambiental y de
integración social; vii) evitar hacer uso de una publicidad engañosa o ambiental y
socialmente irresponsable; viii) promover la igualdad e integración; ix) facilitar la
conciliación familiar; x) promover y difundir los compromisos de gestión sostenible y
responsable, y xi) incluir en sus contratos con terceros cláusulas que impidan y castiguen
la corrupción.
En la página de RTVE (http://www.rtve.es/alacarta) está disponible Comprar, tirar,
comprar. La historia secreta de la obsolescencia programada, y tiene una duración de
algo más de una hora.
• Hasta en los Mandamientos bíblicos nos recuerdan que robar es malo, pero de acuerdo al
Global Retail Theft Barometer (de 2016) España es el tercer país de la Unión Europea y
el sexto de la OCDE donde más pérdidas se registran por robos en tiendas, ya sea de
clientes o de los propios empleados de los establecimientos. Entre 2014 y 2015 los
comercios españoles perdieron un 2,21% de sus ingresos brutos, entre lo que les robaron y
lo que se gastaron en seguridad, equivalente a unos 5.000 millones de euros.
En cierto sentido las penas son un ajuste de cuentas que la sociedad impone contra
quienes han violado los derechos o el patrimonio de otros y de esa manera los
perjudicados no se cobren la justicia por su propia mano (la clásica Ley del Talión, «ojo
por ojo y diente por diente», tan pormenorizadamente descrita en el Antiguo Testamento).
A medida que las sociedades han evolucionado, en las consecutivas ediciones de los
códigos penales de todo el mundo se han incorporado o desaparecido elencos de delitos,
pero desde el principio de los tiempos el robo se ha mantenido porque atenta contra el
patrimonio de una o más personas, por lo cual, de no sancionarse seguramente muchos
(más) se verían tentados a robarnos. El tema de los castigos también ha estado sujeto a
ciertas tendencias. Mientras que en la antigüedad la pena por robar se podía saldar con la
vida del ladrón, la amputación de una mano o, peor, el envío a galeras, en las democracias
occidentales de la actualidad el robo es un delito que se castiga con penas más
indulgentes.
En el caso de España, el artículo 237 del Código Penal dice: «Son reos del delito de robo
los que, con ánimo de lucro, se apoderaren de las cosas muebles ajenas empleando fuerza
en las cosas para acceder al lugar donde estas se encuentran o violencia o intimidación en
las personas». A partir de la reforma del Código Penal de la Ley de Seguridad Ciudadana
(conocida como Ley Mordaza, de 1 de julio de 2015), la gravedad de las sanciones
depende de la cuantía de lo robado o si se ha ejecutado «limpiamente» (a lo que
eufemísticamente se denomina «hurto») o con violencia e intimidación. En el primer caso,
y siempre que el robo sea inferior a 400 euros, se considera un delito leve y apenas se
impondrá una sanción administrativa, pero en el segundo caso o si la cantidad robada es
igual o superior a 400 euros la pena puede ser de entre seis y dieciocho meses de
prisión.
Así, a los raterillos amigos de lo ajeno especializados en el robo de billeteras les merece la
pena asumir el riesgo porque muy poca gente que viaja en transporte público y que se
dirige a la facultad, a su puesto de trabajo, a hacer la compra o a llevar los niños a
actividades extraescolares, lleva consigo una cantidad superior a los consabidos 400
euros, pero en cambio habrá quienes lleven 20, 50 u 80 euros. Al final de mes el raterillo
de marras habrá acumulado una suma mucho más atractiva que el honrado trabajador que
a cambio de la diaria y extenuante jornada recibe un menguado salario que roza el
mínimo.
Ha sido hasta fechas muy recientes que la economía se ha empezado a interesar en el
comportamiento de los delincuentes y las implicaciones socioeconómicas derivadas. En
2006 Per-Olof Wikström y Robert J. Sampson coordinaron un libro sobre la materia
(«Explanation of Crime – Context Mechanisms & Development»). El trabajo se torna
especialmente interesante cuando responden la pregunta ¿la delincuencia opera como una
empresa? La respuesta es que sí (como muestra solo tenemos que ver cualquier capítulo
de Los Soprano, según decían los propios mafiosos, un reflejo bastante fiel de la
realidad). En efecto, la delincuencia organizada funciona como una empresa porque, por
ejemplo, debe adaptarse a los cambios del mercado, diversificar las fuentes de negocio
(p.e. robo, trata y tráfico de personas, contrabando, secuestros, liquidación de rivales, el
juego, la extorsión o la gestión de residuos tóxicos, todas ellas de una o de otra forma eran
actividades gestionadas por el personaje Tony Soprano, encarnado por James
Gandolfini, y el resto de su camarilla), se valora la lealtad de los miembros (muy
importante en el caso de los lazos de sangre) y se libran feroces luchas de poder por
mantener o ganar cuota de mercado o territorios. Desde hace unos años en las escuelas de
negocio más prestigiosas del mundo se estudian las estrategias empleadas por algunas de
las más exitosas organizaciones criminales (a quien le interese el tema se recomienda la
lectura de «The Rise of the Red Mafia in China: A Case Study of Organised Crime and
Corruption in Chongqing»).
• En la contienda electoral del 8 de noviembre de 2016 a la presidencia de Estados Unidos
se enfrentaron la ex primera dama Hillary Clinton y el magnate inmobiliario Donald
Trump, un candidato extraordinariamente polémico. Entre junio de 2015 y junio de 2016
Trump y los medios de comunicación tuvieron una relación idílica, en particular con la
CNN, porque mientras que uno daba titulares a diestro y siniestro, los otros le retribuían
con tiempo de exposición mediática. En este contexto, Leslie Moonves, presidenta de la
CBS, en mayo de 2016 dijo: «Quizá no era bueno para América, pero era
endemoniadamente bueno para la CBS». Esta frase resume la falta de equidistancia y
respeto a las reglas democráticas e indubitablemente transmite que, para esta directiva,
por encima de los principios estaba la cuenta de resultados de la cadena.
NOTA 1.4
TODO POR EL RATING
El 11 de julio de 1938 a las nueve de la noche se estrenó el programa de radio The Mercury Theather on
the Earth, dirigido por Orson Welles y ambientado con la música y la orquesta del compositor Bernard
Herrmann. Cada semana el programa hacía una representación de radioteatro sobre una obra clásica de la
literatura. La primera fue «Drácula», de Bram Stoker, y después le siguieron otras, como «La vuelta al mundo
en 80 días» y «Viaje al centro de la tierra». Al caer la noche de los lunes los radioyentes disfrutaban de una
entrega más del programa producido por CBS Radio, pero debido al éxito de audiencia un mes más tarde del
estreno la cadena lo pasó a las ocho de la noche de los domingos, día y horario de máxima audiencia.
La Guerra de los Mundos se transmitió el 30 de octubre de 1938 y fue una adaptación de Welles a la obra
homónima del escritor británico H. G. Wells. Al principio el programa se desarrolló de manera habitual, pero
en un momento dado el locutor paró la música y dijo: «Señoras y caballeros, interrumpimos este programa
para transmitir un boletín especial […]», y a continuación con voz de alarma dijo que unos astrónomos
habían visto unas explosiones en Marte, luego el programa trató de continuar, pero al poco tiempo de nuevo
fue interrumpido. La relativa normalidad se rompió definitivamente cuando el locutor informó que una extraña
nave había aterrizado en Nueva Jersey y de la cual habían salido unos extraterrestres, mitad serpiente y
mitad insecto, y acto seguido los radioyentes escucharon alaridos de gente a la que los alienígenas
supuestamente estaban matando con sus terroríficas armas. La representación fue tan realista que la
audiencia creyó firmemente que estábamos siendo invadidos por criaturas de otro planeta.
Al final Orson Welles despidió el programa advirtiendo que todo había sido una broma por vísperas de
Halloween. Admirado por unos y odiado por otros, a nadie dejó indiferente. El programa rompió todos los
récords de audiencia, por encima de los seis millones, cuando la media no superaba el millón y medio. Su
osadía causó histeria colectiva… y el reclamo masivo de decenas de anunciantes que querían patrocinar el
programa.
RECUADRO 1.4
CONFLICTO DE INTERESES Y EL ASESINATO DE ACTIVISTAS
MEDIOAMBIENTALES
El 6 de julio de 2016 apareció el cadáver de Lesbia Yaneth Urquía en las inmediaciones del vertedero de
Marcala, a unos cien kilómetros de Tegucigalpa, Honduras, uno de los países más violentos del mundo. Fue
asesinada de un machetazo en la cabeza por Manuel Orlando López Ortiz, José Adán Rivera Pérez y su
hermano menor de edad, sicarios a sueldo. Desde 2005 en este país centroamericano fueron asesinados
114 activistas que luchaban contra la depredación del medio ambiente (en 108 casos los crímenes han
quedado impunes). Yaneth era compañera de Berta Isabel Cáceres Flores, asesinada en la madrugada del
3 de marzo de 2016 por dos sicarios que estaban bajo las órdenes de un mayor del ejército hondureño y de
un gerente y del jefe de seguridad de Desarrollos Energéticos (DESA), principal explotadora de la presa de
Agua Zarca.
La construcción de esta presa supuso la muerte del río Gualcarque, fuente vital para la supervivencia de los
pueblos por los que discurría, mayoritariamente dedicados a la agricultura. Sin otra forma de subsistencia,
sus habitantes ahora tendrán que emigrar a la capital o intentar entrar ilegalmente en Estados Unidos. Berta
y Yaneth, dirigentes del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras
(COPINH), plantaron cara a la empresa y por eso las mataron. DESA ha operado con impunidad porque ha
contado con el apoyo de destacados militares y políticos, como Gladys López, presidenta del Partido
Nacional y exvicepresidenta del Congreso, con reconocidos intereses empresariales en la zona de conflicto.
Berta y Yaneth, irreductibles defensoras del territorio y de los derechos de quienes lo habitan, lucharon por lo
que creían, y desgraciadamente lo pagaron con su vida. Esperemos que su sacrificio no haya sido en vano y
que otros decidan continuar la defensa del medio ambiente, en Honduras y en todo el mundo. No nos
podemos mantener ajenos a los conflictos que hay entre los intereses económicos y la preservación del
patrimonio natural y cultural, sea en el Istmo de Tehuantepec, en Oaxaca (en la cintura de México, donde se
acercan el Océano Pacífico y el Golfo de México, hogar de los ikoots, chontales y Binni’zaa, herederos del
legado Zapoteca, por la lucha frontal que mantienen contra la instalación de aerogeneradores debido al daño
irreparable que provocarían sobre la actividades pesqueras, fuente de sustento de estos pueblos) o en el
Parque Nacional Yasuní, en el corazón de la selva amazónica de Ecuador (principalmente por la
explotación de los yacimientos de oro, una actividad altamente depredadora del medio ambiente).
Cuando colisionan los intereses económicos con la cultura de «pueblos vivos» o el medio ambiente, en
muchos casos el triunfo de los primeros conlleva la desaparición de los segundos.
• La historia de la industria del turismo se remonta a la Roma antigua, si bien los primeros
hoteles creados con fines recreativos surgieron en Inglaterra en el cambio del siglo XVII al
XVIII. España es un país pionero en el turismo de masas, tanto como receptor de turistas
como emisor a destinos del exterior. A principios de la década de los cincuenta apenas el
2,84% de españoles salían del país en viaje de turismo y los sesenta no fueron mejores (de
hecho, el porcentaje bajó al 2,69%). A lo largo de la década de los setenta paulatinamente
fueron aumentando (hasta el 4,96%), pero fue a partir de su incorporación en las
Comunidades Europeas (en 1986) cuando verdaderamente hubo un cambio, hasta alcanzar
el 8,34% a finales de los ochenta. En el caso de España como país receptor, desde los
cincuenta ha sido uno de los países que más turistas ha acogido, tanto de Europa como del
resto del mundo.
El output del turismo es estrictamente intangible porque se organiza en subsectores, como
la hostelería, la restauración gastronómica, las agencias de viajes, el patrimonio artístico y
otros. Es decir, la función de producción del turismo se conforma de funciones de
producción de varias actividades económicas. Esta «industria de forasteros» genera
externalidades positivas, pero también negativas, en ambos casos por el impacto que
provocan. Así, cada verano vemos por televisión imágenes de aeropuertos atestados de
turistas, desde low-cost en busca de sol y playa al menor precio posible hasta los
especializados en compras de alto nivel adquisitivo, deseosos de desembolsar grandes
cantidades de dinero para hacerse con ropa, joyas o artículos de marroquinería (y unos
cuantos con el objetivo de empaparse de la cultura de este peculiar y hermoso país).
También los hay jóvenes y mayores. Dentro de los primeros están los buscadores de
experiencias fuertes en Magaluf, como saltar desde el balcón de la habitación a la piscina
(o saltar de un balcón a otro, llamado coloquialmente balconing), y dentro de los
segundos, los que suspiran por conseguir mesa en uno de los restaurantes cuya carta está
tachonada de estrellas Michelin. En cualquier caso, las externalidades positivas son
evidentes, como los puestos de trabajo que se generan directa o indirectamente (aunque
bien sabemos que son temporales y generalmente mal remunerados) o las habitaciones de
casas particulares que se alquilan mediante plataformas como Airbnb, pero también hay
externalidades negativas.
El 5 de junio de 2016 atracó en el puerto de Barcelona una auténtica ciudad flotante. El
Harmony of the Seas llegó con el objetivo de hacer de la Ciudad Condal su casa durante
un tiempo (con la ampliación del puerto ahora tiene una capacidad para siete grandes
barcos y pueden desembarcar hasta 30.000 personas por día). Se trata de un crucero de
366 metros de eslora (largo), 72 de altura y 66 de manga (ancho), suficientes dimensiones
para transportar cómodamente 7.000 pasajeros y 2.000 tripulantes. Cuenta con 23
piscinas, 20 restaurantes, un casino, un teatro con capacidad para 1.400 espectadores y
está dotado de todas las comodidades y el espacio suficiente para hacer del viaje una
experiencia inolvidable. Este portento de la ingeniería pesa 227.000 toneladas y sus
motores consumen al día 110.000 litros de combustible altamente contaminante.
Cuando hablamos de externalidades negativas las hay de diverso tipo e intensidad, pero
las relativas a la contaminación ambiental son especialmente peligrosas. Desde
Ecologistas en Acción denunciaron que el Harmony of the Seas y el Oasis of the Seas
alimentan sus motores con fuel-oil, un residuo del petróleo un 90% más barato que el
diésel pero 3.500 veces más contaminante. Cuando están atracados en el puerto consumen
un combustible de mejor calidad, pero aun así es 100 veces más contaminante que el
diésel que compramos en las gasolineras. Cada uno de estos megabarcos pueden
contaminar tanto como 73.000 casas de gran consumo, emitir tanto dióxido de carbono
(CO2 ) como 8.638 turismos, la misma cantidad de óxido de nitrógeno (NOx) que 421.000
vehículos y tanto azufre como 376 millones de coches. En respuesta a todos estos
argumentos, la empresa Royal Caribbean argumentó que la presencia de los barcos
derramará sobre la ciudad de Barcelona una cantidad que ronda los 50 millones de euros.
Según datos de la Seguridad Social, el turismo genera 20 millones de euros al día y da
empleo a unas 90.000 personas en toda España. Así, habría que preguntarse si estas
cantidades son suficientes para compensar el daño provocado. En efecto, en todo el
mundo se infringen las normas medioambientales (cuando las hay porque, como en el
caso de este barco, utiliza un combustible mucho más contaminante cuando navega en
aguas abiertas, donde las leyes son más laxas o directamente se hace imposible imputar
responsabilidades – y aún más difícil, hacer cumplir las sanciones). En muchos casos el
comportamiento depredador de personas y empresas les genera grandes ganancias,
mientras que la población solo tiene pérdidas, costes inasumibles.
En cualquiera de los casos, los incentivos perversos pueden llevar a incurrir en
situaciones de riesgo moral, es decir: i) a situaciones en las cuales una persona, empresa u
organismo actúe de manera irresponsable o temeraria; ii) tome decisiones a sabiendas de que
podrían lesionar a otras personas, empresas u organismos, y iii) de haber estado obligados a
asumir plenamente las consecuencias derivadas de los actos, se hubiera actuado de otra
manera.
NOTA 1.5
EL PADRE DEL CAPITAL RIESGO
Wall Street también tiene sus ídolos. Uno de ellos es Jerome Kohlberg, el padre del capital riesgo (o como
se conoce en la jerga financiera, KKR). La visión de Kohlberg fue simple, aunque su ejecución compleja.
Todo parte de crear una sociedad y con el dinero que se pide prestado a los inversores se procede a comprar
una empresa objetivo, luego se le somete a un duro ajuste, se le sanea y al final se vende completa o en
partes a un precio mayor. Kohlberg murió el 30 de julio de 2015 en su residencia de Martha’s Vineyard. Las
grandes firmas especializadas en private equity, como Black Stone, Carlyle Group o Bain Capital, están en
deuda con él y su legado, aunque es muy probable que muchos no le recuerden con agradecimiento.
¿Recuerdan a qué se dedicaba el protagonista de la película Pretty Woman?
Capítulo 2
Cómo funciona la ciencia de los
incentivos
NOTA 2.1
EL PRINCIPIO CETERIS PARIBUS
El principio ceteris paribus (o Cæterīs pāribus) es sumamente relevante en los modelos económicos.
Significa «permaneciendo el resto constante» o en un sentido más práctico, «con todas las demás variables
constantes». Hemos dicho que los modelos son una representación de la realidad pero que no la explican
fielmente. Algo parecido ocurre con este principio. Se utiliza para analizar aisladamente una variable y sin
que el resto ejerza su influencia (positiva o negativamente). La aceptación universal de este término se la
debemos a Alfred Marshall (1842–1924), quien la empleó para relacionar variables independientes
(causas) y dependientes (efectos).
Por ejemplo, supongamos que queremos saber el impacto que ejerce una subida del precio de la gasolina en
la demanda. Las variables que determinan la demanda de carburantes son el precio, las expectativas, las
preferencias y la renta. En nuestro ejercicio nos centraríamos en la demanda–precio y mantendríamos el
resto de las variables constantes.
NOTA 2.2
¿EN LAS CIENCIAS SOCIALES SE PUEDEN HACER EXPERIMENTOS?
SHELDON Y AMY SÍ QUE PUEDEN
El capítulo 20 de la cuarta temporada de la serie de televisión The Big Bang Theory se titula El jardín de
hierbas en germinación. La historia es la siguiente:
Amy le cuenta a Sheldon que Bernadette está pensando dejar a Howard mientras que él está pensando
proponerle matrimonio. Así, lo que empezó siendo una confidencia se convierte en un chisme imparable,
porque…
Bernadette se lo cuenta a Penny, ella a Amy y a su vez esta a Sheldon, él a Leonard, Leonard se lo dice
a Priya, Priya a Raj…
Amy y Sheldon, sorprendidos por el lío que se ha montado, deciden hacer un experimento: inventar un
chisme para ver cuánto tiempo tarda en extenderse. Entonces Amy le cuenta a Penny que se ha acostado
con Sheldon y… en efecto, en un santiamén todos terminan sabiéndolo.
Es un capítulo gracioso, pero además es interesante porque tiene todos los componentes de un genuino
experimento social. En YouTube hay varios ejemplos de ellos, algunos muy desagradables por las
implicaciones morales que conllevan, pero merece la pena verlos porque demuestran cómo podemos ser
manipulados. Proponemos tres en particular:
* * *
Hannah Arendt y la Banalidad del Mal es una película de 2012 dirigida por Margarethe von Trotta. Trata
sobre la vida de la filósofa judía Hannah Arendt como enviada especial de la revista The New Yorker a Tel
Aviv durante el juicio del criminal nazi Adolf Eichmann. Fruto de esta experiencia escribió el libro Eichmann
en Jerusalén (1963), donde expone una tesis muy controvertida porque en resumidas cuentas comprende
que Eichmann se limitase a obedecer y cumplir órdenes con diligencia, pero sin apasionamiento. Así, ella no
creía que todos los criminales son psicópatas, sino que en muchas ocasiones se trata de gente que se puede
considerar dentro de parámetros de normalidad pero que desean llevar a cabo aquello que se les ha
ordenado. Como es natural, la inmensa mayoría de la comunidad internacional estuvo en desacuerdo.
En los años siguientes, principalmente psicólogos y antropólogos se dieron a la tarea de realizar
investigaciones empíricas sobre el tema. El Experimento de la cárcel de Stanford fue uno de ellos,
realizado en 1971 en el sótano del Departamento de Psicología (en YouTube hay documentales que lo
explican detalladamente).
La investigación estuvo dirigida por el profesor Philip Zimbardo y se llevó a cabo con la financiación de la
Armada de Estados Unidos (en otras ocasiones las fuerzas armadas financiaron proyectos similares, como
por ejemplo el titulado «Behavioral Study of Obedience», de Stanley Milgram y realizado en 1963 en la
Universidad de Yale, a propósito de la publicación del libro de Arendt). Reclutaron voluntarios a cambio de 15
dólares al día (unos 90 dólares de la actualidad). De las 70 personas que acudieron 24 fueron seleccionadas,
todos estudiantes universitarios. A la mitad se le dio el papel de guardias (se les dotó de uniformes de
inspiración militar y porras, como símbolo de autoridad) y a la otra mitad el de prisioneros (también los
uniformaron, pero en este caso se trataba de sencillas batas y sandalias y se les obligó a usar medias de
nylon en la cabeza, como si estuvieran rapados). Zimbardo y su ayudante representaron los papeles de
superintendente y alcaide.
A los pocos días el experimento se descontroló: i) tras un conato de motín los guardias sometieron a los
prisioneros haciendo un uso desmesurado de la violencia; ii) para evitar nuevos sucesos los guardias
dividieron a los prisioneros en buenos y malos y para sembrar discordia les hicieron creer que había un
informante entre ellos; iii) los prisioneros sufrieron y aceptaron tratamientos sádicos y humillantes; iv) los
guardias consideraron justificado su comportamiento violento, y v) incluso el propio Zimbardo se metió tanto
en el papel que solicitó a la policía local el traslado de los prisioneros «menos cooperativos». Desde un punto
de vista científico, el experimento fue un éxito. Desde el punto de vista ético, no tanto.
En 2001 estuvo en cartelera la película El experimento («Das Experiment»), dirigida por Oliver Hirschbiegel, y
en 2010 hubo un remake, dirigida por Paul Scheuring y que contó con la actuación de Adrien Brody y Forest
Whitaker, entre otros. Ambas películas no son un reflejo fiel del experimento de Zimbardo, pero se asemejan
bastante. Las dos son muy recomendables.
La cientificidad de la economía
En estricto sentido, en Teoría Económica y en Economía Aplicada no hay axiomas, lo
que significa que los planteamientos tienen que ser demostrados. No obstante, el resultado en
un modelo cambiará sustancialmente si se incluye u omite una variable, si se utiliza una base
de datos u otra, si se incluyen variables ex–ante o ex–post, endógenas o exógenas, si se opta
por estacionalizar o desestacionalizar los datos, si el resultado al que se llega es antes o
después de impuestos o si las conclusiones son en términos absolutos o relativos. Tenemos un
sinfín de posibilidades y en todos los casos de alguna manera tendremos un dato cierto.
Ahora bien, la obligación de todo buen economista es especificar por qué se eligió un criterio
y se descartó el resto y explicar detalladamente el método empleado. De hecho,
probablemente la principal diferencia entre la economía y otras Ciencias Sociales radica en
que en la mayoría de los casos los economistas tienen que validar o probar las hipótesis de
investigación, mientras que un historiador o un jurista muy difícilmente lo podrían hacer. Por
ende, con unos datos específicos y un procedimiento determinado cualquiera debería llegar a
los mismos resultados, que es justamente el espíritu del Método Científico.
La ciencia se basa en la existencia de una serie de mecanismos que hacen que las cosas
sucedan de una forma previsible. Esto supone que si conocemos el estado exacto del objeto
de estudio, las leyes que intervienen en el proceso y dominamos el método o procedimiento,
entonces seremos capaces de anticiparnos y saber lo que sucederá antes de que realmente
pase.
En el cuadro 2.1 se muestra la clasificación de las ciencias y el lugar que en ella ocupa la
economía, y a continuación en el cuadro 2.2 se muestran algunas de las principales teorías
científico–filosóficas.
CUADRO 2.1
CLASIFICACIÓN DE LAS CIENCIAS
CUADRO 2.2
TEORÍAS CIENTÍFICO–FILOSÓFICAS
RECUADRO 2.1
CUANDO LOS INTERESES ECONÓMICOS COLISIONAN CON LA CIENCIA
Cuando alguien expone sus argumentos con la coletilla de «un experto dice que…» o «he investigado y…»,
debemos desconfiar porque, reconozcámoslo, Google o la Wikipedia no son infalibles (en realidad nadie lo
es). Anteriormente recordamos la importancia de la observación y de que no todo se puede medir; sin
embargo, para que la economía merezca formar parte del selecto grupo de las disciplinas científicas, las
hipótesis, conjeturas y conclusiones que de ella emanen en la medida de lo posible deben estar sujetas a los
rigores del Método Científico y ser sometidas a validación empírica. Así que la labor de los buenos
economistas es saber compaginar los métodos cualitativos y cuantitativos, tanto en la formulación de
preguntas como en la provisión de respuestas.
Si los resultados de una investigación médica han sido publicados en revistas científicas como Science, The
Lancet, Nature o Cell podemos estar bastante seguros de que el artículo no habla sobre las ventajas de la
homeopatía (una seudociencia, superchería pura, incapaz de responder a los mínimos cuestionamientos
científicos) sobre la medicina convencional. En economía ocurre lo mismo. Por tanto, hay que diferenciar
entre el conocimiento generado por economistas serios y responsables, de las arengas pronunciadas en
mítines políticos o en programas de telerrealidad, o información publicada en pasquines, panfletos, revistas
comerciales o en blogs, donde lo mismo se habla del tiempo, del último concierto de AC/DC o de la evolución
de la inflación y los tipos de interés, y donde con singular alegría se dan falaces soluciones para pagar
menos impuestos, aumentar el gasto público e incrementar las pensiones y el número de empleados
públicos, todo en la misma frase.
* * *
A continuación veremos un caso donde queda de manifiesto que la relación entre los intereses económicos y
la ciencia no siempre ha sido positiva.
En 1953 el geoquímico Claire Cameron Patterson (1922–1995) determinó la edad de la Tierra, un gran
hallazgo, pero hizo algo aún más importante porque gracias a sus investigaciones descubrió que el plomo de
los carburantes que utilizaban los automóviles nos estaba matando.
En 1948 Patterson realizaba su tesis doctoral en la Universidad de Chicago. A sugerencia de su director,
Harrison Scott Brown, centró su trabajo en medir las proporciones de plomo en meteoritos llegados del
espacio exterior por estar libres de contaminación y a partir de ello comprobar si los resultados se podían
extrapolar para así determinar la edad de la Tierra. El trabajo resultó muy difícil porque no conseguía analizar
muestras no contaminadas, así que dejó Chicago y se mudó al Instituto Tecnológico de California («California
Institute of Technology», CalTech – sí, el mismo lugar donde «trabajan» los científicos de la serie Bing Bang
Theory), donde le proporcionaron los medios para conseguir el objetivo: la Tierra tiene 4.500 millones de
años.
Conforme avanzaron sus investigaciones los hallazgos colisionaron con los intereses de algunas de las
organizaciones más poderosas de Estados Unidos: la industria del automóvil y las petroleras.
En 1921 Thomas Midgley trabajaba como ingeniero en la General Motors. En sus ensayos descubrió que si
a la gasolina se le añadía un aditivo de plomo (denominado Plomo Tetraethílico, comercializado como
Ethilo) se conseguía una explosión más potente y que hacía a los motores más eficientes. Esta sustancia,
altamente contaminante, era soluble en grasa y por tanto muy fácil de penetrar en el organismo. Ingenieros,
mecánicos y dependientes de gasolineras y en general todos quienes tenían contacto con ella, enloquecían
(más adelante se descubrió que uno de los letales efectos que genera es la obstrucción de la comunicación
entre las neuronas del cerebro). General Motors, decidida a convencer a la opinión pública de que la alarma
era infundada contrató al médico Robert Kehoe. Este no era científico y no tenía pruebas para afirmar lo que
decía, pero le movía una poderosa motivación, el dinero.
Durante décadas nadie refutó los argumentos de la industria, hasta que Claire Patterson se percató de que
sus descubrimientos sobre la edad de la Tierra podían tener otras aplicaciones. En ese momento realizaba
una investigación en el mar. Había llegado a la conclusión de que las capas superiores e inferiores del
océano tardan cientos de años en mezclarse, debido a lo cual pudo estimar el nivel de contaminación con
plomo de los océanos (la capa superior estaba infinitamente más contaminada que las inferiores). Se
preguntó, ¿de dónde procede todo ese plomo? La respuesta fue… de los carburantes. Junto a su
alumno Mitsunobu Tatsumoto escribió un artículo («Concentrations of Common Lead in some Atlantic and
Mediterranean Waters and in Snow», publicado en 1963 en Nature) y solo tres días después de haber salido
a la luz comenzaron los problemas.
Un grupo de representantes de la industria se presentó en su despacho para ofrecerle financiar sus
investigaciones con recursos ilimitados, pero a cambio tenía que dejar de interesarse en los efectos
sanitarios derivados del plomo. Patterson se mantuvo firme en el argumento de que el plomo es una
neurotoxina, y lo pagó, porque de un día para otro sus investigaciones dejaron de recibir fondos privados
(hay que reconocer que en su lugar los empezó a recibir del gobierno federal y de las agencias públicas).
Nada lo detuvo, y así continuó su trabajo en la Antártida y en Groenlandia. Extrayendo muestras de hielo a
60 metros de profundidad, formado antes de la Primera Revolución Industrial y por tanto libre de
contaminación por plomo, confirmó los hallazgos que tiempo atrás había descrito en el océano.
Su trabajo no dejaba lugar a dudas: la industria nos estaba envenenando. Los grandes corporativos del
sector del automóvil y el petrolero emprendieron una formidable campaña para desprestigiarlo, pero él siguió
en su empeñó. En un momento crucial el trabajo del científico llegó a manos de Edmund Muskie, un
influyente senador demócrata por el estado de Maine, y por tanto con el poder para llevar el caso al Senado
de Estados Unidos. A lo largo del proceso, en varias ocasiones Patterson se enfrentó a su antigua némesis,
Robert Kehoe, y una y otra vez demostró que el plomo en la gasolina era letal para la salud. Fue una dura
lucha porque la industria no escatimó recursos, pero al final triunfó la verdad. En 1970 se promulgó la Ley
del aire limpio. Patterson falleció el 5 de diciembre de 1995. Tenía sobrados méritos para merecer el Premio
Nobel, pero inexplicablemente no se lo dieron. Aunque muy pocos sepan quién fue y lo que hizo, es un héroe
de nuestro tiempo.
Hoy en día no hay discrepancia entre la comunidad científica: el plomo es peligroso para la salud humana,
animal y medioambiental. En el caso de la Unión Europea, a través de la Directiva 98/70/CE, a partir del 1 de
enero de 2000 quedó prohibida la venta de gasolina con plomo. España solicitó una moratoria para su
cumplimiento, la cual fue concedida hasta el 1 de enero de 2002, si bien la empezó a cumplir desde el 1 de
agosto de 2001. La normativa española salió publicada el 12 de abril de 2000 en el Boletín Oficial del Estado
(BOE) y corregida por un Real Decreto, de 7 de julio de 2001. Habían pasado 38 años desde que Patterson y
Tatsumoto publicaron su artículo en Nature.
* * *
Nos encontramos en una nueva era geológica, el Antropoceno [de las palabras griegas
(«anthropos», hombre) y («kainos», nuevo)]. Desde el principio de su existencia el ser humano ha
dejado una huella en el entorno, pero hasta ahora la comunidad científica no se había puesto de acuerdo
para definir en qué momento esa huella empezó a ser constatable a nivel planetario. Tras casi una década de
trabajo, un grupo de especialistas confirmó que la actividad humana ha provocado un cambio de era
geológica (en el 35 Congreso Internacional de Geología, celebrado en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, en
septiembre de 2016).
Desde el final de la II Guerra Mundial, debido a la carrera armamentista atómica fueron lanzados a la
atmósfera isótopos naturales (entre 1945 y 1963 explotaron más de 400 bombas termonucleares), como el
plutonio 239, y artificiales, como el cesio 137, que se extendieron por las corrientes atmosféricas y se
depositaron en la superficie terrestre, y hoy están presentes tanto en las cumbres de las montañas más altas
como en la Fosa de las Marianas. Desde entonces, la variabilidad natural del planeta no ha parado. Hoy en
día, la actividad humana mueve cuatro veces más cantidad de sedimento que el material que transportan
todos los ríos al océano, por lo cual nos hemos convertido en un agente geológico de transporte, erosión y
sedimentación de materiales, entre los que se incluyen los residuos radiactivos.
Ahora bien, como hemos dicho, en la construcción de los modelos la selección de los
datos es fundamental, pero no sería razonable pensar que estos lo son todo. Hay multitud de
cuestiones que no están contempladas en bases de datos y sin embargo son importantes,
como los temores. ¿Cómo es posible saber si un grupo de personas tiene muchísimo, mucho,
más que menos, regular, menos que más, poco o nada de miedo, y que su respuesta será
consistente y estadísticamente fiable? Es muy difícil. Por tanto, los economistas también
debemos echar mano de la inestimable ayuda de otras Ciencias Sociales, como la sociología,
la antropología y la psicología, porque cuando lo hacemos, entonces podemos comprender
mejor las decisiones económicas que fueron tomadas en libertad y con conocimientos plenos
o bajo presión y miedo (de hecho, en economía existe un termómetro para medir la
volatilidad financiera y el clima inversor, denominado Chicago Board Options Exchange
Volatility Index, o VIX, basado en los datos del S&P 500 de la Bolsa de Chicago,
especializada en opciones y futuros). Por consiguiente, que algo no se pueda medir con
exhaustiva precisión en absoluto significa que no sea importante.
En 1781 Emmanuel Kant publicó su Crítica de la razón pura, donde dice «[…] la
libertad es un principio trascendental –que deriva del principio supremo de la razón pura– en
relación con todos los fenómenos, es decir, no tiene un uso empírico, por lo que es diferente a
los principios del entendimiento que tienen como condición la posibilidad de la experiencia».
Gran verdad. Así, aunque no tenemos pruebas empíricas de la existencia de la libertad,
debemos seguir actuando como si estuviéramos absolutamente seguros. En economía hay
muchos casos donde nos ocurre igual.
RECUADRO 2.2
DESVELAR SECRETOS, UNA UTILIDAD MUY PRÁCTICA DE LAS
MATEMÁTICAS
NOTA 2.3
KEYNES SOBRE EL OFICIO DEL ECONOMISTA
«El gran economista debe poseer una rara combinación de dotes […] Debe ser matemático, historiador,
estadista y filósofo (en cierto grado). Debe comprender los símbolos y hablar con palabras corrientes. Debe
contemplar lo particular en términos de lo general y tocar lo abstracto y lo concreto con el mismo vuelo de
pensamiento. Debe estudiar el presente a la luz del pasado y con vistas al futuro. Ninguna parte de la
naturaleza del hombre o de sus instituciones debe quedar por completo fuera de su consideración. Debe ser
simultáneamente desinteresado y utilitario: tan fuera de la realidad y tan incorruptible como un artista y, sin
embargo, en algunas ocasiones tan cerca de la tierra como el político.»
«Las ideas de los economistas y los filósofos políticos, lo mismo cuando son correctas que cuando son
erradas, son más poderosas de lo que suele creerse. En efecto, el mundo se rige por poco más que eso. Los
hombres prácticos que se creen libres de cualquier influencia intelectual normalmente son esclavos de algún
economista difunto, mientras que los locos por el poder, aquellos que oyen voces en el aire, extraen sus
manías de algún escritorzuelo académico de hace algunos años.»
John Maynard Keynes, Essays in Biography (de 1951)
Por ello, de partida es necesario reconocer que los economistas no son sabios ni están
dotados del don de la infalibilidad y que su trabajo está sujeto a inmensas limitaciones. Con
gran ironía el profesor John Kenneth Galbraith decía que «La única función de las
previsiones económicas es hacer que la astrología parezca una ciencia respetable» («The only
function of economic forecasting is to make astrology look respectable»). En realidad los
economistas son personas competentes, como los de cualquiera otra profesión, pero que
tienen la inmensa responsabilidad de conducir un vehículo que lleva el parabrisas
cubierto, de manera que sus decisiones mayoritariamente se sustentan en lo que ven
reflejado por el retrovisor, en los hechos, datos e informes publicados, aunque
eventualmente algunos se den ciertas licencias, como recurrir a métodos fuera de lo
convencional o francamente heterodoxos.
Por ejemplo, el expresidente de la Reserva Federal (FED) Alan Greenspan (1987–2006)
seguía sistemáticamente las ventas de ropa interior masculina como termómetro de la
evolución de la economía, o como hacen algunos brokers de Wall Street cuando estudian los
precios de las hamburguesas con queso y beicon para saber cómo se comporta la inflación en
Estados Unidos. En cambio, el profesor Paul A. Samuelson, uno de los economistas más
notables de la segunda mitad del siglo XX, solía desconfiar bastante tanto de los economistas
como de los métodos, y así nos lo hizo saber cuando dijo: «Los índices de Wall Street han
predicho nueve de las cinco últimas recesiones» («Wall Street indexes predicted nine out of
the last five recessions», escrito en su columna del 19 de septiembre de 1966 en el semanario
Newsweek). Una declaración cargada de intención contra quienes pensaban que los precios
de las acciones son un termómetro de la economía en general. En resumen, el valor de los
economistas estriba tanto en su capacidad para reconocer los hechos (aunque la pobreza, la
desigualdad y el deterioro del medio ambiente están ahí, lo queramos ver o no) como en la
interpretación tanto de las causas originales, como de las consecuencias sobrevenidas.
En efecto, el trabajo del economista es difícil, y se complica aún más porque somos seres
mutables, y aunque fisiológicamente nos parecemos, al final cada uno es hijo de su padre y
de su madre y tenemos libre albedrío. El filósofo Ludwig J. J. Wittgenstein (1889-1951) en
alguna ocasión dijo «nada cambia nunca» (el filósofo griego Heráclito, un presocrático, se lo
planteó en los siguientes términos: «No se puede entrar dos veces en el mismo río»). Y así es,
la sociedad y nosotros cambiamos todo el tiempo, de manera que lo que en un momento y en
un lugar nos gusta, un par de días más tarde nos puede desagradar. El problema surge cuando
a una determinada política que ha probado ser eficaz en un sitio se le da validez universal,
pero en cuanto se lleva a la práctica en otro lugar provoca resultados catastróficos. Algunas
corrientes heterodoxas piensan que las personas de cada sitio tienen una determinada cultura
y un rico acervo de experiencias, tanto por lo que han vivido en carne propia como por las
convenciones, pero casi con seguridad son distintos a sus vecinos, luego entonces es difícil
asumir que los éxitos o fracasos de un pueblo se pueden resumir en recetas a imitar a pie
juntillas, o lo contrario, a evitarlas a toda costa. Así, los economistas permanentemente se
enfrentan a estas disquisiciones, y con sinceridad hay que reconocer que no siempre lo han
resuelto de la mejor manera.
NOTA 2.4
UNA CIENCIA MUY HUMANA
• Amartya Sen salió de un pueblecito bengalí para convertirse en director del Trinity College de la
Universidad de Cambridge y recibió el Premio Nobel de Economía en 1998 (entre otros reconocimientos,
es Doctor Honoris Causa por la Universidad Complutense de Madrid), a fuerza de hacerse perspicaces
preguntas sobre la naturaleza de la riqueza y la pobreza.
• Victor Fuchs comenzó estudiando el comercio minorista de pieles y se convirtió en uno de los principales
estudiosos de la economía de la salud.
• Zvi Griliches, superviviente lituano del Holocausto, concentró sus esfuerzos en el estudio de la I+D que
realizan las grandes corporaciones y el impacto que sus patentes agroalimentarias generan en la sociedad.
• William Vickrey, brillante y excéntrico canadiense, muy adelantado a su tiempo y a quien la comunidad de
economistas había infravalorado, pero gracias a la activa participación de sus antiguos alumnos fue
elegido presidente de la Asociación Estadounidense de Economía (AEA, por sus siglas en inglés) y la Real
Academia de las Ciencias de Suecia le concedió el Premio Nobel de Economía en 1996, aunque
lamentablemente murió tres días después de haberse anunciado el fallo.
• Thomas Schelling, estratega pionero y uno de los más destacados artífices de la teoría de juegos y
ganador del Nobel en 2005.
• Gerard Debreu, un espartano francés y también ganador del Nobel en 1983, codificó la economía
matemática.
• John Kenneth Galbraith, economista literario, muy mediático y crítico con los derroteros que había
tomado la ciencia económica al alejarse de los problemas reales de la sociedad. Fue elegido presidente de
la AEA después de que su antecesor, Milton Friedman, irritara al comité de nominaciones al afirmar que
«Galbraith no es un economista». Para Galbraith, la tecnoestructura (de 1967) es el conjunto de
organizaciones técnicas que existen en el seno de las grandes empresas, que toman las decisiones
importantes que luego han de ser asumidas por los consejos de administración y, en última instancia, por
las juntas generales de los accionistas. Este concepto era de una ingenuidad abrumadora, considerando lo
ocurrido más tarde en el mundo de las grandes empresas, por lo cual en La economía del fraude
inocente (de 2004) lo revisó. En sus propias palabras, «[…] controlar el poder corporativo es uno de
nuestros mayores retos, y dadas sus dimensiones, una de nuestras necesidades más urgentes. Una
sociedad de desventuras económicas y crímenes corporativos no sobrevivirá ni será útil».
* * *
La economía es una disciplina difícil y compleja, pero también emocionante y maravillosa. Cuando se ama a
la economía no es fácil de explicar el sentimiento que despierta, pero se acerca mucho a una escena del
capítulo 13 de la primera temporada de la serie Mad Men, titulada El carrusel.
El genio creativo Don Draper es el responsable de hacer la presentación de la campaña que ha preparado
para un poderoso cliente, Eastman Kodak, sobre un novedoso producto, un proyector para ver fotos en la
pared. En la escena varios hombres entran en una sala y toman asiento.
Uno de los representantes de la empresa dice: «Imagino que ya descubrieron una forma de trabajar con la
rueda».
Un colega suyo continúa, como disculpándose: «Sabemos que es difícil, porque las ruedas no son vistas
como alta tecnología, incluso aunque sean originales».
Don Draper toma la palabra y menciona algunas de las características que debe tener toda buena
campaña, de pronto se detiene y hace un gesto para que la ayudante apague las luces. A continuación
se proyectan imágenes de él y su familia, compartiendo buenos momentos, de juegos, comidas al aire
libre, cumpleaños, su boda…, momentos felices, y dice:
«Este aparato no es una nave espacial. Es una máquina del tiempo. Va hacia atrás y hacia adelante.
Nos lleva al lugar donde nos duele ir pero donde queremos volver. Esto no es una rueda, es un carrusel.
Nos permite viajar como lo hace un niño. Vuelta y vuelta y vuelta a empezar […]».
La economía es como ese carrusel. En nuestra mano está sustraer las enseñanzas para no repetir los
errores cometidos. Quienes deseen esta escena, está disponible en YouTube con el título Mad Men
Carrousel.
En suma, los economistas deben pertrecharse de grandes dosis de humildad y, sobre todo,
de sentido común. Un artículo titulado La superioridad de los economistas (publicado en
Journal of Economic Perspectives en diciembre de 2015), los autores Marion Fourcade,
Etienne Ollion y Yann Algan señalaban que los economistas, a pesar de haber fracasado
estrepitosamente en la prevención de la Gran Recesión, seguían creyendo que la economía
era superior a todas las demás Ciencias Sociales, lo que constata el desdén que algunos tienen
por las ideas de otros campos, y eso es un craso error. La incapacidad que los economistas
han tenido para ofrecer soluciones a muchos de los problemas que nos aquejan hace
obligatorio sumar esfuerzos con otras disciplinas, tradicionalmente minusvaloradas.
RECUADRO 2.3
LOS ECONOMISTAS TAMBIÉN SE EQUIVOCAN…, Y MUCHO
El 15 de septiembre de 2008 quebró Lehman Brothers, uno de los principales bancos de inversión del
mundo y la cuarta entidad de Estados Unidos. En los meses previos a la caída de esta emblemática
institución hubo varios indicadores que apuntaban en la misma dirección. Nouriel Roubini (también conocido
como Doctor Catástrofe) desde antes del estallido de la crisis de las hipotecas basura (más conocidas como
Subprime), en agosto de 2007 había advertido que vendría una recesión de graves consecuencias. Cuando
la mayoría de especialistas aseguraba que la economía solo podía mejorar, él enfáticamente predijo que las
cosas irían a peor.
Entre 1881 y 1956 vivió otro ilustre economista que predijo que el ciclo económico de bonanza llegaría a su
fin. En la actualidad muy pocos recuerdan las hazañas del banquero suizo Felix Somary (discípulo de Carl
Menger en Viena), más conocido en el mundo financiero como El Cuervo de Zúrich. En su tiempo fue capaz
de predecir: i) las consecuencias nefastas que se derivarían de la inflación para la clase obrera y por las
gravosas reparaciones impuestas a Alemania tras el fin de la I Guerra Mundial; ii) el crac de 1929 y la
posterior recuperación en 1932, y iii) curiosidades aparte, en 1940 profetizó la ruptura del pacto entre nazis y
soviéticos.
En efecto, en ocasiones los economistas aciertan, pero hay otras en las que se equivocan…, y mucho. Estos
son algunos ejemplos de grandes economistas que erraron en sus previsiones.
• En 1927 el ilustre John Maynard Keynes aseguró que en las décadas venideras no habría colapsos
financieros. Como sabemos, dos años después estalló la crisis económica y financiera más severa que
jamás se haya vivido en Estados Unidos y que generó un efecto contagio en otros países del mundo.
El profesor Irving Fisher, reconocido entre otras cuestiones por sus contribuciones a la Teoría
• cuantitativa del dinero, una semana antes del estallido del crac bursátil de Wall Street (el 24 de octubre
de 1929), afirmó que las acciones habían entrado en un largo período de estabilidad y que los temores
anunciados por algunos carecían de fundamento. Esta equivocación le costó toda su fortuna.
• El 28 de marzo de 1947 se celebró en el Auditorio Littauer de la Universidad de Harvard un debate para la
posteridad entre Joseph A. Schumpeter y Paul Sweezy (y moderado por Wassily Leontieff).
Lamentablemente el debate lo ganó Sweezy cuando acorraló al maestro y lo hizo reconocer que el futuro
del capitalismo era incierto. Sin embargo, el tiempo puso a cada uno en su sitio: las tesis de Schumpeter
perseveraron pero las de Sweezy fueron olvidadas.
• En 1987 el profesor Paul Samuelson, galardonado con el Nobel de Economía en 1970, erró su análisis
sobre el futuro de la Unión Soviética al asegurar que el modelo de economía planificada podía ser exitoso
y generar prosperidad. Dos años más tarde cayó el Muro de Berlín y arrastró consigo todo el sistema
socialista, hasta la extinción de la URSS el 26 de diciembre de 1991.
• En 2005 Alan Greenspan, presidente de la Reserva Federal entre 1987 y 2006, aseguró que los derivados
contribuían al fortalecimiento del sistema financiero. Su sucesor Bern Bernanke (2006–2014) no lo hizo
mejor cuando en 2007 aseguró que no había motivo para preocuparse sobre el riesgo implícito en las
hipotecas Subprime y que todo estaba bajo control. Obviamente, ambos estaban equivocados.
• En 2007 Bernard Madoff, presidente de la firma de inversión Bernard Madoxx Investment Securities,
declaró que gracias a las estrictas regulaciones impuestas por la Securities and Exchange Commission
(SEC) era virtualmente imposible incumplir o violar las reglas en el mercado financiero. Esta afirmación
carecía de fundamento, en particular por las sanciones por 5.775 millones de dólares que el Departamento
de Justicia de Estados Unidos y la Reserva Federal impusieron el 19 de mayo de 2015 a JPMorgan Chase,
Citigroup y Bank of America, las británicas Barclays y Royal Bank of Scotland y la suiza UBS, por haber
manipulado durante cinco años los tipos de cambio entre las divisas. Por su parte, Madoff defraudó más de
50.000 millones de dólares a miles de confiados inversores que le entregaron su dinero. En diciembre de
2008 fue detenido por el FBI y el 29 de junio de 2009 fue sentenciado a una pena de 150 años de prisión.
• Por último, en octubre de 2009 Carmen Reinhart y Kenneth Rogoff (quien, además de ser profesor en la
Universidad de Harvard, es un destacado ajedrecista profesional) publicaron su libro Esta vez es distinto,
donde señalaban, entre otras cuestiones, que la crisis económica tardaría en acabar y que la tasa de
desempleo alcanzaría el 11% en Estados Unidos. En 2013, el joven doctorando Thomas Herndon puso en
evidencia que los cálculos de Reinhart y Rogoff sobre la correlación inversa entre deuda y crecimiento eran
erróneos.
Moneyball: Rompiendo las reglas, es una película de 2011 dirigida por Bennett Miller y basada en hechos
reales. En el film Brad Pitt encarna el papel de Billy Beane, director general del equipo de baseball los
Oakland A’s y responsable de armar al equipo. En la anterior temporada los Oakland A’s acumularon varias
victorias gracias al poderío de tres superjugadores, pero a punta de talonario estos se marcharon a equipos
más grandes. Así, Beane se ve obligado a reinventarlo aunque cuenta con un presupuesto limitado, y es
entonces cuando conoce a Peter Brand, un joven y brillante economista graduado en la Universidad de Yale
y con un talento especial para identificar oportunidades entre los jugadores que habían sido rechazados por
los cazatalentos. ¿Y cuál era la habilidad especial de Brand? Saber cómo funcionan las estadísticas.
En una escena de la película se desarrolla el siguiente dialogo:
Peter: Oye Billy, quería que vieras estas evaluaciones de jugadores que pediste que hiciera. Billy: Te pedí
tres. Que evaluaras a tres jugadores. ¿Cuántas has hecho?
Peter: 47… En realidad son 51. No sé por qué te he mentido.
«Se trata de reducirlo todo a un solo número. Para utilizar las estadísticas a nuestro favor encontraremos
un valor para los jugadores que nadie más es capaz de ver. Algunos son descartados por una serie de
prejuicios y supuestos defectos…: edad, aspecto, personalidad… Pero las matemáticas están por
encima de todo eso».
La película está ambientada en 1992. Hasta ese momento ningún equipo de baseball había reparado en la
utilidad de las estadísticas, pero debido a los logros alcanzados por Billy Beane y Peter Brand
paulatinamente estos métodos fueron ganando terreno hasta convertirse en indispensables. En la actualidad
en todos los deportes se recurre a las estadísticas.
Por ejemplo, en el ciclismo profesional las estadísticas se centran en la relación entre kilo/vatios
generados, es decir, en el peso del deportista y en la potencia de sus piernas para generar energía. Un vatio
es equivalente a un julio por segundo (1 J/s). Si se mide el desempeño en un medidor de potencia los
equipos pueden saber la cantidad de vatios que el ciclista transmite sobre los pedales. Ha habido quienes en
el sprint final han generado entre 1.600 y 1.900 vatios de potencia, entre los que se encuentran Andre
Greipel, Mark Cavendish y Mario Cipollini. Obviamente, la audacia y la valentía de los temerarios ciclistas no
se pueden medir.
NOTA 2.5
LA TORRE DE BABEL DE LOS MILLONES, BILLONES Y TRILLONES
En el seno de las instituciones de la Unión Europea la traducción es un tema serio (y caro). En la Comisión
Europea se trabaja en inglés, francés y alemán, y las tres son lenguas oficiales, pero debido a que en los
Estados miembros se hablan 24 idiomas, existen más de quinientas combinaciones posibles y en todos los
casos es necesario que haya traductores competentes. La inminente salida del Reino Unido no alivia
demasiado las cosas porque el inglés es una lengua franca, así que en la actualidad entre todas las
instituciones comunitarias se emplean a entre 2.800 y 3.000 traductores, necesarios para ocuparse de las
1,76 millones de páginas que pasan por sus manos cada año. Todo este esfuerzo cuesta alrededor de 370
millones de euros.
Philip Oltermann, periodista de The Guardian, en un artículo de abril de 2013 puso en evidencia lo delicado
del trabajo de traducción cuando se trata de dinero. Por ejemplo, «a billion euros» en inglés es «um bilhão de
euros» en portugués. En español, podría parecer que «billion» es «billón», pero «a billion euros» es «mil
millones de euros». Para confundir aún más las cosas, ese «billion» es «milijarde» en croata, y «miljard» en
holandés. Cuando un francés dice «un billion», que en español es lo mismo, se refiere a lo que en inglés se
llama «trillion». Y un «billiarde» alemán es un «quatrillion» francés.
Las cosas están lejos de solucionarse pero el Tribunal de Cuentas de la UE ha decidido dar un poco de luz y
por ello publicó un dossier de 33 páginas con expresiones en inglés que habitualmente se utilizan mal, tanto
de manera hablada como escrita (p.e. utilizar «to precise» para decir «resumir» – el documento se titula
«Misused English Words and Expressions in EU Publications»).
Supongamos que el Ministerio de Trabajo convoca una rueda de prensa para manifestar su satisfacción
porque los últimos datos sobre el número de afiliados a la seguridad social arrojan que en el año pasado
subió al 3,2% y que tres de cada cuatro contratos es indefinido. Los datos no han sido falseados, así que de
manera espontánea nos alegramos de que las cosas estén mejorando. Sin embargo, nuestra sonrisa
desaparece cuando nos damos cuenta de cómo han sido interpretados. A estas cuestiones popularmente se
les conoce como la cocina.
Para empezar, el dato no pormenoriza si se trata de empleo de calidad o precario, de manera que es muy
probable que el 3,2% no dé para demasiadas alegrías, pero además, si tres de cada cuatro son contratos
indefinidos se soslaya que en general los despidos mayoritariamente se concentran en los temporales. El
dato no dice si los empleados con contratos fijos eran mejores o peores, sino que estos resistieron mejor que
los contratos temporales. ¿Y por qué? Precisamente porque los temporales son más fáciles y barato de
despedir. De hecho, cuando en las empresas baja la facturación y no se encuentra otra alternativa que
recortar plantilla, generalmente se despedirán a los de menor antigüedad o con contratos más precarios.
En 2008, el 45% de los trabajadores tenían seis años o más de antigüedad en su empleo, pero en 2016 la
proporción se incrementó hasta el 58%. En el otro extremo, los trabajadores con un año o menos de
experiencia subieron del 14% al 18%. Estos datos ponen de relieve que uno de los efectos de la crisis sobre
el empleo fue que hubo una pobre renovación entre los trabajadores con una mayor antigüedad. Así, en el
mercado laboral coexisten dos colectivos diferenciados tanto en el empleo como en el desempleo. En el
empleo, hay un segmento de trabajadores con una mínima rotación y otro de continua transición entre
empleo temporal y desempleo. El segundo colectivo coexiste a su vez con otro grupo formado por
desempleados de larga duración, en los que cada vez es mayor el riesgo de perder capacidades para
reincorporarse al mercado de trabajo.
Veamos dos ejemplos:
• El responsable de recursos humanos tiene que elegir entre despedir a un empleado temporal con un
desempeño óptimo o a otro que lleva más de diez años en la empresa y cuyo rendimiento ha venido a
menos.
• Cada seis meses una empresa ha renovado el contrato a un trabajador ejemplar, pero dentro de dos
meses se cumplirán dos años y entonces lo tendrán que hacer fijo, pero el problema radica en que el
cliente para quien ha trabajado muy probablemente se marchará con la competencia, por lo cual tenemos
que decidir si le ofreceremos o no un contrato definitivo.
¿A quién despedirán? En ambos casos es más probable que se prescinda del empleado con menor
antigüedad.
Por otra parte, a medida que una situación de crisis se prolonga en el tiempo cada mes habrá menos gente
trabajando, por lo cual el porcentaje de contratados fijos será mayor que al principio de la misma. En el caso
de la más reciente crisis en España, en 2008 los contratos indefinidos eran el 69%, pero en diciembre de
2015 eran el 74%. ¿Por qué subió el porcentaje? Porque para entonces un número masivo de temporales
había sido despedido (si nuestra gata ha parido 7 gatitas y 4 gatitos y se escapan 3 gatitas y 1 gatito, el
porcentaje de hembras sigue siendo mayor, aunque se han perdido 4 animales).
Ahora imaginemos que el informe indica que la contratación indefinida ha subido al 13%, y en el caso de los
contratos a tiempo completo, al 14%. Este crecimiento, si bien es importante, solo es significativo si sabemos
respecto a qué (es decir, no dejar que los árboles nos impidan ver el bosque). Por ejemplo, si ganamos 500
euros al mes y la empresa nos concede un incremento de 100 euros, nuestro sueldo habrá subido un 20%,
pero seguimos teniendo unos ingresos muy modestos. Los informes suelen mostrar su satisfacción cuando el
empleo crece, y así debe ser, aunque en estricto sentido tan importante es crecer como el ritmo al que se
hace: si cada mes se crean 100 o 200 puestos de trabajo ya se puede decir que hay crecimiento del empleo,
pero a todas luces sería un dato insignificante.
Aún hay más porque el ministerio saca pecho y desmiente que los contratos creados sean mayoritariamente
precarios, para lo cual ofrece el porcentaje de contratos de menos de un mes que, como es obvio, se trata de
empleos nuevos. El problema en este caso es que deliberadamente se omite que el porcentaje es respecto a
todas las personas que trabajan, no a los contratos que se han cerrado en los últimos meses. Por ejemplo, si
el ministerio dice que estos contratos son apenas el 0,96%, omite que el porcentaje es respecto a los nuevos
empleos, cuando lo importante es saber el porcentaje respecto al empleo neto generado a lo largo del
último año.
Por último, la persona que da la rueda de prensa indica que entre 2007 y 2015 el gasto social creció en
50.000 millones de euros, dato que es cierto, pero soslaya que en este periodo hubo 1,1 millones de
pensiones contributivas y el doble de desempleados: añadido a los problemas económicos también hay que
considerar los cambios demográficos, cuando menos si en el futuro se aspira a mantener un sistema de
pensiones de reparto, como el vigente.
Este recuadro partía de meras suposiciones pero lo cierto es que los datos mostrados son reales. Fueron
presentados por la ministra de Empleo y Seguridad Social Fátima Báñez el 3 de diciembre de 2015. En
virtud del análisis aquí realizado, todo parece indicar que en este caso a quienes «cocinaron» las estadísticas
se les fue la mano.
La metodología utilizada para conocer la tasa de desempleo en España fue creada en 1985 por iniciativa del
primer gobierno de Felipe González y puesta en marcha por Joaquín Almunia, ministro de Trabajo. En las
estadísticas se incluirían las demandas de empleo registradas el último día de cada mes, pero también
considera algunas excepciones. Están excluidos: i) quienes tienen un empleo, aunque sea de una hora a la
semana; ii) quienes están subempleados; iii) los trabajadores sujetos en Expedientes de Regulación de
Empleo (ERE); iv) quienes reciben prestaciones por desempleo y que participan en trabajos de colaboración
social; v) los demandantes de un empleo circunstancial por un periodo inferior a tres meses; vi) los
demandantes de empleo cuya jornada semanal es inferior a 20 horas; vii) los asistentes a cursos de
formación profesional, y viii) quienes se benefician de subsidios agrarios y cobran una prestación por trabajar
pocas peonadas al año. La suma de todas estas personas puede ser considerable, y por inverosímil que
parezca no figuran como demandantes de empleo.
* * *
Desde el enfoque de la economía sistémica todos los elementos que integran la vida
económica de un país, región, localidad, sector productivo, gremio, empresa o sindicato
colaboran estrechamente con la finalidad de lograr una mayor productividad y desarrollo de
capacidades para asimilar los cambios.
CUADRO 2.3
ECONOMÍA SISTÉMICA
2.3. La maximización de beneficios a lo largo de la
historia
Antes hemos dicho que puede haber tantas interpretaciones de los fenómenos de
naturaleza económica como economistas. En general, estos se muestran más o menos afines a
determinadas teorías, enfoques, corrientes y, en el mejor de los casos a Escuelas de
Pensamiento Económico, y en ocasiones incluso se contraponen unas con otras. Eugene F.
Fama y Robert J. Shiller compartieron el premio Nobel de Economía en 2013 por haber
defendido ideas completamente opuestas. Mientras que para el primero los mercados se
comportan eficientemente porque transmiten la suficiente información y a la velocidad
necesaria para que los agentes puedan valorar los títulos, pero al mismo tiempo tienen escaso
margen para hacer predicciones futuras, para Shiller tanto las valoraciones como los
resultados se pueden ver influidos por el «efecto llamada» en tiempos de bonanza y de
«pánico» cuando las burbujas están a punto de estallar. En el cuadro 2.4 se muestran algunas
de las principales ideas.
NOTA 2.6
FAMA VS. SHILLER
Eugene F. Fama
En mercados abiertos los precios de las acciones tienden a reflejar toda la información disponible; por lo
cual, un inversor que base sus decisiones en otro tipo de datos no obtendrá ventaja alguna.
La consecuencia inmediata es que la evolución de los precios de los activos seguirá un «paseo aleatorio», lo
que significa que los inversores mejor informados no ganan más que los peor informados.
Robert J. Shiller
En un mercado de capitales eficiente siempre habrá inversores más «listos» que el resto, y serán quienes
tengan la capacidad de darse cuenta de que un activo está infravalorado o sobrevalorado, y entonces
aprovecharán la oportunidad de usar ese conocimiento en su beneficio.
La diferencia estará en la existencia y el aprovechamiento de alguna «ventaja informativa».
CUADRO 2.4
PERSPECTIVAS IDEOLÓGICAS / TEÓRICAS EN ECONOMÍA
En la figura 2.4 se identifican las diferencias que subyacen entre la izquierda progresista
(según qué casos, más o menos próxima a la socialdemocracia) y el liberalismo
conservador (con el neoliberalismo por bandera). De hecho, en los temas de competencia
económica, la izquierda (los progresistas) es más proclive a la regulación de los mercados y
en general al intervencionismo del Estado, mientras que la derecha (los liberales
conservadores) desea lo contrario. Asimismo, en los temas de competencia social, como por
ejemplo el divorcio, el matrimonio entre personas del mismo género y el aborto, los
progresistas desean que el Estado no participe en las decisiones que asumen las personas
porque consideran que estas deben ser estrictamente individuales. Sin embargo, los
conservadores piensan justo lo contrario, por lo cual aspiran a que el Estado intervenga
definitivamente en la protección y tutela de valores y derechos que consideran de interés
general y no solo de las personas implicadas en los hechos. El problema surge cuando se
aspira a la liberalización de los mercados, pero al mismo tiempo se defiende el ejercicio de la
libertad en los temas de carácter social. Esta posición la resume Xavier Sala i Martin
cuando argumenta que este es el tipo de personas que no quieren que se metan en su
cartera ni en su bragueta. Por último, otra alternativa sería la regulación de los mercados y
al mismo tiempo un control sobre los temas de carácter social. Es una combinación extraña,
pero no imposible, vigente por ejemplo en los peores años de autarquía y nacionalcatolicismo
en España.
NOTA 2.7
XAVIER SALA I MARTÍN SOBRE LA INTERVENCIÓN DEL GOBIERNO EN LA
ECONOMÍA
«Una de las razones que me conducen a pensar que hay que limitar la acción del gobierno en la economía
es que tiende a gastar demasiado y mal por su propia naturaleza, que hace que administre un dinero que no
es suyo. Me explico. Cuando una persona entra en una tienda y gasta su propio dinero para comprar cosas
para sí misma o para su familia, tiende a adquirir los productos que más le interesan, dentro del presupuesto
del que dispone. Por el contrario, cuando una persona entra en la misma tienda pero tiene la posibilidad de
cargar los gastos a una cuenta ajena (por ejemplo, a la cuenta de la empresa), entonces tiende a ser menos
escrupulosa con los gastos superfluos, si bien continuará adquiriendo productos de su interés. “Si invita
usted, tomaré solomillo”, decía el aprovechado. El problema grave aparece cuando la persona entra en la
tienda, tiene la posibilidad de cargar los gastos a una cuenta ajena y debe adquirir regalos para personas que
no conoce. En dicho caso, no solo tiende a gastar más de la cuenta, sino que, además, adquiere cosas que
no interesan demasiado a quien las recibe».
Xavier Sala i Martín
Economía liberal para no economistas y no liberales (de 2002)
En los siguientes apartados se estudiará desde una perspectiva amplia, pero no exhaustiva,
los orígenes y el marco conceptual de distintas corrientes de pensamiento económico y la
manera como han interpretado que la sociedad y el individuo deben maximizar los
beneficios (tanto los individuales como los generales) y tomar las decisiones.
RECUADRO 2.6
MERCANTILISMO FRANCÉS
Las políticas mercantilistas francesas fueron distintas a las adoptadas en España fundamentalmente porque
Francia no disponía de minas que explotar, de manera que el oro y la plata debían ser adquiridos a través del
comercio. Hay tres períodos determinantes: antes, durante y después de Jean–Baptiste Colbert (1619–
1683), destacado ministro de Luis XIV. En el período precolbertista tuvo lugar una etapa de desarrollo
económico, donde los comerciantes adquirieron más importancia y protagonismo, se emprendieron grandes
obras de infraestructura (p.e. construyeron caminos, puentes y acueductos) y paulatinamente se consolidó la
unificación económica del reino.
Bajo la gestión de Colbert el Gobierno adoptó medidas claramente mercantilistas, tales como: i) una mayor
intervención estatal en los sectores productivos; ii) una estricta política aduanera para impedir las
importaciones; iii) fomento de las exportaciones, y iv) se tomaron decisiones a favor de la libertad económica
de los individuos, en detrimento de ancestrales derechos de autogobierno de las provincias. Bajo el mandato
de Colbert, Francia floreció y se convirtió en una potencia europea.
Los principales autores del postcolbertismo fueron Jean Bodin (1530–1596), Barthélemy de Laffemas (1545–
1612) y Antoine de Montchretien (1575–1621).
• Bodin gravó con altos impuestos las exportaciones de productos agrícolas y las importaciones de bienes
manufacturados y maquinaria, y al contrario, facilitó la entrada de materias primas extranjeras, promovió el
libre cambio entre monedas y la división del trabajo internacional. Se declaró a favor de la abolición de la
esclavitud.
• Laffemas favoreció la industrialización, pero también eliminó la protección a las empresas improductivas.
Favoreció la asociación de trabajadores y, por el contrario, estableció restricciones al empleo fuera de las
entidades gremiales.
• Finalmente Montchretien instauró políticas proteccionistas para impedir la entrada de competidores
extranjeros, pero de cara al interior promovió la lucha entre los productores. Afirmaba que no es la cantidad
de oro o plata lo que hace ricos a los países, sino la producción de los bienes que demanda la sociedad.
En latín classicus significa «lo de primera clase, lo mejor». Con el tiempo el concepto se
empezó a utilizar para diferenciar lo excepcional de lo vasto, lo que merecía ser preservado y
trascender en el tiempo. Entre finales del siglo XVII y la primera mitad del XVIII se produjo en
Inglaterra una masiva concentración de tierras en manos de unos cuantos. La antigua
sociedad basada en la hegemonía aristocrática retrocedió en favor de la burguesía, con lo cual
gradualmente desapareció el feudalismo y se consolidó el sistema capitalista moderno, y al
mismo tiempo, la monarquía absolutista habría de dar paso a la constitucional, con gobiernos
parlamentarios y con libertades y derechos individuales reconocidos.
Los elementos que hicieron de Inglaterra la primera potencia hegemónica fueron: su
localización geográfica (mientras que en el continente europeo las naciones se enfrentaban en
luchas encarnizadas por ampliar sus fronteras o hacer valer su influencia, los ingleses «hacían
la guerra a domicilio, no en casa»), el aumento de la población (consecuencia de ciertas
mejoras en materia sanitaria, como el alcantarillado de las aguas residuales), el uso de nuevas
técnicas agrícolas, la protección del gobierno al comercio y la industria, los ricos yacimientos
de hierro y carbón (en esa época Inglaterra era la Arabia Saudí de nuestros días), las
universidades politécnicas donde se formaron ingenieros de primer orden, y finalmente, la
ambición y la tenacidad de una nueva clase empresarial, todo lo cual aceleró el proceso de
industrialización. La agricultura también desempeñó un papel trascendental porque al
aumentar la productividad liberó mano de obra, pero sin dejar de proveer los alimentos
necesarios. Así, la mano de obra desempleada se vio forzada a emigrar a las ciudades para
ofrecer su fuerza de trabajo en las fábricas, conformando lo que se conocería como el
proletariado.
RECUADRO 2.7
EL CERCAMIENTO Y LA CRIMINALIZACIÓN DE LA POBREZA
Entre finales del siglo XVII y mediados del XVIII se produjeron una serie de cambios sociales en Europa. En
el caso de Inglaterra, tuvieron lugar tres procesos. El denominado cercamiento («enclosure») consistió en
que los terratenientes más poderosos y la burguesía paulatinamente desplazaron a los pequeños granjeros,
y con las nuevas técnicas hicieron las tierras más productivas. El resultado fue que para finales del siglo la
tierra estaba concentrada en muy pocas manos. En segundo lugar, en ese momento España vivía su época
dorada por la explotación de oro y plata proveniente de sus colonias americanas. La masiva llegada de estos
metales produjo un mayor poder adquisitivo, lo que desencadenó la demanda de diferentes productos, entre
los que estaba la lana británica, por lo cual, los pocos granjeros que habían resistido al cercamiento dejaron
de trabajar la tierra y se dedicaron a la cría de ovejas. En tercer lugar, hasta antes de que se produjeran
estos cambios, la mayoría de las tierras eran comunales, por lo cual la gente más pobre tenía un medio de
subsistencia, pero el cercamiento se vio acompañado de leyes promovidas por los terratenientes y la
burguesía para acumular la mayor cantidad de tierras. Hubo cierta resistencia pero al final los granjeros
terminaron por aceptar que las cosas no volverían a ser como antes: desposeídos de su medio de vida, no
encontraron otra alternativa que emigrar a las ciudades.
Los centros urbanos no estaban preparados para recibir la llegada de tanta gente proveniente del campo,
necesitada de techo y trabajo. Los más pobres tuvieron que aceptar la explotación a cambio de alimento y un
lugar donde pasar la noche. Así se creó el primer mercado laboral en Inglaterra. Aunado a ello, entre 1650 y
1800 el Parlamento promulgó leyes que criminalizaban la pobreza. Robar un pan se podía convertir en un
delito capital. Los niños no estaban exentos de los peores castigos e incluso alguien podía terminar en la
cárcel por no poder hacer frente a las deudas de pequeña cuantía. Este tipo de leyes dieron carta de
naturaleza al cobro de intereses desorbitados con la finalidad de legitimar el derecho del acreedor a confiscar
los bienes de los deudores.
NOTA 2.8
ADAM SMITH Y LA MANO INVISIBLE
Adam Smith nació en la pequeña localidad escocesa de Kirkcaldy en 1723. A los catorce años ingresó en la
Universidad de Glasgow para especializarse en el estudio de las matemáticas y la filosofía. Posteriormente
fue admitido en la Universidad de Oxford, donde conoció a David Hume y con quien mantuvo una estrecha
amistad.
Para 1748 ya gozaba de cierta popularidad como conferencista. En 1751 regresó a Glasgow, donde durante
trece años estuvo al frente de las cátedras de lógica y filosofía moral. En sus clases entrelazaba la filosofía
con el derecho y la política, en particular en lo concerniente a los problemas de la organización y la
administración del gobierno, y desde luego, en lo relativo a la economía.
En 1759 salió a la luz su primera obra. Teoría de los sentimientos morales es un curso de ética desde la
perspectiva de la burguesía y está basada en principios idealistas. Participó activamente en el Club de
Economía Política, la primera asociación dedicada al estudio de la economía.
En 1763, Charles Townshend, noble y poderoso terrateniente, le ofreció una pensión vitalicia a cambio de
acompañar a su hijastro Henry Scott III Duque de Buccleuch, en un viaje que se prolongaría durante tres
años por Suiza y Francia, y durante el cual tuvo contacto con los principales pensadores de la época (p.e.
Voltaire, Diderot y D’Alembert, entre otros). A su regreso a su pueblo natal se dispuso a escribir Una
investigación sobre la naturaleza y las causas de las riquezas de las naciones, tarea que le mantuvo en
aislamiento por alrededor de una década pero que tras su publicación (el 9 de marzo de 1776) le dotó de un
enorme reconocimiento. El gran éxito de la obra obedeció a la elocuente defensa que hacía del régimen
capitalista de producción y de la libertad económica. A los 55 años fue nombrado funcionario de la Aduana de
Edimburgo, cargo mediocre y que le demandaba dedicación absoluta. Murió en Edimburgo el 17 de julio de
1790.
En su obra magna el ilustre escocés dice: «Pero es solo por su propio provecho que un hombre emplea su
capital en apoyo de la industria; por tanto, siempre se esforzará en usarlo en la industria cuyo producto tienda
a ser de mayor valor o en intercambiarlo por la mayor cantidad posible de dinero u otros bienes […] En esto
está, como en otros muchos casos, guiado por una mano invisible para alcanzar un fin que no formaba
parte de su intención. Y tampoco es lo peor para la sociedad que esto haya sido así. Al buscar su propio
interés, el hombre a menudo favorece el de la sociedad mejor que cuando realmente desea hacerlo».
En realidad, la idea de la mano invisible no es original de Smith. En 1687 el físico Isaac Newton, en sus
Principios («Philosophiæ naturalis principia mathematica») fue el primero en hablar de ella cuando explicó
que «[…] los astros parecen estar ordenados por la mano invisible de Dios». Resulta sorprendente que esta
sea la principal idea por la que se recuerda a Adam Smith, en particular porque en Una investigación sobre
la naturaleza y las causas de la riqueza de las naciones solo es mencionada en una ocasión.
En este trabajo las principales críticas las dirige contra el mercantilismo por considerar
que el proteccionismo conduce a una ineficiente asignación del capital. En el plano
metodológico expone dos poderosos argumentos:
• Los países ganarán mediante la especialización porque ello les permitirá producir
mayor cantidad de bienes y el excedente lo podrán intercambiar por otros que no sean
producidos domésticamente. Así, cada país tendrá más de cada bien producido por
cada participante, caso contrario a que si cada uno trata de producir todos los bienes
por su cuenta. Esta idea rompió con la antigua concepción de que la ganancia de unos
siempre es a expensas de la de otros (suma cero).
En efecto, el comercio mejora la asignación de trabajo porque cada bien es producido
con el mínimo de este factor productivo, lo que asegura que cada país producirá la
máxima cantidad posible de cada bien en el que se ha especializado. El resultado
final es que el mundo en su conjunto tendrá una producción total mayor, lo cual se
traducirá en ventajas para todos los participantes. Por el contrario, el proteccionismo
solo les empobrecerá.
• Los mercantilistas creían que los comerciantes debían sacrificar el interés del
consumidor por el del productor, pero Smith piensa justo al revés porque, para él, el
consumo es el fin de toda la producción.
En la época de Smith la concentración del capital y de la producción favoreció el
nacimiento de los monopolios capitalistas, lo que a su vez potenció aún más el desarrollo de
la banca al fusionarse el capital financiero con el capital industrial. La conformación de los
monopolios capitalistas buscaba incrementar la producción para poder competir con las
industrias de todo el mundo, lo que propició que se incrementaran las jornadas de trabajo
(hasta de doce horas), generalmente en condiciones terriblemente precarias y con salarios de
hambre.
RECUADRO 2.8
EL MOTÍN DEL TÉ DE BOSTON
Entre 1775 y 1783 las Trece Colonias lucharon contra el Imperio Británico para conseguir la Independencia.
Antes de que estallara propiamente la guerra tuvo lugar un acto que marcaría el futuro de Estados Unidos
como nación libre y soberana. El Motín del Té de Boston es uno de los acontecimientos históricos más
queridos por los estadounidenses, si bien en su momento los colonos lo vieron de una manera muy diferente,
como lo veremos a continuación.
Las causas que llevaron a estos hechos (16 de diciembre de 1773) se remontan unos años atrás, a cuando
las autoridades británicas arbitrariamente impusieron a los colonos la Ley del timbre (de 1765) y las Leyes
Townshend (de 1767), disposiciones que les obligaban a pagar altos impuestos, pero al no haber sido
aprobadas por el Parlamento contravenían a la mismísima Carta Magna. En 1768 un grupo de colonos
inconformes, dirigidos por John Hancock, decidieron protestar para que se les reconociera la representación
parlamentaria que defendiera sus intereses. En un primer momento las autoridades portuarias les acusaron
de contrabando, pero luego de una hábil negociación realizada por John Adams los cargos fueron retirados.
Las cosas se mantuvieron en tensa calma, pero con la aprobación del Acta del Té los ánimos de nuevo se
encendieron. Esta ley fue promulgada por el Parlamento en mayo de 1773 y fue expresamente creada para
permitir a la Compañía Británica de las Indias Orientales vender su mercancía en las Trece Colonias y sin
el obligatorio y abusivo pago de impuestos. Entonces, Hancock, Adams y una compañía que rondaba los 150
hombres decidieron ajustar cuentas y convirtieron el puerto de Boston en un hervidero. Disfrazados como
indios mohawk los autodenominados Hijos de la Libertad se dirigieron al muelle Griffin, redujeron a los
vigilantes, subieron a los barcos Dartmouth, Beaver y Eleanour y echaron por la borda una cantidad que
rondaba las 45 toneladas de té.
La mayor parte de los bostonianos veía a Inglaterra como su protectora, por lo cual, en un primer momento
se mostraron en contra de Hancock y sus acompañantes. De hecho, George Washington se mostró
escandalizado e incluso Benjamin Franklin pidió que los rebeldes resarcieran todos los daños causados,
empezando por pagar el té arrojado por la borda. Pero Inglaterra, en lugar de dar un trato más justo a los
colonos en 1774 creó las Leyes Intolerables. Como bien se puede advertir por el nombre, eran un cúmulo de
disposiciones aún más duras contra las colonias americanas, y entonces sí, estas fueron el detonante para
que se produjera un movimiento de repulsa contra Inglaterra y que desembocaría en un clamor por la
independencia. El 4 de julio de 1776 se firmó la Declaración de Independencia de Estados Unidos.
(1) Según Marx y Engels, la cultura, los ritos y las creencias morales sirven para justificar el orden social; es
decir, que unos estén arriba y otros abajo.
(2) Marx fue bastante crítico con la religión por considerarla el opio del pueblo. La primera vez que escribe
sobre esta cuestión es en 1843, en la Contribución a la Crítica de la Filosofía del Derecho de Hegel. En
1844 desarrolló la idea en un artículo del periódico Deutsch-Französischen Jahrbücher, editado por el
propio Marx junto con Arnold Ruge. Creía que el cristianismo infundía la ilusión de que la justicia triunfará
en el cielo, pero mientras tanto en la tierra se cometen abusos. Estaba convencido que toda religión que
se dedique a justificar los atropellos en lugar de cambiar las cosas es nociva.
Ambas conviven y se relacionan. Con el surgimiento de la propiedad privada la sociedad
se dividió en dos clases sociales contrarias y enfrentadas: la poseedora de los medios de
producción, y la explotada y desposeída del fruto de su trabajo.
De manera paralela al socialismo científico surgió el anarquismo, sustentado en la
creencia de que el poder (opresor) del Estado y de los distintos agentes debía ser sustituido
por la libre colaboración entre individuos y grupos sociales. En cierto sentido las ideas
anarquistas fueron la reacción a la represión que ejercieron los gobiernos, las patronales y en
general quienes poseían el capital contra las primeras asociaciones sindicales. De manera
natural el anarquismo adoptó el uso de la violencia, si bien Pierre-Joseph Proudhon, uno de
sus ideólogos, siempre abogó por el uso de la resistencia pasiva (entre sus diversas iniciativas
propuso la creación del Banco del Pueblo, el cual, mediante la concesión de créditos
gratuitos, ayudaría a los obreros a adquirir medios de producción propios).
Los anarquistas creen que podemos convivir con los demás sin leyes, y se preguntan: ¿por
qué debemos sujetarnos al cumplimiento de normas externas? Para responderla plantearon
una serie de alternativas en un hipotético estado de naturaleza, donde los individuos son
libres y autónomos, sin ninguna restricción ajena a su voluntad y sin normas que menoscaben
la libertad individual. Creen que el egoísmo en realidad es una imposición de la organización
derivada de la propiedad privada y las desigualdades. La alternativa que proponen es la
creación de estructuras basadas en la libre asociación, la ausencia de coacción legal o
institucional y una economía socializada como forma de realización personal y no como un
medio de enriquecimiento material. La máxima aspiración de los anarquistas era hacer del
progreso humano el logro de la autonomía, en el pleno desarrollo de la capacidad para vivir,
pero solamente guiados por la propia razón, por la voluntad soberana de cada uno.
Estas propuestas son difíciles de alcanzar, pero también son indeseables porque ignoran
que la naturaleza humana está sujeta a pasiones egoístas, como la codicia. Además, la
convivencia sin reglas sería el terreno fértil para guerras perpetuas entre los intereses de unos
y de otros.
RECUADRO 2.9
EL PROCESO DE INTEGRACIÓN ECONÓMICA (ZOLLVEREIN) Y LA ESCUELA
HISTÓRICA ALEMANA
A lo largo de la primera mitad del siglo XIX Alemania estaba conformada por un grupo de regiones unidas
por una lengua común pero con diverso grado de desarrollo, lo que dificultaba su capacidad de competir en
el mercado europeo de la época. Había regiones ancladas en el feudalismo mientras que otras se habían
subido al tren del progreso y la industrialización (durante el período denominado Biedermaier). El territorio se
conformaba por cerca de 300 pequeños estados, algunos incluso con disputas fronterizas pendientes.
Anteriormente hubo varios intentos de unificación, pero las diferencias culturales, la interpretación de los
hechos históricos y las viejas rencillas, cuyo origen se remontaba a varios siglos atrás entre católicos y
protestantes, echaron por tierra los esfuerzos. Finalmente, sería la economía y no la política la que
conseguiría unir a dieciocho estados del norte en torno a una Unión Aduanera («Zollverein», en 1834).
Las reformas agrarias, la implantación del capitalismo en el sector agrícola, la creación de la Unión
Aduanera, la llegada de científicos, ingenieros y empresas británicos y el empleo de nuevas tecnologías (ya
desde 1830 Alemania importaba maquinaria en la industria textil algodonera británica) aceleraron la
economía. Muy pronto empezaron a darse innovaciones tecnológicas netamente alemanas, como la
esmeriladora creada por Oskar Peschel en 1835. Entre 1837 y 1849, el número de máquinas de vapor
instaladas en Prusia se incrementó de 419 a 1.444. Con la aparición de las máquinas de vapor se iniciaron
grandes cambios en la industria pesada (p.e. se incrementó la producción de carbón, de 1.200.000 toneladas
en 1824 a 3.100.000 en 1843, y entre 1834 y 1847 la producción en el sector siderúrgico aumentó de
2.690.000 a 4.580.000 de toneladas).
Los orígenes de la Escuela Histórica Alemana se remontan a la publicación de Grundriss en 1843, obra de
Wilhelm Roscher. Representa un ejemplo notable de la dificultad que la doctrina clásica pura tuvo para
mantenerse como la teoría dominante cuando se situó en escenarios distintos al británico. Enfrentándose a la
Escuela de la Economía Política Clásica, la Escuela Histórica renunció al reconocimiento de las teorías del
valor, el dinero, el salario, la ganancia y la renta agraria. En su lugar se centró en las relaciones entre la
economía y el derecho, la ética y la psicología, pero lo que verdaderamente articuló sus trabajos, tanto de la
Nueva Escuela como de la Vieja Escuela (la primera representada por Willhelm Roscher, Karl Knies y Bruno
Hildebrand, y la segunda por Gustav von Schmoller) fue la importancia que asignaron a la psicología de las
personas y a la historia en el estudio de los procesos de naturaleza económica.
Tanto la Vieja como la Nueva Escuela trataron de demostrar las ventajas de la propiedad privada y de la
división de la sociedad en clases. Así, la Vieja Escuela Histórica se marcó el objetivo de enfrentar al
socialismo utópico y la Nueva Escuela Histórica al marxismo. Por otra parte, ambas se opusieron a la
creencia de que las leyes económicas establecidas pudieran tener validez universal por el mero desarrollo de
las implicaciones contenidas en unos cuantos postulados y argumentaron que las leyes planteadas por
Adam Smith y David Ricardo no podían ser consideradas como absolutas en la teoría ni en la práctica.
Las leyes económicas, afirmaban, debían ser consideradas esencialmente relativas y variables en el tiempo y
en el espacio: dado que las condiciones económicas cambian y evolucionan constantemente, las
conclusiones de la teoría económica no pueden conservar su validez original. Defendían que, a diferencia de
las leyes físicas, las leyes económicas operan en una realidad que contiene un número continuamente
creciente de circunstancias, lo que las hace prácticamente imposibles de medir. El pensamiento de la
Escuela Histórica Alemana puede definirse en cuatro principios básicos:
NOTA 2.9
DEL SOCIALISMO UTÓPICO AL SOCIALISMO CIENTÍFICO
Los socialistas utópicos eran intelectuales idealistas que intentaban combatir la explotación del hombre
por el hombre mediante propuestas que la mayoría de las veces no pasaron del nivel teórico, si bien fueron
un reclamo para realizar reformas sociales. Sus principales representantes fueron:
• Robert Owen fue uno de los inspiradores del movimiento. Para él, la causa fundamental de la desigualdad
social radicaba en la falta de formación de los obreros más que en el modo de producción capitalista.
Propuso la creación de pequeñas comunas independientes.
• Henri de Saint-Simon sostenía que la sociedad debía transformarse para proporcionar el mayor bienestar
para el mayor número de personas.
• Charles Fourier suponía que se podía evolucionar hacia una sociedad pacífica organizada en
falansterios (comunidades rurales autosuficientes) y donde el trabajo sería voluntario. No era partidario de
la abolición de la propiedad privada y en sus falansterios admitía la existencia de miembros más
acomodados que la mayoría.
• Auguste Comte creía en una sociedad altruista, donde se diera sin esperar nada a cambio. Aspiraba a
una sociedad positivista, regida por leyes que dieran orden y permitieran que prosperara el progreso.
La clase obrera, inconforme por la falta de soluciones prácticas del socialismo utópico, presionó para
consolidar derechos a favor de los obreros. El socialismo científico desarrollado por Marx se basó en el
método dialéctico de Friedrich Hegel, según el cual todas las cosas funcionan en una constante lucha de
contrarios. Así, toda tesis contiene en sí misma la simiente de su propia destrucción: cuando las dos
tesis colisionan se produce una síntesis, y que a su vez es una nueva tesis que contiene elementos distintos
y opuestos a ella misma (el primero en referirse a la identidad de los contrarios fue Heráclito de Éfeso,
filósofo del siglo V a.C., pero la dialéctica también está presente en el taoísmo y en la filosofía hindú).
Para Karl Marx y Friedrich Engels es a través de la lucha de clases como el hombre llegó al modo de
producción capitalista, y con este floreció el enfrentamiento entre la burguesía y el proletariado. El
socialismo científico fue la fuente de inspiración de luchas revolucionarias en todo el mundo, mientras que
el capitalismo evolucionó de otra manera. El capitalismo industrial original se transformó en el capitalismo
financiero, a su vez este dio paso al tecnológico y de los servicios, y de este al del conocimiento, que es en
el que actualmente vivimos.
RECUADRO 2.10
EL MARAVILLOSO MAGO DE OZ Y EL PATRÓN ORO
En 1964 Henry Littlefield escribió un ensayo sobre el significado de El Maravilloso Mago de Oz, publicada
en 1900 por Frank Baum, una interesante alegoría en defensa del Patrón Bimetálico (la película es de
1939 y fue interpretada por Judy Garland – entonces tenía 17 años). La historia trata sobre la aventura de
Dorothy, una niña que aparece en un mundo mágico y que para volver a casa debe ir a ver al Mago de Oz.
Por el camino de baldosas amarillas se encuentra con un espantapájaros con pocas luces, un hombre de
hojalata temeroso de oxidarse y un león sin valor. La inocente Dorothy representaba al pueblo rural
estadounidense, el espantapájaros a los granjeros, el hombre de hojalata a los obreros de las ciudades y el
óxido el miedo a perder el empleo, el león a los pusilánimes líderes políticos (en particular a William Jennings
Bryant, un opaco líder demócrata de la época), incapaces de plantar cara a los poderosos, y el camino de
baldosas amarillas evidentemente a las onzas de oro.
A lo largo de la segunda mitad del siglo XIX paulatinamente los estados del oeste de Estados Unidos fueron
poblados por familias y para financiar la compra de las tierras y de los medios para explotarlas contrajeron
deudas con los banqueros de las grandes ciudades de la costa este. Para la década de 1880 la producción
agrícola había aumentado considerablemente, lo que generó un exceso de oferta y que condujo a una caída
de los precios, y por tanto de las ganancias de los endeudados agricultores. Entonces se dirigieron a
Washington para pedir al gobierno que comprara los excedentes y emitiera más dinero, se generara inflación
y así ellos pudieran hacer frente a los créditos. Los agricultores estaban a favor del Patrón Bimetálico (es
decir, que el dinero emitido estuviera respaldado por las reservas de oro y plata) mientras que los banqueros
defendían la continuidad del Patrón Oro. Cada extremo tenía el apoyo de un bando político, los
republicanos con los banqueros y los demócratas con los agricultores.
Cuando los personajes llegan a Oz se percatan de que el Mago (es decir, el presidente de Estados Unidos)
estaba atemorizado y tras una cortina era manipulado por unas malvadas brujas, es decir, los siniestros
banqueros. Entonces la historia da un giro porque el espantapájaros recupera la inteligencia, el león la
valentía, el hombre de hojalata deja de preocuparse por el óxido y Dorothy, gracias a sus zapatos de plata
(en la película eran de rubíes) puede volver a casa.
* * *
La crisis de 1873 tuvo varios efectos pero la producción mundial no disminuyó, en parte gracias al Patrón
Oro, adoptado por muchos países en las últimas tres décadas del siglo XIX y los primeros 14 años del siglo
XX. Este período es conocido como la Belle Époque, los treinta años de expansión económica de mayor
esplendor del laissez-faire. El Patrón Oro se impuso sobre el Patrón Plata y el Patrón Bimetálico (preferido
por todos, excepto por Reino Unido). Fue un conjunto de políticas monetarias, basado en: i) un tipo de
cambio fijo entre divisas; ii) libre convertibilidad de monedas y billetes en oro, y iii) libertad de flujos
internacionales de oro y capitales.
Los grandes bancos mantenían sus reservas en oro o en libras esterlinas, lo que convirtió a Londres en el
centro financiero internacional. El crecimiento económico mundial se basó en el incremento de la actividad
productiva (principalmente en las industrias minera, petroquímica, farmacéutica y del petróleo) y en la bajada
de los precios, lo que hizo más rentable la producción de trigo y maíz en Estados Unidos, Rusia y Argentina,
café en Brasil y ganadería en Australia.
Entre 1907 y 1914 hubo una expansión de las telecomunicaciones, especialmente de los telégrafos, la
creación de las primeras empresas verdaderamente internacionales (especializadas en ámbitos tan variados
como los transportes, la alimentación, la construcción y la generación de energía eléctrica). Y por otra parte,
la construcción de vías férreas siguió siendo uno de los ejes de mayor pujanza: en 1910 India contaba con
50.000 kilómetros de vías, Canadá superaba los 40.000, y Estados Unidos los 400.000. En mayo de 1907
hubo una pequeña crisis por el cúmulo de operaciones especulativas emprendidas por Fritz A. Heinze
(presidente del Mercantile National Bank) para monopolizar el mercado del cobre, pero John D. Rockefeller,
también interesado en el negocio, las hizo descarrilar, lo que provocó una caída de los valores del sector.
Pero el verdadero pánico bancario tuvo lugar el 21 de octubre, cuando los directivos del Knickerbocker Trust
Company (tercer banco de inversión de Nueva York) tuvieron que dimitir por el escándalo de colusión entre
ellos y los especuladores del cobre.
Con el objetivo de impedir el colapso de los mercados, John Pierpont Morgan organizó un sindicato de
banqueros para rescatar a los bancos de inversión en riesgo de quebrar. En tres ocasiones ayudó a salvar la
economía de su país: en las crisis de 1873, 1893 y 1907. De hecho, probablemente su mayor legado fue la
ayuda que prestó para mitigar las olas de pánico financiero. La consecuencia más importante de la crisis de
1907 fue descubrir que Estados Unidos precisaba de un banco central para enfrentar futuros descalabros
financieros. Así, a partir de los informes emitidos por la Comisión Nacional Monetaria, publicados entre 1908
y 1913, las autoridades comprendieron el enorme riesgo que significaba que una sola familia concentrase
tanto poder. Por esta razón, ese mismo año se creó el Sistema de la Reserva Federal (FED), pero a
diferencia de otros bancos centrales se constituyó sobre la base de doce bancos regionales. En 1913 el hijo
de Morgan, J. P. Jr., reunió otros 100 millones para preservar el crédito de la ciudad de Nueva York.
Entre 1860 y las primeras dos décadas del siglo XX fue una época de grandes progresos científicos y
tecnológicos. Muy pronto el ferrocarril fue el principal proveedor de mineral para que en las fábricas de
Pittsburgh se produjera acero. Para seguir creciendo aceleradamente la economía estadounidense
necesitaba capital. Fue en este escenario en el que J. P. Morgan amasó su fortuna. Desde joven se
planteó crear lo que en Europa habían hecho las familias Rothschild y Baring, ilustres apellidos de
banqueros. Los primeros en morganizarse fueron los ferrocarriles. Con el fin de reunir dinero para
financiar la construcción de vías de ferrocarril el banco de Morgan vendió bonos, y para asegurarse de
que los tenedores de estos no fueran defraudados, la entidad supervisaba cuidadosamente el progreso
de las obras. Para principios del siglo XX Morgan controlaba financieramente alrededor de 8.000 km de
vías férreas. La misma estrategia que utilizó para los ferrocarriles la empleó en la industria eléctrica, de
equipamiento agrícola, del acero y de las comunicaciones (principalmente telégrafos).
En agosto de 1914, justo cuando se estaba constituyendo la FED, estalló una grave crisis monetaria
provocada por las noticias que llegaban desde Europa sobre el inicio de la Gran Guerra. Tras el asesinato
del archiduque Franz Ferdinand y su esposa, Sofía Chotek, duquesa de Hohenberg (el 28 de junio de 1914
en Sarajevo, a manos de Gravilo Princip, un joven nacionalista y miembro de la sociedad terrorista Mano
Negra), los mercados financieros reaccionaron con pánico. El 28 y 29 de julio las bolsas europeas y Wall
Street suspendieron operaciones y a los pocos días todos los países (excepto Reino Unido) rompieron con el
Patrón Oro para defender sus monedas y así los gobiernos pudieran emitir más dinero para financiar la
guerra (a diferencia del actual sistema, donde el precio del dinero lo determina la autoridad monetaria, en el
Patrón Oro lo determinaba la cantidad y el precio del oro en el mercado).
En Estados Unidos también se sintieron los efectos. El 31 de julio la bolsa tuvo que cerrar por la probable
retirada masiva de las inversiones extranjeras. El secretario del tesoro, William McAdoo, se apresuró a
defender el dólar, para lo cual la FED emitió más dinero. Paulatinamente el dólar se impuso a nivel
internacional y Estados Unidos se convirtió en la nueva gran potencia financiera. Hacia 1915 Nueva York ya
rivalizaba con Londres. Otra muestra del poder de este país fue el préstamo de guerra que J. P. Morgan
otorgó a Francia y Reino Unido por 500 millones de dólares. La Gran Guerra se cobró más de diez millones
de vidas y fue el final de la época dorada de la primera globalización financiera.
RECUADRO 2.11
KONRAD ADENAUER Y EL MILAGRO ALEMÁN
La Alemania postbélica estaba dividida. Estados Unidos dominaba el sudoeste, Reino Unido el noroeste,
Francia el oeste y la Unión Soviética el este. Polonia recuperó el territorio arrebatado y la Unión Soviética se
anexionó territorios del este y de la frontera del oeste, mientras que la región industrial de Sarre volvió a ser
de soberanía francesa. Los ingleses ocuparon las zonas con las mayores instalaciones industriales con el
objetivo de confiscar las empresas cuyos propietarios habían cooperado con el régimen nazi. Konrad
Adenauer y su grupo político (el Partido de Centro, DZP) se opusieron a que la economía fuera centralizada
por el Estado o por monopolios privados; su principal argumento se basaba en el principio de que el poder
económico engendra el poder político.
La reintegración de la República Federal Alemana (RFA) a la comunidad internacional se desarrolló
rápidamente a partir de 1949. La incorporación a la Comunidad Económica Europea (CEE) fue el primer
paso. En abril de 1951 Alemania Occidental se convirtió en miembro de la Comunidad Europea del Carbón y
el Acero (CECA) y un mes después se incorporó al Consejo de Europa. En julio de 1951 el Estado de guerra
entre Alemania y los aliados occidentales concluyó oficialmente a través de un acuerdo (excepto con la Unión
Soviética). Cabe recordar que Alemania Occidental tenía prohibido tener tropas militares, por lo que el
Parlamento apoyó la incorporación de unidades germanas en la realización de un plan de defensa de Europa
occidental. En 1950 René Pleven, primer ministro francés, se opuso firmemente a la nueva creación de un
ejército alemán, pero el Plan de Pleven fue rechazado en 1954 por la Asamblea Nacional francesa, lo que
permitió que Alemania se uniera a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en octubre de
1954.
Adenauer fue el artífice del futuro modelo alemán, el cual planteó una alternativa entre el capitalismo y el
socialismo radical. Se propuso que el nuevo sistema económico debía estar al servicio del hombre y la
sociedad, para lo cual se hizo ayudar de Ludwig Erhard, ministro de Economía de Baviera y posteriormente
ministro federal de Asuntos Económicos (1949), para encaminar el país hacia la Economía Social de
Mercado.
Si Adenauer es el padre del milagro político alemán, Erhard fue el padre del milagro económico alemán.
Ludwig Erhard definió la estrategia para consolidar una sociedad industrial (en sustitución del poder del
Estado) que fundamentara el orden socioeconómico para la nueva RFA. Erhard creía que la economía
alemana debía crear el bienestar social para todos los habitantes pero sin convertir al Estado en un ente
paternalista: quería implantar una política económica liberal, pero con proyecciones sociales.
Pero es justo reconocer que al menos una parte del llamado milagro económico alemán se sustentó en los
1.500 millones de dólares recibidos por concepto del Plan Marshall. Estos recursos permitieron la
modernización de la infraestructura productiva y la capacitación de mano de obra especializada. Para 1952 la
RFA tenía una balanza comercial con superávit (exportaba más de lo que importaba), aunque aumentaron las
desigualdades sociales, lo que hizo urgente la reactivación y el mejoramiento de una red de prestaciones
sociales.
Hacia 1960 la distancia entre la ciudad y el campo se había reducido. En todo el territorio nacional existía una
vasta red de distribución comercial y los alemanes vivían en casas dotadas de comodidades modernas (p.e.
calefacción central, líneas de teléfono…). Pero además de una política económica disciplinada Adenauer se
preocupó por establecer una política social más generosa, en los siguientes términos:
• La primera medida importante fue recompensar a quienes habían perdido su trabajo y vivienda por la
guerra, pero al mismo tiempo se grabó con impuestos a los grandes capitales.
• Participación de los trabajadores en las utilidades de las empresas, en su gestión y en la consecución de
objetivos para una mayor competitividad.
• Una seguridad social que alcanzara la mayor cantidad posible de la población laboralmente activa. Hubo
nuevas prestaciones en pensiones, jubilación y desempleo, cesantía por enfermedad, invalidez y muerte.
La protección se amplió a las familias de los trabajadores.
• La construcción de viviendas de interés social, si bien, paradójicamente, Adenauer siempre se mostró
contrario a la existencia de subsidios que implicaran la dependencia permanente de los individuos al manto
protector del Estado.
• Adenauer creyó que no podía haber estabilidad y crecimiento económico sin seguridad social o a costa de
ella.
En el caso español, la línea trazada por Beveridge fue seguida por el muy ilustre ministro
socialista Ernest Lluch para promover la Ley General de Sanidad, el 25 de abril de 1986,
la cual permitió que la mayoría de los ciudadanos tuvieran derecho a utilizar el sistema
público de salud y no solo quienes tributaban y las personas a su cargo.
En cuanto a John Maynard Keynes (1883–1946), es uno de los pilares sobre el que se
sostiene la socialdemocracia. Fue una persona compleja, con muchísimos matices en sus
facetas de intelectual, alto representante de los intereses británicos y economista. En el
primer caso, su trabajo estuvo influido por su pertenencia a los Apóstoles, una sociedad
secreta conformada por la élite intelectual de la Universidad de Cambridge, y por otra parte,
por su activismo en el grupo de Bloomsbury (un barrio del municipio londinense de
Camden), y donde se rodeó de personas extraordinarias, de la talla de Virginia Woolf (y de su
marido, Leonard S. Woolf), Bertrand Russell y Ludwig Wittgenstein, entre otros. Ahí
encontró el apoyo, la libertad y la comprensión que la encorsetada y flemática sociedad
británica era incapaz de proporcionarle.
En el segundo caso, su contribución resultó fundamental en dos momentos. En Las
consecuencias económicas de la paz (de 1919) advertía que las sanciones impuestas a los
perdedores eran draconianas y que ello sería la semilla de otros conflictos. Así sucedió. El 1
de septiembre de 1939 la Alemania nazi se disponía a adentrar en Polonia, convirtiendo a
Keynes en un profeta. En segundo lugar, en el marco de la denominada Conferencia de
Bretton Woods (celebrada del 1 al 22 de julio de 1944 en New Hampshire, Estados Unidos)
defendió un conjunto de propuestas para que las economías con mayores problemas
recibieran financiación, pero el denominado Plan Keynes fue rechazado en 1947 por
considerar que se provocaría una inflación de difícil control, por lo cual, en su lugar, se
impusieron las tesis de Harry Dexter White, representante de los intereses estadounidenses.
Finalmente, su faceta de economista con diferencia es la más importante. Sus aportaciones
estuvieron vigentes a lo largo del período que media entre la Gran Depresión (1929–1932)
hasta principios de la década de los setenta del siglo XX. Sus ideas más conocidas se centran
en tres cuestiones. La primera, que el ahorro de los propietarios del dinero no siempre se
convierte en inversión, bien por falta de oportunidades o por cierto egoísmo, lo que a la
postre no genera mayores puestos de trabajo, sino una acumulación de capital inactivo que la
economía no puede asimilar. En segundo lugar, se interesó en explicar por qué la abundancia
conllevó a una severa crisis del sistema financiero internacional el 24 de octubre de 1929. Y
en tercer lugar, se centró en la economía del corto plazo (es imposible de olvidar su «A largo
plazo todos estaremos muertos»), muy útil para resolver los problemas más acuciantes e
inmediatos de una economía, pero desaconsejables para emprender una dinámica de
crecimiento sostenido.
NOTA 2.10
EL CRAC DE 1929
El crack de Wall Street no fue una cuestión fortuita. En realidad fueron un cúmulo de acontecimientos los
que conllevaron al colapso de la bolsa de valores de Nueva York y la consecuente (y más severa) recesión
mundial conocida hasta entonces. Así, entre 1914 y 1925 tuvieron lugar diversos acontecimientos muy
relevantes, de entre los que destacan:
RECUADRO 2.12
DE LOS ORÍGENES A LAS CONSECUENCIAS DE LA CRISIS DE 1929
Para comprender, pues, las causas que llevaron a la Gran Depresión es necesario retroceder unos años.
Además de la muerte de más de treinta millones de personas, la Gran Guerra (1914–1918) conllevó el
derrumbamiento de los imperios austrohúngaro y otomano, el estallido de conflictos interétnicos (como el
magnicidio al pueblo Armenio a manos de los turcos), la cooperación internacional fue desplazada por
políticas nacionalistas y la política y las finanzas se entremezclaron, todo lo cual dificultó la coordinación de
medidas para intentar resolver los problemas económicos.
El Patrón Oro requería la firma de acuerdos políticos que permitieran reducir los déficits y acabar con la
inflación, lo que ayudaría a fortalecer las monedas y reducir la volatilidad en los tipos de cambio. Hacia
finales de la década de 1920 ya había cerca de cincuenta países que habían regresado al Patrón Oro.
Entonces los bancos centrales de nuevo pudieron acumular reservas en este metal o alternativamente en
monedas extranjeras que fueran convertibles, como el dólar estadounidense y la libra esterlina. Para 1925
Nueva York había desplazado a Londres como centro financiero internacional, debido a lo cual Estados
Unidos financió a los países de América Latina para el pago de las deudas contraídas con los banqueros
europeos.
La nueva estabilidad monetaria se reflejó en una creciente recuperación del crédito y del comercio
internacional. Empezaron a surgir las primeras empresas multinacionales, punta de lanza de grandes
innovaciones en las industrias eléctrica, química, petrolera y automotriz, y se multiplicaron los fondos de
inversión en Nueva York (de 40 en 1921 a 750 en 1929), lo que propició una expansión del crédito destinado
a operaciones especulativas en bolsa.
En el caso de Alemania, entre 1919 y principios de 1920 tres factores resultaron decisivos en la volatilidad de
los precios: i) desde 1918 los mecanismos de regulación del comercio fueron desmantelados demasiado
rápido (los controles militares sobre la distribución y los precios de las materias primas se eliminaron en
apenas seis meses); ii) la enorme demanda generada por miles de empresas tuvo como consecuencia que
los precios subieran, y en segundo lugar, la inflación también fue el resultado del aumento desproporcionado
de la emisión monetaria, lo que contribuyó a incrementar los precios, y iii) el incremento de la demanda de
los productos primarios en Europa y Estados Unidos (a principios de 1920, los precios del azúcar, café, lana,
carne y cereales eran un 200% más elevados que los de 1914, pero a finales de ese año hubo una severa
contracción de la actividad comercial que propició una brusca caída de los precios).
El gobierno alemán y su banco central, el Reichsbank, aceptaron una fuerte depreciación monetaria con la
finalidad de atemperar el pago derivado de las reparaciones exigidas en el Tratado de Versalles. El
desplome del valor del marco hacía imposible el pago de las reparaciones en oro a Francia y Reino Unido. La
respuesta francesa fue la ocupación militar de la región del Ruhr en 1923. La exigencia de que Alemania
pagase una cantidad cercana a los 25.000 millones de dólares estadounidenses se añadió al pago derivado
de las deudas comerciales. De este modo, Alemania tendría que pagar más de 2.000 millones de dólares al
año durante la década de 1920. Este cúmulo de deudas conllevó al desplome del marco, de los salarios, y
apareció una rampante inflación: entre 1922 y 1923 tuvo lugar una hiperinflación tal que el marco llegó a
valer menos que el papel donde se imprimían los billetes. Los comerciantes cerraban sus tiendas al
mediodía, averiguaban la cotización del dólar y volvían a abrir por la tarde con nuevos precios.
Dado este escenario, era evidente que el gobierno alemán no podría cumplir las exigencias impuestas por los
ganadores, lo que a su vez conllevaba que Francia no pudiera cumplir con el pago de sus deudas a Reino
Unido. Para tratar de contrarrestar la situación, en Washington decidieron nombrar una comisión,
encabezada por el general Charles G. Dawes. El Plan Dawes de 1924 autorizó una reducción considerable
de los pagos que debía hacer el gobierno alemán y facilitó que los banqueros de Nueva York le prestaran 800
millones de dólares. Con este dinero, el tesoro alemán pudo renovar los pagos de sus deudas.
El primer aviso de que las cosas se podrían serias a ambas orillas del Atlántico tuvo lugar el 13 de mayo de
1927, con el desplome de la bolsa de Berlín. Para atajar la crisis, varios banqueros alemanes acordaron bajar
los tipos de interés y ampliar el crédito, lo que atemperó los problemas, pero en agosto de 1928 todo fue a
peor tras el colapso del imperio industrial de Alfred Lowenstein, lo que arrastró a varias bolsas europeas.
El 24 de octubre de 1929 tuvo lugar el que se conoce como el jueves negro en Nueva York. Luego vendría
una recaída el 29 y una segunda ola destructiva entre 1930 y 1933. Todo ello causó una contracción del
crédito, suspensiones de pagos, bajada del consumo, una deflación muy acentuada y una caída del comercio
internacional. Entre noviembre y diciembre de 1930 quebraron más de 600 bancos de los estados sureños
del país. Luego vinieron las crisis bancarias de la primavera y el otoño de 1931, el pánico bancario de
Chicago en enero de 1932, y finalmente el colapso en varias regiones del país.
En Europa la crisis se hizo presente en 1931, con la quiebra del gran banco vienés Creditanstalt, la
institución financiera más grande del país (tenía paquetes de acciones en 2 de cada 3 grandes empresas
austriacas). En tanto, Alemania ya no podía seguir pagando las reparaciones de guerra impuestas en el
Tratado de Versalles.
Mientras las finanzas y los bancos se debilitaban, el proteccionismo y el nacionalismo económico ganaron
espacios con rapidez. Entre 1929 y 1932 hubo una abrupta caída del comercio internacional y entre 1930 y
1931 se produjo una masiva salida de capitales, lo que minó seriamente las reservas de los bancos
centrales. Finalmente, el 21 de septiembre de 1931 el Banco de Inglaterra anunció que abandonaba el
Patrón Oro y entonces le secundaron otros 21 países.
En 1931, a raíz del pánico bancario en Alemania, el 20 de junio el presidente Herbert Hoover estableció una
moratoria de un año para el pago de las deudas de ese país. Al final, los países acreedores renunciaron a
cobrar la mayor parte de las deudas (la deuda alemana se redujo de 31.000 millones de dólares a algo
menos de 1.000 millones), pero en contrapartida exigieron a Estados Unidos que los relevaran de sus
deudas contraídas. Del total de las denominadas «deudas aliadas» (superaban los 10.000 millones de
dólares), el 42% era adeudado por Reino Unido, 34% por Francia, 16% por Italia y un 4% por Bélgica. El 4 de
junio de 1934 Reino Unido suspendió unilateralmente todos los pagos de sus deudas con Estados Unidos. A
regañadientes Estados Unidos aceptó, pero en respuesta a principios de 1934 comenzó a difundir una
campaña de propaganda antieuropea.
Lo peor de la Gran Depresión tuvo lugar entre 1929 y 1932. En 1933, el gobierno de Franklin Delano
Roosevelt adoptó una batería de medidas orientadas a combatir estos problemas: el New Deal.
Entre 1929 y 1930 las autoridades de la República de Weimar endurecieron las políticas del Patrón Oro
para impedir la salida de capitales. Sin embargo, debido a las fuertes presiones internas, no tuvieron otra
alternativa que pasar a un régimen de libre flotación del marco y los efectos fueron debastadores (para
finales de 1932 había más de 6 millones de desempleados). Todo este escenario de urgencia y precariedad
llevó a Hitler al poder. Para noviembre de ese año, apenas tres meses después de su llegada, había acabado
con la democracia y en su lugar había instalado un régimen de destrucción y muerte. A partir de 1934
quedaron prohibidos todos los partidos políticos, a excepción del partido Nazi. Hitler invirtió los recursos en
un programa de rearme y obras públicas que demandó a la mayoría de los desempleados. El ministro de
economía Hjalmar Schacht, famoso por haber luchado contra la hiperinflación en 1923, a partir de 1933
aumentó el gasto público sin límite ni discreción.
Durante los siguientes cinco años el gobierno construyó carreteras, desarrolló una monstruosa industria
armamentista y fomentó la creación de empresas de bandera, como Volkswagen. La economía creció como
nunca antes, lo que dotó a Hitler de un prestigio que ahora nos parece surrealista. Entre otros
reconocimientos, la revista Time lo distinguió como el Hombre del Año 1938. El 15 de marzo de 1939 el
ejército alemán entró en Praga, y entonces el mundo descubriría las verdaderas intenciones que subyacían
detrás del primer milagro económico alemán.
NOTA 2.11
CARL MENGER
Para Carl Menger el conocimiento de la realidad social exige de dos disciplinas igualmente importantes pero
distintas. Por un lado la teoría recoge la esencia («das Wesen») de los fenómenos económicos y se elabora
a partir de la experiencia y la reflexión, y por otra parte la historia lo hace con la materia (en su sentido
aristotélico, es decir, los hechos producidos en un lugar y en un momento específico). Así, teoría e historia,
esencia y materia, son igualmente necesarias para conocer la realidad, si bien puntualiza que la historia solo
puede interpretarse, ordenarse y hacerse comprensible si se dispone de una teoría previa.
Sus tres trabajos más importantes son: i) Principios de economía política (de 1871); ii) Investigaciones sobre
el método de las ciencias sociales con especial referencia a la economía política (de 1883), y iii) Discurso del
método (de 1884), donde explicó el triunfo de los procesos dinámicos de cooperación social protagonizados
por personas dotadas de una capacidad creativa y espíritu empresarial.
Su pensamiento es complejo, pero a modo de simplificación se puede decir que para él las ideas colectivas
solo se pueden basar en las ideas de los componentes individuales, así que para comprender el proceso
económico «global» hay que conocer sus elementos. De este modo, la economía debe construirse sobre las
ideas del interés propio y la maximización de la utilidad. El legado de Carl Menger fue recogido por Friedrich
von Wieser y Eugen Böhm-Bawerk, sus dos más notables discípulos. Luego vendrían los continuadores:
Ludwig von Mises y Henryk Grossman.
NOTA 2.12
FRIEDRICH AUGUST VON HAYEK
Hayek posiblemente es el pensador neoliberal más importante de la segunda mitad del siglo XX. Nació en
Viena en 1899 y murió en Freiburg-in-Breisgau, Alemania, en 1992. Nació en el seno de una familia
aristócrata. Estudió en la Universidad de Viena, combatió en la I Guerra Mundial, fue profesor visitante de la
London School of Economics (1931-1932), profesor de ciencias sociales y moral en la Universidad de
Chicago (1950-1962) y terminó sus días como profesor en la Universidad de Friburgo (1962-1969).
Fue el alumno más destacado de Ludwig von Mises, quien le animó a estudiar el funcionamiento de la
economía de mercado. En 1974 obtuvo el Premio Nobel de Economía, compartiéndolo con su adversario
Gunnar Myrdal, «[…] por su trabajo pionero en la teoría del dinero y las fluctuaciones económicas y por sus
importantes análisis de la interdependencia de los fenómenos económicos, sociales e institucionales». Hayek
(y Milton Friedman) es el ideólogo de los planteamientos defendidos por Ronald Reagan y Margaret
Thatcher.
En Camino de servidumbre (de 1944), uno de los textos cumbre del neoliberalismo, estudia la relación
entre libertad y mercado, la importancia que tiene la defensa de la propiedad (porque a su parecer facilita una
amplia división del trabajo, la especialización y el establecimiento de los mercados) y la actividad del sector
público. Su gran obsesión fue combatir denodadamente la participación del gobierno en la economía y puso
el acento en lo perjudiciales que son los impuestos progresivos y la redistribución de renta.
NOTA 2.13
HARRY TRUMAN Y LOS ALBORES DE LAS POLÍTICAS NEOLIBERALES
El New Deal fue un cúmulo de políticas promovidas por el presidente Franklin D. Roosevelt entre 1933 y
1938, en sintonía con las teorías keynesianas y como antídoto para superar las dificultades generadas por la
Gran Depresión. Presentó un ambicioso proyecto de obras públicas y que suponía un inmenso desembolso
de dinero público con el objetivo de reconstruir la infraestructura estadounidense y de mejorar la situación
económica que atravesaba el país (para saber un poco más, se recomienda ver el documental Roosevelt y
el New Deal, disponible en YouTube).
Menos conocidas son las políticas englobadas en el Fair Deal, lanzado el 6 de septiembre de 1945 por el
presidente Harry S. Truman. El New Deal de los demócratas había conllevado un incremento del gasto
social, y por consiguiente un importante desajuste en las cuentas públicas, pero tras el triunfo de Estados
Unidos en la II Guerra Mundial y la llegada de los republicanos a la Casa Blanca y concentrar la mayoría en
el Congreso, las iniciativas socialdemócratas dieron paso a otras más liberales, tales como: i) en los
presupuestos de 1945 el gasto público sufrió un recorte de 5.900 millones de dólares (equivalente al 13% del
total), ii) el tramo más alto del Impuesto de Sociedades pasó del 90% al 38%; iii) en 1945 el gasto federal
ascendió a 93.000 millones de dólares, pero un año más tarde se redujo a 55.000 millones y en 1947 bajó a
34.000 millones, y iv) en 1947 se promulgó la Ley Taft-Hartley, creada para limitar el derecho de huelga y
obstaculizar el derecho a que los trabajadores del sector privado se organizaran y exigieran mejores
condiciones a los patrones.
RECUADRO 2.13
GENIO Y FIGURA DE LA DAMA DE HIERRO
La Dama de Hierro es una película de 2011 dirigida por Phyllida Lloyd y magistralmente protagonizada por
Meryl Streep. Es un relato biográfico de la primera ministra Margaret Thatcher (1925–2013), una política
decididamente conservadora en lo moral, en lo político y en lo económico.
Al principio de la película hay una escena donde la joven Margaret Roberts, aún soltera y recién graduada de
la Universidad de Oxford, es invitada a una cena a la que asisten personas de rancio abolengo. En principio
la desprecian por ser la hija de un tendero, pero en un momento dado pone a todos en su sitio. El diálogo es
el siguiente:
Margaret: Lo que debemos hacer es ayudar a la gente a valerse por sí misma. Aquellos que puedan hacer
algo tienen que obrar por sí mismos. Y si las cosas van mal no pueden ponerse a lloriquear, sino que
tienen que hacer algo para mejorar. ¡Cambiar las cosas!
Un interlocutor dice: Con el debido respeto señorita Roberts, lo que dice puede valer para la granja…
Ella lo interrumpe: Puede valer muy bien para todos. Yo sé mucho más que los que nunca han vivido con
ingresos limitados. Igual que esas personas que nos cruzamos por la calle, cuando voy mal de dinero
una semana tengo que economizar la siguiente.
Alguien dice: Nada como una rebanada de responsabilidad fiscal.
Y de nuevo ella le interrumpe: Un hombre puede llamarlo responsabilidad fiscal, pero una mujer le llamaría
buena economía doméstica.
Otro dice: No sé si una lección de economía doméstica es lo que los electores de Dartford nos demandan.
Están viendo cómo la industria se nacionaliza, cómo los sindicatos se fortalecen y la libra se debilita.
¡Quien pueda sacarnos de este lío es mi hombre!
Y ella concluye con contundencia: O mujer.
Margaret Thatcher fue primera ministra entre 1979 y 1990, un período largo y fructífero. Durante su mandato:
i) la producción industrial registró un crecimiento del 7,5%; ii) el número de trabajadores agrupados en
sindicatos pasó de 13 a 8 millones; iii) bajó los impuestos notablemente, como por ejemplo en el caso del
impuesto de sociedades el tipo máximo bajó del 50% al 35% y la presión fiscal descendió del 38% en 1980 al
35% en 1990; iv) la participación del Estado sobre el PIB pasó del 48% de cuando llegó al gobierno al 38%
cuando se marchó; v) a partir de 1985 dejó de haber déficit fiscal, y vi) en materia de endeudamiento público,
pasó del 50% en 1980 al 30% del PIB en 1990.
Entre la cantidad de anécdotas que se le atribuyen a Margaret Thatcher está la de haber motivado la
celebración del Día de Star Wars. El 4 de mayo de 1979 el diario London Evening News publicó una nota en
la que los miembros del Partido Conservador («The Tories») felicitaban a su flamante nueva primera ministra.
La frase «May the 4th Be With You, Maggie. Congratulations», es un juego de palabras muy parecido a «May
the Force be with you», el célebre «Que la fuerza te acompañe». No tuvo mayor importancia hasta que en
2011 los organizadores del festival Toronto Underground Cinema la rescataron del desván de los recuerdos y
el resto es historia.
Ronald Reagan, amigo de la señora Thatcher, se inspiró en el personaje Grand Moff Tarkin (también
conocido como Gobernador Tarkin, aparece al final del episodio III y en el episodio IV de la saga), cuando
formuló su iniciativa de defensa estratégica, conocida como Star Wars o Guerra de las Galaxias.
NOTA 2.14
ISAIAH BERLIN Y JEAN FRANÇOIS REVEL
Isaiah Berlin fue uno de los filósofos más lúcidos del siglo XX. Escribió una fecunda obra, pero por su
clarividencia destacan sus Cuatro ensayos sobre la libertad (de 1969). En cierta ocasión el despistado
William Churchill lo confundió con Irving Berlin, el compositor de música popular estadounidense. Berlin nació
en Riga, en la Letonia rusa, en 1909 y en la década de los veinte se refugió en Londres y más tarde
desarrolló su mejor etapa intelectual en la Universidad de Oxford. Su legado se centra en el área de la
historia de las ideas. Fue hasta después de la II Guerra Mundial que lograría sintetizar su pensamiento en su
La inevitabilidad histórica (de 1953).
Su gran legado se concentra en estos dos temas: i) definir los límites de la libertad individual, y ii) identificar
las ideas, ideologías y los proyectos de reorganización política y social que podían poner en peligro la
libertad. Algunas de las grandes preguntas que trata de responder son, por ejemplo, ¿hasta qué punto debo
permitir que me gobiernen?, ¿quiénes y cómo nos deben gobernar?, ¿cómo debe ser el espacio que puedo
reservar para mí mismo? Berlin pensaba que la libertad es libertad, y no igualdad, equidad, justicia, cultura,
felicidad humana o una conciencia tranquila. Sospechaba de los que profesan una «fe en un único criterio» y
que proponen soluciones únicas a problemas complejos.
Jean François Revel fue socialista en su juventud. Todavía en su libro La tentación totalitaria (de 1976)
hablaba de poner la economía al servicio del hombre y defendía un socialismo liberal. Con el tiempo cambió
hasta convertirse en un gran polemista, ateo y anticlerical, republicano y racionalista. Estaba convencido de
la superioridad de la democracia neoliberal y de la economía de mercado. Se interesó en defender el
neoliberalismo de aquellos que lo denostaban y se preguntó ¿por qué la sociedad neoliberal es
continuamente atacada y por qué algunos odian el capitalismo? En cierta ocasión un periodista le preguntó
cómo podía explicar él que tantos intelectuales hubiesen estado equivocados, y respondió que para los
intelectuales la crítica y la oposición es lo que les permite justificar su existencia. Fue un acérrimo crítico del
estatismo francés y de que la mayoría de sus conciudadanos quisieran vivir a costa del Estado. Pensaba que
su función en la vida era ser «El tábano de París», como Sócrates lo fue en su tiempo de Atenas. Por eso su
misión era la de obligarnos a pensar al situarnos frente a nuestras propias contradicciones y errores, y la de
denunciar nuestra hipocresía e ignorancia, si bien siempre reconoció que podía estar equivocado.
Capítulo 3
La ciencia de los incentivos puesta en
marcha
RECUADRO 3.1
ORÍGENES DE LA BANCA EN EUROPA
Godric fue uno de los primeros ejemplos de la creación moderna de riqueza, un capitalista hecho a sí mismo.
Nació en Norfolk en 1065 en el seno de una familia de agricultores y sometida al yugo de un Señor, pero
decidió cambiar de vida y se hizo a la mar. En los viajes aprendió el oficio de comerciante, comprando
mercancías en un sitio y vendiéndolas en otro (entre los puertos escoceses, daneses y de Flandes), y a partir
de entonces su objetivo se centró en generar utilidades.
A los treinta años ya era copropietario de dos barcos mercantes. Llegó a poseer veinticinco barcos, pero
entonces le atormentó un dilema: salvar su alma o acumular riquezas. En cierta ocasión los monjes de Farne
(un pequeño archipiélago en el nordeste de Inglaterra, en la región de Northumberland) le invitaron a unirse a
sus plegarias y al ver la manera desinteresada con la que entregaban su vida a servir a los demás a Godric
le abrumó el remordimiento. Convencido de que estaba siguiendo el sendero equivocado juró dejar su vida
de comerciante. A los cuarenta años repartió su fortuna y se fue a vivir como ermitaño. Murió en 1170, a los
105 años. La Iglesia lo canonizó por considerar que su transformación fue un triunfo de la espiritualidad sobre
los valores mundanos.
En 1066 el duque de Normandía fue coronado rey de Inglaterra y con el tiempo se convirtió en Guillermo I el
Conquistador (1027–1087). Este personaje alentaría a las comunidades judías a que se asentaran en el país,
trayendo consigo sus viejas tradiciones y sus habilidades y herramientas mercantiles (como el uso de la letra
de cambio). Las relaciones entre la Corona y los judíos fueron de cordialidad, hasta que en 1290 Eduardo I,
superado por las deudas contraídas con los cambistas, zanjó los problemas con su expulsión. En varias
ocasiones las comunidades judías fueron expulsadas de los territorios por diversos motivos: en 1182, de
Francia; en 1290, de Inglaterra; en 1306, 1321, 1322 y 1394 de nuevo fueron expulsados de Francia; en
1421, de Austria; en 1488, del Ducado de Parma; en 1490, del Ducado de Milán; en 1492, de Castilla y
Aragón; en 1496, de Portugal; en 1498, del Reino de Navarra; en 1510, de Brandeburgo; en 1541, del Reino
de Nápoles; en 1550 y 1567, de Génova; en 1554, de Baviera, y en 1569 y 1593, de los Estados Pontificios.
A lo largo de la Edad Media tuvo lugar una intensa actividad económica, aunque en los primeros tiempos
estuvo prohibido el cobro de intereses. Las primeras empresas financieras controladas por cristianos fueron
las commenda, dedicadas a la concesión de créditos mediante la intermediación, y siempre con la
aprobación de la Iglesia a cambio de un porcentaje de las ganancias. En los países católicos las commenda,
y posteriormente las societas, fueron reiteradamente utilizadas para la financiación de guerras y
expediciones.
Desde mediados del siglo XII los banchieri genoveses y toscanos se desempeñaron como cambistas y
cobradores de impuestos, pero los bancos como tales surgieron entre los siglos XV y XVIII. El Renacimiento
fue una época de descubrimientos maravillosos, pero también de vertiginosa actividad comercial. En este
entorno tan dinámico las instituciones bancarias se adaptaron a las necesidades mercantiles de la época.
Los primeros centros financieros surgieron en Florencia y Venecia, y con el tiempo se desarrollaron otros en
Brujas, Amberes, Hamburgo, Lübeck, Barcelona, Nápoles, Palermo y Lyon. A continuación se muestran
algunos de los primeros bancos, tal como los entendemos hoy en día. Resulta de especial interés ver cómo a
medida que nos aproximamos al presente se fueron sumando ciudades/países que hasta entonces eran
periféricos pero que paulatinamente cobraron mayor relevancia.
Siglos XV y XVI
Siglo XVII
Siglo XVIII
No hay consenso sobre el origen de la palabra Banco. Para algunos es de origen alemán (bank) y significa
acumulación (el concepto como tal se refiere a la concentración, sea de arena, peces o dinero), entendido
como la custodia de capitales y acciones y la concesión de préstamos, principales actividades de los
primeros banqueros. Otros expertos señalan que viene de los taburetes donde los banchieri florentinos solían
sentarse a la espera de clientes que les confiaran su dinero a cambio de un cobro por los servicios. Cuando
el banquero se encontraba ante una situación de quiebra, él mismo rompía el taburete (o banco) en
presencia de los depositarios y acreedores (por ello, bancarrota se deriva de «banca rota»).
En la época del Renacimiento se crearon complejas operaciones, tales como los depósitos con interés,
diversos tipos de préstamo, los anticipos, los giros, un sofisticado elenco de inversiones, se revitalizó la
ancestral práctica de los cambios de moneda y el fraile franciscano Luca Pacioli creó el sistema de partida
doble (en su obra «Summa de arithmetica, geometria, proportioni et proportionalità», publicada en Venecia
en 1494), base de la contabilidad moderna.
El instrumento bancario de mayor relevancia creado en esta época fueron los biglietti (billetes), emitidos por
primera vez por los banqueros genoveses de la Casa delle Compere di San Giorgio, documentos amparados
por depósitos, de carácter nominativo, endosables y que podían ser usados como medio de pago. Los
talones o cheques como hoy los conocemos fueron creados más tarde. En 1676 C. Hoare & Co. puso en
circulación una orden de traspaso de propiedad sobre los depósitos, muy utilizada por los comerciantes más
acaudalados y por la nobleza, pero al tratarse de una empresa en manos de un banquero particular, y no de
una institución de crédito con personalidad jurídica propia, es discutible a quién se le debe atribuir el mérito
de haber sido los primeros en ponerlos en circulación.
En 1088, en Bolonia, se fundó la primera universidad y a partir de entonces la educación
empezó a florecer fuera de los muros de iglesias y abadías. La guerra, las invasiones y las
conquistas asolaron Europa durante la larga existencia del Imperio Romano (27 a.C.–1453),
pero durante este tiempo también prosperó el comercio. El mercader veneciano Marco Polo
(1254–1324) viajó más allá de los confines del mundo conocido para interesarse por otras
culturas, pero también para abrir nuevas rutas de intercambio. Las Ocho Cruzadas (entre
1095 y 1291) solo produjeron una presencia occidental marginal en Tierra Santa, pero
conectaron el mundo cristiano y musulmán a través del comercio, y Genghis Khan (1162–
1227), al crear un imperio terrestre más grande que el Imperio Romano, sin proponérselo
también potenció el intercambio.
A lo largo de la Época Feudal (aproximadamente entre los siglos IX y XV) era muy difícil
separar las actividades económicas del círculo de la existencia humana. Había una
predestinación fatal, vinculada a la posición social donde cada uno había nacido: quienes
trabajaban la tierra estaban sometidos a las órdenes del Señor y este tenía derechos absolutos
sobre la existencia de sus vasallos (p.e. el derecho de pernada). En la mayor parte de la Edad
Media la propiedad fue concebida como una cantidad de riqueza tangible, una acumulación
de bienes inmuebles (p.e. tierras y castillos), pero con el tiempo la propiedad se convirtió
en capital, cuyo valor dependía de su capacidad para generar utilidades. Pero con el fin de la
Guerra de los Cien Años (1337–1453) la paz se afianzó y trajo consigo importantes cambios
sociales. Paulatinamente los artesanos ricos demandaron más derechos, como la potestad de
comprar títulos de propiedad a los terratenientes y heredar la riqueza amasada a los hijos. Las
ciudades crecieron en tamaño, población y actividad comercial, lo que generó más
prosperidad.
Entre los siglos XV y XVIII las transacciones comerciales desencadenaron un movimiento
de modernización nunca antes visto. El trabajo dejó de ser parte de una relación social
explícita, donde un hombre trabajaba para otro a cambio de asegurarse la subsistencia, y pasó
a ser una suma de esfuerzos, una mercancía destinada a ser vendida en el mercado por el
mejor precio al que se pudiera cotizar. La tierra, anteriormente entendida como el territorio
de un Gran Señor, comenzó a verse como un bien que podía ser comprado o arrendado: las
fincas, antes un centro de poder político, se convirtieron en una propiedad con un precio de
venta.
Todo este cúmulo de acontecimientos convirtió a las principales ciudades europeas en
vibrantes centros de comercio, conocimiento, tecnología y talento humano, y al hacerlo se
redujeron los costes de producción. Fue en este entorno donde surgió otra forma de poder
multiplicador, el sistema bancario, y gradualmente la población comprendió que si guardaban
los tesoros en casa su riqueza no crecería, y de hecho, podía perder valor, pero si se los
confiaban a un banquero y este lo prestaba a otros con un interés, al final el propietario
original también recibiría una ganancia. Descubrieron que el dinero se podía multiplicar:
mientras más operaciones hubiera, más ganancias habría para todos.
RECUADRO 3.2
EL LEGADO DE UNA FAMILIA DE BANQUEROS
En los siglos XIV y XV las actividades financieras prosperaron gracias al dinamismo del comercio. Había los
banchi di pegni, constituidos por pequeños prestamistas, y un peldaño más arriba los banchi in mercato,
situados en el área del mercado de las ciudades (p.e. en la Piazza Banchi de Génova y a lo largo del Rialto
en Venecia), cuya función era la de actuar como consejo de estandarización monetaria entre las monedas de
oro y plata de todas partes (tenían oficinas por toda Europa y entre ellas había una continua comunicación
para fijar el valor real de las monedas). En la cima de la jerarquía estaban los banchi grossi, literalmente los
Grandes Bancos, que movían el capital y extendían el crédito a través de las fronteras. Por medio de una red
de sucursales propias y de bancos corresponsales prestaban dinero a papas, reyes y nobles, en muchos
casos para financiar guerras. A finales del siglo XV Florencia se había convertido en la capital financiera y su
florín de oro (de 3,52 gramos de oro de 24 quilates y llamado así por la flor de lis emblema de la ciudad – el
oro de un florín equivalía a 10 días de salario de un trabajador no cualificado) era el estándar de referencia
para las monedas en el continente.
Hasta 1402 la Ciudad-Estado de Florencia estuvo en guerra con Milán (el coste ascendió a cerca de 2,5
millones de florines), luego se enfrentó a Pisa para asegurar el acceso al puerto y entre 1424 y 1434 luchó
contra la Serenissima Repubblica di Lucca. Todos estos conflictos la llevaron a acumular una deuda de 3
millones de florines, seis veces más que los ingresos captados vía impuestos. Para pagar las cuentas los
gobernantes crearon tributos de diverso tipo para los 65.000 habitantes (en 1428 cada florentino fue obligado
a pagar 180% de sus ingresos), pero no fue suficiente, y entonces acudieron a los bachi grossi de la familia
más poderosa, los Medici.
La primera vez que se tiene constancia del protagonismo de los Medici en la ciudad es en 1201, cuando
Chiarissimo di Giambono de Medici (1199–1260) fue admitido como miembro del consejo general de
Florencia (entonces tenía 2 años de edad), pero fue con Giovanni di Bicci de Medici (1360–1429) cuando
verdaderamente la familia cobró notoriedad por haberse convertido en la más rica y poderosa. Piero, nieto de
Giovanni, fue gobernante de la República, y este fue el padre de Lorenzo, quien gobernó la ciudad en su
etapa de mayor esplendor (tenía tanto poder que se las arregló para que su hijo Giovanni fuera nombrado
cardenal a la edad de 13 años – más tarde se convertiría en el papa León X).
En esta familia hubo grandes duques y cardenales, numerosos hijos ilegítimos y generaciones de grandes
mecenas de las artes. Cosme II nació en 1389, y hasta la muerte de su padre, en 1429, se limitó a ser
banquero, pero a partir de entonces ascendió a la esfera pública. Su rival político, Rinaldo degli Albizzi, en
1433 confabuló para que le arrestaran y lo sentenciaran a muerte, pero Cosme escapó y se refugió en
Venecia. En este tiempo Rinaldo hizo todo lo posible por arruinar a los Medici, pero no lo consiguió, y tras su
regreso a Florencia (10 años después) Cosme emprendió una guerra exitosa contra Milán, y una vez vencida
la convirtió en su aliada contra Venecia y Nápoles, lo que puso en valor sus habilidades como estratega.
En el siglo XV la Iglesia se mostraba renuente a aceptar el cobro de intereses por considerar que la usura era
pecado. Cosme, abrumado por saber que condenaría su alma, se dirigió al papa Eugenio IV y le preguntó
cómo podía expiar sus pecados. El pontífice le pidió que sufragara la reconstrucción del convento dominico
de San Marcos, en Florencia, y en contraprestación emitió una orden eclesiástica para que al morir su alma
se fuera al cielo. En los últimos años de su vida Cosme repartió cientos de miles de florines entre
monasterios, iglesias y bibliotecas, y al hacerlo nos dejó una herencia cultural magnífica. Así, Fray Angelico
pintó los frescos del convento de San Marcos que Cosme mandó restaurar, y tras su muerte en 1454 ahí lo
sepultaron. Pero su mayor legado fue la construcción del Palazzo Medici, incluidas las obras que lo visten,
creados por algunos de los mejores maestros del Renacimiento. Sus hijos y nietos seguirían financiando la
creación de obras de arte.
Cosme fue un gran banquero. Llegó a tener nueve sucursales, incluyendo las de Ginebra y Londres. Conocía
de negocios tan variados como el de los seguros marítimos, de cambio de divisas y el de la compraventa de
derechos para recabar impuestos, entre otros. Creó un imperio financiero, pero tres décadas después de su
muerte el banco había desaparecido. En 1455 la ciudad de Florencia le confirió el título de Pater Patriae.
Entre otras cosas, Cosme nombró a Galileo Galilei primer profesor de filosofía y matemáticas en la
Universidad de Pisa.
NOTA 3.1
EL MUNICIPIO, PRIMERA UNIDAD POLÍTICA Y TERRITORIAL
La primera unidad política-territorial es el municipio. Sus orígenes se remontan al municipium del Imperio
Romano y cuyas raíces etimológicas provienen de munis (carga) y civitas (ciudad), y unidas se refieren al
«trabajo de la ciudad». De manera independiente en otras civilizaciones existieron instituciones parecidas,
como el uji en Japón, la sippe en las sociedades primitivas germanas y el calpulli azteca, entre otros.
En tiempos del Imperio Romano el Senado decidía sobre los impuestos (algunos de los más importantes
eran el tributum excesum, el aes hordearium, el vectigal, el aduanas portuaria y el vigesima libertatis) y los
gastos, y en ambos casos la responsabilidad primera y última recaía en el municipium. Los cuerpos edilicios
eran los responsables de recopilar las leyes de competencia municipal y de vigilar (y juzgar) el buen gobierno
realizado por el edil (los visigodos fueron más allá al crear las Conventus publicus vicinorum, asambleas
públicas de vecinos, una especie de órgano regulador del poder territorial). Durante algún tiempo el sistema
funcionó, pero a medida que los ediles acumularon poder se cometieron abusos, hasta convertirse en
instituciones déspotas y corruptas.
En los inicios del siglo XIII aumentó la importancia del municipio como pilar de la unidad política y como
forma de gobierno territorial, pero para finales del mismo ya eran instituciones decadentes, lo que conllevó a
que durante el siglo XIV se produjera una marcada tendencia centralizadora en manos de los monarcas y la
nobleza.
La tierra es uno de los factores originarios de producción. Es un lugar adonde nos une un
especial arraigo porque ahí nacemos, vivimos y morimos, y también porque suministra los
alimentos. Algunas de sus cualidades son inagotables e indestructibles (sucede tanto por las
materias que contiene el suelo como por las fuerzas físicas, especialmente la energía solar,
que aprovechan los procesos químicos, como la fotosíntesis), y en segundo lugar, la tierra no
se puede incrementar, por lo cual su cantidad es limitada, y al no ser un bien móvil tiene que
ser explotada en el lugar donde se encuentra.
En lo referente a la explotación agrícola del suelo existen dos leyes fundamentales. La
Ley del mínimo, establecida por Justus von Liebig (1803–1873) en 1840, y la Ley del
rendimiento decreciente del suelo (desarrollada por varios economistas, entre los que
destacan Turgot, Malthus y Ricardo). La primera se refiere a que un organismo no es más
fuerte que el eslabón más débil de su cadena de requerimientos (p.e. el crecimiento de las
plantas no solo se verá limitado a la existencia de los nutrientes necesarios, como el dióxido
de carbono y el agua, generalmente abundantes, sino también a materias primas como el cinc,
que se precisan en mínimas cantidades pero que escasean en el suelo), y la segunda explica
cómo sucesivos incrementos de abono en parcelas iguales dan lugar a rendimientos
decrecientes de producto (en realidad no solo se trata del rendimiento decreciente del suelo,
sino de la disminución de la productividad marginal de los abonos como medios de
producción).
En cuanto a los recursos naturales, se pueden clasificar en recursos minerales no
energéticos, recursos minerales energéticos, recursos forestales e hidráulicos y recursos
pesqueros. Todos los recursos naturales presentan síntomas de agotamiento, por lo cual es
necesario desarrollar políticas orientadas a preservar su disponibilidad en el futuro.
RECUADRO 3.4
LA TIERRA Y LAS UVAS DE LA IRA
Las uvas de la ira es una novela de John Steinbeck publicada en 1939 y gracias a la cual recibió el Premio
Pulitzer un año después. Es una dramática historia ambientada en los peores momentos de la Gran
Depresión en Estados Unidos.
Las circunstancias provocadas por la falta de empleo orilló a la familia Joad (una más de los miles de
granjeros de Oklahoma y del medio oeste), estrechamente vinculada a la tierra desde hacía varias
generaciones, a pedir préstamos a los banqueros, y cuando no pudieron pagar las deudas perdieron sus
propiedades. Empobrecidos, no encontraron otra solución que emigrar a California. Con increíble maestría
Steinbeck describe las penurias de esta gente y lo que para ellos significó dejar atrás la vida que les unía a la
tierra.
Es difícil elegir un diálogo o pasaje concreto porque la novela es extraordinaria, pero obligados a decidir nos
quedamos con los párrafos siguientes:
«Tal vez podamos volver a empezar en la nueva tierra rica, en California. […] pero tú no puedes
empezar. Tú y yo somos la ira de un momento, mil imágenes. Somos esta tierra, esta tierra roja, y somos
los años de inundación, y los de polvo y los de sequía. No podemos empezar otra vez. Y cuando el
propietario nos dijo que nos fuéramos, eso somos nosotros, y cuando el tractor derribó la casa, eso
somos hasta que nos muramos. A California marcharemos con nuestra amargura. Y un día los ejércitos
de amargura desfilarán todos en la misma dirección. Caminarán juntos y de ellos emanará el terror de la
muerte.»
«¿Cómo será no saber qué tierra hay tras la puerta? ¿Cómo será despertar por la noche y saber que el
sauce no está allí? No, no puedes. El sauce eres tú. El dolor de ese colchón […], ese dolor espantoso
[…] eso eres tú.»
«Si necesita un millón de acres para sentirse rico es porque en su interior se encuentra muy pobre, y si
es pobre en sí mismo, no hay acres suficientes que le vayan a hacer sentirse rico […]».
Por el camino se encuentran con personas que han llegado a California pero que al no encontrar esperanzas
decidieron volver sobre sus pasos, y es cuando uno de ellos dice:
«Y los propietarios se van a agarrar a sus posesiones aunque tengan que matar hasta el último hombre
para conservarlas. Tienen miedo, y eso les pone furiosos. Ya lo verán. Ya lo oirán. Es la puñetera tierra
más hermosa que hayan visto, pero su gente no les tratará bien. Tienen tanto miedo y están tan
preocupados que ni siquiera se tratan bien entre ellos.»
En 1940 la novela fue convertida en película, dirigida por John Ford y protagonizada por Henry Fonda y
Jane Darwell. En ambos casos el final es distinto. Mientras que en la novela la familia no resiste más tantas
penurias y se rompe, en el film permanece unida y esperanzada cuando el gobierno decide montar unos
campamentos para ayudar a los más necesitados.
3.1.2. Trabajo
El 9 de marzo de 1776 fue publicado uno de los libros más importantes de la economía.
En Una investigación sobre la naturaleza y la causas de la riqueza de las naciones, Adam
Smith (1723–1790) categóricamente afirma que para prosperar hay que incrementar la
productividad, para lo cual hay que prestar atención a la división del trabajo. El ejemplo que
utiliza es el de una fábrica de alfileres, y dice: «[…] un obrero que no haya sido adiestrado en
esa clase de tarea y que no esté acostumbrado a manejar la maquinaria que se precisa, por
más que trabaje, apenas podría hacer un alfiler al día, y por descontado no podría producir
más de veinte». Smith da señas concretas de la productividad alcanzada, cuando afirma: «He
visitado una pequeña fábrica que no empleaba más de diez obreros y donde algunos eran
responsables de dos o tres operaciones […]», y más adelante continúa: «[…] cuando se
esforzaban entre todos podían hacer unas doce libras de alfileres al día, más de 4.000 alfileres
de tamaño mediano. En conjunto, los obreros producían más de 48.000 alfileres diariamente,
los cuales, divididos entre los diez correspondería a 4.800 por cada uno. Pero si cada obrero
hubiera trabajado separadamente y no tuviera una cualificación específica, seguramente no
hubiera podido fabricar veinte […]». La división del trabajo es un planteamiento de plena
vigencia, sea para fabricar alfileres, ordenadores, aviones o construir casas, porque en cada
parte del proceso se requiere del conocimiento de unas habilidades concretas.
NOTA 3.2
CÓDIGO ABIERTO Y EL FACTOR TRABAJO
En una investigación («Neoliberalism: Oversold?», publicado en Finance & Development), los economistas
del Fondo Monetario Internacional, Jonathan D. Ostry, Prakash Loungani y Davide Furceri, señalaron que
la irrupción de China en la economía mundial ha impactado en el mercado de trabajo en dos sentidos: i) al
haberse convertido en la fábrica del mundo se ha producido la deslocalización de empresas a gran escala, y
ii) la incorporación de más factor capital a las manufacturas ha impactado negativamente en el factor trabajo,
lo que se ha traducido en desempleo estructural. Bajo esta perspectiva, las cosas podrían ir a peor.
En los últimos años el coste de la mano de obra en el gigante asiático se ha encarecido [entre 2008 y 2016
se encareció un 20% anualmente – en la ciudad de Shenzhen, por ejemplo, el sueldo mínimo pasó de 850
yuanes (103 euros) en 2008 a 1.600 yuanes (195 euros) en 2013], a las empresas les han subido los
impuestos y los gastos sociales y ahora hay controles medioambientales más estrictos. Por el contrario, en
Vietnam los salarios son en torno a la mitad de los chinos, y en Bangladesh, entre un 30% y un 40%.
Visto este escenario, ¿en los países occidentales el factor trabajo está condenado a una espiral de
destrucción de puestos y deterioro de las condiciones laborales? En el caso de los trabajos de menor
cualificación probablemente sí, pero en los que demandan conocimientos más especializados no tiene por
qué ocurrir igual.
En Estados Unidos la empresa Tesla trabaja en código abierto, lo que significa que cualquier ingeniero
puede hacer mejoras a los avances tecnológicos. En el antiguo paradigma cualquier conocimiento que sirva
para diferenciarnos del resto es una ventaja (esta es la manera de trabajar de empresas tan modernas como
Apple), y por ello es muy difícil que estén dispuestas a abrir sus puertas, pero el nuevo paradigma lo puede
cambiar todo. Como es natural, hay riesgos (como la destrucción de aún más puestos de trabajo), pero a
cambio también puede abrir nuevas oportunidades.
RECUADRO 3.5
500 AÑOS DE REFORMAS LABORALES EN ESPAÑA
La historia de las reformas laborales en España se alarga en el tiempo. En 1511 con inmensa valentía el
fraile Antón de Montesinos (1475–1545), afincado en Santo Domingo, envió una carta al rey Fernando II de
Aragón, el Católico (por entonces ya había enviudado de doña Isabel), donde relataba los abusos y
explotación inmisericorde de la que eran objeto los nativos de las islas a manos de los españoles. Antes de
haber dado ese paso, por diversos medios había tratado de cambiar las cosas, primero con dialogo, pero
cuando fue inútil también recurrió a la amenaza de negar los sacramentos a los autores de tan ruin proceder.
Los esfuerzos de fray Antón de Montesinos no fueron estériles. El 27 de diciembre de 1512 el rey,
aconsejado por Matías de Paz y Juan López de Palacios Rubios, dos ilustres juristas de la época, promulgó
las Leyes de Burgos, donde se reconocía un catálogo de derechos a favor de los indios. Los preceptos ahí
señalados quedaron recogidos en la bula Sublimis Deus emitida por el papa Pablo III el 2 de junio de 1537,
la cual deslegitimaba y proscribía toda forma de esclavitud contra los nativos del Nuevo Mundo.
Era uso común que los españoles hicieran trabajar a los indios hasta la extenuación, pero con la entrada en
vigor de las Leyes de Burgos se consagraron derechos como: i) la jornada laboral sería de catorce horas
(hay registros donde a los indios se les hacía trabajar hasta dieciocho horas); ii) el domingo sería día de
descanso obligatorio; iii) el pago de un salario justo; iv) prohibición expresa para emplear mujeres
embarazadas con más de cuatro meses de gestación y menores de catorce años (en las minas se solía
emplear niños pequeños para que se colaran entre los recovecos más estrechos); v) la obligación de los
patrones a dar un techo a las personas a su servicio y cerca del lugar de trabajo, así como prestar atención
médica a sus trabajadores, y vi) el reconocimiento del derecho a los indios a ser evangelizados (aunque en
realidad no tenían oportunidad de negarse). Las Leyes de Burgos serían ratificadas por el rey Carlos II en
1670 y fueron incluidas en la Recopilación de Leyes de las Indias, en 1680.
Cuando las colonias alcanzaron su independencia en las primeras décadas del siglo XIX, estas disposiciones
fueron asimiladas en las nuevas legislaciones. En los primeros años de existencia del México independiente,
Miguel Hidalgo y Costilla hizo algunos añadidos sobre la prohibición de la esclavitud y José María Morelos
y Pavón sobre la dignificación del salario (en sus propias palabras, «[…] moderen la opulencia y la
indigencia, y de tal suerte se aumente el jornal del pobre […]», artículo 12 de Sentimientos de la Nación, 14
de septiembre de 1813).
Hoy en día estas disposiciones nos parecen abrumadoramente insuficientes, pero para la sociedad de hace
500 años fueron increíblemente progresistas, lo que sin duda permite constatar los avances alcanzados en
materia de protección de los derechos laborales.
* * *
En los últimos sesenta años la política en materia de empleo en España ha tenido distintos momentos.
Algunos de los datos más relevantes son los siguientes:
• En tiempos de la dictadura franquista el trabajador era muy apreciado, por lo cual el despido estaba
restringido y los salarios eran determinados por el gobierno, no por las empresas, si bien se caracterizaban
por ser en promedio bastante bajos.
• En 1958 se creó el primer sistema de negociación colectiva y en 1961 se crearon las primeras
prestaciones por desempleo; por cierto, muy modestas.
• Entre 1960 y 1972 la tasa de desempleo osciló entre el 2,5% y el 3%, y alcanzó su máximo en 1975, con el
4%.
• En los albores de la democracia los salarios se empezaron a adaptar a las oscilaciones del IPC, pero a
partir de 1978 el desempleo subió hasta el 7%.
• En 1980, con un desempleo del 13%, se aprobó el Estatuto de los Trabajadores, fundamentalmente
sustentado en la legislación franquista y a bastante distancia del resto de sistemas europeos.
• Entre 1981 y 1984 el desempleo alcanzó el 15%, en 1987 el 16%, y en 1992, año glorioso para España,
bajó al 15%, pero durante la crisis de 1993 a 1996 de nuevo subió hasta el 22%, en ese momento la cifra
récord.
• Los años posteriores fueron los de la burbuja inmobiliaria, de tal forma que entre 2005 y 2008 bajó hasta el
8%, a pesar de que la población en edad laboral aumentó en casi cinco millones y llegó mano de obra
inmigrante (en 2012, la población trabajadora extracomunitaria alcanzaba el 14,9%, mientras que la
comunitaria era del 10% del total – entre 1999 y 2008 llegaron a España 3,5 millones de inmigrantes).
• Tras el estallido de la burbuja el desempleo se disparó, de manera que en 2013 la tasa griega fue la más
alta (27,5%) y seguida de la española (26,1%), ambas muy lejos de la media de la Eurozona (del 12%).
Entre 1980 y 2014 hubo 52 reformas laborales. Las dos más recientes posiblemente están entre las de
mayor impacto. Así, el Real Decreto Ley 3/2012 de 10 de febrero y la Ley 3/2012 de 3 de julio se centraron
en alcanzar una mayor flexibilidad salarial y mayores facilidades para el despido, si bien se mantuvo intacta
la estructura de la negociación colectiva (es decir, no se sustituyeron los convenios provinciales por los
nacionales y tampoco se liquidó la dualidad contractual).
Dos de los principales problemas del sistema laboral aún vigentes son: i) existe una enorme brecha entre los
trabajadores con contratos indefinidos (generalmente mayores de cuarenta años) y aquellos con contratos
temporales (mayoritariamente jóvenes); mientras que los primeros tenían costes por despido de 45 días por
año trabajado, los segundos, entre 0 y 12 días (a partir del tercer año), y ii) mientras que los de mayor
antigüedad estaban protegidos por los sindicatos, los más jóvenes prácticamente estaban desprotegidos. En
2015 la tasa de trabajadores con contratos temporales duplicó a la de países como Alemania, Francia, Italia y
Reino Unido. Si nos preguntamos por qué, la respuesta es obvia, porque el despido de los trabajadores
temporales era mucho más barato y poco importaba que tuvieran mejores conocimientos o fueran más
productivos.
Veremos si en cuanto la economía alcance su óptimo nivel trae consigo la estabilidad laboral, pero por ahora
lo cierto es que en los próximos años una importante cantidad de trabajadores con contrato indefinido se
jubilarán.
* * *
Para terminar, hagamos una actividad lúdica. Entrevista de trabajo, reforma laboral y reforma educativa,
es un vídeo en clave de humor que merece la pena verlo. Está disponible en YouTube.
3.1.3. Capital
El capital está constituido por bienes monetarios y no monetarios, como inmuebles,
maquinaria y materias primas, todos ellos destinados a la producción de bienes de consumo.
Una clasificación distingue entre capital fijo y capital circulante. El capital fijo incluye
medios de producción duraderos, como la tierra y los inmuebles, mientras que el capital
circulante se refiere a las materias primas, la energía y los recursos monetarios necesarios
para pagar los salarios y los pasivos de las empresas. Asimismo, el capital circulante está
constituido por aquellos activos que fácilmente se pueden convertir en efectivo, como las
mercancías en stock, las acciones y los bonos, mientras que el capital fijo son aquellos
activos que no fácilmente se pueden convertir en efectivo, como los edificios. Otra
clasificación distingue el capital productivo del capital financiero. La maquinaria, las
materias primas y otros bienes físicos son el capital productivo. Los pasivos de la empresa,
como títulos, valores y cantidades a recibir, son el capital financiero. Por tanto, la liquidación
del capital productivo reduce la capacidad productiva de la empresa, pero la liquidación del
capital financiero únicamente impacta en la distribución de los ingresos.
RECUADRO 3.6
EL CAPITAL EN LA ESPAÑA DE FELIPE II
El 12 de octubre de 1492 Cristóbal Colón llegó a tierras americanas en el momento apropiado. Al otro lado
del Atlántico había un Viejo Mundo maduro, con una creciente demanda de bienes y dotado con los medios
económicos, tecnológicos y humanos para satisfacerla. Para que España reclamase las riquezas de las
Américas solo tenía que derrotar a los pueblos indígenas, mal equipados para enfrentarse a la pólvora, el
acero de las espadas y armaduras, la viruela, pero sobre todo a la infinita codicia de los conquistadores.
Los Reyes Católicos, Fernando e Isabel, tuvieron puestas sus esperanzas en el oro y la plata. Seis décadas
más tarde, ya bajo el reinado de Felipe II, gracias al comercio y la política del Quinto Real, la Corona y la
economía españolas se habían convertido en las más ricas de Europa. Esta política consistía en que una
quinta parte del oro y la plata extraídos en las minas de los virreinatos de la Nueva España, del Perú, Nueva
Granada y del Río de la Plata, pero sobre todo del Cerro Rico de Potosí, conquistada tan brutalmente, iba
directo a las arcas de la Corona. Fue así como los ingresos quintuplicaron la riqueza de los Austrias. Felipe II
nació en Valladolid en 1527. Cuando en 1556 fue coronado reinaba sobre España, el Nuevo Mundo, los
Países Bajos y la mitad sur de Italia, y más adelante también se añadirían colonias en África, Indonesia y las
Filipinas (llamadas así en su honor – Cebú, primer asentamiento español, data de 1565).
El reinado de Felipe II fue uno de los más grandes y ricos de la historia, y sin embargo, cuando falleció (en
1598), cuarenta y dos años después de haber sido coronado, la economía estaba desquiciada y España
había dejado de ser el centro del mundo. Su obsesión por preservar el viejo orden político lo llevó a gastar
ingentes cantidades de oro y plata en una sucesión de guerras inútiles. Carlos V, padre de Felipe II, también
entabló varias guerras con el argumento de defender al catolicismo de los paganos, herejes, judíos,
musulmanes y protestantes. Fue un custodio fiel del legado del Concilio de Constanza (1414–1418), incluso
a costa del sacrificio de quienes reinaba. Sobre sus espaldas llevaba el peso de un imperio, demasiado para
ser soportado por un hombre atormentado, consciente de sus pocas fuerzas para enfrentar el papel que la
historia le había encomendado y también por padecer el infinito dolor provocado por la gota.
En 1503 su bisabuelo, Fernando, había creado la Real Casa de la Contratación de Indias. Felipe II decidió
que todo el comercio debía fluir a través de esta, situada en Sevilla pero administrada por funcionarios
castellanos de la mayor confianza. Inicialmente Sevilla floreció, pero como en todos los casos en los que
prevalecen los monopolios, a la postre todo resultó en un desastre. Así, a esta ciudad llegaban por millares
las solicitudes de bienes manufacturados demandados por las colonias, y de ahí eran enviadas a las oficinas
de Castilla, pero esta región apenas estaba poblada y tenía unas cuantas fábricas, de modo que para
satisfacerlas la Real Casa importaba los bienes de otras partes de España y mayoritariamente de Francia
(paradójicamente, la más beneficiada de los tesoros españoles). Muy pronto la abundancia de oro y plata que
llegaba desde las colonias propició una inflación incontrolable: en un momento dado la Real Casa pagaba
con un dinero que de un día al siguiente perdía la mitad de su valor.
Felipe II no tenía un poder absoluto porque España no era un reino en sentido clásico, era más bien una
asociación de estados o provincias que compartían un rey común, al que le juraban fidelidad y el pago de
tributos, pero la lealtad dependía de la efectividad con la que la Corona ejercía su influencia real. La Europa
de Felipe II es la misma de la Escuela de Salamanca (de Martín de Azpilcueta, Diego de Covarrubias, Juan
de Mariana, Domingo de Soto y Francisco de Vitoria, entre otros), de escritores extraordinarios y fecundos
como Miguel de Cervantes, William Shakespeare, Lope de Vega, Luis de Góngora y Juan Ruiz de Alarcón,
de artistas incomparables como Michelangelo Buonarroti, y de científicos, como Nicolás Copérnico, Galileo
Galilei y Johannes Kepler. Una Europa de grandes cambios en las artes, las ciencias y la tecnología, y donde
el protestantismo quebrantó la hegemonía católica.
Fruto del empeño y los denodados esfuerzos realizados por Guillermo de Orange, en los países del norte de
Europa se conoció a Felipe II como un hombre incestuoso, practicante de la sodomía y asesino de su propio
hijo Don Carlos. Una muestra de ello es la obra Dom Karlos, Infant von Spanien, de Friedrich Schiller, en
donde el padre asesina al hijo (y que más tarde inspiraría a Giuseppe Verdi para escribir la música de la
ópera Don Carlos – el libreto es de François Joseph Méry y Camille du Locle). En España ocurre lo contrario.
Al primogénito Carlos se le recuerda mal por haber confabulado contra los intereses del reino y confraternizar
con los secesionistas flamencos. Este monarca gobernaba un vasto reino sentado frente a su escritorio,
respondiendo peticiones y memorandos el mismo día en que los recibía. Era un burócrata eficiente cuando lo
que se precisaba era un líder con una visión global. Nada afecto a hablar, prefería el sosiego de la escritura,
y su color, el riguroso negro. Era siniestro y devoto consumado de la Inquisición y sus métodos empleados.
Gracias a su apoyo incondicional, la Inquisición se afanó en cumplir sus dos objetivos principales: i) expulsar
de España a judíos y musulmanes, y ii) con la promulgación del Index Librorum Prohibitum en 1558 la libró
de miles de libros prohibidos. En ambos casos los efectos no se hicieron esperar: muchos españoles cultos
emigraron a Ámsterdam y Londres, y España pagaría un alto precio por ello. La Real Casa le dio a España la
eficiencia comercial del Kremlin durante la era soviética, mientras que la Inquisición, el terror psicológico de
la Stasi.
En el siglo XVI España era la nación más rica y poderosa y la centinela de las principales rutas marítimas,
pero con justicia hay que reconocer que Felipe II se enfrentó a problemas de difícil solución, como las
conflictivas relaciones con los protestantes de los Países Bajos y la creciente hostilidad con Inglaterra. Así,
en 1570 el papa Pío V declaró hereje a Isabel y al mismo tiempo convirtió a Felipe II en la lanza de la Iglesia
contra los anglicanos. En represalia, Isabel mandó ejecutar a María Estuardo, posible heredera si ella moría y
artífice del restablecimiento del catolicismo en las islas británicas.
Como ferviente católico, la decisión de Felipe II de invadir Inglaterra obedeció a razones personales, pero
también de tipo económico. En primer lugar, por los estragos acometidos por el corsario Francis Drake en
Santo Domingo, principal puerto español en América, y por los continuos saqueos en Cartagena, Panamá,
Honduras, La Habana y la costa de Florida, pero también porque España estaba al borde de la quiebra y la
recompensa prometida por el papa Sixto V cuando los ingleses volvieran al catolicismo era su salvación.
El 15 de mayo de 1586 llegó a Londres un informe donde se relataba que España estaba al borde del
colapso, lo que daba verosimilitud a la invasión. El 22 de julio de 1588 salieron de puerto los 127 barcos de la
Armada Invencible. Dos semanas más tarde, presa de la pésima gestión de los recursos (p.e. muchos
barcos iban cargados con balas de distinto calibre al de los cañones), las prisas, la descoordinación entre el
cuerpo de oficiales, el mal tiempo, la mala suerte y la eficacia del enemigo, 51 barcos españoles se habían
hundido, llevándose consigo la vida de cientos de marineros y soldados, mientras que Inglaterra no perdió un
solo barco y apenas un centenar de hombres. Cuando Felipe II (apodado como El Heredero del Mundo o
Príncipe de las Españas) murió, el 13 de septiembre de 1598, a los 71 años, España era otra. Durante su
reinado había perdido el lustre de tiempos pasados.
Tiziano pintó a Carlos V montado a caballo. Es la viva imagen de la gallardía. Se le ve como el digno
defensor del catolicismo, guiando a los tercios en Flandes contra los luteranos o en Lepanto contra los
turcos. Tiziano también retrató a Felipe II, pero a diferencia de su padre lo situó en un despacho, apoyando
suavemente la mano sobre una mesa es la viva imagen de un burócrata de la época. Carlos era políglota,
Felipe solo hablaba castellano. Uno era hombre de mundo; el otro, confinado a los intramuros de sus
oficinas. Pero la distancia del tiempo nos da templanza, de manera que hay que ser justos: Felipe II realizó
encargos maravillosos a Pieter Bruegel (el viejo), el Bosco y el Greco, cuadros que hoy podemos disfrutar en
El Prado, y también nos legó El Escorial (¡que no es poco!), con sus frescos, bibliotecas, colecciones de
armaduras y reliquias de santos (10 cadáveres completos, 144 cráneos y 306 brazos y piernas, cabellos de
Cristo y de la Virgen, y pedazos de la cruz y de la corona de espinas –suponiendo que sean los auténticos).
Todo este legado costó una cantidad considerable de dinero, pero es innegable que su valor es de una
riqueza cultural incalculable y solo por eso nos debemos sentir agradecidos.
Para los economistas de la Escuela Clásica el capital es el conjunto de valores creados
mediante el trabajo. Los bienes de capital contribuyen a incrementar la productividad del
trabajo, lo que genera plusvalía, razón por la cual esta se refiere al interés/beneficio que se
paga/recibe por el capital. Karl Marx añadió que solo se pueden considerar bienes de capital
aquellos que permiten obtener ingresos, independientemente del trabajo realizado por su
dueño. Para él y sus seguidores, el capital cobra la mayor importancia cuando se concentra en
muy pocas manos, mientras que la amplia masa de trabajadores es explotada y recibe bajas
remuneraciones.
El ilustre liberal del siglo XIX John Stuart Mill (1806–1873) propuso su Teoría
psicológica del capital o de la abstinencia, donde la satisfacción (es decir, el consumo en el
momento presente) psicológicamente es preferible a la satisfacción futura. De hecho, cuando
las personas están dispuestas a renunciar al consumo y disfrute presentes, sus decisiones
pueden impactar en la capacidad para producir más bienes de consumo, medios de
producción o bienes de capital, todo lo cual favorece la capacidad productiva de un país. Más
tarde esta idea fue completada por otros economistas, como Eugen von Böhm-Bawerk
(1851–1914, brillante exponente de la Escuela Austriaca) y por Alfred Marshall (1842–
1924, uno de los pilares de la Escuela Marginalista), quienes confirmaron que la teoría de la
abstinencia era acertada porque la expectativa de rendimientos futuros era lo suficientemente
atractiva para hacer que los individuos se privaran del consumo presente si a cambio podían
aspirar a mayores beneficios el día de mañana, pero además añadieron que la cuantía de los
rendimientos depende de la productividad resultante del aumento del capital utilizado en el
proceso productivo, con lo cual el incremento de capital permite alargar el proceso de
producción, lo que a su vez dilata el tiempo para así obtener mayores ganancias.
Estas poderosas ideas llevaron a Irving Fisher (1867–1947) a crear su Teoría ecléctica
del capital, donde la cantidad de dinero que se ahorra (es decir, la cantidad de capital creado)
depende del frágil equilibrio entre el deseo de una satisfacción inmediata (como resultado del
consumo presente) y el deseo de obtener ganancias en el futuro (resultado de un proceso de
producción más largo). Sin embargo, hubo otros economistas que vieron las cosas de distinta
manera, entre los que destaca John Maynard Keynes (1883–1946), uno de los más
influyentes economistas del siglo XX. Para Keynes, la teoría de Fisher no revelaba las
diferencias entre el capital creado y el dinero que se ahorra. En las teorías anteriores sobre el
capital el ahorro siempre tenía que ser igual a la inversión, pero Keynes demostró que la
decisión de invertir en bienes de capital no necesariamente está relacionada con la decisión
de ahorrar, lo que explica, por ejemplo, que si las inversiones no son rentables, los individuos
preferirán conservar su dinero en lugar de invertirlo, a lo que denominó como preferencia
por la liquidez (o trampa de liquidez) y vaticinó sus efectos perniciosos. Así, cuando los
poseedores del capital deciden no invertir, ello provoca un desempleo del capital, lo que
redundará en el desempleo de los trabajadores.
RECUADRO 3.7
PROTEGER AL DINERO, DEL PUEBLO O AL PUEBLO, DEL DINERO
En muchas ocasiones los argumentos económicos son retorcidos al extremo para justificar cuestiones que
carecen de sentido. Veamos dos supuestos y sus respectivos ejemplos.
Nota:
La mayoría de los conflictos se resuelven en los tribunales ordinarios, aunque las partes también pueden
optar por sistemas de arbitraje privados, muy utilizados tanto entre particulares, entre particulares y
gobiernos como entre Estados. Por ejemplo, si el inversor de un país A (país de origen) invierte en una obra
de infraestructura en el país B (país de destino) y el segundo viola la normativa internacional o el contrato
firmado, el primero puede someter el asunto a un tribunal arbitral, conformado por tres árbitros (uno elegido
por A, el segundo elegido por B y el tercero nombrado por ambos). Las deliberaciones se hacen a puerta
cerrada y al final emiten un laudo de cumplimiento obligatorio para las partes.
Existen varios tribunales arbitrales en todo el mundo, la mayoría de los cuales se rige por las reglas del
Centro Internacional de Arbitraje de Diferencias relativas a Inversiones, del Grupo del Banco Mundial
(CIADI, por sus siglas en inglés), tales como el Tribunal de Londres de Arbitraje Internacional («London Court
of International Arbitration»), la Cámara de Comercio Internacional («International Chamber of Commerce»),
el Centro de Arbitraje Internacional de Hong Kong («Hong Kong International Arbitration Centre»), el
Reglamento de Arbitraje de la Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional
(CNUDMI, por sus siglas en inglés) o el Arbitraje de Diferencias Inversor-Estado (ISDS, por sus siglas en
inglés).
El ISDS es una herramienta de extrema utilidad porque gracias a este los inversores que arriesgan su dinero
tienen un árbitro que se presume justo y neutral, y los receptores (en especial, los países en desarrollo)
pueden promover licitaciones y concursos públicos internacionales para la construcción de infraestructuras,
como carreteras y puertos. Pero el ISDS también tiene su lado oscuro, para empezar, porque no es posible
conocer el número total de casos donde ha intervenido ni sus resoluciones.
En múltiples ocasiones se ha señalado al ISDS por estar al servicio de los más poderosos. De hecho, hay
constancia de casos en los que el ISDS ha ejercido tal presión que Estados de países pobres han cambiado
leyes para favorecer a empresas multinacionales, e incluso que gracias a su intervención se han librado de la
cárcel directivos condenados. Un ejemplo verdaderamente llamativo fue el caso de un consorcio
internacional que había sido condenado por un tribunal de El Salvador por envenenar con plomo toda una
comarca, pero este, disconforme, amenazó al gobierno con severas represalias si no aceptaba someterse al
arbitraje del ISDS. El resultado fue un laudo a favor del consorcio y al final el gobierno salvadoreño tuvo que
indemnizar a las empresas y asumir las costas del proceso, y en conclusión no se destinaron recursos para
la rehabilitación de la región.
3.2.1. Conocimiento
El aprovechamiento del conocimiento se hace presente en la introducción de mejoras
técnicas de producción, en la mejor utilización de los recursos disponibles o en la aparición
de productos y servicios nuevos y/o sustancialmente mejorados. En 1962 Kenneth J. Arrow
(1921-…) publicó un artículo («The Economic Implications of Learning by Doing») donde
afirmaba que el aprendizaje adquirido por los trabajadores en su rutina diaria impactaba
positivamente en la productividad. La mayor trascendencia de este paper estriba en el
reconocimiento de las externalidades en la producción que se derivan del proceso de
aprendizaje y en su transformación en conglomerados de conocimiento (knowledge
spillovers), donde cada acto de inversión física no solo genera una nueva maquinaria, sino
también conocimiento nuevo.
Efectivamente, los avances tecnológicos y científicos se suceden a una velocidad de
vértigo. Su impacto no se limita a mejorar los productos y servicios existentes. En realidad, el
proceso innovador también tiene aspectos disruptivos, lo que ha terminado por cambiar las
reglas de juego en el ámbito de la robotización a gran escala, el Big Data, los teléfonos
inteligentes, las fintech, el internet de las cosas, la secuenciación del genoma humano, el
Bitcoin, las energías verdes, las plataformas digitales de intercambio entre particulares… En
menos de una década, el mundo ha presenciado una cascada de novedades tal que ha
conllevado a una transformación radical de muchos sectores industriales y la entrada de
nuevos competidores. Este proceso ha tenido lugar a través de una serie de acciones
relacionadas, tales como:
• Empresas que generan capital nuevo aprenden al mismo tiempo que producen.
• Empresas que realizan la inversión necesaria para adquirir nueva tecnología y
aprenden a usarla.
• Empresas que no han invertido en el desarrollo de las innovaciones aprenden de la
experiencia de otros.
• Todo el conocimiento nuevo se convierte en un input para la producción de la
economía en su totalidad.
Desde el punto de vista macroeconómico el conocimiento también cobra una inmensa
relevancia. Hasta mediados de la década de los ochenta la teoría económica explicaba los
determinantes del crecimiento económico a partir de los cambios experimentados en el
capital y el trabajo, pero a partir de dos trabajos de Paul Romer («Increasing Returns and
Long-Run Growth», de 1986, y «Endogenous Technological Change», de 1990) se concedió
mayor importancia al rol que desempeña el conocimiento en la dinámica del crecimiento.
Ambos tuvieron una repercusión tan notable que en adelante la teoría revalorizaría el
impacto que provoca el conocimiento (tanto en la función de producción como en las
capacidades tecnológicas) sobre el incremento de la renta.
La concatenación de aprendizajes reside en el tipo de rendimientos que se generan porque
al mismo tiempo que se refuerza la efectividad general de los inputs físicos empleados en la
producción, el acervo acumulado de capital (stock) continúa aumentando, lo que conduce a la
obtención de rendimientos crecientes a escala agregada. Así, una economía basada en el
conocimiento es aquella donde el conocimiento (codificado y tácito) es creado, adquirido,
transmitido y utilizado más efectivamente por individuos, empresas e instituciones (públicas
y privadas) para el desarrollo socioeconómico. Por ello, la transmisión de conocimiento es un
proceso fundamentalmente social, donde la participación de distintos agentes económicos
con diferentes habilidades, aptitudes, valores y capacidades productivas e intelectuales hace
posible la consecución de objetivos colectivos.
NOTA 3.3
CONOCIMIENTO CODIFICADO Y TÁCITO
El conocimiento codificado se expresa de manera formal, explícita y uniforme, por lo cual, con relativa
facilidad se puede traducir en publicaciones científicas, libros y en el registro de patentes. El conocimiento
tácito no está expresado en códigos. Se genera por la experiencia, la observación y las rutinas, y se
transfiere por el movimiento de personas (p.e. de un país a otro, de una empresa a otra o mediante redes de
colaboración). Es el tipo de conocimiento (learning by doing) al que el profesor Kenneth J. Arrow se refirió en
1962.
NOTA 3.4
PLAYBOY, MARSHALL Mc LUHAN Y LA FORMACIÓN DE LA «ALDEA
GLOBAL»
Cuando José Ortega y Gasset publicó La rebelión de las masas (en 1932) el único medio de masas era la
radio, aunque estaba en sus albores y en absoluto era un instrumento alienador porque su alcance aún era
limitado. El filósofo advierte del riesgo de que las masas (y en general la cultura popular) gradualmente vayan
ganando terreno y al final se terminen por imponer (probablemente todo empezó a cambiar con La Guerra de
los Mundos – veáse la nota 1.4).
Otros intelectuales también se interesaron en estas cuestiones. En 1964 Umberto Eco publicó su libro
Apocalípticos e integrados, donde reflexiona sobre el medio tecnológico de masas dominante en ese
momento, la televisión. En el libro reconoce dos grupos claramente diferenciados y enfrentados: «los
apocalípticos», partidarios de la creencia de que la tecnología llevaría a conflictos sociales, y «los
integrados», quienes pensaban lo contrario, que la tecnología nos ayudaría a vivir mejor. Eco se muestra
muy crítico cuando el medio es utilizado para uniformizar y alienar a la gente (otro filósofo que también habló
sobre ello fue Herbert Marcuse, en su libro El hombre dimensional, de 1964).
En el número de marzo de 1969 la revista Playboy publicó una entrevista con Marshall McLuhan (en
YouTube se puede ver una reseña titulada Marshall McLuhan Playboy Interview, así como otra entrevista
anterior, titulada Marshall McLuhan Interview 1967), uno de los más reconocidos filósofos de mediados del
siglo XX especializado en la influencia que ejercen los medios de comunicación sobre nuestras vidas. Murió
el 31 de diciembre de 1980, por lo cual no pudo ver cómo internet lo cambiaría todo, desde la manera
como nos relacionamos hasta los modos de producción.
Fue un visionario, pero también era bastante crítico. Decía que no éramos conscientes de cómo la tecnología
se había convertido en una prolongación de nuestro sistema nervioso y cómo altera la manera en que se
perciben las cosas y se minimizan los riesgos asociados a su uso. Fue el primero en señalar que la
tecnología genera adicciones, dependencias peligrosas. En 1969 McLuhan afirmó que los medios de
comunicación servían para despertar sentimientos de tribu (y eso que no conoció las redes sociales) porque
la voz hablada de la radio y la televisión es más emotiva que la letra impresa. Pero a pesar de ser bastante
crítico con lo que denominó como la Aldea Global, también reconoció que las máquinas nos ayudarían a
vivir mejor.
NOTA 3.5
CONOCIMIENTO E INFORMACIÓN FLUYEN DE MANERA ASIMÉTRICA
La mayoría de los mercados padecen problemas de información asimétrica. Así, los prestamistas y
aseguradores saben menos que los prestatarios y los asegurados sobre su capacidad de pago. En todos los
casos los riesgos que asumen los primeros influyen en los costes de la transacción porque siempre existe
la incertidumbre de incurrir en costes mayores.
Dado que cualquier producto financiero en última instancia es un préstamo, los mercados están sujetos a
problemas de información asimétrica que potencialmente pueden generar situaciones de riesgo moral,
selección adversa y equilibrios múltiples: i) el riesgo moral ocurre cuando unos toman riesgos excesivos
que otros terminan pagando (p.e. cuando el prestatario acumula una deuda inasumible, apostando a que el
prestamista tendrá que hacerle una quita o mejorar las condiciones de pago, y a su vez, el prestamista
apuesta a que será ayudado por el gobierno si corre el riesgo de quebrar); ii) la selección adversa ocurre
cuando, tras una fuerte subida de los tipos de interés el prestamista deja de dar créditos por considerar que
solo los prestatarios con mayor riesgo de impago estarán dispuestos a aceptar préstamos caros, y iii) los
equilibrios múltiples ocurren cuando los precios de los activos financieros están determinados por las
expectativas de su valor futuro, pero al mismo tiempo las condiciones presentes son determinantes, y así, las
expectativas de los mercados pueden terminar desencadenando situaciones de crisis.
En 1957 Robert M. Solow advertía (en su artículo «Technical Change and the Aggregate
Production Function») que la economía se disponía a entrar en una nueva revolución
industrial, caracterizada por la preeminencia de la informática y las comunicaciones a
distancia (si bien se lamentaba de que los ordenadores estaban presentes en todas partes,
salvo en las estadísticas de la productividad, a lo que se conoció como «la paradoja de
Solow»). A partir de mediados de la década de los noventa tuvo lugar una auténtica
Revolución Industrial, seguramente tan formidable como las anteriores. Con la irrupción de
las Tecnologías de la Información y el Conocimiento (TIC) se produjeron importantes
cambios en el rendimiento absoluto y relativo de la productividad, de los sectores
productivos en general y de las empresas en particular, pero aún más importante fue la
irrupción de la tecnología en nuestros hábitos y costumbres, adentrándose hasta lo más
íntimo de nuestras vidas.
En sentido amplio, la economía de la información y el conocimiento se refiere a los
aspectos económicos que se han visto impactados (positiva y/o negativamente) por la
tecnología (no solo de orden informático) y por el intercambio de información y
conocimiento, tanto tácito como codificado. Gracias a las infinitas posibilidades que ofrece la
difusión del conocimiento a través de internet, es acertado hablar de una Nueva Economía
(aunque los acontecimientos se producen a tal velocidad que en breve dejará de ser
novedoso) donde los cambios que se producen en esta red de redes transforman el sistema
social, cultural y económico. Nuevo se refiere a una nueva manera de enfrentar nuevos
hechos, o hechos conocidos pero situados en nuevos escenarios.
NOTA 3.6
LA AGOTADORA VIDA DE UN ALGORITMO
«Me levanto por la mañana y voy a trabajar. Antes paso por la cafetería, donde una máquina me sirve el café
con leche y la prensa que le solicito. Me subo en el autobús sin conductor que acaba de repostar en una
gasolinera de autoservicio y, tras pasar por el peaje de la autopista sin personal de cabina, me deja en mi
trabajo. El mismo autobús me lleva de vuelta, trayecto que aprovecho para hacer la compra online, pagar
recibos por transferencia desde mi móvil y apuntar por e-mail a mi hija en una excursión. Ya en casa, saco
una muñeca y dos camisetas en mi impresora 3D para un cumpleaños infantil; tras un pequeño atasco, un
asistente virtual me solucionó el problema y pude seguir. A última hora de la tarde voy a un gimnasio con
torno de entrada con tarjeta magnética y vídeo-vigilancia. Practico fitness según los manuales y spinning
siguiendo un vídeo. Pues sí, me levanto por la mañana y voy a trabajar; aunque dicen que la tecnología
destruye empleos, es mentira: yo, sin ir más lejos, tengo dos: media jornada trabajo de robot Kiva y la otra
media formo parte de un algoritmo en un conocido buscador de internet.»
José Manuel Civeira Moure
El País, 24 de abril de 2016.
• El primero es la propia industria productora de las TIC, tales como las empresas de manufactura, software,
hardware y de los servicios de consultoría, seguridad y mantenimiento.
• La revolución de las TIC está íntimamente relacionada con la reducción de los costes de producción y del
incremento de las capacidades tecnológicas.
• Las TIC han permitido el crecimiento de nuevas empresas y sectores industriales que sin las
infraestructuras desarrolladas en su entorno no podrían existir. En estas empresas el incremento de los
rendimientos a escala son la norma (y no los retornos decrecientes). El fenómeno de la economía en red
implica la necesidad de incrementar la plantilla de vendedores, lo que previsiblemente conducirá a una
expansión del mercado y de los consumidores, lo que a su vez necesitará la contratación de nuevos
vendedores, y así sucesivamente (un ejemplo emblemático de ello es el mercado de eBay y de otros
similares que han surgido recientemente).
A nivel social las TIC también han generado un impacto impresionante.
El 17 de diciembre de 2010 el joven Tariq Tayyib Mohammed Bouazizi se quemó a lo bonzo después de
que la policía de su país (Túnez) le maltratase y le impidiese vender fruta en las calles de Sidi Bouzid. Con el
puesto ambulante decomisado, Mohammed no tenía otra forma de mantener a su familia, conformada por su
madre Menobia, dos hermanos y cuatro hermanastros. La desesperación hizo presa en él y se prendió fuego,
y luego de una dolorosa agonía murió el 4 de enero. Pero el heroísmo de Mohammed inspiró a miles de
jóvenes para revelarse contra la tiranía de Ben Alí, presidente del país desde 1987, quien finalmente,
derrotado, abandonó el país el 14 de enero.
El rotundo éxito de la denominada Revolución Jazmín, gracias al pundonor de los tunecinos y al empleo de
las TIC, sirvió de ejemplo a otros jóvenes de países árabes. La llama de la rebelión se extendió por Argelia
(28 de diciembre), Libia (13 de enero), Jordania (14 de enero), Mauritania, Sudán y Omán (17 de enero),
Yemen (18 de enero), Arabia Saudí (21 de enero), Egipto (25 de enero – el gobierno Hosni Mubarak cayó el
11 de febrero) y Marruecos (30 de enero), y hubo un segundo impulso tras la muerte del presidente libio
Muamar el Gadafi (20 de octubre). Mientras tanto, la sociedad occidental se limitó a observar sorprendida (y
esperanzada) el avance y la consolidación de la denominada Rebelión Árabe, en países que hasta entonces
habían sido gobernados manu militari por poderosos, la mayoría de ellos con la connivencia de Estados
Unidos, Europa y los organismos internacionales. Todos estos acontecimientos no se tradujeron en los
nuevos aires esperados.
Mientras tanto, el 15 de marzo de 2011 un amplísimo y heterogéneo grupo de jóvenes salió a las calles de
Madrid para protestar por las decisiones adoptadas por el gobierno para superar las dificultades derivadas en
el contexto de lo que a la postre se conocería como la Gran Recesión. Con el devenir de los días se fraguó
un amplio abanico de ideas defendido por el Movimiento del 15-M. A través de la plataforma ¡Democracia
Real Ya!, nacida en las redes sociales, los denominados indignados hicieron suyas las proclamas escritas
por Stéphane Hessel en su libro ¡Indignaos! (de 2010 – posteriormente, en 2011 salió a la luz
¡Comprometeos!). La también conocida como The Spanish Revolution inspiró a otros movimientos, como el
del 6 de agosto en Tel Aviv, donde más de 300.000 personas salieron a las calles para manifestar su
indignación por la precaria situación en la que se encontraban los jóvenes israelíes.
El éxito inicial de la Rebelión Árabe y del 15-M fue posible: i) gracias al empleo de las TIC a través de las
redes sociales, y ii) a la facilidad con la que cada persona tenía acceso a un terminal.
3.2.3. Innovación
La innovación se define como la aplicación de los conocimientos y que estos redunden en
un beneficio económico. Las innovaciones tienen dos características principales. En primer
lugar, tienen que romper moldes establecidos mediante la aplicación novedosa de
conocimientos. Y en segundo lugar, son el resultado de una cadena de eventos que comienza
con la idea original de invención o descubrimiento y continúa con la construcción de
prototipos, ensayos de campo, desarrollos de ingeniería y producción, comercialización y
finalmente la puesta en el mercado del nuevo producto, proceso o servicio. Henry Ford,
Steve Jobs, Bill Gates, Fred Smith (creador de la empresa de mensajería FedEx), Jeff Bezos
(CEO del portal Amazon), Larry Page y Sergey Brin (creadores de Google), Howard Schultz
(quien desde sus Starbucks transformó la experiencia de tomar café), Mark Zuckerberg
(brillante visionario de una nueva forma de relacionarnos a través de Facebook, icono de las
redes sociales), Richard Branson (propietario de la aerolínea Virgin, y que ahora, al contrario
de lo que ofrecen las aerolíneas low-cost, se ha planteado abrir rutas regulares para viajar a la
estratosfera), Amancio Ortega (creador de Zara, la empresa textil que democratizó la moda) o
Elon Musk (creador de PayPal y fundador de Tesla Motors), entre otros. Todos ellos
representan el prototipo ideal del empresario schumpeteriano.
El legado Joseph A. Schumpeter (1883–1950) es formidable. Sus aportaciones se
extienden en varios ámbitos de la economía, pero sin lugar a dudas su trabajo sobre el estudio
de las innovaciones ocupa un lugar especial. En 1912 publicó el célebre Teoría del
desenvolvimiento económico, donde anunció el proceso del cambio tecnológico. La idea más
potente de este libro es la destrucción creativa, donde señala que para prevalecer en el
entorno en ocasiones es necesario destruir parte, gran parte o incluso la totalidad de los viejos
valores, hábitos, costumbres o formas de producción. Más tarde, en su Capitalismo,
socialismo y democracia (de 1942) retomó su idea original y la relanzó con el nombre de
acumulación creativa. La primera propuesta schumpeteriana se conoce como Mark I y la
segunda como Mark II. La diferencia entre la destrucción creativa (Mark I) y la acumulación
creativa (Mark II) estriba en que en la primera la tecnología es accesible para todo el mundo,
y por tanto el cambio tecnológico es realizado por empresas homogéneas, razón por la cual
las innovaciones generan un poder de monopolio temporal. En cambio, en el Mark II la
innovación es el resultado de la acumulación de competencias tecnológicas y del
conocimiento desarrollado por empresas muy diversas, lo que impide una libre entrada en el
mercado y tiende a la formación de oligopolios.
Para Schumpeter es muy importante reducir la importancia del capitalista a favor del
empresario. El capitalista aporta fondos y busca un rendimiento sobre su inversión, mientras
que el empresario busca modificar rutinas, jerarquías y mercados y obtener un pago
extraordinario sobre este elemento nuevo y exclusivo. En 1912 escribió que las funciones del
empresario son cuatro:
• Introducir nuevos productos, procesos o servicios en el mercado.
• Encontrar nuevos mercados para los productos y servicios existentes.
• Introducir nuevos procesos de producción, comercialización o de gestión en las
empresas.
• Encontrar nuevas fuentes de abastecimiento.
Para este grandísimo economista, la competitividad conduce a la innovación y la
innovación al progreso. En su libro Ciclos económicos (de 1939) señaló que sin la
innovación la historia del capitalismo era incomprensible y que esta era la responsable de la
mayoría del bienestar adquirido por la sociedad. Pensaba que la principal tarea del
empresario era hacer de las innovaciones la fuente de ventajas estratégicas con el objetivo de
conseguir un monopolio temporal y acumular capital, y el cual a su vez se destinaría a
financiar nuevas investigaciones. Como es natural, Schumpeter reconocía que con el tiempo
otros tratarían de imitar al empresario innovador y así arrebatarle el monopolio sobre los
beneficios. Este eterno ejercicio beneficiaría a la sociedad en su conjunto.
NOTA 3.8
INNOVACIONES PARA CAMBIAR EL MUNDO: LA VIAGRA
La historia de Pfizer se remonta a 1849. Desde entonces la empresa se ha interesado en dar respuesta a las
necesidades derivadas de las patologías de cada época. Hoy en día la Viagra y la Aspirina son posiblemente
los dos medicamentos más conocidos en todo el mundo. El éxito de la Viagra (citrato de sildenafilo) obedece
a que fue el primer inhibidor de la fosfodiesterasa tipo 5 (PDE5) para tratar la disfunción eréctil. La molécula
descubierta por los científicos en 1985 (denominada UK-92,480) tenía el objetivo de desarrollar un inhibidor
selectivo de la PDE5 para aumentar la cantidad de óxido nítrico y así bloquear el ciclo de la guanosina
monofosfato (cGMP) para el tratamiento de la angina de pecho, pero muy pronto se percataron de las
inmensas posibilidades que se abrían si se le daba otro uso.
Esta pequeña pastilla de color azul y de escasos 100 mg ha sido todo un acierto para la empresa que lo
fabrica. Del nombre que se le asignó a este medicamento no hay información concreta. Pfizer señala que el
nombre fue un invento de los responsables del departamento de marketing, aunque hay quienes argumentan
que fue deliberadamente buscado. Probablemente sea cierto, porque en sánscrito la palabra Vyaghra
significa Tigre.
RECUADRO 3.8
EJEMPLOS DE I+D+I
La I+D+i es el resultado de la estrecha colaboración entre profesionales de diversa formación, tales como
economistas, sociólogos, antropólogos, expertos en marketing, diseñadores, comerciales, abogados, así
como de ingenieros de diversas especialidades, físicos, químicos, biólogos y matemáticos, entre muchos
otros. Hay productos exitosos cuya iniciativa y desarrollo no surgió de una mente privilegiada, equipada con
grandes recursos y el apoyo de una organización enorme, sino de gente común y corriente, pero dotada de
un agudo ingenio y de grandes dosis de perseverancia.
Dos ejemplos emblemáticos de lo anterior es el del velcro y el del post-it. George de Mestral tomó la idea de
fabricar el velcro cuando cada vez que volvía a casa de un paseo campestre tenía que quitar los cardos
silvestres pegados a la ropa y al pelo de su perro. La iniciativa de Mestral pasó desapercibida, pero fue
gracias al espíritu visionario del publicista Sergio Alonso que este producto se dio a conocer. El caso del
post-it es un ejemplo típico de que hay grandes ideas que no siempre son el resultado de proyectos
financiados con grandes cantidades de dinero. La empresa 3M encomendó a Spencer Silver, un ingeniero
químico poco valorado, la creación de un adhesivo potente, pero luego de varios intentos fracasados dio con
la fórmula de un adhesivo de baja intensidad. En realidad 3M deseaba apartar a Silver de los proyectos
verdaderamente importantes y por eso lo puso a trabajar en un terreno catalogado como de «baja
relevancia» para la empresa. Fue gracias a Arthur Fly, amigo de Silver, a quien se le ocurrió dar una utilidad
distinta a la novedosa creación. Estos dos ejemplos sirven para desmentir que las innovaciones siempre son
el resultado de procesos lineales y esquemáticos.
Ahora bien, es más probable que una empresa o un país cree un revolucionario producto si ha hecho de la
I+D+i su apuesta de futuro y no solo una exótica eventualidad. El genio malagueño, Pablo Picasso, decía
que «la suerte existe, pero tiene que encontrarte trabajando», y es verdad. A nivel de los países, aquellos
que han situado a la I+D+i en el centro de su existencia han mejorado. Sin duda alguna, los países
innovadores no solo son más ricos que el resto, sino que además sus ciudadanos han alcanzado un nivel
más alto de bienestar.
En 1972 la empresa estadounidense DuPont creó el kevlar, un polímero cristalino que no era soluble en
disolventes y que no se derretía por debajo de los 500 grados centígrados. Al principio nadie sabía qué
utilidad podría tener hasta que la ingeniosa Stephanie Kwolek, trabajadora eventual en la empresa, se
propuso descubrirlo… y dio en el blanco al reconocer que el nuevo material tenía una increíble resistencia y
ligereza. Hoy en día es ampliamente conocido que los chalecos antibalas y otros artículos de la industria
armamentista se fabrican de este material. El caso del kevlar es el ejemplo de un proceso de investigación
iniciado por unos, pero que a la postre una persona ajena al proyecto original es quien encuentra una utilidad
ampliamente apreciada por el mercado.
En este caso lo reseñable es que el kevlar fue creado por una empresa que había hecho de la I+D+i su
apuesta de futuro, pero también que el ambiente de negocios y el sistema jurídico y político en el que estaba
instalada lo favorecían. Por ello, no es de extrañar que el velcro, los post-it y el kevlar fuesen creados en
Estados Unidos, un país particularmente proclive a apoyar nuevas iniciativas.
Tipos de innovación
En 1999 Adrian Slywotzky publicó su modelo de las «4P» (en su «Profit Patterns») y a
pesar del tiempo transcurrido aún goza de aceptación:
• Product innovation (innovación de productos): cambios en los productos que ofrecen
las empresas.
• Process innovation (innovación de procesos): cambios en los métodos como se crean
los productos o servicios.
• Position innovation (innovación de posicionamiento): se refiere a los escenarios en los
cuales tienen lugar los cambios en los bienes o servicios, así como a las
transformaciones que sufren los mercados.
• Paradigm innovation (paradigma de la innovación): se refiere a los cambios en los
sistemas de producción.
Asimismo, para tener una aproximación al grado de éxito de una innovación se utilizan
dos referencias:
• Las entradas (inputs) se refieren a los insumos necesarios para llevar a cabo las
innovaciones. Para el efecto, se toman en consideración los costes relacionados con el
proceso, si bien resulta difícil determinar con certeza la inversión destinada a tal fin en
términos de capital humano, físico, tecnológico y financiero, y también es complicado
evaluar si los gastos en los que se incurre se compensan con las ganancias.
• Las salidas (outputs) se refieren a los resultados obtenidos. Fundamentalmente se
centran en el número de patentes desarrolladas. La complejidad radica en que se puede
producir una innovación que no conduzca a una patente (p.e. el emblemático jarabe
con el que se fabrica la Coca-Cola), o a la inversa, que el registro de una patente no
tenga su origen en un proceso de innovación (p.e. sería el caso de tecnología
inexistente (o aún muy cara) pero posible en el medio plazo). Adicionalmente, otros
aspectos a tener en cuenta son las publicaciones y patentes realizadas por científicos,
ingenieros y organizaciones, el impacto que estas han generado sobre la creación de
nuevos productos o servicios, en el incremento de las ventas y en la incursión en
nuevos mercados.
En conclusión, entre los diversos tipos de innovación destacan los siguientes:
• Desarrollo y mejora en la gestión de sistemas que conduzcan a una posición de
liderazgo.
• Desarrollo y mejora de procesos y sistemas en los que se sustentan los programas de
innovación.
• Desarrollo y mejora de productos y servicios.
• Desarrollo y mejora de caminos alternativos para encontrar y servir a los clientes
(tanto a los ya existentes como a otros nuevos).
• Desarrollo y mejora de procesos de gestión: más efectivos y eficientes.
• Desarrollo y mejora en los aspectos relacionados con la calidad.
• Desarrollo y mejora de técnicas de producción.
• Desarrollo y mejora de sistemas de autorregulación en materia medioambiental.
• Desarrollo y mejora del conocimiento y la información, y de su más eficiente difusión
y asimilación.
• Desarrollo y mejora en materia de competencias jurídicas y sociales.
• Desarrollo y mejora de un clima de trabajo adecuado que permita potenciar la
motivación y la comunicación entre las personas.
• Desarrollo y mejora de la división y especialización del trabajo.
• Desarrollo y mejora de formas para emplear y potenciar los usos de la tecnología
disponible.
• Desarrollo y mejora de los usos prácticos que se les pueden dar a los descubrimientos
científicos y tecnológicos.
• Desarrollo y mejora de tecnología.
• Desarrollo y mejora en marketing, que se traduce en la evolución de nuevos métodos
de comercialización con mejoras en diseño o empaquetado del producto, su
promoción o de precio, entre otros.
RECUADRO 3.9
INNOVACIONES Y COSTES DE PRODUCCIÓN
Algo más de dos siglos antes de que Henry Ford presentara al público su Tin Lizzie, a finales del siglo XVIII
un misionero jesuita construyó en China un vehículo a vapor. En 1760 Nicholas Joseph Cugnot inventó un
vehículo capaz de transportar cuatro personas durante veinte minutos a la velocidad de 3,6 km por hora.
Luego vinieron otros inventores europeos que fueron incorporando más avances, pero si bien el crédito de
las innovaciones tecnológicas es de Europa, fue en Estados Unidos donde la industria prosperó.
A principios del siglo XX la línea de ensamblaje era ampliamente conocida. El ejército francés ya la utilizaba
desde las conquistas de Napoleón Bonaparte. Lo que hizo Ford fue simplemente retomar los principios
existentes y aplicarlos al armado de automóviles. Para 1910 Ford había construido la fábrica más moderna y
para abril de 1913 había incorporado las primeras innovaciones en la línea de ensamblaje. El trabajo que
anteriormente desempeñaba un solo trabajador ahora se repartía en veinte operaciones, lo que redujo tiempo
y costes de producción. Hasta la llegada de esta empresa los coches estaban reservados para las personas
más acomodadas. Los primeros modelos de Olds en 1900 se vendían por 1.250 dólares, equivalentes a más
de 100 veces el salario semanal de un trabajador, pero los primeros Modelo T en 1908 salieron a la venta por
825 dólares. Se vendieron más de 10.000 unidades en el primer año, generando más de 9 millones de
dólares de utilidades para la empresa, fundada apenas cinco años atrás con un capital de 28.000 dólares.
Este mítico modelo se vendió hasta 1927. En ese año por 360 dólares cualquier familia podía adquirir la
versión básica (Tiempos modernos, es una película de 1936 protagonizada por Charles Chaplin; es la
historia del operario de una cadena de producción, un trabajo altamente demandante, exasperantemente
repetitivo y donde no existía la más remota oportunidad de realización – la película estuvo inspirada en las
fábricas donde se producían los Ford).
Con la llegada de la producción en masa, conocida como fordismo, la enorme rotación de empleados se
convirtió en un problema. Por eso Ford incorporó su segunda gran innovación. En 1914 introdujo el salario de
5 dólares por ocho horas de trabajo, 15% más de lo que pagaba la competencia. El pago de mejores salarios
permitió a Ford ejercer un mayor control sobre los trabajadores. En noviembre de 1929 accedió a la petición
del presidente Herbert Hoover de mantener los salarios (acababa de pasar el crac bursátil en Wall Street), y
de hecho los aumentó a 7 dólares diarios, pero esta decisión la acompañó de medidas draconianas: despidió
a 30.000 trabajadores y a los que se quedaron les exigió que cumplieran con una cuota de producción un
50% más alta.
Para 1932 Ford se había convertido en uno de los hombres más odiados por la opinión pública
estadounidense, obviamente, por el precio que los trabajadores habían tenido que pagar por la prosperidad
de la empresa, pero también por su manifiesta antipatía hacia los judíos, a quienes acusaba de tramar la
destrucción de la civilización occidental. Con motivo de su 75 cumpleaños, en julio de 1938 Hitler le concedió
la Gran Cruz del Tercer Reich de la Suprema Orden del Águila Alemana. Paradójicamente, el rechazo
popular no repercutió en las ventas.
La imitación
Para empresas como Apple, Google, LG, Mercedes, Repsol, Lufthansa o Airbus la
generación de procesos de innovación es una prioridad. Esto es comprensible porque son
conscientes de que su propia existencia les va en ello. En los últimos años estas empresas se
han convertido en toda una referencia y por eso no es de extrañar que abunden casos de
empresas que se han planteado el firme propósito de imitarlas.
La imitación consiste en la copia de innovaciones ya existentes con el interés de crear
un bien, servicio o proceso semejante o sucedáneo (si bien de calidad inferior) al original. En
términos generales, las empresas más grandes se muestran renuentes a que las empresas de
menor poderío copien o imiten sus innovaciones, debido a que las primeras han asumido los
elevados costes de la I+D, mientras que la segundas no. Así, a lo largo de las décadas de los
sesenta y setenta los sectores productivos japoneses se pusieron a la tarea de imitar los
productos estadounidenses (p.e. Toyota en la industria del automóvil y Fujifilm en la
fotográfica), lo que permitió a Japón avanzar significativamente, de tal forma que a finales de
la década de los ochenta Toyota se había convertido en la segunda empresa de su sector a
nivel mundial (superando a Ford).
RECUADRO 3.10
AMIGOS Y DETRACTORES DE LA INNOVACIÓN
Puede haber una inmensa variedad de elementos que obstruyan la generación de innovaciones, como la
falta de recursos o la imposibilidad de acceder al conocimiento especializado o a los expertos, así como
algunos asociados a la cultura de cada lugar. Identificar lo que se entiende por cultura es complicado, pero
nos quedaríamos con la definición de Charles L. Woodrow, para quien «[…] cultura es la organización
colectiva de la mente». De esta forma, la cultura abarca las habilidades, actitudes, valores, hábitos, gustos y
preferencias, las formas de trabajar individualmente y en equipo, la concepción que tengamos del uso del
tiempo propio y de los demás, los gustos en materia culinaria y de la forma que tengamos de pasar el tiempo
en materia de ocio y diversión, entre muchas otras cuestiones. En lo concerniente a la generación de
innovaciones, la cultura desempeña un papel muy relevante porque si en el seno de las organizaciones los
individuos no están abiertos a aceptar nuevas ideas o modos de trabajar, lo más probable es que
entorpezcan la adopción y asimilación de innovaciones, cuando no directamente las saboteen.
La resistencia al cambio es inmanente al ser humano. La supervivencia de la especie es más fácil de
garantizar cuando los cambios se producen paulatinamente porque de esa manera se pueden producir
adaptaciones graduales. Hemos vivido muchas épocas de cambio y en cada una de ellas la humanidad ha
sabido adaptarse e incluso conquistar el entorno. Hoy en día, sin embargo, no solo se producen cambios,
sino que además tienen lugar a una velocidad vertiginosa: esta no solo es una época de cambios, es un
cambio de época.
En los procesos de cambio no todos han podido asimilarlos a la velocidad que demandaban las
circunstancias. Entre 1811 y 1817, en pleno apogeo de la segunda etapa de la Revolución Industrial, existió
en Inglaterra un movimiento de resistencia contra el avance de la tecnología y su incorporación al proceso
productivo. Los luditas («luddism», nombre que recibió por Ned Ludd, un artesano que en 1779 rompió unos
telares) se oponían a la sustitución del trabajo humano por máquinas de hilar y en general por máquinas a
vapor, con diferencia más eficientes. Con el tiempo el término dejó de ser usado, pero los grupos de
trabajadores que en cada época han perdido sus empleos, bien por los cambios sociales o por la adopción
de nueva tecnología, seguramente reconocerán la proeza de Ludd como un hito.
La imprenta fue un gran invento que cambió el mundo, y sin embargo en su momento tuvo férreos
detractores, como también lo tuvo la importación de café y la llegada de los ordenadores en las empresas. El
profesor de la Universidad de Harvard Calestous Juma es el autor de Innovación y sus enemigos (de 2016),
un recorrido a lo largo de más de 500 años sobre la manera como fueron acogidos los cambios en general y
las innovaciones en particular. Veamos algunos ejemplos:
• Hoy en día Turquía y consumo de café son casi sinónimos, pero hubo un tiempo en que las autoridades
religiosas obligaron a cerrar las cafeterías ante el miedo a que en ellas se difundieran ideas occidentales
que atentaran contra el orden religioso y político establecido. Cuando el café llegó a Europa despertó el
mismo recelo entre los monarcas, pero especialmente entre los viticultores por temor a que la gente dejara
de consumir vino y lo sustituyera por café. En 1600, en Inglaterra, Francia y Alemania fueron más allá, al
hacer creer que su consumo producía esterilidad.
• En la década de 1860 Francia estaba sumida en la pobreza y el hambre, y entonces Luis Napoleón III tuvo
la genial idea de plantear un reto: encontrar una fuente de proteínas alternativa a la mantequilla y a menor
coste. El premio lo ganó Hippolyte Mège-Mouriés, inventor de la margarina. En Europa el producto tuvo
buena acogida, pero no así en Estados Unidos. Organizados como lobby, un grupo de ganaderos
emprendió una guerra contra la margarina. Utilizaron todos los recursos a su alcance, desde la compra de
jueces y congresistas hasta la financiación de investigaciones fraudulentas para advertir que su consumo
atentaba contra la salud. Incluso patrocinaron una campaña donde se decía que la margarina era
antiestadounidense porque se elaboraba con aceite de coco proveniente de países tropicales, y no con la
leche de sus patriotas vacas. En respuesta, los productores de margarina sustituyeron el aceite de coco
por plantas domésticas, como la soja y el algodón.
A lo largo de las páginas de este libro se citan varios ejemplos. El profesor Juma concluye que las
sociedades no se oponen a las ideas porque sean nuevas, sino porque perciben la pérdida de puestos de
trabajo, ingresos o la extinción de un modo de vida. Los temores que en el pasado sintieron los ganaderos
estadounidenses, hoy en día los encarnan quienes desempeñan trabajos rutinarios y sencillos, y que en
algún caso en el futuro próximo podrían hacer robots.
* * *
El 1 de julio de 2016, 109 premios Nobel firmaron un manifiesto contra Greenpeace por su rechazo a los
alimentos transgénicos. El texto urge a Greenpeace a «[…] reconocer las conclusiones de las instituciones
científicas competentes […] abandonar su campaña contra los organismos modificados genéticamente en
general […]» y el arroz dorado en particular, una variante creada en 1999 con genes modificados para
producir un precursor de la vitamina A. En 2005 se presentó la segunda versión, dotada con unas 23 veces
la cantidad de beta-caroteno respecto a la original. También se han creado naranjas, yuca y cereales como
maíz, todos con la misma mejora.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 250 millones de niños sufren una carencia de vitamina
A que aumenta el riesgo de padecer problemas oculares y ceguera; unos 500.000 niños se quedan ciegos
cada año por falta de vitamina A y la mitad de ellos muere en el año siguiente a la pérdida de la visión.
Greenpeace respondió que las empresas que promocionan el arroz dorado es la antesala de otros cultivos
genéticamente modificados más rentables y peligrosos. Frente al manifiesto de los 109 premios Nobel,
Greenpeace aseguró que el arroz dorado no ha demostrado ser eficaz para solucionar la deficiencia de
vitamina A.
¿Quién lleva la razón? Por ahora tendremos que esperar para saber toda la verdad. De momento solo
podemos estar seguros que de aprobarse el consumo de productos transgénicos, empresas como Monsanto
y Cargill, líderes mundiales en la producción de semillas transgénicas, estarán muy atentas a lo que se
decida en el seno de la OMS.
La OMS acordó que para la concesión de licencias de comercialización, las nuevas variedades de alimentos
y medicamentos debían ser testadas en personas y superar las pruebas sin contraindicaciones, pero según
en qué lugar las restricciones son más o menos rigurosas. Así, mientras que en la Unión Europea la
normativa es mucho más estricta, en Estados Unidos es más laxa. Veamos un caso interesante.
La Fundación Bill y Melinda Gates es una de las entidades de mecenazgo más importantes del mundo.
Financia proyectos de diverso tipo, desde la construcción de escuelas rurales en los países más pobres
hasta desarrollos científicos, como es el caso de las bananas genéticamente modificadas realizado por
especialistas de la Universidad Tecnológica de Queensland, Australia, quienes recibieron un donativo de 15
millones de dólares. El objetivo era utilizar la base genética de la banana Cavendish, originaria de Papúa
Nueva Guinea y la de mayor comercialización en todo el mundo, y crear una nueva variedad enriquecida con
beta-carotenos (hierro y vitamina E y vitamina A, muy necesarios porque las dietas con una pobre ingesta de
estos es una de las principales causas de muerte infantil por enfermedades infecciosas). Al parecer de los
grupos ecologistas, el proyecto era innecesario porque existen otras variedades de bananas en Asia,
América Latina y África que tienen estas características (de hecho, hay una variedad de bananas rojas que
es aún mejor por su alto valor nutricional y además porque es muy resistente a las plagas, aunque también
es muy poco conocida en los mercados internacionales), lo que les hizo sospechar de las intenciones
declaradas por los científicos.
Para testar el producto en humanos, en alianza con los profesores australianos, en abril de 2014 la doctora
Wendy White, especialista en Ciencia de los Alimentos de la Universidad Estatal de Iowa, Wisconsin
(Estados Unidos), lanzó una convocatoria dirigida a mujeres de 18 a 40 años para comer tres bananas, una
de las cuales era genéticamente modificada, y a cambio se les daría 900 dólares. A la llamada acudieron
más de 500 personas, de las cuales doce fueron seleccionadas. El experimento generó críticas de diversos
colectivos, de entre los cuales destaca el profesor David Schubert, experto en biología molecular del
prestigioso Salk Institute for Biological Studies, quien argumentó que los alimentos genéticamente
enriquecidos con beta-carotenos eran los causantes de complicaciones en el parto, así como del nacimiento
de bebés con malformaciones. Presentó expedientes clínicos de futuras madres de países pobres que en
algún momento habían ingerido estos alimentos y cómo las anomalías, secuelas y problemas eran
estadísticamente significativos en comparación a las madres que habían renunciado a ingerirlos.
Lo deseable hubiera sido que la profesora White y su equipo, o bien la propia Universidad, publicaran los
resultados del experimento, pero esto no sucedió. Un grupo de estudiantes de esta universidad
(encabezados por Hannah Dankbar) en repetidas ocasiones solicitó tener acceso al dossier, pero en todas
ellas la petición fue rechazada y sin aportar la justificación motivada y razonada a que había lugar. Acto
seguido, los estudiantes y representantes del movimiento ecologista AGRA Watch emprendieron una
campaña para denunciar los hechos y recolectar firmas de apoyo. Como resultado, el 15 de febrero de 2016
entregaron al decano de la Facultad de Agricultura y Ciencias de la Vida («College of Agriculture and Life
Sciences») una lista de 57,309 firmas de personas que manifiestamente se oponían a la realización de
experimentos donde se testaran los efectos derivados del consumo de alimentos genéticamente modificados.
En el informe titulado Gated Development. Is the Gates Foundation always a force for good (de 2016)
realizado por la organización británica Justicia Global Ya se denuncia que en múltiples ocasiones las
acciones de la Fundación Bill y Melinda Gates han beneficiado a los grandes intereses corporativos, sin
considerar el perjuicio provocado a los pequeños agricultores. Este parecer coincide con las investigaciones
realizadas por el African Centre for Biodiversity, con sede en Sudáfrica. En palabras de Mariam Mayet,
directora de este centro, «Nos oponemos vehementemente a la introducción en África de semillas
genéticamente modificadas en los cultivos y en nuestra alimentación, y aún más que se haga en nombre del
bienestar público».
Innovación y disrupción
En algunos casos la masiva incorporación de innovaciones ha provocado disrupciones a
diferentes niveles. El eje del sistema, al desplazarse desde la oferta a la demanda los
consumidores han concentrado mucho más poder que antes, y en segundo lugar, gracias a la
economía colaborativa cada vez hay una mayor tendencia a compartir (desde los vehículos,
motorizados y no motorizados, hasta «juguetes» destinados para actividades de ocio y
deporte o la vivienda). Si cada vez más gente se siente cómoda con este sistema se venderán
menos coches y menos habitaciones de hotel. En el informe Economía colaborativa (de 2016
– disponible en: pwc.com/CISsharing) realizado por la consultora PwC, se señala que en
2025 las cifras pasarán de los 15.000 millones de dólares que esta modalidad mueve en la
actualidad a 335.000 millones de dólares. En definitiva, los sectores y empresas que no sean
capaces de comprender las nuevas tendencias verán seriamente comprometido su futuro.
Por otra parte, las empresas tradicionales tienen unos costes de funcionamiento muy
elevados, mientras que los de las empresas 100% digitales son más bajos. Todo parece
indicar que, a diferencia del pasado, serán las nuevas organizaciones las que marcarán el
ritmo de los acontecimientos, y si las empresas del viejo paradigma no son capaces de
adaptarse, lo pasarán mal. Asimismo, la disrupción generará un fuerte impacto en el
mercado de trabajo: al mismo tiempo que se demandará mano de obra altamente
especializada (muy probablemente, en poca cuantía pero con remuneraciones muy elevadas),
desaparecerán los trabajos intermedios (sobrevivirán los trabajos de menor cualificación,
como los de limpieza, y evidentemente los directivos). Mientras que las empresas industriales
y de servicios han dado empleo a cientos de miles de personas, las empresas 100% digitales
solo precisan de unos cuantos miles para funcionar a escala planetaria.
NOTA 3.9
¿QUÉ ES LA CREATIVIDAD?
3.3.1. Competitividad
La competitividad es la consecuencia natural que se ha derivado del continuo e intenso
cambio y aprendizaje de los países, las regiones, las localidades, las organizaciones y los
trabajadores en el contexto de globalización vigente. De este modo, las empresas compiten
entre sí por una porción del mercado, mientras que las naciones, las regiones y las
localidades compiten por segmentos «de» y «en» los mercados globales, y las personas, por
puestos de trabajo.
El término competitividad tiene sus orígenes en el concepto del inglés «competitiveness»
y significa rivalidad. Desde el punto de vista microeconómico la competitividad es la
capacidad de las empresas para competir en los mercados y en base a su éxito ganar cuota de
mercado, incrementar sus beneficios y crecer: generar riqueza para los accionistas y valor
para la sociedad. Los factores determinantes de la competitividad empresarial son de dos
tipos:
• Los relacionados con los precios y los costes: i) una empresa que produce un bien o
servicio será más competitiva en la medida en que sea capaz de ofrecer menores
precios que sus competidores; ii) sobre los precios de venta influyen los costes de los
factores, tales como los costes de mano de obra, materias primas y tecnología, y iii)
las estrategias se orientan a la reducción de los costes de financiación, a acompasar el
incremento de los salarios con el crecimiento de la productividad y al desarrollo de
nuevas fuentes de energía.
• Los relacionados con: i) la calidad de los productos; ii) la incorporación de mejoras
tecnológicas en los procesos; iii) las adecuaciones convenientes a nivel de la
estructura organizacional; iv) la gestión eficiente de los flujos de producción; v) la
capacidad para desarrollar y mantener relaciones con otras empresas; vi) las buenas
relaciones con el sector público y las universidades y los centros de investigación; vii)
el diseño, ingeniería y fabricación industrial; viii) la optimización de la capacidades de
los trabajadores a través de la capacitación, y ix) la vital capacidad de generar
procesos de I+D+i, entre otros.
La competitividad a nivel macroeconómico es la capacidad de los países, regiones o
localidades para producir bienes y servicios que compitan eficaz y eficientemente con el
exterior y, si es posible, en el exterior, y los beneficios derivados impactan en el incremento
de la renta (principalmente se refleja en los salarios) y la calidad de vida de los habitantes del
país, región o localidad, en la medida de lo posible y lo deseable, de forma sostenible.
Algunos de los indicadores que sirven para medir la competitividad de un país, región o
localidad son ex-ante, como el índice de precios, las variables tecnológicas y las relacionadas
con el entorno institucional. Los indicadores ex-post miden los resultados, tales como las
cuotas de mercado y la balanza comercial, la ratio de exportaciones–importaciones y la tasa
de exposición a la competencia internacional e interregional.
NOTA 3.10
ESTRATEGIAS PARA LA COMPETITIVIDAD
Para ser más competitivos y reducir el riesgo ante las amenazas hay tres tipos de estrategias a seguir: i)
ser líderes en costes; ii) líderes en diferenciación, y iii) líderes en base a una alta segmentación o enfoque.
• El liderazgo en costes consiste en que una organización se proponga ser el productor de menor coste en
su sector (las fuentes de las ventajas en costes son variadas y en buena medida dependen de la estructura
del sector). Pueden incluir la consecución de las economías de escala, la generación de tecnología propia
y el acceso preferencial a materias primas, entre otras.
3.3.2. Comercio
El afán de intercambio es inherente al ser humano. En las sociedades precapitalistas el
trueque era un sistema muy utilizado (cada 8 de septiembre, en la comunidad San Pedro
Cholula, a unos 50 kilómetros de la Ciudad de México, con ocasión de las fiestas dedicadas a
la Virgen de los Remedios, los habitantes locales, visitantes y comerciantes intercambian
bienes o servicios pero sin dinero de por medio, la práctica se remonta a tiempos
prehispánicos, como bien está descrito en el Códice Florentino). Este sistema es muy simple
porque se reduce al intercambio de unos bienes por otros y sin que en la transacción medie
dinero; jurídicamente se denomina contrato de permuta. Con el tiempo los sistemas
económicos se hicieron más complejos y entonces se hizo necesario adoptar un modelo que
permitiera intercambiar bienes por dinero. Ya en el Código de Hammurabi (data
aproximadamente de 1728 a.C. en la antigua Mesopotamia) hay artículos dedicados a regular
sobre el tema. De hecho, es muy probable que la escritura fue creada para registrar el origen
y cantidades de las mercancías que se intercambiaban, de manera que los pictogramas
originalmente fueron creados para llevar la contabilidad. Por otra parte, la banca es tan
antigua como el dinero. Tanto en Babilonia (siglo VII a.C.) como en la antigua Grecia el
dinero se guardaba en los templos porque así se garantizaba que nadie lo robaría. En la
antigüedad los templos eran lugares de oración y destino de peregrinaje, pero en sus
alrededores también había una frenética actividad comercial. Una muestra de ello es el relato
bíblico de cuando Jesús expulsa a los cambistas del templo.
RECUADRO 3.11
PERDER LA CABEZA POR UN BULBO DE TULIPÁN
Con el objetivo de compartir un propósito común entre los estados independientes de los Países Bajos, en
1602 crearon la Compañía Holandesa de las Indias Orientales («Vereenigde Oostindische Compagnie»,
VOC), y 19 años más tarde la Compañía Holandesa de las Indias Occidentales («West-Indische
Compagnie», WIC), ambas gestionadas por un electorado de sesenta miembros. La VOC fue fundada por
suscripción nacional de 6,5 millones de florines y con un mandato por veintiún años, estuvo dotada de un
poder monopolístico sobre el comercio y estaba exenta del pago de impuestos aduanales sobre las
importaciones. En poco tiempo la riqueza emanada de la VOC creció rápidamente y se extendió desde
Sumatra hasta Ciudad del Cabo, y gracias a sus redes de comercio los comerciantes podían garantizar el
suministro de sedas, nuez moscada, canela, clavo… en los mercados de Europa.
Menos de cincuenta años después de la independencia de los Países Bajos de España, una nación de
apenas dos millones de habitantes, se había convertido en el país más rico del mundo. En 1660, en la
década de mayor apogeo, esta empresa tenía 150 barcos dedicados al comercio y otros 40 para su
protección: el séptimo viaje produjo unas ganancias del 214% sobre la inversión original. Las acciones de la
VOC cotizaban en la bolsa, llamada así por estar en el patio de la Beurs de Ámsterdam (las operaciones se
hacían gritando a viva voz la compra y la venta de acciones y se cerraban con una palmada).
Las cosas funcionaron razonablemente bien, hasta que la codicia embriagó a los holandeses. Este momento
de exuberancia irracional se conoce como la Tulpenwoede. La preferencia por los tulipanes se remonta a
1151, cuando Ogier de Besbeque, embajador de Viena en Turquía, visitó Adrianópolis, al oeste de
Constantinopla, y al volver relató a sus homólogos holandeses la majestuosidad de esta hermosa flor. En
1561 llegó a Amberes el primer barco cargado de tulipanes.
Pero aún faltaba el tercer componente que cierra la ecuación de dinero+tulipanes, la baja aversión al riesgo
de los holandeses. Las inversiones seguras en los bancos y en el comercio en el mar Báltico crearon valor,
mientras que las inversiones especulativas en la bolsa generaron un crecimiento ficticio. Mientras más creció
la codicia, más crecieron las inversiones en bolsa. Para la década de 1620 las bóvedas de los bancos
estaban llenas de tulipanes. Una práctica común era hacer grandes inversiones en los bulbos de un área y
después lanzar al ganado en estampida para crear escasez. Se tiene constancia de un agricultor que había
cultivado un raro tulipán negro y lo vendió por 1.500 florines a un comerciante, quien de inmediato lo aplastó
con el pie. ¿Por qué? Porque él también tenía un tulipán negro y lo hizo para proteger su singularidad y su
precio. En 1636 un comerciante pagó 2.500 florines por un bulbo de tulipán Viceroy, cantidad equivalente a la
producción anual de una granja de buen tamaño. Un solo bulbo de Semper Augustus podía valer hasta 6.000
florines.
Y entonces, en enero de 1637 los inversores se percataron de que no era posible que una simple flor valiera
tanto dinero y salieron corriendo. El precio de un bulbo White Croonen, que había aumentado un 2.600% a lo
largo del año anterior, se desplomó en un 95%. El colapso fue devastador. Los empresarios ricos, que habían
comprado bulbos raros, se encontraron en posesión de activos totalmente inútiles. Los comerciantes que
habían asumido deudas con la esperanza de utilidades futuras, tras el pinchazo de la burbuja lo único que
seguían teniendo eran las deudas. Hombres y mujeres que el 5 de febrero se levantaron siendo ricos, se
fueron a la cama en la ruina. La Tulpenwoede fue una locura, pero no sería la última. Menos de un siglo
después los británicos vieron estallar su propia burbuja, la de los mares del sur. En el verano de 1720 las
acciones de la South Sea Company valían 1.000 libras y para diciembre habían bajado a 124. En una
sociedad de mercado las personas pueden impulsar el precio de cualquier producto, sean tulipanes, casas,
pinturas impresionistas o coches, a niveles imposibles de justificar de manera razonable.
Incluso Karl Marx reconoció la importancia del comercio. La sección primera del
capítulo 1 del primer volumen del libro primero de El capital (de 1867) está dedicada a la
mercancía. Marx la define como un objeto que permite satisfacer las necesidades del ser
humano, pero advierte que no todas las cosas que satisfacen las necesidades son mercancías.
Para que un objeto sea considerado como tal debe poseer tanto valor de uso como valor de
cambio. La utilidad inherente a un objeto es su valor de uso y se hace efectivo cuando
alguien lo consume. Los valores de uso constituyen el contenido material de la riqueza y son
los portadores del valor de cambio. Pero las mercancías también tienen valor de cambio
porque sirven para intercambiarlas por otros bienes con valor de uso. Cualquier relación de
intercambio se representa en una ecuación que equipara una cantidad de la mercancía A con
una cantidad de la mercancía B. Aunque las dos sean distintas, pueden ser equiparables si
poseen un valor muy similar y en su elaboración se empleó el mismo esfuerzo de trabajo.
En los Elementos fundamentales para la crítica de la economía política (escrito entre
1857 y 1858 pero publicado por primera vez hasta 1939) Marx desarrolló la Teoría de la
Plusvalía, la cual a su vez sustenta la Teoría de la Acumulación Capitalista, donde: i) la
producción de cada individuo depende de la producción de los demás; ii) la transformación
de los productos en medios de vida de cada individuo está en función de que los demás
quieran consumirlos, y iii) la dependencia recíproca es el fundamento del intercambio. Se
compartan o no estos argumentos, son una prueba de que las ideas marxistas son interesantes
y también merecen ser estudiadas.
RECUADRO 3.12
FRÉDÉRIC BASTIAT: «SI LOS BIENES NO CRUZAN LAS FRONTERAS,
LOS SOLDADOS LO HARÁN»
Vivimos en un mundo globalizado y donde ningún país se puede mantener aislado sin
sufrir las consecuencias del atraso económico. El comercio no es un factor de producción
original, pero lo hemos considerado como metafactor por su importancia. Gracias a este es
posible que los países accedan a una amplia variedad de productos, servicios, capitales y
mano de obra, con los cuales podrán producir más eficientemente. Debido al intercambio
económico, los habitantes y las empresas de un país podrán acceder a bienes creados en otros
países, y a su vez, estos podrán exportar los bienes que han sido creados por ellos. Los países
llevan a cabo el intercambio por dos razones: i) dado que son distintos entre sí, buscan
beneficiarse de sus diferencias produciendo aquello que realizan relativamente bien, y ii) para
conseguir escalas de producción que les permitan ser más eficientes (es decir, producir más y
mejor con menos recursos).
3.3.3. Cooperación
En economía no todos los enfoques son operativos a partir de relaciones de rivalidad y
conflicto entre los agentes productivos. Hay ciertas opciones que se interesan en elaborar
relaciones de cooperación. La decisión de cooperar reside en la necesidad de enfrentar
situaciones o problemas nuevos, o situaciones o problemas viejos pero circunscritos en
escenarios nuevos. En la figura 3.2 se muestran las formas originales de cooperación.
FIGURA 3.2
FORMAS ORIGINALES DE COOPERACIÓN ENTRE AGENTES ECONÓMICOS
El recuadro 1 muestra la cooperación básica o elemental, consistente en la colaboración
entre dos agentes económicos. En este aspecto es importante destacar el doble sentido de la
flecha porque si esta solo tiene una dirección se trataría de una relación de consultoría o de
subordinación, pero no de cooperación. El recuadro 2 trata de la cooperación entre tres o más
agentes, pero vía la intermediación de un agente hegemónico (en este caso ese papel lo
desempeña 1). El recuadro 3 explica la cooperación plena, donde la complejidad es mayor,
pero también lo son las posibilidades para generar inercias y aprovechar las potencialidades
de cada uno de los participantes. En la cooperación en estrella (recuadro 4) prevalece una
relación compleja, en la cual la mayor parte de la responsabilidad (y eventualmente también
de los beneficios) recae en el agente 1 por ser el eje de interrelación entre todos. Finalmente,
el recuadro 5 se refiere a la cooperación circular, donde cada uno tiene una función específica
y cuyo desempeño es fundamental para el siguiente, y este a su vez es importante para el
siguiente, y así sucesivamente. El problema en este caso es que entre 2 y 4, y entre 3 y 1, no
hay contacto y, por tanto, puede haber desconocimiento sobre lo que hacen los agentes más
distantes.
A partir de las formas originales anteriormente expuestas, se derivan dos modelos de
cooperación entre agentes económicos interesados en la búsqueda de objetivos (figura 3.3).
FIGURA 3.3
MODELOS DE COOPERACIÓN
1. Modelo estático de relaciones Gobierno – Agentes económicos – Universidades y centros de
investigación.
2. Modelo clásico de relaciones Gobierno – Agentes económicos – Unviersidades y centros de
investigación.
Triple hélice
El Modelo de la Triple Hélice fue creado y desarrollado por Henry Etzkowitz, Loet
Leydesdorff y Colin Jones–Evans (entre 1996 y 1997). La idea fundamental es que la
forma de espiral potencia las relaciones entre los agentes participantes (tanto de orden
público como de orden privado, pero también académico). En la figura 3.4 se muestra el
modo en que cada agente está ubicado en su esfera específica, pero en permanente
interacción con las otras dos. De la interrelación entre las tres esferas resulta un círculo
concéntrico, donde se desarrollan las redes de colaboración.
FIGURA 3.4
MODELO DE LA TRIPLE HÉLICE
En la Triple Hélice los agentes económicos aprenden a colaborar, por lo cual están
obligados a desarrollar una cultura compartida. La convergencia entre ellos da lugar a
diversas posibilidades, tales como: i) investigadores que se convierten en empresarios,
promotores de sus propios inventos, mejoras tecnológicas y adaptaciones; ii) empresarios que
se acercan a las universidades y centros de investigación para crear lazos de colaboración; iii)
investigadores que se acercan a las empresas para conocer sus problemas, necesidades y
áreas de oportunidad y a partir de ello proponer soluciones, y iv) funcionarios y empleados
públicos que se acercan a empresas y universidades para descubrir nuevas áreas de trabajo
para las funciones de gobierno. Estos ejemplos son solo unas cuantas posibilidades derivadas
de la colaboración entre los agentes.
NOTA 3.11
INNOVACIÓN EN ABIERTO: «OSLO CANCER CLUSTER»
De origen, la innovación en abierto suele tener buena acogida, pero cuando llega la hora de compartir los
descubrimientos, y en general el conocimiento, la gente deja de ser todo lo cooperativa que se necesitaría.
En Oslo han emprendido una gran iniciativa. El Oslo Cancer Cluster (http://oslocancercluster.no/) se
conforma de un conglomerado de especialistas de varias disciplinas y más de 75 organizaciones públicas
(p.e. el Instituto Karoliska de Suecia) y privadas (p.e. IBM y grandes farmacéuticas) de varios países, todos
interesados en sumar esfuerzos para combatir y encontrar la cura a varios tipos de cáncer. Una de las
novedades es que recientemente han incorporado a un instituto de secundaria, para que los adolescentes
(entre 15 a 19 años) aprendan in situ cómo la colaboración, y no la rivalidad, puede arrojar resultados
positivos.
En los últimos tiempos hemos comprobado que en España queda un largo camino por recorrer en materia de
pactos y cooperación, pero en el campo de la economía del cambio tecnológico la colaboración entre los
agentes productivos es esencial.
En economía la corriente dominante ha hecho especial énfasis en hacer prevalecer los intereses propios
sobre los de la comunidad, pero hay diferentes propuestas alternativas que merece la pena conocer. Una
muestra sobre cómo se pueden aunar los intereses propios con los ajenos es el denominado dilema del
prisionero. En el vídeo homónimo disponible en YouTube, el profesor Robert Axelrod explica sus
fundamentos.
3.3.4. La evolución
Joseph Alois Schumpeter (1883–1950) se formó en la más profunda tradición de la
Escuela Austriaca de la mano de Eugen von Böhm-Bawerk (quien fuera su director de Tesis
en la Universidad de Viena, en donde se doctoró en 1906) y Friedrich von Wieser, si bien
en cuanto conoció los trabajos de Léon Walras cambió por completo. Del vasto legado escrito
por Schumpeter es necesario rescatar, con justicia, cuatro títulos. El primero de ellos es
Teoría del desenvolvimiento económico (de 1912), el segundo es Ciclos económicos (de
1939), el tercero es Capitalismo, socialismo y democracia (de 1942), y el último, publicado
póstumamente a su muerte gracias al monumental trabajo de su tercera esposa, Elizabeth
Boody Schumpeter, en su majestuoso Historia del análisis económico (de 1954).
En sus trabajos definió la evolución en los términos producidos por los cambios
institucionales y estructurales, situó al cambio tecnológico en el centro de la evolución y al
empresario como el ente innovador de las organizaciones, e intentó (inútilmente) hacer
compatible el concepto del equilibrio general walrasiano con la evolución. A diferencia de
los autores neoclásicos, que consideraron que la evolución tiene lugar en un ambiente
estático, donde no existe relación directa entre el entorno y los agentes y todo tiende a un
equilibrio estable e inmutable, en 1912 Schumpeter argumentó que la economía no puede ser
estudiada a partir del postulado de estacionalidad.
Señaló que la persecución de las utilidades y la acumulación de capital conducen a un
incremento del crecimiento económico. El impulso fundamental que alimenta dicho
crecimiento proviene de los nuevos bienes consumibles, de los nuevos procesos y métodos de
producción, de la incursión en nuevos mercados y de las nuevas formas de organización
industrial, que no solo producen cambios cuantitativos, sino también cualitativos. La creación
de nuevas industrias y la desaparición de las viejas es lo que para Schumpeter es la
destrucción creativa, y se refiere a que para crear algo nuevo es necesario destruir parte, gran
parte o la totalidad de lo viejo. Bajo este enfoque, la historia de la humanidad puede
clasificarse en dos tipos de etapas: i) las de cambio incremental, y ii) las de cambio de
paradigma tecnoeconómico. En las primeras se ha mejorado lo existente hasta llevarlo casi al
límite de sus capacidades, y es entonces cuando se ha iniciado una frenética búsqueda para
identificar y evaluar caminos alternativos de evolución. Las segundas se refieren a nuevos
caminos para enfrentarse a los problemas.
RECUADRO 3.13
ORÍGENES DEL PENSAMIENTO EVOLUCIONISTA (I)
Los antecedentes más remotos del pensamiento evolucionista tienen sus orígenes en cuatro grandes pilares.
El primero es la obra de Thomas R. Malthus, Ensayo sobre el principio de población (de 1798), el segundo
son los trabajos seminales de Wilhelm Georg Friedrich Roscher y Gustav von Schmoller, ambos de la
Escuela Histórica Alemana, el tercero son los trabajos de Alfred Russel Wallace y Charles Lyell, y finalmente,
el cuarto es la obra más emblemática de Charles Darwin, Sobre el origen de las especies (de 1859). Esta
situación explica la profusa vinculación que existe entre la economía y la biología, como lo han defendido los
economistas de pensamiento evolucionista, y más recientemente los schumpeterianos.
En 1843, Roscher, uno de los más distinguidos miembros de la Escuela Histórica Alemana, publicó su
Tratado de economía política de acuerdo con el método histórico, donde utilizó analogías y conceptos
de la evolución biológica para analizar el comportamiento de las instituciones y los sistemas económicos.
Posteriormente, Gustav von Schmoller en su Tratado general sobre economía política (publicado entre 1900
y 1904) hizo referencia a la importancia del tiempo y el espacio en el desarrollo de la economía, puntualizó
sobre la importancia de la cultura en el desarrollo económico (en franca contraposición a los planteamientos
de los economistas clásicos y neoclásicos), y muy concretamente hizo referencia a los aspectos biológicos,
al analizar las relaciones entre las empresas y los sistemas económicos. Lamentablemente las propuestas de
Schmoller sufrieron un profundo declive a partir de la década de los veinte del siglo XX. Fue hasta la década
de los ochenta del siglo pasado cuando estas fueron retomadas por economistas de pensamiento
evolucionista, institucionalista y muy ampliamente por los expertos en desarrollo económico.
Los trabajos de Roscher y Schmoller originalmente solo fueron difundidos en los territorios de habla germana
y no fueron estudiados en Inglaterra hasta finales del siglo XIX. Por tanto, los escritos seminales del
naturalista británico Alfred Russel Wallace, Sobre la ley que regula la introducción de nuevas especies (de
1855) y Sobre la tendencia de las variedades para partir indefinidamente del tipo original (de 1858), fueron
considerados como los primeros en su género. Estas publicaciones expusieron la novedosa idea de que las
especies actuales eran el resultado de un largo proceso de evolución, y de que la selección natural era el
mecanismo explicativo de la transmutación de las especies.
En 1859 Wallace conoció a Charles Lyell, quien fuera un distinguido geólogo y autor de Principios de
geología (publicado entre 1830 y 1833 en seis volúmenes), en donde retomaba las tesis del geólogo James
Hutton que señalaban que la Tierra se habría formado lentamente a lo largo de extensos períodos de tiempo
y a partir de la presencia de fuerzas como la erosión, los terremotos, las erupciones volcánicas y las
inundaciones (anteriormente, la creencia dominante, defendida por Georges Cuvier, consistía en que la Tierra
habría sido modelada por una serie de grandes catástrofes que tuvieron lugar en un tiempo relativamente
corto). Wallace y Lyell eran miembros de la Sociedad Linneana de Londres (fundada en 1783 a partir del
legado del naturalista sueco Carl Linneo y dedicada al estudio y difusión de la zoología, la botánica y la
biología). Wallace y Charles Darwin se conocieron en las reuniones celebradas en esa asociación en 1858.
De la posterior correspondencia que mantuvieron (Wallace incluso envió una copia de sus trabajos a Darwin)
se percataron de la similitud de sus descubrimientos, lo que los llevó a publicar conjuntamente en julio de
1858, Sobre la tendencia de las especies para formar variedades y Sobre la perpetuación de las variedades y
las especies por los medios naturales de selección natural. Ambos trabajos son la piedra angular de la teoría
de la evolución atribuida a Darwin, aunque, como hemos visto, es indiscutible que Wallace es legítimo
coautor. Más tarde Darwin publicó su más emblemático trabajo sobre la selección natural, Sobre el origen de
las especies (en noviembre de 1859).
Las ideas evolucionistas darwinianas señalaban que los seres vivos provienen de un origen común, a partir
del cual se han producido múltiples ramificaciones. Este principio lleva implícito el postulado de que el
hombre comparte un origen con los primates actuales, por ello no es de extrañar que Darwin se convirtiera
en el objetivo de ataque por parte de los pensadores más conservadores de la flemática Sociedad Victoriana,
quienes se resistían a aceptar que las explicaciones aportadas por el Génesis bíblico eran incapaces de
competir con las contundentes evidencias científicas.
La semilla conceptual que en su día elaboró Schumpeter posteriormente fue retomada por
otros. En la década de los setenta del siglo XX algunos economistas revivieron el interés por
incorporar al conjunto de herramientas del análisis económico el estudio de la evolución
biológica. El autor pionero de este enfoque, y por cierto, discípulo de Schumpeter en Harvard
en los cursos de 1935 y 1936, fue Nicholas Georgescu-Roegen, quien en 1971 (en su «The
Entropy Law and the Economic Process») puso el acento en las implicaciones de la Ley de la
entropía porque integró los conceptos de la termodinámica en el análisis económico. A
continuación, en la década de los setenta hubo varios trabajos relevantes, como los de
Herman E. Daly («Toward a Steady-State Economy», de 1973 y «Steady-State Economics»,
de 1977) y Kenneth E. Boulding («Evolutionary Economics», de 1974), entre muchos otros,
donde se explicaba que las interacciones entre individuos, instituciones y el entorno son
esenciales para el cambio económico, como en su día lo indicaron Thorstein Bunde Veblen
y Schumpeter.
RECUADRO 3.14
«EL LUGAR DE LA CIENCIA EN LA CIVILIZACIÓN MODERNA»
Thorstein Bunde Veblen (1857–1929) en su El lugar de la ciencia en la civilización moderna (de 1919)
retomó las ideas evolucionistas originales y refutó pormenorizadamente todos los planteamientos formulados
hasta entonces. Con sorprendente lucidez expuso una teoría socioeconómica de la evolución, sustentada en
el legado darwiniano (fundamentalmente en los principios de herencia, variación y selección), y fue más allá
al señalar que las organizaciones productivas operaban según los mismos principios de herencia, variación y
selección. Este libro resultó muy novedoso porque exponía que las sociedades se veían obligadas a
modificar constantemente las preferencias individuales y de grupo en la medida en que salían a la luz nuevos
descubrimientos, eran formuladas nuevas teorías y eran creados y comercializados nuevos inventos. Durante
mucho tiempo el legado de Veblen sufrió la injusticia del olvido; en la actualidad, sin embargo, se le sitúa
como el primero en haber señalado que las instituciones, las organizaciones y los individuos están en un
continuo cambio, motivado por la propia interacción entre los agentes.
A partir de estas investigaciones resurgió el interés sobre este enfoque. Los elementos que
caracterizan a la teoría evolucionista se distinguen por: i) el foco de atención se centra en una
variable (o en un grupo de ellas) que cambia con el tiempo, y es de sumo interés entender el
proceso dinámico que está detrás del cambio observado, y ii) la variable o sistema en
cuestión sufre variaciones parcialmente azarosas y existen mecanismos de selección
sistemática. Asimismo, estas investigaciones están fundamentadas en la inestabilidad del
equilibrio, en la imposibilidad de alcanzarlo, en agentes que tratan de alcanzar metas, en que
los fenómenos económicos se desarrollan en un entorno cambiante, en la racionalidad
limitada y en las relaciones no-lineales entre variables económicas, entre otras. Algunos de
los resultados obtenidos se han orientado a modificar la definición del problema económico,
que ha ido de la asignación óptima de factores escasos con usos múltiples dadas unas
preferencias inmutables (postura fundamental en la economía neoclásica), a la identificación
de las características y patrones de ajuste continuo y al reconocimiento de las condiciones y
preferencias permanentemente cambiantes de la economía evolucionista.
En la segunda mitad de la década de los noventa del siglo pasado y hasta el presente ha
habido una ramificación de teorías que se derivan de estas tesis, tales como: i) el propiamente
enfoque evolucionista; ii) el pensamiento schumpeteriano; iii) el de la economía ecológica, y
iv) el enfoque neoinstitucionalista. En términos generales, el evolucionista comparte con el
resto las dinámicas industriales, la generación y gestión de los procesos de innovación, el
empresario como agente de cambio, el cambio estructural y los procesos de desequilibrio,
entre otros.
El punto de encuentro entre la economía ecológica y los restantes es que comparte su
interés por el estudio de la evolución de los sistemas económicos, pero no se destaca por
estudiar la economía industrial, los procesos de innovación y al empresario como agente de
cambio. Por su parte, el enfoque neoinstitucionalista considera que: i) las organizaciones
operan según reglas que constantemente son interpretadas y ejecutadas por personas, por lo
cual su evolución obedece al comportamiento humano, y ii) la evolución de las
organizaciones se somete a un perpetuo proceso de «acierto – error» que genera cambios
(semejantes a los que tienen lugar en los genes y en los procesos de generación de nuevas
tecnologías).
El primer punto de conflicto se centra en torno a los schumpeterianos y los evolucionistas.
La principal fuente de difusión de las ideas evolucionistas, el prestigioso Journal of
Evolutionary Economics, paulatinamente se ha alejado de los planteamientos más genuinos
del legado schumpeteriano. Schumpeter llegó a ser presidente de la Econometric Society
(entre 1940 y 1941), pero, en sentido estricto, se distinguió por buscar puntos de encuentro
entre la economía, la sociología y la historia, y fue uno de los más férreos críticos de su
tiempo en denunciar que se corría el riesgo de que la economía quedase reducida a un mero
apéndice de las matemáticas. Los actuales economistas de la corriente evolucionista cada vez
han adoptado más los procedimientos que utilizan los economistas neoclásicos, mientras que
los schumpeterianos se han mantenido fieles a Schumpeter, tanto en los objetos que son
susceptibles de ser estudiados como en el desarrollo y selección de los métodos de
investigación.
El segundo punto de conflicto se refiere a que, para los evolucionistas, Schumpeter es
considerado como un autor más en el proceso de construcción de su pensamiento y que su
legado es tan válido como el de cualquier otro. Para los schumpeterianos, sin embargo,
Schumpeter es identificado como el Profeta de la Innovación y quien ha marcado una
poderosa diferencia en relación al resto de los autores evolucionistas. Esta cuestión es muy
importante porque significa que sobre su herencia doctrinal se edifican los cimientos de este
pensamiento.
RECUADRO 3.15
ORÍGENES DEL PENSAMIENTO EVOLUCIONISTA (II)
Karl Marx fue otro de los grandes pensadores del siglo XIX que se vio fuertemente atraído por las ideas
evolucionistas planteadas por Darwin. De hecho, el materialismo marxista encuentra sus raíces en la obra
del naturalista. Marx escribe: «Es sorprendente la forma en la que Darwin identifica, a través de los animales
y las plantas, su propia sociedad británica, a través de la división del trabajo, el espíritu de competencia, la
búsqueda eterna de nuevos mercados, el deseo de “inventar” y la lucha malthusiana por sobrevivir. Es la
descripción más exacta de bellum omnium contra omnes (“la guerra de todos contra todos”) de Hobbes […]».
En efecto, es a través de la obra de Darwin como Marx explicó la forma en la que los débiles son eliminados
por los fuertes, aunque, como es de suponer, el marxismo en modo alguno justificaba que las leyes de la
supervivencia animal tuviesen la misma validez para el género humano. Aun así, es verificable la admiración
que Marx prodigaba a Darwin; una muestra de ello es que el segundo volumen de El capital (publicado en
1885), iba a ser dedicado al naturalista británico, pero fue el propio Darwin quien le pidió que no lo hiciese.
Es posible que las ideas de Darwin y Marx se aproximasen tanto debido a que ambos eran ateos, si bien
Darwin no hacía alarde de ello. A lo largo de su vida Darwin luchó para que se le considerase un científico,
no un filósofo. De haber aceptado que Marx le dedicase el segundo volumen de El capital posiblemente
hubiera significado que en cierto modo confesaba abiertamente su visión materialista de las cosas y su
ateísmo. No obstante, las ideas evolucionistas de Darwin y las ideas socialistas de Marx estarían
estrechamente vinculadas durante largo tiempo.
El siguiente autor en retomar las ideas evolucionistas sería Alfred Marshall, en sus Principios de economía
(de 1890), y muy especialmente en su Analogías mecánicas y biológicas en economía (de 1898). Resulta
particularmente llamativo que Marshall, quien fuera uno de los más destacados marginalistas, identificase
varios puntos de coincidencia entre la biología y la economía. En su trabajo de 1898 estudió los cambios que
se generan a partir de la actividad económica, los cuales pueden llegar a ser irreversibles. Contrario a los
postulados de la teoría neoclásica, argumentó que en ocasiones el tiempo y las condiciones reales no
siempre coinciden con el tiempo y las condiciones mecanicistas, propios de la economía neoclásica, razón
por la cual las mismas condiciones en momentos distintos no producen los mismos resultados y reconoció
que es altamente improbable que se repitan las mismas condiciones en otro tiempo y lugar. En resumen,
Marshall admitió las semejanzas entre la economía y la biología, aunque argumentó que en la práctica era
prácticamente imposible analizar las cuestiones económicas desde los postulados de la biología porque era
inconmensurable el aparato analítico necesario para conseguir tal objetivo.
NOTA 4.1
LAS MOTIVACIONES
Uno de los elementos más determinantes en el éxito de las organizaciones es el rendimiento de quienes
trabajan en ellas, y por ello la motivación cobra una importancia crucial. El punto de partida consiste en
afirmar que la motivación contribuye a incrementar la productividad laboral y además es un elemento
decisivo para el bienestar emocional de las personas. Así, el espíritu con el que un trabajador se enfrenta
a sus obligaciones diarias es determinante para el correcto desarrollo de sus tareas. Por consiguiente, es
necesario identificar los factores que impactan en la motivación, en tanto que benefician al empleado como a
la organización, porque de esa manera será posible maximizar los beneficios económicos y sociales. Sin
embargo, no es cosa fácil porque en el objetivo de medir la motivación laboral intervienen elementos
objetivos y subjetivos.
Hay dos formas de enfocar la motivación: para adquirirla y para no perderla. En el primer caso el
comportamiento se dirige por un evento positivo o deseable, mientras que en el segundo el comportamiento
es guiado por un evento negativo o no deseado. Diversos factores, como el nivel de inversión en bienes de
equipo, el desarrollo de nuevas tecnologías, procesos de innovación o bien un mezcla compleja de factores
institucionales y humanos determinan la productividad, de manera que es posible afirmar que: i) el esfuerzo
personal está directamente relacionado con la motivación, y ii) el esfuerzo personal tiene una incidencia
directa sobre la productividad.
La motivación es un conjunto de fuerzas que se originan tanto dentro como fuera de un individuo, para
incitar un comportamiento relacionado con el trabajo y determinar su forma, dirección, efectividad y duración.
Presenta dos dimensiones: intrínseca y extrínseca. En la motivación intrínseca (MI) cobran relevancia las
satisfacciones derivadas del propio desempeño, incluso en ausencia de recompensas o lleve implícito un
coste, las decisiones y los comportamientos son impulsados por la búsqueda de conocimiento o la
adquisición de habilidades, o cuando se está dispuesto a realizar determinadas actividades movidos por la
curiosidad o por el deseo de experimentar nuevas sensaciones, por el mero hecho de encontrarlas
interesantes o por el afán de divertirse y diferenciarse. Por el contrario, en la motivación extrínseca (ME) es
necesario que exista una conexión entre la realización de una actividad y las consecuencias positivas
sobrevenidas, tales como recompensas materiales, verbales o tácitas, de manera que la satisfacción no
proviene de la actividad en sí misma, sino de las recompensas extrínsecas vinculadas. En las últimas
décadas el control de daños y el autocontrol ha cobrado una inmensa relevancia, si bien en realidad son
elementos propios de la ME.
La ME asume que las recompensas externas mejoran el desempeño de una actividad en la ausencia de MI.
La mayoría de los trabajadores no cuentan con algún tipo de motivación intrínseca debido al carácter
rutinario de sus actividades, pero aun así la satisfacción proviene de la recompensa por encima de la
actividad en sí misma. Las variables a considerar en la valoración de la ME son:
NOTA 4.2
EL PODER DE LAS EMPRESAS GLOBALES
Más adelante Thomas Hobbes publicó su Leviatán («La materia, forma y poder de una
república eclesiástica y civil», en 1651), donde describe un mundo cruel y horrible,
dominado por los instintos más primarios. Para Hobbes, los seres humanos son egoístas por
naturaleza, permanentemente en busca de satisfacer sus deseos; por eso, solo la existencia
de un gobierno (o en los términos descritos por él, un soberano) que apruebe y haga cumplir
las leyes puede garantizar la paz. Y reconoce que sin gobierno no puede haber civilización,
agricultura, comercio, ciencia ni arte (dice: «En el estado natural […] la vida es solitaria,
pobre, desagradable, brutal y breve»). Es la razón y el miedo a la muerte lo que nos lleva a
renunciar al derecho natural a atacar a los demás, con la condición de que los demás
también renuncien a su derecho a hacernos daño. Mediante ese contrato o marco legal se
transfiere la suma de derechos naturales a una autoridad (es decir, un gobierno o soberano),
que en consecuencia adquiere el poder de gobernar. Para Hobbes, la autoridad debe tener un
poder ilimitado, y lo justifica dándonos a elegir entre el absolutismo o la guerra.
Aunque la economía ha existido desde el principio de los tiempos, cuando las tres obras
mencionadas salieron a la luz, la Ciencia Económica aún no había terminado de nacer. Las
tres son obras maravillosas porque tratan sobre las virtudes y las miserias de la condición
humana, y para la economía resultaron ser fundamentales porque iban más allá del universo
de las ideas filosóficas para adentrarse en el terreno farragoso de los intereses. Pero en
Utopía la economía solo puede fracasar porque en un mundo sin ambición estamos
condenados a morir de inanición y aburrimiento, aunque tampoco tenemos futuro en El
Príncipe y en Leviatán, un mundo de sometimiento al yugo de una autoridad legitimada para
cometer todo tipo de abusos imaginables. En su origen estas obras eran antagónicas, pero
para que la economía funcionara como la conocemos hoy en día era necesario que fueran
complementarias, por lo cual aún faltaba el nexo conector.
¿Cómo resolver los conflictos entre los intereses y los principios de hombres
hipotéticamente libres y racionales sin recurrir al uso de la violencia? La solución pasaba por
crear un poder superior y al que todos aceptaran someterse. En 1690 John Locke publicó
Dos ensayos sobre el gobierno civil, una obra que retoma la idea del contrato social de
Hobbes y la lleva a un nivel superior por al menos dos motivos: i) al atribuir al Estado (y no
al soberano) un poder supremo y concederle el monopolio de la violencia, señaló los
cimientos sobre los que reposaría el orden liberal–democrático, y ii) bajo el amparo del
Estado de Derecho se garantizaría el ejercicio de la libertad, pero también de los castigos que
se infringirían cuando se vean vulnerados los derechos individuales y colectivos. Sin duda
Locke fue crucial, si bien aún faltaba algo más, y esto ocurrió cuando Jean-Jacques
Rousseau en El contrato social o los principios del derecho político (de 1762) dio con la
clave al poner en valor la máxima de que todos los hombres nacen libres e iguales, pero
como animales gregarios que son están dispuestos a respetar las normas que hagan posible la
convivencia en sociedad.
En esta obra Rousseau explica que es posible encontrar una forma de asociación política
en la que cada persona pueda unirse voluntariamente a otras, pero aun así obedecerse
solo a sí misma y seguir siendo tan libre como antes. Esta tarea aparentemente imposible se
consigue con «el contrato social», en el que los individuos ceden sus derechos a la totalidad
de la comunidad, pero también a sí mismos en tanto que cada uno es parte de ella. La
«voluntad general» se descubre (pero no se crea) con el voto democrático de los ciudadanos.
Rousseau estaba convencido de que la consideración y la solidaridad eran virtudes
inherentes a la naturaleza humana, y a las que había que exaltar.
NOTA 4.3
ROUSSEAU: UN BRILLANTE CRETINO INTEGRAL
Rousseau era un tipo brillante, pero también era un ser despreciable, misógino, padre infame, cretino integral
y un arrogante (sin el menor sonrojo dijo: «Dejaría esta vida con aprensión si llegara a conocer a un hombre
mejor que yo»). Paul Johnson, en el libro Intelectuales (de 2009) relata la catadura moral de este personaje.
La lista de indignidades es larga, así que con ánimo de abreviar:
• Aunque las criadas no le tentaban, eventualmente necesitaba la compañía de jóvenes y de su amante fija,
la lavandera analfabeta Thérèse Levasseur, de la cual se avergonzaba. En Les Confessions (escrito entre
1765-1770), concluye sobre Thérèse: «[…] nunca sentí el menor rastro de amor por ella. Las necesidades
sensuales que satisfice con ella eran puramente sexuales». Eso sí, la lavandera tuvo el privilegio de
pasarse tres décadas poniéndole un catéter para que pudiera orinar.
• Con Thérèse tuvo cinco hijos y en contra de la voluntad de la madre los entregó a la beneficencia, a
L’Hôpital des Enfants-Trouvés, a pesar de saber que dos tercios de los huérfanos morían antes de cumplir
el primer año de edad. Cuando sus conocidos se lo reprocharon Rousseau se defendió: «¿Cómo podría
tener la tranquilidad mental necesaria para mi trabajo con mi buhardilla llena de problemas domésticos y el
ruido de los niños?».
• Su machismo era proverbial. Para él, las mujeres «[…] no sienten amor por ningún arte, no tienen un
conocimiento apropiado de ninguno y carecen de genio [y por tanto deben] aprender a someterse sin
quejarse al tratamiento injusto y las ofensas de su marido […]».
Es muy complicado definir lo que es la felicidad. Su búsqueda es tan antigua como la propia humanidad. De
hecho, se han empleado diversos medios para conseguirla, y en ello radica la tragedia: a pesar de que
sabemos cuál es el objetivo, desconocemos cómo delimitarlo y conseguirlo. O, como decía Séneca en De la
felicidad (58): «Todos los hombres […] quieren vivir felices; pero al ir a descubrir lo que hace feliz la vida,
van a tientas, y no es fácil conseguir la felicidad en la vida, ya que se aleja uno tanto más de ella cuanto más
afanosamente la busque […]».
David Hume se preguntó en De la tragedia (de 1757) cómo es posible que cuando uno presencia una
tragedia (ya sea en la vida real o en la ficción) el espectador siente sensaciones muy similares a las del
protagonista (real o imaginario), sea ansiedad o alegría. John Stuart Mill experimentó con mucha intensidad
esta cuestión. Tuvo una infancia única, sometido a la estricta instrucción de su padre, James Mill, y de su
padrino Jeremy Bentham, quienes se propusieron convertirlo en el más grande reformador político de su
tiempo. Cuando John cumplió veinte años ya era un erudito, pero según lo revela en su autobiografía, se
descubrió incapaz de sentir, lo que le llevó a una profunda depresión. Fue gracias a la lectura de las
memorias del enciclopedista Antoine François Marmontel (quien había vivido una infancia desgraciada),
cuando «sintió» el dolor que le transmitía el escritor, fue entonces cuando tomó conciencia de que, a pesar
de su erudición, era un hombre con un profundo deseo de ser feliz.
Los economistas clásicos consideraron a la felicidad desde una vertiente filosófica. A lo largo del siglo XX
centraron sus esfuerzos en conseguir objetivos de naturaleza económica (p.e. en materia de generación de
empleo o combate a la inflación) y asumieron tácitamente que cuando se alcanzaran todos estos objetivos de
alguna manera las personas serían más felices.
En 1974 Richard Easterlin estudió la correlación entre el ingreso y la felicidad (en el capítulo «Does
Economic Growth Improve the Human Lot? Some Empirical Evidence», publicado en el libro coordinado por
Paul A. David y Melvin W. Reder, Nations and Households in Economic Growth: Essays in Honor of Moses
Abramovitz). La paradoja de Easterlin indica que, a partir de un cierto nivel de renta, un mayor nivel de
ingresos no implica más felicidad o una mayor motivación para hacer las cosas. Por otro lado, en 1977
Andrew Oswald argumentó que esta paradoja no considera el hecho de que la motivación también está
relacionada con la personalidad, la situación personal de cada individuo, las condiciones socioeconómicas
del entorno en el que se trabaja y la manera en la que funcionan las instituciones. Con el devenir de los años
el trabajo de Easterlin ha sido criticado por autores como Michael Hagerty y Ruut Veenhoven (2003) y Betsey
Stevenson y Justin Wolfers (2008), quienes señalan que la paradoja no existe porque en realidad las
personas serán más felices y estarán más motivadas cuanto los ingresos potenciales sean mayores.
En noviembre de 2016, Hal E. Hershfield, Cassie Mogilner y Uri Barnea publicaron los resultados de una
investigación («People Who Choose Time Over Money Are Happier», en la revista Social Psychological &
Personality Science), donde preguntaron a casi 4.500 personas si para ser felices qué consideraban que era
más valioso, el dinero o el tiempo libre. El resultado fue que el 64% dijo que el dinero, aunque
contradictoriamente, quienes valoraban más el tiempo libre reconocían ser más felices. No obstante, los
resultados no son definitivos porque en este trabajo las personas preguntadas eran ciudadanos de un país
desarrollado, por lo cual, si el mismo cuestionario fuera proporcionado a habitantes de países en desarrollo (y
aún más, de países menos adelantados) es muy probable que los resultados fueran muy distintos. De hecho,
en otro trabajo («Valuing Time Over Money Is Associated With Greater Happiness»), los autores Ashley V.
Whilliams, Aaron C. Weidman y Elizabeth W. Dunn encontraron que la preeminencia del tiempo sobre el
dinero (sobre todo cuando para ganar un buen salario es necesario estar sometido a un gran estrés y a
largas jornadas laborales) depende del grado de desarrollo, pero también de la edad: a mayor edad, más se
valora el tiempo (cosa bastante natural porque este cada vez es más escaso).
Las decisiones entre tiempo libre y dinero son un predicamento, porque cuanto más dinero se tiene, en teoría
más cosas se pueden hacer, pero a cambio se dispondrá de menos tiempo para disfrutarlas. En cualquier
caso el debate entre riqueza y felicidad no está cerrado, para muestra dos viejos aforismos: i) «¿En verdad la
riqueza es un salvoconducto a la felicidad?», y ii) «El dinero no es lo más importante, sobre todo cuando se
tiene». Ambos dan mucho que pensar.
Por último, John Stuart Mill (1806–1873) fue un filósofo utilitarista y uno de los más
preclaros a la hora de abordar el conflicto entre intereses y principios. El tema aparece en
varias de sus obras, pero donde lo desarrolla con mayor brillo es en Sobre la libertad (de
1859). Defendía los derechos de los individuos al establecer la necesidad de la libertad, pero
no como un medio para lograr la felicidad, sino como un bien en sí mismo. Para él, la
libertad era una parte de la felicidad que toda sociedad estaba obligada a ejercer para que la
vida de los individuos fuera satisfactoria (Thomas Jefferson trató el tema en términos muy
parecidos, al afirmar: «Sostenemos como evidentes estas verdades: que todos los hombres
son creados iguales; que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que
entre estos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad»).
Es un defensor de los intereses, pero siempre que las consecuencias derivadas de nuestros
actos no dañen a los demás, así que para llegar al objetivo es necesario que previamente: i) se
reconozcan los límites que tiene la sociedad para ejercer el poder sobre los individuos, y ii)
se admita que la felicidad está ligada a la libertad (de pensamiento, discurso y asociación)
y a la posibilidad de elegir, siempre que no se dañe a los demás. El principio de daño
significa que cada individuo tiene el derecho de actuar de acuerdo a su propia voluntad y en
la medida en que sus acciones no perjudiquen a terceros (excluye a los que denomina
«incapaces de autogobierno», como los privados de conciencia y los niños pequeños).
Asimismo, si únicamente nos hacemos daño a nosotros mismos la sociedad no tiene derecho
a intervenir, si bien puso ciertos límites: en tanto que somos seres gregarios, hay que
considerar que el daño que nos infrinjamos también puede afectar a otras personas, en cuyo
caso la sociedad deberá impedirlo. La idea central de la filosofía política de Stuart Mill es la
tolerancia (en la línea marcada por el gran Voltaire), y por ello aboga por minimizar las
interferencias de una persona o grupo en los derechos, creencias o conductas de los demás
(para tener una visión completa de su pensamiento sobre estos temas es menester adentrarse
en sus Principios de economía política, de 1848, una síntesis brillante de lo que para él era la
justicia, la libertad y el feminismo, entre otras cuestiones).
Estos derechos fueron recogidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos,
adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en su Resolución 217 A (III), de
fecha 10 de diciembre de 1948 en París y de conformidad con los acuerdos firmados en la
Carta de San Francisco, de 26 de junio de 1945. Este documento se conforma de 30 artículos:
los numerales 1 a 11 recogen los derechos de carácter personal; 12 a 17, los derechos del
individuo en relación con la comunidad; 18 a 21, los derechos de pensamiento, conciencia,
religión y libertades políticas; 22 a 27, los derechos económicos, sociales y culturales, y 28 a
30, las condiciones y límites con que los derechos deben ejercerse.
Y bien… llegados a este punto, ¿qué diría este filósofo sobre la obligación de usar casco
cuando nos subimos a una moto o de ponernos el cinturón de seguridad cuando viajamos en
automóvil, o aún más trascendente, qué opinaría sobre interrogantes en materia de muerte
asistida o sobre la eutanasia?
RECUADRO 4.2
ALAN TURING Y EL LEGADO DE JOHN STUART MILL
Inspirado en el legado de Stuart Mill, en 1957 fue publicado el Informe Wolfenden, que recomendaba
modificaciones en las leyes británicas sobre la prostitución y la homosexualidad por considerar que en ambos
casos eran competencia de la esfera privada, y por tanto, no había razón para que fueran ilegales. Patrick A.
Devlin, Lord y uno de los jueces más respetados del país, en 1959 secundó la iniciativa formulada por James
Fitzjames Stephen y expuso sus argumentos en contra por considerar que «[…] hay una moralidad pública
que la ley debe imponer». En su ponencia, pronunciada ante los miembros de la Academia Británica de
Jurisprudencia, dijo: «Ninguna sociedad puede existir sin ideas compartidas sobre política, moral y ética […];
incluso los actos privados deben ser objeto de sanción si para cualquier hombre razonable resultan
moralmente inaceptables». Por paradójico que resulte, en las décadas siguientes en el Reino Unido
prevalecieron las arcaicas tesis de Fitzjames Stephen y Devlin (p.e. hasta 1967 las relaciones sexuales
consentidas entre dos varones adultos estuvo tipificada como delito – en España en el franquismo había un
nutrido elenco de delitos y faltas de carácter sexual, considerados en la Ley de vagos y maleantes – en
vigor desde el 4 de agosto de 1933, y donde se tenía en la misma consideración a «[…] homosexuales,
rufianes, proxenetas y a los mendigos profesionales […]», pero de los delitos de maltrato y violencia de
género no decía una sola palabra).
El 21 de octubre de 2016 el Gobierno británico aprobó la Ley Alan Turing, llamada así en honor al
matemático que descifró el código secreto de comunicación de los alemanes en la II Guerra Mundial y quien
fuera declarado culpable de haber cometido «actos indecentes», por lo cual fue castrado químicamente. De
forma trágica, el gran matemático Turing, incapaz de resistir semejante infamia (y también traición, porque
así era como le pagaba su país por los servicios prestados), se quitó la vida. Mediante la Ley Alan Turing, el
Estado británico daba el perdón a más de 65.000 convictos del delito de «indecencia», de los cuales unos
50.000 ya habían fallecido (las reparaciones económicas no estaban contempladas).
Para comprender la inmensa talla intelectual del genio victoriano, valga la siguiente historia. En su ensayo El
Positivismo inglés. Estudio sobre Stuart Mill (de 1864), el filósofo y naturalista francés Hippolyte Taine
(1828–1893) cuenta una anécdota ocurrida en su visita a la Universidad de Oxford, donde relata su asombro
por la organización y la producción científica que se muestra ante sus ojos, pero se lamenta por el escaso
interés que los ingleses mostraban por el estudio de las humanidades. Entonces le comenta a un colega:
«[…] no tenéis filosofía, cuando menos lo que los alemanes entienden por filosofía. Tenéis científicos, pero
no pensadores», a lo que su interlocutor respondió: «Tenemos a Stuart Mill…; este hombre ha elevado la
economía política a la altura máxima de la ciencia y ha subordinado la producción al hombre, en vez de
subordinar el hombre a la producción».
Stuart Mill fue un adelantado a su tiempo. Murió en 1873. Han pasado más de ciento
cuarenta años desde entonces, pero su herencia sigue vigente y no ha perdido un ápice de
lustre. Así, la diferencia sustancial entre Stuart Mill y Devlin, y lamentablemente muchos
otros (ver el recuadro 4.2), estriba en que el segundo pensaba que la ley existe para proteger a
la sociedad de todo aquello que al buen entender de la élite dominante se sale de las normas
(o más bien de «sus» normas), aunque en ese afán se vulneren derechos de los individuos,
mientras que Stuart Mill siempre defendió lo contrario.
Tanto los planteamientos de Devlin como las leyes que le destrozaron la vida a Turing son
una muestra del miedo que desde tiempos ancestrales ha existido a la libertad (si esto
ocurría en la «libertaria» Inglaterra ya nos podemos hacer una idea cómo eran las cosas en
otros sitios menos «tolerantes»). Es paradójico que a lo largo de milenios los pueblos hayan
luchado por ser libres, pero cuando los avances de la civilización han permitido que, por fin,
la libertad sea posible, muchos se paralizan y no saben qué hacer con ella. Autores
posteriores a Stuart Mill no ahorraron críticas por considerar que la preeminencia de los
intereses sobre los principios era el paradigma del Homo economicus: un ser despojado de
toda moralidad y cuya existencia solo se ve motivada por la búsqueda del lucro a cualquier
precio. Pero es un error garrafal confundir el liberalismo de Stuart Mill con el liberalismo
más rabioso y ultramontano, un terrible dislate, propio de quienes no lo han estudiado como
es debido pero se creen con el derecho a opinar alegremente y descalificarlo.
A la doctrina utilitarista se le ha acusado de ignorar deliberadamente a los menos
afortunados y de estar del lado de los ricos y poderosos. En muchos casos, en efecto, el
utilitarismo ha justificado la desigual distribución de la riqueza y el mantenimiento del statu
quo, pero en contrapartida ha sido gracias a su legado que se han preservado verdaderos
tesoros de interés general, como los parques nacionales en Estados Unidos (hay 58, el
primero en ser declarado como tal fue Yellowstone, California, en 1872, y el último, el de
Grandes Dunas de Arena, Colorado, en 2004).
Inspirado en los escritos de Henry David Thoreau de 1858 («¿Por qué no deberíamos
tener nuestras reservas nacionales […] en las que el oso y el puma, e incluso algunos de la
raza de los cazadores, pudieran seguir existiendo sin ser borrados por la civilización de la faz
de la tierra, y nuestros bosques preservados, no para el deporte ocioso, sino para la
inspiración y nuestra auténtica recreación?»), el 25 de agosto de 1916 el presidente
Woodrow Wilson firmó el Acta Orgánica, el marco legal donde se sustenta la creación de la
Nueva Agencia del Servicio de Parques Nacionales (NPS, por sus siglas en inglés) con el
objetivo de preservar territorios naturales ante la creciente explotación humana. La máxima
articuladora de esta iniciativa era «el mayor bien, para el mayor número, durante el tiempo
más largo». Así, en el corazón de la nación estadounidense, garante del capitalismo, los
parques nacionales son una de las instituciones más socialistas (en su carta fundacional se
declaran «igualitarios, públicos y sin clases sociales»), y lo interesante es que su protección
estuvo inspirada en Jeremy Bentham –no en Saint-Simon ni en Marx.
Antes nos preguntábamos si es inevitable el conflicto entre intereses y principios. No lo
es. Para que las cuestiones de naturaleza económica funcionen, es necesario que los intereses
y los principios, en lugar de estar enfrentados, se mantengan en continuo dialogo y busquen
alternativas. Por último, una modesta recomendación para quienes tengan un genuino interés
por desenmarañar el complicado nudo entre intereses y principios, leer al maestro Karl
Popper. Con el ánimo de empezar a conocerlo de manera amable, el libro indicado es La
responsabilidad de vivir (de 1994), una síntesis de su filosofía y el antídoto perfecto contra
los fundamentalismos.
RECUADRO 4.3
EL DEBER MORAL Y LOS INTERESES ECONÓMICOS
En un artículo publicado en The Lancet en mayo de 2016 («Economic Downturns, Universal Health
Coverage, and Cancer Mortality in High-Income and Middle-Income Countries, 1990–2010: A Longitudinal
Analysis»), los investigadores encontraron una correlación entre el desempleo, los recortes en gasto
público en sanidad y la mortalidad por cáncer. Las principales conclusiones señalan que:
• Entre 2008 y 2010 en los países de la OCDE la Gran Recesión fue la causante de al menos 260.000
muertes por cáncer (160.000 de ellos en la Unión Europea) y que, de no haber habido recortes, estas no
se habrían producido.
• Cada 1% de aumento en la tasa de desempleo estuvo asociado a 0,37 muertes adicionales por todos los
tipos de cáncer por cada 100.000 personas. Y asimismo, cada 1% (como porcentaje del PIB) de recortes
en el gasto público en sanidad se tradujo en 0,0053% de muertes adicionales por cada 100.000 habitantes.
La investigación fue realizada por Mahiben Maruthappu, Johnathan Watkins, Aisyah Mohd Noor, Callum
Williams, Raghib Ali, Richard Sullivan, Thomas Zeltner y Rifat Atun, científicos de las universidades de
Harvard, Oxford y el Colegio Imperial de Londres, con datos de 70 países entre 1990 y 2010 y
recabados por la Organización Mundial de la Salud y el Banco Mundial.
Otro ejemplo. Los tratamientos basados en retrovirales han demostrado su eficacia para contener el avance
de enfermedades como el VIH, pero aún son caros. Por tanto, un recorte en las partidas para la compra de
medicamentos en hospitales públicos se puede traducir en que algunos o muchos enfermos no continúen
con el tratamiento que los mantiene con cierta calidad de vida. Las grandes multinacionales farmacéuticas
financian las investigaciones y son las propietarias de las patentes. Al ser empresas mercantiles no engañan
a nadie cuando reconocen que su principal objetivo es ganar dinero, por lo cual, cuando están en una
posición de monopolio legítimamente se pueden negar a reducir el precio de los fármacos. En efecto, si
cumplen las reglas tienen pleno derecho a ejercer su poder monopolístico temporal, pero… ¿es moral que lo
hagan? Reconozcámoslo, en muchas ocasiones los comportamientos escrupulosamente ajustados a la
moralidad no se traducen en la cuenta de resultados, y al final del ejercicio de ello puede depender que la
empresa siga abierta, quienes ahí trabajan sigan percibiendo un sueldo y el Estado cobre los impuestos que
le corresponden.
Estos son algunos ejemplos donde colisionan el deber moral y los intereses económicos (como también lo
hemos visto en la pregunta anterior: ¿Es inevitable el conflicto entre intereses y principios?). En los peores
años de estrecheces económicas en Grecia, en un momento dado la sociedad se preguntó: ¿deben tener
sanidad gratuita los fumadores, los obesos, los alcohólicos y drogodependientes y todos aquellos que
corren el riesgo de morir por enfermedades evitables? Reflexionemos sobre ello.
¿Acaso es lo bueno y lo malo algo totalmente subjetivo? ¿Las valoraciones morales tienen
base objetiva? El relativismo moral dice que si algo es bueno o malo solo está sujeto a la
interpretación que tenga cada individuo, de manera que todo el mundo tiene razón (aunque
en realidad nadie la tenga). Otros piensan que no, que la verdad solo es una y quien
dice/hace lo contrario miente/obra mal, y es consciente de ello, aunque luego intente
justificarlo para ganar la simpatía, comprensión o indulgencia de los demás. En cualquiera de
los casos, es necesario diferenciar entre la exageración y el ocultamiento, de la tergiversación
deliberada y descarada de los hechos: en el primer caso se trataría de «mentirijillas» (p.e. el
Ratoncito Pérez o las historias de Disney) pero en el segundo de vulgares mentiras (p.e.
negar el cambio climático o asegurar que con la elección de un determinado candidato
desaparecerán todos los males). Aunque en ambos casos se falta a la verdad, hay que conocer
cuál es el fin que se persigue, así como las consecuencias morales sobrevenidas: en el
primer caso sería dar algo de magia e ilusión y crear felicidad, pero en el segundo, engañar
para conseguir un objetivo.
NOTA 4.4
LA POSTVERDAD
A propósito de estos temas, para el Diccionario Oxford la palabra del año de 2016 fue «Posttruth»,
Postverdad, «[…] relativa o referida a circunstancias en las que los hechos objetivos son menos influyentes
en la formación de la opinión pública que las creencias personales».
El término ya existía pero cobró relevancia tras el triunfo del Brexit en Reino Unido y de Donald Trump a la
presidencia de Estados Unidos. En realidad, la Postverdad son afirmaciones declaradas con contundencia
pero que no están sustentadas en la realidad (al menos no en «toda» la realidad), lo que significa que son
patrañas pero que al comunicarse con tal convicción los demás «aceptan» creérselas, las asumen como
ciertas y las reproducen, mientras que la verdad «verdadera» poco o nada les importa. En resumidas
cuentas, la Postverdad es una verdad echa a medida. El proceso electoral que encumbró a Trump en el
poder ha sido el más «sucio» de todos los tiempos. El polémico millonario pronunció acusaciones, medias
verdades y flagrantes mentiras a mansalva… y le salió bien.
El 11 de noviembre de 2016 The Washington Post, New York Times, The Guardian y New York Magazine
acusaron a Facebook de haber permitido la difusión de noticias falsas durante la campaña. Buzzfeed fue
más allá, al publicar un reportaje («Hyperpartisan Facebook Pages Are Publishing False and Misleading
Information At An Alarming Rate») donde analizaba un millar de artículos de prensa publicados por los
medios hiperpartidistas a favor de Hillary Clinton o Donald Trump. La investigación reveló tres cuestiones
sorprendentes:
• Al analizar las veinte noticas falsas y las veinte noticias verdaderas que más impacto generaron,
descubrieron que entre febrero y abril de 2016 las noticias verdaderas tuvieron doce millones de
«acciones» (entre me gusta y reenvíos) por tres millones de las falsas. Pero en los tres últimos meses de
la campaña las noticias falsas tuvieron 8,7 millones de acciones por 7,3 de las verdaderas.
• El 19,1% de los medios afines a los demócratas contenían al menos algún dato falso, mientras que en los
medios republicanos el porcentaje llegó al 37,7%.
• La conclusión definitiva es que Facebook deliberadamente favoreció la difusión de mensajes y noticias
falsos que beneficiaban a Trump o que perjudicaban a Clinton.
En el plano estrictamente económico, detrás de las noticias falsas hay un gran negocio. El Washington Post
publicó una entrevista («Fake News on Facebook. These College Students Came up with a Fix») realizada a
varias personas dedicadas a escribir y difundir noticias falsas. Uno de ellos es Paul Horner, un tipo de 38
años, quien por su «trabajo» de hacer virales noticias falsas gana (a través de la publicidad en Google) diez
mil dólares mensuales – él fue el «autor» del bulo que decía que el papa Francisco apoyaba a Trump o que
Hillary Clinton vendía armas al DAESH, «un gran mérito».
NOTA 4.5
EpiPen, UN SÍMBOLO DE LOS ABUSOS DE LAS FARMACÉUTICAS
RECUADRO 4.4
LOS INTERESES DE LA IGLESIA: ¿CÓMO EMPLEA EL 0,7% QUE RECIBE DEL
IRPF?
En agosto de 2011 se celebró en Madrid la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), un encuentro entre los
jóvenes de todo el mundo y el papa Benedicto XVI. Con todo derecho, un grupo de ciudadanos conformados
por católicos de base, agnósticos y ateos, entre otros, solicitó permiso para realizar una Marcha Laica para
denunciar que no estaban de acuerdo con que la JMJ se financiase con dinero público y para reclamar un
Estado genuinamente laico y aconfesional. La manifestación transcurrió pacíficamente hasta que el colectivo
laico se encontró en la Puerta del Sol con jóvenes de la JMJ. Entre ambos grupos de lanzaron improperios y
hubieran llegado a las manos de no haber intervenido la policía (si bien fue llamativo que los antidisturbios
únicamente acometieran contra los manifestantes laicos).
Cada año a principios de la primavera los contribuyentes somos bombardeados con anuncios de televisión y
cuñas de radio para avisarnos que dará inicio la campaña de la Renta, y cada año la Iglesia y diversos
organismos con intereses sociales y de cooperación nos recuerdan que debemos marcar con una X la casilla
del 0,7%. Es un pequeño gesto que puede ayudar mucho. En efecto, ese porcentaje de nuestra declaración
es empleado para fines loables y nobles; sin embargo, en la mayoría de los casos los contribuyentes no
saben cómo es utilizado, cuando lo mínimo exigible a cualquier institución que se beneficia directa o
indirectamente de recursos públicos es la transparencia. Este tema es objeto de debate entre quienes
reclaman despojar de privilegios a la Iglesia y quienes defienden que su labor es impagable y, por tanto, los
recursos públicos que recibe deben continuar y cuando sea posible incrementarlos.
El catolicismo español goza de buena salud, si bien es innegable que la relación entre la Iglesia y la sociedad
ha cambiado, como lo demuestran los datos derivados del propio informe presentado por la CEE: i) en 2014
se celebraron 240.282 bautizos, muchos menos de los 314.719 de 2009; ii) se oficiaron 52.495 bodas,
bastantes menos de las 91.281 de 2009, y iii) en 2014 hubo 244.252 comuniones, mientras que en 2009
hubo 249.255. Estos datos se complementan con los del INE en cuanto al número de divorcios. Según los
últimos datos disponibles, en 2014 se produjeron 100.746 divorcios, un 5,6% más que en el año anterior. En
esta cifra no están incluidas las rupturas de pareja de hecho, una de las fórmulas más habituales de
convivencia desde el año 2000.
En lo que a la economía le concierne, es obligatorio exigir absoluta transparencia sobre el empleo que se
da al dinero público, sea para la financiación de la Iglesia o para el mantenimiento de las instituciones,
dependencias o políticas emprendidas por el Estado, desde la Casa Real hasta los polideportivos
municipales o proyectos de cooperación al desarrollo. Es necesario que la Iglesia haga público el listado de
todos sus bienes inmatriculados por las diócesis en las últimas décadas y al amparo de la Ley Hipotecaria
promulgada en el franquismo, y donde se le otorgaba categoría de Administración Pública, lo que posibilitaba
a que con la sola firma del obispo se registraran a su nombre bienes públicos no registrados hasta la fecha
(así fue como en 2006 la Iglesia se hizo con la Mezquita-Catedral de Córdoba por solo 30 euros). Por lo
anterior, es plenamente legítimo preguntamos: ¿por qué en la declaración de la renta no se incluye otra
casilla, por ejemplo, para financiar proyectos de investigación científicos, con y sin interés
comercial?
Y por último, un apunte. Hemos dicho que la Iglesia está exenta del pago del IBI, pero no es la única
institución. Según el Real Decreto 2/2004 de 5 de marzo, por el que se aprueba el nuevo texto de la Ley
Reguladora de las Haciendas Locales, en su artículo 62 enumera quienes no lo pagan: i) los inmuebles
propiedad del Estado (como hospitales, colegios, centros penitenciarios, bibliotecas, cuarteles o ministerios,
entre otros); ii) sinagogas y mezquitas (en ambos casos, en el marco de sendos acuerdos firmados entre el
Estado; en el primer caso, con la Federación de Comunidades Judías de España – Ley 25/1992, y en el
segundo, firmado con la Comisión Islámica de España – Ley 26/1992; en ambos casos, de 10 de noviembre);
iii) la Cruz Roja Española; iv) edificios pertenecientes a gobiernos extranjeros que se destinen a
representación diplomática, consular o acción oficial; v) terrenos ocupados por líneas de ferrocarril y los
edificios enclavados en ellos (los bares de las estaciones y otros establecimientos con fines de lucro sí lo
pagan), y vi) inmuebles adscritos a fundaciones y sociedades sin ánimo de lucro (los hay de distinta
naturaleza, como ONG, la SGAE, el Comité Olímpico Español, fundaciones de grandes empresas o las
sedes principales de los partidos políticos). La ley menciona otros casos, que a solicitud manifiesta la
autoridad puede conceder la exención. Es el caso de universidades, centros docentes concertados total o
parcialmente e inmuebles que son parte de Patrimonio Histórico, entre otros.
NOTA 4.6
SLAVOJ ŽIŽEK SOBRE EL PAPEL DEL DINERO EN EL «PARAÍSO
COMUNISTA»
En una reunión del comité ejecutivo de los bolcheviques los líderes discuten sobre si existirá o no el dinero
en la Unión Soviética. Trotski, adalid del ala izquierda, dice: «No existirá porque solo es necesario en
sociedades donde existe la sociedad privada», pero Bujarin, del ala derecha, le contradice: «Por supuesto
que existirá. Toda sociedad compleja necesita dinero para regular el intercambio de productos». Al final
interviene Stalin, secretario general, que rechaza ambas visiones y argumenta: «La verdad es siempre una
síntesis dialéctica superior de los opuestos; por tanto, existirá y no existirá. Algunos lo tendrán y otros no».
Adaptación del libro Mis chistes, mi filosofía, de Slavoj Žižek (de 2015)
The Big Bang Theory es una serie de televisión producida por la cadena estadounidense CBS. Con un éxito
arrollador en muchos países, trata sobre la vida en común de cuatro científicos frikis y sus parejas. El
capítulo 11 de la segunda temporada se titula La hipótesis del regalo del artículo de baño. La historia se
desarrolla en navidades, donde el protocolo social indica que hay que hacer regalos, pero esta convención,
como otros millones de cosas, atormenta a Sheldon.
Éste le dice a Penny:
«… esa tontería institucional de los regalos no tiene sentido. Digamos que salgo de casa y me gasto 50
dólares en ti. Es una actividad laboriosa porque tengo que pensar en algo que puedas necesitar cuando
tú ya lo sabes. Podríamos simplificar las cosas entregándote los 50 dólares directamente y tú podrías
darme otros 50 en mi cumpleaños y así hasta que uno muera, dejando al otro hastiado y 50 dólares más
rico. Dime una cosa: ¿vale la pena?»
En 2009 el profesor Joel Waldfogel (de la prestigiosa escuela de negocios Warthon – Universidad de
Pensilvania) publicó el libro Scroogenomics: Por qué no deberías comprar regalos para las fiestas
(«Scroogenomics: Why You Shouldn’t Buy Presents for the Holidays» – también es el autor de «The Tyranny
of the Market»), donde explica la pérdida del peso muerto, es decir, la que se produce por la falta de
correspondencia entre lo que piensa la persona donante que el receptor quiere, y lo que este realmente
quiere.
En el capítulo Sheldon dice: «Penny, ya sé que crees que estás siendo generosa pero dar regalos se
basa en la reciprocidad. Por ello, no me estás dando un regalo, me estás creando una obligación».
Waldfogel calculó que la pérdida del peso muerto tiene un coste de aproximadamente el 10%. Es decir,
que el receptor valora al 90% el valor real del regalo que ha recibido, pero incluso puede llegar al 100% si el
regalo que le han dado simplemente no le gusta. En Scroogenomics estimó que hasta 2007 la pérdida
irrecuperable en los regalos en Estados Unidos ascendió a 60.000 millones de dólares, y solo en Navidad.
El diálogo continúa:
Penny: No, cielo, tranquilo, no tienes que regalarme nada.
Sheldon: Claro que sí. La esencia de esta costumbre es que yo ahora salga a comprarte un regalo de
similar valía y que represente el mismo o parecido nivel de amistad que representa el regalo que tú
tienes para mí… ¡No me sorprende que las tasas de suicido aumenten en esta época del año!
Un poco más adelante Sheldon parece haber resuelto el dilema cuando llega a casa con cantidad de
cestas de distinto tamaño y envueltas para regalo. Y dice: «Corría el riesgo de quedarme corto o de
pasarme, pero he diseñado un plan a prueba de fallos: abriré su regalo para mí antes y luego me
excusaré fingiendo un problema digestivo y entonces miraré por internet el precio de su regalo, elegiré la
cesta más próxima a ese valor y se la daré, y luego devolveré las otras y recuperaré el dinero».
De entre los trabajos especializados en el estudio de la pérdida del peso muerto destaca el de Mary Steffel
y sus colegas Elanor F. Williams y Robyn A. LeBoeuf («Overly Specific Gift Giving: Givers Choose
Personalized but Less-Versatile and Less-Preferred Gifts», de 2015), donde se señala que cuanto más
personalizamos los regalos es más probable que nos equivoquemos. Según este estudio, económicamente
es mejor dar tarjetas regalo porque así se reduce la ineficiencia en el intercambio. Sin duda es algo a tomar
en cuenta, pero lamentablemente nada dice cuando el regalo recibido es de un valor incalculable, y eso
es justamente lo que pasó a Sheldon con el regalo de Penny:
Sheldon: Oh, bien, Penny. ¡Has venido a intercambiar regalos! Te complacerá saber que estoy preparado
para todo lo que me puedas ofrecer.
Ella le entrega el regalo y entonces él dice: «Ahora noto que tengo cierto problema digestivo…; así que, si
tengo que excusarme abruptamente, no te alarmes». Lo abre y saca una servilleta. Primero se siente
aliviado, pero al verla con detenimiento se da cuenta que Leonard Nimoy, el actor que personificaba al Sr.
Spock en la serie Star Trek y uno de los héroes de Sheldon, la ha firmado y autografiado para él. Y cuando
Penny le dice «siento que esté tan sucia, es que se limpió con ella», a Sheldon por poco le da un infarto.
Abrumado, corre a su habitación y al cabo de un rato vuelve con todas las cestas y se las da a Penny.
La última escena es muy graciosa. Quienes deseen verla está disponible en YouTube con el título The Big
Bang Theory español regalo de Navidad de Sheldon.
NOTA 4.7
122 AÑOS ES EL LÍMITE MÁXIMO PARA UNA VIDA HUMANA
En un artículo publicado en Nature en octubre de 2016 («Evidence for a Limit to Human Lifespan», doi:
10.1038/nature19793), los investigadores afirmaban que la edad máxima de la muerte en Suecia se ha
incrementado desde los 101 años en la década de 1860 hasta los 108 en la de 1990. De hecho, observaron
que en los países desarrollados la edad máxima (plenamente verificable) es de 122 años, que fue la
alcanzada por Jeanne Calment, nacida en Arlés en 1875 y fallecida en el mismo sitio el 5 de agosto de 1997.
Por otra parte, en 1981 la tasa de fecundidad española era de 2,1 hijos por mujer, pero
desde entonces ha descendido a 1,5 y desde 2011 a 1,3, uno de los niveles más bajos del
mundo, por lo cual el reemplazo poblacional está seriamente comprometido (en 2031 se
prevé una fecundidad de 1,36 y de 1,38 en 2066). Actualmente la edad media de maternidad
se sitúa en 31,9 años, y seguirá en ascenso, hasta acercarse a los 33 años en 2066. En buena
medida, el descenso en el número de nacimientos estará determinado por la reducción del
número de mujeres en edad fértil: el número de mujeres entre 15 y 49 años bajará en 1,8
millones (un 16,6%) dentro de quince años, y en 3,5 millones dentro de cincuenta años (un
32,7%).
Y en cuanto al incremento de la esperanza de vida al nacer, a principios del siglo XX era de
41 años, la mitad (83) que en 2014. Por último, la esperanza de vida al alcanzar los 65 años
pasó de 10,5 años en 1908 a más de 21 años en 2014. Si la tendencia no cambia, en 2050
habrá 2 millones menos de jóvenes en España, 8 millones más de jubilados y 8 millones
menos de potenciales trabajadores. Así, para que cuadren las cuentas, es necesario que haya
2,5 contribuyentes por cada jubilado, pero en la actualidad es de 2,2, lo que significa que si la
propensión continúa el sistema de pensiones será insostenible, lo que predeciblemente se
traducirá en una caída real de las pensiones con respecto a la media de la sociedad, con el
consecuente deterioro en la calidad de vida.
¿Hay soluciones? Sí, aunque no son agradables. La primera es elevar la edad de jubilación
(posiblemente hasta los 69 o 70 años para 2060 – la reforma de 2011 retrasó de forma
progresiva la edad legal de jubilación de 65 a 67 años); en segundo lugar, reducir el número
de pensionistas (cosa complicada porque ahora vivimos más años), y en tercer lugar, habría
que aumentar el número de trabajadores (aunque en este caso nos topamos con el problema
de la baja natalidad). Por ello, una alternativa pasaría por retrasar la edad de jubilación y
facilitar la llegada de inmigrantes pero sin derecho al cobro de pensiones (aunque hay que
tener presente que al cabo de diez años de residencia legal tendrían derecho a solicitar la
nacionalidad española – dos años, en el caso de países de América Latina, Filipinas y Guinea
Ecuatorial), o bien endurecer (aún más) los requisitos, como por ejemplo subir el número de
años cotizados. Como es natural, todas estas son medidas muy impopulares.
Por todo lo anterior, ¿existe una relación entre la esperanza de vida y la edad de las
jubilaciones? Por supuesto que la hay, por ello en el futuro tendrán que nacer más niños,
habrá que trabajar más años y jubilarse más tarde, introducir un nuevo impuesto especial para
financiar las pensiones o aceptar la llegada masiva de población inmigrante. Otra alternativa
es directamente cambiar a un sistema de capitalización (el modelo español se denomina de
reparto y en resumidas cuentas consiste en que las cotizaciones salen transformadas en
pensiones), donde al final de la vida laboral cada uno reciba lo que ha acumulado.
RECUADRO 4.6
FONDO DE RESERVA DE LAS PENSIONES
El derecho a la jubilación no es tan reciente. El emperador Augusto (27 a.C. - 14 d.C.) dispuso que en
tiempos de paz los jóvenes podían alistarse voluntariamente en las legiones romanas, pero en tiempos de
guerra era obligatorio. En todos los casos los reclutas recibían una dura instrucción a lo largo de 4 meses y
permanecían en activo durante 25 años. Una vez cumplido ese tiempo recibían una parcela de tierra o una
cantidad de dinero equivalente a la paga de 12 años (entre 3.000 y 5.000 denarios). Así se crearon ciudades
como Emérita Augusta, hoy Mérida, para acoger a los veteranos de las legiones que habían combatido en el
norte de la Península Ibérica.
En la España de la actualidad las pensiones se gestionan desde la comúnmente conocida como hucha de
las pensiones, la cual se sustenta en la Ley General de la Seguridad Social (1/1994 de junio) y su
funcionamiento reposa en la Ley 28/2003 de septiembre, reguladora del Fondo de Reserva de la Seguridad
Social.
• El modelo teórico: las pensiones se nutren fundamentalmente de las cotizaciones de los trabajadores a la
Seguridad Social. El modelo es sostenible en tanto la pirámide poblacional funcione como se espera que lo
haga en teoría, es decir, que las personas empiecen a cotizar a una edad relativamente temprana, a lo
largo de su vida tengan hijos (que llegado el momento también cotizarán) y luego de varios años de
actividad productiva el trabajador se podrá jubilar en condiciones adecuadas.
• ¿Por qué fue necesario crear el Fondo? En los últimos años España (y en general las economías
desarrolladas) ha experimentado grandes cambios demográficos. En la actualidad las familias son más
pequeñas, la esperanza de vida se ha alargado, las personas empiezan a trabajar más tarde…; en fin, todo
lo cual ha hecho necesario buscar alternativas al modelo original de las pensiones. En previsión de que los
niños nacidos en el período conocido como el baby-boom (y que comprende de finales de la década de los
cuarenta hasta mediados de la década de los sesenta) se jubilarían y de que eventualmente no habría
suficientes cotizantes en activo «que pagaran» sus pensiones, en tiempos del primer gobierno de José
María Aznar se creó este Fondo.
• ¿Cómo está conformado? El Fondo empezó a acumular reservas en el año 2000, procedentes
fundamentalmente de los excedentes de ingresos que financiaban las prestaciones de carácter contributivo
(cotizaciones) y de los gastos necesarios para su gestión, resultantes tras la liquidación presupuestaria del
ejercicio (transferencias del Estado). En segundo lugar, proceden de los ingresos financieros y otros de tipo
no financiero. En tercer lugar, los ingresos también proceden de los excedentes de la gestión de las
mutuas de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales de la Seguridad Social, derivados de la
prestación de incapacidad temporal por contingencias comunes (p.e. ingresos patrimoniales y tasas). de la
prestación de incapacidad temporal por contingencias comunes (p.e. ingresos patrimoniales y tasas).
• ¿Cómo opera? El Comité de Gestión es el responsable de señalar los criterios de inversión. Así, por
ejemplo, los gestores no pueden invertir en renta variable y, de hecho, únicamente lo pueden hacer en
deuda española, alemana, francesa y holandesa. En ningún caso el volumen nominal de títulos del Tesoro
español adquiridos por este fondo puede superar un porcentaje que ronda entre el 10% y el 13% del total
de la deuda del Estado español en circulación (incluidos bonos, letras y obligaciones). También está
limitada la inversión en deuda pública de emisiones extranjeras, que ronda entre el 50% y el 55% del total
de la cartera. En 2011 el Fondo únicamente compró deuda española, un momento crítico porque entonces
los mercados habían perdido la confianza en este país.
• ¿Y qué pasa cuando las cosas se tuercen? En los peores años de la Gran Recesión el gobierno se vio
obligado a retirar dinero del Fondo para hacer frente a determinados pagos, como la paga extra de las
pensiones de junio o diciembre. En 2011 el Fondo llegó a tener un valor superior a los 71.000 millones de
euros, pero en 2014 había bajado a los 41.634 millones de euros (solo en ese año se extrajeron 15.300
millones).
• Para hacer frente a las pensiones y la paga extra de verano, en 2015 se precisaron 6.530 millones, 3.750
de los cuales provinieron del Fondo y 2.780 del excedente de la gestión de las mutuas. Un año más tarde
las cosas fueron a peor. En junio de 2016 la Seguridad Social retiró 8.700 millones, la mayor cantidad de
una sola vez hasta la fecha (la anterior fue en diciembre de 2013 y entonces se retiraron 8.000 millones).
En 2011 en el Fondo había 66.815, pero entre 2012 y el verano de 2016 se retiraron 54.151 millones, y
hasta diciembre de 2015, 8.130 millones del excedente de las mutuas. En resumen, entre 2012 y 2016 el
gobierno de Mariano Rajoy consumió el 87% del dinero que había en 2011.
• ¿Cómo es el futuro? Es complicado. En los últimos años se ha visto reducida drásticamente la natalidad y
al mismo tiempo a lo largo de los próximos diez años se jubilará una buena cantidad de baby–boomers,
por lo cual el sistema a todas luces es insostenible. En 2015 y 2016 se superaron los 130.000 millones de
euros de presupuesto para pensiones, pero por otra parte nunca antes ha habido tantos pensionistas como
ahora. Los Presupuestos Generales del Estado (es decir, los que prepara el Gobierno y que solo incluyen
sus gastos) dedican 39 de cada 100 euros a pensiones.
• Otros fondos en el mundo. El fondo de reserva de Estados Unidos, Social Security Trust Fund, es el más
antiguo (fue fundado hace 75 años) y el que acumula un mayor patrimonio, con 2,7 billones de dólares
(dos coma siete millones de millones – es una cantidad inmensa, sobre todo si consideramos que el PIB de
España es de 1 billón de euros). Pese a este liderazgo, según la OCDE su peso sobre el PIB del país
(16,5%) no es el mayor y, de hecho, está por debajo de la media, del 18,3%. El fondo con el mayor peso en
el Producto Interior Bruto es el de Corea del Sur (32,4%) y gestiona el tercer mayor fondo de reserva,
National Pension Service, con 404.500 millones de dólares. Probablemente el mejor gestionado es el
noruego. Este pequeño país de algo más de 4 millones de habitantes tiene un fondo que gestiona un
capital de 870.000 millones de dólares, tiene participaciones en casi 10.000 compañías y de media
controla el 1,3% de cada empresa cotizada a nivel global.
El derecho a disfrutar de una pensión al final de una larga, ardua y fructífera vida laboral es uno de los pilares
sobre los que se construyó el Estado de Bienestar, pero en tanto los problemas demográficos persistan las
cosas empeorarán, pero además hay otro acuciante problema.
A finales de 2015 un trabajador recién jubilado cobraba una pensión que de media alcanzaba los 1.342 euros
al mes (según cifras oficiales de la Seguridad Social), mientras que un empleado recién contratado percibía
de media 1.270,5 euros al mes (según datos de la Encuesta de Población Activa, EPA, de diciembre del
mismo año). La devaluación salarial y el elevado nivel de desempleo provocado por la Gran Recesión
conllevaron a que en el verano de 2016 fueran necesarios 3,73 nuevos contratados para sufragar la pensión
de cada nuevo jubilado. En efecto, el desequilibrio en las cuentas de la Seguridad Social obedece a que hay
menos cotizantes y porque los que hay aportan menos, porque… cobran menos.
Finalmente, según el informe «Un déficit significativo», publicado por AVIVA en colaboración con la
consultora Deloitte (del 8 de septiembre de 2016), en los próximos años crecerá la brecha entre la pensión
de jubilación que recibirán los ciudadanos y la cantidad de dinero que necesitarán para mantener el nivel de
vida actual. Prevén que los 25 millones de españoles que se jubilarán entre 2017 y 2057 en su conjunto
necesitarán ahorrar 191.500 millones de euros al año (equivalente al 17% del PIB) para completar su futura
pensión de jubilación y asegurarse un nivel adecuado en los años de retiro. De cumplirse estos vaticinios
cada español tendrá que ahorrar en torno a 7.700 euros anuales (solo se consideran las pensiones – quedan
excluidos inmuebles, fondos de inversión y depósitos).
* * *
Para profundizar en el tema y conocer cómo percibe la población española el futuro en materia de
jubilaciones, se propone escuchar el Podcast «Los españoles ante la jubilación» (emitido el 26 de mayo de
2016), disponible en el programa Cuaderno Mayor de la página de Radio Televisión Española
(http://www.rtve.es/alacarta).
¿La economía también tiene que ver con los hábitos alimenticios de
los pueblos?
Naturalmente, y para demostrarlo veamos algunos ejemplos.
En 1661 los comerciantes solicitaron al rey Carlos II de Inglaterra que no subiera los
impuestos a la importación de azúcar, y para convencerlo le hicieron un regalo exótico, una
piña…, y funcionó. El rey quedó enganchado, quiso seguir disfrutando de la miel del goloso
regalo y por eso decidió mantener los aranceles como estaban, lo que contribuyó a dinamizar
el comercio y a la postre convirtió Londres en el principal puerto de la época.
En el verano de 1867 la demanda de fresas con nata entre la sociedad estadounidense
propició el desarrollo de una innovación muy notable, el transporte refrigerado de alimentos,
y dos años más tarde los trenes de la Central Pacific y Union Pacific transportaban alimentos
frescos y perecederos desde Nueva York hasta California.
En 1888 en España se creó un impuesto especial a la producción e importación de alcohol
y aguardiente y que a su vez sería el precedente del creado en 1917 a la producción de
cerveza. Un poco más tarde, el 17 de enero de 1920 en Estados Unidos entró en vigor la Ley
Seca («Volstead Act», vigente hasta 1933) que prohibía la producción y venta de bebidas
alcohólicas. Desde mediados del siglo XIX la sidra había sido la bebida alcohólica más
popular en los estados sureños, pero tras la llegada de esta ley los agricultores y productores
comprendieron que o se renovaban o sus negocios se irían a pique. La solución fue el puré de
manzana. Sin esta transformación es muy probable que el tradicional American Pie hoy en
día no despertara verdadera pasión entre los consumidores estadounidenses.
NOTA 4.8
PROHIBICIÓN EN EL PUEBLO DE JACK DANIEL’S
Jack Daniel’s, fundada en 1866, es una de las destilerías más famosas de Estados Unidos. En 1910 el
estado de Tennessee fue uno de los primeros en prohibir la producción, comercialización y consumo de
alcohol y tras la abolición de la Ley Seca (en 1933) el gobierno estatal permitió que cada condado decidiera
si permitía el consumo y la venta al público. En Lynchburg (casa del Jack Daniel’s) y en otros 20 de los 95
condados de Tennessee optaron por eliminar la prohibición para la cerveza y el vino, pero no para el whisky
ni ninguna otra bebida con alta graduación (de hecho, a día de hoy en 17 de los 50 estados, todos son
sureños, tienen algún tipo de prohibición al consumo de alcohol). Cuando los habitantes de Lynchburg
quieren tomarse un par de tragos de su buen whisky tienen que subir al coche y recorrer los 40 kilómetros
que les separa de Fayetteville.
Haga frío o calor, los helados y granizados tienen aceptación a lo largo de todo el año. La
industria de los helados fue creada en 1881 en Wisconsin como un acto de rebeldía contra las
denominadas leyes morales, que entre otras cuestiones prohibían comer helado los domingos,
pero el camarero Louis Harrison las desafió cuando preparó el primer sundae (helado bañado
de sirope, nata y adornado con una cereza).
¿Y en cuanto al ocio?
El 1 de septiembre de 2012 en España entró en vigor el incremento del IVA cultural desde
el 8 hasta el 21% y, como es de suponer, tuvo un importante efecto sobre el consumo. ¿Por
qué? Es sencillo de explicar, porque las actividades relacionadas con las industrias culturales
son susceptibles de ser sustituidas por otras, por lo cual se trata de un mercado cuya
demanda es elástica.
RECUADRO 4.7
POBREZA Y OPULENCIA EN LA LITERATURA Y EL TEATRO EN TIEMPOS DEL
SIGLO DE ORO
Robert Goodwin en su libro España. Centro del mundo (de 2016) describe que en 1597 las autoridades se
propusieron identificar a los más de 4.000 menesterosos que vivían en las calles de Madrid, a 650 de los
cuales se les concedió una «licencia para mendigar» y al resto les dieron cinco días para encontrar trabajo o
marcharse de la ciudad. Quienes se atrevían a pedir sin licencia y eran descubiertos recibían la «paliza
caritativa» y se les expulsaba, pero no se les metía en la cárcel por no poderla pagar. En ese tiempo la cárcel
no era el lugar para purgar una pena, sino el sitio donde se esperaba el castigo o el perdón. Quienes
cometían crímenes eran obligados a pagar una multa, se les amputaba una mano, se les enviaba a las
galeras a remar o eran ahorcados. Salvo los religiosos, que tenían sus propias cárceles, nadie era encerrado
por un número específico de años. Y en el caso de las mujeres, se les castigaba por hechiceras,
amancebadas (por hacer vida común con un hombre sin estar casadas), ladronas, adúlteras o asesinas.
En tiempos del Siglo de Oro (1492–1681) en Sevilla había cinco presidios, entre los que destacaba la Cárcel
Real, donde el genial Cervantes empezó a escribir El Quijote, encarcelado por las deudas acumuladas. En
esta cárcel vivían hacinados más de 2.800 presos, pero las condiciones no eran las mismas para nobles,
personas ilustradas, gente corriente o valientes, rufianes consumados. Según un testimonio del sacerdote
Pedro de León (quien prestó sus servicios en esta cárcel), todos los presos recién llegados pagaban «el
escote», un impuesto revolucionario.
Por un puñado de ducados de oro los más acomodados pasaban por la puerta de oro, que daba acceso a
cuartos muy cerca de la zona donde vivía el alcaide y daba derecho a gozar de ciertas comodidades, por un
puñado de reales se pasaba la puerta de plata y por un vellón por la puerta de cobre, el que cobraba el
carcelero por el trabajo de poner los grilletes. El vellón fue instaurado durante el reinado de Felipe II. En
1556 se emitieron los primeros para mejorar la oferta de moneda fraccionaria. Eran acuñados en una
aleación de plata y cobre, y por tanto de menor valor nominal que las monedas de plata pura, aunque la casa
que las imprimía les daba el mismo valor facial, lo que beneficiaba al emisor pero perjudicaba al resto de la
economía. Paulatinamente la proporción de plata fue menguando y desde 1602 todos los vellones eran
acuñados en cobre.
La comida y el abrigo corrían por cuenta de la familia del preso. Los más acomodados pagaban por tener una
celda propia e incluso podían pasar las noches acompañados de prostitutas (las bien vestidas y de buen ver
eran las izas y por sus servicios llegaban a ganar hasta 5 ducados al día, pero las menos agraciadas eran las
rabizas y a lo sumo ganaban unos 60 cuartos – un servicio podía costar en torno a la cuarta parte del salario
medio de un jornalero), con algo de dinero se podía dormir en cama individual en celda compartida pero los
más pobres tenían que compartir jergón, y en todos los casos el alcaide se llevaba una parte. En el patio
interior de las cárceles se podía comprar frutas, verduras, aceite, vinagre, vino, papel y tinta, justo lo que
Miguel de Cervantes necesitó para escribir las primeras páginas del Quijote. En una sociedad en la que 7
de cada 10 personas eran analfabetos, es muy probable que el ilustre bachiller escribiera cartas personales y
burocráticas a cambio de dinero o favores.
La otra cara de la moneda es William Shakespeare, un coetáneo de Cervantes. El Bardo acumuló una
importante fortuna, fruto de su trabajo como dramaturgo, pero también porque supo invertir el dinero y
aprovechar las oportunidades.
Durante más de quince años Shakespeare acumuló tierras agrícolas e inmuebles en Warwickshire, acaparó
cereales para venderlos a precios muy superiores cuando escaseaban por las malas cosechas provocadas
por temporadas de frío extremo y veranos torrenciales (de hecho, en febrero de 1558 fue procesado por
acumular 80 bushels de malta y maíz durante la época de carestía – el bushel era equivalente a la fanega
española, una unidad tanto de volumen, capacidad como de superficie), en 1590 estuvo cerca de entrar en
prisión por no pagar impuestos y era un conocido prestamista (hay constancia de que en julio de 1604
denunció a un farmacéutico por no devolver un préstamo concedido para la compra de 20 bushels de malta –
unos 15 kilos). También creó una compañía para gestionar la representación de sus obras. Todas estas
actividades le hicieron un hombre tan rico que se retiró en 1613, a la edad de 49 años, aunque murió pronto,
el 23 de abril de 1616.
NOTA 4.10
EL COSTE DEL 11-S EN MEDIDAS DE SEGURIDAD EN LOS AEROPUERTOS
En abril de 2007, Garrick Blalock, Vrinda Kadiyali y Daniel H. Simon publicaron una investigación («The
Impact of Post-9/11 Airport Security Measures on the Demand for Air Travel») sobre el coste derivado de las
medidas adoptadas en los aeropuertos de Estados Unidos tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.
Calcularon que las medidas de revisión del equipaje redujeron el flujo de pasajeros en un 9% en los 50
mayores aeropuertos y provocaron pérdidas para el sector de las aerolíneas por 1.100 millones de dólares en
cinco años, un 11% de las pérdidas generales eran atribuidas directamente a los atentados. Además, el
número de turistas con destino a Estados Unidos decreció en los tres años siguientes a los ataques.
Asimismo, a diferencia de los otras disciplinas, desde la economía se pueden estudiar los
problemas derivados de la violencia y los conflictos con un amplio margen de libertad que
no obliga a tener que asumir juicios morales ni a tomar partido por alguna de las partes
enfrentadas en torno a un conflicto. Las herramientas cuantitativas permiten explicar, por
ejemplo, por qué los jefes de los cárteles del narcotráfico en México o de la guerrilla en
Colombia son muy apreciados por una parte de la población rural. Con independencia del
sentimiento de rechazo del investigador, la economía también permite explicar por qué
durante los ocho años que duró la guerra civil en El Salvador el PIB registró un crecimiento
del 6% anual, pero cuando finalmente se firmó la paz descendió al 1%.
En los países desarrollados la economía ha permitido calcular, por ejemplo, que en Canadá
el coste de la violencia asociado al maltrato contra las mujeres en 1999 ascendió a 684
millones de dólares y diez años más tarde alcanzó los 2.230 millones. Esta cantidad
comprende los costes empresariales y hospitalarios asociados y la posterior terapia
psicológica. Y en el caso de España, varios economistas estudiaron los efectos económicos
del terrorismo practicado por ETA en el País Vasco y Navarra, tanto en términos de la
deslocalización de empresas como de la pérdida de turistas y de la IED, que eligió un destino
diferente.
Pero la economía no solo estudia cuestiones monetarias. Si bien mayoritariamente los
temas asociados a la violencia y los conflictos generan un impacto económico, puede haber
problemas en el sentido inverso, es decir, que la economía propicie problemas que impactan
severamente en la sociedad debido, por ejemplo, a que en las actuales condiciones de
competitividad prevalece un ambiente de tensión entre los intereses de las empresas y las
condiciones de vida de los trabajadores.
Cuando diversas ONG denunciaron que la empresa Nike explotaba mano de obra infantil
en países del sudeste asiático, muy pocos compradores de esas zapatillas habían imaginado
que detrás de la marca había una red empresarial que se aprovechaba de las necesidades de
los más débiles. La reacción no se hizo esperar: los consumidores estadounidenses se
plantearon dejar de comprarlas. En efecto, la empresa dejó de contratar mano de obra infantil,
con lo cual esos niños perdieron sus trabajos, con la subsecuente pérdida de ingresos para sus
familias. En este caso Nike dejó de contratarlos pero no suplió la carencia de los salarios que
percibían estos niños con programas de ayuda. Ciertamente, causas económicas pueden
impactar sobre la violencia y los conflictos, y a su vez, los conflictos pueden tener
consecuencias económicas. En efecto, los rudimentos económicos también pueden servir
para reconocer la correlación entre estas cuestiones. Por último, veamos tres interesantes
ejemplos.
En 2001 Steven D. Levitt (coautor del libro superventas Freakonomics) y John D.
Donohue publicaron un artículo («The Impact of Legalized Abortion on Crime») donde
argumentaban que los delitos en California mayoritariamente eran cometidos por jóvenes de
entre 18 y 24 años y provenientes de los suburbios marginales. Los datos indicaban que la
tasa de criminalidad empezó a declinar en 1992 pero sin haber una explicación aparente, ni
por las políticas públicas emprendidas ni por una reducción de la pobreza en los barrios
menos favorecidos. Puede que la conclusión a la que llegaron sea moralmente reprochable,
pero su análisis estadístico es impecable. Su investigación explica que en 1973, en la
sentencia del caso Roe vs. Wade la Corte Suprema despenalizó el aborto en California, por lo
cual muchos niños de familias desestructuradas y con graves problemas simple y
sencillamente no nacieron, de manera que dos décadas más tarde no pudieron haber cometido
delitos.
En algunos casos es muy evidente la correlación entre el aumento de las tasas de pobreza
y el aumento de la delincuencia. Por ejemplo, en los últimas dos décadas en Japón se disparó
el número de ancianos sin recursos ni familia que cometían delitos, con el verdadero objetivo
de entrar en prisión y así dejar de vivir en la calle. En Reino Unido, entre 2004 y 2014 la
población reclusa mayor de 60 años y sin recursos creció un 125%, hasta los 3.720 presos en
junio de 2015. En España este fenómeno aún no es significativo, seguramente debido a los
fuertes lazos familiares, aunque por otra parte la población reclusa sexagenaria y mayor ha
registrado un aumento importante: en 1985 había 108 presos, en 2007 eran ya 1.335 y en
2015, 2.173 reclusos penados (no preventivos) que habían superado los 60 años de edad.
Según datos publicados por el INE (véanse las estadísticas de defunciones según la causa
de muerte), en 2014, 3.910 personas se suicidaron en España: 2.938 eran hombres y 972
mujeres. En total, un 20% más que en 2007, antes del estallido de la Gran Recesión. Pero el
caso español no es aislado. Una investigación de 2014 auspiciada por la Universidad de
Oxford y publicada en The British Journal of Psychiatry («Recession “Linked With” Over
10,000 Suicides Across Europe and North America») señalaba que las dificultades
económicas fueron la causa directa del aumento de los suicidios en todos los países
occidentales. Los autores estimaron en 10.000 las muertes causadas en todo el mundo por la
crisis económica más reciente (hasta diciembre de 2014).
RECUADRO 4.8
El juego de la cuerda o de la soga existe desde tiempos inmemoriales. Entre 1900 y 1920 fue deporte
olímpico e incluso en las tierras altas de Escocia y en el País Vasco aún es considerado como deporte. Es
muy simple, solo hay que tener una cuerda larga, dos equipos y cada uno tira para su lado hasta que el
contrario no resiste y pierde. En economía el juego de suma cero se basa en el mismo principio: la ganancia
de cada parte es en perjuicio de la otra.
Margin Call es una película de 2011 dirigida por Jeffrey C. Chandor. En la jerga del mundo financiero margin
call se refiere a la llamada que ningún inversor de bolsa quiere recibir. Es cuando el bróker llama para
notificarle que el valor de las acciones ha caído por debajo del margen de seguridad y debe tomar una
decisión: ingresar más dinero en la cuenta para restituir la pérdida de valor de las acciones, o venderlas al
precio que diga el mercado (y por supuesto, pagar al bróker por sus «diligentes» servicios).
La historia comienza cuando el joven y brillante analista Peter Sullivan (papel protagonizado por Zachary
Quinto – entre otros, ha hecho de Sr. Spock en Star Treck. La Nueva Generación) descubre que «la fiesta se
ha acabado» y que el sistema financiero caerá y arrastrará consigo al resto de la economía. La película se
desarrolla a lo largo de una noche y el día siguiente. En una reunión que resultará ser definitiva los máximos
accionistas de la firma deciden aprovechar el conocimiento que tienen de la situación, ganarle la partida al
mercado y vender a cualquier precio todos los activos a lo largo de la jornada que tienen por delante. Para
conseguir el objetivo, a los brókers se les ofrece una gran cantidad de dinero.
En los últimos minutos de la película Sam Rogers (papel protagonizado por Kevin Spacey y quien tiene bajo
su dirección a los brókers) sube a la planta reservada VIP para encontrarse con John Tuld, CEO de la firma
(encarnado por Jeremy Irons) y decirle que la gente a su cargo había cumplido el objetivo de colocar las
acciones al mejor precio posible, cuando en realidad no valían un céntimo. El diálogo es el siguiente:
John: Sam. Siéntate, te mereces una felicitación.
Sam: ¡Han hecho lo que han podido!
John: ¡Tú lo has hecho genial! Perdona que coma pero ha sido un día muy largo… ¿Qué puedo hacer por
ti?
Sam: Quiero irme. Se acabó, quiero irme. Necesito que liberes mis acciones. Si es que valen algo todavía.
John: Tendrás tus bonificaciones y el salario, pero necesito que esperes conmigo 24 meses.
Sam pone cara de hastío por todo el engaño del que ha formado parte.
John: ¡Oh… vamos! Sonríe un poco. ¡Sabes, empiezo a sentirme un poco mejor con todo esto! No ha
estado tan mal, porque después de todo no has estado cavando zangas.
Sam: Eso es verdad, porque al menos habría agujeros para probarlo. ¡Es que no sé cómo hemos podido
fastidiarlo tanto!
Con ironía John dice: ¿Te sientes culpable por haber dejado a muchas personas sin trabajo? ¡No vale la
pena! Después de todo, es solo dinero. Se fabrica y listo. Son papeles con retratos de gente para que no
tengamos que matarnos para conseguir comida. ¡No es malo! Lo que hacemos y lo que hoy ha pasado
no es diferente a lo que ha sido siempre.
A continuación John enumera algunas de las más profundas crisis económicas y financieras por las que ha
atravesado la humanidad: «1637, 1797, 1819, 1857, 1884, 1901, 1907, 1914, 1924, 1929, 1937, 1974,
1987, aquel año sí que fastidió bien, 1992, 1997, 2000, 2008…; cada vez es igual, una y otra vez y no
podemos evitarlo. Y tú y yo no podemos controlarlo, ni pararlo ni frenarlo, como mucho alterarlo
ligeramente. ¡Solo reaccionamos! Ganamos mucho si lo hacemos bien y podemos perderlo todo si lo
hacemos mal. En el mundo siempre ha habido y siempre habrá el mismo porcentaje de ganadores
y perdedores, ricos felices y pobres desgraciados, peces gordos y perros hambrientos. Sí, puede que
hoy en día seamos más ricos que nunca, pero los porcentajes son exactamente iguales.»
Sam se levanta de la mesa y dice: Tu pequeño discurso no me convence, pero lo haré. Necesito el dinero.
Este dialogo pone en evidencia la forma como piensa John Tuld, un tiburón de las finanzas acostumbrado
a pasar por encima de quien haga falta y a quien le tiene sin cuidado que otros pierdan su empleo o se
queden en la calle, un claro ejemplo de suma cero.
Indonesia y Malasia concentran el 80% del comercio de aceite de palma a nivel mundial.
Según la gestora de fondos Green Century Capital Management, se trata de una industria de
más de 45.000 millones de euros. Una importante cantidad de los productos disponibles en
las estanterías de los supermercados contienen este aceite (como helados, margarinas, pizzas
y el Kit-Kat, entre otros), pero también de la industria cosmética (como barras de labios y
champús), así como algunos tipos de biocombustibles. Según Fondo Mundial para la
Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés), las áreas de explotación crecen a tasas
superiores al 5% anual, lo que ha provocado la tala masiva de la selva autóctona y ha
contribuido al cambio climático, pero además estas selvas son los únicos lugares donde
habitan los orangutanes. Por ello, en este caso, en efecto, todas las ganancias son para la
industria mientras que los inteligentes primates están abocados a la extinción o al cautiverio
en zoológicos, para el mayor divertimento de los visitantes.
Veamos otro caso.
Uber es una aplicación de móvil para el transporte entre particulares y emplea algoritmos
para conectar pasajeros con los conductores (es la principal empresa de taxis del mundo y sin
embargo no posee un solo vehículo en propiedad). El sector del taxi de muchas ciudades del
mundo desde el primer momento ha mostrado su rechazo por considerar que este sistema
propicia la competencia desleal, el intrusismo y porque lo que Uber gana ellos lo pierden.
¿Sobre este tema qué tiene que decir la economía? En primer lugar, que en realidad lo que
Uber está haciendo es abrir un mercado nuevo. Asimismo, puede que los taxistas pierdan
cuota de mercado, pero al final los beneficiados pueden ser muchos más usuarios. Y en tercer
lugar, detener el avance que imponen los desarrollos tecnológicos es inútil. Una muestra de
ello es que a lo largo de los últimos veinte años hemos sido testigos del esmero con el que la
industria discográfica ha tratado de combatir la piratería, pero los logros conseguidos son
insignificantes. Por el contrario, en el momento en que esta industria comprendió que la
mejor alternativa pasaba por sumarse a la ola, surgieron empresas como Spotify.
El rechazo que los taxistas manifiestan contra Uber no es tan novedoso. Históricamente
los procesos de innovación se han enfrentado a la resistencia de ciertos gremios de
trabajadores por considerar que las nuevas reglas los echarían del mercado, y en muchos
casos así ha sido. En 1760 el ingeniero Richard Arkwright inventó una revolucionaria
maquinaria para el hilado del algodón. En ese entonces en Inglaterra había más de 5.200
hilanderos y que empleaban a unos 27.000 trabajadores (en total unas 32.000 personas
trabajaban en el sector). El invento de Arkwright tuvo una mala acogida porque estos
trabajadores vieron amenazado su medio de vida. Al final, y gracias al apoyo de las fuerzas
del orden, se fueron introduciendo las máquinas e inexorablemente los viejos telares
manuales fueron desapareciendo. La cuestión fue que en 1787, veintisiete años después de
que la novedosa máquina de Arkwright viese la luz, los datos censales arrojaron que el sector
del hilado y tejido del algodón empleaba a más de 320.000 trabajadores.
En realidad toda revolución tecnológica tiene costes en términos de destrucción de puestos
de trabajo, y eso incluye a la más reciente. Una conferencia pronunciada el 12 de noviembre
de 2015 por Andy Haldane, economista jefe del Banco de Inglaterra (disponible en el
buscador del banco con el título «Labour’s Share – speech by Andy Haldane»), es decir, una
persona libre de sospecha de confraternizar con los augurios más demagógicos, afirmó que
en las próximas dos décadas se destruirán 15 millones de puestos de trabajo en Reino Unido.
Con una población de 64 millones de habitantes, el 73,7% de la población activa tiene trabajo
(31 millones de británicos), pero si las máquinas y robots continúan su progresiva incursión
en los medios de producción inevitablemente se traducirá en la destrucción de un importante
número de trabajos.
En conclusión, en la economía puede haber ganadores y perdedores. En algún caso los
perdedores pueden tener una segunda oportunidad para reinventarse (como en Uber), pero en
otros los cambios pueden ser tan radicales que lleven a la muerte de un entorno (como las
selvas donde siempre han vivido los orangutanes) o sector productivo, con la consiguiente
destrucción de puestos de trabajo.
NOTA 4.11
GRÚAS Y ASCENSORES A VAPOR PARA LOS MUELLES DE LONDRES
Entre 1870 y 1880 la marina mercante británica incrementó su actividad hasta alcanzar los 22 millones de
toneladas (solo en cuanto al registro de despachos a los mercados del extranjero), pero en esos diez años el
número de empleados disminuyó en 2.990 puestos. ¿Por qué sucedió? Por la introducción de grúas y
ascensores mecánicos impulsados a vapor para subir o descargar las mercancías de los barcos.
NOTA 4.12
EL PAPEL DE LOS BANCOS CENTRALES EN LAS CRISIS
En los últimos cien años se ha construido un conjunto de herramientas muy útiles para prevenir las crisis.
Hoy en día los diversos agentes económicos, y muy en especial los bancos centrales, están bien
capacitados para detectar los problemas y resolverlos. Las dos principales atribuciones de los bancos
centrales han sido: i) contener la inflación, y ii) evitar la conformación de burbujas que podrían desencadenar
en crisis.
En efecto, en la mayoría de los países se ha controlado la inflación, por lo cual se podría decir que se ha
conseguido el primer objetivo. Sin embargo, como bien sabemos (porque lo hemos experimentado en los
últimos años) el trabajo de los bancos centrales no ha sido tan eficaz en la consecución del segundo objetivo.
En los últimos treinta años ha habido crisis monetarias y financieras en países grandes y poderosos, como
Estados Unidos, Reino Unido y Japón, pequeños y ricos, como Islandia, emergentes y ricos en recursos,
como Rusia, Argentina y Brasil, y también en países en desarrollo pero con un alto crecimiento, como
Turquía, Indonesia o Tailandia. Así, ha habido crisis en todos los continentes. Por tanto, es evidente que el
trabajo realizado por los bancos centrales está lejos de triunfalismos.
En adelante será necesario que las labores propias de regulación y vigilancia se hagan con mayor
diligencia, pero también las menos gratificantes, aquellas relacionadas con las sanciones. En el pasado
hemos sido testigos de una bochornosa connivencia entre los directivos de los bancos centrales y el poder, y
eso, precisamente, es uno de los principales vicios que hay que erradicar. La salud del sistema monetario y
financiero es demasiado importante como para ponerla en juego por egoístas, sectarios o partidarios
intereses de los políticos, de los empresarios o de cualquiera otra figura, sea nacional, europea o
internacional.
Lo que seguidamente tiene lugar es que los gobiernos, interesados en atajar el problema se
dan a la tarea de instaurar programas de estabilización. Cuando un país entra en un período
de crisis, y donde adicionalmente existe el riesgo de que entre en default (suspensión de
pagos), las instituciones internacionales (p.e. el Fondo Monetario Internacional, el Banco
Mundial, la Comisión Europea o el Banco Central Europeo) pueden intervenir en la toma de
decisiones domésticas. Dados los inmensos intereses que subyacen es muy probable que el
país afectado pierda su soberanía económica, específicamente en aquellos elementos
relacionados con las cuestiones monetarias. La pérdida de soberanía es un asunto delicado,
por ello tiene que ser restituida a la mayor brevedad (en materia monetaria debería prevalecer
el principio de subsidiariedad, el cual señala que un asunto debe ser resuelto por la autoridad
normativa, política o económica más próxima al mismo).
La rápida desregulación del sector financiero también puede ser una causa del estallido
de las crisis. A la cabeza del amplio abanico de elementos de riesgo se sitúa la eliminación de
techos y controles a los tipos de interés. La teoría dice que en la medida en que haya menos
regulación será más fácil que los ahorros de las empresas y las familias se inviertan en
actividades productivas, pero esta hipótesis soslaya el hecho de que, de cumplirse estas
condiciones, pueden dar pie a: i) una sensible reducción de los niveles de ahorro de las
empresas y las familias, y ii) un crecimiento desbordado (y por tanto de difícil control) del
sistema financiero, gracias a lo cual se producirá un incremento del crédito, pero exigiendo
cada vez menos garantías que aseguren que los prestatarios podrán asumir el pago de la
deuda. De esta manera se propicia una carrera contra el tiempo entre todos los agentes
financieros, más preocupados en colocar el mayor número de créditos, con independencia de
la solvencia y liquidez de los solicitantes de los mismos, que en colocar créditos de calidad.
Si algo nos ha enseñado las recientes crisis, es que en épocas de expansión económica la
desregulación de los mercados ha permitido a los agentes del sector bancario incursionar en
mercados muy distintos al que conocen, lo cual implícitamente ha conllevado un elevado
componente de riesgo.
RECUADRO 4.9
LECCIONES DE GORDON GEKKO SOBRE LAS BURBUJAS ESPECULATIVAS
Wall Street es una película de 1987 y dirigida por Oliver Stone. Bud Fox (Charlie Sheen) es un joven agente
de bolsa que intenta abrirse camino en Wall Street. Durante el día trabaja para la compañía en la que es
empleado pero en cuanto termina su jornada dedica sus esfuerzos a conocer a uno de los grandes magnates
de las inversiones. Finalmente consigue presentarse ante Gordon Gekko (Michael Douglas), quien al
constatar el potencial del muchacho decide contratarlo. Con Gekko todo es dinero, lujos y diversión, pero
pronto Bud se da cuenta de que es un hombre sin escrúpulos. Cuando Gekko le encarga una operación muy
atractiva para él, pero que infringe las reglas más elementales de la ética, Bud deberá decidir el camino por
el que quiere seguir.
La secuela es de octubre 2010, titulada Wall Street 2. El dinero nunca muere. Una vez puesto en libertad
Gordon Gekko, después de cumplir una prolongada condena en prisión, se siente desorientado dentro del
mundo que años atrás tuvo a sus pies. Buscando rehacer las arruinadas relaciones con su hija, Gekko
conoce por casualidad a Jakob (Shia LaBeouf), prometido de la chica, y así es como el viejo tiburón y el
joven ambicioso deciden apoyarse mutuamente.
La primera gran escena del filme se desarrolla en la sala de contratación en el banco de inversión que
representa a Bear Stearns. La segunda es la gran reunión en la Reserva Federal de Nueva York, donde los
personajes deciden el futuro de este banco. La interpretación del CEO de Bear Stearns es impresionante
cuando ve que JP Morgan se va a quedar su banco por dos dólares la acción, y entonces, suplicante dice:
«[…] pero si hace solo dos meses valían 78 dólares?».
En el minuto 29 Gordon Gekko dicta una conferencia en una universidad. Las frases más llamativas son las
siguientes:
«Lo tenéis pero que muy jodido. No lo sabéis, pero sois la generación ninja, “no income, no job and no
assets” (en español, sin ingresos, sin empleo y sin bienes).»
«Hace una semana alguien me recordó que en su día dije “la codicia es buena”. Y añadiría, “ahora
parece que es legal”. Veréis, la codicia es lo que empuja a mi quiosquero a comprar tres casas que no
puede permitirse y sin pagar entrada. La codicia también es lo que hace que vuestros padres refinancien
su casa de 200.000 dólares por 250.000, y con esos 50.000 de más se van de compras, y compran un
televisor de plasma, un todoterreno… ¡Y oye…! ¿Por qué no una segunda residencia? Porque, caray,
todos sabemos que el precio de la vivienda en Estados Unidos siempre sube. Y fue la codicia lo que hizo
que el gobierno de este país bajara los tipos de interés al 1% después del 11-S, para que pudiéramos
volver a comprar.»
Más adelante dice:
«Cuando estaba a la sombra, parecía que la codicia se hacía más grande con el añadido de un poquito
de envidia… Los inversores se embolsaban 50, 100 millones de dólares al año, así que el señor
banquero miraba a su alrededor y decía: “¡Qué vida más aburrida llevo!”, y empezó a apalancar sus
intereses hasta 40… 50 a 1 con vuestro dinero, no con el suyo, con el vuestro. Porque podía. Así, los
créditos deberían ser para vosotros, no para ellos.» «Y lo mejor de todo es que nadie es responsable.
Porque todos han querido tragarse el mismo rollo. Veréis. El año pasado el 40% de los beneficios
empresariales de este país procedieron de los servicios financieros. No de la producción, ni de nada que
tenga que ver con las necesidades del ciudadano estadounidense.»
«Ahora todos somos parte del problema. Los bancos, los consumidores… hacemos circular el dinero a
ciegas. Cogemos un billete, le inyectamos esteroides y lo llamamos apalancamiento. Yo le llamo banca
con esteroides.»
Y termina el discurso con: «Antes se me consideraba un tipo hábil para las finanzas. Quizá haya pasado
mucho tiempo en la cárcel, pero a veces es ahí donde uno mantiene la cordura. Y al mirar a través de los
barrotes me daban ganas de gritar, ¡eh… es que todo el mundo se ha vuelto loco! La madre, el origen de
todos los males es la especulación, la deuda apalancada. Hablando en plata, endeudarse hasta el cuello. Y
detesto tener que decirlo, pero este modelo no funciona. Es sistémico, es maligno y es global. Es una
enfermedad, y debemos combatirla. ¿Y cómo vamos a hacerlo, cómo transformaremos ese mal en algo que
nos favorezca? Os lo diré en tres palabras…: comprad mi libro».
ESQUEMA 4.1
ESQUEMA DE UNA CRISIS FINANCIERA
NOTA 4.13
«A LOS PATRIOTAS SE LES IDENTIFICA POR LA GASOLINERA»
Portugal fue una de las economías que más sufrió los embistes de la Gran Recesión. Como en otros países,
el gobierno portugués adoptó medidas drásticas de ahorro y subidas de impuestos, principalmente indirectos,
como el incremento al tabaco y los combustibles, decisiones que no fueron bien acogidas por los ciudadanos
y a quienes el primer ministro António Costa les recomendó «No fumen y vayan en transporte público».
Un llamativo cartel a la entrada de la ciudad portuguesa de Elvás, en la frontera con Badajoz, rezaba: «A los
patriotas se les identifica por la gasolinera». Una declaración de intenciones que iba contra el principio de
Integración a la Comunidad, el primero sobre el que se edificaron las Comunidades Europeas y dentro del
cual ocupa un lugar destacado el mercado común y el cúmulo de normas relativas a la competencia. Manuel
Caldeira Cabral, titular del Ministerio de Economía, apelando al sentimiento patriota de los conductores
portugueses, el 18 de marzo de 2016 les pidió que repostaran en las gasolineras lusas, no en las españolas.
En el caso del gasoil en Portugal el litro era de media 20 céntimos más caro que en España (en casos
concretos podía llegar a los 30 céntimos), una diferencia escasamente significativa si un particular repostaba
15 litros, pero importante para las empresas de transporte con flotas de decenas o cientos de camiones.
Cuando la decisión de repostar en Portugal o en España podía significar la diferencia entre seguir en el
negocio o tener que cerrar, los sentimientos nacionales pasaron a segundo plano. A las tres semanas de
haber subido los impuestos a los carburantes la gasolinera de Elvás del cartel había perdido el 40% de su
facturación.
Veamos un caso que ejemplifica el conflicto que subyace entre los intereses de los
políticos y lo que realmente beneficia a las personas.
Entre 1976 a 1982 José López Portillo y Pacheco fue presidente de México, orador
brillante, intelectual, deportista, frívolo incorregible, paradigma del nepotismo y la
corrupción y mentiroso compulsivo. Durante estos años siguió vigente el modelo de
Sustitución de Importaciones y su característico proteccionismo exacerbado de la industria
doméstica (miles de empresas operaban en números rojos pero se mantenían abiertas gracias
a las ayudas y subvenciones). Entre 1976 y 1979 se descubrieron vastos yacimientos
petrolíferos en el sureste del país, lo que llevó a que la tradicionalmente generosa política de
gasto público se convirtiera en una de derroche y despilfarro sin precedentes (en esta etapa
este presidente dijo «Aprendamos a administrar la abundancia»). Así, entre 1978 y 1981 el
PIB registró incrementos del 8,4% anual, del 16,2% la inversión y del 5,7% la tasa de
empleo, todo lo cual propició el retorno masivo de capitales de origen mexicano más otros de
origen internacional. Sin embargo, a partir del segundo semestre de 1980 las cosas se
empezaron a torcer.
El elevado déficit público había provocado un desequilibrio en la balanza de pagos, pero
lejos de asumir decisiones correctivas, el gobierno, convencido de que el precio del crudo
seguiría en ascenso, subió aún más el gasto, para lo cual contrajo nuevas deudas con el
exterior (hasta 1979 los niveles de deuda habían oscilado en torno a 3.300 millones de
dólares por año, pero en 1980 se elevó hasta los 33.800 millones). Por otra parte, una moneda
excesivamente apreciada provocó un importante déficit en la balanza comercial (pasó de
1.800 millones de dólares en 1978 a 3.400 millones en 1980). En corto tiempo el país se
volvió dependiente de sus exportaciones petroleras (en 1981 llegó al 72,5% de las
exportaciones totales de bienes y servicios), lo que se tradujo en que la paridad peso-dólar
oscilara en función de los precios internacionales del crudo. Por último, dos cuestiones
contribuyeron a agravar la situación: i) el aumento de los tipos de interés en Estados Unidos
obligó a tener que destinar más dinero al pago de la deuda contraída en dólares, y ii) en 1981
el precio del petróleo sufrió una drástica caída.
En este contexto, el 1 de septiembre de 1982 el presidente López Portillo rindió su VI y
último Informe de Gobierno, y dijo: «[…] los rentistas mexicanos en los últimos años han
hecho mayores inversiones en Estados Unidos que toda la inversión extranjera en México, en
toda la historia. No negamos que los mexicanos tienen derecho a su dinero y a su seguridad y
los bancos la obligación de servir a su clientela, pero lo que individualmente parece inocuo
uso de su libertad, sumado en proporciones tan grandes perjudica al interés general y ello nos
afecta a todos, aun a los que se creen beneficiados por su privilegio, salvo que se vayan,
porque tendrán que vivir en un país con mayores problemas y con el que no se han
solidarizado. Si lo hicieran, con una mínima parte de ese capital resolveríamos la crisis
transitoria de liquidez de la que vamos a salir gracias a enormes sacrificios económicos y
políticos». Más adelante argumentó: «Para responder a ellas (a las circunstancias adversas)
he expedido en consecuencia dos decretos: uno que nacionaliza los bancos privados del país
y otro que establece el control generalizado de cambios, no como una política superviviente
del más vale tarde que nunca, sino porque hasta ahora se han dado las condiciones críticas
que los requieren y justifican. Es ahora o nunca. ¡Ya nos saquearon, México no se ha
acabado! ¡No nos volverán a saquear!». Y con su célebre «Soy responsable del timón, pero
no de la tormenta» endosó a los banqueros la culpa de todos los males (el presidente Miguel
de la Madrid Hurtado, designado por López Portillo para sucederle, volvió a privatizar la
banca, y tanto la nacionalización como la privatización corrió por cuenta de los
contribuyentes).
Muchos mexicanos, movidos por un sentimiento de patriotismo y convencidos de que el
presidente cumpliría su palabra empeñada cuando el 17 de agosto de 1981 dijo: «Defenderé
el peso como un perro», se dispusieron a detener la hemorragia de capitales y retornaron el
dinero que se habían llevado a Estados Unidos para salvaguardarlo de los vaivenes de la
economía nacional, y muy pronto lo lamentarían. Obviamente las palabras del presidente
López Portillo no eran sinceras: el 17 de febrero de 1982 el Banco de México se retiró del
mercado cambiario, acto seguido el gobierno declaró en moratoria el pago de la deuda y la
moneda se devaluó de 22 a 70 pesos por dólar. Quienes no se dejaron seducir por la verborrea
presidencialista conservaron sus ahorros e inversiones en dólares, y seguramente se
congratularon por ello.
En virtud de lo anterior, la economía y la política deberían perseguir objetivos comunes,
aunque lo cierto es que en muchas ocasiones son bien distintos. El teólogo estadounidense
James Freeman Clarke decía que «El político piensa en las próximas elecciones, el
estadista en la próxima generación». En efecto, la inmensa mayoría de los políticos solo
tienen en mente retener el poder o hacerse con él en la primera oportunidad, no en sembrar
ahora para que la próxima generación recoja los frutos.
RECUADRO 4.10
EL BREXIT Y EL PRECIO DE LOS BIENES IMPORTADOS EN LONDRES
Vivir en un entorno globalizado tiene ventajas e inconvenientes. Las primeras se explican por sí mismas, pero
en cuanto a las segundas, las hay de diversos tipos.
Desde el preciso momento de su incorporación a la entonces Comunidad Económica Europea (1 de enero de
1973), Reino Unido se caracterizó por su falta de entusiasmo por el proyecto comunitario, y lo relativo a la
unión monetaria no fue la excepción. La ruptura definitiva se produjo el 23 de junio de 2016, cuando el
51,95% de los electores británicos eligieron abandonar la Unión Europea. El triunfo del Leave obedeció a
múltiples cuestiones, tales como la diferencia de criterios entre Bruselas y Londres en materia de control
migratorio y de seguridad, pero también por las tensiones entre la libra esterlina y el euro. Veamos tres
ejemplos interesantes que ponen en evidencia que la libra esterlina, los británicos lo quieran o no, está sujeta
a las oscilaciones cambiarias:
• Entre 2009 y 2014 en Europa se sufrió una severa crisis económica y una de las consecuencias derivadas
fue el abaratamiento del euro y, por el contrario, un encarecimiento de la libra esterlina, lo que condujo a
que las exportaciones de los países de la Eurozona crecieran pero las exportaciones británicas se
redujeran. Uno de los productos británicos más afectados fue la carne de cordero porque al encarecerse
la libra las exportaciones cayeron, lo que conllevó a una guerra de precios en el mercado doméstico. Entre
el verano y el otoño de 2015 el precio del cordero lechal tenía precios inferiores a los que estaban vigentes
una década atrás. Así, en julio de ese año el precio del kilo de chuleta de cordero era de 11 libras, 6 menos
que dos años atrás. Como suele suceder, el precio de los platillos no se redujo, se mantuvo en las 23 libras
por una ración de 220 gramos, eso sí, acompañados con abundante guarnición de patatas.
Esta cuestión es una lección para los políticos británicos, como el entonces primer ministro David
Cameron, quien en múltiples ocasiones argumentó que «[…] los efectos de la política monetaria de la
Eurozona se quedan en la Eurozona». La lección a aprender era que si en Europa había turbulencias
financieras uno de los mayores perjudicados sería (además de los ciudadanos de los países de la
Eurozona) la City londinense, principal centro financiero europeo… ¡por ahora!
• Cada día los británicos se beben 165 millones de tazas de té (en la página https://www.tea.co.uk/ hay un
marcador que las cuantifica en tiempo real). Pero este emblemático hábito se va a encarecer por culpa del
Brexit. ¿Por qué? Por la caída de la libra frente a otras divisas (en algunos casos ha sufrido una
depreciación del 20%). Entrevistado por la BBC en octubre de 2016, Somnath Saha, director ejecutivo de
Typhoo Tea, una de las empresas más grandes del sector (produce 125 millones de bolsitas de té a la
semana, solo en sus instalaciones de Moreton), explicaba que el té negro es un commodity global, donde
los productores de Kenia venden las hojas de té en dólares estadounidenses, los intermediarios de
Frankfurt negocian los fardos en euros y Typhoo vende el producto en libras. Tras la caída de la moneda
británica el tipo de cambio adverso terminó por encarecer las importaciones. A principios de 2016 por una
saca de 80 kilos la empresa pagaba 90 libras, pero para finales del año le costaba 120. La consecuencia
era esperable: al final el consumidor tuvo que pagar un poco más por el mismo té de siempre.
• El Toblerone es uno de los chocolates más conocidos en todo el mundo. Fue creado en 1908 por
Mondelèz International y su figura está inspirada en la silueta del monte Cervino. Es un producto que en
Reino Unido tiene gran aceptación. Este país importa la mayoría de lo que consume, por lo cual, derivado
del Brexit y de la caída de la libra esterlina, se encarecieron las importaciones. Así, muchas empresas
británicas tuvieron que optar entre: i) subir el precio de sus productos; ii) estrechar márgenes de beneficios,
o iii) reducir el tamaño de los envases o del producto. Unilever, Microsoft y Pepsi decidieron subir el precio
de los productos entre un 15 y un 20%, pero Mondelèz International prefirió reducir el peso del Toblerone
(antes pesaban 170 gramos y se redujo a 150, y en el caso de las tabletas de 400 gramos, cuarenta
desaparecieron) y el número de triángulos. El precio del producto era el mismo que antes pero en adelante
las porciones habían encogido. Los consumidores británicos tienen algo más que «agradecer» a los
políticos del UKIP y a Boris Johnson, antiguo alcalde de Londres, acérrimos defensores del Brexit.
RECUADRO 4.11
ESCLAVITUD Y CAFÉ AMARGO
En 1995 Brasil reconoció la existencia del trabajo esclavo, tras lo cual entre 1996 y 2014 fueron liberados
más de 48.000 trabajadores que estaban esclavizados. Debido a la presión de diversos colectivos en 2003
se creó la Lista Sucia, un registro que sacaba a la luz los nombres de los empresarios que utilizaban trabajo
esclavo, aunque en 2014 la Corte Suprema la suspendió por considerarla inconstitucional. Pero la esclavitud
y la explotación infantil en Brasil no han desaparecido.
En la primavera de 2016 la ONG Danwatch publicó una investigación titulada Café Amargo (Bitter Coffee,
disponible en la página: https://www.danwatch.dk) donde denunciaba que las empresas Nestlé y Jacobs
Douwe Egberts, líderes indiscutibles en el negocio mundial del café (ambas concentran el 40% del mercado)
empleaban mano de obra esclava e infantil en sus plantaciones brasileñas (en algunos casos los
trabajadores soportaban jornadas de 11 horas bajo un sol abrasador y humedad extrema).
Según un informe publicado por Walk Free Foundation (disponible en su página:
http://www.walkfreefoundation.org/), hasta mayo de 2016, 46 millones de personas en el mundo vivían bajo
condiciones de esclavitud, un 25% más que en 2014. En esta investigación se reconoce el esfuerzo realizado
por los gobiernos de Australia, Bélgica, Croacia, España, Estados Unidos, Holanda, Noruega, Portugal,
Reino Unido y Suecia, pero también que aún queda un largo camino por recorrer. En países como
Bangladesh, Corea del Norte, China, India, Pakistán y Uzbekistán se practica la esclavitud en cualquiera de
sus formas (p.e. explotación sexual, trabajo forzoso, en fábricas de ropa, matrimonios de conveniencia…). El
informe indica que incluso en países occidentales, ejemplo de respeto a los derechos humanos, hay
evidencia de alguna de estas prácticas: en Reino Unido unas 11.700 personas y en Holanda unas 17.500
sufren algún grado de esclavitud.
Además de denunciar estas prácticas, Walk Free Foundation pide a los consumidores que seamos más
proactivos y tomemos una mayor conciencia sobre lo que compramos y todo lo que hay detrás.
NOTA 4.14
LECCIONES SOBRE EXTERNALIZACIÓN SEGÚN LOS SIMPSON
El episodio 373, correspondiente a la decimoséptima temporada de Los Simpson, se titula Kiss Kiss Bang
Bangalore y está dedicado a la externalización (en inglés, outsourcing). Con el objetivo de reducir los costes
laborales el Sr. Burns decide trasladar la planta nuclear a India, donde los salarios son considerablemente
más bajos. Para justificar su decisión le dice a los empleados que gracias al traslado podrán tener más
tiempo para hacer las cosas que siempre han querido, pero omite que será a costa de sus empleos.
Naturalmente, al frente de la operación está Homer.
Hoy en día la externalización no es algo inusual. Gracias a las nuevas tecnologías es muy común que los
servicios de atención al cliente de grandes multinacionales, de portales especializados en la venta de billetes
de avión o de la teletienda se hagan desde los denominados call center, algunos incluso localizados en
lejanos países en desarrollo y donde la mano de obra es más barata. Un ejemplo interesante de los servicios
a distancia es el del sistema de megafonía del aeropuerto londinense de Heathrow, en el cual la persona que
nos anuncia la puerta de embarque lo hace desde Bombay. Por todo lo anterior, quienes se preguntan si la
externalización es un fenómeno temporal o ha llegado para quedarse, la respuesta es que definitivamente
ha llegado para quedarse.
¿La pobreza es el precio que tenemos que pagar por tener una
sociedad globalizada?
La desigualdad no necesariamente es equivalente a pobreza. De hecho, la desigualdad se
puede incrementar aunque la economía registre buen desempeño o mejore la situación de las
clases más desfavorecidas. Sobre este tema hay dos perspectivas principales. La primera se
interesa en la reducción de la exclusión social, y no en el aumento de la brecha entre clases
sociales. La segunda ha sido encabezada por la OCDE. En un informe de 2015 («In it
Together. Why Less Inequality Benefits All») se señala que la desigualdad propicia un efecto
negativo y estadísticamente significativo sobre el crecimiento, y a su vez, crea ineficiencias
en la distribución de los factores y en la productividad.
Durante el largo período de preeminencia del pensamiento keynesiano (1945–1972), las
cuestiones relacionadas con las desigualdades no fueron un objeto de estudio especialmente
analizado. El pensamiento dominante asumió que a mayor crecimiento menores problemas
de desarrollo, entre los cuales estaban las desigualdades. Sin embargo, con la llegada del
nuevo modelo de globalización las cosas han cambiado. A lo largo de la década de los
noventa, varios economistas realizaron diversas investigaciones en ámbitos tan diversos
como la naturaleza de la convergencia del PIB per cápita o la distribución de ingresos, y
analizaron lo que parecen ser los grandes determinantes del crecimiento y de la convergencia
entre economías.
En este sentido, una de las hipótesis de partida considera que la distribución de los
ingresos conlleva implícitamente problemas de desigualdad, o dicho de otra manera, que las
diferencias salariales hacen a los ricos más ricos y a los pobres más pobres. Por otra parte, la
desigual distribución de la riqueza ha surgido como resultado de la desigualdad de ingresos y
el paso del tiempo, lo que explicaría por qué distintos países (o eventualmente un mismo país
en diferentes períodos de tiempo) crecen a tasas tan desiguales, y asimismo, el papel que
desempeña la desigualdad de ingresos en el proceso de crecimiento económico. La respuesta
a ambos cuestionamientos se puede encontrar en el comportamiento de economías tan
distintas como Corea del Sur, Estados Unidos y Francia.
Según datos del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional («Ending Poverty and
Sharing Prosperity»), las economías del sudeste asiático mostraron altas tasas de crecimiento
económico entre 1975 y 2015, lo que se tradujo en una importante reducción en la
desigualdad de ingresos. En contraposición, en el mismo período de tiempo, la mayoría de
las economías de América Latina experimentaron serios problemas de desigualdad de
ingresos y severas crisis monetarias y financieras (ejemplos típicos de modelos de primera
generación en la década de los ochenta y de segunda generación en la de los noventa). Si se
toman como únicas referencias estos dos grupos de países, se podría pensar que existe una
correlación negativa entre la desigualdad de ingresos y el crecimiento económico. No
obstante, ha habido casos de países altamente desarrollados, como Estados Unidos y Francia,
donde este argumento no es válido. Si se analiza el caso de estos dos países se puede llegar a
la conclusión de que existe una correlación positiva entre ambas variables porque Estados
Unidos creció a tasas mayores que Francia a pesar de mostrar mayor desigualdad de ingresos.
Por ende, no es posible formular conclusiones definitivas sobre la correlación que subyace
entre ambas variables económicas y, de hecho, es perfectamente plausible llegar a
conclusiones diametralmente opuestas.
En el caso de la economía española, según el INE («Encuesta de condiciones de vida», de
2015) en materia de desigualdad en 2013 los hogares tuvieron unos ingresos medios anuales
de 26.154 euros, una reducción considerable en relación a los 29.634 de 2009. El umbral de
pobreza en 2009 de un hogar conformado por dos adultos y dos niños era de 18.402 euros
anuales, y en 2014 de 16.719 euros, de manera que una familia que en 2009 era considerada
pobre, en 2013, con unos ingresos incluso menores, atendiendo a criterios metodológicos
había dejado de serlo. El INE y Eurostat adoptan los criterios definidos en el indicador
AROPE (en inglés, At Risk Of Poverty and Exclusion), en el cual se fija el umbral de
pobreza en el 60% de la mediana de los ingresos por unidad de consumo de las personas, de
manera que cada año varía en función de los ingresos de la población. En resumen, en 2006
un 19% de los españoles estaban en riesgo de pobreza, en 2010 subió al 20,7% y en 2013
subió hasta el 22,2%. Ahora bien, no es lo mismo la pobreza en países desarrollados que en
el resto, porque en países pobres unos ingresos cercanos a los 10.000 euros se podrían
considerar elevados, por lo cual en los países desarrollados se habla de pobreza relativa.
RECUADRO 4.12
LA POBREZA EN ESPAÑA
Antes nos preguntamos si la pobreza es el precio que tenemos que pagar por tener una
sociedad globalizada. En 1970 el 30% de la población mundial vivía con menos de un dólar
al día, pero para 2011 la tasa de pobreza se había dividido entre seis. ¿Por qué? En parte
porque China, el país más poblado y uno de los más pobres del mundo, abandonó el
socialismo. Cuando Mao Tse Tung murió en septiembre de 1976, el 66% de los 1.200
millones de chinos (en 2015 ya eran 1.376 millones) vivían con menos de un dólar al día,
pero su sucesor Den Xiao Ping introdujo el capitalismo, lo que permitió que 612 millones de
personas dejaran de ser pobres. En conclusión, no, la pobreza no debería ser el precio que
tenemos que pagar por tener una sociedad globalizada, pero honestamente hay que reconocer
que en muchos casos así ha sido, de manera que la búsqueda de alternativas es uno de los
grandes retos que los economistas tienen por delante.
RECUADRO 4.13
MILTON FRIEDMAN
Según describe en su autobiografía Dos personas con suerte («Two Lucky People», escrito con su esposa
Rose en 1998) fue la fortuna la que se encargó de ponerlo en contacto con profesores y compañeros
extraordinarios. Todo empezó cuando sus padres, Jeno Saul y Sarah Ethel, abandonaron Cárpato-Ruthenia
(territorios pertenecientes al Imperio Austro–Húngaro) y emigraron a Estados Unidos, donde se casaron y
tuvieron cuatro hijos. Milton, el menor y el único varón, nació el 31 de julio de 1912.
En 1928 ingresó en la Universidad de Rutgers y cuatro años después se graduó en matemáticas y economía
bajo la protección de Arthur Burns y Homer Jones, quien le aconsejó que continuara sus estudios en la
Universidad de Chicago, donde asistió a las clases de profesores tan ilustres como Frank Knight, Jacob Viner
y Aaron Director (hermano de Rose). Más tarde realizó una estancia en la Universidad de Columbia, donde
se especializó en matemáticas y estadística aplicada a la economía, esta vez bajo la tutela de Harold
Hotelling, Wesley Clair Mitchell y John M. Clark. Sus estudios fueron completados en el National Bureau
of Economic Research, en compañía de Simon Kuznets (Nobel en 1971), y por último, en 1944, junto a W.
Allen Wallis y George Stigler (Nobel en 1982) en estadística avanzada.
Fue un ferviente defensor de la libertad individual y de mercado como el mejor sistema de organización
económica y social. Pensaba que la soberanía para tomar decisiones, la propiedad privada y un sistema que
garantice la libre y voluntaria cooperación con el resto de los individuos son los pilares en los que descansa
la economía de mercado. Cuando los tres elementos funcionan, el mercado de manera espontánea se
encarga de alcanzar el progreso.
Divide a la libertad en: i) libertad personal, entendida como la actuación individual, autónoma y responsable
de las decisiones y de los riesgos inherentes; ii) libertad política, necesaria para mantener a raya la tiranía del
statu quo que entorpece el funcionamiento transparente y eficaz de la sociedad; iii) libertad económica, para
canalizar, a través de los precios, la información necesaria para que los agentes económicos tomen
decisiones racionalmente, y iv) libertad de palabra, para acceder a fuentes de financiación distintas a las del
poder político.
Antes del lanzamiento del programa Friedman fue invitado a The Donahue Show para
que expusiera su punto de vista y promocionara Libre de elegir. En una parte de la entrevista
el periodista y el profesor hablan sobre la codicia y la virtud en los siguientes términos:
Phil Donahue: ¡Cuando ve la mala distribución de la riqueza, el sufrimiento de millones
de personas en países en desarrollo…! ¡Cuando ve que pocos tienen mucho y muchos
no tienen nada…! ¡Cuando ve la codicia y la concentración de poder…! ¿En algún
momento le surgen dudas sobre el capitalismo, o sobre si la codicia es una buena idea
para incentivar a las personas?
Friedman: Bueno, antes de nada dígame, ¿existe alguna sociedad que no sea incentivada
por la codicia? ¿Qué es la codicia?
Con ironía dice el profesor: ¡Por supuesto que ninguno de nosotros es codicioso!
¡Siempre son otros los codiciosos! Pero en realidad este mundo es movido por
individuos que persiguen sus intereses personales.
Las grandes conquistas de la civilización no vinieron por iniciativas formuladas desde
oficinas de gobierno. Einstein no construyó su teoría por la orden de un burócrata…
En los únicos casos donde las masas han escapado de la pobreza ha sido cuando el
capitalismo y el libre mercado han prevalecido. Si usted quiere saber dónde están
peor las masas, es exactamente en el tipo de sociedades que se alejan de estos
principios. De hecho, no hay otro camino alternativo para mejorar la vida de las
personas comunes y corrientes.
Donahue, incisivo, le dice: ¡Pero eso no parece premiar la virtud sino a la habilidad de
manipular el sistema!
A lo que Friedman responde: ¿Y qué premia la virtud? ¿Cree que los políticos
comunistas premian la virtud? ¿Usted cree, perdóneme, que el presidente de Estados
Unidos premia la virtud? ¡Los políticos eligen de acuerdo a su virtud o de acuerdo a
su interés personal! ¿En verdad es cierto que el interés político personal es más noble
que el interés económico personal? En respuesta a todo ello, creo que se dan muchas
cosas por sentado. Dígame, ¿dónde están esos seres angelicales capaces de organizar
la sociedad para nuestro beneficio? Ni siquiera confío en usted para hacerlo.
En 1990 hubo una secuela del programa sobre temas que no habían sido tratados
originalmente. En los cinco nuevos capítulos además de Friedman participan celebridades
como el ex presidente Ronald Reagan y el actor Arnold Schwarzenegger. En
http://miltonfriedman.blogspot.com están disponibles todos los contenidos.
NOTA 4.15
LA CODICIA, ¡CASTIGO O BENDICIÓN!
Los dioses deben estar locos es una película en tono de humor, escrita y dirigida por Jamie Uys en 1980.
Es un filme divertido e interesante por el trasfondo antropológico (explota la idea roussoniana y
condescendiente de «El buen salvaje»). Cuenta tres historias que se articulan en una idea central: una
comunidad primitiva y armoniosa que es tentada y corrompida por la existencia de un bien único y
excepcional, una botella de Coca-Cola.
Xi es un bosquimano feliz que vive en una aldea en pleno desierto del Kalahari, apartado de la civilización
pero rodeado de amigos y familiares. En la comunidad no había envidias, hasta que un día desde una
avioneta alguien arroja una botella de Coca-Cola vacía. Xi la recoge y se la lleva a la aldea y todos coinciden
en que es un regalo de los dioses, pero entonces todo se pone patas arriba. Lo que al principio había sido
una bendición al poco tiempo se convierte en objeto de discordia porque todos quieren tenerla solo para sí. A
continuación la historia se complica y la comunidad termina enfrentada, y es cuando Xi decide poner fin a
tantas vicisitudes y se deshace de la botella arrojándola al vacío. Liberado, al final vuelve con su gente,
donde es cálidamente recibido y todo vuelve a la normalidad.
RECUADRO 4.14
LECCIONES DE EL MERCADER DE VENECIA
Entre 1596 y 1598 William Shakespeare escribió El mercader de Venecia. La historia tiene lugar en el siglo
XVI en la ciudad de los canales. Trata sobre Bassanio, un gentil pero pobre veneciano, enamorado de la
inalcanzable Porcia. Para conquistarla se propone agasajarla con fastos y regalos, para lo cual pide a su rico
amigo Antonio que le preste 3.000 ducados. Antonio, imposibilitado a dárselo por tenerlo invertido en barcos
mercantes, decide pedírselo a Shylock, un judío resentido por el maltrato y el desprecio que los venecianos
le habían dispensado a lo largo de años. El prestamista accede, pero impone una siniestra penalización en
caso de que no se restituya el dinero en la fecha pactada: una libra de carne del cuerpo de Antonio, cortada
por la mano del mismo Shylock.
En la primera escena del tercer acto tiene lugar un impresionante monólogo que pronuncia el judío
prestamista. Hay varias películas sobre esta obra, pero sin duda la mejor es la de 2004, dirigida por Michael
Radford y magistralmente protagonizada por Al Pacino (en YouTube esta escena está disponible con el
título, El mercader de Venecia, Shakespeare. Monólogo de Shylock y tiene una duración de dos minutos):
«Él me había avergonzado y perjudicado en medio millón, se rió de mis pérdidas y burlado de mis
ganancias. Despreció a mi nación, desbarató mis negocios, enfrío a mis amigos y calentó a mis
enemigos y cuál es su motivo “Soy un judío”. ¿Es que un judío no tiene ojos? ¿Es que un judío no tiene
manos, órganos, proporciones, sentidos, afectos, pasiones? ¿Es que no se alimenta de la misma
comida, herido por las mismas armas, sujeto a las mismas enfermedades, curado por los mismos
medios, calentado y enfriado por el mismo verano y por el mismo invierno que un cristiano? Si nos
pincháis, ¿no sangramos? Si nos hacéis cosquillas, ¿no nos reímos? Si nos envenenáis, ¿no nos
morimos? Y si nos ultrajáis, ¿no nos vengaremos?
Si nos parecemos en todo lo demás, nos pareceremos también en eso. Si un judío insulta a un cristiano,
¿cuál será la humildad de este? La venganza. Si un cristiano ultraja a un judío, ¿qué nombre deberá
llevar la paciencia del judío, si quiere seguir el ejemplo del cristiano? Pues venganza. La villanía que me
enseñáis la pondré en práctica, y malo será que yo no sobrepase la instrucción que me habéis dado.»
Al final la hermosa Porcia se rinde a los encantos de Bassanio, pero debido a diversas vicisitudes que sufren
los barcos Antonio no puede pagar la deuda. Así, en el último acto Shylock reclama lo que por derecho le
corresponde, y el tribunal (presidido por el dux, máxima autoridad en la ciudad – papel protagonizado por
Jeremy Irons), atribulado, no tiene más remedio que autorizar al prestamista a cortar la libra de carne
humana pactada.
De repente la historia de un giro sorprendente porque hace acto de presencia un desconocido y joven jurista
venido desde Bolonia, quien da la razón a Shylock pero señala una condición: «[…] solo puede ser carne, y
por tanto no puede derramar ni una sola gota de sangre». Shylock, confundido, desiste a cobrar la deuda con
carne, pero pide que se le pague en dinero el doble de lo prestado. El joven abogado interviene y argumenta
que el trato era sobre la carne de Antonio y que ahora él debe dar cabal cumplimiento o de lo contrario irá
preso.
Por último, el dux imparte «justicia»: a Shylock le expropia toda su riqueza, la mitad para Antonio y el resto
para el Estado. Antonio, magnánimo, dice que está dispuesto a renunciar a su parte si Shylock se convierte
al cristianismo y le entrega sus bienes a Jessica, hija del prestamista y a quien había desheredado por
haberse fugado y casado con Lorenzo, un cristiano. Y eso es lo que ocurre. La última sorpresa es que quien
llevaba la toga y la peluca postiza no era un elocuente abogado boloñés, sino la ingeniosa Porcia. Shylock,
abatido por haber perdido a su hija y su fortuna y despreciado por su comunidad por haber renunciado a su
fe, se convierte en un despojo.
Como se puede ver, esta extraordinaria obra se adentra en las profundidades de los sentimientos más
innobles, como la codicia y el deseo de venganza de Shylock y el regocijo de Antonio por ver
humillado y ultrajado a su adversario. En ninguno de los dos hay sitio para el perdón y el arrepentimiento.
RECUADRO 4.15
VENTA POR CATÁLOGO DEL CANNABIS INDIANO
En 1853 apareció por primera vez en el catálogo del dispensario médico de Sears Roebuck & Co. El
cannabis indiano se prescribía para un centenar de dolencias. Para finales del siglo XIX la clase alta se
empezó a interesar en su consumo con fines recreativos y hacia 1900 había clubes especialmente creados
para consumirlo y pasar un buen rato rodeado de gente culta e interesante. Hoy en día asociamos el
consumo de mariguana con algo ilegal, pero entonces era de lo más exclusivo.
El 17 de enero de 1920 entró en vigor la XVIII Enmienda a la Constitución de los Estados Unidos, y que
prohibía la producción, comercialización y consumo de alcohol, mejor conocida como Ley Seca («Volstead
Act»). Esta fue un fracaso total y por ello la XXI Enmienda la derogó el 5 de diciembre de 1933, pero un
grupo de ultraconservadores decidieron continuar su cruzada prohibicionista con la mariguana. Harry J.
Anslinger, inspector de la Oficina de Narcóticos y Drogas Peligrosas (BNDD, por sus siglas en inglés –
predecesora de la actual DEA) se planteó el objetivo de ilegalizar su consumo por considerar que «[…] es un
vicio de gente de color».
En lugar de prohibirla, como en el caso del alcohol, el gobierno procedió de otra manera. El 12 julio de 1937
el Congreso de Estados Unidos aprobó la Ley de impuestos a la mariguana («Taxation of Marihuana»),
primera ley a nivel federal que reguló su producción, distribución, venta y consumo. El procedimiento era
bastante particular porque para sembrarla, cosecharla, transportarla, comercializarla o consumirla se debían
adquirir unas pólizas especiales (en realidad eran unos sellos de color verde) suministradas por un
reducidísimo número de comisionados, pero no por el gobierno, con lo cual se estableció una regulación
aunque en la práctica se trataba de una prohibición. Así, todos los que consumían cannabis debían llevar
consigo una póliza que costaba 1 dólar, unos 18 dólares de hoy en día, pero para comercializarlo había que
abonar 24 dólares, unos 432 de hoy en día. Quienes no tenían los sellos estaban fuera de la ley y si eran
sorprendidos tenían que pagar una multa de 100 dólares por cada onza (28,70 gramos), unos 1.800 dólares
de la actualidad. Esta ley estuvo en vigor hasta 1969, cuando el Tribunal Supremo la declaró inconstitucional
por violar la V Enmienda.
Pero en realidad la relación entre el gobierno federal y la mariguana ha sido más compleja que la mera
regulación o prohibición. Durante la II Guerra Mundial un buen patriota estadounidense podía evitar ir a
combatir si se quedaba en casa cultivándola. Cáñamo para la victoria («Hemp for Victory») fue una película
de propaganda hecha en 1942 por el Departamento de Agricultura para que los propietarios de tierras
sembraran la planta y así producir cuerdas y ropa (y según esta película, contribuir a «derrotar el fascismo»),
pero al término de la guerra hizo todo cuanto estuvo en su mano para desaparecerla, un esfuerzo inútil
porque en 1970 activistas a favor del consumo de la mariguana descubrieron una copia en la Biblioteca del
Congreso y al ser de dominio público hicieron copias y las distribuyeron por todo el país (ahora se puede ver
en YouTube).
Según la página de la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas
en inglés), la mariguana abarca el 70% del mercado ilegal de estupefacientes a nivel mundial.
Un kilo de esta yerba producida y vendida en México alcanza los 80 dólares, pero al cruzar la
frontera se vende al por mayor por unos 2.000 dólares. En el caso de la heroína, en México el
kilo vale unos 35.000 dólares, sube hasta los 71.000 en las calles de San Antonio y hasta los
131.000 si se vende en pequeñas dosis en las calles de Nueva York. En el caso del kilo de
pasta de coca en Colombia o Perú vale unos 950 dólares, sube hasta los 1.450 cuando es
convertido en base de coca y se eleva hasta los 2.300 cuando en los laboratorios es
transformada en cocaína. El producto se va encareciendo conforme se acerca a Estados
Unidos: cuando llega al norte de México ya ha alcanzado los 15.000 dólares, que se
convierten en 25.000 al cruzar la frontera y en 32.000 en Chicago, donde vendida en
pequeñas dosis los narcotraficantes llegan a obtener hasta 120.000 dólares.
Naturalmente, el precio sube porque en el camino los alijos se enfrentan a los cuerpos y
fuerzas de seguridad de los Estados, a la corrupción de empleados públicos que por una
tajada están dispuestos a mirar para otro lado, a la brutal lucha que se mantiene entre cárteles
rivales y a un sinfín de imponderables. Pero los narcotraficantes se enfrentan a todas las
vicisitudes porque en las calles su producto tiene demanda. Las drogas destruyen vidas, pero
esta mercancía se comporta como cualquier otro mercado. Por tanto, ¿qué pasaría si por
razones desconocidas los consumidores dejaran de demandarlas? Obviamente, que su precio
caería a tal nivel que a los narcotraficantes les dejaría de merecer la pena asumir tanto riesgo.
Pero eso es muy improbable que suceda. En 1959 el 11% de los estadounidenses reconocía
haber consumido drogas en algún momento de su vida. A mediados de la década de los
setenta la cifra había subido hasta el 21% (seguramente algo tuvo que ver el consumo de
psicotrópicos en la década anterior). Desde 1968 el mercado de consumidores de droga en
Estados Unidos se ha incrementado entre 3% y 4% anualmente, y eso es mucho.
RECUADRO 4.16
CALLOSA DE SEGURA, CAPITAL ESPAÑOLA DEL CÁÑAMO
Del cáñamo se aprovecha todo, tanto la sustancia química como las fibras. En el primer caso, el
etrahidrocannabinol (THC) es utilizado para producir mariguana, pero también medicamentos para tratar el
glaucoma, las náuseas, los espasmos y el asma, entre otras enfermedades. Todos los cultivos de cáñamo
español están sujetos a la regulación del Ministerio de Sanidad, el cual ha dispuesto que el componente
activo de THC no debe superar el 0,02% y se ha reservado el monopolio de su comercialización.
El municipio de Callosa de Segura (en la provincia de Alicante) es un sitio que por derecho propio es la
capital española del cáñamo. Esta planta ha acompañado al ser humano a lo largo de siglos, pero cuando
verdaderamente cobró protagonismo fue debido al estallido de la II Guerra Mundial e Italia, principal
productor de cáñamo, entró en el conflicto, y fue entonces cuando el producto español cobró mayor
protagonismo, hasta mediados de la década de los sesenta. El declive de la producción de cáñamo obedeció
a dos causas principales: i) a la aparición de las fibras sintéticas (como el nylon), más resistentes y
económicas, y ii) por la presión que ejerció el lobby petrolero en Estados Unidos para priorizar el uso del
plástico.
En Callosa de Segura se producía calzado, hilos, cabos, telas y redes. Para conocer la historia de este
municipio y su relación con esta planta se puede visitar el Museo del Cáñamo, donde el visitante puede ver
todas las fases del proceso de producción, desde la siembra de las semillas, su tratamiento tras la cosecha
(cómo se dejaba en reposo en agua y posteriormente con una maza de morera se machacaba la mata para
separar las fibras) y hasta el posterior tratamiento industrial. Los oficios que intervenían en el proceso de
transformación eran el del transporte del producto del campo al pueblo, el despalado (para terminar de
limpiar la mata de residuos indeseados), el peinado con un rastrillo para separar las fibras cortas y largas (las
primeras destinadas para el calzado y las segundas para el hilado de redes), el trenzado de sogas (echas a
medida según lo pidiera el cliente), el de la costura (donde se cosían las lonas y las suelas de los zapatos) y
por último el del hilado de telas y cuerdas.
Con el triunfo del plástico sobre el cáñamo todos estos oficios desaparecieron, pero aunque transformados
podrían volver, porque para 2020, en el contexto de la política pesquera, la Unión Europea ha dispuesto que
las redes de pesca y las cuerdas echas de nylon sean sustituidas por otras de fibras naturales (y por tanto
biodegradables) debido al daño que provocan en el medio ambiente.
El Volkswagen Golf fue presentado en el Salón del Automóvil de Ginebra en marzo de 1974 y su versión
GTI-1.6 en el Salón de Fráncfort en septiembre de 1975, el cual se empezó a comercializar en Europa en
junio de 1976, aunque los compradores españoles tuvieron que esperar hasta mayo de 1980 y estar
dispuestos a pagar 1.273.000 pesetas (unos 7.640 euros, más impuestos y gastos de matriculación, si
entonces hubiera habido euros).
El Golf es uno de los modelos más deseados por el público europeo y tal vez por eso hoy en día su versión
básica está a la venta por 17.000 euros, mientras que el Golf R sube hasta los 40.885. Sin duda este coche
ha sido un ejemplo de éxito: los consumidores lo han demandado y la empresa al producirlo ha satisfecho la
demanda. Pero qué fue de los Suzuki Kizashi, Subaru Legacy, Peugeot iON u Opel Ampera. Todos estos
modelos desaparecieron del mercado, ¿pero por qué? La respuesta está en su bajísima demanda. En 2013,
del Kizashi se vendieron 14 unidades en el mercado español, del Legacy 8, del iON 6, pero el récord
absoluto se lo llevó el Ampera, del cual únicamente se vendieron 2. Si hoy en día alguien quiere comprar uno
de estos modelos tiene una ingente tarea detectivesca por delante.
En la otra cara de la moneda están los modelos que más se vendieron en 2013. La lista la encabeza el
Citroën C4 (con 23.837 unidades), seguido del Renault Mégane (23.310) y del Seat Ibiza (23.141). Del Golf
se vendieron 19.508 unidades. Está algo lejos del C4, pero a diferencia de este lleva en el mercado desde
mediados de los setenta, y eso es un ejemplo de constancia por permanecer en el gusto del público. Según
el portal Autofácil, hasta 2014 se habían vendido 30,5 millones de unidades, muchos más que la población
conjunta de Portugal, Suecia, Dinamarca y Finlandia.
Otro ejemplo de oferta y demanda en el mercado del automóvil es el de los coches usados. Entre 2009 y
2014, años de crisis económica en España, los coches de segunda mano sufrieron un incremento en sus
precios. Según el informe «Evolución del precio del VO», elaborado por Eurotax en colaboración con la
Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos a Motor (Ganvam), entre 2011 y 2013 el segmento de
coches usados denominados milreuristas experimentó una inflación del 17%, al pasar de los 2.740 a los
3.204 euros.
Ahora bien, el mercado del automóvil (como cualquiera otro) no siempre opera con transparencia y de
conformidad a la ley de la oferta y la demanda. Eventualmente hay fabricantes que se quieren pasar de
listos. En el verano de 2015 la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) estableció
una sanción por 171 millones de euros a 21 empresas presentes en los mercados de distribución y
comercialización de vehículos y de servicios de postventa. Este organismo consideró probado que entre
febrero de 2006 y agosto de 2013 las empresas sancionadas intercambiaron información con manifiesta
ocultación y secretismo a través de la intermediación de dos empresas de consultoría, Urban Science y
Snap-On. Las empresas del Grupo Volkswagen España quedaron eximidas del pago de la sanción por su
condición de solicitante de clemencia y por haber aportado las pruebas que motivaron la investigación: de no
haberlo hecho hubieran recibido una sanción por 39.443.000 euros. Los fabricantes con las sanciones más
elevadas fueron Citroën (14,7 millones), BMW (8 millones), Fiat (6,9 millones) y Hyundai (4,4 millones).
¿La carestía de la vida afecta al equilibrio de mercado?
A lo largo de la década de los setenta del siglo pasado la mayoría de las economías
latinoamericanas se vieron atrapadas en un círculo vicioso de aumento del gasto público –
corrupción – incremento de la demanda – inflación – desabastecimiento, y vuelta a
empezar. Sustentado en medidas populistas, muchos gobiernos incrementaban el gasto
público derivado de los inmensos ingresos provenientes de las ventas del petróleo (como los
de México y Venezuela), o bien proveniente de deudas contraídas con bancos y organismos
internacionales. Con la llegada de dinero como «caído del cielo» se incrementaron los
salarios, y por consiguiente, la demanda de productos, y entonces se desató una vorágine
consumista bajo la creencia de «mejor comprar ahora porque mañana será más caro». Todo
ello se aparejó de la apertura de los mercados, con lo cual los productos importados se
hicieron accesibles, mientras que muchos productores nacionales, considerablemente menos
competitivos, se vieron incapaces de hacer frente a la competencia del exterior y quebraron.
En segundo lugar, la oferta de productos locales también se redujo porque muchos gobiernos,
ante la masiva destrucción de puestos de trabajo provocado por el cierre de empresas,
decidieron nacionalizar una buena parte del tejido productivo, incrementaron los impuestos
(para poder mantener el inmenso aparato estatal) y el control de precios y ganancias. Todos
estos elementos, y sumado el gravoso pago derivado del servicio de la deuda contraída,
colapsó la economía. En virtud de lo anterior, algunas lecciones que se debían de haber
aprendido de aquella experiencia son:
• Aunque el gobierno se empeñe en controlar los precios y las ganancias, si la demanda
es mayor que la oferta, los precios subirán.
• Cualquier intento del gobierno por controlar los precios provocará desabastecimiento:
para los comerciantes no tiene sentido mantener un negocio abierto si pierden dinero.
• Cuando el gobierno sustituye a los sectores productivos (en actividades distintas a las
obligaciones propias de cualquier Estado interesado en mantener un mínimo de
bienestar) generalmente es menos eficiente, con lo cual tendrá que desviar recursos
públicos o subir impuestos.
• Cuanto más se esmere el gobierno en controlar los precios y las ganancias el mercado
funcionará más torpemente, lo que propiciará el surgimiento de mercados paralelos.
En Venezuela es común ver inmensas colas de gente que quiere comprar alimentos y
medicinas, mayoritariamente para su consumo, pero en algunos casos para revenderlos
en la calle a precios hasta cinco veces más caros. En 2014 la leche en polvo para bebés
se vendía en las farmacias por 250 bolívares, pero en el mercado negro alcanzaba los
1.000 bolívares. ¿Por qué ocurría esto? Porque la demanda de leche era muy superior
a la oferta.
• Cuando el gobierno sube los salarios también se incrementan los precios, con lo cual
no sube el poder adquisitivo. La vinculación de los salarios a la inflación solo produce
más inflación. ¿Entonces, cuál es la solución? Cuando los salarios se vinculan a la
productividad las empresas producirán más y mejor, demandarán trabajadores y se
estimulará la inversión, y llegará un punto en que ofrecerán mejores salarios para
atraer a los mejores trabajadores.
• Por mucho que algunos gobernantes se empeñen en ignorar cómo funcionan los
mercados, la oferta y la demanda seguirá ahí. Darle la espalda puede acarrear un coste
muy alto.
RECUADRO 4.18
COMPORTAMIENTO DEL MERCADO Y CARESTÍA DE LA VIDA EN VENEZUELA
Y ESPAÑA
En múltiples ocasiones los gobiernos populistas han intentado manipular el funcionamiento de los mercados,
bien favoreciendo o entorpeciendo la producción, la distribución o el consumo. Los gobiernos de Hugo
Chávez y su heredero Nicolás Maduro así lo han hecho, y uno de los efectos no deseados derivados del
exceso de regulación ha sido la inflación. Según un informe del Centro de Documentación y Análisis para
los Trabajadores (CENDAS), entre junio de 2014 y julio de 2015 los productos de la cesta de productos y
servicios básicos aumentó un 163,6%: pasó 20.560,85 a 54.204,69 bolívares. En buena medida esto fue el
resultado de la cruzada que emprendió Nicolás Maduro contra los comerciantes, como por ejemplo
impedirles que tuvieran mercancías en stock para que no acapararan productos, artificialmente generaran
escasez y una vez que hubieran subido los precios ponerlos a la venta. Esta fue una medida que en principio
no suscitó rechazo entre los consumidores; sin embargo, muy pronto la despreciaron porque a la postre se
generó desabasto y emergieron mercados paralelos. Las cosas fueron a peor, hasta que en agosto de 2015
cientos de venezolanos se lanzaron a saquear supermercados por la escasez de alimentos.
Otro ejemplo sobre oferta y demanda y la carestía de la vida fue la elevada demanda de viviendas en
España en la época de la burbuja inmobiliaria. Con la reforma a la Ley 6 de 1998, Ley del régimen del
suelo y valoraciones, de 13 de abril, promovida por el primer gobierno de José María Aznar, se estableció
una batería de medidas para liberalizar el suelo urbanizable y eliminar los muy arraigados criterios de
discrecionalidad de las Administraciones.
Entre 1997 y mediados de 2008 se desató una euforia urbanística. Se construyeron viviendas de todo tipo,
desde mansiones impresionantes hasta lo que María Antonia Trujillo, ministra de Vivienda en el primer
gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, denominó como soluciones habitacionales (en declaraciones
pronunciadas e l 12 de abril de 2005), casas de 25 metros cuadrados, también conocidos como pisos
subprime. En realidad se trataba de infraviviendas, pero como la demanda ampliamente superaba a la oferta
(en buena medida motivado por la cultura española de ser propietario en lugar de inquilino) se vendían sobre
el plano, sin siquiera haberse colocado la primera piedra. En 2007, el peor año de la burbuja especulativa, se
llegaron a pagar 2.800 euros por metro cuadrado de un sótano en un barrio del centro de Madrid; en 2014,
último año de la crisis, el precio a negociar era de 1.000 euros.
RECUADRO 4.19
ÍNDICE DEL COSTE DE VIDA
En septiembre de 2015 el banco de inversión suizo UBS publicó su Cost of Living Index, dentro del cual
estaba un informe sobre «Precios y salarios», donde se analizaba el coste de vida en 71 de las principales
ciudades del mundo. En este caso el producto de referencia era un iPhone 6. Los resultados señalaron
importantes diferencias entre países: mientras un residente de Zúrich precisaba de menos de un día de
trabajo (20,6 horas) para adquirirlo, un neoyorquino medio requería el equivalente al sueldo de 24 horas de
trabajo. Varios puestos más abajo nos encontrábamos a los residentes en El Cairo (353 horas), Yakarta (468
horas) o Kiev (627 horas). En el caso de las dos ciudades españolas analizadas, un barcelonés debía
trabajar 59,1 horas, y un madrileño medio, 60,5 horas. Si nos centramos en los productos básicos las
diferencias también eran enormes. Un trabajador de Zúrich o Ginebra solo debía trabajar 5 minutos para
comprar un kilo de pan, mientras que uno de Manila 83 minutos. En el caso del arroz, a los trabajadores
medio de Oslo y Ginebra les bastaba con 4 minutos, pero en Yakarta eran 58, en El Cairo 66 y en Nueva
Delhi 73 horas.
A UBS también le interesaba saber cuánto de caras eran las ciudades, para lo cual los expertos analizaron
los precios de 122 productos y servicios de 71 ciudades. Si excluimos el precio de la vivienda, las más caras
eran Zúrich, Ginebra, Nueva York, Oslo y Copenhague (si incluimos la vivienda se sumaba Londres), y en el
extremo opuesto estaban Kiev, Sofía, Bucarest, Bombay y Nueva Delhi. Madrid y Barcelona figuraban en los
puestos 41 y 39 respectivamente. Por último, para completar el análisis UBS consideró los salarios. Así, las
ciudades con los sueldos brutos más altos eran Zúrich, Ginebra y Luxemburgo, de media unas 19 veces más
altos que los de Kiev, Yakarta y Nairobi. Barcelona y Madrid estaban a mitad de la tabla, ocupando los
puestos 30 y 31 respectivamente.
NOTA 4.16
PAUL EKMAN VS. EL Sr. SPOCK
El Sr. Spock de la serie Star Trek era hijo de un vulcaniano y una humana y tenía una inteligencia
extraordinaria, pero estaba desprovisto de emociones. No tener emociones no es bueno. Este trastorno
neurobiológico clínicamente recibe el nombre de Síndrome de Asperger, el cual hace que los afectados
tengan problemas de empatía (dificultades para desarrollar habilidades sociales) y para reconocer
emociones. Quienes lo sufren suelen tener una inteligencia normal o en algunos casos superior a la media y
se caracterizan por mostrar rutinas repetitivas y poseer una tendencia a conversar de manera formal e
interpretar ironías de forma literal. No tiene cura porque no es una enfermedad. Algunos Asperger ilustres
han sido Albert Einstein, Isaac Newton o Ludwig van Beethoven. Así, las emociones son extremadamente
necesarias para comunicarnos con otras personas, y en última instancia, para asegurarnos la transmisión de
nuestros genes (a la biología solo le interesamos en tanto que podamos continuar como especie).
Paul Ekman es un experto de clase mundial especializado en la manera como expresamos los sentimientos.
Su trabajo se ha centrado en identificar lo que sentimos con solo ver las expresiones faciales: i) cólera; ii)
felicidad; iii) sorpresa; iv) asco; v) tristeza, y vi) miedo. Más adelante añadió nuevas emociones: i) diversión;
ii) desprecio; iii) satisfacción; iv) vergüenza; v) emoción; vi) culpa; vii) orgullo por haber conseguido logros;
viii) alivio; ix) satisfacción, y x) placer sensorial. Sus hallazgos revelaron las relaciones entre la comunicación
no verbal y las emociones.
Todas estas son expresiones universales, independientemente del entorno social o cultural. En la década de
los cincuenta el pensamiento dominante, encabezado por Margaret Mead, creía que el comportamiento
social era producto de la cultura, pero era una visión de la naturaleza muy poco probable. Para este enfoque
los humanos éramos como una tabula rasa, e incluso se creía que había culturas que no tenían emociones,
por lo cual las expresiones no existían porque eran un invento cultural. Entonces el doctor Ekman se planteó
investigar si las expresiones y los gestos eran universales o específicos de una cultura. Estudió 21 culturas
literarias (es decir, que habían tenido contacto con otras culturas) y 2 que siempre habían estado aisladas (es
decir, que nunca habían visto fotografías, letra escrita en papel o tenido algún tipo de contacto con el mundo
exterior).
El doctor Ekman inspiró la serie de televisión Miénteme («Lie to me»). Es la historia de Dr. Cal Lightman
(representado por el actor Tim Roth), un psicólogo experto en las emociones humanas, como las mentiras.
Centrándose en el lenguaje corporal, las expresiones faciales, la voz y las palabras, el protagonista era
capaz de descubrir si alguien estaba mintiendo y por qué.
NOTA 4.17
LA ECONOMÍA DE LA MANIPULACIÓN
La economía de la manipulación (de 2016), de George Akerlof y Robert J. Shiller, ambos galardonados con
el Nobel de Economía (el primero en 2001 y el segundo en 2013), se adentra en el estudio de los trucos del
mercado. Hay multitud de trabajos publicados sobre la manera como se comportan los agentes
económicos, la mayoría de los cuales se ha centrado en el lado de la demanda, es decir, en las
motivaciones psicológicas que intervienen en las decisiones que toman las personas. Sin embargo, Akerlof y
Shiller se interesan en el lado de la oferta, concretamente en cómo y cuándo somos manipulados. Afirman
que si existe una oportunidad de manipularnos, alguien lo hará. Eso es lo que pasa todos los días en
casinos, casas de apuestas y locales especializados en la venta de vehículos de segunda mano. Algunos
pensarán que este tipo de empresas son tan legítimas como cualquiera otra, y de hecho lo son, pero también
habrá quienes consideren que su actividad puede fomentar la ludopatía o hacernos comprar un coche que en
nada se adapta a nuestras necesidades. La conclusión del libro es que «[…] si eres adicto al juego, seguro
que van a ir a por ti y te sacarán todo lo que puedan».
Adam Smith, en Una investigación sobre la naturaleza y las causas de la riqueza de las
naciones (de 1776), dice: «[…] para que verdaderamente exista competencia, en cada
mercado debe haber un número indefinidamente alto de productores, tan grande como para
que no puedan reunirse en una cena porque, de poder hacerlo, acabarán conspirando contra
los ciudadanos». Sin necesariamente llegar a la conspiración, lo cierto es que hay cantidad de
sectores cuya forma de operar nos perjudica gravemente, tales como el del taxi, los
transportes, los servicios financieros, los seguros y de la generación y comercialización de
electricidad, de la gestión de residuos, de la fabricación de productos… En efecto, hay
cantidad de sectores donde las decisiones del consumidor prácticamente no cuentan, por
lo cual las empresas relacionadas se pueden ver tentadas a obrar en contubernio para elevar el
precio de los productos o, incluso, generar escasez. Algunos ejemplos de sectores donde las
decisiones de los consumidores son muy poco relevantes son:
• Financiero: los cinco mayores bancos en España controlan más de la mitad del
mercado financiero.
• Telecomunicaciones: Telefónica posee el 46% de las líneas de banda ancha.
• Energía: Endesa, Gas Natural-Fenosa, Iberdrola y EDP concentran el mercado de
distribución eléctrica.
• Alimentación: las doce principales empresas de productos lácteos (encabezadas por
Danone, Central Lechera Asturiana, Nestlé, Puleva y Pascual) durante años pactaron
en 18 céntimos el precio del litro al que compraban la leche a los productores. Cuando
un ganadero intentaba vender su producto a otra empresa, la industria lo señalaba y
tomaba medidas para castigarlo.
Los mercados financieros, de la energía y de las telecomunicaciones son maduros y, por
tanto, tienen unos márgenes de beneficio muy estrechos, lo que significa que para crecer o se
«roban» los clientes entre sí o se alían unos con otros, a sabiendas de que perjudicarán a los
consumidores (estos son ejemplos típicos de los incentivos perversos).
Las grandes empresas argumentan que gracias a su tamaño y fortaleza pueden competir en
todo el mundo y que gracias a ello demandan muchos trabajadores. Es verdad que para
competir en los mercados globales es necesario que las empresas tengan músculo, pero esa
es una cuestión y otra que operen como una organización con intereses espurios.
RECUADRO 4.20
LA NEUROECONOMÍA Y EL COMPORTAMIENTO DEL CONSUMIDOR
El 28 de julio de 2015 cerró uno de los más emblemáticos iconos decimonónicos de Madrid, el Café
Comercial, situado en la céntrica Plaza de Bilbao. Atrás quedaron 128 años de actividad ininterrumpida, de
mañanas de trabajo de célebres escritores como Antonio Machado y Francisco Umbral, de encuentros
furtivos entre amantes, de tertulias, debates y presentaciones de libros. Guerras carlistas, la guerra civil, la
dictadura, la transición, la consolidación de la democracia y el Café Comercial seguía en pie, pero estaba
ajado y herido de muerte… y finalmente murió. En los días posteriores al cierre muchos se acercaron a pegar
en las ventanas post-its en forma de corazón con mensajes de despedida. Lo curioso es que la mayoría de
esos espontáneos cuando estaba abierto no se acercaban ni cobrando. Los consumidores somos así,
caprichosos, voluntariosos y poco racionales (y también poco razonables). No sabemos con exactitud por
qué las dueñas de este sitio decidieron echar el cierre en lugar de someterlo a una profunda remodelación o
incluso de traspasarlo, pero tal vez seguiría abierto si en lugar de habernos tomado el Coffee Jelly en el
Starbucks de Fuencarral (a escasos cien metros) nos hubiéramos tomado el cortado de toda la vida en el
Café Comercial. Lo dicho, nunca lo sabremos.
La neuroeconomía estudia múltiples cuestiones, como por ejemplo por qué los consumidores nos
comportamos de determinada manera pero cambiamos de parecer cuando viajamos, por qué nos hemos
comprado el mismo coche que el vecino pudiendo haber elegido otro mejor y más barato, por qué siempre
picamos en las rebajas, aunque no lo necesitemos, o por qué preferimos tomarnos un café en un sitio de
moda que en el bar de siempre.
Este es el mundo donde se fusiona la neurociencia y la economía para saber cómo y por qué las personas
toman determinadas decisiones. En este ámbito influyen variables como las percepciones de ganancia o
pérdida, el tamaño, el color, el olor, los sonidos y las sensaciones, y todo el cúmulo de información se filtra a
través de estructuras cerebrales para que al final decidamos algo, como comprar unos determinados
cereales, aunque sepan a cartón. Así, nosotros somos conscientes cuando pagamos por un bien, pero no lo
somos tanto durante el proceso cerebral que nos ha llevado a esa acción.
El trabajo de los especialistas en neuromarketing se interesa en estudiar los estímulos que nos despiertan
el deseo de querer hacer algo o de querer poseer algo, aunque no sea razonable. De esta manera nuestro
cerebro se debate entre lo que consideramos correcto, necesario y justo, y los instintos más básicos (como el
deseo y el miedo), los del depredador o presa que todos llevamos dentro (situado en la amígdala del
cerebro). Pero como seres humanos que somos, cambiamos, de manera que no decidiremos lo mismo si el
día está soleado o lluvioso, si hace frío o calor, si tenemos hambre o ya hemos comido, si hemos
descansado o pasado la noche en vela, si es lunes o viernes, si es Black Friday, vísperas de Navidad, San
Valentín o 1 de septiembre e inicio del curso académico, si estamos contentos o malhumorados, si tenemos
20 u 80 años, si nos sentimos amados o desgraciados, si nos sentimos valorados o menospreciados en el
trabajo o si hemos sido criados en el seno de una familia liberal o conservadora. El problema es que además
de los cambios de parecer propios de cada uno, el cerebro, y por consiguiente nuestra voluntad, puede ser
manipulada y llevarnos a tomar decisiones, buenas o malas.
Entre la variedad de temas que estudia el neuromarketing hay dos especialmente interesantes. El primero se
produce cuando tendemos a imitar el comportamiento de los demás, y se denomina efecto manada. El ser
humano es un animal gregario, por lo cual desea ser aceptado, y una forma de conseguirlo es
mimetizándose con el grupo, con la tribu. Así funciona el mercado de la moda, de la alimentación y del ocio.
El problema es que al final todos nos terminamos pareciendo. Un viejo dicho de los Amish dice: «Vosotros os
reís porque creéis que somos diferentes, pero nosotros sonreímos porque todos sois iguales». Interesante
reflexión.
El segundo es cuando se nos pone en una situación donde tenemos que tomar partido por algo que
consideramos justo o injusto. Cuando algo nos parece injusto, sea el comportamiento de una empresa (p.e.
cuando deliberadamente contamina un río o consiente el bullying entre sus trabajadores), de un partido
político (p.e. cuando promueve o deroga leyes en materia de los desahucios) o de una persona (p.e. cuando
descubrimos que nos han mentido), lo más probable es que desarrollemos un sentimiento de rechazo, y lo
contrario, cuando algo nos parece justo, simpatizamos y lo hacemos nuestro (por eso cuando ejercemos
nuestro derecho al voto solemos hacerlo más con el corazón que con la cabeza). Desde el punto de vista del
neuromarketing, los especialistas emplearán todos los recursos a su alcance para que percibamos que un
producto o un servicio es justo y, por tanto, bueno, pero también se pueden proponer hacernos cambiar de
parecer sobre algo que creíamos malo (p.e. hacernos ver que la subida de impuestos es necesaria porque
gracias a ello podremos tener una mejor sanidad). En conclusión, el neuromarketing es la disciplina que
utiliza el conocimiento desarrollado por la neurociencia y lo pone al servicio de fines de naturaleza
económica.
Pero estas cosas no son tan novedosas. En la década de los cincuenta y sesenta del siglo pasado los
anuncios de televisión nos invitaban a ser sumisas amas de casa (p.e. los del coñac Soberano), viriles y
curtidos vaqueros, amantes de la vida en las praderas (p.e. los de Marlboro) o incluso considerar el racismo
como algo simpático (p.e. los del Cola-Cao). Quienes desconocen estos anuncios que un día fueron
transmitidos por televisión están disponibles en YouTube con los siguientes títulos:
NOTA 4.18
¿QUÉ HAY DETRÁS DE UNA CAMISETA POR 2 EUROS?
Profundicemos un poco más. Ahora visualicemos el vídeo The 2 Euro T-Shirt–A Social
Experiment (subtitulada-español), disponible en el buscador de YouTube.
Orsola de Castro, una famosa activista defensora de la moda sostenible, lanzó la
iniciativa Fashion Revolution Day, un cúmulo de acciones orientadas a que los
consumidores sean más conscientes de todo lo que subyace en sus decisiones cuando
compran moda. Una de las actividades fue un experimento social, llevado a cabo el 24 de
abril de 2015. Situaron una máquina expendedora de color llamativo en una céntrica plaza de
Berlín con el reclamo de ofrecer camisetas al irrisorio precio de 2 euros. Como es lógico,
muchos viandantes mordieron el anzuelo y metieron el dinero, pero, para su sorpresa, antes
de entregar la prenda en una pantalla incorporada saltaba un vídeo con el siguiente mensaje:
«Conoce a Manisha, una de las millones de personas que hacen nuestra ropa barata por
menos de 13 céntimos a la hora, durante 16 horas al día. ¿Todavía quieres comprarte esta
camiseta por 2 euros?». Una vez terminado, los compradores podían elegir si quedarse con la
prenda o donar el dinero, y como es de esperar, la inmensa mayoría decidió donar el dinero.
Sin duda es un experimento interesante. Apelar a la conciencia era lanzar un dardo
directamente al corazón de los consumidores que, al ver la oportunidad de hacerse con una
camiseta por 2 euros, no la quisieron desaprovechar.
NOTA 4.19
EUFEMISMOS, PRODUCCIÓN Y COSTES LABORALES
Hasta antes del estallido de la Gran Recesión John Lanchester era un novelista y articulista especializado
en viajes, gastronomía y fútbol, pero los malos tiempos que corrían lo obligaron a dar un giro y así fue como
escribió el libro Cómo hablar de dinero (de 2015). Según su experiencia, «[…] como cualquier otro idioma, el
del dinero permite mentir y es rico en eufemismos y medias verdades. Por ejemplo, reestructuración quiere
decir despidos, moderación significa peores salarios y austeridad es sinónimo de servicios públicos precarios
y exclusión social». El libro contiene algunas curiosidades, pero en materia de costes laborales sin lugar a
dudas las palmas se las lleva su Índice de la Camarera Buenorra, y que dice: «Si las camareras del bar que
frecuentas cada vez son más guapas, eso es señal de que la economía no levanta cabeza, pero en cuanto
las cosas mejoran, ellas desaparecen».
Seguramente esta no es la mejor manera de explicar el comportamiento del mercado laboral en tiempos de
crisis o de bonanza, pero no se puede negar que es ocurrente. Como es natural, cuando la economía crece
hay demanda de trabajadores de una amplia gama de perfiles, pero cuando se atraviesa una etapa de
recesión hay una expulsión de trabajadores, de entre los que se encuentran las y los camareros apuestos.
Pero para ser justos merecería la pena que Orsola de Castro continúe con sus
experimentos sociales, solo que esta vez desde un enfoque distinto. Es verdad que empresas
del sector textil y de la moda en general como Zara, Mango, HM, Levi’s, Tommy Hilfiger,
Jack & Jones, Converse, Carhartt, Nike o Adidas, entre muchas otras, fabrican sus productos
en Marruecos, Túnez, China, Turquía, Vietnam, Tailandia, Bangladesh, Filipinas o Camboya,
y que lo hacen para beneficiarse de los bajos salarios, la corrupción que impera entre las
autoridades y la laxa o inexistente regulación ambiental, pero también sería interesante saber
qué pasaría si estas empresas decidieran marcharse y producir en sus países de origen.
Obviamente esto tendría una repercusión importante en el precio de las prendas porque el
consumidor tendría que asumir el incremento de los costes laborales, pero para los países en
desarrollo sería devastador.
RECUADRO 4.21
UP IN THE AIR: REDUCCIÓN DE COSTES LABORALES Y LA
DESHUMANIZACIÓN EN LA GESTIÓN DE RECURSOS HUMANOS
Hasta hace unas décadas los trabajadores empezaban su vida laboral en una empresa y ahí seguían;
eventualmente los más capaces o mejor adaptados escalaban posiciones y un día, al cabo de muchos años
de fructífero desempeño, se jubilaban, dejando el testigo en manos de sus hijos. Era un modelo enraizado en
la cultura productiva de varios países, entre los que se encontraba Japón, Estados Unidos y España. Pero
eso es cosa del pasado porque ahora lo que impera es la movilidad laboral (y también la inestabilidad). El
cumplimiento de los objetivos en materia de mayor eficiencia, la conquista de mercados del exterior o la
reducción de los costes laborales es la norma en todas las empresas.
Up in the air es una película de 2009 dirigida por Jason Reitman y protagonizada por George Clooney, en
el papel de Ryan Bingham, especialista en despedir gente o Outplacement. Ryan trabaja para una empresa
que es contratada por otras empresas de Estados Unidos para que se encargue del desagradable trabajo de
despedir trabajadores. Él es el empleado estrella y por ello viaja durante 322 días al año. En las entrevistas
que mantiene con las personas que se irán a la calle cumple con entregar un folleto explicativo sobre «[…]
las inmensas posibilidades que se abren para empezar una nueva vida. La oportunidad para, ahora sí, hacer
realidad los sueños».
Para el espectador le resultará chocante la indiferencia con la que el personaje despide a la gente y la
obsesión que muestra por acumular puntos de viajero frecuente, con el único objetivo de que un día, cuando
haya acumulado 10 millones de millas, le pongan su nombre a un avión. El filme no edulcora el drama que
para cada trabajador representa verse despedido, agravado, si cabe, por el hecho de que la empresa de
Ryan se ha planteado que para ahorrarse los costes de desplazamiento y alojamiento el trámite se hará por
videoconferencia. Esto es llamativo, y esperemos que no sea premonitorio de que en el futuro próximo las
empresas despidan empleados mediante el envío de un correo electrónico, un Whatsapp o contratando los
servicios de un call center. ¡Pero todo se andará!
Up in the air es ficción, pero la carta abierta publicada por Mónica Lalanda, médico de urgencias, no. Harta
por la inestabilidad y la explotación laboral de la que ha sido víctima, ha dicho basta. Este es un extracto:
NOTA 4.20
¿QUIÉNES TRABAJAN MÁS Y QUIÉNES TRABAJAN MENOS?
Según cifras publicadas por la OCDE (disponible como «Average Annual Hours Actually Worked per
Worker»), Grecia es el país europeo donde se trabajan más horas al año (2.042) y Alemania donde menos
(1.371). Les separa una brecha de 671 horas. El dato para España es de 1.689, el cual también es bastante
superior al alemán. Por tanto, ahora la cuestión es saber si tantas horas de oficina son las necesarias o si
algo anda mal.
RECUADRO 4.22
UN EJEMPLO DE CAMBIO DE PARADIGMA
El Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) es una de las mejores
instituciones de educación e investigación en todo el mundo. En 2014 ocupó el quinto puesto en el reputado
Ranking de Shangai, pero lejos de cantar victoria en los próximos años se ha propuesto un reto formidable.
En la actualidad tiene 16.500 millones de dólares en Activos Financieros y 3.100 millones en Ingresos de
Explotación. Son cantidades astronómicas, pero aún más importantes son los 5.000 millones de su Plan de
Capital, que es lo que tienen previsto invertir hasta 2030 para cambiar algunos de los modelos que rigen
nuestra vida, tanto en lo cotidiano del día a día (es decir, en la manera como nos relacionamos con los
demás y en cómo producimos) hasta la manera como aprendemos. Por tanto, el MIT no solo aspira a mejorar
las cosas, quiere cambiar el paradigma.
Para lograrlo se han planteado una serie de preguntas, como por ejemplo: ¿cuáles son realmente los
objetivos que persigue la universidad, la adquisición de un cúmulo de conocimientos teóricos o la capacidad
para llevarlos a la práctica? En efecto, la educación tradicional ha tendido a premiar al que aprende un
concepto, pero generalmente ha castigado al que ha tenido en mente utilizarlo para algo distinto. Por ello, el
MIT tiene previsto explorar nuevos modelos de educación y nuevas maneras de aprender. De hecho, dará
prioridad al learning by doing (aprender haciendo), o lo que es lo mismo, a que el aprendizaje adquirido sirva
para resolver problemas. El estudiante pasará de ser un ente pasivo, a ser un aprendiz que toca,
experimenta, pone a prueba y evalúa. Un proceso dinámico que le hace evolucionar a lo largo del tiempo, lo
que permitirá que el aprendizaje sea mejor, más rápido, y lo mejor de todo, que resuelva problemas reales.
Para hacer posible este objetivo, el MIT utilizará tecnologías digitales para el aprendizaje de la teoría. Uno de
sus programas prevé dividir el estudio en dos partes. En primer lugar, los alumnos recibirán lecciones
personalizadas para aprender la teoría, y luego, con el profesor presente en el aula habrá un aprendizaje
colectivo, destinado a hacer actividades para la solución de problemas. Sin embargo, las clases digitales irán
más allá de los vídeos explicativos del profesor, como los populares tutoriales de YouTube. La inversión del
MIT no se centrará en el mensaje de ida por parte del profesor, sino en el mensaje de vuelta, es decir, en
descubrir lo que está en la cabeza de cada uno de los estudiantes que ha recibido la información de ida –
todo ello en tiempo real, incluso mientras el profesor explica la lección.
La educación tradicional ha consistido en que el profesor exponga ciertos contenidos a un grupo de alumnos.
El mayor defecto de este proceso es que el profesor no tiene manera de saber si los estudiantes están
recibiendo el conocimiento correctamente. No tiene el feed back necesario para saber si está enseñando los
contenidos a un nivel demasiado alto o demasiado bajo, si va muy deprisa o muy lento, si es necesario hacer
una pausa para tomar un café o continuar. Con el desarrollo de nuevas metodologías online será posible
personalizar la clase para que cada estudiante aprenda a su propio ritmo. Por ejemplo, cada diez minutos el
profesor formulará una pregunta y según sea la respuesta del alumno lo dirigirá a otra sección de contenidos,
a la medida de las necesidades de cada uno. Si a un alumno no le ha quedado claro un concepto, solo
tendrá que retroceder y escuchar de nuevo la explicación porque todo estará grabado, y una vez que lo haya
hecho podrá retomar el ritmo de la clase.
Con las nuevas metodologías tendremos una formación personalizada, a diferencia del actual sistema, en
donde en el mejor de los casos se aspira a educar a la media: los más listos se aburren y los más rezagados
no lo terminan de comprender, por lo que no se llega a cumplir los objetivos propuestos con unos ni con
otros. Los 5.000 millones de dólares que el MIT tiene previsto invertir no se destinarán a grabar vídeos,
porque en cualquier caso los contenidos ya los tienen, gracias a sus buenos profesores. En este caso se
trata de algo mucho más innovador: este es el mundo de la gestión del Big Data, del análisis de la
información específica, y cuanto más detallada, mejor. En los próximos años desarrollarán algoritmos que les
permitirán modelar curvas de aprendizaje, individualizado y en tiempo real, para así poder saber qué necesita
cada uno. Sin duda, todo esto cambiará el paradigma de la educación tal y como la conocemos hasta ahora.
RECUADRO 4.23
AYUDAS Y SUBVENCIONES PARA SECTORES CON FUTURO Y SIN FUTURO
En todos los casos las políticas de gasto público y las ayudas y subvenciones plantean un problema: sustraer
recursos públicos para financiar una actividad económica que por sí misma no puede continuar. Los recursos
destinados a tales efectos se originan a través de dos vías, impuestos o endeudamiento, lo que significa que
los contribuyentes (ciudadanos y empresas) indirectamente financian el mantenimiento de puestos de trabajo
de sectores que pasan una mala racha pero que, cuando menos en teoría, una vez superados los problemas
pueden salir a adelante, pero también de otros con problemas que se han agudizado a lo largo de los años y
tienen difícil solución.
La grave situación económica sufrida en los años de la Gran Recesión se tradujo en la caída de las ventas
de vehículos, lo que puso en riesgo la continuidad de miles de puestos de trabajo, tanto en las fábricas
ensambladoras como en las empresas auxiliares, lo que eventualmente conllevaba el riesgo de traducirse en
la deslocalización del sector a otros países con costes salariales más reducidos.
La respuesta del Gobierno para neutralizar los efectos perniciosos fue el Programa de Incentivos al
Vehículo Eficiente (conocido como Plan PIVE, insertado en el marco del Plan de Ahorro y Eficiencia
Energética 2011–2020). La finalidad práctica de este plan era conceder subvenciones para potenciar la
compra de vehículos. A diferencia de sectores que tienen un futuro incierto, el Plan PIVE sirvió para dar
aliento a una industria poderosa pero que temporalmente tenía dificultades.
Las comarcas carboníferas europeas han recibido partidas de gasto público y ayudas y subvenciones de sus
respectivos Estados y de la Unión Europea, a través de diferentes fondos contemplados en los presupuestos
1989-1993, 1994-1999, 2000-2006, 2007-2013 y 2014-2020.
Las regiones de Alemania, Bélgica, España, Francia y Reino Unido las han recibido de sus respectivos
Estados desde mediados del siglo XX y de la UE desde el principio, mientras que las de Hungría, Polonia y
República Checa lo han hecho desde 2004, las de Rumanía desde 2006 y las de Croacia desde 2013.
Las regiones con una mejor posición socioeconómica son, por ese orden, las alemanas y las belgas, a una
mayor distancia las francesas y las británicas, un poco más alejadas las polacas y las húngaras, y a la cola
del todo las checas, croatas, españolas y rumanas.
Las situadas en los primeros puestos han emprendido procesos de reconversión industrial, generado
innovaciones y han internacionalizado al menos una parte de los procesos, pero las más rezagadas se han
limitado a hacer las cosas como siempre, por lo cual, en cuanto se recorten los niveles de gasto y suspendan
las subvenciones al sector del carbón (el 31 de diciembre de 2018) corren el riesgo de ver reducidos sus
indicadores de desarrollo.
En el caso español, la mayor parte de las ayudas y subvenciones estatales las hemos financiado todos, en
los presupuestos generales y en la factura de la luz.
RECUADRO 4.24
SUBVENCIONES Y APERTURA DE LOS MEDIOS PÚBLICOS EN EUROPA
Todos los Estados europeos han reservado frecuencias y han provisto ayudas y subvenciones para los
operadores públicos, en concordancia con el hecho de que los medios públicos han estado presentes
desde hace varias décadas en el panorama audiovisual europeo. Hasta principios de la década de los
ochenta, en la mayoría de los Estados (aparte de Italia, Luxemburgo y Reino Unido) los operadores públicos
mantuvieron monopolios nacionales, y hubo algunos medios públicos, como la BBC en Reino Unido, NRK en
Noruega, SVT en Suecia o DR en Dinamarca, que no admitieron publicidad en la televisión pública desde sus
inicios. Y en aquellos Estados en donde hubo mercados emergentes para los nuevos medios comerciales,
una férrea regulación se ocupó de mantenerlos dentro de unos límites, lo que evitó su proliferación.
Pero entre finales de los setenta hasta principios de los ochenta los operadores privados aparecieron en
Europa (el último país fue Austria, en 2007) como una respuesta a una necesidad continua de apoyar la
provisión del servicio público, basada en los objetivos democráticos de pluralismo y responsabilidad social,
conjuntamente con una alternativa que proveyera mayores posibilidades de elección para las audiencias
europeas.
En cuanto a su financiación, los medios públicos europeos están divididos, bien mediante la aplicación de
un canon o tasa anual, que ronda como media los 200 euros (como ocurre en Reino Unido, Francia,
Alemania y los países nórdicos) o mediante la subvención directa del Estado, mediante una partida dentro
de los presupuestos generales, como ocurre en España, Portugal y más recientemente en Holanda. En
cualquier caso, ninguno de los supuestos anteriores implica la exclusión de la publicidad de la televisión
pública a menos que expresamente esté estipulado. Los sistemas mediáticos en Europa se dividen en
sistemas públicos y sistemas privados o comerciales. Las etapas que han experimentado se pueden ver en
el siguiente cuadro.
En sus orígenes, la mayoría de los medios públicos en Europa se basaron en un sistema mixto de
financiación con el objetivo de minimizar la dependencia unilateral en los actores políticos o intereses
comerciales que pudieran existir. Hasta mediados de la década de los ochenta la limitación de las
frecuencias analógicas disponibles hizo que los gobiernos avalaran la continuidad del servicio público en aras
de garantizar la información objetiva e imparcial, la educación y el bien común. Por otro lado, el rápido
desarrollo de los medios privados en Estados Unidos impulsó a los países europeos a establecer acuerdos
entre el Estado y los grupos empresariales privados.
RECUADRO 4.25
EQUILIBRIO DE UNA MENTE MARAVILLOSA
El equilibrio de Nash parte del principio de que todo lo que un agente económico gana/pierde equivale a lo
que otro pierde/gana, pero globalmente la economía se mantiene igual. En su tesis de doctorado (1951)
John F. Nash (economista que inspiró la película Una mente maravillosa, interpretada por Russell Crowe)
formuló que: i) una combinación de estrategias (una por cada participante) encontrará el equilibrio si ninguno
puede aumentar sus ganancias por un cambio de parecer unilateral; ii) cada participante llevará a cabo su
estrategia sin posibilidad de incurrir en errores; iii) cada participante determinará su estrategia en base a lo
que cree que los otros harán, y iv) todos los participantes respetan las reglas previamente pactadas.
En el buscador de YouTube está disponible el vídeo Teoría del equilibrio de Nash, un breve corte de la
película. La escena se desarrolla en un bar donde está Nash concentrado en sus papeles cuando de repente
llegan sus compañeros de universidad. En un momento dado entra una despampanante rubia acompañada
de amigas y acto seguido los jóvenes doctorandos se ponen a pensar en la mejor manera de abordarlas. El
diálogo es el siguiente:
Colega 1: Recordar las lecciones de Adam Smith, el padre de la economía moderna: «En la competencia,
la ambición individual beneficia al bien común».
Colega 2: Entonces, ¡sálvese quien pueda!
Colega 3: ¡Y a los que dé calabazas les tocará sus amigas!
Colega 1: Sí, claro, ¡más vale rubia en mano que morenas volando!
Colega 2: Ojo, disimula, ¡creo que está mirando hacia aquí! ¡Está mirando a Nash!
Colega 1: ¡Oh, por dios…! Bueno, puede que parta con ventaja pero en cuanto abra la boca…
Nash: Adam Smith se equivocaba.
Colega 1: ¿De qué estás hablando?
Nash: Si la atacamos todos, nos obstaculizamos y ninguno de nosotros se la lleva. Así que vamos a por
las amigas, pero nos ignoran porque a nadie le gusta ser el segundo plato. Pero, si nadie va a por la
rubia no nos obstaculizamos y no ofendemos a las otras chicas. ¡Victoria asegurada!
Adam Smith dijo que para lograr el mejor resultado cada miembro del grupo debe hacer lo mejor para él.
¡Incompleto, incompleto! Porque para conseguir el mejor resultado cada miembro del grupo debe hacer
lo mejor para él mismo y para el grupo. ¡La dinámica rectora caballeros, Adam Smith se equivocó!
Esta gran aportación se tradujo en dos trabajos («Equilibrium Points in n-Person Games», de 1950, y «Non-
Cooperative Games», de 1951) que en 1994 le darían el Premio Nobel de Economía. A lo largo de su vida
recibió muchos premios, el último de los cuales fue el Premio Abel por sus contribuciones en el desarrollo de
las ecuaciones diferenciales parciales. El profesor Nash y su esposa Alicia murieron el 23 de mayo de 2015
en un accidente de tráfico, cuando volvían a casa después de haber recibido el Premio Abel en Noruega
(dado que no se concede un Nobel en Matemáticas, este es su equivalente).
RECUADRO 4.26
STANDARD OIL, PARADIGMA DE CÁRTEL
A finales del siglo XIX prosperó el cártel más poderoso de Estados Unidos, dirigido por el magnate John D.
Rockefeller. Debido a las oscilaciones del mercado, en la década de 1870 el barril de crudo alcanzó los 13
dólares y llegó a bajar hasta los 10 centavos. En 1879, con un capital de 4.000 dólares Rockefeller fundó
Standard Oil, entonces una más de las refinerías que luchaban por sobrevivir en Pensilvania. Lo que
marcaba la diferencia entre ellas eran los costes de transporte. Mediante la conspiración llamada South
Improvement Company, Rockefeller hizo un pacto secreto con tres compañías de ferrocarril: a cambio de
tarifas preferenciales, estas participarían en la comercialización del petróleo. Los tribunales reconocieron que
el pacto era ilegal, pero antes de que la sentencia se hiciese firme Rockefeller se había apropiado de 22 de
los 26 competidores (llegó a poseer 53 refinerías). Gracias a las economías de escala, Standard Oil logró
reducir en dos terceras partes el coste del refino, de 1,5 centavos a 0,5 por galón. Para 1872 Rockefeller
controlaba el 10% de la industria y para principios de 1881 refinaba el 90% de todo el petróleo que se extraía
en el país.
Controlaba todo el proceso, desde la fabricación de los barriles, vagones de ferrocarril y oleoductos, hasta la
exploración y extracción del petróleo. Con ello eliminó a los intermediarios independientes. El 15 de mayo de
1911, después de 21 años de litigios, el Tribunal Supremo sentenció que Standard Oil era un cártel, tras lo
cual ordenó su disolución (se dividió en 32 compañías). En ese año la fortuna de Rockefeller ascendía a
unos 300 millones de dólares, pero dos años más tarde su fortuna había ascendido a más de 900 millones.
La pregunta obligada es ¿cuánto dinero eran 900 millones en 1913? Baste decir que el presupuesto federal
de Estados Unidos en ese año ascendió a 715 millones de dólares.
Al final Standard Oil terminó por desaparecer por dos motivos: i) por las disposiciones señaladas en la Ley
Sherman Antimonopolio («Sherman Antitrust Act», de 1890), y ii) por la información que desveló la
periodista Ida Tarbell sobre las diversas formas depreciables con las que operaba el cártel. Cuando
Theodore Roosevelt llegó a la Casa Blanca necesitaba dar un escarmiento a los cárteles, para lo cual echó
mano de los trabajos de Tarbell. Rockefeller, uno de los hombres más odiados, no comprendía por qué le
atacaban, cuando a su parecer Roosevelt le debía mucho, para empezar los 250.000 dólares que había
donado a su campaña presidencial.
RECUADRO 4.27
TRAGEDIA GRIEGA EN DOS ACTOS
La mala gestión de los recursos se cobró una dolorosa factura. Los miembros del Eurogrupo coincidieron en
que había que actuar con rapidez en el rescate de Grecia o de lo contrario el problema terminaría por hacer
metástasis en otras economías de la Unión Europea. Así, el 2 de mayo de 2010 acordaron conceder 110.000
millones de euros, de los cuales, los miembros de la Eurozona aportarían 80.000 millones (España daría
9.742 millones, correspondientes al 12,24% del total) y los restantes 30.000 millones los pondría el FMI.
Entonces los préstamos se hacían a un tipo del 9%, pero dadas las urgentes condiciones en este caso se
negociaron a un tipo cercano al 5%.
Cuando se concedió el primer rescate se suponía que los 110.000 millones de euros serían suficientes para
reflotar la economía, pero no fue así. En la reunión urgente del Eurogrupo celebrada el 2 y 3 de julio se
acordó agilizar el pago del quinto tramo del primer rescate (de 12.000 millones de euros) para que los griegos
pudieran hacer frente a sus necesidades más apremiantes, pero el presidente del Eurogrupo Jean-Claude
Juncker y sus colegas coincidieron en que habría que negociar un segundo rescate, cifrado en unos 105.000
millones de euros más (80.000 los pondrán los miembros de la Eurozona y el FMI y los restantes 25.000
inversores privados).
Hasta el cierre de 2010 (es decir, hasta antes de que Grecia hubiera recibido el dinero del segundo rescate)
este país tenía una deuda de 326.000 millones de euros, repartidos como sigue: 12% de dinero aportado por
el FMI y la Unión Europea, 15% por bancos extranjeros, 15% por empresas helenas y el restante repartido
entre un heterogéneo grupo conformado por particulares, fondos de inversión y empresas. En el renglón
específico de la exposición bancaria, las entidades financieras francesas acumulaban un total de 59.400
millones de euros, 40.300 las alemanas, 12.100 las británicas y 10.700 las portuguesas. A partir de entonces
la economía helena perdió la soberanía y serían otros los que decidieran.
Una vez que han sido emitidos, los bonos se pueden intercambiar libremente en los
mercados secundarios de deuda a un interés que varía en función de la demanda. Cada país
tiene su propio mercado, pero hay una interdependencia entre todos. Por ejemplo, si el bund
se vende en el mercado secundario al 1,1% frente al 7,3% que piden por los de Portugal,
significa que la prima es de 6,2 puntos porcentuales o 620 puntos básicos. Efectivamente,
Alemania pagará 1,1 euros por cada 100 euros de deuda a 10 años que emite para su
financiación, mientras que los inversores le exigirán a Portugal bastante más por el riesgo
que tienen que asumir. Si se multiplica la diferencia por las decenas de miles de millones de
deuda que cada año emite un país para financiarse, la cifra puede ser inmensa.
Dado el escenario de extrema volatilidad que ha sufrido la economía europea en los
últimos años, en algún momento se planteó la posibilidad de crear eurobonos que estuvieran
avalados por todos los países que comparten el euro. Sin embargo, la canciller Merkel se
opuso a su creación porque ello hubiera significado que la economía alemana avalaría las
economías de los países con problemas. En todo caso, 23 países europeos se han puesto de
acuerdo sobre las normas de disciplina fiscal, propuestas por Alemania y Francia para limitar
el déficit, la conocida como regla de oro, pero en términos generales ha prevalecido la falta
de consenso.
NOTA 4.21
CALIFICACIÓN DE LOS ACTIVOS
Los bonos de deuda soberana (y también de acciones de empresas) están sujetos a la calificación de tres
agencias especializadas, Standard & Poor’s, Fitch y Moody’s. En el pasado reciente los criterios
empleados han sido puestos en entredicho (resumidos en los índices de rating, tales como el historial de
pago de las emisiones de los valores, las perspectivas que afronta y los riesgos que hay que asumir) por el
cúmulo de errores cometidos en el pasado (en el verano de 2008 algunos paquetes de créditos hipotecarios
fueron calificados con las máximas puntuaciones cuando a la postre quedó de manifiesto que eran créditos
basura – p.e. las hipotecas subprime).
NOTA 4.22
MARCO REGULADOR DE LA CRISIS DE LAS SUBPRIME
En el marco de la Ley de Reinversión Comunitaria («Community Reinvestment Act», promovida por Jimmy
Carter en 1977 y enmendada en 1995 por iniciativa de William Clinton), el Gobierno presionó a los bancos
para que concedieran préstamos hipotecarios a personas de bajos recursos y a miembros de las minorías
étnicas (principalmente afroamericanos e hispanos). De hecho, uno de los principales objetivos de las
agencias federales reguladoras era el de identificar (y en su caso sancionar) a los bancos que no la
cumplieran. Las entidades, que obviamente no querían ser tildadas de racistas, concedieron préstamos a
personas con perfiles catalogados por debajo de los mínimos de seguridad.
A raíz del escándalo de Enron, en 2002 fue promovida la Sarbanes-Oxley Act para reformar las reglas sobre
las acciones cotizadas, con el objetivo de: i) en adelante las empresas tendrían que registrar sus activos de
acuerdo al precio circunstancial del mercado y no al valor real, estimado por el sistema de costes
históricos, y ii) adoptar el criterio marcar a mercado en los préstamos hipotecarios, craso error, porque en
adelante las instituciones financieras tendrían que reflejar como pasivos los préstamos cuyos bienes estaban
tasados en una cantidad inferior al dinero prestado, aunque en la práctica la operación aún no estaba
asentada en los libros contables, lo que podría parecer que compañías solventes figurasen como si no lo
fueran.
Tras los ataques del 11 de septiembre de 2001 (11-S) hubo una rápida expansión del crédito. Como
respuesta a los ataques terroristas y la consecuente contracción del mercado, la FED redujo los tipos de
interés hasta el 1%. En ese entonces un medio popular de financiación hipotecaria eran los denominados
préstamos subprime, es decir, aquellos con una calificación inferior a 620 puntos (cuando lo aceptable era a
partir de 800 puntos). Durante los primeros años de la vida de estos créditos los intereses eran artificialmente
bajos, pero a partir del quinto o sexto año las tasas subían por encima de los créditos hipotecarios ordinarios.
Las cosas funcionarían mientras los intereses se mantuvieran en mínimos porque los hipotecados podrían
hacer frente a sus deudas, pero todo cambiaría con la subida de los tipos.
NOTA 4.23
JÜRGEN HABERMAS SOBRE LA OPINIÓN PÚBLICA Y LA OPINIÓN
PUBLICADA
En toda democracia legítima tiene que haber una seria oposición y una prensa libre e independiente. Pero
según Paul Rutherford («Endless Propaganda: The Advertising of Public Goods», de 2000) en la práctica
resulta que los medios o bien son estatales o privados, y en ambos casos puede ocurrir que estén al servicio
de los gobiernos. Esto se puede evitar si los propios periodistas se vigilan a sí mismos, en particular en lo
relativo a las ayudas y subvenciones que sus medios reciben.
El filósofo Jürgen Habermas se ha interesado en el tema de la censura encubierta (en cuando menos dos
ocasiones lo ha tratado: «The Structural Transformation of the Public Sphere: An Inquiry into a category of
Bourgeois Society», de 1991, y «Further Reflections on the Public Sphere», publicado en Habermas and the
Public Sphere, de 1992) e indica que se produce a través de tres formas: i) los medios se mantienen por la
publicidad, por ello nunca criticarán a una institución que les pague; ii) cuando los medios tratan con mayor
rigor a las instituciones ajenas que a las que tienen vínculos con su empresa o al partido político más afín, y
iii) la expresión “opinión pública” sirve para legitimar a los medios del poder, por lo cual, al final la opinión
pública termina siendo la opinión publicada. El profesor Habermas dice que la opinión pública debería ser
el resultado de la opinión de la sociedad, aunque reconoce que en realidad los medios solo publican lo que
les interesa o garantiza audiencia. Así, en países de baja calidad democrática los periodistas ganan más por
lo que no dicen que por lo que dicen.
RECUADRO 4.28
«VENDRÁN A EXPLOTARNOS, PERO AL MENOS NOS DARÁN DE COMER»
Aznalcóllar es un municipio de la provincia de Sevilla y donde habitan algo más de 6.000 personas. La
principal actividad económica ha sido la minería especializada en la explotación de pirita y en menor medida
la agricultura. El nombre original de la mina era Andaluza de Piritas. Empezó a funcionar en 1979 con capital
del Banco Central pero en agosto de 1987 fue vendida a la empresa sueca Boliden AB. El complejo minero
abarca una extensión de 950 hectáreas de superficie, tiene unas reservas y recursos probables de 80
millones de toneladas de sulfuros polimetálicos (cobre, plomo y cinc, y en menor medida de oro y plata) y en
su mejor momento dio empleo a 1.300 trabajadores.
Las cosas en la región avanzaban razonablemente pero todo cambió el 25 de abril de 1998 al romperse la
balsa de decantación de la mina, tras lo cual se vertieron residuos tóxicos sobre el Parque Nacional y
Natural de Doñana. Para evitar daños mayores las autoridades ordenaron el cierre de la mina, lo que
provocó que todos los trabajadores perdieran su empleo (los años de la Gran Recesión solo empeoraron las
cosas). Esta es una de las peores catástrofes ecológicas producidas en España.
El grave deterioro socioeconómico producido a lo largo de casi dos décadas llevó a Juan José Fernández,
alcalde de la localidad y uno de los últimos mineros de Boliden, a dar la voz de alarma: «Aznalcóllar se
muere de hambre». Según él, en 2015, 600 familias vivían con recursos muy limitados y otras 300 lo hacían
por debajo del umbral de pobreza (tenía una tasa de desempleo del 32%). Tras años de negociación, en
diciembre de 2013 el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía aprobó el decreto que amparaba la
reapertura de la mina y se procedió a sentar las bases del concurso de licitación lanzado a nivel
internacional. En febrero de 2015 se hizo público el nombre del ganador, la alianza Minorbis/Grupo México
y con el respaldo del banco de inversiones canadiense Forbes & Manhattan, pero Emerita, empresa
contrincante y perdedora, denunció que hubo irregularidades en el procedimiento. La denuncia fue admitida
en el juzgado 3 de Instrucción de Sevilla, y luego de abrir una investigación la juez Patricia Fernández imputó
a siete cargos directamente implicados en la operación.
A continuación, el 19 de julio de 2015 la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) hizo público
un informe (resultado de la inspección ocular, reportaje fotográfico incluido, y el análisis de siete muestras de
agua y dos de tierra) donde se certificaba que los daños directos provocados por el vertido sobre el río Agrio
en 1998 aún estaban presentes. El informe también estaba firmado por la Policía Científica, el Servicio de
Protección de la Naturaleza (Seprona), el Instituto Nacional de Toxicología y dos especialistas designados
por la Junta de Andalucía, pero fue ignorado, y sin esperar a que hubiera resolución judicial la Junta reabrió
la mina y la entregó a la empresa concesionaria. El 10 de noviembre de 2015 la magistrada archivó el caso al
no apreciar delito de prevaricación. En cuanto se supo la noticia Aznalcóllar estalló pletórico de alegría.
Luego de tantas vicisitudes y una vez superado el riesgo de que Grupo México en un momento desistiera
continuar con el proyecto, el alcalde bramó: «Vendrán a explotarnos, pero al menos nos darán de comer». De
nada sirvieron las voces de alerta lanzadas por los grupos ambientalistas sobre la manera como esta
empresa se había comportado en el pasado.
El 6 de agosto de 2014 la mina Buenavista del Cobre, propiedad de Grupo México, protagonizó el peor
desastre ambiental minero en el país norteamericano. El accidente ocurrió en Cananea, estado de Sonora, al
verterse 40 millones de litros de sulfato de cobre mezclados con ácido sulfúrico y altas concentraciones de
metales pesados. El vertido de lixiviados mineros con arsénico, níquel, hierro, cobre, cadmio, manganeso y
aluminio puso en riesgo el ecosistema y la salud y la vida de unas 30.000 personas. La zona afectada abarcó
un área de 190 kilómetros del río Sonora. En su defensa, Grupo México atribuyó el accidente a las lluvias
torrenciales que provocaron el desbordamiento de las presas, argumento que fue desmontado por los datos
proporcionados por el Servicio Meteorológico Nacional mexicano. Aún más grave, si cabe, fue que la
empresa ocultó los acontecimientos, pero de nada le sirvió porque cuando la contaminación llegó río abajo
los vecinos dieron aviso a las autoridades.
En virtud de los acontecimientos, solo nos queda esperar (en responsable vigilancia) a que la explotación de
la mina de Aznalcóllar lleve la prosperidad al pueblo y a toda la provincia, y que en el futuro no haya nada
que lamentar.
¿Qué es la gentrificación?
Sea en régimen de compra o de alquiler, los costes inmobiliarios son uno de los más
significativos cuando abrimos un negocio (y también cuando nos emancipamos o nos
divorciamos). La localización de un restaurante, una tienda de ropa o una panadería puede ser
crucial para que prospere o al cabo de unos meses tenga que cerrar. Por ello, es natural que el
metro cuadrado a pie de calle no valga lo mismo en el Paseo de Yates de Montecarlo, en la
Quinta Avenida de Nueva York o en la parisina Plaza Vendôme que en una calle secundaria
de Carrión de los Condes.
En los últimos años un nuevo fenómeno se ha hecho presente en las principales ciudades
de todo el mundo. En realidad el tema no es novedoso, y de hecho, ha existido desde
siempre, pero a diferencia del pasado hoy tiene un nombre: gentrificación. La gentrificación
ocurre cuando en un barrio, que durante generaciones ha sido habitado por personas de una
clase social modesta, paulatinamente son desplazadas por personas con mayor poder
adquisitivo. Tiene aspectos positivos y negativos. Naturalmente, la llegada de los nuevos
habitantes (urbanitas y hedonistas) trae consigo diversidad cultural, la revalorización de los
inmuebles, comercios de alto valor añadido, la visita de turistas y mayor seguridad en las
calles. Sin embargo, en contraposición la transformación de los barrios y el encarecimiento
de los servicios pueden expulsar a los antiguos habitantes y, obviamente, generar presión en
los suburbios.
La tecnología también ha contribuido a acelerar los efectos de la gentrificación.
Foursquare es una aplicación para localizar la ubicación geográfica (geolocalización) de
dispositivos móviles o fijos. Cada usuario marca (check-in) los lugares que le interesan y a
medida que visita sitios marcados por otros puede sumar puntos y obtener recompensas
(badges). Posteriormente, los expertos en Big Data identificarán la mayor o menor afluencia
a una zona y su correlación con la subida o bajada de los precios de las casas.
En los últimos años la gentrificación se ha producido con especial intensidad en ciudades
como Buenos Aires (en torno a Puerto Madero), Ciudad de México (en las colonias Roma,
Condesa y Escandón), Los Ángeles o Toronto. En el caso de Madrid, a mediados de la
década de los ochenta del siglo pasado los barrios de Malasaña y Chueca eran peligrosos
(p.e. la adicción a la heroína, en la jerga coloquial conocida como «caballo», había
destrozado decenas de vidas, había pisos abandonados y locales vacíos), pero diez años
después se empezaron a transformar en lugares de culto. Los espacios fueron ocupados por
una mezcla heterogénea de adultos jóvenes con cualificación por encima de la media, se
asentó la comunidad LGTBi y en general llegaron personas que deseaban tener una vida
bohemia en el centro de la ciudad. El común denominador a todos ellas era el mayor poder
adquisitivo.
RECUADRO 4.29
GENTRIFICACIÓN Y COSTES INMOBILIARIOS EN LONDRES
Probablemente el área perimetral de la City londinense es el más claro ejemplo de los efectos de la
gentrificación. En la actualidad, en Londres habitan 8,6 millones de personas y se espera que para 2020
alcancen los 20 millones, y todos demandan vivienda y servicios de calidad. En las últimas dos décadas el
mercado inmobiliario se convirtió en un instrumento de inversión para millonarios de todo el mundo. En 2013,
el 85% de las casas de nueva construcción fueron adquiridas por compradores extranjeros que
habitualmente no vivían en la ciudad, lo que ha provocado un importante encarecimiento de la vivienda y la
subsiguiente expulsión de los antiguos habitantes.
En 2014 el profesor Roger Burrows, de la Universidad de Londres, publicó su trabajo La vida en el
Territorio Alfa: los vecindarios londinenses de los superricos («Life in the Alpha Territory: London’s
“Super-Rich” Neighbourhoods»). Algunas de las conclusiones a las que llegó son las siguientes:
• Para permitirse ocupar una vivienda modesta situada en el centro de Londres es necesario percibir unos
ingresos anuales a partir de 106.000 libras (Burrows recomienda enfáticamente que no lo intenten quienes
ganen menos).
• Una de cada diez viviendas del centro pertenece a empresas extranjeras. Propiedades inmobiliarias por
valor de 122.000 millones de libras están en manos de empresas tapadera, mayoritariamente de oligarcas
de todos los rincones del mundo y son gestionadas por intermediarios locales.
• Una combinación de políticas concretas y ventajas naturales, como el idioma y la localización geográfica,
convirtieron a Londres en un centro financiero global, lo que ayudó a generar una ciudad económica y
culturalmente abierta. Pero de no haber alternativas podría morir de éxito, porque cada año hacen falta
50.000 nuevas viviendas, cuando el mercado apenas ofrece 30.000, la mayoría a precios extremadamente
altos. En Londres vive el 70% de los inmigrantes irregulares que hay en Reino Unido. Una ciudad invisible
de más de 600.000 habitantes que no aparece en las estadísticas, conformada por gente que vive en las
llamadas casas iceberg de los suburbios y que consumen hasta hora y media para llegar a los centros de
trabajo.
• Para hacernos una idea de la magnitud del problema Burrows muestra algunos ejemplos. Uno muy
interesante es el de la imponente torre acristalada del número 1 de Commercial Street. Cuenta con portero
las 24 horas y el hall de la entrada parece una lujosa recepción de hotel. Los más acomodados pueden
adquirir apartamentos de hasta 300 metros cuadrados, pero incluso con el dinero en la mano es necesario
que un comité certifique que el comprador responde al perfil deseado. Pero para los bolsillos más
ajustados también ofrecen una alternativa. El precio más modesto es el de los estudios de 40 metros
cuadrados, a la venta por 600.000 libras. Como es de esperar, la entrada de acceso no es la misma para
todos. A los pisos más pequeños se accede por la que se conoce como la puerta pobre («the poor door»),
situada al doblar la esquina. Aunque todos comparten edificio, los accesos, buzones y cubos de basura
están separados, ¡para no mezclar el agua con el aceite!
Otro ejemplo de cómo están las cosas es que en abril de 2014 el ático de la promoción One Hyde Park se
vendió por 140 millones de libras, y cuando se creía que este mantendría el récord absoluto, en julio de 2016
salió a la venta un apartamento en el Arco del Almirantazgo, edificio histórico protegido, por 150 millones
de libras, cantidad que se elevaba hasta los 178,5 millones de libras si se incluyen los impuestos y los 19
millones por concepto de honorarios para el agente inmobiliario. La vivienda tiene 1.400 metros cuadrados,
12 habitaciones y 12 cuartos de baño. En el caso de las propiedades comerciales y los alquileres de oficinas
en la capital británica, en septiembre de 2015 alcanzaron máximos históricos en el West End, Midtown y
en la City, donde se llegó a pagar a 185 libras el pie cuadrado (0,09 metros).
Aún es pronto para saber si el triunfo del «Leave» en el referéndum sobre el Brexit (celebrado el 23 de junio
de 2016 sobre la permanencia de Reino Unido en la Unión Europea) tendrá un correctivo sobre el mercado
inmobiliario, pero independientemente de ello los efectos generados por la gentrificación seguirán presentes
durante muchos años.
RECUADRO 4.30
EL TEMOR AL OTRO
En 1992 Francis Fukuyama publicó su libro El fin de la historia y el último hombre, donde argumentaba que
tras la caída del socialismo en adelante el mundo estaría liberado de ideologías y viviríamos en un sistema
democrático y capitalista. La respuesta no se hizo esperar. En 1993 el politólogo de la Universidad de
Harvard Samuel P. Huntington publicó en Foreing Affairs un influyente artículo («The Clash of
Civilizations?»). Este trabajo generó una repercusión tan notable que Huntington amplió su tesis en un libro,
el ya clásico El choque de civilizaciones («The Clash of Civilization and the Remaking of World Order», de
1996). En ambos trabajos este profesor responde a la ingenua tesis de Fukuyama al argumentar que en el
futuro los Estados nacionales seguirían siendo poderosos, pero que los conflictos internacionales tendrían
lugar entre naciones y entre grupos de naciones, diferenciadas por un componente muy novedoso: la
afinidad o no afinidad a una misma civilización. Es una tesis muy inquietante, asumida como el Sancta
Sanctorum por muy diversos grupos extremistas, desde los más reaccionarios negacionistas de la teoría de
la Evolución y de profundas creencias cristianas de la América Profunda, hasta los más resentidos
fundamentalistas islámicos. Muchos reconocieron la tesis de Huntington como el argumento que necesitaban
para explicar lo que desde hacía tiempo les atormentaba: el temor (o directamente el odio) al otro.
Sin embargo, en materia económica las cosas estaban mejor. Hace veinticinco años el ciclo económico
internacional se encontraba en uno de los momentos más prometedores: i) Estados Unidos era una
locomotora a pleno rendimiento; ii) Europa se había planteado el reto de ampliarse hacia el Este y en marzo
de 2000 los miembros comunitarios se habían comprometido a hacer de la región la economía del
conocimiento más competitiva y dinámica del mundo, capaz de alcanzar un crecimiento económico duradero
y acompañado por una mayor cohesión social (un reto impresionante, pero ahora sabemos que era
irrealizable); iii) China se desperezaba y empezaba a dar muestras de que sería un actor a tener en cuenta, y
iv) una nueva clase de economías emergentes irrumpían en la escena internacional.
Así las cosas, el 20 de enero de 2001 George W. Bush tomó posesión del cargo de presidente de Estados
Unidos (el cuadragésimo tercero), con la mirada más puesta en la economía que en la política. Pero los
ataques terroristas lo trastocarían todo y aquello que antes era prioritario pasó a segundo plano. Para
Nassim Nicholas Taleb un cisne negro («El cisne negro. El impacto de lo altamente improbable», de 2007)
son eventos inesperados que cambian las cosas radical y definitivamente. El 11 de septiembre de 2001
tuvieron lugar los ataques terroristas a las Torres Gemelas y al Pentágono (en total fueron cuatro ataques – el
vuelo 11 de American Airlines y el 175 de United se estrellaron contra el World Trade Center, el vuelo 77 de la
American Airlines se estrelló contra un ala del Pentágono, y el vuelo 93 de United, que no alcanzó su objetivo
y se estrelló en Shanksville, Pensilvania). Entonces muy pocos sabían de la existencia de Osama Bin Laden
y Al Qaeda y, desde luego, ninguno podía imaginar el horror que se desencadenaría. Estos acontecimientos
forman parte de la memoria colectiva a nivel planetario, porque por primera vez en más de cincuenta años
Estados Unidos había sido atacado en uno de sus puntos neurálgicos (solo en las Torres Gemelas murieron
más de 3.000 inocentes) y por tanto estaba decidido a buscar a los culpables y hacerles pagar por ello. La
reacción no se hizo esperar. Este país emprendió sendas guerras en Irak y Afganistán (la primera ilegal y la
segunda con el mandato de la ONU). Al cabo de diez años la guerra se había cobrado la vida de más de
medio millón de personas y a los contribuyentes estadounidenses les había costado 1,2 billones de euros
(una cantidad superior al PIB de España). En los siguientes años en Europa habría más cisnes negros.
Así, debido a toda la desolación causada por el terrorismo yihadista hoy el mundo está muy lejos de ser el
vergel que nos prometió Fukuyama, pero afortunadamente tampoco es el Armagedón que nos vaticinó
Huntington.
Todo parecía indicar que la globalización era un proceso irreversible, pero han bastado
ciertos acontecimientos puntuales para generar inquietud. La globalización en sí misma es
importante porque ha permitido ampliar los mercados, pero aún más, ha contribuido a
derribar fronteras culturales y a acortar distancias geográficas, y eso está bien, pero también
ha conllevado una serie de problemas muy graves. En el actual modelo de globalización es
necesario hacer ajustes, cambios de hondo calado, pero no eliminarla indiscriminadamente
ni, desde luego, consentir que los populismos hagan presa a la sociedad de sus intereses más
espurios.
¿Y por qué la gente está enfadada? Las causas son múltiples, si bien hay una
especialmente destacada: la gente está enfadada por la pérdida de esperanza. Los avances
experimentados por la sociedad habían permitido que a lo largo de varias generaciones los
hijos vivieran mejor que los padres, pero ahora cabe el riesgo de que los hijos vivan peor que
los progenitores, tanto en lo relativo a los temas estrictamente socioeconómicos como al
medio ambiente. La incertidumbre de que la cultura del esfuerzo no necesariamente tendrá
su recompensa puede ser muy frustrante y desalentador, y eso debe cambiar. Así que, en
respuesta a la pregunta que da título a la presente entrada, sí, los populismos pueden poner en
riesgo la globalización, pero también la pérdida de esperanza y la devastación del medio
ambiente.
NOTA 4.24
ZYGMUNT BAUMAN Y LAS REVUELTAS ALENTADAS POR EL CONSUMISMO
La muerte de Mark Duggan (de 29 años) el 4 de agosto de 2011 a manos de la policía británica fue el
pretexto para que en los días posteriores cientos de jóvenes de Tottenham saliesen a las calles, pero no para
reclamar justicia, sino para liarla parda. Zygmunt Bauman, ilustrísimo sociólogo de izquierdas e intelectual
libre de toda sospecha de actuar a favor de los intereses de los poderosos y del status quo, en un artículo
(«The London Riots – On Consumerism Coming Home to Roost», publicado en la revista Social Europe)
señaló que el detonante de los hechos sucedidos en Londres tenía relación con la exaltación del
consumismo, lo que significaba que estos jóvenes solo deseaban hacerse con objetos (p.e. teléfonos
móviles, televisores y ordenadores) y para tenerlos no dudaron en hacer uso de la violencia. Si
verdaderamente esta es la explicación, es muy difícil sentir simpatía por estos delincuentes, aunque entre
sus huestes hubiera individuos que no superaran los trece años de edad, muchachos que de la peor manera
habían decidido ajustar cuentas con la sociedad.
Actividades complementarias
• En el epígrafe 1.1 se mencionan algunos ejemplos sobre la utilidad de la economía. A
modo de ejercicio, quienes lo deseen se pueden plantear más preguntas y tratar de
responderlas, como ¿hay un ABC para que los países salgan del atraso económico?
• En el epígrafe 1.1 hablamos sobre la importancia del Big Data. Para comprender el
alcance y magnitud de las posibilidades que se abren, se recomienda leer el artículo
Los algoritmos se apoderan de la economía, de Miguel Ángel García Vega.
Disponible en el buscador de El País.
• En el recuadro 1.4. se cita una investigación publicada en la revista científica The
Lancet el 26 de mayo de 2016 sobre la correlación entre las consecuencias derivadas
de la Gran Recesión y la muerte de al menos 260.000 enfermos de cáncer. El artículo
está disponible en: http://www.thelancet.com/journals/
• La investigación sobre la correlación entre el desempleo, el gasto público en sanidad y
la mortalidad por cáncer, está disponible en la página de Mahiben Maruthappu:
https://www.england.nhs.uk/publications/
• En el epígrafe 1.2 se plantea la pregunta: ¿Por qué colapsó la economía de la Unión
Soviética? Para profundizar sobre las ventajas que ofrece un sistema de precios y
comprobar los puntos de vista antagónicos de Oskar Lange y Friedrich Hayek, se
recomienda consultar la entrada de la Wikipedia, Debate sobre el cálculo económico
en el socialismo.
• Quienes deseen saber más sobre la trascendencia de utopía, se recomienda el artículo
«500 años de utopía» del profesor Franciso Martínez Mesa. Disponible en el
buscador de El País.
• ¿Cuánto vale el tiempo de una persona? En el capítulo 1 estudiamos que la economía
se interesa en todo aquello que es escaso, y no hay nada más escaso que el tiempo. La
periodista Sue Shellenbarger escribió el artículo «Do You Know What Your Time Is
Really Worth?» (Sabes realmente cuánto vale tu tiempo), disponible en el buscador de
The Wall Street Journal.
• En el capítulo nos preguntábamos si la economía es un juego de suma cero. Lo que
uno gana no necesariamente implica que otro lo pierde. Sin embargo, es cierto que en
muchos casos unos ganan más que otros, o que unos siempre ganan y otros siempre
pierden. Busquemos en internet algunos ejemplos.
• Por último, hagamos una actividad divertida. Veamos dos simpáticas lecciones sobre
cómo funcionan algunas cosas en economía, disponibles en el buscador de YouTube:
– Lección magistral de economía en menos de dos minutos.
– Hablando en plata.
Actividades complementarias
• El epígrafe 2.1 está dedicado al estudio de los modelos económicos como
representación de la realidad. En este caso, resultará muy constructiva la lectura del
artículo A los modelos hay que ponerlos en su sitio, del profesor James Bradford
DeLong. Está disponible en el buscador de El País.
• En el epígrafe 2.1.1 está el recuadro 2.5, titulado «Retorcer las estadísticas hasta que
digan lo que queremos», el cual es una adaptación de Todo por la radio, del 3 de
diciembre de 2015. El podcast completo está disponible en:
http://play.cadenaser.com/seccion/la_ventana_todo_por_la_radio/
• En el capítulo mencionamos que los modelos económicos tienen el problema
inherente de la diversidad de opiniones (recordemos «la paradoja del espejo»). En este
caso queremos centrarnos en la diferencia de criterios entre el keynesianismo y la
economía más liberal. Sabemos de la rivalidad intelectual que existió entre John
Maynard Keynes y Friedrich Hayek (a nivel personal tuvieron una relación cordial),
uno defensor del Estado de Bienestar y el otro de la Libertad de Mercado. La
actividad es en clave de humor y consiste en visionar el vídeo Hayek vs. Keynes: la
pelea del siglo (está disponible en YouTube). Es la recreación de un encuentro ficticio
sostenido entre los dos y a ritmo de hip hop. Tiene una duración de 8 minutos.
• En este capítulo hemos visto que en economía no hay un pensamiento único. Para
profundizar sobre el particular, y muy en especial sobre la evolución que ha tenido el
pensamiento keynesiano a ambos lados del Atlántico, se recomienda leer el artículo
Cambridge contra Cambridge, del periodista y profesor Joaquín Estefanía. Está
disponible en el buscador de El País.
• Proponemos la lectura de algunos artículos de prensa relacionados con el papel de los
economistas. Para acceder a ellos únicamente hay que escribir los títulos en cualquier
buscador:
– Como los médicos, pero menos, de Timothy Garton Ash.
– La fraudulenta superioridad de los economistas, de Moisés Naím.
– Economistas y hechiceros, de Javier Ferri y José E. Bosca Mares.
– No disparen al economista, de Santiago Carbó Valverde.
– Economistas en su laberinto, de Juan Ignacio Bartolomé.
• En el epígrafe 2.1.1 hablamos sobre los límites de los métodos cuantitativos. En el
sitio www.aulafacil.com/cursos hay bastante información sobre los métodos
estadísticos. Resultará especialmente útil para conocer, por ejemplo, las características
de las medidas de posición central, la media, la mediana y la moda. Para ampliar la
información se recomiendan tres artículos de prensa:
– 6 claves para saber cuándo puedes fiarte de las estadísticas y Por qué nos extraña
que el salario medio sea de 1881,3 euros, ambos de José Ángel Murcia.
– Así funciona el método científico: claves para que no te timen con un «estudio» de
chichinabo, de Carlos Otto.
Quienes deseen profundizar aún más en el tema, se recomienda la lectura del artículo
«What is not what in Statistics», de Louis Guttman. Se puede descargar el PDF
gratuitamente desde cualquier buscador.
• El epígrafe 2.2 explica en qué consiste la micro, la macro y la economía sistémica. En
este caso la lectura es algo más complicada, pero merece la pena. Para acceder a ella
solo hay que escribir en cualquier buscador «Difference between Micro and Macro-
Economics – Explained!», de Supriya Guru.
• En la nota 2.12. hablamos sobre los albores de las políticas neoliberales. En términos
macroeconómicos, el Fair Deal arrojó resultados positivos. Quienes deseen conocer
un poco más sobre este tema, se recomienda leer el artículo Cuando los Estados
Unidos de Truman crecían al 14,7% anual, de Diego Sánchez de la Cruz.
Disponible en el buscador de Libertad Digital.
• Para saber más de la nota 2.5, leer el artículo What it costs the billion that is not
billion, de Philip Oltermann. Disponible en The Guardian.
• Para saber más del recuadro 2.5, escuchar el podcast de Todo por la Radio, del 3 de
diciembre de 2015.
• El epígrafe 2.3 trata sobre algunas de las principales escuelas, corrientes y enfoques de
pensamiento económico. Hay dos sitios muy interesantes para profundizar en estos
temas:
– The History of Economic Thought Website: http://www.hetwebsite.net/het/
– Stanford Encyclopedia of Philosophy: http://plato.stanford.edu/
Para tener una visión panorámica de los economistas más importantes, en cualquier
buscador escribir: Guía General de Escuelas y Corrientes de Pensamiento
Económico (también está disponible la versión en inglés «General Guide Of Schools
Of Económico Thought»), o bien directamente desde el buscador de
www.researchgate.net:
– https://www.researchgate.net/publication/297392836_Guia_General_de_Escuelas_y_Corrien
• En el epígrafe 2.3.1 está dedicado a los Orígenes de la economía clásica. Para
entender cómo estas ideas arraigaron en el pensamiento de la joven nación de Estados
Unidos, véase el documental La humanidad 1x011 – El progreso. Está disponible en
YouTube y tiene una duración de 44 minutos.
• Los epígrafes 2.3.2 y 2.3.3 están dedicados a los Orígenes de la economía marxista y
los Orígenes de la economía socialdemócrata. La actividad consiste en escuchar dos
breves podcast del programa Diálogos en la Caverna, de Radio 5. Se puede acceder
desde cualquier buscador escribiendo:
– Diálogos en la caverna – Marxismo e ideología – 10/5/16.
– Diálogos en la caverna – Liberales y Comunitaristas – 09/07/15.
• Para saber más de la 2.13, ver el artículo Cuando los EEUU de Truman crecían al
14,7%, de Diego Sánchez de la Cruz. Disponible en Libertad Digital.
• El epígrafe 2.4.4 está dedicado a los Orígenes de la economía neoliberal. Para saber
más se recomienda leer el artículo Es el neoliberalismo la raíz de todos nuestros
problemas, del profesor Juan Ramón Rallo. Está disponible en el buscador de Libre
Mercado.
Actividades complementarias
En los últimos años han proliferado blogs sobre economía. Los hay de diverso tipo,
algunos francamente buenos, pero también lo hay malos, muy malos, y otros donde la
tergiversación es la norma. A continuación se muestra una brevísima selección de algunos de
los mejores blogs de economía:
En español y desde una visión más convencional:
• Nada es gratis: http://nadaesgratis.es/
• FEDEA: http://www.fedeablogs.net/economia/
• Politikon: http://politikon.es/
• El Blog Salmón: http://www.elblogsalmon.com/
• Blog de Economía de la Aldea Global: https://blogaldeaglobal.com/
En español y desde una visión más heterodoxa:
• Econonuestra: http://econonuestra.org/
En inglés:
• Paul Krugman: http://krugman.blogs.nytimes.com/
• Nouriel Roubini: http://www.roubini.com/
• Greg Mankiw: http://gregmankiw.blogspot.com.es/
Finalmente, este libro no pretende ser más que una sencilla herramienta para acercar a un
público amplio algunos aspectos seleccionados de la maravillosa ciencia que es la economía,
pero no es un manual. Solo el lector dirá si en las explicaciones lo hemos hecho con mayor o
menor fortuna, pero para verdaderamente saber ECONOMÍA es necesario dedicar mucho,
muchísimo «más que dos tardes»; de hecho, una larga y fructífera vida no basta.
Otros títulos publicados:
Introducción a la macroeconomía
Teoría y práctica
Mª Teresa Freire Rubio, Miguel A. Alonso Neira, Miguel González-Blanch Roca, Francisco José Blanco Jiménez
El presente libro pretende cumplir la función de apoyo, desde el punto de vista práctico, a los manuales de
introducción a la macroeconomía elemental, utilizados por aquellos que por primera vez se enfrentan con el
estudio de esta materia.