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TOPOLOGÍA DE LA MEMORIA

Estratos y estrategias del bergsonismo

El presente trabajo pretende abordar un análisis de la estrategia filosófica que implica


la figura conceptual de la memoria desarrollada por el filósofo Henri Bergson, a partir de la
reconstrucción general de su proyecto inicial y la puesta en relación del mismo con lo que
podría pensarse como la tradición filosófica del pensamiento de la estratificación
ontológica -tradición que, en última instancia, se intenta hacer ver, haría anclaje en la
concepción monista del ser parmenídeo. Más allá de los marcos generales en los que se
desarrolla, sin embargo, su objetivo principal no es tanto el de llevar a cabo una reposición
historiográfica crítica del bergsonismo en tanto propuesta filosófica que vendría a alinearse
a una cierta tradición –por demás abstracta- de pensamiento, como el de ensayar la
viabilidad de lo que podríamos dar a pensar en términos de una lectura topológica de su
ontología (es decir, una lectura de la ontología bergsoniana como el pensamiento abstracto
de la <<geometría de una goma elástica>>).

Para entender a donde vamos hay que entender primero de dónde partimos; ¿De dónde
partimos? ¿Cuál es el problema más general o, si se prefiere decirlo de otro modo, como
estrategia en respuesta a qué problema deberíamos inscribir el recurso bergsoniano a la
figura conceptual de la memoria? Deleuze nos lo dice por medio de tres preguntas: ¿Cómo
[…] la duración llega a ser memoria de hecho? ¿Cómo se actualiza lo que es de derecho?
[…] ¿En qué condiciones llega la vida a ser de hecho conciencia de sí? (Deleuze; 1987, p.
52); nosotros podríamos resumirlo en una cuarta/quinta: ¿Cuál es la relación entre el ser y
el pensamiento / cuál la relación entre lo uno y lo múltiple? –siendo quizás el término
“relación” aquel sobre el caería todo el peso de la pregunta. Ahora, esta reformulación de
su problema solo cobra pleno sentido cuando se logra reponer, junto con ella, los términos
en que se planteo en sus inicios el bergsonismo como proyecto filosófico. Los prólogos a
Ensayo Sobre los Datos Inmediatos de la Conciencia y Materia y Memoria nos lo dicen en
sus primeros párrafos:

“Nos expresamos necesariamente con palabras y pensamos con la mayor


frecuencia en el espacio. En otros términos: el lenguaje exige que establezcamos
entre nuestras ideas las mismas distinciones claras y precisas y la misma
discontinuidad que entre los objetos materiales. Esta asimilación es útil en la
vida práctica y necesaria en la mayoría de las ciencias. Pero cabria preguntarse
si las insuperables dificultades que plantean algunos problemas filosóficos no
provendrán de que nos obstinamos en yuxtaponer [y marquemos aquí esto de la
yuxtaposición] en el espacio fenómenos que no ocupan espacio alguno y si,
haciendo abstracción de las groseras imágenes en torno a las cuales se libra el
combate, no pondríamos fin a este.” (Bergson; 2006, p. 13)
“Este libro afirma la realidad del espíritu y la realidad de la materia [y
marquemos aquí la Y], e intenta determinar la relación entre ambas a través de
un ejemplo preciso, el de la memoria. Él es, pues, netamente dualista. Pero, por
otra parte, considera cuerpo y espíritu [otra vez la Y] de tal manera que espera
atenuar mucho, sino suprimir, las dificultades teóricas que el dualismo ha
planteado siempre y que hacen que, sugerido por la conciencia inmediata,
adoptado por el sentido común, goce muy poco de la honra de los filósofos”
(Bergson; 2010, p. 27)

El primero nos lo señala de manera negativa: el bergsonismo se plantea como un


ejercicio crítico ante una determinada concepción del dualismo que podríamos llamar de
sentido común; concepción según la cuál alma-cuerpo, mente-cerebro, materia-memoria,
uno-múltiple, ser-pensamiento, etc. serían dos términos ontológicamente disyuntos –siendo
la disyunción la estrategia filosófica a la que el bergsonismo vendría a mostrarle los límites
en términos de no poder darse cuenta del sistema de la yuxtaposición constante de dos
instancias que, no compartiendo ontológicamente nada entre sí, convivirían sin embargo en
la perpetua casualidad fenomenológica de sus encuentros (léase, si se quiere, ¿Cuáles son
los límites de la formalización del sentido común en pensamiento científico? Ó ¿Hasta
dónde puede llegarse con el proyecto de la matemática universal del cartesianismo?)-; el
segundo nos lo dice ya en su positividad, afirmando el pensamiento de la dualidad que
vendría a recuperarse en su contra; a saber: el de una conjunción de anversos y reversos
mutuamente referenciales (alma y cuerpo; mente y cerebro; materia y memoria; uno y
múltiple; ser y pensamiento) -siendo la conjunción la estrategia ensayada, valga la
redundancia, en el Ensayo como operación deconstructiva de las sistematizaciones
científicas basadas en la concepción ontológica del sentido común, y retomada por Materia
y Memoria para ser desarrollada de manera positiva en términos de dar cuenta teórica del
modo de convivencia ontológica de dos instancias donde si una puede tener lo que tiene o
dar lo que da es siempre porque la otro también lo tiene o lo da de algún u otro modo, aún
si tan sólo sea bajo la forma de un “poder llegar a darlo o tenerlo” (y,y,y,y,y…etc.; léase, si
se quiere, problema platónico de la participación; despliegue del nous del neo-platonismo;
ó ¿por qué no? ¿De qué forma entendemos el monismo parmenídeo?). El núcleo de la
discusión en ambos textos es el mismo: ¿Cómo volver a pensar el problema filosófico del
dualismo (alma-cuerpo; mente-cerebro; materia-memoria; uno-múltiple; ser-pensamiento,
etc.) partiendo de un análisis crítico de los límites filosóficos de la formalización del
sentido común de la dualidad (alma ó cuerpo; mente ó cerebro; materia ó memoria; uno ó
múltiple; ser ó pensamiento, etc.) en pensamiento filosófico/científico del dualismo
ontológica? Ó, en otras palabras ¿De qué manera podemos pensar la totalidad y cuáles son
sus límites?
Esta manera de reenfocar la filosofía bergsoniana y su problema inicial no sólo nos
permite enunciar más precisamente el espacio conceptual dentro del cuál entendemos que
vendría a introducirse como estrategia filosófica la memoria, si no que, al mismo tiempo,
nos permite empezar a entender como intentamos leer aquí aquello de la tradición neo-
platónica o, más genera y vagamente, del parmenideísmo, y en qué sentido entendemos que
el bergsonismo remite a ella. De lo que se trataría ahora sería de poder pensar esto mismo a
partir de una imagen.

CONCLUCION

Memoria en Bergson es ante todo una estrategia.

BIBLIOGRAFIA

Bergson, Henri; Ensayo Sobre los Datos Inmediatos de la Conciencia, trad. Juan Miguel
Palacios, Salamanca, Sigueme, 2006.

……………………. Materia y Memoria, Ensayo sobre la Relación del Cuerpo con el


Espíritu, trad. Pablo Ires, Bs. As., Cactus, 2010.

García Gual, Carlos; Historia de la Filosofía Antigua, Madrid, Trotta, 2004.

Gonzales, Horacio… [et.al]; ¿Inactualidad del Bergsonismo?, Bs. As., Colihue, 2008.

Guilles, Deleuze; El Bergsonismo, trad. Luis Ferrero Carracedo, Madrid, Cátedra, 1987.

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