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Afecciones cardíacas que pueden desencadenar un paro cardíaco

repentino

Por lo general, una arritmia que pone en riesgo la vida se presenta en una persona
con una enfermedad cardíaca existente, por ejemplo:

• Enfermedad de las arterias coronarias. La mayor parte de los casos de


paros cardíacos repentinos se producen en las personas que tienen
enfermedad de las arterias coronarias. En la enfermedad de las arterias
coronarias, las arterias se obstruyen con colesterol y otros depósitos, lo que
reduce el flujo sanguíneo al corazón. Esto puede dificultar que el corazón
conduzca los impulsos eléctricos sin problemas.

• Ataque cardíaco. Si se produce un ataque cardíaco, a menudo como


consecuencia de una enfermedad grave de las arterias coronarias, puede
desencadenar la fibrilación ventricular y el paro cardíaco repentino. Además,
un paro cardíaco puede dejar zonas de tejido cicatricial. Los cortocircuitos
eléctricos alrededor del tejido cicatricial pueden conducir a anomalías en el
ritmo cardíaco.

• Corazón dilatado (miocardiopatía). Esto se produce básicamente cuando


las paredes musculares del corazón se estiran o agrandan o engrosan. En
ambos casos, el músculo del corazón es anormal, una afección que a
menudo conduce a un daño en el tejido cardíaco y posibles arritmias.

• Enfermedad cardíaca valvular. La pérdida o el estrechamiento de las


válvulas cardíacas pueden conducir al estiramiento o engrosamiento del
músculo cardíaco o ambos. Cuando las cavidades se agrandan o debilitan
debido al estrés causado por una válvula ajustada o con una pérdida, existe
un mayor riesgo de padecer una arritmia.

• Enfermedad cardíaca congénita. Cuando se produce un paro cardíaco


repentino en los niños o adolescentes, puede deberse a una enfermedad
cardíaca existente al momento del nacimiento (enfermedad cardíaca
congénita). Incluso los adultos que han tenido una cirugía correctiva para un
defecto cardíaco congénito todavía tienen un mayor riesgo de paro cardíaco
repentino.

• Problemas eléctricos en el corazón. En algunas personas, el problema


está en el sistema eléctrico del corazón mismo, en lugar de un problema con
el músculo o las válvulas cardíacas. Se denominan «anomalías del ritmo
cardíaco primario» y comprenden afecciones como el síndrome de Brugada y
el síndrome de QT largo.

Factores de riesgo

Debido a que el paro cardíaco repentino, a menudo, está vinculado con la


enfermedad de las arterias coronarias, los mismos factores que generan el riesgo
de padecer esa enfermedad también pueden crear un riesgo de sufrir un paro
cardíaco repentino. Estos son los siguientes:

• Antecedentes familiares de enfermedad de las arterias coronarias

• Tabaquismo

• Presión arterial alta

• Colesterol en sangre alto

• Obesidad

• Diabetes

• Un estilo de vida sedentario

• Beber demasiado alcohol (más de dos copas por día)

Otros factores que pueden aumentar el riesgo de tener un paro cardíaco repentino
son los siguientes:

• Un episodio previo de paro cardíaco o antecedentes familiares de paro


cardíaco

• Un ataque cardíaco anterior

• Antecedentes personales o familiares de otras formas de enfermedad


cardíaca, como trastornos del ritmo cardíaco, defectos cardíacos congénitos,
insuficiencia cardíaca y cardiomiopatía

• Edad: la incidencia de paro cardíaco repentino aumenta con la edad

• Ser del sexo masculino: los hombres tienen de dos a tres veces más de
probabilidades de experimentar un paro cardíaco repentino
• Consumo de drogas ilegales, como la cocaína o las anfetaminas

• Desequilibrio nutricional, como niveles bajos de potasio o de magnesio

Complicaciones

Cuando se produce un paro cardíaco repentino, el cerebro es la primera parte del


cuerpo que sufre debido a que, a diferencia de otros órganos, no tiene una reserva
de sangre rica en oxígeno. Depende por completo de un suministro ininterrumpido
de sangre. La reducción del flujo sanguíneo al cerebro causa inconsciencia.

Si el ritmo cardíaco no retoma rápidamente su ritmo normal, se produce daño


cerebral y la muerte. Si el paro cardíaco repentino dura más de 8 minutos, la
supervivencia es poco frecuente. Los sobrevivientes de un paro cardíaco pueden
mostrar signos de daño cerebral.

Prevención

No hay una forma segura de conocer el riesgo de paro cardíaco repentino, por lo
que la mejor estrategia es reducir el riesgo. Algunas medidas que pueden tomarse
comprenden controles regulares, análisis para detección de enfermedades
cardíacas y llevar un estilo de vida saludable con los siguientes criterios:

• No fumes, y consume alcohol con moderación (no más de una a dos copas
por día).

• Sigue una dieta nutritiva y equilibrada.

• Mantente físicamente activo.

Si sabes que tienes una enfermedad cardíaca o afecciones que te hacen más
vulnerable a un corazón poco saludable, tu médico puede recomendarte que
tomes las medidas adecuadas para mejorar la salud, como tomar medicamentos
para el colesterol alto o controlar cuidadosamente la diabetes.

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