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Henry E. Dudeney
Los Gatos
del Hechicero
y nuevas diversiones matemáticas
7
NOTA
8
PREFAC IO
11
AC ERTIJOS CON D I N E RO
l . Extraña coincidencia
Siete hombres, que se llamaban Adams, Baker, Carter, Dobson,
Edwards, Francis y Gudgeon, se habían embarcado recientemente en
una partida de un juego cuyo nombre no tiene relevancia. Habían
convenido en que cada vez que un jugador perdiera una partida du
plicaría el dinero de cada uno de los demás jugadores, es decir, de
bía dar a los jugadores tanto dinero como ellos ya tenían en el bolsi
llo. Jugaron siete partidas y, por extraño que resulte, cada cual per
dió una partida, en el orden en que se presentan sus nombres. Pero
la coincidencia más curiosa es la siguiente : cuando terminaron de
jugar cada uno de los siete tenía exactamente la misma cantidad -cien
to veintiocho peniques- en el bolsillo. El acertijo consiste en averi
guar cuánto dinero tenía consigo cada cual antes de sentarse a jugar.
4. Carne y salchichas
-Una vecina mía -dijo la tía Jane- compró cierta cantidad de car
ne a 24 peniques la libra, y la misma cantidad de salchichas a 1 8 pe
niques la libra. Le señalé que si hubiera dividido equitativamente el
mismo dinero entre la carne y las salchichas habría ganado dos libras
en el peso total. ¿Puedes decirme exactamente cuánto gastó?
-Por cierto, no es cosa mía -respondió la señora Sunnibome-,
pero una mujer que paga semejantes precios no debe tener mucha
experiencia en economía doméstica.
-Estoy de acuerdo contigo, querida -replicó la tía Jane-, pero
aquí no nos interesa ese problema, como tampoco el nombre ni la
moral del comerciante.
S. Dando cambio
Todos conocemos las dificultades que a menudo se presentan con
el cambio, y sabemos que a veces la asistencia de un tercero con al
gunas monedas en el bolsillo nos ayuda a resolver el problema. He
aquí un ejemplo. Un inglés entró en una tienda de Nueva York y com
pró mercancías a un coste de treinta y cuatro céntimos de dólar. El
único dinero que tenía era un dólar, úna moneda de tres céntimos y
una de dos céntimos. El comerciante tenía sólo medio dólar y un cuar
to de dólar. Pero había otro cliente allí, y cuando le pidieron ayuda
extrajo dos monedas de diez céntimos, una de cinco, una de dos y una
de uno. ¿Cómo se las apañó el comerciante para dar cambio? Recor
demos que un dólar contiene cien céntimos. Un acertijo de esta na
turaleza no debería causar ninguna dificultad si se aborda de la ma
nera adecuada.
7. Comprando higos
Aunque el siguiente acertijo trata sobre la compra de higos, na
die podrá decir que le importa dos higas, pues su rara solución es muy
interesante. Aunque a primera vista parece disparatado, todo funcio
na si lo examinamos correctamente.
Un hombre fue a una tienda a comprar higos. Dijo que quería un
penique de higos, y le dieron cinco higos.
-No es suficiente -señaló-. Falta un sexto.
-Pero si le doy un higo más -respondió el comerciante-, tendrá
usted cinco de sobra.
Lo más raro es que ambos tenían razón. ¿Cuántos higos debería
recibir el comprador por ·30 peniques?
8. Ladrón de bicicletas
He aquí un pequeño intríngulis que siempre se presenta con di
versos disfraces. Un ciclista compró una bicicleta por 1 5 libras y pagó
con un cheque de 25 libras. El vendedor fue a una tienda vecina y
logró cambiar el cheque. El ciclista, tras recibir el cambio de 1 0 li
bras, montó en la bicicleta y desapareció. Resultó ser que el cheque
no tenía fondos, y el tendero vecino pidió al vendedor que le reinte
grara la suma que le había dado. El vendedor tuvo que pedir presta
das las 25 libras a un amigo, pues el ciclista no había dejado su do
micilio y se desconocía su paradero. Ahora bien,- teniendo en cuenta
que la bicicleta le había costado 1 1 libras al vendedor, ¿cuánto dine
ro perdió en total?
9. La edad de ambos
-La edad de mi esposo -señaló el otro día una dama- se repre
senta invirtiendo los números de mi propia edad. Él es mayor que yo,
y la diferencia entre nuestras edades equivale a una undécima parte
de la suma de ambas.
1 l . La edad de Tomasito
Tomasito el Listo fue enviado a una nueva escuela. El primer día
el maestro le preguntó la edad, y ésta fue su extraña respuesta:
-Bien, verá usted. Cuando yo nací, y no recuerdo el año, mi única
hermana, Ann, tenía sólo un cuarto de la edad de mi madre, y ahora
tiene un tercio de la edad de mi padre.
-Todo eso está muy bien -dijo el maestro-, pero no quiero sa
ber la edad de tu hermana Ann, sino la tuya.
15
-A eso iba -respondió Tomasit<r-. Yo sólo tengo un cuarto de
la edad actual de mi madre, y dentro de cuatro años tendré un cuarto
de la edad de mi padre. ¿No es curioso?
Esa fue toda la información que el maestro pudo sonsacar a To
masito el Listo. ¿Podría usted haber deducido su edad exacta a partir
de esos datos? Sin duda es un poco desconcertante.
1 2. Vecinos
Había dos familias de vecinos, los Jupp y los Simkin. La edad
sumada de los cuatro integrantes de la familia Jupp totalizaba cien
años, y la edad sumada de los Simkins totalizaba lo mismo. Se des
cubrió que en cada familia, la cantidad obtenida sumando el cuadra
do de la edad de cada hijo al cuadrado de la edad de la madre era
equivalente al cuadrado de la edad del padre. Sin embargo, en el caso
de los Jupp, Julia era un año mayor que su hermano Joe, mientras que
S ophy S imkin era dos años mayor que su hermano Sammy. ¿Qué
edad tenía cada uno de los ocho individuos?
"¡Mirad el reloj!"
Leyendas de lngoldsby
1 4. El reloj desconcertante
Un amigo extrajo su reloj de bolsillo y dijo:
-Este reloj no anda a la perfección; debo hacerlo revisar. He no
tado que el minutero y el horario se juntan exactamente cada sesenta
y cinco minutos.
¿El reloj adelanta o atrasa, y cuánto por hora?
1 5. El aldeano
Un individuo jocoso que daba un paseo por la campiña se encon
tró con un rústico sentado en un portón. Como el caballero no cono
cía bien el rumbo, pensó en hacer preguntas al lugareño, pero a pri
mera vista llegó apresuradamente a la conclusión de que el hombre
era el idiota de la aldea. Por tanto decidió poner a prueba la inteligen
cia del sujeto haciéndole la pregunta más simple que se le ocurrió.
-¿Qué día de la semana es hoy, mi buen hombre? -preguntó.
He aquí la ingeniosa respuesta que recibió:
-Cuando pasado mañana sea ayer, hoy estará tan lejos del domin
go como hoy lo estaba del domingo cuando anteayer era mañana.
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¿Puede el lector decir qué día de la semana era? Es evidente que
este campesino no era tan tonto como parecía. El caballero continuó
la marcha, confundido pero más sabio.
1 7. Cobrando la pensión
-Hablando de gente rara -comentó un caballero que ocupa un
puesto en una oficina del gobierno-, uno de los personajes más exó
ticos que conozco es una anciana viuda coja que sube una colina to
das las semanas para cobrar su pensión en la oficina de correos de la
aldea. Sube a la velocidad de una Il!illa y media por hora y baja a una
velocidad de cuatro millas y media por hora, así que sólo tarda seis
horas en realizar el viaje de ida y vuelta. ¿Alguien puede decirme qué
distancia hay entre el pie y la cima de la colina?
18
1 8. Sir Edwyn de Tudor
En la ilustración tenemos un dibujo de sir Edwyn de Tudor acu
diendo al rescate de su amada, la bella Isabella, a quien un malvado
barón tenía cautiva. Sir Edwyn calculó que si viajaba a quince millas
por hora llegaría al castillo con una hora de antelación, mientras que
si viajaba a diez millas por hora llegaría con una hora de retraso. Era
de suma importancia llegar a la hora convenida exacta para que el
rescate planeado tuviera éxito, y la hora de la cita era las cinco, cuando
la dama cautiva tomaría su té de la tarde. El acertijo consiste en des
cubrir cuánta distancia debía recorrer sir Edwyn de Tudor.
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1 9. El cesto de patatas
Un hombre tenía un cesto que contenía cincuenta patatas. Pro
puso a su hijo, a modo de recreación, poner esas patatas en el suelo
en línea recta. La distancia entre la primera y la segunda patata sería
de una yarda, entre la segunda y la tercera tres yardas, entre la terce
ra y la cuarta cinco yardas, entre la cuarta y la quinta siete yardas, y
así sucesivamente, con un incremento de dos yardas por cada patata
que se añadiera. Luego el niño debía recogerlas y ponerlas en el ces-
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to una cada vez, con el cesto colocado aliado de la primera patata.
¿Qué distancia debía recorrer el niño para recoger todas las patatas?
No tendremos en cuenta el viaje que se requiere para poner las pata
tas, así que comenzará desde el cesto, con todas las patatas ya pues
tas en fila.
Presento estos acertijos que tratan sobre los nueve dígitos (una
clase en sí mismos) porque siempre he pensado que merecen más
consideración de la que habitualmente reciben. Además del mero tru
co de "la prueba del nueve", muy poco se sabe en general acerca de
las leyes relacionadas con estos problemas, aunque cierto conocimien
to de las propiedades de los dígitos a menudo ofrece, entre otras co
sas, verificaciones aritméticas que son realmente útiles para ahorrar
trabajo. Daré un ejemplo, el primero que se me ocurre.
Si pidiéramos al lector que determinara si 1 5 .763.530. 1 63.289 es
el cuadrado de un número, ¿cómo procedería? Si el número hubiera
terminado en 2, 3, 7 u 8, sabría que no puede ser un cuadrado, pero
nada en su forma aparente le impide a éste serlo. Sospecho que en tal
caso el lector emprendería, con un suspiro o un gruñido, ante la ím
proba tarea de extraer la raíz cuadrada. Pero si prestara cierta atención
al estudio de las propiedades digitales de los números, zanjaría la
cuestión de este modo sencillo. La suma de los dígitos es 59, cuya
suma es 14, cuya suma es 5 (al cual denominaré "raíz digital") y por
tanto sé que el número no puede ser un cuadrado, y por esta razón.
La raíz digital de sucesivos cuadrados de 1 hacia arriba es siempre 1 ,4,
7 o 9, y nunca puede ser otra cosa. De hecho, la serie 1 , 4, 9, 7, 7, 9,
4, 1 , 9 se repite hasta el infinito. La serie análoga para números trian
gulares es 1 , 3, 6, l, 6, 3 , 1 , 9, 9. Así que tenemos una verificación
negativa, pues un número no puede ser triangular (es decir n2 + n )/2
si su raíz digital es 2, 4, 5 , 7 u 8 .
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Tengo nueve fichas, cada cual con uno de los nueve dígitos, 1 ,
2, 3 , 4, 5 , 6, 7 , 8 , 9. Las he dispuesto sobre la mesa en dos grupos,
como se muestra en la ilustración, para formar dos multiplicaciones.
Usted descubrirá que 158 por 23 es 3 . 634 y que 79 por 46 también
da 3.634. Ahora bien, el acertijo que propongo consiste en reordenar
los fichas para obtener el mayor producto posible. ¿Cuál es el mejor
modo de ordenarlas? Recuerde que ambos grupos deben arrojar el
mismo resultado al multiplicarse, y que debe haber tres fichas multi
plicadas por dos en un caso, y dos multiplicadas por dos en el otro
caso, como en nuestro ejemplo.
21
22. Las diez fichas
En este caso usamos el cero además de 1, 2, 3 , 4, 5, 6, 7, 8, 9. El
acertijo, como en el caso anterior, consiste en disponer los diez fichas
de modo que los resultados de las dos multiplicaciones sean iguales,
y aquí uno puede tener una o más cifras en el multiplicador, a su elec
ción. Esto es fácil de lograr; pero también hay que hallar los dos or
denamientos que den pares de los productos más altos y más bajos po
sibles. Desde luego hay que usar todas las fichas, y el cero no se puede
colocar a la izquierda de una hilera de números , donde no tendría
efecto. No se permiten las fracciones.
3 7. El avaro español
En un pueblo de Nueva Castilla vivía un célebre avaro llamado
don Manuel Rodríguez. Su amor por el dinero sólo era comparable a
su pasión por los problemas matemáticos. Estos acertijos se relacio
naban habitualmente con las riquezas que acaparaba, y sólo los pro
ponía con el exclusivo propósito de complacerse en resolverlos. La
mentablemente muy pocos han sobrevivido, y cuando yo viajaba por
España, reuniendo datos para mi tesis sobre "La cebolla española
como causa de la decadencia nacional", sólo descubrí un puñado. Uno
de ellos se relaciona con tres cofres apilados uno encima del otro.
Cada cofre contenía una diferente cantidad de doblones de oro. La di
ferencia entre la cantidad de doblones del cofre superior y la canti
dad del cofre intermedio era la misma que la diferencia entre la can
tidad del cofre intermedio y la cantidad del cofre inferior. Y si se
sumara el contenido de dos cofres cualesquiera se obtendría un nú
mero cuadrado. ¿Cuál es la cantidad más pequeña de doblones que
podía existir en cualquiera de los cofres?
27
38. Los cinco salteadores
Los cinco salteadores Alfonso, Benito, Carlos, Diego y Esteban
contaban su botín después de un atraco y descubrieron que en total
habían robado 200 doblones. Uno de la banda señaló que si Alfonso
hubiera tenido doce veces su parte, Benito tres veces su parte, Car
los la misma cantidad, Diego la mitad de su parte y Esteban un ter
cio de su parte, igual habrían totalizado 200 doblones. ¿Cuántos do
blones tenía cada uno?
Hay muchas respuestas correctas para esta pregunta. He aquí una
de ellas:
A 6 X 12 = 72
B 12 X 3 = 36
e 17 X 1 = 17
D 1 20 X � = 60
E 45 X � =
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200 200
El acertijo consiste en descubrir cuántas respuestas hay, enten
diéndose que cada hombre tenía algo y que no puede haber céntimos
(es decir, fracciones), sólo doblones.
Este problema, planteado con otras palabras, fue propuesto por
Tartaglia (muerto en 1 559), quien se jactaba de haber descubierto una
solución; pero un célebre matemático francés (M. A. Labosne) alega
en un trabajo que los lectores quedarán atónitos al enterarse de que
existen 6.639 respuestas correctas. ¿Es así? ¿Cuántas respuestas hay?
Haga una copia del trozo en papel o cartón y luego trate de cor
tarlo en nueve fragmentos que reordenados formen cuatro cuadrados
perfectos, todos exactamente del mismo tamaño.
47. Tangrams
Muchos pasatiempos de la antigüedad, tales como el ajedrez, han
sufrido tantos cambios con el correr de los siglos que sus inventores
no los reconocerían. No ocurre así con los tangrams chinos, una re
creación que parece contar con no menos de cuatro mil años, que al
parecer nunca dejó de despertar interés y que no ha sufrido alteracio
nes ni "mejoras" desde que el legendario Tan elaboró las piezas que
muestra el Diagrama l. Si marcamos el punto B , a medio camino
entre A y C, en un lado de un cuadrado de cualquier tamaño, y D, a
medio camino entre C y B , en un lado contiguo, la dirección de los
cortes es demasiado obvia para requerir más explicaciones. Todos los
dibujos de este apartado están integrados por esas siete piezas de car
tón negro. Enseguida se comprenderá que las combinaciones posibles
son infinitas.
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"El resultado ha sido que el hombre Tan, el dios Tan, y el Li
bro de Tan son totalmente desconocidos en la literatura, la historia y
la tradición chinas. La mayoría de los hombres cultos jamás había
oído ese nombre. El pasatiempo, por cierto, es muy conocido. En
chino se denomina eh ' i eh ' iao f u, literalmente, "siete-ingenioso
plan" o "ingeniosa figura del acertijo de siete piezas". No existe en
chino ningún nombre que se parezca a tangram o siquiera a tan, y las
únicas sugerencias para el segundo son los vocablos chinos t' an, "ex
tender", o t' ang, que significa "chino" en el dialecto cantonés. Se ha
sugerido que algún americano o inglés que sabía un poco de chino o
cantonés, buscando un nombre para el acertijo, elaboró una denomi
nación a partir de una de esas palabras y el sufijo europeo gram (es
decir, "grama", como en crucigrama o anagrama). Debo añadir que
el nombre tangram tal vez fue inventado por un americano poco an
tes de 1 864 y después de 1 847, pero no lo encuentro en letras de molde
antes de la edición de 1 864 del diccionario Webster. Por tanto he
debido ser muy breve en mi referencia a ese término en el dicciona
rio, diciendo a qué se aplica y qué conjeturas se han hecho respecto
de su origen, y dando algunas citas de su propio artículo, el cual me
ha permitido explayarme un poco más sobre el tema."
Varios lectores me han escrito para informarme que poseían o
habían poseído ejemplares de los viejos libros chinos. Un caballero
de los Estados Unidos me escribió: "Tengo en mi poder un libro he
cho de papel tisú, impreso en negro (con una inscripción china en la
portada), el cual contiene más de trescientos diseños y pertenece a una
36
caja de tangrams, que también poseo. Se trata de siete libros de bru
ñida madreperla, con finos grabados en ambos lados. Vienen dentro
de una caja cuadrada de palisandro, de 2 h pulgadas. Mi tío abuelo
fue uno de los primeros misioneros que visitó la China. Esta caja y
el libro, junto con una colección de otras reliquias, fueron enviados
a mi abuelo, quien me los legó."
Este corresponsal tuvo la amabilidad de proveerme calcos de los
tangrams, y es evidente que las piezas tienen las mismas proporcio
nes que he indicado. Reproduzco la inscripción china (8) por lo si
guiente: el propietario del libro me informa que lo ha presentado a
varios chinos de los Estados Unidos ofreciendo un dólar por la tra
ducción, pero todos se negaban rotundamente a leer las palabras, ofre
ciendo la pobre excusa de que la inscripción es japonesa. Los nati
vos del Japón, en cambio, insisten en que es china. ¿Acaso existe
algún elemento ocultista y esotérico en los tangrams, que tan difícil
resulta rasgar el velo? Tal vez esta página llegue a algún lector fami
liarizado con el idioma chino que desee ofrecemos una traducción,
arrojando cierta luz sobre este curioso interrogante.
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Trate de dibujar los tres círculos de modo que cada gato tenga
su propio recinto y no pueda llegar a otro gato sin cruzar una línea.
40
ACERTIJOS GEOM É TRICOS VARIOS
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64. Torpedeo
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51
Si una flota de dieciséis buques de guerra estuviera anclada y
rodeada por el enemigo, ¿cuántas naves se podrían hundir si cada
torpedo, lanzado en línea recta, pasara bajo tres navíos y hundiera al
cuarto? En el diagrama hemos dispuesto la flota en un cuadrado, don
de se verá que se pueden hundir hasta siete barcos (los de la fila su
perior y la primera columna) disparando los torpedos indicados por
las flechas. Anclando la flota a nuestro gusto, ¿en qué medida pode
mos incrementar este número? Recuerde que cada nave sucesiva es
hundida antes del lanzamiento de otro torpedo, y que cada torpedo
sigue un rumbo diferente; de lo contrario, poniendo las naves en lí
nea recta, podríamos hundir hasta trece. Es un interesante ejercicio
de guerra naval, y muy práctico, siempre que el enemigo nos permi
ta disponer su flota a nuestra conveniencia y prometa quedarse quie
to sin hacer nada.
53
P ROBLEMAS DE RECORRI DO
"Los veo en su sinuoso camino . "
REGINALD HEBER
6 7. La bandera británica
59
En la página anterior doy un esquema de un río con una isla y
cinco puentes. En un lado del río hay un monasterio, y en el otro se
ve un monje en primer plano. Ahora bien, de regreso al monasterio
el monje ha decidido cruzar cada puente una vez, y sólo una vez. Esto
es, por supuesto, bastante fácil, pero en el camino piensa para sí: 'Me
pregunto cuántas rutas diferentes tengo para elegir. ' ¿Podría usted de
círselo?
Tome su lápiz y trace una ruta que lo lleve una vez por los cin
co puentes. Luego trace una segunda, luego una tercera, y vea si puede
determinar todas las variantes. Verá que la dificultad es doble: por un
lado debe evitar olvidar rutas; por el otro, debe evitar repetirlas.
60
PROBLEMAS DE COMB I NAC I Ó N
Y AG RU PAMI E NTO
"Por cierto , una combinación y una forma . "
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B
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Recuerde que las inversiones y reflejos no cuentan como dife
rentes. Es decir, si usted hace girar la página obtendrá cuatro orde
namientos para la cruz griega, y si la hace girar frente a un espejo
obtendrá cuatro más. Pero se considera que estas ocho configuracio
nes son una y la misma. Pues bien, ¿cuántos modos existen en cada
caso?
1 2 a 4
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11 e 7 8
r---- -- -- --
9 JO 11 12
65
P ROBLEMAS AJ E DREC ÍSTICOS
" Tú y y o iremos al ajedrez . "
EL TABLERO DE AJ EDREZ
El padre John se devanó los sesos pero, tras consultar con alguien
que era versado en extraños misterios, halló un modo de satisfacer el
capricho del abad. ¿Cuáles claraboyas se cerraron, de modo tal que
las que permanecieron abiertas sumaran un número par en cada línea
horizontal, vertical y diagonal, con la menor obstrucción posible para
la luz?
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El hombre visitó cada celda una vez y sólo una vez en la menor
cantidad posible de líneas rectas hasta llegar a la celda del león. El
león, curiosamente, también visitó cada celda una vez y sólo una vez
en la menor cantidad posible de líneas rectas hasta que al fin llegó a
la celda del hombre. Comenzaron juntos y fueron a la misma veloci
dad; no obstante, aunque en ocasiones se entrevieron, jamás se en
contraron. El acertijo consiste en mostrar qué ruta siguió cada cual.
75
Para bien o para mal, la expedición que debe emprender esta to
rre es un viaje sin retorno. Realizará veintiún movimientos , visitan
do todas las casillas del tablero una vez y sólo una vez, parando en
la casilla que denominamos 1 O al final de su décimo movimiento, y
terminando en la casilla denominada 2 1 . No se pueden realizar dos
movimientos consecutivos en la misma dirección, es decir, hay que
girar después de cada jugada.
97. La regata
¡ Marineros de agua dulce, izad los escotines del foque, desple
gad la vela mayor, inflad ese foque balón, alistad la mesana!
Nuestra regata consiste en partir desde el punto donde mostra
mos el yate en la ilustración y tocar cada una de las sesenta y cuatro
boyas en catorce líneas rectas, regresando en la maniobra final hasta
la boya donde comenzamos. El séptimo tramo debe terminar en la
boya donde flamea una bandera.
76
Este acertijo exige gran pericia naval, pues a menudo hay que
maniobrar en ángulo cerrado. La punta de un lápiz y un buen ojo náu-
tico son todos los elementos que necesitamos.
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80
En la ilustración tenemos ocho hongos, con ranas blancas en 1
y 3 y ranas negras en 6 y 8. El acertijo consiste en mover una rana
por vez, en cualquier orden, a lo largo de una de las líneas rectas que
unen un hongo con otro, hasta que hayan cambiado de lugar, quedan
do las ranas blancas en 6 y 8, y las negras en 1 y 3. Si usa cuatro fi
chas sobre un diagrama simple, le resultará muy fácil, pero es más
dificultoso hacerlo en sólo siete jugadas, (cualquier número de des
plazamientos sucesivos de la misma rana cuenta como una jugada).
No puede haber más de una rana por hongo al mismo tiempo.
¿En qué casilla dejó el señor Negro a su rey? Las otras piezas es
tán en sus posiciones apropiadas en el diagrama. Blanco puede dar
jaque a Negro cuantas veces quiera, pero en balde, pues nunca llega
a una posición de jaque mate.
Es evidente que las blancas han dado mate a las negras. ¿Pero
cómo? He ahí el acertijo.
1 08. Monstruosidad
Una Nochebuena yo viajaba en tren al sur de Inglaterra. El com
partimiento estaba atestado, y los pasajeros estábamos muy apiñados.
Mi compañero de asiento estudiaba sesudamente una posición en uno
de esos tableros plegables que se pueden guardar cómodamente en el
bolsillo, y no pude evitar mirarlo (la posición se muestra en la pági
na siguiente, y como está un poco borrosa diremos que la pieza de
"c7" es el rey blanco).
Mi compañero de viaje volvió repentinamente la cabeza y sor-
prendió mi expresión de desconcierto.
-¿Juega usted al ajedrez? -,-preguntó.
-Sí, un poco. ¿Qué es eso? ¿Un problema?
-Problema? No, una partida.
-¡ Imposible ! -exclamé con cierta rudeza-. ¡ Esa posición es una
monstruosidad!
83
Extrajo una tarjeta del bolsillo y me la entregó. De un lado tenía
un domicilio y en el anverso las palabras "43 . Rg l " .
-¡ Es una partida por correspondencia! -exclamó-. Usted v e el
último movimiento de mi amigo, y ahora yo estoy meditando mi res
puesta.
-Excúseme -insistí-, pero la posición parece imposible. ¿Cómo,
por ejemplo_?
- ¡ Ah ! -me interrumpió sonriendo-. Entiendo. Es usted un prin-
cipiante. Juega para ganar.
-¡ Pues me imagino que usted no juega para perder o empatar!
Lanzó una carcajada.
-Tiene usted mucho que aprender. Mi amigo y yo no jugamos
en busca de esos anticuados desenlaces. Vemos en el ajedrez lo ma
ravilloso, lo estrambótico, lo extravagante. ¿Alguna vez vio una po
sición como ésta?
Por suerte no, pensé para mis adentros.
-Esa posición, amigo mío, materializa las sinuosas evoluciones
y las sincréticas, sintéticas y sincrónicas concatenaciones de dos ce
rebros personalísimos. Es el producto de un hiperbólico e hipertrófi
co intercambio de . . .
-¿Ha leído usted e l periódico vespertino? -interrumpió e l pasa
jero de enfrente, alcanzándome un periódico. Noté que en el margen,
junto a su pulgar, había garrapateado una nota. Agradeciéndole, cogí
el periódico y leí: "Lunático, pero totalmente inofensivo. Está a mi
cargo".
84
Después de eso dejé que el pobre sujeto delirase a gusto hasta que
ambos nos apeamos en la siguiente estación.
Pero esa extraña posición se me grabó en la mente, siendo el úl
timo movimiento de las negras 43. \Wg l ; y poco después descubrí
que en efecto era posible llegar a ella en cuarenta y tres movimien
tos. ¿Podrá el lector reconstruir esa secuencia? ¿Cómo lograron las
blancas poner sus torres y el alfil del rey en su posición actual, tenien
do en cuenta que nunca pudieron haber movido el alfil del rey? No
se dieron ventajas, y cada movimiento era totalmente legítimo.
85
AC ERTIJOS DE MEDIDA, PESO
Y EMPAQUETADO
"Medida por igual medida " .
1 1 2. Un acertijo de empaquetado
Como todos sabemos por experiencia, se requiere bastante inge
nio para empaquetar artículos en una caja si no queremos desperdi
ciar espacio. Un hombre me contó una vez que tenía una gran canti
dad de pelotas de hierro, todas exactamente de dos pulgadas de diá
metro, y deseaba poner la mayor cantidad posible en una caja rectan
gular de 24 �o pulgadas de longitud, 22 � de anchura y 1 4 pulgadas
de profundidad.
¿Cuál es la máxima cantidad de pelotas que pudo empaquetar en
esa caja?
88
PROBLEMAS DE C RUCE DEL RÍO
"Mi bote está en la costa "
BYRON
91
PROBLEMAS CON J U EGOS
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JU EGOS CON ACE RTIJOS
HUDIBRÁS
97
PROBLEMAS VARIOS
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101
Ponga la primera donde usted guste, luego ponga la segunda exacta
mente a una pulgada de la primera, la tercera a una pulgada de la se
gunda, y así sucesivamente. Ninguna moneda puede tocar otra ni cru
zar el límite. Nuestra ilustración aclara este asunto. La moneda Nº 2
está a una pulgada de la Nº 1 ; la Nº 3 está a una pulgada de la Nº 2;
la Nº 4 a una pulgada de la Nº 3; pero después de colocar la Nº 10 no
podemos continuar con este criterio. Sin embargo, se han metido al
gunas monedas más. ¿Cuántas puede colocar el lector?
1 02
SOLU C I O N ES
PROBLEMAS ARITMÉTICOS
Y ALG EBRAICOS
l . Extraña coincidencia
Los viejos libros suelen resolver los acertijos de esta clase me
diante el tedioso proceso de "deducir retrospectivamente". Pero he
aquí una sencilla solución general: Si hay n jugadores, la cantidad que
tenga cada jugador al final será m(2n), por lo que el último perdedor
debía tener m(n + 1 ) al principio, el siguiente m(2n + 1 ), el siguiente
m(4n + 1 ), el siguiente m(8n + 1 ) y así hasta llegar al primer juga
dor, que debía tener m(2n-ln + 1 ) .
Así, en este caso, n = 7, y la cantidad que tenía cada jugador al
final era de 1 28 peniques. Por tanto m = 1 , y G empezó con 8 peni
ques, F con 1 5 , E con 29, D con 57, C con 1 1 3 , B con 225 , y A con
449.
4. Carne y salchichas
La dama compró 48 libras de carne a 24 peniques, y la misma
cantidad de salchichas a 18 peniques, gastando así 2.0 1 6 peniques.
Si hubiera comprado 42 libras de carne y 5 6 libras de salchichas, ha
bría gastado 1 .008 peniques en cada artículo, y habría obtenido 98
libras en vez de 96, ganando 2 libras de peso.
1 03
S. Dando cambio
El modo de ayudar al comerciante americano es el siguiente.
Nombrando las monedas por la cantidad de céntimos que represen
tan, el comerciante pone sobre el mostrador 50 y 25 ; el comprador
pone 1 00, 3 y 2; el extraño añade 1 0, 1 0, 5, 2 y l . Ahora bien, consi
derando que el coste de la compra sumaba 34 céntimos, es claro que
de todo el dinero que se ha juntado el comerciante debe recibir 1 09,
el comprador 7 1 y el extraño 28 céntimos. Por ende, es obvio que la
pieza de 1 00 debe ir al comerciante, y luego se sigue que la de 50 debe
ir para el comprador, y la de 25 sólo puede ir para el extraño. Ahora
bien, las dos monedas de 1 0 céntimos deben ser para el comprador,
ya que el comerciante sólo requiere 9 céntimos y el extraño 3 cénti
mos. Entonces es manifiesto que el comprador debe tomar la de 1 cén
timo, que el extraño debe tomar la de 3 céntimos y el comerciante las
de 5, 2 y 2. Resumiendo, el comerciante lleva 100, 5, 2 y 2; el com
prador, 50, 1 0, 1 0 y 1 ; el extraño, 25 y 3. Nótese que ninguna de las
tres personas retiene ninguna de sus propias monedas.
7. Comprando higos
Para la resolución de este acertijo nos interesa la interpretación
exacta de las palabras utilizadas por el comprador y el vendedor. Pre
sentaré la pregunta de nuevo, esta vez añadiendo unas palabras para
aclarar más el asunto. Las palabras añadidas figuran en bastardilla.
Un hombre fue a una tienda a comprar higos. Dijo que quería un
penique de higos, y le dieron cinco higos.
-No es suficiente -señaló-. Falta un sexto.
1 04
-Pero si le doy un higo más -respondió el comerciante-, tendrá
sted cinco sextos de sobra.
Lo más raro es que ambos tenían razón. ¿Cuántos higos debería
ecibir el comprador por 30 peniques?
La respuesta es que por 30 peniques debería recibir 1 55 higos.
)ividamos este número por 30 y descubriremos que el comprador te
lÍa derecho a 5 � por cada penique. Por tanto tenía razón al decir,
;uando sólo recibió cinco, que aún le correspondía un sexto. Y el ven
iedor también tenía razón al decir que si le daba un higo más (es decir,
�eis en total), le estaría dando cinco sextos de higo de sobra.
8. Ladrón de bicicletas
Se dan muchas respuestas absurdas a esta pregunta, y sin embar
go es muy sencilla si uno tiene en cuenta que el vendedor no puede
haber perdido más de lo que el ciclista robó. Este se fue con una bi
cicleta que le costó al vendedor once libras, y el "cambio" de diez li
bras, por lo que obtuvo veintiún libras a cambio de un papel inservi
ble. Este es el monto exacto de la pérdida del vendedor, y las demás
operaciones (cambiar el cheque, pedir un préstamo a un amigo) no
afectan en absoluto la cuestión. La pérdida de una posible ganancia
sobre la venta de la bicicleta no representa un desembolso de dinero.
9. La edad de ambos
La edad del caballero era 54 años y la de su esposa 45 años.
1 l . La edad de Tomasito
La edad de Tomasito era 9 años y tres quintos. La edad de Ann
era 1 6 y cuatro quintos, la edad de la madre 38 y dos quintos, y la
del padre 50 y dos quintos.
1 2. Vecinos
El señor Jupp, 39; la señora Jupp, 34, Julia, 14 y Joe 1 3 ; el se
ñor Sirnkin, 42, la señora Sirnkin, 40; Sophy, 10 y Sammy, 8.
1 05
1 3 . Fiesta familiar
En la fiesta se encontraban dos niñas y un niño, la madre y el
padre de ellos, y el padre y la madre de este último.
1 4. El reloj desconcertante
Si los 65 minutos se cuentan sobre la esfera del mismo reloj , el
problema sería imposible, pues las manecillas deben coincidir cada
65 % minutos (según lo muestra la esfera), y no importa si adelanta
o atrasa; pero si se mide por el tiempo real, adelanta �1 de minuto en
65 minutos, o 60tl43 de minuto por hora.
1 5. El aldeano
El día de la semana en que se entabló la conversación era domin
go. Pues cuando pasado mañana (martes) sea "ayer", "hoy" será miér
coles; y cuando anteayer (viernes) era "mañana", "hoy" era jueves.
Hay dos días entre el jueves y el domingo, y entre el domingo y el
miércoles.
1 6. El reloj del club
La posición de las manecillas en la ilustración sólo puede indi
car que el reloj se detuvo 44 minutos 5 1 114:Y¡427 segundos después
de las once. El segundero estaría entonces "exactamente a medio ca-
mino" entre las otras dos manecillas a los 45 minutos 52 4%tl427 se
gundos después de las once. Si se tratara de los puntos del círculo a
los cuales apuntan las tres manecillas, la respuesta sería entonces 45
minutos 22 1061J.427 segundos después de las once; pero la pregunta
aludía a las manecillas, y el segundero no estaría entre ellas en ese
momento, sino fuera de ellas.
1 7. Cobrando la pensión
La distancia es de 6 % millas.
1 9. El cesto de patatas
Multiplique la cantidad de patatas por ese número menos uno y
por el doble del número menos uno; luego divida por 3 . Así, 50 por
1 06
¡9 por 99 da 242.550, lo que, dividido por 3 , da 80.850 yardas como
·e spuesta correcta. El niño tendría pues que caminar más de 70 kiló
netros, una grata recreación después de un día de trabajo.
3 1 . N úmeros extraños
Los tres números más pequeños, además de 48, son 1 .680, 57. 1 20
y 1 .940.448 . Se verá que 1 .68 1 y 84 1 , 57. 1 2 1 y 28.56 1 , 1 .940.449 y
970.225 , son respectivamente los cuadrados de 4 1 y 29, 239 y 1 69,
1 .393 y 985 .
3 2. El avaro redimido
Como no nos dicen en qué año Jasper Bullyon realizó esta ge
nerosa distribución de su fortuna, sino que debemos hallar la menor
cantidad posible, es claro que debemos buscar un año que tenga la
forma más favorable.
Hay cuatro casos a tener en cuenta: un año común con cincuen
ta y dos domingos y con cincuenta y tres domingos, y un año bisies
to con cincuenta y dos y cincuenta y tres domingos respectivamen
te. He aquí las cantidades más bajas posibles en cada caso:
3 1 3 días laborales, 52 domingos 1 1 2.055 libras
3 1 2 días laborales, 53 domingos 1 9.345 libras
3 1 4 días laborales, 52 domingos sin solución posible
3 1 3 días laborales, 53 domingos 69. 1 74 libras
La menor cantidad posible, y por ende la respuesta correcta, es
1 9. 345 libras, distribuidas en un año común que comenzó en domingo
(el año 1 9 1 1 tuvo estas características). Habría pagado 53 libras cada
día del año, o 62 libras cada día laboral, con un resto de 1 libra, tal
como se requería, en el último caso.
1 14
33. Los cuadrados del círculo
Aunque este problema puede resultar dificultoso para el no inicia
do, es bastante sencillo y se facilita aún más si se insertan cuatro de
los diez números.
Primero, se notará que los cuadrados que son diametralmente
opuestos tienen una diferencia común. Por ejemplo, la diferencia entre
el cuadrado de 1 4 y el cuadrado de 2, en el diagrama, es 1 92; y la
diferencia entre el cuadrado de 16 y el cuadrado de 8 también es 1 92.
Así debe ocurrir en cada caso.
Entonces debemos recordar que la diferencia entre los cuadrados
de dos números consecutivos es siempre el doble del número menor
más 1 , y que la diferencia entre los cuadrados de dos números cua
lesquiera siempre se puede expresar como la diferencia de los núme
ros multiplicada por su suma. Así el cuadrado de 5 (25) menos el
cuadrado de 4 ( 1 6) equivale (5 + 4) x 1 , es decir 9; además, el cua
drado de 7 (49) menos el cuadrado de 3 (9) equivale a (7 + 3) x (7 -
3), es decir 40.
Ahora bien, el número 1 92, al que hemos aludido, se puede di
vidir en cinco pares de factores pares: 2 x 96, 4 x 48, 6 x 32, 8 x 24
y 12 x 1 6, y éstos divididos por 2 nos dan 1 x 48, 2 x 24, 3 x 1 6, 4 x
1 2 y 6 x 8. La diferencia y la suma respectivas de cada uno de estos
pares a la vez producen 47 y 49; 22 y 26; 1 3 y 1 9; 8 y 26; 2 y 1 4 . Es
tos son los números requeridos, cuatro de los cuales ya están coloca
dos. Los seis números que se deben añadir se pueden colocar de seis
maneras diferentes, y una de ellas es, leyendo el círculo hacia la de
recha del lector, 1 6, 2, 49, 22, 1 9, 8, 14, 47, 26, 1 3 .
Deseo llamar la atención del lector sobre otro detalle. En todos
los círculos de esta clase, la diferencia entre los números diametral
mente opuestos aumenta en determinada proporción, siendo los pri
meros números (con la excepción de un círculo de 6) 4 y 6, y formán
dose los otros mediante la duplicación del inmediatamente anterior
menos uno. Así, en el caso citado, la primera diferencia es dos, y luego
los números aumentan por 4, 6, 8 y 1 2. Desde luego, puede hallarse
una solución infinita de soluciones si admitimos fracciones. La can
tidad de cuadrados de un círculo de este tipo, sin embargo, debe te
ner la forma 4n + 6; es decir, debe ser un número compuesto por 6
más un múltiplo de 4.
3 7. El avaro español
Había 386 doblones en un cofre, 8.450 en otro, y 1 6.5 1 4 en el
tercero, ya que 386 es el menor número posible. Si yo hubiera pedi
do la menor suma posible de monedas, la respuesta habría sido 482,
3 . 3 62 y 6.242. Se verá que en cualquiera de ambos casos, si se com
bina el contenido de dos cajas cualesquiera de las tres, forman un
número cuadrado de monedas. Es una curiosa coincidencia (y nada
más, pues no ocurre siempre) que en la primera solución los dígitos
de los tres números sumen 1 7 en todos los casos, y que en la segun
da solución sumen 1 4. Nótese que el número que está en medio de
los tres es siempre la mitad de un número cuadrado.
1 19
PROBLEMAS G EOMÉTRICOS
1 20
El pentágono es ABCDE. Mediante el corte AC y el corte FM
(siendo F el punto medio entre A y C, y estando M a igual distancia
desde A que F), obtenemos dos partes que se pueden poner en posi
ción en GHEA y formar el paralelogramo GHDC. Luego hallamos
la media proporcional entre la longitud HD y la altura del paralelo
gramo, es decir, la raíz cuadrada del área del paralelogramo. Marca
mos esta distancia desde C en K, luego trazamos CK, y desde G ha
cemos la línea GL, perpendicular a KC. El resto es fácil y bastante
obvio. Las seis partes forman o bien el pentágono o bien el cuadra
do.
He recibido lo que pretendía ser una solución en cinco partes,
pero el método se basaba en la sutil falacia de que la mitad de la dia
gonal más la mitad del lado de un pentágono equivaldría al iado de
un cuadrado de la misma superficie. La califico de sutil porque es una
aproximación muy cercana que engaña la vista, y es muy difícil pro
bar su inexactitud. No tengo noticias de que antes se haya reparado
en esta curiosa aproximación.
Otro lector hizo el lado de su cuadrado 1 � del lado del pentá
gono. En realidad, la proporción es irracional. Calculo que si el lado
del pentágono es 1 (en pulgadas, pies o cualquier otra medida) el lado
del cuadrado de igual superficie es aproximadamente 1 ,3 1 1 7 , es de
cir, alrededor de 1 �o. En consecuencia, sólo podemos aspirar a re
solver el acertijo mediante métodos geométricos.
121
El diagrama A es nuestro triángulo original. Digamos que mide
5 pulgadas por lado. Si cortamos una tajada del pie de cada triángu
lo equilátero mediante un corte paralelo a la base, la porción que per
manece siempre será un triángulo equilátero; así que primero corta
mos la pieza 1 y obtenemos un triángulo de 3 pulgadas por lado. El
modo de hallar la dirección de los otros cortes en A es evidente en el
diagrama.
Ahora bien, si queremos dos triángulos, 1 será uno de ellos, y 2,
3 , 4 y 5 se combinan, como en B , para formar el otro. Si queremos
tres triángulos equiláteros, 1 será uno de ellos, y 4 y 5 forman el se
gundo, como en e, y 2 y 3 forman el tercero, como en D. En B y e
la pieza 5 está invertida; pero no puede haber objeción a esto, pues
no está prohibido, por lo que no se opone a la índole del acertijo.
47. Tangrams
La ilustración muestra como están construidas las figuras, cada
una con los siete tangrams. Se verá que en ambos casos la cabeza,
sombrero y brazo son exactamente iguales, y los anchos de las bases
1 23
de los cuerpos son semejantes. Pero estos cuerpos tiene cuatro pie
zas en el primer caso y sólo tres en el segundo. El primero es mayor
que el segundo por exactamente la angosta franja indicada por la lí
nea de puntos entre A y B. La franja es, por lo tanto, igual al área de
la pieza que forma el pie en el segundo diseño, aunque cuando se la
distribuye sobre el cuerpo como en el presente caso, el ojo no capta
fácilmente la diferencia de tamaño.
1 24
49. El acertijo del estandarte
., 8
l.
2 11
S
4
10
1
3
Las condiciones no exigen que las tierras de cada hijo queden en una
pieza única, pero es necesario que las dos porciones asignadas a un
individuo se mantengan aparte, o dos porciones contiguas podrían
considerarse una pieza, en cuyo caso habría que romper la condición
relativa a la forma.
Ahora bien, hay una sola forma para cada parcela de tierra: me
dio cuadrado dividido en diagonal. A, B, C y D pueden llegar a sus
tierras desde el exterior, y cada cual tiene igual acceso al ojo de agua
del centro.
c.
48
'Lo!
1�
1 56 11 [:]6 D
1�
a+b- �a2 + b2 - ab
6
equivale al lado de los pequeños cuadrados que se deben recortar. Las
medidas dadas eran 8 pies por 3 pies, y la regla citada nos da 2f.3 como
el lado de los cuadrados que se deben recortar. Por cierto, esto no
siempre resultará exacto como en este caso, (a causa de esa raíz cua
drada), pero siempre podemos aproximamos mediante decimales.
131
PROBLEMAS CON F I C HAS MÓVI LES
64. Torpedeo
1 34
PROBLEMAS DE RECORRIDO
6 7. La bandera británica
"
140
PROBLEMAS DE COMBINACIÓN
Y AG RU PAMIENTO
Nótese que dos hombres nunca salen juntos dos veces, y que nin
guno sale dos veces en el mismo bote.
Esta es una extensión del célebre problema de las "quince esco
lares" de Kirkman. Los requisitos originales imponían que las quin
ce niñas salieran siete días en tercetos sin que ninguna saliera dos
veces con otra en el mismo terceto. La búsqueda de una solución
general para este acertijo ha aguzado el ingenio de los matemáticos
desde 1 850, cuando se planteó la cuestión por primera vez. En 1 908
y los dos años siguientes indiqué que todos los problemas surgían de
nuestra incapacidad para descubrir que el 1 5 es un caso especial (de
masiado pequeño para entrar en la ley general que comprende a to-
1 42
das las cantidades más grandes de niñas, de la forma 6n + 3 , y de
mostré cuál es la ley general y cómo se deben plantear los grupos para
cualquier número de niñas. Presenté combinaciones para ciertos nú
meros que previamente habían frustrado todos los intentos de mani
pulación, y ahora se puede considerar que el problema general está
resuelto. Los lectores hallarán una excelente versión completa del
acertijo en Mathematical Recreations de W. W. Rouse Ball.
Así cada alumno habrá salido al lado de cada uno de los demás
niños una vez, y sólo una vez.
Tratando el problema de modo general, 1 2n + 9 alumnos pue
den salir en tercetos según estas condiciones en 9n + 6 días, donde n
puede ser cero o cualquier entero. Cada par posible se producirá una
vez. Llamemos m al número de niños. Entonces cada niño integrará
un par m - 1 veces, de las cuales (m - 1 )/4 veces estará en medio de
un terceto y (m - 1 )/2 veces en un costado. Así, si nos remitimos a
nuestra solución, vemos que cada niño está en el medio dos veces (in
tegrando 4 pares) y cuatro veces en los costados (integrando los res
tantes 4 pares de sus 8). El lector quizá desee tratar de resolver los
dos siguientes casos de 21 niños en 14 días, y 33 niños en 24 días.
Quizá resulte interesante observar que una escuela de 489 alumnos
podría salir así todos los días en un año bisiesto, pero se necesitarían
73 1 "alumnas" (como en la solución del Nº 77) para lograr esto en
una salida diaria en un año de 365 días.
1 46
PROBLEMAS AJ EDREC ÍSTICOS
A K Q .J o S H e
Q J A K e H S o
J Q K A S o e H
K A J Q H e D S
3
A D K S 1\) H J C
S H e o
qc JH A S 1< 0 o e H S
JS qo MC AH H S o e
I( H AC J O qs e o S H
4 3 5 B
5 2 1 4
-
1 4 3 5
3 S 2 1
1 2
A B e D
F G. H r --f'-1
E. '�
.Y"·. w
1 J K L
M N o p
S 6
Por último, hay un solo modo en que tres ovejas se pueden guar
dar de modo que al menos un corral no esté en línea con una ovej a y
sin embargo ninguna oveja esté en línea con otra. Ponga las ovejas
en C, E, L. Esto es prácticamente todo lo que se puede decir de este
grato acertijo pastoral.
:+ :+ +
r• - - -
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1 2. 3 4
S 6 7 8
9 10 11 12
13 1� 15 16
17' 18 19 20
A
El diagrama B muestra la posición después de la novena juga
da. Los alfiles 1 y 20 aún no se han movido, pero 2 y 1 9 han avanza
do y regresado. Al final, 1 y 1 9, 2 y 20, 3 y 1 7 , y 4 y 1 8 habrán cam
biado lugares. Nótese la posición después de la decimotercera juga
da.
97. La regata
1 57
El diagrama se explica por sí mismo. Los números indican la
dirección de las líneas en su orden apropiado, y se verá que el sépti
mo tramo termina en la boya, como se requería.
1 04. Ahogado
Trabajando en forma independiente, S. Loyd, E. N. Frankenstein,
W. H. Thompson y yo hemos llegado a la misma solución. La si
guiente se puede aceptar como la mejor solución posible para este
curioso problema:
Blancas Negras
1. d4 e5
2. ftd3 fth4
3. ftg3 �b4+
4. �d2 a5
5. a4 d6
6. h3 �eS
1 63
7. bl.a3 f5
8. �h2 c5
9. bl.g3 �b3
1 0. c4 f4
1 1. f3 e4
1 2. d5 e3
Y las blancas quedan ahogadas.
1 08. Monstruosidad
Blancas Negras
1. f4 c6
2. �f2 fta5
3. W/e3 rid8
4. f5 �c7
5. �e 1 �b6
6. �g3 �a6
7. �b8 h5
8. �f3 b:l:h6
9. �eS b:l:g6
1 0. �xc8 b:l:g3+
1 1. hxg3 �b5
1 2. b:l:h4 f6
1 3. b:l:d4 fxe5
1 66
1 4. b4 exd4+
1 5. �f4 h4
1 6. fte8 h3
1 7. �C3+ dxc3
1 8. �a3 h2
1 9. z:!.b 1 h 1 ='B
20. z:!.b2 cxb2
21. �g5 �g 1
22. tlh5 'I!Ja4
23. b5 z:!.c8
24. b6 z:!.c7
25. bxc7 b 1 =�
26. c8=z:!. �c7
27. �d6 �b4
28. �g6 'I!Ja3
29. z:!.a8 Wb2
30. a4 tlgb6
31. a5 'I!Jc 1
32. axb6 �d 1
33. bxc7 'I!Je 1
34. Wf7 �h6+
35. We8 �a2
36. f6 �g8
37. f7 'I!Jxf 1
38. c8=� �d5
39. �b8 �f6+
40. Wd8 �ea
41. fxe8=z:!. �f7+
42. 'I!Jc7 �d8
43. �f7+ 'I!Jg 1
1 67
AC ERTIJOS DE M E D I DA,
PESO Y E M PAQU ETADO
¡
--· · · ·
...
- - ·· ···
1 1 l . Mezclando té
Hay tres maneras de mezclar las clases de té. Por orden de cali
dad -30 peniques, 27 peniques, 2 1 peniques- mézclese en estas pro
porciones: 1 6 libras, 1 libra, 3 libras; o bien 1 4 libras, 4 libras, 2 li
bras; o bien 12 libras, 7 libras, 1 libra. En cada caso la mezcla de
veinte libras debe valer 28 lh, peniques por libra; pero el último caso
requiere la menor cantidad del mejor té, de modo que es la respuesta
correcta.
1 1 2. Un acertijo de empaquetado
En el lado de la caja de 14 por 22 � podemos disponer 1 3 filas
que contengan alternativamente 7 y 6 pelotas: 8 5 en total. Encima po
demos poner otra capa que consista de 1 2 filas de 7 y 6 alternativa
mente: 78 en total. A lo largo de 24 o/to pulgadas se pueden poner 1 5
de estas capas, que contendrían alternativamente 85 y 78 pelotas. Así
8 veces 85 sumado a 7 veces 78 nos da 1 .226, el contenido total de
la caja.
1 69
PROBLEMAS DE C RUCE DEL RÍO
171
P ROBLEMAS CON J U EGOS
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. ·:·:r.-:�::t::c::t: :· • 1 • 1 1
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1 73
JU EGOS CON AC E RTIJOS
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L
1 77
PROBLE MAS VARIOS
o o o 0 0
0 0 0 0 0 0 o o o
2 4 3 1
4 16 11 5
6 64 43 21
8 256 171 85
10 1 024 683 34 1
1 79
Nótese primero que la cantidad de posiciones utilizadas es una
más que la cantidad de movimientos requeridos para sacar todos los
anillos, porque estamos incluyendo "todos dentro", que es una posi
ción pero no un movimiento. Nótese luego que el número de posi
ciones no utilizadas es igual al número de movimientos utilizados para
sacar un conjunto que tiene un anillo de menos. Por ejemplo, se re
quieren 85 movimientos para sacar 7 anillos, y las 42 posiciones no
utilizadas son exactamente la cantidad de movimientos requeridos
para sacar un conjunto de 6 anillos. Lo cierto es que si hay 7 anillos
y sacamos los primeros 6, y luego deseamos sacar el séptimo anillo,
no hay más remedio que invertir los 42 movimientos que nunca de
bimos efectuar. En otras palabras, debemos poner de vuelta los 7
anillos y comenzar de nuevo. Primero hay que sacar 5 anillos, para
lo cual primero hay que sacar 3 anillos, para lo cual hay que sacar ese
primer anillo. Para sacar 6, primero sacamos 2 y luego 4 anillos.
181
I N DICE
Problemas geométricos....................................................... 30
(Soluciones en página 1 20)
Acertijos de disección
Acertijos con la cruz griega
Acertijos de disección varios
Acertijos con retazos
Acertijos geométricos varios
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Problemas varios.................................................................. 98
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