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Informe de la práctica de

Jefatura.

Profesora: Bárbara Valenzuela.

Nombre: Javier Ábrigo Parra.

Fecha: 19 de agosto. 2019


Contexto, objetivos y aplicación de la actividad.

Contexto de la actividad.

El colegio Chileno Árabe, ubicado en la comuna de Chiguayante, cuenta con una


repartición de las horas de orientación que al menos llama la atención. Desde la enseñanza
básica hacia la enseñanza media cuentan con 15 minutos al día, de 8.00 hrs a 8.15 hrs, de
jefatura y una hora pedagógica de consejo de curso. Esta forma de organizar los horarios es
algo que, desde mi punto de vista, es por lo menos particular. No se tiene una hora propia
para poder tratar temas de jefatura, pero al menos hay un seguimiento día a día sobre el
estado de los cursos. Es en este marco donde se inserta la actividad desarrollada. Debido a
que no tienen una hora de jefatura, se le solicitó al curso de tercero medio poder ocupar la
hora que les corresponde a ellos y a ellas en consejo de curso para realizar la actividad
planificada.

El departamento de orientación en el colegio prioriza en la enseñanza media la preparación


para la PSU, dando apoyo en cuanto a la orientación vocacional, métodos de estudio y
sobretodo realizando actividades en donde las universidades puedan explicar los beneficios
que tienen, los medios de postulación, etc. En conclusión, el colegio no sigue un
lineamiento ministerial para el desarrollo de las actividades de orientación, y es dentro de
esta libertad que se pudo levantar la actividad.

La actividad fue planificada para desarrollarla en el tercero medio, el curso que fue
asignado para realizar la práctica de profesor jefe. El tercero medio cuenta con 33
estudiantes, divididos en 21 mujeres y 12 hombres, por lo que la participación femenina se
hace notar en diferencia con la masculina. Al consultarles en una clase de consejo de curso
sobre qué temas les parecen de su interés para ser tratados en una actividad, la respuesta al
unísono fue ‘confianza en el grupo’. Querían una clase en donde se pudiera trabajar la
confianza en el curso, porque, según su percepción, en este aspecto tenía debilidades que
querían solventar.

Es fundamental comprende que dentro del curso existe una amplia diversidad de personas
que incluyen distintos tipos de personalidad. Además de contar con algunos antecedentes
que se remontan al año pasado donde existieron problemas en torno a dos alumnas que
forman parte del curso, por lo cual, consideran que el grupo necesita desarrollar mayores
habilidades sociales y emocionales, como sería en este caso la confianza entre pares.

La profesora Megan Tschannen-Moran y Christopher Gareis, consideran que la confianza


tiene ‘múltiples facetas’, o sea, que dependiendo del contexto en que se encuentre se
identificarán distintas maneras en que se manifiesta la confianza. Cuando la confianza no se
logra desarrollar, el ambiente de trabajo se convierte en un lugar hostil y tenso1. Si esta idea
la llevamos a las relaciones interpersonales entre los estudiantes, es necesario que ellas y
ellos logren establecer vínculos de confianza para crear un ambiente propicio para el
aprendizaje, además de prevenir casos de discriminación o bullying.

Por otro lado, las estudiantes que tuvieron problemas en el pasado han tenido que cargar
con el estigma de lo que sucedió, por lo que encima suyo cargan la cruz de ser consideradas
‘diferentes’. Llorent y López (2012) afirman lo siguiente: “Se considera la “diferencia”
como un problema debido a que estas reacciones han estado alimentadas por la
ignorancia, el mito, la superstición y sobre todo por el miedo a lo desconocido”2. Esto
sumado a la necesidad de establecer lazos de confianza en el grupo implica que de no
desarrollarse se caería en la tendencia hacia la discriminación. Más adelante afirman ambos
autores que debido a la discriminación hacia la ‘diferencia’ los casos de acoso escolar en
España han aumentado, datando del 2012.

Aplicación de la actividad.

La actividad se realizó en la hora de consejo de curso, o sea, de las 13.15 hrs hasta las 14.00
hrs de un día viernes luego de la evaluación de psicología. Como era de esperarse post-
evaluación, las y los estudiantes se encontraban inquietos, un poco cansados y tenían que
despejarse. Cabe destacar que el profesor mentor se encontraba en una reunión del cuerpo
directivo ya que además de ser profesor jefe es el orientador, por lo que no conté con su
ayuda al inicio de la actividad, pues llegó a los 15 minutos finales de la clase.

1
http://liderazgoescolar.uc.cl/index.php?option=com_content&view=article&id=846:construyendo-
confianza-en-las-escuelas&catid=13&Itemid=291
2
https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/4168089.pdf
Se comenzó despejando la sala para que se creara un círculo alrededor. Las y los
estudiantes hicieron el círculo y se comenzaron a dar las instrucciones. Se sacó a un
invitado que participaría de la actividad, en este caso, un cubo confeccionado por el
profesor. El cubo tenía las caras de distintos colores, específicamente seis colores que
tenían por función representar una emoción secundaria cada una. La idea consistía en que
cada uno lanzara el dado y dependiendo del color que le salga tendría que contar una
experiencia donde se haya sentido de aquella manera. Las emociones eran: satisfacción,
angustia, melancolía, duda, esperanza e ira.

Al inicio de la clase se motivó al curso para que se integraran a la actividad argumentando


que la dinámica les ayudaría a soltar el estrés que cargaban en las clases. La primera
persona en lanzar el dado fui yo, pues necesitaba demostrarles que en esta dinámica todos
iban a participar, hasta los profesores. Luego de eso le lancé el dado a un alumno para que
comenzara la actividad. Las instrucciones al ser amplia daba espacio para que las personas
interpretaran de varias formas cómo abordar la emoción que les salía. Algunas personas
comentaban anécdotas que parecían más superficiales como que sentían esperanza cuando
pateaba la pelota, mientras que otras personas contaban experiencia que les sucedieron en la
infancia. La variedad de respuesta enriquecía la dinámica, además de hacer que el grupo
curso se fuera abriendo a contar lo que consideraba personal a personas con las que no
habían compartido tanto. Algunas alumnas se habían sincerado hasta el punto de llegar al
llanto, porque se habían guardado experiencias que no habían contado antes. En ningún
momento existió presión para que respondieran y aquellas personas que no se sentían en
condiciones para responder se les dieron la oportunidad de saltar su turno. Es necesario
señalar que fue quien dirigía la actividad el encargado de seleccionar a las personas que
iban pasando, así que era al azar los turnos de exponer.

A los 15 minutos finales llegó el profesor mentor a la sala, el cual dejó que la actividad
prosiguiera sin interrumpirla. Sin embargo tenía contemplada su participación en esta
dinámica y fue él quien la concluyó al lanzar el dado como último participante, para así dar
un mensaje implícito al curso y es que en esto estamos todo involucrados.

Para concluir la actividad se cerró con una reflexión colaborativa en donde estudiante y
profesores compartieron qué les pareció la experiencia, dando así sus opiniones. Se les
explicó también que la finalidad de la actividad era que se abrieran como grupo y que al
mismo tiempo se respetaran, respetaran la diversidad de opiniones y la multiplicidad de
manera tiene el ser humano para sentir las emociones, siendo estas expresiones válidas
dentro del contexto estudiantil, manteniendo el respeto como base para poder establecer
relaciones sanas y de confianza.

Evaluación de la actividad.

El logro del éxito de la actividad recae en la motivación y participación con la que contó,
puesto que la motivación a la actividad fue sistematizada en la semana que se dio para
prepararse, por lo que al afrontar la dinámica el día viernes ya estaban entusiasmadas las y
los estudiantes para realizarla. Así mismo, al presentárselas como una actividad más
entretenida que realizar preguntas o una exposición, mostraron una disposición muy acorde
para la actividad. Por otro lado, al ser un tema que era de su interés, significó mayor
atención de su parte y les sirvió para soltarse y contar experiencias que en otro contexto no
podrían hacer. Por ejemplo, si hubiera sido una exposición o una actividad más tradicional,
hubiera coartado la libertad de experiencias con las que abordar el tema, sin embargo esto
se presentó como un logro al notar que las y los estudiantes estaban muy participativos y
muy pendientes. Esto gracias a que se les dio la oportunidad de elegir.

Cuando concluyó la actividad, mostraron su gratitud con un aplauso. Mi interpretación ante


este gesto es que la actividad les gustó, cumplió con sus expectativas. Además, el hecho de
que algunas estudiantes se abrieran tanto al punto de llorar y mostrarse vulnerable frente al
curso, y que este haya respondido con respeto y compañerismo ante la situación, demuestra
que el mensaje de respeto y confianza estaba llegando a ellas y a ellos.

Si hubiera que destacar alguna debilidad, entonces la debilidad destacada sería el tiempo
que se pierde entre una clase y otra, pues las y los estudiantes habían estado en evaluación
antes de la hora de consejo de curso, por lo tanto se les autoriza a que salgan 5 minutos al
baño, comer algo, tomar aire, porque después tendrían que realizar la actividad. Es en ese
momento que el curso se desordenó y se demoró en volver, lo cual es más que entendible
dentro del contexto en que estaban. Por lo tanto la actividad en vez de comenzar a las 13.15
hrs, se inició a las 13.25 hrs aproximadamente.

Desarrollar este tipo de actividades fortalece habilidades blandas como el respeto y la


confianza, cuestión que con actividades teóricas no se logra, por lo tanto, eso es otro avance
en cuanto a la formación integradora que las y los estudiantes deberían tener.

Evaluación de experiencia y discusión.

En los archivos de la agencia de la calidad de la educación (2017) se encuentra lo siguiente


respecto al clima de convivencia: “En las escuelas con buen clima de convivencia destaca
la aceptación de la diversidad, el reconocimiento de la individualidad y las dinámicas
inclusivas hacia todos los actores de la comunidad, en especial hacia los estudiantes.”
3
Aceptar la diversidad en el ambiente de clase implica generar lazos de respeto entre pares
que sostenga la base de la convivencia. No puede haber un clima propicio para el
aprendizaje allí donde las relaciones interpersonales están fallando. Hay que reconocer la
diversidad y lo diferente como parte de la comunidad y parte del grupo, que no se puede
aislar y debe ser tratado con el debido cuidado que significa.

Un fallo que se vio reflejado en la práctica fue que la participación del profesor mentor se
vio opacada por las constantes ausencias que tenía debido a los cargos administrativos que
ostenta. Sin desmerecerlo y con todo el respeto que se merece, tiene tantas
responsabilidades que le cuesta estar pendiente y responder con total y absoluta entrega al
curso, pues lo llaman a una reunión o tiene que ayudar a resolver un caso con algún alumno
que no es de la jefatura o tiene que solventar algún problema que haya surgido entre los
alumnos. Así, tienen poco tiempo que pueda delegar, lo cual no lo hace un mal profesor
guía, puesto que siempre se demostró con disposición a ayudar, tanto al curso como a mí,
sin embargo su apretado horario le jugaba malas pasadas de vez en cuando.

El colegio en sí tiene los elementos necesarios para afrontar los problemas que surjan, sin
embargo no cuentan con un programa de orientación propiamente tal, por lo que ello

3
http://archivos.agenciaeducacion.cl/Convivencia_escolar.pdf
presenta una dificultad para poder hacer las clases de orientación más prolijas, pero al
mismo tiempo otorga libertad para poder elegir temas que sean de interés de los grupos y
así desarrollar actividades que sean enfocadas en las propias necesidades sin tener que
acomodarse a un estándar que no siempre encaja con la realidad de los colegios.

Por otro lado, la repartición de las horas de jefatura, a juicio personal, presenta un problema
más que una ventaja, puesto que al no poder pasar un tema para discutir se ve mermada el
potencial que podría tener la asignatura, ya que hay que pedirle a las y los estudiantes
tiempo de su hora de consejo de curso para hacer actividades en torno a la orientación.

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