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MENDOZA, Melina V.

39669265
Lengua y cultura Griega II – Cátedra Castello – 2019
Tema: Medea de Eurípides

La furia de una “leona filicida”


Medea como un personaje peligroso a partir de su hibridez

La mitología griega está poblada de criaturas que escapan al deber ser y en la


constitución de su identidad poseen una doble naturaleza. En esta idea tienen lugar los
seres monstruosos y los héroes. Los primeros pueden ser una mezcla entre hombres y
bestias, mientras que los segundos, son descendientes de dioses pero presentan
propiedades corporales humanas. En este terreno es posible rastrear al personaje Medea
de la tragedia de Eurípides. Como señala Bieda (2006), un tema central en la obra es la
tensión entre aquello que es leído como opuesto. De esta manera, entendemos a Medea
como un híbrido entre múltiples naturalezas: es mujer, madre, héroe, animal,
descendiente de dioses, hechicera, bárbara, extranjera. Estos componentes la vuelven
alguien peligroso y es por esto que distintos personajes temen por las posibilidades de
su accionar ante la furia que desata la traición de Jasón.

En el prólogo, la nodriza dice haber visto cómo Medea miraba a sus hijos. Ella
sabía que iba a desencadenar su cólera sobre alguien, pero deseaba que no fuera sobre
sus amados. El personaje de la nodriza es el primero en la obra en manifestar miedo
frente a ese ser bárbaro, iracundo y “difícil de contener”. Alerta a los niños: “cuidaos
del carácter salvaje y de la naturaleza abominable de su corazón obstinado” (vv.102-
103) Hay una constante mención a esta supuesta naturaleza del carácter de Medea,
relacionado siempre a lo monstruoso, a lo animal, a lo trágico. El rey Creonte busca
expulsar a Medea porque teme que le haga daño a su hija y nuevamente aparece la
cuestión de esa supuesta naturaleza, al decirle “Y muchos elementos se unen para
provocar este temor. Eres sabia por naturaleza y habilidosa en toda clase de asuntos
perniciosos” (vv.283-285) Incluso ella misma dice respecto a sí misma y a su condición
de mujer: “Y posees conocimientos; y además las mujeres somos, por naturaleza,
incapaces para las acciones nobles, pero las más hábiles hacedoras de toda clase de
desgracias” (vv. 407-409) La misma naturaleza que, dice ella más adelante, tiene que
ver con sus destrezas y desde allí decide utilizar venenos para asesinar a sus enemigos.

Siguiendo esta línea, se le asignan al personaje principal rasgos animales. Desde


el prólogo, la nodriza piensa si será posible persuadirla y la nombra como una “leona
parturienta” (vv.187–188) Estas características remiten a lo salvaje, pero también sirven
para pensar a Medea como un ser dador de vida y a su vez aniquilador (Coria, 2013: 64)
Esto se reitera cuando Jasón ya sabe que sus hijos han sido asesinados por ella. Éste, en
sus palabras, le quita toda humanidad: la nombra “no mujer”, la compara con una leona,
también con una escila. Se conoce por la Odisea de Homero, que la escila es una
criatura cuyo cuerpo “es de un monstruo maligno, al que nadie gozara de mirar” (vv. 86-
88) y que arrebata hombres con sus cabezas. Medea es nombrada, a través de lo Otro del
ideal griego, como amenaza.

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MENDOZA, Melina V. 39669265
Lengua y cultura Griega II – Cátedra Castello – 2019
Tema: Medea de Eurípides

Acerca del linaje divino de Medea, su padre es Eetes (que es hijo del dios
Helios), su madre es la diosa Hécate, patrona de las magas y su tía es Circe, la diosa de
la magia. Por parte materna y paterna, la protagonista de la obra tiene como
antepasados, divinidades importantes en teogonías helénicas y vinculadas a lo mágico,
de dónde provendrían sus conocimientos en la hechicería, manejo de las hierbas,
realización de pociones, ungüentos y venenos. En la obra el personaje habla de sí misma
constantemente como hija del Sol. También hace referencia y comparación con la nueva
esposa de Jasón, ya que esta es hija del rey de Corinto, territorio cuyo mítico fundador
es Sísifo, hijo del dios Eolo. No es posible dejar de mencionar ese carro alado con el
que huye cometido el filicidio, que resignifica el elemento divino y de la hechicería.

Según Coria (2013) puede resultar equívoco hablar de “responsabilidad” para


pensar la tragedia ya que en el caso de la heroína, no es un agente completamente
humano y que no está involucrada en conflictos morales. Así como resultaría extraño
pensar en qué medida es responsable Medea, tampoco se ha buscado aquí intentar
justificar el accionar. Aunque como explica Bieda (2006), hay mediación racional en la
planeación del asesinato, el sentimiento de venganza un sentimiento de lo bárbaro. Sería
interesante poder ahondar cómo en su ser bárbaro, salvaje, animal, Medea es un
personaje que no tiene límites y, por lo tanto, su furia tampoco. Es un personaje que
llega a dañarse a sí misma con tal de mostrar los múltiples alcances de su poder, de qué
es capaz ese cuerpo de distintas y contradictorias procedencias, ese accionar de lo
siniestro y de lo abominable.

BIBLIOGRAFÍA

Bieda, E. “Medea, madre enfurecida: Sobre los alcances del thymós en la Medea de
Eurípides” en La tragedia griega, Buenos Aires, La isla de la luna, 2006.

Coria, M. Medea de Eurípides: el personaje y el conflicto trágico. Lecturas filosóficas


(Tesis doctoral) Universidad Nacional de Rosario, Rosario, Santa fe. 2013

Eurípides, Medea, traducción, introducción y notas de C. Guelerman, Biblos, 2004.

Homero, Odisea, traducción de José Manuel Pabón, Introducción de Manuel Fernández


Galiano, Gredos, 1993.

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