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Hoy en día existen pocas empresas en Venezuela que puedan decir que tienen 100 años

operando en el país, Farmatodo es una de ellas. La historia de esta empresa familiar con 101

años de trayectoria, comenzó en el año 1918 en la ciudad de Barquisimeto bajo el nombre de

Farmacia Lara, gracias a Rafael Zubillaga en asociación con el Sr J.J López Morandi con el

propósito de distribuir jarabes y modestos preparados que curaran algunos padecimientos

frecuentes que tenían las personas para la época, ya que cabe destacar que antes de la

fundación de la Farmacia Lara no había en Barquisimeto un lugar de expendio de medicinas

tan bien plantado para proveer a la clientela y que posteriormente con el tiempo también se

dedicaría a la distribución al mayor de productos patentados para la salud.

En una ciudad en donde todavía las boticas eran las cuales expendían las prescripciones

médicas e incluso algunos remedios que sugerían los doctores había que mandarlos a traer

desde Caracas, la Droguería Lara, denominación que recibiría a partir de 1955, se

convertiría en la más grande y mejor provista, avanzando por el difícil camino de esa

Venezuela gobernada por Juan Vicente Gómez. Desde ese entonces la empresa siempre

estuvo en el ramo farmacéutico, innovando en las áreas de droguería, distribución y servicios

de salud a la comunidad. “Tan importante era la Farmacia Lara, que la lista de los

medicamentos paras las parturientas de la policlínica de Barquisimeto, se enviaba allí porque

era el punto que surtía a la ciudad” comenta el cronista Otto Segovia.

Hasta finales de los años cincuenta la empresa era liderada por Teodoro Zubillaga, hijo del

fundador Rafael, junto a Joaquín López. Prosperaba el negocio de mayorista sin que se

descuidara el objetivo principal de atención directa al público, mientras simultáneamente se

abrían numerosas farmacias tanto en Barquisimeto como en otras ciudades. Este tiempo fue

denominado como “la época dorada de la Droguería Lara”. A medida que Venezuela iba

atendiendo los desafíos de modernidad que cada vez exigían más, la empresa igual, y de ser
una pueblerina farmacología comenzó a sumar a su planta farmacéuticos universitarios con el

fin de elaborar fórmulas magistrales adecuadas.

Sin embargo, no todo ha sido fácil y la empresa sufrió algunos quebrantos en el camino.

Teodoro Zubillaga Herrera muere repentinamente en 1976, con sus hijos todavía muy

jóvenes, y eso marca un tramo difícil para la compañía, no solo por la desaparición del gran

emprendedor sino que a esto se le sumaba la crisis económica que anunciaba Venezuela

durante la segunda mitad de la década de los setenta. Graciela Zubillaga, pilar de la familia,

recuerda:

“cuando mi padre muere, mi hermano Rafael Teodoro tiene que hacerse cargo de la empresa,

recién graduado de economista y con apenas 24 años… El temple de mi madre fue decisivo

en esos momentos y ella nos animó a continuar la empresa de papa, un hombre que nunca le

puso techo a sus sueños”

El duro momento por el cual estaba pasando la economía nacional y la drástica

devaluación de la moneda, lleva entonces por consecuencia que los hermanos Zubillaga

tuvieran que tomar una decisión muy difícil para la familia:

“la crisis se hizo más aguda hacia el 82. Eso nos llevó a tomar una decisión muy dura: para

poder sobrevivir y quedarnos con algunos bienes se planteaba como salida vender las

droguerías. Los Belloso de Maracaibo, dueños de COBECA, nos habían hecho una oferta”

Rafael Teodoro Z

Dada la poca experiencia de los hermanos que tenían a su edad, pensaron rápidamente en

buscar una asesoría. Una organización de consultoría sobre todo para países en vías de

desarrollo, llamada The International Executive Service Corporation, les dio respuesta y fue

entonces que enviaron a David Sommer, miembro fundador de la cadena farmacéutica Rite

Aid. Entonces fue así cuando en 1984 aterrizo en Barquisimeto éste estadounidense exigente
y lleno de consejos, que después de estudiar algunos puntos comerciales, les dio la clave para

mantener en pie y hacer crecer la empresa heredada y en problemas. Lo que David sommer

proponía era adaptar el concepto de drugstore al mercado venezolano ya que como el

menciona. “Cuando llegue a Venezuela, lo que había eran farmacias, no existía este tipo de

tienda que es farmatodo. No había por ejemplo, autoservicio.” Este formato comercial se

conoce como tiendas de conveniencia y es un lugar en donde es posible encontrar mercancía

de alta rotación y requerimiento inmediato, con la ventaja adicional de que estos productos

estaban en anaqueles al alcance de los clientes.

Se abre la primera farmacia de autoservicio “farmacia Yaracuy” en Yaritagua, estado

Yaracuy con el fin de observar cual era la reacción de los venezolanos ante este nuevo

servicio, sin tener mucha visibilidad. Lo que empezó como un experimento en Yaritagua se

convirtió en vanguardia del negocio y a solo cuatro meses la farmacia triplico sus ventas. Pero

la innovación traída por sommer todavía debía adaptarse a ciertas condiciones locales: en

primer lugar al ser una tienda que vende productos tna delicados como medicamentos junto a

otros como detergentes, estas áreas debían estar debidamente separadas. Otra traba fue que en

esa época se acostumbraba que las farmacias abrieran por turnos eindo por supesto èsta la

excepción que abría de lunes a sábado las 24 horas al dia. A pesar de ello, todas esas trabas se

pudieron superar y fue en 1988 cuando se adquiere entonces el nombre de Farmatodo y que

fue creciendo poco a poco a gran escala hasta hoy en día tener 127 farmacias alrededor del

país y es que esta empresa vino para quedarse tal como comenta Rafael Teodoro Zubillaga:

“aparte del interés comercial existe en nosotros un compromiso con la empresa y la

continuidad del negocio. No ha sido fácil. En la familia ha estado muy arraigado el reto de la

permanencia. Siendo una empresa cien por ciento familiar, se maneja como una corporación”
Esas veinte o treinta personas que se reunían anualmente, ahora son alrededor de cinco mil,

repartidas en tiendas, en las oficinas y en el centro de distribución; miles de empleados que

desean con ansias reunirse y compartir experiencias una vez al año y que reconocen sus

labores y los de otros con dginidad. Una de las ventajas que ha tenido Farmatodo a lo largo

del tiempo es que sus farmacéuticos son los que dan la cara en todo momento, supervisando el

personal, atienden a los clientes y aplicando auxilios menores de ser necesario, son los que

también se encargan de velar de que el expendio de medicinas cumpla con las regulaciones

gubernamentales, además no solo es el mejor surtidor de medicamentos patentados y

genéricos sino que también está en su disposición de crear sus propias fórmulas magistrales.

Lo esencial para ellos es tener presente que no son los mejores y que tienen competencia, para

poder tomar esto como impulso y siempre seguir innovando.

Los productos y servicios que ofrecen en Farmatodo son casi todos iguales en todas las

tiendas, es decir, tienen mínimas variaciones ya que consideran que venden un producto muy

estandarizado. La gama de productos de Farmatodo es bastante extensa, en ella podemos

encontrar varias secciones como: Salud y medicamento, en donde tal como lo dice contiene

medicinas y productos patentados para la salud. Belleza y Cuidado personal, el cual consiste

básicamente de maquillaje, accesorios, cremas y lociones, entre otros. Productos de Bebe, que

tiene que ver con todo lo relacionado con ellos como pañales y formulas alimenticias. Por

ultim, alimentos, bebidas, insumos para el hogar Hogar y las mascotas. En las distintas

secciones podemos observar productos de grandes marcas que los colocan ahí, como también

de un tiempo para acá la empresa ha lanzado su propia línea de productos, los cuales cuentan

con una excelente calidad y tienen precios más económicos que los de otras marcas, siendo

asi una opción mas accesible para cierto sector de la población.

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