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Obsolescencia Programada

¿Qué es la obsolescencia programada?


Es la planificación o programación del fin de la vida útil de un producto o servicio. Con base
en ello podemos ver que cada día optamos por comprar nuevo en vez de reparar lo que ya
tenemos, somos víctimas de la obsolescencia y el consumismo; la economía del consumo
está estructurada para crear y satisfacer necesidades, la obsolescencia programada ha
definido nuestras vidas acortando la vida de los productos que consumimos con mayor
demanda, entonces, sería viable una vida sin obsolescencia programada?
uno de los mayores ejemplos de obsolescencia programada ha sido el bombillo
convencional, creado por Thomas A. Edison, fue uno de los primeros productos usados para
tener un control de producción vs consumo puesto que generaba una gran desventaja su
larga durabilidad así que limitar su vida útil genera más consumo y mayores ingresos para
la industria ya que era y sigue siendo uno de los productos más esenciales en nuestro diario
vivir, al contrario de los ideales de su creador que eran darle una vida útil cada vez más
longeva, la industria S.A. Phoebus hizo que las industrias redujeron la técnica de los
bombillos haciéndolos más frágiles; uno de los principales productores y comercializadores
de estos nuevos bombillos y por lo tanto una de las industrias que mayor provecho le saco a
este nuevo replanteamiento de la durabilidad de un bombillo fue General Electric en 1932,
todo esto fue resultado de la ignorancia en aquella época, ya que no veían que la tierra
posee recursos finitos (no tienen conciencia de ello), lo veían desde una perspectiva de
abundancia. Es irónico que el bombillo siempre haya sido usado como símbolo de ideas e
innovación y sea uno de los principales ejemplos de obsolescencia programada.
Todo ello generó un impacto social de la tecnología, generando una sociedad consumista,
aprovechando, explotando los recursos a su límite.
La obsolescencia programada surgió al mismo tiempo que las producciones en masa y el
consumo, eventos que surgieron en conjunto con la revolución industrial, se generaron
productos más económicos para la producción en masa, de ahí se generaron diferentes
incógnitas, y se llegó a la conclusión de que si un artículo no se desgastaba generaba una
tragedia para la empresa.
Ya los diseños básicos no llenaban al consumidor, prometen confiabilidad y durabilidad,
pero no era estéticamente lo que el consumidor quería, así que se fue optando por generar
modelos más estéticos, dándole más importancia a lo estético (físico/estructural) que a lo
funcional.
Así que anualmente se cambiaban diseños, tamaños formas colores con el objetivo de que
la demanda fuera más alta, y esto generó un aumento a la economía, por más consumo,
más producción y más mano de obra.
después del declive económico de 1933 en estados unidos, Bernard London declaró
obligatoria la obsolescencia programada para “reavivar el consumo” a menor durabilidad
mayor producción, mayor consumo, esto fue generado para reducir la depresión en la
sociedad, puesto que la economía era más desastrosa que en esta época, pero la
obsolescencia programada nunca se puso en práctica; 20 años después en los años 50s la
obsolescencia programada surgió ya no guiada a obligar al consumidor sino para seducir al
consumidor, generar deseos de tener algo antes de lo necesario, generar ganas de
consumir para tener un estatus.
Bruce Stevens, diseñador industrial, padre de la obsolescencia programada, en la época
posguerra creo electrodomésticos, coches, trenes todos basados en la obsolescencia
programada, transmitiendo a través de sus diseños velocidad, vida, estatus.
todo esto del diseño industrial, está basado en crear productos que tengan carácter, no
productos nada estéticos, insulsos; la estética más allá de la funcionalidad, puesto que la
idea central de esta economía era generar deseos de comprar, consumir. Según el enfoque
que tenían en Europa y su visión del mercado era crear el mejor producto con alta
durabilidad al contrario del enfoque americano el cual se basaba en crear consumidores
insatisfechos con los productos que adquieren y compraran los más nuevos, y visualmente
más agradables. Las personas se fijan más en como lucen las cosas por encima de las
funciones y practicidades que generen, siempre se van más por lo nuevo, bonito y moderno.
La obsolescencia programada depende del consumidor, ya que los productos no están
específicamente diseñados para que se dañen, si no que se generan nuevos objetos
dejando obsoletos a los demás, a las personas no las obligan a consumir, lo hacen por
elección propia, obtienen “libertad y felicidad” a través del consumo ilimitado. El
consumismo de los años 50 fundamentó las bases de la economía actual en el occidente.
Entonces si la obsolescencia programada no existiese, en los centros comerciales, tiendas
etc. no existirían y por lo tanto no habría productos ni industrias, no existirían diseñadores,
arquitectos, ingenieros, ni siquiera personal de limpieza, se disminuiría el rubro laboral. La
obsolescencia programada es la raíz del crecimiento económico occidental.
Según surge catoche, economista francés, hay tres instrumentos fundamentales: la
publicidad, la obsolescencia programada y el crédito. Estos tres instrumentos juegan un
papel importante en nuestra última década, ya que nuestro papel de consumistas nos lleva
a pedir más créditos para consumir más productos que no necesitamos.
“quien crea que un crecimiento ilimitado es compatible con un planeta limitado o está loco o
es economista y ahora todos somos economistas” carecemos de cordura respecto a nuestro
entorno, nuestros recursos son limitados.
Cada vez más se convierten los ingenieros en destructores, hay un malgasto inmenso e
innecesario de materia prima. Según nuestra economía a como está establecida, la
reducción de producción genera un declive en el trabajo, pues se requieren menos obreros,
por ende la ingeniería del futuro quiere generar productos tan desechables como se pueda,
todo esto guiado para mantener estable la economía.
La obsolescencia programada se imparte en las escuelas de diseño e ingeniería, se les
“educa” para venderse, generar necesidades; la ética quedó en un segundo plano en el
mundo empresarial, el único objetivo son las compras frecuentes y repetidas. Debido a ello
apenas estamos terminando de pagar algo y ya hay un modelo nuevo, mejorado, vivimos en
una sociedad basada en el consumismo y el despilfarro.
En nuestra época, la época del internet, los consumidores están dispuestos a combatir la
obsolescencia programada, ya que muchos están dándose cuenta del impacto ambiental
que genera el consumo masivo, y que a todos los objetos se les puede dar un nuevo uso,
sea aprovechando sus materiales o reutilizando los dándoles nuevas funciones.
La economía del despilfarro llega a su fin porque ya no hay más lugares en donde poner
residuos, la industria electrónica nos está invadiendo, nos consume; y los recursos
naturales y energéticos están llegando a sus límites.
así que hay que replantear nuestra economía para generar nuevas salidas, si empezamos a
tener en cuenta los costos reales que implican fabricar productos, estos tendrían un mayor
valor y así los empresarios tendrían mayores incentivos para generar productos más
duraderos; también se puede lograr replanteando la ingeniería y la producción de los
productos, si las fábricas funcionan como la naturaleza, la misma obsolescencia quedaría
obsoleta, es decir, la naturaleza no desperdicia nada puesto que todo lo que muere o tiene
un fin es nutriente para otro ciclo, la energía se renueva, no se destruye, la naturaleza no
produce residuos sino nutrientes, así que la visión es crear objetos útiles biológica y
técnicamente.
Hay que replantear la economía y la cultura, hacer un decrecimiento. hay que desarrollar
otras formas de riqueza tomando el tiempo que se libera al reducir la producción y el
consumo, tenemos que empezar a dejar de depender de los objetos para vivir, tenemos una
crisis de identidad, hay que valernos por nosotros mismos o llegaremos a depender tanto de
la tecnología que nosotros mismos nos veremos obsoletos; debemos encontrar la felicidad
en las pequeñas cosas de la vida, un objeto solo nos genera más vacíos y dependencias,
llegamos al punto de cosificarnos a nosotros mismo, hay que darle un valor agregado más
grande a nuestras vidas.

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