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Estrategia defensiva

Las estrategias defensivas son herramientas de gestión que se pueden utilizar


para defenderse de un ataque de un competidor potencial. El empresario debe
proteger su participación o cuota en el mercado con el fin de mantener a sus
clientes felices y sus beneficios estables. La defensa de su negocio
estratégicamente trata de conocer el mercado en el que se está mejor equipado
para operar y sobre saber cuándo ampliar o expandirse en nuevos mercados.

 Amplia gama de productos.


 Firmar acuerdos de exclusividad con proveedores o distribuidores.
 Mantener precios reducidos.
 Conceder a los proveedores y distribuidores facilidades especiales.

Estrategia ofensiva

Son un tipo de estrategias diseñadas para obtener un objetivo en concreto: cuota


de mercado, clientes clave, segmentos de mercado de alto margen, etc.

Tratan de obtener una ventaja competitiva mediante actuaciones agresivas contra


rivales competidores, antes de que estos puedan establecer una estrategia
defensiva.

 Atacar puntos fuertes de nuestros rivales.


 Lazar un producto de igual calidad pero con menor precio.
 Atacar los puntos débiles de nuestros competidores.
 Atacar las áreas donde tenga poca cuota de mercado.
 Atacar en segmentos descuidados por la competencia.
 Lanzar campañas de imagen para fortalecer nuestra competencia y debilitar
la del rival.
 Ocupar líneas de mercado no trabajadas por la competencia.
Estrategia de supervivencia

Se trata de estrategias que, según el modelo del ciclo de vida, son las apropiadas
cuando la empresa se encuentra en alguna de sus dos últimas fases: madurez y
declive.

El objetivo de estas estrategias es conseguir que la empresa aproveche al máximo


sus últimas fases del ciclo, obteniendo el mayor volumen de beneficio posible. Una
estrategia de estabilidad persigue mantenerse el mayor tiempo posible en la fase
de madurez (o estabilidad) de la empresa, recogiendo los frutos de las inversiones
realizadas. Una estrategia de supervivencia persigue subsistir en un entorno hostil,
conservando su cuota de mercado.

En general, las estrategias de estabilidad y supervivencia son estrategias


defensivas, esto es, estrategias que pretenden mantener la posición competitiva
alcanzada por la empresa. Este hecho no significa que la empresa no pueda
crecer; de hecho, en muchas ocasiones, para mantener la cuota de mercado se
hace necesario un crecimiento (crecimiento sostenible).

Tipos de estrategias de estabilidad y supervivencia

Existen cuatro tipos de estrategias de estabilidad y supervivencia diferentes,


según la posición dentro de la fase concreta del ciclo de vida en que se encuentre
la empresa: Estrategia de saneamiento, Estrategia de cosecha, Estrategia de
desinversión y Estrategia de liquidación. Generalmente, estas cuatro estrategias
corresponden a un proceso secuencial, de manera que la empresa irá agotando
cada una de ellas en la medida en que va avanzando a lo largo de las diferentes
fases de su ciclo de vida.

Estrategias de Reorientación

Se centra en hacer frente a las amenazas externas minimizando las debilidades


internas. De reorientación. Se saca provecho a las oportunidades que pueden
ocasionarse en el mercado con el fin de minimizar las debilidades de la empresa a
nivel interno.

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