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Historia Normativa y Esencia Comunista Del Proletariado by Théorie Communiste PDF
Historia Normativa y Esencia Comunista Del Proletariado by Théorie Communiste PDF
(trad. F. Corriente).
Pero esto nunca pretendió hacerlo. Sólo la sociedad en la que las relaciones
entre las personas son más fuertes y más desarrolladas produce la ficción
del individuo aislado. La cuestión no es saber cómo los individuos,
determinados por un modo de producción, están unidos por una forma
política, sino por qué estos vínculos sociales adoptan la forma de la política.
Un cierto tipo de individuo se corresponde con cierto tipo de comunidad; los
individuos forman comunidades tan limitadas como ellos mismos. La
democracia (el Estado en general) es la forma de esta comunidad en el
plano político; no corresponde a una separación general porque tal
separación no existe. Decir que la democracia responde «mal» a la
separación equivale a decir que esta separación general es la dinámica
general de la historia (idea ampliamente desarrollada en La Banquise).
Se nos dice que los trabajadores fueron derrotados por la democracia (con la
ayuda de los partidos y sindicatos), pero nunca se habla de los objetivos —
del contenido— de estas luchas obreras (en Italia, España, Alemania). Por
tanto, nos vemos inmersos en la problemática de la «traición» de los partidos
y sindicatos. 2 Que los trabajadores obedecieron a los movimientos
reformistas es precisamente lo que debería haberse explicado y en función
de la naturaleza de las propias luchas, en lugar de permitir que las sombras
nebulosas de la manipulación y el engaño pasen por una explicación. «Los
proletarios» —esos mismos proletarios que combatieron al capital
«utilizando sus propios métodos y objetivos », 3 que por lo demás nunca se
definen— «confiaron en los demócratas ». 4 Dauvé llega hasta preguntarse:
«¿Quién derrotó esta energía proletaria? » 5 , pero nunca se dice nada de los
contenidos, las formas y los límites propios de esta energía. Es energía
proletaria y punto. Para Dauvé la cuestión central era «cómo controlar a la
clase obrera » 6 , pero antes de hacernos esta pregunta hemos de formular
otra: «¿Qué hace la clase obrera?» Esto siempre parece evidente en el
texto: es una simple cuestión de «energía proletaria». ¿Por qué entonces el
«control» tuvo éxito en 1921 y en 1943 (en Italia)? Estas son las preguntas a
las que el texto sólo responde de forma anecdótica, o bien de la manera tan
profunda que veremos más adelante: los trabajadores fracasaron y fueron
derrotados porque no hicieron la revolución, o sea, una tautología.
Dejaremos de lado las luchas del régimen nazi contra la industria pesada; lo
que nos interesa es la «energía proletaria». Esta energía se encuentra en la
«dimensión a-clasista y comunitaria». Si esto es así, una vez proclamada
esta dimensión, todo lo demás —es decir la historia real de la luchas de
clases— no puede ser nada más que una sucesión de formas más o menos
adecuada a ella. El patrón general del argumento es, pues, el siguiente: el
hombre y la sociedad están separados y este es el fundamento de toda la
historia, todas las formas históricas de la sociedad humana reposan sobre
esta separación e intentan resolverla, pero sólo de forma alienada. El capital
es la sociedad en la que la contradicción llega a sus límites, pero a la vez
(¡Hegel al rescate!) es la sociedad que da nacimiento a una clase que posee
esta dimensión comunitaria, una clase a-clasista. En cuanto al capital, se ve
obligado a responder a la misma cuestión de la separación (que, no lo
olvidemos, es sólo una forma de vínculo social), mediante el Estado, la
democracia, la política. Hemos llegado a la simple oposición de dos
respuestas ante la misma pregunta. Los términos de la contradicción en
seno del modo de producción capitalista ya no son el proletariado y el
capital, sino la comunidad humana de la que es portador el proletariado, y la
política (el Estado), que se enfrentan entre sí, y la única conexión entre
ambos es que representan soluciones opuestas al problema transhistórico de
la separación entre el hombre y la sociedad, el individuo y la comunidad.
Podemos encontrar esta problemática en forma desarrollada en « Le roman
de nos origines » en La Banquise (LB no. 2). La problemática en conjunto
pasa por alto el axioma básico del materialismo: que a cierto tipo de
individuo corresponde cierto tipo de comunidad.
[…] «Las medidas comunistas podrían haber minado las bases sociales
de los dos Estados (republicano y nacionalista), aunque sólo fuera
resolviendo la cuestión agraria: en los años treinta, más de la mitad de la
población pasó hambre. Una fuerza subversiva hizo erupción, poniendo
en primer plano a los estratos más oprimidos, los más alejados de la
“vida política” (por ejemplo, las mujeres), pero no logró llegar hasta el fin
ni erradicar el sistema de raíz ». 20
¿Por qué? Para responder a esta pregunta hay que definir la revolución de
otro modo que como «ímpetu revolucionario», «potencial comunista» o
«revolución abortada ». 21 Hay que considerar la contradicción entre
proletariado y capital como una relación de implicación recíproca, y la
revolución y el comunismo como productos históricos, no como resultado de
la naturaleza de la clase revolucionaria definida como tal de una vez por
todas.
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11 pág. 38. Nota del traductor de la versión inglesa: en la versión francesa del
texto al que se refiere Théorie Communiste, la democracia y la socialdemocracia
eran indispensables también para contener/integrar (encadrer) a los trabajadores.
Esta frase fue omitida en la versión en lengua inglesa.
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Translated by F. Corriente