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LAS LECTURAS

DEL
"SOCIALISMO
REAL . "

UN INVENTARIO
CRITICO*
La presente crisis, teórica y practica, del socialismo en escala
mundial, hace propicia la apertura del debate, hasta hace poco
reducido a minúsculos círculos de disidentes en el Este o pe-
queños grupos de "herejes" del marxismo en Occidente. Un
balance critico de lo aportado hasta hoy parece un buen punto
de partida para un relanzamiento seno de la discusión.
La gravedad de la crisis -afirma el autor- compromete a un
debate a fondo, sin temer, como quena Marx, los resultados de
la propia investigación ni el conflicto con los poderes reales. La
condición para un renacimiepto del ideario socialista, para vol-
ver a legitimar el proyecto socialista a los ojos de las grandes
masas, depende en gran medida de nuestra capacidad de Lie-
var este debate hasta sus últimas consecuencias. La tarea de la
hora es la de realizar una contundente crítica de la razón buro -
crática.
Versión corregida por el autor de la exposición correspondiente al ciclo suce-
de en el mundo socialista?",organizado por el IADE en setiembre de 1990.
** Profesor de Teorías sociológicas del estado en la Facultad de Ciencias Sociales
(UBA).Integra el comité editor de la revista El Cielo por Asalto.
!.-La teoría y la política Partimos pues de tres afirrnacio-
nes implícitas en el texto de Bahro:
Rudolf Bahro, poco antes de ser 1) Hay un divorcio insalvable en-
encarcelado por la policía de la tre el proyecto comunista inicial de /

RDA, planteaba de modo inmejora- emancipación humana y sus resul-


ble la tragedia del socialismo en el tados históricos.
siglo XX. 'El movimiento comunista 2) No pueden juzgarse aislqda-
-recordaba el disidente alem8n- mente los 'logros parciales" de es-
nació con la promesa de solucionar tas sociedades -industrialización,
los problemas fundamentales de la educación, seguridad social, etc.-
humanidad moderna, de superar los en comparación con el sistema ca:
antagonismos de la existencia hu- pitalista, sino de evaluar si estas
mana. Los países que se autodeno- transformaciones son suficientes
minan socialistas siguen recono- para hablar de regímenes socialis-
ciéndose oficialmente, sin ningún tas, o al menos en transición al
cambio en su actitud, en este pro- socialismo.
grama. Pero, ¿qué perspectivas se 3) Esta evaluación no parte de
abren ante los hombres cuando en un modelo puro e ideal de 'socie-
la situación actual dirigen su mirada dad perfecta", libre de contradiccio-
a la praxis de nuestra vida social? nes, al que no se ajustaría ninguna
¿Puede por un momento olvidarse de las experiencias históricas del
cómo el nuevo orden intenta lograr llamado 'socialismo realn, sino del
su superioridad mediante una más análisis científico-crítico de estas
efectiva organización y economía formaciones sociales, de las leyes
del trabajo? ¿Ha alcanzado el pro- inmanentes de su gknesis, desarro-
metido tránsito a la humanización llo y crisis.
de ia vicia coieaiva o - c a s o que no Más allá de ¡as conclusiones cie
la haya realizado en su plenitud- la investigación de Bahro - c u y a
avanza diariamente hacia ella? evaluación intentaremos luego-,
¿Qué clase de vida mejor era la su punto de partida metodológico
que queríamos conseguir? ¿Es sólo me parece decisivo. Pues si Marx
ese mediocre bienestar carente de se había propuesto en su época Ile-"
perspectivas en sí mismo con el var a cabo "la crítica radical del or-
que, con tan poco éxito, queremos den existente, radical en el sentido
adelantarnos al capitalismdtardío, de que la crítica no se asusta frente
tratando de acortar la ventaja que a los resultados obtenidos ni ante el
nos lleva por un camino que según conflicto con las fuerzas existentesn
todas nuestras convicciones tradi- (Mam, 1843: 67), la tarea política-
cionales no conduce sino al abis- teórica de los marxistas a fines del
mo? iNosotros queríamos construir siglo XX consiste en someter a críti-
una civilización distinta, superior! ca no sólo el sistema capitalista si-
Una nueva civilización, que hoy es no también las formaciones del "so-
más necesaria que nunca, y cuyo cialismo real". La deuda del
proyecto nada tiene que ver con marxismo con el siglo XX es la ela-
ningun género de «sociedad petfec- boración de una obra, individual o
tan, libre de contradicciones" (Bah- colectiva, de la envergadura teóri-
ro, 1977: 7). ca-crítica de El Capital consagrada
Las lecturas del "socialismored " 87

al estudio de estas sociedades. Pa- rente y monolítico, que ella consiste


ra algunos esta ausencia implica el fundamentalmente en un legado de
fracaso teórico-político del marxis- extraordinaria riqueza aunque, al
mo del siglo XX o, significa, al me- mismo tiempo, surcado de dificulta-
nos; una "crisis del marxismo". des, contradicciones y lagunas. Pe-
Louis Althusser lo planteó clara- ro una vez reconocido el criterio de-
mente, partiendo de "la extrema difi- fendido por Althusser en el sentido
cultad (todos los que trabajan en de que la tradición teórica marxista
esto seriamente lo saben) y tal vez, no es "pura" sino "conflictual", me
en el estado actual de nuestros co- propongo sostener una conclusión
nocimientos teóricos, la casi impo- distinta: los principales obstáculos
sibilidad de dar una explicación para una crítica marxista del "socia-
marxista de verdad satisfactoria lismo real" no fueron epistemolbgl-
de una historia que, sin embargo, cos sino fundamentalmente politi-
se ha hecho en nombre del mar- cos. Althusser mismo reconoce al
xismo" (Althusser, 1977: 22 1). pasar que "estas cuestiones no son
Para el autor de Para leer El Ca- nuevas. En el pasado, marxistas y
pital se trata de una crisis teórica, al revolucionarios intentaron plantear-
interior de la teoría, resultado de las en periodos críticos: fueron olvi-
obstáculos propiamente epistemoló- dados o barridos" (Althusser, 1977:
gicos - e l autor cita contradicciones 231). Quisiera sostener la tesis de
en la teoría marxiana de la plusva- que el marxismo ha sobrevivido a
lía, enigmas en su concepción de la través de estas corrientes olvidadas
dialéctica y un grave vacío teórico: y barridas, en el pensamiento y en
la inexistencia de un teoría marxista la lucha de los 'herejes" y no en la
del estado y de la política. Es cierto racionalización de los 'ortodoxos".
que Aitnusser mediatiza esta afir- "Oñodoxos puros" y "onodoxos
mación de la 'crisis teorica" aludien- críticos" marginaron estos pensa-
do a la crisis específicamente políti- mientos y estas luchas ensayando
ca del 'movimiento comunista múltiples pretextos y racionalizacio-
internacionaln. Pero ésta aparece nes: la crítica 'le hace el juego al
én su explicación como externa a enemigo"; los 'errores" son el resul-
la teoria: ta crisis teórica ya estaba tado de la presión imperialista; más
planteada en los '30 4 1 monolitis- allá de sus límites, estas socieda-
mo stalinista no hizo sino postergar- des son la principal trinchera de lu-
la-' y la crisis política contemporá- cha contra el bloque burgués, etcé-
nea termina finalmente revelándola. tera.
Pero, repitdmoslo, se trata para Alt- El colapso actual de estos regí-
husser de una crisiC eminentemente menes condujo al resquebrajamien- '

teórica, de una "crisis del marxis- to simultáneo de estas racionaliza-


mo", revelada por su relación con ciones y contribuyó de este modo a
lo político, por la crisis del 'socialis- hacer desaparecer una de las fuen-
mo real". tes de la 'mala conciencia" de políti-
Comparto en cierta medida el cos e intelectuales socialistas. En
abordaje metodoló~icode Althusser ese sentido, coincido con Alhusser
en el sentido de que la teoría mar- y Rassana Rossanda: 'ésta que ex-
dora de una reflexión que debe des post-revolucionarias", entre
comprometernos a avanzar" ( A l t - otras cosas porque muchas de ellas
husser, 1977: 237). ni siquiera son el producto de una
Pero sostengo, también, que el revolución social en su propio país
balance teórico e histórico del pasa- (como en Europa del este en la
do es ineludible para poder avan- posguerra, si exceptuamos el caso
zar. No traigo pues una suma de in- yugoslavo). La designación de "so-
terpretaciones críticas en torno a cialismo real" proviene del discurso
estas experiencias con el objetivo de los sectores dominantes de es-
de la exhumación erudita ni de la tas mismas sociedades, que ha si-
vindicación de tradiciones margina- do tomado irónicamente por los
das u olvidadas. Entiendo que tra- opositores y luego por los medios
zar un recorrido de los intentos de de comunicacion. Finalmente, por
interpretación marxista de las expe- pereza teórica, preferimos la metá-
riencias históricas realizadas en su fora geográfica y hablamos de "so-
nombre y ensayar un balance pro- ciedades del Este". ..
visional de sus aportes y sus limi- Sin embargo, hay dos corrientes
tes, es condición preliminar para interpretativas - p o r llamarlas de al-
una evaluación de la situación ac- gún modo- para quienes se trata
tual del marxismo como paradigma de socialismo a secas, y aun de
teórico, así como de la evaluación comunismo: la ideología burguesa
científica-critica de la naturaleza de contemporánea y la ideología buro-
estas sociedades. crática dominante en estas socieda-
des. Para ninguna de ellas hay difi-
cultades de caracterización,
11. La tesis del "capitalismo problemas teóricos o políticos. In-
de estado" eiusive coinciden parcialmente en el
diagnóstico de la crisis actual: para
La complejidad y la dificultad de ambas no es otra cosa que la crisis
definir la naturaleza de las forma- del socialismo. Para el discurso li-
ciones sociales en cuestión se reve- beral se trata del fracaso histórico
la ya en el carácter elíptico de los de un intento por subvertir el "orden
nombres con que se las designa: natural" (individualismo posesivo,
"sociedades post-revolucionarias", competitividad, división del trabajo,
'sociedades post-capitalistas", "so- clases sociales) para imponer de
ciedades del Este", 'socialismo re- modo totalitario un "orden artificial".
al"... En los dos primeros casos se El discurso de la perestroika no va
las define negativamente, por lo tan lejos, pero entiende necesario
que no son, o porque vienen 'des- reformar, desbloquear ciertas rigide-
pués de", se trate del capitalismo o ces de un sistema 'demasiado so-
de la revolución. Sin embargo, cialista", a través de ciertas catego-
hablar de "sociedades post-capita- rías y modos de funcionamiento de
listas" implica un cierto reconoci- las 'sociedades de mercado". Por
miento de evolución de lo inferior a todo ello, ni el pensamiento burgués
lo superior, lo que seria necesario en ninguna de sus formas -la teo-
demostrar. Tampoco parece convin- ría política, la historiografía o la
cente designarlas como "socieda- abundante 'kremlinología" occiden-
Las lecturasdel "sociaiismo real" 89

tal- ni el "marxismo soviético" han el modelo chino, intentará darle fun-


hecho algún aporte de considera- damento histórico y teórico: funda-
ción a la interpretación de estas so- mentalmente Rossana Rossanda y
ciedades. el grupo 11 Manifesto en Italia y
La formulación típica del "marxis- Charles Bettelheim en Francia. Este
mo soviético" puede encontrarse en ultimo consagró muchos años de in-
el discurso que pronuncia Stalin en vestigación a una obra que, final-
1936 con motivo de la nueva Cons- mente, dejó inconclusa: La lucha
titución, en el que describe la desa- de clases en la URSS.
parición de la propiedad privada de No puede hablarse, como ve-
los medios de producción en la mos, de una corriente política ho-
URSS y la identifica con la desapa- mogénea - p u e s reúne desde re-
rición del capitalismo. De esa des- f o r m i s t a ~ recalcitrantes hasta
cripción, Stalin saca la conclusión intelectuales izquierdistas, pasando
de que en adelante ya no existirá por estadistas burocrático-revolu-
clase explotadora, sino solamente cionarios y disidentes antiburocráti-
dos clases amigas: los obreros y los cos-, pero sus posiciones de con-
campesinos, y un grupo social, el junto pueden reunirse en algunos
de los intelectuales. trazos fuertes argumentativos co-
Como crítica a este tipo de defini- munes a todos.
ción de la naturaleza "socialista" de En primer lugar, estos autores
estas sociedades surge la primera sostienen que no puede hablarse
gran corriente interpretativa de la de regímenes socialistas, pues la
que nos ocuparemos: la que carac- propiedad estatal de los medios de
teriza a la URSS -y que en algu- producción no es sinónimo de ca-
nos casos se hace luego extensiva rácter colectivo de los medios de
a otras socieciaaes -de¡ Esrey- co- producción (la estaiaiización no
mo "capitalismo de estado". Apare- equivale a la socialización). Atribuir
ce tempranamente, tras los prime- carácter "socialista" a estas socie-
ros pasos de la revolución rusa, en dades seria el resultado de un feti-
las filas de la socialdemocracia chismo jurídico; la asimilación de
(Kautsky en Alemania, Bauer en una relación jurídica (la propiedad
Austria, Mondolfo en Italia y Martov de los medios de producción, priva-
en la propia Rusia). Anos después da o estatal), que pertenece al or-
la harán suya algunos disidentes den superestructural, con las rela-
del Este (como el yugoslavo Antón ciones sociales de produccibn,
Ciliga), así como las corrientes "iz- que pertenecen a la estructura o
quierdistas": Bordiga en Italia, Mat- base económica. De ahí que, con-
tick y el grupo de los consejistas cluyen, sea incorrecto "deducir" la
alemanes y Tony Cliff en Inglaterra. naturaleza de las relaciones de pro-
A partir del conflicto chino-soviético, ducción de las relaciones de propie-
Mao-Tsé-Tung hablará del "capita- dad. El método materialista debe
lismo de estado" para referirse a la proceder a la inversa.
URSS de Kruschev y, finalmente, En segundo lugar, entienden que
una pléyade de brillantes intelectua- las relaciones de producción domi-
les europeos desencantados del ré- nantes son las mismas que caracte-
gimen soviético y esperanzados po an el modo de produc'cibn capita-
hlih
lista. Los medios de produccidn En conclusión, puede afirmarse
continúan oponiéndose, en tanto que esta corriente interpretativa ha
propiedad ajena, a todos los indivi- sido eficaz en demostrar la ilusión
duos realmente activos en la pro- jurídica de identificar automática-
ducción; éstos se hallan sometidos mente propiedad estatal con sociali-
a una d i v i s i d n d e l trabajo de zación, en mostrar cómo continúan
acuerdo con una racionalidad que funcionando ciertas categorías mer-
los trasciende. De ahí la reproduc- cantiles en estas formaciones, en
ción de las categorías y formas sefíalar cómo la "razón productivis-
mercantiles: mercancía, dinero, ca- ta" no hizo distingos entre los ritmos
pital, precio, salario. de trabajo intensivo y alienado entre
En tercer lugar, afirman que la una fábrica capitalista y una fábrica
burguesía sigue existiendo bajo una "soviética". Sin embargo, a la hora
forma modificada: sobre todo en los de sostener una teoría positiva so-
aparatos del estado bajo la forma bre la naturaleza de estas socieda-
de "burguesía de estado". Así, diri- des, se ha mostrado incongruente.
gentes de empresas, organizadores Algunas de sus falencias han sido
de ramas industriales, ingenieros y sefíaladas por diversos autores
técnicos de alta calificación (a los (Trotsky, Hilferding, Sweezy, Man-
que se suman los grandes comer- del), cuyas principales impugnacio-
ciantes de la esfera del mercado nes resumiremos aquí:
paralelo) acaparan a través del es- 1) La distinción entre estataliza-
tado parte del plusvalor generado ción y socialización de los medios
en la esfera productiva, para rein- de producción debe ser mantenida,
vertirlo nuevamente a través del es- pero es indudable que aun un régi-
tado. Son los poseedores efectivos men de propiedad estatal, sin llegar
de los medios de producción, aun- a ser sociaiisra, necesariamente
que jurídicamente sean propiedad ha dejado de ser capitalista. La
del estado. Sucede que, simple- propiedad estatal no puede reducir-
mente, ellos son el estado. se a una "categoría jurídica"; su
En cuarto y Último lugar, algunos propia existencia altera sustancial-
de estos autores sostienen que la mente el funcionamiento de la ley
propiedad colectiva de los medios del valor, eje de la acumulación ca-
de producción es condición necesa- pitalista. "En la economía capitalista
ria, pero no suficiente, para hablar -escribía Wilferding- dominan las
de relaciones de producción y esta- leyes de mercado, cuyo análisis hi-
do socialista. Entienden que es ne- zo Marx y cuya autonomía repre-
cesario revolucionar el proceso real senta el signo distintivo del método
de producción al interior de cada de producción capitalista. Pero, la
unidad productiva, cuestionar la "ra- economia de estado deroga justa-
cionalidad" capitalista en la esfera mente la autonomía de las leyes
de la división del trabajo, la "racio- económicas. Lo que produce y có-
nalidad técnica". Sólo esta transfor- mo se produce, no se define por el
mación material puede dar por re- precio, sino que es función de un
cuitado relaciones de producción y organismo estatal, el cual establece
fuerzas productivas cualitativamen- el carácter y la medida de la pro-
te distintas. ducción. Exteriormente, los salarios
Las lecturas del " s o c ~ mrea
o 3i

y los precios continúan existiendo, pitalista, que no conocen ni la obli-


pero sus funciones cambian com- gación ,de la acumulación y del in-
pletamente (. ..) devienen signos de cremento de la composición orgáni-
distribución, no son más regulado- ca del capital por la presión de la
res de la economia. Conservando competencia, ni la baja tendencia1
las formas, las funciones se cam- de la tasa media de ganancia, ni las
bian completamente" (Hilferding, inversiones determinadas por el im-
,1940: 57). perativo del beneficio, ni las crisis
2 ) El énfasis puesto en cómo se cíclicas de sobreproducción con pa-
reproducen las relaciones de domi- ros masivos, etcétera. "En todo ca-
nación y la división del trabajo al in- so, argumenta Mandel, se trataría
terior de cada unidad de produc- de un ~capitalisrno-que no tendría
ción, ha llevado a autores como nada que ver con el -capitalismo-
Bettelheim a reducir las relaclo- analizado por Marx y que existe en
nes de produccidn a relaciones los países en que reina la burgue-
microeconómlcas en el seno de sía. 'Para qué serviría, entonces,
cada empresa, en lugar de consi- llamarlo capitalismo?" ( M a n d e l ,
derarlas como el conjunto de las re- 19ii: 16).
laciones que los hombres asumen, 4) Finalmente, la experiencia his-
unos con otros, en la producción y tórica de estos Últimos cinco anos
reproducción de su vida material, ha puesto en cuestión la caracteri-
tanto las que se dan al interior de la zación global de estas sociedades
empresa corno las que se crean en- como *capitalistas de estado", pues-
tre las empresas. Mandel brinda un to que la penetración creciente de
brillante ejemplo 'a contrario": una categorías mercantiles forma parte
sociedad que hubiese logrado sub- de un proceso reciente, todavía en
vertir las desigualdades en ei seno curso, cuyos resultados definitivos
de cada fábrica -transformando sólo pueden resolverse a través de
cada una de ellas en "cooperativas la lucha de clases interna (a estas
de producción1- de todos modos sociedades) e internacional. Pero la
estaría regida por formas mercanti- condición para que un sector de la
les y sometida a la explotación, a burocracia partidaria, militar o esta-
través de la transferencia de valor tal se transforme definitivamente en
de una empresa a otra. La compe- burguesía, es la 'liberalizaciónn de
tencia, con su lógica implacable, Ile- la economía; en lo fundamental, la
varía a la ruina a las cooperativas abolición de la propiedad estatal de
no rentables y a la concentración y los medios de producción y de la
centralización de capital a las más planificación económica y la apertu-
rentables, etc. (Mande/, 1977: 14- ra al mercado capitalista mundial,
75). buscando la asociación entre las
3) No hay razón, pues, para ha- proto-burguesías del Este y las bur-
blar de "capitalismo de estado" en guesías transnacionalizadas del
sociedades que han expropiado a la Oeste. Este proceso complejo y
burguesía y, por lo tanto, la han eli- desigual en todo el "bloque socialis-
minado en tanto que clase; que no ta", que tiene su avanzada en Polo-
se caracterizan por ninguna de las nia y Hungría y su trdgica resisten-
leyes de desarrollo del régimen ca- cia en la aislada Cuba, difícilmente
pueda comprenderse desde una culan esta interpretación podrían re-
perspectiva que definiera a estas sumirse del siguiente modo:
sociedades como previamente 'ca- 1) El stalinismo es la expresidn
pitalistas". política (en el seno del Partido y
del Estado) de un proceso social:
la formación y consolidación de un
IIi. La tesis del "estado obrero estrato social o casta burocriitica.
degenerado" La burocracia no constituye una
clase social (no cumple un papel in-
La segunda gran corriente inter- dependiente, estructural, en el pro-
l pretativa es la que define a la URSS ceso de producción), sino que sur-
-haciendo extensiva esta caracteri- ge y se reproduce de manera
zación, con ciertas rtiediaciones, al parasitaria a partir de la clase obre-
resto del 'bloque socialista"- c o q ra. La parasita económicamente
un estado obrero burocrdticamen- (distribuyendo el plusproducto so-
te degenerado, entendiendo que el cial inequitativamente, en su benefi-
proceso de transición del capitalis- cio) y políticamente (expropiando el
mo al socialismo ha quedado blo- poder político de los trabajadores).
queado, congelado, por las pecu- 2) El estado, inclusive tras la ex-
liares condiciones históricas que propiación política por parte de la
llevaron, precisamente, a la dege- burocracia, sigue siendo un estado
neración burocrática de esta socie- obrero, aunque burocráticamente
dad. Si las primeras definiciones de degenerado. A diferencia de una
l estado obrero burocratizado (o "con contrarrevolucidn social, que de
I deformaciones burocráticasw)apa- haber triunfado hubiese desarticula-
I rece en el último Lenin (Lewin. do al estado obrero y restaurado el
l 1967), es reromaaa por la oposición poder del capital, la contrarrevoiu-
l de izquierda en la URSS y la oposi- ción política expropia el poder de
ción de izquierda internacional (Ra- los obreros pero se ve obligada a
kovski, Serge, etc.) y sistematizada mantener las relaciones de propíe-
teóricamente por León Trotsky. dad post-capitalistas, con los me-
Los más importantes desarrollos dios de producción estatizados. La
y actualizaciones de esta interpreta- identidad y legitimidad de la buro-
ción pueden hallarse en las obras cracia como casta política depende
de Isaac Deutscher y Ernest Mao- de la defensa del estado obrero.
del, los más sólidos representantes Aun el caso límite de la 'dictadura
de la tradición trotskista, pero ella de hierro que ejercían la policía sta-
ha dejado su impronta en la monu- linista y el aparato administrativo
mental obra de carácter académico sobre el proletariado soviético no
del inglés E. H. Carr. Finalmente, era incompatible con la preserva-
también la ha hecho suya el histo- ción de la naturaleza obrera del es-
riador marxista inglés Perry Ander- tado, como las dictaduras fascistas
son, para quien es 'la teorización ejercidas sobre las burguesías no
más coherente y desarrotlada den- impedían la preservación de la na-
tro de la tradición marxistan(Ander- turaleza capitalista del estadon(An-
son, 1982: 99). derson 1982: 105).
Las tesis fundamentales que arti- 3) La burocratización del proceso
Las lecálrasdel

revolucionario no sigue un curso fa- que se escurre a la burocracia co-


tal (a toda Revolución sigue un mo una sombra. En la economía
Thermidor) sino que responde a nacionalizada, la calidad supone
condiciones históricas específicas. la democracia de los productores
En el caso de la URSS es un proce- y de los consumidores, la libertad
so sobredeterminado por condicio- de crítica y de iniciativa, cosas to-
nes objetivas y subjetivas: ante to- das incompatibles con el régimen
do, la revolución se desencadena totalitario, del miedo, de la mentira y
en un país capitalista atrasado; la de la alabanza" (Trotsky, 1936:
desaparición física del ya exiguo 255).
proletariado ruso en los anos de la La burocracia, pues, no tiene
guerra civil y de mayor penuria eco- destino histórico: su dominación es
nómica; ladesmoralización y reflujo necesariamente transitoria. O bien
de las grandes masas; el fracaso de el proletariado recupera el poder
la revolución en Occidente (espe- -a través de una revolución, no ya
cialmente de la esperada Revolu- social, sino política, según la ajus-
ción Alemana). Todo esto favoreció tada terminología acufiada por
el crecimiento y consolidación de la Trotsky- y relanza el proceso de
burocracia, que tendía a la redistri- transición al socialismo, o el régi-
bución del poder y del exiguo exce- men burocrático, sumido en la cri-
dente económico en su beneficio. sis, sucumbirá a las presiones del
4) En el nivel de lo político, la bu- capitalismo. "Mientras más tiempo
rocracia adopta un carácter bona- permanezca la URSS en la vecin-
partista, sometida a una doble pre- dad del capitalismo, más profunda
sión entre la revolución y la será la degeneración de sus tejidos
contrarrevolución, oscilando entre sociales. Un aislamiento indefinido
poiiricas progresistas y políticas re- debería rraer iniaiióiemenre, no ei
accionarias, tanto en nivel interno establecimiento de un comunismo
como internacional. Sus aspectos internacional, sino la restauración
progresistas, no obstante, están li- del capitalismo" ( Trotsky, 1936:
mitados históricamente. 'El papel 277-278).
progresista de la burocracia soviéti- Perry Anderson ha insistido en
ca -sefialaba Trotsky- coincide los Últimos anos en la coherencia
con el período de asimilación. El teórica de esta interpretación, en su
burdo trabajo de imitación, de arrai- capacidad heurística y en su 'equili-
go, de transferencia, de aclimata- brio político", e l que permitió a
ción, se ha hecho en el terreno pre- Trotsky, al mismo tiempo que postu-
parado por la revolución. No se ha lar la "defensa incondicional de la
tratado hasta ahora de innovar en el URSS" frente al capitalismo, llevar a
dominio de la técnica, de la ciencia cabo la más implacable crítica de
o del arte. Pueden construirse usi- sus aberraciones burocráticas (A n-
nas gigantes según modelos impor- derson, 1982). Pero aun aceptando
tados del extranjero bajo el coman- la valoración que hace Anderson de
do burocrático, pagándolas, es la interpretación de Trotsky, podrían
cierto, al triple de su valor. Pero senalarse en ella una serie de difi-
mientras más lejos se vaya, más di- cultades o contradicciones, en las
fícil será el problema de la calidad aue han insistido alaunos autores
.-
provenientes de la tradición trotskis- y se puede proceder así con la in-
ta (Lefort, Castoriadis), así como tención de preservar la substancia
otros ajenos a esa tradición (Bah- de las ideas socialistas. Pero hay
ro): que explicar esa práctica a partir de
1) Trotsky insistió en que era su propia legaliformidad" (Bahro,
más exacto llamar al régimen sovié- 1981: 25). En el trotskismo vulgar
tico Sransitorio entre el capitalismo esta ambigüedad del pensamiento
y el socialismo o preparatorio al de Trotsky aparece exasperada: el
socialismo" en lugar de "socialista" "socialismo real" aparece platónica-
( Trotsky, 1936: 53, resaltado de H. mente como mera degeneración de
T ) . Sin embargo, la dinámica inter- un modelo puro que se preserva en
na de esta sociedad, así como las la letra de sus programas inconta-
del resto de los países del socialis- minados.
mo real, no dieron indicio alguno de 2) Podría sostenerse, sin embar-
que se aproximaran o de que pre- go, desde la lectura de Trotsky, que
paraban sociedades de tipo socia- las prodigiosas realizaciones mate-
lista. La separación entre la buro- riales de estos regímenes (especial-
cracia y las masas tendió a mente, la rápida industrialización y
acentuarse, no a atenuarse. El es- el desarrollo de un poderoso siste-
tado, lejos de tender siquiera a ser ma de seguridad social: educación,
reabsorbido por la sociedad autoor- salud, etc.) favorecerían el creci-
ganizada, tendió a fortalecerse y a miento y consolidación de un prole-
alienarse crecientemente de ella. tariado calificado que, a la larga,
La conceptualización trotskista de tendería a poner en cuestión la do-
una "transición bloqueada", desti- minación burocrática. Trotsky nega-
nada a desbloquearse en un senti- ba, por entenderla prematura, cual-
do u otro (revolución política socia- quier inierpretación en el sentido de
lista o restauración capitalista), que se trataba de una nueva forma
impidió entender a las sociedades histórica de explotación. "Los me-
del socialismo real, como quiso dios de producción pertenecen al
Bahro, en tanto formaciones so- estado. El estado pertenece en cier-
ciales especificas. "Estoy firme- to modo a la burocracia. Si esfas re-
mente convencido -explicó el au- laciones todavía recientes se esta-
tor de La alternativa- de que, hoy, bilizaran, se legalizaran, se hicieran
abandonar todas las teorías de la normales sin resistencia o contra la
eedeformación», abandonar la vieja resistencia de los trabajadores, ter-
sublevación frente al socialismo de- minarían por la liquidación completa
formado, «traicionado,,, es una ne- de las conquistas de la revolución
cesidad de máxima urgencia para proletaria. Pero esta hipótesis es to-
los revolucionarios marxistas. Si se davía prematura. El proletariado no
reduce el drama histórico a un pro- ha dicho su ultima palabra"
blema de mala realización, se ( Tlotsky, 1936: 232). Precisamente,
arranca ya de supuestos irreales y la estabilización del régimen soviéti-
se lleva directamente el error al co a partir de los '30 en un régimen
pensamiento teórico-político. Cierto: con su propia legaliformidad, llevó a
se puede contrastar la práctica del muchos autores a interpretarlo,
socialismo real con la teoría clásica, atendiendo a sus colosales realiza-
1
1 Las lecturas del "sociaiismored " 95

ciones materiales, como una "vía no sostiene que la burocracia "continua


capitalista a la industrialización" siendo el instrumento de la dictadu-
I (Gershenkron, Bahro). ra del proletariado" (Trotsky, 1936:
3) También se ha puesto en 232).
1
cuestión la explicación de la "dege- 5) A pesar de sus extraordinarias
neración" de la revolución como dotes de historiador y de teórico de
producto del retraso y el aislamiento los procesos históricos, Trotsky cae
rusos. Castoriadis ha insistido en por momentos en cierto fatalismo
que "la industrialización en Rusia y histórico, para el cual el socialismo
la expansión del imperio burocrático no es sino una etapa necesaria de
no han mermado en nada la domi- la historia: aquella que sigue a la cri-
nación de la burocracia. Si, habien- sis y derrocamiento de! capitalismo,
do desaparecido las pretendidas en su etapa de decadencia imperia-
causas, el efecto persiste, y si el lista. Según Castoriadis, Trotsky y
mismo efecto se produce allí donde sus epígonos "incapaces de refle-
no se dan tales causas, fuerza es xionar sobre esta nueva entidad so-
reconocer que este efecto tiene otro cial-histórica que es la burocracia
enraizamiento en la realidad que las moderna, no pueden hablar sobre
circunstancias que rodearon su pri- Rusia, la China, etc., más que rela-
mera aparición" (Castoriadis, 1977: cionándolas con una sociedad so-
1 28). Por otra parte, "la explicación cialista de las que estos regímenes
1 de la aparición del régimen burocrá- representarían deformaciones. De
I tico por la degeneración de una re- hecho no conservan de Marx más
1 volución es insostenible analizando que su esquema metafísico-deter-
I la ascensión al poder de la burocra- minista de la historia: existiría una
cia en la China y otros países" etapa pre-determinadade la historia
(ibis.), aonae no es posi~ieuistin- de la humanidad, el sociaiismo,
-' guir entre la etapa revolucionaria y continuador necesario del capitalis-
I la etapa de degeneración burocráti- mo" ( Castoriadis, 1977:29).
t" ca (o Thermidor). 6) Todas estas observaciones se-
" 4) El concepto mismo de Thermi- caen finalmente sobre la categoría
dor encierra una flagrante ambigüe- teórica central del análisis de
" dad. Construido como categoría te- Trotsky: estado obrero degenerado.
+ órica a partir de la comparación El estado soviético, según Trotsky,
histórica con la revolución francesa, seguía siendo, tipológicamente, un
puede entendérselo como el "des- estado obrero, mientras no se revir-
vío" o la "degeneración" del proceso tieran las relaciones de propiedad
revolucionario inicial, pero tambikn estatizadas, aunque estuviera buro-
como uno de los momentos del pro- cráticamente degenerado. Contra
ceso global de la revolución, como esto, muchos autores han insistido
un "mal necesario" para la realiza- en que la estatización de los me-
ción del mismo fin. Así pues, en la dios de producción es condición ne-
crítica de Trotsky a la burocracia es cesaria pero no suficiente para defi-
posible entrever una tensión entre nir el carácter obrero del nuevo
la condena política y la justificación estado. Si la clase trabajadora con-
histórica (Tarcus, 1990,203):toda- tinua explotada económicamente y
vía en 1936, y hasta su muerte, sometida a distintas formas de
1 I
opresión (política, cultural, nacional,
etc.), bien podría hablarse de una
tinentes, y plantean sugestivas op-
ciones para repensar estas socie-
nueva forma histórica de explota- dades.

/ ción y opresión basada sobre el


monopolio estatal de los medios de
producción y del poder político.
Este núcleo de ideas aparece por
primera vez en 1939 en un panfleto
oscuro pero cargado de ideas fe-
cundas. La burocratización del
mundo, del ex trotskista italiano
IV. La tesis del "colectlvlsmo Bruno Rizzi, daba otra vuelta de
burocrático" tuerca a la interpretación de su ma-
estro ruso: "Para nosotros, de la

I La tercera gran corriente inter-


pretativa, nacida en buena medida
como diferenciación critica de la an-
terior, plantea que la URSS y las
Revolución de Octubre y de su re-
flujo ha salido una nueva clase diri-
gente: la burocracia. La burguesía
ha sido liquidada y ya no tiene posi-
I sociedades post-capitalistas consti-
tuyen formas sociales de opresión
bilidades de retorno. Poseer el esta-
do le da a la burocracia la propie-
de nuevo tipo, por lo tanto no socia- dad de los medios de producci6n,

I listas pero tampoco propiamente


capitalistas. Extremarían ciertas
tendencias propias del capitalismo
moderno -burocratización, planifi-
que es colectiva y no ya privada,
que pertenece in foto a la clase diri-
gente" (Rizzi, 1939: 55). Pero lo ori-
ginal del planteo del italiano consis-
, cación, estatismo, totalitarismo- a tía en que entendía al proceso
un grado tal en que terminan con- soviético como parte de un proceso
frontándose permanentemente con mundial, que conducía a un nuevo
! él. No son sociedades en tránsito a sistema social, ya no capitalista pe-
ninguna otra forma, sino formacio- ro iampow sociaiísra, y-que deno-
nes relativamente estables que de- minaba "colectivismo burocrático".
ben ser estudiadas y comprendidas Rizzi entendía que los años de la
en su propia legaliformidad. La bu- crisis capitalista, de las rev@jiucio-
rocracia ya no es una casta que ne- nes socialistas y las contrarrevolu-
cesita parasitar a una clase obrera ciones fascistas marcaban el fin de
en cuyo nombre ejerce el poder, si- una época (la de las burguesías ca-
no que aparece aquí como una pitalistas) e inauguraban otra: la de
nueva clase dominante. la burocratización del mundo. "Poco
Los representantes de esta co- a poco -profetizaba el italiano-
rriente -algunos de los cuales se los trabajadores de Francia, de In-
refieren a estas sociedades con el glaterra y de América se encontra-
nombre de colectivismo burocráti- rán con que ya no son ciudadanos
co de estado- son mucho más normales, síno *súWitos,a de un ré-
heterogéneos entre sí que en la co- gimen burocrático que cmacionaliza-
rriente trotskista, y aun considera- rám la propiedad y tomará muchas
dos individualmente sus teorizacio- otras medidas de cufio c~socialista~.
nes no alcanzan la coherencia No se llamará a eso, ciertamente,
lógica del planteo de Trotsky. Sin fascismo, nazismo o stalinismo; su
embargo, como vimos, muchas de nombre será distinto, aunque su
sus críticas a aquel modelo son per- fondo síempre será lo mismo: pro-
Las lecturas del "sociaiismoreal" 97

piedad colectiva en manos del esta- Castoriadis, quien retoma algunas


do, burocracia como clase dirigente, contribuciones de esta corriente pa-
organización colectiva y planificada ra integrarlas dentro de un aporte
de la producción, y una explotación teórico sumamente innovador (cuyo
ue pasará del dominio del hombre desarrollo lo conduce, también, más
I de la clase" (Rizzi, 1939: 59). allá de los marcos teóricos y meto-
Dos anos después, otro ex trots- dológicos del materialismo históri-
ista, un norteamericano en este co). Desde 1946, y a lo largo de las
dio forma académica a las páginas de la revista que dirigió con
de Rizzi: fue James Burnham, Claude Lefort, Socialismo o Barba-
a revolución de los directores, rie, Castoriadis sostuvo que las re-
en sostuvo que el sistema capi- laciones de producción dominantes
no sería sucedido por un sis- en el Este son relaciones antagóni-
socialista sino por la sociedad cas, que dividen y oponen a dirigen-
cial ("managerial"). Los m a- tes y ejecutantes. Implican la explo-
nagers, directores, estarían en tación de los productores (obreros,
proceso de desplazar a las burgue- campesinos, trabajadores del sector
sías y convertirse en nueva clase servicios) y su sometimiento a un
dominante, en un proceso interna- proceso de trabajo que escapa en-
cional. Lo que en Rusia se llevó a teramente a su control. La estatali-
cabo de modo más completo con zación de los medios de producción
una revolución violenta, se realiza- y la planificación burocrática no ge-
ba también en los Estados Unidos neran de ninguna manera la aboli-
de Rooseveit bajo una forma demo- ción de la explotación y no tienen
crática, y en Alemania e Italia bajo nada que ver con el socialismo. Es
una forma fascista. En esta nueva la burocracia la que dispone efecti-
configuración social, no era io aeci- vamenie ae ios medios de produc-
sivo la propiedad jurídica de los me- ción. Decide cómo extraer el exce-
dios de producción (sus propietarios dente a la población trabajadora,
formales podían seguir siendo la sobre el índice de este excedente, y
clase capitalista o la clase trabaja- sobre su destino (sobre su distribu-
dora), sino el control efectivo de ción entre consumo burocrático y
los mismos, detentado por los direc- acumulación, así como sobre la
tores. orientación de esta acumulación).
A trav6s de Burnham, las intui- La clase obrera de estos países
ciones de Rizzi penetraron en el está sometida a una relación de
mundo de las ciencias sociales, y "salariado". Los obreros no dispo-
aunque frecuentemente se desco- nen ni de los medios ni del producto
noce su paternidad, hicieron en de su trabajo, ni de su propia activi-
ellas verdadera fortuna. Seguir su dad de trabajadores. Venden su
itinerario, de Rizzi a Toffler, excede tiempo, sus fuerzas vitales, su vida
los límites de esta charla, pues nos a la burocracia que dispone de ello
propusimos inventariar críticamente según sus intereses. Privados de
las interpretaciones del "socialismo derechos políticos, cívicos y miita-
real" dentro del pensamiento mar- res, están sometidos a una empre-
xista. Esto nos lleva a recalar en la sa de opresión y control totalitarios,
obra del greco-francés Cornelius de expropiación mental y física. Pa-
ra Castoriadis, éste y no otro consti- la clase capitalista. No sdlo desapa-
tuye el "verdadero análisis marxis- recieron los capitalistas individua-
ta", pero entiende que dicho análisis les, sino el "capital" en cuanto tal y
es insuficiente. Completando a la "economía" como esfera separa-
Marx con Weber -habría sido éste da del resto de la vida social. La ex-
y no el primero quien comprendió pansión general del aparato buro-
mejor la naturaleza de la burocra- crático-jerárquico reemplaza la
cia, como resultado inmanente de la clásica distinción entre estado y so-
evolución "ideal" del capitalismo-, ciedad civil.
sostiene que: "Desde la perspectiva En suma, se trata para Castoria-
productiva-económica estricta, la dis de una nueva forma histórica de
evolución tecnológica, la organiza- explotación y opresión, en ruptura
ción concomitante de la producción con el capitalismo, pero tributario de
y el proceso de concentración del su universo sociohistórico (o, como
capital, conllevan la eliminación del prefiere Castoriadis, el "magma de
capitalista individual ~independien- significaciones imaginarias sociales
te,> y la aparición de un estrato bu- que animan su institución y se reali-
rocrático que <(organizanel trabajo zan en y a través de él"). Esta signi-
de millares de trabajadores de gi- ficación imaginaria común a ambos
gantescas empresas, asume la ges- sistemas es la que constituye el en-
tión efectiva de la empresa, así co- clave central de las ideas que se
mo de los conjuntos de empresas, y transforman en fuerzas y procesos
se encarga de los cambios incesan- efectivos que dominan su funciona-
tes de los instrumentos y métodos miento y evolución: la expansión ili-
de producción" (Castoriadis, 1977: mitada de las fuerzas productivas;
29). la obsesiva preocupación por el
i o s capitaiisras -propie~arios",si "desarrollo", el "progreso técnico"
subsisten, no pueden jugar un pa- seudo racional, la producción, la
pel en la empresa moderna más "economía", la "racionalización"ly el
que utilizando el puesto que ocupan control de todas las actividades, la
en la pirámide burocrática. En los división cada vez más asentada de
países capitalistas clásicos, este las tareas, la cuantificación univer-
proceso de burocratización se ha- sal, el cálculo, la "planificación"; la
bría realizado parcialmente (Casto- organización como un fin en sí mis-
riadis los llama regimenes de capi- mo, etc. (Castoriadis, 1977: 33).
talismo burocrático fragmentado). Próxima a este núcleo de ideas,
En la China, la URSS y el resto de pero difícilmente encasillable por el
los países del Este, este proceso de carácter innovador de su abordaje,
burocratización inmanente a la lógi- es la obra del alemán Rudolf Bahro,
ca misma del capital, se habría con- La alternativa. Contribución a la
sumado completamente (Castoria- critica del socialismo realmente
dis los denomina regimenes de existente (1977). Se trata, por otra
capitalismo burocrático total). La parte, después de la de Trotsky, de
planificación burocrática reemplazó la obra más profunda cobre la natu-
al mercado como asignador de re- raleza de estas sociedades surgida
cursos; la burocracia terminó de ex- de su propio seno, superior a la del
propiar económica y políticamente a yugoslavo Milovan Djilas (La nueva
Las lecturas del "socialismo red"

clase. 1958) o a la célebre Carta vilización materialmente superior .


I abierta al POUP de los polacos Ku- mediante un "telón de acero" blinda-
I
ron y Modzelewski de 1964. Para el do hacia afuera y hacia adentro y
disidente alemán el "socialismo re- mediante una reglamentación glo-
I almente existente" es un orden fun- bal contra cualquier "espontanei-
damentalmente distinto al esbozado dad" (Bahro, 1977: 129).
en la teoría socialista de Marx. No Para Bahro, en suma, las cuatro
se trata de una "desviación" o "de- raíces históricas del sometimiento
formación" de este modelo, sino de de la sociedad soviética a una má- .
algo totalmente diferente. Las so- quina estatal burocrática, son:
ciedades del "socialismo real" cons- 1. La presión de la superioridad
1 tituyen "vías no capitalistas" de paí- tecnológica de los países capitalis-
ses agropecuarios hacia la tas, subrayada por la política de in-
industrialización. El origen de la vía tervención militar y de cerco.
no capitalista la encuentra Bahro, 2. El pasado semiasiático de Ru-
no tanto en el débil desarrollo capi- sia, con la disgregación heredada
talista o en los resabios feudales, de la base agropecuaria, su compo-
sino en la pervivencia del modo de sición multinacional, sus tradiciones
producción asiático. En el caso de políticas autocráticas y una psicolo- .
la URSS, es claro para el autor de gía de masas prisionera en gran
La alternativa cómo el conjunto de parte aun del patriarcalismo más
los objetivos políticos, sociales y primario.
culturales se fueron sacrificando 3. La propia situación revolucio-
uno a uno en aras de la industriali- naria, que condujo a una enorme
zación. Para Lenin, como para to- concentración del poder político.
dos los marxistas, el comunismo 4. Las fuerzas productivas, que
presuponía un industrialismo maau- ruvieron que ser acuinuiadas bajo la
ro. La tarea prioritaria era pues la presión del entorno capitalista, Ile- .
industrialización, que sólo crearía vaban en sí mismas un carácter an-
las premisas del socialismo. "Lenin tagónico. 'Cómo basar una socie-
tenía la esperanza, más revolucio- dad comunista sobre las prácticas
naria que histórica-materialista, de tayloristas, en las exigencias pro-
poder mantener básicamente la es- ductivistas de un sistema cuya con-
tructura política del país, el carácter signa de que el trabajo genera glo- '
a

de las relaciones de poder" (Bahro, ria y honor oculta - c o m o el ethos


1977: 128). del trabajo del protestantismo- el
Luego se vio que esto no era po- hecho básico de que el trabajo in-
sible: la represión estatal en los paí- dustrial tiene un carácter coercitivo? ,
ses del "socialismo real" no es una "En resumidas cuentas, el estado
deformación sino que adquiere un soviético, con el partido como nú-.
carácter históricamente necesario: cleo suyo, no era el representante
es "función de subdesarrollo indus- de una clase obrera sobrecargada
trial", al decir de Bahro. Un régimen con el ejercicio exclusivo del poder, '
minoritario que se propone realizar sino el representante extraordinario
semejante tarea de industrialización (...) de una clase explotadora",'
por una vía no capitalista, sólo pue- (Bahro, 1977: 136). I

de hacer frente a la presión de la ci- Si la industrialización -por vía t


no capitalista- necesitó del despo- tránsito a". Mientras Trotsky sobre-
tismo estatal, los logros materiales estimó la continuidad del legado de
de estas sociedades no los colocan Octubre y la capacidad del proleta-
en los umbrales del socialismo. La riado soviético de recomponerse
clase burocrática en crisis, que so- para recuperar el poder político, es-
brevive y se consolida independien- tos autores (Castoriadis, Bahro)
temerite de la propiedad de los me- contribuyeron a la comprensión de
dios de producción, merced a la estas nuevas formas de opresión
persistencia de la división del tra- que se jugaban especialmente en la
bajo, oscila entre una orientación dimensión subjetiva, ideológica o
regresiva y otra competitiva hacia el imaginaria, de las grandes masas.
sistema capitalista. "La alternativa" Los aportes de Castoriadis para la
comunista, frente a la crisis de la teoría del imaginario social o de
dominación estatal-burocrática, sólo .Bahro sobre la dimensión técnica-
puede, para Bahro, provenir desde cultural, los efectos de la división
abajo, desde la impugnación de tra- del trabajo, la subalternidad, etc.,
bajadores e intelectuales que pon- son insoslayables.
gan en cuestión y planteen la supe- Pero la caracterización global de
ración de la vieja división del estas sociedades como 'colectivis-
trabajo, del carácter no neutro ni mo burocrático de estado" se ha
técnico, sino político-social de las mostrado menos consistente. La
fuerzas productivas, la organización crisis y la reconversión capitalista
del trabajo, etcétera. La forma esta- desde los afios '70 hasta hoy ha
tal, centralista burocrática, sólo po- mostrado que algunas de las ten-
drá ser abolida en la medida en que dencias que estos autores veían
desde abajo penetre un sistema de que llevaban a la superación -vía
autoorganización sociai. La nueva colectivismo burocrático- del capi-
revolución, la revolución comunista, talismo (tendencia a la planificación,
será también una revolución cultu- regulación estatal, política de iestati-
ral, en el sentido de transformar es- zaciones, etc.) sólo eran propias de
tructuralmente las relaciones socia- una forma histórica del mismo (for-
les, la entera forma de vida dismo). La crisis de los 'socialismos
subjetiva de las masas. realmente existentes" y la búsqueda
Es complejo encarar una evalua- de salida a la misma por algunos de
ción de conjunto de esta corriente, estos regímenes a través del recur-
dada la diversidad teórica-política so de las 'economías de mercado",
de los autores que integramos en parecen mostrar el camino histórico
ella. No alcanzan (ya lo señalamos) inverso a los sueños de Burnham o
la coherencia teórica de la interpre- a las pesadillas de Rizzi.
tación de Trotsky, además de que
en gran medida (y más allá de lo
que están dispuestos a reconocer) V. Conclusiones
son tributarias de ella. Van, sin em-
bargo, más allá de Trotsky, al inten- Este rápido recorrido a través de
tar comprender la racionalidad y le- las distintas lecturas críticas del "so-
galidad de un sistema social en si cialismo real", si no nos muestra
mismo, en lugar de entenderlo "en una respuesta definitiva para definir
I Las lecturas del "socialismo real" 101

la naturaleza de estas sociedades, tos políticos, que impedían el desa-


pone al menos en evidencia ciertos rrollo de opciones al "socialismo re-
callejones sin salida para la investi- almente existente". Hoy esos mitos
gación, al tiempo que muestra algu- han caído, y esto es, desde todo
nas sugestivas vías de abordaje. punto de vista, auspicioso.
La presente crisis, teórica y prác- La crisis ha puesto definitivamen-
tica, del socialismo en escala mun- te en cuestión el mito de que socia-
dial, hace propicia la apertura del lismo es sinónimo de propiedad es-
debate, hasta hace poco reducido a tatal de los medios de producción.
minúsculos círculos de disidentes Ha muerto la idea de revolucidn
en el Este o pequefios grupos de entendida como acto mítico de la
"herejes" del marxismo en Occiden- toma del poder, y hoy es posible
te. Un balance crítico de lo aportado entenderla como proceso social,
hasta hoy parece un buen punto de que compromete la acción de las
partida para un relanzamiento seno grandes masas en el gobierno de
de la discusión. sus propios destinos. Se ha derrum-
La gravedad de la crisis compro- bado tambi6n la concepción de una
mete a un debate a fondo, sin te- revolución que se aboca "primero" a
mer, como quería Marx, los resulta- las "prioridades" económicas, cues-
dos de la propia investigación ni el tionando ciertas formas de opresión
conflicto con los poderes reales. La y explotación, sin convertirse en re-
condición para un renacimiento del volución social, que se compromete
ideario socialista, para volver a legi- en revolucionar el conjunto de la vi-
timar el proyecto socialista a los da social y cultural de las grandes
ojos de las grandes masas, depen- masas, incluida su vida cotidiana.
de en gran medida de nuestra ca- Caducó asimismo la concepción de
paciaaa oe iievar ?Si? aebate hasta un socialismo en competencia con
sus últimas consecuencias. La ta- el capitalismo, con su aceptación
rea de la hora es la de realizar una implícita de que era un camino me-
contundente crítica de la razón bu- jor o más rápido para llegar a fines
rocrática. similares. Se ha derrumbado tam-
Es necesario reconocer la crisis bién la visión de un socialismo co-
del socialismo, pero también insistir mo "sistema satisfacción" de las
en una visión no catastrofista de necesidades que genera el capita-
las crisis (lo que vale también, cla- lismo: el socialismo requiere ser re-
ro está, para las crisis capitalistas). pensado (para ser creíble y desea-
Crisis no implica sólo derrumbe y do) como un sistema de creación
destrucción, sino también relanza- de nuevas necesidades, de nuevos
miento, reestructuración. Toda crisis valores sociales, de una nueva sub-
libera fuerzas contenidas, potencias jetividad humana; en suma, se trata
desconocidas. La presente crisis de un sistema social de distinta na-
puede ser (aunque no es fatalmente turaleza, donde son las propias ma-
necesario que lo sea) liberadora y sas -sin el paternalismo de Jefes,
vivificadora para el pensamiento y Conductores, Partidos o Estados-
la práctica socialistas: por sí misma, las que generan sus necesidades,
ha puesto en cuestión una serie de las reconocen y buscan las formas
obstáculos, de ideologemas, de mi- de satisfacerlas, escogiendo demo-
cráticgmente sus prioridades, y si utópica del socialismo -simultáneo
es necesario, sus "sacrificios". al abandono de su pretensión "den-
tífica", en el sentido de objetivista,
¿Utopía? Es posible, pero sólo el positiva- le permitirá volver a ga-
restablecimiento de la dimensión nar credibilidad en el mundo.
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