Está en la página 1de 31

1

EL SISTEMA ANGLO-AMERICANO
DE DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO

Gabriel de Santis

UNIVERSIDAD DE CARABOBO

SEGUNDA EDICIÓN

GABRIEL DE SANTIS

EL SISTEMA ANGLO-AMERICANO
DE DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO

UNIVERSIDAD DE CARABOBO/DIRECCIÓN DE CULTURA


Valencia – Venezuela
2

1975

INDICE

I Antecedentes Históricos
1- Inglaterra……………………………………………………… 7
2- Estados Unidos de Norteamérica……………………….. 18

II La obra de Joseph Story

1- Breves rasgos biográficos………………………………… 23


2- Su pensamiento …………………………………………. 24
3- Su influencia………………………………………………. 30

III Características generales del sistema Angloamericano de


Derecho Internacional Privado………………………….. 33

IV Teorías que tratan de obviar la eficacia extraterritorial de las


leyes
1- Teoría de Dicey…………………………………………….. 37
2- Teoría de Beale…………………………………………….. 40
3- Teoría de Cook……………………………………………… 44
3

I. ANTECEDENTES HISTÓRICOS

1. INGLATERRA
La aparición de conflictos de leyes en Inglaterra se produjo a
finales del siglo XIX, época bastante tardía si se compara con el
desarrollo del Derecho Internacional Privado en otros países,
especialmente Italia y Francia. En estos el Derecho Internacional
Privado vió luz en virtud de la coexistencia de diversas legislaciones
dentro de cada territorio, debido principalmente a una situación política
que permitía una autonomía jurídica particular a cada una de las
ciudades o regiones que se agrupaban alrededor del señor feudal dueño
de la tierra. En Inglaterra el feudalismo se manifestó como un auténtico
poder concentrado en manos del Rey, dueño y señor absoluto de todo el
territorio, respetado y temido por la nobleza. Los señores feudales
también eran dueños de la tierra, pero su poder estaba sujeto al
Monarca; esta circunstancia impidió que cada condado o región
perfeccionara un sistema propio e independiente de regulación jurídica.
A raíz de la invasión de los normandos que aconteció a mediados del
siglo IX, el Rey de Inglaterra propició en forma paulatina un sistema
jurídico uniforme para todo el territorio inglés, fundamentado en la
costumbre, y conocido con el nombre de common law.

Es evidente la dificultad que ante esta situación pudieran


plantearse casos de Derecho Internacional Privado. Las características
peculiares del common law y el especialísimo sistema de administrar
justicia así lo determinaban.

Pero no solamente los curia regis (Tribunales del Rey) impedían, al


desarrollar y establecer como sistema jurídico de aplicación uniforme en
todo el territorio inglés el common law, la existencia de conflictos de
leyes interregionales, sino que por razones de orden técnico atinentes a
la administración de justicia tampoco surgieron conflictos de naturaleza
4

internacional, es decir, no existía la posibilidad de que los jueces


ingleses aplicasen otro derecho que no fuera el common law. En efecto,
los jurados se formaban en función del conocimiento personal que sus
integrantes tenían respecto de los hechos alegados, y se constituían
dichos jurados en el lugar de los acontecimientos. Por otra parte, la
constitución de estos tribunales sólo podía efectuarse dentro del
territorio inglés, por cuanto el procedimiento judicial impedía la citación
de miembros del jurado de un país extranjero. Por tanto, las cuestiones
debatidas judicialmente nunca trascendían el marco estatal contentivo
del ordenamiento jurídico inglés. Los hechos acaecidos en el extranjero
no podían ser conocidos ni consecuencialmente juzgados dentro del
ámbito espacial de validez de las normas jurídicas. Sólo tenía relevancia
para el derecho lo que acontecía dentro de sus propias fronteras.

Por tanto, como jamás un supuesto hecho podría estar vinculado


a diversos sistemas jurídicos simultáneamente vigentes por carecer del
elemento extranjero necesario y suficiente que caracteriza en forma
esencial a los conflictos de leyes.

Sin embargo, puede citarse a manera de excepción (aún cuando


de ninguna forma constituye caso de aplicación de ley extranjera, pero
sí de tomar en cuenta el elemento extranjero), unos tribunales
especiales creados por el Monarca para conocer de aquellos casos que
se referían a personas invitadas o bajo la protección del reino por
cuestiones de comercio, en efecto, se consideraba inconveniente dejar
bajo el inflexible common law a extranjeros protegidos por el mismo
gobierno y por ello se constituyeron dichos tribunales especiales para
resolver controversias entre esos comerciantes. Pero también en estos
casos se aplicaba en la práctica Derecho Inglés, puesto que esos casos
se resolvían conforme a los principios y reglas Derecho Mercantil, el
cual estaba considerado como sistema de validez universal, reconocido
sin excepción por todos los países. Es decir, que tampoco en estos casos
surgía la necesidad de considerar un sistema jurídico diverso al inglés.
5

La aplicación absoluta y excluyente del common law se extendió


también a los eventuales conflictos entre el Derecho Canónico aplicado
por los Tribunales eclesiásticos y los Tribunales ingleses. En caso de
controversia privada, el Derecho nacional, es decir, el common law.

Esta situación de territorialismo absoluto a primera vista parecía


una defensa del ordenamiento jurídico propio ante la posibilidad de
aplicación de leyes extranjeras, y en principio constituía una garantía
para los ciudadanos ingleses el que sus controversias serían dirimidas
en base a un ordenamiento jurídico conocido, y más que conocido, al
sistema patrio.

Pero con el transcurrir del tiempo comenzó a experimentarse la


sensación primero, y luego la certeza, que esa forma de resolver los
litigios tropezaría con dificultades insalvables por la existencia de
ciertos factores, los cuales una vez concluyentes, propiciaban
situaciones frente a las cuales el common law se demostraba impotente.

En efecto, por un lado las relaciones comerciales de Inglaterra


experimentaban un incremento pronunciado. El reflujo de comerciantes
ingleses que viajaban al exterior para proveerse de bienes necesarios al
Reino, y correlativamente, la presencia cada vez más acentuada de
extranjeros con el propósito de establecer vínculos comerciales,
originaban un conjunto de cuestiones en principio imposibles de
resolver por el ordenamiento jurídico inglés: El comerciante inglés que
comerciaba en el extranjero, ¿qué garantía contaba respecto a la
protección de sus derechos nacidos en virtud de tales transacciones?
El extranjero que establecía relaciones comerciales en Inglaterra, ¿por
qué no podía sentirse protegido por su legislación, si su presencia en el
Reino obedecía también a causas de interés inglés? ¿No constituía la
aplicación absoluta y excluyente del common law una traba para el
mejor desarrollo del comercio, actividad ésta considerada esencial para
el cabal desenvolvimiento económico de esas naciones?
6

El comercio internacional aunado a la circunstancia evidente de


la diversidad legislativa, es decir, del hecho de que cada legislación
resolvía de una forma peculiar idénticos supuestos de hecho debido a la
particular manera de ser de cada pueblo, se convertía en la razón que el
ordenamiento jurídico inglés debía reconocer para evitar la paralización
de las actividades comerciales y consecuencialmente el aislamiento
económico del Reino.

En forma progresiva se superaron estas cuestiones, lo cual


automáticamente significaba el paulatino desarrollo del sistema inglés
de Derecho Internacional Privado.

Primero se le dio facultad al Tribunal del Almirantazgo (Court of


Almiralty) a mediados del siglo XIV para conocer las controversias
nacidas en el extranjero, y a mediados del siglo XVI extendía su
competencia a los juicios celebrados en el extranjero en virtud de
transacciones comerciales realizadas fuera de Inglaterra. Si bien esto
aún no puede considerarse como sistema de Derecho Internacional
Privado por cuanto no estaba planteada la posibilidad de aplicar un
Derecho distinto del inglés, ya constituía un adelanto evidente, por
cuanto se trataba de reconocer derechos nacidos a la luz de sistemas
jurídicos extranjeros.

Luego, ocurrió una modificación fundamental en el sistema de


administrar justicia decididamente en el conocimiento judicial de
hechos contentivos de elementos extranjeros. Los Tribunales de Justicia
ingleses fueron facultados para constituirse aún con personas que no
conocían directamente los hechos ventilados, estableciéndose como
medio para determinar la verdad procesal las declaraciones de testigos
presentados por las partes intervinientes en el juicio. De acuerdo con
esta nueva modalidad, los Tribunales ingleses estaban ya en capacidad
de conocer hechos ocurridos fuera de sus fronteras. Por otra parte,
7

gracias a esta nueva facultad de los Tribunales, se estableció en forma


expresa la competencia judicial inglesa para conocer los casos llamados
mixtos, que no eran otros que aquellos hechos que se habían producido
parte en Inglaterra y parte en el extranjero.

La consideración de casos surgidos totalmente en el extranjero


era ya cosa de poco tiempo. En efecto, poco después se acordó dividir
las acciones en Locales (local) y Transitorias (transitory), entendiéndose
por las primeras aquellas surgidas en virtud de hechos acaecidos en
territorio inglés, y las segundas a hechos nacidos en el extranjero. Esto
ocurrió a finales del siglo XVI.

Si bien desde el punto de vista técnico el sistema judicial inglés ya


estaba en capacidad para conocer y resolver controversias vinculadas a
diversos ordenamientos jurídicos simultáneamente vigentes, también es
cierto que carecían del fundamento doctrinario adecuado para aplicar
un Derecho distinto del foral. ¿En base a qué justificación el juez
inglés, luego de haber aplicado por siglos su propio Derecho, utilizaría
una fórmula de solución extraída de un sistema extranjero?

Esta cuestión se solucionó gracias a circunstancias históricas, las


cuales permitieron, la aplicación, si bien por vía de excepción, de
Derecho Extranjero en determinados casos. En primer lugar hay que
establecer que en 1.603 se produjo un hecho histórico que ocasionó por
primera vez dentro del sistema jurídico inglés la aparición de conflictos
interregionales. Jaime V de Inglaterra fue también Jaime VI de Escocia,
por tanto, bajo un mismo soberano se hallaban dos territorios por
unión personal, regidos por leyes distintas. ¿Debía seguir
manteniéndose la lex fori como fórmula obligada de recurrencia judicial,
o entre escoceses e ingleses podrían existir soluciones que permitieran
la aplicación de la ley escocesa en Inglaterra o viceversa? Célebre fue el
caso conocido como Calvin’s Case; la legislación inglesa prohibía a los
extranjeros la adquisición de inmuebles. ¿Estaban los escoceses
8

(concretamente Calvin) en la situación de extranjero en Inglaterra? O


en virtud del Monarca común deberían ser considerados como
nacionales? La decisión fue favorable a Calvin, en el sentido de
equiparar los derechos de escoceses e ingleses en virtud de un vínculo
común que los unía al rey en calidad de súbdito; por consiguiente, les
correspondía igualdad de derechos y obligaciones.

A pesar de este evidente adelanto hacia la configuración de un


sistema jusprivatista, todavía los tribunales ingleses eran reacios a la
aplicación propiamente dicha de leyes extranjeras. A lo más que
llegaban era al reconocimiento de derechos o de sentencias dictadas en
el extranjero, pero, se insiste, todavía les faltaba el fundamento
doctrinario para la aplicación de sistemas jurídicos ajenos al inglés.

A principios del siglo XVIII se intensificó el desarrollo embrionario


del Derecho Internacional Privado inglés en razón de dos hechos
relevantes: por una parte, las relaciones con Escocia llegaron más allá
del vínculo personal, por cuanto se produjo una unión entre ambos
países de naturaleza política; y por otra parte, el Derecho Mercantil,
consideraba hasta entonces un derecho de validez universal, en virtud
del desmesurado desarrollo del comercio en Europa, dejó de ser tal para
convertirse en un Derecho que se reflejaba en cada país todo el
conjunto de peculiaridades étnicas, históricas, religiosas, políticas,
sociales, etc., que diferenciaba a cada pueblo. Es decir, la diversidad
legislativa alcanzó también a la regulación jurídica del comercio.

La consecuencia no tardó en hacerse sentir: cada vez era más


evidente que se necesitaba un sistema capas de determinar las
soluciones de un cúmulo de cuestiones imposibles de resolver aplicando
el Derecho propio de cada país. Era propicia la ocasión para que gracias
a un hecho histórico Inglaterra pudiera contar con la fundamentación
adecuada para permitir la aplicación de un derecho ajeno. Guillermo III,
Rey de Inglaterra, fue también Administrador (Stadtholder) de Holanda.
9

Esto ocasionó que además de incrementarse las relaciones comerciales


entre ambos países, los estudiantes ingleses y escoceses aprovecharon
la justa fama que gozaban las universidades holandesas y
perfeccionaran en ellas los estudios del derecho. Como en Holanda era
acogida como solución a los problemas de aplicación de ley extranjera la
teoría de la Comitas Gentium (nacida del tercer período estatutario
originado precisamente en Holanda gracias a Ulricus Huber, Pablo Voet,
Juan Voet, etc.), los estudiantes ingleses y escoceses la acogían
también, y mediante este sistema fue exportada a Inglaterra y aceptada
por el sistema jurídico inglés. Así, a fines del siglo XVIII se echaron las
bases del sistema inglés de Derecho Internacional Privado.
Técnicamente los Tribunales Ingleses podían conocer controversias
vinculadas a diversos sistemas jurídicos simultáneamente vigentes y
aplicar un derecho ajeno al propio si así se lo indicaban disposiciones
de su ordenamiento jurídico, por vía de excepción y en virtud del
reconocimiento de la cortesía internacional.

Así comenzaron a surgir uno tras otros los precedentes


jurisprudenciales precursores del sistema jusprivatista internacional
definitivo:

Pipon vs. Pipon (1.744): Se decidió someter a la ley del domicilio


del propietario los bienes muebles cuando se traten de sucesiones.

Scrimshire vs. Scrimshire (1.752): Los requisitos para contraer


matrimonio se sometieron a la ley del lugar de la celebración.

Robinson vs. Bland (1.760): Se estableció que los contratos debían


ser sometidos a la ley del lugar de su celebración, salvo que las partes
hubiesen escogido otra ley.

Solomons vs. Ross (1.764): Se sometió a la ley del propietario los


bienes muebles en caso de distribución por quiebra.
10

Mostyn vs. Fabrigas (1.775): Se reconoció la validez de las


excepciones opuestas en base a la ley del lugar de comisión de un
delito, aún si éste se hubiera cometido en el extranjero.

Holman vs. Hohnson (1.775): Se estableció en forma expresa la


obligación del juez inglés de aplicar derecho extranjero en los casos
indicados por su ordenamiento jurídico.

Odwin vs. Forbes (1.814): Se aplicó la lex situs en la demanda de


un extranjero en un caso de quiebra de un establecimiento situado
fuera de Inglaterra.

La doctrina también coadyuvó en el ulterior desarrollo del sistema


inglés de Derecho Internacional Privado, considerándose relevante la
obra de Jabez Henry, William Burge, Henry Home, Lord James,
Blackstone, Fortunatus Dwarris, etc.

2. ESTADOS UNIDOS DE NORTEAMÉRICA

La situación fue distinta en Norteamérica. Tanto en la conquista


como en las guerras de la independencia intervinieron diversos países, y
por otra parte, no hubo oportunidad histórica para heredar del
feudalismo inglés el territorialismo absoluto en materia de aplicación de
derecho. Por el contrario, el proceso de la independencia significó la
existencia en todo el territorio norteamericano de grupos humanos
diferentes en el orden étnico, geográfico, religioso, etc. Esa diferencia se
reflejó en lo político en el régimen federal, y en lo jurídico en la
existencia de sistemas jurídicos diversos dentro del mismo territorio. El
common law importado de Inglaterra fue aceptado en los Estados del
Norte, pero en el Sur, influídos por los años de dominio francés, se
resistieron a reconocer en todas sus manifestaciones el sistema inglés
de derecho.
11

Debido a ello, hubo de establecer en la Carta Fundamental


algunas disposiciones de común aceptación en todos los estados
confederados, tales como el reconocimiento y ejecución de sentencias
extranjeras; pero en general, la Constitución concedió, como en muchas
otras materias, plena libertad a los estados integrantes de la
confederación para solucionar los problemas surgidos de los conflictos
de leyes interfederales.

Todo esto motivó la aparición de abundantes casos de conflictos


de leyes, tanto entre estados confederados (conflictos interregionales),
como entre los confederados y el derecho nacional (conflictos
nacionales), como entre las leyes federales y los estados extranjeros
(conflictos internacionales). Para solucionar cada uno de estos tipos de
problemas fue necesario desarrollar el Derecho Internacional Privado,
para determinar con arreglo a sus disposiciones las leyes aplicables a
cada caso.

Al igual que en Inglaterra, el sistema norteamericano de Derecho


Internacional Privado fue esencialmente casuístico, es decir, se
constituyó fundamentalmente sobre casos jurisprudenciales. En la
solución de estos casos jurisprudenciales influyó en alto grado la
doctrina, sobre todo los estudios realizados por James Kent, Samuel
Livermore y especialmente por Joseph Story.

La influencia de Huber también fue notoria en los Estados Unidos


de América del Norte. Se citaron pasajes de sus libros en varias
sentencias y sus ideas inspiraron varias decisiones judiciales. El mismo
Joseph Story hace referencia en diversas oportunidades a la obra de
Huber, el cual fue, junto con los juristas Pablo Voet y su hijo Juan Voet,
uno de los fundadores de la famosa Escuela Flamenco – Holandesa,
correspondiente al tercer período o fase del movimiento estatutario,
cuyas principales características son el territorialismo estricto en
12

materia de aplicación del derecho, el conector preciso de soberanía, y la


elaboración de la teoría de la Comitas Gentium, es decir, de la cortesía
internacional, que conlleva la aplicación de la ley extranjera por vía
excepcional.

Reaccionó contra los conceptos sostenidos por Huber, sobre todo


en materia de soberanía y de la Comitas Gentium, el abogado Samuel
Livermore, en razón a una sentencia producida por la Corte Suprema de
Lousiana en 1827, correspondiente al caso Saúl vs. sus acreedores, en
el cual Livermore criticó la concepción de la cortesía internacional,
aduciendo que en primer lugar dicha cortesía no podía estar en cuanto
a su ejercicio en las manos de los jueces, sino que era una cuestión de
exclusiva competencia de quiénes manejaban la política internacional
del Estado Norteamericano. Si se aceptaba dentro del territorio nacional
a extranjeros, ¿en razón de qué no se les podía aplicar las leyes del país
del cual son súbditos? Ese reconocimiento no puede ser cortesía, -
sostenía Livermore – concepto relativo en épocas de profundas
divergencias internacionales, sino simplemente en razón de un interés,
de utilidad mutua. Livermore creía que la cortesía internacional era una
cuestión demasiado unilateral, mientras que si se entendía como algo
de mutua utilidad entre las naciones se convertía en multilateral, y por
tanto habría mayores garantías de un efectivo reconocimiento de los
derechos. En otras palabras, Livermore sostenía criterios que
planteaban un regreso a las ideas estatutarias, sobre todo en cuanto a
la división de las leyes en personales y reales.

Las ideas de Livermore tuvieron cierta influencia en un principio,


sobre todo en algunas sentencias dictadas en el Estado de Lousiana,
pero luego fueron paulatinamente olvidadas, a pesar que constituían
una importante aportación al Derecho Internacional Privado.

También el Canciller del Estado de Nueva York, James Kent,


apartó interesantes especulaciones sobre temas de Derecho
13

Internacional Privado, haciendo un análisis de las obras del inglés


Henry y de Livermore, así como un estudio bastante analítico del
pensamiento de Huber. Kent se opone a las ideas estatutarias, critica la
división de los estatutos en personales, reales y mixtos por carecer de
fundamento preciso; igualmente aclara que la misma palabra “estatuto”
se utiliza en sentido equívoco, puesto que puede expresar tanto las
leyes formalmente aprobadas por el poder legislativo (en su caso por el
Parlamento), como por cualquier tipo de norma jurídica
independientemente de las fuente que le dio origen.

En definitiva, el sistema norteamericano de Derecho Internacional


Privado, también fue eminentemente casuístico, basándose totalmente
en decisiones jurisprudenciales, y, en sentido genérico, participó de las
mismas características que el sistema inglés, a pesar de su origen
histórico diferente.
14

II. LA OBRA DE JOSEPH STORY

1. BREVES RASGOS BIOGRÁFICOS

Joseph Story nació en 1770 y murió en 1845. En 1811 fue


designado Juez Asociado de la Corte Suprema de Justicia
Norteamericana, teniendo una actuación destacada que le sirvió de aval
para ingresar como Profesor de Derecho (Dane Professor) en la
Universidad de Harvard. Esta labor docente fue de extraordinaria
importancia para sus estudios posteriores, puesto que lo impulsó, con
suficientes medios a la mano, a investigar y estudiar las disciplinas
jurídicas. Más aún, la Universidad le exigía la presentación de trabajos
sobre diversos tópicos del derecho, cosa que aprovechó Story
ampliamente, dirigiendo principalmente su interés hacia los conflictos
de leyes; su lección inaugural la dedicó a la especialidad que luego
llamaría, y se aceptó de buen grado, Derecho Internacional Privado. Sus
estudios fueron madurando una de las más grandiosas concepciones
que se han tenido en el Derecho Internacional Privado,
situándose en la historia de esa disciplina al nivel de Savigny, Mancini,
etc. En 1833 comenzó a escribir su famosa obra titulada "Commentares
on the Conflicts of Laws foreing and domestic in regard to Contracts,
Rights and remedies and especially in regard, to marriages, divorces,
wills, sucessions and judgments", es decir, "Comentarios sobre los
conflictos de leyes extranjeras y propias en cuanto a los contratos, los
derechos y las soluciones, y especialmente en lo que respecta a los
matrimonios, divorcios, testamentos, sucesiones y juicios". Esta obra
monumental, dedicada por cierto a James Kent, conmocionó al mundo
jurídico de su época ejerciendo poderosa influencia no sólo en su país,
sino también en Europa. Con Story quedaban atrás las ideas de Huber
luego de más de dos siglos de indiscutida aceptación. A partir de Story
se puede afirmar con certeza la existencia de un sistema
angloamericano de Derecho Internacional Privado.
15

2. SU PENSAMIENTO
Story parte de la idea inicial asomada por Huber, según la cual
cada estado tiene la competencia y soberanía absoluta y exclusiva sobre
todas las personas, actos y cosas que se encuentran dentro de las
fronteras de su territorio. Ningún otro poder tiene facultades para
entrometerse y pretender regular hechos que ocurren dentro de la
jurisdicción de cada Estado. Esto se considera el efecto positivo del
principio de la territorialidad de la Ley.

Correlativamente, se produce a título de corolario el efecto


opuesto o efecto negativo, cual es, que ningún Estado tiene la facultad
de regular personas, actos o cosas fuera de su ámbito espacial, es decir,
de su territorio.

Estas ideas básicas conducen irrevocablemente a la negación


absoluta de la posibilidad de aplicación de leyes extranjeras, es decir,
según estos conceptos el Derecho Internacional Privado no tendría
razón de ser.

Pero esta posición radical es mitigada por Story al aceptar en


principio la teoría flamenco-holandesa de la Cortesía Internacional,
sostenida por Huber, a objeto de permitir en determinados casos la
aplicación de un derecho distinto del foral.

Story sostenía que para proteger derechos adquiridos


legítimamente y para poder cumplir con los fines fundamentales del
derecho, entre los cuales tenía por principal la Justicia, era necesario
acudir a fórmulas de solución indicadas por el propio ordenamiento
jurídico extranjero. Y para justificar estos propósitos había que recurrir
a la Comitas Gentium, pero con ciertas modificaciones sustanciales que
asomó el propio Story.
16

En efecto, Story no fundamentó la Comitas Gentium en la simple


cortesía del juez para con un sistema jurídico extranjero, sino que en
primer lugar afirmó que de haber cortesía ésta debe entenderse cortesía
de los Estados y no de los Jueces (Comity of Nations y no Comity of
Judges), y en segundo lugar, la auténtica fundamentación de la Comity
(denominación angloamericana de la Comitas Gentium) la hace residir
en la necesidad moral que tiene cada Estado de hacer justicia, para que
también en los otros se haga.

Es decir, la razón última o esencial de la Comity estriba en la


función de reciprocidad fundamental en la necesidad de hacer justicia.
En este sentido Story difería de la original concepción estatutaria de la
teoría de la Cortesía como razón de la aplicación de derecho extranjero;
la reciprocidad internacional a objeto de que la Justicia internacional
pueda lograrse en todos los países; y la Cortesía internacional para que
dicha reciprocidad pueda hacerse efectiva, es decir, la cortesía para
Story cumpliría un papel de elemento operativo necesario para el
alcance real de los fines.

Story sostuvo en principio el carácter nacional del Derecho


Internacional Privado, es decir, sugirió una posición particularista o
nacionalista respecto a la cuestión metodológica, con sus
correspondientes consecuencias en cuanto a la fijación de las fuentes.
Su posición aparentemente contrasta con el universalismo o
internacionalismo de los estatutarios, Savigny, etc. Story creía que, sólo
el derecho interno de cada estado era capaz de producir normas de
Derecho Internacional Privado, debido precisamente a su concepto de
soberanía de pronunciada tendencia territorial. Pero si se toma en
cuenta el espíritu que lo animó a realizar su obra debemos admitir que
Story entendía al Derecho Internacional Privado integrando un sistema
de esencia claramente universal.
Story pasa luego al estudio y solución de los casos particulares
rigiéndose por dos ideas centrales. Se diferencia del método estatutario
17

en cuanto a dividir las leyes en dos o tres categorías situando en cada


una de ellas los casos concretos y deducir luego las correspondientes
consecuencias. Story prefiere agrupar los casos posibles en función del
tipo de institución jurídica que existe en cada ordenamiento jurídico.
Así clasificará las cuestiones a resolver según se refieran a capacidad de
las personas, matrimonio, bienes muebles o inmuebles, contratos,
testamentos, sentencias dictadas en el extranjero, etc. Y en segundo
lugar, utiliza un método empírico, casuístico, típico de los sistemas de
derecho no escrito y en especial del usado en el Common law,
consistente en una previa recopilación de gran número de sentencias
dictadas tanto en Inglaterra como en los diversos Estados de la Unión;
luego procedía a un análisis exhaustivo de cada una de ellas para
extraer las conclusiones que entendían importantes. Así ratificó varios
criterios coincidentes con el contenido de determinadas sentencias,
criticó el fundamento de otros, y estableció su propio criterio respecto
de determinados casos particulares. Hay que señalar que este análisis
casuístico lo afrontó Story recurriendo también a una copiosa doctrina
tanto nacional como extranjera, incluyendo autores franceses y
alemanes lo que indica que fue uno de los primeros en recurrir al
Derecho Comparado como instrumento investigativo indispensable; con
esto es necesario poner en relieve la amplísima visión de Story respecto
de la naturaleza del Derecho Internacional Privado, haciendo uso de un
método investigativo de moderno sentido ecléctico, al manejar en sus
análisis y estudios elementos tanto particularistas (la recopilación de
casos jurisprudenciales) como universalistas (la recurrencia al Derecho
Comparado).

Entre las soluciones que propone Story como consecuencia de


esos análisis pueden mencionarse la que respecta al estado y capacidad
de las personas, haciendo regular este supuesto por la ley del domicilio,
conservando así la tradición estatutaria y respetando la importancia
que tenía en Inglaterra el domicilio como elemento fundamental de
vinculación entre el individuo y un ordenamiento jurídico dado. La
18

excepción la constituye la capacidad para contraer matrimonio que la


somete a la ley del lugar de celebración, coincidiendo así con lo
asentado en la sentencia del famoso caso Scrimshire vs. Scrimshire,
producida por Lord Mansfeld en 1.775, y de gran repercusión en su
época.

En materia de bienes distingue entre el bien uti singulis y uti


universite; los primeros se rigen por la ley del domicilio del propietario
cuando se trata de muebles, y por la ley del lugar de su ubicación
cuando se trata de inmuebles. Respecto de los segundos, sostiene que
las sucesiones mobiliarias deben regularse por la ley del último
domicilio del causante, y las sucesiones inmobiliarias por la ley de
ubicación de dichos bienes.

Naturalmente, Story no ha escapado a numerosas críticas


respecto del fundamento o de las consecuencias de sus concepciones de
Derecho Internacional Privado. Autores como Frederick Harrison
comentaron que la obra de Story en lugar de tratar sobre conflictos de
leyes en realidad se reduce a un conflicto de opiniones, haciendo
alusión a la recopilación de casos jurisprudenciales y de especulaciones
doctrinarias. El mismo Martín Wolff consideró innecesarias las
referencias de Story a los postglosadores a los estatutarios franceses.
Dicey también criticó las ideas de Story, aunque lo hizo en sentido
positivo, pues lo que buscaba era modernizar el sistema propuesto por
Story. Los internacionalistas españoles ignoraron y rechazaron a Story
por influencia de fuertes críticas provenientes de autores opuestos al
territorialismo y a la Comity.

A pesar de estas críticas, también recibió Story numerosas


demostraciones de admiración y reconocimiento por su obra. Haroldo
Valladao la calificó de Biblia para tribunales y autores; Mittermeier
afirmó que se trataba de lo mejor de que se puede honrar la literatura
jurídica y la llamó obra clásica; Savigny la consideró excelente y
19

manifestó que tenía gran importancia para sus propios estudios, Foelix
la tomó como guía en todos sus trabajos; William Burge, Dicey, el
mismo Harrison, Sachaeffner, Von Bar, Beale, Lorenzen, etc.,
coincidieron en afirmar que la obra de Story tenía extraordinaria
importancia en el mundo jurídico, siendo merecedora de contarse entre
las más relevantes que en materia de derecho se hayan jamás escrito.

3. SU INFLUENCIA
Como es lógico, la influencia del pensamiento de Story se reflejó
principalmente en Inglaterra, Estados Unidos de Norteamérica y en el
resto del mundo anglosajón, tanto en la doctrina como en los criterios
que fundamentaron decisiones judiciales. Las importantes obras de
Burge, Philimore y Westlake se basaron en las ideas de Store; Beale
prácticamente fue un continuador de Story; Yntema reactualizó
diversas ideas de Story; etc.

También esa influencia se sintió en Latinoamérica:

En Argentina el pensamiento de Story se consagró en varias


disposiciones legales contenidas en el Código Civil de 1.869 (Arts. 8 a
10, 159 a 163, y 1205 al 1210) y en la ley argentina de Matrimonio Civil
de 1.888 (Arts. 2 al 6).

En Paraguay Story influyó por vía de la trascendencia que tuvo el


Código Civil argentino en este país a partir de 1.889 y en una ley muy
similar a la argentina sobre el matrimonio civil promulgada en 1.898.

En Brasil la ley de Matrimonio Civil de 1.890 en sus artículos 47 y


48 recoge también criterios sostenidos por Story.

El Congreso de Lima (1.878) fue convocado por el Ministerio de


Relaciones Exteriores del Perú y reunió a representantes de Argentina,
Bolivia, Venezuela, Uruguay, Chile y Costa Rica. Los acuerdos tomados
20

nunca fueron convertidos en Derecho Positivo, pero los criterios de


Story fueron tomados en cuenta, sobre todo en lo referente al
matrimonio.

Tratados de Montevideo (1.889 y 1.939) participaron los países


llamados del "grupo de Montevideo", es decir, Uruguay, Paraguay, Perú,
Brasil, Bolivia, Chile y Argentina. Lo acordado en los tratados de 1.889
fueron revisados y aprobados con pocas modificaciones cincuenta años
después. El pensamiento de Story se descubre principalmente en el
régimen establecido para los bienes y en la celebración y efectos del
matrimonio.

Venezuela: Fueron útiles los principios de Story para los alegatos


jurídicos presentados por nuestro país en los reclamos hechos por
diversos estados extranjeros respecto de los daños causados a sus
nacionales en las frecuentes vicisitudes de la turbulenta historia
política venezolana. La Cancillería de Venezuela también recurrió a la
doctrina sostenida por Story ante las pretensiones de países extranjeros
respecto de la disposición constitucional que establece la nacionalidad
venezolana para todo aquel que naciera en territorio venezolano, con
prescindencia de la nacionalidad de los padres.

Igualmente fueron útiles las ideas de Story en las decisiones tomadas


por las Comisiones Arbitrales Mixtas creadas por los Protocolos
suscritos en diciembre de 1902 con ocasión del bloque a que fueron
sometidos los puertos venezolanos por potencias extranjeras.
21

III. CARACTERÍSTICAS GENERALES DEL SISTEMA


ANGLOAMERICANO DE DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO

1) Práctica y reconocimiento absoluto del principio de la


territorialidad de la ley.
El sistema angloamericano de Derecho Internacional Privado
somete al imperio de la ley estatal todas las personas, actos y
bienes situados dentro del territorio, cualesquiera que sea la
nacionalidad, características o naturaleza. Esto se fundamenta en
el principio de la defensa de la soberanía e independencia
territorial, el cual sería vulnerado de aceptarse la ingerencia de
un ordenamiento jurídico extranjero. Esa ley estatal o territorial
tiene su límite en las fronteras del Estado, no alcanzando su
acción a sus nacionales residentes en el extranjero. Además, el
principio de la territorialidad del derecho es útil porque elimina
toda posibilidad de conflictos de leyes, y en consecuencia, la
aplicación judicial de derecho extranjero. El Juez en todo caso
deberá aplicar su propio derecho.

2) La aplicación excepcional de la ley extranjera.


Al lado del principio de la territorialidad de la ley, el sistema
angloamericano de Derecho Internacional Privado permite la
aplicación de la ley extranjera en determinados casos. Estas
excepciones se aceptan en virtud de consideraciones primordiales
de justicia, es decir, en los casos en los cuales para alcanzar el fin
supremo del derecho es necesario permitir la aplicación de
fórmulas de solución provenientes de ordenamientos jurídicos
extranjeros.
22

3) La adopción del principio domiciliario en materia de


estatuto personal.
Consecuente con el principio de la territorialidad, el domicilio como
factor de conexión aceptado por el sistema angloamericano de
Derecho Internacional Privado, responde plenamente a la tradición
estatutaria adoptada sobre todo en los Estados Unidos de
Norteamérica para resolver los frecuentes conflictos de leyes entre
los estados confederados.

4) Influencia estatutaria en materia de bienes.


En efecto, se distinguen los bienes, muebles e inmuebles, tanto en
su consideración individual como en su transmisión a título
universal, variando en cada uno de estos casos las soluciones
propuestas.

5) Especial concepción de la Comitas Gentium, denominada por


los angloamericanos Comity.
Como anteriormente se ha dicho, el sistema angloamericano tomó la
fundamentación propuesta por Huber para permitir la aplicación de
derecho extranjero, con algunas modificaciones, las cuales
consistieron en primer lugar que la cortesía internacional se
entendía entre naciones, y no como concesiones graciosas de los
jueces. Luego dicha cortesía internacional funcionaba en base a un
contenido de justicia y en todo caso ceñida a un interés utilitario de
reciprocidad.

6) El método investigativo utilizado fue el casuístico-inductivo.


El sistema angloamericano de Derecho Internacional Privado formula
sus planteamientos y soluciones luego de un profundo análisis
comparativo de casos jurisprudenciales y de opiniones doctrinales,
es decir, parte de lo particular para llegar a lo general. Por ello todas
las fórmulas de solución propuestas por este sistema están
23

sólidamente afianzadas en casos concretos, en experiencias previas y


en el sereno cotejar de las más relevantes opiniones de los juristas.

7) La fuente primordial de la ciencia conflictual es la


jurisprudencia.
Los casos tomados en cuenta por la inducción investigativa utilizada
por el sistema angloamericano de Derecho Internacional Privado son
casos jurisprudenciales, es decir, el conjunto de principios y
doctrinas contenidas en las decisiones de los tribunales ingleses y
norteamericanos.
24

IV. TEORIAS QUE TRATAN DE OBVIAR LA EFICACIA EXTRA


TERRITORIAL DE LAS LEYES

1. TEORIA DE DICEY: "VESTED RIGHTS"

A pesar de las modificaciones que aportó Story a la doctrina de la


Comitas Gentium, gracias a las cuales se conoció con el nombre de
Comity en el sistema angloamericano de Derecho Internacional Privado,
esta no terminó por satisfacer a los juristas de la segunda mitad del
siglo XIX como fundamentación adecuada a la aplicación de leyes
extranjeras. En Inglaterra, autores como Westlake, Philimore, Foote,
Piggott, etc., manifestaron diversas críticas a la Comity, calificándola de
confusa y ambigua, insuficiente y demasiado frágil para sostener una
fundamentación tan compleja en los conflictos de leyes. También en los
Estados Unidos de Norteamérica se dudó de la eficacia de la Comity,
como lo sostuvieron entre otros juristas y jueces, Wharton, Brougham,
etc.

Esta situación de revisión y crítica a la Comity determinó la


aparición de una teoría formulada en 1.896 por el jurista Albert Dicey,
expuesta en la obra " A Digest of the law of England with reference to
the Conflicts of Laws", y conocida con el nombre de "Vested Rights
Theory" o Teoría de los Derechos Adquiridos.

Dicey sostuvo en primer lugar la validez ante los tribunales


ingleses de un derecho adquirido válidamente de acuerdo con las leyes
de cualquier país civilizado; y viceversa, no reconocerían los tribunales
ingleses ningún derecho que no fuera adquirido válidamente. A este
principio le opuso un límite consistente en el rechazo de cualquier
derecho adquirido válidamente que sin embargo sea contrario al orden
público inglés, es decir, que no vulnere los fundamentos y principios de
la ley inglesa.
25

De acuerdo con esto, los derechos extranjeros no se reconocerían


en virtud de una supuesta cortesía internacional, sino que serían
aceptados por cuanto esos derechos son precisamente eso, derechos
adquiridos bajo la luz de las disposiciones jurídicas de un país
civilizado, el cual, si bien extraño, se presumía tan soberano y digno
como el inglés y además, la justicia era un concepto universal que
evidentemente estaba por encima de ordenamientos jurídicos
particulares, antes bien, consistía en la finalidad específica de esos
ordenamientos jurídicos.

Nótese que de esta manera se sustituye la aplicación de una ley


extranjera por el simple reconocimiento de un derecho extranjero. El
Juez no aplica un derecho extraño sino el propio, limitándose a
reconocer un derecho adquirido fuera de las fronteras de su Estado.

A la teoría de la Vested Rights se le han hecho varias críticas cuya


magnitud explica el por qué no tuvo en definitiva una aceptación mayor.
En primer lugar Dicey limita la acción de los Tribunales al simple
reconocimiento de un derecho adquirido legítimamente en el
extranjero, afirmando que con ello se evita el recurrir a un
ordenamiento jurídico extraño. Pero esta sutileza tiene un punto débil
que se manifiesta en la imposibilidad lógica de separar el derecho
subjetivo (derecho adquirido válidamente) del derecho objetivo (conjunto
de normas que dieron origen al derecho subjetivo). Es decir, que si se
reconoce un derecho adquirido en el extranjero debe necesariamente
reconocerse la ley extranjera creadora de ese derecho. Las nociones de
ordenamientos jurídicos y derechos emanados de ese ordenamiento
jurídico son inseparables. Luego, con ese razonamiento no lograba
Dicey obviar la recurrencia a una ley extranjera para salvaguardar el
principio de territorialidad.
26

Y por otra parte, no basta afirmar el reconocimiento de un


derecho válidamente adquirido, sino que es necesario que el Juez
determine cuándo un derecho adquirido en el extranjero es válido. Por
tanto, ¿en base a cuales criterios el Juez determina la validez de un
derecho adquirido fuera de su territorio? Pretender determinar esa
validez según las disposiciones de la ley del Juez carece de sentido
puesto que vulneraría aquel principio expuesto por Huber y recogido
por el mismo Dicey según el cual ningún ordenamiento jurídico tenía la
potestad de conocer o decidir sobre actos, hechos, bienes, acuerdos,
etc., situados en el extranjero. En este caso el ordenamiento jurídico
foral estaría decidiendo acerca de un derecho adquirido en el extranjero.
Y si se determina esa validez según el ordenamiento jurídico extranjero,
además de tomarlo en cuenta (lo que ya significaría una contradicción a
la teoría de Dicey), se estaría planteando la escogencia de un sistema
jurídico de los varios conectados en lo conexionado antes de la
determinación del ordenamiento jurídico componente para conocer y
resolver el supuesto de hecho planteado.

También la diversidad de factores de conexión que regulan los


mismos supuestos de hecho ocasionan y acentúan la debilidad de la
teoría de Dicey. Armijon propone el siguiente ejemplo: Un matrimonio
de italianos domiciliados en Francia acude ante los Tribunales de
Estados Unidos de Norteamérica (Edo. Nueva York) demandando
divorcio; si los Jueces norteamericanos se declaran competentes
solucionarán el caso acudiendo al factor de conexión domicilio, el cual
remite la solución a Francia y el divorcio es resuelto aplicando ley
francesa. Si se tomara en cuenta la teoría de Dicey, los Jueces
norteamericanos entenderían como derecho válidamente adquirido para
divorciarse el francés y así lo reconocerían; pero he aquí que a su vez
Francia , utiliza como factor de conexión la nacionalidad en materia de
divorcio, lo cual significa que se remite la competencia a la ley italiana a
título de ley nacional de los cónyuges, y en base a estas disposiciones,
no podría producirse el divorcio puesto que para la época en que
27

Armijon cita el ejemplo, el divorcio no estaba permitido por el


ordenamiento jurídico italiano a sus nacionales. Por tanto, la teoría de
Dicey conduciría a reconocer derechos aún contrarios a la ley aplicable.

En definitiva puede decirse que la teoría formulada por Dicey


causó profunda impresión en su época, pero paulatinamente ha ido
perdiendo importancia por habérsele formulado críticas insalvables.
Hoy está plenamente superada tanto en Inglaterra como en
Norteamérica, conservando sin embargo un valor histórico y teórico que
sitúan a Dicey como el primer innovador de las ideas de Story.

2. LA TEORIA DE BEALE
Esta teoría, como la de Dicey, parte del principio de la
territorialidad del derecho, pero Beale rechaza el concepto de los
derechos adquiridos válidamente como fórmula para utilizar derecho
extranjero. Beale se dio cuenta que los graves errores de la teoría de la
Vested Rights partían de la circunstancia de entender esos derechos
adquiridos válidamente en el extranjero precisamente como derechos,
es decir, facultades otorgadas por una ley con el mismo substratum o
esencia de las facultades nacidas del ordenamiento jurídico patrio. Por
tanto, si lograba eliminar esa relevancia jurídica de los derechos
extranjeros, Beale evitaba las críticas hechas a la Vested Rights,
manteniendo incólume el territorialismo de la ley.

Beale afirmó que los derechos no son fenómenos naturales sino


que son productos de un ente artificioso llamado ley, la cual considera y
valora ciertas circunstancias y hechos de la realidad para establecer
facultades, conceder atribuciones o imponer obligaciones. Por tanto, el
origen de los derechos reside en los hechos. Cuando una ley crea un
derecho, está tomando en cuenta hechos. El derecho creado puede ser
modificado sólo por otra ley, la cual para ello se basará también en
determinados hechos.
28

Esta constante recurrencia a los hechos llevó a Beale a afirmar


que cuando ese derecho es creado por una ley extranjera se convierte
en un hecho que debe ser reconocido y aceptado por todos los Estados
del mundo, así como se reconoce y acepta la existencia real de la lluvia,
las plantas, las rocas, etc. En definitiva, el Juez tomará en cuenta no
una ley extranjera, ni siquiera reconocerá un derecho extranjero.
Simplemente aceptará un hecho real. Este hecho real fue creado por ley
extranjera ignorada por el Juez. El elemento extranjero queda así
relegado a una presencia indirecta.

A pesar del innegable éxito obtenido por Beale, es evidente que


existen determinadas cuestiones que su fórmula no logra explicar, o
que en todo caso conducen al mismo callejón sin salida de la Vested
Rights.

El Juez siempre tendrá que acudir a la ley extranjera para


determinar la procedencia del derecho considerado como hecho, puesto
que su inmaterialidad obliga a esa recurrencia. La idea de considerar al
derecho extranjero como un hecho no deja de ser artificiosa por cuanto
siempre será necesario por parte del Juez asegurarse que ese hecho
realmente equivale a un derecho en el país en el cual se originó: esto
supone que el Juez deberá cerciorarse que en un ordenamiento jurídico
extranjero ha sido creado válidamente un derecho por una ley. Luego de
esta certeza, el Juez podrá afirmar que ese derecho es sólo un hecho.
Por tanto siempre habrá recurrencia a la ley extranjera, como tal, en
forma indirecta sí, pero no por ellos menos esencialmente necesaria. No
hay que olvidar que el derecho aún como hecho, no puede equipararse
a los objetos pertenecientes al mundo natural, sino que en todo caso
será un objeto del mundo cultural, es decir, sujeto a la obra del hombre
en cuanto a su origen, utilización y finalidad.

3. LA TEORIA DE COOK
29

La Teoría de Cook, conocida también con el nombre de "Local law


theory", surgió como una reacción a las ideas propuestas por Dicey y
Beale, rechazando los conceptos de los derechos válidamente adquiridos
y del derecho como hecho para fundamentar o explicar la utilización de
fórmulas de un sistema jurídico extranjero para resolver controversias
de Derecho Internacional Privado.

Si bien es cierto que puede considerarse perteneciente al grupo de


teorías que aceptan el principio de territorialismo de la ley, hay que
aclarar que la Local law theory entendió ese territorialismo de una
forma flexible, permitiendo un campo más amplio a la problemática de
los conflictos de leyes.

Cook concebía al derecho como la certeza de la conducta futura


de los funcionarios, es decir, el conocimiento de cuál iba a ser la
actuación de un Juez ante un supuesto determinado, caso que
ocurriera. Esta afirmación inicial demuestra la aceptación del
territorialismo como principio, puesto que es evidente que esa conducta
de los funcionarios sólo podría ser entendida y prevista dentro de un
marco estatal determinado. Respecto del derecho extranjero vale mismo
principio, es decir, que el derecho extranjero no es más que la certeza
de la conducta futura de los funcionarios de ese país extranjero. Por
consiguiente, a diferencia de Dicey y Beale, trata en un plano de
igualdad tanto al derecho foral como al derecho extranjero.

Por otra parte, afirma que el derecho no es más que una creación
de los jueces, los cuales son los únicos llamados a efectuar esa
creación. Un derecho extranjero no será más que un producto emanado
en todo caso por el Juez de ese país extranjero.

Llevadas estas ideas al campo conflictual jusprivatista, es decir, a


los casos contentivos en sus supuestos de hechos de elementos
extranjeros, Cook sostiene que la labor del Juez será la de escoger
30

algunos de los sistemas jurídicos conectados al caso planteado y decidir


conforme a los criterios o a la conducta que seguiría el Juez de ese país
extranjero si tuviese ese mismo caso, pero desprovisto de los elementos
extranjeros, es decir, como si sólo tuviera relevancia para el derecho
interno. Una vez que el Juez del país sentenciador determina esa
conducta del Juez del país cuyo ordenamiento jurídico se escogió, el
Juez que conoce la causa aplica esa conducta como mandato de su ley
nacional. Es decir, que el Juez incorpora las fórmulas de solución
extranjeras a su ordenamiento jurídico, utilizándolas como si fuera
derecho patrio. No hay reconocimiento de derechos adquiridos; no se
considera al derecho extranjero como un hecho indubitable que debe
tomarse en cuenta; hay plena aplicación de la ley del foro previo
análisis de la conducta hipotética de un Juez extranjero. La ley nacional
reconoce esa conducta como la que debe seguir el Juez vernáculo, el
cual, actuando de esa manera, estará cumpliendo la voluntad de su
ordenamiento jurídico. Es decir, que la conducta del Juez no será la
aplicación de un derecho extranjero, sino la creación de un derecho
semejante al de ese país extranjero como sea posible.

De esto se desprende que el método sugerido por Cook sea


eminentemente empírico, rechazando cualquier intento de formulación
abstracta y general, limitándose a la sistematización de los casos
jurisprudenciales conocidos para luego extraer criterios de solución a
posteriori.

Los puntos débiles de la concepción de Cook, respaldada tiempo


más tarde por Lorenzen y demás juristas de la Universidad de Yale,
fueron objeto de duras críticas por parte de diversos estudiosos del
derecho. En primer lugar, se acusaba a la Local Law Theory de crear
problemas insolubles al pretender resolver otros. Concretamente, al
querer proveer de un fundamento real la aplicación de fórmulas de
solución extraídas de ordenamientos jurídicas extranjeros, no se
explicaba cómo hacía el Juez para escoger alguno de los ordenamientos
31

jurídicos conectados en el supuesto de hecho. Si estamos ante un


supuesto hecho vinculado a los sistemas jurídicos "A", "E", y "C"
sabemos que el Juez determinará la conducta que hubiera seguido el
Juez de alguno de esos ordenamientos jurídicos y en base a ella creará
un derecho lo más semejante posible al de ese ordenamiento jurídico
ante un caso idéntico. Pero, ¿En base a qué criterios o a qué
procedimientos escogía a uno de esos ordenamientos? ¿Por qué escogía
a “B” y no a algún otro, o viceversa? Estas preguntas quedaron sin
respuesta por parte de Cook y de los sostenedores de su teoría.

Por otro lado, fue difícil sostener en forma tan absoluta y


excluyente el que los jueces sean los únicos que puedan crear derecho.
Aún en el sistema de derecho no escrito imperante en Inglaterra y
consecuencialmente en los Estados Unidos de Norteamérica, es
evidente, y la práctica así lo determina, la existencia de otras fuentes de
creación jurídica ajenas a la jurisprudencia.

Finalmente, la ausencia de criterios definidos y la exageración en


la utilización del empirismo como método, provocaron una situación
caótica respecto de las decisiones judiciales, puesto que los magistrados
carecían de patrones, reglas o indicadores para resolver en forma útil
los casos concretos vinculados a diversos sistemas jurídicos
simultáneamente vigentes.

También podría gustarte