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Los depósitos sedimentarios se forman por la acción de los procesos geomorfológicos y climáticos,
debido principalmente al medio de transporte y a la meteorización. Los distintos medios de
sedimentación originan una serie de depósitos cuyas características están relacionadas con las
condiciones de formación de estos sedimentos. Así, la clasificación de los materiales, granulometría,
forma y tamaño, dependen del medio de transporte. Conociendo los factores geomorfológicos y
climáticos, es posible prever la disposición y geometría del depósito, propiedades físicas y otros
aspectos de interés.
1. Depósitos coluviales.
2. Depósitos aluviales.
3. Depósitos lacustres.
4. Depósitos litorales.
5. Depósitos glaciares.
6. Depósitos de climas áridos y desérticos.
7. Depósitos evaporíticos.
8. Depósitos de climas tropicales.
9. Depósitos de origen volcánico.
1. Depósitos coluviales
Son materiales transportados por gravedad, la acción del hielo – deshielo y, principalmente, por el
agua. Su origen es local, producto de la alteración in situ de las rocas y posterior transporte como
derrubios de ladera ó depósitos de solifluxión.
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Frecuentemente están asociados a masas inestables. Su composición depende de la roca de la que
proceden, estando formados por fragmentos angulares y heterométricos, generalmente de tamaño
grueso, englobados en una matriz limo arcillosa. Su espesor suele ser escaso, aunque puede ser muy
variable.
La resistencia de estos materiales es baja, sobre todo en la zona de contacto con el sustrato rocoso,
y cuando se desarrollan altas presiones intersticiales como consecuencia de lluvias intensas.
Depósito coluvial. Los fragmentos de roca angulares a subangulares de diversos tamaños caen sobre una
ladera por gravedad formando suelo, nótese que este depósito posee poco espesor. Valle del río Chillón.
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Depósito coluvial. Se puede observar la granulometría diversa y la forma angular de los elementos
englobados en una matriz limo arcillosa. Valle del río Fortaleza.
Depósito coluvial - aluvial, existe una transición entre estos dos tipos de depósitos, ya que por una parte se
presenta una matriz lodosa que transporta el sedimento por la acción del agua hacia el valle principal y por
otra parte los fragmentos de roca son angulares y mal clasificados dando a entender que el transporte que
dió lugar a este depósito es corto y de proveniencia local. Camino a Canta, Lima.
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Depósito coluvial - aluvial. Avenida Ramiro Prialé, Lima.
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Depósito coluvial por desprendimiento de rocas a través de una ladera.
2. Depósitos aluviales
Son materiales transportados y depositados por el agua. Su tamaño varía desde la arcilla hasta las
gravas gruesas, cantos y bloques. Las facies más gruesas presentan bordes redondeados. Se
distribuyen en forma estratiforme, con cierta clasificación, variando mucho su densidad. Están muy
desarrollados en los climas templados, ocupando cauces y valles fluviales, llanuras y abanicos
aluviales, terrazas y paleocauces.
Son suelos muy anisotrópicos en su distribución, sus propiedades están estrechamente relacionadas
con la granulometría. Su continuidad es irregular, pudiendo tener altos contenidos en materia
orgánica en determinados medios. La permeabilidad depende de la granulometría y generalmente
presentan un nivel freático alto. Los depósitos aluviales constituyen una fuente de recursos de
materiales de construcción, sobre todo como áridos.
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Columna tipo de un depósito aluvial.
Depósito aluvial. En la parte superior se observa que los fragmentos de roca redondeada a subredondeadas
tienen una matriz principalmente compuesta por lodo. Valle del río Pativilca.
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Depósito aluvial cubriendo una quebrada y parte del valle principal, se nota que los fragmentos de roca
subredondeada presentan formas alineadas (estratiformes) formando en la parte baja depósitos de caída
por erosión de las partes superiores. Santa Rosa de Quives, Lima.
Depósito aluvial rellenando una quebrada cuya dirección se dirige hacia el valle principal. Valle del río
Chillón.
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Depósito aluvial con fragmentos de roca mayores a 1 metro, cuya forma es angular a subredondeada
rellenando una quebrada. Nótese el color de la matriz (lodo) que engloba a los bloques de roca. Valle del río
Chillón.
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3. Depósitos lacustres:
En general son sedimentos de grano fino, predominando los limos y las arcillas. El contenido de
materia orgánica puede ser muy alto, sobre todo en zonas pantanosas. Frecuentemente presentan
estructuras laminadas en niveles muy finos. En condiciones de agua salada se forman precipitados
de sales.
Las principales propiedades están en relación a su alto contenido en materia orgánica, siendo en
general suelos muy blandos. También se pueden encontrar arcillas asociadas a estos suelos.
Depósitos lacustres de tamaño centimétrico en ambientes glaciares que se diferencian por su contenido
granulométrico y fosilífero.
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4. Depósitos litorales
Son materiales formados en la zona intermareal por la acción mixta de ambientes continentales y
marinos, influyendo en este caso las corrientes fluviales, el oleaje y las mareas. Predominan las
arenas finas y los limos, pudiendo contener abundante materia orgánica y carbonatos. Los
sedimentos más finos, los fangos y la materia orgánica son característicos de las zonas de delta y
estuario. En general, la consistencia de materiales es blanda a muy blanda y muy anisotrópica.
Pueden presentar encostramientos, pero la característica principal es su alta compresibilidad.
Otro tipo de depósitos característicos de las zonas litorales son las dunas, con carácter
inestable debido a su movilidad.
Depósitos fluviales (parte inferior, color gris claro) y depósitos aluviales (parte superior, color beige). Cerca
de la desembocadura del río Pativilca, norte de Lima.
5. Depósitos glaciares
Son depósitos transportados y depositados por el hielo o por el agua de deshielo. Están formados
por tillitas y morrenas. Su composición es muy heterométrica y la distribución es altamente errática.
Los depósitos fluvio-glaciares contienen fracciones desde gravas gruesas a arcillas; están algo
clasificadas y su granulometría decrece con la distancia frente al glaciar. Sin embargo, los de
origen lacustre-glaciar presentan fracciones más finas, predominando las arcillas y las estructuras
laminadas, típicas de las arcillas varvadas.
Ejemplo:
Al fondo, depósitos glaciares en la base del valle glaciar en forma de "U". Goyllarisquizga, Cerro de Pasco.
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6. Depósitos de climas áridos y desérticos:
Los ambientes áridos tienen una serie de implicaciones medioambientales, como la desecación
profunda, la acumulación de sales y la alta movilidad de los sedimentos con el viento, los cuales
condicionan las propiedades de estos suelos, entre las que destacan:
- Muy bajo contenido de humedad, dando lugar a suelos no saturados, con succiones relativamente
altas.
- Bajo contenido en materia orgánica, por lo que los suelos áridos resultan pobres para fines
agrícolas.
- Desarrollo de una costra rica en sales; la pérdida de humedad por evaporación en la superficie
produce cementaciones por precipitación de sales.
- Muchos suelos áridos tienen un origen eólico, resultando un suelo mal graduado, con una
estructura muy suelta.
7. Depósitos evaporíticos
Estos depósitos están formados por la precipitación química de sales, cloruros o sulfatos, típicos de
medios árido o desérticos, lacustres, lagunares y litorales. Las características comunes a estos
depósitos son las siguientes:
- Producen reacciones químicas con los hormigones, que pueden ocasionar su deterioro y
destrucción.
Las condiciones climáticas en regiones tropicales con alta humedad y altas temperaturas determinan
una intensa meteorización química, originando suelos residuales muy desarrollados. Su composición
mineralógica, su fábrica y las condiciones geoquímicas del medio controlan el comportamiento
geotécnico de estos suelos. Cuando se precipitan altos contenidos de hierro y aluminio se
forman lateritas. Si las condiciones de drenaje son deficientes pueden formarse los
denominados suelos negros, ricos en esmectitas. Si el drenaje es alto se forman las arcillas rojas,
ricas en haloysitas.
En los suelos tropicales son frecuentes los encostramientos, con mejores propiedades geotécnicas en
superficie que en profundidad. Tienden a formar agregaciones de partículas de arcilla de tamaño
de limo y arena, dando resultados en los análisis granulométricos y de plasticidad que no
corresponden a su naturaleza arcillosa; son altamente sensibles a la desecación. Los tipos de suelos
más representativos son los siguientes:
- En zonas bajas y llanuras: formación de suelos negros. Predominio de las esmectitas. Problemas
de Expansividad y mal drenaje.
- Suelos encostrados: Presentan un buen comportamiento geotécnico. En función del tipo de mineral
predominante se forman lateritas (Al), ferricritas (Fe), silcritas (Si), o calcritas (Ca).
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9. Depósitos de origen volcánico:
Los suelos volcánicos pueden ser residuales por alteración de los materiales infrayacentes,
resultando depósitos limo-arenosos y arcillas, y transportados como productos de las emisiones
volcánicas dando acumulaciones de piroclastos, de tipo lacustre o aluvial cuando son transportados
por el agua.
Los minerales procedentes de las rocas volcánicas son altamente inestables frente a la
meteorización, transformándose rápidamente en productos de alteración y arcillas, abundando las
haloysitas, las alófanas (estructura amorfa) y las esmectitas. El predominio de alguno de estos
minerales depende de las condiciones de drenaje y geoquímica del medio. Las arcillas volcánicas
tienen a formar fábricas oolíticas y agregaciones de arcilla, dando granulometrías y
plasticidades correspondientes a suelos de mayor tamaño. Los suelos esmectíticos son expansivos,
con altas plasticidades. Los suelos residuales pueden ser muy susceptibles, comportándose de forma
muy inestable frente a rápidos aumentos de la presión intersticial, o cargas cíclicas por terremotos,
en cuyo caso se pueden producir deslizamientos y flujos de tierras.
Otro grupo importante de suelos volcánicos lo forman los depósitos de piroclastos. Están formados
por partículas de tamaños variables, desde cenizas (menos de 2 mm) hasta lapilli (2 mm – 64 mm), o
fragmentos de mayor tamaño. Se acumulan, en capas estratiformes, según sea la dirección del
viento, o dirección de la nube ceniza o colada de piroclastos. Forman estructuras esponjosas de muy
baja densidad y alta porosidad. Cuando las cenizas se consolidan o cementan se forman tobas
blandas, muy alterables y colapsables frente a cargas relativamente bajas.
Si durante la depositación y enfriamiento se desarrollan fuertes uniones entre las partículas de estos
depósitos por soldamiento o compactación de los productos vítreos, su resistencia aumenta. Cuando
una colada de lava, aún incandescente, cubre a uno de estos depósitos piroclásticos, o bien a suelos
residuales, se produce la rubefacción de su superficie, originando un suelo rojo compacto
denominado almagre. En las regiones volcánicas se puede formar depósitos lacustres, en cuya
composición abundan las esmectitas, la materia orgánica y los restos biogénicos.
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Depósito volcánico - sedimentario. Playa Vegueta.
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