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21 CLAVES

PARA ESCAPAR DE

LA RUTINA

- Diego Blanco -

www.egolandseduccion.com

www.psicologiaheterosocial.com
Créditos:

Título Original: “21 Claves para Escapar de la Rutina”

© 2014 Editorial Psicología Heterosocial

Tejedor Liberi S.L. C/ Jesús nº 60-46007 Valencia

http: info@psicologiaheterosocial.com

Primera edición: Septiembre 2014

ISBN: 978-84-940194-4-9

Escritor: Diego Blanco Casais

Diseño de Cubierta: Tejedorpublicitario.com

Maquetación: Jorge López Fresco

Este libro no podrá ser reproducido, ni total ni parcialmente, sin el previo permiso por escrito del
editor.

Todos los derechos reservados.


Para Mar, por iluminar mi camino con cada mirada.
ÍNDICE GENERAL

LAS REGLAS DEL JUEGO

INTRODUCCIÓN

CLAVES

1- Aprende a decir que sí

2- Haz todos los días algo que te suponga un reto

3- Vive tu propia vida

4- Abraza la incertidumbre

5- La curiosidad no mató al gato

6- Improvisa

7- Conoce gente nueva

8- Habla con esa persona que tanto te gusta

9- Pide consejo a un niño

10- Prueba algo que crees que no te gustará

11- Cultiva nuevas aficiones

12- Conoce otra religión/país/ideología

13- ¿Por qué no?

14- Permítete hacer locuras

15- Ponte en ridículo

16- Cuélate en un evento

17- Trabaja “al revés”

18- Haz deportes de riesgo

19- Múdate a otra ciudad

20- El Día sin Rutina


21- Crea tu Propia Clave

EPÍLOGO

AGRADECIMIENTOS
LAS REGLAS DEL JUEGO: ¿CÓMO LEER ESTE EBOOK?

¿Esto es un libro normal?

No, es un libro interactivo y práctico. Por nuestra experiencia en formación creativa de


habilidades sociales, diseñamos este formato como un atajo divertido y refrescante. Incluso
podríamos decir que se parece más a un videojuego que a un libro normal. Te proponemos 21 claves
para desarrollar esta habilidad. Cada clave interiorizada de las 21 seleccionadas significará para ti
un gran paso. Tómate este Ebook como un camino lleno de pruebas, retos y sorpresas. Casi sin darte
cuenta, y cumpliendo las normas estarás ganando muchos músculos en un gimnasio de la
personalidad.

¿Me puedo leer el libro en un día?

Sí, pero no te lo aconsejamos. ¿Te puedes leer un manual de chino en un día? Sí, pero no te lo
aconsejamos. Ya que cada una de las claves necesita un trabajo, un tiempo para interiorizar,
reflexionar y poner en práctica. Lo ideal es que hojees el libro (léelo todo por encima), pero que a la
hora de trabajar, le dediques a cada clave el esfuerzo y el tiempo necesarios para superarla con éxito
y que forme parte de ti.

¿Por qué cada clave tiene un color/dificultad?

Porque no todas las claves son iguales, ni todas las personas son iguales, es puramente
orientativo. Puede ser que lo que hemos clasificado como difícil, para ti sea sencillo, o al contrario.
Nosotros hemos querido establecer un criterio de dificultad para que entiendas que tanto la
enseñanza como el aprendizaje es gradual, así como los resultados (cada vez irás notando que esta
habilidad forma más parte de ti)

¿Tengo que hacer todos los ejercicios?

Sí. Unos requerirán segundos y otros días, pero si lo hemos escogido es porque estamos
convencidos de que su realización te ayudará a interiorizar la habilidad que te propone. Verás que
algunos de los ejercicios necesitan que quedes con amigos, otros que veas películas, reflexiones,
escribas textos e incluso que juegues a juegos. Si te exiges todo este trabajo, nosotros podremos
garantizarte significativas mejoras que formarán parte de tu identidad.

¿Cuál es la clave 21?

Aún no está escrita. En todos los libros de la colección 21 claves, falta siempre la clave 21.
Nuestra forma de enseñar se basa en potenciar la capacidad de crear estrategias, recursos y
herramientas propias, es decir, que aprendas no solo lo que te podamos enseñar sino que generes
conocimientos a tu medida y a tu manera. Nos encantaría que cuando tengas escrita tu clave 21 o 22 o
23 nos las enviaras por correo o vídeo o paloma mensajera, para poder aprender nosotros también de
ti.

¿Tengo que comprarme toda la colección?


Sí, siempre. Habrá títulos con los que te sientas más identificado o que creas que te puedan venir
mejor, pero en verdad todas las habilidades están relacionadas entre sí. Quizá ser ingenioso te
permita relajarte en una primera cita, o ser más asertivo te permita mantener tu felicidad (y así hasta
el infinito podríamos estar). En definitiva, necesitamos de todas estas habilidades para cultivar los
360 grados de nuestra vida.

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INTRODUCCIÓN

Querido/a amigo/a, te aplaudo. Si has comprado este Ebook es porque has decidido que ya es
hora de decir adiós a la rutina en tu vida y empezar a vivirla de verdad (y si no lo has comprado
debe ser un despiste causa del estrés, así que corre a pagarlo antes de que se te olvide
completamente…). Bienvenido/a a una nueva forma de pensar, una filosofía de vida diferente a la de
la mayoría de los mortales. Para resumírtelo, nada mejor que citar a Harrison Ford al final de la
película “6 Días, 7 Noches”:“Mi vida es demasiado simple. Quiero complicármela todo lo que
pueda”

¡Di que sí!, porque la vida hay que tomársela como una montaña rusa, con sus subidas, sus
bajadas, sus loopings y sus tirabuzones; pues de no ser así… ¿De qué sirve vivir, si no puedes
sentirte vivo? ¿De qué sirve una vida completamente plana y anodina? Son los pequeños detalles los
que le dan ese puntito de sal a la existencia, y me alegro de que hayas decidido lanzarte al vacío para
empezar a disfrutarlos.

A medida que vayas leyendo, verás que soy muy fan de poner ejemplos con refranes o dichos
populares, ya que siempre me resultan inspiradores; además, dado que soy muy cinéfilo, encontrarás
alguna que otra referencia a películas que pueden ayudarte a ver las cosas desde una perspectiva muy
interesante. También es posible que tengas la sensación de que soy una de esas escasas personas que,
aunque en alguna ocasión dan caña, no se toma la vida en serio porque sabe que no saldrá viva de
ella. Nada más lejos de la realidad… Parafraseando (más o menos) a Woody Allen, yo no me tomo
la vida en serio porque tengo la firme convicción de que viviré eternamente, y hasta ahora lo estoy
consiguiendo...

Bromas aparte, ¿cómo puede uno tener una actitud así de positiva ante la vida? Bueno, considero
que en la vida, cuando queremos avanzar, todas nuestras opciones se reducen a dos:

Léete algún libro tipo “El Secreto” y visualízate a ti mismo con un millón de euros, a ver si así
por un casual, de repente lo obtienes de la nada… y mientras tanto quédate sentadito/a en tu
sofá, que se está muy a gusto sin mover un dedo.

Levántate y empieza a caminar y a explorar el mundo que te rodea tú solito/a, empápate de


experiencias, lee, ríe, juega, ama, descubre, aprende, viaja, VIVE…

Yo opto por lo segundo. Es más complicado y menos cómodo, pero infinitamente más
satisfactorio; y es por ello que he escrito este libro a modo de ejemplo ilustrativo de la inmensa
cantidad de opciones que tienes a tu disposición para que empieces a ver tu vida como una enorme
fuente de potencial mandanga. De modo que, si al final de estas páginas he conseguido al menos
contagiarte una pizca de ese espíritu, con el cual no he nacido y he tenido que ir desarrollando como
el que más, me daré por satisfecho.

Y si alguna vez sientes que pierdes el rumbo, nunca olvides que “Un mar tranquilo, no hace un
buen marinero”.
Para cualquier duda o consulta que tengáis:

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Facebook Personal: Diego Blanco

Para leer algunos de mis artículos: Artículos Diego

Para apuntarse a talleres: Talleres EgolandSeduccion

Para comprar nuestros libros: Tienda EgolandSeduccion

Diego Blanco

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1- APRENDE A DECIR QUE SÍ. Naranja

“Muere lentamente quien se transforma en esclavo del hábito" (Martha Madeiros)

Un día te despiertas, bostezas, te desperezas y descubres que te has aburrido del aburrimiento…
valga la redundante redundancia. Asumes que ya es hora de hacer cosas divertidas y vivir nuevas y
refrescantes experiencias. Te ha costado lanzarte pero… tras ver por quinta vez la motivadora
película “Di que sí”, y contemplar una vez más cómo Jim Carrey se lo pasa en grande tan solo con
proponérselo y dejarse llevar, decides hacer lo mismo. Así pues, siguiendo también los consejos de
Yago Bader en sus artículos de la web de Egoland, aceptarás cualquier oferta que te propongan, por
descabellada que se te antoje a priori.

Puede que parezca una clave difícil para empezar, pero créeme que no es así y además viene
genial para soltarse. Te animo a que juegues al juego más divertido que existe: “El día del Sí”. Es tan
simple como seguir el ejemplo del protagonista de la mencionada película durante un día entero: di
que sí a toda propuesta que recibas, con solo dos condiciones:

No puede ser negativo para ti.

No puede implicar un gasto de dinero (o muy poco).

Puedes jugar solo, o con amigos y retaros entre vosotros. Pero comprometeos a cumplir lo que os
propongáis entre vosotros (y lo que os propongan terceras personas aunque no sepan a lo que estáis
jugando) y viviréis una experiencia espectacularmente divertida. Ya que, si abres tu mente a nuevas
opciones, entras en un mundo lleno de posibles aventuras por vivir. Y… ¿qué puede haber más
enriquecedor a nivel personal que eso? En vez de temer, aprende a saborear ese subidón de
adrenalina al explorar lo desconocido. Eso otorga una impagable sensación de libertad y la certeza
de sentirte vivo/a, por no hablar de la inconmensurable paz interior que te embargará tras haber
llevado a cabo aquello que tanto respeto te imponía en un principio. Sin olvidar mencionar que así
tendrás nuevas fuentes de inolvidables anécdotas para contar a tus nietos. Te encontrarás con toda
clase de historias, desde una simple carrera a la pata coja por las calles de la zona antigua de la
ciudad hasta atreverse a entrar a un establecimiento con la chaqueta puesta del revés (verídico).

Ejemplo:

Es viernes por la tarde y todo apunta a que te vas a quedar en casa viendo series… otra vez. Tu
amigo Jose (todos tenemos uno llamado así, ¿verdad…?) te sugiere hacer una escapada el fin de
semana a Jaén. Tú replicas: “¡Qué despropósito, Jose! pero si vivimos en Madrid ¿Qué se nos habrá
perdido a nosotros en Jaén?” A lo que Jose te responde lleno de convicción: “Nunca se sabe, podrías
conocer al amor de tu vida, encontrar un trabajo mejor, descubrir una nueva afición o simplemente…
¡pasártelo en grande!, ¿qué puedes perder?”

Ejercicios:

Haz una escapada este mismo fin de semana a no menos de 50 Kilómetros y sin planificarlo
previamente.
Participa en una jornada de cocina vietnamita.

Se voluntario en un albergue durante un día.

Participa en un concurso de Beat Box.

Ve en patines al trabajo.

Practica el “fotografooting”.

Ve a un restaurante asiático y pon salsa Wassabi en tu comida.

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2- HAZ TODOS LOS DÍAS ALGO QUE TE SUPONGA UN RETO. Rojo

“Deja de ver limitaciones y empieza a ver posibilidades” (Ferry Josephson)

La mayoría de la gente encuentra cierta comodidad y una mediocre complacencia en esa falsa
sensación de “seguridad” que les proporciona lo conocido, por ello nunca arriesgan y poco a poco se
van consumiendo sin darse cuenta mientras ven “Sálvame”, pagan su hipoteca, el recibo del gas… y
se creen libres.

Por ello, hacer cada día algo que te suponga un reto, te ayudará a desarrollar el hábito de la
iniciativa, la voluntad, la valentía, la resolución… o simplemente a aprender a atarte los cordones tú
solito… y te proporcionará una gran satisfacción personal y su consiguiente sensación de bienestar
contigo mismo/a. Cuando te enfrentas a tus “miedos”, cuando te fijas metas y luchas por ellas aunque
te asusten (es que atarse los cordones uno mismo puede ser terroríficamente frustrante), te alejas de
la monotonía y te vuelves casi invencible. Bueno, tampoco exageremos…

En la saga literaria “Canción de Hielo y Fuego” hay un diálogo entre el personaje de Eddard
Stark y su hijo Brandon que ilustra esto perfectamente:

“¿Un hombre puede ser valiente cuando tiene miedo?” (Brandon Stark).

“Es el único momento en que puede ser valiente, Bran” (Eddard Stark).

De modo que ¿Por qué no te planteas el sacarte esa espinita que llevas clavada desde hace tanto
tiempo? ¿Por qué no enfrentarte a ese reto que siempre te ha intimidado pero que siempre quisiste
superar? O, si no tienes ninguno, empieza a planteártelos ya mismo.

Ejemplo:

En tu infancia, cuando intentabas aprender a montar en bicicleta, al principio utilizabas dos


ruedecillas de apoyo en los laterales de esta. Te asustaba la posibilidad de caerte y hacerte daño
hasta que un día asumiste que, o te atrevías de una buena vez a pedalear tú solo/a o te estancabas y
nunca aprenderías… y tendrías que ir a todas partes en triciclo.

Y bien, ¿qué crees que fue lo que hiciste? Pues que aceptaste tu miedo, comulgaste con él. Temías
la posibilidad de caerte, sí, pero sopesaste que esa era una posibilidad asumible, a cambio de poder
superar tus límites y así poder vivir momentos infinitamente más divertidos y emocionantes con tus
amigos, cada uno a bordo de su bicicleta. Algunos incluso de tres en tres en una sola bici, ahí,
viviendo al límite…

Ejercicios:

Sin pensar en ello como si fuera una terapia de choque…

Si temes el agua: Aprende a nadar. Ten por seguro que tragarás agua pero, incluso los más
expertos nadadores lo hacen de vez en cuando.
Si te da reparo hablar en público: Ve a clases de oratoria… y cuando te toque hablar, imagínate
al público desnudo. Suele funcionar.

Si crees que eres de cadera renqueante: Toma clases de baile, te aseguro que es un vicio.

Si te impone respeto coger el coche: Ve a clases de conducción extrema. Suena imponente, pero
adquieres un gran dominio del automóvil y ¿Quién sabe? Igual te pica el gusanillo y te acabas
haciendo piloto.

Si recelas de los perros: Hazte con un Bulldog francés. Son juguetones, cariñosos y
divertidísimos. Te gustará tanto que algún día acabarás comprándote un Gran Danés.

Si te intimida hablar con desconocidos: Participa en un taller de habilidades sociales.

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3- VIVE TU PROPIA VIDA. Rojo

“Muere lentamente quien no arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño” (Martha Madeiros)

Qué fácil es criticar a otros ¿verdad? Los ricos porque son unos ladrones; los desempleados
porque son, quizá, unos vagos. Mientras tanto, pasas los días dando consejos a terceros (y ellos a ti)
sobre lo que deberían hacer con sus vidas, cuando ni siquiera tienes los bemoles para tomar las
riendas de la tuya propia por miedo a ser juzgado. Ya que es más fácil encajar entre el vulgo, como
dócil ovejita, que ser un león y defender lo que por derecho te corresponde. Y es que aconsejar a
otros es muy fácil cuando se ven las cosas desde fuera, pero pocos son conscientes de que los
consejos son para quien los da y no para quien los recibe. Así, la mayoría de la gente acaba
intentando “adoctrinar” a los demás sin darse cuenta, quizá para que vivan la vida que ellos no
pueden o no se atreven; pero lo único que consiguen (si acaso consiguen algo) es precisamente
convertirlos en una mera copia de sí mismos, frustrándolos e incluso llenándolos de resentimiento
para acabar mal aconsejando a más incautos, perpetuando este ciclo en la sociedad.

No seré yo quien diga que no debe importarte la opinión de los demás. Porque, si bien eso es
cierto en teoría, en la práctica todos somos humanos y siempre nos importará el “qué dirán” en mayor
o menor medida.

Perdona que sea tan cañero (prometo que este es el capítulo más cañero de todos) pero… déjame
decirte que pierdes un valioso tiempo al estar pendiente de lo que los demás esperan de ti,
descuidando el hecho de que tienes vida propia aunque le cueste creerlo a muchos. Tienes derecho a
tener hobbies y proyectos propios sin incluir a otras personas. Tienes derecho a ser del Atlético en
lugar del Real Madrid (no eres perfecto vaya). Tienes derecho a hacer uso de ese puñado de
neuronas en tu cabecita y pensar por ti mismo. Tienes derecho a vivir TU vida. De modo que haz lo
que a ti te haga feliz, y si alguien se ofende, recuerda que “la ofensa está en el ojo del que mira”.

Ejemplo:

Tu padre, que es muy friolero, quería que fueras vulcanólogo. Tu madre, muy hippie ella, quería
que fueras adiestrador de ornitorrincos. A tu hermano le hacía ilusión que fueras político (para no
sentirse él culpable por ser el único payaso de circo en la familia). Pero lo que a ti te hacía ilusión
era ser vigilante de osos polares en el zoo. Sin embargo, para tenerlos a todos contentos, estudiaste
astrofísica y después biología. Por eso ahora eres camarero. Y digo yo… ¿No habría sido más fácil
hacer lo que te hubiera dado a ti la gana en lugar de intentar vivir la vida que otros quisieron que
vivieras?

Ejercicio:

Sé fiel a ti mismo. Es tan simple como:

Cambiar de empleo si no estás a gusto con el tuyo (siempre que puedas permitírtelo, claro).
Incluso probar uno que no tenga nada que ver con lo que has estudiado.

Comprar ese coche/moto/perro/capricho que siempre deseaste.


Escaparte con quien amas, aun disgustando a un allegado. Es tu vida.

Ejercer tu derecho a defender asertivamente tus opiniones.

Aprender a cocinar, viajar, bailar, dibujar, cantar, diseñar, fotografiar o aquello que siempre
anhelaste en secreto (o no tan en secreto, pero temías hacer por miedo a avergonzar o disgustar
a otros)…

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4- ABRAZA LA INCERTIDUMBRE. Naranja

“En la incertidumbre hallamos la libertad de crear aquello que deseamos” (Deepak Chopra)

A la mayoría de la gente le incomoda la idea de “no saber qué pasará”. Tenemos tal obsesión por
el control que queremos conocer de antemano el final, las consecuencias de lo que hacemos. Y así la
vida pierde sustancia, le falta “chicha”… y no disfrutamos con nada.

Existe un cliché consumista que nos empuja a pensar que para ser feliz necesitamos una hipoteca,
tenemos que hacernos ricos mediante una nómina (la cual, por definición, nunca nos hará ricos, mira
tú que cosas…), una relación estable (y monógama, pajarito/a…) y una vida sin chispa ni muchos
sobresaltos. De lo contrario eres un friki inadaptado… y eso en el mejor de los casos.

Te invito a que abraces la incertidumbre y hagas cosas sin esperar a tener la seguridad de obtener
un resultado específico. Si siempre esperas a saber lo que te va a deparar el futuro antes de
avanzar… no avanzarás, te estarás negando la posibilidad de hallar nuevas rutas en tu vida que te
lleven a un mejor puerto. Es cierto que si no arriesgas nada, tampoco pierdes nada pero… por si
todavía no te has dado cuenta, tampoco ganas nada. La vida es incierta, sí ¿y por qué iba a ser de otro
modo? ¿Qué gracia hay en saber de antemano lo que pasará y perderte la sorpresa? No te cierres
puertas por no saber a dónde conducen. Si sientes inquietud, aprende a verla como un incentivo y no
como una traba o un hándicap. Y ante todo recuerda que “Si haces lo que siempre has hecho, nunca
llegarás más lejos de a dónde has llegado”.

La búsqueda de certidumbre es una pretenciosa ilusión que priva de la posibilidad de vivir


libremente. Así que abre los brazos y cierra los ojos. Permítete ser sorprendido. Libérate de
expectativas. En el fondo la vida es más fácil que todo eso.

Ejemplo:

Elena cuenta que, harta de relaciones amorosas con final nefasto, decidió darse un descanso y
dejar de buscar una temporada para hacer una escapada por Europa ella sola. Al pasar el autobús
turístico en el que iba por una calle de un pintoresco pueblo de Francia que le resultó muy acogedor,
decidió apearse y dar un paseo para conocer el lugar. Vio venir de lejos a un hombre al que decidió
preguntarle por un lugar para comer… Llevan doce años juntos y ella dice sentirse en una de las
etapas más felices de su vida.

Ejercicios:

Empieza por cosas pequeñas del día a día. Planea solo lo básico, la estructura, el envoltorio. El
contenido déjalo a la imaginación…

Si vas de vacaciones: planifica solo el viaje y el alojamiento. Improvisa el resto de cosas como
museos a visitar, lugares donde comer… y permítete el lujo de “perderte” por las calles de las
ciudades que visites.

En una cita: planea lugar y hora de la cena. El resto de la noche, solo disfruta. No planees la
comida ni tan siquiera la bebida. Incluso plantéate por una vez no llevar preparada una batería
de temas de conversación por si te quedas en blanco. Siempre puede venir bien, claro, pero es
aún mejor ser natural y espontáneo.

Al hacer la comida: hazte con todo tipo de ingredientes y condimentos. Combínalos de maneras
que nunca hayas probado. ¿Te has planteado alguna vez hacer carne a la canela…? Tú verás, yo
sólo te lo dejo caer…

En un mapa de tu comunidad, elige un lugar con los ojos cerrados y visítalo el fin de semana. Y
si caes en un desierto, vas igual. No hagas trampas, no vale repetir el intento ni cambiar el dedo
de sitio hasta el lugar “civilizado” más cercano.

Sal de marcha tú solo, y prueba a hablar con desconocidos porque sí. No muerden. Bueno, no
todos…

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5- LA CURIOSIDAD NO MATÓ AL GATO. Verde

“La vida que no es examinada, no tiene valor vivirla” (Platón)

La curiosidad es la búsqueda de la novedad, por definición es lo opuesto al aburrimiento, la


rutina y la apatía. Cuanto mayor es tu disposición a buscar nuevas experiencias, más creces
interiormente: Todo es cuestión de actitud.

Digamos que es una “sed de conocimiento” innata en toda persona (tú incluido/a), que genera
cierta necesidad de exploración que te insta a buscar cierta interacción con el ambiente que te rodea.
Lo cual te confiere una ventaja evolutiva a nivel de supervivencia, sobre todo si eres joven. Pero no
nos pongamos filosóficos, que el instituto a algunos nos queda ya muy atrás…

El caso es que la curiosidad promueve estados de ánimo positivos como la excitación (sí,
también la clase de excitación que estás pensando, pájaro/a…), mejora la toma de decisiones, la
voluntad de alcanzar metas auto impuestas, el autoconcepto y la autoestima. A medida que la vas
desarrollando, eventualmente serás capaz de convertir una tarea a priori aburrida en algo ameno,
porque atraerán tu atención detalles que a otros se les escapan, mejorando así tu capacidad de
observación. Pero ten en cuenta los siguientes puntos

La ansiedad y el miedo inhiben la curiosidad. Por tanto, procura relajarte y ser más resolutivo.

Tu curiosidad aumentará si eres consciente de que eres libre de actuar según tu voluntad y no
según como los demás esperan que actúes. La culpa, el miedo o la simple idea de la amenaza de
castigo, la disminuyen.

La curiosidad es mayor ante contradicciones con tu sistema de creencias. Si ves un delfín


caminando, sentirás una gran curiosidad, pero también ansiedad por el conflicto que esto
provoca con tus ideas preconcebidas sobre los delfines, de modo que debes ser capaz de tolerar
la inquietud ante lo extravagante. Y no te olvides de llamarme si ves algo así, yo no quiero
perdérmelo.

El dogmatismo y el narcisismo (o el exceso de confianza) inhiben la curiosidad. Si crees que lo


sabes todo, no sentirás interés por nada. Así que empieza por abrir tu mente a nuevos puntos de
vista y, sobre todo, sé humilde.

La sensación de ser competente en algo, fomenta la curiosidad. A medida que vas dominando un
arte marcial, deseas mejorar y superar tus límites.

Ejemplo:

¿Recuerdas aquella vez, cuando eras niño/a, que fuiste con tu madre a una tienda de ropa y viste
un maniquí “descalzo”? ¿No lo recuerdas? Pues yo sí que lo recuerdo (aunque no estuviera allí) y te
informo de que sentiste una gran curiosidad y lo que hiciste a continuación fue buscar unos zapatos en
la tienda ¡¡para ponérselos al maniquí!!
Ejercicios:

Para desarrollar tu curiosidad, sencillamente:

Investiga: Explora el mundo y quienes lo habitan. Aprende. Empápate de conocimiento acerca


de todo lo que te rodea.

Cuestiónalo todo: Piensa por ti mismo/a y saca tus propias conclusiones. Contrasta información
de diversas fuentes y ya decidirás luego que “verdad” prefieres creerte.

Se imparcial: Ten la mente abierta hacia lo nuevo y busca oportunidades. Especialmente donde
a priori no se ve ninguna, suele ser donde más abundan.

Cambia pequeños detalles: Empieza variando tu ruta al trabajo, bobadas como la mano con que
te cepillas los dientes o tu horario de comidas.

Y en definitiva… Ten entusiasmo: Pon pasión en todo lo que hagas y así mantendrás el interés.

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6- IMPROVISA. Verde

“El viaje más apasionante es aquel que se emprende sin saber a dónde ir” (Goethe)

Estamos tan acostumbrados a programar cada hora de nuestros días y llenar cada hueco vacío,
que el calendario y la agenda se han adueñado de nuestro tiempo (libre o no), hasta el punto de que
incluso los sábados vamos a trompicones y hasta nos atragantamos con la comida.

La mayoría de las personas viven encadenadas a rígidas directrices, muchas veces autoimpuestas
sin ningún sentido ni criterio, aceptando ciegamente y por inercia normas absurdas. Pagan un alto
precio por restringirse a una vida esquematizada, acaban sintiendo miedo a lo desconocido (además
de la complacencia mencionada capítulos atrás) y así es imposible crecer.

Llevar a cabo algo sin haberlo preparado con anterioridad, sin tener un guion o un esquema, evita
el tedio y el estrés; y además mejora tu capacidad para ser más espontáneo, para reaccionar ante
cualquier eventualidad. Lo cual, además, te lleva a ser más mandanguero/a…

Para ello se requiere cierta imaginación, y es tan fácil como dejar volar tu mente, relajarse y
despreocuparse por lo que pueda pasar durante un rato.

En más de una ocasión uno va al cine con su pareja y se encuentra indeciso sobre qué película
ver. Van pasando los minutos y la hora del pase se acerca inexorablemente, mientras permaneces
impasible cual vegetal en plena fotosíntesis ante los carteles intentando solucionar el dilema, cuando
de pronto surge la idea: sacas una moneda y te lo juegas a cara o cruz. Acabas viendo “Di que sí” y
te lo pasas en grande. Es una forma de improvisación muy simple pero efectiva también equiparable
a elegir un libro al azar en una librería o llenar una bolsa con frutas “a boleo” en la frutería del
supermercado (procurando que sean todas la misma fruta, sino no cuela…).

Ejemplo:

Llegas a casa a las mil tras una noche de mandanga y cuelgas “silenciosamente” la chaqueta en el
perchero. De puntillas te diriges a tu habitación pero escuchas como la perdición (tu madre) baja las
escaleras. Sabes que estás sentenciado y no tienes escapatoria así que velozmente trazas un amago de
“plan”: Te pones la chaqueta (sin sacarla del perchero) y esperas todo lo disimuladamente que
puedes mientras finges ser… ropa colgada. Ella llega hasta ti y con indignación, brazos cruzados y el
entrecejo fruncido, dice: “Muy bonito, hijo. Muy bonito”. A lo que tú respondes con cara de
incredulidad y mucho dramatismo: “¿Cómo demonios me has visto, con lo bien camuflado que
estaba?”. A ella le hace tanta gracia tu respuesta que se parte el culo de risa y hasta te perdona la
reprimenda que te esperaba. Uf, por los pelos. Eso, amigo mío, es improvisación. Y bien ves que
tiene resultados bastante positivos e inesperados.

Ejercicios:

Para aprender a improvisar y divertirte con lo incierto…

Apúntate a clases de teatro: Y de paso adquieres un nuevo hobby. Igual hasta llegas a
Hollywood y, en tal caso, quiero que me nombres en tu discurso de agradecimiento cuando
ganes el Oscar.

Sé impulsivo y date un capricho (y no te sientas culpable por ello).

Elige un día aleatoriamente y cancela todos tus planes: despeja tu agenda y déjate llevar.

Por inconcebible que parezca hoy en día, apaga el ordenador y el teléfono: surgirán ideas de
forma natural

Cambia tu acento al hablar o tu forma de caminar.

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7- CONOCE GENTE NUEVA. Verde
"Para conocer a una persona, no le preguntes lo que piensa sino lo que ama" (San Agustín)

Hacer nuevas amistades siempre es una experiencia estimulante, y además puedes hacerlas en los
lugares más inesperados. ¿Quién te iba a decir a ti que conocerías a alguien tan peculiar como aquel
chico en la parada del autobús, y que además comparte tu afición por coleccionar tapas de yogures
alemanes? ¿O aquella chica tan encantadora que conociste en una convención de numismática por
error, creyendo que ibas a un foro de alpinistas?

La vida está llena de oportunidades para conocer gente interesante y solo tienes que
aprovecharlas. Si esperas a que surjan de formas tan rocambolescas como en las películas “Made in
Yankilandia” lo llevas claro. En el día a día todo es mucho más fácil y menos retorcido. Quizá no te
has planteado que esa linda dependienta de la tienda 24 horas de la esquina de tu calle se siente
atraída por ti. O ese chico tan majo que te vende el periódico puede ser un gran compañero para tus
timbas de póker de los miércoles. Lo único que tienes que hacer para descubrirlo es…:
HABLAR.¡¡¡Virgen Santa, Diego!!! ¿¿¿Hablar???¡¡¡Eso es terrible!!!

A ver, piltrafilla, si estás un poco oxidado/a y tienes dificultades para conocer gente, te
recomiendo que eches un vistazo a los artículos de Jorge Fresco en Egoland, en especial aquellos en
los que habla sobre “El Juego de las Preguntas”. Por otro lado también puedes encontrar más
ejemplos muy originales en el blog personal de Pau Navarro en su artículo “15 preguntas para
conocer a alguien”.

Ejemplo:

Recuerda cuando conociste a tu mejor amigo/a. ¿Dónde estabais? ¿Qué hacíais? Seguramente no
fue una situación especialmente extravagante, sino más bien algo normal y natural. ¿Y qué pasó para
que os hicierais amigos? Quizá el hecho de que ibais a veros a menudo si o si (ya sea por temas de
trabajo, estudios o mandanga), o quizá simplemente, que estabais relajados y os comportasteis de
forma distendida y por eso conectasteis en seguida y os caísteis genial.

Ejercicios:

Para empezar a soltarte, te sugiero hacer algo como lo siguiente…

Únete a un club local de aficionados a algún deporte.

Apúntate a una asociación de algún hobby que tengas, buscando en Internet o en periódicos,
agrupaciones de gente que comparta dichos intereses. También suele haber anuncios en los
tablones de las universidades.

Reconstruye lazos con tus viejos amigos del colegio o instituto, ya sea asistiendo a la típica
reunión de tu promoción, buscando en redes sociales o regresando al lugar donde vivías cuando
eras más joven para buscar en los sitios a los que solías ir con tus amigos (Léase “La Taberna
de los Recreos”, “El Bar de Casa Augusto”, etc…).
Apuesta por la variedad en el trabajo. Siéntate en una mesa diferente durante el almuerzo y
entabla conversación con los compañeros de otro departamento. Tu lugar de trabajo es un
potencial foco de nuevas relaciones.

Trabaja como vendedor o comercial.

Apúntate a alguna web de singles en las que se hacen actividades en grupo, desde quedadas
para ir al cine, teatro o museos, hasta paseos con perros por el parque. En estos casos el rango
de edad suele ser de entre 25 y 40, así que como ves, nunca es tarde para hacer nuevos amigos.

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8- HABLA CON ESA PERSONA QUE TANTO TE GUSTA. Naranja

“El fracaso más grande del hombre es no atreverse a tener éxito” (Anónimo)

Pocas cosas puede haber más satisfactorias en la vida que recordarte a ti mismo/a llevando a
cabo aquello que te atemorizaba, pero tanto anhelabas. Como por ejemplo, atreverte a hablar con esa
persona que te hace “tilín”.

Soy consciente de que, para algunas personas, esto puede ser un poco más complejo que lo del
capítulo anterior, así que lo primero es lo primero: Cómprate el libro “Seductor Egoland” para
aprender a comunicarte de forma emocional y asertiva (no lo piratees o enviaré a tu casa una legión
de enanos malhumorados entrenados para torturarte… cantándote toda la discografía de Justin Bieber
“a capela”); si la teoría no es suficiente, llévalo a la práctica inspirándote en los originales ejemplos
de “150 formas de iniciar una conversación”, ambos de Luis Tejedor. Pero si aun así sigues teniendo
dudas (cosa poco probable tras leer estar dos obras maestras de la literatura) ante todo ten en cuenta
que esa persona que tanto te atrae, nunca lo sabrá… a no ser que tú se lo digas; por lo tanto, es
totalmente legítimo que le expreses tu interés en él/ella. De modo que sal ya de tu burbuja y corre a
conquistarla. Y dirás “Pero ¿Cómo lo hago Diego?”… Hasta la pregunta ofende… ¡Pues haciéndolo
y punto! Has comprado este libro para conocer la manera de escapar de la rutina ¿no? Pues no
preguntes tanto y empieza a hacerme caso…

Ejemplo 1:

Llevas semanas queriendo decirle algo al atractivo chico rapado al cero que han contratado en
el videoclub que hay bajo tu casa (porque aún siguen existiendo los videoclubes ¿no…?) y
decides hablar con él de una forma divertida: “Eh, ya decía yo que me sonabas de algo, tú eres
del grupo “Péinate Koyak”. Me encanta tu disco con el melenudo en la portada. Me llamo
Amanda, es un placer.

Ejemplo 2:

Tu corazón supera la velocidad Match 5 cada vez que ves a esa chica tan mona de la sección de
frutería en el mercado, hasta que finalmente te decides y sin venir a cuento te acercas a ella con un
original:

Hello, my name is Brad Pitt, aunque no tengo tanto acento como el otro y además soy moreno.

Ejercicio:

Aquello que está fuera de lo común, no necesariamente es malo, de hecho suele ser todo lo
contrario, por novedoso y fresco, así que no te amilanes y ten la firmeza de ir a por esa persona que
ha llamado tu atención… incluso aunque te encuentres en medio de la cola del INEM. No pienses,
solo siente. No pierdas la oportunidad de hablar con una persona por la que te has sentido atraído/a,
así sea en lugares como:

La parada del bus, el metro, el tranvía, el aeropuerto, el muelle, un parque o un museo.


La panadería, el supermercado, la peluquería, el quiosco o una tienda de ropa.

El cine, el teatro, un concierto, una fiesta, una feria, la perfumería o el estanco.

Una cafetería o pub, en medio de la calle o en una plaza concurrida.

Cualquier situación o lugar, y cuanto más insólito, mejor (pero no limitándote a ello). En
resumen, nunca sabes dónde conocerás a una persona especial en tu vida así que, como el “no”
ya lo tienes, échale un par y obtendrás una sonrisa por respuesta.

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9- PIDE CONSEJO A UN NIÑO. Verde

“Siendo tan inteligentes los niños, ¿Cómo son tan estúpidos los hombres? Será fruto de la educación” (Alejandro Dumas)

Creatividad, imaginación constructiva o pensamiento divergente, es la generación de nuevas


ideas o asociaciones entre ideas y conceptos conocidos para producir una solución original.

Esto se les da fenomenalmente bien a los niños pues, según diversos estudios científicos, la
mayor tasa de creatividad en la vida de un ser humano se sitúa en torno a los 6 años de edad. Si bien
es cierto que toda habilidad es adiestrable, no te vendría mal (por rocambolesco que suene) consultar
la opinión de un niño, de vez en cuando, ante un problema de solución aparentemente difícil. Te
sorprenderá la lucidez de las respuestas que pueden llegar a dar. Y es que nuestro sistema educativo
funciona tan mal, que nos enseñan a pensar solo analíticamente cuando también deberían enseñarnos
a pensar creativamente.

Ejemplo:

En 1908, un estudiante estaba repitiendo un examen de física por la respuesta que había dado a
una pregunta: “¿Cómo determinarías la altura de un edificio con un barómetro?”. El estudiante había
respondido: “Lleve el barómetro a la azotea del edificio y átele una cuerda muy larga. Descuélguelo
hasta la base del edificio, marque y mida”. El estudiante había respondido correctamente pero la
respuesta no confirmaba que tuviera el nivel de conocimientos requerido (según el criterio de la
mente cuadriculada del profesor).

En el nuevo examen, una de las posibles respuestas que decía tener el alumno era: “Mida la
altura del barómetro y la longitud de su sombra. Luego mida la sombra del edificio y aplicando una
proporción, se obtiene la altura del edificio”. Esta no fue su respuesta final, sino solo una de las seis
posibilidades que barajó, pero el caso es que recibió la nota más alta.

Al ser consultado tras el examen, según él: “Existen otras maneras. Probablemente, la mejor es
coger el barómetro y golpear la puerta de la casa del conserje con él. Cuando abra, decirle: Señor
conserje, aquí tengo un bonito barómetro. Si me dice la altura de este edificio, se lo regalo”. La
respuesta “típica” al problema es: “La diferencia de presión marcada por un barómetro en dos
lugares diferentes nos da la diferencia de altura entre ambos lugares”. Cuando le fue preguntado al
estudiante si la conocía, este respondió que sí, pero alegó que durante sus estudios, sus profesores
habían intentado, ante todo, enseñarle a pensar. El estudiante era Niels Bohr, premio Nobel de Física
en 1922. En el ejemplo no era ningún niño (de hecho rondaba los 23 años), pero es un claro caso que
ilustra a la perfección lo que es el pensamiento creativo.

Ejercicio:

Tan simple como pedir opinión a tu hijo/sobrino/hijo del vecino cuando tengas algún dilema que
resolver. Verás que sorpresa te llevas. Evidentemente sus respuestas no serán tan técnicas ni
elaboradas como las de este físico pero, lo creas o no, se acercarán bastante en cuanto a corrección,
originalidad y practicidad.
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10- PRUEBA ALGO QUE CREES QUE NO TE GUSTARÁ. Naranja

“Muere lentamente quien no arriesga vestir un color nuevo y no le habla a quien no conoce” (Martha Madeiros)

¿Cuántas veces te ha ocurrido que te encuentras a alguien que dice que no le gusta el chocolate,
los kiwis, las sardinillas o _______ (rellenar con lo que proceda) y ni siquiera lo ha probado?
Cuando le preguntas por qué, te dice algo como “¿Acaso necesitas probar la lejía para saber que no
te gustará?” Qué gran razonamiento porque, como todo el mundo sabe, la lejía y las sardinillas tienen
mucho en común…

Como diría Albert Einstein: ¡Triste época la nuestra!, es más fácil desintegrar un átomo que un
prejuicio. Sin embargo, no debemos tomar la terquedad de nuestros prejuicios como valor para
defender nuestras opiniones ya que lo cierto es que, como bien me dijo en una ocasión alguien que
conocí (experto en moda, decía él), lo mejor que puedes hacer al ir a una tienda de ropa es probarte
algo que “sabes” que no te quedará bien, para acabar dándote cuenta de que te sienta como un guante;
y esto es aplicable a casi cualquier ámbito de la vida.

Todo lo que pueda decir al respecto será redundante y servirá solo para rellenar el capítulo, pues
todo depende de que sepas convertir ese recelo que te produce aquello que en principio no te gusta
en curiosidad y apertura de miras.

Ejemplo:

Cuando yo era crío odiaba el pulpo. A muerte. Era mi mayor enemigo (junto con las divisiones
con tres decimales). Lo cual me convertía en la vergüenza de los gallegos. Por el pulpo, no por los
decimales... ¿o era al revés? Bueno, da igual. Lo irónico era que ni siquiera lo había probado hasta
que, un día durante la fiesta de mi pueblo, cual héroe de leyenda hice de tripas corazón y me lancé.
Perdí aquella batalla: sabía a suela de alpargata quemada. Me fui con el rabo entre las piernas y años
después, tras lamerme mis heridas, decidí que había llegado la hora de la venganza (ya sabía dividir
así que debía sacarme esta otra espinita). Lo miré en su tabla, él me miró con aire de suficiencia, y
yo le dije: “¡Pulpo á Feira, de esta no te salva ni el tato!”. Aquella victoria me supo a gloria
aunque… puede que tenga algo que ver el hecho de que esta vez estaba cocinado en condiciones y
con la dosis correcta de pimentón. Desde entonces el pulpo, las divisiones y yo somos grandes e
inseparables amigos y vamos juntos a todas las fiestas. Siguiente reto: los percebes. Pero esa ya es
otra historia…

Ejercicio:

Cállate, deja de poner excusas y prueba:

A vestir con un estilo diferente y ver cómo te sienta: hippie, pijo, elegante, bohemio, vintage,
hipster, chic…

La cocina griega, la picante mejicana, la vietnamita, la sabrosa comida senegalesa, la especiada


hindú, la exótica tailandesa…

Todas las posturas del Kama-Sutra y en diferentes lugares. Incluyendo disfraces. No me mires
Todas las posturas del Kama-Sutra y en diferentes lugares. Incluyendo disfraces. No me mires
así, el sexo es ante todo creatividad y probar cosas nuevas. Si bien es cierto que para algunas
posturas necesitarás estar en buena forma, así que no estaría de más que te apuntaras al gimnasio
(o empezaras a ir al que ya estás apuntado/a…)

Un evento que a priori no te atrae: concierto de rap, circo de marionetas, aguantar a la tuna,
maratón de películas de Harry Potter, circo de raperos-tunos-marionetistas… (Todo es posible)

Destinos turísticos poco conocidos o poco solicitados: Sudán, Macao, Goa, Ladakh, Kerala,
Alaska, Ciudad del Cabo, Tierra de Fuego…

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11- CULTIVA NUEVAS AFICIONES. Verde

“La vida es un pasatiempo” (Joshua Lederberg)

Todo el mundo suele tener alguna clase de afición, pero a menudo esta está demasiado
relacionada con la propia vida laboral o por el contrario es el propio tipo de trabajo que tenemos el
que no nos deja cultivarla todo lo que quisiéramos.

Desconectarnos del “curro” dándole al “drinking” el fin de semana o intentar desestresarnos


viendo “Mujeres y hombres y viceversa” no son buenos ejemplos de aficiones, por muchos adeptos
que tengan.

Tanto si tienes trabajo o todavía no has encontrado “chamba” puedes dedicar algunas horas a la
semana a algo que realmente te satisfaga. Te ayudará enormemente a mantener el “coco libre de
impurezas”.

Tanto la falta de expectativas laborales inmediatas en estos tiempos que corren, como la rutina, la
incertidumbre y el estrés diario de los que todavía lo conservan, hacen que se nos fatigue la mollera.
No hay nada peor que una molondra fatigada por la tensión y flojera, por lo que una afición que nos
ofrezca relajación y nos saque de la rutina, nos ayudará a concentrarnos.

Cuando cultivamos algún tipo de hobby o afición nos sentimos más motivados, más seguros y
menos aburridos, hastiados o desganados. Pero no hay que olvidar que, en ocasiones, con el tiempo
esas aficiones acaban por saturarnos o no llenarlos lo suficiente (al fin y al cabo, si las repetimos a
menudo, también se acaban convirtiendo en rutina), por lo que hay que descubrir algunas nuevas e ir
variando con el tiempo.

Ejemplo:

Te apuesto lo que quieras a que, por insignificante que te parezca, ya tienes alguna afición (si no
es así, me rapo al cero). Y… ¿recuerdas como la adquiriste? Sencillamente, un día como otro
cualquiera la probaste sin más, te gustó y decidiste repetir. Así, poco a poco fuiste generando el
“habito”. Es irrelevante si la probaste tú mismo por casualidad, ibas acompañado o simplemente te
la recomendó algún conocido; el caso es que cubriste una necesidad que no sabías que tenías (o tal
vez lo sabias y no conocías el modo de saciar esa parte de ti) y ahora aquí estás: aficionado a
coleccionar tazas de té, cromos de futbolistas, gorras, videojuegos, pelusillas del ombligo…

Ejercicios:

No te vendrá mal realizar cursos de temáticas distintas a tu vida profesional, y además aquí tienes
algunas sugerencias. Aprende a:

Buscar Ovnis, hacer trucos de magia, ir a catas de vinos, ornitología, hacerte radio aficionado…

Pescar, submarinismo, surf nocturno, bricolaje, rastrear metales en la playa…

Filatelia, numismática, maquetas y/o aeromodelismo, pintar miniaturas, coleccionar latas, jugar
a juegos de mesa tipo: scatelgoris, cluedo, trivial, risk…

Scalextric, pin-pon, golf, náutica, jugar al béisbol, hockey, rugby, caza de tornados…

Dibujo al carboncillo y/o pintar cuadros, club de lectura, sesiones temáticas de cine, festivales,
ir a la ópera o al teatro…

Coleccionar placas conmemorativas, figuritas de los Angry Birds, ropa de Marilyn Monroe,
tarjetas de hoteles, merchandising de películas…

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12- CONOCE OTRA RELIGIÓN/PAÍS/IDEOLOGÍA. Naranja

“Viajamos para cambiar, no de lugar, sino de ideas” (Hipólito Taine)

Nuestras creencias religiosas, lugar de nacimiento, ideas o pensamientos políticos, nuestra


educación, familia y en definitiva nuestro entorno, condicionan enormemente nuestra forma de
comportarnos, relacionarnos, expresarnos y, en suma, la forma en que interactuamos con el mundo.

Tendemos a relacionarnos en mayor medida con aquellos que consideramos nuestros afines sin
ser capaces de ver, acercarnos y procurar entender a “los otros”; y no me refiero a los de la serie
“Perdidos” sino a aquellos con distintas ideas, orígenes o creencias.

Siempre he creído que si no eres capaz de empatizar con alguien, ponerte en su lugar e intentar
entender qué es lo que le ha llevado a ser como es (y sobre todo a ser quien es) no tienes derecho a
juzgar ni sus ideas, ni sus creencias ni mucho menos su procedencia.

Estar abierto a entender diferentes orígenes, costumbres culinarias, normas morales, ceremonias,
lado de la cama en el que se duerme u otras divinidades (así sea el unicornio rosa invisible o el
monstruo de espagueti volador…) puede ser enriquecedor y sumamente beneficioso para nuestro
progreso intelectual y personal, y de ese modo no encarcelarnos en nuestros únicos pensamientos
para nosotros entendidos como los “verdaderos y genuinos”.

Conclusión: Se abierto. Viaja. Conoce otra gente y lugares. Comprende sus orígenes, su raza, su
historia, sus costumbres, sus creencias. Será una de las más maravillosas experiencias de tu vida.

Ejemplo:

Vamos con otra recomendación cinéfila: “Come, reza, ama”, de Julia Roberts. En ella, su
protagonista es una mujer que lo tiene “todo”. ¿Todo…? No, pues se da cuenta de que no es feliz y
además su marido la engaña. De modo que, tras divorciarse, decide tomarse un año sabático a modo
de reflexión, haciendo un viaje por el mundo (más a nivel interior que exterior), conociendo otras
culturas, descubriendo su espiritualidad, conociendo personas diferentes, variopintas y de algún
modo enriquecedoras para ella, mejorando sus habilidades culinarias por el camino, aprendiendo a
ver el mundo de otra forma y, a fin de cuentas, encontrando paz y serenidad.

Ejercicios:

Abre tu mente e imprégnate del mundo que te rodea…

Lee. No solo novelas de múltiples culturas o cuentos populares, sino también escritos tipo la
Biblia, el Corán, la Torá, los cuatro Vedas, el Zend-Avesta… Tampoco necesitas estudiártelos,
pero al menos te recomendaría que adquirieras una ligera idea sobre dichos temas, la suficiente
como para poder contestar cuando te pregunten.

Viaja. Cuanto más mejor. Y que sean lugares muy contrastados y diferentes a tu lugar de origen.
No sirven excusas de tipo “no tengo dinero”. Hoy en día puedes encontrar vuelos y paquetes de
viajes muy completos y muy baratos. El mundo nunca ha sido tan pequeño. ¿Sabías que en
algunas tribus de diversas zonas de África, debes asentir con la cabeza para decir “no”, y
moverla de lado a lado para decir “sí”?

Interésate por costumbres, mitología, ritos y ceremonias extranjeros. ¿Sabías que en la India los
hombres se casan de blanco y las mujeres de rojo?

Investiga: otras ideas políticas, filosofías de vida, opiniones morales o éticas… ¿Sabías que el
Nihilismo es la corriente de pensamiento diametralmente opuesta al racionalismo y que no se
inclina ante ninguna autoridad ni acepta ningún principio como artículo de fe?

Conoce otras profesiones, comidas, leyendas locales o deportes curiosos (mención especial al
cricket y, sobre todo, al fútbol gaélico).

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13- ¿POR QUÉ NO? Verde

“Cuando todos piensan igual, nadie está pensando” (Auguste Rodin)

Con este capítulo pretendo invitarte a la reflexión personal. No es un capitulo digamos… “de
acción”. Es hora de hablar de la inercia social, la cual es una poderosa fuerza de la que es difícil
zafarse. Cuando por fin consigues liberarte de ella en cierta medida y empiezas a realizar actividades
fuera de lo común para salir de la monotonía, la gente de tu círculo se sentirá un tanto descolocada y
“amenazada” porque verán que de pronto “este/a no eres tú”. Consciente o inconscientemente
intentarán llevarte de vuelta al redil porque se sentían más cómodos con tu anterior y conocido “Yo”,
y esperan que sigas interpretando tu papel. Ese que creen que te corresponde y del cual no debes
salirte. Y es que la gente teme el cambio, de modo que antes o después te preguntarán ¿por qué ahora
haces lo que haces?, ¿por qué has cambiado de hábitos?, ¿por qué te has vuelto más resolutivo
cuando antes no tenías iniciativa?, ¿por qué te has teñido el pelo de azul?, ¿por qué…? ¿Por qué…?
¿Por qué…?

Bien pues, ante esta actitud solo cabe una respuesta: “¿Por qué no?”

Sí, ya sé, es muy gallego responder a una pregunta con otra pero, viene que ni pintado. Al fin y al
cabo ¿Qué pasa? ¿Acaso por ser informático ya no puedes hacer puenting? ¿Por ser boxeador no
puedes interesarte por la poesía? Cosas más raras se han visto oye, por ejemplo… Alejandro Sanz
dice que es cantante y nadie protesta… ;-)

Ejemplo:

Para ilustrar esto de forma más detallada, te recomiendo que leas uno de los artículos de Antoni
Martínez en Egoland, que muestra que “eres como las seis personas con las que más te relacionas”.
Estas influyen sobrecogedoramente en tu modo de pensar aunque no te des ni cuenta y paulatinamente
te van moldeando.

Ejercicio:

Como habrás podido comprobar, esta clave está directamente relacionada con la número 3:
“Vive tu propia vida”, y te propongo un ejercicio de reflexión muy simple. No consiste en una
actividad sino simplemente en hacer introspección, especialmente cada vez que sientas dudas ante la
opinión de los demás sobre tu nueva y mandanguera forma de vida, y preguntarte si le debes alguna
explicación a alguien (aparte de a ti mismo/a) sobre tus actos. Acabarás viendo que no es así.
Además pregúntate que clase de personas son esas seis con las que pasas más tiempo ¿Te inspiran o
te limitan? ¿Te aportan cosas o te privan de ellas? Sé que esto puede sonar duro pero, si es más lo
segundo que lo primero, es hora de que te plantees variar un poco tu círculo social.

Para que veas hasta donde llega su influencia prueba algo del siguiente estilo:

Imagina por un momento que eres la típica persona que en año nuevo siempre cocina para toda la
familia sin ayuda o siempre pone la mesa y organiza toda la fiesta (hasta puede que lo seas
realmente). Bien, pues el próximo año no lo hagas ni te ofrezcas, pero no lo comentes. Comprobarás
que todos dan por sentado que sí vas a hacerlo, igual que siempre, y nadie se ofrecerá para echarte
una mano o proponer un plan diferente. En cuanto los avises, se sorprenderán e incluso puede
chocarles y preocuparles dicho cambio. Sin embargo, bien mirado, el cambio no tiene nada de malo.
Pero es la inercia social la que actúa aquí, que al igual que en la física, hace que todo permanezca en
su estado de reposo (o movimiento) mientras la resistencia sea cero. Tú debes ser esa resistencia
para hacer que las cosas empiecen a cambiar y se vuelvan más interesantes y menos monótonas. No
olvides que nada cambia si nada cambia.

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14- PERMÍTETE HACER LOCURAS. Naranja

“La locura que más se lamenta es aquella que no se comete cuando se tiene la oportunidad” (Helen Rowland)

Recuerdo que hace algunos años existía un anuncio de televisión muy simpático, de cierta
franquicia de comida rápida, en el que estaba sentada una pareja en el restaurante… y la chica le
criticaba al chico que era un “aburrido” porque nunca hacía nada inesperado. Ante tamaña afrenta a
su orgullo varonil, al muy pájaro no se le ocurre otra hazaña que subirse a la mesa y, a grito pelado,
ofrecer su bocadillo a todos los clientes allí sentados: “¡¿Alguien quiere bocadillo de jamón?!
¡¿No?! ¡¿Nadie…?!”

Por supuesto, la chica se monda de risa ante la grata e inesperada sorpresa y tiene que morderse
la lengua (además de responderle con un coqueto “Estás loco…”)

Y digo yo… ¿no sería la caña que de vez en cuando a todos nos patinaran las neuronas un poquito
de un modo similar? Como que la vida tendría más “picante” ¿no? ¿Por qué no hacer el camino de
Santiago sin un duro, como lo hacían antiguamente? ¿Alguien se atreve a correr con taparrabos por la
calle? ¿Nos teñimos el pelo de rosa fosforito (quienes tengáis pelo, claro)? O imitar al cómico Javier
Veiga, cuando en un anuncio de lotería vacilaba con cámara oculta a un marchante de arte, diciendo
que quería comprar una obra aunque no tenía los doscientos millones de pesetas que costaba, pero sí
doscientos millones de ilusiones…

En definitiva, a la hora de elegir entre ser uno más (y por tanto, uno menos…) pasando por el aro
de lo políticamente correcto y manteniendo un perfil bajo, o soltarte y llegar a recordarte a ti mismo
con una sonrisa, permíteme sugerirte que optes por lo segundo.

Ejemplo:

Un ejemplo muy destroyer (pero muy ilustrativo) sería ir a ver un partido de futbol entre tu
equipo y su “némesis”, llevando puesta la camiseta de este último… y sentarte cerca de la afición de
tu equipo… Aunque te repito que es solo un ejemplo. No te recomiendo que lo lleves a cabo, pues lo
único que pretendo es que comprendas lo “legendaria” que sería la anécdota, no que acabes tú más
lesionado que algún jugador. Claro que, si lo llevas a cabo, haz fotos…

Ejercicios:

A modo de sugerencia (cada cual decidirá si le conviene o no el llevarla a cabo) podrías probar
a hacer locuras como:

Dejarlo todo para ir tras el amor de tu vida a ese otro país al que él/ella se ha marchado por
motivos de trabajo.

Yendo de paseo, en un arrebato, lánzate a la fuente de esa plaza tan pintoresca de tu ciudad
(mejor en verano, por si acaso te resfrías…).

Improvisa una canción con un artista callejero que frecuente una calle peatonal de tu localidad.
Canta en un karaoke, baila en un local de salsa sin tener ni idea, sal de marcha en albornoz…

Ve disfrazado al supermercado, al restaurante o al trabajo (si esto último es permisible…)

Ponte un gorro de arlequín para ir por ahí un día cualquiera, y cuando te pregunten por que lo
llevas, hazte el loco y responde “No sé de qué me estás hablando…”

Si algunos de estos casos te parecen muy extremos, eres libre de improvisar tus propias locuras.
La única regla es: No te cortes y diviértete.

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15- PONTE EN RIDÍCULO. Naranja

“Nada se ha visto más ridículo desde que Calígula nombró cónsul a su caballo” (Anónimo)

Tras leer la cita anterior no debería hacer falta decir mucho más, pero como quizá no te
convenza, me voy a explayar un poco. ¿Cómo puede existir gente capaz de lanzarse en paracaídas,
hacer puenting o lucha libre con cocodrilos, pero no se atreva a hablar en público, hacer una
ponencia sobre algún tema, cantar o simplemente hablar con la persona que le atrae? Las primeras
son actividades de alto riesgo, a pesar de contar con las medidas de seguridad oportunas. Pero las
segundas no entrañan riesgo para tu integridad dental. El mayor daño que pueden causar es para tu
ego, sobre todo si eres de los que cambian fácilmente de color al rojo.

¿Qué ocurre aquí? Pues que el daño físico, salvo que sea algo irreparable o definitivo, no
implica digamos… secuelas. Es más bien inmediato. Al menos, en la mayoría de los casos. Por ello
el (posible) daño a nuestro ego nos intimida más ya que, a pesar de no ser estrictamente “doloroso”,
perdura más en nuestra memoria. Cuando queremos hacer algo que nos gustaría, ese miedo al ridículo
es lo que muchas veces nos frena al final, porque tememos ser juzgados y señalados; y nadie quiere
ver cuestionada su valía o minada su autoestima.

Ejemplo:

Es posible que te haya pasado algo similar a lo descrito (Si es lo del cocodrilo, ya eres
oficialmente mi ídolo/a). Piensa en cómo te sentiste. Ansiedad y adrenalina se adueñaban de tu
cuerpo… pero al final acabaste llevando a cabo “aquello” tan arriesgado. Sin embargo, te envuelve
una especie de “fobia social” cuando tienes que hacer algo y te mira un montón de personas. En
según qué ocasiones basta con un ¿Por qué? ¿Temes que si haces algo fuera de lo común o
“socialmente incorrecto”, sacarán una motosierra y te desmembrarán? ¿Tan malo sería que otros se
rieran porque has cometido un “error”? ¿Y quién ha dictaminado que eso es un error? ¿A santo de
qué? ¿Y acaso no eres humano? ¿Quién impone el criterio para dictar que es “normal” hacer rappel,
señalar defectos de los demás pero no sus virtudes, o que no pasa nada por no ceder tu asiento en el
autobús… sin embargo es bochornoso, patético o indigno tropezar con una piel de plátano,
tartamudear por nervios en una disertación o atreverte a entrarle a una persona desconocida por la
calle en pleno miércoles al mediodía?

Ejercicios:

Estos son muy simples en realidad…

Un clásico: Antes de un evento público, párate a solas frente al espejo y “pon caras” mientras
hablas con voz de pito. Las más retorcidas, ridículas, infantiles y vergonzosas que puedas.
Después de lo humillado que te sentirás, no te importará la posible reacción del público tras tu
conferencia ante mil almas o tras hacer frente a ese bombón al que le echaste el ojo.

Piensa en Risto Mejide. ¿Crees que le importan las opiniones de los demás cuando habla? Ni lo
más mínimo. Por eso, en el fondo (o no tan en el fondo) la gente le admira. Porque él no necesita
sentirse integrado o que le digan quién es y lo que debe o no debe decir o hacer.
No esperes a carnaval para vestirte con faldas y a lo loco, o a tener buena voz para cantar “I
dreamed a dream”… te saldrá un churro. Tira pa´lante aunque te salga un aullido. Mucha fama
no conseguirás (o sí) pero te lo pasarás de muerte, sobre todo rodeándote de amigos divertidos
que se tronchan contigo ante situaciones disparatadas.

Crea tú la situación: Viste zapatos de distinto color o ponte un traje con chancletas. Usa tu
spanglish y hazte pasar por turista. Toca una guitarra aunque hagas bramar las cuerdas o la flauta
aunque suene a zambomba. Haz una apuesta, suele ser un buen incentivo: apostad entre vosotros
para ver quién lleva a cabo la acción más ridícula en toda una tarde. Os llevaréis unas cuantas
horas de diversión y el ganador además se lleva el bote.

Conclusión:

No temas hacer el ridículo, eso es algo subjetivo. La gente solo te juzgará en la medida en que
vean que sus opiniones te afectan. Si tienes un poco de atrevimiento y la situación no es incómoda
por casualidad, ignorancia o torpeza sino por jeta y desparpajo, entonces haz que sean los otros
quienes sientan vergüenza… ajena.

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16- CUÉLATE EN UN EVENTO. Rojo

“Conquistar sin riesgo es triunfar sin gloria” (Pierre Corneille)

Sí, vale pero… ¿cuál? Si uno va a colarse donde no le han dado vela, mejor en un evento donde
se pueda comer de gorra, así siempre podrás salir con el buche lleno ¿no? Una boda sería el
comienzo ideal para estrenarse si tienes mucho morro y varios metros de intestino rugiendo por la
abstinencia. Siempre puedes pasar por amigo, familiar, compañero de trabajo, contable, etc... Ni que
decir tiene que, a los novios ni acercarse, o se descubrirá el cotarro más rápido que deprisa.

Ir de infiltrado solo para “jalar” por el morro puede ser una experiencia única y divertidísima,
aunque no estaría de más llevar a un amigo/a, así siempre tendrás con quien compartir la aventura. Si
llevas a más de uno, ya es más peliagudo, pero también más “apoteósico”. El riesgo es directamente
proporcional a la diversión… tú verás.

Ahora bien, vamos al grano: no hay que ir a las bravas a por las viandas. Sé prudente y que no se
note mucho el apetito, pon semblante de “ni hambre tengo hoy…”. Nada de ojos brillantes y pelones
a la hora de ver tu sustento para ese día.

Se moderado con los gin-tonic, la birra, y el tinto. Tampoco se trata de coger una castaña por ver
tanta abundancia. Si sales mamado al final, se descubre el cotarro, los del restaurante se quedarán
con tu jeta y ten por seguro que no habrá más “cueles” en ese restaurante.

Cuando los novios pasen a saludar a los invitados, tú siempre a la esquina contraria, al despiste,
como si estuvieras de tertulia con algún otro, manteniendo las distancias.

Nada de bailar el “Gangnam style”. De lo que se trata es que casi ni te vean y marcharse en el
momento oportuno. Infiltrase, atiborrarse y replegarse.

Huir no es de cobardes, es de gente inteligente. Esfumarse a tiempo te evitará unas cuantas


“formas sagradas” en la cara y una cirugía maxilofacial muy cara y ruinosa.

Aviso para novatos: Si vas a una boda gallega ten en cuenta que por lo general el menú son siete
platos (como mínimo). Lo repito para los despistados… SIETE PLATOS. Eso sin contar los
aperitivos, los dos postres y la tarta nupcial. Así que si no eres del norte, ve mentalizándote de que
vas a estallar… dos veces. No me preguntéis por bodas vascas, nunca he tenido el inmenso placer.

Ejemplo:

Además de en una sencilla escena de “Di que sí” (aunque no relacionada con bodas) tienes otro
buen ejemplo cinéfilo en la película “De boda en boda”. Sus protagonistas se lo pasan de muerte
mandangueando y colándose en casorios, así que ve tomando recortes.

Ejercicios:

Prueba otros sitios para colarte…


Nivel Bajo: Bodas, bautizos, comuniones, cenas de empresa…

Nivel Medio: Museos, un desfile de modelos, las fallas, presentaciones privadas de libros,
cine, hoteles, restaurantes de lujo…

Nivel Alto: Conciertos, estadios, pases de prensa de películas, teatro…

Nivel Pro: El escenario de Eurovisión, las campanadas de año nuevo (esta última es mi gran
sueño…)

Nivel Yo parto la Pana: La Moncloa, La Casa Blanca, La Zarzuela, El palacio de Buckingham, y


similares… El común de los mortales tendremos que conformarnos con fantasear con este nivel,
seguramente no llegaríamos ni a asomar por la puerta del jardín…Es más, seguro que hasta
tienen código postal propio, así que haz como si no hubieras leído este párrafo.

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17- TRABAJA “AL REVÉS”. Naranja

“La verdad es la que es, y sigue siéndolo aunque se piense al revés.” (Antonio Machado)

Sé lo que estás pensando…“No, Diego, por ahí sí que no paso, me niego rotundamente a trabajar
haciendo el pino”. Pues tú dirás lo que quieras pero… yo creo que eso sería darle un “giro”
interesante a tu situación laboral. En fin, por si has sido lo suficientemente listo/a como para seguir
todavía aquí y no saltar al siguiente capítulo, me explicaré. De lo que se trata es de que entiendas que
determinados tipos de trabajos o actividades conllevan una serie de reglas o pasos a seguir, es decir,
un procedimiento estándar muy esquematizado, en algunos casos injustificado. La idea es que te
saltes dicho esquema en la medida de lo posible para que tu trabajo diario sea más ameno.
Evidentemente algunas estructuras de trabajo están diseñadas para una mayor eficiencia u
organización pero otras parece que estén hechas por la mente retorcida de un jefe frustrado porque
los Reyes Mgos nunca le han traído un scalextric.

¡Ojo!, hay trabajos que para su correcto desempeño o por protocolo no permiten hacer esto y con
razón, pues a nadie le gustaría ser operado a corazón abierto por un cirujano en chándal al que le
faltan dos asignaturas de la carrera de medicina y sin antes ser anestesiado; o ir a la carnicería y que
te sirva 200 gr de chuletas de ternera un señor en traje y corbata, cortadas con un cuchillo sin lavar y
cuando la vaca aún está rumiando su desayuno en la trastienda. Mucho menos ir a juicio y que tu
abogado decida recopilar pruebas a tu favor después de la vista para sentencia. Ya no digamos
envasar leche nada más ordeñar la vaca de antes (pobrecilla ella) de pasar por el necesario proceso
de pasteurización y demás. Ves por donde voy ¿no?

En cambio, si tu trabajo no es tan peliagudo o no requiere una cadena de producción, puedes


optar por buscar una mayor flexibilidad en el desarrollo de tus tareas diarias

Ejemplo:

Imaginemos que un día de trabajo para un oficinista supone nada más llegar, mirar sus correos
electrónicos, resolver ciertas incidencias, realizar unos informes, buscar nuevos clientes potenciales
para sus superiores, organizar reuniones, hacer ciertas hojas de cuentas… ¿Pasaría algo por
solucionar las incidencias al final de la jornada en lugar de al principio? ¿Y si organizara las
reuniones a primera hora de la mañana? ¿Y hacer las cuentas en varias tandas?

Ejercicios:

Analiza qué cosas o procesos no son imprescindibles en tu trabajo diario y elimínalas.

De los restantes, busca la manera de optimizar recursos y tiempo, priorizar y mejorar el


rendimiento de tus tareas en general.

Un vez hecho esto, analiza hasta qué punto debes seguir obligatoriamente una secuencia de
trabajo para llevarlo a cabo correctamente.

En todos los casos en los que concluyas que no es imprescindible una forma de trabajo
secuencial, es decir, que el orden de los factores no altera el producto, prueba a no seguir un
orden establecido. Sé más anárquico y aleatorio para no sumirte en una serie de tareas
mecánicas y rutinarias, ya que así prestarás más atención y, por si no lo sabías, está demostrado
que son estos automatismos los que nos hacen perder eficiencia y a la larga acaban provocando
hastío y como consecuencia, despistes que pueden salir caros en el entorno laboral.

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18- HAZ DEPORTES DE RIESGO. Rojo

“La Fortuna favorece a los valientes” (Virgilio)

Aquí se engloban todas las actividades extremas en las que potencialmente puedes quedar sin
entre 2 y 32 dientes a la primera de cambio. Lo cual, mira tú por donde, las convierte en las más
divertidas. No me preguntes por qué…

No es que necesites estar físicamente muy “cachas”; si mentalmente llegas por lo menos al
aprobado, puedes optar por la práctica (al menos una vez…) de una actividad de cierto riesgo que te
pueda proporcionar ese subidón de adrenalina que tanto necesitas y que te hará escapar de la rutina
aunque, en según qué casos, te llevará de la rutina al hospital. Pero tú tranquilo/a, si ves que se te
ponen los cataplines de corbata cuando vas a hacer salto base, tú imagínate que todo es tuyo y
solucionado.

Ahora en serio. Existe gente sumamente preparada, monitores especializados en muchísimas


empresas que pueden ofrecerte algún tipo de deporte de aventuras o turismo activo con las medidas
de seguridad adecuadas aunque tú no te consideres un gran deportista o lo más trepidante que hayas
hecho sea jugar a la “peonza”.

Tampoco se trata de que te conviertas de buenas a primeras en un experto, sino en pasar unas
horas o días agradables con unos cuantos amigos. Incluso se venden en variados “packs multi
aventura” con los que seguramente encontraras la libertad física y mental que tanto necesitabas.

No se trata de realizar un salto “estratosférico” como el paracaidista austriaco aquel, o meterte


en una piscina a nadar con tiburones (estos animalitos no son nada vegetarianos) sino de realizar una
actividad diferente en tu vida y descubrir nuevas y refrescantes sensaciones.

No nos engañemos, siempre existe la posibilidad de que algo pueda salir mal, por lo tanto
rodéate de gente con la experiencia y la titulación adecuada para que puedan aconsejarte
debidamente. Puedes hacerte mucha “pupa” si no se tienen en cuenta los consejos de los especialistas
y seguramente que no querrás pasarte los próximos 6 meses visitando al traumatólogo.

Ejemplo:

El mejor ejemplo lo tienes en la película “La vida secreta de Walter Mitty”. Su protagonista es un
anodino empleado de una revista que se pasa la vida soñando despierto que vive miles de aventuras,
pero es un “cagazas” y al final todo se queda en su cabeza cada vez que se “dispersa”. Hasta que un
día, motivado por una chica y un jefe capullo (¿cómo no?), se lanza a vivirlas de verdad. Y las que
tienes más abajo en los ejercicios, son niñerías en comparación…

Ejercicios:

De menos a más, contrata packs de aventura en…

Tierra: Equitación, senderismo, BTT, quads, barranquismo, body skate.


Agua: Kayak, zodiac, velero, hidrospeed, hovercraft, rafting, jet-boat, kite surf.

Aire: Paseo en avioneta, ultraligero, parapente, puenting, paracaidismo.

Montaña: Mountain Boarding, rappel, alpinismo, zorb ball.

Otros: Paintball, karts, tiro con arco, aventura de orientación GPS, rol urbano.

Como “Extra”, estas compañías suelen ofrecer también paquetes de relax, para descansar de
tanta aventura extrema. Cosas tipo: balnearios, Spa, casas rurales, cenas románticas, veladas en
yate a la luz de la luna… y también otras opciones como despedidas de soltero/a, lo cual (no
nos engañemos) también es un deporte de riesgo, pajarito/a…

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19- MÚDATE A OTRA CIUDAD. Rojo... pero rojo, rojo

“La vida es corta y luego muerte, ¿lo sabías?” (Steve Jobs)

Y para muestra un botón… digo un servidor. Vaya por delante (esto no hay que olvidarlo) que
cada cual debe tener en cuenta su situación personal y sus posibilidades. Pero si estás hastiado hasta
el punto de que incluso los días te parecen grises aun a 30 grados a la sombra, puede que el problema
sea que no te sientes a gusto (o que necesitas una revisión ocular), o te ves limitado o crees que no
encajas en el lugar en el que resides.

Pocas cosas puede haber más emocionantes que empezar de cero. “Borrón y cuenta nueva”, que
lo llaman. Es casi como si volvieras a nacer, como si te reinventaras a ti mismo y pudieras comenzar
por donde te diera la real gana. Cambiar de ciudad de residencia es un método inmejorable para
hacer eso, ya que de pronto te encuentras con un nuevo entorno que explorar, eres forastero pero
estás aquí para quedarte; y lejos de sentirte perdido, ¡regodéate y disfrútalo!, porque las personas
suelen recibir muy bien a la gente nueva (especialmente en el sur y en levante), o al menos así es
como reciben a un gallego en Valencia…

Por mi experiencia personal puedo decir sin temor a equivocarme que cambiar de residencia a un
lugar relativamente lejos del que has conocido siempre, es una experiencia que abre muchísimo tu
mente. Resulta curioso como aun estando en el mismo país, conoces gente con una forma de ver la
vida muy diferente a la que estás acostumbrado, y sorprendentemente, puedes iniciar toda clase de
relaciones de una forma inusualmente rápida y siempre productiva. Cierto es, que puede intimidar en
un principio pero, bien mirado, no hay nada que perder; para irte “a casa” te sobra tiempo, así que
mejor sacar partido a la nueva situación y descubrir qué te depara el futuro en este nuevo camino que
muy valientemente has decidido recorrer.

Ejemplo:

Existe una probabilidad muy alta de que a día de hoy ya hayas hecho alguna mudanza, pues casi
todo el mundo lo ha hecho alguna vez en su vida a mayor o menor escala. Es más difícil de lo que
crees encontrar a alguien que nunca se haya movido (a no ser niños que le han cogido apego a la cuna
o ancianos muy encariñados con su andador…) ya sea que no vives en la misma casa en la que
vivíais tu familia y tú cuando eras crío/a, o te fuiste al colegio mayor cuando estabas en la
universidad, o a otra zona de la ciudad cuando te independizaste, a otra ciudad cercana por motivos
de trabajo, etc… Y si no es el caso… Ya estás tardando, porque sin duda ésta es una de esas cosas
que hay que probar al menos una vez en la vida.

Ejercicios:

Éste es tu itinerario…

Infórmate sobre el lugar al que quieres mudarte para no equivocarte al elegirlo: clima (en mi
caso esto es crucial porque cansa que el verano dure solo un día al año…), servicios públicos,
sanidad, medio ambiente, centros comerciales y de ocio, vivienda, tráfico, empleo…

Cómo empacar: Deshazte de lo innecesario, vendiendo cosas como el jersey de lana que te
Cómo empacar: Deshazte de lo innecesario, vendiendo cosas como el jersey de lana que te
regaló tu suegra y deseas quemar… Puedes alquilar un servicio de fletes y mudanzas, ya que es
fácil encontrarlos bastante baratos. Pero insisto, hay cosas que no necesitas aunque la sociedad
te haya enseñado a creer que sí, como el microondas o la tostadora, cierta ropa, la televisión
(créeme, no es necesaria para sobrevivir, sino más bien todo lo contrario).

Programa un horario para tu mudanza y llévala a cabo. Según la distancia a la que te muevas,
podrás tardar como máximo una semana en acabar de instalarte en caso de que tengas que pintar
o hacer alguna reforma para luego distribuir muebles (en caso de llevarlos contigo) y vaya por
delante que se puede ser inmensamente feliz con una decoración espartana.

Explora: Visita un punto de información y conoce tu nueva ciudad; los museos, monumentos y
plazas están ahí para algo más que para adornar y siempre son un buen sitio en el que empezar a
conocer a otras personas y hacer nuevas amistades.

Prueba a “estrenar” tu nueva ciudad de adopción poniendo en práctica con nuevos amigos
algunas de las cosas expuestas en este Ebook.

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20- EL DÍA SIN RUTINA. Naranja

“La gente se cree inmortal, por ello abrazan la rutina, quedándose allí parados” (Félix de Azua)

He aquí la razón de ser de todo este libro. Vaya por delante que toda la clave es un ejercicio, sin
teoría (salvo la indispensable para que sepas de qué va) ni ejemplo.

Es el gran juego de “El día sin rutina”: Se trata de elegir un día a la semana (no tiene por qué ser
siempre el mismo) en el cual no podrás seguir rutina alguna. Si nada más levantarte, lo primero que
haces habitualmente es ducharte, vestirte y desayunar café caliente… hoy vas a echarle huevos y vas
a desayunar leche “en frío” con cereales (por ejemplo). Lo de los huevos también puede ser literal…
El caso es no hacer absolutamente nada en este día de lo que hagas habitualmente, empezando ya
desde el mismo momento en que te despiertas.

Que resulta que ¿estás saliendo de marcha? Pues queda totalmente prohibido que pises los
locales que sueles frecuentar. Que ni se te vea el pelo por allí (si lo tienes, afortunado/a de ti) Es
más, vas a cambiar de zona de marcha, ni te acercarás por tu zona habitual de salidas mandangueras.

Que resulta que ¿tienes que ir a trabajar? Vale, perdonable, aún hay gente que trabaja en este
país, aunque parezca ciencia ficción. Pero irás al tajo siguiendo otra ruta, mediante otro medio de
transporte (o sin él) y, si me apuras, con vestimentas no habituales (siempre que sea apropiado.
Tampoco hay que arriesgarse a una bronca del mandamás, y quedaría extraño ver a un cirujano
operando en chándal…)

Tan solo seguirás las siguientes tres reglas:

1. Cambiar el orden y la forma de hacer las cosas.

A veces no queda más remedio que hacer algo de lo que haces habitualmente, como por
ejemplo… qué se yo… ¿alimentarte? Pero cambia al menos el menú, el estilo culinario, el
horario, la compañía, el lugar… Así con todo, no sólo la comida. Ya sean los detalles más
insignificantes de una situación.

2. Que no implique algo negativo para ti.

No hace falta tener muchas luces para darse cuenta de esto, pero no se trata de que te vuelvas
loco y acabes en un calabozo ni nada por el estilo. Tampoco me hago responsable si te metes
en un casino y sales solamente con la ropa interior que llevabas. O ni siquiera eso. Claro que,
ahora que lo pienso, sería muy divertido…

3. Obligarte a hacer como mínimo una de las claves del libro.

Ah, pajarito/a… ¿Creías que te ibas a librar? De eso nada. Vas a escoger una al azar o varias a
elección propia y la/las vas a llevar a cabo durante todo el día, sin excusas ni peros ni
puntualizaciones ni “me duele una uña”. Con el detalle de que El día sin rutina de la siguiente
semana, no podrás repetir claves a no ser que ya las hayas cumplido todas. Y, como habrás
imaginado, un Día sin rutina + Día del Sí… será algo “Estupendástico”.

Menuda sorpresa te has llevado ¿eh? Te has ido saltando capítulos o a medida que los ibas
leyendo te decías “Este… mejor lo dejo para el final”, y ahora te encuentras con que vas a tener que
llevarlos todos a la práctica Sí o Sí. ¿Qué esperabas? Te has comprado un libro que te sirva de
inspiración para escapar de la rutina (porque te lo has comprado ¿verdad chiquitín/a…?) y no es algo
fácil vencer la inercia que suponen años de costumbres, así que es normal que, sobre todo al
principio, tenga que “espolearte” caballito… digo… pajarito/a.

¡Ala!, ya tienes material de sobra para escapar de la rutina. Me sentiré satisfecho si te he ayudado
con todo esto, y si no… ya escribiré una secuela cañera. Tú acuérdate de mí cada vez que vayas a la
cama con una sonrisa tras habértelo pasado en grande en alguna aventura, y a vivir que son dos
días…

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21- CREA TU PROPIA CLAVE

CLAVE:

EJEMPLOS:

EJERCICIOS:

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EPÍLOGO

Podría rellenar estas últimas líneas con decenas de frases inspiradoras, corolarios y bonitos
adornos, pero creo que llegados a este punto, cualquier cosa que diga no estará a la altura del mejor
epílogo que podría existir para un libro como este, y no es otro que un bello poema titulado “Muere
Lentamente”. Erróneamente atribuido por muchísima gente al poeta chileno Pablo Neruda, pertenece
en realidad a la poetisa brasileña Martha Madeiros. Lo cierto es que existen varias versiones de
estos versos pero, en cualquier caso, ilustran perfectamente el contenido de este libro, las ideas que
pretendo transmitir en él, así como también le han servido de inspiración en gran medida; del mismo
modo en que espero que te inspiren a ti para animarte a huir de la rutina y aprender a llevar una vida
más plena y mandanguera. Sin más, me despido y os dejo con:
MUERE LENTAMENTE (MARTHA MADEIROS)

Muere lentamente quien se transforma en esclavo del hábito, repitiendo todos


los días los mismos trayectos, quien no cambia de marca, no arriesga vestir un
color nuevo y no le habla a quien no conoce.

Muere lentamente quien hace de la televisión su gurú.

Muere lentamente quien evita una pasión, quien prefiere el negro sobre blanco
y los puntos sobre las “íes” a un remolino de emociones, justamente las que
rescatan el brillo de los ojos, sonrisas de los bostezos, corazones a los tropiezos
y sentimientos.

Muere lentamente quien no vuelca la mesa cuando está infeliz en su trabajo o


con su pareja, quien no arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un
sueño, quien no se permite por lo menos una vez en la vida, huir de los consejos
sensatos.

Muere lentamente quien no viaja, quien no lee, quien no oye música, quien no
encuentra gracia en sí mismo.

Muere lentamente quien destruye su amor propio, quien no se deja ayudar.

Muere lentamente quien pasa los días quejándose de su mala suerte o de la


lluvia incesante.

Muere lentamente quien abandona un proyecto antes de iniciarlo, no


preguntando por un asunto que desconoce o no respondiendo cuando le indagan
sobre algo que sabe.

Evitemos la muerte en suaves cuotas, recordando siempre que estar vivo exige
un esfuerzo mucho mayor que el simple hecho de respirar. Solamente la
ardiente paciencia hará que conquistemos una espléndida felicidad.
Diego Blanco

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AGRADECIMIENTOS

A mis padres y a mi hermana por no dejarme olvidar de dónde vengo.

A Mar por mirarme y sonreírme de la forma en que lo hace.

A mis amigos de Egoland Luis, Kike, Álvaro, Antoni, Javi, Pau, Yago y Max, por enseñarme que
una forma de vida mandanguera es la más gratificante posible.

Mención especial a Jorge por ser un buen amigo, y servirme de inspiración para aprender a hacer
de cada uno de mis días una aventura.

Al Diego que fui porque sin él, no habría habido rutina de la que escapar. A la imagen que me
devuelve el espejo por no dejarme olvidar a dónde voy.

“21 Claves para Escapar de la Rutina”

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