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CHRIS GARDNER:

LOS SEIS INGREDIENTES PARA


PONER EN LA “LICUADORA DE LA
VIDA”.

La presentación muy esperada de Chris Gardner, cuya vida inspiró la película de


Hollywood En busca de la felicidad, demostró ser tan inspiradora y conmovedora como se
preveía. Como cierre del World Leadership Forum 2013, Gardner habló sobre la esperanza,
la perseverancia y la búsqueda de tu pasión. A continuación vamos a recapitular algunos de
sus pensamientos, así como compartir sus seis ingredientes para poner en lo que llama la
“licuadora de la vida”.

Gardner comenzó su exposición hablando de un concepto del que muchos probablemente


nunca habían oído hablar: genética espiritual. Según Gardner, en quién te conviertes, no
depende de la genética o la biología, o incluso de dónde eres; cada uno de nosotros
elegimos quiénes seremos como hombre o mujer. "Puedes hacer o ser cualquier cosa que
quieras hacer o ser", aseguró Gardner.

Si hubo alguna vez alguien que probara esto, fue él. Creció con un padrastro alcohólico que
le recordaba constantemente que no era su verdadero padre (a veces él incluso utilizaba la
amenaza de una escopeta para enfatizar ese punto; a la edad de 28 Gardner era una persona
sin hogar, padre soltero, que finalmente ganó una posición en Dean Witter Reynolds como
corredor de bolsa. Según Gardner, su genética espiritual fue heredada de su madre, uno de
los pocos aspectos positivos en su joven vida, que lo mantuvo con una luz de esperanza en
su interior a través de las más duras situaciones. Él cita a su madre como la fuerza
impulsora detrás de su éxito en el futuro.

A través de un recuento emocional de su vida y de la gente con la que se ha encontrado


desde que se sacó a sí mismo de las calles; además de sus logros y fracasos, Gardner relata
los seis ingredientes que puso en la licuadora de su vida:
Promesa:

"A veces las promesas más importantes son las que te haces a ti mismo", aseguró
Gardner. Él se hizo una promesa a sí mismo a la edad de cinco años, de que si alguna vez
tenía hijos les iba a mostrar el amor de un padre, que nunca tuvo la oportunidad de
experimentar. Al dormir en un baño público a la edad de 28 años, luchando para ganar un
puesto en una firma de corredores de valores, vio que se mantenía fiel a esa promesa.

Pasión:

Gardner decidió que iba a ser de clase mundial en todo lo que hacía en la vida. "Sólo tienes
que encontrar el botón, la única cosa que se enciende". Desde la primera vez que entró en
una sala de operaciones en Wall Street y vio el caos, el ruido y la emoción, supo que había
encontrado su lugar.

Practicidad:

A veces tienes que hacer lo que tienes que hacer antes de hacer lo que quieres hacer."

Gardner resume la constante batalla entre el pragmatismo y la pasión. Ambos son


ingredientes esenciales para poner en la licuadora, pero tienes que equilibrarlos.

Poder:

En los momentos más duros a lo largo de su vida, Gardner se preguntó "¿Cómo he llegado
hasta aquí?" La respuesta fue aún más brutal: "Me conduje hasta aquí". Sin embargo, a
sabiendas de que tenía algo que ver con las circunstancias y las condiciones de su vida, se
llenó de poder para darse cuenta de que si él se impulsó adentro, se podía expulsar.

Planeamiento:

"Claro, conciso, convincente, coherente y comprometido", son las características de un


buen plan, de acuerdo a Gardner. Aunque es importante ser apasionado, nunca habría
llegado a donde lo hizo en la vida si no hubiera tenido una idea de hacia dónde quería ir.

La esperanza es una cosa hermosa, pero es mejor tener esperanza y un plan."

Perspectiva:

Gardner aconsejó a la audiencia del World Leadership Forum entender y valorar lo que es
realmente importante; las grandes preguntas, lo que no es negociable, y no quedar envuelto
en las cosas pequeñas.

Puedes hacer dinero, puedes perder dinero, pero no puedes hacer tiempo, una vez que
se ha ido se ha ido."

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