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3) Honorarios
Lo habitual es que el mánager cobre un porcentaje de los ingresos generados en
las áreas del artista en las que interviene. Por ejemplo, un booker podría cobrar el
10% de los ingresos generados por los conciertos que él consigue, aunque dicho
porcentaje puede variar si también interviene un tour mánager con el que repartir
las responsabilidades (y las ganancias). En cambio, un mánager integral o mánager
360, responsable de todos los aspectos de la carrera musical, podría obtener entre
un 10% y un 30% de todos los ingresos que perciba el músico o banda.
En definitiva, el mánager percibe una comisión por los ingresos que él contribuye a
generar. Si se trata de un mánager principal que necesita subcontratar
responsables de área, se puede negociar una cantidad fija por esos servicios o un
porcentaje sobre la remuneración que percibirá el mánager. Aunque es más
frecuente para las figuras de asistentes personales, también puede haber casos de
mánagers a sueldo del artista, que perciben un salario fijo a final de mes
independientemente de los ingresos del artista.
4) Gastos
Esta es una de las cláusulas más delicadas a negociar puesto que se trata de una
cuestión que puede desvirtuar los ingresos efectivos del artista o del mánager. Si el
porcentaje de honorarios del mánager se acuerda “sobre los ingresos íntegros del
artista” significa que no se deducen los gastos soportados por el músico, lo cual
favorece claramente al mánager y perjudica a su cliente. Puede ocurrir que el
promotor de un concierto corra con todos los gastos y pague una cantidad
directamente al artista, o bien que el caché sea más alto porque corren a cuenta
del artista gastos de viaje y hoteles.
Lo más equilibrado es pactar que la comisión se calcule sobre los ingresos netos,
una vez deducidos determinados gastos como:
– Impuestos;
– Promoción y publicidad.
Por otro lado puede haber gastos pagados por el mánager pero que deben ser
soportados por el artista según el contrato. En tales casos las cantidades
adelantadas por el representante serán reintegrados por el artista. Por ejemplo, la
oficina de management puede ir realizando los pagos a hoteles, agencias de viaje o
a personal contratado por el artista, para posteriormente realizar la oportuna
liquidación al cobrar la factura por el concierto.
5) Exclusividad
Lo normal es que se pacte exclusividad con el mánager. Hay que negociar si la
exclusividad sólo alcanza a la representación en España o tiene ámbito
internacional. También se especificarán aquellas áreas o funciones en las que el
mánager dispone de exclusividad. En cambio, será raro encontrar un mánager que
trabaja en exclusiva con un sólo artista.
6) Poder de representación
En el contrato de management se puede incluir una cláusula que obligue al artista
a otorgar un poder notarial de representación, de manera que el mánager pueda
actuar frente a terceros en nombre del músico con la misma fuerza que si firmara
personalmente el representado. Esta práctica aporta mucha agilidad y autonomía al
mánager para desempeñar su trabajo, aunque debe existir total confianza personal
para evitar situaciones indeseables.
8) Liquidaciones
Los ingresos generados por el artista pueden ser percibidos directamente por éste,
o bien puede autorizarse al mánager para cobrar cantidades en su nombre. En tales
casos el promotor de un concierto o el sello discográfico abonaría el dinero al
mánager, quien posteriormente lo ingresa al artista descontando sus honorarios y
gastos que haya adelantado.
El contenido del presente post es una información general sin valor como
asesoramiento legal. Es recomendable que consultes a un profesional antes de
firmar contratos y documentos. Sympathy for the Lawyer presta asesoramiento a
músicos, mánagers, sellos, promotores y empresas de la industria musical. Nos
ocupamos de todas las cuestiones legales relacionadas con la música: contratos,
derechos de autor, impuestos, laboral, marcas, derechos de imagen,…
1) Objeto del contrato de
management
Este tipo de contratos tienen como objeto establecer la obligación del mánager musical de
representar al artista ante terceros, junto a otras prestaciones como la búsqueda de
actuaciones, negociar con sellos discográficos, asesoramiento sobre las decisiones en el
desarrollo de la carrera artística,… A cambio, el mánager musical percibe unos honorarios
basados normalmente en un porcentaje de los ingresos que consiga generar para el artista.
3) Resultados mínimos
Puede ser recomendable acordar un número mínimo de conciertos o de ingresos generados
gracias al mánager musical durante un período determinado, de manera que si no se alcanzan
esos objetivos se pueda resolver el contrato o reducir el porcentaje de honorarios del
mánager.
4) Exclusividad
Normalmente un artista trabaja en exclusiva con un mánager, de manera que no existan varios
representantes a la vez. No obstante, la exclusividad puede ser universal o estar limitada a un
territorio, en cuyo caso por ejemplo existiría un mánager para España, otro para resto de
Europa y otro para América. La contratación de mánagers en terceros países para la
expansión internacional suele hacerse a través de la oficina de management inicial, lo que
significa que existe una exclusividad universal y que posteriormente se subcontrata con
oficinas de otros países.
5) Duración del contrato de
representación artística
Será un elemento clave a negociar. Es recomendable períodos cortos renovables ya que de
esta manera no se fuerza la relación y el contrato continuará si ambas partes están
satisfechas.
6) Poder de representación
El mánager es el representante del artista y, como tal, habla y actúa en su nombre. Esa
representación implica obligar al artista, es decir, comprometerle en contratos y acuerdos
frente a promotores, sellos, patrocinadores, prensa,… Para que esos compromisos tengan
validez jurídica será necesario, si el mánager firma en nombre del artista, un poder notarial. El
alcance del poder puede llegar a ser muy amplio, por lo que en el momento de firmar ante
notario es conveniente estar bien asesorados para determinar para qué actos es necesario
verdaremente otorgar poder y establecer posibles límites de actuación.
7) Intuitu personae
Lo normal es que este tipo de contrato se otorgue por las circunstancias y características de
una persona concreta. Por ello es recomendable incluir una alusión al carácter de intuitu
persona del contrato. Que el contrato tenga la consideración de intuitu personae significa que
se firma porque se trata de una persona concreta, que si fuera otra persona no se celebraría.
Por tanto, el mánager no podrá transferir los derechos y obligaciones de este contrato a
terceras personas (por ejemplo, si vende su empresa de management), de igual manera que
si miembros esenciales del grupo se van de la banda el contrato podría quedar resuelto.
Como ves, es un tema complejo y muy importante. En Sympathy for the Lawyer asesoramos
legalmente tanto a mánagers como a artistas en proceso de negociación con mánagers y
sellos discográficos. Podemos ayudarte de varias maneras:
Escribe un comentario con dudas relacionadas con este post e intentaremos resolverla
lo antes posible.
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Tipos de servicios como mánager
En la práctica existen diferentes tipos de mánagers según los servicios que prestan a los artistas y
en el contrato entre mánager y artista debe indicarse claramente las áreas de actuación incluidas:
Por ejemplo un músico consagrado podría tener un contrato con un mánager musical general, un
agente discográfico, un booker para conciertos y actuaciones musicales, un tour mánager, road
mánager, un jefe de prensa, un agente de derechos de imagen, asistente personal,…
Cuando se determinen las funciones y áreas de intervención del mánager debemos fijar
también sus obligaciones contractuales. En efecto, si el mánager sólo se dedica a una
faceta de la carrera artística de su representado las obligaciones estarán referidas a esa
especialidad. Pero si hablamos de representación artística en sentido amplio, las
obligaciones del mánager serán las propias de los servicios de orientación sobre la
estrategia y desarrollo de la carrera artística, negociación de contratos, asistencia,
asesoramiento,… El mayor o menor detalle a la hora de describir el alcance de estos
servicios y obligaciones es muy importante, ya que ayudará a discernir cuándo existe o no
incumplimiento de tales obligaciones.
Del mismo modo, también se deben incluir en el contrato las obligaciones del artista y su
alcance. A nivel general, el artista está obligado a cumplir los compromisos artísticos que
haya alcanzado su mánager, pero se pueden concretar con más detalle sus obligaciones en
cuanto a dedicación, rigor profesional, puntualidad,…
El incumplimiento de las respectivas obligaciones puede causar a la otra parte una serie de
daños y perjuicios, por lo que el contrato entre mánager y artista incluirá también el
mecanismo de penalización e indemnizatorio.
Un mánager suele cobrar un porcentaje sobre los ingresos que percibe el artista. Si
hablamos de un mánager especializado solo en una parte de la carrera del artista,
lógicamente habrá que delimitar en el contrato los conceptos sobre los cuales se aplica la
comisión.
Además, deberá negociarse e incluirse una cláusula acerca del devengo de comisión a favor
del mánager sobre ingresos obtenidos una vez finalizado pero que fueron conseguidos
inicialmente gracias al trabajo del mánager.
Es muy importante estipular de manera clara los gastos que deben ser soportados por el
artista y los que corresponden al mánager. Además, a la hora de calcular los honorarios del
mánager es necesario determinar los gastos deducibles de los ingresos brutos resultando
una cantidad sobre la cual aplicar el porcentaje de comisión.
En efecto, lo habitual es acordar que la comisión del mánager se determine sobre ingresos
netos, descontando gastos de personal, de producción, impuestos, dietas, promoción,…
Por otro lado, recomendamos establecer por escrito el mecanismo para reintegrar al mánager
los gastos adelantados por éste pero que corresponden al artista.
Poder de representación
El mánager, como representante del artista que es, debe hablar y negociar en su nombre. En
esa labor de representación será necesario obligar al artista frente a terceros, o sea,
comprometerle a través de contratos y acuerdos frente a promotores, productores,
empresarios de su sector, patrocinadores, prensa,…