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AVES DE MAZAGÓN: EL CORMORÁN GRANDE

Por Rafael R. Porrino

El cormorán grande Phalacrocorax carbo es un ave de gran


tamaño, cuyo aspecto general llega a resultar algo extraño,
presentando incluso un “toque reptiliano”. Su plumaje es casi por
entero negro en los adultos (si bien en la época reproductora presenta
parte de la cabeza blanca y manchas blancas en los muslos), y
blancuzco y pardo en los jóvenes. En algunas regiones de España y
Portugal se le conoce como “cuervo marino” por su color y hábitos.
Plumaje adulto

Es una especie principalmente ictiófaga; es decir, que se alimenta de


peces, prefiriendo aquellos de mediano o incluso gran tamaño. Es un
fabuloso pescador submarinista, que en ocasiones realiza acciones
grupales de pesca, participando varios ejemplares en las tareas de
cercar, perseguir, asustar y capturar presas.
Plumaje juvenil

Es bastante común avistar a los cormoranes posados largo rato con las
alas desplegadas, erguidos sobre boyas, rocas, postes o troncos; al
parecer lo hacen para ayudar a secar su plumaje.
Adulto adquiriendo el plumaje reproductor

El cormorán grande ha protagonizado un aumento y expansión de


sus poblaciones en Europa en las últimas décadas del siglo XX, lo que ha
provocado que haya ido pasando poco a poco de ser una especie de rara
aparición en España a llegar a considerarse un invernante común o
incluso localmente abundante. Otro de los factores que ha contribuido a
su aumento en nuestro país es la construcción de grandes embalses y
presas, ricos en peces. Por todo ello, en la actualidad son casi 100.000
los cormoranes que eligen la Península Ibérica para pasar la temporada
invernal, según datos de SEO/Birdlife.
Esta especie es gregaria, por lo que suele verse en pequeños grupos,
además de formar dormideros para pasar las noches durante la época
invernal.
Dormidero de cormoranes en eucaliptos de los sotos del Guadalquivir

En la provincia de Huelva anida de modo regular desde hace una


década, cuando detectamos su reproducción en el embalse de
Aracena. Este fenómeno es aún muy singular en nuestra Comunidad
Autónoma, donde se cuentan con los dedos de una mano los enclaves
en los que se reproduce el cormorán. Colonias de cría que, por cierto,
comparte frecuentemente con otras aves como garzas.
Colonia de cría de cormoranes en la Sierra de Aracena

Sin embargo, como ya se ha dicho, es en otoño e invierno (de


septiembre a marzo) cuando resulta más fácil ver al cormorán grande
en nuestras latitudes, ya que recibimos individuos desde otros países
europeos, que acuden al sur del continente en busca de mejor clima y
de humedales con adecuada disponibilidad de alimento.
Precisamente esos movimientos migratorios son los que llevan a
pájaros del Centro y Norte de Europa a recalar en Mazagón y su
entorno, no siendo raro que haya determinados individuos que repitan
año tras año su viaje hacia nuestra localidad. Este es el caso de un
cormorán danés con anilla de color rojo con código 0HV, quien ha
pasado varios de sus -por el momento- 12 inviernos de vida en el puerto
deportivo de Mazagón, a más de 2.400 km de su lugar de origen.
Cormorán 0HV, nacido en Dinamarca y visitante invernal en Mazagón

En nuestro entorno se le avista en todo tipo de humedales, tanto de


agua dulce como salada. La desembocadura de la Ría, el puerto
deportivo, los aguazales del Monte Dunas del Odiel, las marismas del
Tinto y del Odiel, las lagunas de Palos y Las Madres, o el Estero de
Domingo Rubio son lugares cercanos a Mazagón donde se avista
fácilmente al cormorán grande.
Cormorán grande en la Laguna de Las Madres

Publicado en www.mazagonbeach.com el 18 de diciembre de 2019

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