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El leopardo (Panthera pardus) es un mamífero carnívoro de la familia de los félidos.

Al igual que
tres de los demás félidos del género Panthera, el león, el tigre y el jaguar, están caracterizados por
una modificación en el hueso hioides que les permite rugir (nuevas investigaciones afirman que la
capacidad de rugir se debe a adaptaciones morfológicas, sobre todo en la laringe y en las cuerdas
vocales). También se lo conoce como pantera parda y, cuando presenta un pelaje completamente
oscuro, como pantera negra (melánico).

Etimología
En la Antigüedad, el leopardo era considerado un híbrido de un león y una pantera, como
queda reflejado en su nombre, el cual se compone de las palabras griegas de λέων leōn
(león) y πάρδος pardos (pantera macho).2 Está, además, relacionado con el sánscrito पृदाकु
pṛdāku (serpiente, tigre, pantera) y probablemente se deriva de la lengua mediterránea, así
como del egipcio.

Hábitat
El leopardo es uno de los grandes félidos más adaptables. Habita en todo tipo de hábitats,
siempre que tenga un lugar donde esconderse y existan suficientes presas para sobrevivir;
se encuentra presente en todo tipo de bosques y selvas, en las sabanas, en los sembrados y
en lugares rocosos, e incluso en desiertos. En algunos hábitats, el leopardo desarrolla
formas para evadir a otros depredadores mayores o más numerosos, como es el caso del
león y las hienas en África, y el tigre en Asia. Realmente, el único factor que limita al
leopardo son las personas.

Características
El leopardo tiene una silueta bastante maciza, con la cabeza redonda y la cola larga y fina.3
Sus patas son potentes, con cuatro dedos en las posteriores y cinco en las anteriores, siendo
todas sus garras retráctiles.3 Alcanzan de 91 cm a 1,91 m de longitud, más la cola que mide
de 58 a 110 cm y una altura en la cruz de 45 a 78 cm.4 Los machos adultos llegan a pesar
entre 37 y 90 kg, y las hembras de 28 a 60 kg.4

Su fórmula dental es la siguiente: 3/3, 1/1, 3/2, 1/1 = 30.3

En la cultura popular, no es raro que se le equipare al guepardo, con el cual comparte un


rasgo: pelaje amarillento con motas oscuras. Sin embargo, tanto la morfología como la
biología de ambas especies difieren enormemente, y taxonómicamente pertenecen a
géneros distintos. Menos fácil resulta diferenciarlo del jaguar, pero la distribución
geográfica de esta especie hace que no haya confusión entre ambas.

Panteras negras

Artículo principal: Pantera negra


Se denomina así a los leopardos y/o jaguares melánicos. El color negro es producido por
una gran cantidad de melanóforos (células pertenecientes a una de las capas de la piel)
distribuidos por toda la superficie corporal.

Biología
Los leopardos cazan preferentemente por la noche y acostumbran a pasar el día durmiendo
entre la vegetación, en cuevas de otros animales o, a menudo, sobre la rama de un árbol al
que trepan con agilidad a pesar del tamaño que poseen. Por lo general suelen evitar en lo
posible la presencia del ser humano debido al temor que les infunde.

Para el leopardo, el árbol es a la vez donde descansa, desde donde observa y caza a su
presa, y donde almacena su comida. Desde lo alto del árbol, el leopardo puede tender una
emboscada a sus presas y también dejar la comida fuera del alcance de algunos carroñeros.

Reproducción
Son animales solitarios excepto en época de reproducción. El período de gestación dura
alrededor de tres meses (90 a 105 días) y la hembra puede tener de uno a seis cachorros por
camada, aunque lo más común es de dos a cuatro. La madre suele transportar a las crías
sujetándolas con los dientes por el cuello. Los mantiene durante dos años. Llegan a vivir
casi veinte años.

Hábitos
El leopardo es activo las veinticuatro horas del día; esto es, puede estar activo en cualquier
momento, sea de día, de noche, al oscurecer o amanecer. En estudios donde se han utilizado
collares con radio, los ejemplares estudiados se han mantenido en movimiento alrededor
del 50 % del tiempo, mientras que una madre con cachorros demostró estar activa un 75 %
del tiempo.[cita requerida] Las madres permanecen con sus cachorros durante cierto tiempo, y
durante el celo las parejas están juntas por unos días. El resto del tiempo el leopardo hace
una vida solitaria.

Alimentación
Los leopardos son cazadores oportunistas y versátiles, y tienen una dieta muy amplia que
abarca más de cien especies de vertebrados.5 Se alimentan de una mayor diversidad de
presas que las otras especies del género Panthera, y se han reportado leopardos comiendo
prácticamente cualquier tipo de animal al que superen en tamaño o puedan abatir, desde
escarabajos hasta elands comunes, aunque sus presas más frecuentes suelen estar en el
rango de los 20-80 kg. La presa más grande abatida por un leopardo que se ha reportado ha
sido un eland macho de 900 kg, aunque los leopardos no suelen cazar animales tan grandes.
Su dieta consiste principalmente en ungulados (como diversos antílopes y hasta incluso
elands; en Asia también cazan ciervos y jabalíes) seguido de primates, principalmente
monos de diversas especies (entre ellas el cercopiteco verde y todas las especies de
babuinos). Sin embargo, también se alimenta de manera oportunista de roedores, reptiles,
anfibios, insectos, aves (especialmente aves terrícolas como la pintada vulturina), peces y
depredadores más pequeños (zorros, chacales, martas y especies de félidos más pequeños
como caracales, servales y gatos). Incluso son capaces de predar sobre licaones, doles,
lobos, guepardos y ejemplares jóvenes de las mayores especies de pitónidos (pitón
reticulada, pitón de Birmania y pitón africana de roca) y crocodílidos (cocodrilo del Nilo,
cocodrilo de las marismas y cocodrilo de agua salada) con las que comparte territorio, en
tanto que de las especies menores (cocodrilo enano, cocodrilo hociquifino africano y
cocodrilo siamés) puede predar también sobre ejemplares adultos, al igual que sucede con
el gavial, el falso gavial y el aligátor chino. Eventualmente se alimenta de las crías de las
tres mayores especies de hiénidos, de las de los leones y de las de los cinco úrsidos con los
que comparte territorio en algunas regiones de Asia (oso pardo, oso panda gigante, oso
malayo, oso bezudo y oso negro asiático).6

Los ejemplares adultos de la mayoría de estos grandes predadores pueden abatir a los
leopardos (leones) e incluso eventualmente convertirse en sus predadores (crocodilios,
pitones, hienas manchadas y úrsidos —excepto el oso panda gigante, que no preda sobre
presas importantes—).

El leopardo es uno de los pocos predadores de los bonobos y chimpancés adultos, y


también puede predar sobre gorilas orientales y occidentales jóvenes (en el caso de los
machos) y hembras adultas.7

Igualmente, de su amplia gama de presas, suele evitar a las que son potencialmente
peligrosas por vivir en grupos (chimpancés, lobos, doles, licaones, babuinos, etc.) y/o ser
especies que puedan ofrecer gran resistencia (guepardos) o abatirlo (gorilas).

Competencia y enemigos
Para no tener que ceder su presa a las hienas, los leopardos la suben a un árbol

Los leopardos deben competir por alimento y refugio con otros depredadores grandes como
el tigre, leones, guepardos, hienas manchadas, hienas rayadas, hienas marrones, y hasta
cinco especies de osos y perros salvajes africanos y asiáticos. Estos animales pueden robar
la presa muerta del leopardo, devorar a sus crías o incluso matar leopardos adultos. Los
leopardos coexisten junto a estos otros grandes depredadores cazando diferentes tipos de
presas y evitando las áreas frecuentadas por ellos. Los leopardos también pueden retirarse a
un árbol frente a la agresión directa de otros grandes carnívoros, pero se ha visto que los
leopardos matan o atacan a competidores como el chacal de lomo negro, el caracal, el gato
salvaje africano, el gato leopardo y los cachorros de leones, guepardos, hienas y perros
salvajes. La partición de los recursos ocurre cuando los leopardos comparten su rango con
los tigres. Los leopardos tienden a capturar presas más pequeñas, usualmente de menos de
75 kg (165 lb), donde los tigres están presentes. En áreas donde el leopardo es simpátrico
con el tigre, la coexistencia no es la regla general; los leopardos son poco frecuentes donde
los tigres son numerosos. La densidad media de leopardos disminuyó significativamente
(de 9.76 a 2.07 animales por 100 km²) cuando la densidad media de tigres aumentó (de 3.31
animales/100 km² a 5.81 animales/100 km²) de 2004-2005 a 2007-2008 en el Parque
Nacional Rajaji en India después de la reubicación de los pastores fuera del parque. Allí, las
dos especies tienen una superposición dietética alta, y un aumento en la población de tigres
dio como resultado una fuerte disminución en la población de leopardos y un cambio en la
dieta del leopardo a presas pequeñas (del 9 % al 36 %) y domésticas (de 6.8 % a 31.8 % ).

En el Parque Nacional Chitwan de Nepal, el tigre de Bengala coexiste con el leopardo indio
porque hay una gran cantidad de presas, una gran proporción de presas es de menor tamaño
y existe una vegetación densa. Aquí los leopardos mataron presas que van desde menos de
25 kg (55 lb) a 100 kg (220 lb) de peso, con la mayoría de las matanzas en el rango de 25-
50 kg (55-110 lb); los tigres mataron a más presas en el rango de 50-100 kg (110-220 lb).

A mediados del siglo XX, los leopardos de Amur estaban ausentes o rara vez se
encontraban en la región de Primorie, en el Lejano Oriente ruso, en los lugares donde
vagaban los tigres siberianos. Las encuestas realizadas a comienzos del siglo XXI revelaron
que el rango de ambas especies se superpone en esta región, especialmente en áreas
protegidas donde las densidades de ungulados son altas y la perturbación humana es baja.

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