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Enfermedades de transmisión sexual

https://kidshealth.org/es/teens/std-esp.html
Las enfermedades de transmisión sexual son infecciones que se contagian de una
persona a otra a través de las relaciones sexuales (vaginales, orales o anales) o del
contacto íntimo. Las enfermedades de transmisión sexual también reciben el nombre
de infecciones de transmisión sexual. Es importante que obtengas información sobre
estas enfermedades para protegerte a ti mismo.
La mayoría de las enfermedades de transmisión sexual se pueden prevenir con el uso
correcto de un condón cada vez que se tienen relaciones sexuales.
Lee más acerca de los signos y los síntomas de las enfermedades de transmisión
sexual más comunes, cómo se contagian y cómo se diagnostican y tratan:
• Herpes genital
• Verrugas genitales
• Gonorrea
• Hepatitis B (HBV)
• VIH y SIDA
• Ladillas
• Sífilis
Hepatitis B
¿Qué es la hepatitis B?
La hepatitis B es una infección del hígado causada por el virus de la hepatitis B (VHB).
En algunas personas, el VHB permanece en su cuerpo, provocando una enfermedad
crónica y problemas hepáticos duraderos.
¿Cómo la desarrolla la gente?
Habitualmente, el VHB se contagia a través de:
• mantener relaciones sexuales con una persona infectada por el VHB
• compartir agujas o inyecciones contaminadas al inyectarse drogas
• la trasmisión del VHB de una madre infectada a su hijo recién nacido
¿Quién se expone a contraer la hepatitis B?
La forma más habitual en que la mayoría de la gente contrae el VHB es al mantener
relaciones sexuales sin protección con personas que tienen la enfermedad. La gente
que comparte agujas también se expone a la infección porque no se suelen usar
agujas esterilizadas.
¿Cuáles son los signos y los síntomas de una infección por el VHB?
El VHB puede causar una amplia variedad de síntomas, desde una enfermedad leve y
una sensación general de encontrase mal hasta una enfermedad hepática más grave
que puede evolucionare a cáncer de hígado.
Una persona con hepatitis B puede presentar síntomas similares a los causados por
otras infecciones virales, como la gripe. La persona puede:
• estar muy cansada
• tener náuseas o vomitar
• no tener apetito ni ganas de comer
• tener fiebre leve o febrícula
El VHB puede causar orina más oscura de los normal, ictericia (cuando la piel y el
blanco de los ojos adquieren una tonalidad amarillenta), y dolores abdominales.

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Una persona que se exponga al virus de la hepatitis B puede empezar a presentar
síntomas al cabo de entre 1 y 6 meses. Los síntomas pueden durar de semanas a
meses.
En algunas personas, la hepatitis B produce pocos síntomas o ningún síntoma en
absoluto. Pero incluso la gente que no presenta ningún síntoma puede contagiar la
enfermedad a otras personas.
¿Qué problemas puede causar la hepatitis B?
La hepatitis B (también conocida como hepatitis sérica) es una infección grave. Puede
evolucionar a cirrosis (formación de cicatrices permanentes) en el hígado, insuficiencia
hepática o cáncer de hígado, que pueden causar síntomas graves y hasta la muerte.
Si una mujer embarazada tiene el virus de la hepatitis B, su bebé tiene muchas
probabilidades de tenerlo a menos que reciba una inyección inmunitaria especial y la
primera dosis de la vacuna contra la hepatitis B al nacer.
A veces el VHB no causa ningún síntoma hasta que la persona ya lleva un tiempo
infectada por el virus. En esa etapa, es posible que la persona ya haya desarrollado
complicaciones más graves, como lesiones en el hígado.
¿Cómo se diagnostica la hepatitis B?
Si crees que podrías padecer una hepatitis B o si te has podido exponer a su virus al
mantener relaciones sexuales o consumir drogas, ve a tu médico o a tu ginecólogo
para que te hagan la prueba de esta enfermedad (es posible que también te hagan
pruebas de otras infecciones). El análisis de sangre también puede indicar si la
persona padece una infección aguda o crónica. Indica a tu médico la mejor forma de
hacerte llegar los resultados con confidencialidad.
¿Cómo se trata la hepatitis B?
La hepatitis B no tiene cura. Los médicos dan consejos a sus pacientes para que
puedan controlar sus síntomas, como descansar mucho y beber líquidos. Las
personas que están demasiado enfermas para comer o beber deberán recibir
tratamiento en un hospital.
En la mayoría de los casos, los adolescentes que desarrollan una hepatitis B se
recuperan y pueden desarrollar una inmunidad natural a las infecciones por el VHB de
cara al futuro. La mayoría de ellos se encuentra mejor al cabo de unos 6 meses. Los
profesionales de la salud observarán atentamente a aquellos pacientes que
desarrollen una hepatitis B crónica.
¿Se puede prevenir la hepatitis B?
Los médicos recomiendan vacunar a todos aquellos niños y adolescentes menores de
19 años de edad que no se vacunaron cuando eren bebés o que no se pusieron las
tres dosis. Cualquier persona que corra el riesgo de contagiarse de la hepatitis B
(como los profesionales de la salud y de la seguridad, gente que padece
enfermedades hepáticas crónicas, gente que se inyecta drogas, etc.) también se
debería vacunar.
Si una persona que no se ha podido vacunar se expone al VHB, los médicos le
pueden poner la vacuna y/o una inyección de inmunoglobulinas que contenga
anticuerpos contra el virus para tratar de impedir que la persona se infecte. Por eso es
tan importante ir al médico inmediatamente después de una posible exposición al
virus.
Para prevenir la transmisión de la hepatitis B a través de sangre infectada y otros
fluidos corporales, los adolescentes deberían:
• abstenerse de mantener relaciones sexuales (orales, vaginales o anales)

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• en el caso de que se mantengan relaciones sexuales, utilizar siempre
condones o preservativos de látex al mantener relaciones sexuales (sea orales,
vaginales o anales)
• evitar el contacto con la sangre de una persona infectada
• no consumir drogas por vía intravenosa ni compartir agujas u otros utensilios
con este objetivo
• no compartir utensilios como cepillos de dientes o maquinillas de afeitar
• informarse bien sobre los centros donde se hacen tatuajes o piercings para
asegurarse de que no reutilizan agujas sin antes haberlas esterilizado.
VIH y SIDA
¿Qué es el VIH?
El VIH (virus de la inmunodeficiencia humana) es un virus que ataca al sistema
inmunitario. El sistema inmunitario se debilita, poniéndole difícil al cuerpo combatir las
infecciones y algunos tipos de cánceres.
La mayoría de las personas a quienes les diagnostican pronto esta infección y que
toman medicamentos contra el VIH pueden llevar vidas largas y satisfactorias.
¿Qué es el SIDA?
El SIDA (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) ocurre después de que una
persona lleve muchos años infectada por el VIH. En el SIDA, el sistema inmunitario se
debilita gravemente. Por lo tanto, se contraen infecciones graves y se desarrollan
problemas de salud importantes.
Los medicamentos pueden ayudar a que una infección por el VIH no evolucione a un
SIDA.
¿Cómo se contagia el VIH?
El VIH se contagia cuando sangre o fluidos corporales (como el semen o las
secreciones vaginales) infectados entran en el cuerpo de una persona. Esto puede
ocurrir al:
• mantener relaciones sexuales (sobre todo, vaginales y anales)
• compartir agujas para inyectarse drogas o hacerse tatuajes
• pincharse con una aguja que contenga sangre de una persona infectada
• El VIH también puede pasar de la madre al hijo durante el embarazo, el
alumbramiento o la lactancia.
El VIH NO se contagia a través de:
• el pis, las cacas, los escupitajos, los vómitos o el sudor (siempre y cuando no
contengan sangre)
• las toses o los estornudos
• darse la mano
• compartir utensilios para comer o para beber (vasos, platos y similares)
¿Cuáles son los signos y los síntomas de la infección por el VIH y el SIDA?
Cuando una persona se acaba de infectar con el VIH, puede presentar:
• fiebre
• ganglios inflamados
• úlceras dolorosas en la boca o alrededor del ano o del pene
• dolor de cabeza
• erupción en la piel
• dolor en los huesos y/o en las articulaciones

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Estos síntomas desaparecerán al cabo de pocas semanas. En los primeros años de
una infección por el VIH, la persona infectada puede tener síntomas leves, como
ganglios linfáticos inflamados.
Puesto que los síntomas de una infección por el VIH pueden ser leves al principio,
muchas personas pueden no saber que están infectadas. Y puede contagiar el VIH a
otras personas sin saberlo.
Pasados varios años, pueden aparecer otros síntomas, como los siguientes:
• diarrea
• pérdida de peso
• contraer un mayor número de infecciones
• contraer infecciones que son más graves de lo habitual
Sin tratamiento, una infección por el VIH puede conducir a un sistema inmunitario muy
debilitado y acabar evolucionando a un SIDA. Las enfermedades que pueden ocurrir
con el SIDA se llaman "enfermedades definitorias del SIDA".
Entre ellas, se incluyen las siguientes:
• pérdida de peso muy rápida e intensa (llamada síndrome de desgaste)
• una infección de pulmón llamada neumonía neumoquística
• sarcoma de Kaposi (un tipo de cáncer de piel)
• linfoma (cáncer en las células del sistema inmunitario)
¿Cómo se diagnostica una infección por el VIH?
Los profesionales de la salud suelen diagnosticar las infecciones por el VIH mediante
análisis de sangre. Una persona infectada por el VIH se dice que es "positiva al VIH".
¿Cómo se tratan las infecciones por el VIH y el SIDA?
Hay medicamentos que pueden ayudar a que las personas infectadas por el VIH se
mantengan sanas. También pueden impedir que una infección por el VIH evolucione a
un SIDA.
Los profesionales de la salud pueden recetar una combinación de varios tipos distintos
de medicamentos a sus pacientes infectados por el VIH o con SIDA. Estos pacientes
deben tomar exactamente lo que les hayan recetado para que la medicación funcione
correctamente.
Los análisis de sangre evaluarán la cantidad de células CD4 que hay en el cuerpo (lo
que se llama recuento de células CD4) y la carga viral.
Si el recuento de células CD4 en una persona positiva al VIH bajara mucho, los
médicos le recetarían antibióticos diarios. Esto sirve para prevenir la neumonía
neumoquística, que ocurre en personas con sistemas inmunitarios muy debilitados.
¿Es posible prevenir las infecciones por el VIH?
Para reducir el riesgo de contraer una infección por el VIH, las personas que
mantengan relaciones sexuales deberían:
• usar condones (o preservativos) cada vez que mantengan relaciones sexuales
(vaginales, orales o anales)
• hacerse la prueba del VIH y asegurarse de que todos sus compañeros
sexuales se la hacen también
• reducir la cantidad de compañeros sexuales
• hacerse las pruebas y tratase las ETS (enfermedades de transmisión sexual) el
hecho de tener una ETS aumenta el riesgo de contraer una infección por el
VIH.

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• considerar la posibilidad de medicarse cada día, lo que se llama profilaxis pre-
exposición (PrEP, por sus siglas en inglés) si hay un riesgo muy alto de
infección (por ejemplo, si se han mantenido relaciones sexuales regulares con
una persona positiva al VIH)
Nadie debería:
• Inyectarse drogas ni compartir ningún tipo de aguja.
• Compartir maquinillas de afeitar ni ningún otro objeto de uso personal que
pueda entrar en contacto con la sangre.
• Tocar la sangre de otra persona procedente de un corte o de otro tipo de
herida.
El tratamiento ha mejorado considerablemente la vida de la gente positiva al VIH.
Medicándose y recibiendo cuidados médicos regulares, las personas positivas al VIH
pueden tener vidas largas y satisfactorias.
Si tú o alguien que conoces es positivo al VIH o tiene el SIDA, es importante:
• acudir a todas las visitas médicas
• tomarse todos los medicamentos exactamente como lo hayan indicado los
médicos
• hacerse todos los análisis de sangre que se tengan programados
• entender qué es una infección por el VIH y qué es el SIDA y cómo se propagan
estas enfermedades
• estar activo desde el punto de vista físico, dormir lo suficiente y comer bien
Exámenes ginecológicos
¿Qué son las revisiones ginecológicas?
La ginecología es el campo de la medicina que se centra en el sistema reproductor
femenino, también conocido como aparato reproductor femenino. Una revisión
ginecológica es un control o "chequeo anual", como los controles anuales de la vista o
de los dientes.
Los médicos se suelen referir a estas revisiones como visitas preventivas para
comprobar que todo está yendo bien, y están diseñadas para asegurarse de la salud
del aparato reproductor femenino, ya que permiten detectar cuestiones de poca
importancia antes de que se conviertan en afecciones importantes. Las cuestiones de
poca importancia se pueden detectar antes de que uno sea consciente de que las
tiene. Viene a ser como cuando el dentista te detecta una caries y te la trata antes de
que te empiece a doler el diente.
Los médicos llaman a este control anual "revisión ginecológica", aunque suele ser bien
poco lo que se revisa en la primera visita. Es posible que el médico o el enfermero
eche un rápido vistazo a tus senos y a tus genitales externos para estar seguro de que
todo está bien. Pero la mayor parte de la consulta consistirá en hablar.
Algunos temas sobre los que hablarás con el médico serán los períodos menstruales,
el crecimiento de los senos, los métodos anticonceptivos, las enfermedades de
transmisión sexual (ETS), la sexualidad, las relaciones, el embarazo y la imagen
corporal. Lo más importante es que tendrás la oportunidad de hacer preguntas a tu
médico sobre cualquier cosa que se te ocurra, como, por ejemplo, el aspecto de tus
senos, si deberías afeitarte el vello púbico o no, o si lo que has oído sobre las
enfermedades de transmisión sexual es cierto.

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¿Cuándo debería hacerme una revisión ginecológica?
Los médicos recomiendan que las chicas se hagan su primera revisión ginecológica
cuando tengan entre 13 y los 15 años de edad. La mayoría de las niñas ya han
empezado a atravesar la pubertad a esta edad, de modo que es un buen momento
para comprobar que todo se está desarrollando bien.
Después de la primera visita, deberás hacerte una revisión ginecológica una vez al
año, aunque te encuentres perfectamente. Puesto que la mayor parte del aparato
reproductor femenino está oculto en el interior del cuerpo, no siempre te puedes dar
cuenta si presentas algún problema. Hablar sobre lo que está ocurriendo a tu cuerpo,
puede dar a los médicos o enfermeros indicios sobre cualquier problema que podrías
tener.
La mayoría de las chicas no necesitan someterse a una exploración mamaria ni a un
tacto vaginal hasta que ya han cumplido los 21 años. Pero, si el médico o el enfermero
notara algo inusual (o si tuvieras problemas, como menstruaciones muy abundantes,
falta de períodos menstruales, úlceras vaginales, picazón vaginal, mucho flujo u otros
síntomas) es posible que te hiciera un tacto vaginal en tu primera visita ginecológica.
Los médicos también pueden hacer exploraciones mamarias o tactos vaginales
cuando la paciente dispone de una historia familiar donde abunde este tipo de
problemas.
¿Qué ocurre en una revisión ginecológica?
Cuando llegues a tu cita, el personal del consultorio te pedirá información sobre tu
seguro médico y te entregará formularios para que los rellenes. Lo formularios
incluirán preguntas sobre:
• la fecha de tu último período menstrual
• cualquier afección de salud que puedas tener (como la diabetes o el asma)
• los medicamentos que tomas
• las alergias que padeces
• tu estilo de vida y hábitos relacionados con la salud (como hacer ejercicio o
fumar)
• tus antecedentes médicos familiares (como si tus padres tienen problemas de
salud)
• Si actualmente, o en el pasado, has mantenido relaciones sexuales (lo que se
refiere tanto al sexo vaginal, como al oral y al anal)
• si has estado embarazada alguna vez
• si estás usando algún tipo de método anticonceptivo
La revisión
Un enfermero o un ayudante médico te llevará a la sala de la revisión, donde te pesará
y te tomará la tensión arterial. Si el médico te va a echar un rápido vistazo al
crecimiento de tus senos, te dejará a solas para que te desnudes. El ayudante o el
enfermero te dará una bata para que te cubras.
El médico observará tus senos para determinar en qué etapa de crecimiento te
encuentras y si te estás desarrollando con normalidad. Después dará un rápido vistazo
a tus órganos reproductores externos (la abertura vaginal y el área que la rodea) para
asegurarse de que todo va bien.
Si tu médico decide que necesita hacerte un tacto vaginal, es posible que te pongas
nerviosa, pero no temas, porque no te debería doler. La mayoría de las chicas solo
notan un poco de presión o una leve molestia durante la prueba. Ayuda mucho estar lo
más relajada posible y recordar que la prueba en sí misma dura muy poco. Respira
profundamente y piensa en cosas que te suelen tranquilizar. Si se trata de tu primer
tacto vaginal, avisa a tu médico. Así te podrá explicar en qué consiste y le podrás

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hacer preguntas al respecto. Si en algún momento quieres detener el tacto, basta con
que se lo digas al médico.
Si todavía no te han puesto la vacuna contra el VPH (virus de papiloma humano),
deberías hablar sobre ella con el médico o el enfermero, ya que se trata de una
vacuna recomendable para todas las chicas de entre 11 y 26 años. También es
posible que te recomiende otras vacunas para protegerte de las enfermedades de
transmisión sexual (ETS), como la vacuna contra la hepatitis B.
Algunos médicos y enfermeros prefieren hablar antes contigo y revisarte luego. Y hay
otros que actúan al revés.
Si lo deseas, uno de tus padres puede quedarse contigo durante la revisión. Pero, si
prefieres estar sola en algún momento de la exploración, díselo al médico o enfermero.
La mayoría de los médicos pasarán tiempo a solas contigo durante la visita, aunque es
posible que incluyan a uno de tus padres para comentarle la visita por separado.
Los médicos entienden lo importante que es mantener la información de forma
confidencial. Pregúntale a tu médico o al enfermero qué es lo que piensa explicar a tus
padres sobre la revisión, e indícale si hay algo que prefieres que no les explique. Cada
estado tiene sus propias reglas sobre la confidencialidad del paciente. Si te preocupa
este tema, pregunta al personal del consultorio cuál es su política sobre la
confidencialidad cuando pidas hora de visita.
Hacer preguntas
Hay muchos rumores sobre el sexo y la sexualidad. La cita con tu ginecólogo es una
buena oportunidad para obtener respuestas reales.
Anota cualquier pregunta que tengas varios días antes de la visita. Lleva la lista
contigo para no olvidarte de nada. Si te sientes incómoda o te da vergüenza hacer
alguna pregunta, te puedes limitar a pasar tu lista de preguntas al médico o al
enfermero.
Al principio, es posible que te resulte raro hablar sobre algunos temas, sobre todo si
todavía no has mantenido relaciones sexuales ni piensas mantenerlas en breve. Pero
el mejor momento para hablar sobre el sexo y las relaciones antes de que necesites
esta información pero, así, podrás estar completamente preparada cuando llegue el
momento.
Hay otra ventaja de superar la vergüenza y de atreverte a hablar sobre cosas como el
sexo con tu médico: cuanto más hables sobre temas difíciles, más cómoda te sentirás.
Esto puede hacer que te resulte más sencillo hablar con tus padres sobre temas
delicados, no solo sobre el sexo. Tu médico también te podrá dar consejos sobre
cómo hablar con tus parejas sexuales sobre el uso de condones, las ETS y otros
temas relacionados con la salud sexual.
¿Quién hace la revisión?
La mayoría de los exámenes ginecológicos los hacen los ginecólogos (muchas veces
llamados "obstetras-ginecólogos", porque también pueden tratar embarazos y partos),
pero no es necesario que te visite un ginecólogo. Los médicos de familia, los
especialistas en la salud del adolescente, los enfermeros y los pediatras también
pueden hacer revisiones ginecológicas. Algunas chicas van a clínicas (como, las
clínicas de planificación familiar).
Tanto los hombres como las mujeres pueden hacer revisiones ginecológicas. Lo más
importante es que te sientas cómoda con la persona que te vaya a hacer la revisión.

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Pedir hora de visita
Si ya has cumplido los 13 años o eres mayor y tus padres no te han dicho nada sobre
las revisiones ginecológicas, diles que te gustaría hacerte una. Lo mejor es que
involucres a tus padres en el cuidado de tu salud. Si quieres ir al consultorio de un
médico, puede ser necesario que participe uno de tus padres, u otro adulto, debido al
seguro médico (si no lo usaras, podría salirte muy cara la visita).
Si no te puede acompañar tu madre ni tu padre, puedes ir a una clínica de
planificación familiar. Algunas escuelas secundarias disponen de sus propias clínicas
para ofrecer atenciones relacionadas con el sistema reproductor. El personal de la
clínica está muy bien formado y ofrece atenciones médicas a precios más económicos.
Antes de asistir a la cita, anota en un papel todas las preguntas que tengas. No te
olvides de anotar también la fecha en que tuviste tu última menstruación. Lleva contigo
la tarjeta de tu seguro de salud u otra información que también puedas necesitar.
Después de la revisión
El consultorio o la clínica te indicarán si el médico o el enfermero necesita verte otra
vez después de la revisión. De lo contrario, no tendrás que volver hasta el año que
viene, a menos que tengas algún problema de salud relacionado con el aparato
reproductor.
Las revisiones ginecológicas ayudan a detectar temprano los problemas. Por lo tanto,
tienes que hacértelas todos los años. Si no quieres volver a hacerte la revisión porque
no te gustó el médico o el enfermero que te atendió, busca otro médico u otra clínica.
Métodos anticonceptivos ¿Cuál es su grado de eficacia?
La forma más eficaz de evitar el embarazo es la abstinencia sexual, es decir,
abstenerse de mantener relaciones sexuales. De todos modos, durante el primer año
de comprometerse en la abstinencia, muchas parejas se acaban quedando
embarazadas porque acaban manteniendo relaciones sexuales no planificadas sin
usar ningún tipo de protección. Por lo tanto, es una buena idea que hasta las personas
que no tengan la intención de mantener relaciones sexuales se informen bien sobre
los métodos anticonceptivos.
Las parejas que mantienen relaciones sexuales deben utilizar métodos anticonceptivos
de forma adecuada y cada vez que mantengan relaciones sexuales para evitar el
embarazo. Por ejemplo, comprimidos anticonceptivos (también llamados
"anticonceptivos orales" o "anovulatorios") pueden ser muy eficaces para evitar el
embarazo. Pero, si una chica se olvida de tomar sus comprimidos cuando le tocan,
dejará de ser un método eficaz. Los condones también suelen ser una forma eficaz de
evitar los embarazos. Pero, si un chico se olvida de utilizarlo o no lo utiliza
correctamente, no será una forma eficaz de evitar el embarazo.
De cada cien parejas que utilizan cada tipo de método anticonceptivo, la tabla indica
cuántas de esas parejas se quedarán embarazadas en un año. Esta información se
refiere a todas las parejas, no solo a las parejas de adolescentes. Algunos métodos
anticonceptivos pueden ser menos eficaces en los adolescentes. Por ejemplo, las
adolescentes que utilicen el método Ogino (o de abstinencia periódica basada en el
ciclo menstrual) seguramente tendrán más probabilidades de quedarse embarazadas
que las mujeres adultas, porque sus cuerpos aún no han establecido un ciclo
menstrual regular.
Relacionaremos la eficacia de cada método anticonceptivo basándonos en su uso
típico. "Uso típico" se refiere a cómo utiliza un método anticonceptivo una persona
promedio (a diferencia del uso "perfecto", en el que no se comete ningún error).

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Los métodos anticonceptivos pueden ser:
• completamente eficaces, lo que significa que ninguna pareja se quedará
embarazada mientras utiliza el método
• muy eficaces, lo que significa que entre una y dos de cada 100 parejas se
quedarán embarazadas mientras utilizan el método
• eficaces, lo que significa que entre dos y 12 de cada 100 parejas se quedarán
embarazadas mientras utilizan el método
• moderadamente eficaces, lo que significa que entre 13 y 20 de cada 100
parejas se quedarán embarazadas mientras utilizan el método
• poco eficaces, lo que significa que entre 21 y 40 de cada 100 parejas se
quedarán embarazadas mientras utilizan el método
• no eficaces, lo que significa que más de 40 de cada 100 parejas se quedarán
embarazadas mientras utilizan el método
• Aparte de evitar el embarazo, la abstinencia sexual y el uso de condones
ofrecen protección contra las enfermedades de trasmisión sexual (o ETS). De
todos modos, la mayoría de los demás métodos anticonceptivos no sirven para
proteger de las ETS, por lo que también se deben añadir los condones con
esta finalidad.

Métodos anticonceptivos: Tabla comparativa

¿Cuántas
parejas que
utilizan este ¿Cuál es su grado de ¿Puede
Métodos anticonceptivos método se eficacia para evitar el proteger de
quedarán embarazo? las ETS?
embarazadas en
un año?
Completamente
Abstinencia sexual Ninguna Sí
eficaz
Menos de 1 de
Implante anticonceptivo Muy eficaz No
cada 100
Menos de 1 de
DIU Muy eficaz No
cada 100
Parche anticonceptivo ("el
9 de cada 100 Eficaz No
parche")
Comprimido anticonceptivo
9 de cada 100 Eficaz No
("la píldora")
Contracepción poscoital de
urgencia Hasta 11 de
Eficaz No
("La pastilla del día cada 100
después")
Preservativo masculino Moderadamente
18 de cada 100 Sí
(o condón) eficaz
Moderadamente
Diafragma 12 de cada 100 No
eficaz
Preservativo femenino 21 de cada 100 Poco eficaz Sí
Coitus interruptus ("la
27 de cada 100 Poco eficaz No
marcha atrás")
Coito sin protección 85 de cada 100 No eficaz No

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