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DEDICATORIA

Este proyecto realizado con ardo responsabilidad y paciencia es dedicado


en primer lugar a Dios, ya que es quien nos brinda la salud necesaria, la
sabiduría y las ganas para realizar este proyecto. A nuestro docente pues
fue el quien nos incito a realizar esta actividad demostrando que somos tan
capas y contamos con los conocimientos necesarios para impartir valores,
demostrar que nosotros como jóvenes tenemos en gran deseo de inculcar
al individuo, familia y la comunidad que no cuenta con la información y
orientación necesaria que les permita formarse con buenas acciones y
distintas formas como cuidar su salud.
AGRADECIMIENTO
A Dios por brindarnos salud y sabiduría para poder realizar este proyecto
en bien del individuo, familia y la comunidad de Nuñumabamba
Así mismo agradecer a nuestro docente por los conocimientos y alcances
que nos dio para llevar acabo nuestro proyecto y así mostrar nuestras
destrezas y habilidades para el desarrollo de las diversas actividades. Y así
motivarnos a ser mejores profesionales en el campo de la salud
También agradecemos a nuestros padres por habernos brindado todo su
apoyo moral y económico, motivándonos para seguir adelante
A toda la comunidad por brindarnos su tiempo por habernos escuchado y
participado en las actividades realizadas.
PRESENTACIÓN
Los estudiantes de la carrera enfermería técnica IV semestre presentan el
proyecto titulado: “Promoción y Prevención de Dislipidemias en el adulto
mayor de 60 años en la comunidad de Nuñumabamba “
Que tiene como finalidad dar a conocer y prevenir sobre la enfermedad de
Dislipidemias, clasificación, signos y síntomas, causas y prevención.
Lo cual es Brindar información sobre las diversas formas de cómo se
adquiere esta enfermedad, medidas preventivas para así poder motivar
mediante este proyecto de promoción y prevención para mejorar y/o
prevenir esta enfermedad con las distintas actividades (charlas, sesiones
demostrativas, etc.) que se realizaran en la comunidad de Nuñumabamba.
Hoy en día la promoción y prevención en salud busca asumir la
responsabilidad de las acciones que realizamos día a día para la mejorara
de nuestra salud y así proteger la vida del individuo, familia y comunidad.
Enseñar buenos hábitos para su vida cotidiana y así buscar el cambio de
actitud favorable.
INTRODUCCIÓN
Las Dislipidemias son un grupo de enfermedades causadas por diversos
trastornos del metabolismo de las lipoproteínas del plasma y que se
expresan por la elevación del colesterol y los triglicéridos.
Numerosos estudios epidemiológicos han demostrado que aumenta la
morbimortalidad cardiovascular en la misma medida que aumenta el valor
plasmático de colesterol (Col), las lipoproteínas de baja densidad (LDL) y los
triglicéridos (Tg) y disminuye el valor de las lipoproteínas de alta densidad
(HDL). Las alteraciones del metabolismo de las lipoproteínas constituyen la
base bioquímica en el desarrollo
de la aterosclerosis,
potencializada por la asociación
con otros factores de riesgo. Por
los estudios de intervención
realizados se conoce que si se
modifican favorablemente los
valores de las lipoproteínas
plasmáticas mediante acciones no
farmacológicas o farmacológicas,
utilizando estrategias
poblacionales o individuales lo
que es en promoción y
prevención mediante charlas educativas sesiones demostrativas, etc se
puede disminuir la prevalencia de cardiopatía isquémica, enfermedades
cerebrovasculares y enfermedad vascular de miembros inferiores,
pudiéndose alcanzar, según opinión de algunos, no sólo la prevención sino
incluso la regresión de este proceso.
Mediante la promoción y prevención este proyecto educativo para adultos
mayores de 60 años tiene como finalidad mejorar la calidad de vida de la
comunidad, y disminuir el índice de morbilidad y mortalidad en pacientes
con dislipidemia concientizándolos acerca de la importancia con la que se
debe manejar esta enfermedad
1.TITULO:
“Promoción y Prevención de Dislipidemias en el adulto mayor de
60 años en la comunidad de nuñumabamba 2019”

2.PLANTEAMIENTO DE ESTUDIO
2.1 FORMULACION DEL ESTUDIO
¿Porque existen problemas de dislipidemias en el adulto mayor de 60 años en el
caserío nuñumabamba?
2.2 DELIMITACION DE OBJETIVOS
OBJETIVO GENERAL
Educar a los adultos mayores de 60 años, para que identifiquen las dislipidemias como uno de
los problemas de salud pública en la población y de esta manera realizar un control sobre la
promoción de la salud, la prevención de dichas enfermedades.

OBJETIVOS ESPECIFICOS
 Concientizar por medio de charlas y actividades lúdicas a las personas acerca de los
cuidados que se deben tener con esta enfermedad.
 Disminuir la alta tasa de mortalidad y morbilidad producida por dislipidemias, que han
venido creciendo notoriamente durante los últimos tiempos.
 Promover y desarrollar programas que nos permitan mejorar los hábitos alimenticios de
los adultos mayores de 60 años y sus familias, para así garantizar un mejor estado de
salubridad.
 Educar a la comunidad acerca de los factores de riesgo, que predisponen a adquirir esta
enfermedad.
 Enseñar a la comunidad los signos y síntomas que determinan esta enfermedad para así
detectarla a tiempo.

2.3 JUSTIFICACION O IMPORTANCIA DE ESTUDIO


Ante la aparición de múltiples enfermedades por causa de las dislipidemias en estos
últimos años Se estima que las personas que tienen sobrepeso o sufren de obesidad, lo
cual aumenta substancialmente el riesgo de morbilidad por hipertensión, dislipidemia,
diabetes tipo II, enfermedad coronaria del corazón, enfermedad de la vesícula biliar,
osteoartritis, apnea nocturna, problemas respiratorios y cáncer de endometrio. Por lo
mencionado anteriormente, nuestra charla está encaminada a la comunidad de
Nuñumabamba y esperamos obtener un resultado positivo encontrando que cada uno
de los participantes ha aprendido y se ha concientizado de lo que es y a lo que conlleva
esta enfermedad. se hace necesario generar desde los diversos centros de salud,
políticas serias que conlleven una nueva cultura frente a la prevención de dicha
enfermedad. Para enfrentar este problema de salud es necesario integrar equipos
multidisciplinarios de profesionales en la salud, que permitan promover actitudes de
conciencia y de responsabilidad a fin de preservar la salud del individuo, familia y de la
comunidad.

2.4 LIMITACIONES PREVIAS DE LA INVESTIGACÍON


 La comunidad donde se realizó el proyecto no cuenta con un ambiente
adecuando para realización de diversas actividades
 La población no dispone de tiempo necesario para participar y ser parte de la
realización actividades de este proyecto
 Dificultad para llegar a la comunidad por cambios climáticos
3.MARCO TEÓRICO

3.1 INVESTIGACIONES RELACIONADAS CON EL ESTUDIÓ

En Perú, la prevalencia de DM-2(Diabetes Millitus Tipo2) es 7%1 y menos del 30%2 de


ellos alcanzan una hemoglobina glucosada menor al 7%, lo cual demuestra un mal
control de la enfermedad y por ende un alto riesgo de complicaciones . Generalmente,
las personas con DM-2 padecen además otras enfermedades como hipertensión,
dislipidemia o problemas de salud mental que pueden afectar el control y manejo de la
DM-24. Por otro lado, pueden tener en el curso de la enfermedad complicaciones
agudas como cetoacidosis diabética y coma hiperosmolar y complicaciones crónicas
como neuropatía diabética, insuficiencia arterial periférica, nefropatía y retinopatía
diabética Las comorbilidades y complicaciones de la DM-2 tienen grandes repercusiones
en la población, a mayor grado de la complicación más se afecta la calidad de vida, se
genera más gastos y la carga es mayor para la persona con DM-2 y la familia. Es debido
a las repercusiones de las comorbilidades y las complicaciones por lo que es vital una
GPC con el objetivo de pautar las principales recomendaciones referentes al manejo de
las comorbilidades, con énfasis en dislipidemia y la enfermedad renal crónica por
nefropatía diabética como complicación renal o retinopatía diabética como
complicación ocular en personas con DM-2 en el primer nivel de atención. La
dislipidemia es una comorbilidad que tiene principal importancia porque su manejo se
encuentra entre las principales metas para evitar la progresión de las complicaciones
crónicas de la DM-2 y reducir la mortalidad cardiovascular.

El patrón mundial de aumento en la población muestra un incremento progresivo de


adultos y un número cada vez mayor de personas en edades por encima de los 65 años.
Al presente, el 13% de la población en los Estados Unidos tiene mas de 65 años de edad
y se estima que, para este año, el 50% de este grupo de población tendrá una edad
mayor a los 75 años. Debido al éxito en el control de las enfermedades infecciosas y a
profundos cambios en el estilo de vida, en la República Mexicana ha habido, también,
un aumento creciente en el número de personas que sobreviven más allá de la séptima
década de la vida. En el año 2000, el 4.7% de la población mexicana se encontraba en
edades por encima de los 65 años. La edad es un importante factor de riesgo
independiente e inmodificable para enfermedad coronaria.
En la edad post-productiva hay una importante prevalencia de enfermedades
cardiovasculares degenerativas. La cardiopatía isquémica es la amenaza más importante
para la salud y la vida de la población senescente. La meta fundamental en el
tratamiento de la enfermedad arterial coronaria, en general, ha sido la prolongación de
la vida y la mejoría de la calidad de la misma. En el grupo de ancianos lo más importante
es elevar la calidad de vida con el objetivo primordial de favorecer la autosuficiencia.
Cuando los pacientes añosos presentan un síndrome coronario agudo, a menudo
requieren hospitalizaciones más largas, presentan una mayor pérdida de condición física
y tienen una mortalidad y morbilidad más elevadas. Por lo tanto, es necesario dar mayor
énfasis a las medidas de prevención primaria y secundaria en este segmento cada vez
más numeroso de la población.
En todas las edades la prevención de la ateroesclerosis coronaria implica la identificación
y el tratamiento apropiado de los factores de riesgo. Tanto la dislipidemia como la
hipertensión arterial son comunes y frecuentemente coexisten en el anciano. En este
artículo se revisan los conceptos actuales del tratamiento de la dislipidemia en los
pacientes de edad avanzada. Aterosclerosis coronaria en el anciano La aterosclerosis
coronaria es muy prevalente en el grupo de ancianos.
En la República Mexicana alrededor del 50% de las muertes que ocurren después de los
65 años de edad son debidas a cardiopatía isquémica. En la población anciana europea,
el 24% de los pacientes que han sufrido un infarto agudo del miocardio no presentan
ningún factor de riesgo conocido. En el resto de los pacientes predomina la hipertensión
arterial sistémica y el tabaquismo en los hombres, mientras que en las mujeres destacan
la hipertensión arterial sistémica y la diabetes mellitus.
En general, en los pacientes añosos con infarto agudo del miocardio existe una
proporción mayor de sujetos tos que tienen antecedentes de infarto del miocardio
previo, de insuficiencia cardíaca o de enfermedad vascular periférica. La aterosclerosis
coronaria es más extensa y más grave en los ancianos. La senectud produce importantes
diferencias en la presentación, en el diagnóstico, en el pronóstico y en la respuesta a la
terapia de la cardiopatía isquémica. Ésta frecuentemente se presenta con modalidades
atípicas que parecen ser debidas al proceso de envejecimiento por sí mismo y a la
presencia de comorbilidad tanto cardíaca (hipertrofia ventricular izquierda,
hipertensión sistólica, estenosis aórtica, etc.), como extracardíaca (diabetes mellitus,
enfermedad pulmonar, nefropatías, etc.).
Es también relativamente frecuente que los síndromes coronarios agudos se presenten
con síntomas atípicos, como disnea o confusión mental, en vez del típico dolor torácico
común en los pacientes más jóvenes.
Debido a la mayor probabilidad de comorbilidad (cerebral, pulmonar, renal, etc.) hay
una mayor morbilidad y mortalidad derivada de los eventos cardiovasculares o de los
procedimientos intervencionistas. En el estudio de Metha et al. se valoraron las
características clínicas y la evolución de 163,140 pacientes, de edades > 65 años,
derechohabientes de un sistema de seguridad social de los Estados Unidos, que fueron
hospitalizados por un infarto agudo del miocardio. Los pacientes se agruparon en 5
quinquenios entre 65 y > 85 años de edad. En las edades más avanzadas hubo una mayor
proporción de pacientes con limitaciones funcionales, insuficiencia cardíaca, infartos
previos e insuficiencia renal y una proporción más baja de pacientes diabéticos y del
sexo masculino. La mortalidad hospitalaria subió progresivamente de 10.9% en el grupo
de 65 a 69 años, hasta 31.2% en los pacientes de edades > 85 años.
Trastornos del metabolismo lípido en la edad avanzada
La prevalencia de hipercolesterolemia es alta en la población de ancianos. En el
Cardiovascular Health Study se encontró que el 46% de 48,738 individuos mayores de
65 años, residentes en comunidades de los Estados Unidos de Norteamérica, tenían un
nivel alto de C-LDL (>160 mg/ dL). Se han realizado varios estudios epidemiológicos en
poblaciones abiertas de la República Mexicana. La Encuesta Nacional
Seroepidemiológica (1988) se diseñó para investigar las concentraciones de colesterol
sérico y la prevalencia de hipercolesterolemia en una muestra representativa del país
en general. El estudio incluyó 33,558 personas mayores de 20 años, de los cuales 5,087
tenían edades > 60 años.
En este grupo de pacientes añosos, el 18.8% de las mujeres y el 11.8% de los hombres,
presentaron hipercolesterolemia de alto riesgo (colesterol sérico total > 240 mg/dL, >
6.20 mmol/L*). La Encuesta Nacional de Enfermedades Crónicas (1993)13 incluyó
15,607 individuos de 20 a 69 años de edad, residentes en localidades urbanas del país.
El 7.9% (n = 1,238) tenían entre 60 y 69 años. La prevalencia de hipercolesterolemia de
alto riesgo fue 17.4% para los individuos entre 60 a 64 años y de 15.4% para aquéllos
entre 65 y 69 años. Un estudio reciente (2001)incluyó 344 individuos mayores de 60
años, provenientes de tres diferentes comunidades del país: área urbana de nivel
económico medio, área urbana de nivel económico bajo y área rural.
Se encontró hipercolesterolemia (C-LDL > 4.13 mmol/L) en 28%, 32% y 18% de los
hombres y, en 45%, 33%, y 31% de las mujeres respectivamente. En los sujetos del sexo
masculino hubo una prevalencia de hipertrigliceridemia (> 2.26 mmol/L) en 32%, 25% y
22% y de hipoalfalipoproteinemia (C-HDL < 0.9 mmol/L) de 32%, 28% y 22% para los
grupos respectivos. Los individuos provenientes del área rural tuvieron una prevalencia
menor de dislipidemias que los residentes en áreas urbanas. Se concluyó que estas
diferencias probablemente se expliquen por los distintos hábitos dietéticos de los
grupos. En la tercera Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (NHANES III) se encontró
que, en los Estados Unidos de América, aproximadamente el 50% de los individuos
mayores de 65 años eran candidatos a recibir tratamiento con dieta para
hipercolesterolemia. El 10 al 15% de éstos pueden además requerir farmacoterapia.Los
datos disponibles hasta ahora no permiten asegurar que la alta frecuencia de
dislipidemia observada en pacientes añosos sea consecuencia del proceso de
envejecimiento. El trastorno del metabolismo lipoproteico que ocurre en el
envejecimiento puede en ocasiones ser secundario a diabetes mellitus, nefropatías,
hipotiroidismo, etc. La importancia de los niveles de colesterol como factor de riesgo
para aterosclerosis coronaria en los ancianos se ha prestado a controversia. Los
diferentes estudios dirigidos a precisar si existe una relación directa entre el nivel de
colesterol y la mortalidad por cardiopatía isquémica en los pacientes añosos han dado
resultados contradictorios. En el estudio Kaiser (The Kaiser Permanente Coronary Heart
Disease in the Elderly Study) se encontró que el hipercolesterolemia fue un factor de
riesgo importante para el desarrollo de la aterosclerosis coronaria en varones de 60 a
79 años seguidos durante 10 años. El riesgo se incrementó con el aumento de la edad.
A los 60 años fue de 2.2 x 1000; mientras que a los 75 años era de 11.3 x 1,000. La
mortalidad por cardiopatía isquémica aumentó también con el nivel de colesterol.
Los pacientes en el grupo con colesterol más alto (> 279 mg/dL) tuvieron una mortalidad
por cardiopatía isquémica 1.38 veces más alta que los individuos con niveles más bajos.
En el estudio de Framingham se encontró que, en individuos de 65 años o más, la
elevación de las cifras de colesterol total era un factor de riesgo más importante en las
mujeres que en los hombres. La razón de esta diferencia no es clara al presente. Algunos
estudios han encontrado que, en los ancianos, los niveles bajos de colesterol total se
asocian con un aumento de la mortalidad. El estudio Leiden 85-plus19 incluyó 724
pacientes con edades mayores a 85 años. En el período de seguimiento de 10 años, un
total de 642 participantes fallecieron. La causa principal de muerte fue la enfermedad
cardiovascular en todos los niveles de colesterol sérico. Los resultados mostraron,
además, que para estos pacientes en la 9ª década de la vida, los niveles altos de
colesterol estaban inversamente relacionados con la mortalidad total y se asociaron con
un incremento en la sobrevivencia.
En comparación con el grupo que tenía niveles bajos de colesterol total (< 5.0 mmol/L),
los que tenían niveles altos ( > 6.5 mmol/L) tuvieron una reducción de mortalidad total
de 38%. La mortalidad total fue más alta en el grupo con niveles más bajos de colesterol
sérico, fundamentalmente por cáncer o por infección. El estudio Honolulu Heart
Program fue un estudio longitudinal de las variaciones en lípidos y colesterol sérico y de
mortalidad total (por todas las causas). En 3,572 hombres de origen japonés-americano,
con edades de 71 a 93 años, que fueron observados a lo largo de 20 años, la tasa de
mortalidad total, ajustada por edad, fue mayor en el grupo con la concentración más
baja de colesterol sérico.
miologic Studies in the Elderly), se diseñó para investigar la relación entre los niveles de
colesterol total, de C-HDL, el riesgo cardiovascular y todas las causas de mortalidad. El
estudio abarcó una población de 3,904 hombres y mujeres mayores de 71 años de edad,
seguidos durante un promedio de 4.4 años. En el total de la población estudiada, el nivel
de colesterol total > 240 mg/ dL se asoció con un aumento pequeño, sin significado
estadístico de la mortalidad por cardiopatía isquémica. En el grupo de mujeres con estos
niveles de colesterol total se encontró un riesgo elevado de muerte por cardiopatía
isquémica (riesgo relativo: 1.8). Esta asociación no se observó en el grupo de hombres
(riesgo relativo: 1.0).
En un informe posterior se utilizaron los datos prospectivos del estudio EPESE para
investigar la importancia del nivel de colesterol total como factor de riesgo para
cardiopatía isquémica en 4,066 individuos mayores de 65 años. En el análisis no
ajustado, los niveles de colesterol total bajos ( > 160 mg/dL), se asociaron con alta
mortalidad por cardiopatía isquémica, mientras que los pacientes del grupo con niveles
elevados de colesterol total > 240 mg/dL) parecían tener un riesgo más bajo de muerte
por cardiopatía isquémica. Sin embargo, esta relación desapareció al efectuar ajuste por
los factores de riesgo tradicionales para cardiopatía isquémica y por los marcadores de
salud deteriorada (enfermedades crónicas, hipoalbuminemia y bajos niveles de hierro
sérico).
Después de estos ajustes, se encontró que, al igual que lo que sucede en los individuos
de edad media, en los sujetos mayores de 65 años la elevación de los niveles de
colesterol total, se asocia con un aumento del riesgo de muerte por cardiopatía
isquémica y que el riesgo de muerte por esta cardiopatía se reduce a medida que
disminuyen los niveles de colesterol total. Esto sugiere que no es apropiado excluir a los
ancianos del muestreo de colesterol pero la interpretación de los resultados en estos
pacientes mayores requiere juicio clínico. El estudio EPESE encontró también que los
niveles bajos de C-HDL predicen la mortalidad y la ocurrencia de nuevos eventos por
cardiopatía isquémica en personas mayores de 70 años. Un estudio reciente (segundo
cohorte del estudio Leiden 85-Plus) se diseñó para valorar la relación entre C-LDL Y C-
HDL y la mortalidad por causas específicas en 599 pacientes de edades > 85 años. Hubo
150 muertes durante el período de seguimiento de 4 años. La causa principal de muerte
fue la enfermedad cardiovascular en todos los
niveles de C-LDL . En contraste, los niveles bajos de C-HDL se asociaron con un
incremento al doble de muerte por cardiopatía isquémica.
Medidas de prevención de la cardiopatía isquémica en el anciano La utilidad de las
medidas de prevención primaria en individuos de edad avanzada ha sido tema de
controversia. El papel de prevención secundaria en los pacientes mayores es menos
discutible, pero aun ahora es subutilizada. El National Cholesterol Education Program
(NCEP)16, 24, 25 ha recomendado que, dado el aumento en la expectativa de vida de la
población adulta mayor, se empleen medidas para mejorar su calidad de vida. Se ha
propuesto un programa de terapia hipolipemiante basada en dieta y en ejercicio para la
prevención primaria. La terapia farmacológica se agrega a estas modificaciones de estilo
de vida en los pacientes que presenten aterosclerosis coronaria establecida o en quienes
coexistan factores de riesgo para desarrollar la misma.
La detección oportuna de las alteraciones del metabolismo lípido en los ancianos
requiere de la obtención de un perfil lípido (colesterol total, C-LDL, C-HDL y triglicéridos).
La excepción la constituyen los pacientes con situaciones comórbidas que limiten la
expectativa de vida. En los pacientes geriátricos con hipercolesterolemia es necesario
valorar los beneficios, los riesgos y los costos de las medidas dirigidas al control de los
niveles elevados de colesterol en relación a la morbilidad y la mortalidad asociadas con
la enfermedad arterial coronaria, haciendo énfasis en la mejoría de la calidad de vida.
Prevención primaria: Los ancianos dislipidémicos sin enfermedad arterial coronaria
conocida deben ser incorporados en un programa de prevención primaria. El objetivo
del tratamiento es la reducción de los niveles de C-LDL.
a) Los pacientes deberán iniciar la dieta fase I de la NCEP. Las recomendaciones
nutricionales son similares a las que se dirigen a la población de edad media. Sin
embargo, es con frecuencia difícil cambiar los hábitos alimentarios en los ancianos. Es
conveniente consultar nutriólogos para la implementación de un régimen individual que
conduzca además a corregir el sobrepeso existente. Con esta simple medida, la
reducción del colesterol total es de 5 a 20% y la reducción de C-LDL de 6 a 21%.
Desafortunadamente, con la dieta se reduce el C-HDL de 4 a 22%. Los suplementos con
dieta rica en fibra (psyllium, soya, etc.) conducen a una reducción del colesterol total de
4 a 8% y de C-LDL de 6 a 13%. La dieta del Mediterráneo (frutas, vegetales, aceite de
oliva y vino tinto) puede tener un efecto cardioprotector mayor que la dieta habitual
occidental. Esto probablemente está relacionado con la ingesta de grasas
monoinsaturadas, ácido alfa-linoleico y ácidos grasos Omega-3. Se requiere una
vigilancia estrecha porque las dietas bajas en colesterol pueden conducir a desnutrición
en el anciano.
b) Se implementa un programa de ejercicio físico de acuerdo a la capacidad funcional
del paciente anciano.
c) Debe efectuarse una valoración del paciente después de iniciar estas medidas
generales. Si la pérdida de peso y los niveles de colesterol son adecuados se hará una
nueva valoración de 4 a 6 semanas después. Si con estas medidas no se logra una
disminución paulatina de los lípidos, se deberá indicar tratamiento con estatinas, como
primera elección. El tratamiento farmacológico se indica para los individuos con factores
de riesgo coronario múltiples y niveles de C-LDL > 160 mg/dL después del tratamiento
dietético. La meta es la reducción de C-LDL a menos de 130 mg/dL.25 Para los individuos
sin factores de riesgo o con uno solo de éstos, el tratamiento farmacológico es opcional
si, después del tratamiento dietético, el C-LDL es de 160-189 mg/dL y es recomendable
si el C-LDL es > 190 mg/dL.
d) El nivel bajo de C-HDL es un importante factor de riesgo para cardiopatía isquémica.
En el grupo de ancianos se asocia con un aumento en la mortalidad por esta cardiopatía.
En pacientes con C-HDL bajo, el objetivo principal del tratamiento es el C-LDL, con
énfasis en reducción de peso y aumento de actividad física. Cuando el C-HDL bajo se
asocia con elevación de triglicéridos, se puede recurrir al uso de fibratos o ácido
nicotínico.
Prevención secundaria. Las medidas de prevención secundaria deben aplicarse a los
ancianos con enfermedad arterial coronaria conocida y niveles de C-LDL superiores a
100 mg/dL.28 Se considera que la diabetes mellitus, la aterosclerosis periférica y/o
carotídea y el aneurisma abdominal son riesgos equivalentes a la cardiopatía isquémica.
a) Iniciar con dieta fase II (NCEP).
b) Prescribir un programa de ejercicio basado en el estado y severidad de la enfermedad
arterial coronaria y de acuerdo a la capacidad funcional del individuo.
c) Iniciar la administración de estatinas. La meta del tratamiento es la reducción de C-
LDL a menos de 100 mg/dL. Cuando los niveles de triglicéridos son mayores de 350
mg/dL, o cuando exista una deficiencia de C-HDL se pueden emplear los derivados del
ácido fíbrico como terapia de primera línea, iniciando con dosis bajas y aplicando
incrementos graduales de acuerdo a la respuesta individual.
La dieta en el anciano con factores de riesgo coronario o con aterosclerosis coronaria
manifiesta El objetivo principal de la dieta consiste en mantener los niveles de lípidos
séricos en límites adecuados para disminuir el riesgo de desarrollar aterosclerosis. Es
necesario valorar los hábitos nutricionales del paciente y proporcionar la información
adecuada que permita la selección y el consumo de los nutrientes que contribuyan a
lograr ese objetivo. Se debe reducir el consumo de grasas saturadas (a menos de 7% del
total de calorías/día) y de colesterol (a menos de 200 mg/día) y se favorece la ingesta de
grasas poliinsaturadas y monoinsaturadas. Grasas poliinsaturadas se encuentran en los
aceites de girasol, de maíz, de semilla de algodón y de pescado. Las grasas
monoinsaturadas están presentes en el aceite de oliva, en el aguacate, en el cacahuate
y en las nueces.
El consumo de grasas monoinsaturadas favorece la elevación de los niveles séricos de
las lipoproteínas de alta densidad (C-HDL) mientras que, con la ingestión de grasas
poliinsaturadas, se ha observado una ligera reducción de esta lipoproteína. La dieta
debe incluir frutas frescas, vegetales y granos enteros. Estos alimentos proporcionan
fibra y carbohidratos complejos y contienen sustancias a las que se les atribuye un efecto
cardioprotector, tales como flavonoides (también presentes en el vino tinto), esteroles
y fenoles. Se recomienda una ingesta mínima de 25 gramos de fibra por día, con lo que
se espera una reducción del colesterol total de aproximadamente 13%. La soya es de
especial interés porque proporciona todas las proteínas esenciales y ácidos grasos
omega-3 y porque su consumo resulta en reducción de los niveles séricos de C-LDL y de
triglicéridos y en aumento de los de C-HDL. Se prefiere la ingestión de carne de aves
(pollo y pavo) con lo que no se ha observado alteración en los niveles séricos de
colesterol. La ingesta de carne de pescado también se ha relacionado con
cardioprotección, tiene ciertos efectos endoteliales benéficos, proporciona ácidos
grasos omega-3 y reduce los niveles séricos de C-LDL y de triglicéridos.
Los ácidos grasos omega-3 (docosahexaenóico y eicosapentaenoico) son un subgrupo
de ácidos grasos poliinsaturados, al que también pertenecen los ácidos grasos omega-6
(soya, maíz y cánola), así como los ácidos grasos omega-9 (aceite de oliva), que tienen
efectos benéficos sobre los lípidos séricos, las plaquetas y el endotelio. Se sugiere
mantener el consumo diario de sodio por debajo de 2,400 mg por día aunque es
preferible no exceder los 1,200 mg por día en las personas mayores de 70 años. Se
recomienda, además, ingerir por día, como máximo, 5 onzas de vino tinto (150 mL) o su
equivalente: 12 onzas de cerveza (360 mL) o una onza y media (45 mL) de bebidas
espirituosas.La modificación oxidativa de las LDL es un paso importante en el desarrollo
y progresión de la aterosclerosis. Las vitaminas A, C y E tienen efectos antioxidantes.32-
34 Su utilidad como agentes antiaterogénicos en la prevención de la enfermedad arterial
coronaria es muy discutible.
El estudio HOPE (The Heart Outcomes Prevention Evaluation) fue doble ciego e incluyó
9,541 pacientes de edad promedio 66 + 7 años que estaban en alto riesgo de sufrir
eventos cardiovasculares. En uno de los brazos del estudio los pacientes fueron
aleatorizados a recibir diariamente 400 UI de vitamina E de fuentes naturales o placebo.
Después de un seguimiento promedio de 4.5 años, el tratamiento con vitamina E no tuvo
efecto alguno para reducir la frecuencia combinada de infarto del miocardio, eventos
vasculares cerebrales y muerte debida a causas cardiovasculares.
El Heart Protection Study valoró el efecto de la administración de vitaminas (600 mg
de vitamina E, 250 mg de vitamina C y 20 mg de betacaroteno diariamente) comparado
en forma aleatorizada con placebo en 20,536 adultos de edades entre 40 y 80 años.
Después de un seguimiento de 5 años, no hubo reducción alguna en la incidencia de
muerte ni en la enfermedad cardiovascular en los pacientes tratados. Se concluyó que
el uso de estas vitaminas para disminuir
el riesgo de enfermedad cardiovascular es difícil de justificar. Las vitaminas B6, B12 y el
ácido fólico reducen los niveles séricos de homocisteína, lo que posiblemente resulte en
estabilización de las placas de ateroma. Se han propuesto varios tipos de dieta para
intentar corregir las alteraciones del metabolismo lípido y reducir el riesgo de presentar
aterosclerosis:
a) Las recomendaciones dietéticas de la American Heart Association coinciden con las
indicadas por el grupo de expertos del National Cholesterol Education Program (NCEP).
Este régimen dietético consta de dos etapas. La primera etapa se dirige principalmente
a la prevención primaria. Si después de un seguimiento de 3 meses, no se ha logrado
reducir los niveles de C-LDL a menos de 160 mg/dL, debe iniciarse la segunda etapa. Este
último régimen dietético se emplea también en la prevención secundaria. Si en los
siguientes 3 meses no se logra el objetivo deseado, se deberá iniciar el tratamiento
hipolipemiante farmacológico. La presencia de niveles críticos de C-LDL (> 220 mg/dL)
harán también la indicación para iniciar la etapa 2 de la dieta y tratamiento
farmacológico.
b) La dieta del Mediterráneo pone énfasis en el consumo de pescado, aceite de oliva,
granos enteros, ajo, nuez, fibra de frutas y vegetales y vino tinto. Se han reportado
reducciones hasta de 37% en la frecuencia de muerte por cardiopatía isquémica con el
uso de este régimen dietético.
c) El Ornish Program and Severely Fat-Restricted Diet excluye todas las grasas y
productos animales excepto los yogures, las leches descremadas y la clara de huevo. La
dieta implica un aumento en el consumo de carbohidratos (lo que puede aumentar los
niveles de triglicéridos séricos). El programa consiste en sesiones de 90 minutos de
ejercicio, 3 veces por semana y técnicas de disminución del estrés psicológico, de
eliminación del tabaco y de reducción del consumo de alcohol a un máximo de 60 mL/día
de bebidas espirituosas o su equivalente en otras bebidas.

Programas de ejercicio
Las características y modificaciones en el estilo de vida en el anciano, constituyen un
factor fundamental en la prevención primaria de la cardiopatía isquémica, en la
rehabilitación hacia una vida productiva y satisfactoria después de una hospitalización,
y en la prevención secundaria de otros eventos de la propia enfermedad.
La morbilidad y mortalidad por cardiopatía isquémica deberá declinar si se desarrolla un
interés general por mejorar la dieta, actividad física científicamente programada,
reducción del estrés, entre otras. El impacto de las enfermedades en general, y
particularmente las de origen cardiovascular, puede motivar serias implicaciones en la
salud física y psicológica de los individuos, produciendo privación social y sensorial, con
menor movilidad y más dependencia, contribuyendo con esto, a una mayor
predisposición al desarrollo de un trastorno adaptativo que puede evolucionar hasta un
síndrome depresivo. Con el logro de la estabilidad del trastorno patofisiológico, los
programas de rehabilitación se dirigirán en forma individual a recuperar movilidad,
productividad e integración a su entorno social.
Es esencial la educación del paciente y de la familia para ayudar a la estabilización de la
enfermedad y así tratar de lograr el nivel máximo de actividad dentro de un período
programado encaminado a lograr una prevención secundaria integral. Es importante
tener en cuenta el papel del terapeuta ocupacional, con el fin de que el paciente
recupere su autoestima, actividad funcional y autorregulación por medio de rutinas y
tareas. Teniendo en cuenta la orientación del paciente sobre los niveles variados de

demanda cardíaca y metabólica, estimulando y controlando la


participación en un programa de aumento gradual del gasto
cardíaco y reacondicionamiento del sistema musculoesquelético,
es importante la movilización temprana para cubrir necesidades
psicológicas difíciles.
La educación del paciente con relación a su enfermedad, que valore el potencial de su
recuperación y del proceso terapéutico, servirá para superar la ansiedad relacionada con
la amenaza de muerte y para proporcionar un sentido de control a través de la
planificación y participación de los programas para mejorar su estilo de vida; numerosos
estudios han confirmado los beneficios generales de la actividad física en la reducción
de los riesgos de la enfermedad coronaria, muy a pesar de que el 60% de los adultos
norteamericanos no son regularmente activos. El propósito de la rehabilitación es
incrementar la habilidad del paciente y de la familia para afrontar los cambios en el estilo
de vida que pueden ser necesarios para cubrir un nivel funcional
y mejorar así su calidad de vida. Algunos estudios sugieren que la mortalidad disminuye
con una mayor actividad física, y que el ejercicio puede mejorar el bienestar físico y
mental de los individuos. Así la actividad física aumenta la función del corazón como
bomba y la perfusión miocárdica, disminuyendo posteriormente la frecuencia cardíaca,
incrementa la tolerancia al estrés y disminuye el esfuerzo asociado con el mismo. El
ejercicio excesivo o mal planeado puede afectar negativamente al paciente cardiópata,
de modo que es imperativo correlacionar el programa de terapia ocupacional con otros
servicios. Es necesario considerar dos aspectos importantes en el desarrollo de
programas de aptitud física para las personas mayores, que son los componentes
relacionados con la salud y aquéllos relacionados con la capacidad motriz. En los
elementos relacionados con la salud están la fuerza o potencia, la resistencia muscular
o fuerza dinámica, la flexibilidad, las adaptaciones cardiovasculares, respiratorias y la
composición corporal. Los componentes motrices preparan al individuo para el éxito en
el ejercicio.
Estos son: la coordinación, la agilidad, la habilidad, la fuerza, el equilibrio, la velocidad
y la precisión. El sobrepeso por sí mismo, es un factor de riesgo cardiovascular y
frecuentemente está asociado a otras enfermedades, como la diabetes y la hipertensión
arterial sistémica.
Los diferentes estudios indican que la disminución en los niveles de lípidos séricos se
asocia con una reducción en la incidencia de cardiopatía isquémica en los pacientes
ancianos similar a la observada en pacientes de edad media. Puesto que el riesgo es
mayor en la población senescente, el beneficio absoluto será mayor en los ancianos. En
los pacientes mayores, la reducción del riesgo de eventos cardiovasculares que puedan
afectar su independencia y su calidad de vida es, por lo menos de igual importancia que
el aumento de longevidad. La decisión de implementar la prevención primaria en los
ancianos sin cardiopatía demostrable debe individualizarse y se basa en la valoración del
riesgo para desarrollar aterosclerosis, en la presencia de comorbilidad y en la aceptación
por parte del paciente. La prevención secundaria es prioritaria en los pacientes con
cardiopatía isquémica o en aquellos que están en alto riesgo de presentarla. El
tratamiento debe iniciarse con prescripción dietética y modificación del estilo de vida.
Cuando esto es insuficiente para lograr los niveles adecuados de lípidos, el tratamiento
de elección es la administración de estatinas. Cuando los triglicéridos están elevados y
el C-HDL es bajo, la indicación será para gemfibrozil.

3.2 BASES TEÓRICAS – CIENTÍFICAS


Las dislipidemias son un conjunto de patologías caracterizadas por alteraciones en las
concentraciones de los lípidos sanguíneos, componentes de las lipoproteínas
circulantes, a un nivel que significa un riesgo para la salud. Es un término genérico para
denominar cualquier situación clínica en la cual existan concentraciones anormales de
colesterol: colesterol total (Col-total), colesterol de alta densidad (Col-HDL), colesterol
de baja densidad (Col-LDL) o triglicéridos (TG).
Las dislipidemias constituyen un factor de riesgo mayor y modificable de enfermedades
cardiovasculares (CV), especialmente de la enfermedad coronaria (EC). Niveles muy
altos de TG, especialmente cuando hay hiperquilomicronemia, han sido señalados como
de riesgo en la patogenia de la pancreatitis aguda.
El diagnóstico de dislipidemia se basa en los niveles séricos de Col-total, de ColLDL, Col-
HDL y de los TG. Debe recordarse que el Col-total es la suma del colesterol presente en
las lipoproteinas LDL, HDL y VLDL; sin embargo, teniendo en cuenta que la
ateroesclerosis tiene una patogenia multicausal, para determinar el nivel de riesgo de la
alteración de los lípidos es necesario evaluar conjuntamente la presencia o ausencia de
otros factores de riesgo CV que pueda presentar el paciente. Es lo que se ha denominado
Riesgo Cardiovascular Global (RCG).
Desde un punto de vista de la orientación diagnóstica y terapéutica, resulta útil
complementar el diagnóstico de dislipidemia clasificando el tipo de dislipidemia y una
aproximación clínica a un diagnóstico etiológico.
Determinación de los lípidos séricos
Debe efectuarse según las normas para la obtención y procesamiento de las muestras
de sangre utilizando técnicas apropiadas . Para confirmar el diagnóstico y tomar una
conducta terapéutica adecuada, antes de iniciar un tratamiento es necesario tener dos
determinaciones de lípidos.
El laboratorio clínico cuantifica los niveles de Col-total, Col-HDL y TG, mientras que el
Col-LDL, principal determinante del riesgo cardiovascular, se calcula por la Fórmula de
Friedewald: Col-LDL = Col-total – Col-HDL – TG 5 Esta fórmula puede aplicarse sólo
cuando el valor de los TG es menor de 400 mg/dL. 2.2.2. Definición del Riesgo
Cardiovascular Global (RCG)
Para ello es necesario considerar:
• la presencia o ausencia de alguna manifestación clínica de enfermedad vascular
ateroesclerótica (coronaria, cerebral o periférica) y
• la presencia de factores de riesgo CV mayores
• Padres, hermanos e hijos (hombres < 55 años y mujeres < 65 años).
• Un Col-HDL >60 mg/dL se considera un factor protector, de tal manera que resta
1 factor del puntaje del RCG.
Con estos antecedentes, se definen las categorías de riesgo cardiovascular
Factores de riesgo a considerar en la evaluación del riesgo cardiovascular global
1. Hombre mayor de 45 años
2. Mujer postmenopáusica sin terapia de reemplazo estrogénico
3. Antecedentes de ateroesclerosis clínica en familiares de primer grado
4. Tabaquismo
5. Hipertensión arterial 6. Diabetes mellitus
7. Colesterol HDL menor de 35 mg/dL
La obesidad (especialmente de distribución tóraco -abdominal) y el hábito sedentario,
son importantes factores de riesgo condicionantes. Esto significa que actúan
principalmente favoreciendo la aparición de los factores de riesgo mayores: diabetes,
hipertensión arterial y dislipidemia. La resistencia a la insulina es a menudo el
denominador común a todas estas condiciones, conocida con el nombre de sindrome
plurimetabólico o sindrome X, y considerado como una de las principales causas de la
ateroesclerosis.
Los individuos con intolerancia a la glucosa, si bien no tienen riesgo de desarrollar las
complicaciones específicas de los diabéticos, tienen aumentado su riesgo CV. Aunque
estas patologías o condiciones no han sido incluidas en la categorización del riesgo CV
global, su reconocimiento y tratamiento son importantes porque su mejoría modifica
positivamente los factores de riesgo asociados antes señalados. Una reducción discreta,
entre un 5 a 10 % del peso corporal en obesos disminuye significativamente la
resistencia insulínica, las cifras de presión arterial y los niveles de los lípidos o facilita su
control Diagnóstico de dislipidemia según niveles de lípidos y RCG Colesterol total
En población general de 20 o más años de edad se recomienda realizar un tamizaje para
la pesquisa de dislipidemia a través de la determinación del colesterol total que no
requiere que la persona esté en ayunas. Se considera normal un Coltotal <200 mg/dL. Si
el individuo no tiene otros factores de riesgo asociados, deberá ser reevaluado cada 5
años.
Categorías de riesgo cardiovascular
Categorías de riesgo Factores de riesgo
Bajo Menos de 2 factores de riesgo Alto 2 o más factores de riesgo Máximo
Demostración de enfermedad vascular ateroesclerótica Diabetes mellitus Dislipidemias
aterogénicas genéticas severas
Si el Col-total es ≥ 200 mg/dl debe hacerse una segunda medición e incluir una
determinación adicional de Col HDL Si el Coltotal está entre 200 y 239 mg/dL y el Col-
HDL ≤ 35 mg/dL, o existen 2 o más factores de riesgo mayores
S e debe realizar en ayunas de 12 horas. Se refiere a la cuantificación del Coltotal, Col-
HDL y TG y la estimación del Col-LDL calculado por la fórmula de Friedewald. Con estos
exámenes se determinan los niveles de lípidos considerados como patológicos según la
categoría de riesgo de los individuos.
El nivel de lípidos considerado patológico varía según el nivel de riesgo CV del individuo.
Es así como en un individuo de “bajo riesgo” se considera anormal una cifra de Col-LDL
≥160 mg/dL, mientras que el nivel considerado patológico en un sujeto clasificado en
“riesgo máximo” es muy inferior, ≥100 mg/dL.
Estos valores sirven para hacer el diagnóstico de dislipidemia y también para fijar los
objetivos terapéuticos a alcanzar en los pacientes en tratamiento.

Clasificación de las dislipidemias


Las dislipidemias deben clasificarse según su fenotipo clínico y según su etiopatogenia,
T Niveles patológicos de lípidos (mg/dL) según categorías de riesgo cardiovascular global
Categorías de Col-LDL Col-HDL Triglicéridos riesgo CV Bajo ≥ 160 ≤ 35 ≥ 200 Alto ≥ 130 ≤
35 ≥ 200 Máximo ≥ 100 < 45 ≥ 160
Primaria o Genética
Secundaria a Factores ambientalesPatologías
Clasificación de las dislipidemias según fenotipo y etiopatogenia
Hipercolesterolemia
Hipertrigliceridemia
Mixta La mayoría se debe a una combinación de factores genéticos y secundarios que
interactúan favoreciendo la aparición de la dislipidemia. También hay hiperlipidemias
mixtas genéticas como la disbetalipoproteinemia (alteración en las isoformas de apo E)
que son poco frecuentes.
Déficit Col-HDL La causa más frecuente es que sea consecuencia de una
hipertrigliceridemia primaria o secundaria. En asociación a estas últimas, son
importantes la obesidad, el sedentarismo y el tabaquismo como factores modificables
que pueden mejorar un déficit de Col-HDL. Las hipertrigliceridemias secundarias al uso
de estrógenos o alcohol no se acompañan de disminución del Col-HDL; en cambio, una
dieta muy restringida en grasas puede reducir el Col-HDL. También existen causas
genéticas (déficit de apo A), pero son infrecuentes.
Familiar Hipotiroidismo Dieta rica en grasas Poligénica Sindrome nefrósico saturadas y
colesterol Dislipidemia Colestasia Drogas: andrógenos, familiar anabólicos combinada
Familiar Obesidad Dieta rica en azúcares Dislipidemia Diabetes mellitus refinados y
alcohol familiar Insuficiencia renal Tabaquismo combinada crónica Drogas: Déficit
lipasa beta-bloqueadores, lipoproteica diuréticos, estrógenos.
|

Clasificación según fenotipo


Se distinguen 4 formas de presentación:
• Hipercolesterolemia aislada: elevación del Col-LDL.
• Hipertrigliceridemia aislada: elevación de triglicéridos
• Hiperlipidemia mixta: elevación del Col-LDL y de TG
• Col-HDL bajo aislado: disminución de Col-HDL
Cuando existe hipertrigliceridemia es muy frecuente que se asocie a una disminución
del Col-HDL, por disminución de la síntesis y mayor catabolismo de las HDL.
La antigua clasificación de Fredrickson que divide a las dislipidemias en 5 fenotipos ya
no tiene utilidad en la práctica clínica.
Clasificación etiopatogénica
La dislipidemia puede tener una causa primaria o genética o ser secundaria a otras
patologías o factores ambientales. Dislipidemias primarias genéticas
Se ha estimado que la etiología genética es causa de un 4% de las dislipidemias en la
población general; sin embargo, esta contribución llega a ser de un 30 % en los pacientes
con cardiopatía coronaria, cifra que puede elevarse en pacientes jóvenes.
Las dislipidemias genéticas se caracterizan por niveles muy altos de lípidos
(hipercolesterolemias > 300 mg/dL, hipertrigliceridemias > 400 mg/dL) o niveles muy
bajos de Col-HDL (< 25 mg/dL) muchas veces con triglicéridos normales. En ellas
también se pueden encontrar depósitos tisulares de lípidos. A modo de ejemplo, en la
hipercolesterolemia familiar: xantomas tendinosos (extensores de la mano, tendón de
Aquiles), tuberosos en la piel (en codos y rodillas) y arco corneal. En las
hipertrigliceridemias con hiperquilomicronemia: xantomas eruptivos en la piel,
hepatomegalia y esplenomegalia. En la disbetalipoproteinemia: xantomas palmares.
Dislipidemias secundarias
En todo paciente dislipidémico es muy importante investigar las causas con el fin
de tratarlas o modificar las condiciones predisponentes cuando sea posible. En una
hipercolesterolemia, descartar hipotiroidismo (niveles de TSH y T4) y sindrome nefrósico
(proteinuria) y evaluar los hábitos alimentarios (alto consumo de grasas saturadas y
colesterol). En el caso de las hipertrigliceridemias investigar diabetes y mejorar su
control metabólico (glicemias y hemoglobina glicosilada), investigar intolerancia a la
glucosa (test de tolerancia), insuficiencia renal (nitrógeno ureico, creatinina), hábitos
alimentarios (alto consumo de azúcares refinados, incluyendo fructosa), alto consumo
de alcohol y medicamentos que producen resistencia a la insulina (beta bloqueadores,
diuréticos, estrógenos). Debe considerarse la obesidad y el sedentarismo como factores
de riesgo condicionantes, dado que su tratamiento puede tener resultados altamente
favorables.

El término dislipidemia: Indica una elevada concentración de lípidos en la sangre. Hay


varias categorías de este trastorno, según los lípidos que estén alterados. Las dos formas
más importantes son la hipercolesterolemia y la hipertrigliceridemia, aunque hay otras
alteraciones que pueden ser frecuentes, como la hiperquilomicronemia o la disminución
del colesterol HDL. En el presente trabajo se tratan las bases metabólicas de las
dislipidemias y su abordaje terapéutico, ya sea a partir de los cambios en el estilo de
vida o con un tratamiento farmacológico.

La dislipidemia está considerada como uno de los principales factores de riesgo de la


cardiopatía coronaria, junto a la hipertensión y el hábito tabáquico. Sin embargo, hay
otros factores de riesgo, que deben tenerse en cuenta

Cuando hablamos de arteriosclerosis nos referimos a un proceso inflamatorio en el que


interactúan, a través de moléculas de adhesión, citoquinas, quimioquininas y factor
protrombótico, muchas moléculas diferentes como las lipoproteínas, células del
endotelio vascular, macrófagos, células del músculo liso, linfocitos T activados y
plaquetas.

Clínicamente, la importancia de la inflamación en el proceso arteriosclerótico queda


demostrada por el poder predictivo de la proteína C reactiva (PCR) en la predicción de
futuros episodios coronarios.

La arteriosclerosis es la causa subyacente a las enfermedades cardiovasculares,


cerebrovasculares y vasculares periféricas, por lo que adquiere gran importancia tanto
el control de lípidos plasmáticos como el diagnóstico global de riesgo. En este sentido,
las evidencias epidemiológicas confirman completamente la teoría lipídica de la
arteriosclerosis, cuya principal complicación clínica, la cardiopatía isquémica, es una de
las principales causas de muerte en el mundo occidental. Junto al colesterol total, tanto
los triglicéridos (TG) como los valores de HDL son factores independientes, de riesgo en
el primer caso y de protección en el caso del HDL.

El riesgo asociado a unos determinados valores de colesterol se multiplica cuando


coexisten otros factores de riesgo cardiovasculares que deben considerarse, como la
hipertensión arterial, el tabaquismo y la diabetes, entre otros.
La prevalencia de dislipidemias en España es alta. En estudios realizados en varias
comunidades autónomas se han obtenido colesterolemias superiores a 200 mg/dl en un
50% de los adultos, y mayores de 250 mg/dl en un 20%.

Bases metabólicas de las dislipidemias

Lípidos plasmáticos. En el torrente sanguíneo circulan cuatro tipos principales de lípidos:


colesterol, ésteres de colesterol, TG y fosfolípidos. Dada la naturaleza hidrófuga de las
grasas, es preciso un medio de transporte hasta los diferentes órganos, que son las
lipoproteínas. Están compuestas por un núcleo que contiene TG y ésteres de colesterol,
y una envoltura formada por colesterol libre, fosfolípidos y apolipoproteínas. Las
apolipoproteínas sirven de interfase adicional entre el medio lipídico y acuoso, y
participan como activadores o inhibidores de procesos enzimáticos del metabolismo de
los lípidos. Las lipoproteínas se clasifican en cinco clases, según su densidad tras un
proceso de ultracentrifugado. Se diferencian, asimismo, en su origen, contenido lipídico
y contenido de apolipoproteínas.

El colesterol es un componente esencial en todas las células de los mamíferos, sirve de


precursor a las hormonas corticosteroides y a los ácidos biliares. Se sintetiza en la
mayoría de los tejidos y especialmente en hígado y mucosa intestinal, gracias a la acción
de la hidroximetilglutaril-coenzima A (HMG CoA) reductasa. Cuando las células lo
acumulan en cantidades excesivas, una porción se esterifica con un ácido graso y el
producto se almacena como éster de colesterol hasta su demanda. Hay una excreción
hepática de colesterol al intestino, parte en forma de ácido biliar y parte directamente,
que es reabsorbida en el intestino, pasando a sangre portal (circulación enterohepática).

Los TG son compuestos de glicerina unidos de forma covalente a tres cadenas de ácido
grasos. Se almacenan en tejido adiposo y, cuando se necesita un aporte energético,
experimentan lipólisis liberando ácidos grasos libres, que pasan a la circulación unidos a
albúmina. Los ácidos grasos son transportados fundamentalmente al hígado, músculo y
corazón. El hígado es también capaz de utilizarlos para sintetizar nuevos TG. Los ácidos
grasos se diferencian entre sí por la longitud de su cadena y sus diferentes grados de
saturación. Se distinguen dos tipos, ácidos grasos saturados y ácidos grasos
poliinsaturados.

Metabolismo lipídico

En el metabolismo lipídico se distinguen tres procesos fundamentales:

* Transporte exógeno de lípidos. Los lípidos de la dieta son hidrolizados en forma de


ácidos grasos libres, mono y diglicéridos. En el enterocito son reesterificados formando
TG, fosfolípidos y ésteres de colesterol. De allí, en forma de quilomicrones, pasan a linfa
y sangre. En la circulación, parte de los TG son hidrolizados y ceden ácidos grasos a los
tejidos periféricos. Así, estas lipoproteínas se transforman, pierden parte de su núcleo y
Apo C de la superficie, que pasa a las HDL. La partícula residual, llamada remanente, es
captada por el hígado.

* Transporte endógeno de lípidos. El hígado sintetiza colesterol y TG a partir de ácidos


grasos. Ambos, unidos a Apo B 100 y C III, constituyen la parte fundamental de las VLDL.
En el plasma pierden TG por acción de la lipoproteína lipasa (LPL) y Apo C, y se convierten
en IDL. Parte de la IDL vuelve al hígado, y otra parte se transforma en LDL. Las LDL
transportan la mayor parte del colesterol plasmático y son las que los transfieren a los
tejidos, parte para ser utilizado y parte para ser almacenado como ésteres de colesterol.

* Transporte inverso de colesterol. El hígado y el intestino sintetizan lipoproteínas HDL


nacientes, que durante la circulación captan el exceso de colesterol de los tejidos y de
otras lipoproteínas hasta el hígado, de modo que permiten su metabolismo y
eliminación por la vía biliar.

EJERCICIO Y DISLIPIDEMIAS Tiene claro efecto en el perfil lipídico, con reducciones de


15% en el colesterol total, 13- 15% en triglicéridos y aumento de 12 a 18% en cHDL. Se
ha mostrado que el ejercicio contribuye a la pérdida de peso aún sin dieta; que reduce
los factores de riesgo cardiovascular y por ende el riesgo de EAC (reducción de 5-10
mmHg en presión arterial, hasta 30 mg/dl en glucemia y 0.5% a 1.5% en hemoglobina
glucosilada); y finalmente que contribuye a la reducción de la grasa corporal, en
particular la grasa abdominal, marcador de riesgo. El ejercicio que ha mostrado utilidad
es el ejercicio aeróbico, que usa oxígeno para quemar glucosa primero y luego tejido
graso. Se recomienda realizarlo al menos cinco veces por semana, durante un mínimo
de 30 minutos diarios . En algunos casos puede aconsejarse fraccionar el ejercicio en dos
períodos de 15 minutos cada uno, en personas con enfermedades que impliquen
limitaciones en la intensidad del ejercicio.
La recomendación debe incluir el tipo específico de ejercicio. Los ideales son caminar,
trotar, montar en bicicleta móvil o estática, los aeróbicos, nadar y practicar deportes.
Siempre debe incluirse un período breve de calentamiento, que es la misma forma de
ejercicio que se hará pero en menor intensidad y un período de recuperación o
enfriamiento.

CLASIFICACION DE DISLIPIDEMIAS

Una primera forma de clasificarlas podría ser en:

 Primarias, es decir, no asociada a otras enfermedades. Generalmente de


origen genético y transmisión familiar (hereditarias), es la forma menos
frecuente.
 Secundarias, es decir vinculadas a otras entidades patológicas, como por
ejemplo:5
o diabetes
o hipotiroidismo
o obesidad patológica
o síndrome metabólico
Actualmente se prefiere clasificarlas de acuerdo con las alteraciones detectadas,
pudiéndose encontrar:

 hipercolesterolemia
 hipertrigliceridemia
 dislipemia mixta.
ETIOLOGIA

Se pueden dividir en primarias y secundarias.


Las causas primarias son trastornos genéticos que devienen en enfermedades como
hipercolesterolemia, hiperlipidemia familiar combinada, la disbetalipoproteinemia, la
hipertrigliceridemia familiar, la hipoalfalipoproteinemia familiar y las dislipidemias
poligénicas. Por otro lado, las causas secundarias son debidas a diabetes mellitus,
hipotiroidismo, enfermedad hepática, cirrosis primaria biliar, excesivo consumo de
alcohol, lupus, mieloma múltiple o gamapatía, enfermedad renal crónica, proteinuria,
anticonceptivos orales, terapia de reemplazo hormonal, terapia antirretroviral,
antipsicóticos, esteroides, agentes inmunosupresores, entre otros

SIGNOS Y SINTOMAS
Los niveles altos de lípidos en la sangre no suelen causar síntomas. En algunas
ocasiones, cuando los valores son particularmente altos, la grasa se deposita en la piel
y en los tendones, donde forma unos abultamientos denominados xantomas. A veces
la persona desarrolla anillos opacos blancos o grises en el borde de la córnea. Cuando
los niveles de triglicéridos son muy altos, se produce una hipertrofia del hígado o del
bazo, una sensación de hormigueo o de quemazón en las manos y los pies, dificultad
respiratoria y confusión, y puede aumentar el riesgo de desarrollar pancreatitis, un
trastorno que provoca dolor abdominal intenso y puede ser mortal.
La dislipidemia no suele causar síntomas por sí misma, pero puede ocasionar
enfermedad vascular sintomática, incluso enfermedad coronaria, accidente
cerebrovascular y enfermedad arterial periférica.
Síntomas que alertan de colesterol alto
Por lo general, tener el colesterol alto no suele ocasionar síntomas durante mucho
tiempo. Por ello se le denomina ‘problema silencioso’.

Aun así, los siguientes síntomas pueden alertar que los niveles no están en los límites
correctos:

 Hinchazón de las extremidades


 Boca pastosa, seca y halitosis
 Pesadez en el estómago e indigestión
 Dificultades en el ritmo intestinal
 Aparición de urticaria
 Dolor en el pecho
 Dolor de cabeza
 Visión borrosa
 Agitación al moverse o hacer deporte
 Pérdida de equilibrio
 Accidente cerebro-vascular
 Ataque al corazón
Síntomas que alertan de colesterol alto
Por lo general, tener el colesterol alto no suele ocasionar síntomas durante mucho
tiempo. Por ello se le denomina ‘problema silencioso’. Aun así, los siguientes síntomas
pueden alertar que los niveles no están en los límites correctos:

 Hinchazón de las extremidades


 Boca pastosa, seca y halitosis
 Pesadez en el estómago e indigestión
 Dificultades en el ritmo intestinal
 Aparición de urticaria
 Dolor en el pecho
 Dolor de cabeza
 Visión borrosa
 Agitación al moverse o hacer deporte
 Pérdida de equilibrio
 Accidente cerebro-vascular
 Ataque al corazón

Aunque existen señales o signos que te pueden indicar de que tienes problemas con
esta grasa:

Síntomas en mujeres

1. Aumento de grasa abdominal


2. Fibromialgia (cansancio y dolor muscular crónico)
3. Ansiedad por comer dulces
4. Caída de cabello

Síntomas en hombres
1. Apneas del sueño
2. Verrugas en la zona de axilas y cuello
3. Colesterol alto
4. Dolor de cabeza, problemas de insomnio e irritación
5. Retención de líquidos

3.3 DEFINICION DE TERMINOS

DEFINICIONES DE DISLIPIDEMIAS

Dislipidemia es el término usado para describir las alteraciones de los lípidos


caracterizadas por Colesterol Total o LDL o y/o TG altos y HDL bajo8 . Se establecen
valores altos cuando el LDL >130mg/dl o Colesterol total > 200mg/dl o TG >150mg/dL o
HDL bajo cuando en varones es 40mg/dL o si es de sexo femenino > 50mg/ dL y TG <
150mg/dL10.

Las dislipidemias o hiperlipidemias son trastornos en los lípidos en sangre


caracterizados por la concentración y aumento de los niveles de colesterol o
hipercolesterolemia e incrementos de las concentraciones de triglicéridos (TG) o
hipertrigliceridemia. (emia significa sangre)

La dislipidemia (o dislipemia) es una concentración elevada de lípidos (colesterol,


triglicéridos o ambos) o una concentración baja de colesterol rico en lipoproteínas
(HDL).

La dislipidemia es la elevación de las concentraciones plasmáticas de colesterol o de


triglicéridos, o la disminución de las concentraciones de liproteínas de alta densidad
que contribuyen al desarrollo de aterosclerosis. Las causas pueden ser primarias
(genéticas) o secundarias. El diagnóstico se basa en la medición de las concentraciones
plasmáticas de colesterol total, triglicéridos y lipoproteínas individuales. El
tratamiento comprende cambios dietéticos, ejercicio y fármacos hipolipemiantes

Hipercolesterolemia:

El hipercolesterolemia consiste en la presencia de colesterol en sangre por encima de los


niveles considerados normales. Este aumento, que se asocia a problemas coronarios,
depende de la dieta, el sexo, el estilo de vida y la síntesis endógena. De esta manera, en la
concentración de colesterol en sangre intervienen factores hereditarios y dietéticos, junto a
otros relacionados con la actividad física.

Hipertrigliceridemia

La hipertrigliceridemia es el exceso de triglicéridos en la sangre. Los triglicéridos son


sustancias grasas en la sangre y en el organismo que obtienen su nombre por su
estructura química. El hígado produce triglicéridos. Cualquier caloría adicional en su
dieta puede convertirse en triglicéridos. Los triglicéridos también pueden transformarse
en colesterol. El alimento que consume se usa o se almacena. Cuando come, la grasa de
los alimentos es digerida y los triglicéridos son liberados al torrente sanguíneo. Esto le
dará energía para realizar actividades, o simplemente para mantener sus funciones
vitales. Si come de más, el resto del alimento se almacenará como grasa.

Aunque los niveles de triglicéridos varían con la edad, se considera que un nivel es
"normal" si es menor que 150 mg/dL. Los valores normales pueden variar según el
laboratorio

La arteriosclerosis
La arterioesclerosis es una afección producida por la formación de placa en las arterias, es
decir, los vasos sanguíneos por donde la sangre transporta el oxígeno y los nutrientes, lo que
causa su obstrucción.
La Ateroesclerosis:
La aterosclerosis es una enfermedad crónica, generalizada y progresiva que afecta sobre
todo a las arterias de mediano tamaño. Clínicamente se manifiesta como cardiopatía
isquémica, enfermedad cerebrovascular o enfermedad arterial periférica (EAP).
La Hiperlidemia Mixta
La hiperlipidemia mixta es una de las características del síndrome metabólico y se
asocia con hígado graso no alcohólico, riesgo de diabetes tipo 2 y aumento del riesgo
cardiovascular.

4 SISTEMA DE HIPÓTESIS
4.1 Supuestos básicos

Adoptar hábitos saludables mediante la promoción y prevención


Reducirá el riesgo de contraer dislipidemias en el adulto mayor de 60 años

Mediante la educación y orientación conlleva a realización de exámenes médicos para


conocer y controlar los niveles de dislipidemias en adulto mayor de 60 años

Por medio promoción y prevención de factores de riesgo de dislipidemias,


predisponen a los adultos mayores de 60 años a no adquirir esta enfermedad

4.2 Hipótesis centrales


LA actividad preventivo promocional crea una gran efectividad promoviendo así a
mejorar los hábitos de vida del adulto mayor de 60 años

En algunos adultos mayores de 60 años que no recibieron una orientación y educación


de dilipidemias han presentado una sintomatología a diferencia de otros adultos
mayores de 60 años que no presentaron sintomatología alguna de dislipidemias.

A través de la promoción y prevención por medio de charlas y actividades lúdicas concientiza


a los adultos mayores de 60 años acerca de los autocuidados y estilos de vida saludables para
prevenir las dislipidemias.
4.3 HIPOTESIS ESPECIALES U OPERATORIAS
 La promoción y prevención por medio de charlas y actividades lúdicas concientiza a los
adultos mayores de 60 años acerca de los cuidados que se deben tener de esta
enfermedad de dislipidemias.
 La promoción y prevención reduce la alta tasa de mortalidad y morbilidad en los
adultos mayores de 60 años producida por dislipidemias.

 Promoción y prevención Promueve y desarrolla programas que nos permitan mejorar los
hábitos alimenticios de los adultos mayores de 60 años y sus familias sobre deslipidemias,
para así garantizar un mejor estado de salubridad.
 La promoción y prevención a la comunidad acerca de los factores de riesgo de
dislipidemias, que predisponen a adquirir esta enfermedad los adultos mayores de 60
años
 La actividad preventiva promocional sobre dislipidemias Enseña a los adultos
mayores de 60 años a conocer y diferenciar los signos y síntomas que determinan esta
enfermedad y así detectarla a tiempo.

4.4 Identificación de variables


Variable independiente : Promoción y Prevención
Variable dependiente: Dislipidemias
Variables confusoras :

 edad
 sexo
 nivel socioeconómico
 Grado de salud física
 grado de estudio .

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