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LA EXEGESIS BIBLICA

Se denomina "exégesis" el método [o los métodos] de interpretación de un texto.


Es necesario interpretar un texto por varias razones. Un texto ha sido escrito en el
ámbito de una cultura determinada, que puede ser la propia o una diferente. Pero
sea la propia o una diferente el texto cobra vida sobre el trasfondo de un contexto
cultural. Así, el relato bíblico de Caín y Abel deja traslucir una cultura agrícola
enfrentada a una ganadera. El contexto cultural puede ser más o menos cercano a
nosotros que leemos el texto. Textos del Antiguo Testamento remiten a varios
siglos antes de nuestra era. De modo que la distancia histórica es muy grande y
hace que el texto no nos sea inmediatamente transparente. Contextualizando el
texto en su propia cultura y en su propia historia podemos tratar de comprenderlo
mejor.

Segundo, el lenguaje es una institución viva, histórica. Y como tal sufre cambios,
modificaciones en su semántica y hasta en su gramática. De ahí que el lenguaje
está lejos de ser transparente con solo leer un texto. Además, intervienen las
traducciones. Las palabras no significan lo mismo al pasar de una lengua a otra.
Jesús habló en arameo. Los Evangelios fueron escritos en griego. Y nosotros los
leemos en castellano.

Para interpretar cualquier texto es necesario tener en cuenta el género literario.


Una cosa es un enorme manual de química; otra cosa muy distinta es un panfleto
político; y otra diferente un libro de poesía. Cada clase de escritura tiene sus
propias reglas. Se puede entender muy claramente que un panfleto político sea
esencialmente retórico, puesto que su lenguaje incita a la acción. Difícilmente
encontramos retórica en un texto de física. Pero la escritura de la historia no esta
exenta de retórica. En la Biblia hay muchos géneros literarios. Hay libros que son
extensas recopilaciones de leyes [Deuteronomio, Levítico]. Estas leyes son las que
regían al pueblo hebreo. La religión judía era un religión nacional. La religión fue
un factor esencial en la formación de su nacionalidad. La religión era el alma de su
nacionalidad, y la que la mantiene viva a lo largo de un decurso histórico bastante
azaroso.

Hay libros sapienciales [Sabiduría, Eclesiástico, Eclesiastés, Job] La literatura


sapiencial no tiene como finalidad informar, sino orientarnos en el camino de la
vida, proporcionar una sabiduría, unas valoraciones que nos ayudan en el diario
vivir. Los Salmos son poesía religiosa, por lo general también con un interés
sapiencial.

Algunos libros son históricos. {Éxodo, Hechos de los Apóstoles, Los Evangelios].
Pero no se trata de una historia escrita al modo científico de Occidente. La historia
que cuenta la Biblia es, ante todo, una historia de salvación. Depende enteramente
de ciertos postulados de fe, de ciertas creencias religiosas, y muchas de sus
narraciones sólo son inteligibles para quien se ubica dentro de esa fe. Por ejemplo,
los primeros capítulos del Génesis (Cap. 1/11) no son historia. Lo que narran
dichos capítulos es la fe del pueblo judío para la época del exilio. Lo que se hace
presente ahí es su credo religioso. Se trata de una historia ejemplar, como diría
Mircea Eliade. O sea, de una historia de los orígenes, el paradigma de lo que
sucedió "in ello tempore", en el tiempo originario. Una historia ejemplar que narra
los acontecimientos extraordinariamente significativos, y que marca la pauta del
sentido que han de tener los acontecimientos por venir. No es, pues, historia "sin
mas".

Lo mismo sucede con los Evangelios. Lo que los evangelistas cuentan no es la vida
histórica de Jesús. Se trata de la vida de Jesús como la interpretaba la comunidad

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cristiana primigenia. Un historiador científico lee la narración de la resurrección de
Jesús y no puede concluir lo mismo que la comunidad cristiana. Queda
completamente escéptico ante el valor histórico de dicha narración. Rudolf
Bultmann ha llegado a decir que del Jesús histórico no sabemos nada. Es decir, lo
que narran los Evangelios, está tan implicado en la creencia religiosa que no es
fácil separar lo que es histórico de lo que es de fe. Pero el interpretar los textos
bíblicos con sentido religioso tiene también una gran ventaja. Se trata de que no
podemos juzgar la Biblia con sentido científico. La finalidad del texto bíblico no es
la de un texto científico. No es su cometido enseñarnos teorías científicas sobre el
origen del mundo, la formación de la tierra ni el origen del hombre. El sentido de
dichos textos responde exclusivamente a una finalidad de fe, su sentido esta
determinado dentro del ámbito de la fe. Era esto lo que alegaba Galileo Galilei
[1564/1642] en su disputa con la Iglesia Católica acerca de la verdad de la teoría
heliocéntrica de Copérnico. Pero la Iglesia de entonces se atuvo al sentido literal
del texto, de modo que si el libro de Josué decia que "el sol se paró", pues asi
ocurrió, y entonces había que deducir que el sol se mueve. Hoy nadie duda de que
el texto bíblico tiene como finalidad primera y última el sentido religioso, y que las
implicaciones sobre la manera de entender el mundo forman parte del contexto
cultural en que se escribió el texto. Todo el mundo, con alguna excepción griega
como Aristarco de Samos, era en la antigüedad geocéntrico, y no podemos pedirla
a la Biblia que se escribió muchísimos siglos antes de Copérnico que nos diga la
verdad exacta sobre la organización de los sistemas planetarios, sobre astronomía.
Este principio interpretativo es de una verdad obvia: un texto religioso tiene un
sentido religioso. En un texto religioso podemos encontrar valores religiosos y
morales, la afirmación de un cierto sentido de la vida [y de la muerte] inspiración
que ilumine ciertos acontecimientos de la vida, respuesta de fe a algunos enigmas
de la existencia humana, etc. Pero no necesitamos buscar en ellos verdades
científicas. Entre otras cosas, porque la imagen del mundo que ellos traslucen
responde al ámbito cultural en que se formaron dichos textos. Cuando se escribe el
Génesis todo el mundo cree que la tierra está en el centro, que es a manera de un
plato cuyos límites son intraspasables, razón por la cual no se podía navegar más
allá de ese límite, pues de lo contrario caeríamos en el abismo. El escritor bíblico
toma esa imagen del mundo de esa cultura de la misma manera que Emile Zolá
toma la imagen evolucionista que encuentra en su cultura cuando escribe sus
novelas.

Otra regla interpretativa importante es la intertextualidad. Un texto remite a otros


textos. NINGUN TEXTO se hace de la nada. Todo texto se hace a partir de otros
textos. Desde hace un tiempo más bien reciente se cita textualmente, bien sea
para incorporar la idea al propio texto, o bien para criticarla o comentarla. Otras
veces se trata de una paráfrasis mas o menos libre. Otras veces se trata incluso de
un plagio. En la Biblia hay intertextualidad interna y externa. La interna consiste en
las citas o alusiones de un texto bíblico a otro texto bíblico. La externa se refiere a
otros textos no bíblicos. Desde hace tiempo se viene descubriendo en la Biblia la
intertextualidad incluso externa. Esto en contra de quienes pensaban en un texto
absolutamente original. Ya es clásico el descubrimiento de la profunda semejanza
entre el relato bíblico del diluvio y el relato tal como lo encontramos en los
sumerios. Vale la pena transcribir este último, ya que el primero es conocido por
todos.

Verso: "Lo que poseía, lo cargué con toda simiente de vida hice subir a bordo a
toda la familia y a todos mis parientes el ganado de los apriscos, los animales del
campo, a los artesanos, a todos los hice subir. Entregué la dirección del barco a
Puzur/Enlil, el diestro batelero le confié la embarcación con todo lo que tenía
dentro. Cuando empezó a amanecer, de la base de los cielos surgió un negro
nubarrón y el terrible Adad mugía en su interior, Nabu, el mensajero de los dioses
y el rey Marduck, marchaban en él, corren los mensajeros por las montañas y las

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llanuras; Nargal, dios infernal, arranca el mástil, Inurta, el Señor de la guerra,
inicia el ataque; los diabólicos anunnaki se precipitan con sus antorchas, sus
destellos abrasan el país; el tumulto de Adad alcanza los altos cielos, muere el
brillo, reinan las tinieblas. El hermano ya no ve al hermano, los habitantes ya no se
reconocen en los cielos. Los dioses temblaron ante el diluvio, los dioses huyeron y
subieron a la mansión de Anu, los dioses se acuestan en la muralla, se acurrucan
como se acuesta el perro. Transcurrieron seis días con sus noches, crece el viento,
suben las aguas, el huracán señorea el país. Al llegar el séptimo día el huracán se
abate, decrece el diluvio que habían combatido como lucha un ejército furioso; el
mar descansó, el viento se calmó, el diluvio cesó. Mire al mar, y su voz se había
callado, toda la humanidad se había convertido en fango, hasta los tejados llegaba
el barro. Abrí la ventana de mi barco y el día cayo sobre mi mejilla; la desazón
reinó en mi corazón, y quedé sentado, y lloraba; sobre mi mejilla corrían mis
lágrimas. A dos medidas surgía una isla, hacia el monte Nitzir se aproxima el
barco, el monte Nitzir retuvo la nave y no la dejo navegar. A la llegada del séptimo
día, tomé una paloma y la solté por la ventana del barco, se fue la paloma y volvió.
Hice salir un cuervo y lo solté, se fue el cuervo y notó la desaparición de las aguas;
come, grazna, chapotea, y el cuervo no volvió. Hice salir a todos del barco los
cuatro vientos, derramé una libación. Puse una ofrenda sobre la cumbre de la
montaña, debajo de ellos esparcí la caña, el cedro, el mirto. Los dioses husmearon
el buen olor, los dioses, como moscas, se apretujaron sobre el sacrificador.

Se trata de un texto de los sumerios. Utanapisthim, antepasado del famoso


Gilgamesh, narra al rey Uruk la forma como alcanzó la inmortalidad. Hay todavía
otra versión de este mito que se remonta al tercer milenio AC.

A veces la intertextualidad es interna, se trata de la relación entre un texto de un


libro anterior y otro posterior dentro de la misma Biblia. El nacimiento de Jesús se
narra en los Evangelios siguiendo el modelo de Moisés en el Éxodo. En estas
narraciones se magnifica el nacimiento por tratarse de un héroe. Como afirma Leon
Dufour: "Sin temor a errar, se puede afirmar que el midrash de Moisés ejerció una
influencia real sobre la fuente del relato de MTL los cuales sucesos de la infancia
del Señor fueron considerados como el cumplimiento de los del primer libertador".
Asimismo, la huída a Egipto parece relacionarse con la estancia de Moisés en dicho
pais. La pascua allí celebrada se la hace funcionar como prefigura de la pascua que
Jesús habrá de realizar.

Pasemos a la regla relativa al sentido de un texto. Desde muy antiguo se ha


interpretado un texto bien sea en un sentido literal bien sea en un sentido figurado.
Al sentido literal se le llamó también histórico. Así, el sentido histórico del relato del
diluvio significaría que el diluvio fue una acontecimiento real, históricamente
acaecido, y no un mero mito con el fin de enseñar algo. Viceversa, si recurrimos al
sentido figurado, se entiende que el relato no tiene un sentido literal [histórico] y
que, por tanto, hay que entenderlo de otra manera, con otro sentido. San Agustín
distingue un sentido literal, uno tropológico, uno místico y uno espiritual. El sentido
tropológico es moral en tanto conlleva una enseñanza ética. El sentido místico se
refiere a la relación del alma con lo divino. Y el sentido espiritual es el sentido
religioso propiamente dicho. Con frecuencia se tuvo la necesidad de hacer este
recurso importante a los sentidos figurados para evitar contradicciones entre los
textos. También se utiliza la superposición de sentidos: un mismo texto puede
interpretarse en varios sentidos.

La interpretación racionalista de los mitos, iniciada ya con los filósofos griegos, ve


en la narración mítica una cáscara ficcional detrás de la cual hay que tratar de
entender el sentido. Los fundamentalistas son aquellos que tratan de defender sólo
el sentido literal del texto. Paul Ricoeur distingue entre una interpretación reductiva
y otra instaurativa. La reductiva se limita a explicar un texto refiriéndolo a otro

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cosa. Por ejemplo, para Freud, detrás de los simbolismos del sueño hay que ver
manifestaciones del inconsciente, y en última instancia del instinto sexual. La
interpretación instaurativa trata de mantener algún sentido importante en el texto.
La técnica de los filósofos de la sospecha parte de que no hay un sentido que sea el
verdadero sentido, y que un texto admite infinidad de interpretaciones. No hay una
primera interpretación que sea la originaria y verdadera, pero pueden haber
muchas interpretaciones. Los hechos no aparecen desnudos de toda interpretación,
más bien todo hecho lo enmarcamos ya dentro de alguna interpretación. La
interpretación no tendría principio ni fin, pues no hay una que sea la primera y
cada época, cada grupo social, cada individuo ensaya su interpretación.

Algunos hacen hincapié en que hay un sentido basado en la intención del autor. Sin
embargo, nosotros al leer un texto no conocemos cual es su intención, lo cual es
algo muy subjetivo. Lo que conocemos es lo que aflora directamente en el texto. Si
nos ponemos a imaginar cual era la intención del autor, lo que hacemos son
especulaciones. No hay que ver pues más interpretaciones que la que el texto tiene
frente al lector y tal como el lo entiende e interpreta.

Con relación a la exégesis bíblica hay una diferencia muy profunda entre el
catolicismo y el protestantismo. La iglesia católica sostiene que hay una
interpretación oficial del texto bíblico. Esta se basa en la tradición y la autoridad. La
tradición es el tesoro de las interpretaciones ya realizadas por la jerarquía de la
iglesia en el pasado. Y la autoridad es el papa y los obispos en comunión con él. La
reforma de Lutero trajo como uno de los principales cambios la libre interpretación
de la Biblia. No sólo la autoridad está inspirada por el Espíritu santo, también lo
está el cristiano individual.

ANTIGUO TESTAMENTO.

El Antiguo Testamento es el libro sagrado de la religión judaica. El judaísmo es una


religión monoteísta. Pero llegó al monoteísmo a lo largo de una evolución no
exenta de elementos de otras religiosidades de los pueblos vecinos, y en algunos
casos no deja de manifestar rasgos politeístas. Por ejemplo, algunos intérpretes
entienden que el término Elohim es un plural, y que por lo tanto la creación viene
atribuida a los "dioses". En contraposición al relato de la creación de la tradición
elohísta estaría la que designa a Dios como Yavhé. Incluso hay un tercera
redacción atribuida a los sacerdotes, redactada para la época del exilio, claramente
monoteísta y mas dogmática en su afirmación de un solo Dios. Hasta se ha opinado
que el monoteísmo veterotestamentario puede vincularse con el monoteísmo
defendido por el faraón Akenatón, quien durante su reinado impuso la fe en un
Dios, aunque desapareció luego con la muerte de este faraón. Lo cierto es que hay
elementos sincréticos en la religión judaica, como ya vimos con la narración del
diluvio.

La enseñanza fundamental del relato de la creación es la acción creadora de Dios


frente al cual todo es criatura y el ministerio otorgado al hombre en relación al
resto de la creación. Dios se relaciona con el hombre a través de un pacto o
alianza. Como vimos ya a propósito del diluvio. La Biblia es una historia de la
salvación. Dios se compromete con el hombre a salvarlo y el hombre se
compromete a mantener su fe en el Dios único y a guardar sus mandamientos. El
Dios judaico es también un legislador moral. El decálogo muestra las condiciones
mínimas de moralidad.

El que el Antiguo Testamento narre una historia de la salvación se ha visto como la


forma mediante la cual el pensamiento judaico introduce la idea del tiempo lineal o
histórico en contraposición al tiempo cíclico de casi todas las religiones antiguas. El

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cristianismo hereda esta concepción del tiempo, y a través suyo pasa al mundo
Occidental. Este convierte el tiempo lineal en la idea de la historia como progreso.
Para el Antiguo Testamento el tiempo es la línea que va desde la creación del
hombre hasta el final de los tiempos. Génesis y Apocalipsis forman los dos
puntos /inicial y terminal/ de este proceso, en el medio está la historia. Pero hay
también círculos temporales en la Biblia. Desde la creación hasta el diluvio hay un
primer círculo. El mundo es creado, luego se agota por el mal y el pecado, hasta
que Dios decide destruirlo por completo en el diluvio. De nuevo pacta con el
hombre y recrea el mundo, se rejuvenece. Para el Nuevo testamento, la venida de
Cristo marca el fin del mundo antiguo, su muerte y el renacimiento del mundo, con
la resurrección el mundo se hace nuevo, tierra nueva y cielo nuevo. Desde la
muerte de Cristo hasta la segunda venida habría otro círculo del tiempo.

El pueblo israelita estuvo en exilio en Egipto, Asiria y Babilonia. El exilio era


frecuente en Oriente. Era un medio del imperio de turno de dominar a las clases
altas para impedir rebeliones. Sobre el exilio en Egipto nos cuenta el libro del
Éxodo. No hay fuentes independientes que confirmen la estancia del pueblo judío
en Egipto. La narración bíblica da una topografía poco clara que no permite seguir
el derrotero del viaje. Tampoco existe acuerdo histórico acerca de bajo qué
dominación faraónica se produjeron estos hechos. En el Éxodo se describe a José,
hijo de Jacob, prestando servicios al faraón. Pero un nuevo rey, que desconocía
esto servicios de José, impuso limitaciones al crecimiento de la descendencia judía.
Moisés siente el llamado de reconducir el pueblo israelita hasta la tierra prometida.

El éxodo es comúnmente entendido no solo como liberación de la esclavitud de


Egipto, sino también como la formación del pueblo de Yahvé. Los distintos grupos
firman su unidad en la empresa de repatriación.

Asiria conquistó ciudades israelitas deportando sus habitantes. Oseas dejó de


pagar los tributos exigidos y Salmansar conquistó a samaria. Luego con el imperio
babilónico vino la destrucción de Jerusalén por Nabucodonosor y la larga cautividad
en Babilonia. Jerusalén quedó destruida (586 AC) y no quedó más que la clase
pobre en tierras israelitas. Sólo con el edicto de Ciro pudieron regresar muchos.

Los libros sapienciales se han atribuido al rey Salomón, quien reinó de 965/926.
AC. Pero el Eclesiastés, por ejemplo, es un libro tardío, no incluido en el canon
judío, escrito hacia el 180 AC. La iglesia católica lo incluye en sus ediciones de la
Biblia. También se atribuye a Salomón el Cantar de los Cantares, pero también
es tardío. Se compuso después del exilio, hacia 300 AC. Es un poema de amor,
pero que suele interpretarse alegóricamente, como la relación del alma con Dios, o
de Cristo con la Iglesia. Sabiduría también se incluye en las ediciones católicas.
Su autor es desconocido. Es muy tardío, siglo I AC. El libro parece haber recibido
influencia del pensamiento griego. De todos modos trata de mostrar la superioridad
de la sabiduría judía sobre la filosofía griega. La última parte del libro de Isaías no
se le puede atribuir. Se usa el término "deutero Isaías" para identificarlo. [Is. 40 en
adelante] Cambia mucho el lenguaje, el estilo y el mundo ambiente. En la primera
parte el reino de Judá afronta el peligro de la destrucción. En la segunda parte Judá
está ya en el exilio con toda su desesperanza. El autor celebra el advenimiento de
Ciro. La fecha de su redacción parece ser hacia el 540 AC. Dos siglos posterior al
primer Isaías. El segundo Isaías hace una manifestación más fuerte de
monoteísmo. Enseña que Dios no es sólo de Israel, sino un Dios Universal. No
reconoce la fuerza de los dioses babilónicos, a pesar de que el pueblo judío está
sometido al dominio babilónico. "Solo tu tienes un Dios, no hay ningún otro; los
dioses no existen ya". [ Is. 45, 14}

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El profeta Oseas predica contra la injusticia. Critica el ritualismo, los holocaustos
cuando no están respaldados por una práctica religiosa auténtica y una práctica de
la justicia para con el pobre y el desvalido.

El libro de Daniel contiene una parte [la segunda] claramente apocalíptica.


Describe las visiones. Cuatro imperios que se suceden históricamente y que son
destruidos uno tras otro, cayendo finalmente en la destrucción general con la
esperanza de la llegada del reino de Dios. Los cuatro imperios son: los caldeos [el
león], los medas [el oso], los persas [el leopardo] y el cuarto imperio es el
macedonio (bestia de diez cuernos). Esta secuencia de imperios ha sido
interpretada por algunos como una idea de la historia universal. Y se la relaciona
con la idea griega de la división de la historia en cinco épocas, la edad de oro, de
plata, de bronce, edad heroica y la de hierro. El libro de Daniel utiliza las cuatro
edades con nombres de metal [no incluye la edad heroica]. Se ha supuesto que
este mito griego de las edades de la historia [con un sentido de decadencia cada
vez más grande] [o historia cíclica] fue conocido por el autor del libro de Daniel e
incorporado en la forma de sueño en que aparece una estatua con la composición
de los cuatro metales. Luego, en la segunda parte del libro, esas edades son
atribuidas a los imperios en sucesión histórica. Lo importante aquí, pues, sería una
idea de la historia universal, aunque desde luego una idea cíclica de la historia.
Daniel profetiza la llegada del reino de Dios que acabará con la destrucción traída
por los imperios. Los hechos que narra aluden al tiempo de los Macabeos y la
persecución de Antíoco IV Epifanes. La primera parte, en cambio, alude a hechos
de la época babilónica y persa.

NUEVO TESTAMENTO

Se compone de los cuatro Evangelios, de los Hechos de los Apóstoles, de las cartas
y de el Apocalipsis. Los cuatros Evangelios se dividen en dos grupos. Los sinópticos
[Mateo, Marcos, y Lucas]; y el evangelio de Juan. Los sinópticos se denominan así
porque siguen un plan muy parecido y con muchísimas convergencias. Juan, en
cambio, es completamente distinto. Mucho más teológico y con doctrinas poco
sencillas.

Los Evangelios narran la vida y predicación de Jesús. Como se dijo al comienzo, no


se trata de historia científica, no se habla del "Jesús histórico", sino, como dice
Bultman del Cristo de la fe. Es la concepción que tenía la primigenia comunidad
cristiana en base a su fe. Hay un núcleo fuerte común constituido por las
enseñanzas de Jesús, las cuales se recordaron y recopilaron tempranamente, se las
denomina 'logoi' o enseñanzas. Cada una de los evangelistas persigue una finalidad
determinada con su narración. Algunos atribuyen a Mateo haber escrito un
evangelio en arameo, donde estaba el conjunto de logoi y sería la fuente más
antigua de los sinópticos. Tal como los conocemos hoy, los evangelios están
escritos en griego [en realidad todo el Nuevo Testamento]. El propósito principal de
Mateo es demostrar que Jesús es el Mesías. Por eso se esfuerza en mostrar que
Jesús es de ascendencia de la casa de David. MATEO destaca el nacimiento virginal
de Jesús. Mateo se apropia de muchos textos del Antiguo Testamento para
aplicarlos a la vida de Jesús. Por ejemplo, así como Moisés pudo eludir las
amenazas del faraón, del mismo modo Jesús escapó a la matanza de los niños
inocentes supuestamente ordenada por Herodes. La estancia de Jesús en Egipto, a
la cual nunca se vuelve a aludir en el N. T. parece evocar la presencia del pueblo
judío en ese pais y el éxodo posterior. A Jesús se le conoce como Nazareno, nativo
de Galilea, pero Mateo lo hace nacer en Belén para poder afiliarlo a la casa de
David.

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Flabio Josefo menciona a Juan el Bautista, pero no menciona a Jesús. {O mejor, se
dice que la mención que hace es una interpolación]. Marcos comienza justamente
con el bautismo de Jesús. Y desde ese momento adquiere conciencia mesiánica.
Mateo presenta a Jesús como Mesías, no como un rebelde frente al poder imperial
romano. La secta de los esenios, que vivían en comunidades aisladas, esperaban la
venida de un liberador no solo religioso sino también político, que liberase al
pueblo judío del yugo imperial romano. Jesús predicaba a los pobres, a los
desvalidos, a todo el que quisiera aceptar el mensaje. Su enseñanza se esparció
por las clases bajas, tanto en Judea como en el imperio romano. Las clases
dominantes [fariseos y saduceos] se oponían a Jesús. Sus enseñanzas contra la
riqueza son claras y contundentes. Mateo presenta a Jesús con una misión dentro
de los límites del pueblo judío, no con una misión universal. "No he sido enviado
sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel". [Mt. 15. 24] En cambio, Lucas se
dirige más ampliamente a los gentiles que simpatizan con la causa cristiana. Lucas
hace varias referencias a María. Los Evangelios no dicen el día en que nació Jesús.
La celebración de 25 de diciembre tiene que ver más bien con el día del solsticio de
invierno, que era una celebración del 'nacimiento del sol'. La religión mitraísta
celebraba ese día el culto del sol, y el cristianismo lo reemplazó por el nacimiento
de Jesús. Esta fecha fue de aceptación tardía, hacia el 300 0 350 dC.

El cuarto evangelio se atribuye al apóstol Juan. Parece más bien una redacción de
un discípulo suyo, impregnado de la cultura de la época y de algún desarrollo
intelectual. Su evangelio, muy teológico, no muestra la sencillez de las parábolas
que narran los sinópticos. La referencia de Juan al Logos se ha asociado con el
pensamiento de Filón de Alejandría, judío formado en la filosofía griega. El
evangelio de Juan centraliza la actividad de Jesús en torno a Jerusalén. Juan
muestra a Jesús no como un profeta dirigido sólo a los judíos sino con una misión
en el mundo de los gentiles.

Pablo de Tarso fue una figura fundamental en la internacionalización del


Cristianismo. Los doce apóstoles parecen haber entendido el cristianismo con una
finalidad destinada sólo al pueblo de Israel. Pablo no titubea en llevarlo a los
gentiles. Sus cartas contienen desarrollos teológicos importantes.

Conclusiones sobre el monoteísmo. La religión judía es monoteísta, aunque llega a


la creencia en un Dios a través de un proceso en que no faltan incertidumbres y
sincretismos. El Dios del Antiguo Testamento se presenta como creador, legislador
moral y guía de su pueblo. La moral está basada en la ley del Talión.

El Nuevo Testamento continúa con el monoteísmo. Jesús presenta a Dios como un


padre bondadoso y con una moral nueva, basada en el amor al prójimo. El
monoteísmo del Cristianismo fue luego complicado durante los primeros siglos de
la Iglesia con el dogma de la Trinidad. Un Dios en tres personas. Además de ello,
María fue declarada madre de Dios, en cuanto madre de Jesús. Este conjunto de
creencias se recogen en el credo de los apóstoles, aprobado en el Concilio de
Nicea. La definición y determinación de estos dogmas fue motivo de larga y
encendida lucha en que muchos fueron declarados heréticos por sostener doctrinas
contrarias.

BIBLIOGRAFIA

Isaac Asimov, Guía de la Biblia, Vol. IAntiguo Testamento, Barcelona, Laia, l985
Vol. II: Nuevo Testamento.

Biblia de Jerusalén, Bilbao, Desclée de Brouwer.

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Carlos Cid, Manuel Riu, Historia de las religiones, Barcelona, Ed- Sopena, 1965

Oscar Cullman, Cristo y el tiempo, Barcelona, Estela, l968

León Dufour, Los Evangelios y la historia de Jesús, Barcelona, Estela, l965

D. Eikelschulte, "Hermenéutica y teología en R. Bultmann", en: Selecciones de


Teología, (No. 20, l966).

Herbert Haag, Breve diccionario de la Biblia, Barcelona, Herder, 1985

William Irvin- H. A. Frankfort, El pensamiento prefilosófico, II. Los hebreos, México,


FCE, l968

Jesús San Clemente Idiazábal, Iniciación a la Biblia, Bilbao, Desclée de Brouwer,


1975.

Santa Biblia, (Antigua versión de Casiodoro de Reina 1569).

Baruch Spinoza, Tratado Teológico-político, Madrid, Alianza Ed. 1986

Jean Steinmann, Richard Simon et les origines de l' exégèse biblique, Desclée de
Brouwer, 1959.

Varios autores: Selecciones de Teología, (No. 33, l970). Número extraordinario


sobre los Evangelios sinópticos.

En: Carlos Cid/ Manuel Riu, Historia de las religiones, Barcelona, Editorial Sopena,
l965, p. 220/221 "Con la filosofía israelita de la historia se introdujo en la cultura
humana una nueva idea, cuyas consecuencias han tenido un alcance que todavía
pueden ser advertidas. De nuevo nos encontramos con algo de un nivel elevado
que carece de paralelo, aun cuando el profesor Jacobsen nos haya indicado que las
primeras huellas de e ste pensamiento ya se puede apreciar en los babilonios. A
pesar de esto, la filosofía de la historia, en la forma en que fue concebida y
desarrollada por los hebreos, era enteramente desconocida para las grandes
civilizaciones precedentes. Y la singularidad de esta contribución israelita al
desarrollo del pensamiento se mantuvo durante muchos siglos, ya que las
tentativas de Heródoto apenas si van un poco más allá de los babilonios, y
tampoco sus sucesores griegos o romanos pueden rivalizar con ella. Esta herencia
del Antiguo Testamento pasa al llamado mundo occidental a través de Eusebio y,
con el transcurso del tiempo, adquiere un notable desarrollo, especialmente en
nuestra época". William Irvin, El pensamiento prefilosófico. II. Los hebreos, México,
FCE, 1968, p. 137 Arnaldo Momigliano piensa que la idea del libro de Daniel está
inspirada en el pensamiento griego de la sucesión de los imperios de acuerdo a
cuatro edades. Piensa que esta idea es exclusivamente griega. "Hasta ahora nadie
ha sido capaz de producir evidencia en favor de la existencia de la idea de cuatro
imperios mundiales fuera del pensamiento griego". "Los orígenes de la historia
universal×", en: A. Momigliano, De judíos, paganos y cristianos, Méx, FCE, 1987,
p. 85. De todos modos la opinión más generalizada es que fue el pueblo hebreo, tal
como se manifiesta en el Antiguo Testamento, quien forjó primariamente un
pensamiento histórico a través de la idea de una historia de la salvación.

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