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Líderes Escuderos.

El Círculo Íntimo Del Pastor


Como Construir Y Dirigir Su Equipo De Liderazgo.
Capítulo 1.
Ancianos en Israel.

Ancianos de Israel en el Antiguo Testamento.


Los ancianos constituían parte importante de la vida de los pueblos del antiguo testamento. Por su edad
se consideraban personas de madurez, experiencia, conocimiento, y sabiduría. Eran, por consiguiente,
los líderes naturales de familia, clanes, y tribus. Ocupaban, en la vida civil de una nación, puestos de
responsabilidad como gobernantes en las ciudades, jueces, etc. La primera mención de ancianos que
encontramos en la biblia se encuentra en Génesis 50:7…

Entonces José subió a sepultar a su padre, y con el subieron todos los siervos de faraón, los ancianos
de su casa y todos los ancianos de la tierra de Egipto. (LBLA)

Aquí descubrimos que no solo Israel tenía ancianos sino también Egipto. Estos “ancianos” de Egipto
probablemente eran ancianos de autoridad y liderazgo en el gobierno de Faraón. También otras
naciones tenían ancianos, como vemos en Números 22:7…

Y los ancianos de Moab y los ancianos de Madián fueron con el precio de la adivinación en la mano;
y llegaron a Balaam, y le repitieron las palabras de Balac (LBLA)

En la antigüedad los ancianos de Israel eran responsables de administrar la justicia, la ley, y la equidad
entre el pueblo. También servían de jueces que juzgaban los crimines y castigaban los transgresores.
Participaban en la administración política de las ciudades.

La primera mención de ancianos de Israel se haya en Éxodo 3:16.

Observamos los siguientes hechos:

Ancianos de Israel en los tiempos de Moisés…

Cuando Moisés y Aarón llegaron a Egipto, reunieron a los ancianos (como líderes y representantes del
pueblo), para avisarles de su comisión divina de liderar al pueblo de su esclavitud (Éxodo 3:16, 18;
4:29; 12:21). Ya existían ancianos entre el pueblo cuando Moisés y Aarón llegaron por mucho tiempo
había existido esta organización sencilla, basada en jefes, o cabezas de tribus, de clanes y de familias.
Antes de existir la Ley Mosaica estos “ancianos” dirigían la vida social y espiritual del pueblo,
administraban la justicia, y daban liderazgo a su gente.
Ellos acompañaron a Moisés cuando este primeramente hablo a Faraón (Éxodo 3:18).
Moisés comunicaba sus mensajes y mandamientos al pueblo por medio de los ancianos (Éxodo
19:7; Deuteronomio 31:9).
Estaban al lado de Moisés en las experiencias de dirigir al pueblo en el desierto (Éxodo 17:5).

Setenta ancianos acompañaron a Moisés en el Monte Sinaí (Éxodo 24:1, 9, 14).


Setenta ancianos fueron designados para llevar la carga de gobierno junto con Moisés (Números
11:16-25). Estos pudieron haber sido los mismo setenta de Éxodo 24:1. De ser así, lo que vemos aquí
es un aumento de responsabilidades que les fueron asignadas.
Ancianos de Israel en la tierra prometida.

Al llegar a la tierra, según Moisés había mandado, el pueblo estableció líderes (ancianos) en las
ciudades para administrar el gobierno local de éstas (Deuteronomio 19:12; 21:3; Josué 20:4; Jueces
8:16; Rut 4:2, etc.) aun ciudades pequeñas o pueblos como Belén, había ancianos (1Samuel 16:4).
En el tiempo de los Salmos (Reyes) y Profetas los ancianos continuaban sirviendo como un
cuerpo de líderes y oficiales entre el pueblo (Salmo 107:32; Lamentaciones 2:9-10).
Durante el cautiverio de Israel, los ancianos tenían funciones de liderazgo entre el pueblo aun en
exilio en Babilonia (Ezequiel 14:1). Tenían la función de establecer algún nivel de orden en la
vida del pueblo en su exilio. Según Ezequiel 14:1ss, estos ancianos eran desobedientes al Señor,
idolatras quienes habían puesto sus ídolos en su corazón. Dios le dice a Ezequiel que el ya no puede
ser consultado por ellos por su maldad.
Después del exilio, al regresar los israelitas a Jerusalén, se estableció la sinagoga la cual tenía, en
cada lugar, un grupo de ancianos que la gobernaban. El número de ancianos en las sinagogas
correspondían el número de habitantes en cada región. Algunos de estos ancianos pertenecían al
Sanedrín (el cuerpo gobernante de mayor autoridad en la nación).

La palabra hebrea zaquen significa “viejo”, y lleva la idea de una persona cuya vida constituía una
depositaría de conocimiento, sabiduría, historia del pueblo, etc. Esto es especialmente cierto cuando
tomamos en cuenta la falta de libros y medios de aprendizaje en aquellos días. Cada anciano del
pueblo fue considerado una biblioteca de conocimiento y un recurso abundante y valioso de sabiduría
para guiar la vida de otros.

Resumiendo, podemos apreciar que un anciano era un hombre mayor de edad, un líder entre el
pueblo por su gran experiencia en conocer y caminar con Dios, su capacidad para administrar
Su ley y justicia y dar dirección a la gente, su participación en la administración política de
ciudades, y por su habilidad de compartir y aplicar su sabiduría a la vida religiosa y social del
pueblo. Siempre los vemos como un grupo funcionando de manera corporal y no individual o
independiente. En todo esto hay principios espirituales que podrían ser aplicados al gobierno de las
iglesias locales del Nuevo Testamento que nacerían entre el pueblo de Dios cientos de años después.

 Ancianos de Israel en el Nuevo Testamento.

Los ancianos entre los judíos en los tiempos de Jesús eran parecidos a los del Antiguo Testamento.
Israel estaba ahora bajo el dominio del Imperio Romano, y por consiguiente las funciones de ellos
estaban limitadas a la vida religiosa y social del pueblo, no política.

Se encuentran asociados con los principales sacerdotes en Mateo 21:23, con los principales sacerdotes
y escribas en Mateo 16:21, y con los principales sacerdotes y “todo el concilio” en Mateo 26:59. Este
concilio era el Sanedrín, la corte suprema de los judíos que se había reunido para juzgar y condenar a
muerte a Jesús.

Parte de la función del Sanedrín fue la de reconocer y anunciar al pueblo la venida del Mesías cuando
llegara. En vez de cumplir con sus responsabilidades como líderes del pueblo, los ancianos de Israel
fallaron y se convirtieron en guías ciegos de otros ciegos. A pesar del fracaso de los ancianos de Israel
en cumplir el propósito de Dios para su liderazgo, ellos, sus funciones, y la forma de gobierno que
ellos representan, nos presentan un modelo y una base para el gobierno de las iglesias del nuevo
testamento. Los primeros creyentes de la iglesia eran judíos y tomaron su forma de liderazgo
(ancianos) del modelo antiguo-testamentario que Dios estableció desde la antigüedad, “en la
congregación (ekklesia) en el desierto” (Hechos 7:38).

Capítulo 2
Ancianos en la iglesia:

¿Qué es un anciano?

Después que les designaron ancianos en cada iglesia, habiendo orado con ayunos, los encomendaron
al Señor en quien había creído. Hechos 14:23 (LBLA)

Para entender con claridad el cuadro bíblico de los ancianos en el sentido neo-testamentario, resulta
imprescindible ir a la raíz del significado y aplicación de ciertos términos bíblicos. De no ser así,
nuestra imagen de ellos puede ser borrosa y errónea. Podemos formar un concepto anticuado poco
bíblico, y alejado de la realidad. Esta imagen falsa es la de un hombre muy viejo, de barba larga,
vestido de un manto largo de color negro, y con un pergamino en las manos. La mayoría de los
ancianos que yo conozco en las iglesias son hombres relativamente jóvenes, dinámicos, de buena
apariencia, inteligentes, talentosos, y capaces.

Tres palabreas-un solo ministerio

Hay tres palabras griegas, con distintas traducciones y significados, que describen la persona y el
ministerio de los ancianos.

Presbúteros (ancianos)

La primera es presbúteros, la cual se traduce anciano en cada lugar donde aparece en el nuevo
testamento. Nuestros términos presbítero, presbiterio, etc. derivan de este vocablo. El significado de
presbúteros: una persona mayor de edad, que posee sabiduría, madurez, conocimiento, estabilidad,
etc.

Presbúteros tiene dos significados y aplicaciones. Primero, se refiere simplemente a una persona mayor
de edad, sin connotaciones espirituales o eclesiásticas. Tenemos un ejemplo en Tito 2:2-5.

Los ancianos deben ser sobrios, dignos, prudentes, sanos en la fe, en el amor, en la perseverancia. 3
así mismo, las ancianas deben de ser reverentes en su conducta: no calumniadoras ni esclavas de
mucho vino que enseñen lo bueno, 4 que enseñen a las jóvenes a que amen a sus maridos, a que amen
a sus hijos, 5 a ser prudentes, puras, hacendosas en el hogar, amables, sujetas a sus maridos, para
que la palabra de Dios no sea blasfemada. (LBLA)

También, en Filemón verso 9 Pablo se refiere a sí mismo como “Pablo, el anciano”. … no obstante,
por causa del amor que te tengo, te ruego, siendo como soy, Pablo, el anciano, y ahora también
prisionero de Cristo Jesús, (LBLA). La Reina Valera dice… siendo como soy Pablo ya anciano….
(véase también en 1Timoteo 5:1-2).

El segundo significado de presbúteros tiene que ver con la persona que sirve como líder espiritual en
una iglesia local. Describe a la persona como una de madurez espiritual, con experiencia tanto en
las cosas de Dios como en los asuntos de la vida, de sabiduría y capacidad para compartir
consejos sabios con otros, de habilidad para enseñar la palabra de Dios, etc. Se trata de uno que
ha caminado con Dios y conoce Sus caminos. Vale acentuar que la madurez de un anciano en la
iglesia local es relativa. Es decir, será más maduro que otros miembros de la congregación, aunque no
tenga mucho tiempo en Cristo. Esta situación la vemos en relieve, mayormente, en iglesias nuevas,
donde los líderes, o líderes en potencia, no han tenido suficiente tiempo para alcanzar un alto nivel de
madurez. Sin embargo, van adelante, crecen rápidamente, muestran evidencias de madurez,
consagración, empeño, diligencia, santidad de vida, etc. en tal grado que califican para ser ejemplos y
líderes de los demás.

Un ejemplo de este lo encontramos en Hechos 14:21-23. Pablo y Bernabé, en su primer viaje


misionero, habían predicado la Palabra en Listra, Iconio, y Antioquia (de Pisidia). 21
y después de anunciar el evangelio a aquella ciudad y de hacer muchos discípulos, volvieron a Listra,
a Iconio, y a Antioquia, 22 fortaleciendo los ánimos de los discípulos, exhortándolos a que
perseveraran en la fe, y diciendo: es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el
reino de Dios. 23 después que les designaron ancianos en la iglesia, habiendo orado con ayunos, los
encomendaron al Señor en quien habían creído. (LBLA)

El lapso de tiempo que transcurrió entre la predicación del evangelio a estas ciudades y el regreso de
Pablo y Bernabé para constituir ancianos no pudo haber sido más de algunos meses. Sin embargo, los
apóstoles encontraron entre los grupos de creyentes hombres que calificaron para dirigir la vida
espiritual de estas congregaciones nacientes. Quizás no eran muy maduros espiritual y
ministerialmente, sin embargo, iban delante de los demás en torno a su diligencia y desarrollo
espiritual.

Aquí se haya uno de los significados de presbúteros: uno que es mayor que sus hermanos, y que posee
madurez relativa. Es decir, es maduro en comparación con otros que necesiten su ejemplo y dirección.

Por su puesto, lo ideal para un anciano es que sea un hombre con un alto nivel de madurez,
experimentado en las cosas de Dios, que tenga años de haber caminado con Dios, que conozca
bien la Palabra de Dios, que tenga la habilidad de aconsejar y ayudar a otros, que posea
profundo discernimiento espiritual, y que sea capaz de tomar decisiones sabias que beneficien a
la iglesia.

Epíscopos (obispo)

La segunda palabra griega que nos atañe es epíscopos. Las dos partes del vocablo son: epi (sobre), y
skopos (ver, velar, mirar, supervisar). De allí derivan las palabras telescopio, microscopio, etc.

Hechos 20:28 Tened cuidado de vosotros y de toda la grey, en medio de la cual el Espíritu Santo os ha
hecho obispos para pastorear la iglesia de Dios, la cual Él compro con su propia sangre. (LBLA)

Filipenses 1:1 Pablo y Timoteo, siervos de Cristo Jesús, a todos los santos en Cristo Jesús que están
en Filipos, incluyendo a los obispos y diáconos: (LBLA)
1Timoteo 3:2 Un obispo debe ser, pues, irreprochable, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, de
una conducta decorosa, hospitalario, apto para enseñar (LBLA)

Tito 1:7 porque el obispo debe ser irreprensible como administrador de Dios, no obstinado, no
iracundo, no dado a la bebida no pendenciero, no amante de ganancias deshonestas (LBLA)

1Pedro 2:25 Por que vosotros erais como ovejas descarriadas, pero ahora habéis vuelto al pastor y
obispo de vuestras almas. (RV)

En cuanto a estos textos obispo se refiere a un líder espiritual en la iglesia. En el otro, habla de
Jesús, el Obispo de nuestras almas. La Biblia de las Américas lo traduce como “Guardián de vuestras
almas”.

El sustantivo episkope se encuentra en 1Timoteo 3:1, donde es traducido por la palabra


“obispado”, y significa el trabajo o función, o bien el liderazgo ejercido por un anciano. Habla de
su cargo o responsabilidad.

El verbo espiskopeo aparece solo dos veces en el Nuevo Testamento (Hebreos 12:15 y 7? decir,
ejerced sumo cuidado, diligencia, y vigilancia para que no brote ninguna raíz de amargura, etc.

En 1Pedro 5:2 se traduce por la frase cuidando de ella (la grey). La Biblia de las Américas lo traduce
como velando por él (el rebaño). La palabra espiskopeo describe la función básica de los ancianos, la
de ejercer cuidado, diligencia, y vigilancia en su ministerio de proteger, edificar, y guiar a la iglesia
local.

Hemos visto que la palabra anciano se refiere a la persona misma, su calidad de vida, carácter,
experiencia, madurez, sabiduría, etc., mientras que obispo encierra y describe la función principal de
los ancianos: velar por el bienestar de otros, vigilar, cuidar, etc.

Poimen (Pastor)

Hay una palabra más que describe el ministerio de los ancianos: poimen. La raíz de este vocablo (poia)
significa “proteger”. Poimen aparece 18 veces en el Nuevo Testamento y sin excepción se traduce
como “pastor” (Mateo 9:36; 25:32; 26:31; Marcos 6:34; 14:27; Lucas 2:8, 15, 18, 20; Juan 10:2, 11
(dos veces), 12, 14, 16; Efesios 4:11 (el único lugar donde se refiere directamente a un líder espiritual
de la iglesia); Hebreo 13:20; y 1Pedro 2:25).

En la mayoría de los casos citados se refiere a Jesús como es Buen Pastor; en algunos textos habla de
pastores de ovejas naturales; en otros se usa la palabra pastor en un sentido de general o espiritual (Ej.
Mateo 9:36), y sólo una vez habla de un líder espiritual o dirigente en una iglesia (Efesios 4:11).

Si buscamos en el Nuevo Testamento el verbo poimaino descubrimos, sin embargo, que la Biblia habla
mucho del trabajo pastoral de los líderes espirituales en la iglesia, o sea en los ancianos. La palabra
significa “apacentar, pastorear, alimentar, cuidar un rebaño, nutrir, regir, etc. Por ejemplo, poimaino se
usa en Hechos 20:28 donde la traducción es “apacentar”. También la encontramos en Juan 21:16
donde Jesús comisiona a Pedro a cuidar Sus ovejas “pastorea mis ovejas”. (en Juan 21:15-17 la palabra
“apacienta” deriva de otro vocablo griego: bosko, el cual quiere decir alimentar, dar de comer,
apacentar, proveer pastos).
En Mateo 2:6 poimaino describe el liderazgo de Cristo como pastor de Israel: …” Porque de ti saldrá
un guiador, que apacentará a mi pueblo Israel”. Cristo, el Buen Pastor, había de ser el que apacentara
a los fieles de Israel, especialmente los que lo reconocieran como el Mesías.

En Lucas 17:7; 1Corintios 9:7; 1Pedro 5:2; y San Judas 1:12 poimaino es traducido por la palabra
“apacentar”. Se traduce como “regir” en Apocalipsis 2:27; 12:5; y 19:15. En Apocalipsis 7:17 la
traducción presenta la palabra “pastorear” en resumen, poimaino se traduce en el Nuevo Testamento
como: apacentar, regir, y pastorear.

Estas tres palabras están ricas en significado…

 Apacentar (alimentar, nutrir, sustentar). El trabajo de los ancianos es alimentar, nutrir,


vigorizar, fortalecer y edificar a los creyentes que estén bajo su liderazgo. Sus enseñanzas
deben ser nutridas y hacer que los creyentes nuevos crezcan con la leche de la Palabra (1Pedro
2:1-2), y los maduros con alimento solido (Hebreos 5:14.)
 Pastorear (cuidar y proteger ovejas, sanar sus heridas, guiarlas a aguas quietas y pastos verdes,
darles liderazgo sabio, preocuparse por su bienestar, poner su vida por ellas, etc.) Así se
describe la función de las personas que Dios llama para servir de líderes espirituales y
pastorales en las iglesias locales.
 Regir (dirigir, gobernar, dar liderazgo, guiar, conducir). ¿Por qué poimaino se traduce como
“regir” en Apocalipsis? 2:27, 12:5, y 19:15, cuando se traduce como apacentar y pastorear
en otros textos? Primero, notemos que en 2:27 se refiere a los creyentes obedientes y
vencedores que reinaran con Cristo y con Su autoridad. En 12:5 y 19:15 es Cristo mismo el que
rige con vara de hierro. “regir” habla de dar un liderazgo no con aspereza, pero sí con firmeza.
Describe al líder que dirige con autoridad, certeza, convicción, y valor. Hay muchos líderes que
dirigen con “vara de algodón” es decir, su liderazgo es tan débil y carente de autoridad y
certeza que no son líderes efectivos. No saben hacia dónde va, ni tienen una visión clara para su
vida y su ministerio. Dirigen con temor e incertidumbre.

Cuando hablan de estos textos de regir con vara de hierro, quiere decir que dirigen con fuerza, un
fuerte sentido de propósito y firmeza. Esto no quiere decir que deban dirigir con una falta de amor,
cuidado genuino de las ovejas, con pasión, etc., sino simplemente que dan un liderazgo firme,
respaldado por la autoridad de Dios.

El liderazgo ideal ejercido por los ancianos es un equilibrio entre fuerza y firmeza por un lado (regir
con vara de hierro), y amor y compasión por los que están bajo su liderazgo por otro lado (pastorear y
apacentar; Mateo 9:36; Juan 21:16; 1Pedro 5:2-3, etc.).

Ancianos, obispos, y pastores

Observamos que los términos, anciano, obispo y pastor se refieren al mismo ministerio y función.
Podemos apreciar esto estudiando varios textos donde las palabras se usan indistintamente: Tito 1:5-7;
Hechos 20:17 y 28; y 1Pedro 5:1-3.

 Tito 1:5-7 por esta causa te dejé en Creta, para que pusieras en orden lo que queda, y
designaras ancianos en cada ciudad como te mandé, 6 esto es, si alguno es irreprensible
marido de una sola mujer, que tenga hijos creyentes, no acusados de disolución ni de rebeldía.
7 Porque el obispo debe ser irreprensible como administrados de Dios, no obstinado, no
iracundo, no dado a la bebida, no pendenciero, no amante de ganancias deshonestas, (LBLA).
En el versículo cinco Pablo instruye a Tito a constituir ancianos en las iglesias, y en el verso 6
empieza a dar una lista de las cualidades necesarias en ellos. El verso siete continua con los
requisitos, pero ahora Pablo, en vez de llamar “ancianos” a los líderes bajo consideración, los
llama “obispos”. No está hablando de dos ministerios distintos, sino de uno solo.
 Hechos 20:17 Y desde Mileto mandó mensaje a Éfeso y llamo a los ancianos para pastorear la
iglesia de Dios, la cual Él compró con su propia sangre. Aquí tenemos el uso de las tres
palabras en el mismo concepto y la misma situación: ancianos, obispos, y una forma de
poimaino (pastorear). Pablo llama a los ancianos de la iglesia de Éfeso (v. 17), los llama
obispos por su función (v.28a), y se refiere a la naturaleza de su trabajo (pastoral; v.28b).
 1Pedro 5:1-2 1 por tanto, a los ancianos entre vosotros, exhorto yo anciano como ellos y
testigo de los padecimientos de Cristo, y también participante de la gloria que ha de ser
revelada: 2 pastoread el rebaño de Dios entre vosotros, velando por él, no por obligación,
sino voluntariamente, como quiere Dios; no por la avaricia del dinero, sino con sincero deseo;
(LBLA). En este texto también tenemos los tres términos juntos, refiriéndose a las mismas
personas, es decir, los ancianos.
En el versículo uno Pedro se dirige a los ancianos. En el dos les dice que pastoreen (poimaino;
“pastoread”) el rebaño. Luego él agrega la frase “velando por él”, que viene de espiskopeo, el verbo
que quiere decir velar o funcionar como obispo.

Es interesante que Pedro, en el versículo uno, dice que es también anciano con los ancianos a quienes
él se dirige. “Yo anciano también con ellos” es la traducción de sumpresbúteros. Sum significa “con”,
y Pedro explica que él es co-anciano con ellos. Veremos este punto en más detalle en el capítulo que
trata la relación de los ancianos con otros ministerios

Nos resta, antes de cerrar este capítulo, ver y tratar algunos puntos que merecen mayor explicación en
torno a este ministerio y los tres vocablos (anciano, obispo, y pastor) que lo describen. Lo haremos
contestando preguntas…

¿Cuál es la diferencia entre el pastor de una iglesia y los ancianos?


El que normalmente se llama “pastor” de una iglesia local en una iglesia es en realidad un anciano. Y
en cierto sentido los ancianos son pastores, por su función. Entre los ancianos hay necesidad de
que uno dirija, que sea el líder, la cabeza, para evitar la confusión y caos que resulta cuando hay
dos o más cabezas en cualquier organización. Por ejemplo, en el hogar el marido y la esposa son
iguales (Gálatas 3:28). Sin embargo, Dios ha ordenado que haya una sola cabeza para que haya orden y
paz en el hogar. De la misma manera, un grupo de ancianos, de líderes espirituales en una iglesia,
necesita que uno de ellos se levante (o mejor dicho, sea levantado por Dios!) al liderazgo del grupo. Él
será primus inter pares, o primero entre iguales.

Un ejemplo de este concepto es la Deidad, o la Trinidad. El Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo son
iguales como personas, en divinidad, en naturaleza, etc. Sin embargo, para cumplir Su propósito en las
tres grandes obras divinas de la Creación, la Redención, y la Consumación, sus funciones varían. El
Hijo está sujeto al Padre y comprometido a glorificarle y a cumplir Su voluntad. El Espíritu Santo
sostiene el propósito de dar testimonio del Hijo, enseñar acerca de Él, y exaltar Su señorío en la tierra.
En este cuadro, el Padre es el primus inter pares. Otros ejemplos bíblicos son:

 Moisés y los ancianos (Éxodo 3:16-18; 4:29; Números 11:16-17).


 Josué y los ancianos (Josué 7:6; 8:10).
 Samuel y los ancianos (1Samuel 8:4).
 David y los ancianos (2Samuel 5:3; 1Crónicas 11:3; 15:25; 21:16).
 Salomón y los ancianos (1Reyes 8:1,3).
 Josías y los ancianos (2Crónicas 34:29).
 Esdras y los ancianos (10:8-14).
El rey Saúl y los ancianos. El triste testimonio de este rey se refleja en la ausencia de informes sobre
“Saúl y los ancianos”. Lo único que leemos esta en 1Samuel 15:30, Y Saúl dijo: He pecado, pero te
ruego que me honres ahora delante de los ancianos de mi pueblo y delante de Israel y que regreses
conmigo para que yo adore al Señor tu Dios. (LBLA) El rey que no consultaba con los ancianos,
ahora, en su carnalidad desesperada le pide a Samuel que le honre delante de ellos. Saúl, con sus
muchas decisiones imprudentes y desastrosas, es un símbolo del líder de hoy que, en su soberbia y
autosuficiencia, toma decisiones unilaterales que dañan su propio ministerio y al pueblo de Dios. Dios
designa al que ha de ser “cabeza”, el líder, el principal, entre los ancianos. La gracia, los dones, el
llamado, la capacidad y la visión, etc. de él se harán patentes, y los demás reconocerán la mano de
Dios sobre ese líder. Aunque todos los ancianos son “pastores” en el sentido de su función, a este líder
se le llama “el pastor”, o el “anciano principal” o bien “el pastor principal”, etc. para distinguirlo de los
otros ancianos en la iglesia.

Otra diferencia entre el pastor y los ancianos es que el pastor es mencionado entre los ministerios
quíntuples de Efesios 4:11 (apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros). Hay pastores cuya
visión y ministerio no pasan más allá de su propia área, ciudad, o iglesia local. Ellos son simplemente
primus inter pares, el anciano principal que da liderazgo a los otros ancianos a nivel de la iglesia local.
Pero hay pastores cuya visión y dimensión de ministerio tiene un alcance más amplio y un nivel mayor
de impacto e influencia. Poseen una dimensión quíntuple en su ministerio que los eleva al nivel de
pastores de Efesios 4:11. Operando en una esfera más amplia, su ministerio afecta a otras iglesias,
otras ciudades, y a veces otras naciones. En cambio, el ministerio de los ancianos normalmente está
limitado a la iglesia local donde sirven.
¿Por qué la Biblia usa distintos términos para referirse a un solo ministerio en la iglesia?
Porque anciano habla de la calidad de la persona que sirve en el ancianato, mientras que episkopos
(obispo) y poimen (pastor) se refieren a la naturaleza del trabajo a que son llamados (velar,
apacentar, pastorear, etc.).
Porque los cristianos judíos estaban acostumbrados a la sinagoga, con su cuerpo de ancianos, y ahora
entendían bien la naturaleza y trabajo de ancianos en la iglesia. Los gentiles conocían bien el concepto
de obispo, (uno que dirige, que supervisa, que administra, que vela por el bienestar de una
organización, etc.) Tanto Pablo como Pedro tenían lectores judíos asi como gentiles y deseaban que
todos entendieran con claridad la naturaleza y función de los ancianos.
El uso de varios términos enriquece nuestra apreciación por el ministerio de los ancianos. Lo vemos
como una joya preciosa cuyas distintas facetas brillan bajo la luz de diferentes palabras usadas para
describir un ministerio tan importante en las iglesias.

¿Son los “pastores” mencionados en Hebreos 13:7, 17, y 24 realmente ancianos?


La palabra “pastores” en cada uno de estos textos no es la traducción de poimen (pastor) sino de
hegeomai, la cual quiere decir “lideres” o “guías”. Podría referirse a todos los líderes en la iglesia,
incluyendo a los ancianos y el pastor, por su influencia y ejemplo. Sin embargo, es probable que la
referencia es primordialmente a los ancianos. El versículo 17 sin lugar a dudas se refiere a ancianos
porque habla de la autoridad que ellos tienen para dirigir, y la gran responsabilidad que llevan por el
bienestar de la iglesia.

¿Era Diótrefes, que es mencionado en 3Juan v. 9-10, un anciano?


La Biblia no dice que era anciano, pero da a entender que o lo era, o era un líder “importante” en la
iglesia local a la que Juan escribe su epístola. Es mi opinión que era anciano debido a la autoridad con
que hace las cosas. Él usurpó autoridad más allá de lo debido y se extralimitó en su esfera de función
cuando se atribuía funciones de “prohibir”, de no recibir a Juan y a otros “hermanos” (probablemente
otros ministerios quíntuples como maestros, profetas, etc.). Diótrefes sirve de ejemplo de cómo los
ancianos NO han de ejercer su ministerio.

¿Quién es nuestro ejemplo como anciano o pastor?


Jesús, en 1Pedro 5:4, se llama el “Príncipe de los pastores”. Esta frase viene del griego, archipoimen, y
significa el pastor principal, primero, el de mayor rango, el más importante. (algunos griegos usan este
término hasta el día de hoy para referirse al jefe o cacique de sus tribus). Este vocablo griego se usa
una sola vez en el Nuevo Testamento y se refiere a Cristo. Un rebaño grande necesitaba más de un
pastor, pero una de ellos era el mayor, el primero, el de mayor autoridad, etc. Él dirigía a los demás y
tenía la última palabra en cuestiones de autoridad. Cristo, como Cabeza de la iglesia, es el primero y
más alto de todos los pastores que le ayudan en el pastoreo de Su rebaño (Juan 10:1-18).

El amor y cuidado de Cristo por sus ovejas es nuestro ejemplo. Los que son ancianos o pastores en
la tierra deben recordar que las ovejas son de Él, y Él es su archipoimen. Somos Sus representantes
y hemos sido ordenados para apacentar y pastorear Sus ovejas por Él y para Él. El ministerio de
pastor o anciano es una mayordomía. Podemos tener ejemplos humanos que admiramos y
apreciamos, pero solo Cristo, el Pastor por excelencia, es nuestro ejemplo infalible.
21 porque para este propósito habéis sido llamados, pues también Cristo sufrió por vosotros,
dejándoos ejemplo para que sigáis sus pisadas, 22 el cual no cometió pecado, no engaño alguno se
halló en su boca; 23 y quien cuando le ultrajaban, no respondía ultrajando; cuando padecía, no
amenazaba, sino que se encomendaba a aquel que juzga con justicia; (1Pedro 2:21-23). (LBLA)

Debemos, como ancianos y pastores, estar sujetos a la autoridad del archipoimen, Cristo. En
Apocalipsis 4:4, y 5:8-10 vemos a los veinticuatro ancianos en el cielo postrados delante de Él,
adorándole y echando sus coronas a Sus pies. Ellos están reunidos alrededor de Él y Su trono,
demostrando sumisión total a Su autoridad y dirección. Es la actitud que todos los que somos líderes
de Su rebaño debemos manifestar. Debemos a toda costa evitar el porte de Diótrefes.

¿Cuál es la diferencia entre los ancianos y los diáconos?

Aunque hay confusión en algunas iglesias sobre este punto, no son los mismos. Algunas
denominaciones no tienen ancianos, sino solo el pastor y los diáconos. A los diáconos les asignan
responsabilidades de ancianos. De ahí la confusión. El Equipo de Liderazgo, o bien el Equipo
Pastoral de una iglesia consiste en el pastor y los ancianos.

En una palabra, los ancianos son líderes espirituales en la iglesia y corresponden a los sacerdotes del
Antiguo Testamento. Los diáconos atienden y son responsables de los asuntos materiales y prácticos
de la congregación, como el cuidado del templo, el aseo, el adorno, el mantenimiento, administración,
etcétera y corresponden a los Levitas que ayudaban a los sacerdotes en su ministerio. Los diáconos
forman un ministerio local más, (como el de adoración y alabanza, misiones, evangelismo,
enseñanza, matrimonios, intercesión, discipulado, etc.), y no son líderes espirituales encargados de
la dirección de la iglesia, como en el caso de los ancianos. La Biblia dice que los ancianos gobiernan
(1Timoteo 5:17) en la iglesia. Nunca dice esto de los diáconos. Su trabajo es en lo práctico y
material, como vemos en Hechos capitulo seis. Son servidores que sirven a Dios, a la
congregación, y a los pastores y ancianos para que estos puedan hacer su trabajo de dar
dirección y liderazgo a la iglesia.

¿Por qué siempre vemos a los ancianos como grupos en las iglesias, y la palabra “ancianos” en
forma plural casi sin excepción en el Nuevo Testamento?

Los textos donde vemos esto son: Hechos 11:30; 14:23; 20:17; 1Pedro 5:1-2; Santiago 5:14; Hebreos
13:7, 17, 24; 1Timoteo 5:17, etc. los motivos por los cuales los vemos operando en pluralidad son:

Nunca fue el plan de Dios que un solo hombre diera toda la dirección a Su pueblo.
Una iglesia necesita la sabiduría, experiencia, y habilidad de varias personas, no solo uno.
El pastor, como líder principal de la iglesia, necesita de otros varones que le ayuden a llevar la
carga del pastoreo del pueblo de Dios (Números 11:14-17; Éxodo 18:13-27; Hechos 15:4-6).
Pluralidad en el liderazgo guarda a los “Diótrefes” (3Juan v. 9-10), hombres autócratas que desean ser
el número uno, y que mantienen a la iglesia bajo un control excesivo caracterizado por el egoísmo y el
legalismo.
Este tipo de gobierno protege al pastor y a cada uno de los ancianos porque ninguno lleva la totalidad
de responsabilidad. El “cuerpo” de ancianos provee una cobertura y protección para cada uno de ellos.
Pluralidad de líderes provee un balance y una gama más amplia de sabiduría, experiencia, dones,
ministerios, y cobertura por medio de los cuales la iglesia puede ser enriquecida.

¿Cuál es el periodo de tiempo por el cual un anciano sirve cuando es puesto en el ancianato?

El periodo de servicio de los ancianos es de por vida. Es decir, mientras su salud le permite seguir
sirviendo. Sin embargo, hay cinco circunstancias que pueden ser motivo para que un anciano sea
removido de su cargo:

1. Su condición física: la mala salud, o la muerte


2. Descalificación por alguna falta
3. Su renuncia
4. Su traslado a otra ciudad
5. Cambio a otro ministerio (puede llegar a ser pastor de otra iglesia, evangelista, maestro nivel
Cuerpo de Cristo, etc.)

Resumen

Hemos intentado trazar un cuadro de lo que es un anciano en el sentido neo-testamentario. En una obra
breve como la presente, no es posible proporcionar una descripción minuciosa. Esta reseña bastara
para dar una idea fundamental. Los capítulos que siguen arrojaran más luz sobre el significado de esta
riqueza ministerial – los ancianos.

Capítulo 3
Las funciones de ancianos en la iglesia.
Tened cuidado de vosotros y de toda la grey, en medio de la cual el Espíritu Santo os ha hecho
obispos para pastorear la iglesia de Dios, la cual El compró con su propia sangre. (Hechos 20:28)
La función de los ancianos en la iglesia local es multifacética. Comprende una variedad de actividades
espirituales, ministeriales, pastorales, administrativas, y educativas. En este capítulo veremos algunas
funciones, para así pintar un cuadro bíblico de las responsabilidades de estos siervos de Dios y como
pueden cumplirlas.

SER EJEMPLOS

El apóstol Pedro hace resaltar este concepto en 1Pedro 5:3, tampoco como teniendo señorío sobre los
que os han sido confiados, sino demostrando ser ejemplos del rebaño (LBLA). “tener señorío sobre”
(katakurieuo) significa ejercer dominio sobre otros, sojuzgar, señorear, vencer. “Ejemplos” (tupos, del
cual deriva la palabra tipo; ejemplo, modelo, impresión o marca, algo digno de imitar, un patrón, etc.).
Se traduce como señal, en Juan 20:25; como figuras (imagen, o estatua) en Hechos 7:43 y Romanos
5:14; como modelo en Hechos 7:44 y Hebreos 8:5; como forma en Romanos 6:17; como ejemplo(s) en
1Corintios 10:6; Filipenses 3:17; 1Tesalonisenses 1:7; 2Tesalonisenses 3:9; 1Timoteo 4:12; Tito 2:7.

Los creyentes necesitan un ejemplo, un modelo, un dechado, al cual puedan imitar y conformar sus
vidas. Los ancianos deben ser ese modelo, o patrón. Su vida debe ser tan ejemplar que los creyentes
bajo su cuidado digan: “Yo quiero ser como él; Yo quiero tener un matrimonio, una familia, como los
de él; Yo anhelo conocer y enseñar la Palabra como él; Yo deseo tener una vida de oración como él
sostiene; Quiero aprender a administrar mis finanzas como lo hace él”, etc. La congregación necesita
que los ancianos sirvan de ejemplo, de modelo, en la oración, la guerra espiritual, la fidelidad, la
puntualidad, el amor a la Palabra, la obediencia, el discipulado, el servicio, el ofrendar y diezmar, una
pasión por las almas, y muchas áreas más de la vida cristiana.

Cristo, el Buen Pastor, dijo que Él va “delante de ellas” (las ovejas), poniéndoles un ejemplo que
pueden seguir. Ir “delante de ellas” es ser ejemplo en la vida espiritual y ministerial.

GOBERNAR

1Timoteo 5:17. Los ancianos que gobiernan bien sean considerados dignos de doble honor,
principalmente los que trabajan en la predicación y en la enseñanza. Ancianos gobiernan, es decir,
dan liderazgo al pueblo de Dios en la congregación. Su esfera de autoridad de limita a una iglesia
local, pues su llamado no es ser anciano sobre varias congregaciones, un área, una región, etc., sino en
una congregación.

Este liderazgo se llama “presidir”, o “dirigir” en 1Tesalonisenses 5:12, pero os rogamos hermanos,
que reconozcáis a los que con diligencia trabajan entre vosotros, y os dirigen en el Señor… (LBLA)

…” os presiden” … (RV). Presidir o dirigir significa dar un liderazgo efectivo. Deben tener la
capacidad para dar un verdadero liderazgo. Esto requiere diligencia, compromiso, empeño, dedicación
y habilidad. Una congregación necesita ser dirigida o será como un rebaño sin pastor (Mateo 9:36).

Los ancianos tienen que ser verdaderos líderes, personas de fe, caminando adelante, abriendo nuevos
caminos, llevando al pueblo a su destino en Dios. Les precisa ser hombres de visión, con la capacidad
de oír la voz de Dios y ver lo que Él está haciendo y desea hacer en la iglesia. Deben tener la sabiduría
para tomar, junto con el pastor y otros ancianos, decisiones sabias que beneficien a la iglesia local.
Este don o capacidad de liderazgo debe encontrarse especialmente en el pastor, porque como
anciano/pastor principal, tienen doble responsabilidad: la de dirigir al ancianato (el cuerpo de ancianos
o equipo de liderazgo, o bien el equipo pastoral), y a la vez dar liderazgo y dirección sabia a la iglesia.
“Donde no hay dirección sabia, caerá el pueblo” … (Proverbios 11:14). Los otros ancianos ayudan y
apoyan al pastor en la responsabilidad de gobernar, es decir guiar y dar dirección sabia a la iglesia.

ENSEÑAR Y PREDICAR

Volviendo nuevamente a 1Timoteo 5:17 encontramos que el pasaje nos enseña dos cosas importantes
acerca de los ancianos: no solo gobiernan, sino que también han de enseñar y predicar la Palabra de
Dios. Los ancianos que gobiernan bien sean considerados dignos de doble honor, principalmente los
que trabajan en la predicación y en la enseñanza. (LBLA)

La palabra trabajan significa trabajo diligente y arduo. El anciano que se destaca en su ministerio
tendrá la disposición para estudiar la Biblia a fondo, conocerla bien, y “usar bien la palabra de verdad”.
Estudiar es trabajo. Enseñar y predicar constituye una labor que requiere diligente aplicación
espiritual, mental, emocional, y física.

El anciano no siempre predicará o enseñará la Biblia a grupos grandes, o a la iglesia entera. Pero por lo
menos debe ser capaz de enseñarla a individuos, familias, o grupos pequeños.

1Timoteo 3:2 nos recuerda que el anciano debe ser “apto para enseñar”. Tito 1:9 acentúa que el
anciano debe ser retenedor de la palabra fiel tal como ha sido enseñada, para que también pueda
exhortar con sana doctrina (enseñanza) y convencer a los que contradicen.

En la exhortación de Pablo a Timoteo a encargar a hombres fieles lo que él había oído de Pablo, (para
que ellos lo enseñaran a otros), los “hombres fieles” probablemente eran los ancianos de las iglesias
locales (2Timoteo 2:2). En todo caso, a los ancianos les toca la responsabilidad de enseñar la Palabra
de Dios en cualquier nivel que puedan, pues esto constituye una de sus funciones más importantes.

SER ADORADORES

En Apocalipsis 4:4-11 y 5:7-14 encontramos a veinticuatro ancianos que están alrededor del trono de
Dios, los cuales nos son ejemplos de cómo los hijos de Dios deben ser adoradores.

Apocalipsis 4:4 Y alrededor del trono había veinticuatro tronos; y sentados en los tronos, veinticuatro
ancianos vestidos de ropas blancas, con coronas de oro en la cabeza. 5 Del trono salían relámpagos,
voces y truenos; y delante del trono había siete lámparas de fuego ardiendo, que son los siete
Espíritus de Dios. 6 Delante del trono había como un mar de vidrio semejante al cristal; y en medio
del trono y alrededor del trono, cuatro seres vivientes llenos de ojos por delante y por detrás. 7 El
primer ser viviente era semejante a un león; el segundo ser era semejante a un becerro; el tercer ser
tenía el rostro como el de un hombre, y el cuarto ser era semejante a un águila volando. 8 Y los cuatro
seres vivientes, cada uno de ellos con seis alas, estaban llenos de ojos alrededor y por dentro, y día y
noche no cesaban de decir: Santo, Santo, Santo es el Señor Dios, el Todopoderoso, el que era, el que
es y el que ha de venir. 9 Y cada vez que los seres vivientes dan gloria, honor y acción de gracias al
que está sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos, 10 los veinticuatro ancianos se
postran delante del que está sentado en el trono, y adoran al que vive por los siglos, y echan sus
coronas delante del trono, diciendo: 11 Digno eres, Señor y Dios nuestro, de recibir lo gloria y el
honor y el poder, porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas.
(LBLA)

Apocalipsis 5:7-14 Y vino, y tomo el libro de la mano derecha del que estaba sentado en el trono. 8
Cuando tomo el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del
Cordero; cada uno tenía un arpa y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los
santos. 9 Y cantaban un cantico nuevo, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos,
porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre compraste para Dios a gente de toda tribu, lengua, pueblo
y nación. 10 Y los has hecho un reino y sacerdotes para nuestro Dios; y reinaran sobre la tierra. 11 Y
miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono y de los seres vivientes y de los ancianos; y el
número de ellos era miríadas de miríadas, y millares de millares, 12 que decían a gran voz: El
Cordero que fue inmolado digno es de recibir el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, el
honor, la gloria y la alabanza. 13 Y a toda cosa creada que está en el cielo, sobre la tierra, debajo de
la tierra y el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir: Al que está sentado en el trono, y al
Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el dominio por los siglos de los siglos. 14 Y los cuatro
seres vivientes decían: Amén. Y los ancianos se postraron y adoraron. (LBLA)

Junto con los cuatro seres vivientes, los ancianos se ocupan en adorar a Dios. Esto nos presenta un
cuadro de enseñanza importante: el asunto de mayo importancia y magnitud en el cielo es la adoración
a Dios. No solo los ángeles adoran continuamente a Dios, sino que los ancianos también lo hacen,
dándonos a entender que una de las funciones primordiales de un anciano es adorar a Dios.

Deben ser adoradores, y deben ser ejemplo de los creyentes en la adoración. No deben estar andando,
saliendo y entrando al templo, conversando, etc., durante ese tiempo sino adorando. No deben estar
atrás sino adelante durante la adoración y la alabanza. De esta manera la congregación vera que el
tiempo de adoración es una parte importante de la reunión, no simplemente algo para pasar el tiempo
mientras se llega a “la parte importante” (o sea la predicación). El anciano envía un “mensaje” a los
creyentes por su manera de adorar: “La adoración es muy importante, participemos todos”. O bien, el
mensaje que comunica será: “La adoración y la alabanza no son importantes; es un tiempo para
platicar y atender asuntos”. El mensaje que envié dependerá de su actitud hacia la adoración y su
manera de participar en ella.

AYUDAR A DESATAR OTROS MINISTERIOS

1Timoteo 4:14 No descuides el don espiritual que está en ti, que te fue conferido por medio de la
profecía con la imposición de manos del presbiterio. (LBLA)

La palabra “presbiterio” deriva de presbuterion (plural de presbúteros) y significa un grupo de


ancianos, ya sea permanente en la iglesia local, o un grupo de ministerios reunidos temporalmente con
el fin de ministrar proféticamente. Pablo dice que Timoteo recibió un don y una profecía cuando el
presbiterio oro por él, le profetizo, y le impuso las manos. Esto probablemente sucedió en Listra (la
iglesia local de Timoteo) al comienzo del segundo viaje misionero de Pablo, cuando él visito Listra
nuevamente se llevó a Timoteo. La acción de este presbiterio fue el impulso que lanzo a Timoteo a un
ministerio quíntuple, bajo la instrucción de Pablo.

Los pastores y ancianos deben estar alertas para reconocer nuevos ministerios que Dios este
levantando, y darles ánimo. Deben tener el discernimiento para saber sobre que vidas Dios ha puesto
Su mano, y ser capaces de participar en un presbiterio para apartar y guiar tales ministerios nuevos
para el Señor. En ocasiones, esto incluirá la profecía y la imposición de manos.
Este tiempo de ministerio (presbiterio) debe llevarse a cabo bajo la dirección del pastor de una iglesia
local, y si es posible, con la presencia y participación de un ministerio apostólico. Esto asegurará que
todo se haga decentemente y con orden. Y bajo la dirección del Espirita Santo. Yo tengo la convicción
que, en el presbiterio mencionado en 1Timoteo 4:14, estaban presentes el apóstol Pablo y el profeta
Silas así como los pastores/ancianos de la iglesia local de Listra, y que la totalidad de este grupo formo
el presbiterio.

PASTOREAR EL REBAÑO

Esta función de ancianos es quizás la más importante, porque es la esencia de este ministerio. Si la
iglesia local es un rebaño, y los creyentes son ovejas, y si los ancianos son “pastores”, entonces la
naturaleza del trabajo es pastoral. Las palabras pastor, pastorear, apacentar, cuidar, etc. acentúan la
esencia y meollo de este oficio espiritual en la iglesia. A continuación, veremos algunos aspectos de él.

Velar

El anciano vela por el bienestar de la iglesia como un pastor vela por sus ovejas naturales. la raíz de la
palabra poimen (pastor) es poia que quiere decir “proteger”. Hebreos 13:17 dice, obedeced a
vuestros pastores y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar
cuenta. Permitidles que lo hagan con alegría y no quejándose, porque eso no sería provechoso para
vosotros. (LBLA)

División. los líderes buscan la unidad de la iglesia, y jamás participan en alguna actividad o actitud que
pudiera traer división. Romanos 16:17 Y os ruego, hermanos, que vigiléis a los que causan disensiones
y tropiezos (divisiones) contra las enseñanzas que vosotros aprendisteis, y que os apartéis de ellos.
Hechos 20:29-31 Sé que después de mi partida, vendrán lobos feroces entre vosotros que no
perdonaran el rebaño, 30 y que de entre vosotros mismos se levantaran algunos hablando cosas
perversas para arrastras a los discípulos tras ellos. 31 Por tanto, estad alerta, recordando que, por
tres años, de noche y de día, no cese de amonestar a cada uno con lágrimas. En este último texto
Pablo se está dirigiendo a los ancianos de Éfeso, amonestándoles en torno a divisiones en la iglesia
local. El anciano debe proteger al rebaño de los “lobos feroces” y jamás ser causa, él mismo, de
división en el Cuerpo de Cristo.

Ministerios falsos. Pablo advierte a Tito respecto a ellos, porque hay muchos rebeldes, habladores
vanos y engañadores, especialmente los de la circuncisión, (Tito 1:10 LBLA). Jesús también señalo
que habría falsos ministerios, cuidaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de
ovejas, pero por dentro son lobos rapaces (Mateo 7:15 LBLA).

Hay ministerios que visitan las iglesias o desean visitarlas que no son genuinos y que deben ser
detenidos en sus actividades. Es decir, no se les debe dar entrada. Los ancianos deben tener
discernimiento para detectarlos y evitar que ministren en la iglesia. Traerán daño a las ovejas si se les
da oportunidad. Los ancianos son “porteros”. Los pastores de la antigüedad en las noches se acostaban
en la puerta del redil. Un lobo tendría que pasar por encima del cuerpo del pastor para alcanzar las
ovejas. Así es la actitud de un verdadero pastor o anciano, nadie que no se aprobado por el Príncipe de
los pastores puede pasar por la puerta y afectar las ovejas.
Enseñanzas falsas. Los ancianos protegen las ovejas de falsas doctrinas (enseñanzas). No solo son
retenedores de la palabra fiel tal como ha sido enseñada (Tito 1:9); no solo predican y enseñan la sana
doctrina; también protegen a la iglesia de doctrinas falsas y dañinas.

El primer concilio de la iglesia tuvo lugar en Jerusalén en base de los judaizantes que enseñaban que
los cristianos gentiles tenían que guardar la ley de Moisés. Hechos 15:1 Y algunos descendieron de
Judea y enseñaban a los hermanos: Si no os circuncidáis conforme al rito de Moisés, no podéis ser
salvos. 2 Como Pablo y Bernabé tuvieron gran disensión y debate con ellos, los hermanos
determinaron que Pablo y Bernabé, y algunos otros de ellos subieron a Jerusalén a los apóstoles y a
los ancianos para tratar esta cuestión. Pablo, con otros apóstoles y los ancianos de la iglesia de
Jerusalén, confrontaron la enseñanza de estos maestros, y resolvieron la disputa. Luego enviaron
mensajeros a las iglesias con el decreto de los apóstoles y ancianos. Como este problema afectaba no
solo las otras iglesias, sino también la iglesia local de Jerusalén, los ancianos de esa iglesia estaban
involucrados en parar esa enseñanza falsa.

Una escritura relevante para los ancianos en este particular es Hebreos 13:9, No os dejéis llevar por
doctrinas diversas y extrañas, porque buena cosa es para el corazón el ser fortalecido con la gracia,
no con alimentos, de los que no recibieron beneficio los que de ellos se ocupaban. Primera de Timoteo
4:1 nos exhorta también en cuanto al peligro de falsas doctrinas y la necesidad de filtrarlas en las
iglesias, Pero el Espíritu dice claramente que en los últimos tiempos algunos apostataran de la fe,
prestando atención a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios… el pastor y los ancianos son
los “filtros” que vigilan para eliminar doctrinas falsas y enseñanzas erróneas en las iglesias locales.
Son los porteros, o “centinelas” que no dejan entrar lo dañino a la iglesia.

Peligros causados por las mismas ovejas. Si bien los tres peligros mencionados arriba vienen de
afuera, hay dos peligros que las ovejas mismas provocan:

La trampa de la comodidad. Las ovejas, debido a la lana que las cubría, sufrían de calor. Buscaban un
lugar bajo y fresco, una hondonada pequeña, para acostarse y refrescarse. A veces quedaban “patas
arriba”, gozándose en su refrigerio. Pero la lana se les mojaba y cuando querían levantarse, debido al
peso extra ya no podían. La comodidad se convertía en trampa. El pastor llegaba a estas ovejas, las
levantaba y las ponía sobre sus patas nuevamente.
Los ancianos, como pastores idóneos, encontraran ovejas en esta condición. Hebreos 12:1 dice: por
tanto, puesto que tenemos en derredor nuestra tan gran nube de testigos, despojémonos también de
todo peso y del pecador que tan fácilmente nos envuelve, y corramos con paciencia la carrera que
tenemos por delante… (LBLA) También “ovejas” en las iglesias buscan lugares “frescos” y
“cómodos” para “acostarse”. Pero se mojan con la avaricia, el materialismo, la apatía, la pereza, etc., y
quedan “patas arriba” espiritualmente. El pastor y los ancianos, con sabiduría, amor, y exhortación,
tienen que buscar y levantar a estas “ovejas acomodizadas” sobre sus pies y encaminarlas nuevamente.

El quedar descarriada. La oveja es uno de los animales que más fácilmente se pierde. Es carente de un
sentido de dirección, y una vez queda desorientada, no puede encontrar el camino. Isaías habla de la
naturaleza de las ovejas: Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, nos apartamos cada cual por
su camino; pero el Señor hizo que cayera sobre Él la iniquidad de todos nosotros (Isaías 53:6 LBLA).
También Jesús reitero la gran necesidad de las ovejas de un pastor que les guie: Y viendo las
multitudes, tuvo compasión de ellas, porque estaban angustiadas y abatidas como ovejas que no
tienen pastor. (Mateos 9:36, LBLA). La Reina Valera dice, “desamparadas y dispersas”. Los ancianos
ayudan de tal manera con el pastoreo de las ovejas en las iglesias que ellas no queden “descarriadas,
angustiadas, abatidas, desamparadas y dispersas”. ¡Qué ministerio más hermoso e importante en el
Reino de Señor!

Apacentar y alimentar el rebaño

Apacentad la grey de Dios que esta entre vosotros, cuidando de ella… (1Pedro 5:2, RV). Hechos
20:28, Mirad por vosotros y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos,
para apacentar la iglesia del Señor, la cual él gano por su propia sangre. (Hechos 20:28, RV). Tened
cuidado de vosotros y de toda la grey, en medio de la cual el Espíritu Santo os ha hecho obispos para
pastorear la iglesia de Dios, la cual Él compro con su propia sangre (Hechos 20:28, LBLA).

Apacentar es alimentar, nutrir, refrescar, satisfacer, promover pastos verdes y refrigerio abundantes.
Significa suplir las necesidades de las ovejas. Incluye la idea de sostener, sustentar, y mantener. Es
mantenerlas en una condición de salud, fortaleza, y bienestar de tal manera que estén contentas
(Filipenses 4:11) y productivas.
Ezequiel nos da un cuadro del trabajo pastoral que se espera de los encargados de la grey; Ezequiel
34:1-4 es posiblemente el pasaje que Pedro tenía en mente cuando escribió 1Pedro 5:1-4. Ezequiel, al
llamar la atención a los “pastores” (lideres) de Israel por su trabajo pastoral deficiente, nos describe
esta tarea. Delinea seis responsabilidades:

V. 2-3. “¡Ay de los pastores de Israel que se apacientan a sí mismos! Los pastores no se apacientan a sí
mismos” (no usan su ministerio para ventaja personal), “sino que apacientan a los rebaños”.

V. 4. “No fortalecisteis las débiles”. Los pastores han de “fortalecer las débiles”, o sean los creyentes
nuevos, los indoctos, los niños, etc.

V.4 “ni curasteis la enferma”. Los líderes espirituales en la iglesia has de “curar la enferma”, o los
creyentes con problemas, aflicciones, tribulaciones, pruebas, luchas, etc. que no puedan superar solos.

V.4 “no vendasteis la perniquebrada”. Han de “vendar la perniquebrada”. Esto habla de cristianos que
han sufrido algún quebrantamiento o crisis en su vida. Puede ser la pérdida de un ser amado, una
enfermedad seria, el rechazo, el abandono, el divorcio, la bancarrota en el negocio, etc. Las crisis les
ha dejado espiritualmente “perniquebrados” necesitando un pastoreo efectivo y eficaz. Son ovejas
“angustiadas y abatidas”.

V4 “ni volvisteis al redil la descarriada”. La “descarriada” son los creyentes que se han extraviado del
camino, se han separado del rebaño, se han alejado del redil. Esto se debe a alguna ofensa, el
desánimo, la desilusión, el engaño del enemigo, etc. Estas ovejas necesitan ser buscadas y llevadas
nuevamente al redil a través de un pastoreo compasivo y comprensivo.

V4. “ni buscasteis la perdida”. Estos son los inconversos, los no creyentes, los que no conocen al
Príncipe de los pastores, Jesucristo. Nos habla del evangelismo, de una preocupación por los que están
fuera del redil, que no pertenecen al rebaño. Esta preocupación refleja, más bien, la actitud de Jesús en
Juan 10:16. Tengo otras ovejas que no son de este redil; a esas también me es necesario traerlas, y
oirán mi voz, y serán un rebaño con un solo pastor. Necesitamos buscar y traerlas también para que
formen parte del rebaño del Señor. Hay un evangelismo que puede y debe hacerse dentro de la iglesia
local, bajo la dirección de los ancianos. De hecho, uno de los ancianos, que tenga don para el
evangelismo, puede estar a cargo de esa área ministerial de la iglesia. Toda la evangelización no
depende de algún evangelista “quíntuple” (nivel Efesios 4:11) que venga de afuera.
El Salmo 23 es un retrato del pastor que guía y apacienta sus ovejas. Habla, en primer término, del
Señor como nuestro pastor. Pero, si como ancianos o pastores seguimos su ejemplo, estas serán
también características de nuestro trabajo pastoral…

V.1 “Nada me faltara”. Habla de ovejas contentas, con sus necesidades suplidas. Cuando hay un
pastoreo adecuado en la iglesia, cuando vigilamos por la salud y bienestar de nuestro rebaño, este será
el testimonio de los hermanos: nada me falta, mis necesidades son suplidas, me siento pastoreado,
protegido, apacentado, contento.

V2. El versículo dos hablas de “delicados pastor y aguas de reposo”. Los delicados pastos nos hacen
“descansar”, y las aguas quietas producen “reposo”. Delicados pastos describen el buen alimento
nutricio que fortalece las ovejas. Las aguas quietas hablan de paz y tranquilidad en la iglesia. Ovejas
no beben de aguas corrientes, como un río, sino de un estanque. Donde hay tensión, caos, y turbulencia
espiritual, las ovejas no comen ni beben. La responsabilidad de ancianos y pastores es proveer un
ambiente de paz, de buen alimento espiritual, para que las ovejas coman, beban, crezcan, y alcancen su
máximo potencial.

V3. Este versículo describe el confort, la consolación que necesitan ovejas. La voz del pastor, la
ausencia del peligro, la seguridad que sienten al saber que el pastor las ama, les trae esta consolación.
“Confortara mi alma” habla de la restauración de nuestra vida cada vez que sea necesaria. También el
versículo nos habla de ser guiados en las sendas correctas. Al anciano, así como al pastor, les toca la
responsabilidad de dirigir, guiar, y conducir a las ovejas en los caminos correctos. Por esto, la
amonestación de Hechos 20:28ª, Mirad por vosotros, y por todo el rebaño… Primero, tenemos que
estar seguros de estar en el camino correcto, y luego llevar al rebaño por ese mismo camino. El
“camino correcto” significa el llevar una vida recta, honesta, santa, honrada, y caracterizada por la
integridad.

V.4. Aquí encontramos “sombra, muerte, temor, valle”, etc. ¿Qué trae el aliento necesario? La vara y
el cayado. La vara era un garrote con clavos en un extremo y se usaba para golpear las fieras y
matarlas o hacerles huir. El cayado era un palo con una curva o arco en un extremo, y que se utilizaba
para guiar las ovejas, hacerlas volver cuando se extraviaban del camino, recogerlas cuando se caían por
una hendidura, etc. El cayado es símbolo de la corrección y dirección que necesitamos como ovejas de
Dios. También ayudaban al pastor a caminar por los lugares escabrosos en busca de ovejas perdidas,
de pastos verdes, etc. Debemos recordar que cada pastor y anciano debe tener un cayado para guiar y
corregir las ovejas, y una vara, la cual han de usar contra los enemigos de las ovejas, ¡Nunca contra las
ovejas!

V5. Este versículo nos habla de tres cosas:

La presencia y provisión de Dios en medio de nuestros enemigos: Aderezas mesa delante de mí en


presencia de mis angustiadores. Con un pastoreo adecuado, habrá siempre la provisión de Dios sobre
los creyentes aun en medio de luchas, problemas, etc.

La unción con aceite: Unges mi cabeza con aceite. Esto se aplicaba para refrescar la oveja, protegerla
del calor intenso del sol, y sanar sus heridas. El anciano busca que la unción y la bendición del Espíritu
Santo este sobre la cabeza de cada oveja en la congregación. Es decir, que el Espíritu de Dios este
presente, que hay ejercicio de los dones, y que el poder de Dios se manifieste y fluya en la iglesia.
Abundancia: mi copa está rebosando. Un pastoreo efectivo traerá sobre la congregación la bendición y
prosperidad del Señor. La enseñanza rica de la Palabra incitara una fe viva en los creyentes. La fe de la
gente será una fe activa y efectiva, creyendo a Dios por Su prosperidad en todas las áreas de sus vidas.
Se disiparán las nubes de la pobreza y la miseria, y brillara el sol del favor y bendición de Dios, tanto
en los individuos como en la iglesia.
V.6 Cuando el creyente es bendecido, manifestara un amor por la casa de Dios: Ciertamente el bien y
la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa del Señor moraré por largos días.
En las dos partes de este versículo encontramos estas dos frases: “todos los días de mi vida”, y “por
largos días”. Cuando existe un pastoreo bíblico, efectivo, y eficaz, el bien y la misericordia estarán
“siempre” sobre la cabeza de las ovejas. Es decir, el favor y la bendición del Señor estarán sobre su
vida, un matrimonio, su familia, su ministerio, su negocio o empleo, etc. Y esto producirá un amor en
ellos por la casa de Dios. Cuando las ovejas son verdaderamente bendecidas por haber acudido al redil,
no habrá problema en lograr y mantener una buena asistencia en la iglesia. Una iglesia creciente es el
premio de haber proporcionado un buen pastoreo del rebaño.

Conocer las ovejas

Otro aspecto del pastoreo del rebaño del Señor es la necesidad y la ventaja de conocer bien las ovejas
que atendemos. En Juan 10 Jesús habla de esto, 14 Yo soy el buen pastor, y conozco mis ovejas y las
mías me conocen, (LBLA). No podemos dar un pastoreo efectivo si desconocemos a la gente: sus
dones, capacidades, sueños, visión, problemas, luchas, necesidades, etc. Jesús convivía con Sus doce
discípulos y otros seguidores fieles y los conocía como personas, no como numero en una lista,
estadísticas, etc. Si una iglesia es grande, resulta imposible que el pastor conozca bien y de manera
personal a toda la gente. De ahí la importancia de los ancianos. Ellos también son responsables de
conocer y pastorear por lo menos parte de la gente. Ellos “velan por vuestras almas” …
No solo conoce Jesús a Sus ovejas, sino que ellas lo conocen a Él. El pastor y los ancianos deben ser
conocido por la gente que guían. Para que esto sea realidad, hay que ser “conocibles”. Hay líderes que
no pasan suficiente tiempo con sus ovejas como para conocerlas o ser conocidos por ellas. Si
esperamos que las ovejas nos sigan, tendremos que conocerlas y ser conocidos por ellas. Solo así, las
ovejas nos seguirán.

Dar nuestra vida por las ovejas

Jesús dijo: Juan 10:11 Yo soy el buen pastor; el buen pastor da su vida por las ovejas… 15 de igual
manera que el Padre me conoce y yo conozco al Padre, y doy mi vida por las ovejas… 17 Por eso el
Padre me amo, porque doy mi vida, para tomarla de nuevo.
El anciano fiel dará su vida por las ovejas. Sacrificara de su propio tiempo, esfuerzo, talento, y
comodidad, para atender, enseñar, y bendecir a los hermanos de la congregación.

Resumen

Los ancianos sirven de ejemplo, o modelo para que la congregación tenga un modelo que imitar en sus
vidas.
Los ancianos gobiernan, dan liderazgo y dirección al pueblo de Dios al nivel de la iglesia local. Junto
con el pastor forman el Equipo Pastoral, o bien el Equipo de Liderazgo de la iglesia.
Los ancianos son maestros y predicadores de la Palabra de Dios.
Los ancianos deben ser, primordialmente, adoradores.
Los ancianos ayudan a formar presbíteros (grupos de ancianos) que toman decisiones, reconocen y
desatan otros ministerios, con la manifestación del don de profecía y la imposición de manos.
Los ancianos ayudan al pastor a apacentar y pastorear al rebaño de Dios, la iglesia local.
Estas son por lo menos algunas de las funciones y responsabilidades de los ancianos que Dios llama
para gobernar y ministrar en las iglesias locales. Pero, ¿Cuáles son los requisitos o cualidades que
necesita poseer un anciano y que le califican para poder cumplir con tan grande comisión? Esto lo
veremos en el siguiente capítulo.
Capítulo 4
Requisitos para los ancianos.
“Y los apacentó conforme a la integridad de su corazón, Los pastoreo con la pericia de sus manos”.
(Salmo 78:72)

Los requisitos para servir como anciano en una iglesia local los encontramos en 1Timoteo 3:1-7, Tito
1:5-9, y Hechos 20:28. Un factor que se acentuó en estos textos es que el carácter de la persona se
resalta más que su carisma o capacidad. Los dos son importantes: Salmo 78:72 dice: Los apacentó
conforme a la integridad de su corazón (carácter); Los pastoreo con la pericia de sus manos
(capacidad). Aunque los dos son imprescindibles para el anciano, en 1Timoteo 3 y Tito 1, la calidad de
vida, el carácter de la persona, es de importancia ineludible.

Tres aspectos que se resaltan en los textos que estudiaremos en este capítulo son:

1) Carácter. 2) Carisma o Capacidad, y 3) Conducta.

Veremos cuatro clases de requisitos: 1) Espirituales, 2) Los de Carácter, 3) Domésticos (hogar), y 4)


Ministeriales. Tomaremos la mayoría de los puntos de 1Timoteo 3:1-7 y Tito 1:5-9.

Requisitos espirituales (fundamentales)

Un anciano debe haber nacido de nuevo. Una relación íntima con Dios, un conocimiento personal de la
realidad y la verdad de la Palabra de Dios, y con apreciación profunda de cosas espirituales son
requisitos indispensables para el anciano que ha de dar liderazgo espiritual en la casa de Dios. Es
imposible dar liderazgo en el nombre de Dios si no conocemos a ese Dios que representamos en
nuestro liderazgo.

Un anciano debe ser lleno del Espíritu Santo. Solamente podemos dar dirección al pueblo de Dios en el
poder y sabiduría del Espíritu Santo. Jamás podrá un hombre no lleno del Espíritu guiar al pueblo a su
destino en cosas espirituales. (véase Efesios 5:18)

Un anciano debe ser un discípulo obediente de Cristo. Como hemos visto, una de las funciones
importantes de un anciano es la de servir de ejemplo para la iglesia. Si no practica un discipulado
personal de empeño y disciplina, no podrá llevar una vida cristiana ejemplar delante de los creyentes
del rebaño.

Requisitos de carácter

Un anciano debe ser “irreprensible”. (1Timoteo 3:2; Tito 1:6) Es decir, no sujeto a cargos y
acusaciones que traigan la sombra del mal testimonio sobre la iglesia. Que sea de integridad y
testimonio irreprensible; que no sea de conducta cuestionable o censurable. El vocablo griego es
anepíleptos, y significa “no culpable, no sujeto a acusaciones que sean ciertas”. Se usa en 1Timoteo
5:7 (“irreprensibles”), y 6:14 donde se traduce como “sin reprensión”.

Un anciano debe ser “sobrio”. (1Timoteo 3:2; Tito 1:8) Sobrio quiere decir sensato, paciente, capaz de
tratar las cosas y las personas con seriedad. En 1Tesalonicenses 5:6 ser sobrio se contrasta con la
actitud de la persona que duerme. Ser sobrio es velar, ser vigilante, estar despiertos, alertas. (véase
1Pedro 4:7 y 5:8). Es la actitud expresada en Efesios 5:15-18. Pablo exhorta a Timoteo a ser sobrio y
soportar las aflicciones. El vocablo griego es nepháleos (pronunciado nefáleas). Significa “uno que se
abstiene del vino, vasos libres de vino; ser circunspecto (vigilante)” se traduce en 1Timoteo 3:11 como
“sobrias”, y Tito 2:2 como “sobrios”. Ser sobrio habla de tener una mente disciplinada y controlada
por el Espíritu Santo y una actitud de vigilancia.

Un anciano debe ser “prudente”. (1Timoteo 3:2) Significa sabio, discreto, capaz de tomar decisiones
sabias. Una persona prudente es la que sabe dirigir los asuntos de su vida y negocios con inteligencia y
entendimiento (1Samuel 18:5). El griego es sóphron, y describe a una persona cabal, disciplinada,
vigilante, que posee dominio propio. Se traduce como prudente en Tito 2:2,5, y como sobrio en Tito
1:8.

A un anciano le toca ser “decoroso”. (1Timoteo 3:2) Decoroso quiere decir modesto, bien ordenado en
su vida, de buen comportamiento. Habla de dignidad, de honor y respetabilidad. “Decoroso” deriva de
kosmos, y significa ordenado, arreglado con modestia. Se usa solo aquí y en 1Timoteo 3:9. Una
persona decorosa es digno de confianza y respeto.

El anciano tiene la obligación de ser “hospedador”. (1Timoteo 3:2, Tito 1:18) Esto quiere decir que
busca ser una persona abierta, que ama a la gente, el compañerismo, la convivencia, y comparte su
casa con otros. El vocablo griego es philóxenos, y describe a alguien que encuentra gozo en dar
hospitalidad a otros, y es generoso a los invitados. Los ministros itinerantes como evangelistas,
apóstoles, profetas, etc. necesitaban hospedaje, así como hermanos que hubieran sido expulsados de su
casa por causa de Cristo (Hechos 21:8). También muchas congregaciones necesitaban hogares para sus
reuniones y servicios. La generosidad, la amabilidad y la bondad son cualidades necesarias para el
anciano. En 1Pedro 4:9 Pedro exhorta a todos los creyentes a practicar la hospitalidad. Pero, para el
anciano es un requisito.

Un anciano no debe ser “dado al vino”. (1Timoteo 3:3, Tito 1:7) Literalmente significa “no adicto al
vino”, o bien, “uno que no abusa del vino ni demora en la mesa donde el vino está siendo servido”.
Pároinos significa “entregado”, dado al vino; uno que se mantiene cerca de él; que toma demasiado.
(Proverbios 20:1; 23:19-21) Aunque los textos en Timoteo y Tito no prohíben totalmente el uso de
vino (véase también 1Timoteo 5:23; Juan 2:1-10), a la luz de los textos en Proverbios mencionados
arriba, y textos del Nuevo Testamento como Efesios 5:18, el camino más sabio y bíblico es abstenerse
de todo tipo de bebida de esta índole. Aquí entra la norma enseñada por Pablo que, si alguna cosa que
alguno se permita es piedra de tropiezo para su hermano, es mejor no darse el lujo de practicarlo
(Romanos 14:20-21). (Véase 1Tesalonisenses 5:22).

Un anciano no puede ser “pendenciero”. (1Timoteo 3:3; Tito 1:17) Un hombre que en su carácter
todavía lleva la tendencia de “perder los estribos”, de enojarse en las situaciones, diciendo y haciendo
cosas indebidas, no califica para ser anciano. Primero tiene que crecer en su vida espiritual para ir
eliminando este defecto de carácter. “Pendenciero” es la traducción de plektes, el cual describe a un
“buscapleitos”, una persona que le gusta dar golpes. Tito también menciona este requisito y añade la
frase “no iracundo”. Una persona contenciosa es un mal ejemplo para los demás hermanos en la
iglesia, los cuales necesitan aprender a resolver problemas y conflictos de una manera pacífica y
madura. Todos ocasionalmente nos encontramos en conflicto con otra persona, pero esta persona habla
de la persona que habitualmente lo hace y pierde el control. Le falta dominio propio. El diccionario
define “pendenciero” como “amigo de pendencias”. Le gusta discutir y entrar en conflictos y
argumentos. Este tipo de persona no puede ser anciano. He observado a líderes de iglesias casi llegar a
golpes ¡en el patio de su iglesia!

El anciano no puede ser “codicioso de ganancias deshonestas”. (1Timoteo 3:3; Tito 1:7) Un hombre
que desea servir como anciano tienen que haber eliminado de su vida toda propensión a lo deshonesto.
Aquí hay dos problemas mencionados: “la codicia”, la cual es un deseo fuerte de algo que no se debe
tener; y “ganancias deshonestas”. La codicia es suficientemente mala, pero codicia de ganancias
adquiridas de una manera deshonesta no tiene cabida en la vida de un cristiano, mucho menos un
anciano. “Ganancias deshonestas” viene de aischrokerdes, y significa ganancias adquiridas por
maneras injustas o incorrectas, porque la persona es “codiciosa”, o sea dada a ese estilo de vida. Esto
habla de una persona que “gana” su dinero con trucos, engaños, y maquinaciones como negocios
cuestionables, el pedir prestado dinero sin pagarlo, etc. Una tendencia hacia este mal descalifica a la
persona de servir como anciano en la iglesia.

Un anciano debe ser “amable”. (1Timoteo 3:3) Pablo dice, “sino amable” … Él contrasta el ser amable
con el punto anterior, epieikes y significa paciente, gentil, afable, moderado, bondadoso, cortes,
manso, no violento. El que es codicioso de ganancias deshonestas es lo opuesto de lo que estas
cualidades describen, ganando o tomando dinero de otros de maneras ásperas, bruscas, descorteses, y
hasta injustas. El anciano ha de ser todo lo contrario en su trato con la gente, especialmente en las áreas
de finanzas, trabajo, negocio, etc. Si es “amable” será paciente, bondadoso, y honesto en toda relación
con los demás. No será oportunista; ni se aprovechará de otros en su trato con ellos. Epieikes también
se usa en Filipenses 4:5; Tito 3:2; Santiago 3:17; 1Pedro 2:18.

Un anciano tiene que ser “apacible”. (1Timoteo 3:3) Uno de los significados de esta palabra es “que se
abstiene de pelear, no contencioso”. El griego es amachos, y se usa solamente aquí y en Tito 3:2.
Donde se traduce como “que no sean pendencieros”. Apacible se define como agradable, sosegado,
amable, espíritu bajo control. Es el equivalente de “dueño de sí mismo” en Tito 1:8 (véase Proverbios
16:32 y 25:28). Un hombre que no “se enseñorea de su espíritu”, y “cuyo espíritu no tiene rienda” no
califica para ser anciano en la iglesia.

El que desea ser anciano no puede ser “avaro”. (1Timoteo 3:3) Eclesiastés 5:10 dice, “el que ama el
dinero, no se saciara de dinero; y el que ama el mucho tener, no sacara fruto. También esto es
vanidad”. La avaricia impulsa a una persona a adquirir más y más cosas, aun cuando no son cosas
necesarias. La palabra griega es aphilarguros y quiere decir sin avaricia, sin codicia, no amante del
dinero. Se usa solo aquí (1Timoteo 3:3) y en Hebreos 13:5. El estilo de vida de un anciano debe ser un
ejemplo de cómo vivir de manera sencilla, no extravagante, y contento con las cosas necesarias
(Filipenses 4:11-13). Su vida no debe manifestar el espíritu materialista de este mundo. Si Dios le
prospera en su negocio o trabajo, debe ser un ejemplo de los creyentes de generosidad y mayordomía
sabia (1Timoteo 6:6-10).

Un anciano debe tener “buen testimonio de los de afuera”. (1Timoteo 3:7) es decir, los no creyentes,
los de afuera de la iglesia. De no ser así, esto puede bloquear e impedir los esfuerzos evangelísticos en
la iglesia. La comunidad incrédula no creerá en la iglesia ni en el evangelio si tiene un mal concepto de
los líderes. El vocablo griego para “testimonio” marturía, significa record, reporte, testimonio,
evidencia presentada. El anciano tiene que presentar evidencias no solo a la iglesia, sino al mundo de
una vida cambiada. Debe sostener tal testimonio mientras sirva de anciano.

Un anciano no debe ser “soberbio”. (Tito 1:7) Soberbio viene de authades, el cual significa arrogante,
obstinado, egoísta (solo aparece en Tito 1:7 y 2Pedro 2:10). El varón soberbio piensa que es mejor que
los demás, y que no tiene que practicar las normas que él enseña o impone sobre otros. Authades se
traduce como “contumaces” en 2Pedro 2:10. Describe a una persona decidida a actuar en base de sus
propios deseos, y quien vive solo para agradarse a sí misma. Todo gira alrededor de su propia
voluntad. El orgullo es el catalizados de muchos otros pecados. El diccionario define la soberbia como
orgullo desmedido. Con mucha razón Pablo excluye a esta persona del ministerio de anciano.

El anciano debe ser “justo”. (Tito 1:8) “Justo” viene de dikaios y tiene dos aspectos: 1) personal. Habla
de la condición de la persona delante de Dios y cuya vida está alineada con la voluntad del Señor, no
necesitando ser rectificada. 2) las acciones de la persona. Es decir, describe a una persona capaz de
tomar decisiones imparciales y correctas. Practica la rectitud y la equidad en su trato con los demás.
Juzga según el testimonio de los hechos y principio bíblicos. Es fácil favorecer a ciertas personas en
situaciones que ocurren en la iglesia, pero el anciano no puede caer en esa trampa. Tiene que tratar a
todos sin parcialidad (Santiago 2:1). Los jueces del Antiguo Testamento fueron instruidos a juzgar los
asuntos de manera justa y sin ninguna acepción de personas, como representantes de Dios (2Crónicas
19:5-6). En el Nuevo Testamento vemos el mismo principio enseñado por Jesús y por Pablo (Juan
7:24; 1Corintios 5:3).

Un anciano debe ser “santo”. (Tito 1:8) Todos los creyentes en Cristo son “santos” (Colosenses 1:1-2;
Romanos 1:7). Pero la vida del anciano, como líder espiritual en la iglesia, tiene que llevar la evidencia
de una vida apartada de las contaminaciones del mundo, santificada, marcadamente diferente, y
dedicada al Señor. De las siete veces que se usa hoisios (santo) en el N.T., cuatro veces se refiere a
Cristo (Hechos 2:27; 13:35; Hebreos 7:26; Apocalipsis 15:3-4, donde Cristo se describe como “Rey de
los santos”). Hebreos 7:26 nos da una definición de hoisios: “santo, inocente, sin mancha, apartado de
los pecadores”, etc. Pedro exhorta: 1Pedro 1:14 “como hijos desobedientes, no os conforméis a los
deseos que antes teníais en vuestra ignorancia, 15 sino que, así como aquel que os llamo es santo, así
también sed vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; 16 porque escrito esta: Sed santos,
porque Yo soy santo”. El anciano debe ser ejemplo de los creyentes, llevando delante de ellos una
conducta caracterizada por la santidad de vida.

El que anhela ser anciano debe ser “amante de lo bueno”. (Tito 1:8) Como ejemplo de los creyentes,
un anciano debe amar lo que es bueno, es decir, la justicia, la verdad, lo que tiene virtud, lo que
edifica, lo que bendice la vida de otros, lo que produce pureza moral y espiritual, lo que glorifica a
Dios y exalta a Cristo, etc. Debe practicar Filipenses 4:8, por lo demás, hermanos, todo lo que es
verdadero, todo lo digno, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo honorable, si hay alguna
virtud o algo que merece elogio, en esto meditad.

Requisitos en torno al hogar


El hogar del anciano no tiene que ser “perfecto”, porque no existe tal hogar. Sin embargo, debe ser un
hogar ejemplar, de buen testimonio, donde reinen el amor, la unidad, y la paz. El anciano debe
entender el orden divino de Dios para la familia y haberlo establecido en el hogar. Hay problemas que
superar en todo hogar. No obstante, cuando los problemas no se superan, y el caos y el desorden
persisten y alcanzan cierto nivel de seriedad, el cabeza de tal hogar esta descalificado de servir como
líder espiritual en la iglesia. Ese “nivel de seriedad” ocurre cuando:
Hay situaciones en la casa que el marido, como cabeza, se demuestra incapaz de arreglar.

Hay situaciones que están dañando la vida de la esposa o los hijos,

Hay situaciones que dañan a la iglesia debido al mal ejemplo de dicho hogar.
En el pasaje de Tito 1, Pablo expone los requisitos relacionados al hogar en primera planta, a la cabeza
de la lista de cualidades necesarias en el anciano (1:6). El hogar es una pequeña iglesia, y si uno no
puede pastorear ese pequeño rebaño, ¿Cómo cuidara de la casa (familia) de Dios? ¿Cuáles son los
requisitos para ancianos en torno al hogar?

El anciano debe tener su matrimonio en orden. (1Timoteo 3:2; Tito 1:6). Ser “marido de una sola
mujer” … primero vale la pena decir que esta no es una orden que el anciano tiene que ser un hombre
casado. La idea es que, si es casado, que sea debidamente casado y que tenga su matrimonio en orden.

Hay dos corrientes de pensamiento respecto al significado de “una sola mujer”. La primera es que no
debe ser polígamo (poli= muchos; gamos= matrimonio). Significa que uno no debe tener más de una
esposa a la vez, y no constituye una prohibición de un nuevo matrimonio en caso de la muerte de la
esposa. La segunda es que el anciano no puede tener más de una esposa en toda su vida. Si su esposa
muere, no puede volver a casarse. Yo personalmente creo que la primera interpretación es la más
apropiada y correcta. “Una sola” es la traducción de mía que significa “una”. En griego (1Timoteo 3:2)
la palabra “sola” no aparece, sino que dice, “marido de una mujer”. Mía se traduce a veces
simplemente como “una”, en otras ocasiones como “primera”, y en otras como “una” en el sentido de
“única”, o “una sola”. Este significado de mía en Hebreos 10:12, (un solo sacrificio); 10:14, (una sola
ofrenda); y Efesios 5:31, (una sola carne). Por eso los traductores correctamente tradujeron mía como
“una sola”.

En su matrimonio el anciano debe ser un ejemplo para la iglesia, presentando el testimonio de un


matrimonio conforme al corazón de Dios, de acuerdo con la Palabra de Dios, y según el orden divino
establecido por Dios en el principio.

El anciano “debe gobernar bien su casa”. (1Timoteo 3:4) Gobernar es proístemi y quiere decir presidir,
atender, cuidar, supervisar, administrar, dar liderazgo, pararse delante de un grupo con el fin de
dirigirlo, servir de protector o guardián. Se encuentra en Romanos 12:8; 1Tesalonisenses 5:12;
1Timoteo 3:4,5; 5:17; Tito 3:8,14. Se traduce como “presidir, gobernar, y ocuparse en”.

Un anciano debe ocuparse en formar, mantener, y gobernar sabiamente su propia casa, estableciéndola
según el orden de Dios. le toca dar un verdadero liderazgo a su familia, no dejándola a la deriva
mientras ora que todo salga bien. El apóstol hace una pregunta que hacemos bien en meditarla: “pues
el que no sabe gobernar su propia casa, ¿Cómo cuidara de la casa de Dios?”

“Gobernar bien su casa” incluye el tener “a sus hijos en sujeción con toda honestidad” (ver. 4b). Tito
1:6 añade, “y tenga hijos creyentes que no estén acusados de disolución ni de rebeldía” (16b). un
resumen de estos dos textos nos enseña lo siguiente: los hijos de un anciano…

Deben estar sujetos a la autoridad de su(s) padre(s) en “toda honestidad”. “en sujeción” quiere decir
colocarse abajo. O ser puestos bajo autoridad. Conlleva la idea de vivir en obediencia. “En toda
honestidad” significa que los hijos han de sujetarse de veras, demostrando una actitud hacia Dios y a
sus padres, de honor, pureza, reverencia, respeto, dignidad, y seriedad. Han de hacerlo, en otras
palabras, de manera sincera y respetuosa.
Deben ser “creyentes”. Es verdaderamente lamentable cuando los hijos de los líderes espirituales de la
iglesia no creen el evangelio ni son convertidos. Lo que el apóstol quiere recalcar es que, si los hijos no
son creyentes, esto muestra que el liderazgo en el hogar es deficiente. Si no existe la calidad de
liderazgo en la familia para que los hijos crean en Cristo y sean convertidos, tampoco existe la calidad
de liderazgo para que uno sea dirigente en la iglesia.

No deben estar “acusados de disolución o de rebeldía”. Disolución viene de asotía y quiere decir
libertinaje, prodigalidad, habla de una vida desenfrenada. Pablo usa la palabra en Efesios 5:18. Pedro
la usa en 1Pedro 4:4 cuando expresa, “…el mismo desenfreno de disolución”. Esta disolución Pedro la
describe en el versículo tres.
“Rebeldía” deriva de anupótaktos, y se define como desobediencia, insubordinado, contumaz,
incontrolable, que no se puede someter a la autoridad, refractario, lo que no hay sido sujetado (Hebreos
2:8).

La administración sabia del hogar es una de las áreas de mayor importancia respecto a la vida del
anciano. Es quizás el área de las más feroces batallas y ataques del enemigo. Es probablemente la
mayor causa de descalificación. Por eso, a los hermanos que sean considerados como candidatos al
ancianato, se les debe probar de manera especial en esta área de sus vidas. Si tienen situaciones
difíciles en su hogar, no hay nada perdido con extender un poco el periodo de prueba para que arreglen
los problemas que estorban. Y si no logran superarlos, mejor sería colocarlos en algún otro ministerio
de la iglesia.

Requisitos ministeriales

Además de los requisitos espirituales, personales (de carácter), y domésticos (hogar) hay un área más
donde el que anhela ser anciano tiene que calificar; el de lo ministerial. Hay ciertas normas que debe
cumplir, y ciertas habilidades que debe poseer para ser designado para este ministerio importante en la
iglesia local.

El éxito y la buena marcha de la iglesia depende en gran parte de la calidad de ministerio que estos
varones desempeñen en la congregación. Aunque los requisitos de carácter son los más importantes,
sin embargo, estas cualidades ministeriales equipan a los ancianos para ejercer su función de una
manera efectiva y hasta excelente. ¿Cuáles son los requisitos ministeriales para los que “anhelan
obispado”?

El anciano debe ser llamado por el Espíritu Santo. Hechos 20:28 dice: Tened cuidado de vosotros y de
toda la grey, en medio de la cual el Espíritu Santo os ha hecho obispos para pastorear la iglesia de
Dios, la cual Él compró con su propia sangre.

El Espíritu llama a las personas para este ministerio. Como veremos después, en los capítulos 6 y siete,
hay reconocimiento por parte del hombre (pastores y apóstoles) del llamado de Dios sobre una vida.
Pero, solo el Espíritu Santo es el que los llama.

Un anciano debe estar consiente de un llamado de Dios a este ministerio. 1Timoteo 3:1 habla de
“anhelar obispado” pero el deseo debe provenir del corazón de Dios y no solamente del corazón
nuestro. Es posible anhelar este ministerio siendo estimulados y atraídos por otros motivos, como la
necesidad de ser reconocido en la congregación, el deseo de tener autoridad, etc. Por eso cada uno
debe escudriñar su corazón para estar seguro que el deseo este siendo motivado por un verdadero
llamado de Dios al ancianato.

Un anciano no debe ser “neófito”. (1Timoteo 3:6) “Neófito” deriva de neóphutos, y quiere decir
literalmente: recién plantado o sembrado; un nuevo convertido, un cristiano recién convertido, un
principiante. La Biblia declara por que no debe ser un neófito: “no sea que envaneciéndose caiga en la
condenación del diablo”. La “condenación del diablo” es la condenación que él incurrió al ser
levantado en orgullo (Isaías 14:12-15). Un neófito está más propenso a ser atrapado por el enemigo en
el lazo del orgullo.

Recordemos que presbúteros (anciano) significa un hombre de madurez, experiencia, y sabiduría. En


el contexto del Nuevo Testamento, no tiene que ser un varón de grande edad, avanzado en años, etc.
sino uno con madurez, experiencia y sabiduría en las cosas de Dios. uno puede ser relativamente joven,
y calificar si su nivel de madurez lo amerita. Pero, no puede ser neófito, principiante, inexperto en las
cosas de Dios y la iglesia.

El anciano debe ser conocedor y “retenedor de la Palabra”. (Tito 1:9) “retenedor” significa que retiene
la Palabra “tal como ha sido enseñada”, y no como él quiera interpretarla. Hace algunos años se dio en
una de las iglesias el caso de un anciano para los grupos familiares (células), insistía en apartarse del
tema asignado para meterse en temas propios. Inclusive enseñaba temas difíciles del Apocalipsis y la
profecía bíblica de los últimos días. No retenía “la palabra tal como ha sido enseñada”. También
“retenedor de la Palabra” quiere decir que no la deja pasar por los dedos como agua o arena; más bien
recuerda, atesora, y pone en práctica lo que oye; es hacedor de la Palabra, no solo oidor. El griego es
antechomai, (retenedor) y significa “atender, guardar, aferrarse a, mantenerse frente a, apegarse a, la
Palabra”. (véase Proverbios 4:20-22).

Un anciano debe ser “apto para enseñar”. (1Timoteo 3:2) La enseñanza de la Palabra de Dios es una de
las funciones más importantes del anciano. Como ya se mencionó, no tiene que enseñar la Biblia a la
iglesia entera necesariamente, o a las multitudes, sino a grupos de cualquier tamaño. “Apto para
enseñar” es didaktitos, (una sola palabra), y significa “bueno para enseñar “y “con destreza en la
enseñanza”. Esta forma de la palabra didaktitos se usa solamente aquí y en 2Timoteo 2:24.

Un anciano debe tener la capacidad de “exhortar y convencer”. (Tito 1:9) No solo tiene que ser
retenedor e instructor de la Palabra, sino que debe poder “exhortar… y convencer a los que
contradicen”. El don de enseñar se une al de exhortar. Exhortar es parakaleo, el cual quiere decir
“llamar, hacer volver al camino, confortar, rogar, animar, y fortalecer”. Es la misma palabra que se usa
en Romanos 12:8 para el don de exhortación.

“Convencer” es elegcho, y significa confrontar, reprender, corregir, amonestar, exponer, traer cosas a
la luz, con palabras convincentes. Se usa en Mateo 18:15 de un hermano que confronta a otro; en Juan
16:8 del Espíritu Santo que convence al mundo; y en 2Timoteo 4:2 en cuanto a Timoteo. Se usa en
Apocalipsis 3:19 de Cristo que “reprende” a los que Él ama. (véase también 1Timoteo 5:20 y Judas
1:15).

El anciano debe poder “apacentar y pastorear” el rebaño. Hemos comentado anteriormente sobre este
punto en detalle. Aquí basta decir que no debe tomar esta faceta del trabajo como una carga sino como
un privilegio. Un anciano debe amar las ovejas, encontrar gozo al convivir con ellas, alimentarlas,
sanar sus heridas, guiar e instruirlas. El Señor los equipa con paciencia para las ovejas, y les infunde un
deseo profundo de verlas crecer en Cristo. (1Pedro 5:1-4; Hechos 20:28).
Resumen

No es la intención de este capítulo insistir en que todo anciano deba poseer todas estas cualidades a
perfección. Son una guía para nosotros. La idea es que uno que desea ser anciano en una iglesia local
debe cultivar estas cosas en su vida, hogar y ministerio. Debe ir creciendo en ellas y fortaleciéndose
cada día más en todas las áreas de su vida. Esto lo hace el anciano, según Tito 1:7, como buen
“administrador de Dios”.

Capítulo 5
La responsabilidad de una congregación para con los ancianos.
1Tesalonisenses 5:12 Pero os rogamos hermanos, que reconozcáis a los que con diligencia trabajan
entre vosotros, y os dirigen en el Señor y os instruyen, 13 y que los tengáis en muy alta estima con
amor, por causa de su trabajo. Vivid en paz los unos con los otros. (LBLA)

Hemos considerado los deberes de un anciano para con la congregación. Pero, ¿Qué de la
responsabilidad de la iglesia hacia los ancianos? ¿Qué nos enseña la Biblia sobre este aspecto
importante de la relación entre iglesia y ancianos? ¿Cuáles son los deberes de una congregación con
los ancianos?

Seguir su ejemplo. Hebreos 13:7 dice, “Acordaos de vuestros guías, que os hablaron la palabra de
Dios, y considerando el resultado de su conducta, imitad su fe” (LBLA)

Es la responsabilidad de las ovejas seguir a su pastor. Si los ancianos son varones de fe, (y deben de
serlo), la congregación tiene la responsabilidad delante de Dios de seguir su ejemplo. La palabra “fe”
incluye todos los aspectos de la vida cristiana: su fidelidad, su constancia, su respaldo al sostén
económico de la iglesia, su vida de oración, su vida de hogar, la administración sabia de sus finanzas,
etc.

Si bien Dios está observando al anciano para que ponga buen ejemplo en estas cosas, también está
viendo si las ovejas están siguiendo este ejemplo. Si bien los ancianos deben modelar la vida cristiana,
los miembros de las iglesias tienen la obligación de seguir ese modelo. El texto dice “considerando el
resultado de su conducta, imitad su fe”. “Considerar” deriva de anatheoreo, que quiere decir “mirar
con atención, observar con precisión, tener puesta la mirada, considerar bien”.

Reconocer, estimar y amarlos. 1Tesalonisenses 5:12-13 Pero os rogamos hermanos, que reconozcáis
a los que con diligencia trabajan entre vosotros, y os dirigen en el Señor y os instruyen, 13 y que los
tengáis en muy alta estima con amor, por causa de su trabajo. Vivid en paz los unos con los otros.
(LBLA)

Esto incluye el manifestarle no solo aprecio y amor, sino también honor y respeto. “Reconozcáis”
viene de eido, que significa “ver, poner atención, observar, fijarse, prestar atención, conocer,
comprender, ver con el fin de atender o cuidar”. Las ovejas no deben tener la actitud de solo esperar
que los pastores o ancianos les atiendan a ellas, sino también “ver” al pastor y ancianos con el fin de
conocer su situación, comprenderlos, y preocuparse por sus necesidades. Es aconsejable que los
miembros recuerden sus cumpleaños, aniversarios, días especiales, etc. con reconocimiento y con
regalos, cuando es posible. Es bueno que los inviten a comer en sus casas, y que busquen maneras
creativas de bendecirles a ellos y a sus familias.
Los hermanos han de tenerlos en “alta estima” por causa de su trabajo. 1Timoteo 5:19 dice: No
admitas acusaciones contra un anciano, a menos de que haya dos o tres testigos (LBLA). Es necesario
tener el debido respeto al hablarles o hablar de ellos. No debe haber murmuraciones contra ellos
(Números 12, y 16). Cualquier acusación contra un anciano debe expresarse con cautela y ser tomada
en cuenta únicamente cuando sea respaldada por dos o tres testigos.

El trabajo de los ancianos nunca es fácil. Ellos hacen sacrificios de tiempo, esfuerzos, y a veces hasta
económicos para poder atender los asuntos y necesidades de la iglesia. Por eso, deben ser estimados,
apreciados, y reconocidos por las congregaciones.

Los creyentes deben “obedecer y sujetarse” a los ancianos. Hebreos 13:17 Obedeced a vuestros
pastores y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta.
Permitidles que lo hagan con alegría y no quejándose, porque eso no sería provechoso para vosotros.
(LBLA)

“Obedecerlos” significa aceptar su liderazgo, seguir su dirección. “Obedecer” viene del péitho y
significa “estar de acuerdo, creer en, confiar, ceder, escuchar, acceder, conformarse”. Los hermanos no
solo los siguen y estiman, sino que también han de obedecerles, es decir, estar de acuerdo con ellos (no
llevar la contraria), creer en ellos, confiar en su liderazgo, ceder a su dirección, escucharles (atender
sus consejos), etc.

“Sujetaos” deriva de hupeiko (hupo= debajo; eiko= ceder). Significa “aceptar estar bajo autoridad,
entregarse, dejar de resistir, aceptar amonestación”. Esta es la actitud correcta de los miembros
respectos a sus líderes espirituales. Este versículo prohíbe una actitud independiente, que exprese la
falta de disposición de someterse al liderazgo de la iglesia. Si el liderazgo ha sido puesto por Dios,
resistirlo es resistir a Dios. en cambio, sujetarse al Equipo de Liderazgo de la iglesia (pastor y
ancianos), es estar bajo la cobertura divina de Dios, y traerá múltiples bendiciones al creyente.

La iglesia debe proporcionar un sostén apropiado a sus líderes espirituales. 1Timoteo 5:17 Los
ancianos que gobiernan bien sean considerados dignos de doble honor, principalmente los que
trabajan en la predicación y en la enseñanza. (LBLA)

El “doble honor” es el sostén económico, como vemos en el siguiente versículo: 18 porque la


Escritura dice: No pondrás bozal al buey que trilla, y; El obrero es digno de su salario. En la mayoría
de los casos los pastores trabajan a tiempo completo en la iglesia y reciben su salario, pero los ancianos
trabajan en un empleo secular para ganar su sostén, sin embargo, estamos viendo una tendencia hacia
otro plan de trabajo: Algunas iglesias están dando una compensación semanal o mensual a los ancianos
que dedican un tiempo sustancial a la iglesia. Estas iglesias están reconociendo que los ancianos que
gobiernan, enseñan y predican, visitan, discípula, trabajan con células o en alabanza y adoración, etc.,
merecen ser apoyados en este sentido. En algunos casos un anciano puede trabajar tiempo completo en
la iglesia junto con el pastor, y en otros, medio tiempo.
Cada iglesia tiene que buscar el plan que mejor convenga, y según sus posibilidades, pero moverse en
la dirección de incluir más ancianos en una mayor participación, con el sostén apropiado, es seguir el
principio y plan bíblicos. Gálatas 6:6 dice: Y al que se le enseña la palabra, que comparta toda cosa
buena con el que le enseña. (véase 1Corintios 9:7-14)

Otro factor importante es que los hermanos no deben dar o retener sus diezmos y ofrendas para
“recompensar” o “castigar” a los líderes de la iglesia. Si algo necesita ser rectificado, Dios se
encargará de traer la corrección necesaria. Nuestro sostén a la iglesia es para obedecer a Dios, y para
bendecir y hacer avanzar la obra del Señor, no para expresar nuestro agrado o desagrado.

Llamarlos cuando alguien está enfermo. (Santiago 5:14-15) ¿Está alguno entre vosotros enfermo? Que
llame a los ancianos de la iglesia y que ellos oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del
Señor; 15 y la oración de fe restaurara al enfermo, y el Señor lo levantara, y si ha cometido pecados
le serán perdonados.

Dios ha equipado a los ancianos con la unción para edificar la fe de los hermanos y ministrarles
sanidad. Esto constituye no una sugerencia, sino un mandamiento, cuando una iglesia obedece esta
palabra, gozara de la bendición de andar en el Shalom (paz, salud, bienestar, prosperidad) de Dios.

Orar por ellos. (Efesios 6:18-20) Pablo, en muchas ocasiones, pidió oración por su vida y ministerio. Si
él necesitaba las oraciones de sus hermanos, seguidores, y colaboradores, también los siervos de Dios
en las iglesias locales lo necesitan. Los miembros de una iglesia sirven y agradan a Dios cuando oran
por sus pastores y ancianos. Es fácil criticarlos, pero si en vez de buscar sus fallas, oran por ellos,
verán la gloria de Dios en su iglesia. Habrá más unidad y armonía, mayor unción del Espirita Santo,
más milagros, mejor administración de los ministerios locales, y mayor manifestación del poder de
Dios en la iglesia si la congregación ora por sus líderes.

Resumen

No cabe duda que existen otras maneras en las que una iglesia puede mostrar su amor, aprecio, y
respeto hacia sus líderes, los ancianos. El pastor es el que enseña a la iglesia a respetar, honrar, y amar
a los ancianos; y estos son ejemplos de la congregación en cómo deben tratar a su pastor – es decir,
con aprecio y amor genuinos, el tenerlo en alta estima, y el someterse a su autoridad.

Capítulo 6
La selección de nuevos ancianos.
Hechos 20:28 Tened cuidado de vosotros y de toda la grey, en medio de la cual el Espíritu Santo os ha
hecho obispos para pastorear la iglesia de Dios, la cual Él compro con su propia sangre.

La colocación de nuevos ancianos (así como también diáconos) no es cuestión de elección sino de
selección. No quedan electos por mayoría de votos de la gente. Son escogidos por su calidad de vida,
su diligencia, su consagración, su carácter, su capacidad, etc. No es asunto de popularidad, o edad, o
antigüedad (tiempo de estar en la iglesia), preparación académica, o talento. Es cuestión del llamado de
Dios, calificación, y la dirección del Espíritu Santo.

Como ya hemos visto, el Espíritu Santo es el que escoge, llama, y equipa como los dones necesarios a
los ancianos (obispos). La tarea de los líderes humanos es reconocer ese llamado y potencial en ciertos
varones, y motivar, cultivar, y desarrollar lo que Dios ha dado. El proceso de desarrollar a un anciano
es potencial no es tarea fácil, y hacen falta la sabiduría de Salomón, la paciencia de Job, la fuerza de
Sansón, y el talento de David.

La responsabilidad de seleccionar ancianos nuevos recae sobre los pastores y los apóstoles. Si el pastor
no se relaciona con un apóstol, tendrá que confiar que Dios le dará la sabiduría para hacerlo. Si hay un
apóstol en relación con la iglesia, el pastor sabio contará con ese apoyo que traerá experiencia,
capacidad, y pericia al proceso. El pastor que se aprovecha de esta ayuda que Dios ha provisto para el
Cuerpo de Cristo, puede evitarse errores y salvarse de una multitud de problemas. El apóstol, a su vez,
dependerá también del pastor porque este tiene mayor conocimiento de la situación local, y conoce
mejor a la gente.

Lo siguiente es una guía para la selección de un nuevo anciano:

¿Califica según las pautas de 1Timoteo 3:1-7 y Tito 1:5-9? ¿Cuáles cualidades posee? ¿Cuáles le
faltan? ¿Necesita crecer más en su carácter, en su vida de hogar, su capacidad ministerial? ¿le falta más
entrenamiento o equipamiento? ¿Necesita madurar más en su vida espiritual? ¿Cuál es su testimonio
con “los de afuera”? ¿Necesita conocer más a fondo la Palabra de Dios?

¿Es un ejemplo para los miembros de la iglesia? En las áreas de su vida cristiana, su carácter, su
familia, etc., ¿va adelante? ¿Otros le siguen? Es decir, ¿Lo ven como un líder en la iglesia? ¿Es un
ejemplo en su obediencia a la Palabra, su vida de oración, su fidelidad en diezmar y ofrendar, etc.? ¿Su
matrimonio y familia son un ejemplo para otros?

¿Ya está funcionando como si fuera anciano, sin nombramiento? Si realmente anhela “obispado” y si
realmente califica ya habrá comenzado a moverse en ciertas funciones de anciano, porque el don, el
deseo, y la motivación estarán manifestándose ya. Esto no quiere decir que hay usurpado el titulo o
posición de anciano, sino que el llamado y el anhelo se harán patentes. La gente lo buscara para para
ser aconsejada, ministrada, etc.

¿Hay un sentido de llamado en la persona? Si no está consiente de un llamado de parte de Dios, es


probable que no perseverara en el arduo trabajo de un anciano en la iglesia. Si la motivación es otra,
cuando haya pruebas posteriormente, será fácil “colgar lo guantes”, y ceder al desánimo y a las
presiones. Se le debe preguntar que, si existe este sentido de llamado divino, y luego confirmar el
llamado.

¿Tiene la capacidad de organizar, administrar y dirigir el trabajo de otros? Es parte del trabajo de
dirección y liderazgo que les toca a los ancianos. Debe tener el don de liderazgo, y la capacidad para
dar dirección sabia a la iglesia (Proverbios 11:14). Una de las funciones es “gobernar” (1Timoteo
5:17). ¿Está dispuesto a responder por las tareas que le sean asignadas, y a la vez esperar que otros
respondan por proyectos o trabajos que él asigne? ¿Está dispuesto a confrontar a otros cuando sea
necesario?
¿Dispone del tiempo necesario para cumplir con el trabajo de anciano? Hay hermanos que califican
pero que simplemente no tienen el tiempo para ser fieles como ancianos. Su horario de trabajo no lo
permite. No nos referimos a los que no estén dispuestos a dar tiempo, sino a los que sinceramente,
debido a la naturaleza de su trabajo, etc., no disponen de tiempo. En este caso es mejor esperar y orar
que la situación del hermano cambie, o que haga un reacomodo de sus prioridades ¿, antes de colocarlo
como anciano.

¿Tiene motivación, entusiasmo, y celo para la obra del Señor? El que no lo tiene no será un anciano
efectivo. ¿Busca hacer las cosas con excelencia? ¿Cumple su trabajo con responsabilidad? ¿Lo ejecuta
con esmero? Como líder espiritual en la iglesia el anciano debe poner esmero y excelencia en todo lo
que hace, porque el trabajo es para el Señor, el cual merece lo mejor.

¿Es compatible con otros ancianos en el Equipo de Liderazgo? Cuando un nuevo miembro se une al
equipo, o traerá un espíritu de compatibilidad, unidad y armonía, o bien un espíritu de división,
contención o contrariedad. O será una bendición o bien será un obstáculo, un impedimento, o una
piedra de tropiezo. ¿Traerá calma y paz, o turbulencia? ¿Tiene las mismas metas que los demás
miembros del Equipo? ¿Tiene la misma visión? Si no, será más problema que ayuda.

¿Está sujeto a la autoridad? Si todavía no ha aprendido a andar bajo autoridad, no está preparado para
ser anciano. Los ancianos tendrán autoridad, pero si no están sujetos a la autoridad ellos mismos, su
autoridad en la iglesia será ineficaz, problemática, y hasta dañina. La ley espiritual, “Si no estamos
bajo autoridad no tendremos autoridad”, es relevante en esta situación. Es importante que todo varón
que llegue a ser anciano haya aprendido a caminar bajo autoridad. El rey Saúl vio un deterioro
paulatino en si autoridad en Israel, porque él mismo no aprendió a estar sujeto a la autoridad. Este
principio espiritual se aplica a todos los que ejercemos el liderazgo cristiano. Estar bajo autoridad no
significa que el anciano este obligado siempre, y en todos los casos, a estar de acuerdo con decisiones
del pastor como cabeza del Equipo de Liderazgo. Si es un hombre que piensa, que busca a Dios, que es
creativo y tiene innovación, habrá ocasiones en las que él puede tener otra posición u opinión. Pero,
estar bajo autoridad significa que lo expresara con respeto y deferencia. La regla es: cuando hay
diferencia, practique la deferencia. Es decir, el anciano no debe ser un robot que siempre tenga que
decir, Sí. Pero, cuando ofrece una sugerencia u opinión, debe hacerlo con respeto por sus líderes, y
ceder, si es necesario, a su autoridad.

¿Es lo suficientemente maduro como para recibir corrección sin ofenderse? La madurez espiritual,
mental y emocional es imprescindible para el que desea servir de anciano. Habrá momentos en los que
el pastor o algún ministerio apostólico tendrá que expresar una palabra de corrección al anciano. Esto
es para que él aprenda, mejore, crezca, y sea más efectivo. Esto no es para “castigarlo”. Al varón que
se ofende en este tipo de situación le falta alcanza un mayor nivel de madurez. Recibir corrección sin
ofenderse o desanimarse es una señal de madurez. (Salmo 50:17; Proverbio 9:8; 16:6; 25:12; 27:6;
28:23).

¿Posee un buen nivel de experiencia y sabiduría en las cosas de Dios? el anciano no tiene que tener 30
años de vida en Cristo para calificar. Sin embargo, debe haber alcanzado un nivel suficiente para poder
servir efectivamente como líder en este ministerio. La pauta “No un neófito” se dio para que cada
iglesia tenga a personas maduras en el liderazgo. Cuando uno vuela en avión, siempre da gracias a
Dios que un hombre va al timón que tiene experiencia en la aviación, incluyendo el volar en
tempestades, condiciones desfavorables, etc. Uno se siente más seguro con esta clase de piloto en la
cabina de control. Y una iglesia marchara con mayor seguridad bajo la dirección de hombres maduros,
sabios y, con experiencia en dar dirección y liderazgo al pueblo de Dios.
¿Ama a las ovejas, a la iglesia? Juan 21:15-17 dice, Entonces, cuando habían acabado de desayunar,
Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos? Pedro le dijo: Sí, Señor, tu
sabes que te quiero. Jesús le dijo: Apacienta mis corderos. 16 Y volvió a decirle por segunda vez:
Simón, hijo de Juan, ¿me amas? Pedro le dijo: Sí, Señor, tu sabes que te quiero. Jesús le dijo:
Pastorea mis ovejas. 17 Le dijo por tercera vez: Simón, hijo de Juan, ¿me quieres? Pedro se
entristeció porque la tercera vez le dijo: ¿Me quieres? Y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tu
sabes que te quiero. Jesús le dijo: apacienta mis ovejas.
Uno de los requisitos más cruciales para un anciano sirviendo en la iglesia local es su capacidad y
disposición de amar primero a Cristo, el Príncipe de los Pastores, y también a la gente, el rebaño del
Señor. Podemos fallar aquí, quizás, en algunas áreas, pero no podemos fallar aquí. El amor es una
cualidad imprescindible para el que desee pastorear y dirigir la grey de Cristo. Para apacentar, primero
hay que amar. El que no ama, no puede llevar a cabo la gran tarea de dar dirección al pueblo de Dios.
hay gente que ama los títulos, la posición, la autoridad, etc., pero el anciano efectivo tiene que amar al
rebaño.

¿Ha sido puesto a prueba en las funciones de anciano? 1Timoteo 3:10 dice, Que también estos sean
sometidos a prueba primero; y si son irreprensibles, que sirvan como diáconos. Si los diáconos has de
ser probados, con más razón los ancianos, cuyo ministerio es de mayor magnitud en la iglesia.
“Sometidos a prueba” viene de dokimazo, el cual significa “probar o examinar algo para poder
discernir y determinar si es genuino o no, y luego aprobarlo si pasa la prueba; someter a prueba”. Se
traduce de la siguiente forma en el Nuevo Testamento:

Distinguir: Lucas 12:56.


Probar: Lucas 14:19; 1Corintios 3:13; 11:28; 2Corintios 13:5, “probaos”, (examinaos es la traducción
de otra palabra griega parecida); 1Tesalonisenses 2:4b; 1Pedro 1:7b; 1Juan 4:1.
Aprobar: Romanos 1:28; 2:18; Filipenses 1:10; 1Tesalonisenses 2:4ª.
Comprobar: Romanos 12:2; 14:22; 2Corintios 8:22; Efesios 5:10.
Examinar: 1Tesalonisenses 5:21.
Designar: 1Corintios 16:3. (Hombres fueron designados porque fueron probados y aprobados).
Poner, o someter a prueba: 2Corintios 8:8; Gálatas 6:4, Nota: en 1Pedro 1:7ª la frase “sometida a
prueba” viene de dokimion, otra forma de la palabra dokimazo, pero con el mismo significado.

En resumen, podemos concluir que un varón no debe ser puesto como anciano en la iglesia sin primero
ser probado. Si su llamado, su cumplimiento en las tareas, su calificación en torno a los requisitos, su
carácter, su vida de hogar, su capacidad, etc., pasan la prueba, entonces debe ser “aprobado” y
“designado”. Realmente hay dos períodos de prueba: 1) Antes de ser considerado como un posible
anciano, el pastor ya habrá observado la fidelidad, carácter, diligencia, etc. de la persona para ver si
califica como un posible líder de ese nivel; 2) Si el resultado de esta prueba inicial es positivo,
entonces el varón puede ser puesto como “anciano a prueba”. Este período puede durar de seis meses a
un año, mientras él funciona de manera tentativa como anciano. Su fidelidad, cumplimiento,
diligencia, y lealtad le calificaran o descalificaran para seguir sirviendo como anciano. Si pasa la
prueba, puede ser constituido como anciano en la iglesia. Si no, habrá que asignarle algún otro
ministerio para el cual califique, para no dejarlo en un vacío. Al principio de la prueba, debe ser
entendido claramente que, si no pasa la prueba, no será puesto como anciano. Por supuesto, si batalla
en alguna área de su vida, los pastores y apóstoles deben ayudarle durante este tiempo con palabras de
ánimo, consejos, y enseñanzas para que tenga la oportunidad de superar alguna flaqueza que se
manifieste.
El principio de probar a los líderes es bíblico, y es parte de su preparación. Felipe fue probado como
diacono antes de ser evangelista; La capacidad y fidelidad de Josué fueron probadas, sirviendo a
Moisés por varios años; Eliseo fue probado sirviendo con Elías, antes de ser profeta; Timoteo fue
probado bajo el ministerio de Pablo, antes de ser aprobado para entrar en su ministerio apostólico.
Lucas 16:10-12 dice, El que es fiel en lo muy poco, es fiel también en lo mucho; y el que es injusto en
lo muy poco, también es injusto en lo mucho. 11 Por tanto, si no habéis sido fieles en el uso de las
riquezas injustas, ¿Quién os confiara las riquezas verdaderas? 12 Y si no habéis sido fieles en el uso
de lo ajeno, ¿Quién os dará lo que es vuestro? (LBLA)
¿Es enseñable? Este punto es similar al número diez, pero abarca y comprende una gama más amplia
de actitud. Corrección tiene que ver con “enderezar una actitud torcida” en otro; corregir algo que está
mal. En cambio, la persona enseñable está dispuesta a recibir instrucción y consejos en todo tiempo.
Muestra una abertura de espíritu que recibe lo que otro desea enseñarle, sin resentirlo. Es una esponja
para aprender cosas nuevas. Acepta con gozo verdades y principios que le ayudaran en su vida y
ministerio. No es un “sabelotodo”. Reconoce que tiene mucho que aprender, y abre su corazón para
recibir y conocerlo. Acepta los consejos como de Dios, no como de hombre; pero agradece a las
personas que comparten su sabiduría con él.
Si uno llega a ser anciano y no tiene esta actitud de “enseñabilidad”, será una piedra de tropiezo para el
pastor, para otros líderes, y para la iglesia. En cambio, un anciano enseñable será una bendición grande
para todos. Por esta razón como regla general, es aconsejable escoger ancianos entre los que han
servido como diáconos, los que han aprendido a servir con un corazón humilde y enseñable.

Resumen

La selección de nuevos ancianos para servir como líderes espirituales en la iglesia es tarea que requiere
sabiduría, paciencia y pericia. Pablo dijo que era “perito arquitecto” que sabía echar el cimiento,
poniendo un fundamento firme en las iglesias. Parte de su pericia era la capacidad de reconocer a los
que Dios había llamado para ancianos, equiparlos, y colocarlos en sus ministerios.

La selección de nuevos líderes en una iglesia local también es una de las tareas más importantes de un
pastor, y también una de las más difíciles. Errores en este paso puede traer dolo y angustia a él, y daño
a la congregación. Se ha dicho que los lideres (especialmente ancianos) son como los kilos que
ponemos cuando vamos subiendo de peso -- ¡es más fácil ponerlos que quitarlos! Cerramos este
capítulo con un consejo final, una guía de gran ayuda en la selección de líderes. Consta de tres
aspectos de la vida y las actitudes del candidato. Debe tener una calificación excelente en TODAS
estas áreas. Si califica en solo una o dos, ¡No califica!

El carácter de la persona. Esto es fundamental. Si la persona no tiene las cualidades de carácter


necesarias, por dotado o ungido que sea, no califica. Cualidades como respeto a la autoridad, la
integridad, la honestidad, la confiabilidad, la responsabilidad, la puntualidad, el ser cumplidor de su
palabra, su vida de hogar, la fidelidad, la lealtad, sus relaciones con los demás, etc., son de vital
importancia.

La capacidad de la persona. La persona debe tener la capacidad para funcionar con éxito en su nuevo
puesto de liderazgo. Por bueno que sea como persona, si no tiene la habilidad para desempeñar sus
funciones, no va a cumplir y esto lleva a desanimo para él y desilusión para el pastor. La persona
puede recibir algún entrenamiento para aguzar sus habilidades y funcionar mejor, pero si no posee el
don o la capacidad básica, no va a poder funcionar con éxito.

La compatibilidad de la persona. Debe ser compatible…


Con la visión del pastor. Si el candidato tiene su propia visión para la iglesia, o cree que el pastor no
está en el camino correcto en su liderazgo, o cree que es capaz de hacer las cosas mejor que el pastor,
etc., no va a funcionar en armonía con este y terminara siendo una carga en vez de una bendición.

Con el corazón del pastor. Si el espíritu o actitud con que el anciano o líder en potencia actué es
disonante con el corazón del pastor y el Equipo, no habrá concordia y cadencia en su relación. Serán
como instrumentos de una orquesta desafinados. En vez de una melodía agradable el resultado será la
cacofonía.

Con otros integrantes del Equipo Pastoral y otros líderes de la iglesia. Si no es capaz de llevar buenas
relaciones con otros y trabajar en armonía con ellos, su presencia en el equipo traerá más turbulencia y
discordia que consonancia.

En cambio, si el nuevo líder coincide y confluye juntamente con el pastor, y otros integrantes ya dentro
del Equipo Pastoral, habrá una relación armoniosa que fortalecerá el Equipo y toda la iglesia local.

Hoy en día nosotros también necesitamos la pericia de que habla Pablo. El éxito de las iglesias, y su
capacidad para entrar en su destino en Dios, depende de nuestra habilidad para encontrar a personas
idóneas, prepararles, probarles, y colocarles en el ancianato de nuestras iglesias.

Capítulo 7
La ordenación y colocación de los ancianos.
Hechos 14:23 Después que les designaron ancianos en cada iglesia, habiendo orado con ayunos, los
encomendaron al Señor en quien habían creído. (LBLA)

Y constituyeron ancianos en cada iglesia, y habiendo orado con ayunos, los encomendaron al Señor
en quien había creído. (RV)

Tito 1:5 Por esta causa te deje en Creta, para que pusieras en orden lo que queda, y designaras
ancianos en cada ciudad como te mande. (LBLA)

Por esta causa te dejé en Creta, para que corrigieses lo deficiente, y establecieses ancianos en cada
ciudad, así como yo te mandé… (RV)

Hechos 20:28 nos recuerda que el Espíritu Santo es el que hace ancianos (“obispos”) a los que Él
llama. El hombre solamente reconoce y colabora con Dios en Su obra de escoger, llamar, equipar, y
colocarlos. El proceso de colocar y preparar ancianos debe llevarse a cabo con mucha paciencia,
sabiduría, y cordura, pues equivocarnos aquí podrá repercutir en la salud y el bienestar de la iglesia. Es
más fácil poner ancianos que quitarlos. Pablo exhorta a Timoteo que actué con cordura en su función
apostólica de establecer ancianos (1Timoteo 5:22), no imponiendo “con ligereza las manos a ninguno”.
Pablo enseña a Tito que una iglesia sin ancianos (es decir, con su correspondiente gobierno y
liderazgo) tiene una “deficiencia” la cual debe ser corregida. “Corrigieses” viene de epidiortheo, que
quiere decir “enderezar” o “poner en orden” algo que esta torcido o fuera de orden. “Lo deficiente”
deriva de leipo, el cual significa algo que falta, que es inferior, que está destruido, ausente o carente.

“Construir” viene de kathistemi, que quiere decir “designar con la mano”, “ordenar”, “poner” (Hechos
7:10), “conducir” (Hechos 17:5), “hacer”, “establecer” (Tito 1:5), “manifestar”, “encargar”, (“dar un
cargo”, Números 27:19; Hechos 6:3), y “construir” (Hebreos 5:1 y 8:3). Construir ancianos, entonces,
es encargarles, ponerlos, designarlos como ancianos; es conducirlos de una condición a otra, de la
condición de no ser ancianos a la condición de serlo; es ordenarlos; y es manifestar o declarar
(públicamente, delante de la iglesia) que Dios los ha llamado para servir como ancianos. Es dar
reconocimiento público de que están siendo puestos para funcionar como líderes autorizados por Dios
y por el liderazgo de la iglesia. (Números 27:18-23).

Se logra a través de la imposición de manos, con oración y ayuno (Hechos 14:23). Ancianos deben ser
constituidos por el pastor (y otros ancianos ya existentes si los hay) y cuando es posible, con el apoyo
de un ministerio apostólico. Si no es posible la participación de un apóstol, entonces se puede llevar a
cabo con la presencia de algún otro ministerio quíntuple reconocido y respetado por la iglesia.

La constitución de ancianos en la iglesia resulta importante porque representa el establecimiento de


gobierno y liderazgo, debidamente funcionado en la iglesia. Como se mencionó antes, el
establecimiento de ancianos en Listra, Antioquia e Iconio es lo que convirtió a los “grupos de
discípulos” en “iglesias”. La constitución de ancianos establece el gobierno, dirección y liderazgo en la
iglesia. Este gobierno es lo que hace la diferencia entre un grupo de creyentes y una “iglesia local”.

La imposición de manos pasa o transmite algo de la unción y autoridad del pastor y el apóstol a la vida
del nuevo anciano. Están compartiendo con él lo que Dios les ha dado algo de su sabiduría,
entendimiento, espíritu, paciencia, amor, dones, capacidad, unción, etc. es comunicado a la persona
(Números 11:16-17; 27:20; Deuteronomio 34:9; 1Timoteo 4:14; Romanos 1:11).

¿Cuántos ancianos se necesitan en una iglesia? Esto depende de varios factores, pero se puede
considerar que el Equipo de Liderazgo debe consistir en por lo menos el pastor y dos o tres ancianos.
Si la iglesia es grande necesitara un mayor número. Quizás como una regla general la iglesia debe
contar con un anciano para cada cincuenta miembros. Esto hace que el pastoreo del rebaño no sea una
carga grande para unos pocos.

Resumen

La constitución de ancianos significa:

que ellos son designados, puestos, establecidos públicamente, delante de la iglesia, y reconocidos
como líderes autorizados por Dios y la iglesia;

que por la imposición de manos los que los constituyen comparten y transmiten algo a ellos que les
capacitará a funcionar en sus cargos;

que la iglesia disfrutara de las siguientes bendiciones:

gobierno y liderazgo
cobertura local

pastoreo más completo y amplio

función bíblica, dentro del orden divino de Dios


líderes capacitados y más efectivos

Pablo nos enseña que una iglesia que carece de ancianos o de un número suficiente de ellos, carece de
lo más fundamental. El gobierno de la iglesia está incompleto. El liderazgo de la iglesia será menos
efectivo. El crecimiento y desarrollo sufrirán deficiencias, y el pastor estará sobrecargado.

Que el Príncipe de los pastores nos ayude a reconocer, discipular, entrenar, equipar, y colocar a los
varones en las iglesias, en el Cuerpo de Cristo, que hayan sido llamados por el Señor para servir como
ancianos. Debidamente hecho, esto será de tremenda bendición para las iglesias.

SERVICIO DE ORDENACION DE ANCIANOS

A continuación, se ofrece un ejemplo de la “forma” de constituir ancianos. Se trata de una guía


solamente y se puede adaptar o variar.

El que preside explica a la congregación la naturaleza y el propósito de este acto de ungimiento, y


llama a los ancianos existentes y al nuevo anciano (o a los ancianos nuevos, si son variados) a que
pasen adelante. También el ministerio apostólico debe ser llamado adelante, (si no es el que ya está
presidiendo). Se ora pidiendo la bendición del Señor sobre el servicio que sigue.

Luego se lee una porción bíblica apropiada (Hechos 14:21-23; 20:17-28; 1Pedro 5:1-4; 1Timoteo 3:1-
7; Tito 1:5-9; Números 27:18-23; Deuteronomio 34:9, etc.).

A continuación, el que dirige expresa lo siguiente:


Hermano(s) ______ nombre(s) __________, creyendo que el Espíritu Santo te (los) ha escogido y
llamado para el ministerio de anciano en la iglesia local, hemos llegado a este momento especial, en el
que nosotros, como ministros y representantes el Señor Jesucristo, confirmamos este llamado y te (los)
constituimos anciano(s) en la Casa de Dios, la Iglesia del Dios viviente; de la cual Cristo es Cabeza y
Señor. Creemos que tu (su) testimonio y vida respaldan esta decisión, y que tenemos la guía del
Espíritu Santo al dar este paso.
Ahora al nuevo anciano se le guía en tomar los siguientes botos, o expresión de compromiso:

Preguntas y expresión de compromiso: “hermano(s), ¿aceptas (n) la responsabilidad de ejercer el


ministerio de anciano en la congregación”? (Respuesta: Sí, acepto (amos). “¿Prometes(n) cumplir con
los requisitos como los encontramos en la Palabra de Dios, buscando siempre poniendo un buen
ejemplo en su vida personal y familiar, y procurando servir primero al Señor Jesucristo y también a la
iglesia? ¿Prometes(n) ser fiel(es) en el cumplimiento de tu (su) ministerio como anciano, buscando
siempre agradar y glorificar a Dios”?

Palabras de confirmación bendición: “Ahora persuadidos que el Espíritu Santo te (los) ha hecho
anciano(s), en el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo te (los) constituimos anciano(s) en
esta iglesia. Que Dios te (los) fortalezca, ilumine, y guie en tu (su) nuevo ministerio, y que Él siempre
te (los) corone y bendiga con el espíritu de unidad en el vínculo de la paz”.

Se pide al nuevo anciano arrodillarse, y se ora por él. En este momento él está rodeado por otros
ancianos (si los hay), el pastor y el apóstol (u otro ministerio quíntuple). Hay ungimiento con aceite y
oración.

En ocasiones, hay alguna manifestación del don de profecía en el que el Espíritu Santo expresa una
palabra de aliento, reto, confirmación, etc. (1Timoteo 4:14).

Es provechoso y alentador que al levantarse el (los) nuevo(s) anciano(s), pasen los otros líderes de la
iglesia para darle(s) un abrazo y una palabra de aliento y felicitación. Luego que pasen los miembros
de la iglesia (si la iglesia es grande, esto puede consumir demasiado tiempo) para expresar su acuerdo
y palabras de aliento y respaldo.

Capítulo 8
La relación de ancianos con otros ministerios.
Los ancianos sostienen distintas relaciones con diferentes personas y ministerios, tanto adentro como
fuera de la iglesia local. Aquí daremos una reseña de estas relaciones y cómo los ancianos pueden
alcanzar un mayor éxito en ellas, y evitar errores que con frecuencia ocurren en las iglesias.

Su relación con el pastor

¿Cómo pueden los ancianos ministrar al pastor? Cada anciano debe:

Estar sujeto al pastor, reconociendo su autoridad en la iglesia y en el Equipo de Liderazgo.

Caminar bajo la visión general que Dios ha dado al pastor para la iglesia, evitando cualquier actitud de
tener su propia visión o que pudiera dañar la unidad del Equipo o la iglesia. Los ancianos son hombres
de fe, y cada uno puede y debe tener una visión para su ministerio particular en la iglesia, o sea su área
de responsabilidad. Pero, su visión debe sincronizar y armonizar con la visión general de la iglesia, no
competir y chocar con ella o contradecirla.

Amar y respetar al pastor. Debe reconocer que Dios le ha colocado como anciano en la iglesia para
apoyar y fortalecer las manos del pastor principal. Si vemos al pastor bajo la figura de “cabeza”,
podemos ver a los ancianos como los “hombros y cuello” que sostienen la cabeza. Su papel es similar
al de una esposa en el hogar. El marido es la cabeza, pero la esposa en “el cuello y los hombros” que
los sostienen. No sólo la palabra “cabeza” habla de gobierno y dirección, sino también “hombros”
(Isaías 9-6).

Consultar con él antes de tomar decisiones importantes en su área respectiva de responsabilidad. Esto
evitara muchos conflictos de fechas y actividades, y desavenencias en el Equipo.
Apoyar al pastor con distintos ministerios en la iglesia como la consejería, células, visitación pastoral,
etc. Hay ocasiones cuando temporalmente se les asigna responsabilidades en torno a algún evento
especial como seminario, conferencia, campaña especial, etc. Y también es un plan muy funcional que
cada anciano tenga su área de ministerio asignada de manera permanente y trabaje principalmente en
esa área.

Hay varias maneras tanto bíblicas como prácticas en las que los ancianos pueden ministrar al pastor.
He aquí algunos consejos para los ancianos. Ellos deben…

Orar diariamente por el pastor, su familia y su ministerio.

Expresarle palabras de ánimo con frecuencia. (Proverbios 25:11; 1Crónicas 12:17-18) Por ejemplo,
decirle cómo Dios ha bendecido su vida por medio de él. Palabras como, “Doy gracias a Dios por tu
vida; Estamos contigo; Cuenta conmigo; El mensaje de ayer fue de mucha bendición para mi vida”,
etc. son de mucho estímulo para un pastor.

Serle siempre fiel y leal. Pablo le dijo a Timoteo que encargara a “hombres fieles” lo que él había
aprendido para que ellos lo enseñaran a otros (2Timoteo 2:2). En muchos casos estos “hombres fieles”
eran los ancianos de las iglesias. Pablo esperaba que dichos ancianos fueran “fieles” en todos los
aspectos de su vida y ministerio.

Mantener su corazón libre de las “zorras pequeñas que echan a perder las viñas”. (Cantares 2:15)
Algunas de estas “zorras” son:

Los celos y la envidia (1Samuel 18:7-8).


La división (Hechos 20:28-31; 2Corintios 6:3; Mateo 16:23).
La ambición carnal (Coré, Números 16).
La avaricia (Hechos 20:33-35).
La crítica (Mateo 7:4; Proverbios 18:6; 26:21).
El orgullo, la autosuficiencia (1Pedro 5:5-6; Santiago 4:6; Filipenses 2:3-4).
La irresponsabilidad, el incumplimiento (Mateo 25:24-29; Génesis 3:12-13; 1Samuel 15:19-24).
La tentación sexual (1Corintios 6:18-20; 2Corintios 7:1; Proverbios 5:1-23; 6:23-35).
El afán de este mundo (Lucas 21:34; Mateo 13:22).

La Biblia nos exhorta como líderes a tener cuidado en estas áreas de nuestras vidas (Hechos 20:28;
1Timoteo 4:16; Proverbios 4:23).

Aliviar la carga de sobre él (Éxodo 18:22-23). Un pastor testifico de un varón que está en su iglesia
que llama con frecuencia al pastor con esta pregunta: “¿Hay algo que yo puedo hacer hoy para aliviar
tu carga?” ¡Bendecido es el pastor que tiene esta clase de hombres a su alrededor! El anciano que
puede enseñar, aconsejar, etc. es de gran bendición para su pastor.

Recordar los días y momentos significativos en la vida del pastor y su familia: cumpleaños,
aniversarios, los “Día del Pastor”, etc.

Preocuparse de manera genuina por el bienestar espiritual, emocional, físico, y económico de él y su


familia. Los ancianos pueden asegurarse de que el pastor este tomando su día libre, si tiene suficiente
descanso, si está dedicando suficiente tiempo a su familia, si su sostén económico de la iglesia es
adecuado, etc.

Apoyarle en su ministerio fuera de la iglesia local. Algunos pastores sostienen también un ministerio
fuera de su iglesia, plantando o ayudando otras iglesias, dando seminarios, conferencias, etc. y otros
tipos de actividades. Ellos necesitan que los ancianos les apoyen en la iglesia local, y hasta a veces
acompañándole para ayudarle en los eventos fuera de la iglesia.

Ser un varón de Dios. un verdadero hombre “espiritual”, que busque a Dios en oración y estudie la
Palabra, con el fin de tener sabiduría, revelación, consejos acertados, etc. que compartir con el Equipo,
y con la iglesia.

Serle un verdadero “amigo”. Los ancianos deben ser confiables, practicar la confidencialidad, la
confianza, etc. En una encuesta hecha por el Seminario Teológico Fuller, de California, se descubrió
que el 70 por ciento de los pastores no tienen en su vida a alguien que puedan llamar amigo íntimo o
especial. Los pastores, aunque conocen a mucha gente y tienen muchos “hermanos”, sin embargo,
normalmente carecen de verdaderos “amigos”. Los ancianos tienen la oportunidad de llenar ese vacío
en la vida de su pastor. Si saben algo de las luchas o problemas personales o familiares del pastor, no
deben divulgarlo, sino practicar la confidencialidad. De esta forma ellos lo protegen o “cubren”. En
muchas ocasiones los pastores no pueden contar sus problemas o luchas a nadie, temiendo que
cualquier comentario será divulgado y se convertirá en chisme. Los ancianos deben ser personas de
confianza.

Los ancianos tienen la tarea doble de ministrar a la congregación, y a la vez a su pastor.

Ellos juegan dos papeles en relación con el pastor:

Los ancianos son un reflejo de él. Como Jesús fue un fiel representante del Padre, y una esposa lo es de
su marido, los ancianos son un reflejo de la vida y ministerio del pastor. Ellos reflejan el amor, el
cuidado, la visión, la sabiduría, etc. de él. De la misma manera que Jesús vino a representar al Padre y
Timoteo reflejaba y representaba (¡no remplazaba!) a Pablo, los ancianos “representan” al pastor
cuando andan entre las ovejas. Su meta debe ser siempre reflejar y representarlo –nunca reemplazarlo–
en su ministerio como ancianos. En otras palabras, no van a la gente a ministrarle con su propio plan,
agenda, o intención, sino con los del pastor a quien representan.

Son una extensión de él. Ancianos son el brazo y el corazón del pastor, extendidos hacia los que
reciben su ministración. En cierto sentido, ellos son la mano del pastor que se extiende y toca a los que
deben ser ministrados, pero que, por limitaciones de tiempo y fuerza, el pastor se ve imposibilitado
hacer. Cuando los ancianos ministran a la gente. Es como si estuviera presente el pastor
ministrándoles. De esta manera son una extensión del amor y cuidado del pastor hacia las ovejas.
Alguien dijo que el éxito de un líder es determinado por los que están más cerca de él. Los ancianos
son los que están más cerca de un pastor, y tienen en sus manos la oportunidad de fortalecer o debilitar
su vida y ministerio. Esta oportunidad es una mayordomía que los ancianos deberían de tomar en serio.

EL MINISTERIO DEL PASTOR A LOS ANCIANOS

Hemos visto numerosas formas en las que los ancianos pueden ministrar al pastor. Pero también este
puede y debe ministrar a su equipo de ancianos. A continuación, veremos algunas sugerencias de cómo
un pastor puede fortalecer su relación con los ancianos y hacer su ministerio más efectivo…
Ayudarles a descubrir sus dones y lugar en el cuerpo. Además. De servir como “anciano”, cada uno de
estos líderes debe descubrir, conocer, y cultivar sus dones espirituales. El don de uno pude ser la
enseñanza, de otro, el evangelismo, de otro, la administración, etc. El pastor tiene que invertir tiempo
con estos varones para conocer cual carga sienten y que dones tienen, para así colocarlos en el lugar
más provechoso. De esta forma cada uno será más contento y realizado, y la iglesia será beneficiada y
edificada grandemente al funcionar estos dones.

Entrenar y equiparlos para sus ministerios en la iglesia. Los ancianos no solo deben conocer sus
dones, sino ser equipados para funcionar en ellos. El pastor es el que tiene que equipar a estos varones
para sus ministerios. Si hay un ministerio apostólico en relación con la iglesia, el pastor puede valerse
de su apoyo en la tarea de entrenar y equipar a los ancianos. Este entrenamiento incluye no solo cómo
funcionar en los dones, sino también la importancia del carácter de los líderes.

Honrarles como parte del Equipo de Liderazgo. Algunos pastores parecen “olvidar” que tienen
ancianos, pues no consultan con ellos al agendar y hacer planes para la iglesia, no los incluyen en la
toma de decisiones, y se reúnen con ellos con poca frecuencia. Si el pastor consulta con ellos y los
incluye en los asuntos de la iglesia, ellos se sentirán más útiles y realizados. Ancianos frustrados me
han expresado, “mi pastor nunca consulta nada con nosotros, y la verdad es que no se para que soy
anciano en la iglesia”. En una situación parecida que recuerdo, los ancianos no eran tomados en
cuenta. Hicimos unos cambios en el funcionamiento de líderes que permitían que los ancianos tuvieran
una mayor participación. Después uno de ellos comento, “Por primera vez me siento como un anciano
en esta iglesia”. Honrarles también incluye llevarles ocasionalmente a un retiro para que sean
enseñados y refrescados, consultar con ellos en vez de tomar decisiones unilaterales, y de vez en
cuando honrarles delante de la iglesia con reconocimiento por sus labores y su apoyo valioso.

Dejarlos funcionar. A veces se da el caso en el que un pastor asigna o delega alguna área de
responsabilidad a un anciano (o algún otro líder), para después no dejarlo realmente funcionar.
Ancianos me han comentado, “mi pastor me asigna responsabilidades y luego no me deja funcionar”.
Puede haber varios motivos: una inseguridad en el pastor; el don o ministerio del líder constituye una
“amenaza” para el pastor; un complejo que toda bendición que viene a la iglesia debe venir a través del
pastor; la creencia que nadie lo puede hacer como él, etc. Parece extraño, pero estas actitudes existen
en algunos siervos de Dios. El pastor sabio, sin embargo, una vez asigna responsabilidades a sus
líderes, les deja funcionar, creyendo y confiando en ellos, y manifestando una actitud de confianza en
sus habilidades.

Ser accesible. Un líder en una iglesia me comentó que para hablar con el pastor tenía que hacer una
cita con dos o tres semanas de anticipación. Podemos imaginar la frustración de líderes como éste, que
sienten una barrera y limites en su comunicación con su dirigente. Dentro de su horario atareado y
abrumado el pastor debe encontrar tiempo para atender a estos líderes. Ellos necesitan y merecen tener
acceso a su pastor dentro de un tiempo razonable cuando hay problemas o situaciones que
comunicarle. El pastor que no proporciona esta accesibilidad, tendrá líderes frustrados.

Reunirse con ellos con frecuencia. Para orar, enseñarles, planear, y simplemente convivir. Marcos
3:14-15 dice que Jesús “estableció a doce, para que estuviesen con él, y para enviarlos a predicar, y
que tuviesen autoridad para sanar enfermedades y para echar fuera demonios…” la prioridad del Señor
en escoger y establecer a los doce era “para que estuviesen con él”. Él convivía con sus discípulos,
invertía tiempo para estar con ellos, enseñándoles y derramando Su vida en ellos. Los ancianos de una
iglesia local necesitan que su pastor haga lo mismo con ellos. Una de las cosas más difíciles para
algunos pastores es mantener esta práctica de reuniones periódicas con sus ancianos. Pero, esto solo
crea frustración e incertidumbres en ellos. Estas reuniones pueden ser mensuales, bisemanales, o
semanales. Mi opinión es que una vez al mes no es suficiente para mantener la cercanía y buena
comunicación necesarias en un buen equipo.

Llevarlos consigo ocasionalmente cuando sale a ministrar en otros lugares. Es una excelente forma de
darles entrenamiento adicional y la oportunidad de poner en práctica lo que aprendieron anteriormente.
También fortalece y enriquece la relación entre el pastor y estos líderes clave. Además de tener la
oportunidad de participar, ellos pueden observar cómo el pastor trata a la gente, manifiesta las
actitudes correctas en torno a finanzas y situaciones difíciles, y como se prepara y ministra a la gente.
Los ancianos deben aprovechar estas oportunidades de viajar y ministrar con su pastor. Cuando Jesús
escogió a los doce Marcos 3:14 dice, “y estableció a 12, para que estuviesen con él, y para enviarlos a
predicar” … la convivencia de Jesús con Sus discípulos tenia prioridad y era fundamental para que
cuando estos salieran a predicar y sanar, lo hicieran con Su corazón de amor, y en el mismo poder del
Espíritu. Nuestros discípulos también aprenden cosas importantes con nosotros en el campo de la
práctica que no pueden aprender en un salón de clases.

Amar y pastorearlos de veras. Un pastor apreciará a todos sus líderes, pero es en estos líderes clave
que él tiene que derramar su vida. Ellos, por la importancia de su ministerio en la iglesia, deben ser
pastoreados de manera especial. Son un blanco favorito del enemigo, pues a través de ellos él puede
atacar y dañar a la congregación entera. El diablo también entiende que Dios puede traer, por medio de
ellos, bendiciones enormes a una iglesia local.

Por eso procura atacar y estropearlos. La fuerza, la efectividad, y la buena marcha de la congregación
depende del bienestar espiritual de estos varones. El pastor prudente valora y cuida a sus ancianos.
Debe amar y pastorearlos, y verlos como un tesoro y un regalo de Dios.

En resumen, el pastor sabio reconocerá tres cosas importantes respecto a sus ancianos…

Aunque todos los líderes y servidores en una iglesia son importantes, los ancianos son personas clave
en la vida y desarrollo de la iglesia.

Hay que dar prioridad a estos líderes valiosos, pastoreándolos y cuidándolos.

Descuidarlos puede traer consecuencias perjudiciales. El cuidarlos traerá grandes bendiciones a la


iglesia. Alguien ha dicho, “El pastor pastorea a sus líderes, y éstos pastorean a la gente”.

Para que el Equipo de liderazgo de una iglesia funcione con armonía y efectividad, es imprescindible
que el pastor y los ancianos aprendan a ministrarse mutuamente. Al lograr hacerlo, podrán alcanzar su
máximo potencial y nivel de productividad en sus ministerios respectivos.

Su relación con otros ancianos y el Equipo de Liderazgo

El anciano tiene que recordar que es parte de un equipo, el Equipo de Liderazgo de la iglesia.

Cada anciano tiene que aprender a caminar en armonía con los otros ancianos. Sus ideas y opiniones
son importantes, pero hay otros corazones y mentes que ofrecen sabiduría, soluciones y sugerencias
además de las suyas. A veces es necesario ceder en decisiones, si su posición es diferente del consenso
del Equipo y el sentir general de lo que Dios quiere. En una palabra, cada quien tiene que respetar y
honrar a los demás miembros del Equipo.

Los ancianos deben amarse y procurar la mejor relación posible. La oración unos por otros y palabras
de estímulo ayudan mucho a mantener una calidad alta en las relaciones.

Verdadera amistad, compañerismo, y convivencias fortalecen el sentido de equipo, y enriquecen la


relación. Los ancianos ministran juntos, batallan juntos en la guerra espiritual, toman decisiones
juntos, y cada uno necesita el respaldo de los demás para que sean un equipo fuerte y efectivo.
Tiempos de convivencia (cenas, etc.) con las esposas son importantes para fomentar el sentido de
“familia” entre los ancianos. Un retiro ocasional para buscar la relación de Dios para la iglesia o
planear el trabajo del año siguiente, también fortalece su unidad espiritual.

Su relación con los diáconos y otros ministerios en la iglesia.

Estos líderes son sus colaboradores, amigos, y hermanos. Aunque los ancianos tienen autoridad en la
iglesia, deben recordar que esa autoridad se ejerce como Equipo, y que deben abstenerse de ejercerla
unilateralmente. En algunos casos algún ministerio estará bajo la supervisión de un aciano especifico,
y en esa área él sí tiene autoridad. Por ejemplo, un anciano puede ser “pastor de los diáconos”, o del
grupo de alabanza, o de algún pro ministerio.

Ancianos deben dar abundante apoyo a los otros líderes de la iglesia. Éstos esperan de parte de los
ancianos un liderazgo efectivo. Especialmente cuando uno de estos ministerios esta bajo la supervisión
de un anciano, éste debe prestar atención al progreso, las necesidades, las victorias, los problemas, etc.,
de dicho ministerio, los líderes bajo su liderazgo necesitan ser pastoreados y guiados. Hay que
sugerirles nuevas ideas, retarles a que alcancen una mayor superación y crezcan, animarles, y
manifestarles amor y cuidado.

Su relación con apóstoles y otros ministerios quíntuples

En general, a los ancianos les corresponde manifestar una actitud de respeto y honor hacia estos
siervos de Dios que se han dedicado a servir a las iglesias locales,

Cuando un ministerio quíntuple (apóstol, profeta, evangelista, maestro, o un pastor quíntuple) visita la
iglesia, los ancianos pueden, bajo la dirección del pastor, ofrecer ayuda y apoyo para atender
necesidades y hacer que su visita sea cómoda y provechosa.

Cuando se les pide, los ancianos ayudan al ministerio quíntuple a ministrar en el altar a los que pasan
adelante para ser ministrados.

Si un anciano observa alguna actitud o conducta impropia en el ministerio quíntuple, su


responsabilidad es comunicárselo al pastor. Si el pastor comparte la inquietud, los otros ancianos
deben ser consultados. Si hay alguna acción que debe tomarse para expresar la inquietud al hermano
quíntuple, los ancianos deben apoyar al pastor en hacerlo.

Los ancianos, en el libro de Los Hechos, sostenían una relación estrecha con los apóstoles en la vida de
la Iglesia, especialmente en momentos de decisiones importantes. Esto lo observamos en Hechos
capítulos 15 y 16, donde la frase “los apóstoles y los ancianos” aparece varias veces (15:2, 4, 6, 22, 23;
16:4).
Esto confirma que los ancianos (y pastores) junto con los apóstoles deben confluir en lo que es el
gobierno de una iglesia local. El pastor y ancianos atienden los asuntos ordinarios de la vida de la
iglesia: la enseñanza de la Palabra, pastoreo de las ovejas, supervisión de los varios ministerios de la
iglesia, administración de las finanzas, etc. Los apóstoles visitan de tiempo en tiempo para apoyarles
en definir la visión de la iglesia, equipar líderes, tomar decisiones difíciles, motivar, etc.
Esta confluencia de esfuerzos, planes, decisiones, gobierno, ministerio, etc. entre apóstoles y líderes
locales obedece el patrón bíblico observado en el Libro de los Hechos.

Hay un respeto mutuo que se tributa entre pastores (y ancianos) y los apóstoles. Un apóstol depende de
los líderes locales para entender con más claridad la situación de la iglesia desde la perspectiva local.
Los ancianos conocen mejor a la gente, los problemas, las necesidades de la congregación, etc. y un
ministerio apostólico hará bien en escuchar y aprender de ellos. Los ministerios quíntuples no deben
sobrepasar o hacer caso omiso de la autoridad de los ancianos, y deben respetar la autonomía de la
iglesia. Los líderes locales de la iglesia a su vez deben respetar la autoridad apostólica que Dios les
haya dado, y darle lugar para que se ejerzan en la iglesia para edificación de ella. La experiencia,
madurez, y sabiduría de estos ministerios (quíntuples) les permite ser una bendición para una iglesia
local y sus líderes. Estos dos niveles de líderes (quíntuples y locales) son un regalo de Dios el uno para
el otro. Sus ministerios convergen en la iglesia para edificar y bendecir a la congregación.

Resumen

La relación que los ancianos sostienen con otros ministerios es de gran importancia por las siguientes
razones:

La relación que llevan entre sí ayuda a establecer la atmosfera que prevalecerá en la iglesia.
Ellos son un ejemplo de cómo las relaciones entre cristianos y líderes deben funcionar.
Las buenas relaciones crean un ambiente donde el Espíritu Santo puede sentirse bienvenido.
Si existen buenas relaciones entre los ancianos, el Equipo podrá lograr mucho más en menos tiempo.
Las buenas relaciones los mantendrán unidos en un espíritu de equipo y lealtad.
Donde hay buenas relaciones habrá mayor confianza los unos con los otros.
Los ministerios quíntuples recibirán mayor bendición al visitar la iglesia.
Se ahorra mucho tiempo. En muchas iglesias una gran cantidad de tiempo se gasta reparando y
arreglando los efectos de malas relaciones. Este tiempo podría invertirse en cosas mas provechosas
para el Reino de Dios.
Es una de las maquinaciones de Satanás mantenernos en “el pozo de la desesperación” y en el “lodo
cenagoso” de relaciones desagradables y estropeadas. Cuando andamos en este tipo de relación,
estamos ayudando al enemigo a lograr su fin estratégico de debilitar la iglesia.
Cuando hay buenas relaciones entre líderes, Dios se agrada en manifestar Su presencia, los dones del
Espíritu, etc., y la gente es bendecida en un nivel mucho mayor.

Capítulo 9
El equipo de liderazgo en la iglesia.
Eclesiastés 4:9 Más valen dos que uno solo, pues tienen mejor remuneración por su trabajo. 10
Porque si uno de ellos cae, el otro levantará a su compañero; pero ¡ay del que cae cuando no hay
otro que lo levante! 11 Además, si dos se acuestan juntos se mantienen calientes, pero uno solo
¿Cómo se calentará? 12 y si alguien puede prevalecer contra el que está solo, dos lo resistirán. Un
cordel de tres hilos no se rompe fácilmente. (LBLA)

El Equipo de Liderazgo se compone del pastor y los ancianos. A veces lo llamamos el Equipo Pastoral.
Constituyen ellos el gobierno y liderazgo de la iglesia local. Hemos hablado en capítulos anteriores de
sus funciones y responsabilidades como personas. Este capítulo tratara de sus funciones como grupo, o
bien como equipo. Cada uno tiene sus funciones individuales, pero es importante cómo funcionan en
equipo, pues constituyen un ejemplo para la congregación en todas las áreas de la vida de la iglesia.

Algunas de sus responsabilidades como Equipo de Liderazgo son:

Buscar y recibir de Dios Su visión para la iglesia. Esta visión debe tener las siguientes características:

Debe ser la visión de Dios para la iglesia, no la de ellos o de algún otro líder grupo, etc.
Debe ser una sola visión. Cada anciano no pude tener una visión distinta. Eso sería división. todos
tienen que caminar bajo la misma visión general de la iglesia. Si bien cada anciano tiene una visión
para su área de responsabilidad, o ministerio particular dentro de la iglesia, su visión debe encajar y
acomodarse dentro de la visión general. Bajo ninguna circunstancia puede ser una visión diferente,
contraria, o en competencia con la visión que Dios ha dado para la iglesia. Por el contrario, debe
fortalecer y enriquecerla.
Debe ser constantemente reiterada y mantenida delante de sus ojos para servir de motivación y guía en
todas las decisiones que tome el Equipo. No la pueden perder de vista.
Debe ser la fuente de la cual brotan todos los esfuerzos, ministerios, actividades, y eventos de la
iglesia. Si la visión se define primero, nos evitamos el error de estar haciendo mil cosas “buenas” pero
no relacionadas a la visión. La visión expresa la “razón de ser” de la iglesia. Esta razón de ser apunta
todo esfuerzo hacia el blanco de la voluntad perfecta de Dios para la congragación, y el cumplimiento
de la visión de Dios para ella.

Comunicar la visión de Dios a otros líderes y a la congregación. A veces ocurre que los líderes se
preguntan por qué la gente no colabora, participa, se interesa o se involucra. En algunos casos es
porque la visión no ha sido comunicada con claridad y entusiasmo a la gente.
La trompeta ha dado un sonido incierto. “Porque si la trompeta da un sonido incierto, ¿Quién se
preparará para la batalla?” (1Corintios 14:8). La congregación ignora la visión. Desconociéndola,
los miembros no se involucran en ella.

Servir de dechado del “espíritu de equipo” para la iglesia. Como individuos hay que modelar la vida
cristiana y el liderazgo, pero como equipo han de servir de ejemplo de la unidad espiritual,
cooperación, concordia, colaboración, concordancia, el espíritu de concierto y armonía, etc. ellos
forman un pequeño cuerpo dentro del cuerpo de la iglesia local. Como tal ellos modelan para la iglesia
del espíritu de equipo.

Establecer el “tono”, el ambiente, la atmosfera de la iglesia. Es un hecho que los miembros de una
iglesia serán como sus líderes. Como ellos se traten entre sí, con amor y comprensión o bien con
aspereza y división, determinará cómo los miembros se tratarán. Si existe un ambiente de fe, gozo,
victoria, progreso y entusiasmo, no es un accidente o coincidencia; será porque los líderes han tomado
la iniciativa para establecer ese ambiente.

Planear, ejecutar y supervisar el pastoreo de la iglesia. Como equipo es su deber y responsabilidad


velar por la condición espiritual de la grey. Si bien ellos no pueden hacer todo el trabajo de visitación,
pastoreo, células, consejería, etc., sí pueden y deben preocuparse a que se haga, utilizando los dones de
otros hermanos y hermanas que puedan hacerlo y capacitándoles para que lo hagan.

Dar dirección y liderazgo a la congregación. Una iglesia necesita ser guiada o dirigida. Donde no hay
dirección sabia, caerá el pueblo... (Proverbios 11:14). Esta dirección se origina en el Equipo de
Liderazgo, no en las bancas o en las sillas de la iglesia. Esto no significa que los hermanos de la
congregación no puedan compartir sugerencias, contribuir su sabiduría, etc. deben ser escuchados y
tomados en cuenta (1Crónicas 13:1). Sin embargo, el Equipo de Liderazgo es responsable de generar la
dirección que guiará a la iglesia en la visión de Dios, y que la llevará de donde está a donde debe estar.

Supervisar el “programa” de enseñanza y predicación en la iglesia. Según la visión, las necesidades de


la gente, el nivel de madurez espiritual, y la naturaleza del ministerio de discipulado y equipamiento, el
Equipo dirige y enfoca el ministerio de la Palabra para alcanzar las metas fijadas. La predicación desde
el púlpito no debe ser “al azar”, sino según un plan. El pastor guía al Equipo en un proceso de
organizar la predicación y enseñanza que incluye los siguientes factores:

El pastor, como predicador y maestro principal, comunica su corazón y visión a la congregación por
medio del ministerio de la Palabra. Sus mensajes deben seguir un plan para llevar a la iglesia a algún
punto, hacia una meta. Esto es dar liderazgo a través de la palabra. La predicación de algunos pastores
es tan desorganizada y carente de un propósito, que la iglesia no tiene sentido de estar viajando de un
punto a otro. Más bien, vagan en un desierto de confusión y desbarajuste. He observado pastores que el
sábado no tienen idea de lo que van a compartir con la iglesia el domingo. Cada semana van en una
dirección nueva. Cristo dijo que Sus ovejas conocen Su voz y le siguen. La voz del pastor es un factor
importante en la decisión de las ovejas de seguirle o no. Su voz no debe de comunicar incertidumbre y
confusión, sino fe, confianza, y uniformidad del propósito.

Los ancianos ayudan al pastor en el ministerio de la Palabra. “Aptos para enseñar” … (1Timoteo 3:2;
5:17). Los que tienen la capacidad para comunicar enseñanzas de la Biblia deben tener la oportunidad
de hacerlo. El pastor sabio dará oportunidades para que sus ancianos compartan la Palabra y
desarrollen sus dones. Es más, los necesita. El pastor no puede hacerlo todo (quedará agotado), y la
iglesia necesita variación de dieta. Los ancianos deben reconocer que alimentar el rebaño es cosa seria
que requiere trabajo, esfuerzo, y dedicación al estudio. 1Timoteo 5:17 habla de ancianos que “trabajan
en predicar y enseñar”.

“Trabajan” como recordará viene de un vocablo griego que significa duro o arduo trabajo o labor. Si
como equipo el pastor y ancianos coordinan el ministerio de la Palabra, la iglesia los oirá como una
sola voz, con un solo mensaje, y un solo propósito. Además de los ancianos, si hay otros hermanos y
hermanas en la congregación que son buenos comunicadores de la Biblia, el Equipo bien puede
invitarles a ministrar la Palabra a la iglesia de tiempo en tiempo.

Consejos prácticos para el Equipo de Liderazgo

Concluimos con algunos consejos de naturaleza práctica para el Equipo de Liderazgo.


El pastor y ancianos deben reunirse con frecuencia: cada semana, o por lo menos cada 15 días. En las
reuniones el pastor puede enseñar y equipar a los ancianos, pueden orar juntos, tomar decisiones, o
simplemente para disfrutar del compañerismo. Estas reuniones son importantes para mantener la
unidad espiritual entre ellos, y para evitar el factor o sentido de “larga distancia” en su relación y
comunicación. Muchos problemas entre pastor y ancianos tienen su raíz en la falta de buena
comunicación y cercanía.

El pastor debe pastorear a sus ancianos. Ellos son sus líderes más importantes. De ellos depende la
buena marcha de la iglesia. Él tendrá que pastorear a otros líderes también, por su puesto. Pero debe
dar prioridad a los ancianos. Ellos son el eslabón entre el pastor y la iglesia. Como alguien comentó,
“El pastor no debe pastorear a la iglesia; él pastorea a sus líderes y estos pastorean a la iglesia”.

El pastor y ancianos de una iglesia deben recordar que están caminando en un pacto de fidelidad y
lealtad los unos para con los otros. Debe haber una renuencia a expresar o escuchar comentarios
negativos respecto a otros miembros del Equipo. La lealtad nos compromete a hablar bien de los
demás. Cuando hay algún conflicto, el afectado debe ir directamente a su hermano a aclarar o
esclarecer cualquier malentendido. Dentro del Equipo existe la obligación de ser humildes, rechazar el
orgullo, pedir perdón cuando es apropiado, y perdonar al hermano. Esto asegura que guardarán “la
unidad del Espíritu en el vínculo de la paz”. ¿Cómo puede esperar el Equipo que la iglesia practique el
perdón, la armonía, y la unidad, si el mismo Equipo no lo vive y ejemplifica?

Cada anciano debe tener alguna área asignada que este bajo su responsabilidad. Uno puede ser
responsable por el discipulado, otro por el ministerio de alabanza y adoración, o la administración, o
las células, o la juventud, o la intercesión, o evangelismo, etc. según su capacidad y tiempo disponible,
algunos ancianos pueden ser responsables de más de una sola área. Cuando estas áreas están
designadas a los ancianos, según sus dones y capacidad, el Equipo puede funcionar de una forma
coordinada, y cada uno sabrá exactamente lo que se espera de él. Esto hace posible evitar la confusión.

Los ancianos tienen que recordar que donde tienen responsabilidad, tienen autoridad. Junto con la
responsabilidad va la autoridad. Por eso, deben evitar la tentación de ascribirse en áreas que estén bajo
la supervisión de otros ancianos. Como equipo toman decisiones que afecta a toda la iglesia con sus
múltiples ministerios. Como individuos tienen que respetar el área ministerial de los demás líderes, y
no extralimitarse.

El pastor principal (como primus inter pares) es cabeza del Equipo de liderazgo. Él dirige al Equipo,
dándoles liderazgo, compartiéndoles su visión, y sirviéndoles de ejemplo. Los ancianos deben amar y
respetar al pastor como su líder. Deben sujetarse a su autoridad, caminar bajo la visión que Dios le ha
dado, y trabajar en armonía con él.

El equipo de liderazgo (pastor y ancianos) en conjunto constituyen la cabeza de la iglesia. Actúan


como una sola voz y una sola autoridad cuando se trata de sus acciones, decisiones y liderazgo en la
iglesia. Deben trabajar y actuar en concierto y unidad de propósito. Cuando hay asuntos serios que
tratar con algún miembro de la iglesia, deben proceder como un solo cuerpo, y no independientemente.
Actuar juntos muestra que la autoridad del Equipo de Liderazgo está respaldando cualquier decisión, y
que no es la decisión de un solo hombre. Esto le da una enorme ventaja al Equipo, evitando que algún
miembro tome una actitud negativa hacia el pastor o un anciano. Cuando la iglesia los ve unidos en sus
decisiones y acciones, se reduce la tendencia de culpar o acusar a un individuo de hacer acepción de
personas, etc.
Cuando el pastor asigna un área de responsabilidad, (o sea un ministerio), debe entrenar al anciano
para funcionar en ella. Ancianos tienen dones, pero necesitan cultivar y desarrollarlos, y les falta
entrenamiento para funcionar con éxito en ellos. Si no lo reciben, pueden desanimarse y perder su
motivación.

Cuando el pastor asigna un ministerio a un anciano, debe dejarle funcionar en él. Hemos visto a
pastores que delegan responsabilidad y asignan ministerios, y luego no dejan que la persona no lleve a
cabo su ministerio. No les dejan tomar decisiones o implementar planes dentro de su área. Cada vez
que se mueve con iniciativa, sus acciones son cortadas. El pastor tiene que aprender a tener confianza
en sus ancianos y darles libertad para funcionar.
Cuando un anciano tiene su área de ministerio asignada y tiene libertad para proceder, debe actuar
con iniciativa y empeño. Uno de los motivos porque pastores no delegan responsabilidades a otros con
confianza se debe a las malas experiencias con líderes que no cumplen. Es necesario que un anciano le
demuestre el pastor que es digno de confianza y que será responsable en el cumplimiento de sus
deberes.

A continuación, presentamos un diagrama de la formación y las funciones de un Equipo Pastoral


(Equipo de Liderazgo) de una iglesia local. Es solamente un ejemplo, y el número de ancianos, sus
ministerios, etc. puede variar de iglesia en iglesia.

Como se aprecia en el diagrama, el pastor (pastor principal, o anciano principal) es el centro y cabeza
del Equipo de Liderazgo. Los ancianos no están debajo de él (como en un organigrama) sino que lo
rodean con el fin de apoyarle con el gobierno y los ministerios de la iglesia. Algunos ancianos tienen
una sola área bajo su supervisión, y otros más de una. Este factor depende de sus dones, su habilidad,
su disposición y diligencia, y el tiempo disponible para servir. El pastor debe cuidar a sus ancianos en
el sentido de no cargarles con demasiadas responsabilidades.

Otro factor importante es que cada anciano, en su área respectiva de responsabilidad, puede tener un
equipo para apoyar y ayudarle con ese ministerio. Por ejemplo, el anciano encargado del ministerio de
evangelismo puede tener un grupo de personas escogidas de la congregación (con el don
correspondiente) para ayudarle con la evangelización. De hecho, puede tener activos hasta varios
equipos: uno de jóvenes, otro de mujeres, etc. El anciano que dirige el ministerio de visitación puede
entrenar y supervisar un equipo para visitación de enfermos, otro para hermanos descarriados, otro de
seguimiento de personas que visitan la iglesia, etc. Cada uno de estos equipos debe tener su encargo, o
responsable, pero el anciano que lo supervisa es, en última instancia, responsable delante del pastor por
el éxito y la buena marcha de cada ministerio bajo su liderazgo.

El anciano designado para dirigir a los diáconos lleva una responsabilidad considerable. Él pastorea a
los diáconos (y sus familias), los entrena, motiva, organiza, y supervisa. El más apto entre los diáconos
puede ser designado como diacono principal, y su responsabilidad es coordinar, bajo la supervisión del
anciano responsable, el trabajo de los diáconos. Inclusive, cada una de las áreas del diaconado (como
aseo, mantenimiento, adorno del local, el cuidado de los instrumentos y equipo de sonido, grabación
de CDs, venta de libros, ujieres, cocina, eventos, etc.) puede tener un diácono, o diaconisa, que esté al
frente de dicha área, con su respectivo equipo de colaboradores. (Vea la obra del autor sobre el
ministerio de los diáconos). Y así funciona cada uno de los ancianos y sus áreas de responsabilidad, o
ministerio.

Conclusión

En esta página hemos tratado de dar una reseña de la persona, la vida, y el ministerio de los ancianos
de las iglesias locales. No deseamos terminar el libro sin dar reconocimiento y honor a estos siervos de
Dios.

Es cierto que, por la importancia de su ministerio en la iglesia, tienen el potencial para ser la causa del
dolor y desilusión a los pastores. Muchos lo han sido, dando lugar a chistes como el del pastor que no
quería ir al cielo por que leyó en el Apocalipsis que habrá 24 ancianos allí. Cierto es que cada anciano
debe guardar su corazón sobre toda cosa guardada, porque de él mana la vida (Proverbios 4:23). Es
verdad que cada uno de estos servidores debe cuidarse y no dejar que el espíritu de orgullo e
independencia, o alguna raíz de amargura brote en su corazón. Es cierto que no deben dejarse usurpar
la autoridad que le pertenece al pastor, o a otro líder. No deben darse el lujo de ser desleales al pastor o
al Equipo de Liderazgo de la iglesia. Y así sonamos la trompeta de advertencia y amonestación para
que ninguno caiga en estas trampas del enemigo.

Pero, hay otra trompeta que debe sonar también –la que honra y alaba a los siervos del Señor que
sirven de manera fiel y leal en el ancianato. Ellos sacrifican su tiempo, sus esfuerzos, y hasta sus
propios recursos para servir a la iglesia. Merecen ser reconocidos y honrados por su fidelidad. Su vida
y sus dones son un regalo de Cristo a su iglesia. Ellos son como los setenta varones ancianos que
aliviaron de sobre Moisés la carga de los problemas de la gente (Números 11:14-17). Son como los
“varones de virtud, temerosos de Dios, varones de verdad, que aborrecen la avaricia… los jefes de
millares, de centenas, de cincuenta y de diez” que ministran al pueblo y llevan la carga con el pastor
(Éxodo 18:21-22).

Su ministerio es de gran bendición a la iglesia. Los pastores y las iglesias locales los necesitan. Sus
vidas bendicen a mucha gente. Funcionan como “pastores de las ovejas” que apacientan, protegen y
guían las ovejas. Son columnas en la casa de Dios que ayudan a sostener el techo (la cobertura) que
Dios extiende sobre la iglesia por medio de ellos la iglesia recibe los cuatro beneficios de la cobertura
espiritual, que son: 1) la protección, 2) la provisión, 3) dirección, o propósito, y 4) la pureza moral,
espiritual, y doctrinal. Que Dios bendiga y corone a toda iglesia y a todo pastor con un número
adecuado de estos servidores de Cristo –los ancianos de las iglesias locales. Donde quiera que el pastor
y los ancianos aprendan a caminar y trabajar en equipo y en unidad, allí estará la presencia del Príncipe
de los pastores con Su rebaño.

Capítulo 10
La disciplina en el (circulo intimo).
Contra un anciano no admites acusación sino con dos o tres testigos. A los que persisten en pecar,
repréndelos delante de todos, para que los demás también teman. 1Timoteo 5:19-20

Cuando los líderes escuderos fallan

Los líderes escuderos son causa de gran gozo y apoyo para el pastor principal de un rebaño, o bien,
motivo de gran dolor y angustia. Por lo general son una bendición enorme. En 1 Timoteo 5:17-18,
Pablo expresa el beneficio que son “los ancianos que gobiernan bien” y “trabajan en predicar y
enseñar”. Luego agrega que estos líderes deben ser debidamente recompensados.

Por desgracia, hay ocasiones cuando la conducta de un miembro del círculo íntimo del pastor no
cuadra con los requisitos dados en 1Timoteo 3:1-7 y Tito 1:5-9 cuya conducta debe ser irreprensible.
Cuando esto ocurre, ¿Cuáles son las medidas de disciplina que deben ser aplicadas? ¿Cómo deben
responder el pastor principal y los demás ancianos? Para responder esta pregunta, a continuación,
presentamos varios puntos de vista que deben ser tomados en cuanta.

Un vistazo a 1Timoteo 5:17-22

El contexto habla de ancianos, no de otros líderes de la iglesia. Dichos ancianos ejercen un rol pastoral,
están estrechamente relacionados con el pastor principal, y son responsables de cumplir funciones
pastorales. Por eso merecen consideración especial. Habiendo sido escogidos como personas de vida
cristiana ejemplar y de capacidad extraordinaria, ocupan un lugar de liderazgo singular que los
distingue de otros líderes de la congregación. Entra en juego el principio expresado por Jesus en Lucas
12:48 “porque a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará; y al que mucho se
le haya confiado, más se le pedirá” (juicio más severo). En privilegios y responsabilidad los ancianos
reciben “más”, y Dios espera más de ellos. Desde luego, esto incluye también al pastor principal del
rebaño, quien además de ser “pastor”, es “anciano” en la iglesia y sujeto a los mismos principios
pertinentes. Estos ancianos son tenidos por personas espirituales, maduras y sabias. Deben ser
“ejemplos de la grey” (1Pedro 5:3), y el testimonio de su vida es de suma importancia.

Protección contra acusaciones injustas. 1Timoteo 5:19 dice: “contra un anciano no admitas acusación
sino con dos o tres testigos”. La protección consiste en la prohibición de admitir una acusación contra
un anciano por parte de una sola persona. Sin duda alguna, Pablo tuvo en mente el principio bíblico de
Deuteronomio 19:15: “no se tomará en cuenta a un solo testigo contra ninguno en cualquier delito ni
en cualquier pecado, en relación con cualquier ofensa cometida. Solo por el testimonio de dos o tres
testigos se mantendrá la acusación”. Los siguientes versículos (16-19) advierte que, si un acusador
presenta una acusación falsa, deberá sufrir el castigo que el acusado habría recibido. Acusar de
conducta impropia a un anciano es cosa seria y se prohíbe hacerlo sin presentar por lo menos a dos o
tres testigos que corroboren la acusación. Los “testigos” pueden ser: otro(s) anciano(s), algún miembro
de la iglesia, o incluso alguien de “los de afuera” que tenga una queja contra el acusado.

Cuando el líder es culpable… (ver. 20), ¿… pero de qué? El contexto habla de una falta grave, como
cuando un líder de esta categoría se encuentra “en pecado”. Pero nuestro propósito aquí es trazar el
proceso de disciplina de ancianos/líderes cuya conducta necesita disciplina, ya sea por faltas serias o
por faltas menos graves. Hay otras “faltas” que pueden ameritar poner un anciano/líder en disciplina o
removerlo temporalmente de su liderazgo:

Incumplimiento en sus deberes (falta consistente de asistencia o impuntualidad persistente a reuniones


o juntas, deficiencias en sus funciones, carencia de calidad en su trabajo, responsabilidades dejadas de
lado, etc.). Recuerdo el caso de un pastor en Centroamérica quien tuvo que ser removido de su
pastorado por un tiempo. Se mantenía constantemente en un estado de desánimo, se quejaba de la
carga ministerial, no atendía sus responsabilidades pastorales, etc. Pusimos a otro varón en su lugar por
cuatro meses. Al cabo de ese tiempo el pastor se sentía renovado y pudo volver a su pastorado y
continuar su ministerio con una actitud positiva.

Problemas en su matrimonio o familia. Aquí no me refiero a cosas como infidelidad, abusos físicos o
sexuales, etc.; sino a cosas como desobediencia o rebeldía de los hijos, y falta seria de armonía, mala
comunicación con la cónyuge, separación temporal, y otras cosas que pudieran estigmatizar y convertir
su vida de hogar en un mal testimonio. En este tipo de situación es prudente que “descanse” des sus
responsabilidades por un tiempo con el fin de poner en orden su casa.

Conducta que cause daño al testimonio de la iglesia local y del evangelio (deshonestidad en asuntos
financieros, engaño en los negocios, mentira, etc.). En fin, conducta que presente mal testimonio
delante del mundo o de la iglesia.

Malas actitudes (ambición carnal, malas relaciones con la gente, soberbia, desobediencia, etcétera.)

Conducta impropia con personas del sexo opuesto (coqueteo, comentarios o contactos inapropiados,
etcétera.)

Estas faltas ocasionan la necesidad de corrección y disciplina, pero, como ya se mencionó, no se tratan
de faltas graves como en el caso del adulterio, robo de dinero de la iglesia, insubordinación, rebeldía y
similares.

Son más bien casos que normalmente pueden ser tratados por el pastor y su equipo de liderazgo (de
más pastores o ancianos) sin necesidad de involucrar a la congregación en el asunto. Con frecuencia, la
“disciplina” consiste en que el anciano/líder “se siente” o “descanse” de sus labores por un tiempo
estipulado por el equipo de liderazgo de la iglesia. El tiempo depende de la seriedad de la conducta
considerada.

El propósito de la disciplina. Recordemos que el propósito de la disciplina:


No es el de “castigar” a la persona
Es restaurarlo (Gálatas 6:1). Es decir, llevarlo al arrepentimiento (cambio de actitud y conducta) para
que puedan seguir siendo un siervo útil en la casa de Dios “así que, si alguno se limpia de estas cosas,
ser instrumento para honra, santificado, útil al Señor, dispuesto para toda buena obra” (2Timoteo
2:21)
También es el de proteger a la iglesia de una conducta inaceptable que pudiera dañar a otros creyentes
y el testimonio de la iglesia. Por esto, es necesario remover a dicho líder de su puesto de liderazgo de
manera permanente o temporal.

1Timoteo 5:20 presenta el caso de un líder cuya falta y veracidad de la acusación han sido
comprobadas por testigos. ¿Qué instrucción da Pablo en estos casos?
A los que persisten en pecar, repréndelos delante de todos, para que los demás también teman. Creo
que esta disciplina consiste en dos fases: 1) una “reprensión”; y 2) alguna medida de disciplina.

Una reprensión. Repréndelos… la palabra significa darle al ofensor una reprimenda, una palabra de
corrección delante de todos. La reprensión puede incluir lo que se esperaba del líder y en que consiste
su falla. No hay necesidad de entrar en detalles pues el propósito es informarles a las personas
pertinentes del asunto –no avergonzar al líder ofensor.
“delante de todos”. No hay total concordancia entre los comentaristas en torno al significado de
“delante de todos”. Algunos creen que significa delante de toda la iglesia. Para otros delante de los
otros ancianos. Y todavía otros, delante de todos los líderes de la iglesia. También puede indicar
todas las personas afectadas por la falta. San Agustín, el teólogo del siglo IV, dijo que la reprensión
debe ser solo tan inclusiva como la ofensa. Es decir, no hay necesidad de involucrar a personas en el
asunto de reprensión y disciplina que no fueran afectadas por la ofensa. La naturaleza y extensión de
la reprensión dependen de la naturaleza y la extensión de la ofensa.

En fin, son las personas que aplican la disciplina quienes tienen que decidir la extensión o amplitud del
grupo que deba ser informado de los acontecimientos. Si estos juzgan que sería dañino informar a la
congregación –la cual se compone de nuevos creyentes, así como de creyentes maduros– entonces es
prudente limitar la dimensión del grupo informado. Hay casos que ameritan que se informe a toda la
iglesia, por la seriedad de la ofensa. Pero en faltas menos graves, por lo general no es necesaria una
reprensión publica, aunque puede ser necesaria alguna medida de disciplina.

La actitud de los que disciplinan. Gálatas 6:1 acentúa tres cosas vitales en la restauración de nuestros
hermanos en la casa de Dios: “hermanos, si alguno fuere cometido en alguna falta, vosotros que sois
espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú
también seas tentado”.

Los restauradores deben ser “espirituales”, es decir, sabios, espiritualmente maduros y capaces de
enfrentar situaciones difíciles con la mente de Cristo.
Deben ejercer la obra de restauración “con espíritu de mansedumbre”, es decir, con humildad, nunca
con aires de superioridad o condescendencia.
Deben recordar que ellos también tienen debilidades en sus vidas y son susceptibles a caer en
tentación: “no sea que tú también seas tentado”. La actitud orgullosa de afirmar “yo nunca podría ser
tentado en esa área”, es descartada por Pablo en 1Corintios 10:12: “así que, el que piense estar firme
mire que no caiga”.

El propósito de la “reprensión”. Para que los demás también teman… ver. 20b. la reprensión y la
disciplina han de servir como medida disuasiva –un freno, una advertencia– para que “los demás” no
caigan en la misma trampa. Al observar los demás la vergüenza y el dolor que pasa uno que ha violado
sus principios y cedido a la tentación y cae en un comportamiento impropio, son fortalecidos en sus
propósitos de andar en un camino de obediencia y cumplimiento. La palabra teman expresa la
esperanza de que el proceso de disciplina creará “el temor del Señor” en otros. Esto debe reducir la
incidencia de vida y en testimonio de otros líderes (véanse Hechos 5:5, 11; Éxodo 20:20; Proverbios
14:27;16:6).

Un propósito importante al disciplinar es mantener a la iglesia del Señor pura y santa. Dios se
preocupa por el bienestar y restauración de un líder caído, pero también interesa mantener a su pueblo
como “una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y
sin mancha” (Efesios 5:27). No debemos tolerar “manchas y arrugas” en la congregación, mucho
menos en el liderazgo.

¿En qué consiste la disciplina?

Hay varios tipos de faltas, y la disciplina debe aplicarse de acuerdo con el tipo de problema enfrentado.

Faltas no “cometidas”. Son situaciones que surgen en la vida de líderes, no causadas por mala
conducta u ofensas cometidas. En estos casos no es “disciplina” la que se aplica, sino simplemente un
ajuste en sus responsabilidades. Por ejemplo:

El anciano tiene un nuevo empleo más comprometedor y ahora no dispone del tiempo necesario para
funcionar como parte del equipo de liderazgo de la iglesia. Ya no tiene tiempo de asistir a las juntas y
participar en sus ministerios como antes. Su disponibilidad se ha reducido. En este caso la persona deja
de funcionar como anciano hasta que sus circunstancias de empleo cambian favorablemente. Es
removido de su puesto de liderazgo no por una falta, sino por un cambio en sus circunstancias de vida
o empleo. Si su situación cambia puede ser reinstalado posteriormente como anciano.
El líder pasa un tiempo difícil en su matrimonio o familia. Si se trata de problemas de considerable
seriedad –circunstancias que están dañando su testimonio, o perjudicando a su esposa o hijos–
entonces lo más conveniente es que sea eximido de sus responsabilidades y removido del liderazgo por
un tiempo. Como se mencionó arriba, esto le permitirá dedicar tiempo y atención a las necesidades de
su hogar. Si arreglas satisfactoriamente sus problemas, puede servir nuevamente como líder escudero
en el equipo del pastor.

Faltas “menores”. Son casos de ancianos cuya falta es incumplimiento, faltas constantes a reuniones o
juntas, deficiencias en sus funciones y trabajo, falta de responsabilidad en su ministerio, mala actitud,
conflictos con la gente, conducta oscura o sospechosa que ponga una sombra sobre su testimonio o
dañe a su familia o al rebaño, etc. Llamar “menores” a estas faltas no significa que no sean importantes
o serias. Simplemente significa que no conllevan la gravedad o seriedad de otras como adulterio, robo,
asesinato, etc. De hecho, estas faltas “menores” no se clasifican como pecados, sino como deficiencias
que pueden corregirse si la persona está dispuesta a cambiar.

Podemos preguntar ¿si solo son diferencias, merecen “disciplina”? la respuesta es sí, en casos cuando
la persona ha sido amonestada y no acepta corregir su falta. Disciplina, primero que todo, es
corrección, y esta es necesaria cuando el ofensor se niega a aceptar corrección. Esto puede resultar en
la destitución permanente de su cargo. Si el líder se muestra dispuesto a corregir la falta, entonces
establece el tiempo de disciplina (en la que no participa en su cargo normal), para que se dedique a
corregir la falta. El tiempo es determinado por la gravedad de la falta: uno, tres o seis meses, un año, o
bien un tiempo indefinido. También depende de la actitud del líder en cuestión, quien debe demostrar
una buena actitud y fruto de un verdadero cambio. En algunos casos la disciplina se aligera cuando se
ven buenas actitudes y cambios positivos. Al líder en cuestión el pastor debe asegurarle que lo ama y
desea ayudarle a superar su problema y volver a su puesto de liderazgo. Los demás ancianos también
deben demostrarle una actitud de amor y apoyo, lo cual se puede hacer sin aprobar la mala conducta de
la persona.

Hay problemas de conducta que en muchos casos se pueden resolver con una confrontación y
exhortación de parte del pastor y demás ancianos. Si la persona acepta la corrección y cambia su
conducta, puede seguir adelante sin que ocasione mayor necesidad de disciplina. Pero si no cambia su
comportamiento, entonces se hace necesario ponerlo en disciplina: “a los que persisten en pecar…”
los pasos pueden ser así:
El pastor principal exhorta a la persona.
Si la persona persiste en su conducta negativa, se le llama delante del equipo de liderazgo y es
amonestada por todo el equipo (pastor y demás ancianos).
Si aun así el ofensor no hace ningún cambio en su conducta y actitud, entonces se le aplica la
disciplina correspondiente.

Faltas “mayores”. Ahora bien, ¿Qué disciplina debe aplicarse a un líder pastoral (pastor principal o
anciano), cuando comete una falta grave? Faltas de esta magnitud incluyen fornicación, adulterio, robo
del dinero o materiales de la iglesia, rebeldía, conducta moral impropia, divorcio (en algunos casos),
etc. Aquí caminamos donde los ángeles temen pisar. Existen tantas opiniones distintas entorno a la
forma correcta de disciplinar al ofensor en estos casos, que uno siente renuncia a entrar en esta
“jungla”. Sin embargo, creo que es necesario hacer un intento de traer claridad a un asunto que
preocupa a muchos líderes en el Cuerpo de Cristo, siervos apresados entre el deseo de hacerlo bien y el
temor a hacerlo mal.

Los dos extremos. Existen dos extremos los cuales creo que haremos bien en evitar:
Destitución permanente (énfasis en la pérdida total de confianza). Esta posición destituye de manera
permanente e irreversible al pastor o anciano de su liderazgo en la iglesia. En el caso de una caída
moral, el líder nunca más podrá servir en un ministerio de naturaleza pastoral. A demostrado ser
incapaz e indigno de estar a cargo de o dirigir a las ovejas del Señor, y por ende ha perdido la
capacidad de ser “un ejemplo de la grey”. Muchos maestros, eruditos y pastores toman esta posición,
creyendo que el líder puede ser perdonado y restaurado en su vida espiritual pero no en su ministerio.
Restauración inmediata (fuerte énfasis en la gracia). El otro extremo es el de “restaurar” al líder o
pastor a su ministerio con una rapidez que algunos consideran prematura. Algunos ministerios e
iglesias “restauran” a pastores o lideres caídos y los reposicionan casi de inmediato al ministerio
cristiano con relativa facilidad, con tal de que el líder caído diga que se ha arrepentido y ya está bien.
Estos hacen hincapié en la gracia de Dios que cubre todo pecado y en el amor de los unos por los otros
que cubre todas las faltas. Razonan: “si el arrepentimiento es suficiente para ser restaurado a l
ministerio, y si Dios perdona todo pecado ¿Por qué es necesario un largo y penoso proceso de
restauración?”. Tal fue el caso de un pastor en California; después de una caída moral, no acepto la
restauración y se fue a otra iglesia donde fue aceptado y puesto en el equipo de liderazgo. En poco
tiempo estaba predicando en la nueva congregación. En otro caso, después de una caída mortal el
pastor fue recibido de inmediato por otra “cobertura”. Acto seguido, el pastor caído comenzó una
nueva congregación con gente de su iglesia anterior –todo con la aprobación de su nueva cobertura.

La necesidad de equilibrio. Aunque hay algo de verdad en cada una de estas posiciones, creo que hay
una posición mejor –la de equilibrio: un líder caído puede ser restaurado a su ministerio, pero
después de un proceso apropiado y exitoso de verdadera restauración. Consideremos algunos puntos
importantes:

Arrepentimiento no equivale a restauración. El arrepentimiento es solo el punto de partida, el primer


paso; prepara el camino para que la persona pueda ser restaurada. Pero no son una y la misma cosa. He
trabajo con líderes caídos arrepentidos, pero lejos de ser restaurados. Restauración es el proceso de
descubrir las causas de la caída y eliminarlas del corazón. Es restaurar la relación conyugal. Significa
volver a ganarse la confianza de la gente y de la familia. Es demostrar el fruto de verdadero
arrepentimiento. Alguien dijo: “no mires donde caíste sino donde resbalaste”. Es volver un poco más
atrás, descubrir los factores que causaron la caída, y corregirlos. Por ejemplo, el orgullo es uno de los
factores y debe ser reconocido y erradicado del corazón. A menudo las dificultades serias en el
matrimonio también son otra causa y estos deben ser arreglados. Las heridas deben ser sanadas, la
lujuria eliminada, los hábitos cambiados, y deben formarse nuevos propósitos. El verdadero
arrepentimiento significa reconocer y reparar el daño ocasionado en otras vidas. La mejor definición de
arrepentimiento que conozco es: comenzar a hacer las cosas que deberíamos haber estado haciendo, y
dejar de hacer las cosas que no deberíamos haber estado haciendo.

Perdón no es restauración. Dios nos perdona en su misericordia y conforme a sus promesas, pero eso
tampoco es restauración. Como en el caso del arrepentimiento, el perdón de Dios hace posible que
seamos restaurados y pone en marcha el proceso. Así mismo el perdón del o la cónyuge también nos
libera para que Dios lleve a cabo la obra de restauración.

“Restauración rápida”. Creo que una “restauración rápida” es como poner un curita sobre una herida
infectada y profunda Jeremías expreso su preocupación por esto cuando proclamo: “y cura la herida
de mi pueblo con liviandad, diciendo: Paz, paz; y no hay paz” el mero hecho de decir “estoy
arrepentido” no produce la hora profunda del Espíritu Santo en el corazón. La persona cuya
restauración queda incompleta está más propensa a caer otra vez. En primer lugar, si los ingredientes
que provocaron la caída no son eliminados o arreglados, es probable que con el tiempo se vuelvan a
manifestar, causando una recaída. Un pastor que fue sometido a un proceso de disciplina por faltas
morales, incluyendo la pornografía, escondió sus DVD’s pornográficos en vez de destruirlos. Seis
meses después de volver a su ministerio, en un momento de debilidad los busco y comenzó a verlos
nuevamente. Uno de los pasos esenciales de la restauración, después de una caída moral, es separación
total de todo elemento que contribuyo a la caída: objetos, personas, lugares, situaciones, etc. La
persona que no de este paso será mucho más vulnerable a una recaída. “el que encubre sus pecados no
prosperará; mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia” (Proverbios 28:13 énfasis del
autor).

¿Un pastor o anciano puede ser restaurado? Por otro lado, ¿es correcta la posición de que un pastor o
anciano caído nunca podrá ser restaurado al ministerio pastoral (el ministerio del anciano también,
como hemos visto, es “pastoral”)? Mi respuesta a esta pregunta es: No, no creo que esa sea una
posición correcta. Creo que un pastor o anciano si puede ser restaurado, no solo en su vida espiritual,
sino también en su ministerio.

¿En qué me baso para hacer esta afirmación? Conozco lideres (pastores, ancianos, misioneros) que
tuvieron una caída moral, pero que ahora están ejerciendo ministerios exitosos, con fruto abundante y
la bendición de Dios. por supuesto, hay otros que no aceptaron el proceso de restauración y hoy están
fuera del ministerio. Otros abortaron la consejería y obra de restauración, y muchos de ellos se fueron
con quienes les dieron una “restauración instantánea”. Hoy continúan en un ministerio, pero con poco
éxito y sin la bendición manifiesta de Dios, pero el hecho de que alguno rechacen una restauración
genuina y han naufragado en su vida y ministerio no cambia la verdad de que hay casos de verdadera
restauración después de una caída.

Por qué siete veces cae el justo, y vuelve a levantarse; más los impíos caerán en el mal (no se
levantan) Proverbios 20:16.

Cuando el hombre cayere no quedara postrado, porque Jehová sostiene su mano. Salmo 37:24.

¿Cuánto tiempo debe de durar el tiempo de disciplina y restauración en los casos de “faltas mayores”?
en mi opinión nunca debe ser menos de un año. La actitud y repuesta positivas de la persona en
disciplina pueden afectar el factor tiempo. Después de ese tiempo se debe evaluar si la restauración
está completa o si se requiere más tiempo y trabajo. En muchos casos se requieren de dos o a tres años
para completar la obra de restauración y para hacer que el líder vuelva a ganarse la confianza de la
gente.

¿Qué hace el líder caído durante la restauración? Durante el tiempo de restauración el líder caído no
está sentado, mirando el reloj o contando los días para volver a estar activo en ministerio. El líder en
disciplina…

Se abstiene de sus actividades ministeriales o de liderazgo.


Recibe consejería con buena actitud y fielmente pone en práctica los consejos compartidos (incluye
aceptar pacientemente y con buena actitud el tiempo estipulado por sus autoridades para su
restauración).
Corrige las deficiencias en su matrimonio (si fue una falta moral), restaurando las áreas como la
comunicación, la confianza, la vida íntima, sanando heridas, etcétera.
Se separa totalmente de toda influencia que contribuyo la caída: personas, lugares, objetos, imágenes,
y corta definitivamente con todas ellas.
Vive su vida cristiana (delante de Dios y de la iglesia) con una constancia que manifiesta a todos que
ha ocurrido un cambio profundo a su vida.
En la medida de lo posible restituye lo requerido a las personas dañadas por su falta. Si la falta tuvo
que ver con dinero, se compromete a restituir todo dentro de un tiempo racionable.
Les pide perdón a las personas afectadas por su falta y trata de restaurar relaciones, amistades, etcétera.
Trabaja en la eliminación de actitudes y factores espirituales que contribuyeron a su caída: orgullo,
lujuria, sentirse con “derecho a”, autocompasión, enojo, codicia, etcétera.
Se esfuerza en el fortalecimiento de su carácter: el fruto del Espíritu, honestidad, integridad,
responsabilidad, y otras cualidades indispensables en la vida de un siervo de Dios.

No todos pueden ser restaurados. Debemos estar conscientes de que algunos no aceptarán la disciplina
y se irán. Cuando esto ocurre debemos dejarlos ir. Habrá la tentación de reducir o aligerar la disciplina
para que se queden. Alguien dijo: “hay algo peor que entrenar a sus líderes y luego perderlos: es no
entrenarlos y quedarse con ellos”. Yo quisiera agregar: hay algo peor que disciplinar a sus líderes y
luego perderlos: es no disciplinarlos y quedarse con ellos.

¿Cuándo un líder culpable de una falta seria no puede o no debe ser restaurado en su ministerio?
(siempre debemos procurar la restauración de su vida espiritual personal).

Cuando se va de la iglesia por vergüenza, o por el complejo de ser maltratado, mártir, etc., o para
escapar de una obligación. Un anciano pidió prestado dinero de una hermana de la congregación (¡cosa
que nunca debe practicarse!) y después, en vez de pagarle, se fue de la iglesia.
Cuando el líder se queda den la iglesia, pero no está dispuesto a pagar el precio de una restauración
genuina. Ejemplo: sigue pasando tiempo con una persona involucrada en su caída, sigue viendo
pornografía, no pone en práctica los consejos recibidos de sus autoridades, culpa a otros por su
problema, toma la actitud de autocompasión etcétera.
Cuando no muestra fruto de un verdadero cambio (Mateo 3:8).
Cuando la falta se da a conocer a la comunidad y es un mal testimonio para “los de afuera”. 1Timoteo
3:1-7 presenta cualidades necesarias en la vida de este nivel de líder en la iglesia, uno de las cuales es
(ver. 7): “también es necesario que tengan buen testimonio de los de afuera, para que no caiga en
descredito y en lazo del diablo”. (véanse también: 1Corintios 10:32; Filipenses 2:15; Colosenses 4:5;
1Tesalonisenses 4:12, 1Timoteo 5:14; 6:1; Tito 2:8, 10; 3:1-2).
Cuando las consecuencias de las faltas son devastadoras o determinantes para la iglesia; un ejemplo es
cuando la falta causa un escándalo fuerte que afecta a mucha gente, no solo en la iglesia, sino en la
comunidad alrededor. El efecto es que la gente pierde de manera irreparable la confianza en el líder. El
impacto negativo de restablecer al líder caído en su ministerio sería tan fuerte que dañaría seriamente
la iglesia. Por ejemplo, hubo un pastor que sostenía relaciones íntimas con una jovencita menor de
edad en la iglesia. Cuando todo salió a la luz la noticia también fue anunciada en los periódicos y
canales de TV de la ciudad. El pastor termino en la cárcel. Después de estar en la cárcel habría sido
imposible reinstalarlo en su puesto pastoral. Intentarlo sería devastador para la iglesia.
Otro ejemplo es cuando la indolencia y descuido llevan a la iglesia a la rutina. Tuvimos un caso en
Centroamérica. El pastor de una pequeña congregación comenzó a descuidar su vida y su iglesia en tal
grado que dejo a la iglesia prácticamente vacía. Fue necesario reemplazarlo por otro pastor, el cual
tiene ahora una congregación bonita y creciente. En otro caso, para comprar una propiedad para la
iglesia el pastor tomo la imprudente decisión de comprometer a su gente muchísimo más allá de sus
posibilidades económicas lo cual dejo a la iglesia en ruina financiera. El pastor renuncio, librándose de
todo compromiso financiero, y se fue a asistir a otra iglesia. La congregación perdió muchos miembros
y los que se quedaron lucharon por años para pagar deudas increíbles. En ninguno de estos incidentes
habría sido posible volver al líder a su ministerio en la iglesia. La única solución es instalar a otro líder
en su lugar.
Cuando el testimonio del ofensor esta tan manchado que sería demasiado difícil volver a ser aceptado
como líder. Sería imposible ganarse la confianza de la congregación y de otros líderes en el Cuerpo de
Cristo. Cuando el retorno de un líder caído a su liderazgo hará más daño que bien sabemos que es
inadmisible hacerlo. Cuando tales líderes se van a otros lugares o iglesias buscando reactivar su
ministerio ocultando sus antecedentes es una bomba de tiempo que tal vez en algún momento estallara
con consecuencias lamentables. En cambio, cuando un pastor ha sido verdaderamente restaurado
después de una caída existe la posibilidad de volver a tener un ministerio pastoral en otro lugar. En su
misma iglesia actual esto es poco probable por que sin duda otro líder es designado para tomar su lugar
como pastor. Esto es parte del precio que uno paga por la caída.

Di “no” a la parcialidad. En 1Timoteo 5:21 Pablo exhorta a su discípulo y delegado apostólico: “Te
encarezco delante de Dios y el Señor Jesucristo, y de sus ángeles escogidos, que guardéis estas cosas
sin prejuicios, no haciendo nada con parcialidad”. El término “te encarezco” significa encomendar,
mandar, encargar con responsabilidad seria. Es tan importante que Timoteo lleve a cabo las
instrucciones de su mentor y padre espiritual, que éste llama a Dios, al Señor Jesucristo y a los ángeles,
a servir de testigos de esta encomienda ministerial. Esto también le da al encargo un carácter divino; la
instrucción viene del cielo.
Timoteo había de implementar las instrucciones “sin prejuicios, no haciendo nada con parcialidad”.
En casos de conflictos, faltas, acusaciones, testigos, reprensiones y disciplina, es difícil resistir la
tentación de mostrar favoritismo. Pero Pablo prohibió a Timoteo hacerse partidario, favoreciendo un
lado u otro. Timoteo habría de juzgar los asuntos con justicia, sin prejuicios ni parcialidad. La amistad,
preferencias o prejuicios personales deben ser puestos a un lado para resolver todo asunto de manera
imparcial. Esto da eco a las palabras del Señor Jesús: “no juzguéis según las apariencias, sino juzgad
con justo juicio” (Juan 7:24). Esta amonestación resulta especialmente pertinente al tratar una falta en
la vida de uno de los líderes principales de la congregación.

Imposición de manos.

1Timoteo 5:22 habla de la ordenación de ancianos:

“Timoteo, no te precipites”. “no impongáis con ligereza las manos a ninguno…” Timoteo debía
dedicar el tiempo necesario para darles una buena preparación a los líderes importantes de la iglesia.
Hay pastores que requieren una lectura de este libro, clases especiales con exámenes, practica, y algo
de experiencia antes de ordenar a nuevos ancianos en sus iglesias. Aun después de ordenarlos, siguen
en capacitación para lograr mayores resultados y pulir sus destrezas y caracteres. Una preparación
completa y meticulosa de estos líderes antes de instalarlos en sus puestos de liderazgo, evitara muchos
problemas de disciplina después. Si los diáconos deben ser “sometidos a prueba primero” (1Timoteo
3:10), ¡Cuánto más los ancianos! Parte de la preparación /enseñanza de estos líderes es advertirles de
ante manos de la disciplina necesaria por si acaso llegaran a cometer alguna falta durante el transcurso
de su liderazgo en la iglesia.

La imposición de manos en este contexto: ¿habla de la ordenación inicial de un nuevo anciano, o de la


reintegración de un anciano disciplinado a su lugar de liderazgo? Mi opinión es que se refiere a ambos
casos. En el caso de una ordenación inicial, la exhortación de no hacerlo con ligereza tiene como
motivo la necesidad de dedicar suficiente tiempo para conocer y preparar al nuevo líder de manera
adecuada. En el caso de reintegrar al equipo de liderazgo a un anciano disciplinado, el consejo de
Pablo acentúa la necesidad de no acortar o aligerar el proceso de restauración, sino de dedicar tiempo
adecuado para que la restauración no quede inconclusa.

“Ni participes en pecados ajenos…” (v.22). puesto que todo el contexto habla de los ancianos, esta
frase también se refiere al mismo tema: como tratar con estos líderes escuderos de una forma
provechosa y sabia. El sentido parece ser que, si Timoteo ordena precipitadamente a un anciano sin
conocerlo bien, sin haber probado su carácter y fidelidad, y si el nuevo líder está viviendo en pecado o
tiene cuestiones en su vida que probablemente conducirán al pecado, entonces Timoteo se constituiría
cómplice (participe) de ese pecado. ¿Por qué? Porque instalo en el rebaño a un líder con pecado o
asuntos cuestionables en su vida. “Pecados ajenos” habla de los del otro, no de Timoteo. Sin embargo,
de alguna manera Timoteo llega a ser “participe” de los pecados del otro. Esto resulta de no haber
profundizado su conocimiento de la persona, dándole una preparación más meticulosa.
2Juan 10:11 arroja luz sobre el concepto de “participar en pecados ajenos”. Al hablar de falsos
maestros, el apóstol Juan exhorta: “Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina, no le recibáis
en casa, ni le digáis: ¡Bienvenido! Porque el que dice: ¡Bienvenido! Participa en sus malas obras”.
Apoyar a una persona que está mal espiritualmente es “participar en sus pecados”, es decir, significa
compartir la culpa de la mala conducta de la persona. Se llama culpa compartida.

“Consérvate puro…”. (v.22). Timoteo debía guardar su testimonio ante la iglesia y otros siervos de
Dios en el Cuerpo de Cristo. Hemos visto que, si instala en la iglesia a un líder con pecado en su vida,
“participa” de los pecados de éste. En este caso, cuando el pecado haya salido a la luz, Timoteo será
conocido como uno que en forma descuidada daño al rebaño al poner líderes descalificados al cuidado
de las ovejas. Pablo le está diciendo a Timoteo: “cuídate de este peligro. Mantén tu testimonio limpio,
y sálvate de los problemas que este tipo de situación puede presentar para ti y para la congregación”.
No existen garantías

No hay garantías. Por supuesto, no hay garantía del cien por ciento contra problemas con líderes, por
mucho que los preparemos. No existe un plan a prueba de dificultades, que asegure que todo líder
saldrá a la perfección. Pero sí podemos reducir considerablemente que ocurran situaciones penosas que
nos roban tiempo y causan angustia y dolor –para nosotros, la iglesia y el líder caído. Nuestra tarea
como pastores, apóstoles y líderes en el Cuerpo de Cristo, es predicar el evangelio para que los
inconversos se conviertan, convertir a los creyentes en discípulos, a los discípulos en líderes, a los
líderes en buenos líderes, y a los buenos líderes en lideres excelentes. En esta línea, la disciplina de
líderes es parte del proceso de generar esta excelencia en el liderazgo de las iglesias.

El valor de la cobertura. Pastores e iglesias que cuentan con una cobertura ministerial gozan de una
ventaja grande: tienen el apoyo de personas de mayor experiencia en tratar con este tipo de situación.
La cobertura apoya, guía y aconseja a los pastores y líderes locales en la búsqueda de soluciones de
problemas complicados. Los líderes de iglesias locales (pastores y ancianos) deben aprovechar esta
ayuda y no considerarse autosuficientes. Dios provee cobertura para ayudarnos en momentos difíciles
en nuestros ministerios y vidas

Cuando la falta está en la vida del pastor, los ancianos deben recurrir a la cobertura y pedir su apoyo.
Esto ha pasado con nosotros. En un caso de un pastor caído, uno de los ancianos me llamo para
informarme de lo ocurrido. Junto con Anita, mi esposa, fuimos a la iglesia y comenzamos el proceso
de procurar la restauración del pastor. Durante el tiempo de consejería con él, los ancianos fielmente
colaboraron con nosotros, y fueron de gran ayuda y apoyo para nosotros y para la congregación.

Conclusión

Todos gozamos de la cobertura divina del cielo, la de un Dios que nos ama y guía. Él provee la
sabiduría para preparar bien a nuevos líderes, especialmente los del nivel de acianos y pastores de las
iglesias locales. También nos da la capacidad de tratar sabiamente casos de líderes caídos –líderes que,
junto con nosotros, han dirigido en la casa de Dios. Él no nos pide lo que no nos de la capacidad para
manejar exitosamente con su ayuda divina.

Como expresamos arriba, no hay un plan perfecto o programa infalible para tratar casos de disciplina
en la iglesia –especialmente de los integrantes del círculo íntimo del pastor. Cada caso es diferente y
requiere sabiduría fresca del corazón y la mente de Dios. pero esta sabiduría ha sido prometida.
Tenemos la mente de Cristo (1Corintios 2:16). Si seguimos su plan y sus pensamientos, tendremos en
cada caso difícil la capacidad y la prudencia para solucionar situaciones y problemas complicados,
restaurar al caído, resolver problemas, y al mismo tiempo mantener la unidad del Espíritu y la pureza
de la Iglesia del Señor Jesús. Además, los pastores principales podrán gozarse por contar con un
excelente equipo de líderes escuderos, de hombres valientes, como los que tuvo David en su “Dream
Team”. Esto lo veremos en el siguiente capítulo.

Capítulo 11
El “Dream Team” de David.
David y su equipo de hombres valientes

“Estos son los principales de los valientes que David tuvo, y los que le ayudaron en si reino, con todo
Israel, para hacerle rey sobre Israel, conforme a la palabra de Jehová”.
(1Crónicas 11:10, RV60)

“…todos los días venia ayuda a David, hasta hacerse un gran ejército, como ejercito de Dios”.
(1Crónicas 12:22).
David tenía un ejército grande, un grupo de treinta hombres valientes, y luego tres excepcionales que
eran sobre los treinta.

Para tener un “ejercito” grande y efectivo (personas entrenadas y participando en una amplia gama de
ministerios), hay que tener un equipo de “treinta” lideres valientes y leales (lideres principales en la
iglesia). Y además de este grupo, es importante tener un círculo íntimo de “tres”. ¿Qué podemos
aprender de David y sus hombres valientes que integraron su equipo?

Uno de los mayores dilemas de pastores y líderes en el Cuerpo de Cristo es como encontrar a personas
leales y capaces y formar con ellos un equipo efectivo que les ayude en la dirección de la obra de Dios.
¿Deben ser los “de casa”, o los que vienen “de afuera”? Creo que los dos. David empezó con los de su
propia familia y unos conocidos, “Yéndose luego David de allí, huyo a la cueva de Adulam; y cuando
sus hermanos y toda la casa de su padre lo supieron, vinieron allí a él. Y se juntaron con él todos los
afligidos, y todo el que estaba endeudado, y todos los que se hallaban en amargura de espíritu, y fue
hecho jefe de ellos; y tuvo consigo como cuatrocientos hombres” (1Samuel 22:1-2). Las personas que
formaron el comienzo del equipo de David no eran exactamente un “Dream Team” o “un gran
ejército, como ejercito de Dios” (1Crónicas 12:22). Eran cargados, heridos, ofendidos, inadaptados y
marginados. La lección aquí es que tenemos que comenzar con los que tenemos. Al principio David
tuvo unos parientes y afligidos, endeudados, y amargados de espíritu. Pero, cuando los comenzó a
estrenar y preparar, pronto eran cuatrocientos guerreros efectivos (1Samuel 22:2).

En la Biblia vemos un patrón en torno al liderazgo: Dios levanta un líder principal (una cabeza) y pone
en él una visión. Luego levanta alrededor de él a otros líderes (los hombros) para que lo ayuden con el
desarrollo y ejecución de esa visión. A veces estos líderes “auxiliares” son de la misma congregación,
y a veces Dios los envía desde otra fuente como parte de su plan. Hay quienes dicen: “¡Para mí, solo
los de mi propia iglesia o grupo!”. Es cierto que estos tienden a ser los más fieles. Sin embargo, es
posible que uno de los dos “de casa” sean desleal mientras alguien enviado por Dios desde afuera
resulte muy leal. Este fue el caso que vemos con David. Joab. Sobrino de David, terminó siendo
desleal (1Reyes 2:28), mientras hombres de otras tribus le fueron fieles. El problema no es si uno “nos
vino de afuera”. Sino ¿Quién lo envió –él mismo, o Dios? como veremos más adelante, David probo a
los que se estaban pasando a él de las otras tribus (1Crónicas 12:16-18).

Como se menciona en el capítulo anterior, no hay método o sistema a prueba de fallas o que garantice
la lealtad y éxito absoluto con líderes. Jesús tenía su Judas, Pablo tenía su Demas, Moisés tenía la
oposición de Coré y su grupo de rebeldes, Abraham tenía su Lot, etc. Pero hay principio que podemos
aprender de David y su equipo que nos ayudaran en la formación de nuestros equipos de líderes
escuderos.
Características de los hombres valientes de David.

Su propósito: ayudar a David. “Estos son los principales de los valientes que David tuvo, y los que le
ayudaron en su reino…”. (1Crónicas 11:10). “Estos son los que vinieron a David en Siclag… y le
ayudaron en la guerra” (12:1). “Estos ayudaron a David contra la banda de merodeadores…”
(12:21). A algunos que se pasaron a David, les dijo, “si habéis venido en paz y para ayudarme…”
(12:17).
La palabra “ayudar” viene del hebreo azar, y significa rodear, proteger, socorrer, asistir, amparar. La
“ayuda” que estos hombres le dieron a David consistía e rodearlo con el fin de proteger y asistirlo en la
derrota de sus enemigos y el establecimiento de su reino. Los “hombros” apoyan a la “cabeza”, la
sostienen y fortalecen, y hacen posible que la cabeza lleve a cabo su sunción singular y prioritaria:
gobernar y dirigir. Los líderes de apoyo de hoy en día deben rodear a su “David” con el mismo fin:
ayudarle en el establecimiento y la ejecución de su visión, y asistirlo en la dirección de la iglesia y el
cuidado del rebaño. Su prioridad, entonces, debe ser ayudar al pastor principal.

Su coraje: eran valientes. “También de los de Gad huyeron y fueron a David, al lugar fuerte en el
desierto, hombres de guerra muy valientes para pelear…” (1Crónicas 12:8). “…y eran de los
valientes que le ayudaron en la guerra…” (12:1). “De los hijos de Simeón, siete mil cien hombres,
valientes y esforzados para la guerra” (12:25). Repetidas veces se acentúa que los que se unieron a
David eran “valientes, esforzados, armados, prontos para la guerra, expertos con sus armas”, etc. No
tenían miedo ni a filisteos, ni a leones, ni a ríos desbordados. Hablando de los de la tribu de Gad, dice
el versículo 15: “Estos pasaron el Jordán en el mes primero, cuando se había desbordado por todas
sus riberas; e hicieron huir a todos los de los valles al oriente y al poniente”. Cruzaron el rio
desbordado cuando sus enemigos no esperaban que tuvieran el valor de hacerlo. Como los hombres de
David, tenemos que ser “todo terreno”. ¡El valor produce victorias!

Los integrantes de los equipos pastorales también deben ser personas intrépidas, sin temor al trabajo, el
sacrificio, abnegación, fracasos, al hombre, a los retos, a recibir corrección, a hablar en público,
rendición de cuentas, etc. Cuando un pastor o líder en el cuerpo de Cristo está rodeado de esta clase de
líderes escuderos, podrá dirigir efectivamente la obra de Dios, marchando juntos hacia muchas
victorias.

Sus destrezas: eran expertos en el uso de sus armas. “estaban armados de arcos, y usaban de ambas
manos para tirar piedras con onda y saetas con arco” (1Crónicas 12:2). “diestros y con escudo y
pavés…” (12:b). En 12:23 Y 12:33 encontramos las frases: listos para la guerra, y dispuestos a
pelear. Esto expresa no solo la disposición a pelear, sino también la capacidad de mantener su lugar,
marchando en fila o formación de guerra (hacer todo de manera ordenada). También expresa la idea de
guardar su lugar en cuanto a la autoridad, reconociendo y honrando a los que tienen autoridad sobre
ellos, y haciendo su parte para salir victoriosos en la guerra (véase 1Tesalonisenses 5:12-13; Hebreos
13:7,17).
Líderes del siglo XXI precisan tener estas cualidades: demostrar destreza en el uso de sus dones,
honrar los que tienen autoridad sobre ellos, saber guardar su lugar, y manifestar un alto nivel de pericia
y excelencia en sus ministerios.
Deben hacer su parte: marchar en fila o formación de guerra, y moverse en acuerdo, armonía, y
concordia con los demás. Jueces 20:16 habla de hombres expertos en guerra de aquel tiempo: “de toda
aquella gente había setecientos hombres escogidos, que eran zurdos, todos los cuales tiraban una
piedra con la honda a un cabello, y no herraban”. ¡Cuánto se gozan los pastores cuando están
rodeados de líderes escuderos de este alto nivel de calidad y excelencia en todo lo que hacen! “apto
para enseñar”, “conocedores de la Palabra de Dios”, “estudiosos” lideres logran ser así creciendo y
abusando sus habilidades constantemente. “…Estos fueron capitanes del ejercito de los hijos de Gad
el menor tenia cargo de cien hombres, y el mayor de mil” (1Crónicas 12:14). En la medida que
crezcamos nuestra capacidad de liderazgo también aumentará. “procura con diligencia presentarte a
Dios aprobado, como obrero que no tiene de que avergonzarse, que usa también la palabra de
verdad” (2Timoteo 2:15).

Su diligencia: eran “ligeros” en cumplir sus misiones. “también de los de Gad huyeron y fueron a
David… y eran ligeros como las gacelas sobre las montañas” (1Crónicas 12:8). Los líderes valientes
de hoy no tienen que ser “ligeros” de los pies, pero sí de su corazón. Deben ser ligeros para escuchar y
obedecer consejos, estar dispuestos a aprender, prestos para aceptar corrección sin ofenderse, prontos
para cumplir sus tareas, ligeros en perdonar, y diligentes en creer.
Vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud,
conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a
la piedad, afecto fraternal, al afecto fraternal, amor. Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan,
no os dejaran estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo (2Pedro
1:5-8).

…Todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse… Santiago 1:19

Sus logros: eran hombres que hacían proezas para David.

Abisai. “Y Abisai, hermano de Joab, era jefe de los treinta, el cual blandeó su lanza contra trecientos
y los mato, y gano renombre con los tres” (1Crónicas 11:20). En la batalla de David contra su hijo
Absalón, Abisai tuvo bajo su mando una tercera parte del ejército, un indicio de su importancia para
David y su gran capacidad.

Benaía. “Benaía… de grandes hechos; él venció a los dos leones de Moab; también descendió y mato
a un león en medio de un foso, en tiempo de nieve. Él mismo venció a un egipcio, hombre de cinco
codos de estatura; y el egipcio traía una lanza como un rodillo de tejedor, mas él descendió con un
báculo, y arrebato al egipcio la lanza de la mano, y lo mato con su misma lanza. Esto hizo Benaía hijo
de Joiada, y fue nombrado con los tres valientes” (1Crónicas 11:22-24). 2Samuel 23:20 añade que
Benaía era “grande en proezas”. La “proeza” más sorprendente de este varón fue que “mato a dos
leones de Moab”, y “descendió y mato a un león en medio de un foso cuando estaba nevando”.
Benaía no solo era matador de leones, sino que lo hacía en circunstancias muy difíciles: “él
descendió” significa que el león ya estaba en el foso y Benaía tomo la iniciativa de descender al foso y
atacar al león. “Cuando estaba nevando” revela que el terreno estaba resbaloso, lo cual contribuyo a
mayor peligro para Benaía e hizo que su hazaña fuera todavía más extraordinaria.

Jasobeam. “Jasobeam hijo de Hacmoni, caudillo de los treinta, el cual blandió su lanza una vez
contra trecientos, a los cuales mato” (1Crónicas 11:11). Debido al valor de este hombre destacado,
¡los enemigos contaban con trecientos soldados menos!

Eleazar. “Tras de este estaba Eleazar… el cual era de los tres valientes. Este estuvo con David en
Pasdamin, estando ahí juntos en batalla los filisteos; y había allí una parcela llena de cebada, y
huyendo el pueblo delante de los filisteos, se pusieron ellos en medio de la parcela y la defendieron, y
vencieron a los filisteos, porque Jehová los favoreció con una gran victoria” (11:12-14). 2Samuel
23:10 añade: “Este se levantó e hirió a los filisteos hasta que su mano se cansó, y quedo pegada su
mano a la espada. Aquel día Jehová dio una gran victoria, y se volvió el pueblo en pos de él tan solo
para recoger el botín”.

Sama. “después de este fue Sama… los filisteos se habían reunido en Lehi, donde había un pequeño
terreno lleno de lentejas, y el pueblo había huido delante de los filisteos. Él entonces se paró en medio
de aquel terreno y lo defendió, y mato a los filisteos; y Jehová dio una gran victoria” (2Samuel 23:11-
12). La valentía de este guerrero produjo una gran victoria para David y su ejército.

Otros. Los textos de 2Samuel 23 y 1Crónicas 11 y 12 nombran a muchos hombres valientes de David,
pero no especifica sus logros, estos representan a los muchos siervos de Dios en el reino hoy en día
que son fieles y valientes, pero no alcanzan ser de renombre como otros. Ellos también son
importantes para Dios y su pueblo.

Su calidad de vida: eran “ilustres”. “De los hijos de Efraín, veinte mil ochocientos, muy valientes,
varones ilustres en las casas de sus padres” (1Crónicas 12:30). Una versión dice “famosos”. Es decir,
eran conocidos por la calidad de su vida y su carácter. Esto sugiere que eran hombres honestos,
íntegros, dignos de confianza, y veraces. Por ejemplo, Abisai, jefe de los treinta, era reconocido como
“el más ilustre de los treinta” (1Crónicas 11:21). Una versión dice “más honrado” que los otros.
Abisai fue honrado debido a la calidad de su vida. Los líderes de buen carácter serán honrados por
Dios y por sus seguidores porque estos pueden ver que quienes los están dirigiendo son dignos de
confianza y respeto, hombres ilustres.
los valientes de David no eran hombres ordinarios, “comunes y corrientes” eran excelentes, ilustres,
destacados, sobre salientes. Por su carácter excelente, Timoteo, uno de los discípulos de Pablo, fue
premiado con este elogio de la pluma de su mentor:
espero en el Señor Jesús enviaros pronto a Timoteo, para que yo también este de buen ánimo al saber
de vuestro estado; pues a ninguno tengo del mismo ánimo, y que tan sinceramente se interese por
vosotros. Porque todos buscan lo suyo propio, no lo que es de Cristo Jesús. Pero ya conocéis los
méritos de él, que como hijo a padre ha servido conmigo en el evangelio. (Filipenses 2:19-22).

Parte de la excelencia de los valientes de David fue su disposición de poner a un lado su propia visión
y hacerse parte de la visión de David. ¡Esta es verdadera grandeza! Eran hombres ilustres –muy
capacitados- capaces talvez de tener, cada uno, un pequeño reino personal. Pero sacrificaron sus
ambiciones personales para unirse a lago más grande y mayor que Dios estaba haciendo –el
establecimiento del reino de Dios. Es lamentable y va en contra del plan de Dios cuando cada quien
desea edificar su propio reino, perdiendo de vista el panorama mayor de los planes de Dios. Alguien
dijo: “es mejor ser cola de león que cabeza de ratón”.

Hay miembros que quieren ser diáconos, diáconos que quieren ser ancianos, ancianos que anhelan der
pastores, pastores que desean ser apóstoles, apóstoles que quisieran ser ángeles, ángeles que anhelan
ser arcángeles, y un arcángel que soñaba con ser Dios. Pero Dios deseaba der hombre y se encarnó en
la persona de Jesús de Nazaret. “El verbo fue hecho carne, y habito entre nosotros” como “el León de
la tribu de Judá”. (Juan 1:14; Apocalipsis 5:5) Aunque uno sea cabeza de ratón, ese ratón siempre será
algo pequeño e insignificante y aunque no sea cola de león, es parte de algo grande y de inmensa
importancia en el reino del Señor. Los valientes de David estaban dispuestos a ser la cola en algo de
incalculable importancia en los planes de Dios. Y, como recompensa, llegaron a alturas inalcanzables
para un ratón. La lección: debemos estar contentos y satisfechos en el lugar que Dios nos ha dado,
ayudando a nuestro “David” como sus líderes de apoyo. Y si en el tiempo de Dios él tiene algo más
para nosotros, lo revelara en su debido tiempo y manera. “Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de
Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo…” (1Pedro 5:6).
Su agudeza espiritual: eran entendidos, con discernimiento.

De los hijos de Isacar, doscientos principales, entendidos en los tiempos, y que sabían lo que Israel
debía hacer, cuyo dicho seguían todos sus hermanos. (1Crónicas 12:32).

En este conocido versículo se nos abre la cortina para ver dentro del corazón de estos varones. Eran
hombres de gran discernimiento espiritual. No veían las cosas solamente desde un punto de vista
humano o secular, sino con sus ojos espirituales. Entendieron “los tiempos”, es decir, pudieron
entender lo que Dios estaba haciendo en ese momento de la historia de su pueblo. Comprendieron que
el reinado de Saúl se había terminado y que Dios estaba levantando a un nuevo rey. Sabían quién era
ese rey. Además, entendieron lo que el pueblo debía hacer en ese momento –ungir y coronar a David
como nuevo líder de Israel. Eso es exactamente lo que sucedió, como leemos en 1Crónicas 11:1-3.
Entonces todo Israel se juntó a David en Hebrón, diciendo: he aquí nosotros somos tu hueso y tu carne.
También antes de ahora mientras Saúl reinaba, tú eras quien sacaba a la guerra a Israel, y lo volvía a
traer. También Jehová tu Dios te ha dicho: Tu apacentaras a mi pueblo Israel, y tú serás príncipe sobre
Israel mi pueblo. Y vinieron todos los ancianos de Israel al rey en Hebrón, y David hizo con ellos
pacto delante de Jehová; y ungieron a David por rey sobre Israel, conforme a la palabra de Jehová por
medio de Samuel.

Hoy también el Señor necesita “hijos de Isacar”, lideres con discernimiento. Líderes que entiendan los
tiempos. Líderes que sepan que debe hacer la iglesia. Líderes que den liderazgo espiritual. Líderes con
la mente de Cristo. Y líderes que reconozcan, honren, y apoyen a su “David” en establecer la visión y
el reino de Dios en la iglesia y en las iglesias. Efesios 5:17 nos exhorta: “Por tanto, no seáis
insensatos, sino entendidos de cual sea la voluntad del Señor”. Si este entendimiento es necesario para
creyentes, ¡Cuánto más para los líderes que guían al pueblo de Dios! “Entender los tiempos” es
escuchar la voz de Dios y saber lo que él está diciendo y haciendo hoy –en este tiempo, en este
momento de la historia, en este kairos (tiempo oportuno y decisivo), y a esta altura. Si insistimos en
mantener las mismas formas, los mismos métodos, y la misma manera en la que las cosas siempre se
han hecho, no vamos a entender el tiempo en el que vivimos ni lo que Dios desea hacer en este nuevo
día.

Amasai, jefe de los treinta, fue un instrumento que el Espíritu Santo pudo usar con una palabra
profética, palabra fresca del corazón de Dios, confirmando que lo que se estaba haciendo era de Dios.
cuando David probo la fidelidad y sinceridad de los que le estaban llegando, Amasai hablo bajo la
inspiración del Espíritu, y confirmo la promesa de lealtad y compromiso de los hombres (1Crónicas
12:17-18).

Su fidelidad: eran leales.


Arriesgaron sus vidas por David.
Y tres de los treinta principales descendieron a la peña a David, a la cueva de Adulam, estando
el campamento de los filisteos en el valle de Recaen. David estaba entonces en la fortaleza, y había
entonces guarnición de los filisteos en Belén. David deseo entonces, y dijo: ¡Quien me diera de beber
de las aguas del pozo de Belén, que está en la puerta! Y aquellos tres rompieron por el campamento de
los filisteos, y sacaron agua del pozo de Belén, que está en la puerta, y la tomaron y la trajeron a
David; mas él no la quiso beber, sino que la derramo para Jehová, y dijo: Guárdame mi Dios de hacer
esto. ¿Había yo de beber la sangre y la vida de estos varones, que con peligro de sus vidas la han
traído? Y no la quiso beber. Esto hicieron aquellos tres valientes (1Crónicas 11:15-19).
Tres de los hombres valientes pusieron en peligro sus vidas, simplemente por agradar y honrar a su
líder y bendecirle con una copa de agua del pozo de Belén, pueblo natal de David (¡un viaje redondo
de 40 kilómetros!). Los líderes escuderos de hoy deben estar dispuestos a servir a su “David” con
devoción y honor. “en esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también
nosotros debemos pones nuestras vidas por los hermanos” (Juan 3:16). Cuando “David” pone su vida
por los valientes, y estos ponen sus vidas por su “David”, esto produce un “Dream Team” –un equipo
donde reina abnegación, amor genuino, unidad y honor mutuo⎯ un equipo como todos soñamos con
dirigir o integrar.

Tuvieron un corazón leal para con David. “Todos estos hombres de guerra, dispuestos para guerrear,
vinieron con corazón perfecto a Hebrón, para poner a David por rey sobre todo Israel” (1Crónicas
12:38). Aquí “corazón perfecto” quiere decir leal. “Porque los ojos de Jehová contemplan toda la
tierra, para mostrar su poder a favor de los que tienen corazón perfecto para con él” (2Crónicas
16:9). Aquí también “corazón perfecto” significa lealtad perfecta. Los valientes no peleaban para darse
gloria a sí mismos, sino a David. Y todo lo que hacía David, con su corazón leal a Dios, era para
glorificarlo a él. Líderes escuderos que sirven a su “David” en las iglesias, deben hacerlo con corazón
leal y fiel –un corazón que no engaña ni decepciona ni se rebela.

No hubo “doblez de corazón”. 1Crónicas 12:33 habla de cincuenta mil hombres de la tribu de Zabulón
que estaban … “dispuestos a pelear sin doblez de corazón”. No eran hombres de doble ánimo, de dos
propósitos, “inconstantes en todos sus caminos”. Sus corazones estaban sincronizados con el de
David. No seguían sus propias agendas ni dos visiones. El corazón de David palpitaba en ellos y la
visión de David llenaba sus mentes.

David probo la lealtad de los que se pasaban a él. “Asimismo algunos de los hijos de Benjamín y de
Judá vinieron a David al lugar fuerte. Y David salió a ellos, y les hablo diciendo: Si habéis venido a
mí para paz y para ayudarme, mi corazón será unido con vosotros; más si es para entregarme a mis
enemigos, sin haber iniquidad en mis manos, véalo el Dios de nuestros padres, y lo demande”.
Pastores y líderes en el Cuerpo de Cristo deben probar la fidelidad de los que ellos inviten a sus
equipos. Un pastor puso a un hombre recién venido a su país en su equipo de liderazgo sin probarlo.
Poco después la deslealtad de este “líder” empezó a manifestarse, y el varón causo muchos problemas
antes de retirarse de la iglesia. Otro pastor principal de iglesia armo prematuramente un “círculo
íntimo” con “lideres” que después se llevaron todo el equipo de alabanza, los instrumentos y sonido, y
parte de la congregación. La lealtad en una cualidad “de oro puro”, pero, como el oro, tienen que ser
probada y refinada.

La respuesta de los valientes. “Entonces el Espíritu vino sobre Amasai, jefe de los treinta, y dijo: por ti,
oh David, y contigo, oh hijo de Isaí. Paz, paz contigo, y paz con tus ayudadores, pues también tu Dios
te ayuda” (1Crónicas 12:18a). esta respuesta, inspirada por el Espíritu Santo, expresa la tremenda
lealtad de estos hombres a David. En efecto decían: “Venimos con paz, para ayudarte porque vemos
que Dios está contigo y que él te está ayudando. Deseamos ser parte de lo nuevo que Dios está
trayendo a Israel; nuestro corazón está contigo”.

La reacción de David. “Y David los recibió, y los puso entre los capitanes de la tropa” (ver. 18b).
Cuando David estaba convencido de la lealtad y veracidad de los valientes, los recompenso dándoles
liderazgo y responsabilidades en su ejército. La fidelidad trae recompensa. Los líderes asistentes del
pastor de hoy en día deben aprender que el mejor camino a la grandeza y honor es honrar y servir a sus
autoridades. Si lo hacen de corazón, habrá recompensa de parte de su “David” y también de Dios.
El principio: la fidelidad trae recompensa. Estas son cualidades que encontramos en la vida de los
valientes de David. Todo líder del “círculo íntimo” del pastor debe cultivarlas en sus propias vidas y
crecer en ellas. Y cada pastor y líder en el Cuerpo de Cristo deben buscar a personas con estas
características. Cuando estos dos factores convergen, se va formando un “Dream Team”.

Los secretos del éxito de David

Hemos considerado las características de los valientes de David, las cuales deben poseer y cultivar los
lideres escuderos de hoy. Ahora veremos algunos principios en el liderazgo de David que atraían a
estos varones y que hicieron posible la formación de tan excelente equipo.

La ley del magnetismo. Vemos aquí los que John Maxwell llama la ley del magnetismo, la cual es:
Los líderes atraen a personas semejantes a ellos.

David mato un león y sus hombres llegaron a ser matadores de leones. David era leal a Saúl y los
valientes eran leales a David. David mato a muchos enemigos, y lo mismo hicieron sus hombres.
David mato a un gigante; también algunos de los integrantes de su equipo lo hicieron. David mato a
Goliat (véase 1Crónicas 20:4-8). David era valiente, también sus tropas. Ellos querían ser como su
líder, quien se reprodujo en ellos. Él los entrenó y ánimo y el resultado fue: muchos más valientes con
David. Aunque cada uno tenía sus dones y habilidades particulares, sin embargo, todos llevaban en su
ADN espiritual rasgos de David, su líder amado. Muchos de los que se pasaron a él ya eran líderes.
David atraía a líderes fuertes porque él era fuerte. He observado que algunos pastores y líderes no
atraen a líderes fuertes porque ellos mismos no son fuertes. Es más, en muchos casos si le llega un
líder fuerte, o se levanta uno en la iglesia, el pastor se siente intimidado por él y en lugar de
aprovecharlo, lo pone a un lado para “mantenerse en control”.
Un líder efectivo atraerá a otros líderes efectivos. Los líderes fuertes (o de gran potencial) son personas
que desean ser parte de algo con visión grande y propósitos nobles. Estos no son atraídos a líderes
débiles y de poca visión. Líderes de visión quieren identificarse con un líder fuerte, de visión mayor.
Un amigo mío, un excelente líder, comento: “Mi nuevo pastor tiene una visión clara para la iglesia.
Uno no desea subir al tren si no sabe hacia dónde va”. Como un imán, la fuerza atrae fuerza. La
calidad atrae calidad. La valentía atrae valentía. Pero lamentablemente la debilidad atrae debilidad.

El círculo íntimo. Aunque David tenía su grupo de treinta y un ejército de miles, tuvo un círculo íntimo
de unos cuantos valientes. Había tres de los más destacados, y uno entre ellos que sobresalía. Un pastor
puede tener un buen grupo de líderes en la iglesia, pero necesita desarrollar ese “círculo íntimo” de
unos cuantos líderes que le sirvan de apoyo especial. Se mantienen muy cerca de él, gobiernan con él,
toman decisiones con él, le ofrecen consejos, oran por y con él, lideran con él, y le sostienen las
manos. Le son leales, y están dispuestos a caminar “la segunda milla” para servirle. Le son fieles en
todo tiempo, y él puede contar con ellos en todo tipo de situación. Lo protegen. Llevan la visión del
pastor en sus corazones y se esfuerzan por ayudarle a cumplirla.
David comenzó a construir su equipo de hombres valientes antes de necesitarlo. Y para cuando llego el
momento propicio, estaba listo. Nunca es prematuro o demasiado temprano para empezar a construir
nuestro círculo íntimo de líderes especiales. Alguien comento que nuestro éxito –o la falta de él– se
determina por los que están más cerca de nosotros. La calidad de vida y la capacidad de los que nos
rodea, o nos ayudan, o nos obstaculizan en el cumplimiento de nuestra misión como pastores y líderes.
Los líderes escuderos o son alas que nos levantan o una carga que nos pesa. ¡Y cuanto necesita todo
pastor y líder en el Cuerpo de Cristo tales alas!
El beneficio de recompensar. David recompenso a sus líderes. Al ver su capacidad y lealtad, les dio
posiciones de responsabilidad. Los animaba y entrenaba. Compartía con sus hombres del botín después
de cada victoria. Hay líderes en las iglesias que trabajan fielmente sin recibir nunca una palabra de
ánimo o aprecio. El reconocimiento es importante, pues todo ser humano necesita saber que importa y
se reconozca su contribución al equipo. Este estimulo anima al líder y lo impulsa hacia nuevos retos y
logros. El líder que nunca recibe una palabra de ánimo y encomio puede desanimarse y quedarse
desmotivado en cuanto a futuro ministerio. Les recomiendo a los pastores a que reconozcan por lo
menos una vez al mes a algún grupo de líderes, servidores, maestros, etc. llamarlos al frente, expresar
palabras de agradecimiento, y orar por ellos. Reconocer y recompensar a nuestros líderes es parte
importante de nuestro cuidado de ellos. A veces pensamos que nuestros líderes escuderos son maduros
y no necesitan cuidado o estimulo, pero ellos también, como todo ser humano, lo necesitan. Alguien ha
dicho: “Cada persona con quien tú te encuentres hoy desesperadamente necesita sentir que importa”.
Un hombre, comentando acerca de su mentor, dijo: “Cada vez que salgo de su presencia me siento
como la persona más importante del mundo”. Recompensar es el arte de hacer que otras personas se
sienten importantes. Lamentablemente, muchos más bien intentan impresionar a otros de su propia
importancia.

El principio: lideres excelentes recompensan a sus “hombres”

David era digno de respeto. La gente quiere seguir a líderes de integridad, dignos de respetar e imitar.
Los hombres de David lo respetaban porque sabían que los amaba y buscaba el bien de ellos, no solo el
de él mismo. Cuando derramo el agua que los tres valientes le llevaron del pozo de Belén en vez de
tomarla, vieron cuanto David valoraba sus vidas. Cuando se negó a matar a Saúl, sus hombres se
fijaron en su conducta ejemplar y noble corazón. Sin duda observaban como David se arrepentía
después de cometer faltas. Observaban como adoraba y la pasión que tenía por Dios. nadie puede
negar que David era un hombre conforme al corazón de Dios. el líder que desea ser respetado debe
mostrarse digno de imitar. “Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo” (1Corintios 11:1). “Lo que
aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced” (Filipenses 4:9).

David modelaba el liderazgo para sus hombres. Uno de los factores vitales en la formación de un líder
es tener un modelo de liderazgo efectivo. David era un ejemplo de excelencia en el liderazgo.
Gobernaba por convicciones y principios, no por conveniencia propia. No esperaba de otros lo que él
no estuviera dispuesto a hacer. Resulta interesante que David ya era el verdadero líder en Israel aun
cuando Saúl todavía era rey. “Entonces todo Israel se juntó a David en Hebrón, diciendo: he aquí
nosotros somos tu hueso y tu carne. También antes de ahora, mientras Saúl reinaba, tú eras quien
sacaba a la guerra a Israel, y lo volvía a traer” (1Crónicas 11:1-2). Liderazgo efectivo no se halla en
un título o una posición, sino en una dinámica interior. “Mientras Saúl reinaba” David era quien
realmente lideraba a Israel.
el liderazgo de David era espiritual: buscaba a Dios en las decisiones y en las batallas contra los
filisteos y otros ejércitos. A pesar de los errores que cometió, dios pudo decir de él: “He hallado a
David hijo de Isaí, varón conforme a mi corazón, quien hará todo lo que yo quiero” (Hechos 13:22).
Este modelo mantenía un tono de devoción a Dios en los movimientos del ejército, así como en el
gobierno de la nación. No solo sus soldados, sino todo el pueblo de gozaba de la bendición de tener
como guía a un hombre que amaba a Dios con todo su corazón, y cuyas acciones prioritarias eran
adorar y obedecerlo. En verdad era un hombre conforme al corazón de Dios. David era un buen líder
porque seguía fielmente a su Líder.
El estilo de liderazgo de David incluía la pasión de darle la gloria a Dios. la humildad en el corazón de
este gran líder lo motivaba a darle a Dios el crédito por las victorias ganadas. En 2Samuel 5:12
encontramos otra prueba de su grandeza como líder: “Y entendió David que Jehová le había
confirmado por rey sobre Israel, y que había engrandecido su reino por amor de su pueblo Israel”.
“Por amor de su pueblo Israel…” David entendió que el propósito de Dios en hacerlo rey de Israel era
el de bendecir a su pueblo con liderazgo bueno y piadoso. El pueblo había sufrido mucho bajo el
liderazgo carnal y egoísta de Saúl, pero con David ahora Dios estaba trayendo un nuevo día para su
pueblo. David comprendió que no era para él, sino para el pueblo que el Señor lo había puesto como
rey. Los que estamos en liderazgo debemos recordar siempre que nuestro liderazgo es un don de Dios
–no para nosotros– sino para su pueblo. Es una mayordomía, una encomienda divina que Dios ha
puesto sobre nosotros. “Pues si anuncio el evangelio (si cumplo mi deber), no tengo por qué
gloriarme (hago solo lo que Dios espera de mi); porque me es impuesta necesidad (estoy bajo órdenes
divinas); ¡ay de mi si no anunciare el evangelio!” (tengo una mayordomía que cumplir) (1Corintios
9:16).

La calidad de liderazgo de David y su ejemplo para sus líderes se ven en tres cosas más:
Lámpara inextinguible. Primero, aun cuando David ya estaba avanzado en años, estaba dispuesto a
seguir peleando. Durante la sublevación de Absalón, David envió a su ejército adelante, bajo el mando
de Joab, Abisai, e Itai. Luego dijo: “Yo también saldré con vosotros” (2Samuel 18:2b). El coraje de
este guerrero de Dios no había disminuido, aunque sus fuerzas físicas sí. Estaba dispuesto a seguir
activo en las batallas del Señor aun en su vejez.
El cuidado indescriptible (de los valientes). La segunda cosa que observamos es el cuidado que sus
hombres tuvieron de él. “Más el pueblo dijo: no saldrás; porque si nosotros huyéramos, no harán
caso de nosotros; y aunque la mitad de nosotros muera, no harán caso de nosotros…” (2Samuel
18:3). En este caso David hizo caso al consejo de sus hombres. Pero más tarde intento ir otra vez a la
batalla –esta vez casi perdiendo la vida. Cuando un gigante trato de matar a David, Abisai… “llego en
su ayuda, e hirió al filisteo y lo mato. Entonces los hombres de David le juraron, diciendo: Nunca más
de aquí en adelante saldrás con nosotros a la batalla, no sea que apagues la lámpara de Israel”
(2Samuel 21:17).
Un tesoro de valor inestimable. Tercero, observamos el tesoro que David era para sus hombres: “…
más tú ahora vales tanto como diez mil de nosotros. Será, pues, mejor que tú nos des ayuda desde la
ciudad” (2Samuel 18:3). Sus hombres lo estaban protegiendo del peligro porque valoraban su vida.
¡Pero qué valor le atribuyeron! Tú vales diez mil hombres de nosotros. Se cuenta que un rey le
prometió enviar a uno de sus generales sesenta mil soldados. Cuando estos llegaron, el general los
contos, y solo había cincuenta mil. Cuando el general pregunto al rey sobre las tropas faltantes, este
respondió, Pues, general, ¡Usted vale por diez mil! ¡Quizás nuestros líderes del circulo intimo nos
valoraran más a nosotros si nuestro liderazgo con ellos alcanza a ser como el de David! Si amamos y
cuidamos a nuestros líderes, ellos nos amaran y cuidaran a nosotros.

La formación de tan efectivo equipo se debe a la calidad de vida y liderazgo de David. A veces, como
pastores y líderes en el Cuerpo de Cristo nos quejamos de que no hay nuevos elementos en la iglesia,
ni varones dispuestos ni buenos líderes, etc. En el caso de David vemos que la calidad de liderazgo
empezó con él; luego sus hombres empezaron a absorber sus cualidades. David era un “pozo de Belén”
para ellos, y ellos bebieron de esa fuente hasta llegar a ser como él. Primero tenemos que ser lo que
deseamos ver en nuestros líderes. Para cada cualidad que anhelamos ver en ellos, debemos
preguntarnos: ¿Esta cualidad se encuentra en mí? ¿Soy yo esta clase de persona, de líder?

David era un hombre de pacto. Hizo pacto con los que llegaron a ungir y coronarlo en Hebrón: “Y
vinieron todos los ancianos de Israel al rey en Hebrón, y David hizo con ellos pacto delante de
Jehová; ungieron a David por rey sobre Israel…” (1Crónicas 11:3). Creo en los pactos entre líderes, y
también entre líderes y su gente. Un pacto es simplemente un compromiso firme de ser fieles y
cumplidos en relación unos con otros y con Dios. el texto no especifica la naturaleza de este pacto,
pero se supone que constituyo una promesa solemne de reinar con justicia, de buscar el bien del
pueblo, y de dar un liderazgo efectivo para que el pueblo viviera en paz y prosperidad, bajo la
bendición de Dios. quizá también el pueblo hizo pacto con David, para seguir su liderazgo fielmente.
En nuestros equipos de hoy en día, necesitamos practicar la fidelidad, lealtad, abnegación –elementos
de verdadero pacto. Hay demasiados casos en el Cuerpo de Cristo y en las iglesias locales de personas
que abandonan al equipo o a la iglesia por motivos carnales, egoístas y hasta insensatos: se ofenden,
molestan, no reciben lo que esperaban, les ofrecen más en otra iglesia, se enorgullecen, no aceptan
pagar el precio, tienen conflictos con otros líderes, no aceptan la corrección, y mucho más. Un hombre
que había sido anciano en su iglesia por años se fue de su congregación, ¿porque? El motivo fue que su
esposa murió, ¡y a su nueva esposa no le gusto la iglesia! Estas personas no tienen idea de lo que
significa vivir y trabajar en pacto. Uno de los secretos del éxito de David fue que sabía guardar el
pacto con su equipo y con la gente a la cual serbia.

El fruto de un gran equipo

¿Cuál fue el fruto del trabajo de David en formar su equipo, su “Dream Team” de hombre valientes?
Son varios resultados, los mismos que nosotros podemos esperar ver en nuestras iglesias:

Había muchas y grandes victorias. La frase “y vencieron a los filisteos, porque Jehová los favoreció
con una gran victoria” (1Crónicas 11:14) es típica de muchas otras que hablan de los triunfos del
ejercito de David sobre los enemigos de Israel.

Un buen equipo produce victorias

Había unidad en el reino. 1Crónicas 12:38 dice: “Todos estos hombres de guerra, dispuestos para
guerrear, vinieron con corazón perfecto a Hebrón, para poner a David por rey sobre todo Israel;
asimismo todos los demás de Israel estaban de un mismo ánimo para poner a David por rey”.
“Estaban de un mismo animo…” El Nuevo Testamento abundan con exhortaciones y motivaciones
hacia la unidad, pero creo que uno de los factores que más promueve la creación y preservación de
unidad espiritual es un buen equipo de liderazgo. Tal equipo modela la unidad, procura la defensa de la
unidad, lucha en contra de la división, y cuando es necesario aplica disciplina en quienes causan
divisiones (Tito 3:10-11; Romanos 16:17). Pablo dijo de su principal “hombre valiente” y líder
escudero, Timoteo: “…pues a ninguno tengo del mismo animo…” (Filipenses 2:20). Es decir, tenía la
misma actitud, corazón, alma, propósito, y metas que abrazaba Pablo.

Un buen equipo produce unidad.

Había gran crecimiento y extensión del reino. 1Crónicas 11:9 dice: “y David iba adelantando y
creciendo, y Jehová de los ejércitos estaba con él”. David y su ejército extendieron las fronteras de
Israel y conquistaron otras naciones. El efecto fue la extensión del reino de Dios a otras naciones,
cumpliendo así uno de los principales propósitos en la fundación de Israel. Dios escogió y fundo a
Israel con tres propósitos: 1) Traer al mundo al Mesías, el Salvador, Jesucristo; 2) Dar al mundo la
Biblia, las Sagradas Escrituras; y 3) Dar a conocer al Dios único y verdadero a otros pueblos del
mundo. Saúl quiso establecer su propio reino mientras David procuraba establecer y extender el reino
de Dios.

Un buen equipo produce crecimiento y extensión.


Había gran gozo en Israel. La gente llego de todas partes de Israel para celebrar con David. Todos
estaban llenos de gozo por la certeza de que todo estaba sucediendo conforme a los planes de Dios
para su pueblo. En 1Crónicas 12:38-40 el texto describe la gran fiesta que tuvo lugar cuando mucha
gente llego para celebrar la selección de David como el nuevo rey. El versículo 40 dice: “…porque en
Israel había alegría”.

Un buen equipo produce alegría, gozo y regocijo.

Había un gran ejército. 1Crónicas 12:22 dice: “Porque entonces todos los días venia ayuda a David,
hasta hacerse un gran ejército, como ejercito de Dios”. ¿Qué es un ejército como “el ejército de
Dios”? en numerosos lugares del Antiguo Testamento se halla la frase “Jehová de los ejércitos”. Esto
se refiere a las “tropas celestiales”, o sea el ejército de Dios compuesto ángeles de distintos rangos y
funciones. Por ejemplo, Apocalipsis 12:7 habla de “Miguel y sus ángeles”, diciendo: “Después hubo
una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y
sus ángeles”. Creo que la frase “un ejército como el ejército de Dios” significa que el ejército de
Israel, bajo el liderazgo de David, había llegado a ser tan numeroso y tan efectivo que era un reflejo del
ejercito del cielo (300,000 soldados llegaron a la celebración en Hebrón, 1Crónicas 12:38-40). Tal vez
incluía también la idea de que el “ejército celestial” se unía al de David para ayudarle en las batallas.

Un buen equipo produce un gran ejercito;


Una gran ejercito produce grandes victorias;
Grandes victorias producen grandes avances en el reino.
Y esto produce un pueblo que vive en paz y prosperidad bajo
la bendición de Dios.

Conclusión

Liderazgo fuerte produce equipos fuertes. Y equipos fuertes fortalecen y multiplican la efectividad de
sus líderes. El líder necesita un buen equipo y el equipo necesita un buen líder. Es una bendición
mutua, una combinación de ingredientes y factores que produce iglesias y ministerios eficaces. Tal vez
no tendremos equipos de hombres que maten gigantes y leones, ni ganen victorias sobre filisteos, pero
si podremos formar, entrenar y dirigir equipos de líderes escuderos efectivos, capaces de trabajar en
armonía y hacer hazañas en el nombre de nuestro capitán y líder sin igual, el Señor Jesucristo, el “Hijo
de David”.

Apéndice #1
ENTREVISTA CON ANCIANOS POTECIALES.
Incluimos aquí una herramienta que ayuda en la selección de nuevos ancianos. La primera parte:
Entrevista con ancianos potenciales, guía al pastor en el proceso, eliminando a candidatos que
realmente no califiquen o que no estén dispuestos a pagar el precio para funcionar con éxito y fidelidad
en el ancianato. La segunda parte ofrece consejos para ellos, los cuales el pastor puede repasar en sus
pláticas con ellos, e inclusive darles una fotocopia para que ellos los repasen en su casa con calma y en
un espíritu de oración.

Oración: se debe empezar con una oración por sabiduría y la guía del Espíritu Santo en la reunión.

Palabras introductorias: explicación del propósito de la reunión (entrevista), el cual es de compartir con
ellos que están siendo considerados como posibles ancianos para formar parte del equipo pastoral de la
iglesia, y evaluar su disposición y capacidad.

Lectura: 1Timoteo 3:1-7, o Tito 1:5-9. Repasar los requisitos bíblicos con ellos.

Consejos respecto al ancianato, y las responsabilidades que se asumen: el pastor estudia con ellos los
siguientes puntos:

La palabra. Un anciano debe ser “apto para enseñar” (1Timoteo 3:2; 5:17b). debe tener cierta
capacidad de enseñar grupos pequeños, células (grupos familiares), familias, o individuos. Algunos
ancianos son capaces de enseñar a la iglesia entera en reuniones generales. El pastor evalúa la
capacidad de la persona en la Palabra de Dios.
Compromiso serio. Ser anciano es un compromiso serio que requiere tiempo, sacrificio, disciplina, y
un alto nivel de fidelidad. Se considera si el candidato tiene el compromiso necesario.

Llamado. Un anciano debe tener un sentido de llamado al ministerio del ancianato. Ancianos son
llamados por el Espíritu Santo (Hechos 20:28). El pastor explora con la persona el sentido de un
llamado de Dios para servir como anciano en la iglesia.

La esposa. Las esposas de ancianos deben estar dispuestas a respaldar a sus maridos en este ministerio.
Deben saber guardar confidencialidad respecto a los asuntos que se discuten en reuniones de ancianos,
especialmente asuntos delicados de gente, finanzas, problemas, etc. La esposa debe estar en esta
entrevista si es posible.

Sabiduría y experiencia. Se espera que los ancianos sean hombres de sabiduría, pues les toca la
responsabilidad de gobernar, junto con el pastor, a la iglesia. Esto incluye la toma de decisiones, el dar
liderazgo y dirección a la iglesia, solucionar problemas, planear futuros proyectos y ministerios, tratar
asuntos legales y de negocios, aconsejar a los creyentes, etc. Deben ser personas de experiencia en
todos los aspectos de la vida.

Madurez emocional y espiritual. Personas que fácilmente se ofenden y que son inmaduras
emocionalmente, no califican para ser ancianos, porque esto puede llevar a malas relaciones y
situaciones de conflicto con el pastor, otros ancianos y líderes, etc. Se requiere madurez en estas áreas
para mantener buenas relaciones humanas de armonía y paz. El pastor evalúa la madurez de la persona
y su capacidad para llevar buenas relaciones con los demás.

Responsabilidad. Ancianos tienen que funcionar en un alto nivel de responsabilidad en el


cumplimiento de tareas, funciones, y responsabilidades. Esto incluye honrar y cumplir su palabra, ser
puntual, no faltar en reuniones, ser integro, etc. Son hombres de compromiso firme. El pastor debe
haber probado a la persona en esta área.
Liderazgo. Ancianos son “lideres”. Es decir, toman iniciativa y son pro-activos para cumplir sus tareas,
sin que el pastor tenga que insistir, recordarle, etc. Son capaces de dirigir el trabajo de otros y trabajar
para alcanzar metas, planear, ejecutar, equipar, etc.

Respaldan y apoyan al pastor. Los ancianos forman parte del equipo del pastor para ser una bendición
y ayuda para él. Deben respaldar la visión del pastor y no tener su propia visión para la iglesia. Esto
crea división. procuran siempre la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz. No crean “turbulencia”
en el equipo sino armonía. Hablan bien del pastor y otros ancianos, y no son leales cuando hay quejas
y acusaciones.

Enseñables. Ancianos deben ser enseñables y evitar actitudes de “sabelotodo” y orgullo. Al mismo
tiempo son personas que piensan y tienen convicciones respecto a los asuntos que se tratan en sus
reuniones. En un espíritu de amor y respeto, tienen derecho en ciertas ocasiones a presentar una
opinión diferente de lo que plantea. Esto siempre debe nacer de una convicción de lo que es mejor para
la iglesia y no simplemente de opiniones personales. ¿Es el candidato una persona enseñable?

Cuidado del rebaño. Ancianos son personas con un corazón pastoral, es decir, aman y tienen una
pasión por cuidar y proteger el rebaño del Señor (Hechos 20:28; 1Pedro 5:1-4).

Área de responsabilidad. Normalmente, a los ancianos se les asigna algún área ministerial en la iglesia
por la cual son responsables de supervisar, pastorear, entrenar, etc. Un anciano debe cumplir fielmente
las responsabilidades de su área. No debe ser una persona que hace excusas, pretextos, etc. en vez de
rendir cuentas por su trabajo.

Ejemplo. Ancianos son ejemplo para la iglesia (1Pedro 5:3; 1Timoteo 4:12; Filipenses 4:9) y deben
modelar la vida cristiana para los creyentes en sus finanzas, matrimonio, familia, vida espiritual,
crecimiento y superación, fidelidad, etc. Deben honrar a Dios fielmente con sus diezmos y ofrendas.
Una persona que no practica el diezmo y ofrendas no debe ser anciano.

Requisitos bíblicos. En 1Timoteo 3:1-7 y Tito 1:5-9 encontramos una lista de requisitos para ancianos,
como su vida moral, su familia, victoria sobre vicios, amor por la gente, actitudes, seriedad,
testimonio, etc. El pastor revisa esta lista de requisitos bíblicos con el anciano potencial para ver en
qué área necesita fortalecer su vida.

Conclusión de la entrevista. Después de compartir estos consejos con los ancianos potenciales, se les
pregunta cómo se sienten respecto a asumir este nivel de responsabilidad en la iglesia. Se recomienda
que ellos ores, platiquen con sus esposas, consulten más con el pastor, etc. para luego tomar una
decisión final de asumir o no el compromiso de ser puesto como anciano en la iglesia. Por supuesto, el
pastor tiene la última palabra en torno a la calificación de la persona. Si cree que hay áreas en la vida
del candidato que todavía necesitan ser fortalecidas o situaciones que deben ser resueltas, el pastor
puede decir a la persona que es mejor esperar.

Oración. La entrevista termina con oración, dando gracias a Dios por lo que se logró en la reunión y
pidiendo la guía del Espíritu Santo para confirmar en todos la voluntad de Dios.
Apéndice #2
Consejos para ancianos potenciales.
La palabra. Un anciano debe ser “apto para enseñar” (1Timoteo 3:2; 5:1-7b). Debe tener cierta
capacidad de enseñar grupos pequeños, células (grupos familiares), familias, o individuos. Algunos
ancianos son capaces de enseñar a la iglesia entera en reuniones generales.

Compromiso serio. Ser anciano es un compromiso serio que requiere tiempo, sacrificio, disciplina, y
un alto nivel de fidelidad.

Llamado. Un anciano debe tener un sentido de llamado al ministerio del ancianato. Ancianos son
llamados por el Espíritu Santo (Hechos 20:28).

La esposa. Las esposas de ancianos deben estar dispuestas a respaldar s sus maridos en este ministerio.
Deben saber guardar confidencialidad respecto a los asuntos delicados de gente, finanzas, problemas,
etc.

Sabiduría y experiencia. Se espera que los ancianos sean hombres de sabiduría, pues les toca la
responsabilidad de gobernar, junto con el pastor, a la iglesia, esto incluye la toma de decisiones, el dar
liderazgo y dirección a la iglesia, solucionar problemas, planear futuros proyectos y ministerios, tratar
asuntos legales y de negocios, aconsejar a los creyentes, etc. Deben ser personas de experiencia en
todos los aspectos de la vida.

Madurez emocional y espiritual. Personas que fácilmente ofenden y que son inmaduras
emocionalmente, no califican para ser ancianos, porque esto puede llevar a malas relaciones y
situaciones de conflicto con el pastor, otros ancianos y líderes, etc. Se requiere madurez en estas áreas
para mantener buenas relaciones humanas de armonía y paz.

Responsabilidad. Ancianos tienen que funcionar en un alto nivel de responsabilidad en el


cumplimiento de tareas, funciones y responsabilidades. Esto incluye honra y cumplir su palabra, ser
puntual, no faltar en reuniones, ser integro, etc. Son hombres de compromiso firme.

Liderazgo. Ancianos son “lideres”. Es decir, toman iniciativa y son pro-activos área cumplir sus tareas,
sin que el pastor tenga que insistir, recordarle, etc. Son capaces de dirigir el trabajo de otros y trabajar
para alcanzar metas, planear, ejecutar, equipar, etc.

Respaldan y apoyan al pastor. Los ancianos forman parte del equipo de pastor para ser una bendición y
ayuda para él. Deben respaldar la visión del pastor y no tener su propia visón para la iglesia. Esto crea
di-visión. Procuran siempre la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz. No crean “turbulencia” en el
equipo sino armonía. Hablan bien del pastor y otros ancianos, y son leales cuando hay quejas o
acusaciones contra alguno.

Enseñables. Ancianos deben ser enseñables y evitar actitudes de “sabelotodo” y orgullo. Al mismo
tiempo son personas que piensan y tienen convicciones respecto a los asuntos que se tratan en sus
reuniones. En un espíritu de amor y respeto, tienen derecho en ciertas ocasiones a presentar una
opinión diferente de lo que plantea. Esto siempre debe nacer de una convicción de lo que es mejor para
la iglesia y no simplemente de opiniones personales.
Cuidado del rebaño. Ancianos son personas con un corazón pastoral, es decir, aman y tienen una
pasión por cuidar y proteger el rebaño del Señor (Hechos 20:28; 1Pedro 5:1-4).

Área de responsabilidad. Normalmente, a los ancianos se les asigna algún área ministerial en la iglesia
por la cual son responsables de supervisar, pastorear, entrenar, etc. Un anciano debe cumplir fielmente
las responsabilidades de su área.

Ejemplo. Ancianos son ejemplos para la iglesia (1Timoteo 4:12; Filipenses 4:9) y deben modelar la
vida cristiana para los creyentes en sus finanzas, matrimonio, familia, vida espiritual, crecimiento y
superación, fidelidad, etc. Deben honrar a Dios fielmente con sus diezmos y ofrendas.

Requisitos bíblicos. En 1Timoteo 3:1-7 y Tito 1:5-9 encontramos una lista de requisitos para ancianos,
como su vida moral, su familia, victoria sobre vicios, amor por la gente, actitudes, seriedad,
testimonio, etc. un anciano potencial debe revisar esta lista para ver en qué áreas necesita fortalecer su
vida.

Apéndice #3
Pacto de Fidelidad.
(para nuevos líderes que se integran a un equipo)

Recomendamos el uso del “Pacto de Fidelidad” que se presenta a continuación, para fortalecer y
cimentar el compromiso de nuevos líderes que se integran a un Equipo de Liderazgo:

Buscaremos sostener relaciones honestas, abiertas, y transparentes entre nosotros.


Intentaremos resolver con rapidez cualquier herida, ofensa, o desacuerdo.
Nos honraremos y cubriremos los unos a los otros en palabra y acción.
Si surgen acusaciones dirigidas contra cualquier miembro de nuestro equipo, tendremos mucho
cuidado de proceder de una manera bíblica al tratar el asunto.
Respetaremos las opiniones de cada uno, pero una vez se tome una decisión, todos la apoyaremos en
un espíritu de amor y unidad.
Nos reuniremos frecuentemente para animarnos mutuamente, adorar al Señor, orar los unos por los
otros, resolver cualquier problema de relaciones, y reconfirmar nuestro compromiso con este pacto.
Nos comprometemos a ser fieles y leales al Señor Jesús, a la congregación, y los unos a los otros.

Acepto y firmo hoy este pacto de fidelidad entre líderes de esta congregación (o ministerio), y me
comprometo a cumplir fielmente los puntos arriba delineados, un espíritu de amor, lealtad, y unidad
espiritual.
_____________________________ ______________________________
Nombre del líder Firma del líder

_______________________________ ________________________________
Fecha Firma del pastor principal

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