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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE SANTO DOMINGO

Vicerrectoría de investigación y postgrado

Facultad de Ciencias de la Salud

Escuela de Enfermería

Maestría en Cuidados Intensivos y Emergencias

Bioética y Legislación

Temática de reporte:

Postura de los enfermeros de una unidad de terapia intensiva frente


al error: un abordaje utilizando referenciales bioéticos

Maestrante:

Inocar Uziel Pichardo Hiciano

Facilitadora:

Ma. Selma Zapata Pichardo

Fecha de entrega:

Jueves, 24 de octubre 2019


El alta voluntaria y la fuga en los servicios de urgencias: un reto
con implicaciones éticas y médico-legales
La relación médico-paciente ha evolucionado considerablemente hacia una
autonomía más visible frente a los médicos, donde su opinión en el ámbito clínico
es respetada y considerada como el centro de la relación, de modo, que las
decisiones terapéuticas son tomadas de forma compartida. De modo que al ser
capaz de asumir las consecuencias de su decisión, éste puede decidir no recibir
un tratamiento o abandonar un servicio de urgencias si así lo considera.

En este punto, es trascendental que todos los profesionales sanitarios evalúen los
criterios de competencia del paciente, para ver si existe o no alteración de la
misma, ya que un paciente no competente no puede asumir las consecuencias
que se derivan de abandonar un ingreso hospitalario necesario o el rechazo de un
tratamiento de necesidad vital, de modo que habría que procederse al
internamiento urgente involuntario. Existen tres situaciones que están
íntimamente relacionadas con la capacidad/competencia del paciente y las
implicaciones éticas y médico-legales en la toma de decisión compartida con él y
por el facultativo de salud.

El primer caso, es el rechazo al tratamiento o medidas que son planteadas por el


equipo asistencial, siendo éste un derecho fundamental del paciente, siendo un
deber del médico brindar la información adecuada y ofrecer posibles alternativas,
si las hubiese, por ello, es necesario fomentar mecanismos de diálogo con el
paciente o, si no es posible, con sus allegados. El paciente o familiar debe de
plasmar por escruto el consentimiento informado, expresando de forma clara el
rechazo terapéutico y el por qué. Aunque en la mayoría de casos, se respetan la
decisión de negarse, hay situaciones en que se podría “obligar” a aceptarlo por
razones de riesgo colectivo de salud pública o por imperativo legal.

Cuando se presentan situaciones derivadas de trastorno psíquico en las que el


paciente tiene modificada de manera transitoria o permanente su capacidad de
decidir y no es posible establecer medidas terapéuticas basadas en las
capacidades de los pacientes, serán los médicos quienes evalúen la capacidad
del paciente y la previsible situación de incapacidad. Pero en esta situación, cobra
importancia el documento de voluntades anticipadas personal, que permite
obtener la constancia de la voluntad de los pacientes a rechazar determinados
tratamientos.

Otra de las situaciones es el alta voluntaria, el cual debe ser respetado en los
pacientes competentes tras una información adecuada sobre los beneficios,
riesgos y también las posibles alternativas al ingreso del paciente en el centro
sanitario. El paciente debe firmar el documento de alta voluntaria y esta
circunstancia deberá quedar registrada en la historia clínica.

Por último, se encuentra la fuga de urgencias sin el alta correspondiente que ha


sido admitido en el sistema o que simplemente esté en la sala de espera. Si el
paciente es competente y hace uso del principio de la autonomía al irse, no se
percibe un riesgo excesivo y no conllevará consecuencias clínicas ni legales. Sin
embargo, cuando un paciente no competente es el que abandona, podría poner
en entredicho la garantía protectora del sistema.
Opinión personal

Es interesante ver cómo la relación entre el médico y el paciente ha cambiado,


porque anteriormente se veía que la decisión del médico era la final, por su nivel
de conocimiento, ahora gracias a la autosuficiencia, autonomía y sentido de
pertenencia e investigación a través de la tecnología, el pensar y opinión del
paciente tomó relevancia con respecto a su propia salud y tratamientos a seguir
juntos con el médico, ya que éste debe de respectar todos los puntos de vista, ya
sea religiosos o creencias basadas en ciertos en ciertas normativas morales y
éticas. El principio de autonomía es una espada doble filo, porque el paciente
puede seguir las recomendaciones terapéuticas del médico, y recuperarse o
puede tomar decisiones que le perjudican directamente su estilo de vida o mejoría
de su salud.

Con relación al alta voluntario es obligatorio que el paciente deje por escrito el por
qué retira el tratamiento y sale de la institución por si le pasa algo al paciente, éste
tiene un resguardo jurídico que salvaguarda el prestigio de la misma y el prestigio
de su personal de salud.

Es interesante como la fuga juega un papel crucial y está íntimamente relacionada


con la seguridad que el sistema de salud mismo les ofrece a los pacientes cuando
éstos no están enteramente competentes para decidir irse, ya sea por efectos
alucinógenos o por algún trastorno psiquiátrico.

En conclusión, en este artículo se puede visualizar como el vínculo paciente-


familiar-médico es el pilar de la comunicación efectiva y asertiva, así como de la
atención de calidad y humanizada en las emergencias y urgencias las
instituciones sanitarias.

Bibliografía
1. Yuguero Torres O, y Pérez Pérez, R. El alta voluntaria y la fuga en los servicios
de urgencias: un reto con implicaciones éticas y médico-legales.
Emergencias (Sant Vicenç dels Horts) [En linea]. 2018 [fecha de acceso 24
de octubre de 2019]; 30(6): 433-436. Disponible en:
http://emergencias.portalsemes.org/descargar/el-alta-voluntaria-y-la-fuga-
en-los-servicios-de-urgencias-un-reto-con-implicaciones-ticas-y-
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