Está en la página 1de 2

SE DEFINE LA PARENTALIDAD POSITIVA COMO PARADIGMA, UNA FORMA DE ENTENDER LA

CRIANZA DE LOS HIJOS, “QUE TIENE EN CUENTA LAS NECESIDADES DE LOS HIJOS Y SU
SATISFACCIÓN, PROPORCIONA AMBIENTES Y RECURSOS PARA ESTIMULAR SU APRENDIZAJE,
PERO TAMBIÉN SE OCUPA DE QUE OFRECER MODELOS POSITIVOS Y PROCURAR EL
APRENDIZAJE DE LAS NORMAS SOCIALES BÁSICAS, PONE LÍMITES A SU COMPORTAMIENTO”.

El ejercicio de las responsabilidades familiares debe guiarse por los siguientes


principios:

VÍNCULO DEL AFECTO. Lo saludable es el afecto, y los beneficios del desarrollo de


un apego seguro están empezando a tener evidencia científica. Todos sabemos
que para que un niño crezca necesita sentirse querido y protegido.

ENTORNO ESTRUCTURADO: Los niños necesitan sentirse seguros, pero también


necesitan que les guiemos y orientemos en su socialización, con normas y cierto
orden, pero también con flexibilidad según sus necesidades. Esto incluye que
hemos de tener en cuenta que nuestros comportamientos son atentamente
observados, e imitados, por nuestros hijos; la coherencia será pues, un valor en alza.

ESTIMULACIÓN Y APOYO DEL APRENDIZAJE: facilitar que nuestros hijos encuentren la


motivación por el aprendizaje, reforzar sus logros sin caer en el exceso de halago,
darles la oportunidad aprovechar su imaginación y creatividad. No hemos de
olvidar el valor del juego en la infancia.

RECONOCIMIENTO: Los padres hemos de interesarnos por lo que le importa a


nuestro hijo, necesitamos observarlos atentamente, que les entendamos. Los niños
necesitan sentirse comprendidos.

CAPACITACIÓN de los hijos, potenciando su percepción como agentes activos


capaces de cambiar las cosas e influir sobre los demás. Los espacios y momentos
de escucha, de juego u ocio compartido serán la clave para el desarrollo de este
aspecto.

EDUCAR SIN VIOLENCIA, con respeto a nuestros hijos, ningún adulto merece ningún
tipo de violencia ni humillación, ¿por qué a un niño sí?

También podría gustarte