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Beneficios de reír para la salud

Volver a Bienestar
Ana Callejo Mora
Lunes, 12 de Febrero de 2018 - 08:00

Reír a carcajadas ayuda a ejercitar los músculos.


Si estás leyendo estas líneas, hay dos opciones. O bien tienes ganas de echarte unas risas, o bien de
llorar. Suposiciones aparte, te vamos a contar lo que la risa puede hacer por tu salud sin darte apenas
cuenta.
“La risa tiene efectos beneficiosos que podemos diferenciar a nivel físico y psicológico”, comenta
Isabel Rodero, pedagoga del Centro TAP. Tratamiento Avanzado Psicológico, desarrollándolos a
continuación.
En cuanto a los beneficios físicos:
• Nos mantiene en forma, ya que trabajamos musculatura que normalmente no utilizamos.
• Oxigenamos mejor nuestro organismo, puesto que entre carcajadas cogemos el doble de aire que
con una respiración normal.
• Nuestro cuerpo genera más anticuerpos, por tanto fortalece nuestro sistema inmunológico.
A nivel psicológico, la risa es un liberador de endorfinas, lo que hace que se generen sustancias que
combaten la ansiedad y la depresión. De esta manera:
• La risa nos hace felices a nosotros y a la gente que nos rodea y es activador de áreas corticales
encargadas de las relaciones a nivel social, por eso, mejora nuestras relaciones sociales.
• Sonreír es una forma de convivencia.
• Fomenta el estado de ánimo positivo y, por ello, generamos optimismo.
• Nos ayuda a relativizar la realidad e integración en ella por dura que parezca.
Pero aún hay más. “Se sabe que la risa ayuda en la recuperación de los pacientes hasta un 60 por ciento.
De ahí la aparición de los Doctores Sonrisa, que van a los hospitales a ayudar a los niños ingresados”,
le suma Isabel Serrano Rosa, psicóloga y terapeuta de parejas que dirige enpositivoSÍ.

¿Qué respuesta cerebral provoca la risa?


En el cerebro, la risa, dice Serrano, “activa el hipocampo (centro de la memoria) y se dirige hacia la
amígdala (el centro de las emociones), poniendo en marcha después la zona del córtex -que es la
destinada a los procesos intelectuales- y de ahí a la zona del cerebro que activa la sonrisa o la carcajada
(núcleo acúmbeo). Esto depende del estado de ánimo, de la personalidad o la ausencia de trastornos
psicológicos”.
La experta comenta que algunos estudios indican que reír eleva el número de sustancias
neurotransmisoras, y parece haber una correlación entre la risa y la disminución de la enfermedad de
Alzheimer.
Asimismo, genera endorfinas, dopamina, serotonina y adrenalina, todas ellas hormonas que
contribuyen al bienestar físico.
Según profundiza Rodero, “cuando reímos porque estamos alegres, nuestro cerebro libera endorfinas,
lo que produce efectos beneficiosos para el organismo. Las endorfinas son conocidas como hormonas
de la felicidad. La risa limita también la producción de una hormona denominada cortisol
(responsable del estrés), y libera dopamina en el cerebro, un neurotransmisor asociado a la agilidad
mental al mejorar las conexiones neuronales”.

¿Retrasa el envejecimiento?
Respecto a si reír mucho, o al menos lo suficiente, ralentiza el envejecimiento, “no hay resultados
significativos de los estudios realizados en este sentido. Sin embargo, se conocen experiencias
profesionales y vivencias subjetivas acerca de los efectos que provocan una actitud positiva y un
pensamiento optimista en la curación de enfermedades como el cáncer, incluso en algunas patologías
de origen degenerativo. No sabemos a ciencia cierta si esto podría ralentizar el envejecimiento, pero, a
buen seguro -ya sea mucho o poco el tiempo de vida-, vivirlo positivamente le dará calidad extra a
nuestras experiencias vitales”, señala la pedagoga del Centro TAP.
Por otro lado, “la risoterapia fomenta la conciencia de prestar atención al momento presente y realizar
actividades con la finalidad de divertir a las personas que la practican. Por este motivo, está indicada,
siempre como complemento, en algunos tratamientos contra la ansiedad, el estrés, etc.”, cuenta Rodero.
También sirve para aumentar la autoestima y produce estabilidad emocional, añade Serrano.

Once trucos para reír más a menudo


Serrano y Rodero aportan los siguientes trucos para reír con más frecuencia:

Conocer y tomar conciencia de nuestro sentido del humor.


Ser capaz de reconocer qué es lo que despierta una carcajada a cada uno en concreto. Es abrirnos a un
estado de conciencia donde la risa tiene más cabida, para mejorar nuestro estado de ánimo, que
habitualmente está estresado en la sociedad en que vivimos.

Relacionarnos con aquellos recuerdos y situaciones que...


Nos hacen sentir alegres y nos conectan nuestro sentido del humor.
Rodearnos de personas que nos transmitan felicidad...
Y nos ayuden a conectar con nuestro sentido del humor. La risa es contagiosa y si nos rodeamos de
personas felices, nos contagiaremos de ella.

Buscar momentos de juego y diversión.


El juego es una actividad placentera que nos ayuda a conectar con nuestro niño interior. Jugando nos
desinhibimos y dejamos fluir nuestra imaginación y emociones. El juego es el motor del desarrollo y
puede hacerse a cualquier edad.

Practica la sonrisa.
Tradicionalmente se ha creído que sonreíamos porque estábamos felices; no obstante, numerosos
estudios han demostrado que esta relación funciona de manera bidireccional. Es decir, si sonreímos es
mucho más fácil que acabemos sintiéndonos felices.

El propio lenguaje de la risa.


Crea un código compartido con piropos o muecas simpáticas.

Contagia tu risa.
Cuando reímos con la pareja nos sincronizamos modulando la risa. La medicina china utiliza esta
gimnasia: ríe con cada vocal “jaja, jeje, jiji, jojo, juju”.

Tómate el pelo.
Mírate al espejo, sácate la lengua, guíñate un ojo, exagera tus defectos hasta que te partas de risa.

Ríete del absurdo.


Haz el tonto. Compra una nariz de payaso o juega a los elefantes que se rascan espalda con espalda,
ponte espalda con espalda con algún amigo y juega a rascaros sin tocaros.

Provoca la risa.
Los niños se ríen para los otros. Las frases sin vocales son irresistibles para este fin.

Sexo divertido.
Juega al tonteo, al juego erótico: las cosquillas, los pellizquitos, los juegos de palabras. Escribe en la
piel de tu pareja con los dedos y que adivine lo que pones.

Cuidado con pasarse…


Según advierte la directora de enpositivoSÍ hay excepciones en las que la risa excesiva puede tener
riesgos. “En los estados de euforia desconectamos de nosotros mismos, de los demás y de la realidad.
Estamos volados. Algunas personas narran que bajo la excitación del momento han firmado contratos
de trabajo, se han comprado una casa o se han casado en Las Vegas (Estados Unidos) y después se han
arrepentido. También, podemos pasarnos de rosca en nuestra propia valoración, engordando falsas
alegrías y llenando el mundo de vanidosos. Con la alegría disparada, arrasamos y después suele
quedar cierta sensación de vacío”.
Esta psicóloga dice que “nos encontramos personas siempre metidas en su rol del eterno contento o
del payaso. Como siempre están en contacto con la alegría parecen no sufrir por nada. Sin embargo, es
una forma de alegría tóxica o de autismo emocional. Al final, acabará estallando por algún lado”.
Por último, para poder dormir es imprescindible ir bajando el ritmo de la alegría y así sentir cansancio
y permitir la conciliación del sueño.

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