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Doscientos Siete
trabajo en el posacuerdo
Controversia 207
Dossier
“El mundo del trabajo en el posacuerdo”
309 Reseñas
333 Colaboradores
Presentación
Dossier: “El mundo del trabajo en el posacuerdo”
Daniel Hawkins1
L
a actualidad política y económica de Colombia marcada por el fin
del conflicto armado entre las FARC-EP y el Estado colombiano, y
el tenso proceso de implementar legislativa, política y territorial-
mente los Acuerdos de La Habana, nos impone diversos retos de índole
académica y política. Ante todo, la necesidad de comprender que la im-
plementación de los Acuerdos no sólo implica los trámites formales de
aprobación de proyectos de leyes y actos legislativos en el proceso aso-
ciado al fast track, sino un análisis de los múltiples factores políticos,
económicos y socioculturales que podrían obstaculizar la materialización
de lo acordado y enredar el proceso gradual de construir una época de
posconflicto colombiano, entendido, de acuerdo con las apreciaciones
de León Valencia (2017), como un periodo de transición, desde la termi-
nación del conflicto armado hasta la “normalización” de la democracia,
en el cual los factores detonantes de la violencia sean superados.
1
Director del Área de Investigación de la Escuela Nacional Sindical
2
Por ejemplo, en los doce informes presentados en la Mesa de Diálogos en La Habana
por la Comisión Histórica del Conflicto y sus Víctimas el 10 de febrero de 2015, la
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mayoría destacan esta relación. Véanse, por ejemplo: Darío Fajardo, “Estudio sobre
los orígenes del conflicto social armado, razones de su persistencia y sus efectos
más profundos en la sociedad colombiana”; Javier Giraldo, S.J. “Aportes sobre el
origen del conflicto armado en Colombia, su persistencia y sus impactos”; Francisco
Gutiérrez, “¿Una historia simple?”; Alfredo Molano, “Fragmentos de la historia del
conflicto armado (1920-2010)”.
Presentación 9
Por su parte, los artículos de Edgar Varelo y Daniel Hawkins analizan los
derechos del trabajo en Colombia en relación a dos de las más recientes
reconfiguraciones políticas y económicas del periodo contemporáneo:
primero, los cambios en las estrategias corporativas de las empresas
multinacionales con presencia en Colombia, asociadas al desarrollo de
Presentación 11
de queja con procesos de lobby político más concretos, abre más posi-
bilidad para una participación de exigencia por parte del movimiento
sindical que en el caso del TLC con la Unión Europea.
El presente dossier termina con dos artículos que reflexionan sobre lec-
ciones de pasadas experiencias de dictaduras y procesos políticos de
censura de las fuerzas de oposición. El artículo de Kjeld Jakobsen, “Ex-
periencias internacionales de procesos de paz y de transición hacia la
democracia: La incidencia del movimiento sindical” es un análisis de
diez procesos de paz o transición a la democracia, en diversos países
de Centroamérica y Suramérica así como en Sudáfrica, y sus lecciones
para el caso colombiano, con especial énfasis en el rol de los sindicatos
y el tema laboral en las negociaciones de paz o transición. Partiendo
de la noción que el pasado debe traer lecciones para las actuaciones
de hoy y mañana, Jakobsen argumenta que es necesario que el movi-
miento sindical, en vísperas de la firma de los Acuerdos de Habana y la
apertura de negociaciones de paz entre el ELN y el gobierno en Quito,
comprendan las formas en que diversos movimientos sindicales se han
involucrado en procesos de negociación.
Esta entrega de la revista se cierra con una reseña del libro de la an-
tropóloga norteamericana Lesley Gill sobre la historia reciente de
Barrancabermeja en medio de la violencia que la aqueja.
Referencias
Ocampo, J. A. (2015). El campo colombiano: un camino hacia el bienestar y
la paz. Misión para la transformación del campo. Informe detallado de la
Misión para la Transformación del Campo, Tomo I. Departamento Nacional
de Planeación.
Introducción
E
n medio de las favorables noticias sobre el cese al fuego bilateral
entre el Gobierno y las FARC-EP es esencial construir nuevos es-
pacios de concertación e inclusión social y laboral que tomen en
consideración las dificultades padecidas por un sector históricamente
relegado, como lo es el sector rural colombiano. Si bien para la Escue-
la Nacional Sindical es fundamental examinar las peculiaridades del
trabajo rural, también es cierto que la naturaleza compleja de dicho
trabajo obliga abordar dichas especificidades laborales desde un punto
de vista social y económico mucho más amplio, con el fin de compren-
der las dinámicas y los retos que aquel sector entraña para el futuro
del país en el mediano y largo plazo. En ese caso, el primer punto de
los acuerdos de la Habana titulado Hacia un nuevo campo colombiano:
Reforma rural integral, sumado a los dos últimos Planes Nacionales de
Desarrollo, son, en teoría, las hojas de ruta sobre las cuales se ha desa-
rrollado el modelo de “progreso” y de trabajo en el sector rural, de cara
a los escenarios del posacuerdo.
1
Artículo recibido en agosto de 2106.
Artículo aprobado en noviembre de 2016.
2
Licenciado en Ciencias Sociales de la Universidad de Caldas, Manizales. Magister
en Historia de la Universidad Nacional de Colombia, Sede Medellín y estudiante
de Doctorado en Historia de la Universidad Nacional, Sede Medellín.
20 Controversia 207
3
Foro departamental de seguimiento a los acuerdos de la Habana, 2016.
El trabajo en el sector rural: dilemas y lógicas para un escenario de posacuerdo 23
Hubo otros dos aspectos llamativos del nuevo acuerdo en materia rural.
El primero de ellos fue el reconocimiento explícito de la propiedad pri-
vada, lo que conllevó, como seña la Kalmanovitz (2016), la articulación
entre la gran economía agrícola y la pequeña economía campesina,
restándosele así importancia a las Zonas de Reserva Campesina. En se-
gundo lugar, se introdujo el principio de Desarrollo Integral del campo,
entendido este como el balance entre las diferentes formas de produc-
ción existentes: agricultura familiar, agroindustria, turismo, agricultura
comercial de escala4.
4
Foro departamental de seguimiento a los acuerdos de la Habana, 2016.
El trabajo en el sector rural: dilemas y lógicas para un escenario de posacuerdo 25
5
Acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz
estable y duradera, 2016.
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6
Foro departamental de seguimiento a los acuerdos de la Habana, 2016.
El trabajo en el sector rural: dilemas y lógicas para un escenario de posacuerdo 27
7
Foro departamental de seguimiento a los acuerdos de la Habana, 2016.
28 Controversia 207
8
Departamento Nacional de Planeación, 2010.
El trabajo en el sector rural: dilemas y lógicas para un escenario de posacuerdo 35
Por otro lado, al analizar los alcances del PND 2014-2018, de nuevo
se planteó la necesidad de transformar el campo; además, el tema de
la paz parece ganar mayor protagonismo en comparación con el PND
anterior. Por tal razón, se expresó la necesidad de llevar a cabo la trans-
formación integral del sector rural colombiano, a través de la puesta
en marcha de varios puntos relacionados con la educación rural, el
cierre de las brechas en los ingresos urbano-rurales, la disminución de
la pobreza rural, fomento de estándares elevados de competitividad,
además de otros aspectos como formalización de tierras y mejoramien-
to de capacidades productivas. Sin embargo, y de manera semejante a
lo vislumbrado en el anterior PND, no se advierte de manera minuciosa
la forma de implementar políticas diferenciales de ingresos y empleos
incluyentes y dignos, más allá de la mención a los proyectos agro-em-
presariales, erigidos en los motores del “desarrollo”.
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8
Departamento Nacional de Planeación, 2010.
El trabajo en el sector rural: dilemas y lógicas para un escenario de posacuerdo 37
Consideraciones finales
Con base en lo examinado hasta ahora, se puede observar una enorme
desconexión entre dos formas de concebir el desarrollo rural por parte
del Gobierno y la forma en que lo aprecian los campesinos. Esta situa-
ción también se ve reflejada en las diferencias de enfoque apreciadas en
el punto uno de La Habana y los PND, en la medida que el primero pare-
ce hacer hincapié en el componente social del debate sobre la estructura
de las tierras y las economías campesinas, mientras que el segundo pa-
rece girar alrededor de un horizonte más articulado con las locomotoras
del desarrollo agroempresarial. Por consiguiente, en los PND no se vis-
lumbra, entre otras cosas, una política enfocada en atenuar las enormes
disparidades de género engendradas en el campo colombiano. Así mis-
mo, si bien parece existir un interés común en torno a la consolidación
de un proceso de paz y de una política de desarrollo rural capaz de dar
cuenta de los intereses de los campesinos más vulnerables –atendiendo
a lo promovido en el acuerdo de tierras–, el Gobierno continúa amparán-
dose en un estilo gerencial a la hora de abordar los asuntos del campo;
un ejemplo de ello son los PND. En ese caso, esta esfera de acción pare-
ce ajustarse a las lógicas del mercado internacional y a unos parámetros
supeditados al cumplimiento de estándares de competencia y eficiencia.
Además, frente a las manifestaciones campesinas, las tramas de poder
han mezclado la ilegalidad con las acciones de la fuerza pública y los
grupos armados irregulares, como una especie de herramienta orientada
a la contención de la protesta.
Referencias bibliográficas
Anónimo (18 de noviembre de 2016). Respuestas a las principales dudas
sobre el nuevo acuerdo de paz. Recuperado de: http://www.altocomisio-
nadoparalapaz. gov.co/Prensa/documentos-y-publicaciones/Documents/
Que_se_ha_acordado_en_La_Habana.pdf
Delgado, P. (02 de julio de 2013). “La reforma rural es una prioridad para el
país”. En Vanguardia Liberal.
Londoño, R. (03 de junio de 2013). “Acuerdo sobre el tema agrario: entre el pre-
sente y el futuro de la paz”. En Razón pública. Recuperado de http://www.
razonpublica.com/index.php/conflicto-drogas-y-paztemas- 30/6876-acuer-
do-sobre-el-tema-agrario-entre-el-presente-y-elfuturo- de-la-paz.html
Zambrano Triana, R. (13 de mayo del 2015). “Más de 120 multinacionales tras
el agro nacional”. En La República.
M
2.
Medición y análisis de las
condiciones de trabajo decente
en las zonas geográficas de
Colombia: cabeceras y centros
poblados y rural disperso
2013-2015
Medición y análisis de las condiciones
de trabajo decente en las zonas geográ-
ficas de Colombia: cabeceras
y centros poblados y rural disperso
2013-20151
Por Carmen Lucía Tangarife López2
Introducción
L
a Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha identificado que
las actividades económicas se desarrollan bajo formas que han
puesto en riesgo a los trabajadores y su calidad de vida. Ante
dicha situación, el organismo internacional ha hecho un llamado y ha
invitado a los países a pensar seriamente en esto, y por ello, ha propues-
to una batería de indicadores agrupados en diez dimensiones para medir
el trabajo decente, los cuales fueron tenidos en cuenta en este artículo.
1
Artículo recibido en agoto de 2106.
Artículo aprobado en octubre de 2016.
2
Economista y Magíster en Economía de la Universidad de Antioquia. Profesional
en el Área de Investigación de la Escuela Nacional Sindical.
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punto uno del Acuerdo Final entre el Gobierno Nacional y las FARC-EP,
específicamente el numeral 1.3.3.5 que establece la necesidad de formu-
lar un plan progresivo de protección social y de garantías de derechos de
los trabajadores y trabajadoras rurales (República de Colombia, 2016).
3
Vale la pena aclarar que como la mayoría de la ocupación en la zona resto se
concentró en el sector de la agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca,
algunos indicadores, para las que no existe información diferenciada para la zona
Medición y análisis de las condiciones de trabajo decente en las zonas geográficas
de Colombia: cabeceras y centros poblados y rural disperso 2013-2015 47
resto, serán analizados bajo el comportamiento que tuvo este sector, de manera
que se pueda observar la tendencia y contar con un panorama aproximado de las
condiciones de trabajo decente de la zona resto.
48 Controversia 207
4
El Índice de Pobreza Multidimensional (IPM) se construye con base en cinco
dimensiones: condiciones educativas del hogar, condiciones de la niñez y la
juventud, salud, trabajo, y acceso a los servicios públicos domiciliarios y con-
diciones de la vivienda. Estas 5 dimensiones involucran 15 indicadores, y son
considerados pobres los hogares que tengan privación en por lo menos el 33% de
los indicadores.
5
EVale la pena recordar que este indicador fija unas necesidades básicas definidas
en 5 dimensiones: viviendas inadecuadas; viviendas con hacinamiento crítico;
viviendas con servicios inadecuados; viviendas con alta dependencia económica
y viviendas con niños en edad escolar que no asisten a la escuela. Así pues, se
considera pobre un hogar que presenta al menos una de las anteriores privaciones,
mientras que un hogar se encuentra en situación de miseria si incumple con dos o
más de los criterios anteriormente descritos.
Medición y análisis de las condiciones de trabajo decente en las zonas geográficas
de Colombia: cabeceras y centros poblados y rural disperso 2013-2015 53
La ocupación por sexo mostró una enorme y marcada brecha entre hom-
bres y mujeres en la zona resto más que en las cabeceras. En la primera
zona la brecha de ocupación fue en promedio de 37 pp entre unos y
otras, mientras que en la segunda zona la brecha promedio fue de 18 pp.
Estas brechas son evidencia de una discriminación en las oportunidades
y un déficit de trabajo decente, que debe buscar reducirse hacia el futuro.
6
Las personas ocupadas son aquellas que durante el período de referencia
(semana anterior a la aplicación de la encuesta) se encontraban en una de las
siguientes situaciones: trabajó por lo menos una hora remunerada en la semana
de referencia; no trabajaron en la semana de referencia, pero tenían un trabajo o
fueron trabajadores familiares sin remuneración que trabajaron en la semana de
referencia por lo menos 1 hora.
Medición y análisis de las condiciones de trabajo decente en las zonas geográficas
de Colombia: cabeceras y centros poblados y rural disperso 2013-2015 55
Para la mayor parte de los jóvenes, esta etapa del ciclo de vida se carac-
teriza por el cambio, la vulnerabilidad y el desarrollo de la autoestima
y del sentido de pertenencia. Es probable que necesiten el apoyo de
una supervisión y orientación especializadas. En resumen, para los jó-
venes que están fuera del sistema educativo y del mercado laboral es
especialmente difícil durante estos años afrontar los retos de la vida y
desarrollar todo su potencial (Grogger, 1997; Jacob y Lefgren, 2003 ci-
tado por De Hoyos, Rogers y Székely, 2016).
58 Controversia 207
8
Corresponde al porcentaje de población de 14 a 28 años que se encuentran
desempleados –o buscando empleo– con respecto a la fuerza laboral de 14 a 28 años.
60 Controversia 207
Los resultados, según género indican que, si bien fueron las mujeres
las que registraron un mayor nivel de desafiliación a los sistemas en la
zona rural, la diferencia con respecto a los hombres no fue tan marcada
como en indicadores anteriores. Para el 2015, la tasa de informalidad de
las mujeres fue de 89,3% frente a 86,9% de los hombres. La desprotec-
ción social significa un riesgo alto en el deterioro de la calidad de vida
y una condición desfavorable para el bienestar de los trabajadores, lo
que desencadena pobreza.
62 Controversia 207
En la zona resto las mujeres fueron las que estuvieron más expuestas
a este tipo de ocupaciones; la proporción de ocupadas cuentapropista
y trabajadoras familiares permaneció invariable entre 2014-2015. Para
este último año, de cada cien ocupadas, 67 estaban en ocupaciones
expuestas a mayor riesgo económico y de cada cien ocupados 57,8 es-
taban en esta condición.
Tabla 10. Tasa de asalariados con bajos ingresos (por debajo de 2/3
de la mediana del ingreso por hora) desagregada por sexo 2013-2015
9
En tal sentido, su resultado sólo refleja la evolución de los salarios promedios
reales en el tiempo, valorados a precios de 2008.
68 Controversia 207
Al desagregar la tasa de trabajo infantil por sexo, tanto para la zona res-
to como para la cabecera, la TTI de los niños fue superior a la reportada
por las niñas. En la zona resto la TTI de los niños fue de 27,1% en 2013
y terminó en 2015 con una tasa de 23,9%. En el caso de las niñas no
hubo cambios significativos y la TTI se ubicó en 9,9% al igual que en
2013. En la cabecera TTI de los niños estuvo por encima del indicador
de las niñas en más de 3 pp durante los años de análisis y se ubicó en
2015 en 9,7% y 6,7%, respectivamente.
Por sexo, la TTIA presentó la misma tendencia que la TTI, fueron los
niños los que mayores tasas reportaron. En 2015 se encontró que en la
zona resto la TTIA de los niños fue de 15,8% y la de las niñas de 4,2%,
con una brecha entre unos y otras de más de 11 pp. En la cabecera la
diferencia fue de casi 3 pp, para el último año la TTIA de los niños fue
de 6,2% y la de las niñas de 3,4%.
Medición y análisis de las condiciones de trabajo decente en las zonas geográficas
de Colombia: cabeceras y centros poblados y rural disperso 2013-2015 77
El gran interrogante de los resultados encontrados tiene que ver con los
trabajadores y trabajadoras excluidas del sistema pensional en ambas
zonas del país, pues se ha evidenciado que el sistema pensional en el
país está diseñado exclusivamente para garantizarles derechos a los
trabajadores de la economía formal, con un contrato de trabajo y que
gocen de una relativa estabilidad a lo largo de su vida laboral.
Las estructuras y los procesos del diálogo social, cuando son exitosos,
tienen el potencial de resolver importantes temas económicos y socia-
les, promover una buena gobernanza, avanzar en la paz y estabilidad
social e industrial, y estimular el progreso económico. La eficacia del
diálogo social depende de
4. Conclusiones y recomendaciones
Como se ha podido constatar, la medición del trabajo decente no es un
proceso mediado por un indicador sintético que revele un único dato,
al contrario, es un proceso multidimensional, por ello es un concepto
complejo. Las distintas dimensiones del trabajo decente se encuentran
interrelacionadas, por lo cual las estrategias e instrumentos que se de-
finan deben atender de manera transversal las carencias encontradas.
Referencias bibliográficas
Departamento Administrativo Nacional de Estadística (2015). Microdatos Gran
encuesta integrada de hogares 2013-2014 y 2015. Recuperado de http://
formularios.dane.gov.co/Anda_4_1/index.php/catalog/MICRODATOS.
Ferreira, F., Messina Julián, R., Jamele et al. (2013). Economic Mobility and the
Rise of the Latin American Middle Class. Washington, D.C.: Banco Mundial.
Grogger, J. (1997). Market Wages and Youth Crime. Cambridge: National Bu-
reau of Economic Research.
Jacob, B. y Lefgren, L. (2003). Are Idle Hands the Devil’s Workshop? Incapacita-
tion, Concentration, and Juvenile Crime. The American EconomicReview,
93(5), 1560–77.
100 Controversia 207
Introducción
E
l norte del Cauca es una subregión que presenta una interesante
diversidad étnico-racial, así como un importante dinamismo so-
cioeconómico que articula a los municipios entre sí y, cada vez
más, con la ciudad de Cali (ver Figura 1). La población Nasa, uno de
los grupos étnicos más importantes de los municipios que componen
esta subregión, es mayoritaria en Toribío, Jambaló y Caldono1. En estos
tres municipios los Nasa tienen una larga tradición de organización y
*
Artículo recibido en julio de 2106.
Artículo aprobado en octubre de 2016.
Este artículo ha sido resultado de una investigación realizada con el equipo
indígena de los Proyectos Nasa y Global de los cinco resguardos de los municipios
de Toribío y Jambaló, y del resguardo de San Lorenzo de Caldono, con la
participación destacada de la socióloga de la comunidad Nasa, Magaly Gualiche
Garcés, y de la estadística Clara Isabel Orozco, también Nasa. La Fundación Ford
apoyó la realización de la Epen (Encuesta Piloto Experimental Nasa de Unidades
Domésticas y Productivas) para los tres resguardos de Toribío (Tacueyó, Toribío y
San Francisco) y la Fundación Interamericana del Congreso de los Estados Unidos
para el resguardo del municipio de Jambaló en sus tres zonas (alta, media y baja)
y el resguardo San Lorenzo de Caldono.
106 Controversia 207
‑
Sociólogo, Maestría en Ciencia Política, Profesor Emérito y Titular del Departamento
de Ciencias Sociales, Facultad de Ciencias Sociales y Económicas, Universidad del
Valle. Email: furreagiraldo@yahoo.com
***
Sociólogo egresado de la Universidad del Valle, coordinador del trabajo de campo
y del equipo CIDSE-Univalle-Proyecto Nasa (Toribío), Proyecto Global (Jambaló),
Resguardo de San Lorenzo de Caldono (Caldono) y para todos los otros municipios
del norte del Cauca con población Nasa en materia de estadísticas indígenas.
Email: jacalo16@yahoo.com
****
Economista egresado de la Universidad del Valle, miembro del equipo CIDSE
Univalle del norte del Cauca en coordinación con el equipo indígena Nasa local.
Email: lugaquir@hotmail.com
1
La subregión norte del Cauca está compuesta por catorce municipios. Según el
censo del 2005, en algunos de estos encontramos predominio de población negra/
afrodescendiente, como en Puerto Tejada (97,5%), Villarrica (96,9%), Padilla
(96,9%), Buenos Aires (68,5%), Caloto (62,4%), Suarez (58,2%) y Miranda
(52,7%); y en otros, predominio de población indígena, como en Jambaló (98,6%),
Toribío (95,6%), Caldono (70,6%) y Corinto (44,3%). El municipio de Santander
de Quilichao, por su parte, tiene un leve predominio de población étnica (afros
e indígenas: 52,7%) y un importante contingente de población sin pertenencia
étnica (blancos/mestizos: 47,3%). Para el año 2005 no se tenía información sobre
Guachené, debido a que su creación es posterior al censo; de todas formas es un
municipio de predominio de población negra/afrodescendiente.
2
Esta regionalización ha sido desarrollada en el estudio “Cali, ciudad región
ampliada” de la Alianza de Universidades (Universidades del Valle, Icesi, San
Buenaventura, Javeriana y Autónoma de Occidente), que ha contado con recursos
de la Fundación Ford, a partir de la metodología propuesta por la Misión Rural
(Ocampo, 2015), que se apoya en el concepto de nueva ruralidad. De esta manera
pueden analizarse en una misma región municipios con diferentes niveles de
urbanidad-ruralidad. La región en mención está conformada por veintiocho
municipios: Miranda, Padilla, Guachené, Puerto Tejada, Villa Rica, Caloto, Corinto,
Toribío, Jambaló, Caldono, Suárez, Buenos Aires, Morales, Santander de Quilichao,
en el departamento del Cauca; y Buenaventura, Dagua, La Cumbre, Vijes, Cerrito,
Mercado de trabajo, fuerza de trabajo y economía campesina indígena Nasa en tres
municipios del norte del Cauca (Toribío, Jambaló y Caldono) 107
La segunda particularidad tiene que ver con que los cabildos han ju-
gado un papel determinante en la recuperación de los territorios de
resguardo y, además, administran buena parte de las transferencias del
Estado central y regional de responsabilidades económicas y sociales
(educación y salud, principalmente). Teniendo en cuenta lo anterior,
la práctica del trabajo comunitario, que desde el inicio del proceso
de recuperación del territorio ha recaído fuertemente sobre la fuerza de
trabajo disponible de las unidades domésticas Nasa, se ha ido configu-
rando como una forma de intensificación del trabajo familiar. Y como
el trabajo comunitario tiene su soporte en la satisfacción de necesida-
des culturales del grupo Nasa, la conservación de la cultura propia es
también una particularidad constitutiva de las unidades domésticas de
producción Nasa.
3
Para un análisis de la situación de tierras en el municipio de Toribío ver: Castaño
2016.
112 Controversia 207
4
No obstante, las encuestas de hogares en el sector rural siempre arrojan tasas
convencionales de empleo y desempleo más bajas que para el sector urbano. Lo
interesante con los resultados para los tres municipios es que algunos de estos
indicadores, como el de la tasa de desempleo, bajo la lectura convencional
sería apenas friccional, lo que muestra la limitación de una lectura bajo
criterios urbanos.
Mercado de trabajo, fuerza de trabajo y economía campesina indígena Nasa en tres
municipios del norte del Cauca (Toribío, Jambaló y Caldono) 113
5
En términos generales el Tul equivale a la huerta casera campesina y representa
una forma de trabajo productivo en el hogar Nasa. Para los Nasa, el Tul está en
relación directa con la necesidad de recuperar los saberes ancestrales sobre las
propiedades curativas y nutritivas de las plantas.
6
Pero al igual que la categoría “cuenta propia”, la de trabajo familiar no remunerado
en el hogar o en otros hogares tiene un sentido diferente al contexto urbano, ya
que en este caso expresa más el fenómeno del intercambio de fuerza de trabajo
entre las unidades domésticas de una vereda y veredas contiguas (cuando se trata
de trabajo en otros hogares); es decir, el mecanismo de “cambio de mano” para
los diversos cultivos a lo largo del año. Se trata de una modalidad clásica de una
economía campesina.
114 Controversia 207
Por sexo encontramos que los hombres de todos los resguardos tienen
el mayor porcentaje de dedicación de tiempo a trabajos asalariados y,
Mercado de trabajo, fuerza de trabajo y economía campesina indígena Nasa en tres
municipios del norte del Cauca (Toribío, Jambaló y Caldono) 125
como era de esperar, son los hombres y las mujeres de Toribío las que
presentan mayor inserción laboral como asalariadas.
Los hombres de los resguardos de Toribío (51,2%) son los que tienen
la mayor articulación con el mercado laboral en Cali y la región; como
veíamos en el apartado de las ocupaciones, esta inserción laboral se
da sobre todo en condición de jornaleros y obreros. Para los hombres
de Caldono (51,7%) y Jambaló (37,3%) es más importante el merca-
do laboral de otros municipios del Cauca como Popayán, Piendamó y
Argelia. Es muy importante resaltar que los hombres Nasa de los cinco
resguardos tienen una migración laboral importante hacía otros muni-
cipios de Colombia (Neiva, Bogotá, Medellín, entre otros).
Como ya se mencionó al inicio del artículo, esta regionalización hace parte del
9
Por otro lado, el porcentaje de personas que en los doce meses anterio-
res a la encuesta realizaron trabajos independientes o por cuenta propia
distintos al de la finca por fuera del resguardo es del 15,9% en Jambaló,
del 6,3% en Caldono y del 5,9% en Toribío. Para esta población pre-
sentamos la información de los Gráficos 5 y 6 sobre el lugar de destino
según sexo.
Según el Gráfico 5, Cali y los municipios de la región norte del Cauca y sur
del Valle son el destino principal de las y los trabajadores independientes
por fuera del resguardo: 82,9% en Toribío, 61,7% en Caldono y 47,6%
en Jambaló. Como veíamos previamente, este fenómeno también se pre-
sentó en el caso de las personas que se insertan en trabajos asalariados
en otras fincas, hogares, fábricas y negocios. De nuevo, Toribío presenta
el mayor grado de articulación al mercado laboral de Cali y la región, en
este caso en actividades independientes o cuenta propia distintas a las de
la finca (por ejemplo como pequeños comerciantes y artesanos).
Por sexo, tenemos que las mujeres de todos los resguardos de Toribío y
Caldono que realizan trabajos independientes o por cuenta propia tienen
como destino principal a la ciudad de Cali y los municipios de la región
norte del Cauca y sur del Valle. Contrariamente, las mujeres de Jambaló
Mercado de trabajo, fuerza de trabajo y economía campesina indígena Nasa en tres
municipios del norte del Cauca (Toribío, Jambaló y Caldono) 131
10
Una plaza corresponde a 6.400 metros2.
Mercado de trabajo, fuerza de trabajo y economía campesina indígena Nasa en tres
municipios del norte del Cauca (Toribío, Jambaló y Caldono) 133
Ahora bien, la semilla natural es la más utilizada por las unidades do-
mésticas en los cultivos de los cinco resguardos de estos municipios,
pero frente a los otros resguardos, Toribío es donde se utiliza más este
tipo de semilla (ver Gráfico 10). Análogamente, en el resguardo de Jam-
baló y de San Lorenzo de Caldono se utilizan en mayor medida las
semillas certificadas. Según el tipo de cultivo, el Gráfico 12 revela que
los cultivos complementarios se caracterizan por el uso intensivo de
semillas naturales mientras que para los cultivos principales ocurre lo
contrario. En ese sentido, las UDPN de los tres resguardos de Toribío
emplean intensivamente la semilla certificada en los cultivos principa-
les, incluso en una proporción ligeramente superior que los resguardos
de Jambaló y de Caldono. El mayor uso de la semilla certificada en los
cultivos principales está relacionado con las exigencias de la Federación
Nacional de Cafeteros.
138 Controversia 207
Gráfico 13. Porcentajes de uso y explotación del trabajo familiar y del jornalero
agrícola en el periodo de cosecha, Encuesta Piloto Experimental Nasa
6. Conclusiones
Los tres municipios indígenas han consolidado economías campesinas
con soporte de la institucionalidad Nasa a través de la organización
indígena, especialmente en las últimas dos décadas. La autoridad in-
dígena en estos territorios ha adjudicado predios a las familias, lo cual
ha incidido en mejorar los mecanismos de generación de ingresos, fo-
mentar el desarrollo productivo y articular la economía campesina al
mercado a través de la venta de productos agropecuarios.
El cultivo del café y la fuerza de trabajo son los dos canales de articu-
lación de Toribío, Jambaló y Caldono con la región ampliada sur del
Valle y norte del Cauca. Además, debido a la vocación comercial del
cultivo principal, se posibilita la integración con mercados nacionales e
internacionales. Igualmente, se encuentra un peso muy importante de
cultivos complementarios de pancoger para el autoconsumo y, en res-
guardos como Jambaló y Caldono, también para la venta. El principal
tipo de semilla es natural/tradicional y el tipo de abono es sobre todo
orgánico, lo cual muestra que se practica una agricultura ecológica se-
gún las nuevas tendencias del mercado internacional.
148 Controversia 207
Por otro lado, las personas ausentes y en general las personas que han
salido en los últimos doce meses del resguardo como independientes o
asalariados, han logrado una importante inserción en el mercado labo-
ral de Cali y los municipios de la región norte del Cauca y sur del Valle.
La migración laboral de las mujeres Nasa se realiza fundamentalmente
a estos municipios y su actividad principal es el empleo doméstico y en
menor medida actividades de comercio y artesanales por cuenta propia.
Los hombres de los resguardos que trabajan por fuera de su territorio
también tienen como destino principal la ciudad de Cali y otros munici-
pios del norte del Cauca y sur del Valle, principalmente como jornaleros
o peones.
Referencias
Castaño, J.A. (2016). La presión demográfica sobre la tierra en Toribío, Cauca
(Colombia) Rev. Colombiana de Sociología, 39(2), 263-280.
Fuentes primarias
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yecto Nasa”, “Proyecto Global” y Cabildo de San Lorenzo de Caldono
(2014/2015). Base de datos de la Encuesta Piloto Experimental Indígena
Nasa sobre el Buen Vivir en Toribío, Tacueyó, San Francisco, Jambaló y
San Lorenzo de Caldono. Fecha de consulta: agosto del 2016.
Anexos
Anexo I. Distribución porcentual de las actividades a las que se ocupaban
la semana pasada de los tres municipios de predominio Nasa en el norte
del Cauca, Encuesta Piloto Experimental Nasa, 2014-2015
Introducción
L
a reestructuración empresarial y los cambios relacionados con la
internacionalización de la economía colombiana en las últimas
décadas han debilitado un ya estrecho campo de negociación co-
lectiva y de derechos laborales. En este contexto, de cara a certificar
sus procesos y proyectarse al mercado externo, se han producido cam-
bios en la estrategia corporativa de las firmas, cambios perceptibles en
nuevos discursos de legitimación que ahora se apoyan en diferentes
esquemas de Responsabilidad Social Empresarial (RSE). Este conocido
recurso corporativo es usual y propio de las dinámicas de globalización
en contextos desregulados en los que los directivos desean cultivar una
imagen favorable y prevenir procesos potencialmente adversos al plan
estratégico.
1
Artículo recibido en septiembre de 2016
Artículo aprobado en noviembre de 2016
2
Magíster en sociología y PHD en historia, está vinculado al Departamento de
Sociología de la Universidad Nacional de Colombia.
170 Controversia 207
t
Modelo de organización del trabajo y autoridad centrado en la actuación de un
líder que, con su conocimiento de los subordinados y capacidad de motivación a
su equipo, asegura el cumplimiento de las metas y también el desarrollo personal
y profesional de cada uno de ellos; lo anterior dependiendo del buen ajuste que
tengan al esquema de actuación seguido y su nivel de logro individual.
4
El esquema evolutivo sugerido por Patrick Murphy (2007) describe una lenta
conformación de la perspectiva de la RSE, partiendo de un período precursor que
se extiende desde el comienzo mismo del capitalismo hasta 1900; luego una fase
filantrópica hasta 1950: en ambas la caridad, paternalismo e idea de servicio son
esenciales. De acuerdo a esta periodización, que se considera un referente amplio
Sindicatos y Responsabilidad Social Empresarial (RSE) en el posconflicto
colombiano: ¿una oportunidad para el dialogo social? 173
más que un tránsito necesario y gradual de las firmas, en la segunda mitad del
siglo XX se vivieron fases de toma de conciencia, confrontación de problemas,
reconocimiento y compromiso.
174 Controversia 207
Desde una perspectiva contrastante con la anterior, pero tal vez repre-
sentativa de un gran número de interpretaciones de la RSE, en una
tesis de ciencias sociales se realiza un ejercicio analítico de inspiración
marxista (Karaca, 2012). En este caso se caracteriza la ética de la RSE
como un discurso cómodo, estrechamente ligado a las circunstancias
del mercado y el interés de acumulación. La RSE representa un fenóme-
no global de humanitarismo-espectáculo típico de la era neoliberal, un
esfuerzo legitimador de la ideología capitalista, una manera de natura-
lizar impactos aún no explicados, una pretendida solución a problemas
ambientales y humanos que no toca la causa esencial de los mismos,
que es el capitalismo mismo.
5
Ver para Perú: Fernández M., (2010) y para Chile: Cerda Becker C., y Cuevas
Valenzuela H., (2014)
Sindicatos y Responsabilidad Social Empresarial (RSE) en el posconflicto
colombiano: ¿una oportunidad para el dialogo social? 183
Sin embargo, tales cambios han sido más formales y aparentes que rea-
les; de modo que, por lo fragmentarios y leves, suscitan el escepticismo
y la crítica de las organizaciones de trabajadores6, tanto en la esfera
institucional como en la empresarial privada. Señalan que se ha vuelto
a establecer el Ministerio de Trabajo, pero con tal debilidad institucio-
nal y demostrada incapacidad de vigilancia y control, que no puede
promover mejoras apreciables en el respeto a los derechos laborales.
En el mismo sentido se valora la prohibición a las firmas de emplear
Cooperativas de trabajo asociado CTA (Ley 1429 de 2010), la más no-
civa y extendida de las modalidades de tercerización aplicadas, ante la
que el empresariado, con su conocida recursividad, intensificó otros
esquemas como el de la contratación sindical, órdenes de servicios y
sociedades por acciones simplificadas SAS (Muñoz, 2013).
6
La Escuela nacional sindical ENS ha elaborado tres documentos que puntualizan los
múltiples incumplimientos a los compromisos derivados del TLC E. U. – Colombia
para mejorar la protección y el respeto de los derechos laborales, los cuales fueron
incluidos en el llamado Plan de Acción Laboral Obama – Santos PAL suscrito en
abril de 2011.
Sindicatos y Responsabilidad Social Empresarial (RSE) en el posconflicto
colombiano: ¿una oportunidad para el dialogo social? 185
Debe destacarse que cada vez más las empresas incluyen en su in-
forme calificaciones y posicionamientos otorgados por entidades
certificadoras y consultoras especializadas en aspectos ambientales,
contables, de clima organizacional y manejo laboral. Se trata de un
elemento que adquiere creciente importancia en el ámbito sociopo-
lítico, puesto que tales evaluaciones y resultados, como se vio años
atrás en el caso de las protestas de trabajadores en los ingenios azu-
careros, junto con las acciones de RSE, se convierten en referentes y
argumentos de las firmas ante los cuestionamientos y debates sociales
que llegan a afrontar.
8
Modalidad de negociación reconocida por la legislación colombiana, que hace posible
el paralelismo sindical y el debilitamiento de las organizaciones independientes
Sindicatos y Responsabilidad Social Empresarial (RSE) en el posconflicto
colombiano: ¿una oportunidad para el dialogo social? 187
En una firma del grupo empresarial del sector alimentos, con 38.000 em-
pleados, de los cuales 26.000 están en Colombia y 12.000 en plantas del
exterior, el 18,6% de empleados pertenecen a sindicatos y 59,2% a pac-
tos colectivos. Se afirma haber desarrollado una agenda de trabajo con
las organizaciones sindicales en la que se incorporaron temas de interés
común; del mismo modo “con líderes de pactos colectivos y representan-
tes de los trabajadores, a fin de promover la participación en el análisis
y solución de situaciones laborales de interés común” (Nutresa 2014).
9
Equipares es un programa de certificación voluntaria que promueven varias
entidades, entre ellas el Ministerio de Trabajo, para certificar la buena situación de
una empresa respecto a estándares de equidad de género.
Sindicatos y Responsabilidad Social Empresarial (RSE) en el posconflicto
colombiano: ¿una oportunidad para el dialogo social? 189
10
La única alusión al tema se halló en Resolución #5 Empresas trasnacionales y
Responsabilidad social empresarial Memorias del encuentro nacional de sindicatos
de empresas multinacionales CUT CTC Programa país FNU Bogotá, octubre 29 y
30 de 2012.
Para una definición de este rentismo y descripción de diferentes modalidades de
11
agitado con insistencia el decálogo del trabajo decente, como lo muestran diversos
textos promocionales y eventos que ha impulsado.
194 Controversia 207
13
La tasa de afiliación más elevada ha sido el 13,4% del 1965 y para el año 2012 se
estimó en 4,2%, Ver Censos sindicales del Ministerio del Trabajo (1947 – 1984) y
ENS Censo sindical (1996 - 2012).
Sindicatos y Responsabilidad Social Empresarial (RSE) en el posconflicto
colombiano: ¿una oportunidad para el dialogo social? 195
ción con las que las firmas podrían o deberían contribuir a la resolución
del conflicto, pero fundamentalmente a la creación de un nuevo esce-
nario de paz, que, entre otras cosas, redundará en mejores condiciones
para la actividad productiva (Prandi y Lozano, 2010).
Una destacada reflexión con la participación del gremio ANDI, sobre las
contribuciones posibles del empresariado a la construcción de una paz
sostenible, valora experiencias de RSE que se tuvieron entre 2009 y 2013
por parte de firmas comprometidas con la protección de los derechos
humanos. Se aprecia también la vinculación a iniciativas internacionales
voluntarias con el mismo propósito, la participación en diálogos de paz
y apoyo a procesos de reintegración socioeconómica de excombatientes.
Así pues, la RSE más allá de los estrechos marcos de la dádiva de relacio-
nes públicas de las firmas y de la indiferencia escéptica de los sindicatos,
podría ser un mecanismo de entendimiento y transformación. Más aún
Ver: ‘Acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz
14
Conclusión
A diferencia de lo que se percibe en otros países, de modo especial en
las organizaciones obreras de sectores multinacionales, los sindicatos
colombianos no se han planteado hasta ahora reclamar y asumir un rol
participativo y polémico frente a los discursos y prácticas de RSE de
las firmas. No parece visualizarse la posibilidad de convertir este tipo
de acciones unilaterales y voluntarias de las empresas en un motivo de
diálogo y construcción de mejores escenarios para el entendimiento.
Referencias
Akbas, E. (2012). A sociological study of corporate social responsibility: a mar-
xist perspective [Tesis de maestría]. The Graduate School of Social Sciences
of Middle East Technical University, Ankara.
Banerjee, B. (2011). Corporate Social Responsibility: The Good, the Bad and the
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Muñoz, S. (2013). A dos años del Plan de Acción Laboral: la inspección laboral
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Unión Sindical Obrera (USO) (2010). Un buen USO. Guía de buenas prácticas
en RSE. Madrid: Fundación Corresponsables.
Introducción
L
a política estatal de promover negociaciones para tratados de li-
bre comercio (TLC) con los socios comerciales más importantes
de Colombia ha sido uno de los ejes prioritarios de los últimos
cuatro gobiernos. Fue el expresidente Álvaro Uribe Vélez el primero
en formalizar negociaciones con los Estados Unidos (EE. UU.) y la
Unión Europea (UE), los dos mercados más grandes del planeta, para
poder ampliar las preferencias comerciales para productos colombianos
y generar empleos y mayor competitividad. A pesar de los profundos
desacuerdos entre académicos sobre los beneficios (Bwagwhati, 2004;
Boskin, 2015; OCDE, 2002) o las desventajas de firmar este tipo de
acuerdos comerciales y políticos (Scherrer, 2014; Stiglitz, 2013; Wade,
2004), los recientes gobiernos de Colombia nunca quisieron debatir
sobre su estrategia de integración económica y apertura comercial, a
través de acuerdos bilaterales, donde las asimetrías económicas y el
1
Artículo recibido en julio de 2106
Artículo aprobado en noviembre de 2016.
2
Director del Área de Investigación de la Escuela Nacional Sindical. Tiene un Ph.D.
en Ciencias Sociales de la Universidad de Kassel, Alemania y un posdoctorado
del Centro Global de Derechos de los Trabajadores de la Universidad Estatal del
Pennsylvania, Estados Unidos.
208 Controversia 207
Al mismo tiempo que los dos últimos presidentes de Colombia veían que
sus dos TLC más importantes estaban estancados y se desesperaban en
buscar la fórmula para lograr que sus trámites en el Congreso estadou-
nidense y el Parlamento Europeo, respectivamente, dieran frutos, sus
dos socios, ambos con mucha experiencia en negociar, firmar y aprobar
TLC con diversos países del Sur, decidieron optar por dos estrategias su-
tilmente distintas que podrían comprometer al Gobierno colombiano en
mejorar su protección a los derechos laborales y fortalecer su capacidad
para implementar su legislación laboral. Tanto las iniciativas del Gobier-
no estadounidense como las promovidas por diputados del Parlamento
Europeo y los funcionarios de la Comisión Europea siguieron una ruta
muy experimentada que combinó capítulos sobre temas laborales dentro
de los TLC con unos acuerdos laborales paralelos.
3
Colombia y los Estados Unidos firmaron el TLC el 22 de noviembre de 2006, tres
años después de la apertura de las negociaciones (el 18 de noviembre de 2003).
El tema laboral en las negociaciones de los TLC: lecciones de las experiencias de
Colombia frente a los TLC con los Estados Unidos y la Unión Europea 211
Con la firma del PAL se dio vía libre a la aprobación del TLC y ese
mismo año, en octubre, el Congreso estadounidense y el presidente
Obama firmaron dicho acuerdo, aún sin tener claro si las medidas su-
geridas serían adoptadas total o parcialmente y si estas tendrían efecto
sobre las realidades que se querían cambiar. Si bien el PAL fue un
mecanismo exitoso para desbloquear la firma del TLC, no ha sido una
estrategia ni eficiente, ni única, ni novedosa, cuando se recuerdan los
muchos otros acuerdos laborales paralelos o los capítulos sobre es-
tándares laborales que forman parte de los TLC negociados entre los
EE. UU y países del Sur. El PAL fue, en realidad, otro intento más para
supeditar los derechos laborales con los tratados de libre comercio que
se expandieron significativamente durante la década de los 90 y a prin-
cipios del siglo actual.
Desde sus inicios, las críticas sobre la forma en que se había tratado
los estándares y derechos laborales en Nafta fueron diversas y amplias,
pero este modelo de acuerdo laboral paralelo al TLC, con retórica sobre
los derechos laborales y mecanismos de quejas por violaciones siste-
máticas a estos derechos, volvió a estar presente en varios de los TLC
negociados por los EE. UU. en el siglo XXI, aunque cada uno con sus
acápites especiales.
4
Véanse algunos de los estudios sobre las múltiples formas en las cuales se nota la
falencia del Naalc para brindar una protección efectiva a los derechos de libertad
sindical y en erradicar las peores formas de trabajo infantil y trabajo forzoso: Bou-
zas, José Alfonso Ortiz (Coord.) (2009). Evaluación de la contratación colectiva
en el Distrito Federal. Friedrich Ebert Foundation. Disponible en: www.democra-
ciaylibertadsindical. org.mx/media_files/LIBRO_BOUZAS.pdf; Unna, Carlos de
Buen (2011). Collective bargaining agreements for employer protection (“protection
contracts”) in Mexico. Friedrich Ebert Foundation. Disponible en: www.democra-
ciaylibertadsindical.org. mx/ media_files/Paper_Charles_De_Buen.pdf; Tilly, Chris
y Alvarez Galván, José Luis (2006). Lousy Jobs, Invisible Unions: The Mexican Re-
tail Sector in the Age of Globalization. International Labor & Working-Class History,
70, 1-25; Worker Rights Consortium (2013, junio 18). Violations of International
Labor Standards at Arneses y Accesorios De Mexico, S.A. DE C.V. (GRUPO PKC).
El tema laboral en las negociaciones de los TLC: lecciones de las experiencias de
Colombia frente a los TLC con los Estados Unidos y la Unión Europea 213
6
Es importante anotar que el Atpa/DEA estaba más asociado al cumplimiento de los
países andinos con respecto a sus políticas de antinarcóticos, siguiendo las líneas
determinadas por la DEA. Véase: Patel-Campillo, Anouk (2010). Rival commodity
chains: Agency and regulation in the US and Colombian cut flower agro-industries.
Review of International Political Economy, 17(1), 77-102.
El tema laboral en las negociaciones de los TLC: lecciones de las experiencias de
Colombia frente a los TLC con los Estados Unidos y la Unión Europea 215
Es así que más de cinco años después de la firma del PAL estamos
ante una situación en la que a pesar de las evidentes mejoras en la
regulación estatal de las relaciones laborales del país (sobre todo con
respecto a la creación del Ministerio de Trabajo, la ampliación de la
planta de inspectores y la modernización del sistema de inspección
laboral, el fortalecimiento de los sistemas de protección de sindicalis-
tas amenazados y el gradual avance investigativo contra los miles de
crímenes cometidos contra sindicalistas colombianos), muchos de los
diez temas y las 37 medidas concretas del acuerdo no se han cumplido
216 Controversia 207
7
La Comisión de la Unión Europea tiene facultad de iniciar y concluir todas las
negociaciones comerciales con países socios.
El tema laboral en las negociaciones de los TLC: lecciones de las experiencias de
Colombia frente a los TLC con los Estados Unidos y la Unión Europea 217
Por cierto, aunque los TLC negociados por la UE han aumentado en nú-
mero durante el nuevo siglo8, fue a partir de la Estrategia Comercial de
la Europa Global, en 2006, que se pudo evidenciar cómo la Comisión
Europea, entidad responsable por las negociaciones comerciales9, además
de diseñar y presentar cualquier normatividad de la UE, profundizó su
política de acelerar las negociaciones a través de la estrategia de promover
instancias de “cooperación” en temas sociales (Van den Putte et al., 2015).
ec.europa.eu/trade/policy/countries-and-regions/agreements/#_other-countries
(recuperado el 4 de agosto de 2016).
Desde el año 2009, la comisión obtuvo el dominio sobre las negociaciones de los
9
De acuerdo con Van den Putte et al. (2015, p.2) en la primera instancia se puede
10
Siguiendo el modelo utilizado para las negociaciones con Corea del Sur,
como parte del TLC con Colombia y Perú, la Unión Europea (UE) pro-
puso la inclusión de un capítulo en ese acuerdo donde se plantearan
las protecciones y garantías sobre temas laborales y ambientales y, de
modo más general, para reiterar la importancia de vincular asuntos de
comercio con el trabajo y el medioambiente: el título IX sobre Comercio y
desarrollo sostenible. El preámbulo de este título hace referencia a varias
de las declaraciones internacionales y multilaterales más importantes
sobre el medioambiente, el desarrollo y el trabajo decente, como manera
de subrayar el compromiso de las partes firmantes del TLC con el fin de
El artículo 267 de dicho título propone la necesidad que las tres par-
tes: “(b)12 fortalezcan el cumplimiento de las legislaciones laborales y
medioambientales de cada parte”; “(d) fortalezcan el compromiso con
los principios y derechos laborales de acuerdo con las provisiones del
presente título”; y “(e) promuevan la participación pública en asuntos
cubiertos bajo este título”. Preocupa, sin embargo, la falta de unos me-
canismos vinculantes para asegurar que estos propósitos anunciados
queden inscritos en las políticas públicas de cada firmante, es decir, en
ese título no se establece ningún compromiso concreto y mucho menos
obligaciones para que cada país firmante realmente “mejore” la aplica-
ción de sus leyes laborales y las leyes sobre el medioambiente. Incluso,
en el artículo 268 de ese título, sobre el derecho a regular y sobre nive-
les de protección, se hace explícito que cada firmante tiene el “derecho
soberano […] a establecer sus políticas y prioridades nacionales sobre
el desarrollo sostenible y sus niveles propios de protección ambiental
y laboral, consistente con los estándares y acuerdos reconocidos inter-
nacionalmente”. Más adelante, ese mismo artículo plantea que, en vez
de establecer obligaciones concretas sobre la aplicación efectiva de las
leyes en armonía con los convenios internacionales respectivos, “cada
parte se esforzará para que sus leyes y políticas relevantes provean y
promuevan altos niveles de protección laboral y para el medioambien-
te” (énfasis del autor). Pero “esforzarse” por asegurar que las leyes y
políticas públicas protejan los derechos de los trabajadores y los dere-
chos de la naturaleza suena más como una manera de “intentar” en
vez de “hacer” y deja cualquier evaluación sobre el desempeño de las
12
Nota del autor: todas las citas directas del texto del TLC son traducciones del
inglés hechas por el autor.
El tema laboral en las negociaciones de los TLC: lecciones de las experiencias de
Colombia frente a los TLC con los Estados Unidos y la Unión Europea 223
partes, en relación con este tema, sobre terreno poco firme: ¿cómo se
puede determinar que un Gobierno no ha intentado que sus leyes y po-
líticas protejan los derechos laborales y al medioambiente?
Debemos afirmar que el artículo 269 de dicho TLC plantea los compro-
misos de cada firmante con respecto a cinco de los derechos laborales
fundamentales de la OIT: la libertad de asociación sindical y la negocia-
ción colectiva, la eliminación del trabajo forzoso, la abolición efectiva
de trabajo infantil y la eliminación de la discriminación en el empleo
y las ocupaciones. La importancia de resaltar los dos derechos funda-
mentales habilitantes, como son la libertad sindical y la negociación
colectiva, no es un asunto menor, pero, teniendo en cuenta la supuesta
profundización del enfoque cooperativo de los nuevos TLC de la UE,
que enfatiza los Derechos Humanos en vez de solo normas sociales, es
extraño que no hay ninguna mención de la Convención Europea sobre
Derechos Humanos ni del Acta Constitutiva de la UE, en las cuales se
otorga una fuerte protección a los derechos laborales fundamentales,
como la libertad sindical y la negociación colectiva, derechos que son
habilitantes y por lo tanto deben ser vistos como “los derechos civiles
de los trabajadores” (Kucera, 2002). Adicionalmente, es preocupante
que se haya omitido alguna referencia directa a otros estándares rela-
cionados con el trabajo decente, por ejemplo, la legislación y aplicación
de salarios mínimos, la seguridad industrial y la salud ocupacional,
además de las jornadas laborales13.
La inclusión del artículo 271 del título IX a través del cual, en el punto
3, se plantea que “las partes acuerdan promocionar las mejores prác-
ticas relacionadas con la responsabilidad social empresarial (RSE)”,
es novedoso, y si se promocionara para vincular prácticas de RSE
Esta ausencia fue notada por la Red Peruana por una Globalización con Equidad
13
14
La RSE es, en principio, vinculante y carece de mecanismos para sancionar a las
empresas por las violaciones de derechos humanos, laborales o ambientales.
15
En el caso colombiano, este punto es especialmente relevante para los pactos
colectivos y el derecho a la huelga, entendiendo el segundo derecho como parte
integral del derecho a la negociación colectiva.
El tema laboral en las negociaciones de los TLC: lecciones de las experiencias de
Colombia frente a los TLC con los Estados Unidos y la Unión Europea 225
17
Véase: http://www.eesc.europa.eu/?i=portal.en.international-trade-monitoringeu-
colombia-peru-joint-meetings (recuperado el 8 de agosto de 2016).
18
Su rol como mecanismo para las consultas laborales asociadas con el TLC con la
UE se oficializó en una publicación del MinCIT en mayo de 2016: http://www.
mincit.gov.co/publicaciones.php?id=36543
19
Esta reunión tuvo lugar en Bogotá el 11 de mayo de 2016 y la discusión centró
en los avances y problemas de la implementación del título IX del TLC entre
Colombia, Perú y la UE.
El tema laboral en las negociaciones de los TLC: lecciones de las experiencias de
Colombia frente a los TLC con los Estados Unidos y la Unión Europea 227
Así fue el mismo caso en el TLC entre Colombia y los EE. UU., donde
se suscribió un capítulo sobre temas laborales parecido a los otros capí-
tulos sobre este asunto firmados por el Gobierno estadounidense para
otros TLC con países de Centro y Suramérica, pero luego se vieron for-
228 Controversia 207
20
El contenido de la Resolución 2628 se puede consultar aquí: http://www.
europarl.europa.eu/sides/getDoc.do?pubRef=-//EP//TEXT+TA+P7-TA-2012-
0249+0+DOC+XML+V0//ES
El tema laboral en las negociaciones de los TLC: lecciones de las experiencias de
Colombia frente a los TLC con los Estados Unidos y la Unión Europea 229
25
En inglés: Transatlantic Trade and Investment Partnership entre la UE y los EE. UU.
(el Acuerdo de Comercio e Inversión del Transatlántico).
El tema laboral en las negociaciones de los TLC: lecciones de las experiencias de
Colombia frente a los TLC con los Estados Unidos y la Unión Europea 233
Las diferencias entre la forma en que se llevan las disputas entre ambas
entidades multilaterales suelen replicarse cuando se trata de conflictos
relacionados con las inversiones y la violación de estándares o leyes
laborales. Y es por eso que los EE. UU., a pesar de haber recibido mu-
chas quejas por violaciones de las leyes o estándares laborales en países
con quienes comparten un TLC, nunca han impuesto ninguna sanción
de mercado o una multa monetaria en contra de alguno de sus socios
comerciales. Y la UE, que promueve un modelo que prioriza un acer-
camiento a temas sociales basado en la cooperación, nunca ha llegado
a sancionar a un país socio por violaciones a los Derechos Humanos
o a las leyes laborales. Al mismo tiempo, existen muchas demandas
en el trámite de inversionistas extranjeros en contra de países por ha-
cer cambios legislativos o políticos, posteriores a la firma del TLC, por
considerar que dichos cambios han resultado o resultarán ser dañinos
económicamente para sus empresas. Y estas demandas, a diferencia
de lo que sucede con las quejas (o en el caso de la UE, las denuncias)
asociadas a los capítulos laborales de TLC, son resueltas en cortes su-
pranacionales de arbitramento, donde los árbitros son economistas o
abogados expertos en comercio internacional29.
El mismo EE. UU. enfrenta una demanda muy reciente de 15 mil mi-
llones de dólares, interpuesta por la empresa energética canadiense
TransCanada, por la decisión tomada por el presidente Obama de sus-
pender el proyecto de oleoducto Keystone XL30. Colombia, por su parte,
enfrenta demandas millonarias relacionadas con inversionistas extran-
jeros con sede principal en diversos países que tienen TLC vigentes con
Colombia31, y por lo menos una de estas demandantes —la minera suiza
Glencore— ha estado involucrada en varios procedimientos administra-
29
Para una descripción y crítica a los mecanismos de funcionamiento de los tribunales
de arbitraje, ver: TNI. Profiting from Injustice. https://www.tni.org/en/briefing/
profiting-injustice (recuperado el 25 de noviembre de 2016).
30
Véase: Democracy Now: http://www.democracynow.org/es/2016/1/7/transcanada_
sues_the_us_for_15b (visitada el 2 de abril de 2016).
EcoOro Minerals de Canada, usando el TLC Colombia-Canadá, por la suspensión
31
¿Por qué los inversionistas pueden demandar Estados por supuesto daño
a su patrimonio económico mientras que trabajadores, comunidades o
Estados no pueden demandar a las empresas por impactos negativos
asociados a sus actividades económicas32? Si nunca han prosperado
las demandas en contra de Estados que no protegen efectivamente los
derechos laborales fundamentales, incumpliendo sus compromisos
asumidos en los TLC, ¿por qué miembros de la sociedad civil no pue-
den seguir los pasos de los inversionistas para reclamar rectificación y
compensación por negligencias de su Estado o violaciones hechas por
empresas que operen en su país?
de carbón en Calenturitas; Cosigo and Tobie Mining and Energy, bajo los TLC
EE.UUColombia y Canadá-Colombia, por la declaración de parque natural Yaigoji
Apaporis en el Amazonas, que impide la explotación de oro; y América Movil, bajo
el TLC con México, (está en proceso de notificación) por el reconocimiento de pago
de infraestructura.
Esta pregunta se toma de un artículo escrito por un estadounidense experto en
32
temas de estándares laborales y TLC. Véase: Compa, Lance (2016, enero 14).
How to make the Trans-Pacific Partnership work for workers and communities.
Disponible en http://www.thenation.com/article/how-to-make-the-transpacific-
partnership-work-for-workers-and-communities/ (visitada el 30 de marzo de 2016).
238 Controversia 207
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RedGE.
El tema laboral en las negociaciones de los TLC: lecciones de las experiencias de
Colombia frente a los TLC con los Estados Unidos y la Unión Europea 243
Stiglitz, J. (2013, julio 4). The free trade charade. Proyect Syndicate.
Recuperado de https://www.project-syndicate.org/commentary/transat-
lantic-and-transpacific-free-trade-trouble-byjoseph-e--stiglitz
Van den Putte, L.; Bossuyt, F.; Orbie, J. et al. (2013). Social norms in EU bila-
teral trade agreements: a comparative overview. En T. Takacs, A. Ott y A.
Dimopoulos (eds). Linking trade and noncommercial interests: the EU as a
global role model. La Haya: TMC Asser Institutute
Van den Putte, L.; Orbie, J.; Bossuyt, F. et al. (2015). What social face of the
new EU trade agreements? Beyond the “soft” approach. ETUI Policy Brief.
European Economic, Employment & Social Policy, (13).
Yencken, E. (2016). Lessons from CETA: Its implications for future EU Free
Trade Agreements. Melbourne: University of Melbourne. Recuperado de
http://www.oefse.at/fileadmin/ content/Downloads/tradeconference/
Yencken_Lessons_from_CETA__Implications_for_future_EU_FTAs.pdf
E
6.
Experiencias internacionales
de procesos de paz y
de transición hacia la
democracia: La incidencia del
movimiento sindical
Experiencias internacionales de
procesos de paz y de transición hacia
la democracia: La incidencia del
movimiento sindical1
Por Kjeld Jakobsen2
Introducción
E
ste texto tiene como objetivo discutir el papel del movimiento sin-
dical en la superación de los conflictos, violencia y autoritarismo
político en diferentes momentos históricos. El objetivo es verificar
el nivel de su incidencia en los procesos de paz y normalización demo-
crática de los países estudiados. Del mismo modo, se busca dar cuenta
de la formulación de acuerdos de recuperación de derechos de los tra-
bajadores –por lo general violados durante los regímenes autoritarios–,
así como del fortalecimiento de sus mecanismos de representación.
Finalmente, se busca también verificar la participación sindical en el
establecimiento de culturas de paz.
1
Artículo recibido en septiembre de 2106
Artículo aprobado en noviembre de 2016.
2
Trabaja como consultor sobre relaciones internacionales, cooperación para el
desarrollo y asuntos sindicales y como consultor de la Confederación Sindical de
las Américas (CSA). Ha trabajado extensivamente con sindicatos de Brasil y fue
miembro de la Junta Nacional Ejecutivo de la CUT Brasil entre 1991 y 2003.
248 Controversia 207
Nicaragua
El Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) operó en Nicara-
gua durante 17 años. Su accionar se hizo desde la clandestinidad para
vencer a través de una insurrección popular que reunió guerrilleros,
campesinos, sectores burgueses y los trabajadores organizados en las
zonas urbanas. La corrupción y la violencia de la dinastía Somoza que
gobernó el país por cuarenta y cinco años escandalizaron al mundo,
incluido el público americano.
3
Esta teoría suponía que los países de América Central caerían bajo la órbita
comunista, uno tras otro debido a las acciones de las guerrillas izquierdistas.
Después de Nicaragua, lo siguiente sería El Salvador y luego Guatemala.
Experiencias internacionales de procesos de paz y de transición hacia la
democracia: La incidencia del movimiento sindical 251
El Salvador
Debido a unas elecciones que tuvieron un trato ilegal, en 1977 el general
Carlos Humberto Romero se convirtió en presidente. Este hecho provo-
có protestas en el territorio nacional que fueron reprimidas con gran
violencia, lo cual dejó como resultado un saldo de siete mil muertes.
Una de las primeras acciones de este gobierno fue situar en la ilegalidad
a los partidos de la oposición. Esta situación dio aliento a los grupos
guerrilleros que coordinaron acciones entre sí, además de promover la
unión en 1980 de cinco grupos guerrilleros que quisieron sumarse a las
filas del Frente de Liberación Nacional Farabundo Martí (FMLN).
Romero fue derrocado en 1979 y sustituido por una junta civil y militar
compuesta por oficiales más jóvenes que él, así como miembros de
la socialdemocracia y la democracia cristiana. Sin embargo, la junta
no podía manejar la represión de la oposición y las acciones de los
escuadrones de la muerte (grupos paramilitares). Estos lograron tanta
impunidad que en 1980 asesinaron al arzobispo de San Salvador, Oscar
Romero, en plena luz del día mientras celebraba la misa. Los miembros
civiles renunciaron y fueron reemplazados por un sector conservador
de la Democracia Cristiana liderado por Napoleón Duarte. Al año si-
guiente, la FMLN lanzó una ofensiva general y amplió sus operaciones
a todas las regiones del país, y formó una alianza con el Frente Demo-
crático Revolucionario (FDR), que incluía parte de la Unión Nacional de
Oposición (UNO), así el FMLN-FDR comenzó a recibir reconocimiento
internacional como una fuerza representante del pueblo salvadoreño.
La FMLN, tras actuar como partido político, tuvo el 25,5% de los votos
en las primeras elecciones presidenciales en 1994. Como movimiento
político legal amplió su espacio en las elecciones municipales en 1997,
cuando eligió alcaldes de la capital y otras ciudades importantes y final-
mente alcanzó la presidencia del país en 2009.
258 Controversia 207
Guatemala
La reacción de la izquierda armada de Guatemala, ante la concentra-
ción de la tierra y sus consecuencias, surgió inicialmente en la década
de 1960 con la fundación de las Fuerzas Armadas Rebeldes (FAR). A la
par, surgieron gobiernos dirigidos por miembros de las fuerzas arma-
das, o por civiles con protección militar, quienes fueron escogidos por
medio de elecciones ilegales. A este se añadirían, ya en los años setenta,
los grupos guerrilleros del Ejército Guerrillero de los Pobres (EGP) y la
Organización del Pueblo en Armas (OPA). En 1982 hay una integración
de todos, además del Partido Guatemalteco del Trabajo (PGT), y forman
la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG).
La estimación final del número de víctimas en 1996 fue de 200 mil muer-
tos, 50 mil desaparecidos, cerca de 200 masacres y millones de refugiados.
La mayoría de las víctimas (75%) fueron las comunidades indígenas, so-
bre quienes cayó un genocidio como producto de las violaciones de los
Derechos Humanos en Guatemala. Hay denuncias muy concretas sobre
algunas de las atrocidades cometidas por el ejército, escuadrones de la
muerte y otros grupos paramilitares como las Patrullas de Autodefensa
Civil (PAC). Por ejemplo, en 1993 encontraron los restos de 177 personas,
entre ellas mujeres y niños, víctimas de la masacre de Río Negro perpe-
trado por el ejército en 1982. En el mismo año, el gobierno acabó con los
registros de los ciudadanos que consideraba peligroso para la seguridad
nacional, pero las actas de los responsables de violaciones de Derechos
Humanos desaparecieron también. En 1995, el general Ríos Montt, que ha-
bía sido elegido diputado y presidente del Congreso, perdió su inmunidad
parlamentaria y fue juzgado por el Tribunal Supremo por una serie de deli-
tos que no estaban directamente vinculados con el genocidio; sin embargo,
no tuvo mayores consecuencias. Esto sirve para anotar que la impunidad
es una marca importante de la política en Guatemala. Aun así, en 1999
varias organizaciones guatemaltecas de Derechos Humanos reivindicaron
al gobierno por investigar los crímenes cometidos entre 1983 y 1985 sobre
la base de un informe interno con 183 nombres de personas desaparecidas.
La primera casta que llegó con el nuevo gobierno civil dio en relación
a la respuesta que había de darse por las graves violaciones al DDHH
durante la dictadura, pues, vale anotar, Alfonsín ganó las elecciones
como candidato de la legalidad y de la vida contra la arbitrariedad y
la muerte. Durante el juicio de los nueve comandantes en jefe de la
dictadura, una Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas
(Conadep) expuso los horrores que tuvieron lugar bajo su determina-
ción. La condena y el alcance de los cargos a otros oficiales de bajo
rango llevaron a varias presiones en la esfera militar, lo que incluyo el
acuartelamiento de algunos sectores. El gobierno llamó a una gran ma-
nifestación en defensa de la democracia, pero después de negociaciones
del presidente con los militares se dio el retiro de algunos comandantes
y la aprobación por el Congreso de la ley del “punto final”. Al año si-
guiente se dio la ley de “obediencia debida” para eximir a los militares
involucrados en las violaciones de Derechos Humanos cometidas bajo
órdenes superiores. El presidente que sucedió a Alfonsín fue Carlos Me-
nem, quien promovió medidas institucionales adicionales para eximir a
los militares involucrados en la “guerra sucia”; entre ellos promovió el
indulto para los miembros de las fuerzas armadas y para los de grupos
armados de izquierda que aún estaban arrestados.
Brasil
En Brasil el gobierno de João Goulart fue derrocado por un golpe militar
en 31 de marzo 1964, y la dictadura que siguió a este hecho fue de larga
data: 21 años. Al principio hubo numerosas prisiones de comunistas
y otros considerados subversivos por los militares, así como interven-
ciones en miles de sindicatos que tenían sus liderazgos destituidos
Experiencias internacionales de procesos de paz y de transición hacia la
democracia: La incidencia del movimiento sindical 265
4
El gobierno del Presidente Lula aprobó una ley en 2008 que reconocía y legalizaba
las centrales sindicales bajo ciertos criterios mínimos de representación.
Experiencias internacionales de procesos de paz y de transición hacia la
democracia: La incidencia del movimiento sindical 267
Chile
Un marxista fue elegido como presidente de Chile en 1970: el 35% de
los votos, después de tres intentos anteriores, le dieron la presidencia
a Salvador Allende, candidato del frente de izquierda Unidad Popular
(UP), quien tres años después de posesionarse se suicidó para evitar
ser detenido durante el golpe militar organizado por el general Augusto
Pinochet.
5
Estas fechas fueron aprobados para reducir la oposición de los militares a la
instalación de la Comisión, pero, en la práctica, las investigaciones estaban en
eventos entre 1964 y 1985.
Experiencias internacionales de procesos de paz y de transición hacia la
democracia: La incidencia del movimiento sindical 269
En 1987, el régimen hizo posible que los partidos políticos, menos los
de izquierda, fueran legalizados y al año siguiente propuso un nuevo
referéndum con el fin de ampliar el mandato de Pinochet por ocho
años más. Si no se hubiese aceptado este referéndum habrían suce-
dido elecciones un año después. En preparación para el referéndum,
el Gobierno permitió la realización de campaña pública y el amplio
frente de oposición implementó una publicidad moderna y alegre que
apuntaba a un futuro mejor en caso de ganar el “No”; como en efecto
lo hizo por aproximadamente el 56% al 44% de los votos. El Gobierno
aceptó el resultado, porque en este momento solo sobrevivían dicta-
duras militares en Chile y Paraguay, y la presión internacional era muy
fuerte.
Uruguay
Entre los países del cono sur se encuentra también Uruguay, el cual
desarrolló una economía y Estado de bienestar social muy relevante
a principios del siglo XX, hasta el punto de llevar al país a ser conoci-
do como la Suiza Suramericana. Sin embargo, la falta de reinversión
de la ganancia, principalmente por los ganaderos, causó una recesión
industrial en la década de 1950 la cual nunca se revirtió. En la década
siguiente la situación económica empeoró, y cuando el presidente Jorge
Pacheco Areco en 1968 congeló los salarios y trató de reprimir a los
sindicatos, la Convención Nacional de Trabajadores (CNT), junto con
los estudiantes, se enfrentó a esta política.
Perú
Víctor Haya de la Torre, pensador y político de Perú, fue el fundador y lí-
der del Partido de la Alianza Popular Revolucionaria Americana (Apra),
que ideológicamente mezcla anticapitalismo, nacionalismo y antiimpe-
rialismo. Después de su fundación en 1923 se mantuvo durante muchas
décadas como el partido político más popular y sólido en el Perú, pero a
pesar de varias victorias electorales, la derecha y los militares nunca le
permitieron gobernar. Fue solo en 1985 cuando Alan García fue elegido
presidente por el Apra.
En el Barrio Alto, el grupo Colina asaltó una casa y mató a 15 personas, entre
6
por la CVR.
280 Controversia 207
Por otro lado, otros sectores del movimiento negro en desacuerdo con
el carácter multirracial de la CNA, crearon en 1958 el Congreso PanA-
fricano (CPA). Dos años más tarde, el CPA realizó una manifestación en
la ciudad de Sharpeville en protesta por la ley que limitaba la libertad
de movimiento de los negros en las zonas reservadas para los blancos.
La policía abrió fuego contra los manifestantes y asesinó a 70 de ellos.
Además, el Gobierno puso el CNA, el CPA y el PCSA en la ilegalidad. A
raíz de esto, el CNA decidió poner en marcha la resistencia armada a
través del Umkhonto we Sizwe (Lanza de la Nación). En 1963 Nelson
Mandela y otros líderes de la CNA, acusados de participar en la lucha
armada, fueron detenidos y condenados a cadena perpetua.
Hay otras dos centrales sindicales: el Nactu ligada a la CPA y la Fedusa, las cuales
8
Conclusiones
Tras analizar los casos mencionados, se confirma que las transiciones a
la democracia se constituyen, en procesos específicos, de maneras sin-
gulares y carecen, en la mayoría de los casos como dice Sáez (1992), de
garantías mínimamente claras que lleven al éxito de los acuerdos. Sin
embargo, a modo de conclusión vamos a hacer algunas comparaciones
y comentarios que esperamos puedan servir de reflexión sobre nuevos
casos de transición democrática o de negociaciones que tengas como
objetivo el final de conflictos.
Por último, la plataforma debe incluir una propuesta viable de los te-
mas que pueden cambiar económicamente y socialmente en el proceso,
pero eso también depende de la correlación de fuerzas, la representati-
vidad y la capacidad de organización del movimiento sindical.
Experiencias internacionales de procesos de paz y de transición hacia la
democracia: La incidencia del movimiento sindical 289
Referencias bibliográficas
Burt, Jo-M. (2009). “Guilty as charged: The trial of former Peruvian president
Alberto Fujimori for human rights violations”. En The International Journal
of Transitional Justice. 3. (3). Inglaterra: Oxford Journals, 2009. 385- 405.
Otras fuentes
Entrevistas: con Amanda Villatoro (El Salvador), Marita Gonzalez e Andres
Larosgoytia (República Argentina).
Sitio: www.pitcnt.org.uy
P
7.
Prensa alternativa e izquierda:
el caso de la revista Documentos
Políticos en el periodo final de
La Violencia
292 Controversia 207
Prensa alternativa e izquierda: el caso
de la revista Documentos Políticos
en el periodo final de La Violencia1
Por Lorena Guerrero2 y José Alejandro Cifuentes3
Introducción
L
a revista Documentos Políticos fue publicada por el Partido Comunis-
ta de Colombia entre 1956 y 1984. Aunque su función primaria era la
de difundir a la militancia y a los lectores interesados la situación del
Partido y su posición ante situaciones coyunturales, Documentos se con-
virtió poco a poco en una herramienta de prensa que permitía la difusión
desde análisis de actualidad económica y política, temas históricos, pro-
blemas internacionales, y también arte y cultura. Es más, desde el número
noventa y nueve, la publicación contenía reproducciones de trabajos de
artistas plásticos, caricaturistas y fotógrafos nacionales e internacionales.
1
Artículo recibido en junio de 2106
Artículo aprobado en octubre de 2016.
2
Historiadora de la Pontificia Universidad Javeriana, estudiante de la Maestría en
Geografía de la Universidad Nacional de Colombia.
3
Historiador de la Pontificia Universidad Javeriana, estudiante de la Maestría en
Historia de la Universidad Nacional de Colombia.
294 Controversia 207
4
Debemos recordar que los comunistas ya habían sido víctimas de la persecución
desde las dictaduras civiles conservadoras anteriores al régimen militar.
Prensa alternativa e izquierda: el caso de la revista
Documentos Políticos en el periodo final de La Violencia 295
La intención de mantener una revista propia del Comité Central que sis-
tematizara sus propias enseñanzas y determinaciones era una urgente
necesidad, no daba espera a que se legalizara de nuevo al Partido. Esto
queda claro en un texto de la contraportada de la primera entrega, allí
se decía que Documentos Políticos “se publica por el Comité Central en
cumplimiento de las decisiones del último Pleno [el 19°], el cual no
Prensa alternativa e izquierda: el caso de la revista
Documentos Políticos en el periodo final de La Violencia 297
hizo otra cosa que insistir en una antigua determinación del Partido. La
necesidad de una revista del Comité Central se ha hecho en los últimos
tiempos aún más urgente” (Comité Ejecutivo Central del Partido Comu-
nista de Colombia, 1956, 1).
Yo creo que las dos publicaciones, digamos modelo del Partido han sido
[la] revista Documentos y el periódico Voz. Porque tampoco antes de eso
ningún periódico nuestro llegaba a más de 6 números. Con excepción de
pronto de El Diario Popular que tuvo un periodo estable, pero también duró
poco. Primero fue semanario, después fue diario, y después desapareció.
Y los otros periódicos son bastante episódicos: Tierra, El Soviet. Y algunos
regionales que hubo en Cali, en Barranquilla, y en Bogotá (Oviedo y Vás-
quez del Real, 2010, 32).
una organización, o sea una fuerza. Entonces se siente empujado por esa
fuerza y desea actuar a la vez. He allí la función de la propaganda (Comité
Ejecutivo Central del Partido Comunista de Colombia, 1957, 9).
Conclusiones
Como señalábamos, con la instauración del Frente Nacional, y tras la
llegada a la presidente de Alberto Lleras, Documentos Políticos con-
seguiría una licencia oficial para ser publicada. Este nuevo régimen
político, aparentemente democrático, significaba la exclusión de cual-
quier voz disidente del bipartidismo. A su vez, se inició una nueva
fase del conflicto desatado desde la década de 1940. En ese contexto,
304 Controversia 207
Bibliografía
Buenaventura, N. (1990). Cuadernos de Historia del PCC, Cuaderno II, “El ori-
gen del Frente Nacional (1957-58)” Bogotá: Editorial Ceis-Inedo.
Comité Central del Partido Comunista de Colombia (1953, agosto 11). Resolu-
ción política. (Mimeógrafo)
Comité Central del Partido Comunista de Colombia (1960). Treinta años de lucha
del partido Comunista de Colombia. Bogotá: Ediciones Paz y Socialismo.
Comité Ejecutivo Central del Partido Comunista de Colombia (1957). Los pro-
blemas de la propaganda política Documentos Políticos. Órgano central del
Partido Comunista de Colombia, 2.
Comité Ejecutivo Central del Partido Comunista de Colombia (s. f.). Documen-
tos Políticos. Contra portada.
Vieira, G. (1953, agosto). Informe del Secretario General al XVI Pleno del Comi-
té Central (Mimeógrafo).
R
Reseñas
Lesley Gill. (2016). A Century of
Violence in a Red City: Popular Struggle,
Counterinsurgency, and Human Rights
in Colombia. Durham: Duke University
Press, 304 páginas1
Por Mauricio Archila Neira2
B
arrancabermeja es una de las ciudades más estudiadas en Colom-
bia, no solo por ser el principal centro petrolero del país, sino por
contar con una tradición política contestataria que algunos desig-
namos como radical. Pero este libro de la antropóloga norteamericana
Lesley Gill ofrece varias novedades. Aunque ya ha habido extranjeros
que han estudiado a Barranca —como coloquialmente se le conoce—,
lo han hecho desde una perspectiva casi apologética de la explotación
petrolera y más recientemente de forma crítica, desde la defensa de
los derechos humanos. Esta es una perspectiva que considera la pro-
fesora de la Universidad de Vanderbil, Lesley Gill, pero ella va más
allá, incluso polemiza con el enfoque de derechos humanos, y en eso
radica la novedad del texto reseñado. En efecto, su clave de análisis es
la categoría clase y desde allí intenta leer en forma muy coherente el
efecto del capitalismo y la violencia —los hermanos gemelos, como los
Una versión muy breve de esta reseña fue publicada por la Revista Europea de
1
Estudios Latinoamericanos y del Caribe (ERLAC, por las siglas en inglés), No. 103
de 2017.
2
Profesor titular de la Universidad Nacional de Colombia e investigador en Cinep/PPP.
312 Controversia 207
Luego, Lesley Gill entra en materia para lo cual sigue una línea cronoló-
gica en los tres primeros capítulos y después hace un análisis sincrónico
más detallado del fenómeno paramilitar en los cuatro siguientes. Así, en
el primer capítulo toca la llegada en los años veinte del siglo pasado de
la subsidiaria de la Exxon, la Tropical Oil Company, y la creación de un
enclave petrolero en la mitad del país —lo que desde los años cincuenta
se llamará Magdalena Medio—. Dicho enclave alimentó la formación de
una clase obrera antiimperialista y solidaria. En la siguiente sección, la
autora aborda la segunda mitad del siglo veinte para destacar como esa
clase trabajadora acompañó a los pobladores y campesinos en sus lu-
chas reivindicativas, especialmente por servicios públicos domiciliarios
y en particular por el agua, a través de paros y luchas “cívicas” en los
años sesenta y setenta. En el tercer capítulo hace el recuento de la ate-
rradora llegada de los paramilitares en los años ochenta, especialmente
desde la masacre del 16 de mayo de 1998, que desplaza a las guerrillas
implantadas en los barrios populares con el auge de las luchas cívicas.
Finalmente, Lesley Gill termina esta gran segunda parte del libro con un
breve análisis de lo que ocurre en el inicio de este decenio, que se pue-
de resumir como la continuación de la guerra por otros medios a pesar
de la desmovilización de los grupos paramilitares, que en realidad, bajo
otros nombres, siguen sembrando terror en el Magdalena Medio y en
otras regiones conflictivas del país. Por supuesto, el mensaje de estas
secciones finales es muy pesimista frente al futuro no solo de Barranca,
sino del país. Sin embargo, intenta matizar en algo las conclusiones
diciendo que el proceso de “deshacer” la clase trabajadora no está aún
completo y que de esas cenizas surgirán alternativas de cambio social.
Así, termina redondeando un argumento coherentemente desarrolla-
do a lo largo de trescientas páginas sobre el impacto del capitalismo
violento en una “ciudad roja”. Pero en realidad es una lectura no solo
pesimista, sino un poco plana de la historia de Barranca y, desde allí,
de la historia de Colombia.
2012.
316 Controversia 207
Resúmenes de artículos
Resumen
Abstract
This article will present the central issues related to the world of rural
labor, focusing on both Point One of the Havana Peace Accords, entitled
Towards a New Colombian Countryside: A Comprehensive Rural Reform,
322 Controversia 207
and the last two National Development Plans of Juan Manuel Santos’s ad-
ministration. With this approach, this text intends to carry out an critique
of its main proposals, incongruities, and challenges to suggest some initial
recommendations to construct a decent work public policy in rural sectors.
Resumen
Abstract
This article seeks to bring the reader closer to a qualitative and quantitative
understanding of the meaning and scope of decent work, specifically in the
populated and rural areas of Colombia. Through the ten dimensions pro-
posed by the International Labor Organization (ILO) for the measurement
of decent work, each of the indicators that compose them is calculated
and analyzed, and, as far as possible, they are differentiated by sex and
geographical area (e.g., municipal capital and the rest). In this sense, this
measurement is expected to serve as a baseline to provide relevant infor-
mation for decision-making on a possible decent work public policy for
rural sectors in the country.
Keywords: poverty, decent work measurement, decent work, rural work, pu-
blic policy.
Resumen
Abstract
Resumen
Abstract
This paper deals with the analysis of discourses and practices of corporate
social responsibility (CSR) regarding labor policies and collective bargai-
ning in firms. After defining CSR as part of trends and current globalization
processes, an overview is presented of trade union actions that in different
national contexts are oriented to take advantage of these programs as sites
326 Controversia 207
Resumen
Los dos tratados de libre comercio firmados por Colombia con los Estados
Unidos (2012) y Perú y la Unión Europea (2013) no solo marcaron el eje
central de la política de apertura e integración económica de los gobiernos
de Álvaro Uribe y Juan Manuel Santos, sino también pusieron a prueba
la capacidad del Gobierno estadounidense y las instituciones de la Unión
Europea para asegurar que sus políticas comerciales hacia países del Sur,
como Colombia, pudieran mejorar las precarias condiciones laborales de
gran parte de la población trabajadora y la capacidad estatal para proteger
y garantizar los derechos laborales fundamentales y demás derechos so-
ciales. Este artículo analiza las diferencias en ambos modelos de negociar
temas laborales y compara el grado de impactos sociales positivos que am-
bos TLC han traído a Colombia varios años después de su implementación.
Abstract
Free Trade Agreements (FTAs) signed by Colombia with the United States
(2012) and Peru and the European Union (2013) not only marked the central
axis of the economic liberalization and integration policy of Alvaro Uribe
and Juan Manuel Santos governments, but they also put to test the ability of
the US government and the EU institutions to ensure that their commercial
policies with countries of the South, such as Colombia, would improve the
precarious working conditions of a considerable part of the working popula-
tion. Furthermore, they also challenge the capacity of the Colombian state to
protect and guarantee fundamental labor rights and other social rights. This
article examines the differences between both models of negotiating labor
issues and compares the degree to which both FTAs have actually brought
about positive social impact in Colombia a few years after their formal im-
plementation.
Resumen
Como manera de aportar a una reflexión sobre los posibles caminos que
se pueden abrir en Colombia, luego de la firma del Acuerdo de Paz entre
328 Controversia 207
Abstract
Resumen
Alternative and Leftist Press: The Case of the Magazine Documentos Po-
líticos in the Final Period of La Violencia
Abstract
The following article covers the political aspects during the military re-
gime of Gustavo Rojas Pinilla, as a context to the press produced by the
Colombian Communist Party. It analyzes the magazine Documentos Po-
líticos (Political Papers) published by the Communist Party of Colombia,
since it is an example of opposition to that antidemocratic period. Thus,
by means of a systematic historical approach of that period, in which
democratic freedoms were restricted, we can better understand the inte-
llectual and political work of a group of the Colombian left. Furthermore,
we highlight the testimonial character of this publication when addressing
the history of the left in Colombia, and more specifically the history of the
Communist Party in the second half of the twentieth century.
Key words: Press, the left, communist magazine, opposition to the military
regime, communist
Colaboradores
Fernando Urrea-Giraldo
Sociólogo y Magíster en Ciencia Política. Profesor Emérito y Titular del
Departamento de Ciencias Sociales, Facultad de Ciencias Sociales y Eco-
nómicas de la Universidad del Valle. Email: furreagiraldo@yahoo.com
Daniel Hawkins
Es el director del Área de Investigación de la Escuela Nacional Sindi-
cal. Tiene un ph.D. en Ciencias Sociales de la Universidad de Kassel,
Alemania y un posdoctorado del Centro Global de Derechos de los Tra-
bajadores de la Universidad estatal del Pennsylvania, Estados Unidos.
Email: dirinvestigacion@ens.org.co
Colaboradores 335
Kjeld Jakobsen
Trabaja como consultor sobre relaciones internacionales, cooperación
para el desarrollo y asuntos sindicales y como consultor de la Confe-
deración Sindical de las Américas (CSA). Ha trabajado extensivamente
con sindicatos de Brasil y fue miembro de la Junta Nacional Ejecutivo
de la CUT Brasil entre 1991 y 2003. Adicionalmente, fue miembro del
instituto gobernante de la Organización Internacional del Trabajo (OIT)
entre 2002-03. Fue el co-fundador del Instituto para el Desenvolvi-
miento de Cooperación y Relaciones Internacionales y co-fundador del
Instituto Observatorio Social, ambos en Brasil. Recientemente, obtuvo
un ph.D. del Instituto de Relaciones Internacionales de la Universidade
do Estado de Sao Paulo.
Revista Controversia
Sobre la revista
Proceso de evaluación
Los artículos deben tener entre 5.000 y 10.000 palabras. Se debe añadir un
resumen del artículo, en español y en inglés, de seis a diez líneas, y otro se-
mejante sobre los datos personales (perfil) del autor, que señale sus títulos
académicos, los cargos más destacados que ha desempeñado, su filiación ins-
titucional actual, sus publicaciones recientes más importantes y su dirección
de correo electrónico.
Las reseñas de libros, por su parte, no pueden exceder las 1.200 palabras.
Los textos deben ser presentados en el procesador de textos Word u otro com-
patible. La fuente que se debe usar es Times New Roman, puntaje (tamaño)
12 e interlineado 1,5. El documento debe ser enviado al correo electrónico
controversia@cinep.org.co. Los artículos pueden ser elaborados y firmados
por uno o más autores.
Instructivo 341
Asimismo, el material gráfico debe ser de muy buena calidad. En caso de que
sea material digital, se recomienda entregar archivos con extensiones TIF o
JPG, y una resolución mínima de 300 dpi.
2. Numeración de elementos
Las figuras, tablas, gráficas, ilustraciones, etc., deben estar numeradas de for-
ma independiente según el tipo de elemento, es decir, las tablas deben llevar
su numeración propia (Tabla 1, Tabla 2, etc.), al igual que las figuras (Figura 1,
Figura 2, etc.) y demás elementos, y no debe continuarse la numeración entre
unos y otros. El siguiente ejemplo ilustra mejor cómo debe ser la numeración:
• Correcto: Tabla 1, Tabla 2, Figura 1, Tabla 3, Figura 2, Gráfico 1.
• Incorrecto: Tabla 1, Tabla 2, Figura 3, Tabla 4, Figura 5, Gráfico 6.
3. Citas textuales
Las citas son frases, párrafos o ideas obtenidas de otras obras para respaldar,
argumentar o en determinado caso contrastar lo que está diciendo el autor. Por
regla general, las citas deben ser idénticas al original.
Según la norma APA, las citas textuales de menos de 40 palabras son cortas
y se incluyen en el cuerpo del párrafo entre comillas; por su parte, si superan
esta extensión, deben desplegarse en un bloque independiente del texto, en
342 Controversia 207
5. Notas al pie
Recomendaciones tipográficas
1. Uso de cursivas
Es preferible utilizar las cursivas cuando:
• Se usen extranjerismos o palabras en otro idioma.
• Se haga énfasis en algún término o concepto
• Se nombren títulos de obras completas
2. Uso de la negrita
Se debe restringir a títulos o datos de importancia en tablas o figuras. No es
recomendable usarla para resaltar términos o elementos dentro del texto,
en cambio se puede utilizar la cursiva.
3. Las comillas
En español se utilizan tres tipos de comillas:
• « » latinas o angulares
• “ ” inglesas o altas
• ‘ ’ simples
Se recomienda utilizarlas en los siguientes escenarios:
• En citas textuales de menos de cuarenta palabras
• En términos usados de forma irónica
• Para dar un matiz especial a una expresión
Entonces, Perla refirió: «Yo oí que José dijo “voy a ‘machacar’ las piedras a
puño limpio”. Después de eso me fui».
344 Controversia 207
1. Autoría
2. Confidencialidad
Durante el tiempo que dure el proceso editorial, Controversia tratará los artícu-
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citados o utilizados por ninguna de las personas implicadas en dicho proceso.
Instructivo 345