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S U R R E A L I S M O

1. Introducción
2. Objetivos
a. Objetivo general
b. Objetivo específico

Capítulo 1 Aspectos Generales

3. Definición
4. Historia
a. Contexto histórico
b. Primer manifiesto surrealista
c. Influencias

Capítulo 2 Aspectos formales

5. Filosofía
El movimiento surrealista tiene como objetivo revelar los secretos de las profundidades
del mundo irracional. Además, busca activar el papel del subconsciente en la actividad
creativa del ser humano. Así como pretender transformar el arte y la sociedad.
El surrealismo se expresa de una forma libre de todas las inquietudes de las
idealizaciones estética y moral de la sociedad. Es la esencia de la expresión que consiste
en el pensamiento más profundo del ser humano con la ausencia de todo control de la
razón.
Esto también lo explica André Breton en el Manifiesto surrealista, propone que el
pensamiento surrealista evoca la tensión entre lo racional y lo subconsciente y surge
como una crítica hacia la sociedad, provocando la racionalidad y lo lógico
El surrealismo no era solamente una opción artística, sino que quiso ser un movimiento
que promoviera la revolución de la liberación total del hombre como expone el autor
Tashjian Dickran que el surrealismo pretendió transformar la vida cotidiana y del
subconsciente de las personas. El objetivo del surrealismo era liberar las represiones
sociales y personales del ser humano y el surrealista estaba en la búsqueda constante
de la libertad a través de la creación y rechazar el todo el control de la razón por
completo. Utilizaban diversas formas de buscar la inspiración como los sueños, la
reconstrucción de las palabras como la escritura automática, y liberación del lenguaje a
través de las metáforas, donde asociaban términos que no tienen relación entre ellos.
Los surrealistas pretendían llamar la atención y provocar reacciones positivos o
negativos utilizando estas técnicas que eran considerados escandalosos y poco ético
para la época porque no buscaban la razón del lector sino los pensamientos más
profundos del inconsciente.
6. Características del surrealismo
- Se admite todo lo que rebasa la lógica y el inconsciente.
- Se considera que la verdad está detrás del mundo real.
- Se piensa que a través la fantasía se podía acceder a aquello que permanecía oculto.
- El automatismo, el psicoanálisis y la brujería adquieren un papel fundamental.
- Al tiempo, se reniega de la moral y de los protocolos sociales imperantes por
considerarse que coartan la libertad que lleva a esa verdad oculta.
- No es un movimiento con unidad de estilo, sino una serie de investigaciones de
artistas individuales, cada uno con un estilo propio.
- El surrealismo se presenta como revolucionario, como una estética que, al poner de
manifiesto lo desconocido, pretende hacer saltar por los aires los cimientos
establecidos de la sociedad.
- Los temas más comunes en la pintura surrealista son: Aislamiento de fragmentos
anatómicos, elementos incongruentes, escritura automática, metamorfosis,
máquinas fantásticas, animación a lo inanimado, realidades oníricas, el sexo es
tratado sin pudor.
- La importancia de los sueños y su preponderancia frente a estar despierto.
- Pretende acceder a la esencia última de la realidad adentrándose en los campos
profundos del pensamiento y dejando a éste libre de toda sujeción racional y, en
gran medida, al margen de toda preocupación estética o moral.
- Interés manifestado por los mitos, entendidos como símbolos. Para Breton, el
surrealista es "un portador de llaves" y, por tanto, los mitos son los verdaderos
conectores entre lo real y lo suprarreal. Es el paso del subconsciente individual al
subconsciente colectivo. A partir de aquí se entiende el interés por el folklore, las
leyendas y otras formas de creación colectiva.
- Mezclan objetos, sentimientos y conceptos que la razón mantiene separados;
aparecen asociaciones libres e inesperadas de palabras, metáforas insólitas,
imágenes oníricas y hasta delirantes. Pero todo ello no responde a un impulso: para
el surrealista su lenguaje acarrea una densa carga humana, incluso una carga
subversiva, en la libera en que libera al propio lenguaje del peso de las pasiones
reprimidas. A través del lenguaje se desvela el subconsciente libre de cada uno y de
todos.
7. Inspiración
a. El sueño
El surrealismo, que no es meramente “un movimiento artístico” más, sino una
actitud ante la vida, transmite una afirmación intensa de la libertad, la
esperanza de una vida humana de plenitud, la utopía de una mente dueña de
todas sus posibilidades. En ese sentido, la invocación surrealista del sueño debe
entenderse, ante todo, como la manifestación de una revuelta contra la
aceptación “realista” de un mundo “mal hecho”, contra una actitud de
aceptación resignada del dolor y el sufrimiento. Transmite una utopía de
liberación plena de la mente, el sueño de la libertad sin límites. Eso sí, lo mismo
que la utopía, cuyo máximo valor está en saber que su núcleo fundamental
reside en lo que niega, en el cuestionamiento de un estado de cosas existente,
así como en la consciencia de que siempre puede frustrarse, los sueños son
inverificables. No hay manera de someterlos a una contrastación. Solo se
pueden compartir como palabra o visión del otro, como aceptación en la
confianza a partir de percepciones propias más o menos similares.
No hemos de olvidar que el surrealismo encuentra que el “reinado de la lógica”
es el punto nodal que ha conducido a la conformación de una estrecha
concepción de realidad. Por tanto, la empresa surrealista está encaminada a
conmocionar ese modo de realización y a descubrir las potencias del espíritu
que él mismo ha relegado a la periferia, no considerándolas creativas sino como
actividades secundarias. Rescatar los sueños para la realidad es parte de la tarea
del surrealismo, para ponerlos a la orden de todos los creadores.
Breton saluda con entusiasmo los descubrimientos freudianos de la parte quizá
más importante del mundo mental: el inconsciente. Tal descubrimiento no lo
atribuye a una consecuencia de los mecanismos lógicos de investigación, sino a
la fuerza del azar que irrumpe en el mundo de tal modo que esos
descubrimientos tengan lugar.
Bretón no concibe cómo pudo mantenerse durante tanto tiempo la extrema
diferencia entre el sueño y la vigilia, atribuyéndole a la primera casi ningún
valor, mientras que la vigilia era considerada real. Todo ello a pesar de que en
las dos instancias el hombre puede experimentar verdaderos acontecimientos
que no dejan de conmoverlo. Esta diferencia se debe, según él, a que se le resta
importancia a lo que acontece en el sueño, en virtud de que al despertar nos
hallamos a merced de la memoria que se ocupa de despojar al sueño de las
circunstancias y lo priva de cualquier consecuencia actual, es decir, de toda
capacidad realizadora que tenga que ver con la vigilia. Con ello, el sueño se
entiende nada más que como un paréntesis entre dos vigilias, que se tiende a
reconectar buscando la causa determinante al final de la primera, precisamente
allí donde el sueño empieza, en donde se cree haberlo dejado unas horas antes.
Allí es donde escudriña la memoria, tratando de salvar esa amenazante
distancia que el sueño, lo mismo que la noche, tratan de imponer entre dos
vigilias.
De la misma manera que desde el punto de vista de la vigilia se considera al
sueño como interferencia entre dos vigilias, o entre dos series de
acontecimientos, que se debe volver a conectar una vez la noche haya recogido
su manto de sombras, cabe preguntar: ¿Por qué no considerar la vigilia como
una interferencia del sueño?
Al plantear el problema del sueño, lo que trata el surrealismo es de reclamar su
reivindicación, denunciando primero su desplazamiento a la periferia de la
razón, como una actividad secundaria. No se trata de darle ahora el predominio
a la actividad onírica en detrimento de la actividad consciente, buscando la
recaída de ésta para lograr finalmente el predominio de lo irracional. Nada más
lejano del pensamiento surrealista. La idea es que estos dos estados, que se han
hecho aparecer como opuestos y contradictorios, fundadores de una antinomia,
se consideren dialécticamente; es decir, hay que abogar por que la oposición
desaparezca, estableciendo sus vasos comunicantes, en una realidad superior,
surrealidad que no excluya lo inconsciente y se ocupe de los problemas de la
vida, y los enfrente. Teniendo en cuenta que la actividad onírica es una actividad
de la mente, todo lo que logre saberse de ella contribuirá al conocimiento del
funcionamiento real del pensamiento, y con ello proporcionará al hombre una
reivindicación a la medida de sus deseos. El conocimiento del espíritu humano
debe incluir tanto el estadio consciente como el inconsciente.
b. El automatismo
8. Estética del surrealismo
9. Técnicas surrealistas
a. El método paranoico-critico de Dalí

Capitulo 3 Manifestaciones artísticas del surrealismo

10. Pintura
a. Características
b. Representantes
11. Literatura
a. Características
b. Representantes
12. Escultura
a. Características
b. Representantes
13. Cine

Conclusiones

 El fin del surrealismo trata de la actividad onírica como actividad de la mente, todo
lo que logre saberse de ella contribuirá al conocimiento del funcionamiento real del
pensamiento, y con ello proporcionará al hombre una reivindicación a la medida de
sus deseos. El conocimiento del espíritu humano debe incluir tanto el estadio
consciente como el inconsciente.
 El surrealismo también se entiende como una actitud ante la vida, transmite una
afirmación intensa de la libertad, la esperanza de una vida humana de plenitud, la
utopía de una mente dueña de todas sus posibilidades.
 En el Surrealismo encontramos un conjunto de ideas y procedimientos para
inspirarse que apuntan a la anulación del yo.

Bibliografía

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