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Proyecto de Participación Estudiantil

La empatía
La empatía es la intención de comprender los sentimientos y emociones,
intentando experimentar de forma objetiva y racional lo que siente otro
individuo. La palabra empatía es de origen griego “empátheia” que significa
“emocionado”.

La empatía hace que las personas se ayuden entre sí. Está estrechamente
relacionada con el altruismo - el amor y preocupación por los demás - y la
capacidad de ayudar.
Cuando un individuo consigue sentir el dolor o el sufrimiento de los demás
poniéndose en su lugar, despierta el deseo de ayudar y actuar siguiendo los
principios morales.
La capacidad de ponerse en el lugar del otro, que se desarrolla a través de la
empatía, ayuda a comprender mejor el comportamiento en determinadas
circunstancias y la forma como el otro toma las decisiones.
La persona empática se caracteriza por tener afinidades e identificarse con otra
persona. Es saber escuchar a los demás, entender sus problemas y emociones.
Cuando alguien dice "hubo una empatía inmediata entre nosotros", quiere
decir que hubo una gran conexión, una identificación inmediata.
La empatía es lo opuesto de antipatía ya que el contacto con la otra persona
genera placer, alegría y satisfacción. La empatía es una actitud positiva que
permite establecer relaciones saludables, generando una mejor convivencia
entre los individuos.

Empatía en psicología
Según la psicología, la empatía es la capacidad psicológica o cognitiva de
sentir o percibir lo que otra persona sentiría si estuviera en la misma situación
vivida por esa persona.
Empatía como valor
La empatía puede ser vista como un valor positivo que permite a un individuo
relacionarse con las demás personas con facilidad, y agrado, siendo importante
el relacionamiento con los otros para mantener un equilibrio en su estado
emocional de vida.
Por otro lado, la empatía permite a una persona comprender, ayudar y motivar
a otra que atraviesa por un mal momento, logrando una mayor colaboración y
entendimiento entre los individuos que constituyen una sociedad.
El Psicólogo Social Daniel Batson propuso ocho formas diferentes de
“empatía”, las cuales están relacionadas entre sí, pero no constituyen varios
aspectos de ésta:
1. Conocer el estado interno de la otra persona, incluyendo sus
pensamientos y sentimientos. Esto nos puede suministrar argumentos
para sentir amabilidad hacia el otro, sin que esto sea suficiente, ni
indispensable para generar una motivación altruista. Esto quiere decir
que se puede ser consciente de lo que el otro piensa o siente, y
permanecer indiferente frente a su situación.

2. La imitación motriz y neuronal: el hecho de percibir a alguien bajo


cierta situación, lleva a nuestro sistema neuronal a adoptar un estado
analógico al suyo, lo cual genera un mimetismo corporal y facial
acompañado por sensaciones similares a las de la otra persona.

3. La resonancia emocional: es llegar a sentirse exactamente cómo se


siente otra persona, ya sea un sentimiento de felicidad o de tristeza.
Aunque es imposible vivir exactamente la misma experiencia que
alguien, sí podemos sentir emociones similares.

4. Proyectarse intuitivamente en la situación de la otra persona. Para verse


afectado por lo que le sucede a alguien más, no es necesario imaginar
todos los detalles de su experiencia, basta con saber que sufre.

5. Crear una representación muy clara de los sentimientos de la otra


persona gracias a lo que ella nos dice, a lo que observamos y a nuestros
conocimientos sobre dicha persona, sobre sus valores y sus
aspiraciones. Imaginar cómo se podríamos pensar y sentir en el lugar
del otro.
6. Imaginar lo que sentiríamos si estuviésemos en el lugar de la otra
persona, con nuestro propio carácter, nuestras aspiraciones y nuestra
visión del mundo.

7. El sufrimiento por empatía: lo que sentimos cuando somos testigos o


evocamos el sufrimiento de otra persona. Esta forma de empatía puede
hacer que ignoremos la situación en lugar de asumir una actitud
altruista. En realidad aquí Batson no habla de preocuparse por la otra
persona, ni de ponerse en su lugar, sino de una ansiedad personal
generada por la otra persona. Desafortunadamente este sentimiento de
sufrimiento no genera necesariamente una reacción de amabilidad ni
una respuesta apropiada hacia la persona que padece. Si la resonancia
con el sufrimiento de la otra persona nos genera sufrimiento personal,
debemos dirigir nuestra atención hacia dicha persona y reactivar nuestra
capacidad de expresar bondad y amor altruista.

8. La amabilidad empática, que consiste en tomar consciencia de las


necesidades de los demás y en sentir el deseo sincero de ayudarles.
Según Daniel Batson, la amabilidad empática es la única respuesta que
se dirige hacia los demás y no hacia nosotros mismos, lo cual es
necesario y suficiente para producir una motivación altruista.

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