Está en la página 1de 46

36 Síndrome de intestino irritable

Fermín Mearin1, Miguel A. Montoro2


1

2
Instituto de Trastornos Funcionales y Motores Digestivos. Centro Médico Teknon. Barcelona
Unidad de Gastroenterología y Hepatología. Hospital San Jorge. Huesca
2
Departamento de Medicina, Psiquiatría y Dermatología. Universidad de Zaragoza

Introducción REFERENCIAS CLAVE


El síndrome de intestino irritable (SII) representa 1. Chey WD. Irritable bowel síndrome. Gas-
el paradigma de los trastornos funcionales diges- troenterology Clinics 2011;40(1): 1-264.
tivos (TFD) en el campo de la patología digestiva. 2. American College of Gastroenterology Task
Ninguna otra enfermedad suele suscitar mayores Force on Irritable Bowel Syndrome, Brandt
LJ, Chey WD, Foxx-Orenstein AE, Schiller
discrepancias entre el modo en que el facultativo
LR, Schoenfeld PS, Spiegel BM et al. An
transmite al enfermo el origen de su problema y las evidence-based position statement on the
expectativas reales que el enfermo había deposi- management of irritable bowel syndro-
tado en su médico. Realmente, la percepción que me. Am J Gastroenterol 2009;104(Suppl
tiene el paciente de su dolencia es muy distinta: 1):S1–35.
al enfermo casi nunca le interesa saber cuál es la 3. Longstreth, GF. Thompson WG, Chey WD,
causa de su daño, ni si existe un trastorno orgánico Houghton LA, Mearin F, Spiller RC et al.
o funcional, lo que le importa es que se alivien sus Functional bowel disorders. Gastroentero-
síntomas. Durante años, en las consultas médicas logy 2006;130:1480-91.
se ha venido repitiendo la expresión “Doctor, a mí 4. Mearin F. Síndrome de intestine irritable.
me duele – Tranquilo, Vd. no tiene nada”. Solo se En: Ponce J, Castells T, Gomollón F, Esteve
consideraba como enfermo a aquél en el que había M, Martín de Argila C, Molero X, Vázquez
una causa demostrable de sus molestias, mientras Sequeiros E, eds. Tratamiento de las enfer-
que el resto (¡una multitud!) eran etiquetados de medades gastroenterológicas, 3.ª edición.
hipocondríacos, “quejicas”, psicópatas o somatiza- Elsevier España. Barcelona, 2011:155-66.
dores. Urge, por consiguiente, transmitir una nue-
va filosofía al médico práctico y adecuar el nivel
de nuestros conocimientos a las expectativas de
nuestros pacientes1. Nunca puede olvidarse que Como tal trastorno funcional, se asume que el pa-
los trastornos funcionales producen un deterioro ciente con un SII no presenta ninguna alteración
de la calidad de vida, superior incluso, al observado bioquímica o estructural que pueda justificar la
en otras dolencias orgánicas2. Más de 2.000 artícu- naturaleza de los síntomas3. A lo largo del tiempo,
los relacionados con este tópico se han publicado se han propuesto diversos criterios que permitie-
en revistas de gastroenterología a lo largo de los sen establecer un diagnóstico positivo basado en la
últimos 5 años (SI Web of Knowledge), por lo que presencia de síntomas, evitando con ello pruebas
parece obligado proporcionar al lector una actua- superfluas. El hecho de que algunos de estos sín-
lización del capítulo que se publicó en la primera tomas sean compartidos por numerosas dolencias
edición de esta obra en 2006. orgánicas, explica la dificultad para establecer un
consenso a la hora de establecer qué síntoma o
combinación de síntomas gozan de un mayor va-
Definición lor predictivo positivo, sensibilidad y especificidad
para el diagnóstico. Desde los criterios iniciales de
¿Qué es un SII? Manning formulados en 19784, se han realizado
El SII es un TFD caracterizado por la presencia de distintas propuestas. En los últimos años, la ma-
dolor o molestia abdominal asociado a cambios en yoría de los clínicos han utilizado los denominados
la frecuencia y/o consistencia de las deposiciones. criterios de Roma, fruto de una labor llevada a cabo

I N T E S T I N O D E L G A D O Y C O L O N 523
Sección 4. Intestino delgado y colon

por comités de expertos que se reúnen periódica- TABLA 1. Criterios de Roma III para el diagnóstico de SII
mente en Italia. En 1992 se publicaron los criterios
de Roma I5, en 1999 los criterios de Roma II6,7 y en
2006 los criterios de Roma III8. En todos los casos, Dolor o disconfort1 abdominal recidivante al menos
es condición sine qua non la presencia de dolor o 3 días al mes durante los últimos tres meses2 que se
molestia abdominal (sin el cual no puede estable- asocia a dos o más de los siguientes:
cerse el diagnóstico), asociado a un cambio en la ❱❱ Mejoría con la defecación.
frecuencia o consistencia de las deposiciones (al ❱❱ El comienzo se asocia a un cambio en la frecuencia
menos 3 días al mes) por un periodo no inferior a de las deposiciones 3.
3 meses, y un comienzo de los síntomas al menos ❱❱ El comienzo se asocia con un cambio en la forma
6 meses antes del diagnóstico. Dentro de esta cate- (consistencia) de las deposiciones 3.
goría se reconocen 4 subtipos: 1) SII con predomi-
nio de estreñimiento (SII-E); 2) SII con predominio 1
El término disconfort se refiere a una sensación
de diarrea (SII-D); 3) SII con patrón alternante y 4)
desagradable que no se describe como dolor. Para
SII con patrón indefinido. Algunos síntomas como estudios de investigación fisiopatológica y ensayos
la urgencia defecatoria, la sensación de evacuación clínicos, se requiere que el dolor o disconfort abdo-
incompleta, así como la hinchazón abdominal, la minal aparezca al menos 2 días por semana durante
emisión de moco en al deposición o el esfuerzo el periodo de cribado de los casos.
defecatorio excesivo, apoyan el diagnóstico, pero 2
Los síntomas deben cumplirse al menos durante
no son imprescindibles para establecerlo (tabla 1)8. tres meses y haber comenzado al menos 6 meses
antes del diagnóstico.
¿Qué no es un SII? 3
Los requerimientos para establecer las diferentes
La propia definición de SII permite establecer claras categorías de SII son los siguientes:
diferencias con otras condiciones clínicas con las a. SII con predominio de estreñimiento: heces
que frecuentemente se confunde. Diversas consi- duras ≥ 25% de las ocasiones/heces “sueltas” o
deraciones deben ser tenidas en cuenta. acuosas ≤ 25% de las ocasiones.
b. SII con predominio de diarrea: heces “sueltas” o
❱❱ Los síntomas tienen que aparecer durante un acuosas ≥ 25% de las ocasiones/heces duras
periodo mínimo de tiempo (12 semanas/año, < 5% de las defecaciones.
no necesariamente consecutivas). Se excluyen,
c. Patrón mixto: heces duras ≥ 25% de las oca-
por consiguiente, periodos cortos de alteracio-
siones/heces “sueltas” o acuosas ≥ 25% de las
nes del ritmo intestinal acompañadas de males- ocasiones.
tar abdominal, propiciadas por circunstancias
d. Patrón indefinido: anormalidad insuficiente de
diversas (viajes, estrés, transgresiones dietéti-
la consistencia de las deposiciones para reunir
cas) que constituyen un hecho frecuente en la
los criterios expuestos para el resto de las cate-
población general. gorías.
❱❱ La presencia de diarrea o estreñimiento cróni- • Síntomas que apoyan el diagnóstico pero que
co, sin una causa orgánica identificable no pue- no forman parte de los criterios de Roma III son:
de atribuirse a un SII si no existe además dolor a. Frecuencia de las deposiciones ≤ 3 veces por
abdominal. Aquellos entran en la categoría de semana o > 3 veces por día.
diarrea o estreñimiento crónico funcional. b. Esfuerzo defecatorio excesivo.
❱❱ Inversamente, la presencia de dolor abdominal c. Urgencia defecatoria.
crónico sin alteraciones concomitantes en la d. Sensación de evacuación incompleta.
frecuencia o consistencia de las deposiciones
e. Emisión de moco en la deposición.
no puede ser categorizada como SII, sino como
dolor abdominal crónico funcional. f. Sensación de hinchazón abdominal.

❱❱ Un paciente con dolor abdominal centrado en


el hemiabdomen superior, a menudo definido
como plenitud o pesadez postprandial, no pue-
de ser incluido tampoco en el término SII. Estos gánica). No obstante, en algunos enfermos co-
pacientes probablemente padecen una dispep- existen ambos trastornos (dispepsia funcional y
sia funcional (si logra excluirse una dolencia or- SII).

524
36. Síndrome de intestino irritable

❱❱ Algunos pacientes, especialmente mujeres, con personas que consultan al médico. De hecho, el
flatulencia como síntoma principal, son etique- SII explica el 10-15% de las consultas de atención
tados de SII, sin que reúnan plenamente los cri- primaria y entre el 25-30% de los pacientes deri-
terios necesarios para el diagnóstico de este sín- vados a las consultas de gastroenterología18. Estas
drome. Con frecuencia estos pacientes padecen cifras son el resultado de estudios basados en un
otro trastorno funcional, como aerofagia o pre- “diagnóstico positivo” basado en síntomas. En todo
sentan un incremento real en la producción de momento debe considerarse que cualquier estrate-
gas intestinal en relación con una intolerancia gia basada en la búsqueda intencionada de orga-
a lactosa o fructosa, un síndrome de sobrecre- nicidad “diagnóstico por exclusión”, reduciría con
cimiento bacteriano o incluso una enfermedad toda probabilidad estos valores al identificar enfer-
celíaca. medades con una base orgánica cuya presentación
❱❱ Por último, aquellos pacientes en los que llega a clínica puede simular, en gran medida, a la de un
identificarse un trastorno endocrinometabólico TFD, como han sugerido algunos autores19.
(por ej.: diabetes o hipertiroidismo) y que con-
sultan por síntomas gastrointestinales concor- Incidencia
dantes con el padecimiento de un SII no pueden
La incidencia de SII no es fácil de determinar, ya que
ser categorizados como tal en un sentido estric-
a menudo el comienzo de los síntomas se desarro-
to, dado que conceptualmente, en todo pacien-
lla de forma insidiosa y el enfermo puede tardar en
te con un TFD se exige la ausencia de anomalías
consultar10. Estudios de base poblacional realizados
bioquímicas que puedan explicar los síntomas.
en EE.UU. y en Europa sugieren que el SII aparece
en 200-300 personas por cada 100.000 habitantes y
Epidemiología año19-21. Debe considerarse que estas estimaciones
se basan en el resultado de estudios en pacientes
Prevalencia que consultan por sus síntomas. Una evaluación
La prevalencia de SII oscila entre el 5-15%, en de- más realista, considerando la proporción de pacien-
pendencia de los criterios empleados para el diag- tes que no llegan a consultar nunca con el médico,
nóstico9,10. Un estudio, por ejemplo, encontró que permite estimar, que la verdadera incidencia de SII
únicamente el 31% de los pacientes con SII diag- en población general probablemente doble estas
nosticados por criterios de Roma II, cumplían los cifras, alcanzando la cifra de 400 casos por cada
criterios de Roma III para el mismo diagnóstico11. El 100.000 habitantes y año, valores que se ajustarían
70% restante padecían otro tipo de trastornos fun- más a una prevalencia estimada del 12%. Por otro
cionales digestivos (TFD) incluyendo estreñimiento lado, en determinados subgrupos de pacientes,
o diarrea funcional o hinchazón funcional. Otras como aquellos que han sufrido una gastroenteritis
variables que influyen en la prevalencia incluyen la infecciosa, la incidencia de SII puede alcanzar el
edad, el sexo, la procedencia geográfica y la pobla- 10% (IC 95%: 9,5-85,6)22.
ción que es objeto de estudio (población general o
población que consulta con el médico)10. Así, la pre- Concomitancia con otros TFD
valencia de SII estimada en los países occidentales
oscila entre el 10-18%12,13, mientras que en Asia se Estudios de base poblacional y revisiones sistemá-
cifra entre un 1-9%14,15. La prevalencia encontrada ticas demuestran la existencia de un solapamiento
en España es del 7,8%16. Un aspecto notable es que entre el SII y otros TFD, de manera que la probabi-
la relación mujer/hombre observada en el mundo lidad de que un paciente con SII presente además
occidental (2:1) no se ha constatado en los países clínica de enfermedad por reflujo gastroesofágico
asiáticos. Por otro lado, el SII es más prevalente en (ERGE) o de dispepsia alcanza el 47% y el 15-42%,
edades más jóvenes16,17, aunque se ha descrito un respectivamente, prevalencias muy superiores a las
segundo pico de incidencia en edades avanzadas. observadas en población general24-26. En un estu-
Talley et al., encontraron una prevalencia de SII del dio, Locke et al. informaron que entre el 4-9% de la
8% entre los pacientes con edades comprendidas población general presenta síntomas de al menos 2
entre 65 y 75 años, elevándose hasta el 12% entre TFD y que de un 1% a un 4% manifiesta clínica de al
las personas de más de 85 años17. Indudablemen- menos 3 TFD, lo que ha hecho considerar una base
te estas cifras son diferentes entre la población de patogénica común en estos trastornos27.

525
Sección 4. Intestino delgado y colon

Concomitancia con otras o peor que la observada en enfermedades de curso


crónico, incluyendo la ERGE, diabetes, insuficiencia
manifestaciones extraintestinales renal, depresión, o artritis reumatoide33,36.
La presencia de síntomas extraintestinales es más
común entre los pacientes con SII, incluyendo fatiga Cuestionarios de calidad de vida
crónica y dolor abdomino-pélvico, entre otros28. Así en el SII
mismo, entre los pacientes con SII, se ha comuni-
Además del SF-36 (cuestionario genérico de calidad
cado una mayor prevalencia de síntomas psiquiá-
de vida) se han diseñado diversos cuestionarios es-
tricos, incluyendo ansiedad, depresión y neuroticis-
pecíficos para evaluar el impacto del SII, tanto so-
mo. En un estudio controlado que incluyó una serie
bre la condición física, como del bienestar emocio-
de 3.153 pacientes, ajustados por sexo y edad,
nal y las repercusiones sociales de la enfermedad
Whitehead et al.28 demostraron una prevalencia de
sobre el individuo. La mayoría de ellos (IBS-QOL,
morbilidad psiquiátrica de hasta el 94%, entre los
IBSQOL y IBS HRQOL)38-40 proporcionan información
pacientes con SII. Con toda probabilidad, rasgos de
exhaustiva sobre todas estas variables, pero tienen
psiconeuroticismo, ansiedad y depresión contribu-
el inconveniente de su difícil implementación en
yen a modular al alza la percepción de los síntomas
los 10-12 minutos de que dispone habitualmente
y resultan determinantes de la frecuencia con que
un gastroenterólogo general para ver a un paciente
estos pacientes visitan al médico.
en su consulta. Spiegel et al.41, crearon un cuestio-
nario corto específicamente diseñado para su em-
Historia natural pleo rutinario en la práctica clínica. El cuestionario
Aproximadamente la mitad de los pacientes con SII consta únicamente de 4 preguntas (tabla 2) y está
permanecen estables y no modifican el fenotipo de pensado para su cumplimentación en menos de 1
su comportamiento clínico (predominio de diarrea, minuto, mientras el paciente permanece en la sala
de estreñimiento o patrón alternante)29. El otro de espera. Una enfermera calcula el score final en
50% puede mostrar un cambio en su patrón de sín- un tiempo no superior a 30 segundos y lo entrega
tomas dominantes30. al médico antes de recibir al paciente. El cuestiona-
rio denominado BEST-score proporciona informa-
Mortalidad ción sobre 4 cuestiones esenciales: 1) gravedad de
los síntomas intestinales, tal como son percibidos
El SII es una entidad que no viene gravada por una
por el paciente; 2) impacto de los síntomas sobre
mayor tasa de mortalidad en relación a la observa-
la capacidad de disfrutar de las cosas cotidianas;
da en la población general. Un estudio que investi-
3) percepción del enfermo acerca del padecimiento
gó la evolución de una serie de pacientes seguidos
de una enfermedad seria o potencialmente grave
por un periodo de 29 años, no demostró diferen-
y 4) repercusión de los síntomas sobre el estado
cias en relación a la mortalidad esperada31 y ello ha
de ánimo y el humor del enfermo. Los autores
sido corroborado por otros autores32. Pese a ello,
cotejaron los resultados proporcionados por el
es un hecho constatado que si bien el SII no “mata”
BEST-score en una serie de 59 pacientes con SII, con
puede hacer la vida insoportable y algunos infor-
otro instrumento de medición de CVRS específico
mes sugieren un aumento en el riesgo de suicidio,
de SII (IBS-QQL score), constituido por 34 paráme-
así como en la necesidad de cirugía37.
tros, encontrando un elevado grado de concordan-
cia entre ambas medidas y subrayando el valor de
Calidad de vida relacionada con la salud esta nueva herramienta en la toma de decisiones
(CVRS) en el escenario de la práctica clínica habitual (busy
clinics)41.
La CVRS de los pacientes con SII está notablemen-
te alterada debido a importantes repercusiones
físicas, emocionales, sociales y económicas, como
Repercusiones económicas
reflejan las revisiones sistemáticas33, y existen exce- Los costes asociados al SII son importantes. Baste
lentes revisiones al respecto34,35. Datos consistentes citar que solo en los EE.UU. consultan anualmente
revelan que los pacientes con SII presentan scores por este problema 3,5 millones de personas. Ello
más bajos en las 8 escalas del SF-36, cuando se supone un gasto anual de 20 billones de dólares42.
comparan controles sanos34 y que su CVRS es igual Por otro lado, se ha estimado que los pacientes con

526
36. Síndrome de intestino irritable

TABLA 2. Cuestionario BEST para evaluar el impacto de los síntomas de un intestino irritable sobre la CVRS

1. Durante las últimas 4 semanas, ¿Cómo se ha sentido en relación a su hábito de defecar?


• Muy bien: mis deposiciones han sido normales.
• Bien: apenas ha habido alteraciones en mi ritmo intestinal y, de hecho, las he ignorado.
• Regular: no he podido ignorar las alteraciones en mi ritmo intestinal.
• Mal: las alteraciones de mi ritmo intestinal han llegado a afectar a mi estilo de vida.
• Muy mal: las alteraciones del ritmo intestinal han afectado gravemente a mi estilo de vida.
2. Lea Vd. la siguiente declaración y diga lo que opina sobre ella: “Los síntomas intestinales que estoy sufrien-
do significan que algo muy serio está ocurriendo en mi cuerpo”.
• No, de ninguna manera.
• Sí, quizás en algún momento, pero muy pocas veces.
• Sí, algo sí.
• Sí, bastante.
• Sí, mucho.
3. Durante las últimas 4 semanas, ¿con qué frecuencia sus síntomas intestinales han hecho que se sienta tenso
o profundamente afectado?
• La mayoría del tiempo.
• En muchas ocasiones.
• Solo muy de vez en cuando.
• En ningún momento.
4. Díganos lo que piensa sobre la siguiente frase: “Debido a los síntomas intestinales que sufro, durante las
últimas 4 semanas no he podido disfrutar de las cosas que antes me divertían”.
• De ninguna manera me ha ocurrido esto.
• Sí, quizás en algún momento, pero muy pocas veces.
• Sí, algo sí.
• Sí, bastante.
• Sí, mucho.

Las respuestas a estas preguntas se miden en una escala de 0 (el mejor estado de salud) a 100 (el peor estado
de salud). La calificación final asignada de acuerdo a un algoritmo estándar se entrega al médico, antes de que
éste entre en la consulta. [Spiegel BMR, Naliboff, Mayer E, et al. Development and initial validation of a concise
point-of-care IBS severity index: the 4-item BEST questionnaire. Gastroenterology 2006;130:S1040].

SII consumen un 50% más de recursos sanitarios estas entidades son potencialmente curables con
que los controles sanos44,45. Ello obliga a reflexionar un tratamiento específico19. Otra fuente impor-
acerca de la solicitud, a menudo reiterada, de prue- tante de gasto sanitario en estos pacientes son las
bas y exámenes complementarios que siguiendo frecuentes visitas facultativas derivadas del padeci-
las recomendaciones de las guías de práctica clí- miento de síntomas extraintestinales, fruto de di-
nica45 probablemente no estén justificados, en pa- versas somatizaciones. Finalmente, se estima que
cientes en quienes podría establecerse un diagnós- un tercio de los costes imputables al SII se derivan
tico positivo, basado en la presencia de síntomas
de la pérdida de productividad laboral (absentismo
compatibles y la ausencia de signos de alarma (ver
y presentismo laboral). Los empleados que sufren
apartado de diagnóstico). Este pensamiento debe
de SII presentan una merma de su productividad
balancearse con el criterio de aquellos que preco-
laboral estimada en un 26-31%, tasas que exceden
nizan que el gasto imputable a esta patología, se
reduciría a largo plazo, si en la valoración inicial pu- en un 20% a las observadas en controles sanos46,47.
diese descartarse cualquier otra patología orgánica Esta pérdida de productividad laboral se concentra
que a menudo se manifiesta con criterios de “apa- mayoritariamente entre los pacientes que presen-
rente funcionalidad”. Así ocurre con algunos casos tan comorbilidades asociadas, incluyendo fatiga
de colitis microscópica, enteropatía sensible al glu- crónica y fibromialgia, entre otras48. A todo ello
ten, intolerancia a carbohidratos (lactosa, fructosa) deben sumarse los costes intangibles atribuibles al
o malabsorción idiopática de sales biliares. Todas sufrimiento personal.

527
Sección 4. Intestino delgado y colon

Fisiopatología lorosos) y quimiorreceptores (detectan cambios en


la osmolaridad, temperatura y pH). La información
En la actualidad no se conoce con precisión cuáles de estos receptores es transmitida al cerebro don-
son los mecanismos por los que se produce el SII. de tiene lugar la percepción consciente. La hiper-
No parece probable que una sola causa pueda ser sensibilidad puede presentarse en forma de hiper-
el motivo de todas las molestias en un síndrome algesia (percepción incrementada del dolor ante
tan heterogéneo. Se han postulado alteraciones un estímulo determinado, comparada con la po-
de la motilidad, fenómenos de hipersensibilidad blación general), alodinia (el enfermo siente dolor
visceral, factores psicológicos, mecanismos infla- ante un estímulo que en condiciones normales no
matorios y una disfunción del eje cerebrointestinal, sería percibido como tal), hipervigilancia (exceso de
entre otros49-58. atención a los estímulos nociceptivos), y exagerada
percepción del dolor referido (percepción de dolor
Alteraciones de la función fuera de las regiones anatómicas habitualmente es-
sensorio-motora timuladas). La hipersensibilidad puede ser la conse-
cuencia de fenómenos de sensibilización de las neu-
Motilidad ronas del asta posterior medular o de un anormal
Se han comunicado numerosas alteraciones de la procesamiento de la información transmitida por las
motilidad en el SII incluyendo una aceleración del vías aferentes en el sistema nervioso central (SNC)53.
tránsito tanto en el intestino delgado como en el Numerosos estudios han permitido documentar que
colon en el SII-D, y un enlentecimiento de aquél la insuflación con balón en distintos segmentos del
en el SII-E49. A su vez, los pacientes con SII mues- intestino es percibida por los enfermos con SII con
tran contracciones intestinales intensas y anormal- una intensidad desproporcionada cuando se compa-
mente prolongadas, tanto en el íleon como en el ra con controles sanos (figura 1)54,55. Ello permitiría
colon, en respuesta a diversos estímulos exógenos, explicar la urgencia defecatoria que los pacientes
incluyendo la inyección de colecistoquinina (CCK), describen ante leves incrementos de la presión en-
la ingesta de alimento, el estrés psicológico y la doluminal en respuesta al estrés o al propio reflejo
distensión del colon con balón50. Estas alteraciones gastrocólico. Es un hecho admitido por la mayoría
podrían explicar la aparición de síntomas después de los clínicos que la palpación del abdomen suele
de las comidas o la exacerbación de aquellos en pe- mostrar un área de hipersensibilidad en la región
riodos de estrés. Igualmente, en el SII coexisten, a donde se sitúa el sigma en muchos pacientes con
menudo, trastornos de la motilidad gastroduodenal SII y que la insuflación del colon sigmoide durante
(retardo del vaciamiento gástrico) y biliar (retardo la realización de una colonoscopia produce un do-
en el vaciamiento de la vesícula y relajación insufi- lor, probablemente excesivo, en los pacientes con
ciente del esfínter de Oddi tras la inyección de CCK). SII. Nuevamente, sin embargo, estos fenómenos no
En algunos pacientes (especialmente en el SII-E) se se registran en todos los pacientes con SII y la co-
detecta defecación disinérgica51 y en otros, altera- rrelación de estos hallazgos con la gravedad de los
ciones en el tono del músculo detrusor de la vejiga síntomas es incierta52,56.
y fenómenos de hiperreactividad bronquial en res-
Gas y distensión abdominal
puesta a la inyección de metacolina, todo lo cual ha
hecho suponer a algunos autores la existencia de La sensación de hinchazón y la distensión abdomi-
una disfunción generalizada del músculo liso49. La nal forman parte del espectro de síntomas y signos
investigación, sin embargo, ha demostrado que las referidos habitualmente por los pacientes con SII,
alteraciones descritas, no están presentes en todos especialmente de aquellos con un patrón predo-
los pacientes y que la correlación entre aquellas y la minante de estreñimiento. El empleo de técnicas
aparición de los síntomas es pobre52. basadas en pletismografía con impedancia, gam-
magrafía y tomografía computarizada (TC) sugieren
Sensibilidad
que algunos pacientes con SII muestran dificultades
Numerosas evidencias han demostrado que al- para aclarar el gas perfundido en el yeyuno y re-
gunos enfermos (no todos) con SII presentan una tención de gas en el intestino delgado tras la per-
sensibilidad incrementada a ciertos estímulos (hi- fusión endoluminal de ácidos grasos57-59. Otros au-
peralgesia visceral)49. Las sensaciones abdomina- tores han relacionado la distensión abdominal con
les son mediadas por vías aferentes activadas por fenómenos de disfunción anorrectal asociados a
estímulos que actúan sobre mecanorreceptores propulsión retardada del bolo fecal y heces duras60.
(detectan cambios producidos por la distensión), Finalmente, estudios realizados en nuestro país,
nociceptores mesentéricos (detectan estímulos do- han permitido documentar por TC alteraciones en

528
36. Síndrome de intestino irritable

Figura 1. Hiperalgesia visceral. El umbral de percepción en el SII es más bajo que en los sujetos normales. Un estímulo de una
determinada magnitud es percibido con una intensidad desproporcionada en relación al observado en sujetos normales.

los movimientos del diafragma y de la musculatura tudios realizados con resonancia magnética cerebral
de la pared abdominal, debiendo distinguir entre o tomografía de positrones han puesto de manifies-
aquellos que presentan una verdadera retención to, por ejemplo, que la respuesta cerebral a los estí-
de gas debida a una dismotilidad del intestino del- mulos viscerales es muy distinta en los pacientes con
gado, asociada a migración del diafragma en senti- SII, en comparación con personas sanas, incluyendo
do craneal y protusión de la pared abdominal an- los aspectos emocionales y la respuesta autonómica
terior, de aquellos otros con hinchazón “funcional” a la distensión49,64. Se ha postulado igualmente que
que no presentan retención de gas propiamente una anomalía en las concentraciones de neurotrans-
dicha, sino un fenómeno de migración caudal del misores que regulan la función del sistema nervioso
diafragma asociado igualmente a protusión de la entérico podría desempeñar también un papel pri-
pared anterior del abdomen61,62. mordial en la patogénesis de los diferentes subtipos
de SII (tabla 3)65,66. De hecho, la investigación en este
Disfunción autonómica campo ha hecho posible el desarrollo de agentes
Algunos estudios han demostrado la existencia de serotoninérgicos (antagonistas 5-HT3 y agonistas
fenómenos de disfunción autónoma (predominio HT4) que han demostrado su efectividad en formas
de tono simpático en el SII-D y predominio de tono graves de SII asociado a diarrea o estreñimiento,
vagal en el SII-E) que persisten incluso durante el respectivamente (ver más adelante).
sueño, sugiriendo que se trata de un fenómeno in-
TABLA 3. Neurotransmisores que participan en la
trínseco asociado a la enfermedad y no una conse-
cuencia de la misma63. regulación de la función intestinal

Disfunción del eje cerebrointestinal


❱❱ Encefalinas.
La normalidad de la función gastrointestinal es el ❱❱ Sustancia P.
resultado de una adecuada coordinación entre los
impulsos sensoriales procedentes del intestino y la ❱❱ Polipéptido relacionado con el gen de la calcitonina.
respuesta motora del tubo digestivo. En ella juega ❱❱ Óxido nítrico.
un papel primordial la integración de estos meca- ❱❱ Serotonina (5-hidroxitriptamina).
nismos a nivel central y la intervención del sistema ❱❱ Colecistoquinina.
nervioso autónomo. El sistema nervioso central
❱❱ Somatostatina.
ejerce una actividad moduladora de todos estos
mecanismos y, de hecho, puede modificar tanto la ❱❱ GABA.
percepción sensorial, como la respuesta motora. Es-

529
Sección 4. Intestino delgado y colon

Factores psicosociales sentimientos de culpa y ocultación de los hechos


por parte de las pacientes afectadas75-78.
Aunque los criterios de Roma no requieren de la
presencia de factores psicosociales para establecer Genética
el diagnóstico, numerosos estudios han demostra-
do que los pacientes con SII padecen con mayor Diversos estudios sugieren la existencia de una
frecuencia diversos trastornos psiquiátricos, inclu- agregabilidad familiar en el SII en forma similar a
yendo síndromes de ansiedad generalizada, páni- lo que ocurre en otras enfermedades gastrointesti-
co, neuroticismo, alteraciones del estado de ánimo nales como la enfermedad inflamatoria o la enfer-
(distimia, depresión) y diversos trastornos somato- medad celíaca79. De hecho, estudios bien diseñados
morfos. Se han comunicado igualmente elevadas permiten concluir que los familiares de un paciente
tasas de fenómenos de adaptación ineficiente a con SII presentan una probabilidad 2-3 veces mayor
situaciones dramáticas67,68. Así, no es infrecuente de presentar un trastorno similar y que el trastor-
que un acontecimiento grave en la vida del pacien- no afecta también con mayor frecuencia a gemelos
te constituya el punto de partida de los primeros homo- y heterocigotos80-82. Los resultados de estos
síntomas o agrave un cortejo sintomático hasta estudios sugieren que la contribución de la genética
entonces infravalorado por el propio paciente69. Es es razonablemente elevada en el SII79. Estos mismos
bien conocido, por ejemplo, el comienzo de los sín- estudios señalan que tanto en los pacientes con SII
tomas en tiempos de guerra70. A su vez, el suicidio (casos), como en los familiares afectados por la mis-
es 2-4 veces más frecuente entre los pacientes con ma enfermedad, es más prevalente el antecedente
SII37 y la probabilidad de que los pacientes con SII de una infección gastrointestinal (9% vs. 5%), una
tomen ansiolíticos, antidepresivos, antipsicóticos o historia de abusos (35% vs. 25%) y un cuadro de
sedantes es dos veces superior a la observada en ansiedad o de depresión (44% vs. 22%) cuando se
la población normal71. Aunque no todos los estu- comparan con los controles80. Estos hallazgos pro-
dios coinciden, todos estos trastornos se ven con porcionan evidencias a favor de una interacción
independencia de que los enfermos hayan o no entre factores hereditarios y ambientales en la pa-
consultado por sus síntomas y la mayoría de éstos togénesis del SII.
ya estaban presentes o resultan coincidentes con el
comienzo de la clínica de SII, lo que sugiere que el Se ha postulado que el SII podría responder a un
trastorno emocional no es la consecuencia del dis- modelo de trastorno genético complejo poligénico
confort gastrointestinal67,68. multifactorial79. La investigación en este campo se
ha centrado en el estudio de genes que codifican
Sueño proteínas implicadas en la regulación de procesos
biológicos relacionados con el sexo, con el control o
Entre los pacientes con SII son más frecuentes los
modulación de la sensación a nivel periférico y cen-
trastornos del sueño, tales como el insomnio inter-
tral o la motilidad, e incluso la regulación de la res-
dormiccional, sensación de no haber descansado
puesta cerebral al estrés83. Una preocupación que
al despertar por la mañana, y prolongación de las
añade incertidumbre en estos estudios es la pre-
fases 3 y 4 del sueño evidenciadas en los estudios
sencia de cualquier otra enfermedad de base ge-
polisomnográficos73. Estudios realizados en enfer-
meras demuestran que los síntomas del SII son más nética que al cursar con síntomas gastrointestinales
pronunciados en aquellas que realizan turnos de similares o parecidos pueda estar contribuyendo
noche comparadas con las que únicamente traba- falsamente a la “agregabilidad familiar” observada
jan por el día74. en el SII79. Tal es el caso de la enfermedad de Crohn,
la enfermedad celíaca o la intolerancia a lactosa o
Maltratos y abusos físicos fructosa que deben ser razonablemente excluidas
y sexuales en estos casos.
En las últimas décadas se ha acumulado una evi- Hasta la fecha se han evaluado cerca de 60 genes
dencia creciente acerca de una mayor prevalencia para determinar la influencia de variantes genéti-
de maltratos y abusos sexuales tanto durante la cas en el SII. Los genes estudiados han sido selec-
infancia como a lo largo del resto de la vida, entre cionados debido a su potencial implicación en la re-
los (las) pacientes con SII77-78. Entre ellas se incluyen gulación proteica de la función motora y sensorial
diversas formas de agresión verbal, exhibicionismo, del intestino, tanto a nivel central como periférico
acoso y violación, a las que también se añaden los (incluyendo la mediación serotoninérgica y adre-

530
36. Síndrome de intestino irritable

SII [predominio SII


de diarrea] • TDO2
• HTR2A • HTR2A SII + Alteraciones psiquiátricas
• HTR3A • HTR3B
• HTR7 • BDNF
• HTR3C
SII [mixto] • HTR3E • IL10
• SCN5A • TNFα
• FAAH • IL1R
• OPRM1 IL6
SLC6A4
POSTINFECCIOSO
SII [predominio
TLR9
de estreñimiento]
CDH1
• HTR4 ADRA2C
• HTR7 COMT

Figura 2. Asociaciones genéticas en el síndrome de intestino irritable en función del fenotipo. Puede observarse cómo algunas
asociaciones genéticas son compartidas por diferentes subtipos de SII y otras son exclusivas de un subtipo determinado.

nérgica) o por su papel regulador de la respuesta patogénesis del SII89. Los argumentos más sólidos
inmunológica del intestino frente a la infección mi- para sustentar esta hipótesis surgen de una serie
crobiana (función de barrera)83-88. La figura 2 mues- de evidencias:
tra un listado de los genes que se han identificado
❱❱ Cambios en la composición de la microflora en
hasta el momento como potenciales marcadores
las heces. Por medio de cultivos de las heces se ha
de susceptibilidad al padecimiento de SII, debiendo
establecido que la concentración de algunas espe-
subrayar la existencia de una diferente base genéti-
cies de bacterias (Lactobacillus y Bifidobacterium)
ca para los casos esporádicos o familiares y para los
está disminuida en los pacientes con SII compara-
casos de SII postinfeccioso versus no infeccioso79.
da con la observada en controles sanos90,91.
Genes que han sido implicados en el desarrollo del
SII incluyen el HTR2A, HTR3E, IL10 e IL6. A su vez ❱❱ Sobrecrecimiento bacteriano intestinal (SBI).
los genes IL-6, CDH1 y TLR9 pueden representar un Los metaanálisis efectuados han informado
locus de susceptibilidad para el desarrollo del SII una prevalencia de SBI, medida tanto por test
postinfeccioso. En última instancia, y al igual que de lactulosa como por cultivos del aspirado ye-
sucede en la enfermedad de Crohn, la susceptibi- yunal, significativamente más elevada entre los
lidad genética solo es un factor que contribuye al pacientes con SII comparada con los controles
desarrollo del síndrome, pero sin duda es necesaria [odds ratio 9,64 (IC) 5 4,26–21,82)]92,93. Al me-
la contribución de otros factores ambientales. nos 5 estudios controlados y aleatorizados co-
inciden en señalar que la administración de an-
Inflamación y microflora tibióticos mejora los síntomas de los pacientes
con SII, en la misma medida que normaliza los
Microbiota intestinal
resultados de los test del aliento94-95. La razón
En el tracto digestivo conviven más de 500 especies por la que los pacientes con SII desarrollan SBI
diferentes de bacterias en una relación simbiótica podría guardar relación con un fallo de aclara-
con el huésped. En los últimos años se ha postu- miento de bacterias debido a un enlentecimien-
lado la hipótesis de que alteraciones en la micro- to del tránsito propiciado por una disminución
biota pueden desempeñar un papel relevante en la de la fase III del complejo motor migratorio in-

531
Sección 4. Intestino delgado y colon

terdigestivo (CMMI)96. Dada la relevancia de las entéricos, sugiriendo igualmente un papel en el


células intersticiales de Cajal en la preservación desarrollo de los mecanismos de hipersensibili-
de estos mecanismos, es probable que una in- dad ya mencionados en esta población104.
flamación de bajo grado en los plexos mienté-
❱❱ Inmunidad innata. Los estudios que han evalua-
ricos (ver más adelante) pueda ser el punto de
do el balance entre citocinas pro- y antiinflama-
partida de este trastorno.
torias en el SII sobre series amplias de pacientes
❱❱ SII postinfeccioso: diversas investigaciones han muestran un incremento en los niveles de IL-6,
llamado la atención acerca del desarrollo de un así como de IL-1b y factor de necrosis tumoral
SII tras un episodio de gastroenteritis infecciosa a (TNF-a), pero no de IL-10 o de IL-12 en pa-
(GI). Al menos 2 metaanálisis han confirmado cientes con SII-D comparados con controles sa-
estos hallazgos informando de que un 10% de los nos, pacientes con SII-E y con SII-mixto105. Otros
pacientes que sufren de una GI desarrollan sínto- autores han encontrado una elevación de Il-1b.
mas compatibles con un SII [odds ratio: 6-7]97,98. TNF-a y mRNA en la mucosa rectosigmoidea e
Factores de riesgo implicados en el desarrollo ileal de pacientes con SII-PI89. De forma intere-
de SII-PI incluyen la duración y gravedad de los sante, un estudio ha demostrado un incremento
síntomas, el estrés psicológico relacionado con de los niveles fecales de defensinas (proteínas
acontecimientos vitales traumáticos y una per- innatas que intervienen en el control de la flora
sonalidad neurótica99,100. De forma interesante, intestinal por medio de sus propiedades antimi-
las biopsias rectales de estos pacientes muestran crobianas) en los pacientes con SII-D, propor-
un incremento en la población de linfocitos in- cionando nuevas evidencias en la interacción
traepiteliales y de células enteroendocrinas101,102 microbiota-sistema inmune106.
que persisten hasta 12 meses y una elevada ❱❱ Terapia antiinflamatoria. Aunque la prednisona
expresión de citocinas proinflamatorias (IL-1b) no proporciona mejoría de los síntomas en los
tanto en biopsias rectales como ileales103. Queda pacientes con SII, algunos estudios han proporcio-
por definir si el desarrollo de un SII-PI guarda nado evidencias en favor de un efecto beneficio-
relación con la activación de mecanismos de so de la mesalazina en términos de reducción de
inflamación de bajo grado o con un estado de síntomas y de mastocitos en la mucosa intestinal
disbiosis (alteración en la composición de la mi- comparados con placebo108. A su vez, el ketotife-
crobiota intestinal)89. no, un estabilizador de los mastocitos, consigue
Inflamación reducir tanto los síntomas, como la hipersensibi-
lidad visceral de los pacientes con SII108. En ambos
A lo largo de los últimos 20 años se han acumulado casos se requieren estudios a mayor escala para
evidencias que sugieren la presencia de cambios validar estos resultados.
inflamatorios en la mucosa de los pacientes con SII.
La mayoría de los estudios se han centrado en el
papel de los linfocitos, los mastocitos y las citoci-
Diagnóstico
nas.
Historia clínica
❱❱ Linfocitos. Una infiltración por linfocitos intrae-
La historia clínica es esencial en el diagnóstico del
piteliales ha sido observada no solamente en la
SII. De hecho, en ausencia de “síntomas de alar-
mucosa rectal de pacientes con SII-PI101, sino en ma” la presencia de una clínica compatible permite
los ganglios del plexo mientérico de pacientes llevar a cabo un “diagnóstico positivo” sin necesi-
con formas refractarias de SII-D. Los autores dad de pruebas complementarias. Este enfoque
de este estudio, sugieren que esta mienteritis presenta ventajas e inconvenientes (ver apartado
podría contribuir a explicar la hipersensibilidad “Criterios diagnósticos basados en síntomas”). En
observada en diferentes segmentos del intesti- todo caso, resulta crucial que el clínico disponga
no en el SII, hipótesis que requiere de una vali- del tiempo necesario para recabar cualquier in-
dación futura103. formación que pueda ser relevante en la toma de
❱❱ Mastocitos. Unos pocos estudios han detectado decisiones.
un incremento en la población de mastocitos y ❱❱ Edad. La edad del paciente es un factor primor-
de triptasa en la mucosa del intestino, próximos dial. La probabilidad de que un paciente con
a la cercanía de las terminaciones de los nervios síntomas compatibles con un SII presente una

532
36. Síndrome de intestino irritable

dolencia orgánica aumenta a partir de los 50 con un patrón predominante de diarrea, como
años. Ello probablemente justifique la necesi- aquellos en los que predomina el estreñimiento
dad de llevar a cabo algunas exploraciones en pueden abocar a un ritmo alternante110. El moco
este subgrupo (por ej.: colonoscopia) con el pro- es un componente, frecuente, si no habitual con
pósito de asegurar la ausencia de una patología independencia del patrón defecatorio predomi-
potencialmente grave (ej.: cáncer de colon). nante.
Esta consideración es particularmente cierta
❱❱ Síntomas de alarma. La anamnesis debe incluir
cuando los síntomas son de reciente aparición.
preguntas dirigidas a la búsqueda intencionada
❱❱ Sexo. El sexo femenino comporta mayores pro- de cualquier semiología sospechosa de una cau-
babilidades de que la causa de los síntomas sa orgánica del problema (figura 3). Estos sínto-
obedezca a un SII, especialmente en el grupo de mas de alarma incluyen la pérdida de peso no
pacientes que consultan de forma reiterada por explicable por otra causa, la fiebre y la presencia
sus síntomas. de sangre en las heces. Otros síntomas o ante-
cedentes que deben alertar al clínico son: 1) en
❱❱ Antecedentes familiares. La presencia de ante- caso de diarrea: la toma reciente de antibióti-
cedentes familiares de cáncer de colon, enferme- cos, el antecedente reciente de un viaje a una
dad inflamatoria intestinal (EII) o enfermedad ce- zona endémica de causas infecciosas de diarrea
líaca obliga a considerar firmemente cualquiera y los antecedentes familiares de celiaquía o EII.
de estas patologías en el diagnóstico diferencial. 2) En el caso de estreñimiento: el antecedente
De hecho cualquiera de estos antecedentes es personal o familiar de cáncer colorrectal (véase
considerado como un dato de “alarma”. más arriba). Finalmente, debe considerarse que
❱❱ Síntomas característicos de SII. Típicamente, una patología orgánica puede aparecer también
los pacientes con SII refieren dolor o malestar en cualquier paciente con un SII previo. En este
abdominal que alivia con la defecación y tras- contexto, el clínico debería estar atento a cual-
tornos en el patrón de evacuación. El dolor sue- quier cambio en la naturaleza de los síntomas,
le ser descrito como “retortijones” y de forma especialmente si existen antecedentes familia-
característica alivia con la deposición. Aunque res de cáncer de colon o de enfermedad infla-
su localización más frecuente es la parte baja matoria intestinal.
del abdomen, no es inhabitual una localización ❱❱ Síntomas que refuerzan el diagnóstico: como ya
difusa. A su vez, el enfermo con un SII refiere al- se ha mencionado, los pacientes con SII presen-
teraciones en el ritmo intestinal y/o cambios en tan con frecuencia un conjunto de síntomas inhe-
la forma de las deposiciones. Los pacientes en rentes a otros trastornos motores y funcionales
los que predomina la diarrea, suelen referir he- digestivos, especialmente pirosis y dispepsia tipo
ces blandas, semilíquidas o acuosas. Es habitual dismotilidad o distrés postprandial. Por otro lado
que el enfermo presente en estos casos 3-6 de- no es inhabitual la coexistencia de manifestacio-
posiciones diarias, emitidas con imperiosidad. nes extraintestinales como urgencia miccional, fi-
Con frecuencia, la urgencia por la defecación se bromialgia, fatiga crónica, cefalea o dismenorrea
manifiesta ya en el momento de despertarse o (tabla 4) y comorbilidades psiquiátricas como
bien después de cada ingesta o ante situaciones ansiedad, depresión o un trastorno por somati-
de estrés, momentos en los que la actividad mo- zación. Ya se ha mencionado la relevancia de una
tora del colon es más intensa. Sin embargo, es historia de maltratos y abusos físicos o sexuales.
excepcional que el enfermo se despierte por la A menudo, la concomitancia de estos rasgos psi-
noche con necesidad de evacuar. Los pacientes cológicos resulta determinante de consultas fre-
en los que predomina el estreñimiento, suelen cuentes y reiteradas que pueden hacer necesaria
quejarse de un esfuerzo defecatorio excesivo, a una intervención psicológica.
menudo acompañado de una sensación “frus-
trante” de evacuación incompleta. Síntomas Exploración física
como sensación de hinchazón, flatulencia o dis-
tensión abdominal son más frecuentes en este Al igual que la anamnesis, el examen físico puede
subgrupo. Otros pacientes refieren un ritmo proporcionar algunos datos de incuestionable valor
deposicional fluctuante alternando periodos para establecer la sospecha de una dolencia orgá-
de estreñimiento con fases de diarrea. Estos nica. Tal es el caso de la presencia de lesiones cutá-
tres patrones de comportamiento pueden no neas (ej.: eritema nodoso), signos de artritis, bocio
ser estables en el tiempo y tanto los pacientes o linfadenopatía. La palpación de una masa en el

533
Sección 4. Intestino delgado y colon

Historia
• Pérdida de peso no explicable por otra causa
• Fiebre Examen físico
• Diarrea o estreñimiento crónico severo Hallazgos sospechosos de pato-
• Sangre en las heces logía orgánica asociada (eritema
• Ingesta previa de antibióticos (diarrea) nodoso, pioderma gangrenoso,
• Comienzo de los síntomas después de los 50 años artritis, bocio, adenopatías).
• Historia familiar de cáncer de colon, EII o enferme-
dad celíaca
• Antecedentes personales de cáncer de colon
• Escenario favorable o sospechoso de ESG
– Retraso de crecimiento en la infancia
– Osteoporosis a una edad temprana Laboratorio
– Ferropenia o anemia de origen incierto • Anemia.
– Historia de infertilidad, abortos o menopausia • Leucocitosis.
precoz • VSG elevada.
– Coexistencia de otras enfermedades inmunoló- • Hormonas tiroideas alteradas.
gicas (diabetes tipo 1, hipotiroidismo, Sjögren,
psoriasis)

Figura 3. Síntomas y signos que deberían sugerir una patología orgánica en pacientes que cumplen criterios de Roma para el
diagnóstico de intestino irritable.

TABLA 4. Síntomas extraintestinales comúnmente de una disfunción del suelo pélvico (ver capítulo 9:
asociados al SII “estreñimiento”).

Criterios diagnósticos basados


❱❱ Urgencia miccional.
en síntomas
❱❱ Dispareunia.
❱❱ Dismenorrea. El empleo de los criterios de Roma, basados exclu-
sivamente en la información proporcionada por la
❱❱ Dolor de espalda.
historia y examen físico, permite establecer una
❱❱ Fibromialgia. aproximación diagnóstica razonablemente fiable y
❱❱ Cefalea. segura, sin necesidad de recurrir a otras pruebas
❱❱ Insomnio. y exámenes complementarios. Esta política (“diag-
❱❱ Fatiga crónica. nóstico positivo basado en síntomas”) es concor-
❱❱ Vértigo. dante con las recomendaciones del American Co-
llege of Gastroenterology and the British Society of
Gastroenterology45,112,113 y puede ser de gran utili-
dad en el ámbito de las consultas de atención pri-
abdomen es un claro signo de alarma. Otros sig- maria y gastroenterología general, en oposición a la
nos típicos del SII como la palpación de una cuerda estrategia del diagnóstico por exclusión. Las tablas
cólica hipersensible en la fosa ilíaca izquierda son, 5 y 6 muestran escalas de síntomas y signos que
sin embargo, muy inespecíficos. Debe subrayarse han demostrado una razonable sensibilidad para el
que aunque el contexto clínico sea altamente su- diagnóstico de SII, mediante el cálculo de un score
gestivo para el diagnóstico de un intestino irrita- sencillo que puede ser aplicado de forma eficiente
ble, no debe subestimarse el efecto positivo que en cualquier ámbito (asistencia primaria y especia-
representa para el paciente que su médico “ponga lizada)109. Algunas consideraciones deben realizarse
las manos sobre el abdomen”. El tacto rectal pue- en relación a las ventajas e inconvenientes de estos
de aportar información valiosa para el diagnóstico criterios109:

534
36. Síndrome de intestino irritable

TABLA 5. Modelo propuesto por Bellentani et al. para el TABLA 6. Modelo propuesto por Hammer et al . para el
cálculo de un score indicador de la presencia de un SII diagnóstico de SII basado en síntomas 115. A diferencia de
(una puntuación < 0 define un SII) (ref. 125) otras escalas que aplican un score basado en la presencia
de determinados síntomas o signos, la escala de Hammer
Parámetro Puntuación calcula el score a través de la odds ratio . Una odds ratio
1 Distensión visible del abdomen -39 < 1 (IC 95%) apoya el diagnóstico de un SII (ref. 126)
2 Familiares de primer grado afectos
de colitis -35 Odds ratio 95% IC
3 Sensación subjetiva de distensión Edad > 50 años 2,96 1,47-5,94
(hinchazón) -34
Sexo femenino 0,43 0,22-0,86
4 El enfermo padece flatulencia -33
Sangre al limpiarse
5 Irregularidades en el patrón de tras la evacuación 2,19 1,06-4,52
evacuación -26
Dolor abdominal
6 VSG < 17 mm/1.ª h +134 intenso 0,85 0,42-1,74
7 Historia de sangre en las heces +112 Dolor abdominal
8 Edad > 45 años + 95 ( > 6 veces en el
9 Leucocitosos > 10.000/cm3 + 85 último año) 0,21 0,08-0,52
10 Temperatura entre 37-38 ºC + 74 Dolor irradiado 0,38 0,16-0,88
11 Historia de cáncer en familiares Dolor/heces de
de primer grado + 33 consistencia más blanda 0,47 0,23-0,96
Diarrea 2,69 1,03-7,02
Pirosis 0,36 0,13-0,98

❱❱ El uso de criterios basados en síntomas, sin ne- teratura numerosos e inquietantes estudios que
cesidad de recursos complementarios, supone alertan sobre la existencia de organicidad oculta
un ahorro de costes que en los EE.UU. se ha en pacientes previamente diagnosticados de un
estimado en 364 dólares por paciente. Algunos SII. Tal es el caso de entidades como la colitis
estudios longitudinales sugieren que la realiza- microscópica19, el sobrecrecimiento bacteria-
ción de pruebas complementarias en fases más no 121, la malabsorción de sales biliares19,122, la
avanzadas no descubrirá una causa orgánica de enteropatía sensible al gluten (ESG)19,123 y la in-
los síntomas en la mayoría de los casos114. suficiencia exocrina del páncreas124, entidades
❱❱ La estandarización de los criterios basados en que pueden manifestarse con criterios de apa-
síntomas permite clasificar a los pacientes en or- rente funcionalidad. Ello obligará en un futuro
den al patrón clínico dominante y establece una a considerar entre los “síntomas de alarma”, no
homogeneidad en la selección de pacientes para solamente aquellos que permiten sospechar la
su inclusión en ensayos clínicos. Tal es el caso de presencia de un cáncer de colon o de una enfer-
los estudios que se han realizado con alosetrón, medad inflamatoria intestinal (EII) (fiebre, recto-
tegaserod, lubiprostona y linaclotide115-118. rragia, pérdida de peso), sino cualquier síntoma
o signo que pueda despertar la sospecha de una
❱❱ A pesar de las bondades de estos criterios para ESG, incluyendo una historia de retraso de creci-
la inclusión de pacientes en ensayos clínicos, miento en la infancia, osteoporosis que debuta
su utilidad en la práctica clínica y su exactitud a una edad temprana, infertilidad o aftas orales
en la exclusión de una dolencia orgánica sigue recurrentes (ver más adelante). Algunos rasgos
siendo especulativa109. Estos criterios fueron de- característicos del SII como el predominio en
sarrollados por gastroenterólogos de hospitales el sexo femenino, la elevada concomitancia de
secundarios y terciarios y su aplicación en el intolerancia a lactosa y sobrecrecimiento bacte-
ámbito de la atención primaria ha sido escaso, riano y su asociación a otras entidades como la
como reflejan algunos estudios119,120. Por otro fatiga crónica, fibromialgia y el distrés psicológi-
lado, en los últimos años han aparecido en la li- co son también compartidas por la enfermedad

535
Sección 4. Intestino delgado y colon

celíaca del adulto, que a su vez también asocia la fiebre, la diarrea con un volumen superior a 300
síntomas de otros trastornos funcionales diges- cm3/24 h, la diarrea nocturna o el antecedente de
tivos (pirosis, dispepsia, flatulencia), al igual que una historia familiar de cáncer, EII o EC (figura 3).
se describe en el SII. Basados en esta estrategia, las revisiones sistemá-
ticas efectuadas entre los años 1980 y 2001 con-
Rendimiento de las pruebas y cluyeron que el empleo de una batería sistemática
exámenes complementarios en el SII de pruebas diagnósticas fuera de este contexto, no
era coste-efectiva y que la probabilidad pretest de
Una encuesta realizada en 2006 puso de relieve
detectar una causa orgánica como cáncer colorrec-
que el 53% de los médicos generales, un 63% de
tal, disfunción tiroidea o intolerancia a lactosa no
los internistas y un 24% de los gastroenterólogos
era diferente entre los pacientes con síntomas de
se sentían confortables con la estrategia de un
intestino irritable y la población normal. Un único
diagnóstico positivo de intestino irritable basado
estudio mostró una prevalencia ligeramente supe-
en síntomas compatibles en la primera visita127. Sin
rior de EC130-134. Un resumen de las pruebas más
embargo, en otra encuesta un 75% de los clínicos
empleadas en el diagnóstico diferencial del SII se
opinaba que al diagnóstico de SII solo podía llegar-
expone a continuación (figura 4, tabla 8).
se por exclusión de cualquier patología orgánica128.
Ello sigue poniendo de manifiesto que el debate en- Analítica elemental
tre ambas estrategias sigue abierto entre el médico
práctico. Como afirma Furman DL en su excelente La petición de un hemograma y una bioquímica
revisión129, la preocupación del clínico que evalúa a elemental, incluyendo velocidad de sedimentación
un paciente con SII es el despistaje de un conjunto globular y proteína C reactiva (PCR) y un sedimento
de enfermedades (algunas de pronóstico incierto) urinario, forma parte de la práctica clínica habitual
que pueden ser susceptibles de un tratamiento es- en un paciente que consulta por síntomas gastroin-
pecífico. Éstas incluyen básica y primordialmente el testinales en un medio especializado. Estudios rea-
cáncer colorrectal, infecciones entéricas, trastor- lizados en distintos ámbitos coinciden en señalar
nos hormonales y estados malabsortivos, especial- que en ausencia de síntomas de alarma la proba-
mente la enfermedad celíaca. Sin duda, la relación bilidad de identificar una causa orgánica con estas
coste-efectividad de cualquier prueba indicada con determinaciones no es mayor en el SII comparado
este objetivo depende de la probabilidad pretest con los controles sanos133,135.
de que se cumpla la condición clínica que se desea
Despistaje de la enfermedad celíaca
excluir (tabla 7)129. Éste es el papel que desempe-
ñan los “síntomas de alarma”, entendiendo como Los síntomas de un SII y de una enfermedad celíaca
tales el comienzo de los síntomas a partir de los 50 pueden ser indistinguibles. Una encuesta efectua-
años, la presencia de sangre en las heces, la pér- da sobre una serie de 1.032 miembros de la Celiac
dida no intencionada de peso (superior a 4,5 kg), Disease Foundation informó que muchos pacientes

TABLA 7. Probabilidad pretest y prevalencia de enfermedades orgánicas frecuentemente excluidas en pacientes con SII
y población normal
Enfermedad Prevalencia entre personas Prevalencia en la población
con SII (%) general (%)

Colitis/EII 0,51-0,98 0,3-1,2


Cáncer colorrectal 0-0,5 0-6
Disfunción tiroidea 4 5-9
Infección gastrointestinal 0-1,5 N/A
Maldigestión a lactosa 38 26
Enfermedad celíaca 0,4-4 0,7

N/A: no aplicable.
Datos obtenidos de Cash BD, Schoenfeld PS, Chey WD. The utility of diagnostic tests in irritable bowel
syndrome patients: a systematic review. Am J Gastroenterol 2002;97:2812-9.

536
36. Síndrome de intestino irritable

Presencia de síntomas típicos


(Criterios de Roma)

Historia, examen físico, laboratorio

Sí Síntomas/signos de alarma (tabla 3) No

Investigar según patrón Diagnóstico de SII


clínico dominante

Tratar como SII 4-6 semanas

Causa orgánica detectada


Respuesta No respuesta

Sí No Reevaluar (tabla 8)

Figura 4. Aproximación al paciente con síntomas sugestivos de SII

TABLA 8. Diagnóstico diferencial del SII.

❱❱ Efecto secundario de fármacos:


• Fármacos inductores de diarrea (por ej.: laxantes que contienen magnesio, antiácidos, colchicina).
• Fármacos inductores de estreñimiento (por ej.: opiáceos para el control del dolor, sales de aluminio).
❱❱ Enfermedad metabólica:
• Diabetes o disfunción tiroidea (hiper- o hipofunción tiroidea).
❱❱ Infecciones gastrointestinales (por ej.: Giardia, Entamoeba hystolítica, Yersinia enterocolítica…)1.
❱❱ Enfermedad inflamatoria intestinal:
• Colitis ulcerosa.
• Enfermedad de Crohn.
• Colitis microscópica (linfocítica o colágena).
❱❱ Síndromes de malabsorción/maldigestión:
• Enteropatía sensible al gluten y sensibilidad al gluten.
• Intolerancia a la lactosa, fructosa o sorbitol.
• Malabsorción de sales biliares.
• Insuficiencia exocrina del páncreas.
• Sobrecrecimiento bacteriano intestinal.
❱❱ Alergias alimentarias.
❱❱ Neuropatía o miopatía intestinal.
❱❱ Malignidad: cáncer de páncreas y cáncer colorrectal.
❱❱ Tumores neuroendocrinos (por ej.: vipoma, gastrinoma, carcinoma medular de tiroides, carcinoide).
❱❱ Pólipos adenovellosos 1 y carcinoma colorrectal2.

1 Para descartar Giardia lambia puede ser necesario un cultivo del aspirado yeyunal.
2 Los pólipos adenovellosos grandes pueden provocar dolor abdominal cólico y moco abundante en la deposición.

537
Sección 4. Intestino delgado y colon

presentaban síntomas similares a los de un SII, y, enteropatía sensible al gluten)19,143. Nuevamente, la


de hecho, éste había sido el diagnóstico inicial en historia clínica puede proporcionar información de
muchos casos, hasta el descubrimiento de su en- gran valor en este punto. Cualquier antecedente fa-
fermedad136. Ello no debe de sorprender porque la miliar de ESG, la coexistencia de otros desórdenes
enfermedad celíaca suele cursar con dolor abdomi- autoimunes (diabetes tipo 1, Sjögren, hipotiroidis-
nal (77%), hinchazón (73%), diarrea (52%), estre- mo) o el antecedente de retraso de crecimiento,
ñimiento (7%) y un patrón alternante en el ritmo infertilidad, osteoporosis o ferropenia de origen
de evacuación (24%), alcanzando una prevalencia no aclarado deberían probablemente ser incluidos
de alrededor del 1% en países del mundo occi- entre los “síntomas de alarma” en las estrategias
dental137. Rasgos comunes a ambas enfermedades futuras de cribado (figura 5).
incluyen su predominio en la mujer, el hecho de
que los síntomas puedan venir precipitados por un Colonoscopia
acontecimiento estresante de la vida y la frecuente La probabilidad de que un paciente con SII sea so-
concomitancia de distimia, depresión, fatiga cró- metido a una colonoscopia es del 50%. De hecho,
nica, fibromialgia y manifestaciones de otros TFD en los EE.UU., el 25% de las colonoscopias se rea-
(pirosis funcional, dispepsia). Sanders et al.135 al lizan en pacientes con síntomas de SII145. Diversos
efectuar un cribado de 300 pacientes consecutivos estudios llevados a cabo en pacientes con SII, sin
que reunían criterios de Roma II para el diagnósti-
clínica de alarma, a quienes se les realizó una colo-
co de SII y compararlos con una población control,
noscopia no lograron evidenciar patología orgánica
ajustada por sexo y edad, identificaron una EC en
alguna que pudiese explicar la naturaleza de los
14 casos en el grupo de SII (4,6%) y solamente en
síntomas146,147. Estudios más recientes de carácter
2 (0,7%) en el grupo control (OR, 7,0; p: 0,04). En
prospectivo y retrospectivo que incluyen series lar-
un reciente metaanálisis, que incluyó a 4.202 pa-
gas de pacientes confirman estos resultados, si bien
cientes, la prevalencia de EC en individuos con sos-
alertan del hallazgo de diferentes lesiones (diver-
pecha de SII fue 4 veces superior a la encontrada
tículos, pólipos, angiodisplasias, hemorroides) que
en una población control138. De acuerdo con estas
si bien no explican la naturaleza de los síntomas,
observaciones, la ACG Task Force declara que el
permiten establecer un diagnóstico que en algunos
cribado de la EC mediante serología, y en caso po-
sitivo, biopsia duodenal, resulta coste-efectivo en casos puede tener relevancia a largo plazo (no debe
pacientes con síntomas de SII no asociado a estre- olvidarse que el enfermo consultó, y probablemen-
ñimiento, dado que la probabilidad pretest de esta te consultará de forma reiterada por la misma sin-
estrategia excede del 1%129. Debe considerarse que tomatología)148-150. Un caso particular es el hallazgo
esta estrategia establece la indicación de biopsiar de una colitis microscópica (CM). Estudios realiza-
el duodeno únicamente en aquellos pacientes con dos en diferentes países sugieren que la estrategia
una serología positiva (anticuerpos antiendomisio o de llevar a cabo biopsias escalonadas en diferentes
antitransglutaminasa), dada la elevada sensibilidad segmentos del colon (desde el recto hasta el colon
y especificidad de esta determinación. Esta afirma- derecho) permite detectar casos de CM, una enti-
ción, sin embargo, se basa en estudios en los que el dad englobada hoy en día en el concepto de la EII
diagnóstico de EC se sustentó en el hallazgo de una y potencialmente curable con un tratamiento es-
atrofia severa de las vellosidades (Marsh 3c). Hoy pecífico19. La probabilidad de detectar una CM en
en día, sin embargo, es creciente el reconocimiento pacientes con síntomas compatibles con un SII-D
de formas histológicamente leves de enfermedad y edad mayor de 45 años es superior al 5%149. Por
que abarcan desde la presencia de un infiltrado otro lado, una revisión retrospectiva comprobó que
de linfocitos intraepiteliales (superior al 25%) en el 56% de los pacientes diagnosticados de CM re-
la mucosa duodenal (Marsh 1), hasta formas de unían criterios de Roma II de SII y que hasta un ter-
atrofia leve (Marsh 3a)139-144. Estas formas histológi- cio de ellos había sido diagnosticado previamente
camente leves (pero clínicamente relevantes) pue- de un SII149. Por este motivo la ACG IBS Task Force
den cursar con serología negativa y en tales casos, establece la recomendación de biopsiar el colon a
la determinación de los haplotipos DQ2–DQ8 del diferentes niveles a los pacientes con SII con edad
sistema HLA puede ayudar a tomar una decisión superior a 50 años (figura 6). La recomendación se
respecto a la necesidad de ensayar una dieta sin extiende a pacientes de cualquier edad en quienes
gluten, tras haber realizado un correcto diagnóstico se indica una colonoscopia por sospecha de SII-D45.
diferencial (no existe una lesión patognomónica de El íleon terminal debería ser incluido para el des-

538
36. Síndrome de intestino irritable

A B
Figura 5. Mucosa intestinal observada tras aplicar inmunotinciones para linfocitos CD3 antes y después de iniciar una dieta sin
gluten en una paciente que fue inicialmente catalogada de SII-D. Se trataba de una mujer de 43 años de edad que refería desde
tres años antes, episodios frecuentes de diarrea con emisión de hasta 8-10 deposiciones diurnas y nocturnas, precedidas de
dolor abdominal que aliviaba tras la deposición. Con frecuencia refería pesadez y plenitud postprandial, vómitos ocasionales,
regurgitaciones frecuentes y flatulencia, así como astenia y pérdida de peso. Analítica elemental normal. Tras excluir otras causas
de enteritis linfocítica, se retiró el gluten de la dieta, desapareciendo toda la sintomatología gastrointestinal. A) Aspecto de la
mucosa con un aumento de la población de linfocitos intraepileliales (28%), sin atrofia vellositaria, antes de la DSG. B) La ente-
ritis linfocítica ha revertido un año después de haber retirado el gluten de la dieta (8% de linfocitos intraepiteliales). La enferma
mostraba una serología negativa (IgA-anti-transglutaminasa) y un test genético positivo (DQA1*05 + / DQB1*02 -). Un tiempo
después, una hermana de la paciente, de 35 años de edad, con antecedentes de conjuntivitis, rinitis vasomotora, depresión y
trastorno de pánico, fue diagnosticada de ESG (Marsh 1) tras una clínica de dolor abdominal y alternancia en el ritmo deposicio-
nal, asociada a dispepsia, vómitos frecuentes y lesiones descamativas en la piel. En alguna ocasión se había detectado ferropenia.
Todos sus síntomas habían sido atribuídos a estrés psicológico. Cortesía de los Drs. Vera y Marigi.

A B
Figura 6. La colitis microscópica (colágena o linfocítica) debe ser incluida en el diagnóstico diferencial del paciente con SII y
diarrea refractaria al tratamiento. A) Imagen histológica de una colitis colágena; B) colitis linfocítica. Cortesía de los Drs. Abascal
y Prats.

pistaje de casos de una nueva entidad emergente: trastornos motores mencionados (ver apartado so-
ileítis colágena151. bre gas y distensión abdominal), es probable que
algunos pacientes con síntomas de “intestino irri-
Test respiratorios de Malabsorción
table”, presenten en realidad una dolencia orgánica
de carbohidratos con aumento de la producción de gas. Ello podría
La hinchazón (bloating) es uno de los síntomas obedecer bien a la presencia de un sobrecrecimien-
más frecuentes referidos por los pacientes con SII to de bacterias en el intestino delgado (SBI), bien a
(75%). Ciertamente y con independencia de los la existencia de una maldigestión de azúcares (un

539
Sección 4. Intestino delgado y colon

sustrato utilizado por las bacterias para la produc- derivadas de neutrófilos, tales como lactoferrina,
ción de H2, CO2 o gas metano) o por la coexistencia calpropectina y elastasa leucocitaria, establece el
de ambos fenómenos129. Respecto al primer punto, carácter inflamatorio de una diarrea157. Su elevado
una revisión sistemática y un metaanálisis de 12 se- valor predictivo negativo para descartar inflama-
ries de casos y de estudios caso-control informaron ción es la causa de que algunos clínicos utilicen este
que la prevalencia de SBI observada en un total de marcador como prueba no invasiva para el despis-
2.000 pacientes que reunían criterios de SII, oscila- taje de una EII en pacientes con síntomas de intes-
ba entre el 4-64%, según el test empleado121. Esta tino irritable. No se ha evaluado, sin embargo, la re-
amplia variabilidad, confirmada en otros estudios, lación coste-efectividad de este procedimiento158.
llevó a la ACG Task Force a declarar que no existe
suficiente evidencia para recomendar el empleo Biomarcadores en el SII
rutinario del test del aliento para la detección de Un biomarcador es un indicador de un estado fisioló-
SBI en estos pacientes45. Por su parte, la maldiges- gico o patológico que puede ser objetivamente me-
tión de lactosa y de fructosa es un hecho frecuente dido y evaluado. Una de las principales aplicaciones
entre los pacientes que han sido diagnosticados de de estos marcadores biológicos es la de identificar el
SII (66% vs. 33%, respectivamente)152,153 y aquellos tratamiento más apropiado para un individuo concre-
que se adhieren a una dieta restrictiva en estos to, en dependencia del mecanismo fisiopatológico im-
carbohidratos mejoran su sintomatología después plicado en la patogénesis de sus síntomas (alteración
de un año de seguimiento153. Incluso aquellos pa- de la motilidad, hipersensibilidad visceral, respuesta
cientes en quienes el test del aliento no demuestra anormal al estrés o inflamación)159,160. La tabla 9 ex-
una maldigestión de carbohidratos, suelen obte- pone múltiples biomarcadores potenciales que
ner una mejoría de los síntomas, cuando limitan reflejan diferentes aspectos de la fisiopatología
la ingesta de azúcares154 o, alternativamente, son del SII. Algunos de estos indicadores han permi-
tratados con antibióticos o probióticos que modifi- tido evaluar la respuesta de los diversos subtipos
can el microbioma del huésped. Este hecho, unido de SII a diferentes agentes farmacológicos que in-
a la preocupación sobre la validez de las pruebas fluyen sobre la motilidad, la secreción intestinal, la
respiratorias (pobre especificidad) ha suscitado la sensibilidad visceral o la inflamación. Por diversas
necesidad de plantearse si realmente ésta es una razones, esencialmente relacionadas con el coste,
estrategia coste-efectiva o si resulta más racional y el carácter invasivo de algunas técnicas y el amplio
pragmática, la recomendación de reducir la ingesta rango de variabilidad en los resultados, es difícil de-
de aquellos carbohidratos que el enfermo identifica finir, hoy en día, un biomarcador que reúna todas
claramente como agentes que empeoran su sinto- las condiciones exigibles para su generalización en
matología154,155 o la administración de un régimen la práctica clínica159. Por otro lado, muchas de las
empírico de antibióticos dirigidos a reducir bacte- alteraciones fisiopatológicas descritas para el SII
rias coliformes, estrategia que ha demostrado ser no se cumplen en una proporción muy importan-
efectiva en la reducción de síntomas en pacientes te de pacientes, lo que constituye per se un sesgo
con SII no asociado a estreñimiento93,94. importante a la hora de evaluar los resultados de
una determinada intervención terapéutica en un
Pruebas en heces
paciente concreto. En un estudio reciente, por
La probabilidad de detectar una infección gastro- ejemplo, únicamente se registraron anomalías en
intestinal mediante un cultivo de las heces es muy el tránsito en 38 de 118 pacientes con SII161. Otro
baja entre los pacientes con síntomas de SII (menos estudio demostró que las alteraciones de la sensibi-
del 2%)132,133. De ahí que la ACG Task Force no re- lidad neurosensorial tradicionalmente descritas en
comiende el uso rutinario de los estudios de heces el SII, únicamente reflejan un bajo umbral para el
en ausencia de una historia de viajes a zonas en- dolor de cualquier estímulo162 y que en un mismo
démicas de parasitosis o ante la presencia de sín- paciente, el umbral de sensibilidad a la distensión
tomas de alarma (diarrea intensa e incontrolable, con balón puede variar a lo largo del tiempo, como
hematoquecia o pérdida de peso)45. En un estudio, se ha demostrado en estudios longitudinales163. Por
prácticamente en la mitad de los cultivos positivos su parte, una determinación negativa de calpro-
se aisló Blastocystis hominis que ha sido implicado pectina fecal apoya el diagnóstico de SII, pero no
en la patogénesis de algunos casos de SII, aunque excluye en su totalidad la presencia de una EII dado
el significado clínico de esta observación es incier- que hasta un 11% de estos pacientes pueden dar
to129,156. La determinación de diversas proteínas un falso negativo159. El panel serológico Prometeus

540
36. Síndrome de intestino irritable

TABLA 9. Biomarcadores potenciales y su relación con posibles mecanismos de enfermedad en el SII (ref. 159)

Mecanismo Biomarcador potencial

Trastornos de la motilidad Manometría


y de la secreción intestinal que Tiempo de tránsito colónico (TTC) con marcadores radioopacos
conducen a alteraciones del tránsito Gammagrafía intestinal
en la forma y consistencia de las heces Cápsula inalámbrica de medición de pH-motilidad
Gráficos de las heces

Hipersensibilidad visceral Barostato


Disfunción autónomica Registro de las variaciones de la frecuencia cardiaca en respuesta


a estímulos nociceptivos

Respuesta al estrés Determinación de cortisol en respuesta a estímulos viscerales

Inflamación de la mucosa Análisis histológico de la mucosa

Evidencias de activación inmune Medición de células mononucleares en sangre periférica/producción


de citocinas

Incremento de proteasas fecales Pruebas en heces

Alteraciones en el microbioma DNA en heces/cultivos/evaluación de metabolitos bacterianos

Alergia alimentaria Skin prick test, medición de anticuerpos séricos

Polimorfismos genéticos Ensayos de polimorfismos de nucleótidos simples

combina una batería de test, entre los que se in- que no fueron reproducidos en otro estudio, salvo
cluyen los anticuerpos antitransglutaminasa de la para el caso del trigo. En un estudio, la presencia de
enfermedad celíaca, los anticitoplasma de los neu- una prueba cutánea positiva para ciertos alimentos
trófilos (p-ANCA) y los anticerevisiae Saccharomy- (skin prick test) incrementó las posibilidades de
ces, presentes en la EII, y otros dirigidos contra el respuesta al cromoglicato disódico167, pero estos
TNF-α, la interleucina-1b o la flagelina bacteriana, resultados no se han reproducido y no hay claras
todos ellos sugestivos de un estado de infección evidencias de que el skin prick test aporte un valor
previa o de inflamación activa160. Otros biomarca- añadido en la evaluación de un paciente con SII. Fi-
dores propuestos incluyen aquellos que evalúan un nalmente, algunos estudios sugieren que el estudio
estado de alergia alimentaria (ver más adelante). de algunos polimorfismos de enzimas que intervie-
De hecho, los pacientes con reacciones inmunoa- nen en el metabolismo de fármacos o de los genes
lérgicas a alimentos comparten alguna de los sín- transportadores de serotonina podrían predecir la
tomas propios del SII, como el dolor abdominal y respuesta al tratamiento con antagonistas de los
la diarrea. Sin embargo, los pacientes con una ver- receptores HT3 (ej.: alosetrón) o los agonistas HT4
dadera alergia alimentaria suelen presentar urtica- (ej.: tegaserod)159.
ria164,165. Ciertamente, solo un 3,6% de los pacientes
remitidos a clínicas especializadas en SII presentan
datos objetivos de alergia alimentaria164. Un estu-
Alimentos y síndrome de intestino irritable
dio demostró que en el SII podían detectarse títulos En los últimos años se ha acumulado una evidencia
de IgG4 significativamente más elevados contra el creciente acerca de la influencia de algunos consti-
trigo, carne de ternera, cerdo y cordero, compara- tuyentes de la dieta sobre los síntomas del SII. De
dos con los observados en controles167, hallazgos hecho, más de un 60% de los pacientes con SII re-

541
Sección 4. Intestino delgado y colon

TABLA 10. Beneficios potenciales de los psicofármacos dera A-Alim. solo ocurre en aproximadamente un
en el manejo del SII 4-8% de los niños y un 1-4% de los adultos174. Una
verdadera A-Alim es una reacción adversa, media-
da inmunológicamente, tras la exposición de un
❱❱ Efectos centrales alimento determinado en un huésped susceptible.
• Modulan la percepción central de los síntomas: La tabla 11 expone la clasificación de las A-Alim. en
analgesia o antihiperalgesia. función del mecanismo fisiopatológico implicado.
• Efectos terapéuticos sobre el humor y el estado De todas ellas, las que mejor se han caracterizado
de ánimo: mejoran la ansiedad, hipervigilancia, son aquellas medidas por anticuerpos de tipo IgE
agorafobia y la respuesta exagerada al estrés. como es el caso de la alergia a las proteínas de la
• Tratamiento de trastornos psiquiátricos asocia- leche de vaca, huevos, cacahuetes, nueces y maris-
dos: depresión, trastorno por estrés postraumá- cos. Su diagnóstico requiere de una cuidadosa his-
tico, somatización. toria clínica y se sustenta en la demostración de una
• Tratamiento de los trastornos del sueño. sensibilización mediada por anticuerpos de tipo IgE
(skin prick test o por test in vitro) y la reproducción
❱❱ Efectos periféricos de los síntomas ante la exposición al alimento im-
plicado (oral food challenge). Los dos criterios son
• Efectos analgésicos periféricos: alteran la señal
aferente visceral. necesarios. El espectro de alergias alimentarias in-
cluye también enfermedades de comienzo tardío
• Efectos sobre la fisiología gastrointestinal (moti-
o medidas por la inmunidad celular, entre las que
lidad y secreción) a través de vías serotoninérgi-
cas, colinérgicas y adrenérgicas.
se citan las gastroenteropatías eosinofílicas (esofa-
gitis, gastroenteritis y colitis), diversos síndromes
• Efectos sobre el músculo liso visceral, ej.: relaja-
de enterocolitis asociadas a proteínas alimentarias
ción del fundus gástrico.
(más propias de niños) y la dermatitis atópica in-
ducida por alimentos. Deben citarse además el sín-
drome pollen food y el síndrome de alergia cruzada
fieren un empeoramiento de los síntomas tras las
comidas168. Un estudio de base poblacional comu- al látex. Ambas pueden manifestarse por síntomas
nicó una tasa de intolerancia a alimentos percibida gastrointestinales, así como por síntomas cutáneos,
por el paciente superior al 50% entre los sujetos broncoespasmo y anafilaxia. Las intolerancias ali-
con SII, una tasa 2 veces superior a la observada en mentarias son reacciones adversas a determinados
una población control169. Muchos pacientes iden- alimentos, no medidas inmunológicamente y que
tifican algunos alimentos específicos como claros son debidas a agentes farmacológicos contenidos
desencadenantes de los síntomas, especialmente en los alimentos (histamina, sulfitos y cafeína), defi-
productos lácteos, alimentos ricos en fructosa, pro- ciencias enzimáticas inherentes al huésped (déficit
ductos derivados del trigo y cafeína. Sin embargo, de lactasa), trastornos metabólicos (galactosemia e
la prevalencia de verdaderas alergias alimentarias intolerancia al alcohol) o respuestas idiosincrásicas
(A-Alim.) entre los pacientes con SII es ciertamente
por mecanismos desconocidos.
baja170-172. Una encuesta dirigida a más de 1.200 pa-
cientes con SII encontró que una proporción impor-
tante de pacientes habían iniciado cambios de estilo
Alergia e intolerancia alimentaria
de vida que incluían restricciones a determinados en el SII
alimentos en el 69% de los casos [comidas grasas
en el 64%, productos lácteos en el 54%, carbohidra- La prevalencia de síntomas semejantes a los del SII
tos en el 43%, alimentos con elevado contenido en está aumentada entre los pacientes con síntomas
proteínas, tales como carnes rojas en el 21%]. En el alérgicos como rinitis y asma y viceversa, lo que
mismo estudio, un 58% de los pacientes habían au- podría sugerir una relación entre atopia y sínto-
mentado el consumo de fibra en la dieta173. Breve- mas gastrointestinales175. A este respecto, algunos
mente, se comentan a continuación los siguientes estudios han documentado una relación entre ato-
apartados. pia, presencia de inflamación de bajo grado en la
mucosa intestinal y alteraciones en la función de
Alergias e intolerancias alimentarias barrera (permeabilidad) del intestino, proponiendo
Hasta un 25% de la población piensa que padece un nuevo subgrupo de SII “atópico” con una clara
algún tipo de A-Alim., pero en realidad una verda- implicación de los mastocitos en la fisiopatología
de este síndrome175. La relación entre síntomas de

542
36. Síndrome de intestino irritable

TABLA 11. Clasificación fisiopatológica de las reacciones adversas a los alimentos

Inmunopatología Trastorno

Mecanismo alérgico Dependiente de IgE (comienzo agudo) Urticaria/angioedema


Síndrome alérgico-oral (pollen-food
related)
Asma, rinitis
Anafilaxia

Asociadas a anticuerpos IgE/mediadas Dermatitis atópica
por células (comienzo tardío/crónico) Gastroenteropatías eosinofílicas

Mediadas por inmunidad célular Enterocolitis por proteínas de la dieta


(comienzo tardío/crónico) Proctitis por proteínas de la dieta
Enfermedad celíaca

No inmunológico Tóxico Infección/intoxicación alimentaria



Metabólico Cafeína, histamina, tiramina, glutamato
monosódico

Farmacológico Galactosemia, intolerancia al alcohol,


intolerancia a lactosa

Eswaran S, Tack J, Chey WD. Food: the forgotten factor in the irritable bowel syndrome. Gastroenterol Clin N Am
2011;40:141-162.
Cianferoni A, Spergel JM. Food allergy: review, classification and diagnosis. Allergol Int 2009;58:457-66.

intestino irritable e hipersensibilidad a alimentos histológica característica, pero no específica de la


constituye, hoy en día, un campo abierto a la in- enfermedad. Típicamente, los síntomas mejoran
vestigación. Nuevas técnicas basadas en la deter- rápidamente tras retirar el gluten de la dieta, a la
minación de anticuerpos específicos de tipo IgE o vez que se produce una lenta regresión de las le-
IgG4, la prueba de activación de basófilos in vitro, siones. Estudios procedentes de diferentes áreas
así como el resultado de pruebas de provocación si- geográficas revelan que algunos pacientes con sín-
guiendo la técnica de doble ciego (esencial en este tomas de intestino irritable, padecían en realidad
tipo de estudios) o las más recientes pruebas de una ESG (ver más arriba)135-138; 181-183. Otros estudios
provocación mediadas por la instilación de alérge- han puesto de manifiesto que una proporción de
nos a través de una colonoscopia, permitirán escla- pacientes con SII que no reúnen los criterios de una
recer en un futuro gran parte de las interrogantes EC presentan sin embargo, sensibilidad al gluten
planteadas77-180. (gluten sensitivity) (SG). Este término incorpora
una variedad de escenarios clínicos e inmunopa-
Restricción de gluten tológicos que han sido recientemente descritos184.
La enfermedad celíaca (EC) o enteropatía sensible Éstos incluyen casos de diarrea sensible al gluten,
al gluten (ESG) es un trastorno mediado inmuno- cambios inmunológicos en la mucosa intestinal en
lógicamente que aparece como consecuencia de la familiares de pacientes celíacos, personas con se-
exposición de la mucosa intestinal al gluten conte- rología persistentemente positiva en ausencia de
nido en el trigo, cebada y centeno, en individuos enteropatía y cambios inmunopatológicos sutiles
genéticamente susceptibles. Los pacientes con este en el intestino expuesto al gluten (linfocitosis in-
trastorno sufren una variedad de síntomas como traepitelial, depósitos subepiteliales de IgA, cam-
dolor abdominal, hinchazón y diarrea (no es excep- bios en el borde de las microvellosidades y quizá un
cional el estreñimiento) y desarrollan una lesión incremento en la secreción de anticuerpos dirigidos

543
Sección 4. Intestino delgado y colon

contra la gliadina). Todos estos desórdenes ocurren dando lugar a la producción de ácidos grasos de
típicamente en individuos portadores de los haplo- cadena corta, hidrógeno, anhídrido carbónico y
tipos DQ2-DQ8 del sistema HLA. Un estudio demos- gas metano. Una reciente revisión sistemática en-
tró como la instilación de gluten en el recto de ni- contró que más de un tercio de los pacientes con
ños parientes de enfermos celíacos, provocaba una SII presentaban intolerancia a la lactosa y que este
respuesta inmune, en ausencia de atrofia vellosita- fenómeno era más frecuente que en una población
ria, apoyando el concepto de que en la SG puede control45. Las consecuencias clínicas de la intoleran-
ocurrir una respuesta inmune sin ninguna eviden- cia a la lactosa probablemente son percibidas con
cia morfológica de la enteropatía que caracteriza a mayor intensidad en los pacientes con SII debido a
la enfermedad185,186. En otro estudio, se demostró las anormalidades subyacentes que presentan en la
como 8 de 10 pacientes con síntomas sugestivos de función motora y sensorial de su intestino168. Todo
enfermedad celíaca únicamente mostraban cam- ello explica que entre el 40-85% de los pacientes
bios mínimos (Marsh 1 o 2) y que tanto síntomas con SII e intolerancia a lactosa experimenten una
como lesiones mejoraron tras retirar el gluten de la mejoría de sus síntomas tras la restricción de lacto-
dieta. Todos estos pacientes tenían DQ2 o DQ8187. sa en la dieta. La fructosa es otro azúcar que ha sido
Estos mismos hallazgos han sido refrendados por implicado como un potencial desencadenante de
otros autores, señalando a la SG como una entidad síntomas en los pacientes con SII. Se encuentra en
emergente, caracterizada por la presencia de sín- elevadas concentraciones en la miel, frutas y azúcar
tomas, a menudo con cambios inmunopatológicos de mesa, así como en el jarabe de maíz, principal
mínimos que revierten tras la retirada del gluten edulcorante empleado en la manufacturación de
de la dieta188-190. El concepto de SG incluye también bebidas blandas y otros muchos alimentos prepa-
a aquellos pacientes con serología negativa (au- rados en el mundo occidental. El organismo carece
sencia de anticuerpos antitransglutaminasa) que de enzimas específicos para la hidrólisis de fructosa
muestran una enteritis linfocítica tras una prueba y su absorción va ligada a los transportadores de
de provocación con gluten184. Todas estas conside- glucosa (GLUT 5 y GLUT 2). Una carga excesiva de
raciones deben ser tenidas en cuenta, dado que fructosa genera un gradiente osmótico que puede
entre los pacientes con SII-D, existe un subgrupo ser causa de diarrea con abundante gas. La litera-
de enfermos DQ2-DQ8 positivos, con serología ne- tura sugiere que la malabsorción de fructosa (MF)
gativa y Marsh 0-1, cuya sintomatología podría re- es similar en voluntarios sanos y pacientes con
vertir tras retirar el gluten de la dieta (figura 5). Un trastornos funcionales digestivos. Nuevamente, sin
hecho a tener muy en cuenta es que la duodenitis embargo, los síntomas derivados de la MF se ma-
linfocítica es una lesión inespecífica compartida por nifiestan de un modo más intenso en los pacientes
otras entidades (infección por Helicobacter pylori, con SII. Debe considerarse que los resultados del
infestación por Giardia lamblia, toma de AINE o test respiratorio de fructosa pueden sobrevalorar
estados de sobrecrecimiento bacteriano) y que su la verdadera incidencia de este trastorno, tanto en
identificación en un paciente DQ2-DQ8 no es crite- población general, como en pacientes con SII, dado
rio suficiente para establecer el diagnóstico de SG. que la prueba emplea fructosa de forma aislada y
La identificación de depósitos subepiteliales de IgA no combinada con glucosa, como ocurre en la dieta
o de anticuerpos antigliadina en el jugo duodenal, ordinaria de las personas, donde fructosa y glucosa
la respuesta clínica y morfológica a la retirada del suelen ir mezcladas (la presencia de glucosa faci-
gluten y en algunos casos la reaparición de la lesión lita la absorción de fructosa). Ello explica, proba-
tras una prueba de provocación pueden ser de va- blemente, la elevada prevalencia de malabsorción
liosa ayuda para asegurar el diagnóstico184. de fructosa observada tanto en controles sanos
(11-70%), como en pacientes con SII (40-80%)193.
Restricción de carbohidratos Ciertamente, la restricción de alimentos ricos en
fructosa, puede mejorar algunos síntomas (espe-
La malabsorción de carbohidratos es una causa po- cialmente diarrea, flatulencia), a la vez que mejora
tencial de síntomas en los pacientes con síntomas el humor y el estado de ánimo en pacientes con di-
de SII. La lactosa es un disacárido que es hidroli- versos trastornos funcionales digestivos, incluyen-
zado en el borde en cepillo del enterocito liberan- do el SII194,195. Las mismas consideraciones relativas
do sus dos constituyentes: glucosa y galactosa. El a la lactosa y fructosa deberían hacerse con otros
déficit de lactasa conlleva que la lactosa sea pre- azúcares ingeridos en exceso, como el sorbitol o el
sentada a la flora del colon donde es fermentada, manitol.

544
36. Síndrome de intestino irritable

Tratamiento prender. Algún tipo de explicación sobre las po-


sibles alteraciones en los movimientos de su in-
Medidas generales testino o sobre una excesiva sensibilidad de éste
puede ayudar al paciente a entender el origen
Sin duda alguna el “mejor tratamiento” del SII es de sus molestias, pero sin preocuparlo en exce-
asegurar que los síntomas del paciente no obede- so. A su vez, el enfermo debe asumir que aun-
cen en realidad a una dolencia orgánica y grave. que el pronóstico de su enfermedad es bueno,
En este punto, tan importante es llevar a cabo una con frecuencia presentará periodos de exacer-
búsqueda intencionada de cualquier síntoma o sig- bación de los síntomas –a menudo precipitados
no de alarma, como la firme consideración de que por situaciones de estrés–. Mostrar interés por
bajo la apariencia de un trastorno con criterios de ciertos aspectos relacionados con el entorno fa-
“aparente funcionalidad” a menudo subyace una miliar, laboral o emocional, aumentan sin duda
enfermedad de base orgánica19,184. No tener en la confianza del enfermo en su médico, al per-
cuenta esta premisa puede abocar al enfermo a cibir que se está haciendo un abordaje integral
multitud de visitas facultativas, exámenes o tera- de su problema de salud. Es igualmente impor-
pias psicológicas que no eran necesarias, y un des- tante permitir al paciente preguntas sobre cues-
orbitado consumo de fármacos no desprovistos de tiones que pueden parecer banales, pero que
potenciales y desagradables efectos adversos. en cierta medida son un reflejo de la preocupa-
Para los pacientes en quienes se ha descartado de ción e incertidumbre del enfermo. El hándicap
un modo “coste-efectivo” una dolencia orgánica, que representa para muchos médicos el escaso
el tratamiento puede variar en dependencia de tiempo del que disponen podría soslayarse, al
varios factores: 1) la frecuencia e intensidad de los menos en parte, proporcionando al paciente
síntomas; 2) la preocupación que suscitan en el en- información escrita que pueda resolver muchas
fermo; 3) la repercusión sobre la calidad de vida; de sus interrogantes y evitar con ello preguntas,
4) el tipo de síntoma predominante y 5) la posible a menudo tediosas y repetitivas que restan efi-
existencia de trastornos psicológicos concomitan- ciencia a las visitas sucesivas. Todo este tipo de
tes. Todas estas variables influyen en las decisiones medidas tienen un impacto muy positivo, al dis-
terapéuticas. Algunos pacientes pueden beneficiar- minuir la ansiedad del paciente y además pro-
se de medidas terapéuticas sencillas, incluyendo porcionan al médico argumentos convincentes
consejos dietéticos o cambios en el estilo de vida. para evitar exploraciones innecesarias.
Otros pacientes requerirán tratamiento farmaco- ❱❱ Dieta. Proporcionar al paciente un diario de sín-
lógico para atenuar la intensidad de los síntomas tomas, puede ayudar a identificar qué alimentos
en periodos de exacerbación. Finalmente, algunos pueden estar ejerciendo una influencia negativa
pacientes requerirán un tratamiento psiquiátrico. en un paciente concreto. Intervenir sobre la die-
❱❱ Relación médico-paciente. En el tratamiento ta puede resultar clave cuando el origen de los
del SII es muy importante obtener la confianza síntomas guarda relación con una intolerancia a
del enfermo. No es inhabitual que el paciente la lactosa o la fructosa o una “sensibilidad al glu-
haya visitado a otros médicos con un nivel de ten” (ver más arriba). Otros pacientes refieren
conocimientos adecuado pero con poco tiempo una clara mejoría al excluir algunos alimentos
disponible para explicar al paciente la naturale- que favorecen la producción de gas (cebollas,
za de su problema. El hecho de que el paciente apio, zanahorias, pasas, plátanos, albaricoques,
haya visitado a distintos facultativos, a menudo ciruelas, coles de Bruselas, galletas y paneci-
suscita prejuicios en el médico y una percepción llos). El aporte de fibra puede ser beneficioso en
muy negativa sobre el enfermo. Debe compren- algunos pacientes con SII-E. En estos casos, la
derse, sin embargo que algunas expresiones evidencia apoya más el empleo de suplementos
como “Vd. no tiene nada”, no resultan apropia- de fibra soluble como ispaghula o psillium196-198.
das y en absoluto responden a las expectativas La pauta recomendada es comenzar con dosis
de los pacientes. Una aproximación centrada en bajas que pueden ir incrementándose a lo largo
el paciente debería comenzar por una explica- de varias semanas, hasta alcanzar un máximo
ción somera, pero eficiente, acerca de los meca- de 20-30 g de fibra en las 24 h. Incluso un uso
nismos que contribuyen a explicar sus síntomas, excesivo de la fibra puede exacerbar algunos de
utilizando términos asumibles y fáciles de com- los síntomas del SII como la flatulencia. No es

545
Sección 4. Intestino delgado y colon

prudente, sin embargo, transmitir al paciente la Tratamiento farmacológico


idea de que su enfermedad requiere de riguro-
sas medidas restrictivas, dado que éstas podrían Agentes que actúan a nivel periférico
deteriorar su calidad de vida o comprometer el
estado de nutrición. ANTIDIARREICOS
❱❱ Estilo de vida. Algunos pacientes pueden obte- Los pacientes con un SII-D pueden beneficiarse del
ner un beneficio tangible, adquiriendo hábitos empleo de antidiarreicos como la loperamida o el
saludables como el ejercicio físico regular o el difenoxilato, especialmente durante los periodos
hecho de dedicar un tiempo por las mañanas de exacerbación. Solo la loperamida ha sido eva-
para realizar la evacuación, momento en el que luada en diferentes estudios, metodológicamente
el reflejo gastroentérico es más intenso (en los poco plausibles. Un metaanálisis de estos estudios
casos de estreñimiento). permite concluir que la loperamida a dosis com-
prendidas entre 2-8 mg/24 horas consigue mejorar
❱❱ Factores psicosociales. El tratamiento de un
la consistencia y frecuencia de las deposiciones
paciente con SII debería incluir la consideración
(grado 2C), aunque no resulta más eficaz que place-
de cualquier factor psicosocial que pueda estar
bo para el control del dolor y los síntomas globales
modulando la percepción sintomática. Aunque
de la enfermedad.
la intervención psicológica por un experto se
valora como una posibilidad terapéutica en el ANTIESPASMÓDICOS
SII (ver más abajo), la enorme prevalencia de
La participación del músculo liso en la patogénesis
este trastorno entre la población general hace
de los síntomas del SII ha conducido al empleo de
inviable esta opción en todos los pacientes. Sin
agentes con propiedades relajantes del músculo
embargo, el médico práctico puede hacer una
liso con la intención de obtener alivio del dolor
introspección en el entorno psicosocial del en-
espasmódico que caracteriza a la enfermedad.
fermo con el propósito de identificar factores
Una limitación importante de estos agentes es
ambientales que puedan ejercer una influencia
la aparición de efectos adversos inherentes a sus
negativa sobre los síntomas y también evaluar
propiedades anticolinérgicas, incluyendo seque-
posibles indicadores de maladaptación a la en-
dad de boca, vértigo, visión borrosa, retención
fermedad. Estos indicadores incluyen la incapa-
urinaria, confusión (especialmente en ancianos) y
cidad del paciente para comprender su dolen-
estreñimiento. La revisión sistemática más recien-
cia, la dificultad para expresar sus sentimientos,
te sobre la eficacia y seguridad de estos fármacos
o el sentimiento de frustración exacerbada
fue llevada a cabo por la ACG-IBS Task Force45. Las
(“catastrofismo”) ante determinados síntomas
conclusiones obtenidas del análisis de 22 estudios
(“cuando percibo dolor abdominal a primera
que incluyeron a 1.778 pacientes fueron que los
hora de la mañana, pienso que me espera un día
antiespasmódicos (incluyendo los más empleados
terrible”). Es igualmente importante considerar
en nuestro país, como octilonio bromuro y mebe-
cualquier comorbilidad psiquiátrica (ansiedad,
verine) logran un modesto beneficio en el control
depresión, neuroticismo), el antecedente de
del dolor a corto plazo cuando se comparan con
una historia de maltratos o abusos y, por su-
placebo (grado 2B) (RR relativo a la persistencia del
puesto, cualquier carencia en términos de apo-
dolor: 0,64 [95% IC 0,57-0,81]), siendo menos con-
yo sociofamiliar. Algunas páginas para pacien-
sistente la evidencia de esta mejoría a largo plazo
tes proporcionan información veraz y honesta
(grado 2C). El riesgo relativo de presentar un efec-
que ayuda a obtener un equilibrio entre sus
to adverso asociado a la medicación fue de 1,62
expectativas y el curso real de la enfermedad
(95% IC 1,05-2,50). Una revisión sistemática sobre
(www.uptodate.com/patients) 45.
el efecto del mebeverine en el tratamiento del SII
❱❱ Terapias psicosociales: determinados pacientes que incluyó 8 ensayos aleatorizados (6 comparados
con síntomas graves pueden beneficiarse de te- con placebo) con un total de 555 pacientes de to-
rapias cognitivo-conductuales o psicodinámicas, dos los subtipos de SII (63% mujeres), no permitió
biofeedback e incluso hipnosis, especialmente establecer diferencias significativas en términos
cuando logran identificarse acontecimientos de alivio global y sintomático cuando se comparó
estresantes y/o niveles elevados de ansiedad o con placebo, aunque la medicación fue bien tole-
neurosis (grado 2C). rada199. Finalmente, un metaanálisis que evaluó

546
36. Síndrome de intestino irritable

el efecto de los antiespasmódicos en 23 estudios parado con placebo202. Alosetrón fue retirado del
aleatorizados, concluyó que los relajantes del mús- mercado en noviembre de 2000 debido a la apa-
culo liso proporcionan mejoría global y alivio del rición de efectos adversos significativos incluyendo
dolor en 56% y 53% de los casos, respectivamente, casos de colitis isquémica (CI) y otras complicacio-
comparado con el 38% y 41%, respectivamente en nes asociadas al estreñimiento con una incidencia
el grupo placebo (p < 0,001)200. significativamente superior a la observada en los
controles (0,15% vs. 0,0%; p:0,03). En junio de
SEROTONINÉRGICOS 2002, debido, en gran medida, a la demanda de
La serotonina (5-HT) es un neurotransmisor que es muchas pacientes con formas graves e invalidan-
sintetizado y almacenado en las células enterocro- tes de SII-D, la FDA volvió a aprobar el empleo de
mafines del epitelio intestinal (95% del contenido alosetrón para formas graves de SII-D refractarias a
corporal total de 5-HT) con importantes funciones otras formas de tratamiento. Alosetrón se prescri-
reguladoras de las funciones secretora, absortiva, be inicialmente a la dosis de 0,5 mg una o dos veces
motora y sensorial del intestino. Recientes observa- al día, dosis que puede incrementarse al cabo de 4
ciones han identificado una actividad serotoninér- semanas hasta 1 mg cada 12 horas, siempre que
gica anómala en el SII (incremento de la actividad resulte bien tolerado y sea realmente necesario
serotoninérgica en el SII-D y descenso de la acti- para el control de los síntomas. El tratamiento debe
vidad en el SII-C). Entre los diferentes subtipos de ser interrumpido si después de este tiempo no se
receptores de la serotonina, los receptores 5-HT1p, ha obtenido una respuesta satisfactoria. Los datos
5HT3, 5HT4 y 5HT7 resultan clínicamente relevantes de seguridad comunicados en relación con más de
para la función intestinal. Los antagonistas de los 200.000 prescripciones para 30.000 pacientes indi-
receptores 5-HT3 causan un enlentecimiento del can que con esta pauta sigue existiendo un riesgo
tránsito y de la secreción intestinal, a la vez que bajo, pero real de CI. Los casos comunicados hasta
disminuyen el tono y tránsito cólicos. En contraste, la fecha son formas leves, de corta duración, que
los agonistas de los receptores HT4 son capaces de mejoran rápidamente tras la retirada del alosetrón,
acelerar el vaciamiento gástrico, mejorar la acomo- no habiéndose comunicado casos de isquemia me-
dación del fundus, acelerar el tránsito del intestino sentérica, perforación intestinal, necesidad de ciru-
delgado y del colon y posiblemente disminuir la gía, megacolon tóxico o muerte203.
sensibilidad visceral201.
TEGASEROD
ALOSETRON Tegaserod fue el único agonista HT4 disponible
El alosetrón es el único antagonista de los receptores en Norteamérica para el tratamiento de mujeres
HT3 aprobado por la US Food and Drug Administra- con SII-E hasta que fue voluntariamente retirado
tion (FDA) para el tratamiento del SII-D. Numerosos del mercado en 2009. Los ensayos controlados y
estudios controlados y aleatorizados han demostra- aleatorizados disponibles proporcionaron claras
do que alosetrón proporciona un adecuado alivio del evidencias en favor de una superioridad del tega-
dolor y/o disconfort abdominal, un descenso en la serod frente a placebo, tanto para el alivio global
sensación de urgencia defecatoria, una reducción en de los síntomas, como para el control del dolor
la frecuencia de los movimientos intestinales y un in- abdominal, la frecuencia y consistencia de las he-
cremento en la consistencia de las heces, significati- ces, el esfuerzo defecatorio y la hinchazón204-205. Los
vamente superiores a placebo201. Una revisión siste- efectos adversos más frecuentemente observados
mática basada en la evidencia publicada por la ACG en los ensayos clínicos fueron cefalea, diarrea y do-
Task Force concluyó que alosetrón es más efectivo lor abdominal y aunque no se comunicaron casos
que placebo a la hora de proporcionar un alivio sin- de CI durante los ensayos, datos obtenidos en el
tomático global en hombres (grado 2B) y mujeres periodo postmarketing permitieron observar una
(grado 2A) con SII-D, con una calidad de evidencia tasa de 7-8 casos de CI para una población calcu-
alta45. Estos datos han sido confirmados por un me- lada de 100.000 habitantes. En marzo de 2007, las
taanálisis reciente que recopiló información de 11 ventas y el marketing de tegaserod se suspendie-
ensayos clínicos con un total de 7.216 pacientes, ron tras verificar en un subanálisis retrospectivo
tratados con alosetrón o cilansetrón (producto que una incidencia inesperada de accidentes vasculares
no llegó a comercializarse), informando un RR de cerebrales y miocárdicos (13 accidentes vasculares:
persistencia de síntomas en el grupo tratado con 3 infartos agudos de miocardio, 1 caso de muerte
antagonistas HT3 de 0,78 (95% IC 0,71-0,86) com- súbita, 6 casos de angina inestable y 3 accidentes

547
Sección 4. Intestino delgado y colon

cerebrovasculares) en 11.614 pacientes tratados aliviar la sintomatología global de las pacientes con
con tegaserod comparados con un evento en 7.031 SII-C (grado 1B)45. Este fármaco está contraindicado
pacientes que recibieron placebo. Aunque la tasa en casos de obstrucción mecánica del intestino y
de accidentes vasculares fue baja (0,1% en el gru- debería ser evitado en pacientes con diarrea pre-
po de tegaserod comparada con 0,01% en el grupo existente. Además de otros efectos adversos como
placebo), la diferencia fue estadísticamente signifi- náuseas y cefalea (menos del 5% de los casos), cabe
cativa (p: 0,02). Aunque las razones de esta inciden- destacar la aparición de “opresión en el pecho” o
cia no están aclaradas, el efecto de tegaserod sobre “sensación de falta de aire” que pueden aparecer
los receptores 5HT4 podría activar la agregación en la hora siguiente a la toma de la dosis, resolvién-
plaquetaria203. Estudios posteriores de alta calidad dose de forma paulatina a lo largo de las siguientes
metodológica, no han logrado reproducir estos ha- horas. Este efecto se observó con mayor frecuen-
llazgos206,207, pese a lo cual tegaserod fue retirado cia en pacientes que recibieron dosis de 24 µg que
definitivamente del mercado en 2009 y por el mo- en aquellos que recibieron la dosis de 8 µg (2,5 vs.
mento ha dejado de estar disponible. 0,4%, respectivamente). Lubiprostona ha sido cla-
sificada en la categoría C para pacientes en estado
LUBIPROSTONA de gestación, existiendo la firme recomendación
Lubiprostona es un ácido graso bicíclico derivado de disponer de una prueba de embarazo negativa
de la prostaglandina E1 que ejerce una potente y antes de iniciar el tratamiento, así como la prescrip-
selectiva activación de los canales de cloro de tipo ción de medidas de contracepción si se ha de tomar
2 (CC-2), localizados en el extremo apical de las cé- este medicamento203.
lulas epiteliales del intestino humano. La activación
dosis-dependiente de estos canales promueve un Agentes que actúan a nivel central
flujo neto de ion cloro a través de la membrana SII Y MODELO BIOPSICOSOCIAL
apical de las células epiteliales y secundariamente
DE LA ENFERMEDAD
un movimiento pasivo de ion sodio y de agua que
redundan en un incremento de la secreción en la El SII es uno de los paradigmas de modelo biopsico-
luz del intestino203. Los ensayos iniciales con lubi- social de la enfermedad (figura 7)213. El desarrollo
prostona mostraron un incremento del número de de técnicas de imagen avanzadas del cerebro y el
movimientos intestinales espontáneos semanales, mejor conocimiento del papel de los neurotrans-
así como una mejoría significativa en la consisten- misores en la regulación de la motilidad y de la
cia de las deposiciones, el esfuerzo defecatorio percepción visceral, ha permitido desarrollar el
y la sensación de hinchazón en los pacientes con concepto de que determinados agentes que ac-
SII-E, cuando se comparó con placebo, siendo las túan sobre el SNC, tanto a niveles espinales como
náuseas, la cefalea y la diarrea los efectos adversos supraespinales, pueden resultar en disfunciones
más frecuentes208-210. Posteriormente, dos ensayos de la actividad motora y sensorial del intestino. El
controlados, aleatorizados, doble ciego, muy bien desencadenante puede ser periférico (ej.: infección
diseñados para atenuar al máximo el efecto pla- gastrointestinal, cirugía) o central (por ej.: historia
cebo, demostraron como lubiprostona a la dosis de abusos o maltratos). Existen claras evidencias de
de 8 µg, dos veces al día, lograba reducir de for- que los factores psicosociales pueden desempeñar
ma significativa la intensidad del estreñimiento, a un papel importante en cualquiera de los estadios
la vez que mejorar la CVRS, el dolor abdominal, el de la historia natural de la enfermedad, pudiendo
esfuerzo defecatorio y la hinchazón en los pacien- ser corresponsables de la predisposición, precipita-
tes con SII-E, apreciando nuevamente diferencias ción o perpetuación de los síntomas, así como del
significativas frente a placebo211-212. Los resultados comportamiento del individuo ante la enfermedad.
de estos estudios fueron determinantes para que la Un ejemplo es el SII postinfeccioso, en el que se ha
FDA aprobase en abril de 2008 la indicación de lu- demostrado cómo la presencia de distrés psicoló-
biprostona para el tratamiento del SII-C en mujeres gico en el momento de adquirir la infección cons-
de edad igual o superior a 18 años. Estudios pos- tituye una variable predictiva independiente en
teriores publicados en forma de abstract confirma- su desarrollo215. Un estudio puso de relieve cómo
ron estos hallazgos. Finalmente, una revisión crítica hasta un 75% de los pacientes que fueron referidos
de la ACG IBS Task Force, basada en la evidencia, a un centro terciario por síntomas de intestino irri-
permitió concluir que lubiprostona a una dosis de table presentaban un trastorno psiquiátrico, esen-
8 µg dos veces al día es más eficaz que placebo en cialmente ansiedad o depresión214. Por otro lado,

548
36. Síndrome de intestino irritable

NIVEL COGNITIVO
Actitud ante la enfermedad
Capacidad de adaptación

NIVEL EMOCIONAL NIVEL CONDUCTUAL


Ansiedad SII (Factores ambientales
Depresión estrés psicológico)

NIVEL FISIOLÓGICO
Respuesta a diferentes estímulos
(dieta, infecciones, estrés)
Respuesta neuroendocrina
Respuesta inmune
Inflamación de bajo grado
Mecanismos moduladores del dolor
Control autonómico de la motilidad

Figura 7. Heterogeneidad fisiopatológica en el SII. Implicación del modelo biopsicosocial. Adaptado de Mayer EA. Em J Med
1999; 107(5A):12S-19S. En: Digestive Health Matters 2004;13:4-11. IFFGD.

la maladaptación ante circunstancias adversas de de la neuroplasticidad (pérdida neuronal atribuida


la vida ejerce una influencia determinante en la a un trauma psíquico), mejorando la neurogénesis
intensidad con que se perciben los síntomas y la vi- (capacidad de regenerar las neuronas), contribu-
sión excesivamente negativa del enfermo acerca de yendo de forma determinante a la recuperación del
su enfermedad (“catastrofismo”). Por esta razón, el bienestar psicológico217.
uso juicioso de fármacos psicotropos o la interven-
ción psicológica pueden cumplir un papel coadyu- AGENTES PSICOTROPOS
vante en el manejo de estos pacientes. En el SII se han ensayado cuatro tipos diferentes
AGENTES PSICOTROPOS de psicofármacos: antidepresivos tricíclicos, inhi-
bidores de recaptación selectiva de la serotonina,
Y TERAPIAS CONDUCTUALES
inhibidores de recaptación de serotonina-noradre-
El uso de psicofármacos comporta numerosos be- nalina y antipsicóticos atípicos.
neficios potenciales inherentes a sus propiedades
Antidepresivos tricíclicos (ATC)
reguladoras tanto a nivel central, como periférico
(tabla 11). Su empleo ha sido suficientemente tes- Los ATC son los psicofármacos que han sido más
tado en ensayos clínicos y el resultado de metaa- ampliamente estudiados en el manejo de los pa-
nálisis sugiere que el riesgo de persistencia de los cientes con SII215,219. Sus efectos beneficiosos se de-
síntomas tras el empleo de antidepresivos disminu- rivan de su capacidad para modular la percepción
ye de forma significativa (OR: 2,6-4,2), apreciando, del dolor a nivel central y, de hecho, disminuyen la
a su vez, unas tasas de cumplimiento terapéutico hipersensibilidad rectal inducida por el estrés. Sus
superiores al obtenido con otros fármacos216. A su efectos secundarios más frecuentes se derivan de
vez, se ha comunicado recientemente que el em- sus propiedades anticolinérgicas (estreñimien-
pleo de antidepresivos (y posiblemente de la in- to, taquicardia, retención urinaria y xerostomía)
tervención psicológica) puede atenuar los efectos y de sus efectos centrales (insomnio, agitación y

549
Sección 4. Intestino delgado y colon

pesadillas nocturnas). Estos efectos son menos (solos o en combinación con otros antidepresivos)
frecuentes y pronunciados cuando se utilizan ami- debido a sus propiedades analgésicas y sus efectos
nas secundarias (ej.: desipramina, nortriptilina) en sedantes y ansiolíticos. La quetiapina es un agente
comparación con las aminas terciarias (amitriptili- antipsicótico atípico con efectos dopaminérgicos
na, imipramina) debido a su menor poder antihis- que a dosis de 25-100 mg/día logra mejorar los
tamínico y anticolinérgico30,215. síntomas de intestino irritable y de dolor abdomi-
Inhibidores de recaptación selectiva nal funcional en pacientes que no han respondido
de serotonina (IRSS) al tratamiento con otros antidepresivos226.
El principal mecanismo de acción de los IRSS es TERAPIAS CONDUCTUALES
la inhibición selectiva de la recaptación de 5-HT y
el bloqueo de la proteína transportadora de 5HT Diferentes modalidades de terapias conductuales,
al nivel de las terminaciones nerviosas presináp- tienen su aplicación en pacientes con SII con sín-
ticas, incrementando con ello la concentración tomas incapacitantes y refractarios a otras medi-
sináptica de 5HT. Los ISRS pueden ser de utilidad das. Entre ellas se incluyen las terapias cognitivo-
en los trastornos funcionales digestivos debido a conductuales227-230, técnicas de relajación231-232,
diversas razones220-223: a) mejoran la sensación de terapias psicodinámicas interpersonales233-235,
bienestar global; b) poseen propiedades ansiolí- meditación e hipnoterapia236-243. Todas ellas in-
ticas; c) potencian el efecto analgésico de otros cluyen entre sus objetivos establecer un modelo
agentes como los propios ATC y d) permiten el racional de enfermedad, atenuar los efectos de
tratamiento de otras comorbilidades psiquiátri- una respuesta exagerada al estrés, modificar las
cas. Dado que los ISRS pueden producir diarrea, la respuestas psicológicas maladaptativas (ansiedad,
paroxetina puede ser de elección en los enfermos
catastrofismo, sentimientos de culpa o vergüenza)
con SII-D debido a sus mayores propiedades mus-
y modificar los comportamientos negativos ante
carínicas. La fluoxetina posee una vida media más
los síntomas (agorafobia, búsqueda persistente de
larga y menos efectos secundarios tras su retira-
da, resultando de elección en pacientes con pobre pruebas diagnósticas, etc.). Todas estas terapias
cumplimiento terapéutico. han tenido éxito en el manejo de síntomas graves
y refractarios, y a diferencia de los psicofármacos
Inhibidores de recaptación de serotonina- que logran reducir la intensidad del dolor percibi-
noradrenalina (IRSN) do y la CVRS, la intervención psicológica consigue
Este grupo terapéutico incluye la venlafaxina, du- además disminuir los costes sanitarios a largo pla-
loxetina y desvenlafaxina. De todos ellos, solo la zo233-235. Todas estas modalidades de tratamiento,
duloxetina ha sido estudiada en pacientes con SII. requieren de una clara implicación del paciente,
A dosis de 60 mg/día demostró su efectividad en así como de estrategias bien delineadas para favo-
el control del dolor y mejoró la consistencia de recer la adherencia a los programas. Se han publi-
las deposiciones, con un efecto positivo sobre la cado excelentes guías al respecto244.
CVRS y la productividad laboral. Algunos pacien-
tes abandonaron el estudio por presentar estreñi- Terapias dirigidas a la microbiota
miento como efecto secundario224. La venlafaxina
es un IRSN que mejora la acomodación postpran- e inflamación
dial y disminuye la sensibilidad rectal a la disten- La hipótesis de que alteraciones en la microbio-
sión225. Las dosis pueden ajustarse según los re- ta intestinal y/o estados de inflamación de bajo
sultados de la terapia (37,5 a 75 mg). Su principal
grado puedan desempeñar un papel relevante en
efecto secundario es la náusea215. El milnaciprán
la patogénesis de los síntomas en determinadas
es un IRSN que podría ser empleado en pacientes
con SII asociado a fibromialgia. subpoblaciones de pacientes con SII (ver apartado
sobre fisiopatología), ha conducido al desarrollo
Antipsicóticos atípicos de nuevas estrategias en el manejo de estos en-
Algunos antipsicóticos a dosis más bajas que las fermos. Antibióticos, prebióticos, probióticos, sim-
empleadas para el tratamiento del trastorno bipo- bióticos y fármacos con propiedades antiinflamato-
lar y la esquizofrenia pueden ser de utilidad en el rias forman ya parte del armamentario terapéutico
tratamiento de trastornos funcionales digestivos disponible para estos enfermos 245.

550
36. Síndrome de intestino irritable

PROBIÓTICOS oligosacáridos, abundan en frutas y vegetales co-


mestibles, tales como trigo, cebolla, achicoria, ajo,
El término probiótico se aplica a organismos vivos puerros, alcachofas y plátanos. Una vez que alcan-
que ingeridos en cantidades apropiadas, ejercen zan el colon, su fermentación por bacterias autóc-
un efecto beneficioso sobre la salud. Los más co- tonas genera ácido láctico y ácidos carboxílicos
múnmente empleados son bacterias productoras de cadena corta. La mayoría de las evidencias en
de ácido láctico y levaduras no patógenas. Se ha favor del empleo de prebióticos proceden de estu-
propuesto el empleo de probióticos para el trata- dios experimentales en animales y series cortas de
miento de la enfermedad inflamatoria intestinal, pacientes, aduciendo un beneficio potencial en el
enfermedades infecciosas, neoplásicas y trastornos SII252-253. Debe recordarse, en este escenario, que
alérgicos. El reconocimiento de que el SII puede ser los suplementos de fibra, así como la lactulosa y
inducido por una gastroenteritis infecciosa, la ob- las soluciones de polietilenglicol poseen propieda-
servación de importantes cambios cualitativos y des prebióticas254. Los simbióticos se definen como
cuantitativos en la microbiota de estos pacientes y una combinación de un probiótico y un prebiótico y
las crecientes evidencias a favor de una disfunción su objetivo es aumentar la sobrevida y la actividad
inmune en este trastorno, han propiciado el uso de de los prebióticos in vivo, a la vez que estimular la
probióticos también para el SII246-249. Sus beneficios producción endógena de bifidobacterias y lactoba-
potenciales residen no solamente en sus efectos cilus. Datos preliminares sugieren un potencial y
antivíricos y antibacterianos (en el caso del SII-PI), prometedor efecto beneficioso en el SII255-258.
sino en su capacidad para disminuir la producción
de gas, promover cambios en la conjugación de las ANTIBIÓTICOS
sales biliares, y otros, basados en sus propiedades
El papel que pudiera desempeñar el SBI en la pa-
estimulantes de la motilidad, de la secreción de
togénesis de los síntomas de un paciente con SII,
moco e incluso antiinflamatorias245.
ha llevado a algunos autores a ensayar el empleo
Se ha comprobado cómo algunos microorganis- de antibióticos poco absorbibles en el tratamiento
mos, incluyendo Lactobacilus GG, L. plantarum, L. de estos enfermos. Numerosos estudios, aleato-
acidophilus, L. casei, así como el cocktail VSL-3 y rizados y controlados frente a placebo, han de-
Bifidobacterium animalis, proporcionan alivio de mostrado cómo la administración de rifaximina,
algunos síntomas aislados del SII tales como hin- un antibiótico pobremente absorbible (menos del
chazón, flatulencia y estreñimiento. Pocos produc- 1%), administrado a la dosis de 550 mg, tres veces
tos, sin embargo, han demostrado ser capaces de al día, durante 14 días, mejora tanto los síntomas
proporcionar un alivio sintomático global, especial- globales (ganancia terapéutica del 8-13%), como la
mente del dolor abdominal. Entre ellos, destacan hinchazón (ganancia terapéutica del 4-8%) en los
los ensayos realizados con Bifidobacterium infantis pacientes con SII con predominio de diarrea93,96,259.
35.624. A una dosis de 108, B. infantis ha demostra- Estos resultados han sido reproducidos e incluso
do su superioridad frente a Lactobacilus y placebo mejorados en estudios multicéntricos posteriores
en todos los parámetros evaluados (dolor/discon- efectuados sobre series largas de pacientes96. Es
fort abdominal; hinchazón/distensión y dificultad probable que el beneficio de los antibióticos no
para la evacuación)250,251. absorbibles resida no solamente en el control del
SBI, sino en la reducción de bacterias cólicas con
PREBIÓTICOS Y SIMBIÓTICOS capacidad para fermentar carbohidratos260. Nue-
Un prebiótico se define como un alimento no di- vamente, debe recordarse, que la prevalencia de
gerible que al ser fermentado estimula de forma intolerancia a carbohidratos (lactosa, fructosa) es
selectiva y preferencial el crecimiento y la actividad elevada tanto en población general, como en suje-
de un número limitado de especies bacterianas del tos con SII45,193-95. Una limitación de esta estrategia
colon (básicamente, aunque no de modo exclusivo, terapéutica es la duración limitada de sus efectos,
lactobacilos y bifidobacterias), que ejercen un efec- que obliga en muchos casos a repetidos ciclos te-
to beneficioso sobre la salud245. Los oligosacáridos rapéuticos, cuya seguridad a largo plazo no ha sido
contenidos en la leche materna constituyen el pro- bien estudiada.
totipo de sustancias con propiedades prebióticas,
ANTIINFLAMATORIOS
explicando, en gran medida, los enormes benefi-
cios de la lactancia materna. Algunos prebióticos En otra sección de este capítulo se han discutido di-
como los fructanos del tipo inulina, o los propios ferentes teorías que inducen a pensar que en el SII

551
Sección 4. Intestino delgado y colon

puede haber, en realidad, un estado de inflamación yendo las agencias reguladoras del medicamento,
de bajo grado. Para algunos investigadores, este las industrias farmacéuticas, y por supuesto, médi-
fenómeno inmunológico representa la respuesta cos y pacientes. Por otro lado, y aunque el SII es una
del huésped al contenido intraluminal, incluida la condición que no pone en riesgo la vida del pacien-
propia microbiota, como también se aduce para te y, por tanto, las cotas de seguridad que se exigen
la EII. Evidencias experimentales que apoyan este a cualquier nuevo medicamento son muy elevadas,
concepto incluyen una activación de los mastoci- no es menos cierto que la CVRS de algunos pacien-
tos104, así como de determinadas poblaciones linfo- tes, puede llegar a verse muy deteriorada en fun-
citarias101,103, alteraciones en la permeabilidad83-88, ción de la gravedad de los síntomas y el modo en
alteraciones en los genes relacionados con citoci- que éstos son percibidos por el/la paciente. Este
nas79, desregulación del TLRs e incrementos en las factor condiciona mucho el nivel de riesgo capaz de
b-defensinas106. Hoy por hoy, las evidencias sobre ser asumido por los pacientes, en función de la in-
el beneficio de agentes antiinflamatorios en el SII tensidad y gravedad de aquellos (baste citar como
son escasas. Un estudio doble ciego y controlado ejemplo que la FDA volvió a aceptar la dispensación
frente a placebo demostró como mesalazina, ad- de alosetrón en respuesta a la multitud de cartas
ministrada a dosis de 2,4 g/día durante 8 semanas y llamadas telefónicas de muchas mujeres con un
resultó en un descenso significativo de las células SII-D invalidante, que se sentían decepcionadas por
inmunes de la mucosa, especialmente mastocitos, la retirada del mercado de este fármaco).
y en una mejoría del bienestar global, pero no mo- TERAPIAS EMERGENTES PARA EL SII-E
dificó de forma significativa el dolor, la hinchazón o
los hábitos intestinales107. Igualmente se ha inves- Entre las terapias emergentes para el tratamiento
tigado el papel del ketotifeno, un estabilizador de del SII-E se citan algunos moduladores de los re-
los mastocitos y antagonista de los receptores de ceptores de la serotonina incluyendo agonistas de
histamina-1, en un estudio aleatorizado y controla- los receptores 5-HT4 (prucalopride y mosapride),
do frente a placebo demostrando un beneficio tan- agonistas parciales 5-HT3 (prumosetrag –MKC-733,
gible, en términos de reducción de síntomas y de DDP-733), los agonistas del receptor C de la gua-
la hipersensibilidad visceral108. Pocos autores han nilato-ciclasa (linaclotide [MD-1100] y plecanatide
investigado el papel del cromoglicato disódico en [SP-304]), moduladores de los ácidos biliares (CDCA
el SII. A una dosis de 1.500 mg/día durante un mes e inhibidores del transportador de ácidos biliares
se obtuvieron resultados favorables, especialmente [A3309]) y los antagonistas dopaminérgicos (itopri-
en aquellos en quienes logró identificarse una rela- de) (tabla 12). De todos ellos, mencionaremos es-
ción de los síntomas con la dieta261,262. pecíficamente la prucalopride y el linaclotide, por la
fase de desarrollo avanzado en que se encuentran.
Terapias emergentes en el SII PRUCALOPRIDA
Durante los últimos años, la investigación se ha Prucaloprida es un agonista de los receptores 5-HT4
centrado en el desarrollo de moléculas capaces de más selectivo que cisaprida y tegaserod. Aunque
controlar alguno de los mecanismos más íntimos todos ellos comparten sus propiedades procinéti-
que subyacen en la patogenia de los síntomas. cas, cisaprida y tegaserod interactúan tanto con el
Alosetrón, tegaserod y lubiprostona han sido los gen K+ “human Ethera go-go”, como con los canales
primeros ejemplos. Las tablas 12 y 13 muestran un 5-HT1b, lo que según se ha postulado podría ser la
listado de estas nuevas moléculas, las fases en que causa del desarrollo de efectos adversos cardiovas-
se encuentra su desarrollo y su mecanismo de ac- culares. Prucaloprida carece de esta interacción.
ción. Siempre debe tenerse en cuenta que el SII no La eficacia de prucaloprida ha sido establecida en
es una enfermedad propiamente dicha, sino un sín- estudios doble ciego controlados con placebo de
drome definido por un conjunto de síntomas que hasta tres meses de duración, para pacientes con
responden a muy diversos trastornos fisiopatológi- estreñimiento crónico idiopático265-267. 2.700 pa-
cos. Ello explica, en gran medida, que el éxito obte- cientes fueron tratados en el contexto de diferen-
nido con cualquiera de estas moléculas sea siempre tes ensayos clínicos. De ellos casi 1.000 pacientes
parcial y que la ganancia terapéutica obtenida fren- recibieron una dosis de 2 mg al día, mientras que
te a placebo, a menudo no responda de forma to- aproximadamente 1.300 pacientes fueron tratados
talmente satisfactoria a las expectativas “irreales” con 4 mg de prucaloprida diarios. La proporción de
depositadas por todas las partes implicadas, inclu- pacientes que consiguieron 3 o más deposiciones

552
36. Síndrome de intestino irritable

TABLA 12. Terapias emergentes en el síndrome de intestino irritable (Ref 263 Gastroenterol Clin N Am 2011; 40 223-43)

Tipo de fármaco Nombre Mecanismo de acción Efectos terapéuticos


Moduladores de Prucaloprida, Los agonistas 5-HT4 y Prucaloprida: tres ensayos
los receptores de la mosaprida, 5-HT3 aceleran el tránsito clínicos de fase III en EC
serotonina pumosetrag gastrointestinal y pueden mostraron beneficios en
alterar la sensación visceral frecuencia de las deposiciones
y otros síntomas relacionados
con el estreñimiento a dosis
Agonistas de los Linaclotida, de 2 y 4 mg.
receptores C de la plecanatida Mosapride: ensayo de fase
guanilato-ciclasa III (inclusión completada en
Oriente Medio)
Pumosetrag: ensayo de
fase II, un estudio con dosis
escalonadas en 14 pacientes
con EC mostró mejoras en los
síntomas de estreñimiento y
en el tránsito colónico

Moduladores de los Ácido Agonista de la guanilato Linaclotida: los ensayos de


ácidos biliares quenodesoxicólico ciclasa C: estimula la fase III en SII-E muestran
(CDA), A3309 secreción luminal de una superioridad frente a
cloruro y la difusión pasiva placebo en el alivio del dolor
de sodio y agua, así como e hinchazón abdominal,
efectos secundarios sobre el así como en la frecuencia
peristaltismo y consistencia de las
deposiciones y el esfuerzo
defecatorio (objetivos
primario y secundario del
ensayo)
Plecanatide:estudio en fase
IIa en pacientes con EC:
demuestra alivio sintomático

A3309 (inhibidor del CDA: tránsito intestinal


transportador intestinal de acelerado, hasta un 45%
ácidos biliares): de pacientes desarrollaron
Los ácidos biliares aceleran el calambres/dolor abdominal
tiempo de tránsito colónico, A3309: ensayo de fase IIb
el índice de motilidad y la de A3309, 5 10 y 15 mg/d,
secreción. una vez al día mostró efectos
dosis-dependientes en la
frecuencia de las deposiciones
y otros resultados positivos
secundarios relacionados con
el estreñimiento

Agonistas Itoprida Antagonistas dopaminérgicos Fase II. La evaluación de la


dopaminérgicos con efectos procinéticos eficacia de itoprida (50 y 100
mg) ha sido completada,
pero no se han informado los
resultados)

553
Sección 4. Intestino delgado y colon

TABLA 13. Terapias emergentes en el síndrome de intestino irritable (ref. 263 Gastroenterol Clin N Am 2011;40 223-43)

Tipo de fármaco Nombre Mecanismo de acción Efectos terapéuticos


SII-E
Moduladores de Prucaloprida, Los agonistas 5-HT4 y Prucaloprida: tres ensayos
los receptores de la mosaprida, 5-HT3 aceleran el tránsito clínicos de fase III en EC
serotonina pumosetrag gastrointestinal y pueden mostraron beneficios para la
alterar la sensación visceral frecuencia de las deposiciones
y otros síntomas relacionados
con el estreñimiento a dosis
de 2 y 4 mg
Mosaprida: ensayo de fase
III (inclusión completada en
Oriente Medio
Pumosetrag: ensayo de
fase II, un estudio con dosis
escalonada en 14 pacientes
con EC mostró mejoras en los
síntomas de estreñimiento y
en el tránsito colónico

Agonistas de los Linaclotida, El agonista de la guanilato Linaclotida: los ensayos de


receptores C de la plecanatide ciclasa C: estimula la fase III en SII-E muestran
guanilato-ciclasa secreción de cloruro luminal una superioridad frente a
con la difusión pasiva de placebo en el alivio del dolor e
sodio y agua, y efectos hinchazón abdominal así como
secundarios sobre el en la frecuencia y consistencia
peristaltismo de las deposiciones y el
esfuerzo defecatorio (objetivos
primario y secundario del
ensayo)
Plecanatide: estudio en fase
IIa en pacientes con EC: alivio
sintomático

Moduladores de los Ácido CDA: tránsito intestinal


ácidos biliares quenodesoxicólico A3309 (ácido biliar intestinal acelerado, hasta un 45%
(CDA), A3309 inhibidor del transportador): de pacientes desarrollaron
los ácidos biliares aceleran el calambres/dolor abdominal
tiempo de tránsito colónico A3309: ensayo de fase IIb
y aumentan el índice de de A3309, 5, 10 y 15 mg/d,
motilidad y de secreción una vez al día mostró efectos
dosis-dependientes en la
frecuencia de las deposiciones
y otros resultados secundarios
relacionados con el
estreñimiento

Agonistas Itoprida Fase II la evaluación de la


dopaminérgicos Antagonista dopaminérgico eficacia de itoprida
con efecto procinético (50 y 100 mg) ha sido
completada, pero no se ha
informado de los resultados

554
36. Síndrome de intestino irritable

TABLA 13. (Continuación)

Tipo de fármaco Nombre Mecanismo de acción Efectos terapéuticos


SII-D o SII no asociado a estreñimiento
Agonista de Asimadoline Activa los receptores El estudio en fase II mostro
los receptores opioides, que pueden reducir un efecto global en SII, pero
k-opioides la percepción visceral su eficacia se demostró en
el SII-D con un mínimo de
intensidad moderada, y en
menor medida, en el SII-A
SII-D
Agonistas de los Asimadolina Activa los receptores Un estudio en fase II no
receptores kapa- opioides, ejerciendo un mostró un beneficio global en
opioides efecto reductor de la el SII pero sí mostró eficacia
percepción visceral en el SII-D de intensidad
moderada-grave y, en menor
grado en el SII-M

Adsorbentes AST-120 Absorbe las sustancias Los ensayos de fase II


basados en el luminales, incluyendo mostraron que AST-120
carbono serotonina y ácidos biliares se asoció con una mayor
proporción de pacientes
respondedores (porcentaje
de pacientes que informaron
de una reducción del 50% de
días con dolor) y una mayor
reducción en la intensidad de
la hinchazón frente a placebo
después de 4 semanas

Oligomeros de Crofelemer Reduce la secreción de iones Fase IIa demostró que los
proantocianidina de cloruro a través de los pacientes con SII-D, en
canales de CFTR y CaCC particular las mujeres, tenían
más dolor y molestias los días
libres, pero no se observó
efecto sobre la consistencia
de las heces u otros síntomas
de SII

Antagonistas CRF Pexacerfont, Bloquea los receptores Un estudio de fase IIa


GW876008 RCF1 para disminuir la no mostró ningún efecto
motilidad gastrointestinal y la significativo en el tránsito
sensibilidad visceral gastrointestinal o los síntomas
del SII.
Un ensayo clínico inicial con
GW876008 sugiere que este
medicamento no es eficaz
en SII, aunque es probable
que el diseño del estudio no
responda adecuadamente a
sus objetivos

Modulador Dextofisopam Modula las respuestas Un estudio de fase IIb


2,3-Benzodiacepina autonómicas demostró un beneficio más
significativo en pacientes con

555
Sección 4. Intestino delgado y colon

TABLA 13. (Continuación)

Tipo de fármaco Nombre Mecanismo de acción Efectos terapéuticos


SII-D/A en el primer mes de
tratamiento que en el segundo
y tercer mes

Inhibidor de LX1031 Reducción de los niveles de Un ensayo de fase II


la triptófano serotonina gastrointestinal demostró que una mayor
hidroxilasa-1 dosis de LAX1031 (1000 mg
cuatro veces al día) mejora
significativa y globalmente los
síntomas y la consistencia de
las heces durante un periodo
de 4 semanas en el SII no
asociado a estreñimiento.
La mejoría de los síntomas se
correlaciona con los niveles de
5-HIAA orina de 24 horas

Antagonista 5HT3 Ramosetrón Bloquean los receptores Un ensayo de fase II mostró


5-HT3 para frenar el tránsito que ramosetrón 5 y 10 mg
gastrointestinal y disminuir la proporciona un alivio global de
percepción visceral los síntomas frente a placebo

Dolor abdominal

Análogo del péptido Rose-010 Inhibe la motilidad del Una alta proporción de
similar al glucagón-1 intestino delgado pacientes manifestó alivio del
(GLP-1) dolor > 50% con dosis de 100 y
300 mg frente a placebo

semanales fue de 28,4%; 30,9% y 12,0% para quie- estructura similar a la enterotoxina estable en calor
nes tomaron 4 mg, 2 mg o placebo, respectivamen- de Escherichia coli y otras bacterias entéricas que
te. Las reacciones adversas notificadas con mayor son causa de diarrea secretora. Se trata de péptidos
frecuencia han sido cefalea y síntomas gastroin- que al unirse a estos receptores estimulan la pro-
testinales (dolor abdominal, náuseas o diarrea) ducción de monofosfato de guanosina cíclica, que,
ocurriendo cada una de ellas en aproximadamen- a su vez, activa una cascada de acontecimientos
te un 20% de los pacientes. Las reacciones adver- intracelulares que resultan finalmente en la secre-
sas ocurren principalmente al inicio de la terapia ción transepitelial de iones Cl- y K+ desde los ente-
y suelen desaparecer al cabo de unos pocos días rocitos, aumentando con ello el arrastre pasivo de
sin necesidad de interrumpir el tratamiento. Un es- agua a la luz del intestino. Linaclotide es un péptido
tudio realizado en ancianos con antecedentes de de 14 aminoácidos que muestra gran avidez por los
eventos cardiovasculares, no demostró una mayor receptores C de la guanilato-ciclasa (C-GC) y que
incidencia de efectos proarrítmicos o prolongación ejerce un efecto local, ya que tras su administración
del intervalo QT entre los pacientes que tomaron por vía oral no se detectan niveles sistémicos. Lina-
prucaloprida, comparados con placebo268. Su efica- clotide incrementa el flujo de electrolitos a través
cia en el manejo del SII-E permanece a la espera. de la pared intestinal, acelera el tiempo de tránsito
intestinal y, de forma interesante, reduce la hipe-
LINACLOTIDE
ralgesia visceral provocada por diferentes modelos
Linaclotide pertenece al grupo de antagonistas del de estrés. De todas estas propiedades se deriva un
receptor C de la guanilato-ciclasa que poseen una potencial beneficio de linaclotide en el tratamien-

556
36. Síndrome de intestino irritable

to de los pacientes con SII-E. En un primer estudio Resumen


llevado a cabo en 39 mujeres con SII-C, linaclotide
a la dosis de 1.000 µg/día aceleró el tiempo del El intestino irritable no puede conceptuarse como
una enfermedad propiamente dicha, sino como un
primer movimiento intestinal, disminuyó la consis-
síndrome constituido por un conjunto de síntomas
tencia de las heces y consiguó disminuir el esfuerzo
bien caracterizados que, hoy en día, pueden ser es-
defecatorio269. En otro estudio piloto, controlado y tratificados según el patrón dominante (SII-E; SII-D;
doble ciego, sobre 42 pacientes con estreñimien- SII-M). En las últimas décadas se han ido sumando
to crónico, linaclotide a la dosis de 100, 300 o evidencias a favor de una etiología multifactorial
1.000 mg, una vez al día durante 14 días mejoró la que podría abocar a un estado de inflamación de
consistencia y frecuencia de las heces e igualmente bajo grado, responsable, en gran medida, de las al-
disminuyó el esfuerzo defecatorio270. Más recien- teraciones motoras y de la sensibilidad visceral que
temente, en un estudio aleatorizado y doble ciego caracterizan a este síndrome. Determinados esta-
frente a placebo de fase IIa sobre 310 pacientes dos psicológicos podrían modular al alza la mag-
nitud y percepción de los síntomas, configurando
con estreñimiento crónico, linaclotide, empleado a
un paradigma de modelo biopsicosocial de la en-
dosis de 75, 150, 300 y 600 mg consiguió mejorar fermedad. Recientes investigaciones, sugieren que
el número de deposiciones semanales (objetivo al igual que ocurre en la enfermedad inflamatoria,
primario) y otros objetivos secundarios asociados el sistema inmune del huésped podría responder
al estreñimiento, incluyendo la consistencioa de las de forma anormal (en individuos genéticamente
heces, el esfuerzo defecatorio (efecto dosis-depen- susceptibles), a un conjunto de factores incluyendo
diente) y la sensación de hinchazón abdominal271, determinados componentes de la dieta, infeccio-
redundando además en una mejoría en la CVRS, nes entéricas o el propio estrés. Alteraciones en la
comparado con placebo272. La frecuencia global de microbiota intestinal podrían desempeñar un papel
efectos adversos comunicados con linaclotide fue
similar a placebo271, siendo la diarrea el efecto ad-
verso más frecuentemente observado. Los resulta- GENES F. AMBIENTALES
dos de los ensayos en fase IIb fueron confirmados
Sexo Dieta
por dos estudios de fase III que aleatorizaron a más
Neurobiología Infección
de 1.200 pacientes con estreñimiento crónico para Estrés
Personalidad
recibir linaclotide a la dosis de 133 mg o 266 mg, o Traumas
Inmunidad
placebo, una vez al día, durante 12 semanas272,273, y
otros estudios en fase III en los que se aleatorizaron
1.600 pacientes con SII-C para recibir linaclotide a
una dosis de 266 mg frente a placebo durante 26
semanas274,275. Nuevamente, la administración de Función motora y sensorial
del intestino
linaclotide mejoró de forma significativa el dolor
e hinchazón abdominal y los síntomas intestinales
(p < 0,001).

Terapias emergentes para el SII-D Fenotipo de SII Otros


trastornos
A este grupo pertenecen los agonistas de los recep- Patrón Patrón Patrón funcionales
tores opioides como asimadoline, el adsorbente de de SII-D de SII-E mixto digestivos
carbón oral AST-120, al antagonista del receptor
tipo 1 del factor liberador de corticotropina, los
inhibidores de la secreción de ion cloro (crofelemer) Figura 8. Representación esquemática de un modelo inte-
grado de factores genéticos y ambientales en la patogénesis
y una benzodiacepina atípica (dextofisopam). Tam- del SII. Las combinaciones entre genes implicados y factores
bién forman parte de este grupo el inhibidor de la de riesgo ambiental pueden ser múltiples y de su interacción
triptófano-hidroxilasa-1 LX1031 y el antagonista de surgen las diferentes expresiones fenotípicas de la enferme-
dad (ref. 79).
los receptores 5-HT3: ramosetrón (tabla 13).

557
Sección 4. Intestino delgado y colon

determinante al interaccionar con todos estos me- ral population. Scand J Gastroenterol 2001;36:
canismos (figura 8). El debate acerca de una estra- 1155-61.
tegia diagnóstica basada en la presencia de sínto- 11. Seon Choung RS, Locke III GR. Epidemiology of
mas (diagnóstico positivo) frente a la estrategia de IBS. Gastroenterol Clin N Am 2011;40:1-10.
un diagnóstico por exclusión, volverá a ser motivo 12. Jung HK, Halder S, McNally M, Cho SW. Over-
lap of gastro-oesophageal reflux disease and
de controversia en la próxima reunión del Comité irritable bowel syndrome: prevalence and
de Expertos de la Fundación Roma. En todo caso, el risk factors in the general population. Aliment
clínico debe ponderar la relación coste-efectividad Pharmacol Ther 2007;26:453-61.
de ambas estrategias y valorar el impacto a largo 13. Olafsdottir LB, Gudjonsson H, Jonsdottir HH,
plazo de un diagnóstico equívoco, en pacientes con Thjodleifsson B. Stability of the irritable bowel
criterios de “aparente funcionalidad” y organicidad syndrome and subgroups as measured by
three diagnostic criteria—a 10-year follow-
subyacente. En este punto, valdría la pena insistir up study. Aliment Pharmacol Ther 2010;32:
en que los síntomas de alarma no deben ir exclu- 670-80.
sivamente orientados a la exclusión de malignidad, 14. Sorouri M, Pourhoseingholi MA, Vahedi M,
sino a cualquier rasgo que pueda suscitar una ra- Safaee A, Moghimi-Dehkordi B, Pourhoseing-
zonable sospecha de otras entidades altamente holi A et al. Functional bowel disorders in Ira-
prevalentes en la población general, incluida la en- nian population using Rome III criteria. Saudi J
Gastroenterol 2010;16:154-60.
teropatía sensible al gluten276.
15. Dong YY, Zuo XL, Li CQ, Pre Yu YB, Zhao QJ, Li
YQ. valence of irritable bowel syndrome in Chi-
Bibliografía nese college and university students assessed
using Rome III criteria. World J Gastroenterol
1. Chey WD. Irritable bowel syndrome. Gastroen- 2010;16:4221-6.
terology Clinics 2011;40:1-264. 16. Drossman DA, Li Z, Andruzzi E, Temple RD, Ta-
2. Mearin F. Perelló A. Perona M. Calidad de vida lley NJ, Thompson WG et al. U.S. householder
en los pacientes con síndrome de intestino irri- survey of functional gastrointestinal disorders.
table. Gastroenterol Hepatol 2004;24-31. Prevalence, sociodemography, and health im-
3. Drossman DA, Camilleri M, Mayer EA, White- pact. Dig Dis Sci 1993;38:1569-80.
head WE. AGA technical review on irritable 17. Talley NJ, O’Keefe EA, Zinsmeister AR, Melton
bowel syndrome. Gastroenterology 2002;123: LJ 3rd. Prevalence of gastrointestinal symp-
2108-31. tomsnin the elderly: a population-based study.
4 . Manning AP, Thompson WG, Heaton KW et al. Gastroenterology 1992;102:895-901.
Towards a positive diagnosis of the irritable 18. Talley NJ, Zinsmeister AR, Van Dyke C et al.
bowel. BMJ 1978;2(6138):653-4. Epidemiology of colonic symptoms and the
5. Thompson WG, Creed F, Drossman DA, Heaton irritable bowel syndrome. Gastroenterology
KW, Mazzacca G. Functional bowel disease and 1991;101:927-34. Melton LJ 3.ª
functional abdominal pain. Gastroenterology 19. Fernández-Banares F, Esteve M, Salas A, Alsina
International 1992;5:75-91. M, Farré C, González G et al. Systematic Evalua-
6 . Drossman D, Corazziari E, Talley NJ, Thompson tion of the Causes of Chronic Watery Diarrhea
WG, Whitehead WE. Rome II: a multinational With Functional Characteristics Am J Gastroen-
consensus document on functional gastroin- terol 2007;102:1-9.
testinal disorders. Gut 1999;45(suppl II):1-81. 20. Locke GR 3rd, Yawn BP, Wollan PC, Melton LJ
7. Hammer J, Talley NJ. Diagnostic criteria for 3rd, Lydick E, Talley NJ. Incidence of a clinical
the irritable bowel syndrome. Am J Med 1999; diagnosis of the irritable bowel syndrome in a
107:5S-11S. United States population. Aliment Pharmacol
8. Longstreth GF, Thompson WG, Chey WD, Ther 2004;19:1025-31.
Houghton LA, Mearin F, Spiller RC et al. 21. Ruigómez A, Wallander MA, Johansson S, Gar-
Functional bowel disorders. Gastroenterology cía Rodríguez LA. One-year follow-up of newly
2006;130:1480-91. diagnosed irritable bowel syndrome patients.
9. Mearin F, Roset M, Badía X, Balboa A, Baró E, Aliment Pharmacol Ther 1999;13:1097-102.
Ponce J et al. Splitting irritable bowel syndro- 22. Halder SL, Locke GR 3rd, Schleck CD Zinsmeis-
me: from original Rome to Rome II criteria. Am ter AR, Melton LJ 3rd, Talley NJ. Natural history
J Gastroenterol 2004;99:122-30. of functional gastrointestinal disorders: a 12-
10. Mearin F, Badía X, Balboa A, Baró E, Caldwell year longitudinal population-based study. Gas-
E, Cucala M et al. Irritable bowel syndrome troenterology 2007;133:799-807.
prevalence varies enormously depending on 23. Thabane M, Kottachchi DT, Marshall JK. Syste-
the employed diagnostic criteria: comparison matic review and meta-analysis: The inciden-
of Rome II versus previous criteria in a gene- ce and prognosis of post-infectious irritable

558
36. Síndrome de intestino irritable

bowel syndrome. Aliment Pharmacol Ther 38. Patrick DL, Drossman DA. Comparison of IBS-
2007;26:535-44. 36 and IBS-QOL instruments. Am J Gastroente-
24. Kennedy TM, Jones RH, Hungin AP, O’flanagan rol 2002;97:3204.
H, Kelly P. Irritable bowel syndrome, gastro- 39. Patrick DL, Drossman DA, Frederick IO, Di-
oesophageal reflux, and bronchial hyper-res- Cesare J, Puder KL. Quality of life in persons
ponsiveness in the general population. Gut with irritable bowel syndrome: development
1998;43:770-4. and validation of a new measure. Dig Dis Sci
25. Nastaskin I, Mehdikhani E, Conklin J, Park S, Pi- 1998;43:400-11.
mentel M. Studying the overlap between IBS 40. Drossman DA, Patrick DL, Whitehead WE, To-
and GERD: a systematic review of the literatu- ner BB, Diamant NE, Hu Y, Jia H et al. Further
re. Dig Dis Sci 2006;51:2113-20. validation of the IBSQOL: a disease-specific
26. Ford AC, Marwaha A, Lim A, Moayyedi P. quality-of-life questionnaire. Am J Gastroente-
Systematic review and meta-analysis of the rol 2000;95:999-1007.
prevalence of irritable bowel syndrome in in- 41. Spiegel BMR, Naliboff, Mayer E et al. Develop-
dividuals with dyspepsia. Clin Gastroenterol ment and initial validation of a concise point-of-
Hepatol 2010;8:401-9. care IBS severity index: the 4-item BEST ques-
27. Locke GR 3rd, Zinsmeister AR, Fett SL, Melton tionnaire. Gastroenterology 2006;130:S1040.
LJ 3rd, Talley NJ. Overlap of gastrointestinal 42. Everhart JE, Ruhl CE. Burden of digestive di-
symptom complexes in a US community. Neu- seases in the United States part 2: lower
rogastroenterol Motil 2005;17:29-34. gastrointestinal diseases. Gastroenterology
28. Whitehead WE, Palsson OS, Levy RR, Feld AD, 2009;136:741-54.
Turner M, Von Korff M. Co morbidity in irri- 43. Talley NJ, Gabriel SE, Harmsen WS, Zinsmeis-
table bowel syndrome. Am J Gastroenterol
ter AR, Evans RW. Medical costs in community
2007;102:2767-76.
subjects with irritable bowel syndrome. Gas-
29. El-Serag HB, Pilgrim P, Schoenfeld P. Syste- troenterology 1995;109:1736-41.
mic review: natural history of irritable bowel
syndrome. Aliment Pharmacol Ther 2004;19: 44. Longstreth GF, Wilson A, Knight K, Wong J,
861–70. Chiou CF, Barghout V et al. Irritable bowel
syndrome, health care use, and costs: a US
30. Guilera M, Balboa A, Mearin F. Bowel habit managed care perspective. Am J Gastroenterol
subtypes and temporal patterns in irritable
2003;98:600-7.
bowel syndrome: systematic review. Am J Gas-
troenterol 2005;100:1174-84. 45. American College of Gastroenterology Task
31. Owens DM, Nelson DK, Talley NJ. The irritable Force on Irritable Bowel Syndrome, Brandt LJ,
bowel syndrome: long-term prognosis and the Chey WD, Foxx-Orenstein AE, Schiller LR, Scho-
physician-patient interaction. Ann Intern Med enfeld PS, Spiegel BM et al. An evidence-based
1995;122:107-12. position statement on the management of
irritable bowel syndrome. Am J Gastroenterol
32. Chang JY, Locke GR 3rd, McNally MA, Halder
2009;104(Suppl 1):S1-35.
SL, Schleck CD, Zinsmeister AR et al. Impact
of functional gastrointestinal disorders on sur- 46. Pare P, Gray J, Lam S, Balshaw R, Khorasheh S,
vival in the community. Am J Gastroenterol Barbeau M et al. Health-related quality of life,
2010;105:822-32. work productivity, and health care resource
33. El-Serag HB, Olden K, Bjorkman D. Health-rela- utilization of subjects with irritable bowel syn-
ted quality of life among persons with irritable drome: baseline results from LOGIC (Longitudi-
bowel syndrome: a systematic review. Aliment nal Outcomes Study of Gastrointestinal Symp-
Pharmacol Ther 2002;16:1171-85. toms in Canada), a naturalistic study. Clin Ther
34. Mearin F, Perelló A, Perona M. Calidad de vida 2006;28:1726-35.
en los pacientes con síndrome de intestino irri- 47. Dean BB, Aguilar D, Barghout V, Kahler KH,
table. Gastroenterol Hepatol 2004;24-31. Frech F, Groves D et al. Impairment in work
35. Olden KW. Irritable bowel syndrome. En: Anil productivity and healthrelated quality of
K, Rutsgi, Lichtenstein G, WU. GD, eds. The Re- life in patients with IBS. Am J Manag Care
quisites in Gastroenterology: Small and large 2005;11:S17-26.
intestine. Mosby. Philadelphia, 2004:243-55. 48. Spiegel BMR, Harris L, Lucak S et al. Predictors
36. Gralnek IM, Hays RD, Kilbourne A, Naliboff B, of work productivity in irritable bowel syndro-
Mayer EA. The impact of irritable bowel syn- me (IBS): results from the PROOF cohort. Gas-
drome on health-related quality of life. Gas- troenterology 2008;134:AB157.
troenterology 2000;119:654-60. 49. Hasler WL. Traditional thoughts on the patho-
37. Spiegel B, Schoenfeld P, Naliboff B. Systematic physiology of Irritable Bowel Syndrome. Gas-
review: the prevalence of suicidal and beha- troenterol Clin N Am 2011;40:21-43.
viour in patients with chronic abdominal pain 50. Deiteren A, Camilleri M, Burton D, McKinzie S,
and irritable bowel syndrome. Aliment Phar- Rao A, Zinsmeister AR. Effect of meal ingestion
macol Ther 2007;26:183-93. on ileocolonic and colonic transit in health and

559
Sección 4. Intestino delgado y colon

irritable bowel syndrome. Dig Dis Sci 2010;55: functional bowel disorder patients with chro-
384-91. nic pain. Neurology 2005;65:1268-77.
51. Suttor VP, Prott GM, Hansen RD, Kellow JE, 65. O’Mahony SM, Bulmer DC, Coelho AM, Fitz-
Malcolm A. Evidence for pelvic floor dyssyner- gerald P, Bongiovanni C, Lee K et al. 5-HT(2B)
gia in patients with irritable bowel syndrome. receptors modulate visceral hypersensitivity
Dis Colon Rectum 2010;53:156-60. in a stress-sensitive animal model of brain-Gut
52. Camilleri M, McKinzie S, Busciglio I, Low PA, axis dysfunction. Neurogastroenterol Motil
Sweetser S, Burton D et al. Prospective study 2010;22:573-8.
of motor, sensory, psychologic, and autono- 66. Atkinson W, Lockhart S, Whorwell PJ, Keevil
mic functions in patients with irritable bowel B, Houghton LA. Altered 5-hydroxytryptamine
syndrome. Clin Gastroenterol Hepatol 2008;6: signaling in patients with constipation- and
772-81. diarrhea-predominant irritable bowel syndro-
53. Anand P, Aziz Q, Wilbert R, Van Oudenhove L. me. Gastroenterology 2006;130:34-43.
Peripheral and central mechanisms of visceral 67. Jones R, Latinovic R, Charlton J, Gulliford M.
sensitization in man. Neurogastroenterol Motil Physical and psychosocial co-morbidity in irri-
2007;19:29.46. table bowel syndrome: a matched cohort study
54. Mertz H, Naliboff B, Munakata J, Niazi N, Ma- using the General Practice Research Database.
yer EA. Altered rectal perception is a biological Aliment Pharmacol Ther 2006;24:879-86.
marker of patients with irritable bowel syndro- 68. Nicholl BI, Halder SL, MacFarlane GJ, Thomp-
me. Gastroenterology 1995;109:40-52. son DG, O’Brien S, Musleh M et al. Psychoso-
55. Posserud I, Syrous A, Lindstrom L, Tack J, Abra- cial risk markers for new onset irritable bowel
hamsson H, Simrén M. Altered rectal percep- syndrome–results of a large prospective popu-
tion in irritable bowel syndrome is associated lation-based study. Pain 2008;137:147-55.
with symptom severity. Gastroenterology 69. Whitehead WE, Crowell MD, Robinson JC,
2007;133:1113-23. Heller BR, Schuster MM. Effects of stressful
56. Sabate JM, Veyrac M, Mion F, Siproudhis L, Du- life events on bowel symptoms: subjects with
crotte P, Zerbib F et al. Relationship between irritable bowel syndrome compared with sub-
rectal sensitivity, symptoms intensity and quali- jects without bowel dysfunction. Gut 1992;33:
ty of life in patients with irritable bowel syndro- 825-30.
me. Aliment Pharmacol Ther 2008;28:484-90. 70. Klooker TK, Braak B, Painter RC, De Rooij SR,
57. Serra J, Azpiroz F, Malagelada JR. Impaired Van Elburg RM, Van den Wijngaard RM et al.
transit and tolerance of intestinal gas in the Exposure to severe wartime conditions in early
irritable bowel syndrome. Gut 2001;48:14-9. life is associated with an increased risk of irri-
58. Salvioli B, Serra J, Azpiroz F, Lorenzo C, Agua- table bowel syndrome: a population- based
de S, Castell et al. Origin of gas retention and cohort study. Am J Gastroenterol 2009;104:
symptoms in patients with bloating. Gastroen- 2250-6.
terology 2005;128:574-9. 71. Canavan JB, Bennett K, Feely J, O’Moráin CA,
59. Salvioli B, Serra J, Azpiroz F, Malagelada JR. Im- O’Connor HJ. Significant psychological mor-
paired small bowel gas propulsion inpatients bidity occurs in irritable bowel syndrome: a
with bloating during intestinal lipid perfusion. case-control study using a pharmacy reimbur-
Am J Gastroenterol 2006;101:1853-7. sement database. Aliment Pharmacol Ther
60. Shim L, Prott G, Hansen RD, Simmons LE, Ke- 2009;29:440-9.
llow JE, Malcolm A. Prolonged balloon expul- 72. Heitkemper M, Charman AB, Shaver J, Lentz
sion is predictive of abdominal distension in MJ, Jarrett ME. Self-report and polysomnogra-
bloating. Am J Gastroenterol 2010;105:883-7. phic measures of sleep in women with irritable
61. Serra J, Villoria A, Azpiroz F, Lobo B, Santos J, bowel syndrome. Nurs Res 1998;47:270-7.
Accarino A et al. Impaired intestinal gas propul- 73. Nojkov B, Rubenstein JH, Chey WD, Hoo-
sion in manometrically proven dysmotility and gerwerf WA. The impact of rotating shift work
in irritable bowel syndrome. Neurogastroente- on the prevalence of irritable bowel syndrome
rol Motil 2010;22:401-6. in women. Am J Gastroenterol 2010;105:842-7.
62. Accarino A, Pérez F, Azpiroz F, Quiroga S, Ma- 74. Drossman DA, Talley NJ, Leserman J, Olden KW,
lagelada JR. Abdominal distention results from Barreiro MA. Sexual and physical abuse and
caudoventral redistribution of contents. Gas- gastrointestinal illness. Reviews and recom-
troenterology 2009;136:1544-51. mendations. Ann Intern Med 1995;123:782-94.
63. Thompson JJ, Elsenbruch S, Harnish MJ, Orr 75. Talley NJ, Fett SL, Zinsmeister AR, Melton LJ
WC. Autonomic functioning during REM sleep 3rd. Gastrointestinal tract symptoms and self-
differentiates IBS symptom subgroups. Am J reported abuse: a population-based study.
Gastroenterol 2002;97:2865-71. Gastroenterology 1994;107:1040-9.
64. Kwan CL, Diamant NE, Pope G, Mikula K, Miku- 76. Alander T, Heimer G, Svärdsudd K, Agréus L.
lis DJ, Davis KD. Abnormal forebrain activity in Abuse in women and men with and without

560
36. Síndrome de intestino irritable

functional gastrointestinal disorders. Dig Dis 90. Kerckhoffs AP, Samsom M, Van der Res ME, De
Sci 2008;53:1856-64. Vogel J, Knol J, Ben-Amor K et al. Lower Bifi-
77. Drossman DA. Irritable bowel syndrome and dobacteria counts in both duodenal mucosa-
sexual/physical abuse history. Eur J Gastroen- associated and fecal microbiota in irritable
terol Hepatol 1997;9:327-3. bowel syndrome patients. World J Gastroente-
78. Ali A, Toner BB, Stickless N, Gallop R, Diamant rol 2009;15:2887-92.
NE, Gould MI et al. Emotional abuse, self-bla- 91. Malinen E, Rinttila R, Kajander K, Mättö J, Kas-
me, and self-silencing in women with irritable sinen A, Krogius L et al. Analysis of the fecal mi-
bowel syndrome. Psychosom Med 2000;62: crobiota of irritable bowel syndrome patients
76-82. and healthy controls with real-time PCR. Am J
79. Saito YA. The Role of Genetics in IBS Gastroen- Gastroenterol 2005;100:373-82.
terol. Clin N Am 2011;40:45-67. 92. Shah ED, Basseri RJ, Chong K, Pimentel M. Ab-
80. Saito YA, Petersen GM, Larson JJ, Atkinson normal breath testing in IBS: a metaanalysis.
EJ, Fridley BL, de Andrade M et al. Familial Dig Dis Sci 2010;55(9):2441-9.
aggregation of irritable bowel syndrome: a 93. Posserud I, Stotzer PO, Bjornsson ES, Abra-
family case-control study. Am J Gastroenterol hamsson H, Simrén M. Small intestinal bacte-
2010;105:833-41. rial overgrowth in patients with irritable bowel
81. Mohammed I, Cherkas LF, Riley SA, Spector syndrome. Gut 2007;56:802-8.
TD, Trudgill NJ. Genetic influences in irritable 94. Pimentel M, Park S, Mirocha J, Kane SV, Kong
bowel syndrome: a twin study. Am J Gastroen- Y. The effect of a nonabsorbed oral antibiotic
terol 2005;100:1340-4. (rifaximin) on the symptoms of the irritable
82. Kapeller J, Houghton L, Monnikes H, Walstab bowel syndrome: a randomized trial. Ann In-
J, Möller D, Bönisch H et al. First evidence tern Med 2006;145:557-63.
for an association of functional variant in the 95. Pimentel M, Lembo A, Chey WD, Zakko S, Rin-
microRNA-510 target site of the serotonin gel Y, Yu J et al. Rifaximin therapy for patients
receptor-type 3E gene with diarrhea predomi- with irritable bowel syndrome without consti-
nant irritable bowel syndrome. Hum Mol Genet pation. N Engl J Med 2011;364:22-32.
2008;17:2967-77.
96. Sharara AI, Aoun E, Abdul-Baki H, Mounzer R,
83. Villani A-C, Lemire M, Thabane M, Belisle A, Sidani S, Elhajj I. A randomized double-blind
Geneau G, Garg AX et al. Genetic risk factors placebo controlled trial of rifaximin in patients
for post-infectious irritable bowel syndrome with abdominal bloating and flatulence. Am J
following a waterborne outbreak of gastroen- Gastroenterol 2006;101:326-33.
teritis. Gastroenterology 2010;138:1502-13.
97. Nieuwenhuijs VB, Verheem A, Van Dujvenbo-
84. Gonsalkorale WM, Perrey C, Pravica V,
de-Beumer H, Visser MR, Verhoef J, Gooszen
Whorwell PJ, Hutchinson IV et al. Interleukin
10 genotypes in irritable bowel syndrome: evi- HG et al. The role of interdigestive small bowel
dence for an inflammatory component? Gut motility in the regulation of Gut microflora,
2003;52:91-3. bacterial overgrowth, and bacterial transloca-
tion in rats. Ann Surg 1998;228:188-93.
85. Camilleri M, Busciglio I, Carlson P et al. Candi-
date genes and sensory functions in health and 98. Halvorson HA, Schlett CD, Riddle MS. Postinfec-
irritable bowel syndrome. Am J Physiol Gastro- tious irritable bowel syndrome—a meta-analy-
intest Liver Physiol 2008;295:G219-25. sis. Am J Gastroenterol 2006;101:1894-9.
86. Niesler B, Kapeller J, Fell C, Atkinson W, Möller 99. Thabane M, Kottachchi DT, Marshall JK. Syste-
D, Fischer C et al. 5-HTTLPR and STin2 polymor- matic review and meta-analysis: the inciden-
phisms in the serotonin transporter gene and ce and prognosis of post-infectious irritable
irritable bowel syndrome: effect of bowel ha- bowel syndrome. Aliment Pharmacol Ther
bit and sex. Eur J Gastroenterol Hepatol 2010; 2007;26:535-44.
22:856-61. 100. Neal KR, Hebden J, Spiller R. Prevalence of
87. Barkhordari E, Rezaei N, Ansaripour B, Larki P, gastrointestinal symptoms six months after
Alighardashi M, Ahmadi-Ashtiani HR et al. Pro- bacterial gastroenteritis and risk factors for
inflammatory cytokine gene polymorphisms development of the irritable bowel syndro-
in irritable bowel syndrome. J Clin Immunol me: postal survey of patients. BMJ 1997;314
2010;30:74-9. (7083):779-82.
88. Saito YA, Locke GR 3rd, Zimmerman JM, Hol- 101. Gwee KA, Leong YL, Graham C, McKendrick
tmann G, Slusser JP, De Andrade M et al. A MW, Collins SM, Walters SJ et al. The role of
genetic association study of 5-HTT LPR and psychological and biological factors in post in-
GNbeta3 C825T polymorphisms with irritable fective Gut dysfunction. Gut 1999;44:400-6.
bowel syndrome. Neurogastroenterol Motil 102. Spiller RC, Jenkins D, Thornley JP, Hebden JM,
2007;19:465-70. Wright T, Skinner M et al. Increased rectal mu-
89. Pimentel M, Chang C. Inflammation and Micro- cosal enteroendocrine cells, T lymphocytes,
flora. Gastroenterol Clin N Am 2011;40:69-85. and increased Gut permeability following acute

561
Sección 4. Intestino delgado y colon

Campylobacter enteritis and in post-dysenteric 115. Adeniji OA, Barnett CB, Di Palma JA. Durabi-
irritable bowel syndrome. Gut 2000;47:804-11. lity of the diagnosis of irritable bowel syn-
103. Gwee KA, Collins SM, Read NW, Rajnakova A, drome based on clinical criteria. Dig Dis Sci
Deng Y, Graham JC et al. Increased rectal muco- 2004;49:572-4.
sal expression of interleukin 1beta in recently 116. Camilleri M, Northcutt AR, Kong S, Dukes GE,
acquired post-infectious irritable bowel syn- McSorley D, Mangel AW. Efficacy and safety of
drome. Gut 2003;52:523-6. alosetron in women with irritable bowel syn-
104. Tornblom H, Lindberg G, Nyberg B, Veress B. drome: a randomised, placebo-controlled trial.
Full-thickness biopsy of the jejunum reveals Lancet 2000;355:1035-40.
inflammation and enteric neuropathy in irrita- 117. Chey WD, Pare P, Viegas A, Ligozio G, Shetzli-
ble bowel syndrome. Gastroenterology 2002; ne MA. Tegaserod for female patients suffering
123:1972-9. from IBS with mixed bowel habits or constipa-
105. Guilarte M, Santos J, De Torres I, Alonso C, Vi- tion: a randomized controlled trial. Am J Gas-
cario M, Ramos L et al. Diarrhoea-predominant troenterol 2008;103:1217-25.
IBS patients show mast cell activation and hy- 118. Johanson JF, Drossman DA, Panas R, Wahle
perplasia in the jejunum. Gut 2007;56:203-9. A, Ueno R. Clinical trial: phase 2 study of lu-
106. Liebregts T, Adam B, Bredack C, Röth A, Heinzel biprostone for irritable bowel syndrome with
S, Lester S et al. Immune activation in patients constipation. Aliment Pharmacol Ther 2008;27:
with irritable bowel syndrome. Gastroentero- 685-96.
logy 2007;132:913-20. 119. Johnston JM, Kurtz CB, MacDougall JE, Lavins
107. Langhorst J, Junge A, Rueffer A, Wehkamp BJ, Currie MG, Fitch DA et al. Linaclotide im-
J, Foell D, Michalsen A et al. Elevated human proves abdominal pain and bowel habits in a
beta-defensin-2 levels indicate an activation phase IIb study of patients with irritable bowel
of the innate immune system in patients with syndrome with constipation. Gastroenterology
irritable bowel syndrome. Am J Gastroenterol 2010;139:1877-86.
2009;104:404-10. 120. Rubin G, De Wit N, Meineche-Schmidt V,
Seifert B, Hall N, Hungin P. The diagnosis of
108. Corinaldesi R, Stanghellini V, Cremon C, Gar- IBS in primary care: consensus development
gano L, Cogliandro RF, De Giorgio R et al. Effect using nominal group technique. Fam Pract
of mesalazine on mucosal immune biomarkers 2006;23:687-92.
in irritable bowel syndrome: a randomized con-
trolled proofof- concept study. Aliment Phar- 121. Thompson WG, Heaton KW, Smyth GT, Smyth
macol Ther 2009;30:245-52. C. Irritable bowel syndrome: the view from
general practice. Eur J Gastroenterol Hepatol
109. Klooker TK, Braak B, Koopman KE, Welting O, 1997;9:689-92.
Wouters MM, Van der Heide S et al. The mast
cell stabiliser ketotifen decreases visceral hy- 122. Ford AC, Spiegel BM, Talley NJ, Moayyedi P.
Small intestinal bacterial overgrowth in irrita-
persensitivity and improves intestinal symp-
ble bowel syndrome: systematic review and
toms in patients with irritable bowel syndro- meta-analysis. Clin Gastroenterol Hepatol
me. Gut 2010;59:1213-21. 2009;7:1279-86.
110. Moayyedi P, Ford AC. Diagnostic criteria for 123. Wedlake L, A’Hern R, Russell D, Thomas K,
Irritable Bowel Syndrome: the more things Walters JR, Andreyev HJ. Systematic review:
change, the more they stay the same. Gas- the prevalence of idiopathic bile acid malab-
troenterol Clin N Am 2011;40:87-103. sorption as diagnosed by SeHCAT scanning in
111. Mearin F, Baró E, Roset M, Badía X, Zárate N. patients with diarrhoea-predominant irrita-
Clinical patterns over time in irritable bowel ble bowel syndrome. Aliment Pharmacol Ther
syndrome: symptom Instability and severity va- 2009;30:707-17.
riability. Am J Gastroenterol 2003;99:113-121. 124. Ford AC, Chey WD, Talley NJ, Malhotra A, Spie-
112. Locke III GR, Weaver AL, Melton III LJ, Talley gel BM, Moayyedi P. Yield of diagnostic tests
NJ. Psycochocial factors in functional gastro- for celiac disease in subjects with symptoms
intestinal disorders. Am J Gastroenterol 2004; suggestive of irritable bowel syndrome: syste-
99:350-357. matic review and meta-analysis. Arch Intern
113. National Institute for Health and Clinical Ex- Med 2009;169:651-8.
cellence. Irritable bowel syndrome in adults: 125. Leeds JS, Hopper AD, Sidhu R, Simmonette A,
diagnosis and management of irritable bowel Azadbakht N, Hoggard N et al. Some patients
syndrome in primary care. Availale at: http:// with irritable bowel syndrome may have exo-
guidance.nice.org.uk/CG61/NICEGuidance/ crine pancreatic insufficiency. Clin Gastroente-
pdf/English. Accessed January 21, 2011. rol Hepatol 2010;8:433-8.
114. Spiller R, Aziz Q, Creed F, Emmanuel A, 126. Bellentani S, Baldoni P, Petrella S, Tata C, Ar-
Houghton L, Hungin P et al. Guidelines on the mocida C, Marchegiano P et al. A simple score
irritable bowel syndrome: mechanisms and for the identification of patients at high risk
practical management. Gut 2007;56:1770-98. of organic diseases of the colon in the family

562
36. Síndrome de intestino irritable

doctor consulting room. The Local IBS Study 140. Van de Voort JL, Murray JA, Lahr BD, Van Dyke
Group. Fam Pract 1990;7:307-12. CT, Kroning CM, Moore SB et al. Lymphocytic
127. Hammer J, Eslick GD, Howell SC, Altiparmak E, duodenosis and the spectrum of coeliac disea-
Talley NJ. Diagnostic yield of alarm features in se. Am J Gastroenterol 2009;104:142-8.
irritable bowel syndrome and functional dys- 141. Jarvinen TT, Kaukinen K, Laurila K, Kyrönpalo
pepsia. Gut 2004;53:666-72. S, Rasmussen M, Mäki M et al. Intraepithelial
128. Lacy BE, Rosemore J, Robertson D, Corbin DA, lymphocytes in coeliac disease. American Jour-
Grau M, Crowell MD. Physicians’ attitudes and nal of Gastroenterology 2003;98:1332-37.
practices in the evaluation and treatment of 142. Settakorn J, Leong AS. Immunohistologic
irritable bowel syndrome. Scand J Gastroente- parameters in minimal morphologic change
rol 2006;41:892-902. duodenal biopsies from patients with clini-
129. Spiegel BM, Farid M, Esrailian E, Talley J, Chang cally suspected gluten-sensitive enteropathy.
L. Is irritable bowel syndrome a diagnosis of Appl Immunohistochem Mol Morphol 2004;12:
exclusion? A survey of primary care providers, 198-204.
gastroenterologists and IBS experts. Am J Gas- 143. Collin P, Wahab PJ, Murray JA. Intraepithelial
troenterol 2010;105:848-58. lymphocytes and coeliac disease. Best Pract
130. Furman DL, Brooks DC. The role of diagnostic Res Clin Gastroenterol 2005;19:341-50.
testing in irritable bowel syndrome. Gastroen- 144. Esteve M, Rosinach M, Fernández-Bañares F,
terol Clin N Am 2011;40:105-19. Farré C, Salas A, Alsina M et al. Spectrum of
131. Cash BD, Schoenfeld PS, Chey WD. The utility gluten-sensitive enteropathy in first-degree
of diagnostic tests in irritable bowel syndrome relatives of patients with coeliac disease: cli-
patients: a systematic review. Am J Gastroente- nical relevance of lymphocytic enteritis. Gut
rol 2002;97:2812-9. 2006;55:1739-45.
132. Whitehead WE, Palsson OS, Feld AD, Levy 145. Aziz J, Evans KE, Lewis NR, Peerally M, Imran
RL, Von Korff M, Turner MJ. Utility of red flag M, Whiteley J et al. The largest systematic and
symptom exclusions in the diagnosis of irrita- prospective evaluation of seronegative villous
ble bowel syndrome. Aliment Pharmacol Ther atrophy doi:10.1136/Gut.2011.239301.1
2006;24:137-46. 146. Lieberman D, Holub J, Eisen G, Kraemer D, Mo-
133. Hamm LR, Sorrells SC, Harding JP, Northcutt rris CD. Utilization of colonoscopy in the Uni-
AR, Heath AT, Kapke GF et al. Additional inves- ted States: results from a national consortium.
tigations fail to alter the diagnosis of irritable Gastrointest Endosc 2005;62:875-83.
bowel syndrome in subjects fulfilling the Rome
criteria. Am J Gastroenterol 1999;94:1279-82. 147. Vanner SJ, Depew WT, Paterson WG, DaCos-
ta LR, Groll AG, Simon JB. Predictive value of
134. Tolliver BA, Herrera JL, DiPalma JA. Evalua- the Rome criteria for diagnosing the irritable
tion of patients who meet clinical criteria for bowel syndrome. Am J Gastroenterol 1999;94:
irritable bowel syndrome. Am J Gastroenterol 2912-7.
1994;89:176-8.
148. Akhtar AJ, Shaheen MA, Zha J. Organic lesions
135. MacIntosh DG, Thompson WG, Patel DG, Barr in patients with irritable bowel syndrome. Med
R, Guindi M. Is rectal biopsy necessary in irri- Sci Monit 2006;12:363-7.
table bowel syndrome? Am J Gastroenterol
1992;87:1407-9. 149. Chey WD, Nojkov B, Rubenstein JH, Dobhan
136. Sanders DS, Carter MJ, Hurlstone DP, Pearce A, RR, Greenson JK, Cash BD et al. The yield of
Ward AM, McAlindon ME et al. Association of colonoscopy in patientswith non-constipated
adult coeliac disease with irritable bowel syn- irritable bowel syndrome: results from a pros-
drome: a case-control study in patients fulfi- pectivecontrolled US trial. Am J Gastroenterol
lling the ROME II criteria referred to secondary 2010;105:859-65.
care. Lancet 2001;358:1504-8. 150. Limsui D, Pardi DS, Camilleri M, Loftus EV Jr,
137. Zipser RD, Patel S, Yahya KZ, Baisch DW, Mo- Kammer PP, Tremaine WJ et al. Symptomatic
narch E et al. Presentations of adult celiac di- overlap between irritable bowel syndrome
sease in a nationwide patient support group. and microscopic colitis. Inflamm Bowel Dis
Dig Dis Sci 2003;48:761-4. 2007;13:175-81.
138. Fasano A, Berti I, Gerarduzzi T, Not T, Colletti 151. Gu HX, Zhang YL, Zhi FC, Jiang B, Huang Y. Or-
RB, Drago S. Prevalence of celiac disease in at- ganic colonic lesions in 3,332 patients with sus-
risk and not at-risk groups in the United Sta- pected irritable bowel syndrome and lacking
tes. A large multicenter study. Arch Intern Med warning signs, a retrospective case-control stu-
2003;163:286-92. dy. Int J Colorectal Dis 2011;26:935-40.
139. Ford AC, Chey WD, Talley NJ, Malhotra A, Spie- 152. O’Brien BH, McClymont K, Brown I. Collage-
gel BM, Moayyedi P. Yield of diagnostic tests nous ileitis: a study of 13 cases. Am J Surg Pa-
for celiac disease in individuals with symptoms thol 2011;35:1151-7.
suggestive of irritable bowel syndrome. Arch 153. Vernia P, Di Camillo M, Marinaro V. Lactose
Intern Med 2009;169:651-8. malabsorption, irritable bowel syndrome and

563
Sección 4. Intestino delgado y colon

self-reported milk intolerance. Dig Liver Dis tigens in irritable bowel syndrome. Am J Gas-
2001;33:234-9. troenterol 2005;100:1550-7.
154. Choi YK, Kraft N, Zimmerman B, Jackson M, 168. Paganelli R, Fagiolo U, Cancian M, Sturniolo
Rao SS. Fructose intolerance in IBS and utility GC, Scala E, D’Offizi GP. Intestinal permeabili-
of fructose-restricted diet. J Clin Gastroenterol ty in irritable bowel syndrome. Effect of diet
2009;42:233-8. and sodium cromoglycate administration. Ann
155. Law D, Conklin J, Pimentel M. Lactose intole- Allergy 1990;64:377-80.
rance and the role of the lactosebreath test. 169. Eswaran S, Tack J. Chey WD. Food: the for-
Am J Gastroenterol 2010;105:1726-8. gotten factor in the Irritable bowel syndrome.
156. Suárez FL, Savaiano DA, Levitt MD. A compari- Gastroenterol Clin N Am 2011;40:141-162.
son of symptoms after theconsumption of milk 170. Locke GR, Zinsmeister AR, Talley NJ, Fett SL,
or lactose-hydrolyzed milk by people with self- Melton LJ. Risk factors for irritable bowel syn-
reported severe lactose intolerance. N Engl J drome: role of analgesics and food sensitivi-
Med 1995;333:1-4. ties. Am J Gastroenterol 2000; 95:157-65.
157. Stark D, Van Hal S, Marriott D, Ellis J, Harkness 171. Niec AM, Frankum B, Talley NJ. Are adverse
J. Irritable bowel syndrome: a review on the food reactions linked to irritable bowel syndro-
role of intestinal protozoa and the importance me? Am J Gastroenterol 1998;93:2184-90.
of their detection and management. Int J Para- 172. Zar S, Benson MJ, Kumar D. Food-specific
sitol 2007;37:11-20. serum IgG4 and IgE titers to common food an-
158. Schoepfer AM, Trummler M, Seeholzer P, Sei- tigens in irritable bowel syndrome. Am J Gas-
bold-Schmid B, Seibold F. Discriminating IBD troenterol 2005;100:1550-7.
from IBS: comparison of the test performance 173. Zar S, Kumar D, Benson MJ. Food hypersen-
of fecal markers, blood leukocytes, CRP, and IBD sitivity and irritable bowel syndrome. Aliment
antibodies. Inflamm Bowel Dis 2008;14:32-9. Pharmacol Ther 2001;15:439-49.
159. Poullis A, Foster R, Mendall MA, Fagerhol MK. 174. Halpert A, Dalton CB, Palsson O, Morris C, Hu Y,
Emerging role of calprotectin in Gastroentero- Bangdiwala S et al. What patients know about
logy. J Gastroenterol Hepatol 2003;18:756-62. irritable bowel syndrome (IBS) and what they
160. Robin C. Spiller. Potential Biomarkers Gas- would like to know. National survey on patient
troenterol Clin N Am 2011;40:121-39. educational needs in IBS and development and
161. Lembo AJ, Neri B, Tolley J, Barken D, Carroll S, validation of the Patient Educational Needs
Pan H. Use of serum biomarkers in a diagnos- Questionnaire (PEQ). Am J Gastroenterol 2007;
tic test for irritable bowel syndrome. Aliment 102(9):1972-82.
Pharmacol Ther 2009;29:834-42. 175. Cianferoni A, Spergel JM. Food allergy: re-
162. Camilleri M, Bharucha AE, Di LC, Hasler WL, view, classification and diagnosis. Allergol Int
Prather CM, Rao SS et al. American Neuro- 2009;58:457–66.
Gastroenterology and Motility Society con- 176. Tobin MC, Moparty B, Farhadi A, DeMeo MT,
sensus statement on intraluminal measure- Bansal PJ, Keshavarzian A. Atopic irritable
ment of gastrointestinal and colonic motility bowel syndrome: a novelsubgroup of irritable
in clinical practice. Neurogastroenterol Motil bowel syndrome with allergic manifestations.
2008;20:1269-82. Ann Allergy Asthma Immunol 2008;100:49-53.
163. Dorn SD, Palsson OS, Thiwan SI, Kanazawa M, 177. Lillestol K, Helgeland L, Arslan Lied G, Flor-
Clark WC, Van Tilburg MA et al. Increased colo- vaag E, Valeur J, Lind R et al. Indications of
nic pain sensitivity in irritable bowel syndrome ‘atopic bowel’ in patients with self-reported
is the result of an increased tendency to report food hypersensitivity. Aliment Pharmacol Ther
pain rather than increased neurosensory sensi- 2010;31:1112-22.
tivity. Gut 2007;56:1202-9. 178. Ohman L, Simren M. Pathogenesis of IBS: role
164. Naliboff BD, Berman S, Suyenobu B, Labus JS, of inflammation, immunity and neuroimmune
Chang L, Stains J et al. Longitudinal change in interactions. Nat Rev Gastroenterol Hepatol
perceptual and brain activation response to 2010;7:163-73.
visceral stimuli in irritable bowel syndrome pa- 179. Atkinson W, Sheldon TA, Shaath N, Whorwell
tients. Gastroenterology 2006;131:352-65. PJ. Food elimination based on IgG antibodies in
165. Bischoff SC, Herrmann A, Manns MP. Prevalen- irritable bowel syndrome: a randomised con-
ce of adverse reactions to food in patients with trolled trial. Gut 2004; 53:1459-64.
gastrointestinal disease. Allergy 1996;51:811-8. 180. Carroccio A, Brusca I, Mansueto P, Pirrone G,
166. Neri M, Laterza F, Howell S, Di Gioacchino M, Barrale M, Di Prima L et al. A cytologic assay for
Festi D, Ballone E et al. Symptoms discriminate diagnosis of food hypersensitivity in patients
irritable bowel syndrome from organic gastro- with irritable bowel syndrome. Clin Gastroen-
intestinal diseases and food allergy. Eur J Gas- terol Hepatol 2010;8:254-60.
troenterol Hepatol 2000;12:981-8. 181. Bischoff SC, Mayer J, Wedemeyer J, Meier PN,
167. Zar S, Benson MJ, Kumar D. Food-specific Zeck-Kapp G, Wedi B et al. Colonoscopic aller-
serum IgG4 and IgE titers to common food an- gen provocation (COLAP): a new diagnostic

564
36. Síndrome de intestino irritable

approach for gastrointestinal food allergy. Gut proves mood and gastrointestinal disturbances
1997;40:745-53. in fructose malabsorbers. Scand J Gastroente-
182. Saito Loftus Y, Almazar Elder A, Larson J et al. rol 2000;35:1048-52.
ROME Criteria for Irritable Bowel Syndrome 196. Fernández-Banares F, Rosinach M, Esteve M,
(IBS) should be a quantitative trait and not a Forné M, Espinós JC, María Viver J. Sugar ma-
qualitative trait. Am J Gastroenterol 2008;103 labsorption in functional abdominal bloating: a
(Suppl 1):S472. pilot study on the long-term effect of dietary
183. Wahnschaffe U, Schulzke JD, Zeitz M et al. Pre- treatment. Clin Nutr 2006;25:824-31.
dictors of clinical response to gluten-free diet 197. Ford AC, Talley NJ, Spiegel BM et al. Effect of
in patients diagnosed with diarrhea-predomi- fibre, antispasmodics, and peppermint oil in
nant irritable bowel syndrome. Clin Gastroen- the treatment of irritable bowel syndrome:
terol Hepatol 2007;5:844-50. systematic review and meta-analysis. BMJ
184. Wahnschaffe U, Ullrich R, Riecken EO et al. 2008;337:a2313.
Celiac disease-like abnormalities in a subgroup 198. Francis CY, Whorwell PJ. Bran and irritable
of patients with irritable bowel syndrome. Gas- bowel syndrome: time for reappraisal. Lancet
troenterology 2001;121:1329-38. 1994;344(8914):39-40.
185. Verdu EF, Armstrong D, Murray JA. Between 199. Bijkerk CJ, De Wit NJ, Muris JW et al. Soluble or
celiac disease and irritable bowel syndrome: insoluble fibre in irritable bowel syndrome in
the “no man’s land” of gluten sensitivity. Am J primary care? Randomised placebo controlled
Gastroenterol 2009;104:1587-94. trial. BMJ 2009;339:b3154.
186. Troncone R, Franzese A, Mazzarella G et al. 200. Darvish-Damavandi M, Nikfar S, Abdollahi M.
Gluten sensitivity in a subset of children with A systematic review of efficacy and tolerabili-
insulin dependent diabetes mellitus. Am J Gas- ty of mebeverine in irritable bowel syndrome.
troenterol 2003;98:590-5. World J Gastroenterol 2010;16:547-53.
187. Marsh MN. Gluten, major histocompatibility 201. Poynard T, Regimbeau C, Benhamou Y. Meta-
complex, and the small intestine. A molecular analysis of smooth muscle relaxants in the
and immunobiologic approach to the spectrum treatment of irritable bowel syndrome. Ali-
of gluten sensitivity (‘celiac sprue’). Gastroen- ment Pharmacol Ther 2001;15:355-61.
terology 1992;102:330-45. 202. Saad RJ, Peripherally acting therapies for the
188. Kaukinen K, Maki M, Partanen J, Sievänen H, treatment of irritable bowel syndrome. Gas-
Collin P. Celiac disease without villous atro- troenterol Clin N Am 2011;40:163-182.
phy: revision of criteria called for. Dig Dis Sci 203. Ford AC, Brandt LJ, Young C, Chey WD, Foxx-
2001;46:879-87. Orenstein AE, Moayyedi P. Efficacy of 5-HT3 an-
189. Mino M, Lauwers GY. Role of lymphocytic im- tagonists and 5-HT4 agonists in irritable bowel
munophenotyping in the diagnosis of gluten- syndrome: systematic review and meta-analy-
sensitive enteropathy with preserved villous ar- sis. Am J Gastroenterol 2009;104(7):1831-43.
chitecture. Am J Surg Pathol 2003;27:1237-42. 204. Chang L, Tong K, Ameen V. Ischemic colitis and
190. O´Mahony S, Vestey PJ, Ferguson A. Similari- complications of constipation associated with
ties in intestinal humoral immunity in derma- the use of alosetron under a risk management
titis herpetiformis without enteropathy and in plan: clinical characteristics, outcomes, and in-
celiac disease. Lancet 1990;335:1487-90. cidences. Am J Gastroenterol 2010;105:866-75.
191. Salmi TT, Collin P, Jarvinen O et al. Immunog- 205. Muller-Lissner SA, Fumagalli I, Bardhan KD,
lobulin A autoantibodies against transglutami- Pace F, Pecher E, Nault B et al. Tegaserod, a
nase 2 in the small intestinal mucosa predict 5-HT(4) receptorpartial agonist, relieves symp-
forthcoming coeliac disease. Aliment Pharma- toms in irritable bowel syndrome patients with
col Ther 2006;24:541-52 . abdominal pain, bloating and constipation. Ali-
192. Heizer WD, Southern S, McGovern S. The role ment Pharmacol Ther 2001;15:1655-66.
of diet in symptoms of irritable bowel syndro- 206. Novick J, Miner P, Krause R, Glebas K, Bliesath
me in adults: a narrative review. J Am Diet As- H, Ligozio G et al. A randomized, double-blind,
soc 2009;109:1204-14. placebo controlled trial of tegaserod in female
193. Corlew-Roath M, Di Palma JA. Clinical impact patients suffering from irritable bowel syndro-
of identifying lactose maldigestion or fructo- me with constipation. Aliment Pharmacol Ther
se malabsorption in irritable bowel syndrome 2002;16:1877-88.
or other conditions. South Med J 2009;102: 207. Anderson JL, May HT, Bair TL, Muhlestein JB,
1010-2. Horne BD, Carlquist JF. Lack of association of
194. Gibson PR, Newnham E, Barrett JS et al. Re- tegaserod with adverse cardiovascular outco-
view article: fructose malabsorption and mes in a matched case-control study. J Cardio-
the bigger picture. Aliment Pharmacol Ther vasc Pharmacol Ther 2009;14:170-5.
2007;25:349–63. 208. Loughlin J, Quinn S, Rivero E, Wong J, Huang
195. Ledochowski M, Widner B, Bair H, Probst T, Fu- J, Kralstein J et al. Tegaserod and the risk of
chs D. Fructose- and sorbitol-reduced diet im- cardiovascular ischemic events: an observatio-

565
Sección 4. Intestino delgado y colon

nal cohort study. J Cardiovasc Pharmacol Ther domized-controlled study. Aliment Pharmacol
2010;15:151-7. Ther 2005;22:381-5.
209. Johanson JF, Ueno R. Lubiprostone, a loca- 222. Tack J, Broekaert D, Fischler B, Van Oudenhove
lly acting chloride channel activator,in adult L, Gevers AM, Janssens J. A controlled crosso-
patients with chronic constipation: a double- ver study of the selective serotonin reuptake
blind, placebo-controlled,dose-ranging study inhibitor citalopram in irritable bowel syndro-
to evaluate efficacy and safety. Aliment Phar- me. Gut 2006;55:1095-103.
macol Ther 2007;25:1351-61. 223. Talley NJ, Kellow JE, Boyce P, Tennant C, Huskic
210. Johanson JF, Morton D, Geenen J, Ueno R. S, Jones M. Antidepressant therapy (imiprami-
Multicenter, 4-week, double-blind, randomi- ne and citalopram) for irritable bowel syndro-
zed, placebo-controlled trial of lubiprostone, a me: a double-blind, randomized, placebo con-
locally-acting type-2 chloride channel activator, trolled trial. Dig Dis Sci 2008;53:108–15
in patients with chronic constipation. Am J Gas- 224. Masand PS, Pae CU, Krulewicz S, Peindl K,
troenterol 2008;103:170-7. Mannelli P, Varia IM et al. A double-blind, ran-
211. Barish CF, Drossman D, Johanson JF, Ueno domized, placebo controlled trial of paroxetine
R. Efficacy and safety of lubiprostone in pa- controlled-release in irritable bowel syndrome.
tients with chronic constipation. Dig Dis Sci Psychosomatics 2009;50:78-86.
2010;55:1090-7. 225. Brennan BP, Fogarty KV, Roberts JL, Reynolds
212. Johanson JF, Drossman DA, Panas R, R, Wahle KA, Pope HG Jr, Hudson JI. Duloxetine in the
A, Ueno R. Clinical trial: phase 2 study of lu- treatment of irritable bowel syndrome: an
biprostone for irritable bowel syndrome with open-label pilot study. Hum Psychopharmacol
constipation. Aliment Pharmacol Ther 2008; 2009;24:423-8.
27:685-96. 226. Chial HJ, Camilleri M, Ferber I, Delgado-Aros
213. Drossman DA, Chey WD, Johanson JF, Fass R, S, Burton D, McKinzie S et al. Effects of venla-
Scott C, Panas R. Clinical trial: lubiprostone in- faxine, buspirone, and placebo on colonic sen-
patients with constipation-associated irritable sorimotor functions in healthy humans. Clin
bowel syndrome–results of two randomized, Gastroenterol Hepatol 2003;1:211-8.
placebo-controlled studies. Aliment Pharmacol 227. Grover M, Dorn SD, Weinland SR, Dalton CB,
Ther 2009;29:329-41. Gaynes BN, Drossman DA et al. Atypical an-
214. Grover M, Drossman DA. Centrally acting the- tipsychotic quetiapine in the management of
rapies for irritable bowel syndrome. Gastroen- severe refractory functional gastrointestinal
terol Clin N Am 2011;40:183-206. disorders. Dig Dis Sci 2009;54:1284-91.
215. Lydiard RB. Irritable bowel syndrome, anxiety, 228. Moss-Morris R, McAlpine L, Didsbury L, Spence
and depression: what are the links? J Clin Psy- MJ. A randomized controlled trial of a cognitive
chiatry 2001;62(Suppl 8):38-45. behavioural therapy-based self-management
216. Drossman DA. Mind over matter in the postin- intervention for irritable bowel syndrome in
fective irritable bowel. Gut 1999;44:306-7. primary care. Psychol Med 2010;40:85-94.
217. Ford AC, Talley NJ, Schoenfeld PS. Efficacy of 229. Lackner JM, Gudleski GD, Keefer L, Krasner SS,
antidepressants and psychological therapies in Powell C, Katz LA. Rapid response to cognitive
irritable bowel syndrome: systematic review behaviour therapy predicts treatment outco-
and meta-analysis. Gut 2009;58:367-78. me in patients with irritable bowel syndrome.
218. Brunoni AR, Lopes M, Fregni F. A systematic Clin Gastroenterol Hepatol 2010;8:426-32.
review and meta-analysis of clinical studies on 230. Reme SE, Kennedy T, Jones R, Chalder T. Pre-
major depression and BDNF levels: implications dictors of treatment outcome after cognitive
for the role of neuroplasticity in depression. Int behavior therapy and antispasmodic treatment
J Neuropsychopharmacol 2008;11:1169-80. for patients with irritable bowel syndrome in
219. Thoua NM, Murray CD, Winchester WJ et al. primary care. J Psychosom Res 2010;68:385-8.
Amitriptyline modifies the visceral hypersensi- 231. Lackner JM, Jaccard J, Krasner SS, Katz LA,
tivity response to acute stress in the irritable Gudleski GD, Blanchard EB. How does cognitive
bowel syndrome. Aliment Pharmacol Ther behavior therapy for irritable bowel syndrome
2009;29:552-60. work? A mediational analysis of a randomi-
220. Drossman DA, Toner BB, Whitehead WE, Dia- zed clinical trial. Gastroenterology 2007;133:
mant NE, Dalton CB, Duncan S et al. Cognitive- 433-44.
behavioral therapy versus education and desi- 232. Van der Veek PP, Van Rood YR, Masclee AA.
pramine versus placebo for moderate to severe Clinical trial: short- and long-term benefit of re-
functional bowel disorders. Gastroenterology laxation training for irritable bowel syndrome.
2003;125:19-31. Aliment Pharmacol Ther 2007;26:943-52.
221. Vahedi H, Merat S, Rashidioon A, Ghoddoosi 233. Lahmann C, Rohricht F, Sauer N, Noll-Hus-
A, Malekzadeh R. The effect of fluoxetine in pa- song M, Ronel J, Henrich G et al. Functional
tients with pain and constipation-predominant relaxation as complementary therapy in irri-
irritable bowel syndrome: a double-blind ran- table bowel syndrome: a randomized, contro-

566
36. Síndrome de intestino irritable

lled clinical trial. J Altern Complement Med syndrome. World J Gastroenterol 2008;14:
2010;16:47-52. 2650-61.
234. Guthrie E, Creed F, Dawson D, Tomenson B. A 248. Hoveyda N, Heneghan C, Mahtani KR, Perera
controlled trial of psychological treatment for R, Roberts N, Glasziou P. A systematic review
the irritable bowel syndrome. Gastroenterolo- and metaanalysis: probiotics in the treatment
gy 1991;100:450-7. of irritable bowel syndrome. BMC Gastroente-
235. Hamilton J, Guthrie E, Creed F, Thompson D, rol 2009;9:15.
Tomenson B, Bennett R. A randomized con- 249. Moayyedi P, Ford AC, Talley NJ, Cremonini F,
trolled trial of psychotherapy in patients with Foxx-Orenstein AE, Brandt LJ et al. The effi-
chronic functional dyspepsia. Gastroenterolo- cacy of probiotics in the therapy of irritable
gy 2000;119:661-9. bowel syndrome: a systematic review. Gut
236. Hyphantis T, Guthrie E, Tomenson B, Creed 2010;59:325-32.
F. Psychodynamic interpersonal therapy and 250. Brenner DM, Moeller MJ, Chey WD, Schoenfeld
improvement in interpersonal difficulties in PS. The utility of probiotics in the treatment of
people with severe irritable bowel syndrome. irritable bowel syndrome: a systematic review.
Pain 2009;145:196-203. Am J Gastroenterol 2009;104:1033-49.
237. Whorwell PJ, Prior A, Faragher EB. Controlled 251. O’Mahony L, McCarthy J, Kelly P, Hurley G, Luo
trial of hypnotherapy in the treatment of seve- F, Chen K et al. A randomized, placebo-contro-
re refractory irritable-bowel syndrome. Lancet lled, double-blind comparison of the probiotic
1984;2(8414):1232-4. bacteria Lactobacillus and Bifidobacterium in
238. Whitehead WE. Hypnosis for irritable bowel irritable bowel syndrome (IBS): symptom res-
syndrome: the empirical evidence of thera- ponses and relationship to cytokine profiles.
peutic effects. Int J Clin Exp Hypn 2006;54:7-20. Gastroenterology 2005;128:541-51.
239. Gonsalkorale WM, Miller V, Afzal A, Whorwell 252. Whorwell PJ, Altringer L, Morel J, Bond Y, Char-
PJ. Long term benefits of hypnotherapy for irri- bonneau D, O’Mahony L et al. Efficacy of an en-
table bowel syndrome. Gut 2003;52:1623-9. capsulated probiotic Bifidobacterium infantis
35624 in women with irritable bowel syndro-
240. Gonsalkorale WM, Houghton LA, Whorwell PJ. me. Am J Gastroenterol 2006;101:326-33.
Hypnotherapy in irritable bowel syndrome: a
large-scale audit of a clinical service with exa- 253. Vos AP, M’Rabert L, Stahl B, Boehm G, Garssen
mination of factors influencing responsiveness. J. Immunomodulatory effects and potential
Am J Gastroenterol 2002;97:954-61. working mechanisms of orally applied non-
digestible carbohydrates. Crit Rev Immunol
241. Lea R, Houghton LA, Calvert EL, Larder S, Gon- 2007;27:97-140.
salkorale WM, Whelan V et al. Gut-focused hyp-
notherapy normalizes disordered rectal sensiti- 254. Silk DBA, Davis A, Vulevic J, Tzortzis G, Gibson
vity in patients with irritable bowel syndrome. GR. Clinical trial: the effects of a transgalac-
Aliment Pharmacol Ther 2003;17:635-42. tooligosaccheride on faecal microbiota and
symptoms in irritable bowel syndrome. Ali-
242. Palsson OS, Turner MJ, Johnson DA, Burnett ment Pharmacol Ther 2009;29:508-18.
CK, Whitehead WE. Hypnosis treatment for se-
vere irritable bowel syndrome: investigation of 255. Bouhnik Y, Neut C, Raskine L, Michel C, Riottot
M, Andrieux C et al. Prospective, randomized,
mechanism and effects on symptoms. Dig Dis parallel-group trial to evaluate the effects of
Sci 2002;47:2605-14. lactulose and polyethylene glycol-4000 on co-
243. Gonsalkorale WM, Toner BB, Whorwell PJ. lonic flora in chronic idiopathic constipation.
Cognitive change inpatients undergoing hyp- Aliment Pharmacol Ther 2004;19:889-99.
notherapy for irritable bowel syndrome. J Psy- 256. Andriulli A, Neri M, Loguercio C, Terreni N,
chosom Res 2004;56:271-8. Merla A, Cardarella MP et al. Clinical trial on
244. Ljotsson B, Andreewitch S, Hedman E, Rück C, the efficacy of a new symbiotic formulation,
Andersson G, Lindefors N. Exposure and min- Flortec, in patients with irritable bowel syn-
dfulness based therapy for irritable bowel syn- drome: a multicenter, randomized study. J Clin
drome—an open pilot study. J Behav Ther Exp Gastroenterol 2008;42:S218-23.
Psychiatry 2010;41:185-90. 257. Colecchia A, Vestito A, La Rocca A, Pasqui F,
245. Chang L, Drossman DA. Optimizing patient Nikiforaki A, Festi D et al. Effect of a symbio-
care: the psychosocial interview in the irritable tic preparation onthe clinical manifestations
bowel syndrome. Clin Perspect Gastroenterol of irritable bowel syndrome, constipation-
2002;5:336-41. variant. Results of an open, uncontrolled mul-
246. Quigley EMM. Therapies aimed at the Gut mi- ticenter study. Minerva Gastroenterol Dietol
crobiota and inflammation: antibiotics, prebio- 2006;52:349-58.
tics, probiotics, synbiotics, anti-inflammatory 258. Tsuchiya J, Barreto R, Okura R, Kawakita S, Fes-
therapies. Gastroenterol Clin N Am 2011;40: ce E, Marotta F. Single-blind follow-up study
207-222. on the effectiveness of a symbiotic prepara-
247. McFarland LV, Dublin S. Meta-analysis of pro- tion in irritable bowel syndrome. Chin J Dig Dis
biotics for the treatment of irritable bowel 2004;5:169-74.

567
Sección 4. Intestino delgado y colon

259. Dughera L, Elia C, Navino M et al. Effects of luate the safety and tolerability of prucalopri-
symbiotic preparations on constipated irrita- de oral solution in constipated elderly patients
ble bowel syndrome symptoms. Acta Biomed living in a nursing facility. Gastroenterology
2007;78:111-6. 2009;136:A46.
260. Lembo A, Zakko SF, Ferreira NL. Rifaximin for 270. Andresen V, Camilleri M, Busciglio IA et al.
the treatment of diarrhea associated irrita-
Effect of 5 days linaclotide on transitand bowel
ble bowel syndrome: short-term treatment
leading to longterm sustained response. Gas- function in females with constipation-predo-
troenterology 2008;134:A-545. minant irritable bowel syndrome. Gastroente-
261. Dear KL, Elia M, Hunter JO. Do interventions rology 2007;133:761-8.
which reduce colonic bacterial fermentation 271. Johnston JM, Kurtz CB, Drossman DA, Lem-
improve symptoms of irritable bowel syndro- bo AJ, Jeglinski BI, MacDougall JE et al. Pilot
me? Dig Dis Sci 2005;50:758-66. study on the effect of linaclotidein patients
262. Lunardi C, Bambara LM, Biasi D, Cortina P, Pe- with chronic constipation. Am J Gastroenterol
roli P, Nicolis F et al. Double-blind crossover 2009;104:125-32.
trial of oral sodium cromoglycate in patients 272. Lembo AJ, Kurtz CB, Macdougall JE, Lavins BJ,
with irritable bowel syndrome due to food in-
tolerance. Clin Exp Allergy 1991;21:569-72. Currie MG, Fitch DA et al. Efficacy of linacloti-
de for patients with chronic constipation. Gas-
263. Stefanini GF, Saggioro A, Alvisi V, Angelini G,
Capurso L, Di Lorenzo G et al. Oral cromolyn troenterology 2010;138:886-95, e881.
sodium in comparisonwith elimination diet in 273. Carson RT, Tourkodimitris S, MacDougall JE,
the irritable bowel syndrome, diarrheic type. et al. Effect of linaclotide on quality of life
Multicenter study of 428 patients. Scand J Gas- in adults with chronic constipation: results
troenterol 1995;30:535-41. from 2 randomized, double blind, placebo-
264. Maneerattanaporn M, Chang L, Chey WD controlled phase III trials. Gastroenterology
Emerging pharmacological therapies for the 2010;139:e19.
irritable bowel syndrome. Gastroenterol Clin N 274. Lembo AJ, Schneier H, Lavins BJ et al. Effica-
Am 2011;40:223-43.
cy and safety of once daily linaclotide admi-
265. Lacy B, Everhart K, Weiser K et al. Medication nistered orally for 12-weeks in patients with
risk taking behavior in IBS patients. Am J Gas-
troenterol 2009;104:S489. chronic constipation: results from 2 rando-
266. Camilleri M, Kerstens R, Rykx A, Vandeplassche mized, double-blind, placebo-controlled pha-
L. A placebo-controlled trial of prucalopride se 3 trials [abstract#286]. Gastroenterology
for severe chronic constipation. N Engl J Med 2010;138:S53.
2008;358:2344-54. 275. Forest Laboratories I, Ironwood Pharmaceuti-
267. Tack J, Van Outryve M, Beyens G, Kerstens R, cals I. Ironwood and forest announce positive
Vandeplassche L. Prucalopride (Resolor) in the linaclotide results from second phase 3 trial
treatment of severe chronic constipation in pa- in patients with irritable bowel syndrome
tients dissatisfied with laxatives. Gut 2009;58: with constipation. Available at: http://www.
357-65. ironwoodpharma.com/newsPDF/IRWD.FRX.
268. Quigley EM, Vandeplassche L, Kerstens R, Ph3.MCP-103-302.11.01.10.pdf. Accessed De-
Ausma J. Clinical trial: the efficacy, impact on cember 2, 2010.
quality of life, and safety and tolerability of
prucalopride in severe chronic constipation—a 276. Biesiekierski JR, Newnham ED, Irving PM,
12-week, randomized, double-blind, placebo- Barrett JS, Haines MJ, Doecke JD et al. Gluten
controlled study. Aliment Pharmacol Ther causes gastrointestinal symptoms in subjects
2009;29:315-28. without celiac disease: a double-blind rando-
269. Camilleri M, Kerstens R, Beyens G et al. A mized placebo-controlled trial. Am J Gastroen-
Double-blind, placebo-controlled trial to eva- terol 2011;106:508-14.

568

También podría gustarte