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Una vez analizado este punto nos adentraremos en el caso que nos trae a este
tema, el asesinato de la señora Abril Pérez Sagaón, el cual se da en un contexto
tal, que todas las condiciones convergieron para crear una bomba que detono a
toda una sociedad que se ha volcado en torno a este suceso.
Uno de los elementos mas importantes es sin duda el hecho de tratarse de una
mujer, en un momento de efervescencia social, en el cual las mujeres exigen
mayor seguridad para ellas, esto derivado de una alza en el índice de feminicidios
y de agresiones ocurridos a lo largo de todo el país, coincidentemente, el
asesinato de la señora Abril ocurre al mismo tiempo que se desarrolla una marcha
feminista en repudio a la violencia de género, esto sin duda le da un matiz al
hecho.
Otro elemento de relevancia al caso es el hecho de que ya había antecedentes,
existía una denuncia formal por intento de feminicidio de parte de la victima
interpuesta a su exesposo, esto después de una brutal agresión, la cual no fue
impedimento para que el hecho se consumara, ya que al imputado no se le
impuso la prisión preventiva, como en teoría y de acuerdo a la ley lo ameritaba,
esto deja claro que el homicidio fue un hecho que a todas luces se pudo evitar si
la autoridad hubiera actuado de a cuerdo al procedimiento vigente.
LOS HECHOS
Dos personas a bordo de una motocicleta se situaron a la misma altura del auto
mientras circulaba Circuito Interior Río Churubusco, en la Colonia El Carmen y
dispararon al asiento del copiloto, donde Pérez Sagaón viajaba. La balas entraron
una por el cráneo y la otra por la espalda. A pesar de que fue trasladada a un
hospital cercano para una pronta atención, murió.
De 46 años, era madre de tres, una joven de 18 años y dos hombres de 16 y
14. Pertenecía al Movimiento Familiar Cristiano y a otras asociaciones católicas
en pro de la familia.
Estuvo casada durante 25 años con Juan Carlos García, ex director de Amazon
México y actual director de comercio digital de la multinacional de Elektra, quien
la celaba, la acosaba y controlaba sus salidas.
La violencia ejercida por él escaló hasta intentar degollarla con una navaja y
golpearla con un bat en la cabeza. El 4 de enero de este año, la señora Abril
dormía, García la golpeó con un bate de béisbol, contó su hermano.
Ella despertó pensando que estaba temblando y le había caído una loza encima,
pero al darse cuenta de que había sido golpeada por su esposo intentó escapar.
Recibió dos golpes más con el mismo objeto y habría muerto si su hijo mediano
no hubiera intercedido.
Los tres golpes con el bate que García le dio a Pérez Sagaón le provocaron
fractura de cráneo, además de un corte en el cuello y la barbilla.
Después de este ataque del 4 de enero, Abril fue llevada al hospital. Al salir acusó
a su esposo de intento de asesinato, en la modalidad de feminicidio y logró que
le interpusieran como medida cautelar prisión preventiva.
PROCESO JUDICIAL
En este suceso queda en evidencia que el actuar del sistema judicial encargado
del desahogo del proceso del caso de la señora Abril tuvo fallas tanto de
procedimiento como de interpretación, lo cual tuvo como repercusión inmediata
el homicidio.
El actuar del juez de control Federico Mosco González queda en entredicho, esto
al sustentar su determinación de no ordenar la prisión preventiva al imputado en
el supuesto de que “de haber querido asesinarla lo hubiera hecho” argumentando
que los elementos existentes ya mencionados no eran suficientes para
pronunciarse en favor de la prisión preventiva.
Por su parte el juez Luis Alejandro Diaz Antonio deja claras dudas sobre su
interpretación de la ley al momento de juzgar los hechos, pues a pesar de ordenar
la prisión preventiva al mismo tiempo reclasifico el delito, para tipificarlo solo
como lesiones graves, lo cual automáticamente no da cabida a la imposición de
la prisión preventiva ya que de acuerdo con el Código Penal Vigente en la Ciudad
de México este delito no amerita prisión preventiva.