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Falacias

Frecuentemente nos encontramos frente a razonamientos que parecen aceptables, pero que, tras un análisis en
profundidad, podemos concluir que son débiles, o incluso inválidos desde un punto de vista lógico. A estos
razonamientos engañosos se les llaman falacias, y son mucho más comunes de lo que desearíamos. Son creencias
erróneas que resultan de razonamientos erróneos, basados en argumentos de poca solidez. Podemos incurrir en ellos de
forma involuntaria, por ignorancia, aunque lamentablemente también se usan adrede. Para evitar usarlos -y evitar ser
engañados por ellos-, es necesario poderlos reconocer.
Hay muchas clasificaciones, pero en términos generales, hay falacias del lenguaje, formales, e informales. En
este material, nos enfocaremos en las más comunes: las del lenguaje, y las informales.
Falacias del lenguaje: consisten, básicamente, en utilizar expresiones ambiguas o de significado poco preciso.
Analicemos esta proposición:
“Los hombres y las mujeres no son iguales, por eso no pueden tener los mismos derechos”1
Es una falacia del lenguaje, porque “la palabra "igual" se refiere a una cuestión física y biológica, y la palabra "mismos",
que se relaciona obviamente con el concepto de igualdad, aparece en la segunda parte de la oración, pero con un sentido
distinto, que está en relación con los derechos de las personas”2.
Falacias informales: estas falacias presentan errores en la estructura lógica de la argumentación, por lo cual resulta
inválida (o sea, carece de valor, desde un punto de vista racional). Hay diversos tipos3, y entre las más comunes (aunque
no las únicas) están:
* Ad Hominem: consiste en atacar a la persona que emite un argumento, desacreditándole para que los demás no lo
tengan en consideración: “Los hombres no pueden opinar sobre el aborto, porque no tienen útero”
* Ad Baculum: consiste en sostener la validez de un argumento basándose en la fuerza, temor o amenaza pero sin
aportar razones: “Lo tienes que hacer porque aquí se hace lo que yo diga “
* Ad Verecundiam: consiste en aludir al prestigio de la persona o grupo pero sin aportar razones: “Pero tiene que ser
verdad porque lo ha dicho la tele”, o “porque lo dijo X artista”, si ese artista no es experto en el tema en cuestión.

* Ad Populum: consiste en afirmar algo que es de la opinión favorable de la gente, en lugar de presentar razones. Suele
utiliza un discurso populista y seductor: “Esta ley no es buena porque ningún país del mundo tiene nada igual”, o más
simple todavía: “Si todos lo hacen, debe ser bueno”.

* Ad Ignorantiam: consiste en afirmar que algo es verdad solo porque hasta el momento no se ha podido probar que
es falso (o viceversa): “Nadie ha demostrado que hay vida en otros planetas, así que no hay”

* Ad Antiquitatem: consiste en hacer creer que lo correcto o verdadero es aquello que lleva haciéndose desde hace
mucho tiempo: “Las mujeres deben quedarse en casa porque así se ha hecho siempre”

* Ad Novitatem: consiste en hacer creer que una idea es correcta o mejor por el hecho de ser más moderna. Es una
falacia ampliamente usada en publicidad: “La música actual es mejor que la de los 80 gracias a la calidad de los
modernos sintetizadores”

* Post Hoc, Ergo Propter Hoc: consiste en hacer creer que una cosa es causa de otra por el hecho de suceder antes:
“Rompí un espejo y al día siguiente recibí una mala noticia, por lo tanto romper un espejo da mala suerte”

* Muñeco de Paja: consiste en ridiculizar al oponente exagerando o tergiversando su argumento: “Los ecologistas se
preocupan más por el bienestar de los gusanos y lombrices que por el de las personas”

1https://www.edu.xunta.gal/centros/cafi/aulavirtual2/pluginfile.php/26707/mod_resource/content/0/Unidad_6/Web_falacias/falacias_del_lenguaj

e.html
2 Íbid.
3 Extraídos y adaptados de https://www.retoricas.com/2015/03/ejemplos-de-falacias-informales.html

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