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HART sostiene que: “El Control Jurídico, en forma primaria aunque no exclusiva, es un
Control mediante directivas que en este doble sentido son generales”.
Estas formas particularizadas de control social, o bien son excepcionales, o bien constituyen
refuerzos de normas generales de directivas que no nombran a individuos particulares…no
están dirigidas hacia ellos, no indican un acto particular a ser realizado. De ahí, que la forma
típica, incluso una ley criminal es GENERAL de dos maneras:
a) indica un tipo de conducta general
b) se aplica a una clase general de individuos de quienes se esperan que cumplan
con lo prescripto.
Nos ilustra HART, que si comparamos la variedad de tipos diferentes de normas jurídicas que
aparecen en un sistema moderno (sociedad grande y compleja), brota una multitud de
objeciones.
Objeciones que se refieren al CONTENIDO: existen normas donde no cabe la analogía
existente entre nuestro modelo (órdenes generales respaldadas por amenazas) y el derecho
penal/civil (infracción/deberes –sanción) como por ejemplo, aquellas reglas que regulan la
manera de realizar contratos, celebrar matrimonio u otorgar testamentos válidos, porque
estas normas no imponen deberes u obligaciones, solamente, otorgan facilidades para llevar
adelante esos actos o llevar a cabo sus deseos; el incumplimiento de esas maneras de
ejecutar dichos actos no lleva consigo una sanción, o una pena, sino, la NULIDAD de los
mismos.
Para ser claros: estas normas que acuerdan facilidades expresan: “si uds. desean hacer
esto, ésta es la manera de hacerlo” En cambio, en nuestro modelo, a semejanza de las
leyes penales, expresan: “haga esto, le guste o no, pero debe hacerlo”.-
Objeciones que se refieren a su ORIGEN: Tanto la sanción de una ley, como el dar una orden,
es un acto deliberado de origen cierto. Existe un procedimiento para ello. Pero el tipo de
normas que contradicen esta pretensión es la COSTUMBRE; y aquí, HART propone la
discusión de que si la costumbre es realmente fuente creadora de derecho, porque para
hacerlo, debería necesariamente tener el reconocimiento jurídico, y esto no siempre ocurre.
Concluyendo, que esta discusión no va a conducir a resolver el tema, y mucho menos, que
alguna vez se llegue a un acuerdo generalizado de los grandes pensadores que dedican su
vida a encontrar las respuestas justas para colaborar científicamente con el objeto del
conocimiento.
Sobre la persistencia del derecho: Una norma se mantiene vigente por el principio de
obediencia y mientras el creador de ésta, sea obedecido; como la regla sigue siendo
aceptada, así mismo fue anteriormente aceptada para el caso de los legisladores
anteriores. HOBBES, luego BENTHAM y AUSTIN, plantean: “el legislador no es aquel bajo
cuya autoridad la ley fue hecha por vez primera, sino aquél por cuya autoridad continúa
hoy siendo ley”.-
HART parte de la idea de que la raíz del fracaso con los cuales se construyó la Teoría del
Derecho, es que sus elementos constitutivos: ideas- órdenes – obediencia – hábitos y
amenazas, no incluyen, ni pueden producir mediante su combinación, la idea de REGLA, sin
la cual no podemos siquiera abrigar la esperanza de llegar a elucidar las formas más
elementales de Derecho. Dice HART, que para hacer justicia a la complejidad de un sistema
jurídico, es necesario distinguir entre las reglas consideradas primarias o de tipo
básico donde se prescribe u omite las acciones que deben hacerse (lo quieran o no); de las
secundarias que establecen que los seres humanos pueden, haciendo o diciendo ciertas
cosas, introducir nuevas reglas del tipo primario, extinguir o modificar las anteriores o controlar
los efectos de aquellas.
Las Primarias imponen una obligación, DEBERES, las secundarias, confieren
potestades públicas o privadas. Las del primer tipo se refieren a acciones o cambios físicos;
las del segundo tipo prevén actos que conducen no simplemente al movimiento o cambios
físicos, sino a la creación o modificación de DEBERES u OBLIGACIONES. En la
combinación de estos dos tipos de reglas, se encuentra lo que AUSTIN, erróneamente, creía
haber hallado en la noción de órdenes coercitivas, a saber: “la clave de la ciencia de la
Jurisprudencia”.
Partiendo de los errores de la teoría del Derecho como órdenes coercitivas, donde las normas
jurídicas obligan a determinada conducta, y al construir una nueva explicación del derecho
en términos de la interacción de reglas primarias y secundarias; opina HART, que es en este
crucial paso, donde tenemos más que aprender de los errores de aquella teoría.
Dando el ejemplo del asaltante que “obliga” con un arma a que le entreguen el dinero”
HART marca una gran diferencia entre el enunciado de que una persona se ve obligada a
obedecer a otra, del enunciado de que alguien tenía la obligación de hacer algo. Sentirse
obligado y tener una obligación son cosas diferentes. Confundir esto es una manera errónea
de interpretar el importante aspecto interno de las reglas.
El siguiente contraste (referido al aspecto interno y externo de las reglas) lo marca cuando
un grupo social posee ciertas reglas de conducta. Este hecho abre la posibilidad de tipos de
aserción muy relacionados entre si, aunque esencialmente diferentes; porque es posible
ocuparse de las reglas como un mero observador que no las acepta, o comportarse como un
miembro del grupo que las acepta y las usa como guías de conducta. Diríamos, dice HART,
que son los puntos de vista interno y externo de las REGLAS.-
Seguramente, entre quienes las aceptan y entre quienes las rechazan, se produce un estado
de tensión. Entre quienes las aceptan voluntariamente y cooperan en su mantenimiento; y
quienes, por otra parte las consideran únicamente desde el punto de vista del castigo (punto
de vista externo).
Cualquier Teoría Jurídica enfrentará siempre esta dificultad; ansiosa por hacer
justicia a la luz de la complejidad de los hechos, deberá tener en cuenta la presencia de
ambos puntos de vista y no decretar, por vía de definición, que uno de ellos no existe. Defecto
éste imputable a la teoría predictiva de la obligación, diciendo que ella hace exactamente eso
con respecto al aspecto interno de las Reglas Obligatorias.
Definimos como Reglas de cambio a aquellas con las cuales se procederá a través de
autoridades específicas con poderes otorgados por las normas, estas autoridades se
encargarán de modificar, influir, eliminar…lo necesario en las normas primarias.
Entre el derecho y la Moral hay una conexión en algún sentido “necesaria”, y esto es lo que
merece ser considerado como central en cualquier intento de analizar la noción de derecho.
La pretensión de que existe una conexión necesaria tiene muchas variantes de importancia,
no todas ellas conspicuas por su claridad. HART nos brinda elementos de reflexión para el
análisis personal sobre la verdad de tales teorías:
El primero de ellos, apunta a la distinción, dentro de la esfera general de la moral, de la idea
específica de justicia y de las notas especiales que dan cuenta de su conexión peculiarmente
íntima con el derecho.
El segundo se refiere a las características que distinguen las reglas y principios morales no
solo de las reglas jurídicas sino de todas las otras formas de reglas sociales o criterios de
conducta.
El tercero se refiere a los muchos sentidos y maneras diferentes en que puede decirse que
las reglas jurídicas y la moral están relacionadas.
Los términos que tanto los juristas como el ciudadano común, se usan con frecuencia para
ensalzar u censurar el derecho o su administración, son las palabras “Justo e Injusto”, y muy
a menudo se razona como si la idea de Justicia y Moral fueran coextensivas. Es cierto que
existen buenas razones para que la Justicia ocupe un lugar de máxima prominencia en la
crítica de las estructuras jurídicas; sin embargo, es importante advertir que sólo se trata de un
aspecto de la Moral y que las normas jurídicas y su administración pueden tener cualidades de
tipos diferentes.
Los términos “Justo e Injusto” son formas más específicas de crítica moral de “bueno y
malo” o “correcto o incorrecto”; resulta obvio del hecho que podemos inteligentemente
sostener que una norma jurídica es buena porque es Justa o Mala porque es Injusta, pero
nunca que es justa porque es buena o injusta porque es mala.
Por las características propias de la justicia y su conexión especial con el derecho comienzan
a surgir si se observa que la mayor parte de las críticas hechas mediante el uso de palabras
“Justo e Injusto” podrían ser expresadas mas apropiadamente mediante las expresiones
“Equitativo e Inequitativo”. Naturalmente que el concepto de equidad no es coextensivo de la
moral en general.
Cuando aludimos a una sentencia de un Juez, como “Justa o Injusta” lo hacemos como
aplicaciones derivadas de los conceptos de compensación y distribución, es decir,
como la aplicación primaria de la noción de justicia.
Por ello la simbología de la balanza en la justicia, porque tradicionalmente es
concebida como que mantiene o restablece un equilibrio o proporción:”tratar los casos
semejantes de la misma manera” y “tratar los casos diferentes de diferente manera” son sus
preceptos principales. Pero acá HART nos advierte que debemos ser muy cuidadosos,
porque cualquier conjunto de personas se asemejan entre si en algunos aspectos y se
diferencian otros y, mientras no se establezca qué semejanzas y qué diferencias son
relevantes, “tratar los casos semejantes de la misma manera” será una fórmula vacía. Para
llenarla tenemos que saber cuando, a los fines que se tiene en mira, los casos han de
considerarse iguales y qué diferencias son relevantes. Sin este suplemento no podremos
criticar normas jurídicas u otras estructuras sociales como Justas e Injustas.
1. las pautas o criterios morales son observados en contra del impulso de las fuertes
pasiones que ellos limitan;
2. en las formas de presión social para obtener conformidad de los casos individuales y
asegurar que las pautas o criterios morales sean transmitidos o enseñados como cosa
natural y corriente a todos los miembros de la sociedad;
3. en el reconocimiento general de que si las pautas o criterios morales no fueran
generalmente aceptados, ocurrirían cambios considerables y poco gratos, en la vida
de los individuos.
Carácter Voluntario de las Transgresiones Morales: Si las buenas intenciones fueran una
justificación para hacer lo que las reglas morales prohíben, nada habría que lamentar en la
acción de un hombre que accidentalmente, y a pesar de haber tomado todas las
precauciones, ha matado a otro. Consideraríamos esto del mismo modo que consideramos la
muerte de un hombre por otro en legítima defensa. La última está justificada, porque matar
en tales circunstancias, es un tipo de conducta que el sistema no tiene interés en impedir y
hasta puede estimular, aunque por supuesto, es una excepción a la prohibición general de
matar.
Ese hombre está moral y jurídicamente excusado. Circunstancia, tiempo, forma y lugar. Es
que este aspecto del “carácter interno” de la moral no significa que ésta no es una forma de
control de la conducta externa; sino solamente que es condición necesaria de la
responsabilidad moral que el individuo tenga un cierto tipo de control sobre su conducta. Aun
en el campo moral, hay una diferencia entre “X no hizo nada malo” y “X no pudo evitar lo que
hizo”.
Hay muchos tipos diferentes de relaciones entre el derecho y la Moral, y nada hay que pueda
estudiarse provechosamente, en forma separada, como la relación entre uno y otra. En
cambio, es importante distinguir algunas de las muchas cosas diferentes que se pueden decir
al afirmar o al negar que el derecho y la moral están relacionados. Hart hace hincapié en
examinar algunas cuestiones que se refieren a las relaciones entre el derecho y la moral, y
enfrenta el análisis del Conflicto entre el derecho natural y el Positivismo Jurídico. Con
respecto a esto, opina que se debe entender por “positivismo Jurídico” la afirmación simple de
que en ningún sentido es necesariamente verdad que las normas jurídicas reproducen o
satisfacen ciertas exigencias de la moral, aunque de hecho suele ocurrir así.
Pero precisamente porque quienes adoptaron este punto de vista han guardado silencio, o
discrepado agudamente, respecto de la naturaleza de la moral, es menester considerar dos
formas de rechazo del Positivismo Jurídico. Una de éstas se expresa con la mayor claridad en
las teorías del Derecho Natural: hay ciertos principios de conducta humana a ser descubiertos
por la razón de los hombres, con los que el derecho elaborado por éstos debe concordar para
ser válido. La otra, adopta un punto de vista diferente sobre la moral, menos racionalista, y
ofrece una versión distinta de las maneras en que la validez jurídica se relaciona con el valor
moral.