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(Lupinus mutabilis)
El tarwi es una leguminosa anual, de la cual se utiliza en la alimentación el grano,
conocido como chocho en el norte de Perú y Ecuador, tarwi en el centro del Perú y
tauri en el sur del Perú y Bolivia (chuchus en Cochabamba, Bolivia). Esta especie
es pariente de los lupinos o altramuces originarios del viejo mundo que aún hoy son
cultivados en Europa mediterránea, especialmente en España e Italia, pero que
tienen un número cromosómico diferente.
Con frecuencia se compara al Lupinus con la soya por el valor nutritivo, aunque
algunos ecotipos de lupinus superan en proteína y grasa a la soya, esta última es la
leguminosa más común en el mundo, sin embargo se la cultiva sólo en las regiones
subtropicales. Para las tierras frías, el género Lupinus ofrece diferentes especies: L.
mutabilis o tarwi originario de los Andes, Lupinus albus, L. luteus y L.
angustifolius originarios de la región sur de Europa.
Descripción botánica
Hojas
Flores e inflorescencia
Semilla
Las semillas del tarwi están incluidas en número variable en una vaina de 5 a 12 cm
y varían de forma (redonda, ovalada a casi cuadrangular), miden entre 0,5 a 1,5 cm.
Un kilogramo tiene 3500 a 5000 semillas. La variación en tamaño depende tanto de
las condiciones de crecimiento como del ecotipo o variedad. La semilla está
recubierta por un tegumento endurecido que puede constituir hasta el 10% del peso
total. Los colores del grano incluyen blanco, amarillo, gris, ocre, pardo, castaño,
marrón y colores combinados como marmoleado, media luna, ceja y salpicado. La
genética en la herencia del color de la semilla es bastante compleja y existen genes
tanto para el color principal, como para cada una de las combinaciones.
Tallo y ramificaciones
La altura de la planta está determinada por el eje principal que varía entre 0,5 a 2,00
m. El tallo de tarwi es generalmente muy leñoso y se puede utilizar como
combustible. Su alto contenido de fibra y celulosa, hace que se lo emplee como
material de combustión, sin embargo podría permitir un proceso de industrialización.
El color del tallo oscila entre verde oscuro y castaño. En las especies silvestres es
rojizo a morado oscuro.
Raíces y nódulos
Como leguminosa, el tarwi tiene una raíz pivotante vigorosa y profunda que puede
extenderse hasta 3 metros de profundidad. En la raíz se desarrolla un proceso de
simbiosis con bacterias nitrificantes que forman nódulos de variados tamaños (1 a
3 cm). Meza (1974) indica que en suelos con presencia de bacterias, la formación
de nódulos se inicia a partir del quinto día después de la germinación. Bernal (1982)
encontró cepas de Rhizobium lupini con gran efectividad y su presencia en el eje
central de la raíz estuvo altamente correlacionada con plantas más vigorosas y
productivas. Sin embargo, se deben seleccionar razas de condiciones semejantes
para lograr resultados positivos. Los nódulos pueden alcanzar un diámetro hasta de
3 cm; se localizan principalmente en la raíz primaria, por encima de la ramificación
radicular, e incluso en las raíces secundarias.
Requerimientos climáticos
El tarwi se cultiva en áreas moderadamente frías, aunque existen cultivos hasta los
3800 m, a orillas del lago Titicaca, donde es frecuente la presencia de heladas.
Durante la formación de granos, después de la primera y segunda floración, el tarwi
es tolerante a las heladas. Al inicio de la ramificación es algo tolerante, pero
susceptible durante la fase de formación del eje floral. Los requerimientos de
humedad son variables dependiendo de los ecotipos; sin embargo, y debido a que
el tarwi se cultiva sobre todo bajo secano, oscilan entre 400 a 800 mm. La planta es
susceptible a sequías durante la formación de flores y frutos, afectando seriamente
la producción.
Requerimiento de suelos
Problemas fitosanitarios
Enfermedades
Plagas
Agrotis
Copitarsia turbata
Barrenadores
Picadores
Transmiten virus
Carhua Epicauta
Fitomejoramiento
Este investigador señala (1982) que uno de los principales objetivos en el trabajo
con el germoplasma colectado en Cusco fue la selección de un tarwi con bajo
contenido de alcaloides; este carácter muestra gran variabilidad y no se trata de una
herencia cualitativa simple. La frecuencia de encontrar plantas con bajo contenido
de alcaloides es de una en un millón y al evaluar una gran cantidad de material se
consiguió reducir el porcentaje de alcaloides de 3,5 a 0,1%, es decir a 1/35 del
promedio de la población inicial. El tarwi así obtenido tenía sin embargo problemas
de producción y de susceptibilidad al ataque de plagas.
Cultivo y rotaciones
Además de cultivarse solo, sobre todo en campos que siguen a los cereales, es muy
común encontrarlo como cerco de campos de maíz y papa. El tarwi, en este caso,
cumple un rol de protección, evitando que el ganado entre al campo cultivado.
Siembra
La mayoría de campos de lupino se siembra en condiciones de secano, razón por
la cual la época de siembra depende mucho de las condiciones ambientales. Una
regla podría ser iniciar las siembras cuando se hayan acumulado por lo menos 100
mm de precipitación en la campaña agrícola. Esta fecha puede coincidir con los
meses de noviembre a diciembre en los Andes centrales.
Cosecha
La trilla del tarwi no sólo es demandante de bastante mano de obra, sino que
constituye un trabajo laborioso y pesado. La planta seca se debe golpear y ventear
para separar los granos de sus vainas. En este proceso se utilizan también
animales, pero cuidando que sus patas no vayan a ser lastimadas por los bordes
cortantes de las vainas. Gómez (1986), en un proyecto de la Universidad de Puno
sobre técnicas de postcosecha, ha diseñado una trilladora basada en observaciones
de la trilla de esta especie en comunidades campesinas del altiplano. La parte activa
del equipo es un cilindro con hileras de clavos que rompen los tallos y vainas y que
es accionado por un motor de 0,5 H.P. La eficiencia de este equipo es de 500 a 600
kg de grano por día y en comparación a la trilla manual es 2,5 veces más veloz. El
grano cosechado y seco se puede almacenar por 2 a 4 años en las condiciones de
la sierra, sin mayores pérdidas de valor nutritivo ni germinación. Se tienen
referencias prácticas de que los granos se han conservado por más de 10 años sin
variaciones sustanciales, sobre todo si se los guarda en envases cerrados.
TARWI
El tarwi o chocho (Lupinus mutabilis) tiene un alto contenido de alcaloides (0,3 a 3,0
%, v. Baer, 1979; Blanco, 1981) que le confiere un sabor amargo, por lo que no
puede ser consumido directamente. Existen varios procesos para eliminar los
alcaloides, los que se describen en el capítulo de agroindustria. Sin embargo, la
manipulación tecnológica puede producir una pérdida de nutrientes. Numerosos
estudios toxicológicos han comprobado la milenaria experiencia de las poblaciones
andinas y confirman que el Lupinus mutabilis puede utilizarse sin problema en la
alimentación humana, luego de reducir su contenido de alcaloides.
Composición química
El grano de tarwi es rico en proteínas y grasas, razón por la cual debería ser más
utilizado en la alimentación humana. Su contenido proteico es incluso superior al de
la soya y su contenido en grasas es similar.
4,3
La calidad del aceite que se extrae del tarwi se sitúa entre el aceite de maní y el de
soya por su composición de ácidos grasos. El principal ácido graso es el oleico,
seguido por el linoleico, ácido graso esencial. En comparación al aceite de la
variedad amarga de Lupinus mutabilis, la variedad semidulce y el Lupinus
albus presentan un mayor contenido de ácido oleico y menor de linoleico. El bajo
contenido de ácido linolénico en Lupinus mutabilis en comparación con Lupinus
albus permite una mejor estabilidad del aceite de tarwi. En general, los índices de
evaluación indican un aceite de buena calidad (Hatzold y Byrne, 1981); el agregado
de un antioxidante no mejora la estabilidad sensorial y se sugiere que con un buen
desodorizado se puede obtener un aceite de calidad superior.
Esta forma de consumo fresco presenta sin embargo problemas sanitarios, sobre
todo si el lavado se ha efectuado en riachuelos contaminados. Es preferible el
consumo en preparaciones que demanden cocción; por ejemplo, el tarwi fresco
pelado se puede moler en batán, molino de granos o licuadora y se convierte en
pasta de tarwi. Se advierten muchas posibilidades para el uso de pasta, por sus
características organolépticas y nutritivas: en salsas, rellenos (caygua o achoqcha,
tomate), pasteles (mezclado con quinua, maíz o papa), guisos, tamales, loqros etc.
El tarwi es una leguminosa que crece en los Andes y que soporta bien las bajas
temperaturas. Por su valor nutritivo en proteínas y grasas y el potencial industrial
que tiene, se lo puede denominar la soya andina.
El sentido humano del gusto puede identificar una concentración de 0,1% de sabor
amargo en la semilla, lo que evita el consumo y protege de una posible intoxicación.
Las cantidades que quedan después del desamargado adecuado, son eliminadas
por heces y orina. En diferentes ensayos se ha probado que aún después de un
consumo prolongado por 4 semanas, no se observaron efectos nocivos (Gross et
al. 1978).
Procesos de desamargado
Para el control del proceso del desamargado se presta sobre todo el método de
determinación de los alcaloides totales por titulación o por fotometría. Si se requiere
la separación de los alcaloides, se recomienda la cromatografía.
Desamargado tradicional: por siglos, los campesinos de los Andes han eliminado
el sabor amargo del grano, haciéndolo hervir durante una hora aproximadamente,
colocándolo luego en bolsas de tela permeable y dejándolo en agua corriente (río)
por hasta 10 días. Con este método se pierde un 45% de la materia seca de las
semillas lo que incluye un alto porcentaje de proteína, hidratos de carbono y aceite.
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Extracción simultánea de aceites y alcaloides: desarrollado exitosamente a nivel
piloto en la Universidad de Texas A&M (mencionado por Gross).
Extracción por cocción, pelado y lavado con agua: proceso propuesto por
Montes y Hurtado en 1984.
Del cuadro se puede concluir que el método tradicional de desamargado con agua
es el más eficiente en cuanto a eliminación de alcaloides y el único que se acerca
al límite de 0,02%. El problema de la contaminación del agua puede ser solucionado
en parte, desamargando en pozas y utilizando el concentrado de alcaloides para
baños sanitarios del ganado.
Proceso I Proceso II
Agua Etanol-agua
Recuperación de sustancias
Muy complicado Algo complicado
solubles
No justificable Justificable
Contenido de alcaloides
Hidratación
Cocción y lavado
Secado
Costos de procesamiento
Se efectuaron diversas pruebas en las cuales se ha considerado el procesamiento
de 30 kg de semilla como mínimo diario. Como referencia se indican los costos del
desamargado de tarwi en soles (moneda peruana). 1 US$ se cotizaba a S/. 180.00)
en 1981.
Costos material 56 %
Valor agregado 46 %
Valor de la producción 100 %
Se estima que aun con un precio superior de la materia prima (lo que beneficia al
productor), es factible pagar la infraestructura de la planta en 8 años y asegurar una
ganancia de 25%. No se ha considerado el precio de venta del líquido de alcaloides
que incrementaría notablemente el valor agregado. Las experiencias recogidas a
nivel de campo señalan que para el actual sistema de producción del tarwi en los
Andes, el diseño de pequeñas plantas que se ubiquen en los propios centros de
producción, es el desarrollo agroindustrial más adecuado, especialmente si en estos
centros se puede procesar más de una especie. También según M. Tapia se
vislumbra un futuro muy promisorio para el uso de los alcaloides como producto
natural antiparasitario para el ganado ovino, vacuno y camélido.
Por otro lado, Gross (1982) cita estudios hechos sobre la extracción industrial del
aceite, usando hexano; este es refinado posteriormente mediante el desgomado,
desamargado, neutralización, blanqueo y desodorización, dando lugar a un aceite
comestible que contiene 5 ppm de alcaloides, lo cual no tiene importancia alguna
desde el punto de vista toxicológico. La torta de lupino amarga y desgrasada
resultante puede usarse en pequeñas cantidades para la alimentación animal o la
elaboración de concentrados y aislados proteicos, aminoácidos, antibióticos, cola,
hojas plásticas transparentes, etc. La posibilidad de producir simultáneamente
aceite y proteínas de alta calidad sin alcaloides ha estimulado el desarrollo de
nuevas investigaciones que están en proceso. Disponiendo de un concentrado
proteico que contenga menos de 0,10 a 0,15% de alcaloides, es posible incluir hasta
un 10 a 15% en la dieta de pollitos parrilleros. Con granos debidamente
desamargados se ha podido alimentar truchas, peces que son sumamente
sensibles a la toxicidad de las sustancias antinutritivas del grano.